Etiqueta: agua

  • Lechugas que crecen en el agua

    Patricia González

    redaccion@revitalideres.ec (I)

    Relacionadas

    La relación de Alejandro Terneus con el campo proviene de su niñez, época en la que solía pasar los fines de semana y vacaciones en la hacienda de su padre en Perucho, población ubicada en el norte de Pichincha.

    En la plantación, su padre Andrés Terneus, comenzó a cultivar lechugas mediante hidroponía, un sistema en el que las raíces de las plantas se colocan en una solución acuosa, con nutrientes minerales, en lugar de tierra. El producto lo vendía a Corporación Favorita desde finales de los 90.

    Para entonces, Alejandro era un adolescente y fue aprendiendo sobre este método de cultivo. Al culminar el colegio, comenzó a estudiar agroindustria en la Universidad de Las Américas (UDLA), pero al poco tiempo dejó la carrera para dedicarse por completo a la agricultura.

    Su idea era seguir en el negocio de las lechugas, pero de manera independiente a su padre. Él le apoyó con un terreno de 2 500 metros cuadrados, en el que sembró sus primeras 3 360 plantas de lechuga en hidroponía. El capital para su primera plantación fue de USD 5 000, que solicitó como crédito a la Cooperativa Alianza Minas.

    Fue así como en 2005 fundó su empresa: La Comarca, que arrancó con una producción inicial de 280 lechugas a la semana. Luego de una primera negativa y mucha insistencia, le dieron la apertura para ingresar en las cadenas de supermercados de Corporación Favorita.

    En hidroponía, las raíces de las plantas están ubicadas dentro de una tubería (a 1,20 metros de separación del suelo), por donde circula agua con sales minerales –que contienen calcio, potasio y fósforo–. Terneus explica que una de las ventajas de este método es la capacidad del terreno, al poder colocar hasta 25 plantas por metro cuadrado, mientras que en un cultivo tradicional alcanza para nueve.

    Otro beneficio, añade, es que se pueden realizar hasta nueve cosechas por año, cinco más que en un cultivo de tierra. Gracias a la rotación de las cosechas en el terreno, La Comarca puede producir hasta 20 000 unidades de lechugas por día en 10 hectáreas, donde hoy tiene sembradas 1 millón de plantas. En 2015, la compañía se mudó a una hacienda en San José de Minas, en el norte de Pichincha, donde invirtió USD 2 millones.

    El 80% de la producción es lechuga crespa. Además, produce otras cuatro variedades: romana, roja, seda y salanova. Se venden con las marcas: La Comarca y La Campiña.
    La empresa agrícola trabaja con 10 proveedores nacionales. Uno de ellos es Agroveterinarios, que le provee de fungicidas, insecticidas y fertilizantes foliares, todos respaldados con certificaciones orgánicas internacionales, aclara Flavio Barreno, gerente técnico de Agroveterinarios. Añade que este tipo de productos fitosanitarios se utilizan de manera preventiva o curativa, en caso de existir algún problema de plagas u hongos.

    Terneus explica que cinco años después de haber ingresado a Corporación Favorita, logró vender su producto a Grupo El Rosado, que al momento es su principal cliente.

    Actualmente, tiene una cartera de 15 clientes, entre supermercados y cadenas de comida.
    En este último mercado entró en el 2015 con La Tablita del Tártaro. Elizabeth Santos, gerente de Producción de esta cadena señala que a la semana le compran entre 1 500 y 2000 kilos de lechuga. “El producto es de óptima calidad, valoran mucho la inocuidad alimentaria”.

    Comenta que se decidieron por este proveedor, luego de haber visitado sus plantaciones y corroborar que se manejan bajo “estrictos controles agrícolas y una tecnología avanzada” en cultivos hidropónicos.

    La Comarca también ha incursionado en la maquilación de marcas blancas. Primero, para El Rosado, y posteriormente con Corporación Favorita y Tía. “El 50% de la producción se destina a maquilación de marcas blancas”, señala Terneus.

    Para la entrega del producto a los supermercados tienen como proveedor de fundas plásticas individuales a Producempaque. El tipo de funda depende de la variedad de la lechuga. La firma les vende al mes cerca de 200 000 fundas, indica Fausto Jaramillo, propietario de este negocio.

    El crecimiento de la compañía, que en el 2019 facturó USD 1,6 millones, ha sido un desafío constante para Terneus. “Han sido 15 años de aprendizaje. Jugué a ser empresario y tener mi propio negocio. El autoeducarse es mucho más difícil que seguir una carrera. Para tener éxito hay que tener disciplina, orden, constancia y perseverancia. Me he caído varias veces, pero he encontrado una salida y he comenzado de nuevo”.

    En el 2010, la empresa quebró porque perdió por corto tiempo a su único proveedor (Corporación Favorita). “Empecé de cero. Ahí desperté y empecé a buscar más clientes. Demoré ocho meses en entrar a El Rosado. Era el proveedor más pequeño de lechuga y hoy soy el principal”.

