Volkswagen, que reconoció haber trucado once millones de autos con falsas mediciones de contaminación, descartó el jueves, 22 de octubre del 2015, tras las verificaciones pertinentes, que el fraude se haya extendido a otros motores diésel.
“Tras un examen completo, ahora está claro” que los dispositivos fraudulentos detectados en los motores diésel de modelo EA189 “no fueron instalados” en los motores EA288, de la generación siguiente, indicó un comunicado difundido por el grupo.
Las sospechas que pesaron sobre el grupo tras trascender la existencia de una investigación no desestabilizaron sus acciones en la Bolsa de Fráncfort, donde el título VW cerró con un alza de 3,39%, superior al del índice Dax de los principales valores, que terminó con ganancias de 2,48%.
VW reconoció haber manipulado los motores de once millones de vehículos diésel de varias de sus doce marcas.
Las revelaciones le valieron la apertura de demandas judiciales en varios países y provocaron un derrumbe de la mitad de su capitalización bursátil.
El grupo prepara además un llamado a revisión masivo de los vehículos afectados.
Volkswagen negó que las manipulaciones de los motores se haya extendido a sus modelos de autos a diesel. Foto: EFE
Solo hicieron falta un par de días para que el escándalo de la manipulación de emisiones en los coches diésel de Volkswagen afectara a los proveedores de partes de automóvil. La portavoz de la compañía especializada en filtros especiales Mann+Hummel dijo que, sencillamente, las automotrices «no hacen pedidos«.
La empresa de Ludwigsburgo fabrica piezas para los motores diésel de Volkswagen y se le amontonan en los almacenes. Los contratos entre los fabricantes de coches y sus proveedores son duros: si el fabricante no necesita las piezas que encargó, no las paga. Sólo las piezas encargadas y ya fabricadas permiten a los proveedores «cierto margen de negociación» con la automotriz, dicen en Mann+Hummel.
A veces obtienen dinero, otras encargos para otros modelos que sí se fabrican. La empresa ya está despidiendo empleados. Debido al escándalo de las emisiones diésel, Volkswagen redujo la producción de algunos modelos. Las plantas afectadas están en Salzgitter (Alemania), Puebla (Mésxico) y Polkowice (Polonia).
La producción es normal entre semana, pero menor los sábados. También se ha limitado la capacidad de las mismas. Según la agencia especializada en información económica Bloomberg, unas 200 empresas dependen de Volkswagen en todo el mundo, por sus negocios con la que es la automotriz más grande de Europa.
Las empresas proveedoras en Alemania, sin embargo, prefieren no dar aún la voz de alarma. La especialista en escapes Eberspächter, que hasta 2014 suministraba piezas para los autos diésel manipulados por Volkswagen, prefiere no hacer comentarios sobre los efectos a medio plazo de la crisis.
El experto en automotor y asesor estratégico Marcus Berret, de Roland Berger, cree que algunos proveedores podrían verse beneficiados por la llamada a talleres de millones de autos por parte de Volkswagen. Además, «a medio plazo pueden beneficiarse del redoblado esfuerzo de los fabricantes para que las emisiones de sus autos no se salgan de los límites legales».
El proveedor Mahle percibe otra ventaja «si la producción se desplaza hacia el motor de gasolina». Su empresa, asegura, ofrece tecnologías para mejorar su eficiencia. Aún se desconoce el efecto indirecto de la crisis sobre otras automotrices. Frank Schwope, analista del banco alemán Nord/LB, cree que lasventas de Volkswagen bajarán «entre el 1 y el 4 por ciento». Daimler o incluso Audi, que es una filial del Grupo VW, podrían quedarse con parte de su clientela.
Ingenieros del gigante automotor Volkswagen confesaron que instalaron el software manipulado en coches con motores diésel para poder cumplir con las normas ambientales y, al mismo tiempo, ajustarse al límite de costes impuesto dentro de la propia empresa, señala hoy, 4 de octubre, el dominical alemán «Bild am Sonntag».
Según el rotativo, que se basa en información de una auditoría interna de la automotriz, varios ingenieros admitieron que instalaron el software en cuestión en el año 2008. «No comentamos esta información», fue la escueta reacción de Volkswagen a través de un portavoz. «Informaremos apenas tengamos resultados consistentes».
La canciller alemana, Ángela Merkel, demandó el rápido esclarecimiento del escándalo en torno al engaño de las emisiones de gases contaminantes. «Espero que VW establezca rápidamente la transparencia necesaria», dijo en una entrevista difundida hoy por la emisora Deutschlandfunk.
