Hasta ahora, si eras un programador muy capacitado, pero tu pareja tenía un buen empleo en Chicago y no te querías trasladar a Silicon Valley, tenías las puertas de Facebook prácticamente cerradas”, cuenta Rob Atkinson, fundador y presidente de la Fundación de Información, Tecnología e Innovación (ITIF, siglas en inglés)
La pandemia ha acabado con ese mito: con prácticamente todo el mundo en la industria tecnológica trabajando de forma remota -y con visos de seguir haciéndolo durante mucho tiempo o incluso permanentemente-, la necesidad de estar físicamente en el área de San Francisco ya no se justifica.
“Sabemos que hay talento tecnológico fuera de estos ‘hubs’ y el empleo remoto abrirá muchas puertas que hasta ahora permanecían cerradas”, indica .
Es un golpe duro para la región, que está notando cómo los años de vacas gordas ya son cosa del pasado. Tras años de superávits, el ayuntamiento de San Francisco ha pasado a los números rojos -entre otras cosas, los ingresos por impuestos indirectos se han desplomado un 43%-, y ha alertado de que es posible que se produzcan despidos en el sector público.
En febrero, Silicon Valley era uno de los lugares de EE.UU. más apetecibles para vivir. En diciembre, trabajadores, ejecutivos y empresas históricas como Hewlett Packard y Oracle lo están abandonando a marchas forzadas. La pandemia ha desnudado el sitio y su futuro se pone en duda.
Según datos del Servicio Postal de EE.UU., entre marzo y noviembre 90 000 vecinos de San Francisco notificaron un cambio de domicilio fuera de la ciudad (en su mayoría con destino a Florida, Nevada y Colorado).
De acuerdo con la estimación del censo, la ciudad tenía en 2019 881 500 habitantes, por lo que una pérdida de 90 000 vecinos equivaldría a una reducción de la población de más del 10%.
Los negocios han cerrado tras la pandemia y cada vez se observan más apartamentos en renta debido a que los trabajadores se van del lugar. Foto: EFE
Marco Subía, presidente de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador, evalúa el impacto de la pandemia en el empleo, finanzas y reservaciones de pasajes. Además, analiza las proyecciones de recuperación para los próximos años, por la vacuna.
El 2020 es uno de los años más complicados para la industria aérea mundial. ¿Cuáles fueron los mayores impactos que tuvo el sector?
Ha sido el peor año en la historia para la aviación mundial. Nunca ha existido una reducción tan alta. Al comparar septiembre del año pasado con el mismo mes del 2020, la disminución de las reservaciones de viajes llega al 89,6%, en el Norte, Centro y Sudamérica y el Caribe, y al 96,9% en todo el mundo. En el 2019 se registraron 1 500 millones de turistas internacionales, que representó un 4% más que en el 2018. Entre enero y agosto pasados, esa cantidad bajó un 70% en el mundo y cayó un 65% en las Américas.
En el caso ecuatoriano, ¿qué ocurrió este año? Antes de la pandemia (confinamiento) teníamos 340 frecuencias semanales, tanto domésticas como internacionales, con 31 rutas aéreas y 19 destinos, que eran servidas por 20 aerolíneas. En agosto fueron 54 frecuencias a 12 rutas y ocho destinos y con 11 aerolíneas. Al 10 de noviembre pasado, en cambio, subimos a 98 frecuencias a la semana, lo que representó apenas el 29% de lo que teníamos hasta antes de marzo. En noviembre fueron 16 rutas aéreas y 11 destinos operados por 13 compañías. Eso demuestra que el impacto ha sido muy grande en el transporte de pasajeros en Ecuador.
¿Qué ocurrió con los empleos del sector y los ingresos de las aerolíneas? Se perdieron cerca de 8 000 fuentes de trabajo, tanto directos como indirectos en el sector aéreo. Además, los ingresos cayeron un 74% al comparar lo ocurrido este año con lo que pasó en el 2019. Es un impacto alto que afectó a otras actividades como el transporte terrestre, los restaurantes, los hoteles, las agencias de viajes, los guías turísticos, las compras…
¿Hay aerolíneas que planean no regresar al Ecuador debido a los cambios en el mercado? No existe ningún pronunciamiento oficial, solo hay empresas que han decido suspender sus operaciones hasta el 2021 y otras compañías que no han mencionado cuándo retornarán, pero estimo que no será hasta antes del verano próximo. En la actualidad, existe preocupación por las aerolíneas que ofrecen el servicio a Europa porque, si bien Ecuador tiene menos restricciones para los viajes, en ese continente existen nuevos rebrotes y hay restricciones para ingresar. Por eso, sus ocupaciones no son tan buenas y el número de frecuencias se ha reducido sustancialmente.
¿Existían empresas internacionales que estaban por ingresar y sus planes se frenaron por la pandemia? El 2018 y 2019 fueron años muy buenos para la aviación nacional, debido a la llegada y al retorno de aerolíneas como Air Canadá, Air France, Gol e Interjet; sin embargo y desafortunadamente, por la pandemia del covid-19 algunas empresas suspendieron sus operaciones y no han mencionado si van a retomar. No se conocía nada de nuevos intereses antes de la emergencia sanitaria.
Las aerolíneas han señalado que, en los últimos meses, existe una recuperación paulatina, aunque leve. ¿Cuáles son los factores que incidieron para esta situación? Hay una recuperación constante desde que se reanudaron las operaciones y el principal factor es que Ecuador eliminó las restricciones, lo que permitió estar mejor que otros países. Por ejemplo, en Argentina, que prolongó la reapertura, la caída en la reservación de viajes es del 98% frente al 2019. Lo mismo pasó con Venezuela, Surinam y otros países. En cambio, Ecuador está entre las naciones con menor afectación con un descenso del 67%, solo superado en la región por México y Honduras con el 57% y 59%, en ese orden. Ojalá se elimine la prueba de PCR- RT para el ingreso como ya lo hizo Costa Rica, Colombia y República Dominicana.
Pero la prueba PCR-RT para covid-9 se exige por seguridad en el país. No tiene sentido que se la mantenga, porque el virus ya está circulando en el país y no es que vendrá la enfermedad en un avión. Esperamos que con la vacuna nos permita salir de esta situación y la recuperación económica se acelere.
El Gobierno anunció incentivos, ¿se han concretado? Han existido algunos diferimientos tributarios por parte del Ministerio de Turismo para el pago de ciertas tasas. Se dio plazo para que sean canceladas paulatinamente. Pero no han existido incentivos en créditos e impuestos.
¿Qué ha ocurrido con el transporte de carga en el Ecuador durante este año? Este sector ha tenido un año bastante bueno porque los aviones de pasajeros, que llevan carga en sus barrigas, dejaron de volar por un tiempo debido al confinamiento. Eso ocasionó una mayor demanda para los cargueros. Además, hubo más necesidad de insumos médicos que llegaron del exterior, como las pruebas, mascarillas, trajes. Este año, el crecimiento en Ecuador alcanza el 15% en relación con el 2019. Se espera que el 2021 también sea excelente por el transporte de las vacunas.
¿Cómo se preparan las aerolíneas para enfrentar el transporte de vacunas hacia el Ecuador? Las cargueras que llegan al Ecuador son muy grandes y tienen sistemas logísticos muy avanzados. Además, se han preparado con todos los protocolos e infraestructura para transportar las vacunas. Son compañías que tienen experiencia en llevar carga perecible, que necesita cuidado y bajas temperaturas.
¿Cómo se puede perfilar el mercado para el 2021? Seguirá recuperándose de forma lenta, sobre todo con el avance la vacunación. De acuerdo con los datos de IATA se espera llegar en el 2024 a los niveles que hubo en el 2019. Posiblemente, a finales del próximo año se llegará a un 80% de los vuelos que se registraban en el 2019. Ecuador estará dentro de esas fechas de recuperación.
¿Cuál es el futuro de la industria en el Ecuador y qué cambios se aproximan? La salida de Tame ocasionará que su participación del mercado sea repartida entre las tres empresas que ofrecen vuelos domésticos. Además, hay interés de otras empresas por ingresar al mercado doméstico. Y habrá aerolíneas internacionales que no volverán y, también, habrá un reacomodo. Una vez que las personas sientan más confianza con la vacuna, habrá un ‘boom’ de gente que quiera viajar. Las tarifas se comportarán en función de la oferta y de la demanda.
¿Qué opina del interés de Corea del Sur por el aeropuerto de Manta? Es una buena noticia y ojalá que se concrete para tener otro aeropuerto internacional y en una ciudad importante para el turismo, logística y negocios. Sería importantísimo tener una conexión con aerolíneas asiáticas, que no la tiene Colombia, Panamá o Chile.
Hoja de vida Su formación. Nació en Quito hace 54 años. Es Doctor en Jurisprudencia por la Universidad Católica de Quito. Es experto en temas regulatorios y de financiación de aeronaves.
Su cargo actual. Es Presidente de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador desde hace 12 años. Antes fue miembro de la comisión jurídica de ese gremio. Otros cargos. Fue Vicepresidente de la Cámara de Turismo de Pichincha y formó parte del Directorio de la Federación de Cámaras de Turismo del Ecuador. Fue socio de la Asociación de Empresas Nacionales de Aviación (Adena).
Marco Subía, presidente de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador. Foto: Patricio Terán/ LÍDERES
El Ministerio de Trabajo, a través de su plan Socio Empleo, capacitó a 400 representantes de empresas privadas del país sobre reclutamiento y selección de personal.
El objetivo del taller Inteligencia artificial para reclutamiento y selección de personal, que se realizó el pasado 19 de noviembre, de forma virtual, fue brindar herramientas prácticas que mejoren el desarrollo e inserción laboral de la ciudadanía a escala nacional.
Los tópicos abordados, durante la capacitación, estuvieron enfocados a la búsqueda proactiva de talentos, tendencias globales, nuevos métodos de reclutamiento y selección acorde con la situación que se vive en el país, por la pandemia de covid-19.
El ministro de Trabajo, Andrés Isch, aseguró que impartir este tipo de conocimientos fortalece la adecuada identificación, por parte de las empresas, de los perfiles de nuevos postulantes a un cargo. Además, resaltó que las herramientas brindadas permiten solidificar las relaciones laborales justas y a largo plazo.
Entre las firmas que recibieron la capacitación del Ministerio figuraron Continental Tire Andina S.A, Tesalia, Hispamoda, Jabonerías Wilson, Atimasa S.A, Wayraenergy S.A, Corporación Azende, Italimentos Cía. Ltda., entre otras.
Joao Rocca, gerente de Territorio de LinkedIn en Latinoamérica y uno de los expositores del encuentro, manifestó que en el momento de reclutar y vincular a una oferta laboral, es importante crear una cultura que se encamine al uso de las nuevas tecnologías y necesidades actuales del entorno derivado de la pandemia.
De acuerdo con datos del Ministerio de Trabajo, durante la emergencia sanitaria, Socio Empleo ha vinculado a más de 33 000 personas en el campo laboral. Así como también, al menos 2 720 empresas privadas y 310 instituciones públicas han apostado por esta bolsa de empleo para contratar personal.
Se estima que unos 400 representes de empresas privadas recibieron la capacitación. Imagen de www.freepik.es
La propuesta la lanzó, hace seis años, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pero en ese momento no se hicieron mayores esfuerzos por concretarla. Hoy, tras los impactos económicos de la pandemia, gobiernos y analistas vuelven a sacar a la luz la posibilidad de que los países se acojan a un esquema de semana laboral de cuatro días.
En el 2014, el especialista de la entidad, John Messenger, aseguró que las largas jornada de trabajo estaban impactando en la salud de los seres humanos. Asimismo, planteó la posibilidad de que una semana laboral más corta podría generar más empleos y de mejor calidad, aun durante las crisis.
“Menos horas de trabajo aumentan la motivación, disminuyen el ausentismo y reducen el riesgo de errores y accidentes laborales”, argumentó en su momento. De esta manera refutó el pensamiento de que mientras más se trabaja más se produce.
Con esta última tesis coincide Daniel Montalvo Figuero, director de la maestría en gestión del Talento Humano de la Universidad de las Américas (UDLA). Él asegura que este momento el trabajo por resultados es una realidad para las empresas, por lo que no es necesario cumplir un horario rígido. No ve descabellada la idea de una semana laboral corta.
Además, agrega, el salario no tiene por qué reducirse ya que se realiza el mismo trabajo en un tiempo más reducido, por lo tanto habría más eficiencia.
“Las personas entienden, actualmente, que deben cumplir una serie de responsabilidades y que eso lo pueden hacer en el tiempo que ellos consideren adecuado. La idea es que haya resultados”, detalla. Además, comenta que hay gente que incluso antes de la pandemia ya hacía sus tareas más rápidamente pero se quedaba en la oficina a cumplir un horario.
Esto le pasaba a Andrea Paredes, quien antes de la pandemia laboraba como asistente administrativa en una empresa privada. En la anterior normalidad, todo su trabajo estaba listo los jueves tarde. “Los viernes eran eternos en la oficina, por lo que ayudaba a otros. Busco hacer las cosas bien y rápido. Una semana de cuatro días sería excelente para mí”.
Tras la pandemia cayeron los prejuicios hacia formas de laborar más flexibles, como el teletrabajo, o la posibilidad de que el empleado organice su tiempo y cumpla las metas corporativas en un plazo fijado. Asimismo, la idea se entiende como una vía para la recuperación económica; la posibilidad de que la gente sea más productiva en menos tiempo permite impulsar, en algo, el consumo y turismo interno.
“La reducción podría beneficiar a sectores que han sido de los más afectados en la pandemia”, señala Santiago Saa, socio de la consultora de talento humano Human Brand y docente universitario. Agrega que con tiempo libre para gastar, incluso algo mínimo, se dinamizaría la economía y se podrían mantener los puestos de trabajo o crearse otros.
Claro está, que el mecanismo no es aplicable a todas las áreas de una organización, ni a todos los sectores productivos por los costos extras que generaría el tener que ampliar los equipos para laborar fuera del horario regular.