    La reinvención también ha sido clave. Desde hace dos años tiene un proyecto de islas en 20 supermercados de Favorita, que simulan la cosecha en hidroponía, para que los clientes se lleven las lechugas lo más frescas.

    Más adelante comenzará a producir nuevos productos en hidroponía: acelgas, nabo chino, apio y albahaca. “Están por entrar a plantación, tengo 50 mil plantas por cada fruto”. El fin es también colocarlos en islas de hidroponía. También tiene planes de exportación. A finales de año, espera comenzar en Panamá y Chile.

    La Comarca produce al día 20 000 lechugas en una plantación de 10 hectáreas. A final de año, la firma tiene previsto importar.
    La Comarca produce al día 20 000 lechugas en una plantación de 10 hectáreas. A final de año, la firma tiene previsto importar. Foto: Cortesía La Comarca
  • Una idea para ofrecer agua de calidad

    Redacción Líderes

    Relacionadas

    La microempresa ecuatoriana Yakupura ofrecerá al mercado nacional filtros de agua domésticos económicos y ecológicos. El plan es salir al mercado en agosto.

    El nombre de este negocio es un juego de palabras que une el vocablo Kichwa “yaku”, que significa agua, y el término “pura”. Yakupura significa agua pura.

    La idea de este producto se le ocurrió a Carolina Placencia, co-fundadora de Yakupura, cuando se encontraba viviendo una temporada en Buenos Aires, Argentina. “Para no generar botellas plásticas empecé a tomar solo agua del grifo. Con el tiempo noté en mis compañeros y en mí la aparición de sarpullidos en la piel. Cuando consultamos al médico nos dijo que se debía al exceso de cloro presente en el líquido que bebíamos. Se me ocurrió, entonces, la idea de elaborar este filtro”.

    Placencia es ingeniera ambiental. De regreso a Quito le expuso su idea a dos amigos: Jocelyn Valencia, también ingeniera ambiental, y Danilo Mendoza, administrador de empresas. Juntos fundaron el emprendimiento.

    La puesta en marcha fue posible gracias a un capital semilla que recibieron del Banco de Ideas, una iniciativa de incubación de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt). Obtuvieron esta ayu­da gracias a que su emprendi­miento cumplía las tres exigencias del programa: ser ecológicos, sustituir importaciones y estar relacionados con la tecnología.

    El equipo detrás de la empresa ve mucho potencial para abrirse paso en el mercado con su producto. Esto, porque ofrecen una solución viable a una problemática que afecta a las redes de distribución de agua en las ciudades.

    “Para obtener agua apta para el consumo humano es necesario clorarla, eliminando así bacterias y patógenos. A largo plazo esto es perjudicial para la salud. De ahí surge la necesidad de encontrar una alternativa para beber agua libre de cloro y demás impurezas que no se eliminan en otros procesos de purificación como al hervir. Beber agua embotellada tiene la desventaja de generar desechos”.

    El funcionamiento del filtro es sencillo, explica Valencia. Solo es necesario “acoplarlo a los grifos de la cocina. Su boquilla de caucho permite que sea hermética y su diseño es compatible con la mayoría de grifos del mercado”.

    El filtro purifica el agua usando carbón activado, que se compone de la cáscara del coco. Con un precio de USD 10 cada filtro, el producto evita comprar 500 botellas de agua de medio litro.
    La estrategia de la empresa se basa en lanzar un modelo de suscripción. Esto permitirá al cliente pagar una cuota mensual y recibir los filtros. También se establecerán puntos verdes para receptar los filtros, una vez que haya terminado su vida útil y a cambio se entregarán cupones de descuento para la próxima compra.

    Para su lanzamiento están programados dos medios de distribución: a través de TVentas y de manera online en su página web y redes sociales.

    Carolina Placencia y Jocelyn Valencia son las cofundadoras del emprendimiento Yakupura. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Carolina Placencia y Jocelyn Valencia son las cofundadoras del emprendimiento Yakupura. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Las plantas de agua, su fortaleza

    Giovany Astudillo

    Relacionadas

    Más de 2,5 millones de habitantes en el Ecuador beben el agua potabilizada en las más de 200 plantas, que ha fabricado e instalado la empresa cuencana Intal. La marca se constituyó en el 2013, sin embargo, sus propietarios tienen una experiencia de 27 años en el diseño y la construcción de esta tecnología.

    No son plantas estandarizadas, sino que se ajustan a los requerimientos geográficos e hidrológicos de cada zona. Según su gerente General, Pablo Álvarez, por lo general, las plantas tradicionales de hormigón son planificadas para ciudades grandes y no para las poblaciones pequeñas por el costo, falta de vías o la falta de electricidad.

    Allí, surgió la idea de su padre Arnando Álvarez de diseñar plantas que puedan ser ubicadas en sitios con estas limitantes, en todas las regiones del país. Además, que ofrezcan durabilidad, agua de calidad, que no requieran energía eléctrica sino hidráulica, que sean fáciles de operar y que la inversión sea competitiva.

    Las plantas de Intal se construyen en función de las características de las fuentes de agua, altura geográfica, número de habitantes y otras variables. Según Arnando Álvarez, de forma gratuita viaja una brigada de técnicos en química e hidráulica para hacer los análisis necesarios.