Al mismo tiempo, Merkel se mostró confiada de que el escándalo no dañará el buen renombre de la industria alemana. «Creo que la reputación de la industria alemana, la confianza en la economía alemana, no se han visto tan perjudicadas como para que dejen de considerarnos un buen entorno para la economía y la industria», opinó la mandataria.
De acuerdo con «Bild am Sonntag», Volkswagen trabajaba desde 2005 en el motor en cuestión, el EA 189, que en 2008 estaba casi listo para la producción en serie. Los ingenieros explicaron que tomaron la decisión de manipular el software porque no hallaron una solución para cumplir tanto con las normas de emisiones de gases contaminantes como con los límites de costes.
Hasta ahora no está claro quién dio la orden de hacerlo, destaca el rotativo. Según la versión, además del software de la empresa Bosch fue utilizado también uno del autopartista Continental para los motores más pequeños, de 1,6 litros. «No tenemos indicios de que nuestra tecnología haya sido manipulada. El software que suministramos no está en condiciones de manipular valores de emisiones», dijo un portavoz de la empresa.
El periódico agrega que en el caso del software de Bosch basta con realizar una actualización del sistema en el taller, a diferencia del del sistema de Continental, cuya solución será más costosa porque exige el recambio de los inyectores.
Un miembro del Consejo de Supervisión que cita hoy el dominical «Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung» estima que el círculo de quienes estaban al tanto del fraude con el software manipulado es mucho mayor de lo que se cree hasta ahora. «La tesis de que esto fue obra de un par de ingenieros criminales es insostenible», dijo al periódico, y sostuvo que Volkswagen «engañó de forma sistemática a clientes y autoridades«.
Además reveló que el Consejo de Supervisión está urgiendo a Müller a que viaje a la brevedad a Estados Unidos y dé muestras de arrepentimiento. Volkswagen se encuentra sumido en la peor crisis de su historia desde que hace dos semanas saliera a la luz que manipuló los motores diésel de 11 millones de coches en todo el mundo para simular menores emisiones de gases contaminantes.
El mayor fabricante de automóviles del mundo deberá afrontar multas millonarias en Estados Unidos, donde se destapó el fraude, y demandas judiciales de usuarios y accionistas. Las acciones de la empresa cayeron el viernes a su nivel más bajo desde 2011 y llevan perdido 43 por ciento de valor.
El escándalo forzó la dimisión del presidente ejecutivo de la empresa, Martin Winterkorn, reemplazado por el antiguo presidente de la filial Porsche, Matthias Müller. El nuevo jefe de la empresa hablará por primera vez a la plantilla el martes, un día antes de que vuelva a celebrar una reunión de crisis el Consejo de Supervisión.
El jueves, el director de Volkswagen en Estados Unidos, Michael Horn, comparecerá ante el Congreso en Washington. «Soy consciente de que Usted como accionista tiene muchas preguntas y quisiera recibir respuestas», reza una carta de Müller a los accionistas publicada en la página web del grupo Volkswagen. «Le aseguro que le daré las respuestas», continúa Müller y pide tiempo para ello.
La empresa también se disculpó ante los clientes en anuncios de una página entera publicados en varios periódicos dominicales de Alemania. «Vamos a hacer todo por recuperar su confianza», reza el texto. «En realidad aquí tendría que estar nuestra felicitación por el 25 aniversario de la reunificación alemana», dice el título
El fabricante checo Skoda admitió el lunes (28 de septiembre) haber equipado 1,2 millones de vehículos con el software de la casa matriz Volkswagen diseñado para falsear los controles de emisiones contaminantes de los motores diésel.
“Puedo confirmar que, en lo que concierne a la marca Skoda en todo el mundo, se trata de 1,2 millones de vehículos” equipados con el software que VW instaló en un total de once millones de coches, dijo a la AFP el portavoz de la firma en Praga, Jozef Balaz.
Volkswagen estuvo en el centro de una polémica la semana pasada después de que admitiera que instaló un sistema fraudulento en 11 millones de vehículos de varias de sus marcas en el mundo para escapar a los controles anti-contaminación.
“Están concernidos los vehículos con motores EA 189 fabricados en el pasado que están en operación”, dijo Balaz en un comunicado.
Según él, estos vehículos son “absolutamente seguros y aptos a un uso cotidiano”.
“Todos los nuevos coches de la marca Skoda con motor diésel, a la venta en la Unión Europea, deben respetar la norma europea de emisión Euro 6”, indicó el portavoz.
