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  • La industria nacional de camarón reflotó con fuerza

    Red. Guayaquil y Manta

    El buen momento que atraviesa el camarón ecuatoriano se cimenta sobre dos sucesos: los precios que se han duplicado desde el 2010 y el incremento del volumen de la producción. Así lo explica José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura.

    El camarón es actualmente el segundo producto no petrolero de mayor exportación, después del banano. Durante el 2013 se exportaron 474 236 libras, que equivalen a USD 1 620 millones.

    En lo que va del 2014 ya se han exportado USD 1 520 millones, por lo que se espera que la producción supere las 500 000 libras a finales del año.

    Pero, ¿hacia dónde van esas ganancias? Álex Elghoul, director de la Cámara de Acuacultura de Santa Elena, considera que el buen momento del gremio ha derivado en más inversión para tecnificar procesos, mejorar tecnología y genética, lo que ha permitido que el desarrollo del sector se mantenga sostenido. El dirigente no descarta la posibilidad de que existan empresarios que estén invirtiendo en otros sectores productivos para diversificar sus actividades económicas.

    En el 2000, cuando el virus de la mancha blanca mermó la producción camaronera del país, el sector se redujo un 30% y solo unas 1 200 fincas decidieron continuar con esta actividad productiva.

    Luego de 14 años la recuperación es evidente. El número se duplicó y hoy se cuentan alrededor de 3 000 fincas; sin embargo, el aumento en producción y en exportaciones no responde a un incremento de tierras. «Muchos camaroneros dejaron el negocio y sus fincas quedaron inactivas, pero las pusieron de nuevo a producir«, indica Camposano.

    Añade que ese crecimiento se debe sobre todo, a que los camaroneros cambiaron su forma de trabajo. Se comenzó a usar un sistema de producción extensivo de baja densidad en el que se siembran de ocho a 15 larvas por metro y el precio del producto se duplicó.

    Se estima que en el mundo hay un déficit de 25% de camarón, por la disminución de producción en Asia, causada por el síndrome de muerte temprana que ataca al camarón de esa región. Esa eventualidad ayudó a que los precios pasaran de USD 2 en promedio en 2010 a USD 4 por libra en este año.

    Actualmente en Ecuador hay unas 210 000 hectáreas dedicadas al camarón; de estas el 60% está en Guayas, el 15% en El Oro y el 9% en Esmeraldas. Otro 9% está en Manabí y 7% en Santa Elena.

    Camposano coincide con Elghoul y destaca que el sector ha enfocado sus esfuerzos principalmente puertas a dentro. «Ha habido un crecimiento profesional del sector en el área de laboratorios, hay trabajo genético y más investigación para mejorar la larva».

    Cuando el sector tuvo que enfrentar el virus de la mancha blanca, no existían laboratorios de producción de larvas, pues la mayoría de productores trabajaba con larvas silvestres.

    Actualmente no solo han crecido en número los laboratorios productores de larvas, sino que se encuentran empresas que trabajan en mejoras genéticas para producir larvas más resistentes a enfermedades y de más calidad, la más antigua lleva cinco años.

    Estas inversiones, que son de largo plazo porque los resultados de las investigaciones genéticas se conocen hasta en cinco años, reflejan que los empresarios están confiados en que el sector es más estable de lo que fue en el 2000.

    Con este escenario positivo para el sector, que genera unas 180 000 plazas de trabajo, los retos a encarar son nuevos mercados y mayor inversión en el trabajo genético para evitar que enfermedades como las que azotan a los países asiáticos lleguen a Ecuador.

    Las ganancias

    Inversiones en mejoras genéticas y técnicas

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    En el mercado mundial hay un déficit de camarón por el síndrome de la mortalidad temprana que afecta a los productores de varios países asiáticos, desde hace unos cuatro años.

    Ecuador solo produce el 7% del camarón que se consume en el mundo, pero ha respondido con un incremento de su producción de un 10% anual en promedio, cuenta José Antonio Camposano, director de la Cámara Nacional de Acuacultura.

    En Manabí, de 15 000 hectáreas registradas en 1998 ahora se cuentan unas 23 500. En esa provincia, las piscinas camaroneras están ubicadas sobre el estuario del río Cojimíes (16 000 hectáreas), en el estuario del río Chone (5 000), río Jama (1 500) y río Portoviejo (250).

    Los mejores precios, que son resultado de la baja producción en Asia, ayudaron mejorar la economía del sector en Manabí, según Miguel Uscocovich, presidente de la Asociación de Camaroneros de Manabí (ACM). «Los recursos que llegan, se reinvierten en la infraestructura tanto de camaroneras como de empacadoras«, asegura.

    Según Uscocovich, en este buen escenario, los productores trabajan en el reforzamiento de los muros de las piscinas, mejoramiento de las zonas de compuertas por donde ingresa y sale el agua que es captada desde el estuario.

    Para Uscocovich lo primordial en estos momentos, «es aprovechar que hay un poco más de recursos, con ello se protege la infraestructura especialmente de las piscinas. No podemos esperar que llegue un fenómeno de El Niño y quedar a merced de las crecientes de los ríos y así perder la inversión como sucedió hace 15 años».

    Camposano hace énfasis en que el sector es más fuerte de lo que era en el pasado, y añade que el crecimiento de la producción responde sobre todo a mejores procesos (uso de larvas de laboratorio, alimentación orgánica, buen manejo de suelo), y no necesariamente a un incremento de las tierras destinadas a la cría del animal.

    El dirigente gremial considera que los ingresos no solo se van en mejoramiento de infraestructura, sino también en tecnología y genética. En Ecuador existen aproximadamente unos 16 laboratorios de maduraciones productoras de nauplios (organismos previos a convertirse en larvas) y 177 laboratorios que compran nauplios y producen larvas para la siembra en piscina, la mayoría en Santa Elena y Guayas.

    «El trabajo en genética es fundamental para el desarrollo a largo plazo del sector camaronero tanto por el lado de mejoras en crecimiento como resistencia a enfermedades«, menciona.

    De los laboratorios de maduraciones que tienen programas de mejoramiento genético, la mayoría comenzó a trabajar hace unos tres años, cuenta Álex Elgohul, director de la Cámara de Acuacultura de Santa Elena.

    Aunque hay empresarios que han hecho inversiones en otros sectores productivos con las ganancias que deja el negocio del camarón, buena parte de los recursos que ingresan al sector se destinan a mejoras tecnológicas, dice Elgohul. Pone como ejemplo el uso de sistemas conocidos como ‘raceways’, que son tanques que se usan para acelerar el crecimiento de larvas y mejorar la productividad del camarón, que pueden costar hasta USD 250 000. «Del 30 al 40% de camaroneras en el país los tienen, hace unos cinco años eran solo un 10%», dice.

    Mercado

    Asia. Este continente importa el 27% del camarón que produce Ecuador. Hace cuatro años era el 4%.

    Europa. El 33% de las exportaciones va a los países de la Unión Europea. España e Italia son los principales.

    La calidad

    Mejor alimentación y cuidados en los procesos de producción

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    Los productores camaroneros le ponen énfasis a la calidad y no a la cantidad a la hora de ofrecer el producto especialmente al mercado internacional.

    Estados Unidos, Vietnam y China han sido los principales destinos del camarón ecuatoriano durante el primer semestre del 2014.

    Según el presidente de la Asociación de Camaroneros de Manabí (ACM), Miguel Uscocovich, una de las claves para que el camarón ecuatoriano tenga buena acogida en los mercados extranjeros es que se lo produce en bajas densidades de población. «En cada metro cuadrado se desarrollan 10 camarones, conocemos que en otros países del mundo se ubican hasta un millón de crustáceos en ese mismo espacio».

    Jorge Aveiga, camaronero manabita, menciona como un factor que incide en la calidad del camarón ecuatoriano al proceso de logística desde la pesca hasta el traslado hacia las empacadoras.

    Aveiga comenta que ahora se ubica el camarón en bienes plásticos térmicos de 1 000 libras. En medio de esos envases existe un elemento de poliuretano que garantiza la temperatura adecuada en el transporte entre la piscina y la empacadora donde le dan valor agregado.

    Carlos Heredia menciona a la alimentación como otro factor preponderante para la calidad del camarón.

    En su finca, La Bonita, ubicada en El Oro, se producen entre 2 200 a 2 800 libras por hectárea. Heredia cuenta que los camaroneros ahora solo usan alimentos orgánicos; en su caso, logra producir un camarón de 25 a 30 gramos que se exporta a mercados como Rusia, Estados Unidos e Inglaterra.

    «Se está trabajando con productos orgánicos, nada de químicos ni antibióticos, todo natural», asevera.

    Heredia es parte de la nueva generación de camaroneros del Ecuador. Su padre, Jacinto, fue camaronero, pero cuando llegó el virus de la mancha blanca abandonó el negocio. Ahora que el sector se fortaleció, el negocio familiar se reactivó y se han hecho mejoras en la finca, cuenta Heredia.