Gobiernos de países como Nueva Zelanda, Canadá, Japón, entre otros, ya se han planteado la posibilidad de una semana laboral de cuatro días. A diferencia de la propuesta de OIT, sin embargo, algunos han planteado este esquema como una forma de reducir salarios y bajar el peso de la crisis.
Empresarios como Cristian Ponce, dueño de una industria de productos de limpieza, aseguran que aplicar un ajuste de este tipo en el país es complejo, precisamente por el impacto en salarios y aportes a la seguridad social. Este momento, dice, es complicado que los trabajadores enfrenten más ajustes en cuanto a ingresos.
Para la psicóloga y grafólaga empresarial María Elena Troya, gerenta de la firma Capital Humano, ajustar la semana pensando de esa manera puede generar una afectación de las relaciones productivas entre el trabajador y el empleador. La iniciativa debe enfocarse, dice, en reducir la sobrecarga laboral, evitar las enfermedades profesionales y más.
“Las empresas que lo hagan deben buscar calidad en el trabajo. Para hacerlo deben ajustar sus indicadores”, de tal manera que siga obteniendo los resultados económicos esperados, señala.
De aplicarse la metodología, además, los departamentos de recursos humanos deben comunicar a los trabajadores que la decisión no está relacionada con poca eficiencia o que están en un paso previo al despido. “Si se hacen mal las cosas, el personal puede caer en un duelo laboral”, dice Troya.
Asimismo, los empleados que enfrenten una semana reducida pueden usar el tiempo que les sobre en realizar consultorías, generar emprendimientos o buscar una actividad laboral flexible, a decir de Eddy Troya, de la firma en recursos humanos Human Plus.
1 Día de trabajo menos a la semana ayuda al distanciamiento social a las empresas que no pueden teletrabajar.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) planteó esta posibilidad hace seis años, aunque poco caminó. Hoy, tras la pandemia, el tema vuelve a salir a escena. Foto de la página www.freepik.es
Los efectos económicos de la pandemia han provocado reestructuraciones internas en muchas empresas del país, lo que ha obligado a realizar reducciones de nóminas. Esta ha sido una de las principales causas de desvinculaciones en los últimos meses.
Entre enero y el 2 de septiembre se efectuaron en el país 538 108 actas de finiquito en contratos laborales, según estadísticas del Ministerio del Trabajo. El sector de Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca es el que registra más terminaciones de contratos. Le siguen industrias manufactureras, construcción, servicios administrativos, y actividades profesionales, científicas y técnicas.
Un proceso de desvinculación suele ser un momento crítico para una empresa y, especialmente, para el empleado, más aún en tiempo de alta incertidumbre económica como el actual. En ese sentido es clave que el despido se efectúe de la manera más sana posible, cuidando cada detalle.
Para ello se debe cumplir con ciertos pasos, explica Mabel Ocampo Benavides, fundadora de Ikigai-Desarrollo Humano y Organizacional. Lo primero es la planificación previa, que implica conocer a fondo los antecedentes que motivan la desvinculación; definir el equipo que estará a cargo del proceso (usualmente, es el jefe inmediato con apoyo de Gestión Humana o RR.HH.), y el mensaje que transmitirá cada uno.
En segundo lugar, se deben crear las condiciones apropiadas: el lugar, la hora y el día en que se llevará a cabo la notificación. “Siempre es útil prever el peor escenario para sostener la situación y gestionarla”, indica Ocampo. Lo recomendable, añade, es que se realice pasado el mediodía y de preferencia un viernes. Y, de ser posible, de manera presencial.
Al momento de la notificación es clave la claridad en el mensaje: que sea una conversación directa, honesta y enfocada en los temas que motivan la desvinculación. Se debe dar oportunidad para que el afectado realice todas las consultas. Es necesaria la empatía por parte de la persona o equipo que notifica, tomando en cuenta que surgirán emociones diversas.
Es importante, además, comunicar al resto del equipo la situación de cambio y las responsabilidades que asumirán durante la transición, hasta la contratación de un reemplazo o la redefinición de roles y funciones. Por último, sugiere la experta, se debe implementar procesos de desvinculación asistida; es decir, un acompañamiento para su próxima inserción en el mercado laboral.
Este modelo es utilizado comúnmente cuando el despido es motivado por reestructuras. “Es una buena práctica, con un enfoque de responsabilidad social y un esfuerzo por cuidar la marca empleadora”, considera Ocampo.
La consultora de talento humano Adecco define como “desvinculaciones positivas” a aquellas producidas por causas ajenas al desempeño del colaborador.
En ese caso, es importante comunicarle claramente al empleado que su salida es consecuencia de un proceso de reorganización y no por resultados o productividad. De esta forma, saldrá al mercado laboral con la seguridad de que realizó un buen trabajo, explica Paúl Murillo, líder de Consultoría de Adecco Ecuador.
“Muchos colaboradores han sido realmente importantes para las empresas. Es ahí cuando estas, a manera de agradecimiento, deben realizar un acompañamiento al extrabajador para que logre reintegrarse positivamente en el mercado laboral”, dice el especialista.
La compañía puede brindar ese apoyo por cuenta propia, a través del área de talento humano, o recurrir a un aliado externo, experto en recursos humanos. El objetivo principal es que la persona se reinserte en el mundo laboral en el menor tiempo posible. Para ello se le debe brindar apoyo para mejorar su perfil profesional.
En este proceso, la persona es asesorada para la búsqueda de empleo, entrevistas de trabajo o presentación de pruebas de selección de personal en las que se miden competencias laborales.
El profesional es capacitado para reforzar sus competencias duras y blandas, y se le ofrecen instrumentos para potenciar su autoestima y empoderamiento, de manera que se convierta en un candidato altamente elegible para las posiciones que cumplen con su perfil, detalla la consultora.
No solo el exempleado se beneficia de esto, a la empresa también le genera impactos positivos, subraya Murillo. “Generar este tipo de procesos hace que los colaboradores de la compañía sientan que esta es consciente de sus necesidades y que no está alejada. Al contrario, brinda la sensación de que la empresa y sus directivos se preocupan por el bienestar de sus empleados, incluso de quienes están siendo desvinculados”.
En momentos en que la pandemia ha tenido un impacto importante en las empresas, provocando desvinculaciones por causas externas, incluso se puede dejar abierta la puerta para que, cuando la firma recupere su ritmo, pueda ser considerado nuevamente.
538 108 actas de finiquito se efectuaron en el Ecuador entre enero y el pasado 2 de septiembre.
El acompañamiento para una pronta reinserción laboral es una tendencia utilizada cuando la salida es por reestructuraciones de la empresa y no por mal desempeño. Foto: Freepik.es
Una de las mayores inquietudes que se han planteado las empresas a lo largo de este año es ¿qué medidas laborales se pueden adoptar para tratar de salvar el empleo? Las legislaciones de los países han hecho ajustes en materia de contratación y han aplicado reformas para flexibilizar jornadas de trabajo. Ecuador no es la excepción; con la vigencia de la Ley Humanitaria se han dado pasos para ajustar horarios y remuneraciones, con el fin de tratar de preservar el empleo.
Los pronósticos de entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estiman que en América Latina y el Caribe la pandemia puede causar la pérdida de 17 millones de puestos de trabajo formal y la informalidad podría llegar al 62% en la región.
De todas maneras, las empresas no se han quedado cruzadas de brazos y buscan mecanismos para atenuar la crisis económica derivada de la pandemia y reducir sus costos de producción. Una de las opciones que algunas firmas multinacionales han puesto en marcha es compartir empleados.
Esta experiencia se registró en Argentina. De acuerdo con una publicación de la Revista Forbes, en su edición argentina, la transferencia temporal de empleados fue una de las alternativas que encontraron los departamentos de Recursos Humanos de Unilever y General Motors (GM) en ese país.
En mayo pasado, trabajadores de la firma automotriz pasaron a cumplir funciones en Unilever. Entre un 10% y un 15% de los empleados de la empresa angloholandesa -que tiene unos 3 500 colaboradores- tuvieron que quedarse en su hogar por distintos factores de riesgo, y para mantener la producción ‘a full’ se decidió contratar temporalmente a 150 personas. “Como en las fábricas se necesita personal capacitado, surgió la posibilidad de darles esa oportunidad a los operarios de GM que no estaban trabajando”, señaló la CEO de Unilever, Laura Barnator, a Forbes Argentina.
Esta publicación relata que los abogados de ambas compañías acordaron un marco legal, y el Ministerio argentino de Trabajo dio luz verde. Ambas empresas firmaron un acuerdo de entendimiento, que habilita la figura del “pluriempleo”, posibilitando que los empleados interesados puedan participar en el programa. Los trabajadores contratados por Unilever tendrán un acuerdo a plazo, según la normativa vigente, y condiciones de contratación, y Unilever asumirá todas las responsabilidades y obligaciones legales y convencionales que correspondan exclusivamente por la vigencia de dicho contrato.
En el contexto de este modelo de economíacolaborativa entre empresas, expertos señalan algunas ventajas. Entre ellas, compartir las infraestructuras de las empresas, optimización de costos a partir de compartir servicios, lograr sinergia en las operaciones y, obviamente, reducir costos.
Melina Cao, directora de Recursos Humanos de Unilever, señaló que las empresas, en la actualidad, están atravesando un contexto sin precedentes que demanda agilidad en la toma de decisiones, “para poder dar respuestas en tiempo real a la necesidad de los consumidores, lo que implica pensar formas de trabajo más colaborativas, innovadoras y disruptivas”.
De acuerdo con Forbes Argentina, uno de los ejemplos de cooperación más recientes fue el que realizaron Mercado Libre y la firma gastronómica en ese país Le Pain Quotidien: el gigante del e-commerce sumó de manera temporal a parte de los colaboradores de la firma gastronómica para que integren los equipos de Atención al cliente y envíos.
A través de este acuerdo, Mercado Libre suma a su nómina a más de 100 camareros, cajeros y cocineros, mientras las tiendas de comida continúen cerradas. De este modo, la capacidad ociosa (conociendo cómo esto impacta en la salud mental de los trabajadores) que tenía Le Pain Quotidien pudo ponerla a favor de mejorar el servicio de cada uno de los clientes de la plataforma de comercio en línea, y también de los emprendedores y pymes que recurrieron a este sitio para seguir trabajando.
Si bien la posibilidad de lograr estos acuerdos se enmarcan dentro del ámbito legal que facilita compartir empleados, las habilidades que los trabajadores pueden desarrollar en nuevos escenarios laborales también influye.
¿Cuáles son las características de este nuevo capital humano? En un artículo publicado por Clarín, el decano de la Facultad de Ciencias Organizacionales y de la Empresa en UFLO (Argentina), Agustín Arieu, señala las siguientes: capacidad de desaprender y aprender rápidamente; flexibilidad para alternar entre diferentes redes colaborativas; adopción eficaz de tecnología que potencie su rendimiento; habilidades sociales y liderazgo suficiente para asociar productivamente perfiles cada vez más diversos; y curiosidad y creatividad para identificar nuevas oportunidades e innovar en consecuencia.
17 millones de empleos formales se podrían perder este año en la región, según el BID
Organizaciones en la región ponen en marcha esta alternativa, para evitar la pérdida de empleos. Las nuevas habilidades de los trabajadores también influyen. Imagen: www.freepik.es
El 50% de las personas que teletrabajó en Ecuador durante la emergencia sanitaria registró emociones positivas.
Así lo afirma el Estudio de teletrabajo y emociones durante la pandemia en Ecuador, elaborado por las empresas latinoamericanas Brinca, Estay y Krino, de agosto de 2020. Se hicieron 974 encuestas vía Internet, con cobertura a 550 empresas (grandes, medianas y pequeñas) de 20 sectores.
Entre las emociones positivas están alegría, confianza, sorpresa y anticipación para terminar las tareas.
Un 23% de los encuestados registró emociones neutras; mientras que un 27% negativas hacia el teletrabajo. En este último caso se encuentran ira, miedo, tristeza y aversión.
El 70% de los encuestados señaló que el teletrabajo le ha permitido conciliar la vida personal con la laboral. Sin embargo, existe un impacto, principalmente en las mujeres, debido a que deben combinar todas las actividades con los quehaceres del hogar.
El 69% pudo teletrabajar los cinco días hábiles de la semana. El 63% indicó que esta metodología se aplicó para todos los empleados; para quienes la han usado ha significado un cambio en el ritmo y los procesos de las actividades laborales.
Uno de los principales problemas del teletrabajar ha estado relacionado con los espacios del hogar en el que se lo hace. Si bien una buena parte de las personas ha desarrollado sus actividades en escritorios, otro número importante lo ha hecho en la mesa de la sala o del comedor.
Esto último representa un impacto para su salud física, ya que no hay condiciones ergonómicas.
Apenas dos de cada cinco indicaron que se sienten cómodos a la hora de teletrabajar.
Otros problemas que se han registrado están vinculados con una mala conexión de Internet y las exigencias del hogar mientras se realizan las actividades laborales.
Aunque la mayoría de gente asegura que se siente cansada, también dice que el teletrabajo le permite “ser”. Para el 92%, el teletrabajo ha sido una forma para contribuir a sacar adelante a la economía del país.
Imagen referencial. Un 23% de los encuestados registró emociones neutras; mientras que un 27% negativas hacia el teletrabajo. Foto: LÍDERES
El 1 de mayo del 2020 -o el Día Internacional del Trabajo- se celebró este año en medio de un apocalipsis laboral provocado por una pandemia con la predicción de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que afirma que prácticamente la mitad de los 3 000 millones de trabajadores activos corren el riesgo de perder sus medios de vida.
Para muchos trabajadores, el confinamiento ha acelerado la llegada del “futuro laboral”, un concepto al que se ha hecho referencia en los últimos años en asociación con las oportunidades y los retos planteados por el trastorno tecnológico y los factores económicos estructurales que determinan la calidad de los medios de vida en el mundo.
Para muchos trabajadores cualificados, ha supuesto el trabajo a distancia. A muchos empleados de servicios y manuales les ha planteado un futuro en el que es posible que las máquinas desplacen a las personas, especialmente a medida que las empresas consideren un aumento de la automatización para mejorar su resiliencia.
Para aquellas personas pertenecientes a la economía de pequeños encargos, el sector sanitario y el sector educativo, ha provocado un replanteamiento global del significado y la naturaleza esencial de estas profesiones. Para la gente inmersa en la economíade pequeños encargos e informal, ha puesto de manifiesto la falta de protección social fundamental y la precariedad del trabajo vinculado con la subsistencia.
Se necesitan medidas inmediatas de carácter urgente para proteger los empleos, conservar los vínculos entre empleadores y empleados, mantener a flote a los pequeños y medianos empleadores y ofrecer prestaciones complementarias y otras redes de seguridad directamente a los trabajadores y los hogares.
En estos aspectos se han centrado los esfuerzos realizados por los países más avanzados y mercados emergentes, aunque se necesita un mayor apoyo para las economías en vías de desarrollo. Debemos reconocer este momento como una oportunidad de reconstruir mejor y sentar las bases de un mercado laboral más resiliente y un mundo más igualitario.
Mejora de competencias En los últimos años, los gobiernos, las empresas y los trabajadores han empezado a dar prioridad al reciclaje y a la mejora de competencias para prepararse mejor para las alteraciones provocadas por la Cuarta Revolución Industrial. Aunque ha sido un invasor microscópico -y no el auge de los robots- el que ha provocado el desmoronamiento actual del mercado laboral, es evidente que la pandemia acelerará la digitalización y la automatización en diferentes industrias y sectores.
Esta situación exige nuevas inversiones y mecanismos para la mejora de las competencias y el reciclaje, en lo relativo tanto a capacidades humanas como a digitales. Mientras que el sector de la formación y la educación en línea ha suscitado un mayor interés por parte de los trabajadores confinados conectados digitalmente, es vital que los empleadores apuesten fuerte por el reciclaje de los trabajadores y que los gobiernos establezcan proactivamente disposiciones relativas a la mejora de las competencias y el reciclaje, y las integren en los estímulos fiscales que están inyectando en las economías con vistas a preparar mejor a los empleados para una economía pospandémica.
Los nuevos empleos El Foro Económico Mundial ofreció una visión de los trabajos del mañana a principios del 2020. Estos empleos se concentran en gran medida en las profesiones para el cuidado de las personas, el apoyo del planeta, la gestión de nuevas tecnologías y la comunicación de productos y servicios: la economía asistencial, la economía ecológica, las personas y la cultura, los datos y la inteligencia artificial, la ingeniería y la computación en la Nube, el desarrollo de productos, las ventas, el marketing y el contenido.
Mientras que la pandemia subraya el papel esencial de los trabajadores hospitalarios, de las tiendas de alimentación, los centros educativos y otras profesiones fundamentales, se espera que las oportunidades aumenten en el sector de la economía asistencial.
Del mismo modo, se espera que sigan aumentando los puestos en sectores como la creación de tecnología y la gestión, el comercio electrónico y la economía del conocimiento más amplia. Asimismo, mientras los gobiernos intentan reconstruir sus economías, también surgirán nuevas fuentes de crecimiento -y empleos– de la economía ecológica, la ciencia y la investigación sanitaria, así como las infraestructuras digitales. Para las economías en vías de desarrollo, es todavía más esencial contar con un nuevo enfoque proactivo respecto de los empleos del mañana, al tiempo que se rediseñan las cadenas de valor global y, con ellas, el modelo de crecimiento impulsado por la fabricación de períodos anteriores.
La tarea de las empresas es darse cuenta de las nuevas oportunidades para reactivar el empleo.
1500 millones de trabajadores pueden perder sus puestos de trabajo en el mundo a causa del impacto de la pandemia, según OIT.
El confinamiento impulsó el “futuro del trabajo” y para generar nuevos puestos es necesario que la gente mejore sus competencias y opte por las nuevas profesiones. Foto: Freepick.es
Las actuales circunstancias que vive el país y el mundo han obligado a miles de personas a volver a salir al mercado laboralen busca de un puesto de trabajo.
La ansiedad y la necesidad, sin embargo, pueden llevar al profesional o trabajador a lanzarse en búsqueda de un puesto sin detenerse a pensar en las habilidades que puede ofrecer dependiendo de la institución o empresa a la que se esté aplicando, o sin evaluar previamente qué destrezas ha adquirido en sus últimas experiencias laborales.
Estos errores pueden restarle puntos a la hora de postular a una plaza. Por el contrario, una serie de estrategias respecto a cómo aplicar pueden marcar la diferencia que jugará a su favor. En este escenario, centros educativos como la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) han creado espacios para dotar de estas herramientas a los participantes a fin de que puedan aplicar de manera más efectiva a un puesto de trabajo.
Marta Carrión Páez, responsable de Proyectos de Empleo del departamento de Formación para Empresas y Salidas Profesionales de la UNIR, explica que un programa de este tipo tiene el nombre de Viveros de Empleo.
Este es un espacio de enseñanza 100% Online que convoca a alumnos y egresados de la UNIR pero también a participantes externos. En Ecuador, alrededor de 216 de estudiantes siguen esta asesoría.
Carrión explica que el programa comienza con un trabajo de auto conocimiento personal y profesional. Con ello, el participante define cuáles son sus habilidades y conocimientos profesionales y evalúa qué perfiles está demandando el mercado.
Si hay una diferencia, la persona debe identificar que habilidades debe potenciar, adquirir o mejorar para ser un buen candidato.
Un segundo punto de acción en Viveros de Empleo es la inteligencia emocional. Buscar trabajo en este tiempo puede ser frustrante porque el mercado es limitado y ello genera emociones negativas en el aplicante. Por ello, se trabaja en que los participantes promuevan un clima positivo en su vida y en su proceso búsqueda laboral.
Un tercer aspecto en que se trabaja, cuenta Carrión, es en el manejo de herramientas para posicionarse frente a la empresa y diferenciarse ante otros candidatos.
Por ejemplo, el mejorar la hoja de vida o currículum según los requisitos del empleo. También se trabaja en mejorar la marca personal con el manejo de redes sociales como LinkedIn. Adicionalmente, se da estrategias de cómo presentarse en una entrevista de trabajo, y cómo participar de procesos de selección en ambientes digitales.
De forma paralela a todos estos puntos, se trabaja en un plan de mejora personal. Es decir, qué objetivos profesionales se tiene y cómo trazar un plan para llegar a concretarlos, señala Carrión.
“Ahora mismo el mercado pide resiliencia, gente que sepa adaptarse y que sea flexible”, añade la experta y define el termino reinventarse como el siempre estar abierto al continuo aprendizaje.
Otros elementos a tomar en cuenta son el actualizar la hoja de vida con los más recientes logros o experiencias laborales, recomienda la Comisión de Educación de Tercer Nivel de Nueva Zelanda. Añade que otro aspecto importante es redactar perfiles cortos para redes sociales específicamente par destacar
Formación Antes de aplicar a un trabajo, el candidato debe evaluarse internamente y aprovechar de herramientas disponibles en la web. Universidades como la UNIR ofrecen programas al respecto. Freepik.es
Sí, son tiempos sombríos en materia laboral para millones de personas, pero en medio de la gran incertidumbre están saliendo oportunidades. “La situación económica de empleo en toda América Latina está bien complicada”, le dice a BBC Mundo Gerhard Reinecke, especialista en políticas de empleo de la Oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el Cono Sur.
“En este momento la destrucción de trabajos es más alta (si se compara con los que se generan) y eso hace que la creación de empleos casi no se vea. Pero la realidad es que aún en estas circunstancias hay nuevas contrataciones”, indica el funcionario desde Chile.
De hecho, para Elena Ibáñez, CEO de Singularity Experts, una ‘start up’ que brinda asesoría en materia educativa y laboral, la pregunta no es cómo buscar trabajo en la cuarentena o después de ella, la pregunta es en qué actividad buscarlo.
De acuerdo con la experta, varios sectores están saliendo reforzados con la crisis. “Justamente ahora están empezando a tener mucha demanda y tendrán aún más cuando pase todo esto”, señala la especialista desde España, uno de los países más afectados por el SARS Cov-2.
Con eso en mente, indica Ibáñez, hay otra pregunta clave: ¿cómo aprovechar la cuarentena para formarme en áreas que están empezando a tener una alta demanda de trabajadores?
A continuación se mencionan sectores con potecial: medicina preventiva y personalizada así como también la telemedicina porque los servicios de salud se están digitalizando cada vez más para evitar desplazamientos innecesarios. Por ejemplo, ofrecer citas o terapias a través de videoconferencia.
En Educación hay oportunidades para quienes generen formatos para enseñar que no requieran la presencia. Ellos tendrán una ventaja competitiva. No sólo se trata de diseñar e impartir cursos y contenidos online, sino de hacerlo de forma personalizada para enfocarse en los requerimientos de cada estudiante. La formación de áreas tecnológicas seguirá en auge en el mediano plazo.
Las entregas a domicilio con tecnología avanzada y rastreo de productos, también tienen buen potencial, así como la ciberseguridad y el monitoreo de ciudadanos con aplicaciones tecnológicas.
El uso de la tecnología será fundamental en el futuro cercano. Freepik.es