El ministerio checo de Transportes ya había anunciado que iba a pedir el retiro del mercado de los vehículos en cuestión para ser controlados. Se trata sobre todo de autos fabricados entre 2009 y 2013, según el ministerio.
El fabricante checo Skoda admitió haber equipado 1,2 millones de vehículos con el software de Volkswagen. Foto: AFP
De pelo ligeramente gris, mirada afable y gafas de cristales redondos, John German, un prestigioso ingeniero estadounidense, hizo tambalear sin proponérselo el imperio del gigante aumotor alemán Volkswagen y se convirtió en el verdugo del jefe de la firma, Martin Winterkorn.
¿Cómo y quién detectó el truco empleado durante años por VW para burlar los controles medioambientales en Estados Unidos y en el mundo? Ésta fue una de las preguntas que se le pasó a la gente por la cabeza estos días al conocer la envergadura del escándalo que afecta a 11 millones de coches en todo el mundo.
«En realidad John German es un tipo como Martin Winterkorn. Un ingeniero amante de los detalles», escribía hoy el diario económico alemán «Handelsblatt» sobre el ingeniero, artífice del destape de la trama. Tras unos años encargado de optimizar los motores para Chrysler y Honda decidió cambiar de bando. Y desde 2009 escribe estudios para la organización no gubernamental International Council of Clean Transportation, encargada de probar que los medios de transporte cumplen con las reglas medioambientales establecidas para conseguir un aire limpio.
El experto en gases de escape siguió los indicios de su colega alemán Peter Mock, que descubrió en los modelos diésel una anomalía entre las emisiones de los automóviles y las mediciones registradas durante los controles técnicos en Europa. Y German decidió repetir los test en tres vehículos alemanes, el Jetta de VW, el Passat de VW y el BMW X5, a lo largo de las 1.300 millas que separan San Diego de Seattle.
Los resultados sorprendieron al experimentado científico. El Jetta expulsó entre 15 y 35 veces más óxido nítrico que lo permitido por ley, mientras el Passat sobrepasó los límites en un nivel entre cinco y veinte veces superior. Por el contrario, el BMW X5 se mantuvo dentro de los parámetros legales. German entregó sus resultados de su estudio a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), para la que él mismo trabajó algunos años. La EPA llevó a cabo sus propias pruebas y confirmó los resultados de German. Y VW tuvo la oportunidad de ponerle remedio.
El grupo llamó a talleres en diciembre de 2014 a 500.000 automóviles. Una actualización del software en el motor solucionará el problema, prometió entonces VW. Una promesa que se quedó en el aire como más tarde comprobaron las autoridades que decidieron dar la voz de alarma el pasado viernes. Rápidamente se pasó de involucrar a unos 482.000 vehículos de las marcas Volkswagen y Audi vendidos en Estados Unidos desde 2009 a 11 millones de automóviles en todo el mundo, incluido el continente europeo, como confirmó hoy el gobierno alemán después de reunirse con la empresa.
VW reconoció el miércoles que el software se encuentra en los motores diésel de dos litros del tipo E189 incluidos en los coches fabricados entre 2009 y 2015, lo que resulta en una larga lista de modelos de VW afectados: Golf, Jetta, Beetle, Tiguan, Passat, así como las series A1, A3, A4 y A6 de Audi y algunos modelos de Skoda. El gigante automotor trabaja bajo presión para elaborar la lista definitiva de coches afectados.
Se desconoce quién fue el artífice exacto de la trama, pero las autoridades alemanas apuntan directamente a VW, descartando que una empresa externa desarrollara el software encargado de activar un mecanismo para reducir los gases al percatarse -en base a una serie de parámetros como la velocidad y la posición del volante- de estar siendo sometido a un control. German consiguió lo que no logró el entonces poderoso patriarca de VW Ferdinand Piëch a principios de año: tumbar al que fue jefe ejecutivo del grupo desde 2007 y que tenía previsto renovar su contrato hasta 2018 este viernes.
Los efectos del escándalo del trucaje del control de emisiones de los motores diésel de Volkswagen (VW) ya se empiezan a sentir en Norteamérica. Foto: Pixabay.
El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, dimitió hoy (23 de septiembre de 2015) a causa del escándalo por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en sus vehículos diesel en EE.UU., informó la empresa alemana.
Winterkorn presentó su dimisión tras una reunión del consejo de supervisión para abordar la crisis, que ha afectado a once millones de vehículos. «Volkswagen necesita un nuevo comienzo, también en términos personales. Con mi dimisión dejo el camino libre», dijo.
