El rector de la Universidad de Salamanca (USAL), Daniel Hernández Ruipérez, defiende que es momento de que los sistemas de educación superior en Latinoamérica y España realicen una “reflexión de futuro”, así como una revisión de sus editoriales, enfatizando en la comercialización y promoción.
La institución alcanzará, en 2018, los 800 años de historia, lo que supone que el sistema universitario español y latinoamericano también cumplirán ocho siglos, afirma el rector de la universidad más antigua en el mundo hispano.
La efeméride debería aprovecharse “para ir construyendo naturalmente sobre el pasado, pero con la vista en el futuro para producir un cambio completo”, asevera.
El Rector se encuentra estos días visitando México con motivo de la primera Feria Internacional del Libro Universitario (Filuni) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la que la USAL es invitada de honor entre las 150 casas de estudio iberoamericanas congregadas.
Hernández dice que caminan hacia la definición de un espacio europeo, latinoamericano y caribeño de educación superior que permita el intercambio de estudiantes, a través del reconocimiento automático de los estudios: “Que hagamos un modelo global que tenga similitud en sus objetivos”.
Dentro de la Filuni, los representantes de las instituciones han tenido espacio para debatir sobre las editoriales universitarias.
Daniel Hernández Ruipérez plantea que se deben realizar acciones para concretar un modelo global en los centros de educación superior. Foto: Sashenka Gutiérrez / EFE
El catedrático universitario Ángel Zapata descubrió su pasión por la economía y la docencia cuando tenía 15 años.
Su tío, Franklin Barros, le regaló el libro ‘Economía: teoría y práctica’, que es un texto para estudiantes en el que se explica de manera didáctica la evolución del pensamiento económico y que aborda temas como el neoliberalismo.
Ese primer acercamiento con la economía le hizo entender el desarrollo económico del país y también autoevaluarse. Con cada cuestionario que respondía al terminar cada capítulo del libro, Zapata empezó a forjar su carrera como docente, que se inició formalmente en el 2011.
El docente es quiteño, pero en la actualidad se ha radicado en Santo Domingo de los Tsáchilas, donde es catedrático de materias de pregrado y posgrado en la Escuela de Ciencias Administrativas y Contables de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador Sede Santo Domingo.
Él señaló que su pasión por la lectura si bien tuvo un giro a los 15 años, empezó antes. Su madre le compraba pequeños cuentos que fueron atrapándolo en el mundo de los libros. “Probablemente, cada vez que tomo y leo un libro estoy tratando de recordar la emoción de cuando mi mamá me enseñó a leer”.
Ya en su adolescencia tuvo predilección por la literatura ecuatoriana con cuentos como ‘El chulla Romero y Flores’, de Jorge Icaza.
Luego descubrió en la literatura latinoamericana a su autor preferido: Jorge Luis Borges. Del escritor argentino ha leído obras como ‘La historia universal de la infamia’, ‘Fervor de Buenos Aires’, ‘El libro de arena’, entre otros.
Para el docente, Borges es un gran contador de historias. Los libros están cargados de un lenguaje excelente y muy refinado. “En sus obras, Borges muestra una erudición brillante porque para entender sus textos hay primero que leer a otros autores como Joseph Conrad y la tradición literaria francesa e inglesa”.
En el campo económico, Zapata empezó leyendo los libros universitarios que su tío le prestaba, hasta que le regalaron la obra ‘Colonialismo y Soberanía’, de Diego Delgado Jara.
Esa fue la pauta para leer ya libros de su especialización en economía, como los de Adam Smith. Él señala que para entender la teoría de este autor sobre el capitalismo es fundamental que no solo se lea ‘La riqueza de las naciones’, sino que se complemente la información con el libro ‘La teoría de los sentimientos morales’. “Si no se leen al menos esos dos libros no pueden comprender que Smith crítica el egoísmo en su primera obra”, señaló.
Por eso, uno de los requisitos en las clases magistrales es que los estudiantes deben leer. Una metodología que le ha dado resultado es proponer en clases lecturas obligatorias y opciones. Quienes leen las segundas obtienen puntos adicionales. “No hay costumbre de leer y de cierta forma debemos empezar a crear ese hábito”.
Uno de los libros que el docente recomienda es ‘El hombre más rico de Babilonia’, de George Clason, porque enseña a las personas a manejar su economía.
El economista Ángel Zapata es docente en la PUCE Santo Domingo. Juan Carlos Pérez para LÍDERES
Su padre, el historiador y periodista guayaquileño Carlos Calderón Chico (1953-2013), tenía repisas con libros hasta en los baños de su casa en el centro de Guayaquil. Dejó de cocinar, pues terminó acumulando volúmenes hasta en el horno de la cocineta. Jorge Calderón, decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES), recuerda que incluso en su infancia los libros de su padre dominaban las paredes de su habitación, con poco espacio libre hasta para ubicar sus juguetes.
Era imposible no leer en una casa así, dice el economista, que le debe su inclinación por las ciencias sociales a las lecturas que le iba recomendando su padre, quien le extendía libros de su propia autoría -desde extensas entrevistas a sus investigaciones-; lo mismo biografías de los personajes más disímiles, clásicos de teoría económica, hasta las más grandes obras de la literatura latinoamericana.
“El hábito de la lectura fue uno de los mejores regalos que mi padre me dejó”, dice Calderón, quien también ha demostrado aptitudes para la investigación y cuenta con sus propias publicaciones.
Entre las biografías que su padre le extendía estaban volúmenes sobre las vidas de exponentes de la economía clásica: el escocés Adam Smith y el inglés David Ricardo. Luego se interesó por otros libros de la biblioteca paterna, como ‘La riqueza de las naciones’, del propio Smith; o la ‘Ventaja competitiva’ del economista estadounidense Michael Porter.
“Lo curioso es que mi papá, siendo una persona de izquierda, un socialista, me ofreció muchos libros de autores de pensamiento liberal, por lo cual yo lo molestaba y a menudo nos reíamos de ello. (…) Y por ahí comenzó a interesarme mucho el tema económico”, dice el magíster en Administración de Empresas.
Tampoco podía faltar en la biblioteca paterna las cimas de la literatura latinoamericana, con atención especial en premios Nobel como Gabriel García Márquez, Miguel Ángel Asturias u Octavio Paz. Calderón destaca novelas e historias cortas de ‘Gabo’, una obra que de “una manera mágica ofrece un entendimiento de las raíces, la vida, la idiosincrasia y los problemas históricos” de todo un continente.
Calderón realiza también un seguimiento a las obras de los premios Nobel de Economía, desde el estadounidense Joseph E. Stiglitz -crítico con la globalización y con las políticas del sistema financiero mundial-, hasta Muhammad Yunus, el líder social bangladesí, desarrollador de los conceptos de microcrédito y microfinanzas.
“Seguir a los premios Nobel está lejos de ser una moda, es un terreno de descubrimientos, de nuevas motivaciones e intereses a nivel profesional. Hay cosas que están pasando en una sociedad y que sirven de modelo para trasladarla a otras”, sostiene el autor del libro ‘El microcrédito, opción de desarrollo’. Las microfinanzas, el conflicto trabajo-familia, las relaciones universidad-empresa-estado hacen parte en los últimos años de sus líneas de lectura y de investigación.
Jorge Calderón en el área de biblioteca de la UEES, en Samborondón. Foto: Enrique Pesantes / Líderes
Un día de abril de 1988 Wilson Araque caminó hasta las instalaciones del Diario La Verdad, de Ibarra. Entró a la oficina del gerente y le entregó el artículo de opinión que había escrito la noche anterior. Tenía 17 años y cursaba sexto curso en el colegio salesiano Sánchez Cifuentes.
La inspiración para escribir ese texto, en el que alentaba a la juventud a alejarse de las drogas y buscar formas diferentes de ver el mundo, llegó de dos fuentes: las clases de literatura del Padre Bolívar Jaramillo y la lectura de ‘El hombre mediocre’, del autor ítalo-argentino José Ingenieros.
El libro que le regaló su tío Miguel, en sus años de adolescencia, se convirtió en una de las lecturas recurrentes de su vida. La propuesta de Ingenieros de que las personas y las sociedades deben trazarse ideales y que para lograrlos tienen que trabajar en ellos de forma permanente caló, con fuerza, en su psique.
Las relecturas que Araque ha hecho de este libro son evidentes. Después de más de 30 años el regalo del tío Miguel tiene la pasta arrugada y las hojas pobladas de frases subrayadas con lápiz y marcadores de colores. En los bordes de algunas páginas se puede leer la palabra ‘ojo’.
Sentado en una silla de su oficina, un cuarto de paredes blancas, muchos libros y grandes ventanales ubicado en el piso siete del edificio Eugenio Espejo de la Universidad Andina, donde es profesor, lee una de esas frases “En cada comarca una facción de vividores detenta los engranajes del mecanismo oficial. Excluyendo de su seno a cuantos desdeñan tener complicidad en sus empresas”.
Por su formación universitaria las lecturas de Araque se inclinaron hacia el mundo de la economía. En este contexto descubrió los libros de Amartya Sen y Muhammad Yunus en los que encontró conexiones con la propuesta de Ingenieros y con la ‘Utopía’, de Tomás Moro.
‘Desarrollo y libertad’, de Sen es uno de sus preferidos. Lo interesante de este autor -dice- es que pone al ser humano en el centro de las discusiones sobre economía. “Sen tiene claro que los seres humanos, para salir adelante, necesitan tener capacidades, oportunidades y libertades”.
Estas reflexiones las engancha con la que Yunus realiza en sus libros ‘Las empresas sociales. Una nueva dimensión del capitalismo para atender las necesidades más acuciantes de la humanidad’ y ‘Un mundo sin pobreza. Las empresas sociales y el futuro del capitalismo”, escritos en el 2010 y 2008.
En estos textos el pensamiento de Yunus se orienta a proponer una forma de funcionamiento social mucho más humana. Araque recuerda la metáfora del árbol de bonsái que leyó en uno de estos libros. “El árbol se queda pequeño no por la semilla sino, sobre todo, por el entorno en el que se desarrolla. Eso llevado al campo social explicaría que los pobres no lo son porque es su voluntad”.
Después de 29 años Araque sigue conjugando la lectura y la escritura. En el 2009 publicó ‘Perfil del emprendedor ecuatoriano’ y ‘Prácticas de la gerencia financiera en la empresa ecuatoriana’.
La biblioteca de Wilson Araque está en su oficina, en la U. Andina. Foto. Alfredo Lagla / LÍDERES
Un bus Ford antiguo que ocupa una parte del parqueadero de Ciudad Comercial El Recreo, en el sur, alberga una amplia colección de libros. En los estantes, adecuados en la carrocería, se exponen alrededor de 6 000 obras.
Este bus es parte del programa denominado BiblioRecreo que funciona desde abril del 2014. La iniciativa surgió como parte de la responsabilidad social de este centro comercial con la comunidad de este sector.
La meta es acercar a las personas a la lectura y formar hábitos, sin que esto represente gastos extras para los interesados, recuerda Marianela Berrezueta, administradora de Ciudad Comercial El Recreo.
En BiblioRecreo, las personas pueden revisar los libros o llevárselos a su casa, máximo por dos semanas. Para la segunda opción se requiere de una suscripción. Los costos de estas membresías son módicos. Los menores de 12 años cancelan USD 3 al año y los que superan esta edad pagan 5.
Para el registro se requiere presentar la cédula de identidad, una planilla de servicios básicos, llenar un formulario y posar para una fotografía. Tras validar esta información los usuarios recibirán una credencial.
Actualmente, este programa tiene 3 000 personas suscritas y cada mes se prestan unos 900 libros. BiblioRecreo calcula que las obras han rotado al menos unas 30 000 veces.
Desde que se suscribió a este programa hace un año y medio, Andrés Sacoto lee uno o dos libros mensuales. Esto le permite ahorrar en la compra de estos ejemplares y, además, le sirve como inspiración para componer sus temas. Él es músico.
En BiblioRecreo los lectores tienen a su disposición obras lúdicas, infantiles, de ciencia ficción, drama, poesías, novelas, cuentos. Además, se dispone de ejemplares en otros idiomas y hasta en lenguaje braille.
La dotación de los ejemplares de este sitio se realiza en base a donaciones e inversiones del centro comercial. Inicialmente, en este proyecto aportaron Marathon Sports, KFC, Produbanco y Corporación Favorita. Estas marcas entregaron 2 000 libros.
La aerolínea Avianca da cada año aquellos libros que los viajeros olvidaron en los aviones. También se recibe el apoyo de comerciantes y escritores.
Raúl Arias, escritor y suscriptor, comenta que obsequia obras suyas o libros que ya leyó para alimentar la biblioteca. Para él este tipo proyectos comunitarios estimula a que la gente se interese por la lectura.
En su caso, Arias aprovecha su tiempo libre para viajar en bus desde Conocoto hasta la BiblioRecreo. En este sitio accede a novelas, poesías, cuentos, historias.
La búsqueda de libros está a cargo de los lectores, según sus aficiones. Y cuando los ejemplares presentan desgaste o la temática no coincide con la oferta de esta biblioteca, se los arregla y dona a otras instituciones. Berrezueta considera que esto es una cadena. Para mantener, en parte, este programa Ciudad Comercial El Recreo destina USD 5 000 al año para reponer obras deterioradas o comprar nuevas.
Además, BiblioRecreo ha recibido reconocimientos. Paulina Fuentes, directora de Promoción de Ciudad Comercial El Recreo, menciona que en 2015, obtuvieron el premio oro de parte de International Council of Shopping Centers. Y el año anterior participaron en la Conferencia Hábitat III por tener un proyecto sustentable para la ciudad.
Niños y grandes aprovechan las instalaciones de la BiblioRecreo para sumar conocimientos. El área de lectura tiene 60 m2.
En la biblioteca de Gabriela Sommerfeld se resumen las diferentes etapas de su vida. Cada uno de los pequeños compartimentos reúne decenas de libros, en inglés y en español, que ha leído para ahondar en el mundo del marketing, la aviación, la religión, el turismo y la gastronomía.
Los libros de marketing son los más abundantes. La mayoría tiene párrafos subrayados con marcador verde fosforescente. Los que tienen dibujada una flecha en la orilla de la hoja son los más importantes. Párrafos que contienen ideas y reflexiones que se propuso que nunca olvidaría.
Al que regresa con más frecuencia es ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva’, de Stephen Covey, un libro que se ha convertido en su ‘biblia’. Las páginas de esta publicación no solo le han ayudado en su vida empresarial sino a ordenar su vida personal. “No importa en qué cargo esté, siempre comparto las ideas de este libro con mi equipo de trabajo”.
Uno de esos equipos fue el que formó cuando estuvo al frente de AeroGal. Ser la primera mujer en presidir una línea aérea, en la región, la llevó a hurgar en la historia de la aviación. Uno de los libros que agregó a su biblioteca es ‘Los hermanos Wright. La conquista de los cielos’, de James Tobin.
Junto al libro de Tobin está ‘Handbook of Airline Strategy’ una publicación de dos tomos que le ayudó a comprender conceptos sobre el mundo de la aviación. “Tengo libros -dice- que me regalaron personas que estaban vinculadas a la aviación en el país”.
En otro de los compartimentos de la biblioteca de Sommerfeld hay libros sobre religión y crecimiento espiritual. Durante su adolescencia cuenta que se enfrascó en la lectura de la Biblia y que en los últimos años ha optado por leer libros de otras religiones, sobre todo, para equilibrar su mundo espiritual.
“Estos últimos años tuve complicaciones en mi salud y me di cuenta que necesitaba sanar mi cuerpo físico y también mi cuerpo espiritual. Me ha servido mucho leer sobre otros mecanismos de sanación”. Dentro de este ámbito ha incluido lecturas como ‘El poder del ahora’, de Eckhart Tolle, y ‘The book of chakra healing’, de la escritora Liz Simpson.
Para Sommerfeld, la autoformación a través de la lectura sigue siendo trascendental para su vida. Entre los nuevos libros que ha incorporado a su biblioteca están algunos sobre gastronomía ecuatoriana y peruana y otros sobre golf, un deporte en el que está empezando a incursionar. A estas publicaciones se suman libros como ‘La nueva era del marketing’ y ‘Marketing in the age of Google’.
La agitada vida empresarial de Sommerfeld -hasta finales del 2016 fue gerenta de Quito Turismo- ha hecho que los aeropuertos se conviertan en sus salas de lectura y en sus librerías particulares.
La mayoría de libros de su biblioteca son elecciones personales, pero también hay regalos de familiares. El que está leyendo ahora es un obsequio de su padre y cuenta la historia del ‘milagro’ económico de Israel. Se trata de ‘Start-Up Nation’, un libro que tiene un prólogo de Shimon Peres.
Libro de cabecera ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva’ Gabriela Sommerfeld sostiene que este libro la ha ayudado a equilibrar su vida personal y profesional. Cree que independientemente de la empresa a la que una persona se dedique, este libro lo ayudará para salir adelante.
Gabriela Sommerfeld en la biblioteca de su casa, en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
Los libros son sus maestros, son sus amigos. Allí, encontró las palabras y enseñanzas que necesitaba para superación personal y profesional. “No entendería cómo sería la vida sin los libros”, dice el cuencano Manuel Vicuña, quien es Gerente de Desarrollo Organizacional y Recursos Humanos del Grupo Cartopel.
Esas palabras se comprueban en la práctica. En 1987 consiguió la publicación ‘The Balance Score Card’ de Robert Kaplan y David Norton, que estaba en inglés. Le pareció muy importante porque ofrecía un cambio paradigmático en el manejo de las empresas. Según él, aprendió que la estrategia podía volverse tangible.
Con esa información propuso a la alta Directiva de Cartopel, que aplique el sistema de Balanced Scorecard. Era gerente de Desarrollo Organizacional, pero aún no asumía Recursos Humanos.
El sistema fue aplicado sin ningún tipo de referente y Cartopel estuvo entre los pioneros del país. Vicuña también se ayudó de textos como ‘La Quinta Disciplina’, de Peter Senge, para entender el manejo sistémico de la organización.
Su afición por la lectura es innata. Sus primeros textos fueron los cómics de superhéroes, que le regalaron sus padres. Desde entonces no ha perdido este hábito y no puede acostarse sin por lo menos dedicar 30 minutos a esta actividad. Su deseo es aprender.
Por ello, se interesó del texto ‘The Living Company’, de Arie De Geus. Vicuña entendió que una empresa es una organización viva y no solo se debe pensar en las máquinas e infraestructura sino fundamentalmente en las personas. Por ello, tomó esa opción para administrar su cargo.
Además, revisó ‘Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva’, de Stephen Covey, y publicaciones filosóficas. “He llegado a la conclusión de que si no hay un desarrollo interior es muy difícil que exista un crecimiento exterior”.
En 2001 y luego de haber leído varios libros relacionados con la programación neurolingüística de autores como Anthony Robbins, le interesó esta temática. Se formó como Máster en el Instituto Español de Programación Neurolingüística de Salvador Carrión.
Eso le sirvió para entender por qué algunos procesos, que están técnicamente bien estructurados, no consiguen los resultados o no en el tiempo apropiado, señala Vicuña. Según él, la causa es que no se trabaja en el ámbito personal de quienes ejecutan los proyectos. “El ser humano es la pieza clave”.
Esos textos también le permitieron mejor la comunicación y el trabajo en equipo. En la actualidad, estudia temas relacionados con el Neuromanagement, que es un complemento más científico de lo anterior. Lee ‘Ágilmente’ del argentino Estanislao Bachrach; ‘Usar el cerebro’, de Facundo Manes, y ‘Neuromanagement’, de Lucia Sutil. Según Vicuña, al conocer el funcionamiento del cerebro uno puede manejar de mejor manera las organizaciones y hacerlas más productivas y rentables.
Él dice que si bien, en la actualidad, hay facilidad de leer en tabletas y ‘smartphones’ en cualquier lugar, él prefiere el papel.
Manuel Vicuña es directivo de la Aso. de Empresas del Parque Industrial. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
En la adolescencia se enganchó con las aventuras de personajes de novelas fantásticas en sagas como ‘Harry Potter’ o ‘El señor de los anillos’. En la biblioteca de la aplicación de Kindle de su tableta, donde mantiene libros electrónicos en inglés, consta un volumen de ‘La isla del tesoro’, de Robert Louis Stevenson, la novela de aventuras por excelencia.
Los inversionistas encarnan un buen modelo de aventurero contemporáneo para José Antonio Hidalgo Molina, presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-China, quien disfruta las vivencias de hombres de negocios, que comparten sus memorias o trazan parábolas sobre su trabajo.
En ese marco, Hidalgo destaca entre sus lecturas al británico Tim Clissold, escritor de negocios y autor de ‘Mr. China’ y ‘Chinese Rules’. Los libros cuentan las vivencias modernas y contemporáneas por las que ha pasado Clissold como asesor de Wall Street en el gigante asiático, desde la época en la que las fábricas públicas del país se abrieron a la inversión extranjera directa.
Hidalgo, quien realizó un masterado en Relaciones Internacionales en la Peking University, disfruta de las anécdotas, las experiencias negativas, los conflictos y también de las malas inversiones, que relatan estos libros, pero también del aprendizaje que surge de entender otra cultura.
En ‘Mr. China’, un libro que recomienda a sus estudiantes de emprendimiento en la Universidad Católica de Guayaquil, los inversionistas aprenden a respetar y admirar a la nación que tratan de conquistar, con los “trabajadores más creativos y con más recursos que jamás conocerían”. En esa suerte de género sobre la aventura de hacer negocios, también menciona el libro ‘The Hard Thing about Hard Things’, (Lo difícil de las cosas difíciles) del empresario estadounidense Ben Horowitz, acerca de las dificultades de iniciar una empresa.
Las biografías de gente que impulsa cambios en el mundo y los ‘libros de negocios’ son una fuente para entender nuevas ideas de inversión. Algo clave para Hidalgo, quien además de profesor universitario es cofundador de Annex Asia, una firma que audita y realiza inspecciones a fabricantes en China para clientes de países como Chile, Perú y Ecuador.
Su estadía y relación con el país asiático –se fue de adolescente un año para aprender el idioma y luego cursó su maestría durante dos años y medio– han marcado sus preferencias, incluso en un género como la historia, otro de sus intereses.
Entre los últimos libros físicos que Hidalgo ha comprado están ‘¡Que viva la música!’, una novela de iniciación del escritor colombiano Andrés Caicedo. Y en la biblioteca digital que tiene instalada en sus dispositivos electrónicos constan títulos como ‘Orgullo y prejuicio’, de Jane Austen.
“He leído y recomiendo ‘El arte de la guerra’, del general y filósofo chino Sun Tzu’, también como un libro de estrategia de negocios -dice el director de la Cámara China-. Y cómo contraparte occidental está ‘De la guerra’, del general prusiano Karl von Clausewitz”.
Hidalgo fue elegido hace dos semanas como presidente de la Cámara. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
Cristina Páez acude a diario a la biblioteca de la consultora Ipsos en Ecuador para revisar sus líneas de lectura. La biblioteca se alimenta de los libros que ella dona, luego de leerlos; además es un espacio de uso comunal de los empleados de la firma.
La revisión de los libros es un itinerario que incluye una variedad de intereses: textos técnicos sobre investigación de mercados y construcción de marcas; títulos de motivación personal de autores como Osho o Deepak Chopra; ensayos sobre enfoque de género y la literatura de la chilena Isabel Allende -ha leído varias veces la novela ‘Hija de la fortuna’-. “Tengo muy pocos libros en casa, la mayoría son los que estoy leyendo en el momento, o los que llevo en el teléfono (…) En la biblioteca de la oficina, la idea es que cualquiera pueda tomar un libro, leerlo y luego devolverlo”, dice Páez, ella misma ‘empleada’ de la multinacional de investigación de mercados, que fue antes una empresa familiar local.
Lee además en formato digital. Tiene instaladas en sus dispositivos móviles aplicaciones de eBooks y Kindle, además de la aplicación de audiolibros de Amazon. Escucha ensayos o libros de no ficción en los traslados en auto.
Tanto en formato digital como en físico, Páez subraya líneas con información valiosa a la cual regresar; algunos volúmenes de lecturas profesionales están repletos de papelitos azules. “Soy una nerd”, sonríe. Y usa Twitter para compartir partes de sus lecturas. Pero el grueso de la literatura que consume lo ocupan la novela histórica, de suspenso y el género negro o la novela policíaca. Y dentro de ellas ocupa un lugar especial el suspenso psicológico, títulos como ‘El Profesor’ y ‘El Psicoanalista’, del estadounidense John Katzenbach.
En la biblioteca cuenta con libros de detectives que lee en el inglés original: ‘Dark harbor’ (Puerto Oscuro), de David Hosp o ‘Flesh and Blood’ (Carne y sangre), de John Harvey. Y con ficciones de suspenso judicial como ‘El intermediario’, de John Grisham.
Una mayor fascinación que la novela policial, es la de textos históricos por los que dice profesar admiración. Entre ellas destaca verdaderas superventas como ‘La catedral del mar’, la primera novela del abogado y escritor español Ildefonso Falcones, que narra la vida de la Barcelona del siglo XIV, la historia tiene como nexo de unión la construcción de la iglesia de Santa María del Mar.
También destaca novelas como ‘Los pilares de la tierra’, del británico Ken Follet, ambientada en Inglaterra en la Edad Media durante un período de guerra civil conocido como la anarquía inglesa.
Siempre tiene abierto un libro técnico y uno literario. “Soy una impulsora del empoderamiento de la mujer en temas de liderazgo empresarial y equidad de género. Hicimos un estudio con el BID e identificamos que solo una de cada 10 gerencias es ocupada por una mujer en el país. Leo mucho con respecto al tema”, dice Páez.
En Ipsos coordinó la edición del libro ‘Así somos las ecuatorianas’, un estudio sobre las mujeres del país, que se vende en beneficio de los damnificados del terremoto.
Cristina Páez prefiere la novela negra y la literatura histórica. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
La literatura del escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, y libros de ficción histórica como ‘El hombre que amaba a los perros’ (2009), del cubano Leonardo Padura, están habitualmente entre las lecturas de los empresarios ecuatorianos.
Francisco Alarcón Alcívar, presidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, adhiere también a esas preferencias, aunque dice que esos gustos escapan a la extracción social. “Son novelas sin ningún contenido político hasta donde puedo reflexionar. Y la irrupción de Vargas Llosa en la política fue muy posterior a que lo comenzáramos a leer, no solo los empresarios sino todo tipo de profesionales y de lectores”.
La calidad de novelas como ‘Pantaleón y las visitadoras’, ‘La tía julia y el escribidor’ o ‘La ciudad y los perros’ –“esa forma vivencial de interesarte y meterte en las historias”- es sencillamente incuestionable, dice el empresario.
Alarcón ha leído buena parte de la obra de Vargas Llosa, pocas novelas de Gabriel García Márquez -de quien destaca su obra periodística-, casi nada de Jorge Luis Borges . Y nunca lee poesía.
El industrial reconoce que el advenimiento del socialismo del siglo XXI en Latinoamérica pudo influir en una lectura como la novela histórica de Padura, sobre el político y teórico revolucionario soviético León Trotsky y su asesino, el comunista español Ramón Mercader: la utopía socialista y la barbarie estalinista de fondo.
El también presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Industrias del Ecuador combina la lectura ‘ligera’ de novelas policíacas y de espionaje con la ficción que tiene cimientos históricos: un interés especial en los títulos que giran alrededor de la Segunda Guerra Mundial.
Ha leído buena parte de las novelas de suspenso del escritor británico Frederick Forsyth y actualmente lo ocupa ‘La caída de los gigantes’ (2010), de Ken Follett, la primera parte de la trilogía del siglo, a través de la cual el escritor británico se acerca a los principales acontecimientos del siglo XX.
“No leo todo lo que debería, pero trato de mantener un libro cerca, y de leer tres o cuatro títulos al año; en la obra de Follet son más de 1 000 páginas”, indicó el empresario, presidente Agrovanic S.A., empresa que produce entre otros productos los fideos Lonchys.
Alarcón es un apasionado por la música, cuenta que aprendió a tocar la batería y formó una banda de aficionados luego de cursar su maestría en administración de negocios en Estados Unidos, una tarea musical que tenía pendiente y que se había prometido desde la adolescencia.
Como melómano, el industrial es también lector de libros sobre la historia de rock y biografías de músicos, el último que adquirió fue la autobiografía del cantante estadounidense Bruce Springsteen, titulada ‘Born to run’ (2016), la figura del rock a la que más admira. Es un seguidor de lo que los estadounidenses llaman ‘heartland rock’, un rock de letras comprometidas e historias narrativas, por lo que bucea en libros sobre músicos como Tom Petty, Bob Seger o John Mellencamp.
El empresario Francisco Alarcón Alcívar en su despacho en Guayaquil.Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES