Etiqueta: Calzado

  • La mujer conservadora se ajusta a su calzado

    Redacción Quito

    ‘El zapato mocasín para damas es la especialidad de la casa”. Así define Gonzalo Flores, representante legal de Calzado Best, a la producción que lleva a cabo esta fábrica, con sede en Machachi (sur de Pichincha).

    La pyme confecciona un aproximado de 3 000 pares de zapatos mocasín para mujer al mes. Este producto se caracteriza por no tener cordones que lo sujeten desde el empeine o parte superior del pie.

    Flores dice que la estrategia de Best -y que les permite alcanzar los USD 50 000 en facturación promedio al mes- es elaborar calzado para un nicho de mercado amplio y de gustos exigentes.

    Las clientas de Calzado Best son mujeres de más de 40 años. “El confort al calzar es un aspecto primordial al momento de elegir estas prendas. Aunque el diseño es tradicional, la fidelidad de nuestras usuarias nos mantiene en el mercado”.

    Dorinda Aguilar, una comerciante de 50 años y usuaria de esta marca, coincide con Flores. Ella explica que sus labores le obligan a mantenerse de pie, por más de siete horas al día. “Cada par me dura hasta un año y medio, por eso compro tres pares a la vez. Son parte de mis herramientas de trabajo”.

    El emprendimiento surgió en 1998 con una inversión promedio de 20 millones de sucres (unos USD 3 700 al cambio de la época) y desde hace dos años ha destinado unos USD 125 000 en la adecuación de una planta industrial.

    La inversión, además de un terreno de 630 m², se enfocó en la adquisición de maquinarias para mejorar la productividad y obtener certificaciones para sus prácticas de manufactura. El monto contempla un comedor para la alimentación diaria de los 25 empleados de la firma, en su mayoría, moradores del sector.

    La materia prima para la elaboración del calzado proviene, entre otras, de la firma Curtiland, con sede en Latacunga. Danilo Lanas, jefe de Ventas, manifiesta que semanalmente proveen unos 800 m² de cuero y fibras similares a Calzado Best.

    Para confeccionar cada par de zapatos se requiere un promedio de 130 cm² de estos materiales. El cuero se prensa antes de que sea cortado, para eliminar las arrugas en el producto.

    El diseño de un calzado del tipo mocasín consta de tres piezas fundamentales que se unen con pegamentos e hilos. Se trata de la capellada o parte que cubre el empeine del pie; la punta y talonera que cubren los laterales del pie, y la suela.

    Elsy Misnasa, subgerenta de Dimar, una comercializadora ambateña de suelas y materiales sintéticos, comenta que llevan tres años como proveedores de Calzado Best. A esta firma le proveen un aproximado de 500 m² semanales de materiales sintéticos. Estos se usan en el recubrimiento interior del zapato. También les entregan otros materiales para la elaboración de las plantillas para el pie.

    Rocío Sañay, propietaria de Calzado Paolita, un negocio ubicado en el centro de Riobamba, indica que en este local se comercializan un promedio de 200 pares de mocasines Best al mes. “Es común encontrar estos productos en las ferias y mercados populares de las ciudades y poblados de la Sierra centro como Ambato, Riobamba, etc.”.

    Según el representante legal de Calzado Best, los principales mercados de esta marca están en las provincias de Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo, Azuay, Manabí y Guayas.

    Blanca Tacuri, administradora encargada de Calzado León, un negocio ubicado en el centro de Guayaquil, cuenta que allí venden zapatos Best desde hace unos ocho años. Tacuri explica que los zapatos de tallas 36 y 37 son los que más se comercializan en su local, en un promedio mensual de 60 pares por cada talla de pie de color negro y concho de vino.

  • Las ventas al exterior aún no repuntan

    Durante los últimos cuatro años, la exportación de calzado nacional ha sido limitada.

    Según la Federación Nacional de Exportadores (Fedexpor), entre el 2008 y el 2010 las ventas al exterior se mantuvieron en alrededor de USD 30 millones y 9 000 toneladas anuales. Solo entre el 2010 y el 2011 se produjo un crecimiento del 24% en dólares y del 26% en volumen.

    “La alza del último año se relaciona con la posibilidad de las empresas de mejorar sus diseños y el apoyo gubernamental para la industria del calzado, que ha invertido más… La producción ha crecido y un porcentaje se está enviando al extranjero. Además se generó una sobreproducción que tiene que colocarse en otros destinos”, indicó Felipe Ribadeneira, titular de Fedexpor.

    Pese a este ligero impulso, todavía son pocos los exportadores de calzado. Un total de 42 personas, entre naturales y jurídicas, se encuentran registradas como comercializadores de calzado en el exterior. Pero apenas cinco de ellos abarcan el 99% del total de los envíos nacionales.

    Lilia Villavicencio, presidenta de la Cámara de Calzado de Tungurahua (Caltu), reconoce que la mayoría de los productores están concentrados en atender la demanda interna.

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    “Aún tenemos mercado que atender. Todavía estamos preparándonos para que los artesanos, los pequeños y medianos productores mejoren sus procesos, así como la producción. Es un proceso que empezamos en el 2009 y es a largo plazo. Pensamos, posteriormente, en un mercado en el exterior, al que estaríamos en capacidad de atender”, manifestó.

    Algunos productores, como Plasticaucho, sin embargo, dieron el salto hace más de una década. Este momento la empresa está exportando zapatos de lona, botas de caucho y calzado escolar a Colombia y Perú.

    Precisamente, estos son los países que ocupan el top de envíos nacionales. Datos del Ministerio de Industrias indican que, en menor número, también se exporta calzado a Cuba, Canadá, Inglaterra, Luxemburgo, España, Costa Rica, México, etc.

    El calzado que más se vende a estos países es industrial, médico y casual.

  • Lo étnico y artesanal impulsan el negocio

    Redacción Quito

    El gusto por el diseño y la moda unió a tres amigas a desarrollar una feria. Karla de Fernández, Verónica de Massuh y Anabel Pérez crearon la feria Zocos de Cumbayá (nororiente de Quito). Este evento, que se realiza en diciembre y mayo desde el 2011, reúne propuestas diferentes de artesanías, productos textiles, bisutería, entre otros.

    En mayo del año pasado, una de las asistentes de la feria ofreció participar en el evento con un calzado artesanal, cómodo y para todas las edades. Sin embargo, posteriormente, ella anunció que no podría estar presente en el encuentro.

    Tras la expectativa generada por la presentación de este producto, Fernández, Massuh y Pérez decidieron experimentar y fabricar en el país este calzado.

    Las emprendedoras se inspiraron en las alpargatas andinas, el zapato típico de algunos grupos étnicos de Ecuador y de la región. Pero ellas decidieron darle un toque moderno a este artículo, con materiales sintéticos y combinaciones de colores, de acuerdo con las tendencias actuales.

    Por esta razón, con las ideas en su cabeza iniciaron la búsqueda de los productores que se ajustaran a sus diseños y parámetros de calidad.

    Tras visitar algunas opciones en diferentes ciudades de la Sierra encontraron en Ambato a los fabricantes que se acomodaban a sus requerimientos.

    Con una inversión de USD 3 825 elaboraron 400 pares de alpargatas, en un mes. El producto tuvo aceptación entre los compradores y rápidamente ganó popularidad. En esa época (mayo del 2012) nació la marca Zocos; la feria no sería su único canal de distribución, islas en centros comerciales de Quito y Guayaquil, y tiendas de calzado también tendrían en sus mostradores a las alpargatas.

    Ahora, Zocos vende un promedio de 1 500 pares al mes. El precio del producto oscila entre los USD 25 y 35. No tiene un target específico, su producto se fabrica para hombres y mujeres, desde los cinco años en adelante.

    Verónica Uribe distribuye Zocos en Guayaquil. Ella comenta que los productos han tenido gran aceptación entre sus clientes. Al mes vende entre 500 y 1 000 pares. “La gente me pide las alpargatas por su comodidad y su durabilidad; la marca ingresó bien en el mercado”.

    Verónica Díaz es propietaria de Verid Accesorios Urbanos, que tiene sus islas en el Centro Comercial Iñaquito (norte) y en Vía Cumbayá (nororiente de Quito).

    Ella señala que los productos han tenido “gran demanda por parte de sus clientes”. La propietaria afirma que el éxito se debe al “diseño innovador y a la comodidad” que brinda este calzado. “Lo étnico y lo artesanal está de moda, este es el valor agregado de Zocos, por eso se vende bien”.

  • La producción de calzado pisa fuerte en el país

    Redacciones Quito y Ambato

    La industria del calzado ha experimentado un importante crecimiento desde el 2009. Datos de la Cámara de Calzado de Tungurahua (Caltu), señalan que de los 15 millones de pares de zapatos que se producía en el 2008, se pasó a 28,8 millones en el 2011. Es decir, en tres años, el nivel de manufacturación se incrementó en un 154% según en Ministerio de Industrias.

    Una de las principales razones para este repunte es la aplicación del arancel mixto, que entró en vigencia el 1 de junio del 2010.

    Con estas aranceles, que impone un gravamen de USD 6 más 10% ad valorem a cada par importado, se trata de proteger al calzado nacional; principalmente ante a los productos con costos más reducidos que ingresaban de China, Colombia o Perú.

    Lillia Villavicencio, presidenta de Caltu, recuerda que en el 2008, en el país existían alrededor de 600 empresas productoras de calzado que estuvieron a punto de quebrar. Pero gracias a las medidas gubernamentales se dinamizó este sector.

    Según datos del Censo Económico 2010, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país, existen 870 establecimientos que se dedican a la producción de zapatos.

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    Mientras que según Caltu, hasta este año están registrados 4 500 productores, a escala nacional; entre grandes, medianos y artesanos. De esta cantidad, el 50% pertenecen a la provincia de Tungurahua.

    Con zapatos nacionales a precios competitivos, se produjo el efecto dominó en el mercado, que desencadenó en mayores compras. Cifras del Ministerio de Industrias y Productividad (Mipro) muestran que, en el 2008, la venta interna de zapatos nacionales representó USD 165, 7 millones. Para el 2011 la cifra escaló a 318 millones.

    Álex Vinueza, gerente de Marketing de Buestán, productora quiteña, define a los compradores de zapato ecuatoriano como personas de clase media: oficinistas y niños en etapa escolar. “El productor ecuatoriano se está especializando en las líneas formal y escolar; allí no tenemos competidores”.

    La firma ambateña Luigi Valdini concuerda con este hecho. En su planta se producen 300 pares diarios para hombre y mujer, basados en diseños italianos. Óscar Urbina, vocero de la firma, indica que sus productos llegan a locales comerciales de Guayaquil, Cuenca, Loja, Quito, Manta y Machala. Los zapatos se venden en cadenas comerciales como Etafashion, DePrati y Casa Tosi.

    Sin embargo, un asunto pendiente es el tema de las exportaciones. Actualmente, una de las empresas que envía mercadería al exterior es Plasticaucho Industrial S.A. Esta compañía, también ambateña, exporta zapatos de lona, botas de caucho y calzado escolar de cuero a Colombia y Perú.

    Por lo pronto, otras productoras buscan abrir espacio en el exterior. Crear oficinas comerciales en el extranjero, enviar cargamentos de muestra son sus estrategias.

    Más artículos de este informe:

  • Lo urbano y lo elegante se combinan en su calzado

    Redacción Guayaquil

    Quince modelos de zapatos de diferentes colores y texturas forman parte de la primera colección de la línea de calzado AnyWho Shoe Design. La combinación entre lo urbano y elegante da estilo a las creaciones de Priscilla Chang.

    La guayaquileña es licenciada en Publicidad y Comunicación; luego de terminar su carrera viajó a Argentina en busca de algún curso de capacitación en moda. Al regresar a Ecuador decidió lanzar su propia marca de zapatos.

    En el 2011, Chang ingresó al centro integral de capacitación creativa en moda, diseño, fotografía y decoración El Espacio Buenos Aires. “En un principio no era lo que quería, luego descubrí mi pasión por diseñar zapatos”, cuenta la emprendedora. El curso intensivo tuvo una duración de cinco meses.

    En julio de ese mismo año, ya en Ecuador, invirtió USD 9 000, que obtuvo de un préstamo de su padre, para iniciar con su negocio; así nació AnyWho.

    Al llegar al país le costó mucho esfuerzo encontrar a proveedores de cuero, de horma y de tacos. Los materiales con los que diseñaría los halló en una feria en Quito. El cuero que utiliza para diseñar sus zapatos son 50% de origen nacional (Ambato), el resto es importado de Argentina y Colombia.

    En un taller, ubicado en la ciudadela Entre Ríos, en la vía a Samborondón, sus diseños toman forma.

    Chang, junto a dos maestros del calzado, da vida a las piezas. Fabricar un modelo toma hasta dos semanas, explica la emprendedora. El precio de los zapatos oscila entre los USD 75 y 110.

    En su primera colección se destacan los calzados de tacón de 7 centímetros de alto, aunque la colección también incluye zapatos cerrados y bajos. En abril tiene previsto lanzar una segunda colección, la cual incluirá zapatos tipo suecos.

    Desde el lanzamiento oficial de su marca y apertura del showroom, hace unas tres semanas, la iniciativa facturó USD 2 500. Sus clientes son mujeres entre los 20 y 45 años.

    Una de ellas es Estefanía Aspiazu, quien adquirió dos pares el día del lanzamiento de AnyWho Shoe Design. “Lo que más me atrajo es que son diseños únicos elaborados con materiales de calidad”, cuenta esta clienta.

    Una opinión similar la tiene Fátima Ordóñez, otra consumidora que gusta de esta nueva marca de zapatos. Ella señala que fue al showroom por acompañar a una amiga, pero los productos que allí se mostraban llamaron su atención y decidió comprar ella también. “Lo mejor es la comodidad de los zapatos. Eso es lo que más me atrae”.

    Sobre el negocio

    • La promoción.   Lo hace principalmente a través redes sociales como Facebook e Instagram.
    • Los modelos. Elabora unos 35 pares por cada modelo. Tiene previsto lanzar su nueva colección en abril.
  • Los zapatos los convierte en obras de arte

    Redacción Cuenca

    El muro que tiene en la red social Facebook la firma beCo (zapatos pintados a mano) es una muestra de color y creatividad. Allí están las fotografías de los zapatos deportivos que pinta la cuencana Belén Cordero, en donde plasma libélulas, mariposas, flores, arco iris, corazones, búhos, estrellas, jirafas, vehículos, entre otros objetos.

    Ella cursa el octavo ciclo de la carrera de Diseño Textil y Modas en la Universidad del Azuay (UDA). Desde el 2010 empezó a comercializar estos zapatos para amigos y familiares. Al inicio sus ventas bordeaban los USD 70 al mes, en la actualidad promedian los 230.

    Una de sus clientas es Lía Cevallos, quien comercializa los zapatos en su tienda llamada Anacleta Coqueta Atelier, en el sur de Cuenca. Para ella, la línea beCo es creativa y alegre y por eso gusta a sus clientas. Los zapatos más vendidos son los de motivos animados y los que tienen mezcla de materiales y texturas. En cuanto al perfil del consumidor, dice Cevallos, es femenino entre 15 y 23 años.

    Cordero es dinámica y evidencia su pasión por el diseño. Observa flores, árboles, objetos y cómo visten las jóvenes, para identificar tendencias de moda para crear nuevos modelos y captar más consumidoras. Con esa capacidad de expectación dibuja sirenas, signos de paz, bailarinas, ‘cupcakes’ y estampados de cebra y leopardo, tipo animal ‘print’, que están de moda.

    Su oferta abarca más de 60 diseños y también recibe comentarios de sus clientas, para diseñar el calzado al gusto de ellas.