«Estoy impactado por los acontecimientos de los últimos días, sobre todo, estoy impresionado por que una conducta errónea a esta escala sea posible en el grupo Volkswagen», aseguró Winterkorn.
«Admito como presidente la responsabilidad por las irregularidades que se han encontrado en motores diesel y por ello he pedido al comité de supervisión llegar a un acuerdo para acabar mi función como presidente del consorcio», dijo.
«Lo hago en interés de la empresa, incluso si soy consciente de que yo no hice nada mal», señaló Winterkorn en su dimisión.
El consejo de supervisión de VW, un órgano supervisor típico de las empresas alemanas, aseguró que Winterkorn no sabía nada de estas manipulaciones.
Winterkorn, cuyo contrato finalizaba a finales de 2016, hizo hincapié en que el proceso de clarificación y transparencia debe continuar.
«Este es la única forma de ganar confianza. Estoy convencido de que el grupo Volkswagen y su equipo superará esta grave crisis», señaló el hasta ahora presidente del grupo.
El consejo de supervisión de Volkswagen, en el que el estado federado de Baja Sajonia tiene una participación del 20%, se reunirá de nuevo el viernes y no se espera que tome antes una decisión sobre el sustituto de Winterkorn.
Tras la reunión de urgencia, ese organismo dijo de que es consciente del daño económico y de «la pérdida de confianza de muchos clientes en todo el mundo», y no descartó nuevas renuncias.
Volkswagen señaló además que colaborará en las investigaciones de la Fiscalía y creará una comisión especial para explicar lo ocurrido.
La empresa alemana, que el primer semestre del año se convirtió en el primer fabricante automovilístico del mundo, instaló un software en los modelos con el motor diésel EA 189 (el 2.0 TDI) que detecta cuando el vehículo está siendo examinado y trucó las mediciones de gases contaminantes para cumplir con las normativas federales y estatales en EE.UU.
Volkswagen ha reconocido haber manipulado los datos de emisiones contaminantes de los modelos diesel que comercializa en Estados Unidos y podría enfrentarse a una multa de USD 18 000 millones. EFE
Martin Winterkorn, presidente de Volkswagen, renunció este 23 de septiembre por escándalo. Foto: AFP
El gigante alemán Volkswagen reconoció haber equipado modelos diésel en Estados Unidos con un software que falseaba datos de emisiones contaminantes, un escándalo que le costará caro en el plano financiero y en términos de imagen.
La empresa anunció la suspensión de la comercialización en Estados Unidos de sus diésel de cuatro cilindros de las marcas VW y Audi, que representaban el 23% de sus ventas en ese mercado.
Unos 20 000 millones de euros de la capitalización bursátil del grupo se habían esfumado este lunes, 21 de septiembre del 2015, pocas horas después de la apertura de los mercados. En el cierre de la bolsa de Fráncfort, la acción de Volkswagen cayó 17,14% a 133,70 euros.
“Desastre”, “Hecatombe” … la prensa alemana buscaba las palabras para describir el golpe asestado, para colmo de males durante el Salón del Automóvil de Fráncfort, a una empresa que es un orgullo nacional, líder mundial de ventas en el primer semestre del año.
El caso, sacado a la luz por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), “tendrá consecuencias financieras considerables para el grupo, que aún no se pueden calcular”, sin contar el perjuicio para “la imagen y la credibilidad de Volkswagen en todo el mundo”, dijo a la AFP el analista del sector automovilístico Ferdinand Dudenhöffer.
Según las autoridades estadounidenses, 482 000 vehículos de las marcas Volkswagen y Audi fabricados entre 2009 y 2015 y vendidos en Estados Unidos fueron equipados con un sofisticado software que permitía reducir sus emisiones contaminantes al ser sometidos a un test de polución.
Gracias a ese fraude, los vehículos obtenían una certificación ecológica.
Dudas sobre otros mercados
La artimaña informática podría costarle al grupo USD 18 000 millones en multas y miles de millones más vinculados al retiro del mercado de los vehículos afectados, sin contar las indemnizaciones a clientes defraudados.
Las sospechas, además, podrían extenderse en el sector. El gobierno alemán pidió a las automotrices que demuestren la veracidad de sus datos de emisiones contaminantes, a fin de “investigar si hubo manipulaciones similares en Alemania o en Europa”.
Ademas exigió “pruebas exhaustivas” a todos los modelos diesel de la marca Volkswagen, según dijo este lunes al diario Bild el ministro de Transportes Alexander Dobrindt.
