Etiqueta: cocina

  • Sus salsas ayudan a optimizar el tiempo en la cocina

    Adriana Bucheli

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    Un trabajo con horarios extendidos, que derivó en la falta de tiempo para su recién formado hogar fue el detonante para que Daniel Astudillo, chef y su esposa, María Virginia Álvarez, maestra de ballet, decidan poner su negocio propio.

    Ellos fueron a vivir en Cuenca porque Astudillo obtuvo un trabajo como chef ejecutivo en esa ciudad. Lo difícil fue descubrir que las nuevas funciones del esposo les llevaban a casi no verse.

    Esta realidad les puso a pensar en qué podrían emprender juntos y la decisión fue un catering, aprovechando la experiencia de Astudillo en gastronomía.

    Era el año 2008. El negocio se sostuvo por seis meses, pero la competencia era muy fuerte.

    Entonces surgió la idea de no competir con los caterings, sino de proveerles. “Yo tenía el conocimiento de qué productos hay en el país”, explica Astudillo, al señalar que su intención es que los chefs puedan usar su producto como base y añadirle su toque propio, evitándoles una serie de procesos y optimizando sus tiempos.

    “Comenzamos con la salsa BBQ, que sabía que tenía acogida”, comenta el ahora gerente general de AA Doble A, empresa bautizada así por las iniciales de los apellidos de la pareja.

    Este emprendimiento se dedica a la elaboración de salsas BBQ, de ciruela, pasta de tomate para espagueti, pesto y dips, que ahora se venden de forma industrial a negocios de alimentos, y en cadenas de retail, para el público en general bajo la marca Chef Daniel.

    Empezaron en unas bodegas que les prestó el padre de Álvarez, con una cocina y ollas de medio uso; la pareja se encargaba de todo el proceso. Álvarez pasó a ser la gerenta administrativa y se dedicó a las ventas buscando clientes potenciales en las páginas amarillas, mientras su esposo cocinaba.

    Su primera venta fue de tres galones de salsa por USD 20. Luego de esta experiencia invirtieron USD 5 000 en utensilios necesarios. Los fondos fueron la suma de todos sus ahorros y de préstamos de familiares y amigos.

    La reinversión en esta empresa ha sido constante. Por ejemplo, su primer cheque grande, que fue de USD 260 y sirvió para pagar los trámites del registro sanitario.
    A finales de 2009 entraron a los comisariatos Santa María y para cumplir con la oferta compraron maquinaria y contrataron a una persona que ayude con la producción. Para obtener fondos vendieron en USD 5 000 una moto que tenían. Con el paso del tiempo la inversión llegó a los USD 40 000.

    Con esto pudieron seguir creciendo y ahora venden sus productos en supermercados a escala nacional, además de restaurantes, caterings y distribuidores. Suman 130 puntos de venta en total.

    Uno de sus clientes, casi desde que la empresa arrancó, es el restaurante Hunters. Angélica de Reyes, administradora, comenta que compran cerca de 90 a 92 litros de salsa semanales. “El producto cumple con todas nuestras exigencias en sabor, calidad, oportunidad y precio”.

    La administradora del restaurante explica que usan la salsa de base y le añaden sus ingredientes secretos, con lo que se pudo estandarizar el sabor, la consistencia de la salsa y se evitan inconvenientes como no encontrar todos los ingredientes, ahorrando tiempo.

    El año pasado AA Doble A se puso la meta de exportar y a finales de año lo consiguió, llegando a un supermercado de Perú con una venta de USD 9 000 por unos 350 kilos de producto. En 2017 se prevé continuar con las ventas a Perú y abrir mercado en Colombia, el Caribe y en Panamá.

    María Virginia Álvarez y Daniel Astudillo lanzaron su emprendimiento para ofrecer productos de calidad y a la vez recuperar el tiempo en familia.Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    María Virginia Álvarez y Daniel Astudillo lanzaron su emprendimiento para ofrecer productos de calidad y a la vez recuperar el tiempo en familia.Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Los equipos de cocina son el ‘plus’

    Redacción Quito

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    En 1970 Carlos Ribadeneira Armendáriz inició el negocio de refrigeración de carnes en la capital. Esta empresa, en un inicio, se dedicaba al equipamiento de cuartos fríos en los mercados de Quito.

    Con el pasar del tiempo, en 1980, su hijo Carlos Ribadeneira Godoy fue expandiendo el negocio. De la refrigeración evolucionó a la fabricación de cocinas y hornos.
    Así surgió Codehotel que en la actualidad equipa a cocinas y lavandería de hoteles, restaurantes y hospitales. En estos 37 años, la compañía desarrolló un proceso de implementación de equipos para el buen manejo, cocción y presentación de alimentos.

    Carlos Ribadeneira Godoy cuenta que inició su taller pidiendo dinero para comprar una soldadora y una dobladora. La inversión total entre el equipamiento del taller y la compra de materiales y accesorio llegó a unos USD 10 000, al cambio de moneda, a inicios de la década de 1980.

    Desde sus inicios, la empresa maneja una planta de producción en Conocoto, al sureste de Quito. Allí trabajan 23 personas entre operarios y personal administrativo. La planta ocupa cerca de 1 800 metros cuadrados.

    Allí se utilizan láminas de acero, cortadoras, soldadoras, inyectoras, pulidoras y equipos como motores, quemadores, válvulas… Estos materiales sirven para el ensamblaje de los equipos.

    Para la comercialización Codehotel tiene dos almacenes: uno en el norte de Quito y una sucursal en Guayaquil, este último con el nombre de Kellage. Las láminas utilizadas son recomendadas por la norma americana NSF para ser utilizadas en equipos que tiene contacto con alimentos.

    A los productos que se fabrican en la planta se suman equipos importados de España, Alemania y Estados Unidos. La oferta incluye marmitas, mesas de trabajo, autoservicios, hornos de pan, hornos para pastelería, fregaderos, entre otros productos.

    Uno de los proveedores de Codehotel es IPAC. Esta empresa le provee de láminas de acero inoxidables, tuberías y ángulos. “Nosotros vendemos el acero de mejor calidad para Codehotel y uno de los más costosos”, afirma Rocío Sigüenza, asesora comercial de la empresa IPAC.

    María Teresa Recalde trabaja en el área de producción de Codehotel. Para ella los equipos y tecnología que ofrecen tienen la misma calidad que los productos importados. “Antes había temor en hacer innovaciones y esperábamos que venga todo del exterior, ahora ya no”.

    Una de las innovaciones de la empresa quiteña es la sartén basculante, hecha en Ecuador. Este instrumento de cocina se caracteriza por tener una plancha de cocción que distribuye uniformemente el calor por todo el espacio. Es ideal para las cocciones homogéneas y una de sus ventajas es el ahorro de energía.

    Este instrumento cumple la misma función que las marmitas u ollas industriales importadas. Parte del sistema de funcionamiento de la sartén basculante es importado y la estructura es responsabilidad de Codehotel.

    En la actualidad, la compañía se encuentra calificada para concursar dentro del Servicio Nacional de Contratación Pública. La firma ofrece equipos a instituciones públicas y privadas.

    Dos de sus clientes son los restaurantes La Gloria y Theatrum, en Quito. Santiago Jarrín, gerente de los dos negocios, comenta que los insumos de Codehotel son mejores que algunos equipos importados. “Los equipos nos ayudan a cocinar más rápido y a ser más eficientes en la producción”.

    Otros clientes son el Hotel Quito y el Hilton Colón. En el sector público Codehotel trabaja con entidades como los hospitales Baca Ortiz, Eugenio Espejo y Carlos Andrade Marín. Además, ha apoyado a proyectos del Gobierno como la Misión Manuel Espejo.
    El jefe de Mantenimiento de Codehotel, Galo Fabara, reconoce que el fuerte de la empresa es el equipamiento y planificación del área de lavandería, cocina y conservación de alimentos.

    El acabado y la calidad de los materiales que se utiliza en la producción de equipamiento han sido la estrategia que esta empresa ha optado para darse a conocer en varias provincias del país, según explica Ribadeneira.

    Además de la fabricación de equipamiento, la empresa brinda servicio de mantenimiento e instalación. Con este trabajo las ventas de esta compañía se mantienen estables.

    Codehotel cuenta con 19 operadores y su planta está en Conocoto. Cuando existen contratos más grandes la empresa emplea temporalmente a más trabajadores. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
    Codehotel cuenta con 19 operadores y su planta está en Conocoto. Cuando existen contratos más grandes la empresa emplea temporalmente a más trabajadores. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
  • En tres años, el sabor de su receta ‘voló’ por Quito

    Redacción Quito

    Corría el 2014 y una receta de alitas BBQ fue el inicio de un negocio. Carlos Correa y su hermano Esteban estudiaron en EE.UU. y cuando volvieron al país su amigo David Chávez les dijo que sus alitas son tan buenas que podrían venderse con facilidad en un restaurante.

    “Tú cocinas y yo administro el negocio”, le dijo Chávez a Carlos Correa. Con una inversión de unos USD 1 500, que se destinaron para la compra de una freidora, nació en el 2015 Alitas Benditas.

    En principio, el negocio comenzó a operar con entregas a domicilio y fue adquiriendo forma en tardes de PlayStation, afinación de la receta de las alitas y búsqueda de nuevos clientes. Los emprendedores pasaron un año cocinando en la casa de los hermanos Correa en Lumbisí (nororiente de Quito).

    Uno de los factores para el crecimiento de la firma es la red de contactos de Chávez y su conocimiento de la industria de bares y restaurantes de Quito, debido a que el emprendedor laboró desde los 13 años como mesero y luego como bartender en diferentes cadenas de comida de la capital.

    Además, una campaña de marketing que se viralizó a través de redes sociales y medios de comunicación para atraer comensales. Presencia en ferias, auspicio de eventos… Todo con el objetivo de que la marca se propague.

    En diciembre del 2015 Alitas Benditas estuvo a prueba. A Chávez le surgió una propuesta laboral en Estados Unidos. Entonces habían dos posibilidades: aceptar la oferta de trabajo o consolidar el emprendimiento con la apertura de un local en Cumbayá (nororiente de Quito).

    Chávez prefirió apostar por su propio negocio y el local de Cumbayá fue el puntal para que el negocio se consolide. Ese local alcanzó ventas mensuales de unos USD 25 000. “Fue un éxito desde el primer día (…) la inversión de ese local se recuperó en menos de un año”, dice Chávez.

    Otro de los secretos para la expansión de Alitas Benditas ha sido adaptarse fácilmente a las tendencias del mercado. Luego de la apertura de su local de Cumbayá, a mediados del año pasado, se subieron a la corriente de los ‘food trucks’. El local rodante se ubicó en La Platea, la plaza que agrupa a este tipo de negocios en el norte de la ciudad.

    Al ‘food truck’ le fue tan bien que sirvió para que abran su local en Quito, en la Isabel la Católica, en el sector de La Floresta.

    El negocio que empezó procesando 20 kilos semanales de pollo pasó a 200 kilos -en promedio- en cada uno de sus locales. Esto implica una inversión semanal de unos USD 2 000. Entre los tres locales, la empresa ya suma 20 colaboradores.

    Una de las fortalezas del negocio, según los emprendedores, es la variedad de las salsas (12 en total) y la personalización de los pedidos al gusto del cliente: desde honey hasta alitas extremadamente picantes.

    Claudia Bossano, directora de Arte de una agencia de Publicidad, es clienta de Alitas Benditas desde sus inicios.

    Bossano cuenta que acude una vez al mes al restaurante y se ha convertido en su sitio favorito para festejar cumpleaños o reuniones con compañeros de trabajo.

    La profesional de la publicidad destaca el servicio y la atención del restaurante. “He probado muchas alitas en Quito pero no he encontrado otras con un sabor tan genial”, dice Bossano.

    David Chávez, uno de los socios del emprendimiento, en su local de Cumbayá (nororiente de Quito), el primero de la cadena que sirvió para que el negocio se consolide en la capital. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    David Chávez, uno de los socios del emprendimiento, en su local de Cumbayá (nororiente de Quito), el primero de la cadena que sirvió para que el negocio se consolide en la capital. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Talleres sobre la cocina del manglar

    Redacción Quito

    Paolo Realpe Mina nació en Muisne y está radicado en Quito. Pero preserva la cultura de su pueblo día a día, sobre todo en el aspecto culinario. Desde los aceites de coco que elabora bajo la marca Alonso y Milena hasta los talleres de cocina, en donde Realpe recuerda el manglar y la cocina que surge de este ecosistema.

    La ciudad costera de la provincia de Esmeraldas comparte las recetas populares con el resto de la región, pero se destaca en el uso de ingredientes puros del manglar, como las conchas, el churopiacul (caracol que crece pegado a las raíces del manglar), la mapara o el pata de burro, entre otros.

    Para el taller que se realizó el pasado 19 de noviembre en Wayruro Orgánico, Realpe trabajó una preparación del tradicional ‘tapao’ con un pescado conocido como lisa, que puede llegar a pesar entre tres y cuatro libras. Un pescado fino que se cocina mejor en agua.

    Joana Fierro, socia de Wayruro, explica que la apertura a este tipo de talleres se dio por la necesidad de dar a conocer temáticas que involucran la cocina desde los productos. “Queríamos mostrar la realidad del manglar y de dónde viene la comida que estamos comiendo”. Realpe fue el cocinero que más se acoplaba a esta idea.

    Es que la gastronomía se cuela por varios aspectos de su vida. Se identifica como conchero de profesión y es este mismo ingrediente el que le lleva a recordar la importancia del manglar, su cocina y la afectación que ha recibido por la tala del manglar.
    “De pequeño cogía de 400 a 500 conchas en un día. El manglar existía en una extensión de 27 000 hectáreas”. Hoy reconoce que, como él, la gente de la comunidad emigró a las ciudades por la tala indiscriminada de los manglares. “La concha ahora es escasa. Está en un punto de extinción, nos quitaron nuestra cultura”.

    A través de la cocina, ambos organizadores consideran que se puede llegar a los comensales para que sean más conscientes en el momento de comprar. Sobre todo analizando de dónde llegan los ingredientes de cada plato y cómo trabajarlos de forma saludable.

    La gastronomía del manglar -dice Realpe- se caracteriza por una sencillez que aprovecha los sabores puros de cada ingrediente. En su mayoría los platillos se inician con un refrito de cebolla, pimiento, tomate y ajo. Para el ‘tapao’ se cocinan aparte los verdes y se deja marinar el pescado en limón, ajo y sal. Al juntar con el refrito los tres componentes mezclan sus sabores en un caldo.

    Así mismo, hay platos que son variantes de la cocina de la Costa, como la sopa de concha. Un plato que se sirve caliente en el que se cocinan el churopiacul y las conchas, con zumo de coco, verde rallado y el tradicional refrito.

    Las hierbas que dan sabor en la gastronomía popular son la chillangua o el chirarán, especias que crecen en la región de forma silvestre. Otro detalle que ayuda a recordar la cocina de Muisne, cuenta Realpe, es el coco. Además del jugo que se añade a los típicos encocados, está también el uso que le dan al aceite en la comunidad: desde hidratación hasta para la cocina.

    En Wayruro Orgánico se realizó el taller de cocina del Mar y del Manglar con platos como el ‘tapao’. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
    En Wayruro Orgánico se realizó el taller de cocina del Mar y del Manglar con platos como el ‘tapao’. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
  • La calidad de esta pasta se cocina con nuevas tecnologías

    Evelyn Tapia

    El cierre de la empresa productora de pastas en la que Carlos Jaramillo Miranda trabajaba como vendedor fue su motivación para comenzar un negocio propio.

    Era el 3 de octubre de 1971 y con una máquina manual para hacer pastas, este emprendedor comenzó en un local del sur de Guayaquil lo que hoy es Ecuatoriana de Alimentos, empresa que produce y comercializa la marca de fideos Doña Petrona.

    Luego de 44 años, esta compañía exporta un 40% de su producción a Perú, con la marca Grova y llega a 8 000 puntos de venta directa en Guayaquil.

    La empresa este año atraviesa un proceso de renovación. Carlos Xavier Jaramillo, el hijo mayor del fundador, está a cargo del área financiera y su hermano Fernando maneja el área comercial.

    Este 2015, Doña Petrona refrescó su imagen y para el año próximo espera lanzar al mercado nuevos productos de la gama alimenticia, diferente a las pastas con las que inició su actividad.

    En las nuevas presentaciones de las pastas, la figura de una abuelita de contextura gruesa y ojos pequeños, que se imprimió en los empaques durante décadas, ahora luce más estilizada y moderna.

    “La idea de renovar la marca viene porque queremos llegar a las nuevas generaciones. El trabajo fue un reto porque teníamos que preservar la esencia de la marca, que es la imagen de la abuelita”, cuenta Fernando Jaramillo, gerente de Marketing.

    El nombre Doña Petrona hace alusión a la famosa cocinera de la televisión argentina, Petrona Carrizo de Gandulfo.

    Además de transmitir a los comensales el mensaje de que el sabor viene de las manos de una abuelita que cocina rico, la empresa busca que su marca se identifique con las tradiciones ecuatorianas.

    Por eso, los anuncios que se produjeron para televisión en el 2006, haciendo oda a la forma en que los ecuatorianos adaptan las pastas de tradición italiana a recetas como el “guatallarín”, el arroz con carne y fideo verde, la tortilla de fideo y la “sopita de enfermo”, fueron un éxito, cuenta Fernando.

    El mes pasado, en la cuenta de Facebook de la empresa se publicó de nuevo uno de los comerciales de ese año y ya registra alrededor de 99 000 vistas.

    El Gerente de Marketing cuenta también que un hito importante de la compañía fue reemplazar hace 14 años la harina como materia prima para hacer fideos. En su lugar se empezó a utilizar sémola de trigo duro, que se compra México.

    “Este cambio nos permitió ofrecer un producto de mejor calidad, contextura y con mejores características para la cocción”, cuenta Jaramillo.

    Pero además de la nueva imagen, la empresa está apostando a la renovación constante de tecnologías para mejorar calidad y optimizar recursos.

    La empresa genera 25 empleos, tiene una planta de producción con 7 500 m2 de construcción y tres líneas de producción; toda la producción es automatizada.

    Con una inversión de USD 7 millones, hace cinco años, Ecuatoriana de Alimentos adquirió nueva maquinaria italiana para procesar pastas con recetas que son manejadas por una computadora y que se cuecen a temperaturas ideales, para garantizar que el fideo no se pegue ni desmorone.

    La inversión trae resultados. Este 2016 se calcula que la producción de alrededor de 250 000 kilos de pasta al año, crecerá un 20%, con la nueva maquinaria que opera en la planta.

    Ecuatoriana de Alimentos fue de las primeras empresas en contar con líneas automáticas y computarizadas de producción, de marcas como Braibanti y Fava, de origen italiano
    Ecuatoriana de Alimentos fue de las primeras empresas en contar con líneas automáticas y computarizadas de producción, de marcas como Braibanti y Fava, de origen italiano. Foto: Mario Faustos/LÍDERES
  • Empresa comercializa novedoso aparato que cocina sano en un minuto

    Agencia EFE

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    Por qué seguir comiendo mal o perdiendo demasiado tiempo en la cocina cuando una novedosa máquina, recién lanzada al mercado, personaliza cada menú de acuerdo al gusto y necesidades de cada persona y además los prepara en tan sólo un minuto, incluso los platos más elaborados.

    Una empresa de base tecnológica israelí ha empezado a comercializar un aparato que cocina de forma instantánea todo tipo de platos y además hace recomendaciones y menús individualizados: sin gluten al que es celíaco, sin azúcar al diabético, con menos calorías a quienes tienen sobrepeso, etc.

    El aparato, que es apenas más grande que una caja de zapatos, y que cuesta en torno a 500 euros, se llama Genie y acaba de lanzarse a los mercados israelí y australiano, inicialmente en cafeterías y centros de trabajo, según ha explicado a Efe su fundador, Doron Marco.

    La tecnología funciona a partir de una cápsula del tamaño de una taza que se introduce en el dispositivo y que contiene los ingredientes del menú deshidratados por frío (deshidrocongelación) para que se mantengan frescos durante años sin ningún tipo de conservantes ni productos químicos.

    La técnica de conservado mediante extracción previa del agua que contienen los alimentos y que luego se añade en el cocinado, garantiza el mantenimiento de las propiedades naturales de los productos así como su forma y aroma, y se utiliza también en otros sectores como la industria farmacéutica.

    Las proporciones de deshidratación de cada uno de los alimentos incorporados en la cápsula y las cantidades exactas de ingredientes se calculan a partir de un complejo algoritmo.

    La máquina reconoce instantáneamente el menú, una vez introducido el preparado y añade las cantidades de liquido necesarios para que el plato quede en su punto.

    El precio de las cápsulas es similar al que costaría prepararlo a partir de alimentos en estado convencional, según su desarrollador. Ha explicado que uno de los objetivos de esta tecnología es que se generalice su uso entre la población como una nueva forma de alimentación, mucho más saludable y «respetuosa con el reparto de comida en el mundo y el medio ambiente». No es concebible que mientras mucha gente derrocha comida en ciertas regiones dejando que se pudra en el frigorífico, millones de personas en el tercer mundo sigan pasando hambre, ha lamentado.

    La máquina que él ha diseñado permite conservar en el armario el menú y comerlo cuando uno quiera sin riesgo de caducidad, lo que evita tirar a la basura mucha comida en mal estado.

    Ha añadido que su uso resulta ideal en entornos no sólo domésticos sino en hospitales en donde cada enfermo requiere menús diferentes, colegios y proyectos de cooperación y ayuda a países pobres o afectados por crisis como guerras o desastres naturales.

    Está convencido de que este tipo de alimentación «revolucionará la industria» y desde el punto de vista medioambiental evita gran parte del trasiego diario de camiones con comida fresca a los supermercados y por tanto contribuye a reducir emisiones contaminantes a la atmósfera.

    Su llegada a Europa está prevista en breve, una vez concluidos los procesos de tramitación legislativa exigidos por las autoridades, aunque los desarrolladores del aparato se encuentran ya en fase de negociaciones con posibles socios para su comercialización. De hecho, ya se han alcanzado acuerdos con grandes empresas estadounidenses del sector de la restauración.

    Una empresa de base tecnológica israelí ha empezado a comercializar un aparato que cocina de forma instantánea todo tipo de platos y además hace recomendaciones y menús individualizados. Foto: Archivo
    Una empresa de base tecnológica israelí ha empezado a comercializar un aparato que cocina de forma instantánea todo tipo de platos y además hace recomendaciones y menús individualizados. Foto: Archivo
  • De la cocina a la medicina, IBM apuesta a la inteligencia artificial a gran escala

    Agencia AFP

    Ganó el juego de televisión ‘Jeopardy’. Publicó un libro de cocina. En el futuro, tal vez cure el cáncer. IBM tiene grandes ambiciones para su súpercomputadora Watson, que representa un gran triunfo en su esfuerzo de reinvención.

    Burritos de carne y chocolate, postres con tocino y champiñones: éstas son algunas de las recetas que el ‘Chef Watson’ propuso degustar en una conferencia organizada esta semana en Nueva York por el grupo informático estadounidense para demostrar las posibilidades de su súpercomputadora. Y, de paso, convencer a los desarrolladores a crear nuevas aplicaciones.

    «Watson nos da los ingredientes para hacer un plato, seleccionados para que vayan bien juntos», y luego un verdadero cocinero imagina una receta, explicó James Briscione, director de desarrollo culinario de la escuela de cocina ICE de Nueva York.

    Concretamente, detalló, se le indica a la computadora qué tipo de preparación se quiere hacer (ensalada o burrito, un plato o un postre, a la portuguesa o a la coreana…) y un primer ingrediente.

    A partir de allí, Watson agrega otros tres. Y, cada vez, «es una combinación de ingredientes que a nadie se la habría ocurrido». Watson ha ingerido miles de recetas de la revista Bon Appétit para entender la composición básica de los platos.

    También tiene una base de datos de composiciones químicas de los alimentos para determinar los principales matrimonios de sabores. Si, por ejemplo, propone casar fresas con champiñones, lo hace porque comparten un compuesto químico.

    Los mejores resultados están en un libro lanzado en abril. La aplicación reivindica varios miles de usuarios, pero «Chef Watson» es apenas una de las aplicaciones de esta súpercomputadora. «Todos estamos dispuestos a hacer negocios», afirma Florian Pinel, jefe ingeniero del proyecto.

    Han tenido conversaciones con supermercados y grupos alimentarios, pero hay otras declinaciones en sectores como la salud. El grupo farmacéutico Sanofi quiere utilizar a Watson para encontrar nuevos usos para medicamentos ya existentes.

    Sin límites

    Watson, bautizado así por el primer presidente de IBM, Thomas Watson, combina dos nichos prometedores en torno a los cuales la centenaria empresa busca reinventarse: el ‘big data’ (cantidades masivas de datos que genera la creciente digitalización de la sociedad) y la ‘nube’ (servicios inmateriales en línea).

    Con esto en mente, a principios de 2014 IBM anunció USD 1 000 millones en inversiones en una nueva división consagrada exclusivamente a este proyecto en desarrollo desde hace años, que abrió a cooperaciones comerciales. Cerca de una veintena de sectores de actividad están involucrados actualmente.

    En el terreno de la salud, uno de los más prometedores, IBM acaba de crear una plataforma dedicada (Watson Health) con la cual el grupo farmacéutico Johnson & Johnson o el fabricante de bombas de insulina Medtronic buscan concebir sistemas de control pre y post operatorio y tratar a los diabéticos.

    Además, IBM anunció esta semana su asociación con 14 clínicas y centros de salud estadounidenses especializados en el tratamiento del cáncer, que empezarán a usar la súpercomputadora Watson para acelerar análisis de ADN y determinar tratamientos personalizados para sus pacientes.

    Mientras que los médicos pasarían semanas estudiando cada mutación y la literatura científica existente, Watson es capaz de obtener resultados en «pocos minutos», asegura IBM, destacando que esto podría permitir que una mayor cantidad de pacientes acceda a tratamientos adecuados.

    En materia de finanzas, Watson correlaciona los datos de los clientes de un banco con las notas de los analistas sobre ciertos productos para ayudar a los asesores de inversión. En el comercio, facilita la comparación entre diferentes productos disponibles y determina cuál se adapta mejor al comprador.

    Y en el sector petrolero, la firma británica Arria imaginó integrar Watson a su sistema de vigilancia de fugas en las refinerías. «La aplicabilidad de la tecnología no tiene límites, siempre que haya grandes cantidades de datos», dijo Mike Rhodin, vicepresidente de IBM a cargo de Watson. 

    IBM ha anunciado una inversión de USD 1 000 millones en el proyecto Watson, que combina la 'big data' y la 'nube'. Foto: Wikicommons
    IBM ha anunciado una inversión de USD 1 000 millones en el proyecto Watson, que combina la ‘big data’ y la ‘nube’. Foto: Wikicommons
  • La recepción, la limpieza y la cocina son cargos claves

    El Hotel Carvallo, ubicado en el Centro Histórico de Cuenca, tiene 22 empleados. 17 son mujeres. Son mayoría, según su gerente Xavier Carvallo, por su capacidad. Las áreas en las que trabajan son: administración, recepción, limpieza y cocina.

    Una de las empleadas es Martha Loja. Está en el área de limpieza y sus tareas son: tender camas y reponer toallas y botellas de agua en las habitaciones. Otra mujer que se desempeña en este sector es Sonia Hidalgo, quien es recepcionista del Hotel El Dorado, en el centro de la capital azuaya. Ambas disfrutan de su trabajo por la misma razón: conocer personas de diferentes países y culturas.

    La Asociación Hotelera del Azuay, que agrupa a 70 hoteles del cantón Cuenca, tiene un 60% de colaboradoras, indica su presidente Daniel Hernández. El 40% restante corresponde a hombres.

    En el sector hotelero, las mujeres son clave, por su responsabilidad y amabilidad, según Hernández “Esas cualidades son herramientas para atender mejor a los huéspedes”. La presidenta de la Cámara de Turismo del Azuay, Mónica Flores coincide con Hernández en las características de las mujeres y agrega que “las mujeres son más dinámicas y multifacéticas que los hombres, lo que les permite desenvolverse mejor en el sector de los servicios”.

    En cuanto a los cargos que desempeñan, los dirigentes señalan que la recepción, el área de limpieza y el área de la cocina son los que más ocupa el género femenino. No obstante, las mujeres gerentas y propietarias de hoteles aumentan, aunque la Asociación Hotelera del Azuay no ha cuantificado esta participación.

    De igual forma, las agencias de viajes son atendidas, en su mayoría, por mujeres porque tienen la paciencia para relacionarse con el turista, añade Flores.

    En lo que no coinciden Hernández y Flores es en el salario. El primero indica que el ingreso promedio de la mujer bordea los USD 500 al mes; Flores dice que la mayoría gana el salario básico unificado (USD 292).

    Para Felipe Rivadeneira, gerente de Operaciones de Samari Spa Resort (Tungurahua), las mujeres cobran importancia en el sector turístico. De hecho, como impulsadoras de planes de viajes “venden hasta 10 veces más que un hombre”.

  • El aficionado a la cocina tiene un local diseñado a su medida

    Redacción Guayaquil

    Crear un local dirigido a los aficionados del mundo culinario fue la estrategia del grupo Comohogar para llegar a un nuevo segmento. “Hemos visto una tendencia de convertir la cocina en un espacio de esparcimiento y diversión. Cada vez son más los apasionados por la gastronomía en el país”, dice Lorena Fabara, gerente de marketing del grupo.

    Así, hace cerca de tres años surgió la idea de crear un local especializado en la venta de instrumentos y en la enseñanza de técnicas culinarias. Hoy, la idea tiene forma bajo el nombre de Sukocina; su local se inauguró en el centro comercial Village Plaza de la vía a Samborondón. La compañía invirtió cerca de USD un millón para instalar esta tienda.

    En el local, que mide 1 000m², se comercializan desde refrigeradores, licuadoras y hornos, hasta espátulas, rayadores, cucharas, especias, conservas y más. “De cada producto hay distintas versiones, precios y tamaños, para todos los gustos y necesidades”, afirma Fernando Haro, gerente del local.

    En el sitio también se ofrecen cursos de cocina, en el denominado Experience Center, que ocupa 200 m² de la construcción. Este espacio cuenta con cuatro estaciones. Cada cubículo tiene capacidad para máximo seis personas y una pantalla transmite las instrucciones desde la estación del chef a través de una cámara. Además, cada cubículo está equipado con dos hornos, un lavamanos, un extractor de olores y una cocina de la línea de lujo GE Monogram de la marca General Electric.

    Esto es una estrategia conjunta de promoción con la firma Mabe, fabricante y comercializadora de productos General Electric en Ecuador. Así lo explica Roberto Guerrero, gerente de mercadeo de Mabe. El ejecutivo agrega que, basados en esta estrategia, la empresa espera aumentar las ventas un 8%.

    Los cursos tienen distintas temáticas como repostería, cocciones y texturas de mariscos, prácticas con pollo, entre otras. Los precios del curso van desde USD 20 hasta 280, dependiendo del instructor y la temática. La duración promedio de estos talleres es de un mes.

    Entre los chefs internacionales que dictarán los cursos constan Sumito Estévez y Henry Richardson. Los locales son Francisco Puig, Dimitri Hidalgo y otros destacados de la gastronomía nacional.

    Otros de los productos que se ofrecen en el local son libros de cocina. “Contamos con un exclusivo portafolio de productos”, dice Fabara. Los representantes de este negocio son optimistas y proyectan facturar USD tres millones aproximadamente en este año.

    Melissa Yánez es aficionada a la repostería y se dedica a la elaboración y venta de postres bajo la marca Sugarland. Opina que “es una propuesta novedosa que va aportar al crecimiento del mercado”.

  • La pasta italiana se cocina en Sangolquí

    Redacción Quito

    André Schettini viste su mandil blanco y dice sentirse como si fuese un conductor de carreras automovilísticas. Luego se coloca una malla en el cabello, como lo hiciese un ciclista que se protege con un casco.

    Con el equipo de trabajo listo camina hacia el fondo de la planta de producción de la empresa Schettini Alimentari para iniciar su jornada y encender el “Ferrari”, que es como él llama a su máquina para elaborar raviolis. Así se desarrolla la jornada de Schettini en su emprendimiento ubicado en Sangolquí, al suroriente de Quito.

    Este negocio produce desde el 2007 comida típica italiana congelada y de fácil cocción. Entre su oferta destacan raviolis de carne y espinaca, pizzas, lasañas y gnocchis de papa. Para servirlos, explica, se los cocina entre cinco y siete minutos.

    Schettini explica que el gusto por la cocina italiana la obtuvo de su familia pero aclara que la idea se materializó con el apoyo de su esposa Gabriela León. La pareja preparaba raviolis y pizzas y los vendía entre amistades y vecinos; producían hasta 30 cajas de raviolis al día.

    Para el 2011, con una inversión de USD 90 000, Schettini y León decidieron industrializar su elaboración de comidas con el objetivo de consolidar una iniciativa que sea el sustento económico de su hogar. Actualmente el negocio factura unos USD 5 000 al mes.

    “Observé la cantidad de marcas de pastas que se ofertan en los supermercados. Entendí que los comensales locales gustan de estas comidas y que los raviolis podrían ser una opción para ellos”, explica Schettini. Añade que identificó que estos últimos no se consumen masivamente por la dificultad de su elaboración manual.

    María José Aguirre, jefa de Operaciones y Compras de Catering Rout Food, cuenta que adquiere productos de Schettini Alimentari desde hace seis meses. Ella explica que como parte del menú compran alrededor de 5 000 ravioles al mes para los 3 500 comensales a los que sirve diariamente esta firma quiteña de catering.

    Schettini es cauteloso al nombrar los ingredientes de sus raviolis: huevos, harina y sal para la masa; carne, espinaca y queso ricotta, para el relleno; prefiere no indicar sobre porcentajes ni detalles en los tiempos de preparación.

    La “Ferrari” es una máquina extrusora que le permite elaborar hasta 5 000 cajas de raviolis al mes. Cada caja contiene 48 unidades y dos sachets de salsa napolitana básica, que se comercializan bajo la marca de Pepe Bucatto y cuyos precios van desde USD 5.

    Actualmente cuenta con una cartera de 120 clientes, en su mayoría ubicados en el norte de Quito y los valles a quienes entrega pedidos a domicilio, que se realizan a través de su sitio web www.pepebucatto.com.

    La tarea de Schettini se apuntala con los proveedores. Jorge Espinosa, jefe de Ventas de Molinos e Industrias Quito, cuenta que le proveen harina de trigo desde octubre pasado. Él destaca la puntualidad en los pagos y la calidad del producto final de Schettini.