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  • La cultura y la moda van en sus diseños

    Sofía Ramirez

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    Mochilas elaboradas en telares de Otavalo y de Tungurahua y con cuero ecuatoriano destacan sobre las perchas de Shamuna, una marca que nació con el objetivo de impulsar las culturas del país, en sus diseños.

    Shamuna, en quichua, significa ‘lo que se viene’ o ‘a futuro’ explican Nicolás Sotomayor y Gabriela Rosales. Ambos fundaron este emprendimiento que nació con cinco pilares: ropa, música, arte, deportes y naturaleza: “la idea es resaltar la identidad cultural del Ecuador a través de estas áreas”, dicen estos emprendedores.

    En noviembre del 2014 unieron sus conocimientos en diseño de interiores, gráfico y música para darle vida a esta marca de ropa.

    A Sotomayor, de 27 años, le llamó la atención la habilidad de Rosales, de 29 años, para confeccionar sus propias prendas de vestir. Entonces, con esta pista, ambos se pusieron de acuerdo para armar el emprendimiento y la primera colección de Shamuna, en la que combinaron el estilo deportivo y casual con diseños interculturales. En febrero del 2015 inyectaron un capital de USD 10 000 para arrancar con la confección de prendas y accesorios.

    El primer diseño correspondió a la confección de 25 mochilas con los tejidos otavaleños y cuero ecuatoriano. Para esto, los emprendedores viajaron a Otavalo (Imbabura), para conocer a productores locales; también tienen como proveedores a los artesanos que se ubican en el mercado artesanal La Mariscal, en el norte de Quito. Andrés Otavalo, oriundo de Otavalo es uno de los distribuidores de los telares para Shamuna. Este productor hace 15 años confecciona artículos de cuero y tapiz, pero también vende tejidos traídos desde Salasaca, en la provincia de Tungurahua. Estos tejidos los que entrega a la marca y explica que son elaborados con lana de oveja.

    En la primera línea de ropa de Shamuna también se elaboraron chompas, sacos, camisetas, ‘hoodies’ o sudaderas para hombre; y blusas, kimonos, faldas para mujeres. Rosales menciona que importaron telas desde Colombia por la calidad, pero guardando los estilos y estampados que puedan asociarse con el tema cultural: “los sacos femeninos tienen un estampado ancestral con colores tierras que llaman la atención”.

    Estas prendas son elaboradas con el apoyo de dos costureras quiteñas. Una de ellas es Nora Chuquimarca, quien tiene su taller en el valle de Los Chillos, al oriente de Quito. Desde el año pasado trabaja con Shamuna en la confección de las chompas impermeables.

    Una vez que Shamuna ya tenía producida toda la línea de la primera colección, en octubre del año pasado la pusieron en la percha de Z Lifestyle Gallery en Cumbayá, un local que también sirve de vitrina para otros diseñadores de la capital. Con esta exposición, la marca empezó a vender los accesorios como las mochilas, gorras y otras prendas de vestir.

    Los datos
    Inversión. Cada mes, Shamuna inyecta unos USD 500 para la compra de 100 metro de telas para sus prendas.
    Ventas
    El año pasado, la marca facturó USD 8 000.
    Clientes
    La marca tiene alrededor de 30 clientes que compraron más de una vez.
    En las redes.  La promoción se realiza a través de sus cuentas en Facebook e Instagram.

    Nicolás Sotomayor y Gabriela Rosales le dan un toque especial a la moda con Shamuna, su marca de ropa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Nicolás Sotomayor y Gabriela Rosales le dan un toque especial a la moda con Shamuna, su marca de ropa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Los diseños artesanales se destacan en la ropa infantil

    Redacción Quito  (F)
    F-Contenido Intercultural

    Un poncho elaborado en alpaca y algodón, con colores como fucsia, lila y tomate para niños, o un overol con tejidos otavaleños es la nueva propuesta de Wuawua. Esta marca diseña y confecciona una línea de ropa infantil, con una característica esencial: destacar las diferentes culturas del Ecuador.

    Denisse Cabrera es la mente ‘maestra’ atrás de estos diseños. Esta socióloga de 31 años, incursiona en el mundo de la moda con otras marcas para hombre y mujer, en su tienda BO EM ubicada en Cumbayá, al nororiente de Quito. Aquí, muestra la línea de zapatos para hombre Toddel.

    Pero, en octubre del año pasado, decidió elaborar las prendas infantiles para edades de seis meses hasta seis años, porque lo vio como una oportunidad para ganar espacio en un mercado que es totalmente nuevo, dice.

    En los diseños de los tejidos artesanales de esta marca, también agregó distintivos de otros países como México, Honduras y Panamá. Para este proyecto, Denisse Cabrera invirtió, junto a Milagros Peralta, quien hace los nexos comerciales con tiendas en Miami (EE.UU.), la cantidad de USD 500.

    Con este dinero adquirieron la tela de algodón, alpaca, fajas otavaleñas para 25 prendas de la primera colección de Wuawua. Con todo el material listo, Daniela Cabrera se puso manos a la obra y empezó a dibujar los bosquejos de cómo debiera ser esta colección infantil. Por ejemplo, para las niñas, los vestidos deben llevar colores llamativos y fuertes, como el turquesa, amarillo, o verde. Estas prendas van acompañadas de tejidos con hilo, o las fajas otavaleñas que se colocan en la cintura de las niñas.

    Para los últimos elementos, Wuawua trabaja con cuatro comunidades de Otavalo, y para los decorados en los vestidos, con artesanos de Pichincha. En total, se crearon cuatro plazas de trabajo con este emprendimiento.

    Esther Delgado es modista y trabaja hace 10 años con Denisse Cabrera. Su taller ubicado en la av. Amazonas, en el norte de Quito, es el centro de operaciones para el corte y confección de algunas piezas de Wuawua.

    Desde noviembre del año pasado, Delgado empezó a pegar los bordados otavaleños sobre los vestidos infantiles. Esta quiteña de 56 años comenta que por semana se demoró entre dos o tres horas para armar los diseños.

    En enero pasado, Wuawua empezó la venta de esta colección infantil. Sus ingresos hasta febrero registran USD 200. De este monto, el 30% se destina para la compra de insumos, especialmente la tela de 100% de algodón, porque sus prendas deben cuidar la piel de los niños, explica Cabrera.

    Asimismo, la diseñadora comenta que los diseños se envían a domicilio vía correo.
    En este año tiene el objetivo de aumentar producción y facturación e invertirá USD 3 000. Con este dinero se elaborará una página web, para el posicionamiento de la marca. A su vez, producirán otra colección en los próximos meses para niños y niñas desde un año hasta ocho años de edad.

    Aquí se concentrarán en tener bordados y tejidos de otras comunidades del país, además de vender la marca en el exterior.

    Denisse Cabrera elabora la línea infantil Wuawua. Estos diseños exhiben tejidos artesanales de comunidades otavaleñas y de Pichincha. Foto: Pavel Calahorrano/LÍDERES
    Denisse Cabrera elabora la línea infantil Wuawua. Estos diseños exhiben tejidos artesanales de comunidades otavaleñas y de Pichincha. Foto: Pavel Calahorrano/LÍDERES
  • Ropa étnica de Otavalo se sube a las redes

    José Luis Rosales.  (F)
    Contenido intercultural

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    Lo que empezó como un pasatiempo se transformó en su segunda profesión. Sisa Morales, egresada de la carrera de Contabilidad y Auditoría, le apostó a la confección de blusas, que usan las mujeres indígenas otavalos, pero con diseños novedosos.

    Desde hace tres años, esta emprendedora, de 26 años de edad, abrió la microempresa de Bordados Sisa, en su natal Otavalo, provincia de Imbabura.

    La artesana incursionó en el diseño de esta prenda, que es parte del elegante traje indígena, que también consta de dos anacos de paño. Esta especie de falda, de forma rectangular, va sujeta a la cintura con una faja o chumbi.

    Blanca Burga, tía de Morales, le enseñó los secretos para plasmar con hilos, de vistosos colores, las figuras florales en este atuendo de tela de color blanco. Esta técnica aún sobrevive en algunas comunas de la ‘Provincia de los Lagos’.

    Sisa, cuyo nombre significa Flor, en español, recuerda que confeccionar la primera blusa le tomó cerca de un año. Puntada tras punta le dio forma al pecho, la espalda y las hombreras.
    Sin embargo, ahora esta diseñadora invierte de uno a dos días en hilvanar a mano cada camisa.

    Una de las particularidades de este taller es que las ofertas y los pedidos se hacen a través de las redes sociales. Por ello, no necesita abrir un local. Trabaja en casa.

    Cada nueva creación la exhibe en su cuenta de Facebook bajo el nombre de Sisa. La incursión en las redes fue por recomendación de su amigo José Espinosa.

    Este otavaleño, experto en audiovisuales, recuerda que ‘congeló’ en fotos las primeras prendas diseñadas por la artesana, para que las promocionara en la Web.“Era más fácil que estos diseños se promocionen en las redes sociales, que a través de ferias”.

    La propuesta tuvo acogida. En el primer mes alcanzó los 1 000 seguidores en Facebook. Hasta el 7 de octubre pasado, tenía 4 845. Ahora, también publica en Instagram y WhatsApp.
    El medio virtual le permite a la emprendedora kichwa interactuar con sus potenciales clientes. A Miryan Yamberla, por ejemplo, le agradó una blusa con escote, por lo que solicitó una cotización.

    La Internet también le posibilita a la productora tomar en cuenta las preferencias de los compradores en cuanto a modelos y colores.

    Eso sí, Morales asegura que su propuesta es dar un toque moderno a este atuendo ancestral. Por eso, eliminó los anchos encajes en el escote y en las mangas, que portan los tradicionales camisones.

    También reemplazó los bordados de motivos florales por figuras geométricas.
    Otro de los cambios está en el empleo de la materia prima. Al principio, la producción se hacía en tela de lienzo y ahora en dracón y de hilo orlón pasó al seda. También adicionó cintas y diminutas esferas, parecidas a unas perlas.

    En la fabricación de estos trajes tiene la colaboración de Rubí Ruiz y Gladys Otavalo. Ruiz es la encargada del corte y la confección de esta indumentaria.

    Entre tanto, Otavalo es diestra bordadora. Comenta que para labrar las figuras, algunas con identidad étnica, prefiere contrastes de tonalidades primarias.

    Los diseños de Bordados Sisa han subido en tres ocasiones a la pasarela. La última fue en el marco de la celebración del Pawkar Raymi (Fiesta del Florecimiento), que se efectuó en febrero último.

    Ahí, una de las novedades es que no solo desfilaron modelos indígenas, sino también mestizos.

    Sisa Morales explica que este tipo de atuendo ahora también tiene alta demanda de mestizas y extranjeras.

    El año pasado, junto a 16 diseñadores del país tuvo la oportunidad de mostrar su trabajo en Cromía, Encuentro Internacional de Diseño. La cita, en su segunda edición, se realizó en Atuntaqui.

    Esa actuación le hizo crecer profesionalmente. Actualmente, cada mes elabora, en promedio, 30 blusas de diferentes estilos. Cada una cuesta USD 65. La meta de Morales es seguir conquistando el mercado con su creatividad.

    Los productos

    La diseñadora

    Ella ha creado unos 20 modelos de blusas. En uno de ellos, utiliza cintas para la decoración de la colorida vestimenta.

    Los pedidos

    Estos llegan de varias partes del país y del exterior. Las contrataciones se realizan por redes sociales. En la última semana envió una docena de prendas a España.

    Los contactos

    La emprendedora trabaja con su cuenta en Facebook Sisa. También recibe pedidos directos, de quienes conocen sus productos.

    La promoción

    Hay anacos, alpargatas, camisas, fajas… que también se muestran en las redes sociales.

    En la vivienda de Sisa Morales, ubicada en la ciudadela Los Lagos, en Otavalo, también funciona su taller. Foto: José  Mafla / LÍDERES
    En la vivienda de Sisa Morales, ubicada en la ciudadela Los Lagos, en Otavalo, también funciona su taller. Foto: José Mafla / LÍDERES
  • Los diseños de Jacqueline Muñoz visten a las mujeres de Canadá y México

    Diana Chamorro

    La tienda de Jacqueline Muñoz refleja el estilo y personalidad creativa de esta diseñadora ecuatoriana. Sus prendas están inspiradas en los colores de la tierra, hechos exclusivamente para que abriguen hasta el corazón de quien los compra. El estilo de sus confecciones se orienta hacia el etnicismo y al estilo bohemio y elegante de la mujer actual. Esta es la propuesta que la diseñadora Jacqueline Muñoz presenta al público nacional e internacional.

    Las confecciones que ofrece esta emprendedora en su local del centro comercial Quicentro Shopping, están dedicadas a las damas. Cada prenda está elaborada con materiales puros como la alpaca, hilos de seda, algodón y acrílicos de fantasía.

    Entrar a la tienda de esta diseñadora es como realizar un viaje a lo largo del Ecuador. Cada detalle con los que se fabrican los sweaters, abrigos, capas o chaquetas evocan la multiculturalidad de la cultura ecuatoriana.

    Para que Jacqueline Muñoz tenga el reconocimiento con el que cuenta hoy en día, esta diseñadora tuvo que trabajar arduamente. Ella inició su negocio hace aproximadamente 25 años cuando afrontaba una crisis familiar. En ese tiempo, Muñoz estaba embarazada y tenía otros dos niños de 4 y 5 años. Su esposo se quedó sin empleo y ella vendía ropa a consignación. Sus ingresos no eran suficientes para solventar todos sus gastos. “No tenía capital y estaba con deudas. Tuve el coraje de decir que nos merecíamos una vida mejor”.

    Al ver la dura situación en la que se encontraban, esta mujer reveló a su esposo que quería elaborar sacos; pero no quería hacer las mismas confecciones que se vendían en todas las tiendas de la ciudad, sino que quería fabricar un producto diferente. Ahí fue cuando esta emprendedora, gracias a su talento innato, empezó a crear diseños únicos.

    Muñoz abrió su empresa en el cuarto de su hijo y solo contaba con una máquina de coser antigua de su suegra. Compró unos conos de lana y envió a tejer los sacos en otro lado, pues no contaba con todas las herramientas necesarias para producirlos. Los diseños que actualmente esta diseñadora tiene en su local empezaron a crearse tras la idea de unir un trozo de cuero con otro de lana y con otros materiales, pero siempre basándose en la nobleza y acabado del tejido.

    Aunque esta mujer ha logrado exportar sus productos a otros países, esto no siempre fue así. Ella contó que, al empezar su emprendimiento, constantemente buscó que los locales posicionen su marca. “Nunca fui a boutiques que no sean exclusivas o que no aprecien mi trabajo. A pesar de que corría el riesgo de que me rechacen, siempre confié en mi producto”.

    Más tarde, esta diseñadora logró adquirir un crédito del Banco de Fomento que le permitió comprar máquinas tejedoras para incrementar su producción.

    Cada vez surgían nuevos diseños y más cliente demandaban su producto. Así fue como Muñoz logró posicionar sus prendas en el mercado quiteño, convirtiéndose en una embajadora de la moda. Tiempo después, ella participó en varias ferias nacionales en las que exhibió sus confecciones, distinguiéndose por presentar prendas con manufactura y diseños exclusivamente ecuatorianos.

    Ella reconoce que el momento en el que decidió emprender su negocio no fue el mejor de todos, pues en ese tiempo en país se encontraba atravesando una dura crisis económica.

    La dolarización, anunciada el 9 de enero del 2000 por el presidente Jamil Mahuad, afectó la economía de muchas personas. Sin embargo, gracias a las exhibiciones en las que esta diseñadora participó, ella tuvo la oportunidad de ir a Perú. A partir de este viaje, esta mujer empezó a exportar sus productos. Además, esto le permitió fortalecer a su empresa pues empezó a trabajar en dólares.

    Tiempo después, Jacqueline Muñoz abrió un local en el valle de Tumbaco. Recientemente, ella abrió otro local en el centro comercial Quicentro Shopping. El sitio cuenta con una decoración que trae a la mente los colores, belleza y riqueza del Ecuador. Según indicó Isabel Rowland, propietaria de la franquicia de Jacqueline Muñoz en este centro comercial, en el sitio se usan muchos materiales naturales y propios del país para hacer que el cliente sienta el orgullo de ser ecuatoriano y que vea que en su país es posible elaborar prendas de alta calidad.

    Bajo la premisa ‘Con los diseños se crea y se genera vida’, esta emprendedora a logrado llegar a los mercados de Canadá, México, Costa Rica, Guatelama, Bolivia y España.

    Jacqueline Muñoz abrió recientemente un local en el Quicentro Shopping. En este lugar se exhiben varias prendas elaboradas con materiales puros como la alpaca, hilos de seda, algodón y acrílicos de fantasía. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
    Jacqueline Muñoz abrió recientemente un local en el Quicentro Shopping. En este lugar se exhiben varias prendas elaboradas con materiales puros como la alpaca, hilos de seda, algodón y acrílicos de fantasía. Foto: Galo Paguay/ EL COMERCIO.
  • Diseños que surgen con comercio justo

    Redacción Quito

    Denise Cruz tiene una trayectoria impecable en el mundo del diseño. Estudió en institutos de moda de EE.UU e Italia; luego, colaboró con tiendas de ropa de diseño como Donna Karan o Ann Taylor. Después, como profesional independiente llegó con sus diseños a almacenes estadounidenses como Nordstrom, Caché, entre otros; además, se posicionó en tiendas especializadas de Alemania, Austria, Inglaterra, México, Colombia y Ecuador.

    Su más reciente desafío profesional la llevó hasta sus raíces y la tiene de vuelta, por lo menos una vez al año, en su país natal. Esta diseñadora ecuatoriana, nacida en EE.UU. y radicada desde hace cuatro años en Suecia, emprendió el año pasado un nuevo proyecto, en el que el comercio justo es el eje.

    En el 2012, en una visita a Ecuador, se reunió con representantes de organizaciones de comercio justo. Conoció a algunos artesanos y decidió iniciar un nuevo proyecto profesional.

    Un año después creó su marca Denise Cruz – For My People y hoy en día sus diseños elaborados en materiales como cuero, paja toquilla, plata, tagua, piedras, semillas, mullos… se abren espacio en tiendas y galerías de Suecia, Alemania, Noruega e Islandia. Para eso Cruz trabaja con pequeños artesanos y productores de Otavalo, Cañar, Azuay, Manabí y otras provincias ecuatorianas.

    «Siento que al trabajar con artesanos los beneficios se expanden», explica la diseñadora que visita cada año a los productores con los que trabaja. Esas visitas le permiten entender los procesos de las comunidades y conocer más sobre los materiales que emplea en sus diseños.

    Cruz realizó un primer intento con artesanos ecuatorianos, pero no logró los resultados esperados. Entre los inconvenientes estaban la impuntualidad y problemas con muestras que solicitaba.

    No se desanimó e insistió. Buscó por su cuenta artesanos independientes y contactó con la red de Camari, que es parte del Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio. Camari contacta a sus proveedores y los conecta con Cruz.

    Vilma Allauca, responsable de exportaciones en Camari, sostiene que al trabajar con Cruz los artesanos se dieron cuenta que es posible mejorar la calidad de los productos como toquilla, mullos u otros y mantener la esencia de sus culturas. «Denise es muy profesional y comunica de manera clara lo que necesita para sus diseños. Es paciente y muy abierta a recibir nuestras sugerencias».

    Allauca (en la foto izq.), agrega que con los consejos de Cruz, los artesanos han aprendido y mejorado su trabajo.

    Los artículos de Cruz no tienen un cliente específico. Ella crea cinturones, ponchos, sombreros, bolsos, carteras, manillas, collares, pulseras, anillos, aretes que pueden lucirlas mujeres de cualquier estrato. Una pulsera, por ejemplo, puede costar hasta USD 300. «Pero no tengo un segmento específico».

    Al hablar de su futuro, ella es optimista. Sostiene que en Europa existe un gran potencial para diseños como los que ella elabora. Además, el europeo está muy interesado en conocer los procesos de cada producto que consume. Por eso, detalla en su página web www.denisecruz.com los procesos que sigue y presenta, de manera virtual, a los artesanos con los que trabaja.

    La oficina de esta diseñadora está en su hogar en Estocolmo, la capital sueca. Desde allí coordina su trabajo con los pequeños productores y analiza las ferias en las que participa con sus dos colecciones anuales (otoño y verano). «En las ferias encuentro propuestas de otros diseñadores que trabajan con los mismos materiales, pero la diferencia de mi marca está en los acabados y en el trabajo con los conceptos de comercio justo».

    Desde el 2013, Cruz es miembro de World Fair Trade Organization (WFTO), la Organización Mundial del Comercio Justo que promueve el respeto por el medioambiente, la creación de oportunidades para pequeños productores, buenas condiciones de trabajo, transparencia, entre otros principios.

    Cruz está contenta. «El estar conectada con artesanos, ver con la pasión con la que trabajan, conocer las condiciones en las que viven y el saber que construimos un negocio juntos, me llena de alegría».

    La formación Nueva York

    Estudió Diseño de Moda y Gestión de Producción, en el Fashion Institute of Technology en Nueva York.

    En Florencia

    Fue al Polimoda Istituto Internazionalle della Moda en Florencia y a cursos de Negocios en Harvard.

  • Las edificaciones sustentables se iluminan con los diseños de Laura Román

    Holger Ramos B. / Redacción Guayaquil

    La iluminación, un punto crítico en el diseño arquitectónico, llamó la atención de la guayaquileña Laura Román, en su etapa de alumna en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG).

    En 1996 se graduó en Arquitectura en esa entidad educativa, cuando tenía 24 años de edad. Desde entonces se enfocó en el diseño lumínico, considerando los aspectos técnicos y tecnológicos necesarios para la edificación de predios sustentables.

    La iluminación interesó a Román, porque incluso juega un papel importante en la psicología del trabajador. Un espacio con luminosidad adecuada desencadena en ambientes armónicos de trabajo.

    Román se radicó en EE.UU., en el 2000 y luego de 10 años de carrera regresó al país, a finales del 2010. Localmente espera consolidar su firma Designtech y por eso señala que solo realizará un proyecto fuera del país, por año. Su especialización es diseñar puntos críticos para reducir el consumo de energías, potenciar la iluminación natural en predios para la industria y los sectores comercial y residencial.

    Esta guayaquileña tiene una expresión serena y de un tono con alegría, dice que no es fotogénica. No obstante, en todo momento muestra su felicidad y simpatía. Esta aparente tranquilidad contrasta con la complejidad de su agenda: en una semana puede alternar viajes de trabajo fuera de la ciudad, cerrar negocios, visitar proyectos y permanecer con su familia.

    La organización en su trabajo y atender 100% a sus clientes es otra faceta empresarial de Román, según su hermana Alessandra, jefa Administrativa de Designtech.

    Antes de radicarse en EE.UU., enfrentó dificultades como emprendedora en el país. Entre otras, el cierre en el 2000 de la empresa Luz y Diseño Guayaquil, que había fundado en 1998. La crisis bancaria y el congelamiento de los depósitos creó un problema de liquidez en sus clientes.

    Pero su objetivo estaba trazado. Realizó estudios en EE.UU., y obtuvo un MBA en la Universidad de Strayer, en el estado de Virginia, en el 2001. Allí se le presentó una oportunidad laboral e ingresó a la empresa Lighting Desing Alliance, con sede en Chicago. Inicialmente tenía el cargo de arquitecta júnior. Recuerda que en esa época se desarrollaba un ‘boom’ en la edificación de predios sustentables.

    La carrera fue progresiva y ascendió a Directora de Lighting Desing Alliance, en Chicago. Entre sus logros están haber desarrollado más de 100 proyectos y diseñado puntos estratégicos para preservar energía, crear fuentes de iluminación natural, espacios… en predios sostenibles.

    En su trayectoria en EE.UU., 10 de los proyectos en los que participó – como diseñadora en iluminación- obtuvieron certificaciones del US Green Building Council (Usgbc). Esta entidad promueve la construcción de edificios sostenibles y eficientes en el ahorro de energía.

    Uno de estos fue el de la sede de la Corporación Exelon en Chicago, que obtuvo la primera certificación Platino en ese país, en el 2006. Un año después, la Usgbc implementó esa categoría anual para los predios con altos estándares de construcción sostenible.

    Román también participó del proyecto del Al Ghurair Resort, en Dubái (Emiratos Árabes).

    Tras esa gestión de una década en EE.UU., no niega que estar cerca de su familia fue uno de los motivos para su regreso, pero también el ‘reto’ profesional. “Aquí se sigue desarrollando el segmento inmobiliario y ya se habla de las construcciones sostenibles. Es una oportunidad”.

    La empresa Desingtech es una división de Romansel, fundada por su hermano David, en el 2000. La firma se especializa en el diseño lumínico y ahorro de energía; control y automatización; audio y video, y seguridad e integración.

    En su trabajo es considerada una especialista en la combinación de la parte técnica de diseño en iluminación y audio. Así lo asegura Cidinha Espinosa de Weber, gerenta comercial del Citymall, en Guayaquil. “El equilibrio lumínico y auditivo de cada obra suya revelan el criterio y aporte artístico que hay tras un proyecto diseñado por ella”. La opinión la comparte Martha Ulloa de Gilbert, una amiga desde hace 30 años. Destaca la perseverancia y el tiempo que dedica al trabajo. “Si tiene que trabajar 18 horas lo hace y consigue sus objetivos. Es talentosa”.

    ACERCA DE LAURA ROMÁN

    EL DISEÑO E ILUMINACIÓN SON EJES DE SU CARRERA

    La formación. Graduada en Arquitectura en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
    Maestría. En administración de empresas en la Universidad de Strayer (EE.UU.).
    Empresaria. Fundó la empresa Desingtech (2011).

    Su profesión

    El concepto.  Para Román, el  diseño  lumínico   incide en los  aspectos psicológicos de  las personas, al tener un buen ambiente de trabajo.  
    Los trabajos.   Actualmente desarrolla en el exterior un proyecto residencial para el  grupo  Ritz Carlton en Chicago, en  EE.UU.

  • Pedro Cueva: Sus diseños se muestran en las pasarelas internacionales

    ivanna zauzich

    Este cuencano es un diseñador de modas de 26 años. En marzo obtuvo el reconocimiento Designer Choice Award en Miami (EE.UU.)

    A los 15 años, Pedro Cueva no se sentía satisfecho con la ropa que tenía en su armario. Por ese motivo, pidió a su madre la máquina de coser Singer que estaba abandonada en un cuarto de su casa. Así empezó a añadir mangas, cuellos y retazos a las camisas, pantalones y chaquetas para que quedaran a su gusto.

    También cosía botones de diferentes colores y tamaños en sus prendas. De ese experimento le surgió a este cuencano el gusto por la moda.

    En marzo pasado, participó en el Miami Fashion Week en EE.UU. y obtuvo el reconocimiento Designer Choice Award, otorgado por los diseñadores que participaron en ese evento. Entre ellos, Rosario Vargas, de Bolivia; Fernanda Melo, de México; la colombiana Liliana Montoya.

    El reconocimiento lo recibió por exhibir diseños innovadores y una propuesta diferente en ropa masculina. El fuerte de este cuencano es el diseño de ropa masculina, aunque también crea prendas femeninas. Este joven, de 26 años, comercializa sus diseños con la marca Peter Cave y, en enero pasado, abrió un estudio en el norte de la capital azuaya.

    En su escritorio reposan seis cómics de Wolverine, de Marvel. Asimismo, en una repisa cercana tiene las películas y muñecos de colección de Dragon Ball. “Esa afición, dice Cueva, no es rezago de la infancia, sino fuente de inspiración para crear diseños fuera de lo común”.

    El empresario italiano Francesco Cianchi apoya la tesis del diseñador azuayo. De hecho, cuando lo conoció en el Miami Fashion Week, identificó que las prendas Peter Cave son “frescas” y su propuesta es diferente a lo que conocía. Por esa razón, Cianchi le ofreció abrir un local en Miami para comercializar la ropa. Aún están en negociaciones, pero esa idea anima a ambos.

    La fama y los negocios no desvelan a este amante de la moda, que deja ver su incomodidad cuando habla sobre sí mismo. Esa sencillez la destaca Ruth Galindo, quien fuera su profesora en la carrera de Diseño Textil y de Modas en la Universidad del Azuay. También resalta la curiosidad de Cueva, quien en las aulas preguntaba “todo” hasta entender.

    Para Galindo, el éxito de su ex alumno no es casualidad, porque desde la academia demostró su capacidad y dedicación. Además, aunque no parezca importante -dice la profesora- “era de los pocos alumnos que jamás faltó a una clase”.

    La presidenta del Latin Fashion, Cecilia Niemes, destaca la actitud positiva de este amante de la música con fusiones electrónicas: “Lo que se propone lo logra”.

    Esa frase tiene sentido, cuando Cueva se graduó de la universidad empezó a diseñar ropa a domicilio. Visitaba a sus clientes, obtenía las tallas y las sugerencias, y una semana después regresaba con la prenda terminada. Sin embargo, no se sentía completo, porque quería un estudio para atender la demanda que crecía en el mercado de la capital azuaya.

    A inicios de este año invirtió unos USD 11 000 de sus ahorros para montar su local con la marca Peter Cave. En un espacio de 70 m² exhibe cerca de 120 prendas, en las cuales predominan los colores azul, rojo, negro, gris, café…

    Según Niemes, lo que más le gusta del los diseños del hijo menor de la familia Cueva Abad es la combinación de “colores vivos” y la mezcla de texturas en una misma prenda.

    La amabilidad y buen humor son las cualidades que destacan quienes conocen a Cueva. Por ejemplo, Gabriela Maldonado, propietaria del negocio Wedding & Event Planner y que ha trabajado con él, destaca su predisposición y buen trato a los demás.

    En marzo, días antes del desfile en Miami, participó en el Salinas Fashion Week (Ecuador) y su propuesta fue aplaudida, señala el asesor de moda, Ricardo Andrade. “Esos diseños podrían estar en Milán (Italia) o París (Francia)”.

    ‘Cuevita’, como le dicen sus amigos más cercanos, está convencido de que el 2012 ha sido un año de logros. En agosto próximo, tiene previsto participar en el Ecuador Fashion Week, uno de los eventos más conocidos en este ámbito. Para ser uno de los nuevos referentes de la moda, pasa unas 12 horas en su estudio preparando la nueva colección. Espera tener la misma acogida que tuvo en Miami.

    En su propuesta

    La moda urbana. Su enfoque es crear prendas que puedan usarse durante todo el día y en la noche, para atender las citas cotidianas y eventos sociales.
    El precio. Los  abrigos y chaquetas bordean los USD 200.  Los ternos  muy elaborados  cuestan  600.

  • Los diseños arquitectónicos de la UTE se mostrarán en Italia

    Redacción Quito

    Los paisajes montañosos de la Sierra fueron una base de la conceptualización de la obra de Gabriela Obando. Su trabajo de grado, en la carrera de Arquitectura de la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), busca reflejar la topografía del altiplano ecuatoriano en la edificación de una Terminal de transferencia de buses. Esta se situará en el valle de Tumbaco, al nororiente de Quito.

    La obra está prevista para construirse en seis hectáreas del sector de El Arenal, con un costo de USD 128 millones. El valor incluye la construcción de un centro financiero y un hotel cinco estrellas. Las construcciones están diseñadas, con base en los requerimientos que surgirán tras el inicio de operaciones de la nueva terminal aérea en el sector de Tababela.

    El diseño arquitectónico de Obando, junto a los de 39 compañeros suyos, se mostrará a finales de agosto en el Pabellón Giardini de la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia 2012, en Italia.

    “No solo participaremos como observadores. David Chipperfield, principal directivo de la muestra, ha manifestado su entusiasmo de contar con la exhibición de nuestros trabajos”, explica Myrian Larco, coordinadora de la carrera.

    Los trabajos que se presentarán en Venecia se embarcarán a finales de este mes para su traslado, comenta Larco, y añade que la delegación universitaria, “única representante por América Latina”, estará compuesta por 50 personas.

    El objetivo es aprender de las experiencias de participantes por la Escuela de Arquitectura de Londres, de la Facultad de Arquitectura de Budapest, de la Politécnica de Cataluña, entre otras.

    En el campus Matriz de la UTE, norte de Quito, Indira Gómez expone su maqueta antes de empacarla para el viaje. Ella se basó en una necesidad de su natal Cotacachi (Imbabura), para desarrollar el diseño de su maqueta de cartón.

    Un edificio con forma pentagonal simula un árbol. 150 personas de la tercera edad recibirían atención en este centro geriátrico, cuyos planos cuentan con la aprobación de la municipalidad del cantón imbabureño. “Los ancianos tendrían espacios para recibir terapias físicas y de educación -explica Gómez-. Las terrazas ajardinadas que diseñé, permiten reducir los costos de calefacción, pues mantienen el calor del día”. Según cálculos de la estudiante, la edificación de este proyecto tendría un costo de USD 1,7 millones.

    La oportunidad de mostrar las diversas tendencias arquitectónicas que se desarrollan en las aulas es la meta. Así lo considera Larco y añade que la gestión para lograr la invitación fue de seis meses.

    “El desarrollo de edificios que fomenten un sentido de identidad es la tendencia”, comenta Andrea Sánchez. Ella maquetó un teatro para ópera llamado Aranwa, un término tomado del quichua.

  • 23 diseños, en la primera colección de esta iniciativa

    Redacción Quito

    ‘Me encantó su estilo. Los colores y formas de los collares, las texturas de las telas de los pañuelos me llamaron mucho la atención”, comenta María Cecilia Riofrío, quien en este mes compró productos de la marca Ziz Accesorios.

    Riofrío es estudiante de medicina, y asegura que los accesorios que adquirió de esta nueva marca encajan con su forma de vestir, para asistir a la universidad.

    La fusión entre la moda clásica y contemporánea inspiraron a Ana Calderón a crear, hace dos meses, Ziz Accesorios, una microempresa que se dedica a elaborar accesorios para mujer.

    Este emprendimiento inició con USD 400 en piedras, mullos, hilo, platería, tela. Con esos materiales elabora bisutería como collares, pulseras, anillos y pañoletas.

    Calderón, de 27 años de edad, en principio estudió comunicación organizacional. Sin embargo, se dedica al diseño de modas desde el 2006. En esa época esta actividad era su pasatiempo y su producción lo vendía a familiares y amigos, por lo que ganaba USD 150 al mes.

    Su primera colección, que la comenzó a promocionar desde hace dos semanas desde una página de Facebook, consta de bisutería y pañuelos inspirados en los años 60 y 80. Toda la producción fue elaborada a mano por la diseñadora, en su casa. Al mes factura cerca de USD 400.

    Victoria Proaño, cliente de Ziz Accesorios señala que le gusta que los productos son elaborados a mano. Ella compró artículos por USD 65 para enviarlos como regalos al extranjero. “Lo que impacta es la creatividad del diseño, los colores y la manufactura es muy buena”.

    Calderón asegura que es autodidacta. Sus conocimientos los adquirió a través de lecturas sobre temas de moda.

    En el 2006, cuando comenzó a elaborar anillos participó en un concurso de diseñadores en el sitio web ustrendy.com, que se realiza para buscar nuevos talentos. Gracias a la votación del público ocupó el primer lugar en un certamen organizado por este portal electrónico.

    Para elaborar su primera colección se demoró dos meses. Parte de la materia prima la adquirió en locales de Quito, como, Mil Colores, en el caso de las telas, y Cerámicas Dianto, para la pedrería. Además, pidió a amigos que le ayudaran con la compra de materia prima en el exterior.

    La primera colección tiene 23 modelos diferentes de pañuelos, que cuestan entre USD 15 y 20. Además, con 16 diseños de collares entre USD 10 y 20.

    María Ángela Gavilánez afirma que se enteró de Ziz Accesorios por medio de Facebook. Asegura que los anillos son los artículos que más le llamaron la atención por sus materiales y originalidad.

    Para junio, Ziz Accesorios espera lanzar una colección para niños.

    Los materiales

    Los pañuelos. Están elaborados en telas de algodón, seda. La materia prima la consigue en diferentes proveedores de Quito.
    La bisutería. Las joyas están elaboradas en plata, piedras naturales, cristales, tagua, madera y semillas. Parte de la pedrería lo importa desde Chile, Perú o Colombia. También compra en el país.

  • Diseños propios para las niñas

    Redacción Guayaquil Redaccion@revistalideres.ec

    Según el Censo de Población y Vivienda 2010 (INEC), los niños y niñas de entre los 0 y 9 años de edad representan el 20% de la población en Guayas. La mayoría de ellos se concentra en el sector urbano.

    Una de los 722 570 menores de 10 años guayasenses registrados es Nicolle Macías. Ernesto, su padre, cuenta que al mes destina unos USD 60 a 80 para la compra de vestidos para su ‘nena’. Esto, mientras recorre el Mall del Sol, ubicado en el norte de Guayaquil, con un bolso de una de las seis tiendas especializadas en ropa de niños y niñas de este lugar.

    Cristina Puente, gerenta general de la franquicia EPK, indica que los padres se preocupan de que sus niños vistan a la moda. La principal de esta cadena, que cuenta con locales en Mall del Sol, Riocentro Ceibos, Riocentro Entre Ríos (Guayaquil), Mall El Jardín y La Scala Shopping, en Quito y Cumbayá, respectivamente; dice que la colección primavera –verano de EPK, inspirada en México D.F. se lanzará en marzo.

    En la tienda de Mall del Sol, que posee pantallas LED en las que se transmiten pasarelas europeas de moda infantil, como en las otras tiendas, se está realizando la liquidación de su colección otoño – primavera. Aquella, cuenta con más de 400 prendas de referencia y que fue inspirada en la asiática Shangái.

    Pero EPK no es la única marca de ropa para niñas con diseños originales que se oferta en Guayaquil, marcas locales compiten con la oferta extranjera. Una de ellas es Chiquitinas, una submarca de Fulgore, de la diseñadora quiteña Bertha Serrano.

    Chiquitinas surgió hace un año y medio en Guayaquil y comercializa ropa y accesorios para niñas entre los 0 y 12 años. Los precios van desde USD 28 hasta 60, en el caso de los vestidos más elaborados. Las prendas se venden en el local de Fulgore, ubicado en Urdesa (norte de la ciudad).

    Otra marca nacional que se encuentra en el mercado local es Petite. Esta línea de ropa para niñas, desde 1 hasta los 12 años, es parte de la marca Poupée.

    Las creadoras de Petite son Verónica León y las hermanas Sylvia y Cristina Muñoz. León explica que la marca surgió con base en la necesidad y la demanda creciente de parte de las madres de Guayaquil y de la vía a Samborondón, donde está ubicado el showroom de Petite.

    En ese lugar se exhiben las piezas que van desde faldas, pantalones y vestidos hasta túnicas de playa.

    Los diseños que aquí se muestran son elaborados; en estos se incluyen lentejuelas, botones, bordados, brocados… El estilo de estas prendas es ‘vintage’ y ‘chic’. Los precios, oscilan entre los USD 12 y 65,dependiendo del diseño.

    El mercado local

    El target.  Los consultados dicen en que estas prendas están dirigidas a una clase media y media alta.

    La tendencia.  Algunos locales ofertan conjuntos que hagan juego entre la ropa de madres e hijas.

    La oferta.  Hay marcas extranjeras, que comercializan ropa importada. En el caso de las marcas nacionales, son producidas en el país con insumos locales.

    Los diseños.  Las piezas siguen tendencias de moda internacionales, con diseños exclusivos, al igual que las prendas para adultos.