Etiqueta: financiera

  • La resiliencia financiera y retos para el nuevo año

    Eco. Wilson Araque (O)
    Especial para Revista LÍDERES

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    Uno de los propósitos en los planes personales y familiares de Año Nuevo es cómo mejorar “la capacidad de resiliencia financiera”. Es decir, la forma rápida o lenta con la que una persona o una familia se recupera tras sufrir una caída fuerte, producto de una pérdida de empleo, reducción salarial o aumento del endeudamiento, debido al surgimiento de necesidades emergentes como las que aparecieron en los momentos difíciles de la crisis pandémica, por ejemplo quebrantos de salud a causa del covid-19 o de otra dolencia médica.

    Esta propuesta toma fuerza en el momento que se la contextualiza -como argumento vivencial motivador de su impulso- con las experiencias pandémicas sentidas, en carne propia, por la mayoría de la población. En donde se pudo evidenciar que, desde la óptica de las resistencias financieras acumuladas, quienes lograron afrontar con mayor fuerza los efectos duros fueron las personas y familias que, antes de la crisis pandémica, vinieron construyendo, producto de la puesta en acción de un hábito actitudinal positivo: la cultura por el ahorro. Estos fondos que, como una especie de “sistema inmunológico financiero”, les ayudó a soportar los estragos sorpresivos de los momentos de iliquidez que paulatinamente fue generando el confinamiento obligado.

    Frente a esta realidad, como un aprendizaje pandémico de cara a una preparación proactiva de lo que se viene en el 2021 y en años posteriores, aparece como prioritario que las familias, ahora sí, centren sus energías en acciones reales que contribuyan -como directriz clave de Año Nuevo- a la consecución de la meta familiar. Entre ellas, fortalecer anticipadamente la capacidad de resiliencia que, en última instancia, sea la que permita salir más rápido de alguna dificultad financiera. Porque, en el momento menos esperado, se puede activar alguna amenaza como lo ocurrido en el 2020, con las facturas gordas que fue pasando el covid-19 a las familias.

    Entre las acciones, para lograr este objetivo se pueden resaltar las siguientes: seguir aprovechando, como producto del teletrabajo y teleeducación que se extenderá en buena parte del 2021, la posibilidad de generación de ahorros. Esto, como consecuencia de que las familias seguirán preparando, buena parte de sus alimentos en casa y además gastarán menos en movilidad, ya que la educación y el trabajo se hacían fuera de casa.

    Además, otra acción es la relacionada con la definición -como política familiar interna- del destino de un 15% de los ingresos generados a crear un fondo de ahorro (predestinando de ese fondo, unos 5 puntos porcentuales, para uso exclusivo cuando aparecen de situaciones de emergencia).

    Una tercera acción sería impulsar la creación de otras fuentes de ingresos familiares que, complementen a los que la familia ha venido percibiendo de forma ordinaria. En cuarto lugar, participación activa en programas de educación financiera; y quinta, como otra posible acción -que siempre se repite, es la eliminación de los llamados “gastos hormiga” que, a primera vista, parecen insignificantes, pero que cuando se los cuantifica a través de la suma acumulada -por ejemplo anual-, se puede ver la real dimensión de su impacto en la economía familiar.

    Finalmente, todo lo que se acaba de proponer deberá ser ajustado y adaptado a la realidad del ingreso personal y familiar que, pensando en el 2021, deberán desarrollar habilidades de gestión del dinero para tiempos de una crisis sanitaria y socioeconómica que continuará propinando sendos coletazos.

    Uno de los aprendizajes que dejó la pandemia en el 2020 es la necesidad de tener un fondo de ahorro. Imagen: www.freepik.es
    Uno de los aprendizajes que dejó la pandemia en el 2020 es la necesidad de tener un fondo de ahorro. Imagen: www.freepik.es
  • Por un consumo seguro y responsable

    Eco. Wilson Araque  (O)
    Especial para Revista LÍDERES

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    Parecería que con la nueva realidad que vive el mundo actual, la preocupación por la bioseguridad humana -como expresión de sobrevivencia- que, en medio de una pandemia, está bien su atención y priorización, estaría dejando a un “segundo plano” todo el avance que se había logrado hasta antes de marzo de 2020.

    Hasta esa fecha se venía promoviendo con fuerza, la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030.

    Lo cual, desde la óptica y acción del pensamiento sistémico, no debería ser, pues, en los tiempos de ahora -corto plazo-, es lógica “la preocupación desesperada” por la salud, para garantizar la sobrevivencia humana. Pero ya pensando en el largo plazo no se debe desmayar en el trabajo, al unísono, pro consumo seguro -bioseguridad- y consumo responsable -sostenibilidad- que permita el surgimiento creativo de medidas de bioseguridad que, en doble vía, sean también sostenibles.

    Se debe resaltar que antes de la pandemia, en todo tipo de iniciativa pública o privada, se tendía a incorporar tanto desde la filosofía como de la acción a los principios del desarrollo sostenible que, en esencia, buscan una interacción virtuosa entre lo económico, social y medioambiental.

    Incluso, desde el hogar y los centros educativos, como una buena práctica orientada a garantizar que el mundo pueda seguir vivo en el largo plazo, se venían inculcando, como parte de una educación sustentada en valores, formas de aprendizaje que, al final, logren cambios de actitud orientados a que la humanidad pueda desarrollarse de forma armónica y, así, ir rompiendo los efectos negativos de la destrucción medioambiental y el acrecentamiento de las desigualdades sociales.

    Pero, claro, llegó el enemigo invisible (covid-19) y como que las preocupaciones colectivas por un mundo más sostenible se han ido desvaneciendo. Por ejemplo, el uso excesivo de plástico ha ido en aumento, como también el uso mayor de agua; resaltando que estos dos comportamientos -como expresión de consumo de emergencia- se han potenciado, principalmente, por el miedo de la población al contagio del nuevo coronavirus. En donde, además, la desinformación proveniente desde fuentes no oficiales ha jugado un papel gravitante.

    De ahí, para lograr “un consumo seguro sin descuidar el consumo responsable”, en medio de un entorno de abundante información -mucha de ella incompleta, sin evidencias científicas de respaldo o falsa-, es clave el rol que deben jugar las autoridades competentes, los medios de comunicación y los líderes de opinión.

    El objetivo es que, con un enfoque de educación colectiva, se trasmitan “mensajes guía didácticos” orientados a que toda la población comprenda que para cumplir con el denominado triángulo básico de la vida –uso de mascarilla, distanciamiento social y lavado de manos-, no es necesario -por citar el caso ya resaltado-, como sensación de aportar mayor seguridad, usar grandes cantidades de agua u objetos de plástico que al final también afectan al bolsillo familiar.

    Pues, más bien, lo que se requieren son muchas dosis de disciplina y corresponsabilidad ciudadana.

    La ‘nueva normalidad’ determina aplicar otros patrones en la relación ‘oferta y demanda’. La sostenibilidad, las medidas de bioseguridad, la información adecuada, hoy tienen más influencia. Foto: Freepik.es
    La ‘nueva normalidad’ determina aplicar otros patrones en la relación ‘oferta y demanda’. La sostenibilidad, las medidas de bioseguridad, la información adecuada, hoy tienen más influencia. Foto: Freepik.es
  • Educación financiera para mipymes

    ECO. WILSON ARAQUE  (O)
    Especial para Revista LÍDERES

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    Una de las conclusiones a resaltar del XVI Foro Internacional del Emprendedor -tema central (2020) ‘Educación Financiera para Emprendedores y Mipyme’ (micro y pequeñas empresas), realizado entre 19 y 21 de octubre- es que, como bien lo plantearon Diana Mejía y Karina Azar -ponentes invitadas del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF)-, aún hay en la región un trabajo por realizar en la educación financiera desde cuando nace una mipyme. Eso, porque los programas de educación financiera más bien han estado focalizados a la formación para las decisiones personales y familiares; dejando, así, un espacio por cubrir en lo que es educación financiera con enfoque organizacional adaptado al perfil y realidad de una mipyme.

    En donde, en este tipo de empresas -a diferencia de las grandes que tienen asesores y/o sendos departamentos dedicados a la función financiera- quien hace de propietario de una mipyme es el hombre o mujer orquesta que se encarga de todo -compra insumos, vende productos, organiza al personal, hace los trámites en organismos de control, etc.- y, precisamente, uno de sus encargos es la gestión de los recursos financieros. De ahí la necesidad de que quien empieza una mipyme debe tener, obligatoriamente, una preparación básica, adaptada al perfil y realidad productiva de su negocio. La gerencia de las finanzas organizacionales ayudará a tomar decisiones correctas para la sobrevivencia del emprendimiento creado.

    Por ejemplo, en el momento del despegue de una mipyme se requiere de la interacción de “conocimiento, comportamiento y actitud”, dirigida a la preparación previa para enfrentar los desafíos de sobrevivencia que exige el paso por el denominado valle de la muerte -período de la vulnerabilidad emprendedora, de alrededor de entre 6 meses y 2 años, dependiendo del tipo de negocio-, en donde la flexibilidad y adaptabilidad creativa, sobre todo en estrategias financieras que ayuden a garantizar una mínima reserva de oxígeno de liquidez, es fundamental para sobrevivir; surgiendo así, como se ve, la necesidad de la educación financiera para una mipyme desde su nacimiento.

    Cuando va creciendo la mipyme también van surgiendo necesidades de decisión, solución de problemas y diseño de estrategias que exigen conocimiento financiero que, muchas veces, los propietarios de la empresa lo descartan por el desconocimiento o el temor al manejo de cálculos cuantitativos que, generalmente, están detrás del conocimiento de principios y técnicas que demanda el buen manejo de los recursos financieros de la empresa creada, que va creciendo en medio de entornos difíciles, incluso como los de ahora de pandemia, que exigen gerenciar en medio de altas dosis de turbulencia cargadas de incertidumbre.

    De ahí, es clave transferir, desde espacios educativos públicos y/o privados, por un lado, conocimientos integrados y adaptados a las necesidades de formación de la mipyme y, por otro -con mucho énfasis-, acciones formativas orientadas al cambio de comportamientos; ya que la educación financiera, para que sea efectiva, debe mezclar lo aptitudinal y actitudinal a la hora de medir los resultados formativos.

    Por ejemplo, el propietario de una mipyme, además de saber que tener un fondo de ahorro es bueno para futuras nuevas inversiones o enfrentar amenazas imprevistas -como las de ahora de pandemia- debe, también, desde lo actitudinal, estar dispuesto a convertir ese principio teórico en una realidad. Para este caso sería ir creando, permanentemente, un fondo de ahorro para el crecimiento empresarial y/o en el enfrentamiento de situaciones no programadas.

    En la U. Andina se desarrolló el XVI Foro Internacional del Emprendedor. El futuro de las mipymes depende en gran medida del manejo financiero. Imagen: www.www.freepik.es/
    En la U. Andina se desarrolló el XVI Foro Internacional del Emprendedor. El futuro de las mipymes depende en gran medida del manejo financiero. Imagen: www.www.freepik.es/
  • Consejos para conectar en línea con el consumidor

    Redacción Quito. (I)

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    La nueva normalidad y las restricciones de movilidad han volcado a cientos de miles de compradores a las plataformas digitales en busca de bienes y servicios.

    Expertos en marketing hablan de que en los últimos seis meses, el comercio electrónico y el uso de medios digitales de pago ha avanzado más que en los últimos seis años en Ecuador y el mundo.

    En este escenario, las empresas se ven frente al reto de mantener a su clientela que estaba acostumbrada comprar el producto o contratar el servicio desplazándose físicamente. Pero también deben identificar nuevos compradores.

    En ambos casos, la principal limitación es que los consumidores ya no están dispuestos a ir a la tienda, el almacén o la oficina, por el distanciamiento físico y el temor al contagio del covid-19.

    Es allí donde las empresas deben mejorar sus páginas web y redes sociales, a fin de seguir en contacto con el comprador. Y esto va más allá de un sistema que acepte pagos electrónicos como tarjetas de débito o transferencias.

    El gran reto es optimizar los recursos y establecer ambientes amigables para que el propio cliente indague solo en la página web o en la redes sociales de la empresa y resuelva sus inquietudes, sin que llamar al ‘call center’ sea indispensable.

    Esto se conoce como autogestión del usuario. “Necesitamos que la tecnología nos ayude a eliminar la barrera de conectarnos personalmente en puntos físicos y que el digital sea la manera de gestionarme, sin congestionar un ‘call center’ ni salir del hogar”, explica Max Gómez Montejo, Regional Managing Director de Ariadna Communications Group.

    Añade que hoy más que nunca las circunstancias han empujado a las compañías a desarrollar soluciones para que sus usuarios, por sí mismos, encuentren la información. Para ello, Ariadna Communications Group, firma enfocada en la oferta de servicios de comunicación y marketing digital, recomienda cinco pasos para fortalecer esta autogestión.

    El primero es la diversificación de canales entendiendo la experiencia del usuario. Es decir, la correcta utilización de aplicaciones móviles o páginas web para guiar a las personas en cualquier proceso, sin que se vean forzadas a llamar por teléfono o desplazarse.

    El segundo paso a tomar en cuenta es tener información coherente en las distintas plataformas y canales. Sea que el usuario esté en redes sociales o la página web, los mensajes publicados deben ser claros sobre los procesos, productos y servicios para que se sienta a gusto con la información y no se vea obligado a moverse.

    Un tercer punto es que las interacciones del usuario con personas o robots deben ser claras y precisas para saber cuándo y cómo encontrar información o dirigirse a un canal donde se puedan resolver sus dudas.

    El cuarto consejo es que el uso de inteligencia artificial sea cercano y humanizado. Es decir, debe responder con empatía dando toda la información para resolver los requerimientos del cliente y evitar cualquier confusión.

    Finalmente, el quinto paso es el foco en el posicionamiento orgánico (SEO). En palabras sencillas, que las compañías puedan conectar su página web, su centro de ayuda y las preguntas frecuentes con los buscadores de Internet, para responder a consultas de las personas relacionadas con sus productos y servicios.

    64 % nuevas instalaciones de Internet se registraron en julio en el país, frente al mismo mes del 2019

    La nueva normalidad ha provocado que las personas demanden más productos a través de canales digitales. Foto: Freepik.es
    La nueva normalidad ha provocado que las personas demanden más productos a través de canales digitales. Foto: Freepik.es
  • Ángel Toalombo: ‘Hoy es clave la asesoría financiera’

    Redacción Quito

    redaccion@revistalideres.ec

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    ¿Cómo miran desde la Cooperativa de ahorro y crédito indígena SAC al actual momento económico del Ecuador en medio de la epidemia del covid-19?

    Estamos ante un momento decisivo para el país y para su economía. Vemos muchas dificultades a la hora de ir hacia la nueva normalidad, en especial en el tema de la movilidad y ante las decisiones de los gobiernos seccionales de aún no hallar un equilibrio entre la prevención y el impulso a la economía. También vemos oportunidades para aprender y usar nuevas tecnologías y allí podemos hacer una diferencia fuerte porque las cooperativas de ahorro y crédito siempre se han caracterizado por su cercanía con las personas. Somos empáticos y cercanos con las personas.

    ¿Cómo se ha afectado esa cercanía que usted menciona, ahora que vivimos una crisis sanitaria y ante el llamado distanciamiento social?

    Nos afecta de muchas maneras. Pero hemos desarrollado protocolos de seguridad bastante fuertes, uso de trajes de bioseguridad, mascarillas, y otros elementos. A pesar de su uso hemos perdido cercanía con la gente. La movilidad también es un desafío, la gente no tiene para pagar, los anuncios económicos hechos por el gobierno, el tema del empleo también nos afecta. ¿Qué tenemos que hacer? Entender el momento, ser empático con la gente y tener claro que un bien precioso de la gente en estos momentos es conservar el empleo.

    ¿Qué dicen los socios de la cooperativa, la gente que llega a sus oficinas? ¿Qué sensaciones o sentimientos tienen las personas?

    Estamos con una estrategia para saber actuar en estos momentos. Tenemos un programa social y hemos entregado 4 500 kits alimenticios a familias pobres, hemos tratado de llamar a todos los socios para preguntarles cómo están en su salid, hemos levantado bases de datos para levantar una base de datos e identificar posibles focos de infección. Nos hemos separado un poco del trabajo financiero y hemos priorizado el saber cómo están las personas. Además vemos que los depósitos siguen, las inversiones de los socios continúan. La liquidez se mantiene en esta temporada y nos agrada el trabajo que hacemos en favor de los socios y vemos que ellos siguen productivos.

    ¿Cómo cambiaron los planes de la cooperativa con la llegada del covid-19?

    Este año teníamos planeado llegar a ser una cooperativa del segmento 1 (NDLR: donde están las cooperativas más grandes del país). El año anterior fuimos de las cooperativas más dinámicas, crecimos un 43% en cartera, 111% en patrimonio. Con esos indicadores aspirábamos llegar al segmento 1. Pero hoy ese plan se pospone, primero tenemos que salir de la crisis sanitaria. Vemos que con la salida del confinamiento en ciertos puntos del país, vendrá una cierta normalidad y según eso vamos a proyectar la parte financiera. En este momento nos hemos enfocado en mantener el empleo: somos cerca de 170 empleados, más servicios externos con los que seríamos unas 200 personas. Ellos son nuestra prioridad, con los que podemos atender a cerca de 63 000 socios a escala nacional.

    Las cooperativas de ahorro y crédito siguen creciendo y mantienen una buena imagen. ¿Cuáles han sido las acciones del sector para desarrollar una imagen fuerte?

    Es un tema de cercanía y empatía. Esto nos permite atender sectores que no eran atendidos por los bancos. Nos enfocamos en pequeños empresarios que inician negocios, con empresas familiares. También está el trabajo hecho en parroquias alejadas y sectores económicos frágiles. Por allí esta el trabajo que han hecho las cooperativas de ahorro y crédito en el país.

    ¿En esta temporada de la epidemia y la cuarentena ha variado el tipo de crédito que ustedes entregan?

    Hay afectación en todos los segmentos y ahora tenemos que resetear el trabajo porque gente que antes de la emergencia pedía un crédito ahora es más cauta y frena un negocio o una inversión. Hay que evolucionar muy rápido y en ese camino hemos desarrollado soluciones informáticas ara que la gente pueda pedir crédito, midiendo siempre los riesgos. Tenemos personas y negocios que florecen con negocios vinculados a l covid-19 como las empresas que hacen desinfecciones, que venden mascarillas o gel, restaurantes con delivery, etc. También hay negocios y sectores que van a tardar e recuperarse y allí debemos tener la sensibilidad para saber en qué momento es bueno invertir y asesorar a estos negocios. Una de la tareas en estos momentos para todas las cooperativas es ofrecer asesoría financiera en todo nivel.

    ¿Cuál es el segmento de crédito con más demanda en el caso de SAC?

    El microcrédito para emprendedores es el más fuerte. Allí están pequeños comercios, pequeñas empresas familiares, que han sido históricamente nuestra base social.

    ¿Para lo que queda del 2020, pensando en el segundo semestre, qué perspectivas mira usted para el sector de las cooperativas de ahorro y crédito?

    El segundo semestre se viene complicado y complejo en lo financiero. Estamos apuntando a preparar y formar a las personas para mantener adecuados indicadores financieros. Otro reto es mantener el empleo de las personas, este es el mayor desafío. La economía caerá de manera pronunciada. Si llegan los desembolsos anunciados de organismos multilaterales no tendremos mucho inconveniente con la liquidez, pero nuestro rol fundamental es dinamizar la economía, conservar el empleo, dar facilidades a empleados para que trabajen desde sus casas.

    La educación financiera es clave tanto para cooperativas como para bancos. ¿Qué tan educado es el ecuatoriano?

    Hemos visto que no hay una cultura de ahorro en Ecuador, que sería de gran ayuda en estos momentos tanto para las familias como para los empleadores. En la cooperativa tenemos una plataforma de educación financiera y es una oportunidad para acercarnos a los clientes y darles un servicio de mucha utilidad. Incluso para sacar un crédito es vital el tema de la educación financiera. Ecuador no estuvo preparado para enfrentar esta situación, pero no por eso nos vamos a quedar sin hacer nada. Hoy es el momento para desarrollar y hacer lo que no se ha hecho aprovechando tecnologías para continuar siendo productivos.

    Ángel Toalombo es el Gerente General de la Cooperativa de Ahorro y Crédito indígena SAC analiza el impacto de la crisis sanitaria en el trabajo de la economía social y solidaria. Añade que una de las prioridades del sector es conservar el empleo y reactiv
    Ángel Toalombo es el Gerente General de la Cooperativa de Ahorro y Crédito indígena SAC analiza el impacto de la crisis sanitaria en el trabajo de la economía social y solidaria. Añade que una de las prioridades del sector es conservar el empleo y reactivar la productividad. Foto: Cortesía
  • El rol de las mujeres en la gestión financiera familiar

    Wilson Araque J, para LÍDERES

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    Una de las evidencias empíricas que Muhammad Yunus -Premio Nobel de la Paz, 2006- pudo palpar cuando impulsó el microcrédito, es que, las mujeres, son excelentes administradoras del dinero entregado en calidad de préstamo con fines productivos.

    Yunus evidenció que las mujeres lo tienden a devolver a tiempo y cumpliendo con todos los compromisos asumidos. lo cual es un ingrediente clave a la hora de fortalecer la variable “confianza” que es central dentro del funcionamiento de las microfinanzas.

    Un dato que muestra la confianza que Yunus tenía en las mujeres dice que el 95% de los créditos del banco Grameen -fundado por el Nobel de la Paz- fueron otorgados a mujeres.

    De ahí, la importancia de que las instituciones financieras generen más productos que, para facilitar el acceso a oportunidades y lograr una equidad relacional, tomen en cuentan realidades propias que están detrás del sexo de las personas. En el caso de las mujeres, por ejemplo, en muchas ocasiones, tienden a cumplir un triple rol: jefa de hogar, trabajadora o empresaria, y consumidora de bienes y/o servicios.

    Por esa razón, es importante -yendo al espacio de la educación financiera- que los programas que se ofrecen incluyan -sobre la base de la triada de roles señalados- líneas temáticas sobre habilidades para la buena gestión de finanzas familiares, como por ejemplo el manejo de ingresos y gastos. También es fundamental abordar la promoción de ahorro e inversión dirigidas, por ejemplo, para mujeres que, por situaciones imprevistas de divorcio, viudez o separación, tienen que asumir el rol de jefas únicas de hogar, en donde los ingresos autogenerados por el trabajo realizado o el emprendimiento desarrollado requieren ser administrados de forma creativa, eficaz y eficiente.

    Entre esas habilidades de las mujeres en temas de bolsillo está el desarrollo de capacidades para motivar en los demás miembros familiares hábitos positivos como la cultura del “ahorro continuo” y la toma de conciencia sobre el “valor del dinero” que llega a la familia como producto del esfuerzo y sacrificio de quien lo están generando.

    También, será importante, desde tempranas edades, ir fortaleciendo el espíritu emprendedor de los más pequeños de la casa, rompiendo, así, el viejo paradigma de que, la fuente única para la generación de ingresos familiares, es la búsqueda de un empleo permanente.

    Una buena forma de ir creando esa curiosidad positiva por el emprendimiento es cuando a las hijas e hijos pequeños, en este caso la jefa de hogar -para ir creando una actitud por asumir responsabilidades-, encarga la realización de tareas (limpieza de la casa, del jardín, pintura de la propia habitación, elaboración de algún alimento, cuidado de la mascota…) que pueden o no ser recompensadas de forma monetaria o no monetaria.

    Finalmente, cuando la mujer toma la decisión de impulsar negocios con el enfoque de “propiedad familiar”, siempre es bueno que, desde el inicio, se establezcan protocolos escritos y con el debido respaldo legal; de tal forma que, cuando se presente, alguna separación con el esposo, pareja u otro miembro de la familia, la participación financiera en el negocio, de cada una de las partes, esté muy bien explicado y acordado; evitando, así, largos conflictos -incluso judiciales- que, a la postre, terminan, principalmente, afectando a la paz y buena convivencia entre seres humanos cercanos al núcleo familiar. Todo esto deja ver la importancia de la mujer en la gestión financiera del hogar.

    95% de los créditos del Banco Grameen, fundado por Muhammad Yunus son a mujeres. Foto: Freepik.es
    95% de los créditos del Banco Grameen, fundado por Muhammad Yunus son a mujeres. Foto: Freepik.es
  • Un plan de inclusión financiera arranca

    Redacción Quito

    (I) redaccion@revistalideres.ec

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    El Banco Central del Ecuador (BCE) implementará una estrategia para mejorar la inclusión financiera en el país, con la asistencia técnica del Banco Mundial.

    Se trata de la primera iniciativa en la que participarán actores del sector privado, instituciones públicas y un multilateral.

    El primer paso, que arranca este mes (junio del 2019), será hacer un diagnóstico del estado actual de la inclusión financiera en el país, según la gerente del Central, Verónica Artola.

    De acuerdo con datos del BCE, el 52% de la población en Ecuador tiene una cuenta de ahorro, pero, en promedio, entre un 20 y 25% de ese grupo no accede a otro tipo de servicios, como créditos, tarjetas bancarias, entre otros.

    Uno de los problemas que ha impedido que más ecuatorianos accedan a los productos financieros que brindan los entes, según Artola, es que se han realizado esfuerzos aislados en varios sectores para buscar soluciones. “Quizás por eso no se han visto los resultados que se requieren”.

    De ahí que el plan contempla que, además de entidades públicas, se involucren en la estrategia actores del sector privado como la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), la Asociación de Organismos de Integración del Sector Financiero Popular y Solidario (Asofipse), entre otros.

    Los representantes de las entidades participarán en mesas de diálogo público-privado en las que se abordarán temas como normativa, innovación, digitalición, acceso a servicios. De ahí surgirán propuestas y datos que permitirán crear una estrategia con los aspectos claves en los que se deberá trabajar.

    El Banco Mundial ha brindado este tipo de asesoría en 30 países. En el caso de Ecuador, el acompañamiento durará un año y consistirá en transmitir la información de las experiencias de otros países, explica Rafael Pardo, miembro del equipo del Banco Mundial que trabajará en el plan.

    Para Julio José Prado, presidente de la Asobanca, una de las primeras acciones que se deberían dar en este proceso es crear un repositorio con información actualizada sobre el acceso a los servicios financieros en Ecuador.

    “Hay estudios que se han hecho, sobre todo hay datos de informes internacionales, pero hacen falta esfuerzos conjuntos para generar un repositorio completo. Actualmente hay data muy incompleta sobre inclusión financiera, eso no nos permite armonizar estrategias”, asegura Prado.

    La estrategia tendrá metas cuyo cumplimiento se irá midiendo, sin embargo, los resultados del plan no se verán sino en el mediano y largo plazo, advirtió Prado.

    Con una mejora en los indicadores de inclusión financiera, el especialista del Banco Mundial mencionó que se puede esperar también incrementos en el producto interno bruto per cápita, reducción de la pobreza, mayor independencia financiera, reducción de la violencia en los hogares y mejora en la calidad de vida.

    Pablo Pérez, catedrático universitario y consultor de temas financieros, coincide en que los frutos de los esfuerzos que se realicen no se verán en el corto plazo.

    Pérez advierte que la combinación de educación financiera y acceso a la tecnología es clave para que más personas puedan beneficiarse de los servicios financieros.

    “Las nuevas generaciones tienen la ventaja de estar muy familiarizadas con la tecnología. Es un hecho que hay que aprovechar esto para incluir a más personas de zonas rurales, por ejemplo”.

    Cifras

    Encuesta. Entre el 2016 y el 2017, el BCE realizó una encuesta a 4 442 hogares. Esta reveló que el 55,3% de los entrevistados tenía una cuenta de ahorro, corriente, de depósito a plazo o tarjeta de débito o crédito. Cuando se les consultó sobre ahorro, el 62,8% dijo que no ahorra.
    En la región.  Según el Global Findex 2016, el 54,4% de la población de América Latina tiene acceso a una cuenta en el sistema financiero.

    El 52 % de los ecuatorianos tiene una cuenta de ahorro, según datos del BCE. Foto: Pixabay
    El 52 % de los ecuatorianos tiene una cuenta de ahorro, según datos del BCE. Foto: Pixabay
  • El 51% de adultos tiene una cuenta en una entidad financiera

    Redacción Quito

    redaccion@revistalideres.ec

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    Los indicadores de inclusión financiera en Ecuador están muy por debajo de los de América Latina. Esa fue una de las conclusiones principales del estudio Diagnóstico y recomendaciones para promover la inclusión financiera en Ecuador que se presentó en Quito, en abril pasado.

    ¿Por qué es importante que más gente acceda a las entidades bancarias o del sector financiero de popular y solidario (SFPS)? Debido a que, según el documento elaborado por la firma Marulanda & Consultores, de esta manera la población puede beneficiarse de servicios integrales como ahorro, crédito, seguros, pagos, transferencias, etc. Además, dinamiza el desarrollo económico, ayuda a reducir la informalidad y se convierte en una herramienta de lucha contra la pobreza.

    En el 2017, según cifras de la encuesta Global Findex del Banco Mundial, el 51% de los adultos en Ecuador tenía una cuenta en el sistema financiero; en América Latina el 55%. En el país, solo 12% reportó haber tenido un crédito.

    Ecuador supera a Colombia y Perú en lo que se refiere a cuentas por adulto, pero no en cuanto a préstamos. Bolivia y Chile están entre los países de la región en los que más adultos tienen cuentas y créditos en entidades financieras.

    El estudio indica que hay adultos en el país que tienen varias cuentas y que puede haber una inactividad alta de estas; la percepción es que un 40% a 50% pueden estar en esta condición. Algunas se crean para recibir un crédito, pero no se vuelven a usar.

    Lo que sí se destaca en el análisis es que Ecuador tiene una alta diversidad institucional: bancos (privados y públicos) y entidades del sector financiero popular y solidario (SFPS). Su existencia ofrece enormes oportunidades para promover la inclusión, según Beatriz Marulanda, asociada senior de la consultora que levantó el estudio de inclusión financiera.

    Según la Asociación de Instituciones de Microfinanzas, que agrupa a Finca, DMiro, bancoDesarrollo, VisionFund y Solidario, en el país existen entre cuatro y cinco millones de personas que no son atendidas por el sistema financiero. Algunas de ellas acceden a financiamiento, por ejemplo, a través de la usura.

    La agrupación está trabajando en una política integral de inclusión financiera que cubre promoción de productos y servicios adecuados, normativa, exigencias mínimas de metodologías de crédito, educación financiera, puntos de atención alternativos, etc.

    Se debe tomar en cuenta los resultados positivos que arroja el estudio con relación a las posibilidades de los ciudadanos de acceder al sector financiero: red de sucursales, de cajeros, etc.

    “Si a las sucursales del sistema bancario le sumamos las del sector cooperativo se refleja una buena penetración” , indica Marulanda. A pesar de ello, el país enfrenta un lento avance tanto en la oferta como en el uso de lo digital.

    Por ejemplo, hay un bajo número de puntos disponibles en la economía para usar la tarjeta de débito para “hacer algo más que un simple retiro”. Es decir, hay sitios en los que el dispositivo no se puede usar. “Si eso sucede, el plástico se puede quedar en un cajón y no va a servir. Si los productos que las entidades ofrecen a los clientes no brindan la posibilidad de ser usados no generan beneficio”.

    Eso, por ende, lleva a mayor uso del efectivo a escala nacional.

    El estudio también cree que se deben aplicar más esfuerzos para impulsar el uso de medios electrónicos. José Ricaurte, vicepresidente de Banca Minorista de Produbanco, explica que “la cultura ecuatoriana se ha adaptado a un modelo de atención presencial por lo que es un reto implementar costumbres alineadas a la tecnología (…) estamos incluyendo cada vez nuevos canales de pago”.

    Banco Solidario lanzó una página web que ofrece crédito por Internet de libre disponibilidad, renovación de otros tipos de crédito, etc. La entidad atiende a clientes con ingresos mensuales de entre USD 350 y 1000.

    Bancos y cooperativas buscan más presencia

    Personal de Banco Solidario atiende a dos clientes en su oficina matriz, en Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Personal de Banco Solidario atiende a dos clientes en su oficina matriz, en Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES

    Redacción Cuenca  (I) redaccion@revistalideres.e

    Los bancos privados y las cooperativas de ahorro y crédito del país aplican estrategias para llegar a más personas que no tienen acceso al sistema financiero.

    El Banco Pichincha, por ejemplo, aplica un modelo de negocio para bancarizar a microempresarios y a la población más vulnerable.

    Según el vicepresidente ejecutivo de Negocios, Ignacio Maldonado, el modelo tiene tres factores principales. El primero consiste en que su fuerza de ventas de campo, a través de metodologías de microcrédito, brinda soluciones a sus clientes y entrega productos y servicios financieros.

    El segundo, agrega, es que los procesos, productos y el equipo humano están alineados con la misión, valores y modelo de gestión sostenible de la entidad. Finalmente, destaca la experiencia en el negocio y el conocimiento del sector microempresarial.

    En el 2018, este banco dio USD 890 millones en créditos de microfinanzas, que financiaron necesidades de capital de trabajo y activos fijos para actividades comerciales, de servicio, productivas y agrícolas.

    Banco Pichincha atiende al área rural de las 24 provincias con 1 000 ejecutivos de microfinanzas. Más del 30% de su cartera de microcrédito está destinada a clientes de ese sector.

    Además, tiene la red de corresponsales no bancarios Mi Vecino, que llega a 9 000 puntos en el país. El 41% está en la zona rural. Su objetivo es reducir el tiempo y costo de desplazamiento del cliente.

    El sector cooperativo, señala Juan Pablo Guerra, director de la Unión de Cooperativas de Ahorro y Crédito del Sur, tiene 598 instituciones que atienden a 6,9 millones de socios. Estas entidades cuentan con 2 838 puntos de atención, que inciden en una mayor inclusión financiera.

    De esta cantidad, 1 519 puntos están en zonas de alta ruralidad. “Las cooperativas siempre han buscado atender a los segmentos que requieren mayores oportunidades”.

    Guerra dice que por cada dólar que las cooperativas reciben en depósitos, USD 1,65 son colocados en zonas de alta ruralidad. Es decir, se captan recursos de la zona urbana y se trasladan a la rural. “Con eso se generan más oportunidades”.

    Él admite que hay temas pendientes para mejor la inclusión financiera. Entre otros, mejorar los servicios y la educación financiera y conocer más las necesidades de las personas.

    La Cooperativa Andalucía incursionó en banca por Internet y están por lanzar su aplicación móvil. Además, tiene proyectos para generar mayor acceso a sus servicios en poblaciones no atendidas o con baja cobertura, señala Álex Carpio, subgerente de Tecnología y Operaciones.

    Además, su personal visita zonas rurales donde no pueden instalar una oficina para atenderlas y abrieron agencias en Lago Agrio, Pedro Vicente Maldonado, Urcuquí y Cotacachi.

    “Continuamente desarrollamos productos y servicios que facilitan el acceso a personas que no se encuentran bancarizadas mediante la optimización de requisitos en nuestros procesos, generación de facilidades en el acceso a créditos, flexibilización del manejo de sus recursos con diferentes tipos de cuentas de ahorro, ahorro normal, flexible y programado”, explica Carpio.

    La cooperativa Jardín Azuayo tiene oficinas en zonas urbanas y rural del sur del Ecuador. Ecuador supera a Colombia y Perú en lo que se refiere a cuentas por adulto, según un estudio. Foto:  Xavier Caivinagua para LÍDERES
    La cooperativa Jardín Azuayo tiene oficinas en zonas urbanas y rural del sur del Ecuador. Ecuador supera a Colombia y Perú en lo que se refiere a cuentas por adulto, según un estudio. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Que sus deudas no sean una bola de nieve

    redaccion@revistalideres.ec

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    Adquirir una deuda o un crédito no tiene por qué ser visto como una mala decisión.

    Caer en sobreendeudamiento por el uso desmedido del crédito sin la adecuada planificación sí lo es. ¿Pero cómo saber cuándo se ha caído en esta situación?

    Si no puede ahorrar ni un 20% de sus ingresos y todo o la mayoría de sus recursos en efectivo los usa para pagar sus deudas y aún así, no puede cubrirlas todas, es una señal clave de sobreendeudamiento, dice Guillermo Granja, docente experto en finanzas personales de la Universidad Ecotec.

    Es importante que el cliente identifique cuándo cayó en esta condición, para que empiece a buscar un plan de acción. Un plan inteligente es optar por el refinanciamiento de deudas, explica Esteban Correa, subgerente financiero de Cooperativa Andalucía.

    Refinanciar deudas es un proceso en el que el cliente solicita un cambio en las condiciones a la entidad financiera, porque de otra manera, no podrá pagarla.

    Antes de acudir a un plan de refinanciamiento, Correa recomienda que el cliente deje de usar sus tarjetas y no adquiera nuevos compromisos, para evitar que el monto por pagar siga creciendo.

    Al solicitar el refinanciamiento, el cliente debe identificar cuál es su capacidad real de pago, añade. En función de ello podrá llegar a un acuerdo con la entidad sobre plazos y cuotas más cómodas.

    Algunas entidades financieras piden al cliente que para refinanciar el préstamo, hayan cancelado por lo menos entre un 20% y 30% del compromiso.

    También suelen volver a pedir requisitos que pidieron cuando se contrató el crédito, para identificar cuál es la situación económica actual del cliente y cuánto varió.

    No hay una normativa específica de la Superintendencia de Bancos o de Economía Popular y Solidaria sobre cómo debe manejarse el refinanciamiento. “Las condiciones de un refinanciamiento dependen exclusivamente de la entidad financiera”, señala en su portal web la ‘Súper de Bancos’.

    Para establecer cuál es el monto real que podrá destinar al pago de su deuda, debe realizar primero un presupuesto e identificar cuánto dinero necesita para cubrir sus gastos fijos como alimentación, servicios básicos y educación.

    El monto que quede libre de ese presupuesto es el que podrá destinar al pago de las cuotas de su deuda refinanciada.

    Si desea que el monto disponible sea más alto, es útil que analice en qué áreas puede optimizar recursos y reducir sus gastos que no sean esenciales y fijos.

    Los expertos en finanzas personales recomiendan, por ejemplo, dejar de contratar servicios como televisión por cable, usar transporte público en lugar de taxis y sustituir productos de marcas más costosas por marcas blancas de los supermercados, que suelen ser más económicas.

    El cliente debe tomar en cuenta que al solicitar que las cuotas de la deuda sean más bajas, los plazos serán más largos y los intereses también crecerán.

    Sin embargo, es mejor que pague poco a poco sus compromisos a dejarlos impagos y que estos se hagan mucho más grandes con los intereses por mora y las comisiones por gestión de cobro de las entidades financieras.

    Granja señala que el refinanciamiento es un proceso “ganar-ganar”, puesto que el cliente evita que sus deudas sigan creciendo como una bola de nieve hasta volverse impagables, y los bancos evitan que sus indicadores de morosidad y recuperación de cartera se deterioren.

    En Ecuador, los índices de morosidad han mejorado a pesar de que el país enfrentó problemas de liquidez durante el año pasado.

    Según la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), la tasa de morosidad de los clientes se ubicó en 2,6% hasta diciembre del 2018, mientras que a diciembre del 2017 fue de 3%.

    En el sector de la Economía Popular y Solidaria la tasa es más alta. A diciembre del 2018 la morosidad en las cooperativas de ahorro y crédito se ubicó en 3,5% según el reporte de Asobanca; esto es, 1,1 puntos porcentuales menos que en el mismo mes del 2017.

    Consejos

    Ahorre. Desarrolle la costumbre de ahorrar. Lo ideal es destinar entre el 10% y 20% de sus recursos a un fondo. Así podrá responder ante posibles eventualidades sin recurrir a la tarjeta como un salvavidas. Es común que las personas se sobreendeuden por imprevistos como problemas de salud o accidentes.

    Optimice. Gastar menos le ayudará a tener más efectivo disponible y así pagar más rápido sus compromisos. Identifique cuáles son los gastos fijos a los que no puede renunciar, pero sí optimizar. Luego, sepa los gastos innecesarios que puede eliminar.

    Identifique cuánto puede ajustar su presupuesto para tener un mayor monto disponible y pagar la deuda. Foto: Ilustración: Ingimage
    Identifique cuánto puede ajustar su presupuesto para tener un mayor monto disponible y pagar la deuda. Foto: Ilustración: Ingimage
  • Ecuador impulsa línea financiera para que agricultura abra nuevos mercados

    Agencia EFE

    El Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador anunció una nueva línea de financiación para que la producción de productos agrícolas y su posterior exportación a nuevos mercados internacionales se incremente.

    El convenio fue suscrito con la Corporación Nacional Financiera (CNF), que durante 2018 otorgó más de USD 269 millones en créditos al sector exportador con el objetivo de «facilitar el acceso a la inversión en nuevos productos agrícolas con alto potencial de exportación», señala un comunicado de la cartera de Estado.

    El ministro del ramo, Xavier Lazo, anunció que esta estrategia también forma parte del plan de intervención para la siembra organizada de productos agropecuarios con el objetivo de ingresar en otros mercados en donde no se encuentra todavía el producto de Ecuador y, de ese modo, garantizar las condiciones de vida de los pequeños y medianos productores del país.

    Entre los productos que ya forman parte del servicio crediticio se encuentran mango, piña, abacá, malanga, pitahaya, papaya, pepino dulce, espárragos, guanábana, tomate de árbol, maracuyá y limones.

    El objetivo es que todos estos productos, considerados poco tradicionales dentro del sector primario y por tanto con un valor añadido, logren expandir sus exportaciones a mercados internacionales.

    El monto que se financia va desde los USD 50 000 en adelante, con un periodo de gracia de hasta tres años.

    El presidente del Directorio de la CFN, Juan Carlos Jácome, indicó que están impulsando «la diversificación exportable del país» ya que, al tener cada uno de los productos un ciclo productivo distinto, «el periodo de gracia será diferente».

    Jácome también expresó su alegría por el rol que, como banca de desarrollo, pueden tener en la implementación de la producción y posterior exportación de los productos del país.

    Según el Ministerio, «el apoyo a la diversificación de exportaciones agrícolas es uno de los objetivos primordiales del Gobierno» del presidente ecuatoriano, Lenín Moreno.

    Con una economía que aún depende en gran medida de las exportaciones de petróleo, el presidente ecuatoriano trata de fomentar diversos sectores como motores de desarrollo, y entre ellos tiene el objetivo de relanzar la agricultura con vistas a la exportación.

    El Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador anunció una nueva línea de financiación para que la producción de productos agrícolas
    El Ministerio de Agricultura y Ganadería de Ecuador anunció una nueva línea de financiación para que la producción de productos agrícolas