La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), la organización Girls in Tech Ecuador y la Fundación Cofuturo impulsan el programa de becas de posgrado ‘+Mujeres por la Tecnología’, que busca promover la formación superior de las mujeres ecuatorianas.
El programa está dirigido a voluntarias de Girls in Tech Ecuador que presenten un perfil profesional en ascenso en el ámbito de la tecnología. El propósito es contribuir a la reducción de la brecha de género en la tecnología y desarrollar una fuerza laboral diversa e inclusiva.
Girls in Tech nació hace más de una década en Silicon Valley, EE.UU., con el objetivo de contribuir en el cierre de la brecha digital de género. Hoy cuenta con más de 180 000 miembros activos a escala global. El capítulo Ecuador, creado en el 2015, trabaja educando a niñas y mujeres en tecnología.
El convenio entre las tres instituciones contempla la entrega de 24 becas con descuentos que oscilan entre el 50 y el 100% en maestrías universitarias. Los estudios tienen un año de duración y se imparten en modalidad en línea.
El pasado 9 de noviembre se otorgaron las tres primeras becas, una del 100% para el máster universitario en Diseño y Gestión de Proyectos Tecnológicos y dos del 80% de financiamiento para el máster en Diseño y Gestión de Proyectos Tecnológicos y Negocios Digitales.
Las beneficiarias son Gabriela Ballesteros, programadora web de una empresa que ofrece dispositivos electrónicos; Gina Manzur, category manager en la industria de la construcción; y Cristina Ramírez, diseñadora de interfaz web en un Estudio Jurídico. Las 21 becas restantes serán entregadas el próximo año.
En el concurso de adjudicación de las tres primeras becas, que inició a principios de octubre, intervinieron más de 200 mujeres. Las participantes debían presentar una carta de motivación con su interés en el programa y un modelo de proyecto relacionado con el área de ingeniería o desarrollo de nuevas tecnologías.
“Esta iniciativa es una clara apuesta de esta universidad por seguir rompiendo las barreras sociales. Nuestro objetivo es que esto ayude a la generación de empleo en un momento tan difícil como el que estamos viviendo”, destaca Ana Frontela, country manager de UNIR en Ecuador.
Gina Manzur, profesional del área de la construcción, es una de las beneficiarias del programa ‘+ Mujeres por la tecnología’. Foto: Cortesía UNIR
Cómo lograr la recuperación económica en medio de la crisis más dura que ha experimentado el país, es el mayor desafío de las empresas. Salir a flote requiere no solo de decisiones acertadas de los directivos, sino también de la actuación de la fuerza laboral.
La participación de los trabajadores trasciende del cumplimiento de las normas de bioseguridad, para evitar el contagio de la covid-19. La resiliencia ante nuevos escenarios es fundamental, describen expertos consultados.
“Definitivamente estamos frente a un entorno diferente para el empleo. El mundo en el que trabajábamos anteriormente se fue. Por lo tanto, tendremos que desaprender para aprender nuevas habilidades”, comenta Grecia Logroño, especialista en talento humano.
Logroño anota como fundamentales el desarrollo de habilidades digitales y socioemocionales (creatividad, resiliencia) y trabajo en equipo remoto, debido al incremento exponencial de la cantidad de personas interactuando en entornos virtuales.
El abrupto cambio hacia el teletrabajo, debido a la pandemia, es una muestra del reto que implica la situación actual tanto para empleados como empleadores. Según datos del Ministerio de Trabajo, hasta el pasado 1 de julio en el país había 411 688 teletrabajadores en el sector privado.
El aprendizaje y dominio de medios telemáticos se convirtió en una necesidad que es cubierta mediante capacitaciones promovidas por las empresas y por iniciativa propia de los trabajadores.
Xavier Sisa, director jurídico de la Cámara de Industrias y Producción (CIP), describe que se pasó de un temor casi generalizado a adoptar los mecanismos de trabajo por medios electrónicos, “a que se convierta esta en una forma diaria y eficaz de mantener nuestras actividades laborales y de comunicarnos con los demás miembros de la empresa”.
Uno de los estilos más fuertes actualmente es el ‘reskilling’, es decir, enseñar a las personas cosas nuevas para que puedan realizar nuevas tareas, dice Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting.
Si las personas se mantienen aprendiendo siempre encontrarán mejores oportunidades y podrán contribuir de mejor forma a su empresa. Los temas prioritarios son gestión del cambio, liderazgo y sus nuevos desafíos; cultura organizacional, técnicas para ser productivo en teletrabajo, transformación digital y además todos los aspectos técnicos inherentes al cargo, dice Estrada.
El ‘reskilling’ es la cuarta tendencia en talento humano más importante para los negocios en Ecuador, según un estudio reciente de Deloitte. El mismo informe revela que el 64% de los encuestados considera estar “preparados” o “muy preparados” al respecto.
La capacitación del personal, aciertan los expertos, siempre ha sido pieza clave para el crecimiento de las empresas. Invertir en esta área ahora cobra más relevancia.
Otra rama de formación potente frente a la transformación provocada por la pandemia es el ‘upskilling’. A diferencia del ‘reskilling’, se trata de aprender nuevos conocimientos o habilidades relacionadas con la misma área de trabajo que se desempeña.
Un artículo de la revista Forbes Colombia (2 de junio del 2020), cita un estudio de Linkedin el cual reporta que este año el 51% de las compañías a nivel global tienen previsto implementar un programa de ‘upskilling’ en el interior de sus organizaciones; el 47% hará lo propio con uno de ‘reskilling’.
Forbes Colombia también recoge una investigación del Boston Consulting Group en donde se concluye que el 86% de la fuerza laboral en Latinoamérica tiene interés en hacer ‘reskilling’, para tener un nuevo empleo. “Sin duda, esto abre la puerta a grandes cambios en los departamentos de RR.HH.”, describe la revista.