“Solicité a la Oficina federal del automóvil (KBA) realizar inmediatamente pruebas específicas y exhaustivas a los modelos diesel de Volkswagen por parte de expertos independientes”, declaró Dobrindt al diario con mayor tiraje en Europa.
Volkswagen ya enfrentaba “un momento difícil” en el mercado estadounidense, apunta Frank Schwope, analista del banco Nord/LB.
La marca alemana esperaba compensar con sus motores diésel sus carencias en ese mercado, muy adicto a los todoterrenos.
¿Winterkorn salvará su silla?
Ahora, Volkswagen corre el riesgo de convertirse en “un paria para el gobierno y quizás también para los consumidores norteamericanos» , afirma Max Waburton, analista de Bernstein, citado por Bloomberg.
El presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, de 68 años, pidió disculpas el domingo. “Personalmente lamento mucho que hayamos roto la confianza de nuestros clientes y del público”, declaró, prometiendo cooperar con las autoridades en la investigación.
El mandato de Winterkorn debería ser prolongado hasta fines de 2018 en la reunión que el Consejo de Vigilancia de la firma se apresta a celebrar el 25 de septiembre. Esa decisión debería confirmar la victoria del ejecutivo en el duelo entre bastidores que libró con su exmentor y hombre fuerte de la empresa, Ferdinand Piëch.
Pero ahora esos planes podrían peligrar. Winterkorn “es el jefe de la división de desarrollo de la marca Volkswagen”, señala Dudenhöffer.
“El Consejo de Vigilancia no puede hacerse el desentendido del asunto. Volkswagen necesita un nuevo despegue, y desde mi punto de vista, ese despegue no puede hacerse con Winterkorn”, al frente del gigante automovilístico desde 2007″, añade.
Los expertos anticipan que la factura que deberá pagar Wolswagen a sus clientes será muy cara, después de engañar a los consumidores sobre un software que medía la contaminación. Foto: AFP
La marca alemana de automóviles Volkswagen (VW) vendió en los seis primeros meses de este año 2,95 millones de vehículos, un 3,9% menos que en el mismo periodo de 2014, por la caída registrada en Rusia y en China.
El grupo Volkswagen informó hoy 17 de julio del 2015 de que «la situación en China es desafiante: por primera vez en varios años el mercado chino decreció en junio».
«El mercado en China cambia. Como líderes del mercado no íbamos a escapar a los efectos de estos desarrollos generales», dijo el director de Ventas del grupo Volkswagen, Christian Klingler.
La marca Volkswagen redujo las ventas en China en el primer semestre un 6,7%, hasta 1,30 millones de vehículos. En junio vendió 470 700 unidades, un 8,6% menos que en el mismo mes de 2014.
Las ventas de VW mejoraron en el primer semestre en Europa un 3,1%, hasta 891 200 unidades, y en Alemania subieron un 6,8%, hasta 305 200 unidades. Sin embargo, en Rusia retrocedieron un 45,7%, hasta 36 600 unidades.
Asimismo Volkswagen vendió en EEUU 174 400 unidades en los seis primeros meses de este año, un 2,6% menos que en los mismos meses del año pasado. La marca VW redujo en el mismo periodo las ventas en Sudamérica un 21,9%, hasta 247 900 unidades, por el retroceso en Brasil.
Volkswagen informó que por primera vez en varios años el mercado chino decreció. Foto: EFE
Los coches clásicos de la marca alemana Volkswagen, incluidos el mítico Escarabajo o las furgonetas hippies, no sólo apasionan a coleccionistas en Europa, sino también a incondicionales en países tan lejanos como Tailandia.
Existen decenas de clubes de coches clásicos en Tailandia en donde los socios dejan sus vehículos, a los que tratan casi como hijos, y anualmente se celebra cerca de una decena de concentraciones dedicadas sólo a los clásicos alemanes.
En un reciente evento celebrado en Bangkok, los visitantes podían admirar Escarabajos en todas sus gamas de colores, la mítica furgoneta T2 popularizada en los años 60 y 70, coches del modelo 1500 o la Karman Ghia, todos con más de 40 años de antigüedad.
«Normalmente nos reunimos casi todos los meses en este tipo de reuniones para disfrutar y charlar con otros a los que les gusten los Volkswagen», comenta uno de los participantes mientras muestra orgulloso una camiseta que se acaba de comprar de la marca alemana.
