Etiqueta: emprendedores

  • Emprendedores innovan videoconsultas médicas en tiempos de covid-19

    Agencia EFE

    En medio de la crisis de la neumonía por coronavirus, emprendedores mexicanos innovan plataformas de videoconsultas médicas en un país donde 19,1 millones de personas carecen de acceso a servicios de salud, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

    La contingencia del coronavirus ha puesto de relieve la importancia de las videoconsultas médicas como los servicios Sofia, Medicato y BluMEDICA que abren nuevas vías para mejorar los sistemas de salud.

    Sofía es el último ejemplo de una empresa emergente o «startup» que ofrece un servicio completo de salud en México con una aplicación digital creada por tres jóvenes matemáticos, cuenta a Efe su cofundador Sebastián Jiménez.

    «Dado el contexto actual de la pandemia de covid-19, las videoconsultas las ponemos a disposición de la población de la Ciudad de México de forma gratuita porque es un servicio que puede ayudar a que la gente se siga cuidando desde casa», dice.

    La plataforma tiene 20 médicos internistas disponibles de lunes a domingo, detalla Manuel Andere, otro de los creadores.

    Aunque no es posible diagnosticar cualquier enfermedad, incluyendo la covid-19, indica que el servicio orienta a los pacientes a distancia y evita saturar los servicios médicos en esta crisis.

    «Hay muchas enfermedades, muchas dudas médicas, para las cuales es suficiente hablar con un doctor rápidamente a través de una videoconsulta para que explique los síntomas», comenta Andere.

    Más que un sitio de telemedicina, Sofía es un servicio de ayuda en un país donde cada ciudadano gasta de su bolsillo más de USD 550 dólares al año en salud, lo que en suma representa el 41 % del gasto total nacional en sanidad, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

    «Hay una oportunidad mucho más grande que es la de extender el número de personas que tienen cobertura de un seguro y que, por ende, puedan cuidar mejor su salud», añade Arturo Sánchez, el otro fundador.

    En México, por la falta de acceso a la salud, se ha desarrollado una aplicación de videomedicina
    En México, por la falta de acceso a la salud, se ha desarrollado una aplicación de videomedicina. Foto: Wikicommons
  • La ‘start up’ premiada por enfocarse en la movilidad

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario LÍDERES

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    Bicicletas y ‘scooters’ eléctricos, así como taxis y buses, se integran en las soluciones de movilidad que ofrece la ‘start up’ lojana Kradac. Este emprendimiento nació en el 2015 y en este tiempo se ha enfocado en mejorar el transporte ciudadano, utilizando las nuevas tecnologías.

    El más reciente producto se llama Clipp y está en el mercado desde hace un año. Se trata de un plan de movilidad que utiliza el concepto ‘mobility as a service’ o movilidad como un servicio. Este permite que una persona utilice distintos medios de transporte bajo una sola plataforma.

    Así, una persona que se moviliza desde su casa hasta su oficina, por ejemplo, puede usar primero una bicicleta hasta una estación de transporte público. Allí toma un bus y luego termina su trayecto utilizando un taxi o un ‘scooter’ eléctrico. Para esto utiliza un plan de movilidad que cuesta USD 30 y que le permite utilizar, cada mes, cinco viajes en taxi, así como viajes ilimitados en bus, en bicicleta o en ‘scooter’, tan de moda hoy.

    En Loja ya se cuentan en la actualidad 50 personas que tienen este plan, explica Bruno Valarezo, gerente General de Kradac. “Con este sistema el usuario puede conocer opciones de transporte cercanas a su ubicación y elegir la mejor alternativa. Para esto analizamos tiempo, precio y sostenibilidad ambiental”, explica entusiasmado Valarezo en entrevista telefónica con LÍDERES.

    Gracias a Clipp, Kradac fue premiada en enero pasado en el congreso Latam Mobility 2020 que este año se cumplió en Ciudad de México “por su contribución a la innovación”. Este certamen agrupa a emprendimientos enfocados en la movilidad dentro de las ciudades. A ese reconocimiento se suman otros obtenidos por la ‘start up’ en Colombia y Ecuador, en los últimos años.

    Antes de desarrollar Clipp, este emprendimiento ecuatoriano sumó experiencia, con aprendizajes y errores. La primera solución que desarrolló -en el 2015- fue Ktaxi, un aplicativo que permite solicitar taxi. Valarezo recuerda que fue un trabajo retador.
    “Al inicio trabajamos con radiotaxis, lo que significaba que el taxista no necesitaba un aplicativo móvil. Usamos el radio para el despacho de carreras, lo que nos permitió trabajar con tres o cuatro operadoras de radio taxi con 200 unidades disponibles”. Hoy trabajan con 6 000 taxis legales.
    Uno de los mayores desafíos fue negociar con las operadoras y ellos con los taxis. Era 2016 y tomó unos cuatro meses de conversaciones, de demostraciones, de sentase a discutir términos y empezar a operar, cuenta Valarezo.

    Diego González, conductor de la cooperativa de taxis La Argelia, trabaja con Ktaxi desde hace cuatro años y destaca que se trata de una herramienta ágil y que ofrece seguridad tanto al pasajero como al conductor. “Me ha ido muy bien y los clientes están muy satisfechos por el servicio”.

    Este taxista de 33 años toma entre 15 y 20 carreras diarias a través de la aplicación móvil.
    Una vez que el sistema se consolidó en Loja vino un salto. Ktaxi evolucionó a ‘delivery’, transporte de carga, movilidad corporativa y pagos de movilidad con tarjetas de crédito o débito. El sistema se expandió y ahora se usa en ciudades como Loja, Machala, Cuenca, Riobamba, Ambato, Latacunga, Quevedo, Manta, Quito Guayaquil, Ibarra, Tulcán, Santo Domingo, entre otras. “Día a día ayudamos a movilizar a 30 000 personas y desde el 2016 hemos gestionado 18 millones de viajes”, cuenta Valarezo.

