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  • Pabel Muñoz: ‘Nos interesa que la industria nacional sea robusta’

    Xavier Basantes. Editor del Semanario LÍDERES

    La Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), busca afianzar el proceso de cambio de la matriz productiva, con base en encadenamientos entre empresas públicas y privadas. Su Secretario explica cuáles son las estrategias de las empresas públicas.

    ¿Cuál es el rol que tienen las empresas públicas en la agenda estratégica del Gobierno?
    Las empresas públicas son una figura institucional, que podemos activarlas o no, según nuestras necesidades estratégicas, frente al cambio de la matriz productiva. Por ejemplo, el caso de la empresa de Coca-Codo Sinclair (Cocasinclair EP), que este momento construye el proyecto más grande del país, una vez que esté construido, será eliminada.

    En la presentación del informe sobre Empresas Públicas y Planificación de Senplades (3 de febrero) se destacó la creación de 28 empresas. ¿Tienen previsto crear más empresas este año?
    Seguramente vamos a crear una para que administre los centros deportivos de alto rendimiento. A veces pensamos en las empresas públicas, como ‘las empresas públicas’; es decir, como Petroecuador, CNT, Petroamazonas… pero al ser una figura institucional, necesitamos empresas para cumplir un rol específico. Por eso es importante ver a las empresas públicas como: prestadoras de servicio y administradoras de sectores estratégicos, reguladoras del mercado y constructoras de proyectos estratégicos.

    Ahora, entre las empresas creadas consta la de Importaciones. Esto pareciera contradictorio con la política de sustituir importaciones.
    El objetivo de esta empresa no es contradictorio con nuestro objetivo de velar por la calidad de las importaciones, y sustituir estratégica e inteligentemente las importaciones.

    Por ejemplo, el caso del mercurio: lo necesitamos para actividades en el ámbito médico, pero si no tenemos control en esa importación se estaba yendo a un mal uso en la minería informal. Esta empresa no busca competir con el sector privado importador, busca generar optimizaciones en las importaciones de la compra pública.

    ¿Cómo les fue a las empresas el año pasado?
    En el 2013, las empresas públicas utilizaron unos 6 000 millones de dólares, pero los ingresos que provinieron, solamente de las petroleras, fueron de 14 000 millones. Claro, estas son las más grandes.

    Pero ya empezamos a tener utilidades en la Empresa de Correos, hemos tenido una dinamización con la de Ferrocarriles. En la CNT tuvimos ingresos por 60 millones de dólares, 30 ingresaron a las arcas fiscales y 30 millones para reinvertir en la CNT.

    ¿Cuáles son las previsiones que tienen como resultados de las empresas públicas para 2014?
    Nos interesa hacer una inversión similar a la del 2013 que bordeó el 13% del PIB; esto significa que estaremos invirtiendo entre 6 000 y 7 000 millones. Para este 2014 es fundamental el énfasis en los sectores estratégicos, sobre todo dentro un mayor avance en el cambio de la matriz productiva.

    En su informe de empresas públicas se destaca una inversión en la Empresa de Fármacos.
    Lo más importante es que comenzamos con la construcción de la planta farmacéutica en Yachay (con una inversión inicial de USD 73 millones). En el país no producimos fármacos, somos unos ensambladores de fármacos y creemos que tenemos esa capacidad para hacerlo, sobre todo genéricos.

    Frente a eso, la industria farmacéutica ecuatoriana dice que ellos también pueden fabricar medicamentos y si el Estado entra a colocar sus productos eso incidirá en el mercado…
    Nos interesa mucho la inversión privada; desde la matriz productiva nos interesa trazar la cancha, pero que los actores sean privados. Pero no necesariamente tenemos eso; en un primer momento, no todos los actores van a ser privados, sino que se necesita un estímulo del sector público.

    Nos interesa la complementariedad antes que la competencia. Pero no hemos tenido eso y en muchos casos, las empresas privadas han regulado el mercado. Por ejemplo, lo de Tame. ¿Cómo eran los pasajes a Colombia o a Brasil? Cuando Tame entra, no está buscando la quiebra de otras empresas sino que busca fomentar la competencia respecto a los precios de los pasajes.

    ¿En el informe de Senplades sobre Tame se indica que interesa ir al transporte de carga?
    Es una iniciativa que tiene Tame y la resolveremos en el Directorio. Esta era una industria que estaba en el mundo de las FF.AA., salió de ese mundo y hoy tenemos un manejo más empresarial: hemos ampliado mercados y ahora hay la intención de volar a Los Ángeles y crear una línea de carga en Tame.

    ¿Todo esto con la entrega de subisidios?
    No tenemos miedo a los subsidios, cuando estos estimulan una inversión. Ahora estamos en la discusión de las industrias básicas y se analiza la construcción de una industria de aluminio, que nos interesa que provenga del sector privado. ¿Qué podemos hacer para eso?, subsidiar la energía. Si al 2016 podemos ser potencialmente exportadores, muy bien podemos subsidiar por cinco, seis o siete años esa energía, para que el sector privado pueda dinamizar una industria como la del aluminio.

    ¿Este es un estímulo para las empresas que se sumen a la sustitución de importaciones?
    A nosotros nos interesa fomentar la industria nacional, que sea robusta, que genere empleo, que abastezca el mercado interno y pueda abastecer el mercado externo. Desde esta perspectiva, podemos utilizar los incentivos que necesitemos para que los industriales nacionales tengan seguridades de invertir en el país. Esos son los mensajes que enviamos.

    A propósito del mercado externo, ¿cuáles son las expectativas de Senplades de cara a una nueva ronda de negociaciones con la UE?
    No tengo detalles de la negociación, eso lo maneja el Ministerio de Comercio. Los temas de propiedad intelectual, compras públicas y salida de capitales nos preocupan y están puestos en la mesa de negociación, como elementos fundamentales para nuestro desarrollo. Esperamos tener una buena respuesta del lado europeo sobre estos temas.

    Un breve resumen de su gestión
    La formación. Sociólogo graduado en la PUCE; estudios de maestría en Ciencias Políticas, en la U. de Andalucía.
    En el Gobierno actual. Viceministro de Inclusión Económica; Subsecretario de Reforma Democrática y Gestión Programática de Senplades, etc.

  • Álvaro Galindo: ‘Los sistemas de protección de inversiones están cambiando’

    Alberto Araujo. Redacción Quito/ LÍDERES

    Desde el 2008, el Gobierno ha promovido la eliminación de los tratados bilaterales de protección de inversiones y este año conformó una comisión para auditar estos acuerdos. Pero uno de los principales socios del país como China han mostrado su preocupación al respecto. El especialista en derecho internacional, Álvaro Galindo, explica cómo se han manejado esas herramientas en otros países del continente americano.

    ¿Cuáles son los sistemas de protección de inversiones utilizados en la región?
    Los dos típicos mecanismos más utilizados son los contratos de inversión extranjera y los tratados internacionales de carácter bilateral o multilateral en materia de protección de inversión extranjera. Cuando hablo de tratados multilaterales también incluyo los tratados de libre comercio, cuando ellos incorporan un capítulo sobre inversión extranjera.

    Hay otro tipo de herramientas que son las propias instituciones de cada país. Si uno se fija en el Tratado de Libre Comercio entre Australia y Estados Unidos, este no cuenta con una disposición de arbitraje internacional para disputas, porque se entiende que los inversionistas estadounidenses en territorio australiano, y viceversa, confían en los sistemas de administración de justicia local donde llevan sus inversiones.

    ¿Hay otros países que estén revisando sus tratados como Ecuador?
    Sí, pero hay que diferenciar dos mecanismos. En primer lugar, los de denuncia, que han sido utilizados por el Ecuador, Bolivia, Venezuela o Sudáfrica, países que han denunciado tratados en materia de protección de inversión extranjera.

