Etiqueta: innovacion

  • La innovación marca el uso de energía en Japón

    Mayra Pacheco

    Enviada a Japón (I)

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    Una tarjeta magnética que cabe en la palma de la mano permite, con solo dos movimientos, abrir una puerta, encender las luces y activar el sistema de aire acondicionado en una habitación de hotel en Tokio, Japón.

    Todo está tecnificado: el sistema de transporte público, los restaurantes, los llamativos rótulos de locales comerciales, las máquinas dispensadoras de bebidas en las calles o estaciones. Incluso los sanitarios cuentan con mecanismos especiales de confort. Pero para que todo esto funcione se requiere de electricidad.

    Durante un programa de invitación a medios de comunicación de Latinoamérica al país nipón, por parte de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), LÍDERES conoció que este país emplea agua, sol, viento, calor interno de la tierra (geotermia) y otras fuentes para generar energía eléctrica. En total se utilizan ocho recursos, entre renovables y no renovables.

    Estas fuentes permiten que el país asiático cuente con una capacidad instalada de 972 teravatios hora (TWh), según información de la compañía Kyushu Electric Power CO. Inc, una de las 10 empresas responsables de entregar este suministro en Japón.

    La potencia instalada para generar energía en Japón supera en 122 veces la capacidad de Ecuador.

    Esta diferencia se explica debido a que Japón tiene que abastecer una demanda mayor. Tiene 124,7 millones de habitantes, mientras que en Ecuador son 17 millones de personas, refiere Ricardo Buitrón, especialista en proyectos de generación eléctrica.

    Del total de la capacidad instalada en el país asiático, un 17,4% proviene de recursos naturales. Es decir, de hidroeléctricas, parques eólicos, plantas geotérmicas y paneles fotovoltaicos (solares).

    Los paneles solares son instalados en espacios abiertos, en Kitakyushu.
    Los paneles solares son instalados en espacios abiertos, en Kitakyushu. Foto: Mayra Pacheco / Líderes

    Una de las ciudades, en las que se promueve el uso de estas fuentes de energía es Kitakyushu, ubicado al sur del archipiélago de Japón. Allí se aprovecha el viento y el sol para producir energía. También se usa fuentes térmicas.

    Los parques eólicos y los paneles solares ocupan amplios terrenos. Allí no se divisa altos edificios como en Tokio, esto permite que el viento corra libremente y no se genera sombra.
    El propósito de emplear estas fuentes de energía es reducir las emisiones de CO2.

    Actualmente, se producen 18 millones de toneladas de estos gases, pero la meta es bajar a la mitad en el 2050.

    Para cumplir con este objetivo las fábricas que funcionan en esta zona emplean también técnicas innovadoras para reducir las emisiones de gases contaminantes. Esta zona cuenta con 27 Ecoempresas. Minami Chiho, guía de Kitakyushu Next Generation Energy Park, expresa que en esta ciudad se quiere promover el desarrollo económico y el cuidado del ambiente, a la vez.

    Por estas características, Kitakyushu fue reconocida por el Gobierno de Japón, en el 2007, como la primera Ecociudad. Y en el 2008 fue elegida ciudad ejemplar en la conservación del ambiente.

    Más al sureste de esta zona, en Oita, en medio de montañas a 1 600 metros de altura, se aprovecha el calor interno de la tierra para generar energía.

    En esta fuente, Japón tiene más de 50 años de experiencia. En total, estas centrales tienen una capacidad de 519 megavatios (MW).

    En el parque eólico de Kitakyushu, ubicado al sur del archipiélago de Japón, están instalados 10 generadores de energía eólica. Estos se encuentran frente al mar Hibiki-nada.
    En el parque eólico de Kitakyushu, ubicado al sur del archipiélago de Japón, están instalados 10 generadores de energía eólica. Estos se encuentran frente al mar Hibiki-nada. Foto: Mayra Pacheco / Líderes
  • Reinhold Steinbeck:‘Hay que perder el miedo a innovar’

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

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    Reinhold Steinbeck tiene un MA en Educación Multicultural e Internacional en la Universidad de San Francisco (EE.UU.); diploma de la Escuela Europea de Negocios (Alemania), programa de titulación dual con la Universidad de Middlesex (Reino Unido); prácticas académicas en el Departamento de Educación de Negocios del Real Instituto de Tecnología de Melbourne (Australia).

    Ha sido director general de IntoActions; embajador del Programa de Innovación Global para América Latina de la Universidad de Stanford; fundador del Laboratorio de Diseño, Innovación y Creatividad de la Universidad de São Paulo; profesor de las Universidad de Santa Clarita, profesor visitante de la Universidad de São Paulo…

    ¿Qué metodología utiliza usted para impulsar la innovación empresarial?

    Primero debo explicar que trabajo con organizaciones y empresas para crear una cultura innovadora. Con ello se busca resolver problemas reales y en este proceso hay herramientas que se pueden utilizar. La tecnología, por ejemplo, puede ser un elemento.

    ¿Qué implica la innovación? ¿Crear cosas nuevas o transformar algo ya existente?

    Para mí es crear un proceso o un producto que, en este momento, no existe. Se trata de algo nuevo. Lo importante de la innovación es que lo que se desarrolla se pueda implementar en el mundo real.

    ¿Qué necesitan las empresas para innovar?

    Las organizaciones, empresas o universidades necesitan, en primer lugar, contar con un ambiente de confianza al interior de las mismas, porque permite compartir ideas sin miedo. Luego, es importante que grupos de diferentes niveles, al interior de las entidades, trabajen juntos. La diversidad es fundamental para implementar perspectivas diversas.

    ¿Es común hallar esto en las organizaciones del mundo?

    De lo que he podido apreciar, muy poco. Entre las cosas que más carecen las empresas está lo que se llama confianza creativa, que es lo que permite compartir ideas, crear soluciones innovadoras a problemas complejos, etc. En el Programa de Innovación Global de la Universidad de Stanford, sin embargo, los profesores están trabajando con los estudiantes para crear esta confianza.

    ¿Actualmente, en qué están innovando las empresas?

    No soy un experto en relación con qué tipo de empresas están liderando la innovación, pero creo que en este rango están aquellas que usan información, tecnología, nuevas plataformas, etc.

    Hace cinco años usted creó IntoActions, una firma de innovación a escala mundial. ¿Qué busca a través de ella?

    Yo fui profesor visitante en la Universidad de Sao Paulo en 2011. Allí cree un programa para preparar a los estudiantes para ser más creativos. Un año después, mucha gente me decía que me quede en Brasil, un país en el que organizaciones, universidades, Gobierno, empresas, etc., necesitaban mejorar su cultura de innovación. En ese contexto nació IntoActions.

    ¿Con quién trabaja ahora?

    Con entidades grandes como la Universidad Católica de Uruguay.

    ¿Qué metas ha evidenciado en las entidades, en cuanto a cultura innovadora?

    Depende del cliente. La Universidad de Uruguay, a través de su rector, buscaba ser una institución más innovadora y aprovechó el trabajo de la compañía.

    ¿De qué manera?

    Organizó un equipo de 80 personas para trabajar con nosotros por un mes. Estaban él, tres vicerrectores, cinco decanos, 25 profesores de diferentes disciplinas y estudiantes. Trabajaron juntos en un proceso para plantear ideas, mientras que nosotros introdujimos herramientas y procesos para ‘design thinking’.

    ¿A qué se refiere con ello?

    Se refiere a una metodología creativa para solucionar problemas. Es un proceso que utiliza herramientas y técnicas para ayudar a equipos a comprender los conflictos y oportunidades, así como para crear soluciones innovadoras que pueden ser un producto, un proceso o un servicio.

    ¿Basta solo con esa metodología para innovar?

    También está el liderazgo. Pero creo que las organizaciones deben, además, aprender a escuchar a los clientes. La metodología ayuda en ello, a saber las necesidades de los consumidores; pero, como dije al inicio, también es importante la confianza.

    ¿Al interior de la organi­zación o entre la empresa y los clientes?

    En ambos casos. Una de las razones por las que los equipos y las organizaciones no son innovadoras es porque tienen miedo, principalmente de cometer errores. Mientras se es niño no existe este problema, pero al crecer la confianza de generar ideas locas principalmente se pierde.

    Usted dijo, anteriormente, que ha visto muy poco que en las organizaciones exista confianza y trabajo en equipos diversos. ¿Es común en América Latina?

    Creo que existen muchas diferencias culturales en relación con otras partes del mundo en cuanto a trabajar juntos, compartir ideas, confiar en otros, no tener miedo, personas trabajando en el mismo nivel sin tomar en cuenta el bajo o alto status. En la cultura de la costa oeste de EE.UU., por ejemplo, la cosa es muy informal. Las personas trabajan juntas, comparten, los CEO se sientan con los empleados en ocasiones, etc.

    ¿Hay barreras entre los equipos de trabajo o los niveles jerárquicos en la región?

    Sí. Hay culturas en que las jerarquías son demasiado fuertes, hay muchas tradiciones, etc., lo que impide el compartir ideas y la confianza al interior de los equipos (…) son grupos de trabajo que desarrollan sus actividades sin hablar entre ellos y niveles diversos en los que no hay comunicación.

    ¿Es necesario romper con estos paradigmas?

    Claro. Pero es muy difícil porque implica cambiar tradiciones, creencias y comportamientos a escala individual y grupal.

    ¿No todas las empresas pueden lograr estos cambios?

    No todas.

    ¿Hay creatividad en las organizaciones de la región?

    Hay creatividad en todas partes. Pero hay que crear un campo para que crezca. En la Universidad de Uruguay, por ejemplo, hubo apoyo para las ideas que lanzaron los participantes en el proyecto para ser más innovadores. Identificaron cinco áreas estratégicas en las que se debía mejorar. Si bien no se tomaron en cuenta todos los planteamientos, hubo consenso en relación con los temas en los que trabajarían y sus soluciones.

    El empresario y embajador del Programa de Innovación Global para América Latina de la Universidad de Stanford habla sobre la importancia para las organizaciones de ser creativas y desarrollar confianza en los equipos de trabajo
    El empresario y embajador del Programa de Innovación Global para América Latina de la Universidad de Stanford habla sobre la importancia para las organizaciones de ser creativas y desarrollar confianza en los equipos de trabajo. Foto: Diego Pallero / Líderes
  • La innovación se sazonó con la receta tradicional

    Giovany Astudillo

    Editor (I) redaccion@revistalideres.ec

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    Lo que hace 50 años fue una tienda de abarrotes y una pequeña picantería en la que se ofrecían carnes asadas, hornado o sancocho, en la actualidad es uno de los restaurantes más importantes de la parroquia cuencana de San Joaquín. Si bien las recetas tradicionales de la familia Baculima siguen siendo uno de sus principales activos, la innovación llevó al negocio a otro nivel.

    Hace 13 años, el chef Xavier Baculima planteó a sus padres, Santiago y Ruth Cellán, que se debían incorporar cambios en el restaurante Cristo del Consuelo, que heredaron de los abuelos. Entre otros estaba la decoración del local e incorporación de una carta y postres y jugos en los que se mezclaban frutas como guanábana y mora en vasos grandes y decorados con uvillas o frutillas.

    Al principio, estas innovaciones no tuvieron el resultado esperado y hubo clientes que se fueron porque pensaban que los precios subirían o se resistían al cambio, pero paulatinamente fueron retornando, recuerda Baculima. “En la constancia está el secreto… No quería postres comunes, pero tampoco algo que esté muy a la vanguardia, que afecte a nuestra oferta tradicional”.

    Su progenitor falleció al año siguiente y su madre pidió que Xavier asumiera más responsabilidades y, posteriormente, su hermana Gabriela también lo hizo. Ella es diseñadora.

    Desde entonces, ambos hermanos iniciaron un proceso de renovación que persiste hasta la actualidad. Ellos calculan que todas las innovaciones a lo largo del tiempo demandaron una inversión que supera los USD 75 000.

    Parte de esos recursos se destinó a murales plasmados por el artista René Pulla. En cada uno de los espacios se recrearon postales tradicionales de Cuenca, como el Pase del Niño Viajero, la venta de dulces de Corpus Christi, las vendedoras de los mercados de la ciudad, entre otras.

    Mariana Chimbo (izq.) atiende a Édison Guevara y Miriam Soria. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Mariana Chimbo (izq.) atiende a Édison Guevara y Miriam Soria. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

    También sirvieron para el mejoramiento del mobiliario, decoración, reestructuración y modernización de la cocina o recreación de la tienda tradicional de sus abuelos para que allí funcione la caja del restaurante. “Quisimos darle concepto al restaurante y de la comida cuencana, por lo que nuestros espacios deben mostrar eso”, señala el chef.

    En el caso de la carta, dice Xavier Baculima, se ofrecen siete opciones de entrada como tamales, maduro con queso, choclos, entre otras. Hay cinco tipos de sopas como papas con cuero, locro de papas o caldillo de huevo y como plato fuerte están las carnes asadas de cerdo, res y pollo, que se pueden acompañar con llapingachos, ensaladas y mote sucio o pillo. En el caso de los postres existen cinco alternativas en pasteles, mousse o cremas. Ahora sacarán una carta aparte de postres y otras cuatro opciones.

    En la actualidad, atienden a cerca de 3 000 clientes cada mes, asegura Ismael Quezada, quien colabora en la administración del negocio con su esposa Gabriela y su cuñado Xavier. De esa cantidad, el 70% es cuencano y el porcentaje restante se reparte entre turistas nacionales y extranjeros. “La mayoría son familias de clientes desde hace varios años y en el caso de los turistas buscan conocer las tradiciones”.

    La directora de la Fundación Municipal de Turismo para Cuenca, Tania Sarmiento, destaca el mejoramiento del servicio de este restaurante, que conserva su esencia, pero ofrece un valor agregado. Por ello, agrega, que forma parte de la Ruta Rural de San Joaquín, que promociona desde el año pasado esta entidad. “Ha podido profesionalizarse y convertirse en un ejemplo de cómo la comida tradicional puede tener una presentación creativa y de esa forma mejorar el servicio”.

    Según Gabriela Baculima, también hicieron cambios en la atención y disminuyeron el tiempo de atención de los clientes de 25 a 12 minutos. Para mejorar el servicio también entregan a los comensales un pequeño cuestionario sobre la atención y las sugerencias.

    Los cambios se ven reflejados en la facturación, que creció un 25% este año en comparación con las cifras del 2017. Ese aumento se sustentó en una mayor clientela porque los precios se mantuvieron estables, señala Quezada. Según él, por lo general, una persona consume entre USD 10 y USD 15.

    Ruth Cellán: ‘Me encargo de preservar la esencia familiar’
    Encargada de las recetas tradicionales

    Hay un cambio importante de lo que fue el negocio de mis suegros, de lo que heredamos con mi esposo. Ahora mis hijos han hecho una importante renovación, que me alegra y me motiva. Desde un principio les apoyé porque ellos al ser profesionales tienen buenas ideas, que están dando resultado y el restaurante ha crecido mucho. Soy la encargada de preservar las recetas y, sobre todo, la sazón que mi suegra me enseñó. Llegué de la Costa (Quevedo-Los Ríos) y todo era nuevo para mí, pero aprendí mucho de sus secretos, que los mantenemos hasta ahora. Desde un principio me dijo que me enseñaba porque sabía que nosotros íbamos a continuar con este restaurante. Estoy encargada de las compras de las carnes y otros alimentos que se requieren para el funcionamiento de este negocio. Además, me dedico a preparar las carnes usando la sazón tradicional de la familia. Luego son adobadas. Otra persona me ayuda en este trabajo. Espero seguir siendo un aporte para mis hijos y que el restaurante siga mejorando. 

    Los hermanos Xavier y Gabriela Baculima impulsaron la transformación de este restaurante cuencano. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Los hermanos Xavier y Gabriela Baculima impulsaron la transformación de este restaurante cuencano. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • La industria del plástico se mueve al ritmo de unas 600 empresas

    Redacción Quito

    La industria de plástico en Ecuador innova, investiga, genera empleo y exporta en medio de desafíos. De acuerdo con estadísticas de la Asociación Ecuatoriana de Plásticos (Aseplas), el sector está compuesto por unas 600 empresas, de las cuales 120 pertenecen a la Asociación. La empresas productoras se ubican en su mayoría en Guayaquil.

    Según Aseplas, esta industria representa el 1,2% del PIB nacional, es decir cerca de USD 1 200 millones. Actualmente genera más de 19 000 empleos directos y 120 000 indirectos, según Alfredo Hoyos, presidente del gremio. Además produce unas 500 000 toneladas anuales.

    “Nuestro sector cree en el Ecuador, por lo que no solo hemos invertido recursos económicos, también hemos sido protagonistas en procesos de innovación y tecnología”, añade el vocero.

    El plástico ecuatoriano tiene una serie de bondades, destacadas por empresarios. Caterina Costa, presidenta de la Federación de Cámaras Industriales de Ecuador, expresa que el sector está en constante innovación y crecimiento. La dirigente asegura que el material encuentra cada vez nuevas aplicaciones en ámbitos como medicina, ciencia, cultivo de alimentos, transporte, comunicación y energías renovables. Se trata, según Costa, de un producto liviano, inocuo, inodoro, que produce barreras para el oxígeno y permite el reciclaje.

    “Los industriales de plástico están siempre buscando reducir la cantidad de material que se consume. Por eso, en productos como las botellas de agua se usa menos material y cada vez se las encuentra más livianas”, dice Costa.

    En la actualidad, la industria plástica provee a sectores como el automotriz , el comercio, el sector agrícola y bananero, alimentos pañales, entre otros. También se exporta a Colombia, Perú, Bolivia, Centro América y EE.UU., en los productos que acompañan racimos de banano, film de leche, film de detergente, fundas tipo camiseta y empaques de alimentos.

    El sector también importa. Hoyos detalla que en 2014 la industria del plástico trajo 381 815 toneladas. Esta cifra bajó en el 2017, cuando se importaron 373 776 toneladas, lo que representó una disminución de un 2,12%. La mayor cantidad de plástico que ingresa importada se utiliza para alimentos, higiene y cuidado personal.

    Para Hoyos, la industria local de plástico de Ecuador está trabajando para incorporar materiales reciclados en sus procesos de producción, principalmente en aquellos relacionados con el transporte de mercadería, como las fundas, y en la elaboración de empaques primarios para la preservación de alimentos.

    Sin embargo, la industria atraviesa dificultades, relacionadas en especial con una falta de políticas ambientales y económicas. En el primer caso, Hoyos explica que la ausencia de claridad en los estatutos normativos relacionados con el medioambiente “permite que los municipios emprendan iniciativas de ordenanzas sin un sustento técnico”.

    Un ejemplo reciente es el del Municipio de Guayaquil, que tramita una ordenanza que pretende prohibir la fabricación y venta de productos de un solo uso.

    A juicio de Hoyos, esto pudiese perjudicar a la industria en sus procesos de producción.

    Otra debilidad se deriva de una ausencia de política que incentive la economía circular. Hoyos explica que el sistema de la economía del país (extracción, fabricación, utilización y eliminación) ha alcanzado sus límites.

    “Se empieza a vislumbrar el agotamiento de una serie de recursos naturales y de los combustibles fósiles. La economía circular propone un nuevo modelo de sociedad que utiliza y optimiza los ‘stocks’ y los flujos de materiales, energía y residuos. La meta es la eficiencia del uso de los recursos”.

    Manuel Nieto, gerente de Química Comercial, en Quito, reconoce que hoy en día existe una animadversión o antipatía contra la industria de plástico y defiende a esta industria. Según Nieto, el plástico ha demostrado ventajas sobre otros materiales. “Es más económico, resistente, fácil de utilizar. Es resultado de un desarrollo tecnológico y no podemos retroceder”. Por eso plantea acciones como las 3 R: reducir el consumo, reutilizar y reciclar, con el apoyo de autoridades y ciudadanía.

    La inversión marca el camino del sector

    La inversión en tecnología e innovaciones es una constante en las empresas del sector plásticos, en especial en las grandes empresas que cuentan con mayor músculo financiero.

    La firma cuencana Consuplast forma parte del Grupo Ortiz. Su producción está orientada a la fabricación de juguetes, artículos para la cocina y el resto del hogar, artículos para seguridad en la construcción y la industria.

    Según el director de Desarrollo del Grupo Ortiz, Andrés Tapia, durante el primer semestre de este año las ventas en la línea de juguetes aumentaron un 20% con relación al año pasado.

    Ese crecimiento, dice, se sustenta en el mejoramiento de la calidad, estrategias de comercialización y adquisición de nuevos modelos para competir con el producto importado. Agrega que en esta línea siempre hay que innovar porque los juguetes están vinculados con la moda.

    El año pasado, el Grupo Ortiz invirtió USD 3,5 millones para comprar moldes e inyectores para su fábrica Consuplast. Desde Asia y Europa importaron 80 moldes para elaborar carros de Bomberos, Policía…, muñecas, correpasillos, tractores, entre otros. Para este año estiman invertir USD 1,5 millones para las líneas de elaborados en plástico.

    Tapia indica las ventas de artículos para el hogar, la construcción y seguridad industrial también crecieron, pero en un porcentaje menor, es decir entre 10% y 15%. Entre otros productos, elaboran cajas de herramientas, cascos, jaboneras, extractores de jugo, reposteros, coladores, armadores, mangueras, muebles y macetas.

    En el norte de Quito opera Flexiplast, una firma del sector que funciona desde 1994. En su planta la tecnología es una de las características. Arturo Sánchez, vicepresidente de la firma, explica que la inversión es crucial.

    Para elaborar envases, por ejemplo, se necesita toda una infraestructura para procesar la materia prima. “Hay que adquirir extrusoras que transforman la resina plástica en una película plástica”. Una de estas máquinas cuesta entre USD 600 000 y 4 millones, según el empaque que se elabore. Sánchez añade que para trabajar con resinas biodegradables se requieren ajustes y otro tipo de máquina.

    Flexiplast invierte cada año un promedio de USD 3 millones en maquinaria y tecnología. Este año construyó una nueva planta en Machachi, al sur de Quito, en la que se invirtió USD 8 millones, dice Sánchez.

    El vocero de esta empresa explica que trabajan con industrias de alimentos, higiene y aseo personal, empaques generales para comercios y supermercados, entre otras. Para continuar con las inversiones y la expansión, añade Sánchez, es necesario mayor seguridad y estabilidad.

    Uno de los temas que preocupa a la industria es la tendencia global contra el consumo de ciertos plásticos (ver nota inferior).

    Un negocio con más de 60 años de crecimiento

    El sector del plástico es estratégico en la estructura industrial del mundo. Así lo asegura la revista Forbes, en su edición de México, en un artículo de octubre del 2017.

    La publicación detalla que desde 1950 hasta el 2015, la industria del plástico ha registrado crecimiento constante. Asia domina hoy la producción de plástico (49%), seguida de Europa (19%) y Norteamérica (18%).

    Los números de esta industria son gigantes. En el 2020 se espera que mueva a escala global USD 654 380 millones, según la consultora Grand View Research. Esta empresa asegura que el impulso al plástico se da en los mercados emergentes, así como por la construcción, el sector del automóvil y, sobre todo, del universo del envasado. Solo esta última rama alcanzará USD 269 000 millones en 2025, según un artículo de diario El País, de España, publicado el 7 de julio pasado.

    La misma publicación añade que todo alrededor del plástico “es un negocio brillante”. El mercado de los bioplásticos, dice, ya camina hacia los USD

    21 126 millones y sumará 68 500 millones durante 2024. Por su parte, el universo del reciclado manejará USD 50 360 millones.

    También se analiza el lado negativo de esta industria. El diario español afirma que cada año se filtran en los océanos ocho millones de toneladas de plástico, el equivalente a verter un camión de basura cada minuto. “Si no hacemos nada, este ritmo aumentará a dos por minuto en 2030 y a cuatro durante 2050. Los mares ya acumulan unos 150 millones de toneladas de este desecho y en 2025 albergarán una tonelada por cada tres de pescado”.

    Los expertos consideran que la solución a este problema pasa por el compromiso de quienes contribuyeron a crear el mismo. Allí se encuentran empresas que producen botellas de plástico, tapas desechables y otros productos. Arturo Sánchez, vicepresidente de Flexiplast, dice que el problema es la forma de disponer el plástico utilizado. “Eso causa la contaminación”.

    Para Sánchez, es necesario trabajar en la sociedad en términos de consumo responsable de plásticos. “No se trata de buscar culpables. Todos tenemos un grado de responsabilidad y la industria busca trabajar de la mano con política publica para manejar estos desechos”.

    Según Aseplas, el consumo de plástico en Ecuador es menor en comparación con otros países. En Europa se consumen 140 kilos per cápita al año, en América Latina la cifra oscila entre 40 y 50 kilos y en Ecuador son 20 kilos per cápita al año.

    La consultora Euromonitor Internacional calcula que cada minuto se compran un millón de botellas de plástico a escala mundial, lo que equivale a unas 20 000 por segundo. La firma añade, según El País, que no existe un sistema de reciclaje que soporte semejante tensión.

    Flexiplast es una de las empresas de la industria plástica. La innovación y las inversiones marcan los procesos de producción de esta firma, que tiene sus instalaciones en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Flexiplast es una de las empresas de la industria plástica. La innovación y las inversiones marcan los procesos de producción de esta firma, que tiene sus instalaciones en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Ellos crecieron por su innovación con la madera

    Cristina Márquez. ( I )
    redaccion@revistalideres.ec

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    La historia de grupo Pismade, el negocio familiar de Crisólogo Haro, su esposa Blanca Ramírez y sus hijos Crisólogo, Jean y Diego, se inició como Haro Maderas.

    Hoy este consorcio incluye dos firmas: Pismade e Insermadera; la primera ofrece materiales de construcción como madera, ceras y tinturas, pallets industriales, etc., y la segunda da servicios de reparación y alquiler de pallets.

    “Lo que más nos alegra de nuestro negocio es que podemos trabajar juntos, como familia. Cada uno se especializó en un área diferente del emprendimiento y todos aportamos”, dice Crisólogo padre.

    Él fundó la empresa en 1992, tras un intento fallido en la industria del cuero. Cuando el emprendimiento se inició no tenía conocimientos sobre el trabajo maderero y se desempeñaba como servidor municipal, pero siempre deseó tener un negocio propio.

    “Empezamos a reunir dinero. Obtuvimos un préstamo en una cooperativa, puse todo el dinero que había ahorrado durante mi trayectoria como maestra y mi mamá nos ayudó con el resto. Estábamos decididos a progresar, invertimos un millón de sucres”, dice la esposa, Blanca Rodríguez.

    Pismade se inició como un pequeño aserradero en el parque industrial Riobamba, en el sur de esa urbe. Los dueños empezaron a fabricar pallets, que intermediarios adquirían para revenderlos a exportadores de banano.

    Durante dos años el negocio no trascendió, los intermediarios les ponían el precio a los pallets y no se lograba compensar con los costos de producción. Los ingresos empezaron a mejorar cuando la empresa consiguió un cupo de venta directa a una de las bananeras más grandes del país.

    Sin embargo, la situación volvió a cambiar ese mismo año cuando Crisólogo padre sufrió un accidente grave mientras trabajaba en las maquinarias. Pero, él recuerda la situación con positivismo.

    “Cuando eso ocurrió me di cuenta que no podía trabajar en la maquinaria, así que tomé la mejor decisión de mi vida y me capacité. Aprendí todo sobre el inventario de bosques”, dice el fundador.

    Tras la recuperación, Crisólogo padre empezó a recorrer el país para encontrar los mejores bosques madereros y dejó de depender de los intermediarios que le traían la madera. En poco tiempo se convirtió en un comerciante experto y firmó convenios con varias comunidades propietarias de bosques explotables.

    La empresa volvió a tener un nuevo giro cuando sus tres hijos concluyeron su formación universitaria y se sumaron a la mesa directiva. El primer gran avance se dio cuando decidieron cambiar el único producto de la empresa, los pallets para exportación de frutales, por pallets industriales.

    “Hicimos un análisis de costos y vimos que sólo estábamos viendo el dinero pasar. Cuando empezamos con los pallets industriales tuvimos que comprar nuevas maquinarias, buscar maderas más resistentes y hallar nuevos métodos para fabricarlos”, explica.

    Actualmente, la empresa abastece de pallets a las industrias más grandes del país. Sus clientes están en Quito, Guayaquil, Manta, Santo Domingo y otras ciudades y son empresas que se encuentran vinculadas al sector de alimentos y bebidas, principalmente.

    La empresa fabrica alrededor de 14 000 pallets mensuales y, aunque diversificó la oferta, sigue siendo su producto estrella.

    Diego Haro, el hijo menor, se especializó en ingeniería forestal y la industria de la madera. Él se sumó a la empresa hace cuatro años y trajo desde Chile y Europa ideas innovadoras para la compañía.

    Sus ideas y la adquisición de nuevas tecnologías en Brasil e Italia transformaron la empresa. En el 2010 se incrementó una nueva línea de producción: tableros, molduras, maderas tratadas para exteriores, revestimientos de pared, piso de ingeniería, entre otros materiales de construcción.

    “Fueron varios años de experimentos en el laboratorio para desarrollar estos materiales y garantizar su resistencia. Logramos replicar productos que están de moda en la construcción europea”, explica Diego Haro.

    El piso de ingeniería es uno de los productos más revolucionarios de Pismade. Este material, a diferencia de los pisos tradicionales que requieren todo un tratamiento de lacado , ya vienen listos para su instalación.

    Son más livianos que los pisos tradicionales, más económicos y más ecológicos porque su estructura está compuesta por una delgada capa de madera fina, prensada sobre otros materiales. Este piso tiene mejores cualidades térmicas y es ideal para trabajos de diseño y decoración.

    “Nos gusta mucho trabajar con este producto, es muy diferente a otros que hay en el mercado y hemos logrado acabados hermosos”, dice Pilar Norris, una de las clientes de la firma.

    Los tableros y partes para viviendas son otro producto insignia de la empresa riobambeña.

    Los constructores de la Fundación Hogar de Cristo los utilizan como materia prima para las viviendas sociales que construyen en la ciudad de Guayaquil.

    Ahora la empresa se prepara para exportar al extranjero. “Estamos estudiando el mercado en EE.UU. y nos preparamos para obtener los Isos”, dice Jean.

    Al mismo tiempo, trabajan en la implementación de un nuevo sistema constructivo en madera seca más sustentable. El objetivo de la firma es seguir creciendo y ofreciendo calidad al cliente.

    ‘Los productos marcan la diferencia’

    José Luis Rivera
    Gerente de ventas de Pismade

    Mi objetivo en la empresa es posicionar los productos en el mercado nacional. Eso lo vamos a lograr visitando a nuestros clientes potenciales en sus empresas y negocios para demostrar la buena calidad de los materiales de construcción que producimos.

    Nuestro valor agregado es la calidad y la innovación, tenemos materiales de construcción e insumos para la fabricación de muebles que nuestros competidores no tienen. La durabilidad de nuestros tableros, pisos, pérgolas, revestimientos interiores y otros productos de nuestro menú nos hace diferentes.

    La meta del departamento de ventas es marcar precedentes con una atención personalizada y amable, y mantener vínculos estrechos con nuestros clientes para identificar sus necesidades.
    Con mi trabajo espero colaborar en el desarrollo empresarial y en el cumplimiento de las metas altas que tenemos para el futuro.

    Trabajo en Pismade desde hace cuatro años y espero continuar mi carrera en esta empresa debido a que el clima empresarial es amigable y estable.

    Los propietarios de Pismade muestran algunos de sus productos. Nacieron como un pequeño negocio y ahora el grupo incluye dos empresas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
    Los propietarios de Pismade muestran algunos de sus productos. Nacieron como un pequeño negocio y ahora el grupo incluye dos empresas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
  • Suelas innovadoras y seguras

    Modesto Moreta

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    La combinación de investigación, desarrollo e innovación es la clave de la suela de seguridad industrial o casual y urbano que produce la empresa Rubbershoes, en Ambato.

    La organización se constituyó en el 2015 y está integrada por las marcas de calzado Vecachi y la productora de suelas Ecuarubber, que ya tenían trayectoria en el negocio del calzado.El trabajo permite a la empresa posicionase en la industria nacional. El ejemplo más reciente es el desarrollo de una planta que absorbe la energía estática del calzado de una persona.

    Los productos de esta firma ambateña dan confort, seguridad y durabilidad en todas sus líneas, diseños y modelos. Esa es la carta de presentación de esta marca que cumple con las normas y las especificaciones nacionales e internacionales.

    José Peñaloza, gerente administrativo de Ecuarubber, cuenta que en el 2009 adquirieron la fábrica de suelas a un grupo de emprendedores colombianos. La inversión en ese momento fue de USD 500 000; los recursos los consiguieron a través de un crédito de una entidad financiera. Así se compraron prensas vulcanizadoras de caucho, moldes, matricería, un equipo para suelas y el galpón donde actualmente funciona la fábrica.

    El ejecutivo dice que durante un año efectuaron estudios y pruebas de laboratorio con técnicos especialistas de México y de Brasil sobre nuevas formulaciones para la fabricación de suelas de caucho de seguridad.

    También lograron estar a la vanguardia de la nueva tendencia en la moda y diseño para zapato casual y urbano. Eso ayudó a que la empresa tuviera éxito en el mercado nacional y atendiera la demanda inicialmente de 25 empresas fabricantes de calzado entre grandes, medianas y pequeñas. En la actualidad trabaja con 100.

    En la firma se sigue innovando. Como ejemplo está la fabricación de suelas para altas y bajas temperaturas, así como obtener caucho nitrilo vulcanizado para el sector petrolero. Además, están por concluir los estudios para la fabricación de suelas que repelen la estática, es decir, para personas que trabajan ensamblando computadoras y celulares.

    “La idea es que las personas no concentren estática y así eviten problemas de salud. Esto porque la suela y el zapato se encargan de concentrar toda la energía o poder estático”, explica el ejecutivo. Él añade que el desarrollo de este nuevo producto empezó a mediados del 2017.

    En sus inicios, la empresa tuvo 15 colaboradores y ahora tiene 23. Para Peñaloza el repunte fue en el 2012; actualmente se fabrican cada día 2 000 pares de suelas de caucho para calzado de seguridad y 1 500 pares a inyección para zapatos casuales y urbanos.

    Los principales mercados a los que atiende la empresa son Ambato, Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Ahora Rubbershoes planifica incursionar en una nueva investigación para producir suela bidensidad o bicomponente, es decir, liviana, cómoda y confortable para el usuario.

    En el 2013 la firma invirtió USD 200 000 para comprar una máquina que fabrique suelas termoplásticas. Además, instaló un centro mecanizado donde elabora moldes para suela. Este servicio de matricería adicional es para los empresarios dedicados a la confección de calzado. Allí, con alta tecnología en matricería, se plasma los diseños de las suela con el nombre de la fábrica que lo solicita.

    Desde hace 15 años, la fábrica de calzado Andy de Quito se abastece con Ecuarubber. Elsa Luzuriaga, gerente de la firma, cuenta que las suelas que compra son de buena calidad y resistentes a todo tipo de trabajo. Eso ayudó para que las ventas se incrementen en un 20% anual. Además, destaca el cumplimiento en la entrega. “La materia prima con que producen es de primera calidad y eso satisface al productor del calzado y al cliente, porque vendemos un buen producto”.

    Esta empresa quiteña, que lleva 28 años en el mercado, produce 130 pares diarios de botas para seguridad industrial, zapato casual y formal para hombre y la línea escolar. El rendimiento de las suelas en botas de seguridad le permitió ingresar a las cadenas comerciales.

    La inversión de Ecuarubber continúa. El año pasado, por ejemplo, destinó USD 141 000 en la adquisición de una inyectora bicolor para fabricar suelas de dos colores. Esto permitió que la oferta de sus productos crezca un 20% en relación con años pasados.

    Las suelas que fabrica Ecuarubber  cumplen con las normas de calidad nacionales e internacionales. Sus productos van a cuatro provincias. Fotos: Glenda Giacometti/LÍDERES
    Las suelas que fabrica Ecuarubber cumplen con las normas de calidad nacionales e internacionales. Sus productos van a cuatro provincias.
    Fotos: Glenda Giacometti/LÍDERES
  • Ecuador ocupa el puesto 97 en el Índice Mundial de Innovación; cayó cinco puestos en un año

    Redacción Líderes y EFE (I)

    Entre Trinidad y Tobago y Cambodia. En el puesto 97, de un listado de 126 países. Allí se encuentra Ecuador en el Índice Mundial de Innovación. En un año el país bajó del puesto 92 al 97, según el ranking que se publicó hoy, 10 de julio del 2018.

    Chile sigue siendo el país más innovador de América Latina, México es uno de los que más ha mejorado y España, que se mantiene en el puesto 28 del ránking, sigue sin recuperar los niveles de inversión en i+D anteriores a la crisis, según el nuevo Índice Mundial de Innovación.

    Para Nelson Baldeón, Co champion del MIT Reap, la ubicación de Ecuador no es sorpresa. Él considera que las leyes del país no estimulan para nada la competencia global que es la que ayuda a innovar. “Sin competencia, sin leyes claras, sin apertura, sin alianzas sin mercados grandes, seguiremos en el círculo de confort de solo producir para algo chico”.

    Baldeón añade que tres claves para mejorar en innovación son: la descentralización del poder, contar con reglas claras y plantearse compromisos superiores.

    Al hacer un análisis desagregado por segmentos se aprecia que el país registra un avance en lo que es entrega de créditos, gracias a la existencia de servicios crediticios destinados, principalmente, para microfinanzas.

    El ambiente para hacer negocios es en el que peor posición se encuentra Ecuador debido a las dificultades para la creación de una empresa y por las pocas facilidades pare resolver temas de insolvencia.

    El estudio, elaborado por la Universidad Cornell de EE.UU., el INSEAD y la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), sitúa a Suiza, los Países Bajos, Suecia, Reino Unido y Singapur a la cabeza de innovación mundial, y evidencia el gran auge de China en este terreno que pasó del puesto 22 al 17, lo que denota una transformación de la economía del gigante asiático gracias a sus políticas destinadas al desarrollo y la investigación.

    El Índice Mundial de Innovación lo publica anualmente la Universidad de Cornell de EEUU junto a la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en colaboración también con la escuela de negocios francesa INSEAD.

    Estos análisis anuales sirven para evaluar, a partir de 80 indicadores distintos, el grado de innovación de 126 economías del mundo y, así, pretende ayuda a los Gobiernos a estimular la actividad innovadora de sus Estados.

    Suiza sigue siendo un año más el país líder del ránking mundial, que en sus primeros diez lugares están, tras el país helvético, Países Bajos, Suecia, Reino Unido, Singapur, Estados Unidos, Finlandia, Dinamarca, Alemania e Irlanda.

    Unas 40 macetas de geranios adornan el segundo piso del Palacio Arzobispal, Plaza Grande, en Quito.
    Unas 40 macetas de geranios adornan el segundo piso del Palacio Arzobispal, Plaza Grande, en Quito.
  • Medicinas con alta innovación

    Carolina Enriquez

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    Las vitaminas y cremas para ganado que preparaba la familia Brown durante la década de los años 70 fueron la semilla que permitió el crecimiento de la empresa James Brown Pharma.

    Se trata de una industria que produce fármacos veterinarios y humanos, para su venta a escala local y para exportación. Nació de la mano del estadounidense James Brown Sweeney, quien en 1947 llegó a Ecuador y montó un negocio vinculado a la ganadería.

    En esa época detectó que había deficiencias en cuanto a fármacos veterinarios por lo que en 1971 se convirtió en importador y nació la compañía. Con el paso del tiempo se dio cuenta de que también podía producir diferentes fórmulas de manera local.

    “Empezamos con uno que otro en la casa de La Floresta. Ayudábamos – los hijos- a mezclar vitaminas o a hacer un ungüento para las ubres de las vacas. Mi padre vendía los productos en las haciendas ganaderas”, explica Felipe Brown, gerente general.

    La compañía cuenta con una línea de producción de fármacos veterinarios y biológicos. Entre los primeros se hallan reconstituyentes, vitaminas, antiinflamatorios, etc., mientras que en el otro grupo están las vacunas.

    James Brown Pharma tiene hoy un portafolio de 65 productos veterinarios en 120 presentaciones.

    Según Felipe Brown, uno de los factores que ha permitido el desarrollo de la empresa ha sido su equipo de profesionales, que incluye químicos, veterinarios, microbiólogos, entre otros.

    Las instalaciones garantizan la inocuidad de los productos; además, hay permanente investigación.

    Una de las principales innovaciones para este año es James Brown Genetics, un laboratorio en el que se podrá realizar el proceso de fecundación y trasplante de embriones de bovinos.

    Asimismo, este año la compañía, que antes importaba alimento para perro, comenzará con la producción y venta de un producto propio. La firma ya cuenta con una línea para mascotas que contiene ítems como champú, jabón medicado, crema dental, etc.

    Hace 12 años la empresa también diversificó su oferta y arrancó con el proyecto de fármacos para humanos. La novedad fue que quería darle valor agregado a sus medicamentos: cápsulas de gelatina blanda, jeringas prellenadas, entre otros.

    El Ministerio de Industrias, de hecho, ha destacado la importancia de este tipo de innovaciones dentro del sector farmacéutico. Mientras que desde el sector privado Miguel Palacios, director ejecutivo de la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos del Ecuador (Alfe), indica que la generación de valor agregado “beneficia económicamente a la empresas y al consumidor. Por lo general estas formas,que son de fabricación nueva en el país, no tienen muchos competidores. El paciente va a poder adquirir un producto novedoso. Estos nichos de mercado son positivos”.

    En la línea humana, James Brown Pharma cuenta con 15 productos propios. A parte, maquila 20 entre los que se encuentran sueros orales, soluciones en polvo, cremas y más.

    Este último proceso arrancó en el 2012. James Brown Pharma produce para compañías latinoamericanas: seis de la línea para humanos y tres en la de veterinaria.

    La compañía cuenta con dos plantas de producción y considera que tiene alto potencial para crecer. Sus productos, sean bajo su marca o maquilados, se venden en negocios como cadenas de farmacias, almacenes de productos para mascotas, veterinarios, agrícolas, entre otros.

    En la línea veterinaria también se coloca la oferta en el exterior.
    Según el Banco Central del Ecuador (BCE), en el periodo enero-abril las exportaciones de químicos y fármacos alcanzaron USD 50,2 millones, es decir, 1,2% más con relación al mismo periodo del año pasado. Sin embargo, tanto el Gobierno como la industria farmacéutica han reconocido que el país importa sobre los USD 2 000 millones de estos ítems y que hay un desequilibrio en la balanza comercial de este sector.

    James Brown Pharma envía desde 1993 productos veterinarios a la región y, actualmente, coloca su oferta en media docena de países entre los que están Bolivia, Perú, Venezuela, Panamá, Guatemala, etc.

    Como parte de los retos de la empresa también ha estado la estructuración de su sistema de calidad en todas las áreas. Cuenta con la certificación de Buenas Prácticas de Manufactura y se busca una nueva de laboratorio.

    Una imagen del área de control de calidad de las medicinas. El ofrecer productos de alta calidad y efectivos para los pacientes es clave. Foto: Vicente Costales/ LÍDERES y Cortesía
    Una imagen del área de control de calidad de las medicinas. El ofrecer productos de alta calidad y efectivos para los pacientes es clave. Foto: Vicente Costales/ LÍDERES y Cortesía
  • La UTPL cuenta con un centro de desarrollo productivo

    Giovany Astudillo

    (I) redaccion@revistalideres.ec 

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    El Centro de Innovación y Desarrollo para la Industria y Minería (CIMA) busca generar desarrollo productivo. Esta iniciativa de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) empezó en el 2013 y se centró inicialmente en el ámbito minero, pero al año siguiente amplió su campo de acción.

    Desde entonces tiene tres ejes estratégicos. El primero se centra en el entrenamiento y formación con la implementación de programas de capacitación certificados, que contribuyan a generar capacidades para el sector productivo.

    El segundo, en cambio, se relaciona con el emprendimiento y el desarrollo. La idea es lograr la expansión de los negocios no solo industriales y mineros, sino también prosperidad comunitaria.

    El tercero es la gobernanza con un trabajo con municipios y gobiernos parroquiales o provinciales, señala el director del CIMA, Leonardo Benavides. En este caso, el objetivo es mejorar las competencias técnicas para que administren de mejor manera los recursos de sus jurisdicciones.

    En la práctica, por ejemplo, este centro realizó el año pasado la capacitación técnica para ayudantes de la construcción, que tuvo el apoyo de la minera Lundingold y la Fundación Lundin.

    Formaron a 170 ayudantes en construcción, soldadura, electricidad y metalmecánica. La intención fue que las personas, que viven en zonas cercanas al proyecto minero Fruta del Norte como son los Encuentros, El Zarza y otras comunidades, puedan acceder y aprender estas capacidades.

    Según Benavides, la meta es que ellos creen sus emprendimientos o accedan a un empleo en la mina. El programa empezó en septiembre de 2017 y acabó en marzo.

    Fue una capacitación dual. El 40% fue teórico y el resto práctico y se dio énfasis a la seguridad y salud ocupacional. Por ejemplo, los ayudantes de soldadura aprendieron sobre instalaciones de un circuito eléctrico, tipos de corrientes y soldaduras y sus aplicaciones. En la práctica, los estudiantes elaboraron estructuras metálicas y pequeños muebles.

    El año pasado también se realizó el programa de formación de auditores técnicos mineros, que estuvo dirigido a ingenieros geólogos, mineros y metalúrgicos, que están dedicados a consultorías o asesoramientos de los pequeños proyectos mineros o artesanales. Fue avalado por la Agencia de Regulación y Control Minero. Tuvo 85 participantes en los cursos realizados en Loja y Quito. Luego se replicará Cuenca y Guayaquil.

    Otra iniciativa de CIMA es la escuela de operadores de maquinaria pesada, que es parte del proyecto Escop y está acreditada por la Agencia de Nacional de Tránsito. Según Benavides, es la primera universidad ecuatoriana acreditada para formar este tipo de operadores. A finales del 2016 empezó la primera formación y hubo 88 graduados.

    En septiembre del 2017 arrancó la segunda con 76 alumnos y en abril pasado inició la tercera con 80 asistentes. Benavides destaca que cuentan con simuladores. Allí, se realizan las prácticas de manejo y cumplimiento de tareas como una fase previa a tomar una maquinaria pesada. Esa tecnología está instalada en el campus de la UTPL en la ciudad de Zamora.
    También, tienen la maquinaria y un patio de maniobras y operaciones para las prácticas. “Primero aprenden la teoría, luego van a los simuladores y, finalmente, a la maquinaria”, dice Benavides

    En el área de capacitación también trabajan dentro de las empresas como las compañías mineras y construcción, sobre todo, en seguridad y salud ocupación.

    Según Benavides, el ámbito de acción de CIMA es nacional, aunque iniciaron en Loja y Zamora Chinchipe. También, tuvieron requerimientos en Chimborazo, Azuay, Guayas y El Oro.

    Para este año buscan una proyección más nacional y para ello tienen la infraestructura de UTPL con 84 centros.

    En emprendimiento y desarrollo brindan consultorías técnicas y administrativas y tienen el programa Nexo Conexión Empresarial, que cuenta con el apoyo de la Fundación Lundin. La idea es fortalecer la eficiencia de proveedores locales y mejorar su competitividad. Han realizado talleres en administración de tiendas, panadería, cocina, contabilidad, agricultura, ganadería y lácteos.

    Otros detalles 

    Administración. 

    El CIMA es administrado por la Fundación para el Desarrollo Empresarial y Social de la UTPL. No tiene fines de lucro.

    El personal. 

    Tienen siete empleados en Loja, seis en Zamora y 15 instructores. En Los Encuentros (Zamora Ch.), otros cuatro y en Guayaquil, uno.

    Otro curso. 

    Promueve la certificación en prevención de riesgos laborales. Son tres días de curso y uno de evaluación.

    Los estudiantes, como Anahí Mora, utilizan la maquinaria en el patio de maniobras de la UTPL, en la ciudad de Zamora. Foto: Giovanni Astudillo/LÍDERES
    Los estudiantes, como Anahí Mora, utilizan la maquinaria en el patio de maniobras de la UTPL, en la ciudad de Zamora. Foto: Giovanni Astudillo/LÍDERES
  • Certamen pensado en entidades públicas

    Redacción Quito

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    La tercera edición del premio Prácticas Ejemplares del Ecuador 2018 se presentó en Quito. El objetivo de este certamen es reconocer las prácticas eficientes, eficaces e innovadoras del sector público, que inciden en la vida de la ciudadanía.

    En esta edición, la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU sirvieron para definir las categorías: igualdad de género, gestión de riesgos, protección del medio ambiente, educación, salud, productividad, y desarrollo urbano.

    Nuno Queiros, representante del programa de las Naciones Unidas para el Desarrolllo (PNUD), participó en la presentación. El comentó que esta iniciativa fomenta y evidencia la diversidad, el diálogo, la tolerancia, la paz y la buena convivencia que puede haber en un territorio.

    Hasta el 30 de junio del 2018, todas las instituciones del sector público ecuatoriano, con residencia en el país o en el extranjero, pueden postular en el portal Prácticas Ejemplares Ecuador en una de las categorías planteadas, de acuerdo a las bases del concurso.

    Luz Elena Coloma, directora del premio, mencionó que el concurso es un aporte a la gobernanza e institucionalidad del país. “Y que en estos momentos, más que nunca los ecuatorianos necesitamos buenas noticias”. El premio nació en el 2016 y tomó como base una iniciativa similar que se cumple en con entidades públicas Perú con el grupo Ciudadanos Al Día.

    Luz Elena Coloma, directora del premio, mencionó que el concurso es un aporte a la gobernanza e institucionalidad del país. Foto: LÍDERES
    Luz Elena Coloma, directora del premio, mencionó que el concurso es un aporte a la gobernanza e institucionalidad del país. Foto: LÍDERES