Los expertos reflexionan que todos estos aspectos deben estar ligados con una organización coherente de los equipos de trabajo y entablar canales de comunicación efectiva, entre otros, con el fin de lograr objetivos comunes.
51 % de compañías en la región tienen previsto impulsar jornadas de formación, según LinkedIn
La capacitación siempre ha sido pieza clave para el crecimiento de las empresas
La formación dual se consolida en Ecuador y trae una serie de oportunidades, más aún en situaciones adversas como las que atraviesa el país hoy en día. Este modelo, de origen alemán, permite estudiar una carrera técnica al mismo tiempo que se trabaja en una empresa.
El objetivo es mejorar laproductividad y la competitividad del país. En Ecuador, el modelo se aplica de hace algo más de 25 años, pero es en la última década que ha tomado relevancia, con el apoyo de universidades, gremios productivos y empresas.
Hasta mediados del año pasado en Ecuador se contaban 11 carreras dentro de la formación dual. Además, 129 empresas eran parte del modelo y 529 estudiantes habían sido parte del programa. Otro dato dice que 423 tutores empresariales habían sido formados, según la Corporación Formados.
Juan Fernando Gutiérrez, presidente Ejecutivo de la Corporación Formados, asegura que este sistema es una gran oportunidad para el país. “Ecuador ha tenido un problema en productividad. Y la formación dual ayuda a que las empresas y los trabajadores produzcan más y mejor”.
Para Gutiérrez, en la actual coyuntura en la que se habla de reactivación, la formación dual viene a ser una aliada de la academia y del sector productivo.
En estos días, autoridades y gremios señalan que alrededor de 900 000 personas quedarán sin empleo en Ecuador, tras la pandemia del covid-19 y sus efectos en la economía nacional. “Para salir adelante habrá que formar a los jóvenes para que sean parte de la plana principal de las empresas”, dice el vocero de Corporación Formados.
Bajo este sistema el estudiante obtiene una certificación alemana; además se utiliza la misma malla curricular y programa alemanes con la idea de que el título sea en Ecuador de tercer nivel.
Las empresas que son parte del programa se ubican en Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta. En la capital azuaya existe mayor experiencia en el sistema. Allí uno de los protagonistas fue la Cámara de Industrias que apoyó la formación dual desde hace cerca de 18 años en carreras universitarias.
Graiman es una de las empresas que se apoya en la formación dual desde el 2015. Su gerente General, Juan Pablo Malo, destaca que el sistema es la mejor forma de tener una estructura sostenible que permita que la gente se capacite. “En este modelo se desarrolla un círculo virtuoso entre la academia y la empresa. Los trabajadores se educan y producen al mimo tiempo trayendo beneficios para las empresas y para el país”.
Para Malo, el trabajador tiene una motivación especial al adquirir conocimientos que le serán útiles en su trabajo y le asegura un empleo de calidad. “Eso deja ver que existe un componente social importante detrás”.
Otra de las empresas que confían en el sistema alemán es Colineal. Marcos Montero, jefe de producción de la firma de muebles, detalla que se unieron al programa hace dos años. Colineal trabaja con el Instituto Tecnológico del Azuay y los estudiantes de la carrera de Tecnología de la madera. “Es un centro de carreras técnicas con alto potencial y demanda”.
Para Montero, el mayor beneficios es el retorno del tiempo invertido en los estudiantes. “Los tutores son fundamentales y los conocimientos que comparten son muy valiosos. Además, los jóvenes llegan a trabajar a la empresa con buenos conocimientos teóricos y prácticos”.
En el área de investigación y desarrollo, añade Montero, se busca ingenieros mecánicos que tengan bases sólidas en materias como diseño, software, maquinaria “y el programa de formación dual cumple esas condiciones”.
90% de satisfacción Para dar seguimiento al programa, Corporación Formados realiza encuestas con las empresas formadoras y los estudiantes que son parte de esta modalidad
“Este nos permite conocer dónde se ubican los chicos graduados del programa y si están en trabajos acordes con sus carreras universitarias”, dice Juan Fernando Gutiérrez. Uno de los resultados de las encuestas señala que el 85% de graduados siguen vinculados a la misma carrera de su formación. “Eso es algo fundamental”.
Gutiérrez agrega que la empleabilidad es otra clave, y por eso la formación dual apunta a que los jóvenes tengan una opción laboral tras graduarse. El año pasado la satisfacción de las empresas y los estudiantes fue mayor al 90% según las encuestas.
En el largo plazo se busca además que los jóvenes estén en la capacidad de emprender negocios propios gracias a sus habilidades y conocimientos, dice el jefe de Producción de Colineal. “Es importante que tengan un trabajo, pero más valioso aún es que tengan la capacidad de generar empleos, más aún en tiempos de crisis como los que se viven”.
129 empresas eran parte del programa de formación dual en Ecuador hasta el año pasado
Este sistema alemán avanza en el Ecuador de la mano de empresas, gremios productivos, universidades e institutos tecnológicos. La satisfacción es grande. Foto: cortesía
Las actuales circunstancias que vive el país y el mundo han obligado a miles de personas a volver a salir al mercado laboralen busca de un puesto de trabajo.
La ansiedad y la necesidad, sin embargo, pueden llevar al profesional o trabajador a lanzarse en búsqueda de un puesto sin detenerse a pensar en las habilidades que puede ofrecer dependiendo de la institución o empresa a la que se esté aplicando, o sin evaluar previamente qué destrezas ha adquirido en sus últimas experiencias laborales.