    Con esa información se diseña la propuesta en la fábrica, ubicada en la parroquia cuencana de Ricaurte. “Somos diferentes porque otras empresas otras construyen plantas estandarizadas”, asegura Arnando Álvarez.

    Las plantas de la firma son fabricadas con acero naval y revestidas con poliurea, que es más costosa, pero brinda durabilidad y se evita que se corroa el metal. Pablo Álvarez señala que recubrir una plancha de acero bajo estándares mundiales vale USD 20 cada metro cuadrado y con poliurea sube a USD 80.

    “Ese costo no es trasladado a los clientes, lo asumimos. Con eso logramos que una planta de Intal puede durar 100 años”. Sus plantas son armadas en el sitio que funcionará como se lo hace con las piezas de Lego.

    El porcentaje de ingeniería ecuatoriana en la fabricación supera el 90%. Una planta de potabilización en funcionamiento de esta empresa que brinda el servicio a 200 habitantes cuesta USD 20 000. En cambio, una para 100 000 personas tiene un costo de USD 4 millones, como fue el caso de Vinces. En la actualidad, la planta de este cantón de Los Ríos abastece a más de 60 000 personas, pero tiene la capacidad de llegar a 100 000.

    Según Pablo Álvarez, el tratamiento del agua residual es un problema en el Ecuador. Por ello, la firma Intal incursionó desde hace cinco años en la fabricación de las plantas de este tipo de tratamiento. “Desarrollamos nuestra tecnología bajo un sistema modular compacto y trabajamos en sistemas aeróbicos. Es decir, son plantas que emplean oxígeno”.

    Intal ya instaló más de 25 plantas de este tipo en el Ecuador. Son más costosas, dice el gerente General de la empresa cuencana y hace un comparativo. Una planta de potabilización de cinco litros vale USD 50 000 y una residual de igual capacidad 300 000.

    Según él, en la actualidad, buscan innovar en el ámbito tecnológico para reducir los costos con la intención que sean más accesibles para las poblaciones más pequeñas.

    Estos equipos han tenido más demanda de sus plantas de potabilización y tratamiento de aguas residuales en las provincias de Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo, Napo, Tungurahua y Manabí. También, han hecho contactos en Panamá, Colombia, Venezuela, Bolivia y Perú, pero aún no han exportado.

    El pasado 24 de enero, Intal recibió la certificación de gestión de calidad ISO 9001:2015. Con ello, dice Pablo Álvarez, se avala la calidad de sus productos. “Somos de las primeras empresas de Latinoamérica que fabrican estas plantas, que tenemos la certificación”. Con ello, más la construcción de una nueva planta en la parroquia Ricaurte y con un nuevo laboratorio de control de calidad que se edifica en la parroquia Baños, el próximo objetivo es exportar.

    Según el director municipal de Agua Potable de Latacunga, Byron Avilés, en los últimos cuatro años han instalado seis plantas de potabilización de esta firma, “que cumplen más allá de las exigencias de la norma ecuatoriana”. De estas se benefician más de 6 000 familias de comunidades como Belisario Quevedo, San Felipe, La Calera, Toacazo, entre otras.

    Fundador
    Arnando Álvarez  

    Tenemos experiencia de varias décadas y conocimientos de física, química e hidráulica, por lo que logramos tener un producto único para la potabilización y tratamiento de aguas residuales. Nuestra prioridad es ofrecer agua de calidad y que nuestras plantas sean durables, por ello empleamos la lámina naval, que es usada en los cascos de los barcos. Diseñamos plantas que tengan costos mínimos de mantenimiento y operación.

    Cifras

    80 empleados tiene Intal en producción, laboratorio, administración y ventas. Si se requieren obras adicionales como las de ingeniería civil se contratan más empleados.

    4 000 metros cuadrados tiene la planta que se construye en la parroquia cuencana de Ricaurte. La actual cuenta con 3 000 y está a cinco minutos de la nueva.

    5 oficinas tiene la empresa Intal en el Ecuador. Están ubicadas en Quito, Guayaquil, Manta y Cuenca, donde funciona la matriz.

    José Chenta trabaja en el área de fabricación de las plantas en la empresa, que está ubicada en la parroquia Ricaurte, en el norte de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    José Chenta trabaja en el área de fabricación de las plantas en la empresa, que está ubicada en la parroquia Ricaurte, en el norte de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El agua adquiere sabor en esta planta

    Mayra Pacheco

    Relacionadas

    El agua que se envasa en la planta procesadora de AQessent, ubicada en el Recreo, adquiere un sabor y olor especial.

    Desde hace un año Francisco Mena y Patricia Chávez, socios de AQessent, decidieron darle un toque especial a este líquido, que generalmente no tiene olor ni sabor. Pero, esto no fue un límite para estos emprendedores.

    Mena, químico ambiental, conocía las características del agua a detalle, porque desde los 13 años trabajaba en un laboratorio que analizaba muestras de agua, que era propiedad de sus familiares. “Me fascinaba ver a detalle los componentes del líquido vital”.

