Etiqueta: comida

  • Los insectos, entre el hambre y una tendencia gastronómica

    IPS

    La última propuesta de la FAO, considerar a los insectos como parte del menú para combatir el hambre, repercute con especial énfasis en Colombia y México, dos países con tradición de entomofagia y gran diversidad biológica.

    En México hay más de 300 especies comestibles de estos invertebrados, según un estudio del Departamento de Entomología de la holandesa Universidad de Wageningen, y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). Pero investigaciones reportan más de 500 en el centro, sur y sudeste de México, país megabiodiverso y con una pobreza que afecta al 47% de sus habitantes.

    ‘Los insectos son una fuente viable y económica de alimento de calidad que podría llegar a ser incluso mejor que alimentos industrializados que se consumen en la actualidad’, dice la investigadora Julieta Ramos-Elorduy, del Instituto de Biología de la pública Universidad Nacional Autónoma de México. ‘El país está preparado para un consumo masivo, pero se necesita educar a la gente sobre técnicas y formas de comercializarlos. No hay preocupación por protegerlos’, señaló la especialista que investiga desde la década de 1970 las bondades de estos bichos milenarios.

    La ingesta de insectos o entomofagia es una tradición indígena en México, como constató el Códice Florentino, escrito por fray Bernardino de Sahagún (1499-1590) y que llegó a describir el consumo de 96 especies.

    Algunos insectos contienen hasta tres veces más proteínas que un kilogramo de carne y presentan una concentración de nutrientes solo superada por el pescado, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad.

    El menú mexicano de insectos se compone de chinches, gusanos, escarabajos, mariposas, larvas de hormigas y moscas, abejas, avispas y chapulines -un tipo de saltamontes-, presentes en casi todo el territorio. Se los prepara asados, fritos o en salsas. Varios de estos manjares saltaron de las cocinas de hogares rurales y pobres a mesas de restaurantes de moda.

    En la ciudad de Mitla, cercana al sitio arqueológico zapoteco del sureño estado de Oaxaca, una pequeña empresa usa los gusanos (Hypopta agavis) del vegetal agave para elaborar una sal picante con que se acompaña el mezcal, bebida alcohólica que se destila de la misma planta.

    ‘Nos basamos en una receta casera. La molienda se hace a mano y usamos una mezcladora manual. Empacamos también a mano’, explica la gerenta comercial de la firma Gran Mitla, Diana Corona, que produce 300 kilogramos de sal de gusano por mes.

    La publicación de la FAO indica que más de 1 900 especies forman parte de dietas tradicionales de al menos 2 000 millones de personas en todo el mundo. Los preferidos son escarabajos, orugas, abejas, avispas, hormigas, saltamontes, langostas y grillos.

  • Cursos que alimentan el emprendimiento

    Redacción Quito / LÍDERES

    Carlos Raza, un ex funcionario público de 52 años, se quedó sin trabajo hace tres años. «Por la edad ya no me quieren contratar», cuenta con pesar, pero esto no lo desanima. Uno de sus proyectos siempre fue emprender un negocio, pero no sabía cómo concretar la idea hasta que participó en Dulce Negocio.

    Esta iniciativa, impulsada por Corporación Favorita, arrancó el 19 de abril pasado y busca apoyar el desarrollo de la microempresa en el país.

    Para ello, organiza una serie de cursos gratuitos sobre preparación de alimentos, en los supermercados AKÍ.

    Los asistentes aprenden en tres talleres (cada uno con una duración de tres días) a elaborar bocaditos, galletas, masas de sal para horno, dulces, etc. Además de las clases prácticas, reciben capacitación sobre costos de los productos, cómo captar clientes y otras claves para iniciar un emprendimiento.

    Raza completó las tres etapas y ahora tiene claro su proyecto: bocaditos para eventos sociales. Dice que ahora está perfeccionando las recetas y quiere invertir en maquinaria como un horno y una batidora semiindustriales, aunque le faltan recursos.

    Hasta el 30 de mayo pasado, unas 200 personas se capacitaron en Dulce Negocio y recibieron un diploma; y otras 120 asistieron a algunas clases.

    Entre 64% y 71% de los asistentes se inscribieron en los cursos para emprender un nuevo negocio y el resto para preparar recetas en casa, ampliar su actual línea de negocio o distraerse, según encuestas realizadas por Corporación Favorita.

    La chef Lorena Chemali y la especialista en Marketing Martha Echeverría son las encargadas de dictar los talleres.

    Pero la capacitación no termina ahí. Ambas instructoras asesoran a los talleristas vía correo electrónico o redes sociales, comenta Iveth Segovia, cuya iniciativa ya está en fase piloto.

    «Por ahora estamos haciendo bocaditos solo en casa, con la familia, para probar las recetas y hasta el momento sí les ha gustado», cuenta.

    La idea a corto plazo es ofrecer bocaditos para eventos sociales como bautizos, graduaciones y otros. «Vamos a recurrir a redes sociales para promocionar los servicios de forma gratuita», dice esta ama de casa, de 37 años, que quiere emprender una microempresa.

    «He aprendido a perfeccionar los bocaditos, antes del curso hacía estas recetas, pero no me salían bien».

    Mariana Flores, de 46 años, es ingeniera en Contabilidad y trabaja en una empresa floricultora, pero siempre quiso tener su propio negocio.

    Junto a su esposo, Jaime Espinoza, recibieron una hoja volante donde se anunciaban capacitaciones para crear emprendimientos. Tras asistir a los talleres, ambos están convencidos de que con ingenio y recetas sencillas se pueden generar ingresos.

    Los talleres se realizan en Quito en las inmediaciones de los AKÍ Molineros, Guajaló y Carapungo y desde el 2 de agosto arrancarán en Guayaquil.

    Según Corporación Favorita, la segunda etapa del proyecto es organizar visitas a empresas para que los participantes de los cursos puedan vender bocaditos o ‘snacks’ sanos a los empleados, indicó la firma vía correo electrónico. Aunque este es «un proyecto que está por desarrollarse», dijo.

    Agregó que la idea es organizar nuevos cursos para más clientes de AKÍ y abrir niveles más avanzados como catering, por ejemplo.

  • La receta que aprendió en Bogotá endulza Quito

    Redacción Quito

    Pamela Vaca es una ingeniera agroindustrial que dejó de lado su carrera para transformar su hobby, la pastelería y la repostería, en un negocio.

    La Fabrica de Alegrías, un emprendimiento que nació en el 2011 en Colombia, es hoy su principal fuente de ingresos.

    Esta iniciativa comenzó cuando su esposo, José Javier Astudillo, fue transferido a Colombia. Al tener inconvenientes con su visa de trabajo, Vaca decidió emplear su tiempo en su hobby, la pastelería.

    Tomó un curso repostería y decoración en el Instituto Superior Mariano Moreno, en Bogotá, donde elaboraba pasteles y cupcakes para amigos y familiares. Poco a poco obtuvo su propia clientela. Decidió entonces invertir USD 4 000 en implementos de cocina y una batidora para comenzar a elaborar sus productos en la capital colombiana.

    Un año después regresó al Ecuador, y por el nacimiento de su hijo Felipe abandonó su emprendimiento temporalmente. Meses después decidió continuar con su microempresa en el Ecuador.

    Así se creó la microempresa La Fabrica de Alegrías, que factura USD 1 000 mensuales y fabrica pasteles, cupcakes, popcakes, mini tortas, galletas, figuras comestibles…

    Raquel Proaño, una de sus clientes, supo de la empresa por su perfil en Facebook, y decidió contratar sus servicios. Pidió un pastel para la primera comunión de su hija y estuvo feliz con los resultados. «Fue un pastel de dos pisos con un rosario comestible. Los detalles florales y el sabor fueron lo que más me gustó».

    Vaca se preocupa por elaborar cada elemento en sus pasteles. Son hechos a mano desde la masa hasta los pequeños detalles. «Incluso hago el fondant, la crema y las figuras. No me gusta copiar modelos o colocar láminas comestibles».