Estos errores pueden restarle puntos a la hora de postular a una plaza. Por el contrario, una serie de estrategias respecto a cómo aplicar pueden marcar la diferencia que jugará a su favor. En este escenario, centros educativos como la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) han creado espacios para dotar de estas herramientas a los participantes a fin de que puedan aplicar de manera más efectiva a un puesto de trabajo.
Marta Carrión Páez, responsable de Proyectos de Empleo del departamento de Formación para Empresas y Salidas Profesionales de la UNIR, explica que un programa de este tipo tiene el nombre de Viveros de Empleo.
Este es un espacio de enseñanza 100% Online que convoca a alumnos y egresados de la UNIR pero también a participantes externos. En Ecuador, alrededor de 216 de estudiantes siguen esta asesoría.
Carrión explica que el programa comienza con un trabajo de auto conocimiento personal y profesional. Con ello, el participante define cuáles son sus habilidades y conocimientos profesionales y evalúa qué perfiles está demandando el mercado.
Si hay una diferencia, la persona debe identificar que habilidades debe potenciar, adquirir o mejorar para ser un buen candidato.
Un segundo punto de acción en Viveros de Empleo es la inteligencia emocional. Buscar trabajo en este tiempo puede ser frustrante porque el mercado es limitado y ello genera emociones negativas en el aplicante. Por ello, se trabaja en que los participantes promuevan un clima positivo en su vida y en su proceso búsqueda laboral.
Un tercer aspecto en que se trabaja, cuenta Carrión, es en el manejo de herramientas para posicionarse frente a la empresa y diferenciarse ante otros candidatos.
Por ejemplo, el mejorar la hoja de vida o currículum según los requisitos del empleo. También se trabaja en mejorar la marca personal con el manejo de redes sociales como LinkedIn. Adicionalmente, se da estrategias de cómo presentarse en una entrevista de trabajo, y cómo participar de procesos de selección en ambientes digitales.
De forma paralela a todos estos puntos, se trabaja en un plan de mejora personal. Es decir, qué objetivos profesionales se tiene y cómo trazar un plan para llegar a concretarlos, señala Carrión.
“Ahora mismo el mercado pide resiliencia, gente que sepa adaptarse y que sea flexible”, añade la experta y define el termino reinventarse como el siempre estar abierto al continuo aprendizaje.
Otros elementos a tomar en cuenta son el actualizar la hoja de vida con los más recientes logros o experiencias laborales, recomienda la Comisión de Educación de Tercer Nivel de Nueva Zelanda. Añade que otro aspecto importante es redactar perfiles cortos para redes sociales específicamente par destacar
Formación Antes de aplicar a un trabajo, el candidato debe evaluarse internamente y aprovechar de herramientas disponibles en la web. Universidades como la UNIR ofrecen programas al respecto. Freepik.es
Cambiar una llanta o la batería de un carro, nunca fue un problema para Ximena Garzón. Su padre, Patricio, le enseñó desde joven ciertas habilidades de mecánica, plomería, electricidad –que históricamente la sociedad ha vinculado con los hombres–, para que nunca tuviese que depender de nadie.
“Nos enseñó a ser seres humanos independientes”, recuerda Ximena, quien tiene una hermana menor. De su madre, Ximena Villalba, aprendió que es posible conjugar la vida profesional con el cuidado de los hijos.
Esta mujer es Doctora en Medicina y Cirugía, por la Universidad Central del Ecuador. Tiene una maestría en Seguridad del Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales y un PhD en Salud Pública con concentración en Salud Ocupacional, por la Universidad del Sur de la Florida (EE.UU.).
Se casó y fue madre muy joven, con 24 años. Considera que la mayor responsabilidad de una persona es “criar seres humanos felices”. Es por ello que durante la infancia de su único hijo procuró buscar trabajos que le permitieran pasar más tiempo con él. Luego, retomó con fuerza su desarrollo profesional.
Durante 14 años laboró como médica del Hotel Quito. Fue Subdirectora de Docencia e Investigación del Hospital del IESS Quito Sur y, actualmente, es coordinadora de Docencia en el Hospital Carlos Andrade Marín, del IESS. Es docente de postgrado en la Universidad Central y en la Universidad de las Américas, en las cátedras de Epidemiología e Investigación.
Discriminación
“Ninguna mujer está libre de eso. Cuando me gradué del colegio, un par de amigos hombres me dijeron que no estudiara medicina, que me buscara algo más ‘light’, porque mi marido no me iba a dejar ejercer. En la universidad, terminé la carrera embarazada, y el Coordinador de Docencia del hospital donde hacía el internado no me podía ni ver por eso, me decía que me fuera y que regresara después de dos años. Fue una experiencia terrible. En el Hotel Quito, un hombre de alto cargo no me respetaba como médico por ser mujer. En el Hospital del IESSQuito Sur, otra mujer que era líder ejercía acoso psicológico únicamente sobre las tres mujeres que éramos subdirectoras, no sobre los hombres”.
Equidad
“Pese a que tenemos una cultura machista, sí hay oportunidades laborales para las mujeres. Si tienes una formación adecuada y demuestras tus capacidades, te dan oportunidades. A mí se me han abierto las puertas por lo que soy. En Ecuador no existen diferencias de pagos entre hombres y mujeres; en Estados Unidos, sí. No voy a negar que para una mujer ser médico es complicado. Por ejemplo, al estar embarazada o cuando se tienen niños pequeños y debes hacer turnos es muy duro”. Liderazgo
“He visto muchas líderes mujeres, especialmente jóvenes, hay gente brillante en muy buenos cargos. Muchas veces nosotras mismas nos ponemos las barreras. Es cuestión de formación. A quienes nos criaron sin limitaciones de género hemos llegado a ser lo que hemos querido. El apoyo de una pareja es importante.
Mi característica como líder es la empatía. Siempre he tratado a las personas como seres humanos, no como objetos. He manejado conflictos en grupos grandes, promocionado la empatía entre ellos. He tenido que ser estricta. Un hospital es un organismo, tiene que trabajar en conjunto; he tratado de que entiendan que todos somos iguales, y tenemos derechos y obligaciones”.
Ser madre y el equilibrio
“Nunca me compliqué mucho, tenía el modelo de mi mamá, de trabajar y cuidar de sus hijos. Mi hijo era responsable, nunca me dio problemas. Además, siempre he tenido el apoyo incondicional de mi marido, sin ese apoyo no hubiese llegado a donde estoy ahora. Cuando vivíamos en EE.UU., por mi doctorado, él continuó trabajando remotamente y además estaba dedicado a nuestro hijo, lo llevaba a sus entrenamientos de natación. Mientras, yo estudiaba de lunes a domingo.
Yo tengo dos lemas. Uno es que soy súper disciplinada. Y el otro: “La constancia vence lo que la dicha no alcanza”. La mayoría no nace genio, es promedio. Pero, la diferencia entre una persona promedio y una promedio constante, es grande. Si uno se traza metas, no hay límites. Yo me paro a las 5:00 a hacer ejercicio, corro una hora y media todas las mañanas. En mi trabajo tengo un esquema. Y en la casa, compartimos tareas”.
Ximena Garzón es médica cirujana, con un PhD en Salud Pública. Foto: Cortesía
Las carreras de Tecnología Superior en Ventas y Logística de Almacenamiento y Distribución funcionarán desde septiembre en la Universidad del Azuay, en Cuenca. El lanzamiento estaba previsto para el 13 de marzo, pero se aplazó por la declaratoria de emergencia sanitaria en el país.
Ambas alternativas se desarrollarán bajo el modelo educativo alemán de formación dual. Es decir, los estudiantes recibirán clases teóricas en este centro de estudios azuayo y harán prácticas en las empresas formadoras.
Estas propuestas académicas cuentan con el aval de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca. En cada una de estas carreras se tiene previsto un mínimo de 25 estudiantes matriculados y un máximo de 30. Además, se estima contar con el respaldo de 35 empresas formadoras, explica el presidente de la Corporación Formados, Andrés Robalino.
Esta organización impulsa esta modalidad de estudios desde el ámbito privado en el país.
El tiempo de duración de los estudios será de dos años y medio, agrega Robalino, quien también es director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca.
La formación se dividirá por semestres. La tercera parte del costo será pagada por el estudiante, el mismo porcentaje será un aporte de la universidad y el valor restante asumirán las empresas.
“Esa una buena alternativa porque el costo para el estudiante se reduce y tiene un alto porcentaje de quedarse trabajando en la empresa formadora”, dice Robalino.
Según él, en la actualidad, se cuenta con más de 14 convenios firmados con empresas azuayas de toda índole. Este tipo de técnicos, explica, son necesarios en cualquier sector ya sea de la construcción, financiero, turístico, manufacturero y comercio. No hay restricción en edades, solo se requiere ser bachiller.
Robalino dice que como Cámara de Industrias, Producción y Empleo lideran la formación dual en el país y siempre están buscando llenar los vacíos laborales que tienen las empresas. El año pasado se realizó una investigación de la demanda de las empresas afiliadas y se determinó que estas dos carreras son necesarias.
“En función a esa respuesta de nuestras empresas afiliadas, nos reunimos con los representantes de la Universidad del Azuay con el objetivo de crear estas carreras”, señaló Robalino.
Posteriormente, se inició un proceso de revisión de las mallas curriculares alemanas en conjunto con los profesores de este centro de estudios superiores y los empresarios interesados y fueron aprobada por el Gobierno.
“Con esta formación nos ha ido bien en Ecuador porque ha podido implementar este sistema de forma total como se realiza en Alemania. Por eso hemos asesorado en otros países cómo hacerlo”, dice Robalino.
El representante de los industriales cuencanos agrega que el desempleo de los estudiantes que siguen una carrera dual oscila entre el 3% y 4%, “muy por debajo de lo que ocurre en otros casos”.
La Universidad del Azuay será la sede de las nuevas carreras. Hay cupo para 30 personas por especialización. Foto: Xavier Caivinagua / LÍDERES
La responsabilidadsocial no debe ser entendida solo como una extensión universitaria o voluntariado estudiantil, su propósito fundamental es la formación de nuevos profesionales éticos y socialmente responsables con todos sus grupos de interés.
Esa es una de las conclusiones del estudio ‘Responsabilidad Social Universitaria en Ecuador’, publicado por Genoveva Espinoza y Marco Guachamín, de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador.
Según María Beatriz Eguiguren, directora del Departamento de Ciencias Jurídicas y del Observatorio de Conflictos Socioambientales de la Técnica Particular de Loja (UTPL), las universidades no pueden estar alejadas de este tema, porque son instituciones que tienen el propósito de formar profesionales responsables con su entorno, que deben resolver problemas sociales y ambientales.
Con ese criterio coincide el catedrático cuencano Pedro Mora. Él señala que las universidades dentro de su visión y misión forman talento humano para la sociedad priorizando al ser humano, pero que también exista un equilibrio con el ambiente.
Eguiguren explica que, a más de la formación académica, los estudiantes están involucrados en la investigación y vinculación y, por ende, están relacionados con la sociedad.
En una primera fase, los docentes tienen la obligación moral de incluir a los alumnos desde los primeros ciclos en los proyectos de investigación porque es parte de su formación, dice Eguiguren. Cuando los alumnos tienen más competencias y conocimientos acceden a las iniciativas de vinculación con la sociedad.
“Ya no solo recogen las necesidades de la sociedad, sino también dan respuestas y fortalecen sus capacidades para beneficio de la comunidad, centros indígenas o sociedad en general”, comenta la catedrática de la UTPL. Luego, cuando el estudiante está más preparado y tiene una formación en responsabilidad social pasará a una siguiente fase, que son las prácticas pre-profesionales.
En la investigación de Espinoza y Guachamín se señala que la responsabilidad social universitaria debe garantizar la calidad de la educación superior a través del fortalecimiento y adaptación al entorno académico y realidad actual. Por ello, agregan que no puede pasar por alto la formación de profesionales con conocimientos pertinentes a los requerimientos del entorno, sensibles y motivados por valores y orientar la investigación a la solución de problemas sociales.
La teoría y la práctica son parte de una formación social
Redacción Cuenca (I) redaccion@revistalideres.ec Aunque es optativa, la asignatura de responsabilidad social es una de las más demandadas de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad de Cuenca. Se dicta durante un semestre en el octavo ciclo. Tiene 70 alumnos divididos en dos cursos.
En su pénsum se trata la historia de la responsabilidad social en el país y el mundo y los elementos de responsabilidad de la empresa ante la sociedad y el ambiente, que forman parte del desarrollo sostenible.
Los estudiantes también aprenden sobre las normativas nacionales e internacionales, modelos de gestión de responsabilidad social empresarial y gestión estratégica de las relaciones con los ‘stakeholders’, que son los grupos de interés que son afectados por cualquier decisión que adopte la empresa, dice Francisco Roldán, profesor de Responsabilidad Social Empresarial en Administración de Empresas de la Universidad de Cuenca.
Él destaca que la intención es que los futuros gerentes aprendan que uno de los principales intereses debe ser la responsabilidad social y ambiental y no solo obtener ganancias económicas. “Queremos ir más allá y que el estudiante conozca que existen procesos fijados y que en el ámbito internacional hay certificaciones de calidad”.
Diego Loyola fue profesor de Responsabilidad Social durante cinco años. Él destaca que con esta materia se busca concienciar que el desarrollo sostenible es una parte fundamental de la gestión y que se está desarrollando en el mundo. “Enseñamos qué es lo que un gerente debe realizar, cuál es su posición frente a la realidad de la sociedad y la naturaleza”.
Los estudiantes también deben analizar una empresa y ver qué acciones están tomando frente a los requisitos normativos como la ISO 26000 y otros criterios. Con información de empresas multinacionales y las grandes del país se efectúa esta evaluación, señala Loyola.
En este trabajo, los alumnos conocen la organización, sus actividades y luego analizan en función de los criterios de responsabilidad social y efectúan la evaluación. “Se busca que entiendan que una empresa no solo está para ganar dinero y esa no es su naturaleza inicial sino hacer una labor de distribución de riqueza a sus empleados, accionistas, proveedores, quienes están al lado de la fábrica…”, dice Loyola.
La formación también se complementa en los posgrados. Pedro Mora es director de la Maestría en Administración y Gestión de Empresas en la Universidad de Cuenca. Paralelo al avance académico, los estudiantes deben realizar un proyecto o pasantía y dar asesoría en varios temas como la responsabilidad social empresarial.
El proyecto, explica Mora, será preparado en el primer semestre, se desarrollará en el segundo y los resultados se presentarán en el tercero. El estudiante se acercará a microempresas, emprendimientos, artesanos o mujeres asociadas. “Se escoge a ellos porque se supone que las medianas y grandes empresas tienen conocimientos en responsabilidad social”.
María José Montalvo asesora a la emprendedora Paola Rodas. Xavier Caivinagua para LÍDERES
Las asesorías son parte del vínculo entre el estudiante y la sociedad
Redacción Cuenca (I) redaccion@revistalideres.ec La vinculación con la sociedad forma parte de la formación en responsabilidad social. Allí, por lo general, participan los alumnos universitarios que cursan los últimos años de sus carreras.
Eso ocurre en el Centro de Servicios Empresariales de la Universidad de Cuenca. Están involucrados los estudiantes de los últimos ciclos de Administración de Empresas, Contabilidad y Auditoría, Economía, Mercadotecnia y Sociología.
Su objetivo es ofertar los serviciosgratuitos de asesoría, estudios y acompañamiento para sus emprendimientos. Los alumnos acompañados por docentes apoyan desde la generación de la idea, desarrollo y otras etapas necesarias para la puesta en marcha de un negocio.
Según Juan Fernando Castillo, coordinador de este centro, hay tres beneficiados. Las personas que acceden a una asesoría gratuita; los estudiantes que realizan prácticas preprofesionales y la universidad, que se vincula con la sociedad.
Por su parte, la Universidad Técnica Particular de Loja cuenta, entre otros centros, con el Departamento de Ciencias Jurídicas y del Observatorio de Conflictos Socioambientales. Su directora María Beatriz Eguiguren señala que la formación que ofrecen se enfoca en responder a las necesidades de la sociedad y los estudiantes son preparados para que puedan dar respuestas.
Ella explica que tienen proyectos que dan soluciones en el campo legal a través de brigadas itinerantes que se desarrollan en todo el país. Por allí deben pasar tanto los estudiantes presenciales como los de a distancia. La carrera de Derecho tiene 13 000 estudiantes en esta última modalidad y otros 1 000 en la presencial.
Además, brindan asesorías guiadas por sus profesores en los consultorios jurídicos que tienen en Quito, Guayaquil, Cuenca y Loja.
En Zamora Chinchipe, en cambio, funciona el Centro de Innovación y Desarrollo para la Industria y Minería que fue creado en el 2013 por la Universidad Técnica Particular de Loja. Su labor se centra en el entrenamiento y formación con programas de capacitación certificados.
Otros campos de acción se relacionan con el emprendimiento y desarrollo y el trabajo con los gobiernos autónomos descentralizados. Según su director, Leonardo Benavides, como parte de la responsabilidad social capacitaron en primeros auxilios y rescate a 150 mineros artesanales de Nambija.
Además, dan los primeros pasos para traer el programa ‘Oro con Precio Justo’, que premia a los productores que no emplean niños, no contaminan el ambiente y tienen prácticas de seguridad. Este año llegó una delegación de Mongolia y del consejo de la Alianza por la Minería Responsable.
Benavides agrega que también certificaron a pobladores de Los Encuentros y Chicaña, que están cerca del proyecto Fruta del Norte y de la parroquia Lita (Imbabura), que está cerca de Cascabel. La idea es que puedan tener los elementos suficientes para determinar si hay contaminación del agua y sean los primeros cuidadores del recurso.
Francisco Roldán es profesor de Responsabilidad Social en la Universidad de Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
Cuando Pamela Moposita se graduó del colegio y se disponía a estudiar una carrera superior, buscó algo novedoso, diferente, que le permitiera vincularse rápidamente al mundo empresarial. Investigó y dio con la formación dual, que en el país empezó por iniciativa privada, mediante la Corporación Formados, una alianza de nueve agremiaciones empresariales.
A breves rasgos, en la formación profesional dual el 50% es enseñanza teórica que se imparte en un aula de clases y el otro 50% enseñanza práctica en una empresa Formados implementó este modelo en Ecuador a partir del 2014, con el apoyo de la Federación de Cámaras de Industrias y Comercio de Alemania.
Desde entonces se han creado 11 carreras orientadas al sector manufacturero entre las que están: técnica en plásticos, técnica en producción textil, técnica en fabricación de calzado, técnica en desarrollo de software, entre otras. Todas están avaladas por Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Cada una se configura en base a las necesidades de las empresas. Se imparten en cuatro ciudades (Quito, Cuenca, Guayaquil y Manta), a través de seis institutos técnicos –públicos y privados- y dos universidades.
Pamela es una de los 800 estudiantes que, actualmente, se forman en esta modalidad. Cursa el tercer nivel de producción textil, en el Instituto Tecnológico Superior Sucre y desempeña sus horas prácticas en la firma textil Vicunha Ecuador. Esta experiencia le ha permitido desarrollar nuevas destrezas, ha adquirido conocimientos en áreas operativas y administrativas.
Juan Fernando Gutiérrez, presidente ejecutivo de la Corporación Formados, sostiene que el aprendizaje dual “puede transformar al país”, porque incide, directamente, en la competitividad del sector productivo y, a la vez, influye en el desarrollo social y económico de la gente. El 84% de los estudiantes del programa han sido contratados por las empresas.
La Organización Internacional de Trabajo (OIT) anota que la formación dual es la modalidad formativa más efectiva para acercar la oferta y la demanda de competencias laborales, aumentar la empleabilidad de las personas jóvenes y optimizar el uso de los recursos para formación.
“Los estudiantes no deben culminar sus estudios para recién en ese momento poder tener contacto con la realidad empresarial. Las empresas pueden adaptar a los estudiantes a su dinámica”, anota Galo Chacón, jefe de recursos humanos de Vicunha Ecuador, que es una de las 134 firmas que participan en el programa.
Más allá de los resultados cuantitativos, la formación dual aporta al clima laboral, ya que también pueden ingresar los empleados que deseen mejorar sus conocimientos, lo cual se convierte en un estímulo para ellos, dice Pablo Zambrano, titular de la Cámara de Industrias y Producción (CIP).
La CIP se alió con la Politécnica Salesiana para crear la carrera de mecánica industrial. La malla comprende cinco semestres. La formación práctica empieza desde el segundo.
Nestlé ejecuta con 14 universidades la ‘Iniciativa por los jóvenes’, que contiene formación dual y consiste en promover pasantías, realizar proyectos y casos de negocios. “Ha generado en la compañía una posibilidad de hallar futuros talentos y encontrar maneras distintas de gestionar procesos y solucionar problemas de nuestras operaciones”, explica Annabelle Rodríguez, directora de Recursos Humanos.
Los centros educativos, por su cuenta, también promueven iniciativas que buscan vincular a los jóvenes con las empresas. La Fundación Cicerón, de la Universidad San Francisco de Quito, desarrolla cursos de educación continua y ejecutiva, para desarrollar talento humano y áreas de negocios, con acreditación internacional.
Dispone 30 programas de acceso al público en general, indica Ana María Novillo, directora de Cicerón. Se imparten también cursos hechos “a medida” de los requerimientos de las organizaciones, con certificaciones ideadas específicamente para cada negocio.
En la empresa Vicunha, los estudiantes pasan tres meses continuos en actividades prácticas, como parte de su formación dual. Fotos: Cortesía Vicunha Ecuador
La catedrática e investigadora de la Espae, Virginia Lasio, analiza los tipos de negocios que surgen en el país y enfatiza en sus fortalezas y debilidades. Además, considera que el entorno no es todavía del todo favorable para los pequeños empresarios en Ecuador.
Todos los años se publica el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), pero este año sabemos que no habrá el estudio de Ecuador. ¿Por qué motivos no se contará con los datos del país? Este proyecto tiene ciclos anuales y Espae no participó en el ciclo 2018-2019. El motivo principal de interrumpir el año 2018 fue el presupuesto. Es un estudio costoso y Espae lo financia, salvo auspicios ocasionales de empresas con pequeños montos, con recursos propios. En este sentido, conviene a veces destinar estos recursos a otros proyectos de investigación, en vista de la poca variabilidad anual de los resultadosGEM, y de que continuamos activos con investigación en emprendimiento e innovación, aun cuando en un año en particular no hayamos levantado los datos locales.
Sin esos datos, ¿se puede establecer cómo está Ecuador frente a otros países? ¿Sigue siendo Ecuador uno de los países que más emprende? Los resultados del GEM Ecuador no muestran grandes variaciones de la Actividad Emprendedora Temprana (TEA por sus siglas en inglés) anualmente; aunque ha venido declinando en los últimos años, la TEA de Ecuador ha sido usualmente una de las más altas de América Latina y el Caribe. En consecuencia, en relación con el año 2018 no es posible pronunciarse; más que la información de este año sobre el emprendimiento local, la afectación podría darse en quienes utilizan nuestras bases de datos para hacer investigación, por la discontinuidad de la serie temporal. Además de la utilización por profesores de la Espae y la Espol, las bases de datos están disponibles para profesores y alumnos de otras universidades también; algunos profesores las han solicitado para sus tesis doctorales, u otros proyectos de investigación. Para otras aplicaciones de terceros, como estudios económicos e industriales, o artículos en medios y revistas profesionales, el impacto de interrumpir un año el estudio GEM Ecuador es relativamente menor. Como Espae no interrumpimos el trabajo en este campo. Por ejemplo, hacia mediados de este año publicaremos un estudio sobre el emprendimiento de jóvenes en Ecuador basado en el GEM.
Más allá del GEM, ¿qué percepción tiene usted sobre la actividad emprendedora en el país hoy en día? Se observan cambios en los tipos de negocios, pero aún a pequeña escala en relación con la población, hay algunas ‘start ups’, ‘fintech’ y otros negocios con componentes innovadores en el campo de la moda o la gastronomía, pero que por su cantidad no son capturados todavía por el GEM. El entorno no es aún del todo favorable para los pequeños empresarios.
Otro dato que se encontraba en el GEM es el tiempo de supervivencia de los emprendimientos. ¿Qué pasa al respecto con los negocios que arrancan? Muchos de los emprendimientos incluidos en la actividad emprendedora temprana, TEA, han sido motivados por la necesidad y son temporales, no han sido planificados para perdurar, aunque esto no excluye que algunos pueden crecer. Sin embargo, prácticamente todos los emprendimientos están orientados al mercado doméstico, comercio al detalle, y sin tecnologíareciente. Estos aspectos condicionan la supervivencia, puesto que son negocios fácilmente imitables y de alta rotación.
Cada vez se habla más de emprendimiento en Ecuador, en la academia y entre las autoridades. ¿Qué falta para que el ecosistema emprendedor se consolide y deje de estar solo en el discurso? Debe mejorar el ecosistema para las empresas en general, no solo para los emprendedores, aunque por supuesto facilita si poseen algunos beneficios específicos que simplifiquen el arranque de una empresa y también su cierre, por ejemplo. Considero que, al hacer política pública, en el ámbito industrial o de desarrollo productivo, en Ecuador se ha descuidado estimar los impactos en emprendedores y pequeños empresarios, de quienes además se espera que crezcan para constituir un tejido empresarial contundente. Es importante entender también las interrelaciones existentes; para que prosperen los emprendedores, se requiere de empresas grandes y prósperas también.
En su opinión, ¿qué actividades productivas tienen mayor potencial de crecer gracias a la actividad emprendedora? De lo que vemos actualmente, me atrevería a decir que la industria del software, servicios financieros que están relacionados, servicios varios dirigidos a los consumidores.
¿Cuánto incide la formación académica de una persona en el momento de emprender? Nuestros estudios sobre el emprendimiento en Ecuador a lo largo de algunos años, y en particular el Global Entrepreneurship Monitor Ecuador, muestran que las personas que han alcanzado más años de escolaridad inician emprendimientos por oportunidad, en comparación con quienes tienen menor escolaridad. De acuerdo con el GEM Ecuador 2017, la educación en emprendimiento en la educación superior es un factor del entorno, o clima emprendedor relativamente bien calificado, no así la educación en emprendimiento que se recibe en el ciclo básico.
Y, ¿cuánto pesa la actitud de las personas a la hora de montar un negocio? Los resultados del GEM Ecuador muestran la incidencia de la educación en percepciones y actitudes; así las personas más educadas se perciben más capaces para emprender, muestran mayor intención de hacerlo e inician negocios con mayor potencial de crecimiento.
¿El próximo año se retomará el GEM en la Espae? El ciclo 2019-2020 ya se inició y nos encontramos en el proceso de administración de la Encuesta de Población Adulta (APS, por su sigla en inglés). En junio del próximo año esperamos tener listo el nuevo informe para su divulgación al país.
Virginia Lasio ha sido miembro del Directorio de la Red Ecuador del Pacto Global de las Naciones Unidas, y del capítulo Ecuador del WBCSD- Cemdes. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
Que los jóvenes tengan más oportunidades de insertarse en el mercado laboral combinando trabajo y estudio es una de las tareas que desarrolla la riobambeña Íngrid Bonilla. Ella conoció de primera mano el sistema alemán de formación dual y ahora lo difunde en el país.
Cuando estudiaba en el Colegio San Felipe Neri le atraían la arquitectura, la ingeniería civil y la administración de empresas. Pero en el 2007, cuando llegó la hora de la universidad, optó por contabilidad. “Una carrera tradicional”.
Ingresó a la Escuela Politécnica de Chimborazo (Espoch) y estudió el primer semestre. “Sentía que quería algo más”. Cerca de finalizar esos seis meses la institución abrió una nueva carrera: ingeniería en empresas bajo formación dual. Esta pertenecía a la red de Escuela Superior Dual de Latinoamérica (Duale Hochschule Latinoamérica), bajo el modelo de la Escuela Superior Dual Baden-Wurtemberg( Duale Hochschule Baden Württemberg). “Me sentí atraída por ella”, comenta.
A Bonilla le gustó la posibilidad de que mientras estudiara en la universidad, obtendría experiencia en una empresa. Además, ella destaca que la carrera tenía estándares ISO 9001, había la posibilidad de hacer intercambios en diferentes sedes de América Latina, ofrecía altas posibilidades para ser contratado al terminar la formación y permitía que la compañía formadora financiara el 50% de la matrícula de la universidad.
Sin embargo, todo esto no era fácil. Era una carrera “ultraexigente”. Bonilla iba a la empresa formadora de lunes a viernes las ocho horas, debía estudiar la parte teórica y los sábados tenía que asistir a las tutorías para proyectos; apenas tenía 15 días de vacación y no podía arrastrar materias.
La práctica de su formación la realizó en el Hotel Hacienda Abraspungo. Gracias a la formación dual conoció todas las áreas empresariales: marketing y ventas, producción, etc.; como parte de sus estudios hizo proyectos entre los que estuvo el desarrollo de un sistema de gestión de calidad.
Esto fue clave para aplicar en su profesión años más tarde. También fue de gran importancia el aprendizaje del idioma alemán y el intercambio estudiantil en la sede de la red de Cali, en la Universidad Autónoma de Occidente.
En el 2012, luego de cuatro años de carrera, la Cámara de Industrias Ecuatoriano-Alemana le invitó a formar parte de su equipo de formación dual. “No dudé. Acepté porque iba a apoyar en la elaboración de un proyecto. El Gobierno contrató los servicios del gremio para desarrollar 41 proyectos de carrera bajo el sistema alemán”.
Bonilla se mudó a Quito y se convirtió en asistente de proyectos. En ese mismo año viajó dos meses a Alemania, con una beca, a un curso para reforzar el idioma. De la visita a ese país destaca el haber vivido experiencias junto a gente de diferentes culturas y haber recorrido varias ciudades.
En Ecuador, cuando la contrataron en la Cámara Alemana, conoció a Lisa Pesendorfer, hoy experta a largo plazo del proyecto para la formación profesional.“Íngrid es responsable, ordenada, cumplida. Estructura bien sus procesos de trabajo. Desde que era estudiante estaba enfocada en lo que quería y necesitaba desarrollar”.
Trabajaron juntas en la entidad hasta el 2014. Luego participaron en proyectos vinculados al sistema de formación dual.
Al dejar la Cámara, Bonilla laboró como asistente administrativa en Sywork Consultoría Estratégica. Para 2015 accedió al cargo de coordinadora técnica en la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera; allí se encargó de proyectos como el rediseño para la aprobación de una carrera de formación dual a escala tecnológica para ese sector.
Ella considera que tuvo una actividad multitareas en esa época. Coordinó alianzas, capacitaciones y conferencias para el gremio; también ayudó en la institucionalización del mismo. A la vez, obtuvo conocimientos sobre el manejo sustentable de bosques.
Tras dos años llegó un nuevo reto, vinculado también a la formación dual. Viajó a Cuenca y labora en la Fundación Sparkassen.
Bonilla no solo trabaja. Hace voluntariado y gestión social a favor de personas con enfermedades terminales o discapacidades; ha colaborado con fundaciones como Cecilia Rivadeneira y la organización Fotosentidos Ecuador.
“La conozco hace muchos años. Es emprendedora y líder carismática. Siempre ha estado preocupada por conectar con la gente y motivarla a que desarrolle sus capacidades (…) alguna vez hicimos fotografías como voluntarios y la mejor parte era que ella daba la confianza a las personas para que permitan que les fotografiemos”, dice su amigo Alfredo Astudillo.
Un método para aprender haciendo Redacción Quito (I)
La formación dual, que tiene sus orígenes hace 200 años en Alemania, combina la teoría con la práctica en el proceso de formación. La intención es que los participantes accedan a los conocimientos académicos y los puedan comparar y aplicar en las diferentes áreas de las empresas en el país que los apadrinan.
Según Ingrid Bonilla, quien estudió a través de esta metodología y ahora la difunde en el país y la región, este tipo de formación está alineada a algunas metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas.
Una es el objetivo cuatro de educación de calidad. “Pretende que hombres y mujeres tengan acceso a una formación técnica, profesional y superior de calidad. Otra meta se enfoca en aumentar el número de jóvenes y adultos que tengan competencias técnicas y profesionales, para acceder al empleo. En Ecuador, se han desarrollado carreras a nivel técnico y tecnológico, que desean potenciar el ‘saber hacer’ en el campo profesional”.
Ella considera que la formación dual permite tener una visión holística en el desarrollo de una persona. Le da la posibilidad de involucrarse en la realidad laboral y crecer: aprender a solucionar problemas, comunicarse, relacionarse con la gente, hacer informes, entregar al jefe, entre otros.
La formación dual, además, ayuda al desempleo juvenil porque las personas que estudian bajo esta metodología tienen amplias posibilidades para que la empresa los contrate. Además, les permite obtener experiencia.
En Ecuador existen proyectos a través de los cuales se aplica este método de estudio. Participan institutos, empresas y gremios empresariales.
Datos: Íngrid Bonilla.
Actividades. Le gusta el baile como una manera de relajarse. Familia. Ella explica que es su principal motor. “Estamos distribuidos en tres ciudades pero pese a la distancia, el apoyo mutuo y el amor incondicional permanecen intactos”. Viajes. Ha recorrido diferentes países en los que ha vivido experiencias vinculadas a la aplicación del sistema de formación dual.
Íngrid Bonilla. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES