Etiqueta: emprendimiento

  • Con detalles en el diseño ganan mercado

    Redacción Quito

    Soledad Villagómez, Grace Pozo, Carolina y María Elena Pallares se juntaron para formar Igual No Igual, un emprendimiento de diseño de objetos como cuadernos, libretas, tarjetas, adornos para fiestas infantiles, etc. cuidando de todos los detalles.

    Con una inversión inicial de USD 300, estas emprendedoras dieron forma a sus piezas de prueba. Los dos primeros trabajos fueron corporativos: «Pensamos en una producción baja pero cuando vimos que la acogida del producto fue extraordinaria, pensamos en salir con nuestra línea personal», cuenta Grace Pozo en su imprenta, en Quito.

    Ser arriesgadas, detallistas y creativas permitió que estas amigas y familiares se embarcaran en un proyecto que surgió mientras Soledad pensaba qué hacer con su gana de diseñar y crear artículos distintos, con materia prima nacional.

    2012 fue un año clave. En junio salieron las primeras muestras impresas, en octubre se presentó la marca y para noviembre, sus diseños estaban en locales como LibriMundi, Megamaxi o Ecuador Travel Store.

    El año pasado Igual No Igual pasó un momento triste por el fallecimiento de Carolina Pallares, prima de las fundadoras, que estaba al tanto de su trabajo. En su memoria estas tres socias continuaron con el proyecto con un lado más personal, más íntimo y más ecuatoriano.

    La patada de la buena suerte, como dice Soledad Villagómez, fueron dos campañas: una para Mall El Jardín y otra para el Centro Comercial El Recreo. «Para Mall El Jardín pensábamos vender 500 agendas y nos llevamos la sorpresa al ver el pedido de 2 410».

    Soledad Garcés, gerenta de Marketing de Mall El Jardín, dice que la gente no utiliza un producto si el logotipo de la marca es grande. «Pero ellas usan los logotipos de una manera discreta y elegante», por lo que su cartera de clientes quedó satisfecha con el producto.

    Proyecto Inversión. Ahora cuentan con una inversión de USD 16 000 y nueva producción.

    En el 2013. Presentaron la colección Mimí, Mila, Negro Platino, Noche Buena.

    Esta año. La colección Cotopaxi, Páramo, Chicle y Cool.

  • El riesgo fue lo que impulsó a siete historias emprendedoras

    Redacción Guayaquil

    Espae Graduate School of Management

    Un cantante, una mujer que escaló el Everest, una ‘hacker’, un nómada, un creador de aplicaciones, un investigador económico y un periodista compartieron su experiencia frente a jóvenes universitarios y emprendedores.

    Ellos son Juan Pablo Rivadeneira, vocalista y fundador de la banda Sunshine and the Makenzi Sound (S&MS); Paulina Aulestia, conferencista y especialista en violencia intrafamiliar, que escaló el Everest en el 2013; Karina Astudillo, ‘hacker’ ética con una decena de certificaciones internacionales; Raúl Cabrera, un joven que hace 20 años recorre el mundo llegando a más de 80 países y creador del documental ‘Nómad-A’; Luis Loaiza, pionero en crear aplicaciones para Facebook en el país; Xavier Ordeñada, economista que realiza publicaciones de emprendedores, y Hernán Higuera, periodista que recibió el premio Rey de España, por su cobertura en el 30-S.

    Todos ellos tienen algo en común: se arriesgaron. Tomar riegos fue la temática de la cuarta edición del TEDx Peñas que se realizó el 28 de marzo en el Museo de la Música Julio Jaramillo. El objetivo de la cita es que emprendedores cuenten su experiencia y cómo lograron sus metas.

    El evento, organizado por la Espae Graduate School of Management, convocó a más de 300 interesados, quienes mediante un pequeño ensayo escribieron por qué deberían ser seleccionados para estar en el evento. Finalmente, por el reducido espacio, solo 100 personas fueron escogidas, la mayoría de ellos estudiantes de carreras relacionadas con la computación, sistemas y tecnología.

    Según Walky Goode, organizadora, la temática se escogió porque cada día las personas toman riesgos. «A pesar de que uno pueda fracasar, eso no significa que arriesgarse sea malo. Eso demuestra que se puede aprender de esa experiencia».

    Esta fue la cuarta edición del TEDx Peñas y fue el pionero en el país. TED significa tecnología, entretenimiento y diseño, la primera edición fue en 1984. Desde ahí se dan conferencias anuales y la idea se ha replicado a otros países.

    En Ecuador también hay el TEDx La Carolina, TEDx Quito, TEDx Cuenca…

    7 oradores estuvieron en el TEDx Peñas, de la edición de este año.