    A esto se suma el hecho de que Kradac también ofrece estos servicios en México, Colombia, Perú y Bolivia. La internacionalización se dio gracias a personas que conocieron de sus servicios en Ecuador.

    Otro de los puntos de atención de la ‘start up’ está en los parqueaderos. Hoy también digitaliza plazas de parqueo con las tecnologías disponibles.

    La incubadora Impaqto ofreció mentoría al equipo de Kradac. Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto, señala que lo hecho por la ‘start up’ es un gran trabajo. “Han desarrollado las soluciones entendiendo los problemas. Son un gran ejemplo de una solución que ha tenido que crecer sin apoyo, pero con un modelo de negocio validado desde el día cero”.

    Los ‘scooters’ eléctricos son una de las opciones de movilidad que ofrece este emprendimiento. Foto: Cortesía
    Los ‘scooters’ eléctricos son una de las opciones de movilidad que ofrece este emprendimiento. Foto: Cortesía
  • Esta panadería se inspiró en un modelo europeo

    Giovany Astudillo

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    Hace 12 años, el ingeniero comercial Raúl López estudiaba una maestría en Francia. En las tiendas de ese país encontraba pan, pero no maestros panaderos. Desde entonces tenía curiosidad por saber cómo funcionaba ese modelo de negocio.

    Luego se casó con la ingeniera electrónica Pamela Mogrovejo y viajaron juntos para estudiar en España. Allí encontraron lo mismo que en Francia.

    En Madrid, un chino, que tenía un locales contó que recibía pan precocido y congelado y él solo tenía que hornearlo para tener pan fresco y que podía disponer de un stock de acuerdo con la demanda. Es decir, siempre podía tener pan caliente, de calidad y no tener desperdicios, cuenta López.

    Los esposos retornaron a Ecuador a finales del 2008. Desde entonces empezaron las investigaciones. Al año siguiente, López visitó la planta que un amigo montaba en Bogotá. Aprendió el proceso productivo porque no tenía conocimientos en panadería.
    El siguiente paso fue viajar a ferias en el exterior para identificar la maquinaria que requería. Fue a Alemania y a Estados Unidos.

    Al retorno tenía dos opciones. La primera era importar pan congelado desde Europa y completar el proceso en Ecuador y la otra era traer las máquinas y abrir la fábrica. Optaron por la segunda alternativa para generar trabajo y para no subvalorar la capacidad local de producir. El proyecto se materializó en el 2015, cuando empezaron la construcción de la planta y las primeras pruebas.

    Estas últimas duraron cerca de seis meses y estuvieron a cargo de expertos panificadores de España, Suiza y Francia. Cada uno tenía su especialidad, cuenta Mogrovejo. Ellos enseñaron todos los requerimientos para cada variedad.

    Los esposos aprendieron que lo más importante no es la receta, sino que el proceso debe ser estricto, para obtener resultados exitosos. Para garantizar la calidad, también se preocupan de
    las materias primas y de la higiene de la fábrica.

    En la construcción de la planta de Indupanifec y en la tecnología europea invirtieron USD 400 000. Tienen amasadoras, laminadoras, equipos que sirven para sanitizar y reposar la masa, congelador, entre otros. Al inicio solo usaban un cuarto de quintal de harina al día para producir y ahora entre cuatro y cinco diarios. Por cada uno obtienen de 1 200 a 1 400 panes, dependiendo de la variedad.

    La fábrica funciona en la parroquia azogueña de Javier Loyola. Empezaron con 40 opciones: pan de agua, integral, croissant, con quesillo, chocolate, baguette… En la actualidad cuentan con 80, y tienen galletería y hojaldres. En el caso de los panes tienen formatos grandes de 250 gramos y pequeños, de 60.

    El pasado 1 de febrero lanzaron la línea de panes andinos, con la intención de impulsar el uso de quinua, amaranto, chocho, máchica, centeno, avena, haba, salvado de trigo y maíz morado y amarillo. Fue un proyecto que tomó casi un año hasta concretarse.

    Son siete opciones como centeno con chocho, chía y linaza, maíz morado, maíz amarillo, entre otros. “Queremos que el cliente sepa que se puede innovar con productos tradicionales, ricos y nutritivos”, dice Mogrovejo.

    Esos panes se presentaron en un festival, que finalizó el 9 de este mes y se cumplió en las tres panaderías Pan del Día, que también pertenecen a Mogrovejo y López.

    Según López, la inversión en estos tres locales sirvió para llegar al consumidor final y saber cómo está la aceptación del producto. Una panadería está en la fábrica y dos en Challuabamba, en el norte de Cuenca. “Estos locales mejoraron la liquidez de la empresa”.

    Al inicio, los esposos se propusieron tener una empresa de triple impacto. El primero es lograr un beneficio económico. El segundo es aportar a la sociedad generando empleo y, finalmente, reduciendo la contaminación ambiental al no usar combustibles fósiles como el diésel y gas, sino equipos eléctricos de bajo consumo, tanto en la planta como en sus locales.

    A futuro tienen previsto abrir nuevos locales ya sea propios o con franquicias, e ingresar a Guayaquil. Según Adrián Carrasco, gerente de Comercial Arándano, que adquiere desde hace cerca de dos años, este pan tiene gran calidad, frescura y buen sabor.

    Los esposos Pamela Mogrovejo y Raúl López realizaron hasta el 9 de este mes la feria de panes andinos, en sus tres panaderías. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Los esposos Pamela Mogrovejo y Raúl López realizaron hasta el 9 de este mes la feria de panes andinos, en sus tres panaderías. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • En Tena se elaboran salsas de ají y aderezos con frutos orgánicos

    Andrea Medina D. (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Su gusto por la comida picante motivaron a Alba Almeida y a su esposo Enrique Mena a crear su propia marca de salsas de ají. Este emprendimiento se inició en la ciudad de Tena, en Napo.