    Esta experiencia le motivó a estudiar química ambiental, en EE.UU. Y más adelante a crear su propia empresa.

    En esta iniciativa le apoyó Chávez, quien tiene una maestría en productos nutracéuticos, en Italia. Para esto, invirtieron inicialmente unos USD 10 000, en equipos y materia prima.

    AQessent se creó en junio del 2017 como una opción de bebida refrescante saludable. No tiene colorantes, preservantes químicos ni saborizantes artificiales, pero al levantar la tapa del envase se percibe un olor intenso.

    Esta agua aromatizada tiene tres sabores, producto de la combinación de plantas medicinales y frutas cítricas. Por ahora se cuenta con hierbaluisa-limón, anís-mandarina, y canela-naranja.

    Más adelante está planificado incluir nuevas opciones. Pero esta vez la idea es ofrecer sabores frutales como piña, maracuyá, fresa, mango, durazno, cereza, uva verde, mora azul, sandía y otros.

    Desde que se inició esta empresa, estos saborizantes se adquieren en Magic Flavors, que produce estos insumos en función de las necesidades de los clientes. La creación de las alternativas para estas aguas se desarrolló de manera conjunta.

    Para AQessent se entrega alrededor de 10 kilos de saborizantes naturales e idénticos al natural, cada dos meses. Cada uno cuesta entre USD 15 y 20, según sus características.

    Las bebidas vienen en tres presentaciones de 300 mililitros (ml), 475 ml y 1000 ml. Cuentan con registro sanitario. La capacidad de producción de esta empresa es de 10 000 envases por mes.

    El producto va dentro de unos envases de vidrio, tapados de manera hermética. Mensualmente, se compran alrededor de 2 000 botellas en la Importadora Castro. En esto se invierte USD 360.

    Este tipo de envase, según Mena, garantiza que el agua se preserve y no se contamine con químicos. Las botellas son reutilizables.

    Actualmente, AQessent se vende en restaurantes, hoteles, hosterías y ferias. En noviembre próximo los emprendedores tienen planificado participar en la Feria de Alimentos y Bebidas que se realizará en Cumbayá.

    Y están en conversaciones para entrar en cadenas de supermercados y de farmacias, por la alta demanda que tiene el agua en las ferias.

    También se hacen entregas a domicilios a los clientes, en Quito y los valles, sin recargos extras.

    Las personas pueden hacer los pedidos a los números 022 657 134 o 098 438 8426. La cantidad mínima para hacer la entrega es un paquete de 12 unidades de 300 ml o seis de un litro.

    Miguel Carrera, cliente, comenta que él pide con frecuencia estas bebidas desde hace un año, porque considera que son una opción saludable. En su caso, su sabor favorito es canela-naranja.

    “Me gusta porque, aunque no tiene mucho sabor, su olor es bastante intenso”, dice Carrera.

    Galo Carvajal, quien fue diagnosticado con diabetes, consume también este producto, porque tiene prohibido consumir bebidas con endulzantes. En promedio, Carvajal adquiere hasta 10 paquetes al mes porque consumen, incluso, sus nietas que lo visitan. Cada uno cuesta USD 9.

    “Esta agüita me ha sentado muy bien, tiene un sabor muy sutil, pero muy sabroso a la vez”, expresa.

    Por unidades, las aguas cuestan desde USD 0,99 (300 ml) hasta USD 1,99 (litro). Estas ventas han permitido que AQessent facture alrededor USD 15 000 en este primer año de funcionamiento.

    La empresa tiene 10 colaboradores. Por ahora, la planta procesadora tiene unos 20 metros cuadrados, pero el objetivo es expandirse en el mediano plazo y ofrecer nuevos productos.

    “El agua es nuestra pasión y queremos mantenernos en el mercado”, expresa Mena.

    La planta procesadora de esta agua aromatizada funciona en el sector de El Recreo, en el sur de Quito. Cuenta con tres sabores combinados entre hierbas aromáticas y frutas cítricas. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
    La planta procesadora de esta agua aromatizada funciona en el sector de El Recreo, en el sur de Quito. Cuenta con tres sabores combinados entre hierbas aromáticas y frutas cítricas. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
  • Portugal, Canadá y Ecuador, entre los ganadores de concurso de aguas finas

    Agencia AFP

    Relacionadas

    Aguas finas embotelladas de Australia, Canadá, Eslovenia, Estados Unidos, Noruega y Portugal y Ecuador cosecharon medallas de oro como las mejores del mundo, en un concurso celebrado en este último país, que también fue galardonado.

    Los productos ecuatorianos Health H2O (marca Splendor en Ecuador) y Tesalia fueron los máximos triunfadores en dos de las siete categorías sobre tipos de aguas, mientras que el australiano Aqui-Live se alzó con dos oros en la premiación realizada el miércoles por la noche en Guayaquil (suroeste).

    Entre los ganadores de preseas de plata y bronce figuran aguas provenientes de Colombia (La Calera) y Perú (Socosani).

    Alrededor de 45 reconocidas marcas de 23 países como Francia, Chile y Argentina participaron en la International Fine Water Tasting Competition, cuya cata se cumplió el martes en las fuentes de la planta de la empresa multilatina de bebidas Tesalia, en la andina Machachi (sur).

    Son consideradas aguas finas aquellas que al beberse no alteran el sabor de los alimentos, según expertos.

    Las marcas premiadas son:

    – Aguas sin gas con mineralización súper baja (<50mg/l):

    Oro: Health H2O (Ecuador). Plata: Svalbardi (Noruega). Bronce: Snasa (Noruega).

    – Aguas sin gas con mineralización baja (<250 mg/l):

    Oro: Healsi (Portugal). Plata: Clear Alaskan Glacial (Estados Unidos) . Bronce: Tourmaline Springs (Estados Unidos).

    – Aguas sin gas con mineralización media (<800 mg/l):

    Oro: Tesalia (Ecuador). Plata: La Calera (Colombia). Bronce: Aqua Pacific (Fiyi) y Sole (Italia).

    – Aguas sin gas con mineralización alta (> 800 mg/l):

    Oro: Aqui-Live (Australia). Plata: Socosani (Perú).

    – Aguas de fuentes exóticas:

    Oro: De l’Aubier (Canadá). Plata: Kona Deep (Hawái). Bronce: Deeps Gold (Corea del Sur).

    – Aguas con gas con carbonatación añadida:

    Oro: Aqui-Live (Australia) . Plata: Oravida (Nueva Zelanda) . Bronce: Abatilles (Francia) , Perlage (Polonia) , RIM (Líbano) , Raw Lava/Ice (Groenlandia) y Socosani (Perú) .

    – Aguas con gas naturalmente carbonatadas:

    Oro: ROI (Eslovenia). Plata: Güitig (Ecuador). Bronce: Pedras (Portugal).

    – Mejor diseño de botella de vidrio:

    Oro: Svalbardi (Noruega). Plata: ROI (Eslovenia). Bronce: Healsi (Portugal).

    – Mejor diseño de botella de tipo PET:

    Oro: Jackson Spring (Estados Unidos). Plata: Waiakea (Hawái). Bronce: Tahoe Artesian y Tourmaline Springs (ambas de Estados Unidos).

    Ministra Eva Garcia es parte del #WaterTastingCompetition2018. Foto: Twitter Ministerio de Industrias
    Ministra Eva Garcia es parte del #WaterTastingCompetition2018. Foto: Twitter Ministerio de Industrias
  • La firma reduce el consumo de agua

    Redacción Quito

    Relacionadas

    Tigre Ecuador, empresa dedicada a la fabricación de tuberías y conexiones para la conducción de agua, lleva adelante un plan de manejo ambiental, cuyo objetivo es mitigar los impactos en la naturaleza que pueda generar su actividad industrial.

    La gestión ambiental de esta empresa se lleva con mayor fuerza en las líneas de producción, dada la gran cantidad de agua que utiliza Tigre Ecuador en el proceso de enfriamiento de las tuberías.

    El consumo de agua disminuye considerablemente, gracias a un sistema de recirculación y tratamiento primario del recurso líquido, que permite su reutilización.

    “El agua que ingresa se reutiliza de forma permanente, porque contamos con unas piscinas de tratamiento”, explica Gabriel Tapia, gerente comercial de Tigre.

    El control del ruido también forma parte de la gestión ambiental de la firma. La planta industrial genera 39 decibeles, siendo el máximo permitido de 45.

    Para mitigar el impacto, las maquinarias están alejadas de las paredes colindantes con infraestructuras vecinas a la empresa .

    Adicionalmente, aquellas máquinas que generan mayor ruido se ubican en subsuelos o en cuartos adecuados para la mitigación del ruido, con lo cual se encapsula el sonido en estos espacios.

    Las personas que operan las maquinarias trabajan con aparatos auditivos mitigadores del ruido y laboran en un horario reducido, de acuerdo con las leyes laborales.

    La segregación de los residuos en peligros y no peligrosos es otra de las medidas que ha tomado Tigre en pro del ambiente.

    Entre los peligrosos están los aceites de mantenimiento de máquinas y montacargas, los cuales son entregados a gestores de reciclaje autorizados. Como no peligrosos hay plásticos, cartones, fundas, entre otros, que también son entregados a gestores.

    Finalmente, como responsabilidad social, la empresa ha procurado mantener una buena relación con los vecinos de la comunidad donde opera la planta, ubicada en el sector de Carcelén. “Todos los meses nos reunimos con ellos para evaluar cualquier impacto que podamos causarles”, señala Tapia.

    La separación de los residuos por tipo de desecho es una de las medidas que cumple la empresa. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    La separación de los residuos por tipo de desecho es una de las medidas que cumple la empresa. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Hidromercado: Expertos en aprovechar agua

    Sofía Ramirez

    Relacionadas

    Tinas de baño e hidromasajes son la carta de presentación de Hidromercado.
    La empresa -creada en 1997- tiene una extensa línea de negocios que se enfoca en ofrecer herramientas para el manejo de agua para consumo (bombas), recreación (tinas), calentamiento, cuidado de jardines entre otros.