    Sus productos varían en precio dependiendo de la complejidad. Un pastel personalizado hecho a mano puede llegar a costar entre USD 50 y 80.

    Gabriela Guerrero solicitó unos mini bocaditos y una torta para un bautizo en ‘La Fabrica de Alegrías’. Ella cuenta que los precios estaban acorde a la calidad del producto. «Yo pedí detalles con mariposas y flores. Ella realizó todo de acuerdo con mis especificaciones. Fue más hermoso de lo que esperé».

  • La gastronomía se toma Lima en septiembre

    Redacción Guayaquil y Agencias

    Todas las variedades imaginables de cebiche, platos con múltiples cereales andinos o extraños peces y frutos de la Amazonía… serán los protagonistas de Lima (Perú), hasta el próximo 15 de septiembre. La consigna es comer y probar nuevos sabores en la gigantesca muestra gastronómica Mistura, que abrió sus puertas al público el pasado 6 de septiembre.

    La mayor feria culinaria en Latinoamérica, instalada en un enorme predio junto al océano Pacífico, busca promover la gastronomía como herramienta de desarrollo sostenible, inclusión social e identidad cultural.

    «Mistura es un encuentro que se ha ido consolidando desde abajo y desde el interior de Perú, con un impacto muy positivo en el país y en el mundo «, dijo el presidente Ollanta Humala al inaugurar la exposición, el 5 de septiembre.

    La sexta edición de la muestra anual reúne una gran diversidad de productos y especialidades que han hecho famosa a la cocina peruana en el mundo.

    Secciones especiales de la muestra están dedicadas al café, al pisco, a diferentes variedades de pan y chocolates.

    El evento gastronómico reúne a una treintena de cocineros llegados de todo el mundo, desde el catalán Albert Adriá, hermano del famoso Ferran Adriá de El Bulli; al brasileño Alex Atalá (D.O.M); el sueco Magnus Nilsson (Faviken) y el peruano Gastón Acurio.

    En un país donde la gastronomía es una pasión, se espera que medio millón de peruanos y más de 20 000 extranjeros se acerquen a Mistura a disfrutar de las especialidades que ofrecen las regiones peruanas.

    «Mistura es hoy la feria gastronómica más importante de América Latina y la única en el mundo que, además de alta cocina, da espacio a los productores de todo el país», dijo Bernardo Roca Rey, director de la Asociación de Gastronomía peruana, organizadora del evento. Campesinos de las sierras y de la selva amazónica, y pescadores de la extensa Costa peruana presentan sus mejores creaciones culinarias, en un sitio invadido de aromas y cocinas humeantes.

    Se trata de un total unos 130 restaurantes de todo el país, que ofrecen sus platos a precios accesibles.

    Una de las grandes atracciones este año en Mistura es la instalación de un gran acuario de 600 metros cuadrados, que cautiva a todos los visitantes.

    Mistura
    Extensión. Más de 4 000 metros cuadrados están destinados a esta feria.

    Invitados. Albert Adriá, Andoni Luis Aduriz y José Andrés, Rene Redzepi y Massimo Botura, son algunos de los invitados.

    Actividades. Parte de las actividades son foros y charlas.

    LA CIFRA:
    20000 extranjeros prevé recibir esta feria

  • El sabor de esta idea se reparte en tres pisos

    Redacción Quito

    Mirando un edificio de tres pisos en el norte de Quito, Leonardo Cuesta tuvo una idea: crear un restaurante tres en uno. Así que creó Casa Afrodita, un local donde los clientes pueden elegir entre tres ambientes diferentes, cada uno con su propio menú y estilo, pero conectados entre sí.

    De esta forma, el cliente puede elegir entre la gastronomía italiana de Matteroni, en el primer piso; la parrilla de carnes y mariscos de Terramar, en el segundo; o Afrodita, en el tercero, donde la especialidad es la comida molecular.

    Cuesta explica que la idea nació cuando Alexander Espinoza, amigo suyo y excolaborador del proyecto, le propuso asociarse para abrir un restaurante. «Con él conocí esta casa, pero cuando la vi pensé en que crear un solo restaurante era algo muy simple. Por eso decidimos crear los tres en uno solo».

    Eso sucedió a finales del 2011. Para enero siguiente, Cuesta, como presidente del Grupo Afrodita, arrendó el edificio y se encargó de la reconstrución total del edificio en el que antes funcionaban oficinas. En este proceso, sumando la construcción de una cocina centralizada en el primer piso, la decoración, mueblería, y un ascensor central para transportar la comida al segundo y tercer piso, se invirtieron cerca de USD 500 000.

    En mayo del 2012 abrieron las puertas de la Casa Afrodita. «Fue un prelanzamiento por el Día de la Madres», asegura Cuesta.

    Karina Zurita, una clienta cuyo plato favorito es el pulpo a la parrilla, destaca la particularidad del negocio porque considera que se adapta a las necesidades del cliente. «Es una gran idea porque se puede elegir el ambiente según la situación».

    Con menos de un año de existencia, Grupo Afrodita factura en promedio USD 72 000 mensuales, dependiendo del mes. Actualmente ya se encuentran en un proceso para readecuar los restaurantes de la casa.

    En este nuevo proyecto se mantendrá el ambiente de Terramar y, en un espacio separado, se construirá una zona para la degustación de habanos; el primer piso, donde funciona Matteroni mantendrá su línea italiana pero se potenciará como cafetería para quienes solo deseen pasar a tomar café, helado o un postre italiano. Este proyecto requerirá de una nueva inversión cercana a los USD 60 000.

    Casa Afrodita, según Mariana Chacipanta, dueña del delicatesen El mundo de las carnes, es un negocio que destaca por el cumplimiento de sus responsabilidades comerciales. Ella provee al Grupo Afrodita un promedio de 200 kilos de carne de res, cada mes.

    Un total de 18 personas trabajan en todo el edificio, atendiendo a un promedio de 50 a 100 comensales por día. Así lo asegura Lorena Laverde, actual directora administrativa del restaurante.

    De la cocina se encarga el chef William Nazareno. Él explica que para la creación del menú de los tres restaurantes se tomaron en cuenta recetas de la cocina italiana, francesa, asiática, argentina y peruana, principalmente.

    «El salmón en salsa de naranja y puré con alcaparras y aceitunas o las papas Matteroni son algunos de los platos principales. Luego de una cena, el cliente puede subir al tercer piso y pedir un coctel molecular», destaca Nazareno al hablar de la oferta de este negocio.

  • El mercado gastronómico busca su marca

    Redacción Quito

    Quesos de cabra, miel de abeja, pan, yogur, tortillas, mantequilla… preparados de formas tradicionales y sin insumos químicos. Estos productos son elaborados por Alimentos Agroecológicos, una de las primeras asociaciones que forma parte de la Sociedad Ecuatoriana de Gastronomía (SEG).

    Esta agrupación pretende impulsar la comida nacional, sus saberes y sabores para internacionalizarla. La SEG fue presentada el pasado 19 de marzo y busca reunir a los actores que participan en la cadena de producción de la gastronomía ecuatoriana. El objetivo principal es que todos tengan las mismas oportunidades en el mercado para consolidar la marca de la comida local.

    A través de una identidad gastronómica, por medio del redescubrimiento de los sabores y productos endémicos, se trata de incursionar en mercados internacionales. Con la marca se pretende avalar eventos y difundirlos, desarrollar proyectos y brindar consultorías.

    Pero para conseguirlo la SEG tiene como primera tarea encontrar a todos los participantes vinculados al sector gastronómico, como chefs, productores de alimentos, universidades, restaurantes, y también empresas o personas que de una u otra forma están ligadas al sector alimenticio, dice Grace Donoso, del comité de la SEG.

    Mientras que Patricia Donoso, presidenta de esta agrupación, comenta que se intenta unir a productores, artesanos, servicios, gremios… con el fin de apoyarse de forma más efectiva. El proceso de afiliación de los socios demorará tres meses; mientras tanto realizarán actividades, como curso de catadores de chocolates en abril.

    La primera gran actividad de la SEG será la realización conjunta de los eventos Cero Latitud (cine independiente) y Ecuador Cultura Gourmet, que se llevará a cabo en el parque Bicentenario (Quito), del 1 al 5 de octubre. Este es uno de los mecanismos que busca la SEG para posicionarse en el medio.

    Este encuentro se planificó en noviembre pasado, a través de una reunión entre Mauricio Acuña, de Cero Latitud y Patricia Donoso, junto a otros miembros de la SEG. Las dos agrupaciones unieron sus actividades para generar mayor apoyo y fondos gubernamentales.

    La SEG consigue su financiamiento con aportaciones de cada miembro; el monto que tienen que abonar es de USD 200 para ser parte de la sociedad. Al momento ya tiene 18 miembros entre organizaciones, personas, hoteles, cofradías y algunos alumnos.

    Alimentos Agroecológicos, que se unió a la SEG la semana pasada, está conformada por 14 personas. Por medio de su afiliación buscan la oportunidad de ganar reconocimiento por los turistas y llegar a hoteles con sus productos, así lo asegura Ximena Porras, su vocera.

    • 18 miembros tiene esta nueva asociación
  • El ambiente urbano es la compañía del menú

    Redacción Quito

    Para cinco jóvenes quiteños hablar de comida ecuatoriana es algo serio. Juan José Maldonado, Guillermo Robalino, Daniel Avilés, Francisco y Esteban Sosa decidieron crear un restaurante ecuatoriano, en el que hasta la decoración cuente algo del país.

    Estos emprendedores, vinculados al cine, la informática y la industria de vinos y alimentos, notaron que en el mercado no existía un restaurante temático de Ecuador. Por ello, decidieron incursionar en el negocio en enero de este año.

    Antes de iniciar su emprendimiento realizaron un estudio de mercado que les tomó cerca de seis meses. En ese tiempo acudieron a la mayoría de restaurantes de comida nacional de Quito, para estudiar el servicio que oferta este segmento.

    Luego de todo el proceso concluyeron que los sitios que ofertaban un menú ecuatoriano, no contaban con el ambiente adecuado u ofrecían productos importados, como los licores.

    Con las conclusiones sobre la mesa comenzaron a mentalizar cómo sería su restaurante. Ya con su proyecto definido invirtieron unos USD 80 000 para concretar sus ideas.

    Arrendaron un local en el norte de Quito, sector del parque La Carolina; eligieron ese sitio para llegar a los oficinistas y ejecutivos de ese perímetro.

    La consigna era que todo hable de Ecuador. Para ello establecieron alianzas con Cervecería Nacional y la marca de zapatos Venus, para la ambientación del local. Por ejemplo, las paredes cuentan con publicidad de Pilsener de décadas de 1960, 1970 y 1980.

    También, sillones antiguos, viejos televisores y equipos de radio, que fueron donados por sus abuelos, adornan el sitio.

    La idea era generar una combinación de conceptos, entre «la típica hueca y la casa de la abuela«, asegura Guillermo Robalino, uno de los socios del restaurante.

    Al menú de comida costeña serrana y oriental, se suma una carta de tragos y cocteles elaborados con marcas tradicionales del país, como Zhumir o Trópico Seco.

    Así, el 4 de septiembre abrió sus puertas La Calle. El nombre surgió debido a que en la vía pública el ecuatoriano consume desde comida hasta ingiere alcohol. Todas esas costumbres quisieron reflejarla en su marca.

    En estos casi cuatro meses, La Calle cuenta con una facturación promedio mensual de USD 28 000. La meta es alcanzar los 35 000.

    Los socios aseguran que no tienen un target específico, porque el oficinista que acude por primera vez a La Calle el fin de semana, lleva a otros miembros de la familia, como hijos o abuelos.

    A Rosana Merino, ama de casa, le pareció «un lugar diferente, alegre». Ella comenta que si bien el lugar es moderno también está el espacio para la añoranza. La decoración de los letreros de los buses o la sala antigua, le llevan al comensal a otra época.

    Mientras que Juan José Martínez, es estudiante de Economía de la Universidad de las Américas (UDLA), degustó de locro y fritada cuando acudió al lugar. El destaca el ambiente y cada uno de los detalles «Incluso, las llaves de los baños tienen boquillas de bombas; eso te lleva a tu época de la niñez». Ernesto Guerra, ingeniero en finanzas, señala que La Calle cuenta con un concepto innovador y «que invita a regresar».

  • Los platos que preparan son a la medida y llegan en bicicleta

    Redacción Quito

    Una conversación entre dos primos dio paso a una iniciativa especializada en entregar comida saludable personalizada a domicilio. Hace cerca de un año, Agustín Reinoso caminaba por un parque de Quito con un primo que practica bunjikan, un arte marcial.

    La inquietud del primo de Reinoso era bajar de peso para ser más ágil. A Reinoso se le ocurrió una propuesta: «yo te preparo la comida y te la entrego en tu lugar de trabajo».

    Así nació, hace nueve meses Fitness Chef. El objetivo de esta microempresa es entregar a sus clientes una propuesta nutritiva y que brinde la energía que necesita cada cliente, según su estado físico.

    Cintia Róblez es una de las clientas de Fitness Chef. Ella dice que la idea es muy interesante. «Importa mucho la comida saludable, pero también impresiona la presentación de cada plato y la entrega en la puerta de mi trabajo».

    La inversión inicial fue de USD 20. Y poco a poco la gente, entre amigos y familiares se enteraban de esta propuesta; las llamadas y los mensajes de texto con pedidos fueron aumentando. Hoy, los ingresos sirven para comprar utensilios como licuadoras, cocinas, ollas… Los deportes son una constante en la vida de este emprendedor, por eso eligió que la entrega de sus platos se hagan en bicicleta. «Para mí también la cocina es como un deporte, donde todos los días tengo que entrenar y preparar platos nuevos».

    Fitness Chef tiene un sistema creado por Reinoso. Se toma en cuenta el peso de la persona y las actividades diarias que realiza. Con esos datos, Reinoso establece una suerte de tabla de alimentos. «Al cliente se le da lo que su cuerpo necesita para producir energía».

    En la actualidad esta microempresa elabora 160 pedidos al mes; cada almuerzo tiene un costo de USD 4 diarios o 20 a la semana.

    Otra de las características de este emprendimiento es el trabajo en equipo. En Fitness Chef trabajan o apoyan todos los que quieren: la esposa de Agustín Reinoso, Carolina Ayala, es la contadora; su primo Mauricio Reinoso le da guías en el manejo de redes sociales; y su hermano Benjamín, es el encargado de la cocina.

    Los clientes como Cintia Róblez están contentos. «Así no la coma en la oficina me la llevo para la merienda, es una comida rica, sana y nutritiva».

    Ahora, Reinoso planea incorporar a su equipo de trabajo una nueva bicicleta para sus repartos diarios y poder llegar a más clientes en menor tiempo.

    Datos 2.0
    En Facebook.  Hasta la semana pasada, Fitness Chef tenía 940 likes en su perfil de Facebook.Consejos.  En esta red social, la microempresa ofrece cuatro pasos para tener una vida y alimentación saludables.USD 4 es el costo diario de un almuerzo

  • Alpina: 666 ecuatorianos empujan a esta empresa colombiana

    Santiago Ayala Sarmiento Redacción Quito/ LÍDERES ayalas@elcomercio.com

    Cuando abrió sus operaciones en Ecuador, en 1995, la firma láctea colombiana Alpina tenía solo una persona en su nómina, que se encargaba de importar los productos y comercializarlos. Hoy, la empresa tiene un ‘staff’ de 670 empleados; 666 son ecuatorianos.

    El arranque fue duro, según relata el gerente General, Juan Fernando Maya, uno de los cuatro extranjeros que trabajan en la compañía. En ese entonces, la situación económica del país estaba deteriorándose, hasta llegar a su clímax con el feriado bancario y la crisis financiera.

    Con una inversión de alrededor de USD 4 millones, se empezó la construcción de la fábrica en pleno 1998, a las puertas del peor momento del país. La planta empezó a operar en el 2003.

    Pero lejos de huir despavoridos por el escenario, decidieron invertir y comprar los terrenos en Machachi para edificar la planta de producción. «Vimos al Ecuador como una gran oportunidad y no nos equivocamos», dice Maya.

    En efecto, la sustitución de productos importados por producción local fue cada vez el objetivo. Hoy, el 92% ya tiene exclusivamente componente ecuatoriano. El resto (8%) se mantendrá, pero por razones de que ciertos insumos no se producen en el Ecuador, solo por eso.

    La constante inversión para sustituir importaciones ha hecho crecer a la compañía. Alpina destina alrededor de USD 5 millones anuales para innovar productos, generar nuevas estrategias y abrir otros potenciales mercados.

    En este escenario, dado el éxito logrado en estos casi 20 años de operación en el país, la casa matriz delegó al equipo ecuatoriano para que lidere el proceso de ingreso al mercado peruano. Maya explica que se está haciendo lo mismo que pasó en 1995 en Ecuador y se replicará el modelo que dio réditos. «En Perú estamos en estos momentos como en Ecuador hace 19 años. Será un interesante reto para los próximos años».

    La casa ecuatoriana significa para el conglomerado regional de Alpina (Colombia, Venezuela, EE.UU.) el 8% de su facturación y está por encima del promedio de la corporación. Por eso, el próximo paso será enfocarse en la exportación desde Ecuador hasta otros países.

    El trabajo, además, no solo se concentra a la nave productiva. También se acompaña el trabajo de 200 ganaderos y sus asociaciones, a quienes se les apoya en temas de calidad y de buenas prácticas.

    Adicionalmente, la firma apoya al trabajo de Quesinor, una procesadora de lácteos en San Gabriel, conformada por asociaciones de productores de leche del Carchi. Tras un momento difícil hace varios años, el Gobierno Provincial decidió rescatar la actividad. Y en abril del 2012 también se involucró Alpina, a través de un convenio por medio del cual la empresa proveía asesoría, mientras Quesinor comercializaba los quesos.

    Para el ganadero Rodrigo Lasso, la relación actual con los industriales es muy buena y, por eso, la permanencia de Alpina en el país ha sido positiva, produciendo varios tipos de productos (yogures, quesos y otros) apegados a la gastronomía y costumbres nacionales.

    «Ecuador tiene un gran potencial de exportar lácteos. Perú es un importador neto, Colombia también importa y Venezuela en estos momentos está comprando mucho. A ello se suma que el país tiene fuertes ventajas competitivas. Y, además, el mercado interno todavía tiene mucho por crecer», dice Lasso.

    Dos datos adicionales

    Segunda planta. La empresa lechera abrió otra complejo productor en San Gabriel, que se especializa, principalmente, en la elaboración de quesos.

    El proceso. Tiene cuatro centros de distribución que atienden aproximadamente a 41 000 clientes.

    El insignia

    Vinicio hidalgo Gerente de Costos y Productividad

    ‘Estamos todo el tiempo en modo vanguardista’

    Uno de los momentos más difíciles que he vivido durante estos 16 años de trabajo fue cuando una banda de 15 delincuentes nos asaltó. Nos sometieron con armas de fuego, por tres horas, y se llevaron todo. Fue una experiencia personal muy fuerte. Y, a la vez, nos demostró la calidad de nuestro equipo. Seguimos trabajando, porque debíamos cumplir con nuestros clientes. Ingresé como cajero y fui ascendiendo.

    Lo mejor de trabajar en esta empresa es que se está innovando permanentemente. Pasó de ser una empresa típicamente plana, en sus inicios, a ser muy vanguardista, que evoluciona todos los años. En la compañía estamos siempre preocupados por el servicio y por la calidad del producto. Mantenemos un constante aprendizaje, todo el tiempo.

  • El tradicional patacón ahora viene empacado y también como snack

    Redacción quito

    Pelar, freír, aplastar, freír y servir. Ese es el proceso para hacer patacones. Pero, ¿para qué hacer todo esto si ahora simplemente puede sacarlos de un empaque y comerlos sin mucho esfuerzo en su proceso de preparación? Esa es la alternativa que brinda a los consumidores la empresa Tutto Snack con su producto Patacón Chiflar, que está en el mercado desde julio del 2013.

    La idea, sin embargo, surgió hace un año y medio. «No hicimos un estudio de mercado sino que vimos que no había este producto (…) Desde ahí comenzamos a desarrollarlo y a mediados del año pasado comenzamos a venderlo en diferentes autoservicios a escala nacional», dice Adrián Holguín, gerente general.

    Precisamente, Patacón se puede observar en las perchas de Supermaxi, Megamaxi, Oki Doki, Fybeca, Sana Sana, Santa María y algunas tiendas Primax. Más adelante, una vez que en esta pyme se termine el rediseño del empaque conforme a las nuevas normativas oficiales, entregarán presentaciones pequeñas.

    La idea es vender empaques de 50 gramos, ya que actualmente solo hay las fundas de 100 y 200 gramos. La distribución del producto en el mercado local está a cargo de la empresa Reparti.

    Fernando Sánchez, gerente general de esta compañía, asegura que Patacón Chiflar es un producto de calidad e innovador, ya que no hay competidores en el mercado, por lo que la demanda crecerá. «Nosotros trabajamos con Tutto Snack desde sus inicios. Distribuimos el 100% de las marcas de la firma en el país».

    En efecto, esta empresa tiene ocho marcas, que incluyen ‘chitos‘, papas, cueros, chifles y bolitas dulces de maíz.

    La producción se inició en el 2010 con una inversión inicial de USD 85 000, impulsada por la experiencia de Holguín y su gerente de producción, Edmundo Alemán, quienes eran parte del mundo de la fabricación de alimentos.

    El trabajo de cuatro años le permitió a la firma, no solo desarrollar y vender sus propios productos, sino que se encuentran maquilando otros para Supermaxi, desde agosto del 2013. Para todos los procesos cuentan con 27 colaboradores.

    La pyme ha ido creciendo y en el 2013 alcanzó una facturación de USD 370 000. La meta, este año, es duplicar ese monto a través de la nueva línea de productos que esperan sacar al mercado. Entre estos se encuentran los patacones sabor a limón y jalapeño. La firma busca crear ítems con más valor agregado.

    Al mes, Tutto Snack fabrica 12 toneladas de productos. El 48% corresponde a snacks en general y el restante, patacones. Para la producción de estos últimos utilizan 8 000 kilos de plátano verde al mes, que lo compran a agricultores de Santo Domingo, El Carmen y Julio Moreno. Además, adquieren aceite vegetal.

    El proceso de producción es semindustrial, ya que ciertos pasos deben realizarse manualmente. Este negocio también ha trabajado en el desarrollo del empaque, con el fin de que el producto se mantenga fresco para el consumidor.

    Tutto Snack espera posicionar con fuerza el producto en el país. Incluso, más adelante, tiene previsto realizar convenios con otras firmas, para combinar otros alimentos con los patacones.

    Ahora, algunos consumidores, como Santiago Paredes, ya conocen de los patacones empacados y los consumen en el desayuno o con otras comidas.

    «Me parece súper novedoso. Yo no tengo mucho tiempo para cocinar porque trabajo en un hospital y esto es una buena opción cuando uno quiere una comida nacional, pero rápida».

    Entre los proyectos de la empresa está la exportación del patacón y otros snacks. Para este año espera participar en ferias clave para posicionarse en el país. «Estoy hablando con una Asociación de Emprendedores Innovadores y ya hemos también aplicado en Pro Ecuador«.