    Al probar la sazón del ají preparado por Alba, sus amigas y familiares la animaban constantemente a crear su propio aderezo, pero con un plus que lo diferencie del resto. Así nació esta iniciativa, hace un año y seis meses, con el nombre de Selvawa Amazonía.

    Ese valor agregado se enfocó en la materia prima con la que se preparan los productos de Selvawa. Se trata de cultivos libres de químicos que se dan en las parcelas de comuneros kichwas que siembran bajo la metodología de la chakra (cultivo mixto y orgánico).

    De allí también surgió el nombre de la marca, que conjugó la identidad amazónica (selva) con la importancia de las culturas indígenas kichwas de Napo.

    “La idea siempre fue usar productos netamente amazónicos para dar identidad a la marca”, comentó Almeida, quien es ingeniera en alimentos.

    Actualmente, Selvawa Amazonía tiene cuatro presentaciones de salsa de ají en frasco con diferentes intensidades de picante, que ya se venden al público y para todo tipo de paladares. Una de ellas es ají macerado con hierbas amazónicas, limón y mandarina.

    En la planta de este emprendimiento, ubicada en el sector Los Lirios del cantón Tena, se elaboran además recetas que combinan el ají con maracuyá, naranjilla y hasta con una hoja conocida como el ajo de la Amazonía.

    El proceso de preparación de las salsas combina el uso de máquinas para la refrigeración y mezclas, con métodos artesanales para la maceración. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    El proceso de preparación de las salsas combina el uso de máquinas para la refrigeración y mezclas, con métodos artesanales para la maceración. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

    Los frutos que son la base de estas salsas se compraron de forma directa a pequeños agricultores de los cantones de Baeza, El Chaco y Arosemena Tola.

    “Nuestra intención es ayudar a la gente de aquí, comprando lo que se produce en esta provincia. Así ofrecemos un producto sano”, indicó Enrique Mena, gerente comercial de Selvawa Amazonía.

    La meta a corto plazo es expandirse y ganar nuevos mercados, principalmente. Para ese fin, los propietarios de esta firma adquirieron una nueva máquina para empacar las salsas de ají en ‘sachets’, y llegar a los restaurantes.

    También participan en ferias bajo la invitación del Gobierno Provincial del Napo.

    Sobre la iniciativa

    Las salsas de ají se venden en tiendas donde ofertan productos orgánicos, en las ciudades de Tena, Puyo, Ambato, Quito, Baños de Agua Santa e Ibarra.

    Los productos tienen el respaldo de Napu Marka, la iniciativa de promoción de la Prefectura del Napo para difundir a sus emprendedores.

    A largo plazo, los propietarios de Selvawa incursionarán en otras recetas de ají, y también harán mermeladas

    En sus proyectos consta la elaboración de ají en polvo, para venderlo a los dueños de restaurantes y pizzerías.

    Alba Almeida y Enrique Mena dirigen este emprendimiento que busca llegar a varias ciudades donde prime el gusto por lo orgánico. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Alba Almeida y Enrique Mena dirigen este emprendimiento que busca llegar a varias ciudades donde prime el gusto por lo orgánico. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Infusiones y ‘snacks’, hechos en familia

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    El es la infusión más consumida en todo el mundo. Su existencia data de hace más 5 000 años aproximadamente.

    Esta bebida tiene muchos sabores, pero pocos saben que las frutas deshidratadas pueden ser el ingrediente perfecto para hacer del té una experiencia diferente.

    Esa fue la razón por la que la familia Naranjo creó Alibú.

    Este emprendimiento elabora infusiones y ‘snacks’ a base de frutas deshidratadas; surgió en octubre del 2018, con el objetivo de tener un negocio propio.

    El nombre del negocio es la unión de dos palabras; ‘ali’ de alimento y ‘bu’ de bueno.

    Los emprendedores cuentan que desde siempre han pensado que mantener una dieta equilibrada incluye consumir variedad de frutas, y fue por ello que decidieron apostar por esta idea.

    Los productos están dirigidos a quienes “buscan algo diferente a la tradicional agua aromática o café. Les ofrecemos esta opción innovadora y a la vez saludable”, menciona Carolina Naranjo.

    Para iniciar con el emprendimiento, los propietarios invirtieron alrededor de USD 25 000. Esta cantidad se usó para la materia prima y como capital de trabajo.

    La familia Naranjo comenta que formaron vínculos con una empresa en Cotacachi, que prefieren mantener en reserva, convirtiéndola en socia estratégica para la elaboración de los productos.

    Las frutas principales de sus infusiones son piña, mango, frutilla, banano, pitahaya y mora. Estas las adquieren a pequeños agricultores en diferentes partes del país, de esta manera practican principios de comercio justo.

    El grupo de Alibú lo conforman seis integrantes. Sin embargo, Leslie Naranjo dice que se generaron 10 plazas de empleo indirecto, dado que más personas colaboran en el proceso de producción.

    Dicho proceso tiene un orden. Lo primero es seleccionar las frutas, luego se las lava y se remueve la cáscara, de ser necesario.

    Después se las coloca en hornos deshidratadores. El tiempo y la temperatura dependen del tipo de fruta; al final se empaca la fruta deshidratada para distribuirlos.

    Lo llamativo de estos productos es que los empaques tienen ilustraciones de animales representativos de Ecuador que, a su vez, son amigables con el ambiente.

    Este emprendimiento cuenta con la certificación Kosher, insignia que garantiza la preparación responsable de alimentos bajo normas dietéticas judías.

    Juan Carlos Rea, propietario de Entropía Café y Cultura, incluye estos productos en su cafetería. “La presentación es llamativa y los empaques son biodegradables. Los sabores son variados y a mis clientes les gustó esta nueva forma de tomar té”, dice Rea.

    Los propietarios de Alibú planean exportar sus infusiones y ‘snacks’ a países como EE.UU., España y Francia.

    Además, estas infusiones elaboradas en familia se encuentran desde el año pasado en cadenas como Supermaxi y Megamaxi.

    La familia Naranjo logró posicionar su marca Alibú en el mercado. El emprendimiento salió al mercado en octubre del 2018. Foto: LÍDERES
    La familia Naranjo logró posicionar su marca Alibú en el mercado. El emprendimiento salió al mercado en octubre del 2018. Foto: LÍDERES
  • Una quiebra dio paso a esta empresa de calzado

    Modesto Moreta

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    La relación de Fernando Moposita con la confección de calzado comenzó a los 7 años. Sus padres y tíos le trasmitieron esos conocimientos, sin embargo, en el 2005 decidió incursionar en la confección de pantalones jean. Los primeros años las ventas se movieron bien, hasta el 2011, en que se abrieron más talleres.

    Los precios bajos en cada prenda impidieron seguir compitiendo y quebró. A pesar de eso, en el 2012, con ayuda de su esposa Norma Maisancho resolvieron poner en práctica el dicho que dice: ‘Zapatero a tus zapatos’ y no se equivocaron. Con un crédito de USD 15 000 que consiguieron en una cooperativa de ahorro y crédito de Ambato abrieron el emprendimiento denominado J&M Factory.

    El dinero lo invirtieron en la compra de la materia prima (sintéticos), hormas, máquinas de coser y aparar, una troqueladora y contrataron a un empleado. Fernando Moposita, gerente de la empresa ambateña, recuerda confeccionaban 60 pares de zapatos semanales. “Introducir en el mercado los modelos tubulares para hombre fue más que difícil”.

    Luego elaboraron calzado de muñeca, pero las ganancias eran mínimas y no les alcanzaba para pagar las deudas. Una amiga de la familia les aconsejó que confeccionen zapatillas para mujer, que estaban de moda. Así iniciaron imitando un zapato de marca, les dieron otros acabados, varios cambios en los diseños y más colores a escoger.

    Las ventas crecieron y en el 2015 llegaron a producir 500 pares semanales y ya contaban con cuatro colaboradores. Con el crecimiento del taller efectuaron una inversión y un monto similar a la efectuada en sus inicios. Con los recursos equiparon mejor al taller y adquirieron nuevos materiales para la confección de su producto y otros equipos para el taller.

    En el 2019 lograron producir 16 000 pares y facturaron USD 180 000. El éxito de Moposita radica en mantenerse en la vanguardia de la moda, especialmente en la fabricación de zapatos deportivos para mujer, usando materiales sintéticos de alta calidad.

    Norma Maisancho y Fernando Moposita son los propietarios de la empresa productora de Calzado en la ciudad de Ambato.
    Norma Maisancho y Fernando Moposita son los propietarios de la empresa productora de Calzado en la ciudad de Ambato.

    En la actualidad cuentan con más de 30 diseños, modelos y colores que ha comercializado en los mercados del país. Con ayuda de un diseñador colombiano obtienen nuevos modelos y los colores de tendencia en el mercado. “Es un zapato elaborado con materiales de calidad porque el pie no suda, es suave, cómodo, resistente y de bajo costo”, dice Moposita.

    En la actualidad se confeccionan 1 000 pares de zapatos semanales y los distribuyen en todo el país. Los principales mercados de la firma ambateña J&M Factory están en Quito, Sangolquí, Cuenca, Guayaquil, Riobamba, Latacunga y otras ciudades del país.

    El local de ventas funciona en la explanada del mercado Ferroviario. Ahí todos los lunes de feria, en Ambato, se muestran los nuevos diseños y colores para que los comerciantes escojan. “A nuestros clientes les gustan los nuevos modelos y los colores que tienen buena demanda. Nos hacen los pedidos y nosotros les entregamos en forma inmediata”.

    En la actualidad, 20 personas se dedican a la distribución de los productos a escala nacional, a pesar del ingreso de zapatillas de contrabando. “Debe haber más control de las Aduanas para no quebrar y dejar en la desocupación a 12 colaboradores directos y 13 indirectos, estos últimos trabajan a través de la maquila”, comenta Moposita.

    El año pasado, los emprendedores realizaron una nueva inversión de al menos USD 8 000 en la compra de nuevos equipos, como una máquina bordadora y una armadora de calzado. Y proyecta confeccionar zapatos para hombre en los próximos meses.

    Una de las distribuidoras es Narcisa Caisaluiza, propietaria de los almacenes Well, en Quito. Ella cuenta que desde hace cinco años trabaja con la pyme ambateña. El año pasado las ventas se incrementaron en un 90%. Eso se debe a la calidad del producto y la variedad de modelos y colores. “Es un zapato durable, resistente y de diseños que están a la moda y eso les gusta a nuestros clientes”, comenta Caisaluiza.

    La distribuidora comenta que otro atractivo para los clientes que compran el producto son los bajos precios.

    Insignia 

    El control de la calidad es clave para la marca

    Kleber Ortega, armador de calzado

    Empecé en el terminado del calzado hace cinco años. Luego con la experiencia adquirida ascendí al área de plantado y armado del zapato. Este paso es importante para la resistencia del calzado, por eso reviso que esté todo bien cocido y pegado para evitar daños y el producto sea de calidad en un mercado competitivo. En este oficio he ido creciendo en conocimientos a través de la preparación y capacitación constante de la mano de obra en esta rama. También reviso con paciencia cada uno de los detalles en los acabados. El objetivo es que nuestro producto llegue a su destino final con todos los controles. Cada uno en sus puertos de trabajo aporta con sus conocimientos y buena predisposición para producir. Eso hace que nuestra marca tenga una buena demanda en el mercado local y a escala nacional.

    Nuestra empresa se caracteriza por crear y estar a la vanguardia de las nuevas tendencias de la moda en el calzado, especialmente el deportivo para la mujer con más de 30 diseños, modelos y diversos colores.

    Los colaboradores de la empresa J&M Factory revisan  todos los detalles para que el calzado sea atractivo para los clientes de la firma. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES
    Los colaboradores de la empresa J&M Factory revisan todos los detalles para que el calzado sea atractivo para los clientes de la firma. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES
  • La pizzería que crece de la mano con pequeños productores

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    La pizza es uno de los platos de la comida italiana más consumido en el mundo. Por eso para emprender con este tipo de negocio se debe tener un atractivo que genere expectativa en los clientes y tenga éxito.

    Piacere Artesanal surgió en septiembre del 2019 de la idea de Andrés Coello, quien aprovechó la aceptación de los productos artesanales con los que inició, para utilizarlos en su propia pizzería.

    El emprendedor comenta que hace más o menos tres años decidió producir pasta de tomate y queso cheddar artesanal con una receta italiana, elaborada con productos orgánicos ecuatorianos.

    Él empezó a comercializar la pasta y el queso en ferias artesanales, de emprendimientos, para generar nuevos ingresos.

    La iniciativa recibió buenas críticas en su grupo cercano de amigos y familiares. Fue por ello que apostó por crear la pizzería.

    Coello menciona que decidió bautizarla como Piacere porque quería que el negocio sea fácil de reconocer por los clientes y que puedan experimentar nuevos sabores.

    El propietario cuenta que empezó con este proyecto junto a su esposa, Karina Bonilla. Ella es quien lo apoya a promocionar el emprendimiento en redes sociales.

    Para arrancar con el negocio Coello invirtió cerca de USD 15 000, cantidad que obtuvo a través de un préstamo.

    Este monto lo utilizó para rentar el local, adquirir equipos como hornos y comprar distintos utensilios para la elaboración de las pizzas y más platos italianos.

    Para la preparación estos platillos se utilizan ingredientes frescos, que se obtienen de pequeños productores ecuatorianos. “Nosotros damos la mano a microempresas porque sabemos el trabajo que realizan. Así nos aseguramos de que los ingredientes sean de buena calidad para que el cliente consuma lo mejor”, afirma Coello.

    Lo que caracteriza a este negocio es que está enfocado en la economía solidaria y tiene el interés de potenciar otros emprendimientos.

    En el local, los clientes pueden encontrar productos como helados y cervezas artesanales de emprendedores de Ibarra. También se oferta queso producido por pequeños productores que son utilizados en las pizzas, calzones y lasañas.

    Esto es lo que atrae a más clientes como Marcelo Larrea, quien visita frecuentemente este emprendimiento.

    “Me encanta la pizza que elaboran ahí, la masa es superdelgada a diferencia de otras. El ambiente es acogedor; la pasta de tomate y la salsa de queso cheddar son muy buenos”, manifiesta Larrea.

    Para ganar mercado este negocio tiene una estrategia acorde con los tiempos actuales: servicio a domicilio a través de plataformas digitales.

    Por el momento, Coello desea impulsar su negocio y enfocarse en brindar una buena experiencia a quienes lo visiten.

    El propietario de Piacere Artesanal cuenta con el apoyo de dos personas a las que él mismo capacita para que los productos se elaboren con la misma técnica.

    Más detalles

    El emprendimiento elabora la materia prima como las pastas, salsa de tomate y la salsa de queso cheddar.

    La carta de platos de Piacere Artesanal es variada. Se puede combinar distintos ingredientes a gusto del cliente.

    Este negocio 
    ofrece comida rápida italiana como pizza, lasaña, entre otros, a precios económicos.

    Piacere Artesanal está ubicado en las avenidas Eloy Alfaro y Amazonas, en el norte de Quito.

    Andrés Coello es el dueño de Piacere Pizzería Artesanal, ubicado en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Andrés Coello es el dueño de Piacere Pizzería Artesanal, ubicado en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Las empresas B, una evolución en el enfoque de los negocios

    Pedro Maldonado

    (I) 
    Editor del Semanario LÍDERES

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    Un minimercado de productos orgánicos. Una empresa de lácteos. Una marca de chocolate que se vende en cerca de 30 países. Una incubadora y aceleradora de emprendimientos sociales. Una hacienda familiar que ofrece huevos, frutillas, aguacates, espinaca y otros alimentos sembrados y cosechados sin químicos ni fertilizantes ni aditivos.

    Las mencionadas son empresas ecuatorianas, de distintos tamaños, que son parte del Sistema B, una nueva economía en la que los negocios se enfocan en el propósito y en dar soluciones a problemas sociales y ambientales. A estas se las conoce como Empresas B.

    Se trata, según los fundadores de este movimiento, de una nueva “genética” económica que permite que los valores y la ética inspiren soostluciones colectivas sin olvidar necesidades particulares encontrando trascendencia, sentido y propósito.

    Para el Banco de Desarrollo de América Latina CAF, las Empresas B son una nueva clase de negocios que genera simultáneamente rentabilidad financiera e impactos positivos en la sociedad y en el medioambiente.

    Uno de los ejemplos en Ecuador es Super Foods, un negocio que nació en noviembre del 2015 y que se convirtió en una vitrina de productores y emprendedores que creen en los alimentos orgánicos. Este negocio tiene hoy 650 proveedores, dos locales, 23 trabajadores y ha llegado con su modelo a cerca de 18 000 clientes.

