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  • Guayaquil será la sede del encuentro anual del BID

    Redacción Líderes

    (I)

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    El Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo tendrá su reunión anual en Guayaquil, del 16 al 17 de julio de 2019. Así lo informó el organismo multilateral en días pasados.

    Los líderes económicos y financieros de los 48 países miembros del BID discutirán, durante dos días, los retos y oportunidades de desarrollo de la región en la actual coyuntura.

    Durante el evento, se presentará la actualización de la estrategia institucional del Grupo BID y una edición actualizada del informe macroeconómico anual sobre América Latina y el Caribe. También se llevará a cabo un seminario sobre el sector privado organizado por BID Invest, que se centra en operaciones del sector privado

    El Grupo BID está compuesto por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ofrece recursos y financiamiento al sector público, BID Invest y el BID Lab (anteriormente conocido como FOMIN), que otorga donaciones y recursos para promover proyectos innovadores de pequeña escala en la región.

    Los líderes económicos y financieros de los 48 países miembros del BID discutirán, durante dos días, los retos y oportunidades de desarrollo de la región en la actual coyuntura.
    Los líderes económicos y financieros de los 48 países miembros del BID discutirán en Guayaquil, durante dos días, los retos y oportunidades de desarrollo de la región en la actual coyuntura. Foto: Archivo LÍDERES
  • Carga contenerizada crece en puertos

    Mónica Mendoza.
    macroeditora (I)

    Guayaquil se ubica en el ‘top’ 20 del movimiento de zonas portuarias de la región. En esa categoría se incluyen el puerto que opera la concesionaria Contecon y las terminales privadas, ubicadas en el sur de la ciudad.

    Aparece en el séptimo lugar del informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre actividad portuaria del 2018 (ver infografía). El organismo analizó para su última edición el movimiento de carga en contenedores de 31 países y 118 puertos y zonas portuarias.

    El año pasado Guayaquil tuvo un crecimiento de 10,29% en el movimiento de carga en TEU (unidad equivalente a un contenedor de 20 pies), en relación al 2017. Y toda la región registró un aumento del 7,7%, con un volumen aproximado de 53,2 millones de TEU.

    El movimiento fue heterogéneo. Aunque del total analizado, solo 66 puertos y zonas mejoraron respecto al año anterior. En ese pelotón se ubica el Puerto Principal, que pasó de 1,8 millones de TEU a 2 millones de TEU. Sumando Manta, Esmeraldas y Puerto Bolívar, Ecuador movió el año pasado 2,2 millones de TEU, que lo ubica sexto en la lista por países en la costa del Pacífico.

    Javier Moreira, presidente de la Cámara Marítima del Ecuador (Camae), señala que el aumento se da, principalmente, por la contenerización de la carga con las regulaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI). A partir del 1 de enero del 2020 se aplicará un límite global de azufre del 0,50% para combustibles marinos. “Muchas naves que transportan cargas refrigeradas al granel no estarán preparadas y forzosamente irán a desguace. Esto hace necesario el reajuste de la logística a contenedores”.

    El transporte en contenedores seguirá con un aumento sostenido. Se calcula que al menos habrá un crecimiento del 10% global y en Ecuador un 10%.

    Moreira, también gerente de la naviera CMA CGM Ecuador, cree que el crecimiento del volumen de carga está relacionado con mejorar la competitividad, aumentar la canasta de exportaciones y eliminar barreras arancelarias que castigan las importaciones.

    El 2018 las ventas de productos no petroleros crecieron solo 5% y los principales fueron el camarón y el banano. “La carga crece dependiendo del crecimiento del país en exportaciones e importaciones”, añade el experto.

    El año pasado, Ecuador exportó 350,5 millones de cajas de banano. El 77% de la fruta se envió en contenedores y el 22,6% al granel.

    La eficiencia en el sistema portuario también es un punto clave para la competitividad del país.
    Iván Wong, gerente general de Dole Ecuador, dijo que como usuarios de los puertos demandan calidad de servicios logísticos, costos, tiempo y seguridad que permitan competir con otros proveedores de la fruta. Ecuador oferta el 30% a escala global.

    Señaló que la exportación en contenedores demanda mayor logística, ya que gran parte de la fruta sale de pequeños productores y fincas que al llegar a los puertos se debe consolidar y paletizar. En los puertos se deben encontrar esas condiciones, dijo en el foro del Impacto del Sistema Portuario en las Exportaciones Bananeras, en la IX Cumbre Mundial de Banano que se realizó en Guayaquil.

    La apuesta es que los puertos instalados en Guayaquil aumenten el movimiento de carga. El dragado del canal de acceso marítimo, a cargo de la empresa belsa Jan De Nul, permitirá tener una profundidad de 12,5 metros y que ingresen barcos más grandes. A fines de marzo se presentó como un logro la eliminación del área rocosa conocida como ‘Los Goles’. Estaba ubicada a 40 minutos de la zona de Posorja y era un obstáculo para la navegación de barcos.
    Según Alfredo Jurado, gerente de Yilport que opera Puerto Bolívar, actualmente ingresan a los puertos del país naves con capacidad de 7 000 a 8 000 TEU.

    La demanda de la carga ha ido cambiando la logística de los servicios portuarios. Por eso mencionó como una preocupación el posible incremento de los costos de transporte para llevar la carga al nuevo Puerto de Aguas Profundas de Posorja, desde las zonas de producción. En el caso del banano son Los Ríos y El Oro, principalmente. Calcula un aumento entre USD 250 y 300 por TEU.

    La estrategia de Yilport es competir con Guayaquil y Posorja para que la carga exportable salga por Puerto Bolívar. El 75% del banano orense se exporta por Guayaquil.
    Según dijo, la terminal orense y Posorja, que operará en el segundo semestre del 2019, tendrán un calado de 14,5 metros.

    Jurado también puso un tema en debate. ¿Cómo se contabilizará la carga que se movilice por Posorja? Cree que no se debe atribuir a la zona portuaria de Guayaquil, pese a ser una parroquia porteña. “Son otros polos de desarrollo”.

    La empresa Contecon opera el  puerto Multipropósito de contenedores de Guayaquil desde el 2007. Foto: Archivo / LÍDERES
    La empresa Contecon opera el puerto Multipropósito de contenedores de Guayaquil desde el 2007. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Expertos en camarón y tilapia

    Redacción Guayaquil

    (I)

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    Cuando el guayaquileño Santiago Salem Kronfle quiso emprender en 1978 no puso su mirada sobre grandes edificios, sino en la construcción de una camaronera de 64 hectáreas ubicada en el Golfo de Guayaquil a la que llamó Subpesca. En ese entonces solo contaba con 18 empleados; hoy suman más de 8 500 trabajadores en todas las áreas.

    Salem tenía 26 años cuando empezó en el negocio, pero desde los 17 ya participaba del diseño de obras junto a su padre y poco a poco se fue especializando en el área de desarrollo de piscinas camaroneras a lo largo del país.

    La adquisición de Santa Priscila se dio en 1986, pero esa procesadora ya existía desde 1976 bajo la administración de otros propietarios.

    Se trató de la primera planta ubicada en el km 5,5 de la vía a Daule, donde se inició la historia de una industria cuyo crecimiento no se ha detenido.

    Además, el segmento de pescado -inicialmente en sociedad– fue el segundo negocio en el que participó la naciente compañía y con el que este ingeniero civil de profesión arrancó el desarrollo de la empresa pesquera que pasó a ser patrimonio familiar.

    Priscilla Salem Barakat, por ejemplo, es la directora de calidad y de ventas nacionales. Ella coordina un proceso de renovación de marca y estrategia para conquistar mucho más el mercado interno.

    Esta industria llegó al puesto 15 de las empresas más grandes por sus ventas, en el 2017. En ese año los ingresos fueron de USD 480,2 millones, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros. En relación al 2016, eso significó un incremento del 12,6%.

    El incremento de las ventas no se ha detenido y en 2018 la facturación trepó hasta los USD 534 millones.

    El camarón, sin embargo, no ha sido el único acierto de la Industrial Pesquera Santa Priscila que lidera en exportaciones camaroneras y se catapulta como la única exportadora de tilapia desde hace dos años y medio. “Anteriormente eran 23 (exportadores), pero la gente se fue saliendo del negocio porque se necesita de mucha inversión para mantenerse”, explica Diego Puente, jefe comercial.

    La empresa logró en 2018 el 15,19% de participación del mercado de camarón, al haber generado 169 466 libras en volumen para enviar.

    Santiago Salem junto a Marcelo Mata, ministro de Ambiente,  durante la entrega de la certificación de Punto Verde.
    Santiago Salem junto a Marcelo Mata, ministro de Ambiente, durante la entrega de la certificación de Punto Verde. Foto: Mario Faustos / Líderes

    Iván Ontaneda, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), considera que ese crecimiento está ligado a las inversiones en productividad y tecnología. “Siempre buscan nuevos mercados y nuevas oportunidades”. La resiliencia, dice, es el valor clave de la firma.

    El gerente de producción de la planta de Juan Tanca Marengo en Guayaquil, Antonio Puente, recuerda que hace ocho años cuando inició su trabajo, “un día fuerte significaban
    150 000 libras de camarón, ahora un día fuerte son un millón de libras entre todas las plantas”.

    La adquisición de plantas procesadoras y empacadoras, según Puente, ha influido en ese aumento sostenido, no solo en productividad sino en capacidad de exportación. El camarón de esta firma llega a más de 30 destinos, siendo los principales China, Vietnam, Francia, España y Estados Unidos.

    Santa Priscila logró de esta manera cultivarse durante el boom camaronero que tuvo el país durante la década de 1980 y sobreponerse a la enfermedad de la Mancha Blanca que afectó a la industria en 1999.

    Para Salem, presidente y fundador de la compañía, el buen desempeño alcanzado se debe a los tres pilares en los que se enfocan: aspecto social, ambiental y sostenibilidad económica.

    “La única manera de mantener la competitividad es la tecnología y el capital humano”, dijo Salem durante la entrega de la certificación de Punto Verde el 28 de enero pasado, otorgada por el Ministerio del Ambiente (MAE) y avalada por la certificadora internacional Ceres.

    El reconocimiento convierte a la granja acuícola de Chanduy en la primera en el país en tener esta categoría, por haber reducido en un 13,86 % el consumo de diésel. Un proyecto de renovación que se inició hace un año y medio, con el proceso de electrificación, según Mónica Peralta, directora ambiental de Santa Priscila.

    “Con esto se logra bajar las intensidades de emisiones de carbono y al lograr la eficiencia energética, se produce más o lo mismo a un menor costo”, comenta Marcelo Mata, ministro del Ambiente. El compromiso de la empresa es seguir electrificándose.

    Las bodegas de refrigeración, donde permanecen los camarones antes de su envío, se mantienen a menos 28 grados centígrados.
    Las bodegas de refrigeración, donde permanecen los camarones antes de su envío, se mantienen a menos 28 grados centígrados. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
  • Quito y Guayaquil tienen vuelos directos a 26 destinos extranjeros

    Patricia González y
    Redacciones Quito y Guayaquil (I)

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    La conectividad aérea internacional del país evoluciona. El 2018 cerró con vuelos directos a 14 destinos internacionales desde Quito. La ruta más reciente que opera desde el aeropuerto Mariscal Sucre es la que empezó el pasado 27 de diciembre pasado entre Quito y Sao Paulo, con la aerolínea brasileña Gol.

    Para el año que empieza se anuncian vuelos, desde la capital ecuatoriana, hacia Santiago (Chile), con Latam, y París (Francia), con la aerolínea Joon, del grupo Air France-KLM. Además, está prevista una nueva frecuencia hacia Madrid (España) y un avión con mayor capacidad en la ruta a Fort Lauderdale (EE.UU.).

    En Guayaquil, por su parte, se contaron vuelos a 12 destinos extranjeros, según se informó en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo. La operación más reciente es la de la aerolínea venezolana Laser que arrancó sus vuelos el 17 de diciembre, en la ruta Caracas-Guayaquil-Caracas. Para febrero se abrirá la ruta de JetBlue entre Guayaquil y Fort Lauderdale, en Estados Unidos.

    En total, entre Quito y Guayaquil se cuentan vuelos directos a 26 destinos internacionales.
    El incremento de la conectividad aérea se evidencia en el número de pasajeros transportados que creció, según las cifras de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC). En el aeropuerto de Quito la cifra pasó de 1 875 187 pasajeros a 2 009 763 al comparar el período enero-octubre del 2017 y el mismo período de este año. En Guayaquil también hubo un incremento de pasajeros, de 1 506 991 a 1 567 471, en el mismo período de tiempo.

    El titular de la DGAC, Carlos Álvarez, sostiene que la conectividad seguirá creciendo gracias al acuerdo de cielos abiertos que tiene el país. “El inicio de operaciones de las aerolíneas Spirit, Laser y Gol es gracias a esa política”, que promueve la explotación de rutas aéreas y que se oficializó en el país a finales del 2017.

    Álvarez asegura que el número de pasajeros transportados desde Ecuador en vuelos internacionales seguirá creciendo con la llegada de nuevas aerolíneas en el 2019.

    Sin embargo, las estadísticas internacionales señalan que Ecuador tiene mucho por desarrollar en conectividad internacional. Nicolás Larenas, experto en temas de aviación, dice que según el índice de conectividad aérea de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Ecuador es el tercer país menos conectado de Latinoamérica. “Pero esto afortunadamente está cambiando gracias a la llegada de nuevas aerolíneas, nuevos destinos y al aumento de frecuencias de las compañías que ya operan en el país”.

    Esto obedece, según Larenas, a las medidas aerocomerciales que ha tomado el país, al crecimiento turístico y a una mayor confianza para la inversión.

    El desarrollo de rutas internacionales es un trabajo que demanda tiempo y esfuerzo. Así lo asegura Carlos Criado, director de Desarrollo de Negocios de Quiport, la empresa que administra el aeropuerto Mariscal Sucre de Quito. Como ejemplo menciona el trabajo que se realizó para abrir la ruta entre Quito y Sao Paulo.

    “A los ejecutivos de Gol les visitamos dos veces en Sao Paulo y nos reunimos en una conferencia de la IATA, y al final se cerró la negociación”. Para Criado, esta ruta es un hito interesante porque se cuenta con un vuelo directo de seis horas hacia una de las ciudades más grandes de Sudamérica. Antes los vuelos a la metrópoli brasileña tenían escalas.

    Criado dice que la conectividad ha mejorado, pero reconoce que existen opciones para crecer. Añade que la meta para el 2019 es incrementar la conectividad con EE.UU. y Europa. Al primer destino los vuelos desde Quito tienen una ocupación promedio del 95% y a Europa, está en el 90%.

    Las aerolíneas también tienen trabajo y por ello desarrollan y aplican acciones para sumar pasajeros y mejorar su participación en el mercado.

    Ecuador gana presencia en los radares

    Ecuador está mejorando su imagen ante los actores de la industria aeronáutica. Hoy está en el radar de nuevas aerolíneas y las que ya operan en el país buscan crecer en este mercado, a través de nuevas frecuencias y rutas.

    Pasajeros a la espera de registrarse en Migración a su llegada al aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, al oriente de Quito.
    Pasajeros a la espera de registrarse en Migración a su llegada al aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, al oriente de Quito. Foto: Archivo Líderes

    Una buena señal fue la adopción de la política de cielos abiertos para el país, al cierre del 2017. Esto implica la liberación del transporte aéreo internacional.

    No obstante, para su aplicación se requiere de la firma de convenios bilaterales de cielos abiertos entre naciones, sin limitaciones en frecuencias ni capacidades.

    “Este es un primer e importante paso para tener mayor conectividad. Estamos a la expectativa de la adopción de medidas que permitan concretar el cierre de acuerdos entre países, principalmente con Estados Unidos como nuestro principal socio comercial”, dice Latam Airlines.

    Para Marco Subía, director de la Asociación de Representantes de Líneas Aéreas en el Ecuador, la celebración del encuentro Routes Americas, en febrero pasado en Quito, también propició una mayor apertura del mercado. La cita reunió a aeropuertos, aerolíneas y autoridades de turismo.

    En el marco de este evento, Aeroméxico anunció el incremento de sus frecuencias en la ruta Quito-Ciudad de México, de 7 a 10 semanales, desde el pasado abril. Los ecuatorianos ya no requieren visa de turismo para viajar a México, desde noviembre, con lo que es previsible un incremento del turismo hacia ese destino.

    Otras operadoras aéreas inaugurarán nuevas rutas el próximo año. Es el caso de Latam, que tendrá un vuelo directo entre Quito y Santiago de Chile, a partir del 1 de abril. Las cuatro frecuencias semanales que tendrá la ruta se suman a los siete vuelos semanales que opera la firma entre Guayaquil y Santiago. El incremento en su capacidad será de un 62%, esto es 72 500 asientos adicionales.

    La aerolínea explica que el lanzamiento de esta ruta forma parte de un proyecto de inversión a mediano plazo, que le permitirá reforzar aquellas rutas de mayor eficiencia operacional y crecer de manera eficiente y sustentable en el país.

    Europa también cuenta en el crecimiento de la conectividad aérea. Durante la temporada de verano 2019, el grupo Air France-KLM, a través de su marca Joon, operará la nueva ruta París-Quito-París, que tendrá una frecuencia de tres vuelos semanales. La ruta estará activa entre el 14 de mayo y el 26 de octubre.

    “Al incrementar nuestra oferta estamos contribuyendo a dinamizar el turismo, a abrir nuevos mercados en Europa y el mundo y a incrementar el número de visitantes al país”, señala Marie-Noëlle Landázuri, gerenta de Air France y KLM para Ecuador.

    La llegada de la aerolínea europea tomó poco tiempo. El primer contacto fue en febrero de este año y según los voceros de Joon las autoridades ecuatorianas dieron todas las facilidades para la apertura de la ruta.

    Copa, con base en Panamá, esperará los resultados definitivos de este año para tomar una decisión, sobre el aumento de una frecuencia desde Quito y Guayaquil, respectivamente, a Ciudad de Panamá, desde donde los viajeros pueden hacer conexiones hacia 80 destinos, según explica el gerente general de la aerolínea en Ecuador, Miguel Reyes. La firma prevé cerrar este año con un crecimiento de entre el 3% y el 5% en número de pasajeros transportados desde y hacia Ecuador.

    Reyes considera que uno de los retos del país para mejorar su conectividad con el mundo es optimizar los costos de operación e impuestos, que asegura son más costosos que en países vecinos.

    Otro actor de la industria es Avianca, que trabaja en potenciar la opción de compra en su portal, por diferentes vías de pago, además prevé implementar el servicio wi-fi en parte de su flota. La aerolínea alcanzó este año un crecimiento del 12% en pasajeros transportados desde Ecuador.

    Una de las operaciones más recientes es de la venezolana Laser, que inició sus operaciones en el país el 17 de diciembre pasado, con un vuelo directo entre Caracas y Guayaquil, de tres frecuencias semanales. En una segunda fase se abrirá la conexión con la isla Margarita.

    “Ecuador es un punto importante para nosotros porque venimos consolidándonos en el sur”, dice Eliana Verkooke, gerenta comercial de la aerolínea.

    El aeropuerto internacional  Mariscal Sucre tiene vuelos  directos a ciudades de Estados Unidos, México, Panamá, El Salvador, Colombia, Perú, Brasil, España y
    El aeropuerto internacional Mariscal Sucre tiene vuelos directos a ciudades de Estados Unidos, México, Panamá, El Salvador, Colombia, Perú, Brasil, España y Holanda. Foto: Archivo Líderes
  • Una semana para aprender a innovar

    Elena Paucar
    redaccion@revistalideres.ec

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    Alrededor de tres millones de ecuatorianos emprendieron un negocio el año pasado (2017). Así lo registra el Monitor de Emprendimiento Global 2017 (GEM, por sus siglas en inglés).

    El estudio recopila la opinión de 2 060 adultos. De ese total, el 52% manifestó su intención de emprender. Pero el miedo al fracaso es un obstáculo para el 31%.

    Para fomentar el espíritu emprendedor, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) de Guayaquil, organizó la semana de la innovación. Durante seis días, estudiantes, docentes, graduados e investigadores se conectaron con actores del sector productivo.

    Esta primera edición fue una especie de entrenamiento, dirigido por el Centro de Emprendimiento e Innovación i3lab, y se enmarcó en la semana global del emprendimiento. “Esta es una vitrina que muestra las diferentes aristas sobre cómo hacer innovación y cómo esta impacta en el desarrollo del país, integrando a los jóvenes talentos, la industria, la academia y la sociedad”, aseguró Guido Caicedo, director del centro.

    En el radar ecuatoriano se destacan dos tipos de emprendimientos: los tradicionales (de crecimiento lineal) y de alto impacto (de crecimiento exponencial).

    Estos últimos generan mayor valor, según David Chang, coordinador de transferencia tecnológica del i3lab. Sin embargo, los primeros son los más frecuentes y algunos mueren dentro de cinco o diez años, de acuerdo con datos de GEM. “Esto es normal -aclara-. El tema es convertir esa energía de capacidad emprendedora en emprendimientos de alto impacto”.

    Pero existen cuatro brechas en las que i3lab está trabajando. Una de ellas se relaciona con mejorar la calidad de las ‘start ups’ o negocios en la era digital. Otra apunta a la transferencia tecnológica ligada a la comercialización de la investigación científica; es decir, crear capacidades en las universidades para generar innovación atractiva para las empresas.

    La educación es otro punto y se vincula con el fortalecimiento de la cultura de emprendimiento en los estudiantes y docentes, que los impulse a crear nuevas empresas.

    Finalmente está el juego de cambio, por el lado de la innovación empresarial. Esta se refiere a que las empresas grandes y pequeñas se involucren con el ecosistema de innovación y absorban investigación para ser competitivas.

    “El ecosistema de innovación necesita cerrar estas brechas para empezar a exportar conocimiento, emprendimientos, competitividad”, asegura Chang.

    Según el GEM, el país fue el segundo de la región con menor nivel de internacionalización.

    El pasado martes fue el Tech Transfer Camp. En este taller intensivo se habló sobre propiedad intelectual, modelos de negocios basados en ciencia y acuerdos interinstitucionales.

    Marianela Ortiz es parte de i3lab y dio pautas de búsqueda en línea de ideas previas para verificar qué tan innovador es un emprendimiento. “Hay que revisar las patentes para darnos cuenta qué está haciendo el mundo, según diferentes temas de investigación”.

    El ingenio es la clave para patentar inventos, explicó el abogado Flavio Arosemena. Dijo que 90 de cada 100 patentes son extranjeras y que en los últimos años hay un aumento de las locales.

    La innovación también fue el eje de Empower Girls in charge 2018, una iniciativa de Girls in Tech que reunió a 800 estudiantes de universidades y colegios en Guayaquil. Ellas se entrenaron en economía digital y colaborativa, inversión, emprendimiento digital e igualdad de género.

    Girls in Tech busca cerrar la brecha que hay entre las mujeres y las tecnologías. En países como EE.UU., el 2% de los emprendimientos es liderado por mujeres.

    Donna Harris, una de las mujeres más influyentes de Estados Unidos y cofundadora de 1776, participó en el encuentro de la Espol. Ella puntualizó que las emprendedoras tienen múltiples oportunidades en el manejo de la tecnología: ser empresarias, inversionistas o constructoras de un ecosistema de negocio

    Estudiantes, docentes, graduados e investigadores participaron de la semana de la innovación, en la Espol. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Estudiantes, docentes, graduados e investigadores participaron de la semana de la innovación, en la Espol. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Aduana reduce el tiempo de nacionalización de mercadería

    Carolina Enriquez

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    La mercadería de importación será nacionalizada en tres días hábiles. Así lo anunció la Aduana del Ecuador.

    La medida se tomó como parte del proceso de simplificación de trámites y facilitación al comercio.

    “La institución comunica la entrada en vigencia del nuevo procedimiento de duda razonable, dentro del cual se establecen tiempos de despacho una vez que el importador sea notificado. Antes, el usuario no tenía la posibilidad de conocer el tiempo de despacho de su mercancía, ahora, apenas sea notificado por duda razonable, tendrá la posibilidad de presentar, inmediatamente, su documentación de respaldo y mediante la presentación del formulario de declaración de sus últimos documentos de justificación, en un máximo de tres días hábiles su mercancía será nacionalizada”, indicó la entidad.

    Guayaquil es uno de los principales puertos en los que se desaduaniza mercadería. Foto: Archivo / LÍDERES
    Guayaquil es uno de los principales puertos en los que se desaduaniza mercadería. Foto: Archivo / LÍDERES
  • Él preserva la tradición de Montecristi

    Maria Angelina Castillo

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    En el centro de Guayaquil, en las calles Primero de Mayo 114 y avenida Quito, funciona el local más antiguo que comercializa sombreros de paja toquilla.

    El gerente es Jouberth Barberán Vélez, de 78 años de edad. En 1940 estuvo a cargo de su padre, Carlos Barberán Loor y a comienzos del siglo pasado, de su abuelo, Carlos Barberán Pinargote,

    Este último fue el fundador de una historia que comenzó en Montecristi, cantón de la provincia de Manabí, en la región Costa.

    Barberán es un apellido asociado a la tradición de tejido, reconocida en el mundo. Consiste en entretejer la fibra vegetal de las hojas de palma conocida a escala nacional como paja toquilla.

    Este producto existe desde la época precolombina. Los artesanos de Jipijapa y Montecristi los utilizaban para cubrirse del sol durante las jornadas de trabajo.

    Barberán Vélez cuenta que en su familia todos participaban en la elaboración del sombrero, que luego su padre llevaba a Guayaquil y comenzó a vender en un local ubicado en Malecón y Aguirre, frente al Río Guayas.

    “Por ahí comenzaron a llegar los buques chiquitos al Yacht Club de Guayaquil y los turistas cruzaban y caminaban al local”, recuerda.

    Relata que la familia también se dedicaba a otras actividades como la pesca. “Eso desde la época de mi abuela, mis tías, en Manabí. El sombrero más fino se teje de noche, con la paja tierna y húmeda. La elaboración puede tomar todo un año”, explica.

    Estos, que son los extra finos, se venden en USD 2 000. También hay otros más económicos, cuyo valor parte desde USD 40.

    Son diversos los modelos que se exhiben en el local: algunos de color y otros con motivos decorativos como lazos y flores con cintas, para las mujeres.

    Al establecimiento de Guayaquil llegan los sombreros desde Montecristi y es allí donde se hacen las medidas y se terminan los detalles. Esto gracias a una maquinaria que trajeron desde Nueva York hace más de 30 años para hormar y prensar el producto.

    Barberán Vélez recuerda que en el siglo pasado se vendían sombreros por cerca de 5 000 sucre diarios. Él asumió la gerencia del negocio a comienzos de la década de los sesenta, cuando regresó de los EE.UU.; su padre lo había enviado al país del norte para que estudiara en una Academia Militar en Georgia. Estuvo seis años.

    “La gente nos busca porque nuestros sombreros son famosos en el mundo”, expresa y señala fotografías viejas que exhibe en las vitrinas del local. Allí aparecen retratados personajes como el expresidente estadounidense Theodore Roosevelt hasta la cantante mexicana Thalía.

    Habilidad y paciencia son elementos clave en la elaboración de los sombreros. En un principio se creyó que eran originarios de Panamá, pues muchos trabajadores los utilizaron durante la construcción del canal marítimo del país centroamericano. En ese entonces, intermediarios los importaban desde Ecuador para comercializarlos en ese lugar.

    Pero la confección del sombrero de paja toquilla es local. Los artesanos ecuatorianos deben comenzar temprano la jornada, antes de que el calor y la humedad que existe en la provincia manabita maltrate la fibra y pueda dañar el resultado del producto.

    El nombre científico de la herbácea es “carludovica palmata”, a la que también se le conoce como “Jipijapa”, y es propia de las costas del país. Para las familias que practican esta actividad, como el caso de la familia Barberán, constituye un rasgo distintivo de su identidad y parte de su vida.

    De hecho, el sombrero de paja toquilla de Ecuador fue declarado por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en el año 2012.

    Actualmente, el negocio Sombreros Barberán comercializa cerca de un centenar de sombreros al mes; los que más se venden son los más económicos. Incluso, reciben pedidos de clientes en el exterior. Por ejemplo, a EE.UU. hacen envíos anuales de unas 50 docenas del accesorio.

    Joubert Barberán es el gerente del establecimiento, que perteneció a su padre y su abuelo en el siglo pasado. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Joubert Barberán es el gerente del establecimiento, que perteneció a su padre y su abuelo en el siglo pasado. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • La economía verde requiere de inversiones en la región

    Maria Angelina Castillo

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    La edición 2018 de los Premios Latinoamérica Verde registró 2 733 proyectos sociales y ambientales que inscribieron representantes de 713 ciudades de Latinoamérica y el Caribe.

    En el Puerto Santa Ana, ubicado en el centro de Guayaquil, se desarrolló una galería en la que se destacaron los 500 mejores proyectos que ingresaron al ranking y grupo de finalistas.

    La exposición se extendió por tres días.

    El encuentro incluyó charlas sobre las historias detrás de la ejecución de estos proyectos exitosos, un diálogo de “economía verde”, una plataforma de negocios sostenibles y la gala de premiación.

    Los ganadores fueron los representantes de proyectos de Guatemala, Colombia, Haití, México y Venezuela.

    La iniciativa ecuatoriana Galápagos 2050, de la Fundación Charles Darwin, fue una de las finalistas en la categoría Agua. Esta iniciativa recibió el reconocimiento Protagonistas, junto con proyectos de Chile y Haití.

    Y que en la categoría Desarrollo Humano, la otra iniciativa ecuatoriana finalista fue la microfranquicias de mujeres para la recolección de aceite de cocina usado.

    Matile Moor, directora de Desarrollo Sostenible y Resiliencia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que en la actualidad existen economías que aún están basadas en la actividad extractiva, sobre recursos naturales que no necesariamente tienen valor agregado e incluso tienen impacto negativo en el medio ambiente y no son inclusivas socialmente.

    Pero, considera que hay un cambio fuerte en la región hacia alternativas más audaces en materia de sostenibilidad, lo que ha implicado un cambio de mentalidad en el sector privado y público.

    “Las políticas que se están fomentando a partir de diferentes gobiernos son sumamente importantes. Como quitar subsidios dañinos y montar sistemas de incentivos. Hay países que llevan haciendo esto por años y hay resultados muy interesantes”, dice.

    Menciona a Costa Rica y su programa de apoyo al mantenimiento de los bosques, que implementa desde hace dos décadas.

    Asegura que en el contexto de las negociaciones por el cambio climático, ese país se convertiría en carbono-neutral.

    La organización que dirige Moor atiende a 34 países y territorios en América Latina y el Caribe, y ha evaluado los diferentes contextos.

    De acuerdo con la especialista, en unas naciones hay restricciones más fuertes, principalmente en el ámbito financiero. Y la “agenda verde” requiere de inversiones importantes.

    “Uno de los desafíos es cómo hacemos un ‘match’ entre las inversiones necesarias, los proyectos que están ahí afuera y la financiación disponible”, analiza.

    Recomienda los proyectos de envergadura, pues considera que hay espacio para hacer una producción más sostenible para grandes industrias.

    Actualmente, muchos de los proyectos hacia una economía sostenible se orientan al cambio climático y también a iniciativas sobre energías renovables.

    El mercado se ha ido adaptando a estas dinámicas, en una reducción de los precios de paneles solares en el contexto mundial.

    En el área de eficiencia energética, por ejemplo, Uruguay es un caso que destaca la organización. En la nación sureña se trabajó en un cambio legislativo para facilitar la inversión en energía renovable.

    “Hoy, es un país cuyo 98% de electricidad es producida por renovables”, complementa Moor.

    La producción agrícola es otro de los segmentos hacia donde se orientan las inversiones, a través de los llamados “green commodities” y cómo se puede producir de manera más inclusiva en términos sociales. En esto, se incluyen el ganado y la palma africana.

    Al comparar al continente americano con Europa, señala Moor, que aún se puede ser “más audaz” para abordar los proyectos y acceder a las nuevas tecnologías.

    Esto quedó sentado en las propuestas que se incluyeron en la edición de los premios.

    Allí se exhibieron iniciativas como la casa inteligente con paneles y electrodomésticos solares; el área de niños y el área de arte, con esculturas creadas con chatarra por Federico Oporto y una exhibición fotográfica del venezolano Donaldo Barros con sonidos de la naturaleza.

    Uno de los estands que estuvieron presentes en la galería donde se mostraron  los proyectos. Se ubicó en Guayaquil. Fotos: Cortesía Premio Latinoamérica Verde
    Uno de los estands que estuvieron presentes en la galería donde se mostraron los proyectos. Se ubicó en Guayaquil. Fotos: Cortesía Premio Latinoamérica Verde
  • En Guayaquil se ofrecen artículos de Costa y Sierra

    Redacción Guayaquil (F)
    Contenido intercultural

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    Las raíces indígenas, montuvias y afrodescendientes del país, su cultura y tradiciones están presentes en los diseños autóctonos de sus artesanos.

    Una muestra de estos trabajos se exhibe en el Mercado Artesanal de Guayaquil, que cuenta con 175 locales donde se comercializan figuras talladas en madera, implementos para el hogar hechos con paja toquilla o cuadros que combinan el barro con otras técnicas.

    Las artesanías provienen de provincias costeras como Esmeraldas, Guayas, Manabí y de urbes de la región Andina como Otavalo, Ambato o Cuenca.

    Gisela Montero no solo vende los productos de otros lugares. También elabora una línea de adornos para el hogar llamada Antigüedades Ecuatorianas.

    Se trata de fachadas de viviendas coloniales que cuentan con ventanales fabricados con madera y con utensilios antiguos como vasijas de cerámica. “Todas mis artesanías son hechas a mano, tengo todo el tiempo para armarlas poco a poco. En una semana hago una parte de la casa y después otra”, comenta Montero.

    Ella tiene 55 años y lleva 22 trabajando en el Mercado Artesanal. Los productos que más vende a los extranjeros son los cuadros tallados en madera con estructuras de rostros incaicos.

    Ella, además, elabora otras artesanías con cerámica, barro, paja toquilla y sapán.

    Los productos artísticos ecuatorianos se caracterizan por su diversidad, la tradición y el entorno geográfico en donde se los realiza.

    Este arte se diferencia de otros de la región por el tipo de material empleado en la confección y autenticidad del diseño a mano.

    Daysi Ramos, de 19 años, vendedora otavaleña y quien lleva ocho viviendo en Guayaquil, comenta que los productos que más llevan los clientes extranjeros son las pinturas pequeñas de barro con réplicas de obras de Guayasamín.

    Según la artesana, el precio de los cuadros de barro oscila entre USD 10 y 15. Ella comentan que en el local se puede encontrar desde artesanías que evocan las raíces ancestrales como indígenas y afroecuatorianas hasta implementos para el hogar como lámparas, cajas de té o portarretratos de madera fina guayacán.

    Ella cuenta que a los turistas de otros países también les interesa mucho saber de dónde vienen y cómo se elaboran las artesanías.

    En el local de Pedro Ronquillo, quien trabaja 10 años en el Mercado Artesanal, se venden artesanías con figuras de tortugas, monos y cóndores en tagua.

    Con esta pepa también se elaboran collares, botones y aretes de colores. “Me siento orgulloso porque los turistas se llevan algo hecho por manos ecuatorianas hacia otros países”, comenta Ronquillo.

    Entre sus productos estrellas para el hogar también está la denominada trenza de la abundancia, que se hace con cabuya, granos de fréjol y ollas de barro.

    El Municipio de Guayaquil explica que el mercado artesanal entró en funcionamiento desde el 24 de Julio de 1982. “Es el sitio de integración de artesanos y comerciantes cuya mercadería se basa en manufacturas. Tiene el propósito de facilitar la comercialización de artesanías, además de crear plazas de trabajo y favorecer al turismo nacional y extranjero”.

    El edificio ocupa una cuadra, es de dos pisos que se dividen en cubículos y tiene servicios básicos.

    En el lugar se encuentran talleres especializados de joyería y relojería. Los visitantes pueden adquirir productos hehcos en varios materiales como: cuero, madera, tejidos, paja toquilla, acero, cobre, plata; además, instrumentos, cuadros, y pinturas.

    Los artesanos que ofrecen sus productos en el mercado artesanal están allí por años. Algunos explican a los clientes cómo se hacen los artículos. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Los artesanos que ofrecen sus productos en el mercado artesanal están allí por años. Algunos explican a los clientes cómo se hacen los artículos. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • El arte de negociar, una de sus mayores fortalezas Elena Arias

    Maria Angelina Castillo

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    La negociación es la clave en la vida de Elena Arias de Portés. Esta destreza sido determinante en su carrera profesional orientada a la las finanzas, el comercio y la gerencia de personal.

    Arias es la actual presidenta del directorio de la Cámara de Comercio Ecuatoriana Americana (Amcham) de Guayaquil. Allí su tarea primordial ha sido afianzar relaciones y negocios entre EE.UU. y Ecuador.

    De hablar pausado, esta mujer afirma que hay algo que no negocia: la honestidad. Estudió en la Universidad de Nueva York, donde se graduó en Banca y Finanzas. Tras el divorcio de sus padres, su madre las llevó a vivir a ella y a su hermana a la gran manzana. Tenía 11 años cuando se mudó.

    Los primeros meses no fueron sencillos, cuenta Arias. La discriminación y no hablar el idioma inglés la hicieron conocer el bullying de los compañeros del High School. Su madre fue figura central en su desarrollo.

    Nueva York fue para Arias un episodio de variadas experiencias y vida acelerada. Además fue el inicio de su desarrollo profesional: durante dos años ejerció como asistente en el Banco de Nueva York.

    Sin embargo, sus abuelos y el recuerdo de su casa la hicieron volver. A Ecuador llegó en unas vacaciones y encontró una oportunidad de trabajo. Comenzó como subgerente del banco de Londres y Suramérica. En esa entidad estuvo 10 años.

    “Fue una experiencia muy interesante, me desarrollé no solamente en la banca sino en el manejo de personas, porque me tocaba liderar las discusiones con los sindicatos”, cuenta.
    En esos años, arrancó su íntima relación con el arte de la negociación, pues debía establecer escenarios ganar-ganar tanto con los trabajadores de la compañía como con la casa matriz, en Londres.

    Esa experiencia la replicó durante otros ocho años cuando se desempeñó como subgerente general y representante legal de Abbott Laboratorios. Allí le tocó la difícil tarea de cerrar la planta.

    Lo recuerda como un episodio muy triste, porque se fueron cerca de 200 personas. Aunque advierte que entonces se llegaron a acuerdos acertados para los trabajadores. “¿Cómo se logra? Yo creo que lo que uno desarrolla es poder entender realmente las necesidades y en qué punto está en la negociación. Hasta dónde pueden llegar ellos y nosotros”, dice.
    En esta relación con los demás influyó su abuela. De ella recuerda la entrega a los suyos y a la gente. “Me enseñó que yo también tenía que hacerlo”.

    Con esa idea, se inclinó por el voluntariado. Es parte del directorio de Hogar de Cristo, que busca la inclusión de las personas de menos recursos; integra la directiva del Centro de Formación y Desarrollo Integral de la Persona, y los proyectos de responsabilidad social de la Amcham.

    “Es abrir puertas al mayor número de personas, especialmente a las que no están incorporadas al sector económico”, dice.

    En el ámbito personal la negociación también ha estado presente. Siempre fue necesario acompasar la carrera con el hogar. Arias se casó a los dos años de haber llegado a Guayaquil, tras su estancia en Nueva York. La anécdota del primer encuentro con el que ha sido su esposo por cuatro décadas le saca más que una sonrisa.

    “Yo era la banquera y le rechacé un cheque. Él vino furioso a reclamar”, cuenta. Llevó la situación con serenidad. Luego la invitaron a la empresa y fue cuando se conocieron. “Fue un conocer relámpago: hablamos en febrero 26 y me casé en mayo 1”. La pareja tiene dos hijos y tres nietos.

    “Un matrimonio de 40 años se lleva con entendimiento. Comprender los momentos más difíciles, aceptar que existen y ver cómo analizarlos mejor”, explica.

    Arias se considera una persona con determinación. Y así la describen quienes la conocen. María Antonieta Reyes de Luca, directora ejecutiva de la Amcham, expresa que Arias no tolera la impuntualidad ni la mentira. Es estricta y se orienta al logro de objetivos.

    Rodrigo Bustamante la conoce desde hace casi una década. Cofundador de Vistazo y dueño de la agencia de viajes Euroexpreso, destaca de Arias la precisión al hablar y su liderazgo.

    Siendo mujer, Arias dice que nunca sintió el género como un obstáculo para ejercer. Para ella fue un reto importante y lo ejecutó “de manera natural”.

    Luego de una vida dedicada a los números, dice que aún le quedan cosas por corregir y que quisiera experimentar con el área más creativa. “Me gustaría pintar”. En la música, prefiere lo clásico de los años 70 y 80, de lo actual ha escuchado muy poco. “Solo tal vez el ‘Despacito’ (de Luis Fonsi)”.

    Hoja de vida

    Se graduó en Banca y Finanzas en la Universidad de Nueva York.

    Fue gerente general de Agripac y de Morisaenz y Motransa (grupo Morisaenz) entre 1996 y 2001.

    Gerenció Amrop Ecuador-Global Executive Search y Ariele Talent Strategies Consultoría.

    Integra la Unión Nacional de Empresarios Católicos.

    La presidenta de Amcham trabaja actualmente en el fortalecimiento de las relaciones  entre EE.UU. y Ecuador. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    La presidenta de Amcham trabaja actualmente en el fortalecimiento de las relaciones entre EE.UU. y Ecuador. Foto: Mario Faustos / LÍDERES