El reciente acuerdo de integración comercial logrado con Chile no solo permite que todos de los bienes ecuatorianos lleguen sin aranceles a ese mercado, sino que es otro paso para que Ecuador ingrese a la Alianza del Pacífico.
Otros aspectos logrados son las denominadas cadenas regionales y globales de valor. Su objetivo es articular acciones de cooperación para impulsar procesos de encadenamientos productivos entre ambos países, para proyectarse a terceros mercados utilizando como plataforma a Chile, por sus acuerdos comerciales.
El presidente de Fedexpor, Felipe Ribadeneira, destaca el acuerdo porque Ecuador necesita impulsar todas las herramientas que le permitan incrementar la oferta exportable a más mercados.
Él explica que la integración comercial, a través de cadenas de valor regional, permite que en iniciativas como la Alianza del Pacífico se combinen capacidades conjuntas para que nuevos productos puedan aprovechar mercados ampliados, con transferencia de conocimientos y sean atractivos para las inversiones.
Infografía / LÍDERES
Ribadeneira agrega que este acuerdo representa un avance decidido hacia la adhesión del Ecuador a la Alianza del Pacífico. “Esto refuerza el respaldo internacional que ha recibido el país al cambiar su visión del relacionamiento con los principales socios estratégicos como Estados Unidos y los miembros de la Alianza del Pacífico”.
Según él, es un instrumento de nueva generación que incorpora materias que promueven y complementan el comercio e inversiones bilaterales, como los derechos de propiedad intelectual, comercio de servicios, promoción de encadenamientos para pequeñas y medianas empresas, entre otras.
“El mercado chileno tiene una capacidad de consumo que duplica a la de Ecuador, donde no solo existe un significativo espacio para la oferta agrícola, sino también para la no tradicional, como preparaciones de frutas y vegetales, aceites y grasas vegetales, elaborados y tableros de madera…”.
El comercio electrónico es otra disciplina del acuerdo. El propósito es establecer la cooperación en el ámbito digital para fortalecer los intercambios comerciales bilaterales, mediante el reconocimiento de firmas electrónicas, el uso de la conectividad e impulsar las ventas por medios digitales dando énfasis en las micro, pequeñas y medianas empresas.
Para el titular de Fedexpor, la pandemia del covid-19 demostró que es necesario enfocar esfuerzos en potenciar el comercio de servicios y las ventajas que ofrece el comercio electrónico, como vitrina para el posicionamiento de productos en canales de comercialización no tradicionales.
Por lo tanto, dice que contar con acuerdos comerciales que faciliten el acceso a estas herramientas es positivo para incrementar las posibilidades de internacionalización de nuestros productos.
Para Iván Ontaneda, ministro de Producción, este instrumento ofrece beneficios mutuos en bienes y servicios. Antes había un acuerdo parcial entre ambos países, que permitía que el 85% de los productos ecuatorianos ingrese sin aranceles. En la actualidad, se integra al 15% restante.
Los bienes nacionales que son exportados al mundo, explica Ontaneda, deben pagar USD 450 millones en aranceles cada año, por eso es importante contar con estos acuerdos comerciales. Él señala que solo 37% de lasexportacionesnacionales accede a preferencias arancelarias, que es un porcentaje bajo si se compara con Chile, Perú y Colombia, que tienen 93%, 90% y 85%, respectivamente. “Eso muestra que muchos de nuestros productos y cadenas productivas no resultan competitivos”.
Chile es el cuarto destino de los bienes nacionales no petroleros, por eso el acuerdo abrirá oportunidades para cadenas productivas que no tenían ese espacio, dice Ontaneda. Prevé que las ventas nacionales crezcan 7% al año.
Ecuador y Chile negociaron temas como acceso a mercados, reglas de origen, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos al comercio; y permite que bienes ecuatorianos que generalmente tienen excedentes de producción puedan ser exportados sin arancel a Chile, como arroz, azúcar y aceite de palma, destaca Ontaneda.
Él explica que cuando hay buenas producciones y cosechas es importante tener el desfogue del producto en nuevos mercados.
María Elena Amigo es la presidenta de la Cámara de Comercio Chilena Ecuatoriana, que tiene 23 socios y su sede está en Santiago. Comenta que este es un acuerdo moderno porque incluye ámbitos como telecomunicaciones, comercio electrónico y de servicios y temas laborales, y ambientales.
“Los beneficios se constatan, también, en el ámbito jurídico a través de una igualdad de oportunidades para las empresas de diversos tamaños que quieren postular a licitaciones públicas”.
El arroz es uno de los productos que tienen más oportunidades para crecer sus ventas en el mercado chileno, con el nuevo acuerdo. Foto: Archivo / LÍDERES
Los principales productos de exportación hacia el mercado chileno son banano, enlatados de pescado, plástico y manufacturas, camarón y frutas. Entre estos cinco se concentra el 62% de las exportaciones no petroleras, según los datos de la Federación de Exportadores (Fedexpor).
Con el acuerdo de complementación, el sector exportador aspira a trabajar en nichos específicos con valor agregado, que permitan acceder a más mercados y no solo a mantener las relaciones.
Por ejemplo, el sector arrocero, que gozará de preferencias arancelarias, trabaja en los productos que enviará a ese país. “El consumidor chileno no es un gran consumidor de la gramínea, pero su preferencia apunta a bienes de valor agregado”, señaló Juan Pablo Zúñiga, presidente de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador (Corpcom).
Según él, Chile demanda insumos saborizados, vitaminizados y envejecidos y Ecuador los produce, así que existen oportunidades. Zúñiga dijo en que se debe trabajar en mejorar la competitividad y reducir los costos de producción.