Mientras unos conversan animadamente, otros participantes del encuentro van montados en sus vehículos paseándolos por el recinto, en las afueras de Bangkok, para exhibirlos orgullosamente.
Los clásicos Volkswagen son una imagen extraña para la mayoría de los tailandeses, acostumbrados a ver en sus calles prácticamente solo coches de marcas niponas. En las esquinas del enorme perímetro adaptado para el evento, cientos de vendedores ofertan piezas de coches de todo tipo, como si de un vetusto desguace se tratase: ruedas, chasis, parte de carrocerías, espejos, antena, baterías e incluso algún que otro motor.
Los viandantes pasean entre decenas de coches aparcados en línea, todos brillantes e impolutos, mientras oyen el ruido de algunos motores que se encienden de forma abrupta. «Tengo una colección de cuatro coches Volkswagen que llevo adquiriendo desde hace diez años y los expongo en eventos de este tipo. El próximo mes voy a un gran evento de coches Volkswagen en Malasia», explica uno de los coleccionistas, arquitecto y profesor de diseño en una universidad de Bangkok.
En la concentración, carrocerías de Escarabajo sirven de barras de bares en las que varias camareras sirven a los clientes ataviadas con minúsculos y exhuberantes vestidos blancos y tacones vertiginosos de más de 20 centímetros.
Al lado de las tiendecillas de piezas de vehículos, se venden desde bolsos y zapatos de piel de segunda mano hasta lámparas, sillas o maletas de principios del siglo pasado en un mercadillo de antigüedades.
Una de las más relevantes antigüedades que se exponen son cascos y demás indumentaria de militares de la guerra de Vietnam o banderas y petacas estadounidenses pertenecientes a soldados americanos durante su estancia en el país vecino.
Junto a este tipo de muestras, varios jeep y motocicletas de esa época, todos con una iluminación en verde recordando a la frondosidad del paisaje de Vietnam, evocan rápidamente a ese pasaje de la historia retratado en películas como ‘Apocalypse Now’ o ‘Good Morning, Vietnam’.
Son más de las doce de la noche y el evento empieza a llegar a su fin después de horas de diversión. Poco a poco comienza a oirse cómo se encienden los añejos y ruidosos motores de los coches estacionados en el lugar y, poco a poco, van desalojando el recinto formando grandes colas que conforman todo un acontecimiento visual hasta su fin.
Los autos clásico Volkswagen apasionan a coleccionistas de Tailandia. Foto: AFP
Volkswagen anunció este 5 de marzo que empezará a comercializar en Estados Unidos una versión más barata del vehículo eléctrico e-Golf, denominada Limited Edition, con un precio cerca de USD 2 000 dólares inferior al modelo SEL.
El fabricante alemán dijo que el e-Golf Limited Edition tendrá un precio inicial de USD 33 450 y está dotado de un motor eléctrico compacto que genera una potencia equivalente a 115 caballos con una batería de litio-ion de 24,2 kilovatios/hora.
Volkswagen inició la comercialización del e-Golf en noviembre de 2014 con la venta de 119 unidades. En diciembre del año pasado, las ventas ascendieron a 237 unidades.
En los dos primeros meses de 2015, las ventas del e-Golf han sumado 311, lo que coloca al modelo de Volkswagen como el noveno vehículo eléctrico de más ventas en Estados Unidos.
La clasificación está encabezada por el Nissan LEAF, que ha vendido 2 268 unidades en los dos primeros meses de 2015; seguido por el Tesla Modelo S, con 2 250 vehículos; y el BMW i3, con 1 759 unidades.
En total, en enero y febrero de 2015 se han vendido 12 712 vehículos eléctricos en Estados Unidos, prácticamente la misma cifra que en el mismo periodo de 2014.
Entre las diferencias del e-Golf Limited Edition en comparación con la versión SEL se incluyen llantas de aleación de aluminio de 16 pulgadas, juego de faros halógenos y tapicería de tela.
Volkswagen ha señalado que el e-Golf es el vehículo compacto más eficiente en Estados Unidos, según los datos de la Agencia Medioambiental del país.
El e-Golf tiene un consumo estimado equivalente a 126 millas por galón en ciudad (1,8 litros por cada 100 kilómetros), 105 millas por galón en carretera (2,2 litros por cada 100 kilómetros) y un consumo combinado de 116 mpg (2 litros por cada 100 kilómetros).
Volkswagen inició la comercialización del e-Golf en noviembre de 2014 con la venta de 119 unidades. En diciembre del año pasado, las ventas ascendieron a 237 unidades. Foto: Patricio Terán/ El Comercio