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  • Piedad Rivera, Milán activa su vena empresarial

    Pedro Maldonado Ordóñez (I) Redacción Quito / LÍDERES

    Hace 14 años viajó a Italia. No lo hizo por necesidad, a pesar de que en el 2000 Ecuador vivía una severa crisis económica y social.

    Simplemente decidió salir del Ecuador, porque tenía ganas de probar suerte en otros países. Piedad Rivera, conocida como Pía, nació en Morona Santiago, pero se radicó en Cuenca desde su niñez. En la capital azuaya se formó y terminó su carrera de administración de empresas en la Universidad del Azuay.

    Ahora en Milán, una de las ciudades íconos de la moda y el lujo europeo, maneja la empresa Joyflor, una importadora de flores que facturó algo más de dos millones de euros (cerca de USD 3,2 millones), el año pasado.

    En Cuenca, Rivera trabajó durante ocho años en la empresa floricultora Malima. Allí hizo de todo, desde revisar los fax que llegaban hasta administrar plantas de flores. «Ascendí en la empresa, mis jefes valoraban mi trabajo, pero llegué a un techo profesional y siempre había tenido ganas de salir del Ecuador», cuenta con un leve acento italiano en una entrevista realizada vía Skype.

    María Antonieta Puyol, excompañera de universidad y de oficina en Malima, recuerda a Rivera con mucho afecto. En la época de las aulas universitaria Rivera era una estudiante dedicada, «era el tractor que me empujaba a mí y a otros compañeros».

    Puyol añade que su amiga es una mujer muy luchadora que no huye de ningún desafío. También, recuerda que Rivera aprendió mucho en Malima, en especial en temas de exportaciones y cosechas. «Ahora hablamos con frecuencia, estuve en su boda que fue en Uzhupud (al este de Cuenca). La considero como un miembro más de mi familia».

    El primer destino que Rivera tenía en mente era Miami, pero no lo pudo concretar porque no recibió la visa. «Me quedé, como dicen en mi tierra, con los churos hechos», comenta entre risas.

    Para entonces ya había renunciado a su puesto en Malima. Se animó a escribirle a Florimex, un cliente de la empresa cuencana con una idea: presentarse y ponerse a las órdenes. Tomó un vuelo a Italia, se entrevistó con uno de los ejecutivos de esta desaparecida multinacional y, para su sorpresa, fue contratada.

    Rivera recuerda que no sabía italiano. Pensaba que era una lengua parecida al castellano, pero ya en el vuelo hacia el país europeo vio lo complicado que resultaba leerlo y escucharlo. Tampoco se desanimó y empezó una nueva aventura.

    En Florimex sus tareas fueron diversas. Fue la encargada de mejorar los sistemas de control de calidad de las flores que llegaban desde distintos países del planeta. Asimismo, colaboró para mejorar los sistemas de distribución, la organización de los envíos a supermercados, así como en el área de comercio exterior. Rivera admite que los ocho años en Malima fueron un respaldo enorme para cumplir las funciones que le delegaban en Florimex.

    En la firma italiana estuvo dos años y medio. ‘Pía’ pensaba en regresar a Ecuador e intentar nuevamente trabajar en EE.UU. Pero sus planes cambiaron cuando conoció al italiano que hoy es su esposo. «Por casualidad tuve que atender el teléfono de un compañero de trabajo. Hablamos unos minutos, a los pocos días nos conocimos personalmente, nos enamoramos y nos casamos».

    Con el matrimonio llegaron nuevos desafíos. Rivera renunció a Florimex, viajó a Ecuador con su esposo y, en otro giro del destino se encontró con Juan Carlos Cevallos, un proveedor de flores ecuatoriano, que le planteó un reto: «¿Por qué no te dedicas a importar flores por tu cuenta? Ya tienes experiencia en el negocio», fueron las palabras.

    Cevallos, representante de la firma Galápagos Flores, con plantaciones en Tabacundo (norte de Pichincha) recuerda el desafío que le transmitió a Rivera. «La conozco desde hace unos 20 años y sé que tenía y tiene el potencial para el comercio». Cevallos la describe como una mujer dedicada, muy profesional y con mucho sentido del humor, «lo que es importante para los negocios».

    Rivera tuvo dudas. No tenía capital, ni sabía por dónde empezar. Pero Cevallos insistió y le dijo que cuando hay ideas y personas con capacidades, el dinero termina siendo secundario.

    Era mediados del 2002 y para octubre de ese mismo año, Rivera inscribía ante las autoridades italianas su primera empresa Rivaimportexpor.

    Empezó a buscar proveedores, fincas en Ecuador, empresas de carga… Las importaciones iniciales eran de rosas y gypsoifilias, en su mayoría.

    Como todo emprendimiento, los primeros negocios fueron difíciles, con envíos que llegaban incompletos, entre otros inconvenientes. «Pero seguí adelante y en el 2003 facturé unos 200 000 euros» (USD 256 000).

    El emprendimiento creció y se convirtió en sociedad limitada. Así nació lo que hoy es la importadora Joyflor, empresa que tiene seis empleados, más un grupo de colaboradores externos. «Importamos y vendemos a mayoristas».

    El 80% de las flores viene desde Ecuador. El 20% restante llega de países como Tailandia, Israel y otros. Diego Ucrós, gerente de Emihana, una de las empresas que provee de rosas blancas y rojas a Joyflor desde hace siete años, comenta que Rivera es una persona con una persistencia y optimismo. «Es una trabajadora incansable, que ha sabido combinar su vida profesional con su vida familiar. Realmente creo que es ejemplo de lo que se puede lograr cuando se trabaja para un objetivo determinado».

    Rivera es consciente que Italia continúa en crisis económica y que el negocio de las flores puede enfrentar tiempos difíciles en el futuro. Por eso, desde hace tres años, también es distribuidora de los chocolates Pacari. Santiago Peralta, fundador de la empresa, recuerda que conoció a ‘Pía’ hace unos tres años en una feria internacional de productos ecuatorianos. «Con su experiencia en el mercado europeo se le ha hecho fácil posicionar a Pacari. Es una de las mejores distribuidoras que tenemos en Europa». Así, Rivera continúa pensando y haciendo negocios en Milán, Italia.

    Formación profesional en gestión de empresas

    Formación.  Estudió Administración de Empresas en la Universidad del Azuay.

    Su familia. Tiene dos hijos. Su esposo es italiano y administra un negocio propio.

    Sus principios. Se define como una mujer luchadora, honesta, a la que no le gusta pelearse con nadie. Tiene 43 años.

    «Miro el futuro siempre y tengo miles de proyectos e ideas en la cabeza. No pienso a dónde llegaré, no se si eso es un defecto o una virtud».

  • Av corp traslada y transforma desechos

    Carolina Enríquez (I) Redacción Quito / LÍDERES

    Traslado de productos peligrosos, revalorización de residuos industriales y generación de energía con base en residuos es el trabajo de AV CORP.

    Esta firma, que nació en Quito en 1996, tiene como objetivo cuidar el ambiente. Según Eduardo Vera, uno de sus directivos, el traslado de productos peligrosos se hace de forma técnica y certificada, ya que cuentan con el aval de las instituciones reguladoras, entre las que está el Ministerio del Ambiente.

    El crecimiento de la empresa en dos décadas se refleja en los volúmenes transportados: al inicio trasladaba unos 2 000 galones y ahora suman 300 000, de productos peligrosos. Entre esos materiales constan elementos para estimulación de pozos petroleros, productos sólidos, líquidos y lodos de diferentes industrias, etc. Por ejemplo, se encarga de los residuos que vierte GM OBB del Ecuador.

    Adolfo Gangotena, representante de ambiente y sostenibilidad de GM, destaca el «cumplimiento y la velocidad» del servicio de AV CORP. Esta firma trabaja con la ensambladora de automotores desde el 2009.

    La empresa también trabaja con el Municipio de Quito para el traslado de desechos biológicos y partes humanas, que se generan en hospitales públicos y privados, laboratorios, clínicas, etc., dentro del Distrito Metropolitano. Estos desechos son trasladados al botadero de El Inga (en el oriente de Quito), donde se realiza un proceso de tratamiento técnico. AV CORP cuenta con una flota de transportes para trasladar elementos como los residuos industriales no peligrosos (carbón, metales, madera, etc). Cuando AV CORP inició el traslado de estos productos movía unas 100 toneladas al año, pero ahora suman unas 50 000.

    La empresa, que no comparte la idea de destrucción de estos productos como un mecanismo de limpieza, desarrolla tecnología para reutilizarlos. «No compartimos con la tecnología de incineración de productos porque transformamos una masa contaminante sólida a una gaseosa. Es una salida, pero no lo ambientalmente correcto. Todos los residuos industriales siempre se los puede reutilizar», indica Vera.

    La revalorización permite que los residuos se conviertan en materia prima en otro proceso industrial. Por ejemplo, un producto PET puede transformarse y convertirse en base para la fabricación de otro. Además, el carbón una vez usado se quema. Sin embargo, la empresa ha desarrollado procesos para que este producto se reutilice como combustible.

    En esta dinámica ambiental se desarrolla -desde 2002- otro programa orientado a generar energía alternativa. El caso estrella de AV CORP es el uso de excretas y orines de los cerdos, para generar combustible para empresas, como la cementeras. «Estas van cambiando su matriz de consumo energético a la de biocombustibles. Esto nos ha tomado largos años».

    Estos procesos han sido aplicados en otros países, como Colombia, y la firma aspira a crecer en la región con el desarrollo de energía alternativa.

    Vicente Toledo, encargado de mantenimiento de planta y camiones, trabaja nueve años en la compañía y destaca su aprendizaje en el desarrollo y fabricación de maquinaria que necesiten para los procesos de AV CORP.

    50 000 toneladas de desechos traslada esta empresa al año, en promedio.

  • Keyco, del transporte vertical a la operación de robots

    Carolina Enríquez (I) Redacción Quito / LÍDERES

    Cerebros electrónicos que controlan movimientos de robots, dispositivos mecánicos que permiten que robots tomen y muevan objetos, etc. Estos no son elementos desarrollados en países del primer mundo, sino en Ecuador.

    Karel Espinoza, ingeniero electrónico, es quien permitió esta realidad a través de su empresa Keyco (Karel Electrónica y Control). Esta nació hace nueve años y su objetivo siempre fue innovar.

    El negocio principal y con el que nació la compañía es el de ascensores. La firma importa las piezas mecánicas desde China y las ensambla. Pero, su plus, es el desarrollo de los sistemas electrónicos de control (manejo de movimientos de ascensores), las tarjetas electrónicas y el software de estos dispositivos. «El cerebro de los ascensores», dice Espinoza.

    En el 2005 y antes de que en el actual Gobierno se desarrolle el proceso de cambio de la matriz productiva y la sustitución de importaciones, en esta firma surgió la chispa de que se pueden fabricar más productos a escala nacional.

    Al desarrollar el control de los ascensores, también generaron sistemas para personalizarlos. Por ejemplo, esta empresa puede producir ascensores, cuyo sistema electrónico reconozca la huella digital para subir a determinados pisos, o desarrollar botoneras táctiles.

    La empresa en el país compite con firmas multinacionales. Para Espinoza, su idea no es ofrecer productos baratos, sino de calidad, que les permitan competir. Este emprendimiento tampoco buscó ser dependiente de artículos importados, por lo que desde el inicio de la firma constituyó su propio departamento de investigación y desarrollo.

    Al inicio, la firma tenía 20 clientes y ahora cuenta con 120. Asimismo, en el primer año, vendió de 3 a 4 equipos de ascensores y ahora 82.

    Víctor Garcés, de la firma inmobiliaria VHG Arquitectos, es uno de esos clientes. Él destaca el servicio y mantenimiento de los ascensores y sistemas que le brinda Keyco. A la par, asegura que están abiertos a los nuevos proyectos.

    Estos últimos, precisamente, están vinculados con la robótica. Vicente Yépez, gerente general de Keyco, explica que decidieron ‘saltar’ de cerebros de ascensores a cerebros para robots. Lo que les motivó fue que buscaban desarrollar las partes mecánicas de los ascensores. Sin embargo, saben que esos procesos toman tiempo, se desperdicia material, falta personal capacitado, etc. La alternativa que tenían eran los robots.

    La empresa japonesa Yaskawa, de quien Keyco es distribuidor de controles electrónicos, los fabrica. Ahora, la compañía ecuatoriana importará los robots, pero desarrollará las partes mecánicas para tomar y colocar objetos, así como los controles electrónicos para sus movimientos. No solo servirá para su producción, sino para otras industrias, como la de electrodomésticos, vehículos, muebles, etc. Incluso, ya ha mantenido acercamiento con firmas de estas áreas.

    «El robot es inerte. Necesita alguien que le programe. Un robot se puede comprar en cualquier lado, pero darle soluciones al proceso productivo del cliente es otra cosa. Eso hacemos», dice Yépez.

    Keyco espera desarrollar este proyecto y su comercialización en enero del 2015. Para ese año, la compañía espera duplicar la producción de controles de lo que generó el año pasado; es decir, alcanzar los 140 (USD 4,8 millones).

    La producción

    El aporte local.  Los componentes nacionales de los ascensores ascienden al 11%. La parte más importante es el control o cerebro de los equipos. Sin eso, la cabina no podría dar ningún servicio.

    El emprendimiento.  La inversión inicial de la compañía fue de USD 5 000.

  • CADE produce solo alimentos nutritivos

    Bolívar Velasco. Redacción Santo Domingo / LÍDERES

    En el stock de alimentos nutritivos de las grandes cadenas de supermercados y despensas del país, la granola crocante del Colegio Adventista del Ecuador (CADE) se ha vuelto indispensable.

    Ahí se promociona el producto, con base en las ventajas alimenticias que tiene este aperitivo, preferido por quienes buscan una dieta más equilibrada. Desde hace seis años, este bocado es el producto estrella de entre los seis aperitivos que produce la firma alimentos CADE de Santo Domingo de los Tsáchilas.

    Cada mes salen a la venta 200 000 unidades de 340, 240 y 40 gramos. 102 distribuidores se encargan de llevarla a los hogares a un costo promedio de USD 2,50. Pero las ventas a gran escala están en Supermaxi, Tía, Mi Comisariato, Santa María, Aki, Fybeca y Sana Sana.

    Gracias a este roce comercial, alimentos CADE reporta ventas por USD 3 millones, con un margen de utilidad de alrededor de USD 300 000, según el balance financiero de este año.

    Esta empresa se maneja bajo el concepto del ‘no lucro‘, pues financia misiones sociales con enfoque a la educación adventista. Por ello, las ganancias que genera la marca se invierten en 16 entidades educativas adventistas en el país, incluida una de Galápagos, refiere Andrés Aguilar, gerente de Alimentos CADE.

    En el km 16½ de la vía Santo Domingo-Quevedo está la planta procesadora. En el complejo de 10 hectáreas además se encuentran las aulas y el internado del Instituto Tecnológico Superior CADE.

    Los alumnos, a la par de su formación académica, también se dedican a las labores en la planta de alimentos. Ellos son uno de los pilares de la empresa, que a su vez es un laboratorio de prácticas donde ponen en vigencia la teoría aprendida.

    Actualmente, 30 alumnos colaboran en la preparación de los productos y en el área contable. Kerly Torres de 22 años es de Machala y desde hace tres años estudia Administración de Empresas. Ella se encarga del inventario. Por sus labores recibe el sueldo básico (USD 340) que la sirven para financiar sus estudios, para su residencia y los gastos personales.

    Ana Plaza (26 años) es de Cuenca y desde hace tres años colabora en el Área de Embalaje. Trabaja desde las 07:30 y también continúa sus estudios de Promoción de Salud y Nutrición Humana.

    Aguilar señala que el Instituto recibe estudiantes de todo el país, a los que se les da la oportunidad de estudiar y trabajar sin descuidar ninguna de las dos actividades. «Reciben sus remuneraciones como lo establece la ley. Empiezan con un contrato de tres meses y si deciden continuar se les extiende uno a plazo indefinido». La educación adventista se abrió espacio en el país en 1968.

    Pero en 1998 surgió la idea de iniciar una actividad que genere réditos para sostener sus misiones. Un horno adquirido con 1 millón de sucres fue el punto de partida de lo que hoy es la empresa que maneja hornos industriales, grandes pailas freidoras, cocinas industriales y mezcladoras de alimentos.

    En la Superintendencia de Compañías consta con una nómina de 65 personas. Su lema es elaborar alimentos naturalmente nutritivos. Su producción es diversa, además de la granola allí se preparan galletas de coco, avena, snacks de maíz, etc. Entre los ingredientes constan ajonjolí, avena, pasas y linaza, materias primas que proveen empresas nacionales como Base Sur, Harina Superior y La Fabril. El Gerente de Alimentos CADE señala que trabajan en la presentación de la granola light, que se lanzará el 2015. Se trata de un bocado de bajas calorías, con poca azúcar, con semillas de girasol, ajonjolí y miel. En el momento se encuentra en el proceso de certificación del Registro Sanitario y semaforización.

  • Ricardo Steinbruch: ‘Nuestra inversión en el país continúa’

    Redacción Quito (I)

    La Cámara de Industrias y Producción (CIP), en el marco del septuagésimo octavo aniversario de fundación (30 de octubre), entregó el Premio al Fomento de la Producción a la empresa Vicunha Têxtil. Su CEO dialogó con LÍDERES, sobre la estrategia de crecimiento de la empresa en Ecuador.

    ¿Cuál es el compromiso de Vicunha Têxtil con el proceso de cambio de Matriz Productiva en Ecuador?

    La mayor evidencia de nuestro compromiso son las inversiones que permanentemente estamos realizando en la cadena textil ecuatoriana desde que adquirimos la empresa en el 2007. Nuestra presencia ha fortalecido la industria local de confección, que es una gran e importante fuente de empleo. Además, hemos invertido en industrias integradas a la cadena textil (ej: lavandería), mediante entrenamientos específicos con nuestra estructura profesional local y regional.

    ¿A cuánto ascienden las inversiones y cuánto proyectan invertir en su planta en Ecuador en el 2015?

    Hasta ahora hemos invertido casi 50 millones de dólares de manera directa, hemos generado y mantenido vigentes más de 900 plazas de trabajo y al momento contamos con una producción de casi 20 millones de metros de tejido índigo al año. Para los próximos años, aún necesitamos invertir 15 millones de dólares adicionales, para concluir nuestro gran proyecto de modernización y crecimiento productivo.

    ¿Qué oportunidades encuentran con la eventual firma del acuerdo comercial con la Unión Europea?

    Un eventual acuerdo puede promover la exportación de los productos que estamos elaborando en nuestra fábrica local. En la actualidad, el grupo Vicunha ya cuenta con una filial en Europa que se encarga de comercializar y distribuir en la comunidad europea los artículos que desarrollamos en nuestras fábricas de Brasil y Argentina.

    Observamos también que una oportunidad clara se presenta para el desarrollo del sector confeccionista, uno de los sectores con mayor potencial de generación de empleo, y con relativamente bajos niveles de inversión. Este sector necesita de una clara visión de desarrollo económico por parte del Gobierno. Estos acuerdos son necesarios para que el sector pueda desarrollarse.

    ¿Cuánto les puede afectar la apreciación del dólar en sus planes y cuál es la estrategia para enfrentar esa pérdida de competitividad?

    A pesar que las variaciones cambiarias sean desfavorables en determinado momento, confiamos que, con nuestra estrategia competitiva real de desarrollo de productos diferenciados, podremos continuar con un flujo adecuado y rentable de exportación. Nuestra estrategia es invertir en capacitación y seguridad de nuestros funcionarios y ser muy rigurosos en cumplir nuestros compromisos legales y fiscales. Además, tenemos claro que debemos seguir invirtiendo en renovar el parque industrial, para que la empresa pueda competir con, cada vez mejores productos con el resto del mundo.

    A pesar de ello, es vital que el mercado local sea resguardado de la competencia desleal. Una protección para el mercado local (para telas y confección) significa garantizar la continuidad de nuestras inversiones en el país y también garantiza la supervivencia de los confeccionistas.

    ¿Cuáles son las metas del Grupo Vicunha Têxtil para el 2015 y cuál es la importancia que tiene Ecuador?

    Nuestra meta es continuar creciendo. Desde el 2010, a nivel consolidado el Grupo Vicunha Têxtil, ha crecido a una tasa promedio del 14%; seguir creciendo en los próximos 3 años a una tasa del 10% será un gran desafío. Necesitamos crecer mucho en el mercado andino y con seguridad Vicunha Ecuador S.A. será la plataforma para ese crecimiento, desde el punto de vista productivo, financiero y administrativo para las operaciones comerciales y de distribución que se están desarrollando en los países vecinos de Ecuador, México y América Central.

    Experiencia

    La formación. Graduado en Administración de Empresas, por la Fundación Getúlio Vargas. 25 años en la industria textil.

    Las funciones. Director Ejecutivo y Presidente del Consejo de Administración de Vicunha Têxtil.

  • Claves para la empresa familiar

    EFE

    Las nuevas generaciones al frente de compañías latinoamericanas familiares destacaron la importancia de la meritocracia en la sucesión del liderazgo, más allá de los vínculos filiales, así como de impulsar el emprendimiento y la innovación en todos los ámbitos de la empresa. Jóvenes empresarios de México, Colombia, Panamá y Argentina participaron en un panel sobre emprendimiento, que abrió la XXV asamblea plenaria del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), que se celebró del 1 al 3 de octubre en Madrid.

    «En mi empresa hay una estricta política para asumir el liderazgo. Llevo un año y medio como vicepresidente de la empresa de mi familia, pero antes he tenido que graduarme en la universidad, trabajar tres años en otra compañía y obtener una maestría», señaló Larry Maduro, de la distribuidora comercial de Panamá, con fuerte presencia en Costa Rica.

    Maduro forma parte de la tercera generación al frente de la empresa, la «más peligrosa», porque «dicen que la primera la crea, la segunda la levanta y la tercera la destroza». Para que las empresas familiares puedan seguir creciendo con el paso de las generaciones, el empresario insistió en la necesidad de inculcar los valores de emprendimiento a los más jóvenes, así como que los miembros más veteranos de los consejos de administración estén abiertos a las ideas de los más jóvenes.

    En este diagnóstico coincidió Leandro Sigman, también tercera generación al frente del grupo farmacéutico Chemo, quien señaló que las empresas que crecen, familiares o no, son siempre las que innovan y se atreven a salir de su zona de confort. «Latinoamérica es lo suficientemente grande como para que no nos tiente salir, pero creo que el sudeste asiático tiene un potencial enorme y nos deberíamos fijar más en ellos».

  • Rotación, ¿inconformidad desbordada?

    Arturo Castillo (O) Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    En el ámbito laboral, como en cualquier otro aspecto de la realidad, no existen hechos aislados; todo ocurre a partir de una causa. Por ejemplo, si una compañía quiere entender por qué enfrenta recurrentemente situaciones conflictivas, debe buscar la causa en aquellos aspectos que ha dejado largamente desatendidos.

    Quizás deba revisar la forma en que está vinculando personal. El apresuramiento, la falta de prolijidad, las consideraciones superficiales del currículum; el énfasis en el aspecto estrictamente funcional, en las llamadas ‘competencias’ de los candidatos, pueden ser el origen del incontrolable ir y venir de trabajadores.

    En realidad, se necesita de buen olfato, de una penetrante psicología, para percibir, en la primera entrevista de trabajo, que la persona tiene un carácter inestable, que abandona las cosas irresponsablemente, que padece de ensimismamiento intelectual, que tiene problemas para trabajar en equipo.

    Si se pasaron por alto estos ‘detalles’, lo más seguro es que la relación laboral sea corta y tormentosa.

    Obviamente, hay empresas que tienen un ambiente desastroso, de modo que no es de extrañar la continua migración de personal. Los correctivos deben empezar por un cambio de actitud, con la revisión del ejercicio de la autoridad y el liderazgo, dejando de fomentar la competencia insana, evitando el culto a las personas, a las jerarquías.

    La rotación de personal puede también obedecer a la falta de estímulos, de un plan de carrera, de oportunidades de expansión profesional. Puede que el lugar sea grato, que la comunicación fluya adecuadamente, pero si no hay un horizonte claro, opciones ciertas de crecimiento, las renuncias estarán a la orden del día. Sin embargo, es importante evaluar el perfil de quienes renuncian. Generalmente, el personal ‘golondrina’ es aquel que posee talentos y competencias poco comunes, lo que les hace apetecibles en el mercado laboral. Ellos están conscientes de sus capacidades, de modo que no vacilan en hacer cambios, en aceptar nuevos retos.

    Si las compañías no entienden que el talento es volátil, seguramente no sabrán cómo manejarlo. Del personal promedio no hay razón para preocuparse; es gente que se aferra a su trabajo, que acepta sin chistar su destino laboral.

  • El lavado de autos sin agua llega en kits personalizados

    Redacción Quito

    Con seis años en el mercado, la empresa de lavado de autos sin utilización de agua, Easy Dry, implementó este año una nueva estrategia para expandir su negocio.

    Ahora esta iniciativa comercializa sus productos directamente a concesionarios de vehículos y al público en general a través de autoservicios como Megamaxi.

    Mercedes Cañizares junto con su esposo Daniel Tamayo fundaron la compañía en el 2008. El objetivo fue ofrecer el servicio de lavado de vehículos de forma más ecológica y con ahorro de agua. Es decir, no solo eliminar el desperdicio de este recurso limitado sino dejar de lado detergentes que contaminan el ambiente.

    De esta manera la pareja comenzó a producir productos a base de encimas naturales y biodegradables que encapsulan la suciedad y limpian la superficie y el interior del vehículo sin necesidad de agua. Un requisito: para que el producto funcione de forma adecuada se requiere de un paño especial de microfibra.

    Con el uso de estos limpiadores especiales de Easy Dry, el usuario ahorra entre 200 y 250 litros de agua por cada vez que lava su vehículo, aseguran Cañizares y Tamayo.

    En un principio, los productos no se comercializaban sino que se utilizaban en el servicio a domicilio que brindaba la empresa. Como una primera estrategia, Mercedes Cañizares cuenta que pasaron de la entrega del servicio exclusivamente a domicilio, a colocarlo en puntos de servicio en Quito y luego a través de franquicias en todo el país.

    Este año, la firma Easy Dry se extendió de cinco a 16 puntos de servicio en distintas ciudades del país.

    Pero debido a la creciente demanda de los clientes, la pareja decidió pasar a la venta de sus productos. Es así que se contactaron con Megamaxi en donde se les pidió un etiquetado y un embotellado especiales antes de sacarlos a las perchas de sus locales.

    Una vez logrados estos requisitos, determinaron la presentación de un kit que incluye una botella de 600 mililitros de limpiador y encerador de carrocería, acompañado por 250 mililitros de líquido limpiavidrios, 250 mililitros de acondicionador y un volumen similar de protector de neumáticos además de un paño de microfibra y un estuche.

    El limpiador de carrocerías se utiliza para sacar la suciedad de la superficie del auto. El limpiavidrios además de ser antiempañante, combate el crecimiento de hongos por la acidez.

    Finalmente, el acondicionador limpia plásticos y viniles del interior del auto mientras que el protector de neumáticos evita su desgaste y los hidrata.

    Cada kit tiene un costo de USD 35 y sirve para seis lavadas de un auto. Los productos se venden además de forma individual y cada botella tiene un costo de USD 10, indica Cañizares.

    Además de los autoservicios, los productos de Easy Dry se comercializan a concesionarios de vehículos de la marca KIA, Teojama Comercial y Autoban.

    Cañizares indica que el siguiente paso es exportar sus productos a Colombia, Perú y México. La facturación de Easy Dry bordea los USD 100 000 al año.

    Diego Espinosa, jefe de taller de Autoban, indica que ha trabajado con los productos de Easy Dry durante tres años. Agrega que además de dejar los vehículos limpios, reduce el consumo de agua y el tiempo de lavado. Si antes se demoraba lavar un auto en 20 minutos, el tiempo actual es de siete a 10 minutos. «Y nos ofrecen capacitación para realizar el lavado de una manera adecuada«.

    Datos

    El ahorro. De acuerdo con los registros de Easy Dry, sus servicios y productos de lavado de autos sin agua han contribuido a ahorrar 18 537 litros de agua.

    Centros. Easy Dry tiene puntos de servicio de lavado de autos en Quito, Ibarra, Guayaquil, Riobamba y Loja.

    Cifras. USD 38 cuesta el kit de Easy Dry