Para el sector palmero, en cambio, existen oportunidades para el desarrollo de productos industrializados. El acuerdo permite el acceso al mercado chileno de productos de palma ecuatoriana como el aceite crudo, semielaborados, aceites comestibles, margarinas, grasas, productos de limpieza, entre otros.
De acuerdo con datos de Propalma, durante el año pasado el mercado total de exportación para aceite crudo y semielaborados de palma llegó a USD 20 millones; el de grasas y aceites vegetales, a USD 23 millones; el de margarinas a USD 180 millones.
Otro de los segmentos que también creció fue el de jabones que incorporan como materia prima a la palma. Óscar Calahorrano, presidente ejecutivo de Propalma, explicó que la apertura para los productos hechos con base en palma es amplia y las preferencias arancelarias permitirán que se impulsen exportaciones de productos que, al momento, pagaban tributos como las margarinas.
El acuerdo comercial tiene una visión de acoplarse a la adhesión de Ecuador a la Alianza del Pacífico. En esta oportunidad se pone énfasis en las mipymes, en los encadenamientos productivos y en el fortalecimiento del intercambio comercial a través de las ventas digitales.
Para Juan Sebastián Salcedo, director ejecutivo de la Cámara de Innovación y Tecnología Ecuatoriana (Citec), el acuerdo obligará a Ecuador a adecuar y modernizar varias de sus normativas respecto a protección de datos.
Además, impulsará a la maduración del segmento de desarrollo tecnológico y la interoperabilidad para la prestación de servicios. Las ‘fintech’, las páginas de ‘e-commerce’ y de servicios ‘business solutions’ podrían encontrar un mercado potencial con este acuerdo de integración.
Salcedo resaltó que Ecuador tiene talento humano para desarrollar tecnología y, de esta manera, el acuerdo representa una oportunidad interesante para poder expandir sus mercados.
En la piladora Noelia del cantón Santa Lucía, en la provincia del Guayas, se produce variedades de arroces saborizados para exportación. Foto: Archivo / LÍDERES
La Cámara Minera de Chile tiene una plataforma de inversionistas de ese país, y extranjeros, a los que presenta proyectos de pequeña, mediana y gran minería de Chile, Perú, México y Ecuador. De este último son cerca de 260, que están ubicados en la Amazonía, en el norte y el sur del país.
Según el presidente de la Cámara Minera de Chile, Manuel Viera, su gremio es un organismo técnico de alto nivel y experiencia en minería. “Hemos visto que Chile, Perú, Ecuador y México serán los ejes del crecimiento latinoamericano en esta actividad”.
En diciembre pasado, un grupo de 30 inversionistas participó en una rueda de negocios que se cumplió en Ecuador. Allí surgió la necesidad de crear la Cámara Minera Ecuatoriana-Chilena que, en la actualidad, cuenta con 25 empresas afiliadas.
Viera señala que de la reunión en Ecuador se prevé que se concreten inversiones que oscilen entre los USD 10 millones y 20 millones. Por ejemplo, el Grupo de Empresas Metaproject, de la que Viera es gerente, analiza seis proyectos que sumarían más de USD 5 millones. “Al Ecuador, también, fueron empresas de automatización y robotización de proyectos, construcción de campamentos, proveedores… Pero, la pandemia frenó muchas cosas”.
Ecuador fue la primera parada, dice Viera, y el objetivo es que llegue a los niveles de desarrollo que tienen Perú y Chile. “Hay recursos buenos, pero es importante que no cometan los mismos errores que tuvimos nosotros, por eso ponemos a disposición los más de 200 años de experiencia que tiene Chile en la actividad”.
La segunda misión empresarial impulsada por la Cámara Minera de Chile se efectuará en México y la tercera será en Perú. “En México hay una oportunidad enorme porque faltan proveedores, consultores, entre otros”.
Giovanni Andrade es el presidente de la Cámara Minera Ecuatoriana-Chilena. Según él, el propósito de crear este nuevo gremio productivo es traer capitales extranjeros para el Ecuador, no solo de Chile sino también de Canadá, Australia, entre otros países.
Él dice que recibieron carpetas de 260 proyectos en Ecuador y son presentados a inversionistas extranjeros. “Hay que esperar que se abran las fronteras para que las compañías envíen a sus técnicos y hagan una evaluación”.
Según Andrade, las inversiones en los proyectos pequeños irían desde los USD 200 000 hasta los 300 000 y en los medianos desde el USD 1 millón. Son polimetálicos, principalmente, de oro, cobre, molibdeno, y demás.
La mayoría son pequeños y medianos, que están en la fase de exploración avanzada, asegura Andrade. “Estas compañías darían los insumos para aumentar el potencial, la explotación y la escala del proyecto”.
Según Viera, a más de traer nuevos capitales, otros objetivos de su gremio son ofrecer capacitación y transferencia tecnológica al sector minero de mediana y pequeña escala. “La pandemia cambió la minería. Ahora, es una obligación innovar porque hay que ser más eficiente y tener mayor conciencia social y ambiental… Hay que impulsar la automatización para reducir los costos”.
Andrade agrega que en capacitación, apuntan a la formación en el uso de maquinaria con tecnología de punta. Además, cuidado ambiental, relaciones con las comunidades y la sociedad; y estudios universitarios en administración minera, geología, ingeniería en minas; y formación de técnicos y mano de obra calificada en diferentes ámbitos.
También cursos sobre tasación y valoración económica de minas, sostenibilidad técnica ambiental en minería, avances en perforación, evaluación de prospectos geológicos bajo riesgos de incertidumbre, entre otros temas.