  • Las ideas que surgen con la moda asiática

    Leonardo Gómez P. Redacción Quito / LÍDERES

    La moda pop de Japón y Corea del Sur inspiran nuevos estilos de vida en Quito y Guayaquil. La música y el baile, los artistas, el cómic y hasta los disfraces de personajes animados son emulados por jóvenes ecuatorianos que buscan difundir esta tendencia y convertir su hobbie en nuevos y originales emprendimientos.

    En su mayoría son personas desde los 18 hasta los 30 años de edad, cuya afición por el anime japonés y sus personajes los impulsa a crear tiendas online para la venta de productos importados, de accesorios elaborados por ellos mismos, organizar festivales y concursos, o abrir restaurantes en los que las meseras, llamadas ‘maid’, atienden disfrazadas de personajes de ánime.

    Existe al menos de una decena de estos sitios conocidos como ‘maid coffe’ en el país. Algunos son el Nyan Coffe, el Doragon Café y el Kabu Coffe Maid, en Quito; o el Fantasy Maid, en Guayaquil.

    Allí se ofertan platos típicos de Japón como el sushi, el ‘ramén’ o fideo japonés, y el ‘oniguri’, que consiste en una bola de arroz rellena. Los precios van desde los USD 2 en adelante, y en algunos ‘maid coffe’ solo se atiende previa reservación.

    Los trajes que utilizan las camareras y en general todos los aficionados de esta moda no se venden en Ecuador, por lo que cada uno debe buscar la forma de fabricarlos en el país.

    Ana Jiménez es diseñadora de trajes de personajes de ficción y conoce bien el mundo del cómic japonés. En el 2009, ella abrió una tienda virtual llamada Anne Annie Annet Atelier. Allí confecciona trajes bajo pedido. «Los costos varían dependiendo de la complejidad del traje. USD 40, si se trata de un traje de tela, hasta USD 500 cuando son armaduras completas de fibra de vidrio.

    También existen los amantes de la música pop de Corea del Sur, conocida como K Pop. Sus fans reproducen las complejas coreografías de los artistas de ese país y organizan festivales en donde dan a conocer sus habilidades.

    Un evento representativo de este año fue el K Star, al que asistieron cerca de 1 500 personas y participaron 20 grupos de baile K Pop. Así lo aseguran Carolina Játiva, María Teresa Ponce y José Hidalgo, quienes son parte del grupo de organizadores de este evento que recaudó más de USD 2 000 en tres meses.

    Ponce asegura que los fans del K Pop pueden gastar USD 200 en un álbum original y autografiado. «Pero son artículos que solo se consiguen por internet. Hay pocas tiendas en el país», cuenta.

    Una de estas tiendas es K Pop Live. Funciona en Quito y oferta accesorios, bolsos, cd’s y posters autografiados… importados de Corea del Sur, a través de las redes sociales. Su dueña es Daniela Gresely, de 19 años, y cuenta que la venta de estos productos le han generado ventas de hasta USD 1 200 por mes.

  • Cecilia Arias de Neira, emprendedora por puro gusto

    Andreína Laines / Redacción Guayaquil / LÍDERES

    Para Cecilia Arias el día empieza a las 06:00. Lo primero que hace al levantarse es orar, es casi una regla en la vida de esta creyente católica que dedica unos minutos diarios a rezar cinco avemarías y un padrenuestro antes de ir hasta su trabajo. Por ello no es de extrañarse que un rosario sea una de las posesiones favorita de esta mujer que está al frente de la cadena de Pastelerías Domremi.

    Hace dos años una de sus asistentes le regaló un rosario del Dios de la Misericordia de Perú. Arias confiesa que «siempre» pierde los rosarios, pero guarda cautelosamente ese.

    Lo que no pierde es su tiempo. Su agenda es apretada. La mañana y la tarde las dedica a supervisar la producción de tortas, ‘snacks’ de sal y dulce y otros postres de la empresa. Este emprendimiento nació hace casi 12 años en uno de los barrios comerciales de Guayaquil con más potencial de esa época: Urdesa.

    Alexandra Zambrano es una amiga de la familia. Ella era asistente en el despacho jurídico del esposo de Arias y vivió de cerca el surgimiento de Domremi. Ella recuerda, por ejemplo, como Arias no descansaba por cumplir trámites y permisos para abrir el primer local. Otra cosa que recuerda es que Arias experimentaba en los tipos de tortas y sabores que iba a ofrecer. «Nos hacía degustar cada día un nuevo sabor y nos preguntaba si las tortas estaban a la altura de las grandes pastelerías gourmet. Anotaba cada recomendación y volvía con otra opción», cuenta.

    El primer local de Domremi se ubicó en un pequeño espacio, justo al lado de otra pastelería reconocida de ese entonces. «Fuimos atrevidos al ubicarnos en ese lugar. Pero debíamos intentarlo», recuerda Arias.

    Domremi es un emprendimiento familiar liderado por Arias. Sus dos hijos: Francisco y Daniel Neira, un hermano y su esposo completan lo que ella define como «un equipo».

    Cada uno tiene una tarea. La de Arias es administrar y supervisar a los colaboradores; además, como gerenta de Producción, es la encargada de que cada torta de Domremi sea perfecta. Daniel, su hijo menor es el gerente general.

    Cecilia Arias se casó a los 19 años. «Era tan joven que no sabía hacer nada acerca de los quehaceres domésticos. Solo dulces y cakes caseros», cuenta. De su madre heredó el gusto por la pastelería que luego perfeccionó cuando viajó por dos años a Estados Unidos, cuando su esposo se trasladó hasta ese país para estudiar un masterado.

    De 1976 a 1978 asistió a cursos que la Universidad de Texas brindaba a las esposas de los estudiantes. Allá aprendió técnicas de pastelerías y artesanías como el macramé, además de decoración. En ese entonces ya era madre de sus dos hijos a quienes les dedicaba su mayor tiempo. En esos cursos aprendió a elaborar el popular plato mexicano: chile jalapeño. Por eso, el plato se incluye hoy en el menú de la pastelería. Ella ya no lo prepara, desde hace algunos años, pero sus colaboradores aprendieron de su ‘sazón’.

    Quienes la conocen coinciden en que ella se sentía realizada como madre y esposa, pero siempre les decía que le faltaba algo. Ella quería saber cómo era la vida de una mujer que trabaja y tiene hijos.

    Arias abandonó sus estudios en Diseño de Interiores para viajar a Estados Unidos cuando le faltaba un año para graduarse. Sin embargo, esto no la detuvo. Un día su hijo Daniel le propuso montar una pastelería y juntos pensaron en cada detalle. En el 2003, a sus 48 años esta mujer emprendió y junto a su hijo se asesoraron con un chef francés.

    En el 2004, un año después de inaugurado el primer local, Daniel viajó a Argentina para estudiar gastronomía y Arias se quedó al frente de la pastelería. «Mantener sola una empresa que recién empezaba fue un reto, las ventas iban aumentando. Había que pensar en todo: desde comprar la materia prima hasta la venta en la vitrina», agrega.

    Domremi empezó con tres colaboradores, hoy tiene alrededor de 40 en sus cuatro locales en Guayaquil. El segundo fue inaugurado en el 2005 y está en el centro de la ciudad. La tercera pastelería se abrió en el 2010 en el recién inaugurado Hotel Sonesta.

    Walter Aguirre es uno de los proveedores de la pastelería. Semanalmente le vende pulpa de fruta de mora, naranja y frutilla. La relación comercial surgió hace unos cuatro años. En ese tiempo Aguirre sostiene que Arias ha sido una persona muy trabajadora y pieza clave en el desarrollo de la firma pastelera.

    Para la compra de materia prima hace una programación quincenal y mensual de los pedidos. Este trabajo lo comparte con sus dos asistentes.

    Una de ellas es Ericka Zambrano, con quien trabaja hace unos cuatro años. Ella define a Arias como una mujer perseverante y dedicada a su trabajo. «Siempre está pendiente de lo que sucede con alguno de nosotros», cuenta.

    Arias acredita el crecimiento de Domremi a la comunicación que existe en su familia para tomar decisiones. El aumento del gusto por la pastelería gourmet en Guayaquil llevaron a que Domremi tenga su cuarto local en el 2011. En sus inicios vendían un promedio de 100 tortas semanales, hoy el número asciende a unas 1 500 en el mismo período.

    El día laboral para Arias concluye a las 18:00, aunque reconoce que siempre existen contratiempos en la empresa. Al llegar a casa enciende su teléfono celular; pues durante el día prefiere no «entretenerse» con este dispositivo. Sin embargo, sus conocidos agregan que «siempre se la puede localizar en la pastelería». Uno de sus pasatiempos que añora es el chin kung, una práctica que combina técnicas para la mente, la respiración y el ejercicio físico. Hasta hace más de un año lo practicaba con frecuencia, pero ahora lo ha dejado de lado por falta de tiempo.

    Para Daniel, su madre es aporte fundamental para que Domremi tenga una dirección. «Su esfuerzo y dedicación son lo que hace avanzar el negocio», dice. Esta pastelera se define como una persona desconfiada y confiesa que le cuesta mucho controlar su carácter. Siempre tiene una sonrisa para sus clientes, a los que cuando puede atiende personalmente.

    2002. UNO DE LOS CUATRO LOCALES DE DOMREMI

    En Urdesa está ubicado el primer local de esta pastelería que fue inaugurado en el 2002. La última remodelación del lugar se la realizó el año pasado.

    Emprender en lo gourmet fue su acierto Los locales. Domremi tiene cuatro locales en Guayaquil: Urdesa, Centro, City Mall y en el Hotel Sonesta.

    Cargo. Ella es la gerenta de producción de Domremi.

    Domremi. Vende unas 6 000 tortas al mes. En sus opciones tiene 16 sabores de tortas además de bocaditos de sal y dulce.

    La frase:

    «En un emprendimiento familiar, el trabajo y la toma De decisiones en equipo es primordial para el crecimiento y futuro de la empresa».

  • Una quiebra le hizo rodar… lejos

    Santiago Ayala Sarmiento, Redacción Quito / LÍDERES

    Ese día cogió la bicicleta y pedaleó hasta que no tuvo fuerzas para derramar una sola lágrima. Había fracasado con su negocio, una cadena de ópticas que sucumbió ante el aparecimiento de fundaciones que ofrecían lentes y servicios ópticos a precios bajos. Los suyos eran armazones de moda, originales, y por tanto no podía competir. El cierre fue una dura caída para Santiago Gross, un optómetra al que, en realidad, nunca le gustó lo que hacía; había estudiado y culminado su profesión por seguir la ruta de una familia de optómetras.

    «Tuvimos que hacer bastantes sacrificios con mi esposa, ya teníamos una bebé, y no nos iba bien. Intentamos por todas las formas hacer lo imposible para que las ópticas salgan adelante, teníamos convenios con empresas muy importantes, pero resultó muy difícil la situación en ese momento, fue complicado».

    La tristeza no terminó con la quiebra. El cronómetro aún le decía que debía esperar. Durante un año y medio tuvo que volver a hacer lo que no le gustaba, para poder sostener su hogar. Ingresó a trabajar en Óptica Los Andes, a tiempo completo; solo tenía un día de vacación cada dos semanas de trabajo. Cada minuto que pasaba, se sentía más infeliz…

    La mañana que uno de sus tíos le invitó a pasear por una hacienda en Patate todo cambió. Ese día, luego de tantos años, se fundió con una bicicleta y pedaleó, y pedaleó, y pedaleó hasta que las fuerzas y la tristeza se alejaron y desaparecieron por entre los parajes andinos. Ese instante supo lo que quería hacer y, solo entonces, el reloj empezó a marcar.

    Excitado, regresó a casa y en las siguientes semanas, cada vez que regresaba de sus tareas en Óptica Los Andes, pasaba tiempo frente a la computadora recorriendo por las páginas especializadas en bicicletas. A ello se sumó una rutina de entrenamientos, que empezaba desde las 04:00, todos los días. Entre juego y curiosidad, creó una página de Facebook, llamada Pro Bike. Allí subía noticias de ciclismo, curiosidades, consejos, etc. Uno a uno fue ganando seguidores y el sitios se convirtió en un referente para los aventureros ecuatorianos.

    «Era un hobby muy interesante, que después se empezó a volver un vicio. Al principio ponía una noticia a la semana y, después, siempre trataba de ir buscando más y más noticias, de ir actualizando cosas, poniendo tips de entrenamiento para la gente, resultados de carreras, cosas diferentes que no se veían antes. Como ciclistas y deportistas de aventura no teníamos hasta entonces un espacio donde podamos conocer eso. Nació algo diferente. Todo esto hace alrededor de cinco años», relata ahora este emprendedor de 35 años.

    Su esposa, Andrea Montalvo, veía cómo su pareja iba desarrollando esta pasión, pero todavía estaba sensible por el dolor del tropezón con las ópticas. Además, ya había nacido su segundo hijo, por lo que volver a dar un paso en falso era un cálculo que no estaba en sus planes. «Éramos unos chicos jóvenes que no teníamos experiencia en un negocio propio. Todas esas cosas nos golpearon, crearon miedo en nosotros y hubo temor de volver a emprender», rememoran.

    Ese despertar apasionado de Santiago por la bicicleta incluso generó roces de pareja. «Sí, tuvimos algunas peleas por ese motivo, pero con el tiempo supimos organizarnos para que no afecte nuestra relación», afirma Andrea.

    Y una señal les aclaró la pista. Otro paseo, esta vez a una quinta ubicada en Píntag, de propiedad de los padres de ella, les obsequió la imagen de un Antisana en toda su magnificencia. Ahí, empezó el sueño de organizar carreras para que la mayor cantidad de personas posible pueda admirar todas esas bellezas naturales. El nombre inicial de la competencia que se le ocurrió a Santiago fue «El Reto Antisana»; luego lo cambió por «El Rey de la Montaña», que hoy es una de las competencias más populares y cotizadas entre los deportistas.

    Cargado de ilusión, Santiago oprganizó la primera carrera, con 350 participantes. Por supuesto que la inexperiencia en la organización de este tipo de eventos le hizo cometer muchos errores, algo que pudo haber significado un nuevo traspié. Lo que hizo la diferencia esta vez es la calidad humana hacia los corredores. Santiago descubrió, casi instintivamente, que cada competidor debía merecer un trato de campeón; que indistintamente de que si llega primero o último, para él cada uno es muy importante. Y eso lo sintieron quienes compitieron.

    Diego López, un diseñador gráfico amante de la bicileta, y que hace dos semana llegó en segundo lugar en su categoría en la carrera Tour Montaña Nestlé Papagayo, resalta el tabajo organizativo que realiza Santiago. «Sus carreras son plenas, bien organizadas, tienen muy buena acogida. No podría tener ningún reclamo ni nada por el estilo».

    Dado el primer paso, la firma Nissan se interesó por ser auspiciante. Y es así como el año pasado la competencia se bautizó como «Copa Nissan Rey de la Montaña». Fue hora de renunciar al empleo en la óptica y fortalecer a Pro Bike. Los esposos se asociaron con Alfredo Morales y Dely Jaramillo. En el 2013 la carrera ya llegó a tener tres válidas, recorriendo parajes por distintas provincias del Ecuador. Y también se organizó una competencia de ‘trail running’ (carrera a pie por montaña) denominado como el Desafío Run Series Ziró, con dos válidas.

    Natali Becerra, quien lleva las relaciones públicas de la empresa, ve a Santiago como una persona que es muy abierta y que se deja asesorar. «Siempre escucha nuevas ideas y le gusta colaborar mucho. La verdad nunca hemos tenido desacuerdos y no le he visto en el plano de que algo no le guste. Es muy carismatico y eso lo hace una figura agradable».

    Loco por la bicicleta, este padre de tres niños: Alegría, de 10 años, Tomás, de seis y Matías, de cuatro, ya tiene en mente otro tipos de retos, aún más grandes y de proyección internacional. Anuncia que para el próximo año su sueño es realizar la carrera «El paso de los Andes», una competencia de cuatro días, que atravesará una ruta de 400 kilómetros por cinco volcanes (Chimborazo, quilotoa, Cotopaxi, Antisana y Cayambe).

    Y mientras eso se concreta, Santiago solo tiene una recomendación: «Todos están capacitados para poder cumplir sus sueños. Solo hay que encontrar lo que realmente le gusta a uno. No hay que tener miedo a caerse, porque siempre habrán problemas. Hay que aprender a relajarse y disfrutar vvir la vida. Cuando uno vive así, todo se va dando».

    Un cambio radical

    El ejecutivo ahora alterna entre el ‘look’ formal y su atuendo de deportista. Es el organizador de las carreras de bicicleta denominadas «Copa Nissan El Rey de la Montaña» y otras de ‘trail runnig’.

    Hoja de vida

    Estudios. La etapa colegial la transcurrió en las aulas del English College. Luego fue a la Universidad San Francisco de Quito para estudiar optometría.

    Experiencia. Su trabajo principal fue de optómetra, primero como negocio propio y luego en Óptica Los Andes. Hoy es titular de Pro Bike.

    ‘Cuando uno trabaja y cree sobre todo en sus ideas, las cosas se dan, es inmediato. y soñar es muy importante, hay que estar soñando siempre’.

  • Paula Arias le pone arte a los objetos y prendas cotidianas

    Redacción Quito

    Paula Arias siempre se ha movido en el mundo del arte. Desde escultura, pasando por la fotografía y la pintura, han sido las actividades en las que ha buscado perfeccionarse.

    Su historia se remonta cuando estudiaba en el Colegio British School (Quito), a inicios de la década pasada. Desde esa época demostraba aptitudes para las actividades artísticas, por lo que se graduó de bachiller con esa especialidad.

    Luego viajó a Buenos Aires (Argentina), en donde se graduó de Bellas Artes en la Nueva Escuela de Comunicación y Diseño, en el 2010. Al año siguiente se especializó en escultura, en la Universidad del Museo Social Argentino.

    También se ha formado en una decena de cursos y ha trabajado junto a otros artistas, como María Jesús Neco o Claudio Gallina, reconocidos en la capital argentina. Pero al retornar al Ecuador, hace dos años, le surgió la inquietud de emprender su propio negocio.

    Arias buscaba qué hacer con su arte. Quería que sus obras, con contrastes y combinaciones de vivos colores, se plasmaran en objetos cotidianos. Mandiles, chompas, cojines, bisutería… todos estos artículos se pueden encontrar en el bazar galería Paula Arias Arte Aplicado.

    En cada uno de sus productos hay una creación de esta quiteña. Su concepto es la elaboración de objetos útiles para sus clientes; no se quiso especializar en moda o artículos suntuarios; su valor agregado para cautivar clientes son sus diseños artísticos.

    Para iniciar el emprendimiento invirtió a principios de año USD 10 000, en adecuar un local en la av. Coruña (norte), y en la producción de los ítems.

    Por ejemplo, ofrece mandiles de chef, colchonetas para realizar ejercicios o yoga, cojines, mochilas, pufs y más.

    Arias trabaja con otros proveedores para cada uno de sus artículos. En el caso de los textiles su proveedor es So High Design. La artista entrega los diseños y la firma se encarga de manufacturarlos.

    Las ventas al mes ascienden a unos USD 500. Entre uno de sus proyectos está impartir talleres. También elabora artículos bajo pedido, con los diseños y la cantidad que el cliente requiera.

    «Los productos son de buena calidad y, sobre todo, sus diseños, excelentes», indica Daniela Páez, una arquitecta quiteña. Una de las cosas que destaca la arquitecta es que a pesar de que los diseños son exclusivos, los costos de los productos son competitivos. En ello coincide Álvaro Hernández, diseñador multimedia quien adquirió un mandil de cocina.

    Los otros servicios
    Los cursos. En el bazar también se imparten cursos de arte (pintura y escultura) para niños.

    La promoción. La tienda se muestra en su fan page en Facebook. Distribuye sus productos en bazares de diseñador, como La Caprichosa.10 000 dólares fue el monto inicial del emprendimiento.

  • Musiart, cómo sobrevivir en economía de guerra

    Redacción quito

    Musiart nació en medio de un gran sacudón financiero, hace 11 años. Rolando Valladares, músico de siempre, había inyectado en sus dos hijos, Franciné y Cristian, el amor por la música. Ambos, ya con sus títulos bajo el brazo (ella, como relacionadora pública, y él, como ingeniero de sonido y acústica), decidieron emprender el reto junto a su padre.

    Pero la ilusión y alegría de edificar un negocio próspero sufrió un fuerte traspié en su origen. Un préstamo de alrededor de USD 250 000 en una institución financiera en el exterior iba a servir para retirar todos los equipos de sonido y otro material importante para la acústica de eventos. Lamentablemente, el dueño de la financiera falleció y el crédito no se concretó. Empezaron dos años difíciles.

    Los equipos ya estaban en la Aduana, pero no había dinero para realizar el trámite. Rolando juntó todos sus ahorros, más algunos préstamos bancaros y logró retirarlos. Pero la economía familiar había entrado en «estado de guerra», como él lo recuerda. «Comer poquito, andar contentos y estar preparados para la guerra», repetía Rolando a todos.

    Franciné recuerda que durante todo ese tiempo tuvieron que dejar de comer ciertos alimentos, ajustar muchos gastos, trabajar muy duro y, sobre todo, llenarse el alma con la música. «Eso siempre nos mantuvo unidos como familia».

    Esa misma sonrisa y amabilidad con la que miran la vida, les fue abriendo poco a poco el mercado. Y la familia fue aglutinando servicios: producciones artísticas, conciertos, espectáculos, eventos culturales, artes escénicas… Y en todo ello, asesoría y calidad en el sonido e instalación de sistemas de amplificación, iluminación LED, iluminación arquitectónica, escenarios y estructuras, escenografía, decoración, etc. «Ese es nuestro sello diferenciador», dice Franciné Por ello, esta compañía pasó de tener cinco colaboradores a dar empleo a más de 20, indirectamente, además del ‘staff’ de siete personas que trabajan día a día. Su nómina de clientes se engrosó rápidamente, entre instituciones públicas (presidencia, Alcaldía de Quito, Secretaría de Cultura) y empresas privadas, como Avon. Además de haber creado escenarios para artistas reconocidos como Tadashi Maeda o Gilberto Santa Rosa.

    Y a todo esto sumaron un proyecto social de enseñanza de la música a niños de escasos recursos. Allí entró a participar la madre de familia, María Augusta.

    Los tiempos turbulentos pasaron para la y la experiencia les dejó réditos, en vivencias, crecimiento personal y también en las finanzas. La facturación se multiplicó (ver cifras) y sus clientes están satisfechos. «El trato es familiar y profesional», cuenta Tatiana Figueroa, una cliente de la empresa.

  • Alfalfa y hortalizas fortalecen a esta idea

    Redacción Guayaquil

    Para desarrollar la fábrica de Ieku Greens se destinaron USD 2,5 millones. La planta diseñada por Romeo Almeida, un jubilado del sector de los balanceados para la agroindustria, está ubicada en Durán, al noreste de Guayaquil y produce anualmente -desde el 2010- más de 70 000 frascos de productos nutricionales a base de alfalfa y de una docena de hortalizas.

    Luego de llegar a los 70 años de edad, Almeida se negó a dedicarse a descansar tras décadas de trabajo e impulsó la iniciativa que había venido gestando desde hace 20 años: usar las bondades de los vegetales e incluirlos de alguna manera en la dieta de las personas, pese a que el ritmo de vida no considere el espacio para grandes ensaladas verdes.

    Ahora sus productos se comercializan en cadenas farmacéuticas y centros nutricionales. Las bases de los productos son vegetales como brócoli, acelga, espinaca, perejil, apio, orégano, ajo y sábila.

    En el desarrollo del producto es clave la gestión con agricultores de Chimborazo y Cañar, porque se requiere de plantas cultivadas de manera orgánica, es decir, que no hayan sido tratadas con agroquímicos, como fertilizantes y pesticidas, que serían nocivos en el producto final.

    Almeida se familiarizó con el uso de los vegetales cuando mantenía una fábrica de balanceados para la industria camaronera, a mediados de la década de 1990.

    Con la llegada de la crisis al sector camaronero, derivada de la ‘mancha blanca’, Almeida empezó a incluir en sus recetas alfalfa y matico. El resultado obtenido era que los mariscos mejoraban su resistencia a la plaga y la mortandad disminuía.

    Luego de dos décadas, en el 2010, Almeida comenzó a elaborar los primeros ensayos finales de sus cápsulas para consumo humano. Entre los avales de calidad del producto consta el permiso para la comercialización de estos productos en los EE.UU., otorgado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).

    Actualmente, las ventas de Ieku Greens bordean los USD 4 000 al mes; además Almeida y su equipo se han enfocado en la mercadotecnia del producto. Los directivos indican que este aspecto es fundamental y reconocen que fue desatendido en las primeras etapas de este emprendimiento familiar.

    «Me tardo tres horas en producir, pero seis horas en limpiar los equipos. Queremos ampliar nuestro mercado basándonos en los resultados buenos que surgen de quienes compran el producto».

    Una de los clientas es María Soledad del Campo. Ella adquiere estos suplementos nutricionales hace más de dos años y recuerda que lo empezó a consumir luego de estar internada a consecuencias de una grave anemia. «A medida que iba tomando las cápsulas de Ieku Greens, mis exámenes de sangre iban revelando como poco a poco que desaparecía la anemia», comenta la mujer.

    Con ella concuerda Rocío Dávalos, quien conoció el producto gracias a unas muestras gratis. Ella consume las cápsulas de Ieku Greens hace un año y afirma que en un mes de ingerir una diaria su anemia desapareció. Hoy adquiere mensualmente un frasco de 60 cápsulas en la cadena de Farmacias Fybeca. «Te da animo y fuerzas, y estoy activa todo el día», comenta.

  • El alumno aprende a no soltar sus sueños

    Santiago Ayala Sarmiento

    El año 2000 fue determinante para que la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB) inyectara el ‘chip’ del emprendimiento en sus alumnos. Todo empezó con un curso abierto llamado Cómo organizar su propia empresa. Y, a partir de allí, se ofrecieron otros cursos de distinta índole, como el de Herramientas gerenciales para pequeñas empresas.

    Una vez cimentadas las bases, se procedió a apuntalar los conocimientos en los posgrados. Fue así como se abrió una especialización superior en creación de empresas. Básicamente lo que busca es atacar tres frentes: el primero, apoyar a aquellos estudiantes que llegan con la idea de edificar su propia empresa y es así como las ideas se dan en el aula y luego se concretan en la realidad.

    El segundo frente es para cubrir las necesidades de quienes quieren formarse o consolidarse en calidad de consultores en el área del emprendimiento. Aquí entran abogados, auditores y distintas áreas para la creación de un negocio.

    Y como tercer frente está el de los estudiantes que ya tienen una empresa. Lo que reciben estos alumnos es capacitación para redireccionar el funcionamiento de sus negocios. Y así desarrollan planes de negocios para refundar desde el punto de vista estratégico su firma.

    Wilson Araque, director del Área de Gestión de la Universidad, explica que dentro de las aulas el emprendimiento no es sinónimo de creación de empresas. «Es verdad que una de las aplicaciones más grandes del emprendimiento es la creación de empresas, pero el emprendimiento puede ser aplicado a cualquier rama o campo de la vida: política, cultural, social, económica».

    Al ser la Universidad un campus especializado en posgrados, el plus, precisamente, es contar con estudiantes que ya llegan a los cursos con una experiencia acumulada, son profesionales que tienen cargos de jefatura, muchas veces.

    Pero, además, asisten a clases con un capital relacional importante para plasmar en la práctica todos los conocimientos y las ideas que se les ocurre en clases. Ese capital relacional es todo ese conjunto de amigos, contactos laborales, compañeros de trabajo o universidad (networking) que hacen la diferencia cuando se quiere desarrollar un producto, ya que lo primero que se debe revisar es la agenda de conocidos y así se ayuda a impulsar el negocio que nació en las aulas.

    Por tanto, en este centro de estudios, lo que se busca es contribuir al proceso de formación de gestores en tres campos: el primero, en el de los negocios, de la empresa privada; el segundo, en el campo social, a través de cursos como gerencia para el desarrollo o el de prevención de desastres naturales o la gestión de negocios, con énfasis en las finanzas popular y solidario.

    Y, como tercer puntal, en el ámbito de la administración pública. Es así como nació un proyecto de juntas parroquiales, al cual asisten miembros de esas entidades. Se han capacitado unas 2 000 personas desde el 2005. Durante tres días se les provee de una serie de herramientas para que sepan administrar ese espacio del gobierno local, se les forma en temas de gobernabilidad y de cómo identificar de manera más real oportunidades desde el punto de vista productivo.

    Otras actividades

    Los objetivos. Lo que se busca a nivel general es que el estudiante de la UASB tenga un pensamiento crítico, en el sentido de que siempre esté pendiente de lo que sucede a su alrededor, de las diferentes teorías que se van generando y está en capacidad de opinar.

    Los resultados. El estudiante sale con un pensamiento proactivo, que sepa que cuando está administrando algo no debe tener actitud de bombero, sino que debe planificar, desarrollar actividades preventivas y construir el futuro.

    La visión. Otro punto es el desarrollo de un pensamiento sistémico, entender que la vida en todos los campos funciona como partes interrelacionadas.

  • La comunidad es el eje de los estudiantes

    Lilia Arias

    La UTPL ofrece espacios amplios para la educación, laboratorios sofisticados, un área verde para la relajación y otros espacios en beneficio del estudiante, así lo indica su rector José Barbosa. La universidad nació en 1971, con el cobijo de la religión católica para brindar más opciones a los bachilleres lojanos; que luego se extendió al Ecuador y a otros países.

    En 19,8 hectáreas se ubican las cuatro áreas de estudio: Administrativa, Biológica, Sociohumanística y Técnica. Cada una con laboratorios especializados y con ofertas de pregrado y posgrado.

    Además de dos incubadoras de empresas, como el Valle de Tecnologías y el Centro de Emprendimiento, que acoge ideas productivas de los estudiantes y profesionales de la UTPL, pero también de otras instituciones. Todas vinculadas con la comunidad. Una de ellas es la firma Kradak que ofrece sistemas de rastreo satelital para taxi ejecutivo de Loja. El servicio se extenderá a otras ciudades.

    La UTPL acoge a 5 500 alumnos en modalidad presencial y 30 000 a distancia. Tiene presencia en 23 provincias, además de contactos en Roma, Madrid, Nueva York y también en Bolivia.

    Los programas de investigación han sido el fuerte de la UTPL entre el 2010 y el 2013. En total, 116 proyectos se trabajaron en seis líneas estratégicas de investigación: Ciencias biomédicas, Recursos Naturales, Economía para el desarrollo, Tecnología de punta, Humanidades y Educación a distancia.

    De estas investigaciones, 40 han sido concluidas y publicadas en documentos internacionales, «dándole un prestigio y reconocimiento internacional a la UTPL», dice Juan Pablo Suárez, director general de investigaciones. Estos resultados aportan con el 8% de la producción total del país en temas de investigación.

    Para este catedrático lo importante de la investigación es que esta sea capaz de aportar respuestas en temas que son pertinentes para la sociedad. «En primera instancia solo puede brindar conocimiento, pero este es un paso importante para entender una realidad», dice.

    Los alumnos, en todos sus años de estudio, según la titulación, realizan prácticas que vinculan lo aprendido con la realidad social. Esta actividad académica es considerada como una materia más.

    Pero el inglés es una herramienta fundamental en todas las áreas de estudio. Por ello es una obligación del estudiante dominar ese idioma, sobre todo por los intercambios y becas internacionales.

    La planta docente tiene 500 maestros. De ellos, 60 PhD que laboran de tiempo completo y el 50% de ellos viene del exterior, de España, Argentina y EE.UU.

    Según Gabriel García Torres, secretario general, la UTPL «es una universidad cosmopolita, que mira mucho al mundo sin descuidar su entorno local». Las autoridades de la UTPL están pendientes de tener personal calificado, porque se enfocan en una calidad académica de estándares internacionales.

    Los programas formativos de los profesores y el intercambio con otras universidades del mundo han construido un nexo con docentes de Reino Unido, China, Japón, Suiza, Francia, Canadá, Brasil, Honduras, Australia, Gabón… En total, son 220 convenios internacionales que ha suscrito la UTPL.

    Ecos de su gestión
    En los inicios.  La UTPL puso en marcha la modalidad de Educación a Distancia e inició con la carrera de Ciencias de la Educación.En el 2006.   Se realizó la prueba piloto de emprendimiento y en el 2007 se inauguró el Valle Tecnológico de Loja. En el 2012.   Se acreditaron internacionalmente las titulaciones de Ingeniería Civil ante el Consejo de Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería, A.C. (Cacei), México; Ciencias Contables, Consejo de Acreditación en la Enseñanza de la Contaduría y Administración, A.C. (Caceca), México; Economía, ante el Consejo Nacional de Acreditación de la Ciencia Económica (Conace), México.