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  • ‘La banca tiene que adecuarse a las nuevas reglas y ser más eficiente

    Xavier Basantes / LÍDERES

    Durante una entrevista que duró 50 minutos, la Ministra se refirió a tres temas: el proyecto de Ley de regulación de Créditos para Vivienda y Vehículos; la reestructuración de la banca pública y la elaboración de un nuevo Código Financiero; y la agenda del Ejecutivo para el segundo semestre, en la que se mira con atención la evolución del precio del crudo.

    ¿Por qué el Ejecutivo envió a la Asamblea el proyecto que regula los créditos para la vivienda con el carácter de urgente, si Ecuador no atraviesa situaciones similares a las de España o EE.UU.?

    Es un tema que ha dado margen a confusión. La urgencia tiene que ver con la sensibilidad del Presidente (Rafael Correa) de constatar, en el caso español, el abuso excesivo de las garantías para los deudores con créditos hipotecarios y constatar que en el caso ecuatoriano ocurría lo mismo. No es porque hay una burbuja inmobiliaria o una crisis latente, no hay nada de eso, y ahí coincidimos todos los actores públicos y privados. No es del caso. Hay un mar de distancia entre el caso de la economía ecuatoriana y el de la española. Por ahí no va la cosa.

    ¿Sin embargo, en la Asamblea se aprobó otro texto en el cual se añadieron a los vehículos y además se obliga a bancos no especializados a incluir al crédito hipotecario?

    Estamos analizando el contenido y es probable que esta semana (la semana anterior) el Presidente envíe sus observaciones a la Asamblea. El proyecto originalmente enviado ha sido modificado. La incorporación del tema de vehículos fue un tema analizado con el Gobierno, hay otros temas que salieron del debate en la Asamblea y eso es lo que se está revisando, como lo del 5%, que obliga a determinados bancos a otorgar créditos hipotecarios.

    ¿Por qué se incluyeron a los vehículos en el proyecto? ¿Qué le preocupa al Gobierno?

    En el caso de los vehículos el razonamiento fue el siguiente: ¿cuál es el patrimonio más importante del hogar ecuatoriano promedio, a quien se quiere proteger? Salen, la vivienda y el vehículo. Normalmente, un hogar hace todo lo posible por adquirir en su vida un patrimonio tan preciado como lo es la casa y, por lo tanto, se dirigió hacia allá la medida, a la casa única, y prevenir los riesgos. En el caso del auto, el razonamiento es parecido y por eso se ha puesto un techo tanto en vivienda como en vehículos, porque el riesgo ya no para la banca sino para el ciudadano, es el mismo: el exceso del uso de garantías. En el caso de los autos todavía era más difundido. El hecho de que si alguien ha realizado su crédito prendario, para comprarse un vehículo y pagó puntualmente durante un año su contribución, le ocurre cualquier incidente, no por mala voluntad, y pierde lo que ya anticipó, pierde el vehículo, y aparte arriesga el resto de sus bienes. Esta es la situación que se quiere proteger. Lo que se quiere es compartir de mejor manera la responsabilidad del riesgo. Antes, lo que hacía la banca era protegerse muy bien del riesgo, pero recargando todo el riesgo al cliente. Entonces, ahora es un llamado a la banca a ser más eficiente, a mejorar sus propias calificaciones y estimaciones de riesgo; impone un mayor aumento de la eficiencia en los análisis que haga la banca. Nadie la está pidiendo que pierda ni que arriesgue demasiado; que se proteja, pero en base a ser más eficiente; en analizar el riesgo y no tener la seguridad de que, de todos modos, va a cobrar como sea.

    ¿Ha sido una ley dirigida a la banca?

    Yo diría una ley dirigida a la protección de los ciudadanos respecto de sus bienes patrimoniales más importantes, sobre todo de aquellos sectores de mayor vulnerabilidad. Una ley que no es inventada a la ecuatoriana sino que es una ley (similar) vigente en los EE.UU., en donde se aplica exactamente la misma consideración en varios estados de ese país. Entonces, hay la legislación internacional referencial, que permite pensar que no es una medida arbitraria, es una medida totalmente razonable en donde la banca no pierde, no pierde nada. Lo único que tiene que hacer es adecuarse a las nuevas reglas y ser más eficiente en el análisis de sus riesgos.

    ¿Pero en las entidades que nunca han estado en el segmento de crédito hipotecario puede haber problemas por obligarles a entregar esos préstamos?

    Eso es parte de lo que estamos discutiendo ahora. No fue una propuesta del Gobierno. Estamos debatiendo y en proceso de ajuste, para ver cuál será la posición final del Gobierno.

    Fue un desliz del asambleísta Paco Velasco decir que también se pudiera legislar en función de los créditos para celulares, electrodomésticos… ¿El Gobierno piensa en una ley así?

    Son casos diferentes y argumentaría que el pensamiento del Gobierno es claro y está dirigido a estos patrimonios especiales, que protegen a los hogares, y al mismo tiempo tenemos la responsabilidad de proponer medidas que también mantengan el reparto justo del riesgo y mantener también un sistema financiero sólido como el que actualmente tenemos.

    ¿Pero el Ejecutivo piensa en otro tipo de leyes para proteger el patrimonio familiar?

    No, no se ha pensado. Los otros son bienes de consumo y tienen otro tratamiento.

    ¿Un desliz del asambleísta Velasco?

    No puedo decir eso, ni siquiera lo he escuchado.

    La banca ha dicho que con esta ley, el ritmo de crecimiento de la entrega de créditos hipotecarios bajará, consecuentemente la actividad inmobiliaria también se reducirá y eso afectará a los indicadores de crecimiento de la economía. ¿Han considerado esa posibilidad?

    No proyectamos una reducción mayor, hacemos un llamado al sistema financiero privado a seguir haciendo la apuesta a un sector de mercado tan importante, donde no han querido hacer apuestas. Si consideramos la distribución de ese mercado, más del 60% está en manos del Biess y el Biess entró a ese mercado, porque el sistema privado no daba respuesta. El mercado ecuatoriano -en el caso hipotecario- es uno de los más atrofiados de la región. Entonces, no es verdad que la banca haya hecho un esfuerzo muy importante en este nicho particular de mercado. Nunca han apostado adecuadamente por ese mercado; al contrario, yo le plantearía al revés, hacer un llamado a la banca a que entre en este mercado que es rentable, que tiene unas tasas de morosidad muy bajas y haciendo un correcto análisis, ellos están exigidos a hacerlo. La casa cubre bastante bien el riesgo que ellos estarían incurriendo cuando están financiando solo una parte del valor de la vivienda. Tienen que hacer un buen análisis y eso es todo. Por otra parte, la mayor parte del mercado, más del 60% lo está manejando el Biess, y la vivienda social jamás la ha ofertado la banca privada; ha estado en la clase media o en la clase media baja, pero en la vivienda social propiamente dicha, el único que ha dado respuesta es el Gobierno con el Biess y sus propios proyectos de vivienda social. Entonces, seguiremos muy activos en esa dirección para evitar cualquier impacto. Pero nuevamente, el llamado es a que los actores económicos apostemos al país y a que mejoremos y respetemos las reglas que serán para beneficio de todos. Porque incluso estas reglas, ahora que les preocupa el riesgo, más bien lo que están es previniendo cualquier dificultad, porque se entregarán los créditos adecuadamente a quien corresponda con corresponsabilidad en esa medición del riesgo y eso es positivo para todas las partes.

    En la eventualidad en la que se produzca esta reducción en la entrega de los créditos hipotecarios en la banca privada, ¿qué van a hacer?

    Seremos activos con el Biess y con las políticas públicas que hemos desarrollado en el tema de la vivienda.

    ¿Allí entraría a tener una mayor participación el Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV)?

    El BEV no ha sido un banco que presta al cliente final sino a la oferta de vivienda, que es diferente. Seguiremos con políticas activas para financiar la oferta de vivienda social.

    ¿El BEV entrará en la etapa de reestructuración de la banca pública para este año, que usted anunció en la rendición de cuentas económicas del Gobierno?

    En la reestructuración de la banca pública, en la parte referida a vivienda, estamos organizando de la siguiente manera: la parte que tiene que ver con el desarrollo urbano en general va a estar a cargo del Banco del Estado. Ellos dan financiamiento a los gobiernos seccionales; entonces, el Banco del Estado también pasará a considerar el apoyo a la oferta de vivienda social. En ese sentido, las actividades del BEV poco a poco serán asumidas por el Banco del Estado.

    ¿Se trata de una absorción institucional?

    Buscamos el mecanismo más adecuado, pero en principio queremos optimizar el número de bancos de la banca pública y en este caso será una función que la asumirá el Banco del Estado y también la naciente Corporación Nacional de Finanzas Populares (CNFP). Con eso, la CNFP pasaría a apoyar como una banca de segundo piso, para vivienda social, a los clientes directos, a las redes de cooperativas; mientras que el Banco del Estado, hará sinergia con los municipios para desarrollar proyectos urbanos, para apoyar a la oferta de vivienda social.

    ¿Cuándo se concretará este proceso?

    Intentamos hacerlo en este año y en el próximo. Necesitamos también un cambio de ley y estamos trabajando en la construcción de un Código más general para el sistema financiero y uno de los capítulos será el de la banca pública.

    ¿Qué pasará con el resto de entidades financieras públicas?

    En la propuesta de reestructura hay tres grupos de bancos. En el primer grupo estarían la CFN, como una banca de segundo piso; el Banco del Pacífico, como banca de primer piso; y el Fondo Nacional de Garantías. Todo este grupo, sobre todo estará especializado en las apuestas productivas de vanguardia, para apoyar el cambio de la matriz productiva y avanzar en la sustitución inteligente de importaciones y la promoción de exportaciones; esto, en las partes donde falla el mercado privado. Que sean apuestas de largo plazo, de grandes escalas, en donde la banca privada no quiere apostar. Por ejemplo, una propuesta bioenergética o de software, en donde se puede notar que se puede percibir que hay riesgos o con una recuperación muy lenta de largo plazo, ahí la banca privada no quiere apostar, porque quiere rentabilidad en el menor plazo posible. Para eso está destinada esta especie de holding financiero público.

    ¿Cuáles entidades estarán en el segundo grupo?

    Es un grupo más bien destinado a la inclusión financiera, nuevamente: en donde está fallando el mercado. En general, toda la nueva estructura de la banca pública será complementaria a la banca privada. No se pretende ir a competir en todo nicho, sino estar en estos nichos. Lo vanguardista, que permita mirar al Ecuador del futuro, en donde el sector privado no quiere hacer las apuestas, entonces hay que poner los incentivos financieros. Y un segundo punto, tiene que ver con la inclusión financiera, en donde están los sectores de campesinos y productores, percibidos de alto riesgo, en donde tampoco quiere apostar la banca privada o le resulta costoso, como las microfinanzas. Ahí estarán el Banco Nacional de Fomento (BNF), como banca de primer piso, y lo que será la CNFP, de segundo piso.

    ¿El tercer grupo?

    Allí estarán el Banco del Estado, que hará una entrada más territorial, para procurar una sinergia adecuada en todo el paquete que signifique infraestructura y desarrollo urbano, tanto del lado municipal (agua, saneamiento, servicios…), para los gobiernos seccionales, como para la demanda privada, como la oferta de la vivienda social. Creemos que esa es la manera más óptima y racional de sacarle un mejor provecho a la estructura institucional. Porque hemos tenido una herencia de un montón de bancos y de fondos. Esos fondos también convergerán en sus respectivos grupos bancarios, ya no habrá esta dispersión de fondos que se han ido ocurriendo en el tiempo y lo que hacen es dispersar los recursos públicos y es poco efectivo en el logro de resultados y objetivos. Es mejor ir con gran escala a paquetes más integrados y que tengan un efecto mucho mayor con bancas especializadas.

    ¿Cuándo se concretará este nuevo mapa de la banca pública?

    Hemos empezado ya, y de hecho estamos cumpliendo un cronograma de un compromiso que tenemos con el Presidente (Correa). La consolidación final va a provocarse todo este año. Ya las bancas han comenzado en sus andariveles; lo que no requiere reforma legal ya ha comenzado por definición política a considerar estos nichos, a especializarse en estos temas; aquellos que tienen que transferir competencias y funciones lo están haciendo, y lo que tiene que ser cambiado por ley será en el transcurso del próximo año, porque implica toda una reforma legal.

    ¿Esta reforma apunta a una reforma integral de la Ley general de Instituciones del Sistema Financiero o cómo se llamará este nuevo Código Financiero?

    Esa Ley general de Instituciones del Sistema Financiero va a ser un Código, como se ha hecho con otros grupos de leyes, va a ser un Código más macro. En este nuevo Código va a estar la parte pública, la parte privada… todo este sinnúmero de leyes pequeñitas, la del cheque, etc.; entonces, todo se agrupará en un solo Código para evitar la dispersión y la maraña de leyes.

    ¿Se trata de un nuevo Código orgánico del Sistema Financiero?

    Sí, se trata de un Código orgánico y esto lo vamos a trabajar con el Banco Central, pues será una actualización de la ley, más un ordenamiento de los temas referidos al sistema financiero e irán en un solo Código con distintos capítulos.

    ¿Cuando se enviará el nuevo Código a la Asamblea?

    Este es un trabajo que recién está comenzando y a lo mejor no se alcance a terminar este año.

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    Desde esa perspectiva, ¿cuál es la agenda que desarrollará el Ejecutivo en materia económica para el segundo semestre?

    Este año tenemos desafíos. Nuestro primer objetivo es consolidar nuestro crecimiento económico en un año a nivel internacional difícil y con mucho ruido.

    ¿Cuál es el ruido que más les llama la atención?

    Los temas de mercado internacional; de la demanda internacional.

    ¿Por los TLC de los países vecinos?

    Más que los temas de los tratados, los temas de la modificación de la demanda internacional. Pero no solo es un problema para Ecuador sino para toda la región. Estamos atentos a lo que está pasando en la demanda de los mercados; lo que está pasando con los precios también.

    A propósito de lo que pasa en el mercado, los reportes de los futuros de petróleo advierten que el precio del barril se ubicará en USD 81,24 para fin de año…

    Todo eso está ahora en debate. Los expertos están justo en esa discusión. Antes, había escenarios más optimistas; de todas maneras, todavía nada está dicho, es un mercado bastante difícil de predecir, pero estamos atentos a los análisis internacionales en esa materia. De todos modos, hemos tomado todas las precauciones y hemos puesto escenarios de estrés para el manejo fiscal con caídas del precio del petróleo hasta los USD 73, que fue lo del 2008. Estamos manejando una liquidez en caja en el Ministerio de Finanzas de alrededor de USD 900 millones, lo cual nos coloca en una situación de manejo. Además, nuestro portafolio de inversiones es tan grande y ante cualquier eventualidad tenemos un colchón bastante grande. Hay muchas acciones que estamos considerando para protegernos ante cualquier contingencia. También tenemos estrategias de financiamiento con líneas de crédito de contingencia.

    La contratación de un seguro petrolero es un tema que se menciona cuando en el escenario hay riesgos de problemas en el mercado internacional. ¿Está previsto contratar este tipo de seguro?

    Estamos atentos a todos los cambios de coyuntura. Por lo pronto, no lo hemos considerado; de todos modos, siempre estamos en continuo debate, porque cambian los escenarios y pueden tomarse medidas. Siempre estaremos precautelando el interés nacional. Para nosotros, mantener la estabilidad macroeconómica es muy importante en este segundo semestre; aunque los índices económicos se encuentran en un buen nivel, el endeudamiento, el déficit fiscal… Entonces, todo eso nos da holgura y tranquilidad para enfrentar bien esa situación. De todas maneras, tengan la seguridad de que estamos atentos ante cualquier coyuntura. Los escenarios mundiales son cada vez más volátiles y por lo tanto hay políticas que se pueden ir rápidamente ajustando. Pero lo más profundo y en el mediano plazo están todas las consideraciones de reacción ante los casos de cualquier contingencia.

    En el escenario del segundo semestre, ¿lo que más preocupa es el precio del petróleo o también lo que pudiera pasar con Grecia o el futuro de la Zona Euro?

    Por supuesto. Seguimos atentos a lo que pasa en Europa, lo que pasa con Grecia y España, y todo lo que significará en el impacto en la demanda tanto de la UE como de China; de todas maneras los países emergentes han apostado en la UE. Estamos manejando esos escenarios, pero aspiramos, como en todo el mundo, que Europa vaya buscando un canal de solución. Estamos atentos a lo que suceda y por eso estaremos planteando próximamente medidas al Sr. Presidente para ser mucho más proactivos en todas nuestras políticas comerciales y de balanza de pagos, para justamente evitar estas dependencias de mercados demasiado volátiles, con la diversificación de mercados, ser muy activos en posicionar nuestros productos. También queremos hacer un llamado al sector privado para ser mucho más activos y creativos en la oferta de productos para no seguir con productos tradicionales, que ahora enfrentan mercados tremendamente volátiles. Estamos moviendo varias cartas al mismo tiempo. Tendremos un largo taller con el Presidente para analizar estos temas, desde el lado de la sustitución de importaciones, desde el lado de promoción de exportaciones, de temas de manejo de servicios, analizar las posibilidades en las balanzas de capital y de financiamiento, para ser mucho más creativos con las políticas económicas. Como ustedes conocen tenemos la imposibilidad de tener políticas cambiarias y esa es una rigidez que nos permite ser mucho más creativos en términos de políticas económicas alternativas.

    ¿Al concluir el primer semestre se revisarán los indicadores económicos proyectados para el 2012?

    Estamos justamente ahora trabajando en eso. Para el próximo mes tendremos las previsiones ajustadas hasta el 2015. Estamos justamente en ese trabajo con el Banco Central.

    En cuanto a las decisiones que se han adoptado en el ámbito financiero, con la aprobación del proyecto de Ley de regulación de los Créditos para la Vivienda y los Vehículos, y el nuevo rol de la banca pública, ¿se corre el riesgo de que la banca privada oriente más su política crediticia hacia el consumo y eso pueda ocasionar una burbuja?

    En ese sentido, tengo que decir lo siguiente: la banca como estrategia, incluso en el manejo de sus riesgos, debe cuidar su portafolio y tiene que diversificarlo. Entonces, la banca tiene sus niveles de especialización, pero a la vez sabe diversificar el riesgo. Pero, por supuesto, lo que menos le interesa a la banca es estar en problemas en circunstancias de crisis y, por lo tanto, la cordura, más la regulación, más los incentivos que pone el Estado desde la Junta Bancaria y también de sus medidas de control evitarán que ocurran temas como estos que pretendamos irnos a un solo nicho de mercado, que puede vulnerar a todos en conjunto, a la misma banca y a todos los ciudadanos. Entonces, creo que eso no puede pasar, de todas maneras nosotros estamos para poner las regulaciones y los topes.

    Cuál es la lectura que tiene sobre el nivel del consumo en el país, con un mayor nivel de emisión de tarjetas de crédito o cuando los clientes del sistema financiero reciben llamadas en las que se les informa de aprobaciones de créditos o emisiones de nuevas tarjetas…

    Hay elementos que son normales y otros que hay que regular. Entre los elementos normales y necesarios está la profundización financiera. Ecuador está bajo el promedio de América Latina en términos de profundización financiera. ¿Qué significa profundización financiera? Es como los ciudadanos acceden al sistema financiero, sea vía depósitos o vía créditos, básicamente. Entonces a nosotros como país todavía nos hace falta mucho más para avanzar en esa dirección. En ese sentido es positivo el avance que hemos tenido en estos años. En efecto, la banca privada también ha hecho un rol positivo, el sistema financiero público también ha hecho un rol positivo, en términos de acercar a la ciudadanía los servicios financieros. Eso es normal y eso está ocurriendo. Lo que hay que ver es que eso sea sostenible, que sea adecuadamente manejado y eso es lo que hay que ir mirando. Ahora, en momentos de un ciclo alto de la economía, donde el Ecuador ha crecido a un ritmo importante, donde hay liquidez, el consumo y la demanda agregada se expresan, además de la inversión, han permitido la reactivación económica. Entonces, ese es un hecho económico positivo. Por eso hemos crecido en empleo, hemos crecido en el PIB, y todos estamos en una situación mejor, mejora la calidad de vida. Este es un ciclo positivo. Lo que hay que precautelar es que no haya sobrecalentamiento, que no se nos compliquen las cosas y, sobre todo, hacer las cosas adecuadamente. En los temas de consumo estamos sobre la picada, en términos de regulación, sobre todo en el lado crediticio, para evitar los excesos. Las tarjetas de crédito no es que han explotado ahora, explotaron en realidad a mediados de la década, cuando llegan al Ecuador. No es que crecen ahora, sino que viene un crecimiento constante desde el segundo quinquenio de la década pasada. El uso de la tarjeta se vuelve un medio de pago, no solo como un mecanismo para comprar a plazos. Esta es una primera consideración, porque puede haber una sobreestimación de lo que es el crédito propiamente dicho. Ahora, en cuanto al control, la Superintendencia de Bancos juega un papel muy importante en mirar que el manejo de esa cartera de crédito de consumo, tanto de tarjeta como también de los bancos, se maneje adecuadamente y para eso los indicadores y las reglas de prudencia que establece la Superintendencia. Siempre los estamos revisando y la Superintendencia siempre actualiza sus estudios y tomaremos las medidas que sean necesarias, cuando corresponda. Pero es la Superintendencia de Bancos la que tiene la responsabilidad de precautelar y controlar que esas carteras estén manejadas saludablemente. Hasta la fecha, hemos revisado los indicadores relevantes sobre la salud del sistema financiero y encontramos que no existen morosidades que nos alarmen. Están en los promedios estándares en la región; y el consumo siempre tiene una tasa un poco mayor frente a otros sectores. En fin, estamos con tasas aceptables dentro de lo que son las referencias que nos pide la instancia de control.

    ¿El proyecto de la nueva ley de Mercado de Valores entra en la agenda del Gobierno para el segundo semestre?

    Sí, esa es otra prioridad para nosotros. Es más, esta semana puede ir a la Asamblea; es otra ley que consideramos importantísima. No la hemos dejado de lado, lo que se ha hecho es mejorarla, discutirla con los propios actores, pero esa ley está lista. El Presidente, desde su Secretaría Jurídica, hará el envío. No me atrevo a decir si será con el carácter de ordinaria o urgente. Es una ley que consideramos muy importante, porque entre otras razones, ofrece otro mecanismo u otra posibilidad para canalizar los ahorros, a través de la adquisición de las acciones, como también para financiar las inversiones. Esto nos parece sumamente importante, porque –otra vez- nos parece un mercado atrofiado, en el caso ecuatoriano. La ley actual tiene casi 20 años, por lo que es muy necesario hacer una actualización y lo que se busca es desarrollar y profundizar este mercado, para que los ciudadanos tengan otra alternativa. Para que se democratice el capital, con los paquetes accionarios más diversificados. En esta nueva ley se crea una Junta Regulatoria; además, está la Superintendencia de Compañías para el control y también se permite acelerar la constitución de empresas.

    Acerca de Jeannette Sánchez

    DESDE EL 2007 HA OCUPADO MINISTERIOS EN EL GOBIERNO

    La formación. Doctorante en Desarrollo por la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica; Máster en Planificación Comunitaria (U. de Texas; Máster en Economía (Flacso)
    Los cargos. Ministra de Inclusión Económica y Social; Min. Coordinadora de Desarrollo Social y hoy, en la Coordinación Económica.

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  • Diego Lavalle: La Banca ecuatoriana muestra indicadores de alta solidez

    Pedro Maldonado O. / Redacción Quito

    Los indicadores del sector financiero ecuatoriano son una muestra del buen momento de la economía ecuatoriana. Así lo sostiene Diego Lavalle, analista financiero con trayectoria en la banca privada en el mercado de valores. Según Lavalle, el sistema bancario maduró y aprendió de los errores que desencadenaron la crisis de 1999 y del 2000. Añade que la economía cree, pero que uno de los problemas de los ecuatorianos es tener una mentalidad cortoplacista.

    ¿Cómo califica el momento actual de la banca ecuatoriana?
    Hoy en día, hablando de los últimos tres años por lo menos, la banca se maneja de manera muy cuidadosa. Es muy sólida. Se cuida muchísimo el descalce entre pasivos y activos (es decir el plazo al que presta dinero y el plazo en el que capta dinero del público). Este descalce está bien controlado, manejado y valorado. Además, todos los temas de riesgo, como a quién se presta y cuánto se presta, son mucho mejor controlados en los últimos años. Ahora, por ejemplo, para prestar dinero a un negocio se verifican los flujos de caja, la situación de los socios, se piden garantías hipotecarias…

    ¿Estos factores se activaron tras la crisis que vivió el Ecuador en 1999 y en 2000?
    Correcto. Los bancos que sobrevivieron a la crisis se comportaron de forma responsable desde antes del colapso. Y luego reforzaron su idiosincrasia de banqueros, su responsabilidad social. Ahora tenemos bancos muy precavidos a la hora de prestar y a quién prestar. Recuerde que la fuente de repago de un crédito no es la garantía, sino la generación de caja de la compañía o los ingresos de una persona. Otra cosa que ayuda es la garantía hipotecaria o prendaria, que dan solvencia a una operación finenciera. Además, se piden garantías personales a los dueños de los negocios. Por eso existe un compromiso de las industrias y el país crece.

    ¿Entonces estamos lejos de escenarios en los que la banca no pide mayores requisitos a la hora de otorgar créditos?
    Lejísimos. Hoy en día la banca es casi 100% muy responsable.

    ¿En sus análisis se ha medido el impacto de las regulaciones al sector financiero por parte de las autoridades?
    La banca es muy respetuosa y cumple con las regulaciones. Muchas de estas disposiciones ya estaban implementadas por la banca privada antes de que sean exigidas. La autoridad dice que se diversifique y eso ya se hacía. La banca no pone todos los huevos en una misma canasta. Segmenta el riesgo y diversifica su portafolio.

    Sin embargo, hay representantes de la banca privada molestos con las más recientes regulaciones. Hablan de cerrar agencias, despedir personal, tecnificar procesos…
    Sí. Ahora, por ejemplo se exige más medidas de seguridad en bancos y eso le cuesta a la entidad. No importaría qué costarán si dejarán que las tasas (de interés) sean más altas. Pero cuando fijan tasas, en la cartera de consumo por ejemplo, quedan menos puntos o margen de ganancia. Y si la entidad tiene que gastar en seguridad o tecnología es preferible cerrar la agencia porque es muy costoso. Los costos siguen subiendo, pero la tasa es estática y si no es rentable, cierro una agencia.

    ¿Pero cree que en la actualidad existe temor en la banca privada?
    No sé si temor, pero si hay más conciencia de ser eficientes. No se pueden abrir agencias en cualquier lado. El costo no es el mismo para un banco con muchas agencias que uno con pocas. Por eso creo que la tendencia en la banca será fusionarse para compartir costos. Está preocupada porque los costos siguen subiendo y las tasas son fijas. En enero pasado, por ejemplo, la banca ganó USD 20 millones, unos cinco millones menos que en enero del 2012. Y por eso hay una descenso de utilidades.

    ¿Qué es lo que ocurrió con Banco Territorial? ¿Por qué cerró sus operaciones?
    Mi percepción es que tenían demasiados depósitos a corto plazo y demasiada concentración en las captaciones. Según la Superintendencia de Bancos 100 clientes tenían el 24% de los depósitos, en volumen. Y 25 clientes tenían el 34% de los depósitos.

    ¿Entonces fue un tema de gestión?
    Sí, de no poder controlar el descalce.

    ¿Y las autoridades bancarias no podían intervenir en este banco?
    Es difícil. No hay regulación sobre el descalce de plazos, la autoridad no tiene ninguna culpa. Es un banco pequeño y la caída del Territorial prende una luz de alerta pequeñita, pero de ninguna manera hay una contaminación severa para el sistema financiero ecuatoriano.

    ¿Qué ocurre con las agencias calificadoras?
    Esta área se maneja de forma muy seria, tan seria que se bajó la calificación del Territorial, pero no se publicó por una impugnación. Sin embargo, las calificadoras de riesgo que operan en el Ecuador son muy serias. No viven solo de los bancos, también están en el mercado de valores.

    ¿Quién escoge a quién? ¿El banco a la calificadora o viceversa?
    El banco escoge a la calificadora. Hay bancos con más de una calificadora; estas se mueven incluso con parámetros internacionales, miden la operatividad del banco y el riesgo país.

    ¿Para este año qué se puede esperar en el sector de la banca privada? Va a fortalecerse mucho en la eficiencia operativa tecnológica. Va a vender más productos vía Internet, propender a más consultas en línea, más uso de cajeros, tarjetas inteligentes, pagos por celular… Es un proceso largo y de educación al mercado.

    EN LA BANCA Y EL ANÁLISIS FINANCIERO

    Cargo.  Presidente de la casa de valores Mercapital.

    Experiencia.  Es parte del Directorio de empresas ecuatorianas.

    En la banca.  Estuvo desde 1982 hasta el 2007.

    En el 2009. Hizo un programa para gerentes en Boston, EE.UU.

  • Pedro Arriola: ‘el mayor riesgo para la Banca es el cambio regulatorio permanente’

    Pedro Maldonado O. / Redacción Quito

    El sector financiero privado sigue mirando con preocupación las regulaciones que afectan su actividad en Ecuador. También se encuentra inquieto por las declaraciones del presidente Rafael Correa, sobre la idea de nacionalizar la banca. Pedro Arriola, director del Grupo ProCredit para Sudamérica, habla sobre la evolución de la banca privada en el 2012, las proyecciones de las utilidades, las regulaciones que afectan al sector desde hace cinco años y la eliminación de los burós de crédito. Asegura que en cualquier país, mientras más información financiera exista, mayor expansión de los servicios bancarios habrá.

    ¿Cuál es el panorama para la banca en los últimos meses de este año?

    Ha venido evolucionando positivamente y sin grandes variaciones en relación con los últimos años. Ha crecido consistentemente en crédito y en depósitos. A diferencia de otros años, en el 2012 el crédito empresarial ha crecido más que el de consumo.

    ¿Por qué ocurrió esto?

    Por algunas restricciones y cambios normativos para tratar de prevenir el sobreendeudamiento en el sector de consumo. El crédito empresarial ha crecido más y eso es positivo, porque va a una actividad económica. El crédito a la empresa es el que más conviene, porque genera ingresos.

    Entonces, ¿cómo se proyecta el cierre del año para el sector financiero?

    Las medidas oficiales para incrementar el Fondo de Liquidez y otras regulaciones han quitado liquidez a la banca. Se han subido las reservas y esto desde el punto de vista prudencial no es nada malo. Pero con las medidas oficiales, la banca ha tenido que destinar recursos de su liquidez, para tener mayores reservas y eso puede causar una menor oferta de crédito.

    ¿Ya se causó una menor oferta de crédito?

    Habría que ver los efectos. Los recursos que la banca privada debe dar al Fondo de Liquidez implica unos USD 400 millones y eso es menos dinero para que la banca entregue en créditos. No digo que se va a cerrar el crédito, pero sí hay menos dinero para prestar a la economía. Otro tema para analizar es la expectativa de los clientes para fin de año, temporada en la que existen dudas sobre el movimiento comercial. Hay cautela y eso afecta la demanda de crédito.

    La banca privada tuvo el año pasado utilidades por unos USD 393 millones. ¿Cuál es la proyección para este año?

    Está menor que el año pasado, pero los niveles de rentabilidad no han variado en los últimos tres años. En el 2011, las utilidades fueron extraordinarias por la venta de (la aseguradora) Río Guayas del Banco de Guayaquil. Además, el nivel de rendimiento de la banca viene entre 13 ó 14% anual desde el 2009.

    ¿Y las ventas de los negocios de la banca no tendrán repercusión en las utilidades?

    Este año se registran más ventas, pero no todas esas empresas eran de los bancos. Algunos de esos negocios generan ganancias no para el banco sino para los accionistas. Hay que ver cada caso. Por eso creo que las ganancias del sector serán similares al año pasado.

    En la Asociación de Bancos Privados se señala que en la banca hay menos rentabilidad, más regulaciones, automatización de servicios, cierre de cuentas que no rinden…

    La banca ha tenido que adecuarse a la regulación cambiante de los últimos cinco años. Ha tenido que ajustar sus costos en relación con sus ingresos y eso no es bueno, en el sentido de que la banca no puede invertir en nuevos servicios o productos. Si no tiene ingresos para recuperar esas inversiones, tiene que trabajar en la infraestructura que tiene y tratar de sacarle rentabilidad. Ese tema se discute siempre en el país y a escala regional; el punto es que con modelos de tarifas o precios controlados hay menores posibilidades de profundización de la banca.

    ¿Las regulaciones han afectado entonces a la banca privada ecuatoriana?

    Las regulaciones han afectado la expansión y la bancarización (cerca del 35% en la actualidad). Cuando se ponen topes a las tasas de interés, el cliente más pequeño deja de tener acceso al sistema financiero. Eso no es bueno, porque lo que se necesita es que los bancos lleguen a sus clientes y cobrar una tasa de interés razonable. Las regulaciones impiden que los servicios financieros lleguen a más gente.

    La eliminación de los burós de crédito es casi un hecho con la Ley Derogatoria a la Ley de Burós de Información Crediticia. ¿Qué efectos se esperan en el sector financiero?

    Mi opinión es que se debe promover la mayor cantidad de información crediticia posible, para que las instituciones tomen las mejores decisiones. Normalmente se ha satanizado al buró de crédito o a la central de riesgos, pero yo creo que gracias a esa información financiera hay más gente que accede a créditos. En los países donde funcionan mejor los burós existe más acceso a crédito. En Ecuador estamos retrocediendo unos 10 años con la eliminación de los burós de crédito. Ahora se habla de un registro crediticio público, pero crear burós llevó años y ahora estamos volviendo al punto cero.

    ¿Para usted cuáles son los principales riesgos que enfrenta el sector financiero hoy en día?

    El sector tiene riesgos naturales. Hay que cuidarse en el control de lavado de activos, también en lo que son riesgos crediticios. El principal riesgo que veo es el cambio regulatorio permanente que tenemos. Las instituciones financieras, con tanto cambio, ni siquiera pueden planificar adecuadamente, porque no saben qué norma se va a cambiar y cuándo. En Ecuador una de las pocas fuentes para obtener recursos de largo plazo son las líneas de crédito del exterior. Pero en los últimos cinco años se han elevado tanto los impuestos sobre las líneas de crédito que casi no podemos traer líneas de crédito.

    ¿Las declaraciones políticas son también un riesgo para el sector financiero?

    Siempre. Creemos que a la banca se la debe dejar operar y no se la debe tocar con declaraciones políticas, porque pueden afectar la estabilidad y la confianza de la gente. Además, se crean susceptibilidades sin sentido y sin sustento, desde el punto de vista económico y financiero. La confianza es clave y pueden haber declaraciones políticas que no son las más apropiadas, porque generan dudas.

    EXPERIENCIA EN LA BANCA PRIVADA Y EN LA CONSULTORÍA

    • Cargo actual. Es Director del Grupo ProCredit para Sudamérica.
    • Consultor. En la firma Internationale Projekt Consult de Fráncfort- Alemania, desde 1991 hasta 1998.
    • En Bolivia. También fue asesor de la Superintendencia de Bancos de Bolivia por el Banco Mundial (de 1988 a 1991).

  • El memo de la semana: Ofrecimientos con responsabilidad

    Tras la convocatoria del Consejo Nacional Electoral para las elecciones del próximo año se viene una etapa en la cual el electorado recibirá un sinnúmero de anuncios para captar su voto. En ese contexto, es indispensable abordar los temas que sean parte de esa oferta desde una perspectiva responsable y que no generen dudas y, peor aún, que generen intranquilidad.

    La última experiencia derivada del ofrecimiento de incrementar el Bono de Desarrollo Humano, a más de uno ha preocupado, por el mecanismo -que ha dicho el Ejecutivo-, pondrá en marcha para financiarlo: echar mano de las utilidades que generan los bancos privados. Si bien el equipo de ministros trata de minimizar y contextualizar el efecto de un anuncio sorpresivo, los agentes económicos miran con seria preocupación el escenario de una posible nacionalización de la banca en Ecuador.

    Los fantasmas del crack financiero y del congelamiento de los depósitos producido a finales de los noventa todavía no desaparecen de la memoria ciudadana. Durante más de una década, la sociedad trata de fortalecer nuevamente esa relación de confianza con su sistema financiero y en la medida en que se tope el tema del dinero de los ecuatorianos, es un asunto que impulsa a despertar ansiedades.

    Desde la perspectiva del manejo de las finanzas públicas, también es fundamental tener en cuenta lo que establece la Constitución en su artículo 286: los egresos permanentes se financiarán con ingresos permanentes. Por lo tanto, cualquier consideración o propuesta electoral que implique el manejo y el futuro de los recursos de todos los ecuatorianos se debe hacerlo con responsabilidad.

  • El ocaso del BEV

    El memo de la semana

    Aunque la decisión se había tomado hace más de un año, el Gobierno quiere poner en marcha un cambio en el manejo de las instituciones financieras bajo su poder. La primera decisión se orientó hacia el Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV), cuya gestión será asumida paulatinamente por el Banco del Estado, en el transcurso de este año.

    El objetivo es optimizar la gestión de la banca pública y reorganizar su funcionamiento. No obstante, en el caso del BEV, los resultados en su manejo financiero no han sido óptimos. La entidad ha registrado una tendencia a la baja en su rentabilidad y eso se refleja en los resultados del primer trimestre; además, en su momento, la autoridad de control recomendó que se implementen estrategias para fortalecer la recuperación de cartera.

    Entre las razones que llevaron a la extinción del banco, otrora referente para la obtención de una vivienda en el país en el último medio siglo, están un errático manejo de la cartera, influencia política, débiles acciones para la recuperación de créditos, elevados gastos operativos, limitados planes de promoción de programas de vivienda y hasta la aparición del Biess, como un actor importante que le restó espacio en el mercado habitacional.

    A partir de este diagnóstico es fundamental tener en cuenta las lecciones que deja para la administración de la banca pública el ocaso del BEV. Este también es un referente importante a la hora de girar el timón en las otras entidades que están en la mira del Ejecutivo.

  • La banca comunal tiene desafíos en el mercado

    Durante tres días (del 6 al 9 de agosto) se reunieron organizaciones de la banca comunal en el Hotel Sheraton, en el norte de Guayaquil. Allí se realizó el VI Foro Latinoamericano de Banca Comunal en Guayaquil.

    En la cita estuvieron presentes delegados de Perú, Colombia, EE.UU., México, Nicaragua, Haití, Bolivia, Guatemala y Ecuador. Los expositores presentaron los avances, tendencias, evoluciones, problemáticas y desafíos de la banca comunal en la región.

    Entre los modelos que se han implementado en los bancos comunales de Perú, están los consultorios médicos, comentó Karina Núñez, representante de Pro Mujer. El 30% se traslada hasta los centros de salud y el resto recibe la atención médica en sus hogares. También se ofrece el servicio de ‘cunero’, para que las madres puedan ir a laborar al campo o en actividades de comercio.

    En Ecuador existen más de 10 000 estructuras financieras comunales, según datos de la Red Financiera Rural (RFR). La mayor presencia de estas organizaciones económicas está en la Sierra. Actualmente cuentan con unos 180 000 clientes y una cartera de crédito cercana a los USD 120 millones, indicó Javier Vaca, director ejecutivo de la RFR.

    Para el representante de CRS Internacional de Perú, Jack Burga, los bancos comunales tienen que plantearse nuevos retos, como la entrega de créditos para estudios, emergencias, ahorro programado y automatizar sus procesos.

    Entre los temas que trataron en el foro constaron las nuevas alternativas de fondeo para instituciones con metodología de banca comunal y el rol del Estado para su fortalecimiento como modelo de desarrollo. También, la gestión integral de riesgo, modelos de supervisión, gestión del desempeño social, entre otros.

  • ‘Si el microcrédito sigue a la baja se afectará el empleo’

    PEDRO MALDONADO O.

    En los siete primeros meses del 2013, las cifras del sistema bancario privado, en términos generales, muestran una desaceleración en su desempeño. En algunos segmentos de crédito, esta evolución no solo ha desacelerado su crecimiento, sino que la cartera de crédito en montos absolutos ha disminuido. Así, la cartera comercial es la que mayor evolución presenta en el 2013, al reportar un incremento anual del 16,13%; el segmento de consumo, pese a su marcada ralentización (desaceleración en su crecimiento), creció en el 7,67%. El segmento de la vivienda presentó una evolución modesta (1,16%) y el microcrédito tuvo una evolución negativa -1,36%. Andrés Vergara explica la relevancia de la caída del microcrédito y advierte las consecuencias para la economía.

    ¿Por qué cae el microcrédito?

    Para dar cualquier tipo de préstamo un banco necesita dos elementos claves: depósitos, que se obtienen del dinero que los clientes confían en el banco, y patrimonio. Este último es esencial porque el banco tiene que estar respaldado y el patrimonio sirve como garantía en caso de una morosidad. Entonces, cualquier banco necesita esos elementos para dar crédito y para que los niveles de crédito crezcan. En depósitos hay dos clases: de corto plazo (cuentas de ahorro y cuentas corrientes) y de largo plazo (certificados, pólizas, etc.). En el país ambos tipos de depósito han venido bajando. Los depósitos de corto plazo tenían, hasta el 2012, un crecimiento anual de entre 15 y 20%. Pero este año el crecimiento bajó y oscila entre 10 y 15%, lo que es una caída considerable. Y los depósitos de largo plazo crecían entre 25 y 30% anual; ahora crecen un 10 o 15%. Entonces si los bancos tienen menos crecimiento van a prestar menos dinero.

    Entonces, ¿por qué bajan los depósitos?

    En el país siempre hay una relación entre el precio del petróleo y los depósitos en la banca. Si el precio del crudo sube, los depósitos se incrementan. Hay que anotar que en el 2012 el precio del petróleo se estancó y este año recién empieza a subir y esperamos que seguramente los depósitos suban en lo que queda del 2013. Entonces, los depósitos no suben por ese estancamiento del precio del barril de petróleo, que tuvo una leve baja el año anterior.

    ¿Existen otros factores que expliquen la caída de los depósitos y, en consecuencia, de los créditos bancarios?

    Sí. También incide el patrimonio. En cualquier empresa el patrimonio proviene de los accionistas y de la rentabilidad de la empresa. Un patrimonio no sube si no hay ganancias, a menos que el accionista quiera poner más dinero. Pero eso no pasa en el mercado ecuatoriano. Entonces, el patrimonio, que tenía un crecimiento de 15% anual, ahora crece un 6%. Además, las utilidades también han bajado y por eso el patrimonio desciende. Eso pasa, no porque la banca sea menos rentable sino por las políticas del Gobierno y por el uso de las utilidades de la banca privada en financiar el bono de desarrollo humano. Siguiendo con el tema del patrimonio, el mercado, en el caso de la banca, puede saber cuánto vale un banco según sus acciones. Y dos grandes bancos ecuatorianos han bajado el valor de su acción un 50% este año. Hay otra razón: el Estado le viene pidiendo a la banca que invierta en papeles estatales que pagan poco. Entonces, cuando le quitan recursos a la banca se afecta el patrimonio.

    ¿El Estado cercó a la banca?

    Yo creo que le está drenando a la banca (privada), le está sacando recursos. La excusa es que estas políticas servirán para que los bancos sean más solventes, para tener más seguridad, etc., pero no es para un encaje bancario del Banco Central. Estas políticas quitan «la harina para hacer el pan».

    ¿Qué consecuencias se pueden esperar por esta desaceleración del crédito? ¿Qué pasará en la economía?

    El crédito es esencial para cualquier país, el crédito productivo permite crecer, generar más empleo, expandirse. En el país, el microcrédito es el que más empleo genera. Si cae el microcrédito nos vamos a estancar en las cifras del empleo. Se dice que el desempleo cae, pero el subempleo no varía y se mantiene en alrededor del 50%. Entonces la caída del microcrédito tendrá consecuencias en los niveles de empleo.

    Si esta caída del microcrédito continúa, ¿en cuánto tiempo se sentirán las consecuencias?

    Todo depende del petróleo. Si continúa al alza, se podrá entregar algo más de crédito. Lo que considero es que los índices de desempleo y subempleo van a estar estables con una leve tendencia a la baja.

    Con todas estas cifras sobre la mesa, ¿qué se comenta en el sector bancario?

    El comentario general es que ya no es buen negocio ser banco. Los accionistas quieren deshacerse de sus acciones y en estos últimos días las ofertas crecen, pero no mucha gente compra, es difícil vender las acciones.

    ¿La banca ecuatoriana, en este momento, atrae al inversionista extranjero?

    En este momento la tasa de rendimiento es muy baja y hay muchos contingentes políticos y mucha incertidumbre. No solo el extranjero piensa así, también el ecuatoriano, por eso el valor de las acciones han bajado un 50% en lo que va del año. Eso sí, los índices de solvencia están muy bien. Los depósitos están más que asegurados.

    ¿Cómo mira la idea de reducir el tamaño de la banca?

    Es una idea con la que no estoy de acuerdo. Mientras más competencia exista siempre será mejor, la competencia obliga a mejorar los servicios y ser más eficientes.

    Esta situación de la banca privada, ¿cómo impacta en el ciudadano promedio del país?

    Ya le está afectando en el sentido de que le es más difícil conseguir crédito. Hace poco el Ministerio del Interior lanzó una campaña contra la usura o ‘chulco’ que viene creciendo en el país y mientras más chulco, más violencia.

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    ENTRE LA ECONOMÍA Y LAS INVERSIONES

    Formación. Estudió economía en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).

    Especialidad. Tiene una maestría en análisis de inversiones de la universidad de Tilburg, Holanda.

    Su trabajo. Realiza análisis del mercado de valores.

  • 4 indicadores que debilitaron el accionar financiero

    Los tropiezos empezaron a ser más evidentes durante los años del colapso bancario en el país (1999) y de la adopción de la dolarización. La calificación de riesgo, en diciembre del 2012, fue de BBB+, es decir, que «claramente esta institución tiene buen crédito. Aunque son evidentes algunos obstáculos menores, estos no son serios y/o son perfectamente manejables a corto plazo».

    Esos obstáculos, sin embargo, terminaron por hacer que la entidad registrara a marzo de este año un resultado negativo de USD 14 millones en su gestión. Según el consultor financiero Pablo Rivera, esto sucedió por cuatro razones.

    La primera ha sido el errático manejo de la cartera, que ante los cambios de lineamientos de la entidad saltó de comercial a vivienda, cuando solo debió contemplar este último rubro. «Por esa razón, varios gobiernos tuvieron que inyectar capital para sanear esas carteras y seguir ofreciendo viviendas».

    Salvatajes de USD 1000, 200 y hasta de 600 millones fueron necesarios para que la entidad no colapsara antes. Sin embargo, conforme informes internos de las autoridades económicas, la necesidad de USD 300 millones en este año ya fue la gota que derramó el vaso.

    Junto a esta alerta se dio la segunda causa: una débil gestión de cobro, pese a que sí existieron múltiples procesos coactivos para recuperar la cartera.

    De esta manera, hubo momentos en que la morosidad sobrepasó el 50%, algo que afectó las cuentas de la entidad.

    En tercer lugar, los gastos operativos presionaron las cuentas, hasta el punto de que la operación de las 30 oficinas no pudieron sostenerse en el tiempo. Estos gastos fueron recortándose hasta significar apenas USD 1,9 millones, con lo cual la política de promoción de los proyectos no pudo ser dirigida hacia la captación de más ofertantes de vivienda.

    Por último, el manejo de los bienes (terrenos, bienes incautados a morosos y otros) profundizó la falta de una orientación adecuada en aprovechar esos espacios para masificar la vivienda popular. Hoy, esos espacios deberán ser manejados con una nueva visión.

    El titular de la Cámara de la Construcción de Guayaquil, José Centeno, coincide con el criterio anterior. «El BEV destacó por su seriedad en el manejo de los Fondos de Garantía. Eran meticulosos y ordenados con las devoluciones». A lo que Centeno se refiere es al manejo que realiza el BEV de acuerdo a lo estipulado en Art. 71 de la Ley de Contratación Pública como Fondos de Garantía: «Es la garantía por la debida ejecución de la obra. En los contratos de obra, para asegurar la debida ejecución y la buena calidad de los materiales, además de la garantía del fiel cumplimiento del contrato, el contratista antes del cobro de la primera planilla o del anticipo entregará al contratante una garantía del cinco por ciento (5%) del monto del contrato».

    Las garantías entregadas por el contratista servían para asegurar las reparaciones o cambios de aquellas partes de la obra defectuosas desde la construcción, de mala calidad o que se determinen incumplimientos de las especificaciones y que sean imputables al contratista.

  • Mayor presión a los grandes bancos en EE.UU.

    La Reserva Federal (Fed) acordó de manera unánime adoptar nuevos requisitos de capital de la banca, especialmente para las entidades más grandes, para evitar el impacto de futuras crisis y en línea con los estándares internacionales de Basilea III.

    Las nuevas normas fueron aprobadas con todos los votos de la junta de gobernadores de la Reserva Federal y ahora deberán ser ratificadas por la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por su sigla en inglés) y el Departamento del Tesoro.

    La nueva disposición obliga a los bancos con activos superiores a los USD 10 millones a mantener reservas de capital propio Core Ties 1, el de más calidad, por encima del 7% de sus activos de riesgo, el objetivo exigido por la normativa de Basilea para bancos activos internacionalmente.

    Algunos miembros del Congreso han propuesto que para los bancos con capital superior a los USD 500 000 millones se les impongan requisitos de capital equivalentes al 15%.

    Los reguladores estadounidenses argumentan que las nuevas normas tienen la intención de evitar nuevamente rescates bancarios con dinero de los contribuyentes, como ocurrió en el 2008 en Estados Unidos tras el estallido de la crisis financiera.

    Este país fue uno de los 27 que en el 2010 se comprometió a nuevos requisitos para la banca con los acuerdos de Basilea III, que contemplan además, mayor supervisión y regulación, pese a la oposición de ciertos sectores de la industria financiera, aunque aún está en proceso de su aplicación completa.

    ¿De qué se tratan las normas de Basilea? Según un informe de CaixaBank, se trata de las recomendaciones que los bancos centrales y los supervisores de los países que integran el Comité de Basilea han venido realizando desde 1988 para establecer unas condiciones mínimas de solvencia en la banca.

    Con los acuerdos de Basilea I (1988), II (2004) y III (en vigor, a partir de 2013), se fija el capital básico que deben tener los bancos para hacer frente a los riesgos que asumen por las características de su negocio.

    De esta manera, la posibilidad de tener un impacto fuerte en una crisis financiera global se reduciría.

    En el Ecuador, las normas de Basilea son monitoreadas a través de la Superintendencia de Bancos. Específicamente, el órgano de control hace énfasis en 25 principios. Eso sí, el mayor esfuerzo que se detalla tiene que ver con la supervisión. Por ejemplo, que los supervisores bancarios deben establecer en forma prudente y apropiada los requerimientos mínimos de capital para todos los bancos. Estos requerimientos deben reflejar el riesgo al que los bancos se exponen durante sus actividades.

  • Las dudas por el código financiero siguen en el empresariado

    Redacción Guayaquil y Quito

    Un mes de debates, reuniones, propuestas, críticas y sugerencias comenzó a correr desde el 25 de junio pasado. En esa fecha, el Ejecutivo envió con carácter de económico urgente a la Asamblea Nacional el Proyecto de Código Orgánico Monetario y Financiero para ser debatido y aprobado.

    En ese escenario y en el plazo previsto, el proyecto se aprobó el jueves 24 de julio, con 91 votos a favor, 22 en contra y 3 abstenciones. Ahora está en el Ejecutivo para su aprobación o su veto.

    Buena parte del debate surgió desde el gremio bancario en torno a la creación de la «súper» Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera que se encargará de la regulación y supervisión monetaria, crediticia, cambiaria, financiera, de seguros y valores. Pero el sector empresarial no financiero también trató de ser parte de la discusión.

    Lo hizo a través de los representantes de las cámaras de Comercio, Industrias y de comités empresariales del país, que redactaron propuestas, enviaron cartas o pidieron reuniones con la Comisión Legislativa de lo Económico para dar a conocer sus reparos.

    Según Roberto Aspiazu, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano (CEE), el documento que comenzó con 516 y terminó con 520 artículos, recibió muy pocos cambios, y ahora, en este sector hay dudas sobre la salud con la que pueda desarrollarse la actividad económica en el país.

    Pero, ¿por qué se preocupan los empresarios? Porque la cadena productiva es indivisible. «La banca, la industria, el comercio y servicios son eslabones que forman esa cadena», responde Henry Kronfle, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil.

    Cuando se rompe uno de esos eslabones, como la banca, por ejemplo, se afecta a toda la cadena, explica.

    Comerciantes, industriales, catedráticos y especialistas siguieron el proceso de aprobación del proyecto y coincidieron en los puntos que podrían ser peligrosos para la cadena productiva: la orientación del crédito, del que se habla en el artículo 209, y las facultades de la Junta, detalladas en el artículo 14.

    En el numeral 18 del artículo 14 se enuncia que la Junta de Política y Regulación puede establecer para las personas jurídicas no financieras que realicen operaciones de crédito por sobre los límites que determine la junta, requisitos de reservas mínimas, patrimoniales y de liquidez y otros que garanticen su gestión y solvencia.

    Estos dos temas, dice el analista Andrés Vergara, podrían generar inconvenientes para las personas que acceden a créditos en casas comerciales.

    «El problema para el ciudadano es que si no es sujeto de crédito o no encaja en los sectores que el gobierno dice se les debe prestar, va a ser complicado conseguir los productos que normalmente se compran en casas comerciales. Así desestimulan y complican el crédito», explica.

    Las casas comerciales que otorgan crédito directo, que por lo general comercializan electrodomésticos, ropa, muebles y otros artículos, han evitado pronunciarse sobre el tema. Aunque sí están analizando las repercusiones que podría tener en sus actividades.

    Larry Yumibanda, presidente del Colegio de Economistas del Guayas, considera que es importante que se estimule a ciertos sectores de la economía, pero no direccionando hacia dónde va el crédito, o estableciendo límites a la capacidad de endeudamiento de estas empresas que otorgan crédito.

    «No se puede dirigir los créditos a un sector determinado ni dirigido por una junta», afirma. El Gobierno debe incentivar a los sectores para que se vuelvan más productivos y que, como consecuencia, se vuelvan sujetos de crédito confiables para la banca, añade Yumibanda.

    Kronfle también sostiene esta postura y sugiere que los cambios debieron enfocarse en el Código Orgánico de la Producción. «El desarrollo no es consecuencia de un direccionamiento político, sino de las condiciones de apertura comercial, previsibilidad y certeza jurídica, la competitividad bancaria e industrial y los incentivos y fomentos a los diferentes sectores de la economía», señala.

    La circulación de moneda electrónica, en el artículo 98; el manejo de la liquidez, en el artículo 121; la inversión extranjera que se aborda en el artículo 181 y los balances del Banco Central del Ecuador (BCE), en el artículo 33; son otros temas que también preocupan a gremios y empresarios.

    Los miembros de la Cámara de Industrias sugirieron a la Comisión Legislativa de lo Económico, que a este último artículo, en el que se determina que la junta debe establecer políticas orientadas a velar la calidad y liquidez de los activos del balance del Banco Central del Ecuador, se le añada que la entidad debe divulgar semanalmente sus balances.

    LA VISIÓN GREMIAL

    La banca juega un papel clave en las actividades comerciales


    El Código Monetario es tan importante para las entidades financieras como para las empresas del sector comercial e industrial. Así lo dice Roberto Aspiazu, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano. «La banca depende de los sectores reales de la economía, ellos son los prestadores de servicios para los sectores productivos«, indica Aspiazu. Por eso, todo lo que le afecte a la banca, le afecta a las empresas, asegura.

    La importancia de la bancarización fue una de las posturas presentadas por estos gremios, que sugerían que con el Código se fomente la competencia bancaria nacional con la internacional.

    En la Cámara de Comercio de Guayaquil se manifestó que esta sería una buena alternativa para conseguir financiamiento de largo plazo para el cambio de matriz productiva. En un comunicado de este gremio se sugería a los miembros de la Comisión Legislativa de lo Económico, que se creen las condiciones necesarias para que aumente la competencia en el sector financiero, disminuyendo las barreras de entrada al sector bancario.

    «Queremos trabajar en un ambiente de confianza y con posibilidades de hacer crecer nuestros emprendimientos, para atraer capitales internacionales, fomentar una sana competencia en el sector y bajar el costo del crédito en el país», dice Pablo Arosemena, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil.

    Desde el sector industrial también se resaltó la incidencia de la bancarización. Henry Kronfle, presidente de la Cámara de Industrias, cree que con el artículo 181 se desincentiva a la banca extranjera.

    En este artículo se detallan los requisitos para que las entidades financieras del extranjero abran sucursales en el país, y en el numeral 7 se determina, entre otras cosas, que las empresas financieras deben renunciar a la reclamación por vía diplomática y que los derechos establecidos en tratados comerciales o de protección de inversiones no limitan de ninguna manera el ejercicio de las facultades regulatorias del Estado.

    «No se está generando condiciones para que venga la banca internacional. La inversión extranjera de banca en el Ecuador tiene que estar atada a la política de comercio exterior de apertura de mercados«, señala Kronfle.

    Richard Martínez, presidente de la Cámara de Industrias y la Producción, con sede en Quito, en cambio, hace énfasis en otro punto, uno de los que más se ha debatido desde la perspectiva empresarial: la orientación del crédito y las limitaciones a las operaciones crediticias.

    En el artículo 209 del documento se establece que la Junta podrá regular mediante normas la orientación, direccionamiento de las operaciones de crédito de las entidades del sistema financiero nacional y de la entidades no financieras que concedan créditos por sobre los límites establecidos por la Junta.

    Y en el artículo 198 se enuncia que las ventas a largo plazo o las operaciones de crédito que hagan las entidades no financieras por sobre los límites que establezca la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera serán controladas por la Superintendencia de Compañías.

    «Las limitaciones a las operaciones crediticias de empresas no financieras generarán un impacto nocivo en la actividad productiva puesto que el apalancamiento es indispensable para un adecuado manejo de las finanzas corporativas», expresa Martínez.

    La afectación a los clientes se podría dar cuando estos no puedan realizar compras a crédito en los productos en los que están acostumbrados a hacerlo, añade el dirigente gremial.

    EL CONTROL

    La mirada va hacia el crédito directo

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    Algunos expertos consideran que un mes de debate para un proyecto de ley importante en materia económica y financiera, con 520 artículos, es poco. El debate del Código, según los analistas consultados, debió tratarse con más tiempo, más voces y criterios, debido a que involucra a un amplio sector de la economía, no solo al gremio bancario.

    Para Marco López, exmiembro del Directorio del Banco Central del Ecuador, las preocupaciones que tienen los empresarios se alinean con las que tienen los banqueros. Uno de los puntos que inquieta a los dos sectores es la «direccionalidad de la ley«, dice López.

    «Es una junta que tiene un poco más de 50 funciones, desde la capacidad de emitir dinero hasta poder direccionar el crédito pasando por fijación de tasas de interés«. Añade que otra preocupación para el gremio es que la «súper» Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera que se establece en el artículo 13 del Código, «tiene grandes poderes y no tiene ninguna delimitación».

    Wilson Araque, director del Área de Gestión de la Universidad Andina de Quito, en cambio, cree que el espíritu detrás del Código es bueno, ya que establece mecanismos para prevenir crisis financieras. «Este Código ayudaría para establecer un control sobre los límites de financiamientos, lo que ayudaría a controlar el sobre endeudamiento de los clientes«, menciona.

    Con él coincide Carlos Morlás, director académico de la Universidad Ecotec, en Guayaquil. «Lo que se hace es decir, que si una persona quiere endeudarse existe un límite, la banca no lo ha cumplido», dice este catedrático.

    Morlás menciona el escenario de la crisis bancaria de 1999, y explica que con este Código se busca evitar que los bancos excedan su capacidad de otorgamiento de créditos a empresas que podrían no tener capacidad de pago.

    Para el analista económico Andrés Vergara, el control sobre la banca podría ser justificado, no así el control sobre los créditos de las entidades no financieras.

    Esto porque en el artículo 14 numeral 18 se señala que la Junta puede solicitar a las empresas no financieras que otorgan crédito, requisitos de reservas mínimas, requerimientos de liquidez, y otros que garanticen su gestión.

    «Está bien regular a las empresas que reciben inversión, para evitar estafas, pero con las entidades no financieras que dan crédito directo se desestimula y complica el crédito», indica. Añade que este tipo de negocios son una alternativa viable para peronas que por diversos motivos no pueden tener tarjetas de crédito.

    Luis Pástor, especialista en retail, cree que en el artículo 14 que establece las funciones de la Junta se busca restringir las ventas a crédito, «ya que muchas veces la ganancia es más en la venta a crédito».

    Pástor considera que esta medida ayudaría a que las empresas se enfoquen más en la venta en minoría y menos en las ventas por créditos, lo que derivaría en un endeudamiento menor de los clientes.

    Fausto Ortiz, exministro de Finanzas del país, cree que el impacto que dejará el Código, va a depender del criterio que tenga la Junta al momento de poner los límites a las empresas. Pero en todo caso, piensa que con estos artículos se terminará perjudicando a los consumidores. «Ya que mientras menos oferta, menos consumidores hay, y en efecto menos créditos«, señala el exministro.