    Mauro Noboa, gerente comercial de la firma, explica que la diversidad en su portafolio permitió la consolidación de este negocio.

    Los inicios de la empresa fueron hace 19 años, cuando Nany Celi -actual propietaria de Hidromercado- creó la empresa con la idea de ganar la representación de la marca mexicana Evans.

    Así la empresa empezó la distribución de productos como bombas de agua, motosierras para el cuidado del jardín, compresores para pintura, filtros purificadores de agua, entre otros.

    En el 2006, con la meta de conseguir más clientes los dueños de Hidromercado apostaron por la elaboración de hidromasajes, lavanderías y tinas para el hogar: “vimos una oportunidad de negocio en este nicho”, dice Noboa.

    Este ingeniero comercial con un MBA de la Universidad San Francisco de Vitoria (España) detalla que para la producción de estos artefactos, Hidromercado compró la marca Faberline, que ya tenía experiencia en el mercado.

    Pero el ‘know how’ que le puso Hidromercado le dio el valor agregado, explica. El cliente, por ejemplo, puede escoger si se instala una radio o teléfono junto al hidromasaje. Además, el detalle en los acabados es esencial.

    La planta de producción ubicada en la av. Galo Plaza Lasso, en el norte de Quito, tiene tres áreas para la elaboración de los hidromasajes.

    La primera es la de fabricación del molde de madera. A este se lo cubre con dos capas de fibra de vidrio. Luego se coloca tres capas de pintura -la receta de la tintura se elabora en Hidromercado- y permite tener un acabado perfecto, dice el empresario.

    Por último, se instalan los accesorios que son importados desde Canadá; en lo que es grifería se utiliza productos nacionales.

    Las tinas de baño, lavanderías, pies de ducha e hidromasajes se distribuyen en determinados locales a escala nacional.

    Cristina Buitrón, quien es parte del área de Mercadeo de la cadena Kywi, indica que trabajan con Hidromercardo hace más de tres años. Ella afirma que el producto con mayor rotación son las bombas de agua marca Evans.

    En cambio, en Home Vega, el fuerte son las tinas de baño e hidromasajes. Santiago Espín, analista de compras de la firma, indica que se comercializan cuatro productos de la marca al mes, en promedio. El hidromasaje más grande es el que tiene mayor demanda, indica.

    En noviembre pasado, Hidromercado realizó un impulso de su marca y presentó productos sustentables. Noboa indica que para el 2017 se enfocarán en comercializar bombas de aguas residenciales, sistemas de presión, motores eléctricos para uso agrícola elaborados con materiales reciclables. Esto permitirá un ahorro de energía de 35%.

    También, innovarán en la categoría de motores de combustión. El nuevo portafolio emitirá menos bióxido de carbono y mantendrán un bajo nivel de ruido.

    En los sistemas hidroneumáticos (tanques de almacenamiento de agua) el objetivo de la empresa será elaborarlos con una membrana reciclable y ecológica que permite su reutilización.

    Otra estrategia de crecimiento de Hidromercado será ampliar la planta de producción. También, fortalecerán la cadena de distribución y los puntos de ventas a escala nacional.

    Entre los planes asimismo se cuentan instalar talleres y servicio técnico para los diferentes productos que comercializa la empresa ecuatoriana.

    La planta de Hidromercado está ubicada en el norte de Quito. En el lugar fabrican las tinas de baño, hidromasajes y lavanderías para uso residencial. Foto: Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
    La planta de Hidromercado está ubicada en el norte de Quito. En el lugar fabrican las tinas de baño, hidromasajes y lavanderías para uso residencial. Foto: Foto: Julio Estrella/ LÍDERES
  • El agua para el cultivo se cosecha con su producto

    Redacción Quito

    (I)
    La falta

    La falta de agua para sus cultivos de palma africana en Quinindé, Esmeraldas, se convirtió en una oportunidad de negocios para Miguel Cueva. Al no tener opciones de riego, él encontró una agrotecnología con origen en EE.UU. que no había sido introducida nunca en Ecuador y así nació Cosecha de Lluvia.

    Este emprendimiento comercializa un hidrorretenedor que almacena agua de tal manera que, cuando viene la lluvia o riego, el líquido queda en su interior. El producto es un poliacrilato de potasio que por cada gramo puede retener hasta medio litro de agua.

    “En contraste con una esponja, este producto retiene el líquido y solo cuando las raíces de la planta hacen contacto con el gel estas pueden absorber el agua y los nutrientes”, explica Cueva.

    Debido a que está conformado por potasio, la planta no se ve afectada ya que este es un nutriente importante. Incluso, cuando la partícula termina su vida útil a los cinco años, al ser insoluble no se absorbe por la planta.

    La tecnología fue creada en Japón a mediados del siglo XX. Sin embargo, no se utilizaba en Ecuador debido a que las estaciones, hace algunos años, eran más marcadas. “Ahora no se sabe con precisión cuándo va a llover, entonces este producto es una gran ayuda”, agrega Cueva.

    Sus operaciones se iniciaron en 2015 con una inversión de USD 10 000. La primera importación fue de una tonelada de producto y la estrategia de ventas era visitar a cada agricultor y hacer pruebas. Cueva recuerda que uno de los primeros problemas fue que había incredulidad en las personas.

    “No entendían cómo en un gramo podía retener tanta agua y estuvimos a punto de cerrar la por que no había ventas”, explica.

    Pero una vez que los usuarios empezaron a atestiguar sobre el producto, las ventas incrementaron. Hasta la fecha su facturación sobrepasa el 600% de la inicial con un monto promedio mensual de USD 4 000. El emprendimiento cuenta con distribuidores en todo el país excepto las provincias de Chimborazo, Tungurahua y de la región Amazónica.

    Al escuchar del producto, Salomón Gordillo, ganadero de Machachi, decidió probar en una hectárea en su hacienda. El objetivo era mejorar el crecimiento y calidad del pasto para alimentar a su ganado lechero.

    “Anteriormente debía regar una vez por semana por cinco horas pero ahora lo hago una vez al mes. El ahorro que he obtenido es sustancial, aproximadamente reduje el 75% del consumo de agua solo en esa hectárea”, asegura Gordillo. Debido a que el producto está fuera de stock, el ganadero no pudo comprar más pero espera ampliar el uso a dos hectáreas más, próximamente.

    La dosis depende de los litros de agua que el agricultor desee almacenar. Cueva explica que trabajando con plantas de cacao en El Empalme, en Guayas, utilizaron 10 gramos por planta bajo 40 grados de temperatura y 10 horas de luz diarias. El resultado fue 21 días sin tener que realizar riegos.

    En viveros o camas de cultivo más pequeños, un gramo se debe utilizar por kilo de suelo para lograr casi un mes de agua.

    La utilización depende de la estación y el objetivo esperado. En casos en los que el agua es escasa se debe sembrar la planta con más producto, lo cual asegurará que en las lluvias o riegos se maximice la retención. En casos en los que el agua es abundante, el uso puede reemplazar mano de obra o sistemas de riego más costosos.

    El producto se comercializa a través de visitas y asesoramiento personalizado a un precio de
    USD 30 por kilogramo.

    Miguel Cueva es el fundador de Cosecha de Lluvia. Su experiencia en la finca de la familia en Quinindé le dio la idea para iniciar su empresa. Foto: Foto: Vicente Costales/ LÍDERES
    Miguel Cueva es el fundador de Cosecha de Lluvia. Su experiencia en la finca de la familia en Quinindé le dio la idea para iniciar su empresa. Foto: Foto: Vicente Costales/ LÍDERES
  • Con filtros de agua y paneles solares aportan a Manabí

    Valeria Heredia (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    ‘Un emprendedor no tiene ninguna limitación”. Esta es una de las frases que rescató Marco Antonio Castillo, un quiteño que levantó Puritek de la mano de su amigo y socio Javier Moreira.

    Puritek es una empresa de instalación de sistemas de purificación de agua radicada en Portoviejo, Manabí, en la costa ecuatoriana. Funciona hace siete años con la idea de ofrecer una opción para beber agua de calidad.

    La historia de la empresa comienza después de varios negocios fallidos de estos amigos, que se conocieron en una convención de personas que vendían filtros de agua. Desde ahí su amistad creció, al igual que su negocio.

    Lo primero que hicieron fue desarrollar la idea de tener una empresa que ayude a filtrar el agua. Se suma que la empresa debía aglutinar a varias personas; es decir, querían dar la oportunidad para que otras personas trabajen. Y lo lograron, porque cuentan con 34 colaboradores entre asesores comerciales, técnicos, secretarias y más personal.

    El negocio se instaló en Manabí porque el agua en varias localidades no siempre es de calidad. “Hay sectores en los que no hay agua potable y tienen que cavar pozos o vertientes”. En estos sectores, las personas beben agua de un bidón o embotellada.

    Su negocio se centra hoy en día en Manabí y en Santo Domingo, pero también se ha extendido a otras provincias. Al momento, tienen cerca de 5 000 clientes, entre casas, edificios, negocios como restaurantes, etc. Su línea de asesores recorre el país para ofrecer la garantía y brindar un servicio diferenciado. “Tenemos una atención personalizada y un producto de calidad”, dice Castillo.

    La inversión se pensaría que fue lo más difícil pero con creatividad todo se puede. Trabajó unos meses en una empresa que comercializaba estos equipos. Luego hizo los contactos para traer los aparatos y pidió un crédito. Vendía el producto, luego cancelaba el crédito y se quedaba con las ganancias. Lo hizo porque no contaba con el dinero suficiente para traer más equipos.

    “Empezamos desde cero y solo con tres equipos. El dinero invertido daba la vuelta”, señala Moreira, oriundo de Portoviejo.

    Para el hombre, una de las bases del crecimiento de su negocio es que se capacitaron constantemente y le apostaron por un producto que cubra las necesidades de la población.
    La instalación de los equipos dura una hora aproximadamente. La capacidad de almacenamiento de un aparato es de 80 litros diarios. Y el mantenimiento se lo hace periódicamente. El precio de los equipos depende de la calidad del agua. Va desde los USD 700.

    Luego del terremoto del 16 de abril tuvieron más trabajo. Tenían que revisar todas las instalaciones de sus clientes que afortunadamente resultaron ilesas. Además, nuevas personas buscaron estas alternativas porque desconfiaban del abastecimiento de agua.

    En su interés de cuidar el ambiente apostaron por los paneles solares y trabajan en este tema desde el año anterior. Lo hicieron con mayor fuerza tras el movimiento telúrico de abril.
    La venta de estos equipos viene creciendo paultainamente. Ahora venden sus productos a empresas atuneras, industrias, escuelas del milenio y más. La meta de estos dos emprendedores es ensamblar paneles solares en el país. Así lograrán bajar los costos para los clientes y continuar con la expansión de su empresa.

    Marco Castillo y Javier Moreira son dos amigos que levantaron la empresa Puritek, que se encarga de la instalación de filtros de agua. Además cuentan con paneles solares desde el 2015. Fotos: Cortesía Puritek
    Marco Castillo y Javier Moreira son dos amigos que levantaron la empresa Puritek, que se encarga de la instalación de filtros de agua. Además cuentan con paneles solares desde el 2015. Fotos: Cortesía Puritek
  • Cervecería Nacional y Tesalia CBC envían agua a zonas afectadas por el terremoto

    Sofía Ramirez

    Desde el domingo pasado (17 de abril) en la madrugada, Cervecería Nacional (CN) y Tesalia CBC enviaron contingentes de agua hacia Esmeraldas y Manabí. Sin embargo, a través de un de comunicado de prensa, el Ministerio Coordinador de Seguridad dispuso que todas las empresas envasadoras de agua en el país entreguen su producción a través de las gobernaciones; y en caso de ser necesario se dispondrá la requisición del agua embotellada necesaria para abastecer las zonas afectadas.

    Esto tiene el objetivo de abastecer del líquido vital a los damnificados y familiares del terremoto que deja hasta hoy, martes 19 de abril del 2016, unas 480 personas fallecidas según Diego Fuentes, viceministro del Interior.

    Andrés Bolek, director de Asuntos Corporativos de Cervecería Nacional (CN) señaló a este Diario que desde el domingo pasado y como iniciativa propia se envía 125 000 litros diarios de agua a las zonas afectadas por el sismo de 7,8 grados en escala de Richter. Por lo que así se estaría cumpliendo con la disposición gubernamental: “nuestra embotelladora está claramente enfocada en producir 100% para la emergencia como donativo” señala.

    Para esto, Cervecería Nacional tiene un cronograma establecido del envío de agua en camiones que salen desde Quito y Guayaquil. Todo esto se coordina con las autoridades pertinentes. El envío de agua por parte de esta firma se realizará durante las próximas semanas, sin especificar fechas.

    Rosa María de Frade, directora de Relaciones Institucionales de Tesalia CBC indicó que desde el pasado domingo en la madrugada también activaron los protocolos de respuesta para dotación de agua en las zonas afectadas por el terremoto. Inicialmente enviaron 100 000 litros de agua en coordinación conjunta con las entidades gubernamentales, pero luego de la disposición emitida por el Ministerio Coordinador de Seguridad, enviarán cada semana 2,1 millones de agua durante los próximos 30 días.

    Coca-Cola de Ecuador y ARCA-Continental entregó 126 000 litros de agua, jugos, hidratantes y avenas, a través de instituciones gubernamentales, a los damnificados en las zonas costeras ecuatorianas afectadas. En los próximos días se prevé entregar más de 282 000 litros adicionales para apoyar con las necesidades de hidratación de la población, productos lácteos de Toni y 20 480 snacks de Inalecsa. Por otro lado, nuestros asociados están apoyando con voluntariado a través de las instituciones gubernamentales.

    Como parte del aporte económico del Sistema Cola-Cola, USD 1,5 millones serán donados para labores de ayuda inmediata y reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto. Estos fondos serán canalizados a través de la Cruz Roja Ecuatoriana y proyectos de ayuda comunitaria.

    Coca-Cola de Ecuador, Arca Continental y Fundación Coca-Cola de Ecuador, además, invitaron a la comunidad y a la empresa privada a colaborar, a través de donativos voluntarios que pueden ser depositados en el Fondo de Emergencia de la
    Cruz Roja Ecuatoriana, con el RUC: 1791241746001, en las siguientes cuentas: cuenta corriente 3462520104 de Banco del Pichincha y en la cuenta de ahorros 46158275 del Banco de Guayaquil.

    Las empresas envasadoras entregan agua embotellada, jugos y bebidas a las autoridades para los damnificados del terremoto en Manabí y Esmeraldas. Foto: Mario Faustos/ LÍDERES
    Las empresas envasadoras entregan agua embotellada, jugos y bebidas a las autoridades para los damnificados del terremoto en Manabí y Esmeraldas. Foto: Mario Faustos/ LÍDERES