    Para la subdecana de la Facultad de Diseño de la UDA, Genoveva Malo, esta alumna se destaca por su creatividad, dedicación e innovación en cada uno de los proyectos que emprende.

    Esta estudiante, de 21 años, invirtió, el año pasado, USD 60 en pinceles y pintura textil, para mejorar su producción. También, abrió un muro de Facebook, que hasta el 25 de febrero tenía 643 ‘Me gusta’, que se asemeja a los seguidores. Mediante esta web, Cordero promociona sus productos y recibe pedidos. Es común leer comentarios de admiración y agradecimiento de sus consumidoras.

    Esta emprendedora también ha apuntado a ofertar calzado para los niños. Desde la talla 27, sus zapatos tienen dibujos de hadas, dragones, carros, osos, perros y cualquier diseño que desee el menor de edad. Para Adriana Castro, una de sus clientas, la habilidad y personalización de la iniciativa beCo es clave para llegar a más consumidores y atender, con éxito, a menores y adultos.

    Cordero no produce los zapatos sino que los compra a proveedores de la capital azuaya. Escoge calzado de tonalidades blancas, azules y grises para plasmar su creatividad. Los más comercializados son los que tienen fondo blanco con estampados de colores vivos como amarillo, verde, violeta, rojo, etc.

    UNIVERSIDAD DEL AZUAY USD 18 cuesta cada par de zapatos del emprendimiento beCo.

  • Con el zapato masculino da pasos en firme

    Redacción Cuenca, redaccion@revistalideres.ec

    «Cuando era bebé me envolvieron en cuero en vez de una manta», dice Lenin Nivelo en tono humorístico y exagerado. Este cuencano se refiere a su legado de zapatero, ya que creció en una familia que se dedica a este oficio.

    Por esa herencia, desde hace 26 años Nivelo se dedica al diseño y producción de zapatos para hombre, que vende con la marca Pierrali y Mazzalupi. Además, creó la firma Lenical, para comercializar sus productos con los que factura unos USD 100 000 al mes y atiende a 120 clientes corporativos a escala nacional.

    Esta historia de emprendimiento no siempre estuvo acompañada por el éxito. Al inicio este taller funcionaba en un espacio de 6 metros cuadrados, donde Nivelo, junto a tres empleados, producía 100 pares de zapatos a la semana; las ventas eran puerta a puerta.

    Paulatinamente, los diseños de Nivelo tuvieron acogida, y sus ventas se incrementaron. Para Lorena de Enríquez, colaboradora del local Estilos y Modelos (centro de Quito), el éxito de esta firma no es casualidad, sino la unión de cuatro factores: la calidad del producto, la puntualidad en la entrega, la innovación en los diseños y los buenos precios.

    Por esa calidad y atención, el local Estilos y Modelos compra estos zapatos desde hace más de 15 años.

    Nivelo es un apasionado del diseño de zapatos. Cada año lanza 70 nuevos modelos para diversificar la oferta de su catálogo. Además, el año pasado creó una suela de zapato elaborada con llantas de vehículos. «Para mí es clave el cuidado del medioambiente, y reciclar es un aporte». Por ahora, el 10% de la producción lleva suelas con caucho reciclado.

    La inversión en maquinaria es una de las apuestas de Nivelo, quien hoy trabaja al lado de 40 empleados. Este cuencano invierte unos USD 20 000 al año en máquinas como troqueladoras industriales, cerradora de talones, horno reactivador, entre otros equipos para mejorar el proceso de fabricación del calzado.

    La inversión más reciente, en enero de este año, fue la maquinaria para producir la suela de los zapatos. De esta forma evita comprar a otros proveedores esta materia prima, que a veces es escasa o sube su precio en el mercado.

    Además, esta firma cuenta con un área de desarrollo de nuevos modelos, donde dos colaboradores identifican las tendencias internacionales y si estas se adaptan al mercado ecuatoriano. Además, combinaciones de texturas como lona, gamuza, cueros lisos y corrugados, etc., para la creación de nuevos diseños.

    Hoy, esta firma funciona en un espacio de 600 m2 (al sur de Cuenca). Cada zapato pasa por una línea de producción y culmina con la revisión de calidad.

    A Nivelo no se le escapa ningún detalle del mundo empresarial. Esa es la opinión de Andrés Ruiz, colaborador de Zapatos y Moda (en Guayaquil), quien dice que la fortaleza de este cuencano es diseñar calzado para cada segmento del consumidor. «Tiene productos para jóvenes desde los 12 años hasta hombres de 65 años».

    Ruiz, quien comercializa un 50% de zapatos importados de EE.UU., vende los de esta firma azuaya hace cuatro años con éxito. «Esta firma cuencana demuestra que el producto nacional sí compite con otros países».

    Nivelo sabe que es un competidor pequeño, pero en sus 26 años de trabajo se ha forjado un nombre y reputación. Sus perspectivas son crecer y exportar, por lo que participa en ferias de calzado en el país para exhibir su producto ante compradores nacionales e internacionales. Por ahora vende sus zapatos en Manabí, Pichincha, Guayas, Loja, El Oro y Azuay, entre otras provincias.

    El ambateño Carlos Arango conoce la marca Pierralli desde el año pasado. Destaca la innovación en los diseños y comodidad de los zapatos.

    Nivelo se siente orgulloso de convertir su pasión y legado en un negocio que genera empleo y oportunidades. «El camino es largo, veamos qué nos depara».

  • 100 productores de calzado en una feria

    El Centro de Exposiciones Quito fue la sede de la Feria del Calzado, organizada por la Cámara del Calzado de Tungurahua (Caltu), la semana pasada. En la inauguración, Lilia Villavicencio, presidenta de Caltu, destacó la importancia de las políticas de gobierno para incentivar el crecimiento de la industria de zapatos.

    En el 2009, el Gobierno aplicó salvaguardias cambiarias y por balanza de pagos para frenar las importaciones de zapatos e incentivar e impulsar la producción. Un año más tarde estas se deshabilitaron para comenzar la aplicación de un arancel mixto que se encuentra todavía en vigencia.

    Luis Muñoz, subsecretario de Pequeñas y Medianas Empresas del Ministerio de Industrias, indicó que la producción aumentó de 15 millones en el 2007 a 30 millones el año pasado.

    Fernando Loja, propietario de Lofac Industria de Calzado quien actualmente produce 700 000 pares de zapatos en relación a los 300 000 que fabricaba anteriormente, confirma el crecimiento.

    Israel Herrera, gerente de la firma Capriana, declaró un aumento en su producción de entre 200 y 300 pares, mientras que antes elaboraba entre 500 y 600 pares semanales.

    Zapatos de tacón, ‘flats’, deportivos, mocasines, etc., formaron parte de los productos en la exposición. El calzado no se vendió individualmente, solo se concretaron negocios al por mayor.

    El evento reunió a 100 productores nacionales y extranjeros. En el sitio también se ofertaron insumos y otros productos elaborados con cuero como carteras.

    El Ministerio de Industrias muestra en sus cifras que las exportaciones crecieron de 10 millones de pares a 12 millones entre el 2007 y el 2012.

  • Su microempresa es algo sencilla y cómoda

    Redacción Quito

    A Sebastián Aguirre le gustaba dibujar zapatos en su tiempo libre. Hace cinco años, este joven quiteño, mientras cursaba los últimos semestres de diseño industrial en EID, en París (Francia), realizaba bocetos de calzado.

    Luego de terminar sus estudios comenzó a trabajar como ‘free lance’ y mesero en un restaurante parisino. Pero la pasión por el diseño de calzado se transformó en el proyecto de crear una marca.

    Para ello, Aguirre hizo estudios de mercado en Francia y Ecuador. De a poco, la idea se fortaleció y comenzó a buscar proveedores. En un viaje, notó que en Ecuador la industria del calzado tenía todo lo que necesitaba. Así comenzó a desarrollar prototipos y buscar fábricas para la manufactura de sus diseños.

    En una reunión de amigos, Aguirre conoció a Felipe Cornejo. Tras comentarle su propuesta, Cornejo, quien es ingeniero en sistemas graduado en George Mason University (EE.UU.), se interesó por el emprendimiento y se asociaron.

    Él aportó sus conocimientos empresariales, debido a que ya contaba con la experiencia en la creación de su empresa de desarrollo de software llamada Devsu.

    En el 2012 se dedicaron a fortalecer la marca y a dar forma al producto final. Su concepto era crear un modelo sencillo y simple, para lograr un zapato ligero, cómodo y resistente. Pero, a la vez, el producto debía tener estilo.

    Así surgió Cardanas, nombre que nació del apellido materno de Aguirre (Cárdenas), más un toque francés. La inversión inicial fue de USD 15 000 para la primera producción. El zapato es manufacturado con lona producida por la firma nacional Ponte Selva, mientras que la suela se fabrica en Buestán y es prensada en Ambato, en Inducaucho. El armado final se realiza en una empresa de Quito.

    En noviembre del 2013 salió a la venta el producto en su ‘showroom’ en La Floresta (centro-norte de Quito).

    Juan Diego Donoso, arquitecto y urbanista, comenta que adquirió los zapatos debido a la buena calidad. Gracias a su diseño, cuenta Donoso, los usa para toda ocasión. Mientras que otro cliente, Felipe Álvarez, dedicado a la permacultura (arquitectura sostenible), destaca la durabilidad del producto.

  • La industria nacional envía una representante a Taiwán

    Redacción Quito

    La Cámara Nacional de Calzado, con el aval del Centro Tecnológico de México (Ciatec) y la Embajada de Taiwán eligieron hace varioas semanas a los ganadores del primer concurso de calzado de diseño en el país.

    El jurado del concurso estuvo conformado por un equipo técnico del Ciatec quienes evaluaron la conceptualización, innovación y realización en los proyectos presentados. Así como la trayectoria profesional de los participantes La ganadora fue la ambateña Soledad Falconí, mientras el segundo y tercer lugar se llevaron los cuencanos Carolina Meneses y Diego Delgado.

    Falconí presentó un modelo de conceptualización del calzado, es decir, impulsar la generación de productos basados en conceptos arquitectónicos y composiciones cubistas.

    «En estos momentos tenemos excelentes diseñadores de calzado en el Ecuador. Sin embargo, el problema es que están enfocándose mucho a los temas comerciales. Por eso, mi propuesta es generar una tendencia Ecuador, o sea, generar propuestas que nazcan de diseñadores basados en conceptos, para que exista un real avance para la industria del calzado del país», señala Falconí.

    El objetivo de Falconí, por tanto, es generar en algún momento una identidad propia y no solamente siguiendo las tendencias de la moda internacional. Esta profesional de 35 años, y madre de un hijo, estudió la carrera de diseño en la Universidad Católica. Además, cursó sus estudios de Ingeniería en Gestión en la Universidad Indoamerica Y realizó un curso de especialización en Diseño de Calzado en el instituto Ars Sutoria de Milán, en Italia.

    Adicionalmente, ella ha trabajado como consultora en la industria del cuero y calzado desde hace 15 años y conoce de cerca el desarrollo y crecimiento del sector y «lo difícil que ha sido para sus actores sacar adelante sus empresas con tantas limitaciones locales».

    En el área internacional tuvo la oportunidad de conocer el mercado latinoamericano durante su periodo laboral en la curtiduría de la industria nacional. Durante su estadía en Italia tuvo la oportunidad de trabajar en una revista de Tendencias, por ello su conocimiento abarca varias corrientes mundiales.

    El premio que ella recibió es de una beca para estudiar un Máster en calzado industrial en Taiwán. Durante dos años se nutrirá de los conocimientos necesarios para dar valor agregado en el país.

    Más datos

    La gente vinculada. Alrededor de 5 000 productores se calcula que estarían vinculadas con la industria del calzado en el Ecuador.

    La producción. Más de 30 millones de pares de zapatos se producen cada año en el país.