Etiqueta: artesanal

  • Grupo Vikingo Con sus cauchos se afianzan grandes infraestructuras

    Pamela García. Redacción Quito / LÍDERES

    Orlando Fuentes aprendió sobre el negocio del caucho de las manos de sus padres. Con esa experiencia, el 17 de marzo de 1983 se ‘independizó‘ y abrió su propio taller de caucho artesanal bajo el nombre de Cauchos Vikingo.

    A pesar de que para Fuentes (quien trabajaba como docente en la Universidad Central), esta iniciativa comenzó como una actividad de medio tiempo, la calidad de sus productos le permitió abrirse paso en el mercado industrial.

    Tres décadas más tarde, Grupo Vikingo cuenta con más de 5 000 variedades de ítems en sus siete líneas de fabricación, así como productos bajo diseño para empresas públicas y privadas.

    Sus cauchos se pueden encontrar en mas de 40 proyectos viales como el puente del río Guayllabamba, el intercambiador del Paseo San Francisco, el puente de Tachina (Esmeraldas), el intercambiador de Chillogallo y en la recién inaugurada Ruta Viva hacia el aeropuerto de Quito.

    En este último proyecto, ejecutado por la constructora Odebrecht, la firma instaló más de 300 apoyos de neopreno, 600 metros de juntas de dilatación y 450 refuerzos antisísmicos para la construcción de los puentes. «Un 90% del caucho de estas obras es nuestro», indica Francisco Fuentes, gerente comercial.

    María José Ortiz, asistente de subcontratos de Odebrecht, indica que para este tipo de proyectos se necesitan productos que demandan certificaciones de calidad. «Grupo Vikingo cumple a tiempo y con eficiencia los proyectos. En la instalación de los puentes su servicio fue de calidad», indica Ortiz.

    Para asegurar la calidad de sus artículos, la firma trabaja conjuntamente con la Academia: la Escuela Politécnica Nacional prepara reportes sobre la dureza, resistencia y durabilidad del caucho que elaboran. «Un 90% del caucho en estas obras es nuestro por lo que nos esforzamos en fabricar lo mejor», dice Fuentes.

    Así también, la empresa produce su maquinaria y cuenta con su propia gestión metalmecánica para efectivizar sus procesos de producción. Como materia prima utiliza ocho variedades de cauchos naturales y sintéticos.

    Patricia Medina, funcionaria de Agicom, empresa ubicada en Santo Domingo de los Tsáchilas y proveedora del Grupo desde el 2010, comenta que la firma entrega 1 050 kg de caucho natural al mes. «Su producción ha aumentado en los últimos años, lo que también beneficia a nuestra empresa», dice Medina.

    En su fábrica ubicada en el sur de Quito tiene una capacidad de producción instalada de una tonelada diaria. Sus 45 colaboradores trabajan dos turnos para satisfacer la demanda de sus clientes y cumplir a tiempo los contratos.

    En el 2010, Francisco Fuentes tomó el mando de la empresa. Su principal estrategia fue la tecnificación y capacitación, no solamente de sus colaboradores sino también de sus clientes. Por eso han realizado conferencias para el manejo de caucho en Guayaquil, Quito y Cuenca.

    Así también en este proceso de rediseño organizacional su inversión en maquinaria aumentó a USD 157 000 y su fábrica se expandió de 1 100 a 1 500 metros cuadrados en cinco años.

    A partir del año pasado las ventas de Grupo Vikingo han superado los USD 1,3 millones y el objetivo para el próximo año es obtener los permisos para cerrar negocios y comenzar a exportar. «Hemos recibido ofertas desde Brasil, EE.UU. y España», comenta Fuentes.

    La empresa en breve

    Clientes. La firma cuenta con una cartera de más de 1 500 clientes.

    Materiales. Trabaja con caucho natural y sintético; siliconas industriales, nitrilos, dependiendo de los pedidos.

    Empleados. Comenzaron tres personas y hoy suman 45 colaboradores.

    EL INSIGNIA

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    ‘Trabajamos en el mejoramiento del caucho’

    Jorge Luis Chango. Jefe de Producción de Cauchos Vikingo

    Trabajo en esta empresa desde 1992 y durante esta última etapa hemos crecido y convertido en una empresa fuerte en el país.

    Una de las cosas más valiosas en estos años ha sido todo lo que he aprendido sobre el manejo del caucho con los ingenieros, tanto con el papá como con los jóvenes. La labor que realizamos en la actualidad, para la elaboración de puentes, nos motiva como empleados.

    Nosotros tenemos varias capacitaciones y charlas al año con ingenieros químicos para seguir trabajando en el mejoramiento del caucho. Así también en la empresa, el ambiente de trabajo es agradable. Nos llevamos todos y existe mucha confianza para tratar temas de trabajo.

    La frase. «La labor que realizamos para la elaboración de puentes nos motiva como empleados».

  • Una vitrina virtual reúne a Mipymes sostenibles del país

    Redacción Quito (I)

    Barras de granola, jabones de avena y miel, crema en barra de cacao fino de aroma… al alcance de un clic. Ahora, los productos sustentables y artesanales también forman parte del ‘e-commerce’, a través de minka.com.ec.

    Este portal reúne las propuestas, al momento, de 18 mipymes que manufacturan productos sustentables. Carolina Pazmiño y Paola Carrera son las creadoras de esta propuesta.

    Hace siete meses, luego de que Pazmiño regresó a Ecuador al culminar su maestría en Economía en la Universidad Nacional de Australia, surgió esta iniciativa con el fin de apoyar a marcas que elaboran productos artesanales.

    Para conseguirlo, se asoció con su prima, quien actualmente estudia Relaciones Internacionales en la Universidad Internacional del Ecuador. Juntas se plantearon el reto de crear un proyecto para impulsar el comercio justo de pequeñas y medianas empresas con ideas innovadoras y, sobre todo, que tengan conciencia ecológica o social.

    Para poner en marcha su negocio invirtieron USD 20 000, que se destinaron a la creación de la página web, las visitas que realizaron a los pequeños empresarios en Pichincha, Guayas, Tungurahua e Imbabura, y la compra de la mercadería para la venta ‘online’.

    Las emprendedoras acudieron a cada planta y taller de sus proveedores para verificar si sus procesos o materias primas son sustentables. Para ello, realizaron un sistema de calificación con un rango de 1 a 10 puntos; Minka comercializa solo las creaciones de mipymes que sobrepasan el puntaje mínimo de siete sobre 10.

    Al momento de pagar a sus proveedores, Minka entrega el 50% del valor de lo adquirido y la diferencia en el transcurso de los siguientes 30 días, para que se considere comercio justo.

    La semana pasada se lanzó oficialmente el sitio web, que cuenta con unos 244 ítems, que van desde productos de belleza, bolsos, alimentos, entre otros. El cliente ya los puede adquirir por medio del sistema de pagos Paypal.

    Sofía González, propietaria de Mama Tungurahua, que se dedica a la producción de jabones y cremas artesanales, señala que «la propuesta es muy profesional y muy bien realizada». Ella comenta que les vendió un lote de 22 unidades de jabones para su primera venta.

    Con ese criterio coincide Vanessa Godoy, de Khia Organic, iniciativa que confecciona ropa con algodón orgánico para hombres, mujeres y niños.

    LA PROPUESTA

    El público objetivo. Personas de clase media y media alta, entre edades de 16 a 40 años.

    La promoción. Minka se ha promocionado por medio de campañas de expectativa a través de las redes sociales.

  • El calzado artesanal integra diseños exclusivos y tradición

    Redación Quito

    El telar ha sido una herramienta que ha existido desde el siglo XVI y tres quiteñas emprendedoras decidieron apoyarse en ella para innovar y crear, lo que llaman, «un calzado único«.

    Kamay es una iniciativa creada en el 2013 por María Fernanda Donoso y sus dos hijas: Verónica y Daniela Guarderas, que elabora calzado, gorros, monederos y bolsos en tela bordada, siendo los zapatos su principal fuente de ingresos.

    Con una inversión de USD 10 000 arrancó el proyecto. El capital propio se utilizó para adecuar un espacio en su vivienda y desarrollar el emprendimiento que tiene como aliadas estratégicas a comunidades textileras de Otavalo.

    Daniela Guarderas elabora los diseños y crea los modelos de calzado. Estos productos son elaborados por el artesano Wilmer Pérez y su familia.

    La tradición de pueblos ancestrales como los Yumbos, Quitus y Karas son una inspiración para crear los diseños. «Los petroglifos (símbolos) nos permiten traer la cosmovisión indígena y crear tendencias modernas», dice Guarderas.

    Al mes esta microempresa puede producir 100 pares de zapatos. Cada diseño es único, por ser artesanal, puesto que cada telar es diferente y, además, el cuero no siempre es del mismo color.

    Para comercializar sus productos, ellas apuntaron a la exportación por lo que realizaron cursos de capacitación en ProEcuador. Holanda, Australia, Inglaterra y EE.UU., son algunos de los destinos a los que llega el 40% de la producción mensual de Kamay. Lo hace, vía Correos del Ecuador.

    En el mercado nacional, comercializan su calzado vía redes sociales, venta directa o por catálogo, ferias, por su página web y por pedido. «En la feria Contrastes tuvimos gran acogida con la marca», dice Guarderas.

    A María Alejandra Moreno, una clienta del negocio, le gustan los productos por sus diseños coloridos y originales. «Compré un par para mí y dos para mis hijos. Los zapatos son muy cómodos y los precios son asequibles», señala.

    El rango para sus modelos de botas polares, botines, zapatos de bailarina, de caña alta y caña baja es de USD 30 a 60, y manejan tallas de 36 a 44. «Para el mercado extranjero son las tallas más grandes», indica Donoso.

    En la actualidad, la microempresa registra una facturación mensual de USD 5 000. Fanny Ronquillo también es clienta de la marca e indica que la sensación de tener un producto único es lo que más le gusta del calzado de Kamay.

    Datos adicionales

    El producto. Para realizar un calzado personalizado se toma una muestra del cliente dibujando la silueta del pie en papel.

    Los proveedores. La materia prima que utilizan para el calzado es 100% ecuatoriana.