    La industria de alimentos y las empacadoras para camarón también han crecido a la par de las exportaciones. En los últimos años se han realizado importantes negocios en este aspecto. Alimensa, por ejemplo, tiene una nueva planta de producción y la empresa peruana Nicovita hace tres años invirtió USD 20 millones y trajo una planta a Ecuador.

    Producción

    Por provincias. El 60% de las hectáreas de camaroneras están en Guayas, el 15% en El Oro.

    Densidad. El sistema de producción en Ecuador es extensivo de baja densidad, para que el camarón sea más sano.

    El reto es Alcanzar nuevos mercados

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    El sector camaronero ecuatoriano comenzó el año exportando unas 20 000 toneladas de producto; y el primer semestre del año se cerró con unas 25 000 toneladas, de acuerdo con el Instituto de Promoción de Exportaciones (ProEcuador).

    El volumen de producción en Ecuador hoy es de 1 800 libras por hectárea, como promedio nacional. Antes del virus de la mancha blanca, a finales de los noventa, se producían 1 200 libras.

    Con el incremento en la productividad en las piscinas a escala nacional y luego de que se cerraron las negociaciones para un acuerdo comercial con la Unión Europea, en julio pasado, el gremio se aseguró de que el producto entrará sin pagar arancel, lo que les da confianza de que habrá estabilidad a futuro.

    Aunque los países de la Unión Europea y Estados Unidos son los principales compradores por tradición, el gremio está cautivando nuevos mercados. Que Vietnam y China estén entre los cinco principales compradores del producto ecuatoriano es una muestra de que el síndrome de la muerte temprana no solo contribuyó a que los precios del camarón suban, sino a que en esos países afectados se comience a demandar más producto para satisfacer la demanda local.

    De acuerdo con datos de la Cámara Nacional de Acuacultura, Asia compra el 27% de camarón que produce Ecuador en la actualidad.

    Otro mercado que está en lista de pendientes para Ecuador es Brasil. En el 2009, ese país emitió una restricción sanitaria que impide el ingreso del camarón ecuatoriano y de otros países.

    La norma fue emitida haciendo alusión a que Ecuador es uno de los países en los que se registró el virus de la mancha blanca, por lo que se busca reducir riesgos.

    Sin embargo, el año pasado el Instituto Nacional de Pesca (INP) y el Viceministerio de Acuacultura solicitaron que el bloqueo se retire, pues Ecuador superó el problema. No obstante, el camarón ecuatoriano todavía no puede ingresar a ese mercado.

    Como parte de los esfuerzos de posicionamiento del sector, este año se lanzó una campaña en la que busca posicionar al camarón ecuatoriano como el mejor del mundo. Esta campaña fue producto de una investigación de 18 meses, cuenta José Antonio Camposano, de la Cámara Nacional de Acuacultura.

    La segunda fase de la campaña, cuenta, será a escala internacional, para lo que esperan tener el apoyo de entidades gubernamentales. «El plan sería con la oficina de marca sectoriales, trabajar con la marca Camarón Ecuador, que certifique el origen y calidad del camarón, que vaya de la mano con una campaña de posicionamiento», dice el vocero de la Cámara de Acuacultura.

  • La producción automotriz cayó en 87% durante el año

    El Nacional de Venezuela

    La caída de la producción de la industria automotriz venezolana se calcula en 87% en lo que va de año, informó el presidente de Fedecámaras-Carabobo, Damiano del Vescovo.

    La demanda de automóviles se sitúa en alrededor de 200 000 vehículos al año; generalmente cerca de 150 000 se ensamblaban en Venezuela y el resto se importaba para cubrir la demanda. Sin embargo, «actualmente no estamos cubriendo las expectativas«, agregó el representante industrial.

    El ejecutivo explicó que en Carabobo se asienta buena parte de los fabricantes de automóviles y en este estado se ensamblaba 70% de los vehículos del país.

    Además, indicó que la industria generaba unos 100 000 puestos directos e igual de indirectos y resaltó que el sector no se recuperará fácilmente, a menos que el Gobierno impulse una política automotriz de estímulo y desarrollo.

    Desde la perspectiva del gremio, el Ejecutivo tiene que dejar de importar vehículos de China e incentivar la producción interna, conjuntamente con una afluencia oportuna y en cantidad de dólares, para que se puedan importar los componentes y comience la reactivación de la industria. Considera que la autorización reciente para que personas naturales o jurídicas importen vehículos de manera directa es una política aislada y puntual que no va a resolver el problema de la industria. Esta medida perjudica al sector. Del Vescovo añadió que la industria en Carabobo trabaja al 48% de su capacidad instalada.

    Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas desde el 2006 hasta la fecha han cerrado 4 000 empresas de diferentes sectores en la entidad.

    Los productores no solamente se enfrentan a la inseguridad jurídica y personal, escasez, inflación y servicios públicos ineficientes, entorno de hostilidad hacia la actividad privada, sino también a regulaciones excesivas y confiscatorias, distorsiones macroeconómicas, entre otros elementos que dificultan la producción interna, afirmó el ejecutivo.

    En otro sector productivo, el titular de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela, Humberto Figuera, aseguró la semana pasada que se ha reducido en al menos un 40% el número de asientos en vuelos al exterior desde el país, como consecuencia del impago de USD 3 500 millones por parte del Estado venezolano.

  • El ‘Semáforo’ genera retos a los especialistas de marketing

    Redacción Quito

    En noviembre del 2013, el Ministerio de Salud expidió un reglamento para que la industria de alimentos y bebidas colocara ‘semáforos’ a sus productos procesados, para informar sobre el contenido de grasas, sal y azúcar en sus artículos. El plazo para establecer esta normativa venció el 29 de agosto.

    Ante la reforma, los especialistas de marketing realizaron el rediseño de sus empaques, para acatar esa disposición sin perder la esencia de sus marcas.

    Antonio Camacho, gerente de Aseguramiento de Calidad de la Pasteurizadora Quito, indica que entre los principales retos en el rediseño estuvieron los cambios que debían hacerse sobre la marcha. Para sus etiquetas, el tiempo de transporte toma hasta 45 días, por lo que cualquier cambio imprevisto resultaba complicado. «Fue beneficioso para nosotros colocar las advertencias utilizando adhesivos para no perder USD 200 000 en empaques anteriores».

    Su producto estrella, Vita Leche, en todas sus presentaciones, fue el que más cambios tuvo, ya que las nuevas normativas manejan 12 prohibiciones en el etiquetado entre las que se contemplan personas, animales, famosos, productos no relacionados, etc., que constaban en sus empaques.

    Diana Landucci, directora de Marketing de las marcas CBC, indica que los productos de la marca Pepsi, 7 Up, Lipton, Gatorade, Güitig, Tesalia (de sabores), 220V, Tropical, Manzana y Jugos Deli, ya cuentan con el nuevo sistema. Su principal reto fue adaptar las normativas a la estructura de la etiqueta. «Lo positivo fue que pudimos adaptar nuestro etiquetado con éxito a nuestros productos y las pérdidas de material fueron bajas».

    Xavier Sisa, director jurídico de la Cámara de Industrias y Producción, señala que otro de los principales retos que preocupa a las empresas es que existen productos que por alto contenido de sal, grasas o azúcar, van a estar en rojo; lo que podría estigmatizarlos. «Por eso es indispensable apoyar al producto mediante campañas publicitarias complementarias», aporta Daniela Cárdenas, especialista de Marketing.

    Una de las reformas que realizó la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) fue la colocación del semáforo en la parte de atrás del producto y no adelante, como se tenía previsto. «Tomaba casi un cuarto del panel frontal, lo que implicaba un cambio total al diseño y promoción de producto», señala Cárdenas.

    Según Christian Whali, presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas, las firmas invirtieron hasta USD 2 millones en el cambio de etiquetas. El precio de una etiqueta puede tener un costo de 2 centavos.

  • Ovosan, el huevo pasteurizado es la apuesta de esta pequeña industria

    Pedro Maldonado O. Redacción Quito / LÍDERES

    Un camión circula lentamente por una calle del sector de Amaguaña, al este de Quito. El conductor se estaciona con cuidado: es responsable de entregar un total de 45 000 huevos en cubetas en las instalaciones de Ovosan.

    Es un martes por la mañana y el ritmo de trabajo se dinamiza luego de la entrega de la materia prima. Los huevos son seleccionados y lavados con cuidado. Este emprendimiento trabaja desde el 2003 en una línea poco explorada: la pasteurización de huevos. La tarea se cumple en su planta que tiene 300 metros cuadrados de construcción.

    La pasteurización elimina microorganismos riesgosos para la salud y se desarrolla bajo estrictas normas de bioseguridad. Los empleados que trabajan en el proceso visten botas de caucho, mascarillas, mandiles y guantes; asean sus manos cada vez que ingresan a uno de los espacios de trabajo. Contados trabajadores acceden al espacio en donde los huevos son cascados o quebrados con una maquinaria específica para esa tarea; las mismas restricciones se cumplen en la zona de pasteurizado, así como en el congelado y en la entrega, que se realizan bajo una cadena de frío.

    Esta firma surgió en el 2003 por requerimiento de empresas nacionales del sector de salsas y aderezos. En ese entonces, el proceso era una novedad en el mercado y explicar los beneficios del huevo pasteurizado fue el primer reto que enfrentaron Joaquín Rodríguez y Eduardo Tapia, los socios de este emprendimiento ecuatoriano.

    Entre ambos invirtieron alrededor de USD 50 000 para instalar la planta en un espacio de propiedad de Rodríguez, en la zona de Amaguaña. El dinero sirvió para comprar maquinaria y para distintas adecuaciones. El equipo inicial estaba conformado por cuatro trabajadores de planta y tres administrativos.

    El huevo pasteurizado, explica Tapia, se utiliza en industrias como hoteles, restaurantes, servicios de catering, entre otras. «En otros países como Argentina o México, cada vez se exige más el uso de huevo pasteurizado y en Ecuador la tendencia va creciendo, lo que nos ayuda en el crecimiento del negocio».

    Tapia es doctor en bioquímica y conoce a detalle los cuidados que requiere el huevo para que mantenga sus características nutritivas. El huevo líquido, es decir la yema y la clara fuera del cascarón, tiene una vida útil de máximo 25 días en refrigeración. «Vender la idea del huevo líquido ha sido un trabajo difícil, pero los clientes lo van aceptando».

    Uno de los clientes con los que Ovosan trabaja desde sus primeros días es la empresa de salsas y aderezos Marcseal. Natalia Zambrano, representante de la compañía, recuerda que trabajan con Ovosan desde el 2003. «Esa empresa nació básicamente por un requerimiento que les hicimos. El huevo pasteurizado es clave para nuestros procesos».

    Marcseal compra alrededor de 10 a 12 toneladas mensuales de huevo pasteurizado a Ovosan. «Nos han respondido con calidad y con rapidez en los pedidos en todo este tiempo. Es un producto innovador y la relación entre las dos empresas avanza muy bien», añade Zambrano.

    Ovosan cuenta en la actualidad con una cartera de seis clientes entre los que están un hotel cinco estrellas, empresas de salsas y de pastas. Para esto procesa alrededor de 16 000 kilogramos de huevos al mes, en promedio.

    Para cumplir con la producción, la empresa cuenta con proveedores, entre los que consta Laura Torres. Ella indica que entrega cada semana cerca de 90 000 huevos que llegan desde Puéllaro, en el norte de Pichincha. «Trabajo con Ovosan hace dos años y puedo decir que son puntuales en los pagos».

    El trabajo se desarrolla de lunes a viernes y los socios de la empresa ya piensan en nuevas líneas. Una de ellas es el huevo en polvo. «Se asemeja a la leche en polvo y se puede almacenar, como un ingrediente más de la cocina», dice Tapia.

    También está en mente la producción de barras energéticas para niños, deportistas y adultos utilizando la proteína que tiene la yema del huevo. En estos procesos la inversión (unos USD 300 000 en 10 años) y la confianza en los colaboradores (10 en la actualidad) son parte de la estrategia de esta empresa cuyas ventas crecen año tras año.

    EL INSIGNIA
    ÁNGEL LLUMIQUINGA. El empleado más antiguo

    Tengo 42 años y conozco a Eduardo Tapia desde hace 18 años. Él me llamó para trabajar en Ovosan hace unos nueve años, cuando la planta recién estaba operando.

    Recuerdo que cuando llegué el trabajo de quebrado o cascado de huevos era manual. Pero los demás procesos ya estaban tecnificados.

    Actualmente, todos los procesos están automatizados y siempre se trata de innovar. A pesar del tiempo que llevo en la empresa, cada etapa del trabajo me sigue llamando la atención.

    Con los demás compañeros nos llevamos bien, cada uno cumple con su tarea de manera responsable.

    No nos vemos tanto, porque paso la mayor parte de mi jornada en el cuarto de pasteurizado; sin embargo, me llevo bien con todos, nos respetamos. Estoy contento con mi trabajo, es equipo muy colaborador.