    Gizella Greene es la cofundadora de esta Empresa B. Ella cuenta que desde el inicio el enfoque fue promover la alimentación saludable y ayudar a productores orgánicos. “Usamos estos alimentos en nuestra cafetería y restaurante, así como en las capacitaciones que damos a los clientes. Trabajamos con comunidades con enfoque ambiental. Nos hemos estructurado muy bien”, cuenta esta emprendedora social.

    Fruto de ese trabajo enfocado, Super Foods se certificó como Empresa B en abril del 2018.

    Este sello de calidad implica que un negocio busca un triple impacto: rentabilidad financiera, social y ambiental. Es una manera de impactar positivamente en la sociedad, beneficiando a clientes, colaboradores, proveedores, ambiente, etc., explica Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto, otra Empresa B ecuatoriana.

    “La base del modelo es resolver un problema. Además, estas empresas tienen un pilar más que las del modelo tradicional. Se ofrece valor, crecimiento e impacto social. Son pilares que hay que tener muy claros”, explica Peralvo.

    En Ecuador, ya son 17 empresas las que tienen esta certificación. Otra de las compañías que cuentan con esta calificación es El Ordeño, del sector de lácteos. Su gerente, Juan Pablo Grijalva, explica que la empresa ha buscado desde sus inicios generar bienestar a la sociedad, a través de un modelo de gestión asociativo e incluyente que gira en torno a estándares sociales y ambientales que generen impacto en la cadena de valor.

    Grijalva añade que ser parte del Sistema B trae al menos tres beneficios a El Ordeño. Ayuda a validar nuestra gestión con un sistema global, el cual pasa por una rigurosa evaluación de los principales estándares socioeconómicos ­empresariales.

    Además, permite que la compañía forme parte de una comunidad internacional que está generando estrategias de triple impacto. “Y nos permite ser parte de un movimiento que dinamiza, inspira y genera un efecto replicador en la sociedad actual”.

    José Ignacio Morejón, cofundador y director ejecutivo de Sistema B Ecuador, ofrece más detalles. Él explica que en el país ya se cuenta con una estructura de gobernanza, con un consejo empresarial; en el que cerca de 15 empresarios empujan este concepto.

    También explica que toda compañía que desea certificarse como Empresa B pasa por una evaluación “y ganan al poder identificar en dónde generan impactos positivos con su modelo de negocio”.

    Otro punto clave que menciona Morejón es que los estatutos de la empresa sean reformados y apunten hacia el triple impacto. Así mejora la gobernanza y se amplia el deber fiduciario de los administradores de una compañía.

    Los compromisos son fundamentales

    El origen de las Empresas B está en Estados Unidos. Allí, la firma de helados Ben & Jerry’s, fundada en 1977 por Ben Cohen y Jerry Greenfield, se comprometió a ser sostenible desde sus inicios.

    La idea siempre fue ofrecer un producto de alta calidad, con una preocupación especial por la comunidad, dar trato justo a sus proveedores y mantener buenas condiciones laborales con sus trabajadores. Todo iba bien con la empresa hasta el 2000.

    En ese año, la Corte Suprema de EE.UU. determinó que los fundadores de Ben & Jerry’s tenían que vender su negocio a Unilever, que les había hecho una oferta para comprarla. Ellos la rechazaron porque querían mantener el espíritu de su compañía, según detalla el sitio Sistemab.org.

    El Ordeño cuenta con la certificación de Empresa B desde el 2019. La empresa de lácteos trabaja con 6 000 productores y tiene 254 colaboradores. Foto: cortesía
    El Ordeño cuenta con la certificación de Empresa B desde el 2019. La empresa de lácteos trabaja con 6 000 productores y tiene 254 colaboradores. Foto: cortesía

    Los empresarios no tuvieron ningún argumento legal para frenar la compra, porque la obligación de la empresa era maximizar las utilidades para sus accionistas. Además, el monto propuesto por Unilever era lo suficientemente alto como para que tuvieran que aceptar la oferta. La venta se dio y lo bueno fue que Ben & Jerry’s mantuvo el espíritu y las políticas sustentables, que Unilever respetó y que hoy promueve.

    El caso trascendió y motivó a otros empresarios con el mismo propósito. En el 2006 Bart Houllahan, Jay Coen y Andrew Kassoy crearon y promovieron el concepto de Benefit Corporations o B Corps. El concepto se españolizó como Empresas B y halló tierra fértil en Chile el 2012; de allí el modelo se ha propagado por la región a países como Brasil, Argentina, Colombia, Paraguay, Perú, etc.

    Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto, cuenta que existen empresas que nacen con ese espíritu, aunque no necesariamente saben del modelo. “Tienen la necesidad de cambiar las estructuras económicas, hacerlas más equitativas. Los emprendedores de hoy piensan de esa manera”.

    ¿Qué compromisos adquieren las empresas B? Juan Pablo Grijalva, gerente de El Ordeño, responde que esta certificación “amplía el deber fiduciario de nuestros accionistas y gestores en nuestros estatutos, los cuales los hemos modificado para incorporar intereses no financieros de largo plazo”. De esta manera, añade Grijalva, se da cumplimiento al compromiso de mejorar de forma continua los impactos socioambientales y de operar con altos estándares de desempeño y transparencia.

    Con esta certificación, agrega Grijalva, El Ordeño se compromete a medir constantemente sus impactos y a reportarlos. “Es un compromiso de mejora continua con nuestra gente, con el país y con el planeta”.

    Otro ejemplo es Pacari, empresa que elabora chocolate con procesos sustentables y orgánicos y que llega con sus productos a Europa, Asia, EE.UU. y otros mercados. Esta empresa cuenta con estrategias para la cadena de suministros que ayudan a reducir la pobreza por medio de las condiciones de compra, condiciones laborales y apoyo para proveedores en situación de vulnerabilidad, según Sistema B. Además, la empresa trabaja sin intermediarios con 3 500 agricultores de pequeña escala, a quienes se les paga un precio justo: entre dos y tres veces más del valor normal del cacao.

    José Ignacio Morejón, cofundador y director ejecutivo de Sistema B Ecuador, indica que normalmente una empresa responde a sus accionistas y el enfoque tradicional impide tomar decisiones que, aunque generen beneficios en el largo plazo, afecten la rentabilidad inmediata del accionista. “El reto transformador es convertir a las empresas ya existentes en empresas con propósito”, comenta Morejón.

    Sobre el futuro de esta clase de negocios existe optimismo. Morejón dice que este tipo de empresa sirve de ejemplo para otras. “Lo que están haciendo es una suerte de motivador para otras empresas en el país”.

    Inversión de impacto

    La inversión de impacto es el diferenciador de las empresas B. Estos recursos se encaminan para producir bienes y servicios con conciencia por lo que ocurre alrededor, según Sistema B.

    El año pasado, las inversiones de impacto sumaron a escala global cerca de USD 114 000 millones, según un reporte de Global Impact Investing Network. De esa cifra, el 5% se concentró en América Latina.

    Los expertos señalan que los emprendedores de la región tienen grandes oportunidades de obtener recursos siempre que desarrollen productos y servicios que solucionen grandes problemas. Sectores como ‘fintech’, salud y ambiente son algunos de los que pueden beneficiarse.

    La ley de Emprendimiento acoge el concepto de Sociedades BIC

    La ley de Emprendimiento e Innovación, aprobada hace un mes en la Asamblea y que ahora está a la espera del veto del Ejecutivo, reconoce a las Sociedades BIC (Beneficio e Interés Colectivo). El objetivo es dar visibilidad y seguridad jurídica a las empresas que tienen un propósito más allá de la ganancia económica y buscan generar un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente.

    La diferencia entre una Empresa B y una Sociedad BIC es que las primeras tienen la certificación y las segundas no necesariamente pasan por un proceso de certificación, pero al menos miden y evalúan como gestionan sus impactos, según José Ignacio Morejón, director de Sistema B Ecuador.

    La Cumbre Latinoamericana de Inversión de Impacto en Quito se cumplió en octubre del año pasado en Ecuador. Foto: archivo / LÍDERES
    La Cumbre Latinoamericana de Inversión de Impacto en Quito se cumplió en octubre del año pasado en Ecuador. Foto: archivo / LÍDERES

    Algunos antecedentes a escala global son Italia (Societá Benefit) y el estado de British Columbia en Canadá, quienes ya apoyan a las empresas de triple impacto (económico, social y ambiental), brindando un marco legal para operar. También en 37 estados de Estados Unidos existe este reconocimiento legal para la B Corps.

    En América Latina, Colombia fue el primer país en promulgar la ley de Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo en el 2018.

    La normativa define qué debe hacer una empresa para poder definirse públicamente como BIC. Además explica derechos y obligaciones de administración e información con socios, inversionistas y la comunidad en general.

    Según Sistema B Ecuador, con esta nueva personería jurídica será más fácil reconocer las empresas de triple impacto para que puedan surgir beneficios del mercado o de políticas que el Estado pueda implementar a través de programas de compras públicas preferenciales, facilidades de acceso al crédito, a fondos u otros recursos para crecer.

    El segundo local de Super Foods ubicado en la Floresta, en el norte de Quito. Esta Empresa B se fundó en el 2015, cuenta hoy con 23 trabajadores y suma cerca de 18 000 clientes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    El segundo local de Super Foods ubicado en la Floresta, en el norte de Quito. Esta Empresa B se fundó en el 2015, cuenta hoy con 23 trabajadores y suma cerca de 18 000 clientes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Kobe Bryant también apoyó a los emprendedores

    Redacción Quito

    (I)

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    Una faceta poco conocida de Kobe Bryant, fallecido el domingo 26 de enero del 2020 en un accidente de helicóptero, fue la de inversionista. En agosto de 2016 la leyenda de Los Angeles Lakers presentó su fondo de inversiones, el Bryant Stibel, con un capital de USD 100 millones para invertir en empresas de tecnología, medios de comunicación y datos.

    En este fondo trabajaba con el empresario Jeff Stibel, con quien ya había invertido en varios negocios de ese tipo desde el 2013, según una nota de la agencia EFE.

    Al lanzar el fondo de inversiones, Bryant comentó que esperaba aportar su capacidad para identificar a emprendedores con una gran ética de trabajo y ayudarles a tener éxito. «La cosa más importante con la que disfruto ahora es ayudar a otros a ser exitosos. Disfruto eso mucho más, es algo que perdura para siempre, y espero hacer eso para la próxima generación», dijo en agosto de 2016.

    Según CNN, Bryant Stibel ahora tiene más de USD 2 000 millones en activos, con inversiones en docenas de compañías de tecnología, medios y datos. Bryant Stibel reclama al menos 10 salidas exitosas, incluidas Dell y Alibaba. También tiene inversiones en el creador de Fortnite, Epic Games, la compañía de pagos digitales Klarna y la firma de productos para el hogar The Honest Company.

    El famoso basquetbolista Kobe Bryant falleció el domingo 26 de enero del 2020 en un accidente de helicóptero. Foto: archivo / AFP
    El famoso basquetbolista Kobe Bryant falleció el domingo 26 de enero del 2020 en un accidente de helicóptero. Foto: archivo / AFP
  • Siete errores frecuentes en el lanzamiento y la gestión de una ‘start up’

    Alejandro Touriño (I)
    Catedrático del IE Law School

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    Seis de cada diez ‘start ups’ fracasan. Eso asegura al menos la firma americana Cambridge Associates, que analizó el desempeño de cerca de 30 000 ‘start ups’, arrojando ese inquietante resultado. Si bien es cierto que el dato es positivo en relación con otros que se han manejado en el sector, no es menos cierto el hecho de que ese elevado ratio de fracaso es, en muchas ocasiones, evitable.

    Evitable porque el error es muchas veces vencible, imputable a la inexperiencia o al mal asesoramiento recibido por la ‘start up’ y los emprendedores.

    En el campo jurídico, el asesoramiento es un elemento clave en el devenir de un proyecto emprendedor. El asesoramiento jurídico es vital en el arranque de los proyectos, pero no lo es menos en los procesos de inversión, de venta o incluso de disolución del propio proyecto. Cada fase por la que atraviesa una ‘start up’ -pre-seed, seed, growth, series A, B, exit, etc.- tiene un momento clave en el éxito o fracaso del proyecto.

    Una elección equivocada de la fórmula societaria, un plan de incentivos desacertado, una insuficiente protección de los activos, un mal pacto de socios o un derecho de arrastre o de acompañamiento mal configurados pueden hacer que un proyecto viable se convierta en una pesadilla para los emprendedores.

    A continuación, se relacionan los errores jurídicos más frecuentes de una ‘start up’:

    1.- Falta de asesoramiento jurídico profesional

    Las fuentes del Derecho son aquellas que relaciona el Código Civil -o norma equivalente en los respectivos ordenamientos jurídicos- y, desafortunadamente, entre ellas no se cuenta Google.

    Dicho eso, observamos cómo en muchas ocasiones los emprendedores obvian cualquier tipo de asesoramiento profesional y optan por utilizar modelos bajados de Internet y asesorarse de modo autodidacta, acudiendo a lecturas en la Red.

    La experiencia nos dice que los resultados no son los esperados y, en ocasiones, derivan en el rechazo de los inversores a entrar en negocios configurados de manera inadecuada.

    2.- Elección de fórmulas societarias inadecuadas

    La elección del vehículo societario y del órgano de gobierno es otro de los elementos claves que el emprendedor debe considerar. Nos hemos topado con situaciones desagradables donde un tercero se ha dirigido directamente al emprendedor (y no a una sociedad de responsabilidad limitada) reclamando el incumplimiento de obligaciones o el pago de cuantías económicas por diferentes conceptos, por la toma de la decisión equivocada en el momento
    de salir al mercado operando a título individual y no utilizando una sociedad de responsabilidad limitada que salvaguarde su patrimonio. Una mala elección del órgano de gobierno es motivo de insatisfacción y disputas entre los socios.

    3.-Error en la elección del territorio donde operar

    El emprendedor tendrá una nacionalidad u otra, pero ello no ha de ser el elemento determinante a la hora de elegir un lugar u otro para operar un determinado negocio. A tal efecto habrán de tomarse en consideración elementos como la viabilidad jurídica del negocio en el territorio en cuestión, el régimen fiscal aplicable, la posibilidad de levantar fondos en el territorio, etc. Esta decisión, como otras muchas, admite modificaciones futuras, pero hemos visto muchos casos donde una mala elección deriva en pérdidas económicas relevantes o directamente la imposibilidad de operar el negocio por no estar el mismo amparado por la regulación del país en cuestión.

    4. No firmar un pacto de socios

    Un pacto de socios viene a ser algo así como la planificación de un “buen divorcio”. El pacto de socios es el documento regulador de la relación de los socios de la ‘start up’. Una mala configuración del mismo puede implicar que la sociedad no pueda venderse, pese al deseo de la mayoría de sus socios, que no pueda pivotar hacia otra actividad o que la sociedad quede en situación de bloqueo que la haga inoperativa.

    5. Despreciar el valor de los intangibles

    Si observamos las grandes operaciones corporativas y de inversión en los últimos años, millonarias algunas de ellas, apreciamos cómo los activos que los compradores adquieren son en su mayoría intangibles.

    No se trata ya de la compra de inmuebles, de maquinaria o similar, sino la adquisición de activos intangibles, como bases de datos, software, marcas, algoritmos, patentes, ‘know how’, secretos industriales, etc. La normativa de propiedad intelectual e industrial a nivel internacional protege estos intangibles, pero la práctica nos demuestra que un correcto asesoramiento en este campo hace que los activos estén en la sociedad y no en sus miembros, que los registros hayan sido realizados de manera adecuada, que se haya protegido debidamente la confidencialidad de la información sensible de la compañía, etc. Una mala gestión de estos activos puede frustrar una ‘due diligence’ en una proceso inversor o de venta.

    6.- Obviar la importancia de la privacidad

    Europa ha vivido y ha arrastrado al resto del planeta a una carrera por la protección de la privacidad de los individuos. Respetar la privacidad de los usuarios de la ‘start up’ por defecto y desde el diseño son ya obligaciones que ningún emprendedor debe obviar. Su incumplimiento deriva en sanciones astronómicas a fecha de hoy.

    7.- Mala elección del régimen laboral

    Nos hartamos a diario de leer en medios cómo determinadas ‘start ups’ se hallan en jaque como consecuencia de haber optado por contratar a sus colaboradores como profesionales independientes y no como empleados de la compañía. No solo eso, en la contratación de colaboradores e incluso en la configuración del régimen laboral o mercantil de los emprendedores resulta pertinente definir con claridad la titularidad de derechos sobre sus aportaciones y creaciones y la obligación de confidencialidad sobre la información a la que con motivo de su relación tienen acceso.

    Dicho todo esto, es muy posible que, aun atendiendo a todo lo anterior, dentro de diez o veinte años el ratio de fracaso de las ‘start ups’ no haya mejorado. Si esto es así, que no sea al menos por no haber dado los pasos adecuados en los ámbitos jurídico, normativo y regulatorio.

    Los emprendedores tienen una serie de obligaciones, que no siempre cumplen. Foto: Freepik.es
    Los emprendedores tienen una serie de obligaciones, que no siempre cumplen. Foto: Freepik.es