    La ‘denuncia’ es el mecanismo por el cual un Estado decide, de forma soberana, dejar de ser parte de un instrumento internacional que alguna vez ratificó. En la actualidad, en el caso del Ecuador, hay mensajes en el sentido de que la decisión de denunciar los tratados de protección de inversión extranjera con países de donde proviene inversión importante como China, Estados Unidos, así como con países europeos y Canadá, está dando paso a una estrategia de renegociación, para reformar el contenido de estos instrumentos.

    Para que esta estrategia se concrete se deberá contar con la voluntad de ambas partes en esos tratados. Una renegociación conlleva, de manera necesaria, a que la otra parte también esté dispuesta a negociar el contenido de las cláusulas de esos tratados.

    ¿Se necesitan precisar las cláusulas de esos tratados de inversión?
    Sí, sin duda. En su gran mayoría no tienen contenido alguno y son los tribunales los que han tenido, en cada caso, que dar contenido a esas cláusulas. Como ejemplo, la disposición de «Trato Justo y Equitativo» que se encuentra incorporada en el Tratado de Inversión entre Ecuador y Estados Unidos, fue interpretada en el arbitraje sobre el IVA petrolero con Occidental como un estándar de estabilidad jurídica, lo que varios expertos en la materia han considerado un error.

    ¿En este grupo se encuentra el estándar de «denegación de justicia»?
    Es otro buen ejemplo. En el arbitraje Chevron II, relacionado a una supuesta denegación de justicia por unos juicios civiles, se produjo un fallo final en el 2011. Ese Tribunal Arbitral, sin que las partes lo hayan siquiera argumentado, consideró que la cláusula de garantizar el acceso a un medio eficaz para resolver las desavenencias era un estándar en el tratado, distinto al estándar de denegación de justicia.

    Esto fue una invención del Tribunal porque ninguna de las partes, ni Chevron ni el Estado ecuatoriano, alegaron que esta cláusula tuviera la categoría distinta al estándar del derecho internacional de la denegación de justicia. Y más aún, sin que las partes hayan tenido la oportunidad de discutir en el proceso la interpretación que finalmente le dio el Tribunal a dicha cláusula.

    Este fue el sustento del Tribunal para encontrar responsable al Estado ecuatoriano y fijar una compensación a favor de la compañía, sin perjuicio de que al final, luego de que el reclamo original fuera por USD 1 700 millones, el monto de compensación haya sido disminuido a 96 millones. Estos ejemplos son, entre otras razones, las causas que generan una preocupación legítima del Estado y que sustentan su posición de modificar esos tratados, ya sea a través del mecanismo de la denuncia o la renegociación.

    Usted ha indicado que no solo Ecuador estaría interesado en este tipo de procesos sino países como Estados Unidos.
    En abril del 2012, la administración del presidente Obama publicó un nuevo modelo de tratado de protección de inversión. Los países desarrollados generan un modelo, un instrumento base con el que se sientan a negociar con los estados que les interesa tener un tratado de protección de inversión extranjera.

    Estados Unidos lo hacía, originalmente, para proteger a sus inversionistas en el exterior. Sin embargo, a partir de la creación del mecanismo de solución de controversias entre el inversionista y el Estado, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte surgen disputas y reclamos de inversionistas del Canadá en contra de Estados Unidos por violación a sus inversiones en el territorio americano.

    Y esto empezó a generar preocupaciones en la administración de Estados Unidos porque entendía que se estaba cuestionando sus políticas de carácter regulatorio soberano, pues un tribunal de tres personas privadas, sin ningún sistema de control democrático ni elegidas por el pueblo americano, podía juzgar decisiones de carácter regulatorio de aplicación general. Con base en esas preocupaciones se fueron generando estos nuevos sistemas.

    Si uno revisa el modelo del 2012 existe una serie de exclusiones en cuanto a qué debe entenderse por una expropiación ilegítima. (…) Estos modelos buscan conservar las potestades regulatorias, que estas no sean cuestionadas ante un tribunal internacional y mucho menos que genere al Estado una obligación de compensación económica.

    Las principales demandas arbitrales contra el Ecuador se han dado invocando los tratados bilaterales de protección de inversiones. ¿Cómo se ve el desarrollo de estos arbitrajes, sobre todo de Chevron?
    El tema es de gran atención por parte de la comunidad internacional (…). Una es la versión desde la industria, que tiene preocupaciones por las posibles consecuencias que un precedente de esta naturaleza puede generar en cuanto a potenciales riesgos políticos y jurídicos para sus inversiones en diferentes lugares del mundo.

    Por otro lado, a los estados soberanos les preocupa que haya una intervención más allá de lo que originalmente pensaron por parte de tribunales internacionales cuando negociaron estos instrumentos para la protección de inversión extranjera. (…) En el caso Chevron, sin perjuicio de que se siga litigando en las cortes ecuatorianas, ya ha sido objeto de decisiones de un tribunal internacional de manera paralela, cuando por años la tradición jurídica en el derecho internacional ha sido la de permitir que los estados, a través de sus propios mecanismos, puedan corregir los errores que sus cortes inferiores hayan cometido.

    Trayectoria profesional

    La formación. Es doctor en Jurisprudencia de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Tiene un máster en Derecho de la Universidad de Georgetown, Washington D.C., en Estados Unidos.

    Experiencia. Es catedrático de la Escuela de Leyes en la Universidad de Georgetown y es consejero internacional en Dechert LLP, una de las firmas de abogados más importantes a escala mundial. Fue Director de Arbitraje Internacional de la Procuraduría General del Estado.

  • Richard Martínez: ‘Hay que institucionalizar el diálogo público y privado’

    Xavier Basantes. Editor del Semanario LÍDERES

    La Cámara de Industrias y Producción (CIP) renovó su dirigencia. Su nuevo titular explica la posición de los afiliados al gremio, en el proceso del cambio de la Matriz Productiva que impulsa el Gobierno.

    El Gobierno está empeñado en el cambio de la Matriz Productiva. ¿Cómo se alinea el sector privado frente a esta iniciativa oficial?
    Hay dos componentes de respuesta. La primera es que una economía, que busca cambiar su patrón de especialización a otra que incluya más servicios y más industria, es algo que se debe rescatar. Lo importante es que el cambio de Matriz Productiva tenga como actor principal al sector privado.

    ¿Cuál es el otro componente de respuesta?
    Reconocemos que ha habido cambios importantes en infraestructura, pero aún tenemos mucho por hacer, como el institucionalizar un diálogo público-privado, que permita generar previsibilidad, para elaborar en conjunto las normas. Tenemos total disposición de fomentar la inversión privada, pero es importante que el sector privado también participe en la construcción de las normas. El dato que tenemos, es que en el 2013 se emitieron 2 000 normas relacionadas con el sector productivo y que inciden en su desempeño empresarial.

    ¿El Gobierno dice que a través de los consejos consultivos hay un acercamiento permanente y que su política es fomentar la producción?
    Sí. Los acercamientos ha habido, pero tenemos experiencias en las que pudimos haber construido una mejor relación, por ejemplo, en el etiquetado de alimentos. Ahí podíamos haber dado una señal de que se puede trabajar en conjunto, pero lamentablemente la discusión se centró en la etiqueta, cuando el tema de fondo es sobre hábitos de consumo.

    Otro caso que pudo haber tenido mayor acercamiento para garantizar previsibilidad y alertar problemas es la Resolución 116 del Comex. Esta generó problemas en abastecimiento de materias primas y si hubiese habido una norma construida de manera conjunta, hubiésemos tenido mejores resultados.

    Ahora, qué pasa con otros temas que inquietan, como el Código Laboral o la situación económica, que conducen a nuevos endeudamientos. ¿Cómo los está procesando la Cámara?
    El tema laboral es una oportunidad para institucionalizar el diálogo público y privado, bajo el mecanismo del Consejo Nacional del Trabajo, porque allí podemos definir las grandes líneas de un pacto por el empleo productivo, con algunas bases. Primero, cómo estará el Ecuador en su estructura productiva de aquí a 20, 30 años.

    Tenemos que proyectarnos allá. Segundo, reconocer que el nivel de conflictividad ha disminuido y esto es importante, porque hay una mejor relación entre el empleador y el trabajador.

    Estos bienes tenemos que conservar y nos parece que hay temas como la sindicalización por rama de actividad económica, que puede ir en contrasentido del cambio de Matriz Productiva, sino fomenta esta buena convivencia entre trabajadores y empleadores. Ahí no tenemos la claridad de cuáles van a ser las competencias. Lo otro es la jubilación patronal; nos preocupa que se genere una bonificación por terminación de contrato, porque puede terminar incrementando los costos laborales.

    ¿Cuál es la percepción que tiene el sector privado sobre la situación económica del país?
    El Presidente (Correa) anunció que el 2014 y el 2015 van hacer años duros. Ahí creemos que hay que tener todo listo para que el sector privado sea el motor de la economía, porque hay recursos que el Estado destina a otros gastos, y que pudieran ser complementados con inversión privada y que pueden generar una tasa de retorno social muy elevada.

    Creemos que lo más importante este momento es precautelar las actividades económicas y que los ecuatorianos no vean afectada su economía.

    ¿Cómo está la relación de la inversión pública frente a la inversión privada?
    En términos de proporción, en el 2003, el 22% del total de inversión era pública y, el 78%, privada. En el 2012, tuvimos un 44% de inversión pública y un 56%, privada. El mensaje es que la inversión privada tiene que acompañar a la pública, pero la inversión privada no ha despuntado en los últimos años: creció a 1 200 millones en el último año y la inversión extranjera directa todavía es baja.

    Si la observación se refiere al ambiente para invertir en el país, ¿cuánto pudo haber invertido el sector privado, en ‘mejores condiciones’?
    Es muy complejo cuantificar. Pero tenemos un reto público y privado que es fomentar el nivel de inversiones. En el 2013 las inversiones societarias alcanzaron unos 1 200 millones de dólares, de eso, cerca del 90%, fueron aumentos de capital y solo el 10% fue a constituciones de nuevas compañías. Esta es una cifra que refleja que la inversión de nuevos emprendimientos, no está despuntando en el país.

    El Ejecutivo sostiene -como han dicho el vicepresidente Jorge Glas y el ministro Ramiro González, en entrevistas con LÍDERES- que los empresarios ‘están felices’ con este Gobierno, porque han ganado como nunca antes…

    Lo que pasa es que el empresario por principio tiene que buscar la forma de ser más rentable y competitivo. El empresario ha tenido un espacio para generar un mayor margen en estos años, pero hay que analizar si es que eso responde a la política pública. En alguna parte puede responder, pero en otra parte responde sobre todo, a la actitud del empresario en buscar más eficiencia. Lo que tenemos que hacer es proyectar en el largo plazo cómo generar más inversión que a todos nos interesa.

    ¿Qué es lo que inquieta al empresario?
    Hemos hecho una encuesta entre nuestros afiliados para entender la problemática y encontramos que para el 76% de las empresas encuestadas este tema de seguridad normativa es lo que más les preocupa en términos de competitividad. Nosotros aspiramos a que en esta fase de construcción del cambio de Matriz Productiva, podamos tener este espacio mucho más dinámico con el sector público.

    Un resumen de su hoja de vida
    La formación. Economista graduado de la PUCE; Maestría en el IDE Business School y Posgrado en la U. de Barcelona.

    Las funciones. Desde el 2012 ejerció la Vicepresidencia de la CIP. Anteriormente fue Director del área Económica y de Comercio Exterior de la Cámara.

  • El cambio de la matriz alienta a emitir papeles

    Santiago Ayala Sarmiento (I) Redacción Quito / LÍDERES

    Ha transcurrido la mitad del año y el balance para el mercado bursátil ecuatoriano es alentador. Los montos negociados a escala nacional ya es similar a todo el movimiento anual de los tres años anteriores (2011, 2012, 2013).

    Eso abre un horizonte optimista de cara al segundo semestre y a los próximos ejercicios. Y todo esto, pese a que en el intermedio de este año el empresariado mantuvo cautela respecto a la aprobación de la Ley de Fortalecimiento y Optimización del Sector Societario y Bursátil.

    La normativa, desde que fue enviada por el Ejecutivo a la Asamblea, tenía el espíritu de ordenar y crear las condiciones necesarias para que más negocios utilicen a las Bolsas de Valores como entes de fondeo más favorable y de mayor plazo. Especialmente, uno de los objetivos que se fijó fue atraer a las pequeñas y medianas empresas, para que apuesten por este mercado, ordenando sus finanzas.

    «Es una buena manera de financiar proyectos más arriesgados y con mayor aliento. Obviamente, si queremos acceder a esta herramienta debemos cumplir parámetros más exigentes. Eso nos permitirá mejorar nuestra calidad y atraer a los inversionistas», señala Mario Ruiz, un mediano productor de alimentos que se encuentra en trabajos internos para acceder al mercado bursátil próximamente.

    Según las estadísticas de la Bolsa de Valores de Quito, el 41% de los emisores que negocian papeles en el mercado es pequeña o mediana empresa, algo que ha venido aumentando paulatinamente en los últimos meses. El 45% de los 271 emisores existentes a escala nacional pertenece a la gran empresa, mientras que el 14% es del sector financiero.

    «Las compañías poco a poco están mirando hacia el Mercado de Valores, porque saben que pueden aprovechar de un nuevo paraguas legal, que seguramente ofrecerá nuevos productos en el futuro, y asegurar flujos de capital que les permita invertir a más largo plazo», dice el asesor financiero Matías Donoso.

    El especialista añade que el anuncio de la firma del acuerdo comercial entre Ecuador y la Unión Europea (UE), dado a conocer la semana pasada por los negociadores de ambas partes, abre un horizonte de mayores oportunidades. «Y si a eso se suma que varias políticas públicas tienen como meta impulsar el cambio de una matriz productiva y sustituir ciertas importaciones, las expectativas para el sector privado son mayores».

    Sin embargo, un segundo escenario todavía ha hecho a las empresas poner su decisión en cautela. El proyecto de Código Orgánico Monetario y Financiero, que se debate en estos momentos en la Asamblea, pone un ‘stand by’ en las intenciones de proyectos a largo plazo, hasta que se conozca cómo queda finalmente el documento que regulará las actividades financieras en el país.

    Otro aspecto importante que abre las puertas a una mayor actividad bursátil en los próximos meses es la intención concreta de que el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) vuelva a ser un actor importante en el mercado, algo que había quedado relegado en los últimos años y que redujo los montos desde los USD 6 426 millones movilizados en el 2009, hasta la mitad durante los últimos cuatro años. En una reunión que mantuvieron las autoridades de la entidad con los representantes bursátiles se puso sobre la mesa nuevamente esta posibilidad, por lo que en los próximos años podrían verse nuevos movimientos.

    En todo este escenario, las fuerzas también están cambiando, ya que los sectores agrícola e industrial cada vez están colocando más papeles. Aunque el sector comercial sigue teniendo la mayor actividad, estos otros dos sectores vienen creciendo de manera importante.