Andrade dice que en transferencia tecnológica se centran en mejorar los procesos para la extracción y procesamiento del concentrado. “Los pequeños mineros son los que más contaminan porque no han sido capacitados ni han sido tecnificados”.
La mina Escondida es uno de los mayores yacimientos de cobre del mundo y está ubicado en Antofagasta, Chile. La minería representa el 10% del Producto Interno Bruto de ese país. Foto: Reuters y Cortesía de la Cámara Minera Ecuatoriana-Chilena
La profesora chilena Yohana Agurto es la expresión viva de que toda crisis puede convertirse en una oportunidad. Sin ingresos por la pandemia decidió envasar miel para venderla bajo el juego de palabras ‘Miel Gibson‘, sin pensar que el mismísimo actor de Hollywood cuyo nombre quería emular le complicaría supyme.
Advertida por los representantes del artista acerca del uso de los derechos de su imagen, recibió miles de mensajes de apoyo en las redes sociales; consiguió un acuerdo para la utilización del nombre y multiplicó las ventas de miel, a tal punto que tras un desenlace feliz piensa hoy dejar la docencia y dedicarse sólo a este negocio.
“Estaba complicada para obtener el dinero para pagar la luz y los insumos básicos de mi hogar”, explica Yohana a la AFP sobre los motivos que la llevaron a emprender este negocio, que hoy la tienen ocupada a tiempo completo.
Madre soltera y con cuatro hijos, dejó de trabajar en febrero como profesora. En mayo, cuando ya se había gastado sus ahorros se le ocurrió vender una miel que tenía acumulada en su casa. Para ofrecer el producto, utilizó una imagen de Mel Gibson encarnando el papel de William Wallace en “Braveheart” o “Corazón valiente”, en su traducción para América Latina, y nombrar a su producto como Miel Gibson, como un juego de palabras, agregando la frase: “Sólo para corazones valientes”.
Las ventas iban bien hasta que la semana pasada abogados del actor le advirtieron en una carta que tenía 48 horas para dejar de utilizar esa imagen. Publicó la historia en sus redes sociales y el caso explotó.
“La gente se expresó con tal nivel, que de 1.200 seguidores pasé a 15.000. La gente empezó a manifestarse en apoyo a esta causa que tenía que ver con vender miel, no con usar la imagen de alguien”, afirma mientras hace un alto para atender una de tantas llamadas de nuevos pedidos.
Yohana Agurto llegó a un acuerdo con los representantes del actor estadounidense Mel Gibson y solo deberá cambiar la imagen del logo de los envases de su miel de abeja, pero podrá seguir usando el nombre ‘Miel Gibson’. Foto: AFP
Final feliz Tras el revuelo, llegó a un acuerdo con los representantes del actor estadounidense: sólo deberá cambiar la imagen de su logo pero podrá seguir usando el nombre “Miel Gibson”.
Mientras retira las etiquetas antiguas y baraja varias opciones de nuevo logo, los pedidos de miel se acumulan en su celular y redes sociales, colapsadas también de mensajes de aliento.
Los últimos días no para de llenar tarros de miel y tuvo que recurrir a la producción anual de una tía productora en el sur de Chile, para responder a una demanda que ha multiplicado por 300 el volumen del negocio.
A tanto ha llegado que ahora se plantea si volver a la docencia o seguir con el proyecto, mientras fantasea con la idea de crear una empresa con la asesoría que recibió estos días y con que su producto “esté en la mesa de Chile” e incluso del extranjero. Ya recibió pedidos de México y Brasil.
“El otro día tuve un sueño en la noche. Soñé que tenía una tienda donde no solamente tenía mieles sino que tenía hasta ‘merchandising’ y un delantal con una abeja”, dice la vendedora.
La Alianza del Pacífico, que desde este jueves 4 de julio del 2019 hasta el próximo sábado tendrá su mayor foro político y empresarial, nació como una iniciativa para proyectar la integración comercial de Colombia, Chile, México y Perú, países que representan en conjunto la séptima economía mundial, con Asia-Pacífico.
El grupo, que formalmente se creó el 28 de abril de 2011, atrajo el 38 % de la inversión extranjera directa recibida en América Latina en el 2017 y concretó ventas al exterior por 616 millones de dólares en 2018.
¿Qué es la Alianza del Pacífico?
Es una iniciativa económica y de desarrollo lanzada en 2011 por los mandatarios de Colombia, Chile, México y Perú para crear una nueva forma de hacer negocios e incentivar las inversiones y comercio, especialmente con Asia, en vista a que representan un mercado de 225 millones de habitantes.
El grupo se ha convertido además en un mecanismo de articulación política, económica, de cooperación e integración para impulsar un mayor crecimiento y competitividad entre sus cuatro integrantes.
¿Quiénes integran la Alianza del Pacífico?
Los miembros de la Alianza del Pacífico son Colombia, Chile, México y Perú, que tiene actualmente la presidencia «pro tempore», y la acompañan 57 estados en calidad de observadores. Además, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur están postulando para convertirse en Estados Asociados.
Sus actividades son desarrolladas a través de consejos de ministros, integrados por cancilleres y ministros de comercio exterior, los grupos de alto nivel, los coordinadores nacionales y sus grupos técnicos.
A su vez, la Alianza tiene un Consejo Empresarial, una Comisión Interparlamentaria, y un Consejo de Ministros de Finanzas, que trabajan, entre otros, en los acuerdos referidos a la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, su objetivo definitivo. ¿Qué busca la Alianza con miras al 2030?
La Alianza del Pacífico aprobó su Visión Estratégica al 2030, durante la cumbre presidencial del 2018, con la intención de fijar una dirección en sus anhelos de integración y desarrollo para los próximos 11 años.
Esta visión está dividida en cuatro ejes:
Integración
. El grupo estima duplicar el comercio dentro de la Alianza, a través de encadenamientos productivos y de incorporar a las pequeñas y medianas empresas (pymes).
. Impulsar la apertura comercial sin aranceles, barreras sanitarias ni obstáculos técnicos, y con homologación de estándares.
. Facilitar la inversión en sectores intensivos en tecnología e infraestructura.
. Ampliar la participación del sector privado a través del Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico y fortalecer la participación de pymes.
. Consolidar la exportación de servicios.
Global
. Convertirse en la principal plataforma de integración comercial en América Latina, con mayores acuerdos comerciales y de cooperación con otros bloques y países.
. Aceptar el ingreso de diez Estados Asociados.
. Tener programas activos con los Estados Observadores y organismos que apoyan su proyecto de integración y promover la cooperación Sur-Sur.
. Incorporar a los cuatro miembros de la Alianza a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) e integrarlos a foros multilaterales como el G20.
. Tener una visa para que los visitantes extranjeros puedan acceder a los cuatro países con un solo documento. Conexión
. Convertirse en Mercado Regional Digital que incorpore tecnologías de la información y comunicación en sus procesos productivos.
. Promover el acceso de las pymes a las nuevas tecnologías.
Ciudadanía
. Tener una agenda sostenible con proyectos para la adaptación y mitigación a los efectos del cambio climático y energía limpia.
. Transversalización del enfoque de género en la Alianza del Pacífico.
. Fortalecer la gestión financiera del riesgo de desastres naturales.
. Alcanzar el libre tránsito de personas.
. Extender la plataforma de Movilidad Estudiantil y Académica con un sistema de reconocimiento de títulos y marco común de calificaciones.
Viceministros de Chile, Colombia, México y Perú participan en reunión del Grupo de Alto Nivel de la Alianza del Pacífico, preparatoria para la cumbre presidencial de este mecanismo. Foto: Tomada de la cuenta Twitter @A_delPacifico
Ecuador y Chile mantienen una relación comercial estable y sus gobiernos ahora buscan modernizarla y actualizarla. Por eso está previsto que esta semana empiecen en Quito las negociaciones para llegar a un tratado de libre comercio (TLC) entre los dos países sudamericanos.
El intercambio comercial entre ambas naciones ya cuenta con el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) y la mayoría de bienes que se intercambian no paga aranceles. Rodrigo Yáñez, titular de la Dirección de Relaciones Económicas Internacionales de Chile, explica que el objetivo es profundizar y modernizar el ACE mediante la negociación de un acuerdo que contenga disciplinas de última generación como telecomunicaciones, comercio electrónico, comercio de servicios, género, pymes, laboral y medioambiente.
El intercambio comercial entre Chile y Ecuador ascendió el año pasado a USD 2 109 millones, un incremento de 8,6% frente al 2017. Las exportaciones chilenas alcanzaron los USD 493 millones, mientras que las ecuatorianas, USD 1 616 millones. Sin embargo, en el comercio no petrolero existe un déficit de USD 166 millones para Ecuador.
“Las cifras nos inspiran a seguir trabajando para aumentar el comercio bilateral y diversificar nuestra oferta exportable, dotando al intercambio de un marco jurídico más claro, moderno y transparente”, dice Yáñez.
Para Daniel Legarda, presidente ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), la relación comercial con Chile es relevante. “Está entre los 10 socios comerciales más importantes que tiene Ecuador hoy en día. Tradicionalmente ha sido un buen mercado, uno de los pocos países con los que tenemos un acuerdo por bastante tiempo”.
Las negociaciones de un TLC con Chile serán claves para continuar con la apertura comercial ecuatoriana, añade Legarda. El vocero de Fedexpor añade que contar con un tratado de libre comercio con Chile es un paso necesario para ingresar a la Alianza del Pacífico. “Para entrar a ese bloque comercial, un requisito es tener un acuerdo comercial amplio con los miembros del grupo. Con Perú y Colombia ya lo tenemos en el marco de la CAN. Ahora se empieza a negociar con Chile y faltaría hacer lo mismo con México”.
En Ecuador existe optimismo y se espera que las negociaciones avancen rápido. Legarda cree que las rondas de negociación podrían ser dos o tres y que el acuerdo estaría cerrado este año.
Según el vocero de Fedexpor, en el tema de servicios hay intereses de ambas partes. Desde Ecuador, indica, se provee de servicios en software financiero y Chile tiene presencia en educación. Además, el acuerdo traerá más inversiones chilenas en sectores como infraestructura logística y software. Un TLC traerá también posibilidades para compras públicas y propiedad intelectual.
Por su parte, Yáñez considera que en el nuevo acuerdo comercial se incluirá un capítulo de cooperación económicacomercial, política de competencia, entrada temporal de personas de negocios y cadenas globales de valor. “En consecuencia, este nuevo acuerdo comercial incentivará aún más el comercio de bienes y servicios, ya que entregará una mayor certeza y predictibilidad a las empresas chilenas y ecuatorianas, variable de alta importancia”.
Según datos de Fedexpor, las exportaciones no petroleras del país suman más de 450 productos de unas 630 empresas ecuatorianas. Entre los principales productos que envía Ecuador están banano, conservas de atún, plásticos y manufacturas, conservas de frutas y de vegetales y camarón.
Del lado chileno, los productos que más llegan a Ecuador son frutas, preparaciones alimenticias, fármacos, papel y plásticos.
Las negociaciones para un TLC entre Ecuador y Chile llegan en medio de desafíos para las dos economías. En Ecuador, la Gerenta del Banco Central, Verónica Artola, señaló a mediados de junio que la proyección de crecimiento se ajustó. En principio se esperaba que la economía ecuatoriana creciera 1,4% este año, pero ahora la previsión es de 0,2%. “Siempre dijimos que las medidas (de ajuste) iban a desacelerar la economía. Según la información que tenemos, no vamos a entrar a campo negativo. Habrá desaceleración, pero no decrecimiento ni crisis”.
La economía chilena, por su parte, no ha podido despegar este año al ritmo deseado por el Gobierno, con un crecimiento del PIB de solo un 1,6% interanual en el primer trimestre, lo que llevó al Banco Central a recortar su proyección de crecimiento a un rango de entre un 2,75% y un 3,5% para este año. Los analistas, en tanto, han reaccionado de la misma forma y sus pronósticos rondan ahora en torno a un 3% de crecimiento para este año, mientras el Gobierno estudia su propia meta, de una expansión del 3,5 %.
El acuerdo ampliará oferta exportable
La tienda de licores Edca Company oferta productos de varios países. En la rama de vinos, los de origen chileno son los más vendidos. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
Un futuro TLC entre Ecuador y Chile genera positivas expectativas entre exportadores e importadores, ya que si bien ahora la mayor parte de productos del ACE gravan el 0% de arancel, un acuerdo más amplio permitirá incorporar nuevos productos y servicios, así como aspectos técnicos que faciliten el intercambio comercial.
Ese puede ser el caso de los licores. Actualmente, el 50% del vino que se consume en Ecuador proviene de Chile, las tres principales marcas son Concha y Toro, Morande y San Pedro Tarapacá, según la Asociación Ecuatoriana de Importadores de Licores (AEIL).
Existen 35 empresas ecuatorianas que importan esa bebida -y sus derivados-, pero también pisco. Las presentaciones son variadas y se venden al consumidor final en precios que van desde los USD 4 a los USD 300.
La ampliación del ACE permitiría que llegue a Ecuador otro tipo de destilados producidos en Chile, como whisky o ron, asegura Felipe Cordovez, presidente de la AEIL. Añade que de no ser por las ventajas arancelarias, los precios de los licores importados podrían dispararse hasta el 400%, dependiendo del producto, como ya ocurre con bebidas de países con los que no existen convenios de intercambio comercial.
Diversificar la producción representa un desafío para las empresas, especialmente para las micro, pequeñas y medianas (mipymes) que buscan exportar.
“Algo que debe aprovechar el empresario ecuatoriano es el tema de los bienes intermedios, como licor de cacao, manteca de cacao. En Chile también se valoran las pulpas de jugos o las conservas de frutas o conservas de hortalizas. Estos son derivados, pero no son productos finales”, dice Xavier Rosero, gerente Técnico de Fedexpor.
El 80% de las exportaciones ecuatorianas a Chile se concentra en banano, conservas de atún, manufactura de plástico.
Un segmento con potencial para los productores ecuatorianos es el de derivados del banano. La fruta tiene gran acogida entre los consumidores chilenos. Según cifras de Trade Map y de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), durante el 2018 Chile importó 231 883 toneladas métricas de banano; 229 471 llegaron desde Ecuador.
Richard Salazar, presidente de la Acorbanec, señala que el mercado chileno prefiere la fruta entera, por lo que las exportaciones casi en su totalidad son de ese tipo. En un pequeña porción se envían compotas de alimento para bebés.
Salazar considera que existen las condiciones para expandir las exportaciones de banano ecuatoriano hasta las 300 000 toneladas.
Darwin Rosales, docente de negocios internacionales en la Universidad UTE, observa oportunidades para el envío de electrodomésticos, conservas, ‘snacks’ y más elaborados en Ecuador. Estima que el abanico de productos se ampliaría dependiendo de los márgenes que se acuerden en las reglas de origen.
Intercambio
Población. Chile es un mercado de 17,9 millones de personas. El PIB per cápita es de USD 24 600. Ecuador, en cambio, posee una población de 17 millones y un PIB per cápita de USD 4 226.
Inversión. La inversión extranjera directa (IED) de Chile en Ecuador se concentra, principalmente, en los sectores de agricultura, comercio, construcción y electricidad, gas y agua. Sin embargo, el flujo de IED aún es mínimo; entre enero y noviembre del 2018 alcanzó USD 28 millones.
Piña. La fruta producida en Ecuador es uno de los productos agrícolas más apetecidos en Chile. En el 2017 los envíos a ese país representaron el 30% de toda la exportación de piñas ecuatorianas.
Carmen Cerda Castillo: ‘Hay que darle una mirada a la innovación y reconvertirse’
Carmen Cerda Castillo es la directora del Departamento Económico de la Embajada de Chile en Ecuador. Foto: Cortesía Embajada de Chile en Ecuador
¿Quienes participarán en la primera ronda de negociaciones Chile-Ecuador?
Esta primera ronda abordará aspectos muy técnicos. Vienen (de Chile) alrededor de 15 funcionarios de la Direcon, del área bilateral. La idea es incorporar más disciplinas y estándares en distintas materias, tanto a nivel comercial, pero también en aspectos con enfoques más inclusivos a la modernización del Acuerdo de Complementación Económica. ¿Qué aspectos se incluirán en materia de comercio electrónico y en pymes?
Dado el rápido avance de la tecnología para hacer este tipo de transacciones hay que ver temas de tributación, cómo se aplican, cómo se pueden lograr beneficios. En el caso de las pymes se busca generar programas en conjunto de apoyo. (En el acuerdo) se están incorporando normativas, restricciones, regulaciones, certificaciones… Facilitar el comercio hasta que los trámites puedan ser más ágiles.
¿Qué recomendaciones da a las empresas para enfrentar el desafío que representa la apertura comercial?
Nuestros comercios (de Ecuador y Chile) dependen mucho de los productos commodities. Hoy en Chile existe la posibilidad de innovar y generar productos con mayor valor agregado, y tratar de apuntar a ciertos nichos o segmentos que generen mejores retornos, sobretodo, para las pymes. Por ejemplo, Ecuador es un gran exportador de cacao y tiene la posibilidad de producir un chocolate maravilloso. Esperamos que, más que exportar cacao, pueda exportar chocolate u otro tipo de productos que sean muy diferenciados, muy de nicho. La idea es darle una mirada a la innovación, reconvertirse.
Los presidentes de Ecuador y de Chile, Lenín Moreno y Sebastián Piñera, acordaron el pasado 6 de junio avanzar formalmente en la negociación de un tratado de libre comercio. Foto: Presidencia de la República
Chile y Ecuador se encaminan a dar mayor impulso a sus relaciones comerciales. A inicios de junio, los presidentes de ambos países Lenín Moreno (Ecuador) y Sebastián Piñera (Chile) anunciaron la intención de suscribir un Tratado de Libre Comercio (TLC).
¿Qué motiva a Chile a buscar un TLC con Ecuador?
Buscamos modernizar y profundizar el Acuerdo de Complementación Económica (ACE) 65 con Ecuador, mediante la negociación de un acuerdo que contenga disciplinas de última generación como telecomunicaciones, comercio electrónico, comercio de servicios, género, pymes, laboral y medioambiente. Durante el 2018, Ecuador ocupó el séptimo lugar de nuestro comercio con Sudamérica, con una participación del 5%. Nuestro intercambio comercial ascendió a USD 2 127 millones, siendo un 7,4% mayor respecto del 2017. Las exportaciones chilenas alcanzaron los USD 496 millones, sobre la base de una canasta positivamente diversificada. Por su parte, las importaciones desde Ecuador ascendieron a USD 1 631 millones, de las cuales aproximadamente el 83% corresponde a aceites crudos de petróleo. Estas cifras nos instan e inspiran a seguir trabajando para aumentar el comercio bilateral y diversificar nuestra oferta exportable, dotando al comercio bilateral de un marco jurídico más claro, moderno y transparente.
¿Cuándo podrían iniciarse las negociaciones? El 11 de abril de 2019 ambos países suscribieron los Términos de Referencia que guiarán la negociación. La primera ronda se realizará los días 25 al 27 de junio de 2019, en Quito.
¿Cuáles son los bienes o servicios que Chile quiere exportar, y cuáles le interesan importar desde Ecuador? Chile y Ecuador acordaron ampliar y profundizar el Acuerdo de Complementación Económica, el cual ya cuenta con más de 20 años, y que ha permitido que aproximadamente el 95% de los productos se encuentren libres de arancel. El nuevo acuerdo comercial incluirá disciplinas y estándares adicionales en materias de facilitación de comercio, aspectos regulatorios, telecomunicaciones, comercio electrónico, comercio de servicios, y otras. Asimismo, se incluirán materias con un enfoque inclusivo, como género, pequeñas y medianas empresas, medioambiente y asuntoslaborales, entre otras, de tal forma de situar a la relación bilateral en un nivel más profundo de integración. Y en acceso a mercado, ambos países revisarán la situación actual con el propósito de avanzar en la liberalización comercial, y se abordarán las reglas de origen. Se incluirá un capítulo de Contratación Pública, Cooperación Económica Comercial, Política de Competencia, Entrada Temporal de Personas de Negocios y Cadenas Globales de Valor. En consecuencia, este nuevo acuerdo comercial incentivará aún más el comercio de bienes y servicios, ya que entregará una mayor certeza y predictibilidad a las empresas chilenas y ecuatorianas, variable de alta importancia en el comercio internacional.
¿Cuánto puede incidir este acuerdo en un futuro ingreso de Ecuador a la Alianza del Pacífico? Durante el 2018, el foco estuvo en avanzar en las negociaciones de laAlianza del Pacífico con los países candidatos a Estado Asociado (CEA), Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur y, al mismo tiempo, continuar desarrollando la agenda interna del bloque, para contribuir con el libre comercio basado en reglas, seguir profundizando el regionalismo abierto y evitar el proteccionismo. Ciertamente, es muy bien visto el interés de Ecuador y de Corea del Sur en este proceso, una vez que concluya el trabajo con los actuales CEA.
¿Cuánto tiempo puede tomar para que el acuerdo de comercio se concrete y entre en vigencia? Ambos países estamos comprometidos políticamente con el proceso y prueba de ello fue el anuncio de los presidentes SebastiánPiñera y Lenín Moreno, en el marco de la Interministerial sostenida por ambos países el 6 de junio de este mes. En la instancia, los mandatarios se comprometieron a negociar un Tratado de Libre Comercio entre ambas naciones, cuyo mandato estamos cumpliendo con la Primera Ronda de Negociaciones que se llevará a cabo en Quito a fines de este mes de junio, reunión de la cual estamos confiados que avanzaremos de manera importante.
Tradicionalmente, la balanza comercial entre los dos países favorece a Chile, ¿cómo lograr un intercambio comercial más equilibrado? ¿El TLC posibilitará esto? El nuevo acuerdo comercial busca maximizar el potencial bilateral entre Chile y Ecuador, que en un comienzo de la relación mediante el ACE65 estuvo centrada particularmente en la liberalización arancelaria, lo cual se logró. Sin embargo, hoy enfrentamos nuevos desafíos, y por ello se han incorporado nuevas disciplinas a la relación bilateral propias de la agenda comercial del siglo XXI, tales como servicios, comercio electrónico, telecomunicaciones, buenas prácticas regulatorias, entre otros, que buscan no solo tener un intercambio bilateral equilibrado sino que los beneficios económicos también puedan ser inclusivos y principalmente sean aprovechados por la sociedad civil de nuestros países.
Rodrigo Yáñez es el titular de la Dirección de Relaciones Económicas
Internacionales de Chile. Analiza el Tratado de Libre Comercio que el país del Cono Sur desea lograr con Ecuador. El convenio incluirá temas de telecomunicaciones, comercio electrónico, entre otros. Foto: Cortesía Direcon
El producto Concordia de la cerveza ecuatoriana Latitud Cero ganó la medalla de oro en la categoría Pale Bitter European Beer, en la Copa Cervezas de América GCA. Este certamen internacional se realizó en octubre pasado, en la comuna de Las Condes, en el nororiente de Santiago de Chile.
Es la primera ocasión que un producto de Latitud Cero alcanza una medalla de oro internacional en Chile. En el 2015 y 2016 Concordia también recibió las medallas de bronce en este mismo certamen. También ha conquistado otras cuatro preseas tanto de oro como de bronce en las ediciones de la Copa Cervecera Mitad del Mundo, que se realizaron en el Ecuador entre el 2016 y este año.
El gerente de Marketing de Latitud Cero, Sebastián Tamariz, señala que este último reconocimiento tiene gran relevancia porque otras marcas que son mundialmente reconocidas como Samuel Adams (Estados Unidos), Brewpoint (Brasil), Mannheim (Brasil) y Nuske (Argentina) solo ganaron bronce en esta categoría. Para entender la importancia del premio, dice Tamariz, Samuel Adams es la cervecería artesanal mejor posicionada de EE.UU. con muchos estilos cerveceros.
Concordia es la primera de las seis variedades que tiene en el mercado la marca Latitud Cero, que es producida en la cervecería artesanal cuencana La Paz. Fue lanzada en el 2015. Las otras son Sierra Negra, Catequilla, Apachita, Punta Palmar y Antisana. Estas últimas fueron lanzadas a inicios y a finales del año pasado.
Tamariz destaca que el producto galardonado en Chile tiene un color dorado, cristalino y brillante y ligeramente más fuerte que una cerveza promedio por su grado alcohólico de 5,3%. Es una receta del maestro cervecero alemán Daniel Kadatz, quien labora en la planta de Cervecería La Paz, en el Parque Industrial, ubicado en el norte de la capital azuaya.
Según Tamariz, el jurado de la Copa Cervezas de América realiza una cata a ciegas para la calificación. Es decir, no saben cuál es la marca ni de donde provienen las diferentes bebidas participantes. Ellos evalúan parámetros como color, aroma y sabor, “que deben cumplir con exigentes requisitos”, que son previamente establecidos por la Beer Judgement Certificate Program (BJCP).
Los seis estilos de cervezas de Latitud Cero también se exportan en la actualidad, a Perú, Estados Unidos y Colombia. Entre las expectativas está llegar a Europa y Asia. Tamariz señala que entre el 60% y 70% de la producción se comercializa en el Ecuador y el resto se envía al extranjero.
Las variedades Concordia y Apachita son las que más se han exportado, sin embargo también hay envíos importantes de Sierra Negra, Catequilla, Punta Palmar y Antisana, dice Tamariz.
Tener un portafolio amplio de variedades de calidad es importante para posicionar una marca de una cervecería artesanal, agrega el Gerente de Marketing de Latitud Cero. Según él, este reconocimiento y los anteriores permiten tener una buena imagen en los mercados nacional e internacional para posicionarse.
Para el próximo año, la marca Latitud Cero tiene previsto aumentar sus variedades. “Lo importante es tener una cervecería en la que se puede hacer variedades. Para esto, no ocupamos extractos de malta, sino materias primas de calidad”.
Otros detalles El concepto. Latitud 0 basa su concepto en la línea equinoccial porque quieren que su producto se apegue a las raíces ecuatorianas. Por ello, cada una de las variedades lleva el nombre de un punto geográfico por donde pasa esta línea imaginaria, como es el caso del poblado de la Concordia.
La información. En cada etiqueta de los productos de esta empresa se indica el lugar donde están ubicados estos lugares con los que fueron bautizadas las cervezas y se informa sobre las características principales de cada tipo.
El maestro cervecero Daniel Kadatz (izq.) junto a José David Moscoso, Diego Domínguez y Sebastián Tamariz. Foto: Cortesía de Latitud Cero
Int Food Services Corp compró la matriz de KFC en Chile y Argentina y se expande por la región, según informó el diario chileno La Tercera el pasado 30 de octubre de 2018.
Según la publicación, Int Food Services Corp adquirió Degasa (Desarrollos Gastronómicos) ‘holding’ que desde el año 2011 opera las franquicias master de KFC, Wendys y China Wok, en países como Argentina y Chile.
“La compra dejó a los ecuatorianos con la operación de KFC en Chile, Argentina, Colombia, Venezuela y Ecuador”, añade La Tercera.
El grupo resolvió mantener la misma plana ejecutiva de Degasa y por ahora ha evitado realizar cambios a la estructura del holding. El plan de crecimiento no sufriría alteraciones, informa el medio chileno.
El monto de la adquisición no es público debido a cláusulas de confidencialidad. Según la Superintendencia de Compañías, Int Food Services Corp tuvo en el 2017 activos por USD 105 millones y su ingreso fue de USD 11,7 millones.
Antes de llegar al sexto curso del colegio, Miguel Ricaurte Bermúdez solo tenía un plan para su futuro: iría a trabajar con su papá, Miguel, en la pequeña empresa familiar de productos químicos y perfumes.
Corría el año 1994 cuando Ricaurte, quiteño, hijo mayor de una profesora de kinder y de un emprendedor, recibió por primera vez una clase sobre economía.
Estudiaba en el Colegio Americano de Quito con una beca parcial, porque su mamá daba clases ahí. “El profesor de esa clase me abrió los ojos. Me di cuenta de que eso era lo que me gustaba de verdad”, recuerda Ricaurte.
En ese momento su plan cambió. La economía se convirtió en su disciplina favorita y lo es hasta ahora, que tiene 40 años.
Su formación desde ese primer acercamiento en el colegio a esta materia la obtuvo en tres países. Se graduó como economista en la Universidad San Francisco de Quito; cursó una maestría de Economía Aplicada en la Universidad de Chile; y obtuvo un PhD en Economía por la Universidad de Minnesota.
Además de economía, es aficionado a la lectura de ciencia ficción. Sus libros favoritos son ‘Yo Robot’, de Isaac Asimov, y las ‘Crónicas Marcianas’, de Ray Bradbury.
Pero su tiempo más valioso lo dedica a su faceta de papá. Está casado desde hace 11 años con Gabriela Argüello, con quien tiene dos hijos, de 4 y 2, años que nacieron en Chile, en donde está radicado desde el 2009.
“Antes éramos la típica pareja que salía a comer, al cine, a bailar. Ahora somos de ir al parque con los niños, llevar a los dos perritos; de ir al zoológico”, cuenta.
Cuando Ricaurte recuerda su paso por las tres universidades no lo menciona, pero basta revisar su hoja de vida, siempre fue un buen alumno y gracias a ello, estudió becado. “Es lo más importante que me han dado mis papás, ellos siempre me dijeron que yo podía ser lo que quisiera, siempre que me esforzara”.
En el colegio fue el mejor egresado, lo que le permitió tener una beca en la Universidad San Francisco. Ahí se graduó con honores y recibió la distinción Suma Cum Laude por sus calificaciones.
Cuando aplicó a la maestría en Chile, consiguió una beca de la Fundación Kas. En la Universidad de Minnesota, cuando cursó el doctorado, obtuvo una beca de investigación con la que tuvo la oportunidad de dar clases como parte del convenio. Como profesor en Minnesota, además, recibió el premio al Profesor Destacado.
Gustavo Arteta, que fue su profesor en la Universidad San Francisco y quien lo guío para que postule al doctorado, recuerda que además de ser un excelente alumno, Ricaurte era un joven muy decidido.
Él recuerda que Ricaurte, que sabía que él trabajaba en la Dirección de Estudios para el Desarrollo (Cordes) y le pidió que le permita hacer prácticas.“Con cortés y simpática insistencia me convenció su disposición para aprender, trabajar y contribuir. Así que lo invité a hacer una pasantía”.
Hoy Ricaurte ejerce el cargo de economista jefe en la sede en Chile del Banco Itaú, una institución financiera de capitales brasileños con participación en seis países.
Pero antes de trabajar en la banca privada, este economista quiteño fue funcionario del Banco Central de Chile, donde fue economista sénior en la gerencia de análisis macroeconómico . También fue representante por ese país ante el Fondo Monetario Internacional (FMI). Cuenta que se sintió honrado cuando José de Gregorio, entonces gerente del Central, lo eligió.
Al contar su trayectoria, se da cuenta de que no ha podido aportar como economista en Ecuador. “Era algo que yo quería desde que empecé a estudiar economía, aportar con mis conocimientos en lo social, pero no se ha dado”, dice.
Y en seguida añade que va a volver a Ecuador, aunque aún no sabe cuando. Es un sueño por cumplir.
Su área de trabajo en el edificio de Itaú, en el sector Nuevas Condes, es la que se conoce como “la mesa de dinero”. Es un espacio lleno de escritorios, en donde laboran los equipos que se dedican a comprar y vender dólares y los que manejan el dinero y deciden dónde y cómo invertir.
Como economista jefe, Ricaurte está encargado de analizar cifras y el comportamiento económico de Chile para hacer proyecciones del desempeño del país y es vocero en medios de comunicación cuando se requieren análisis.
Su esposa dice que esta última faceta de su trabajo se le da muy bien. “Es una persona muy abierta, tiene mucha facilidad de palabra, se expresa muy bien”, cuenta.
Argüello además destaca que su esposo es un papá “orquesta”, con quien comparte todas las tareas del hogar y el cuidado de los niños.
Su cv Básico. Estudió en el Colegio Americano y fue el mejor egresado de su promoción. Pregrado. Es licenciado en Economía por la Universidad San Francisco, en donde obtuvo el reconocimiento Summa Cum Laude. Posgrado. Obtuvo una beca para obtener un PHD en Economía en la Universidad de Minnesota. Ahí dictó clases y obtuvo el Premio Profesor Destacado.
Miguel Ricaurte desarrolla su carrera profesional en el Banco Itaú, en Chile. Por sus conocimientos en economía participa de entrevista en medios de comunicación chilenos. Foto: Cortesía