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  • Alexandra Alvarado: ‘La capacidad que tiene cada persona prevalece ante el género’

    Mayra Pacheco

    (i) 
    redaccion@revistalideres. ec

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    La oficina del Vicerrectorado de Investigación, Innovación y Vinculación de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) tiene hace un año un toque femenino.

    Plantas, tapetes de colores tejidos a mano, flores y más adornos son parte de la decoración que Alexandra Alvarado, titular de esta dependencia, ha puesto en este espacio, que durante 150 años fue ocupado por hombres.

    La Escuela Politécnica

    “Estoy como 30 años en esta institución. Cuando ingresé como estudiante para mí fue impactante, porque venía de un colegio femenino a un mundo completamente masculino. Al empezar mi carrera, en la Facultad de Geología, éramos seis personas, yo era la única mujer. Pero como estuve antes en el preuniversitario ya conocía a algunos compañeros.

    En el grupo siempre hubo mucho respeto, consideración, trabajábamos bastante bien y en las mismas condiciones. A veces, cuando se trataba de actividades que demandaban el uso de la fuerza física, yo no avanzaba a romper ciertas rocas y ellos me ayudaban, pero de ahí el trabajo de campo, caminar, lo hacía igual que ellos para no retrasar las tareas, y además sabía que este era el ritmo que tendría mi carrera profesional”.

    Trayectoria

    “Mientras era estudiante ingresé al Instituto Geofísico (IG) para hacer prácticas. Aprendí a manejar los equipos e interpretar la información. Luego un colega salió para hacer su doctorado y quedó su puesto libre. Esa vacante la ocupé yo, empecé como auxiliar y seguí con mi trabajo.

    Sinceramente, no pensé que me iba a quedar en el IG tanto tiempo, pero con el pasar de los años me agradó cada vez más lo que hacía, me especialicé y llegué a ser la directora del Instituto Geofísico. Fui la primera mujer en ocupar ese cargo. También fui parte del equipo de evaluación de la actividad de los volcanes Guagua Pichincha, Tungurahua, Cotopaxi. Integré el equipo de crisis por el terremoto de Pedernales, en Manabí. Y he realizado varios proyectos de investigación”.

    Mujer y ciencia

    “En realidad no me había percatado ni había puesto énfasis en esta diferencia por mi género. A lo largo de mi trayectoria no he percibido una barrera o algo que impida que una mujer logre hacer las cosas en esta carrera. En el IG el trabajo fluyó en función de lo que nosotros como mujeres podemos aportar. No he sentido discriminación. Las colegas que han entrado igual se han desempeñado bajo esta misma lógica. Conocemos que nuestro trabajo demanda de actividades en espacios abiertos, de caminar bastante, de ir por el lodo, de cargar equipos.

    Creo que en esto influye en parte la personalidad y la responsabilidad, porque nuestra misión era que el IG sobresalga y se cumpla con los objetivos planteados.

    Para organizar los equipos se tomaba en cuenta las potencialidades de cada persona. Nunca he tenido esa fijación si es un hombre o una mujer. Sé que cada persona tiene su fortaleza, las mujeres, por ejemplo, tenemos la capacidad para asumir varias tareas a la vez”.

    La familia

    “En el Geofísico estamos expuestos a las emergencias y a partir de 1999, que comenzaron todos los procesos eruptivos, el horario de trabajo demandaba de una presencia mayor. Se organizó una estructura para contar con un equipo que esté pendiente de las emergencias, mientras otro tenía su tiempo libre.

    Aunque en estas situaciones es difícil descansar tranquilamente, porque recibes llamadas a altas horas de la noche y en la madrugaba. Ese tiempo lamentablemente se resta de la familia, pero he tratado de estar el mayor tiempo posible junto a mi esposo Francisco y mis hijas María Cristina y Analía.

    Cuando por mi profesión debo ausentarme, mi esposo o mi mamá Ana me apoyan”.

    Pasatiempos

    “Me gusta compartir mi tiempo libre con mi familia, me encanta preparar postres. Sé algo de costura y tejido, porque en una época que no tuvimos clases por una huelga me inscribí en un curso, no quería estar sin hacer nada.

    Cuando era estudiante me confeccionaba blusas, pantalones. A mis hijas, cuando eran pequeñas, les hice algunos vestidos.

    Tengo también afición por la jardinería. Me atrae cuidar las plantas. En mi casa tengo un pequeño huerto, he cosechado ya brócoli, tomates, y otros. Ahora, como tengo esta responsabilidad en el vicerrectorado, busqué a una persona para que me ayude con esta tarea. Él se encarga de cuidar las plantas, de remover la tierra, de abonar. No es una tarea sencilla”.

    Hoja de vida

    Su formación. Es ingeniera en Geología. Estudió en la Escuela Politécnica Nacional.
    Tiene un doctorado en Ciencias de la Tierra en la Universidad de Grenoble Alpes, en Francia. Ahí se especializó en Tectónica Activa.

    Sus actividades. Es profesora titular de la EPN, imparte materias en la carrera de Geología.
    Comparte su tiempo libre con su esposo y dos hijas. Le gusta cocinar, tejer y cuidar de sus plantas.

    Su visión. El género de una persona en el ámbito profesional le resulta poco transcendente. Ella considera que lo que importa en este ámbito son las potencialidades que tiene cada persona.

    Alexandra Alvarado, vicerrectora de Investigación, Innovación y Vinculación de la EPN cuenta su ascenso profesional. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Alexandra Alvarado, vicerrectora de Investigación, Innovación y Vinculación de la EPN cuenta su ascenso profesional. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Silvana Hidalgo: ‘Mi labor no es solo una pasión, sino un servicio para la gente’

    Evelyn Tapia

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Durante 20 años, Silvana Hidalgo, geóloga de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), ha vivido estudiando y fascinándose con el comportamiento de los volcanes del país. Desde niña, cuenta, sentía curiosidad por descubrir cómo sucedían los fenómenos dentro de estos montículos que se levantan sobre el territorio ecuatoriano.

    “Siempre me interesó entender cómo funcionaban. Así nació un interés científico que al principio, de niña, uno no se da cuenta que lo es, pero poco a poco entiendes, vas creciendo y te haces las preguntas adecuadas”, recuerda.

    Desde febrero pasado, Hidalgo, casada y madre de dos hijos, está al frente del Instituto Geofísico de la EPN, entidad en la que comenzó a aprender sobre vulcanología cuando fue pasante. Hidalgo es la segunda mujer en ocupar el puesto en el Instituto.

    En el 2017, esta investigadora que ha publicado alrededor de 35 artículos científicos, recibió el premio Matilde Hidalgo a la Educación Superior, Ciencia, Tecnología y Educación, que la reconoció como la científica del año. “Los reconocimientos científicos son para todas las personas que generan el conocimiento y en este caso, aunque el premio me lo dieron a mí, es algo que representa el trabajo de todo el Instituto. es un premio al equipo”, cuenta.

    Por las crisis sísmicas en el país, el equipo del Instituto creció de 20 personas a 80 en los últimos diez años, por eso, el reto más importante para esta investigadora es que ese crecimiento derive en más producción científica que ayude a la comunidad.

    Una labor de servicio

    “Estudié geología porque era una forma de llegar a los volcanes, mi pasión. Pero además, una vez que uno empieza a trabajar en esto entiende que es una necesidad social. En Ecuador tenemos más de 80 edificios volcánicos, muchos son activos y es evidente que necesitamos conocimiento amplio, para saber su potencial afectación y el tipo de actividad que han tenido.

    Investigar nos permite generar un cuadro total del volcán, de cómo funciona y cómo podemos, entre comillas, tratar con él. Por ejemplo, si es un volcán extinto nos preocupamos menos, si es potencialmente activo hay un poco más de preocupación, pero si es activo tenemos que dedicar mucha más atención. Espero que nuestros estudios tengan consecuencias sociales en el país y en las comunidades que conviven con los volcanes”.

    Vivir la aventura

    “En esta carrera uno tiene la posibilidad de conocer muchos sitios en el país a los que la gente no accede normalmente. Conocer a los volcanes implica ir a acampar, cargar una mochila pesada, tener días enteros de caminatas, pero la recompensa está en entender mejor el volcán. En el Tungurahua trabajé durante la actividad del volcán, que duró 17 años, haciendo turnos en el observatorio que había en una zona de Patate. Tener la oportunidad de ver el volcán en erupción, es verlo vivo, es fascinante”.

    Más mujeres interesadas

    “Cuando empecé a estudiar en el pre politécnico el curso era de unas 40 personas y éramos solo cuatro mujeres. Eso está cambiando y es positivo. Aunque la geología todavía es un área en la que no hay una gran cantidad de alumnos en relación a otras áreas. En mi promoción éramos siete estudiantes y dos éramos mujeres. Ahora en mis clases tengo alrededor de 25 alumnos y el 50% son mujeres.

    En cuanto al espacio en el área laboral, creo que la sociedad puede avanzar más para que las oportunidades sean iguales para hombres y mujeres. Pienso que esto es parte de una construcción social, y como tal, se debe empezar en nuestros hogares. Todo depende de cómo educamos a nuestros hijos en el respeto de las diferencias, porque hombres y mujeres somos distintos, pero eso no significa que uno merezca más y otros menos. En el mundo académico el respeto es una característica, y nunca me sentí discriminada ni vi una imposibilidad de hacer algo que me haya propuesto por ser mujer, me encantaría que sea así en todos los campos para todas las mujeres”.

    El equilibrio familiar

    “La parte familiar es una prioridad para mí, y tengo la suerte de haber logrado construir una familia en la que creo, hay un equilibrio en el tiempo compartido. Mi esposo ve las cosas de la misma manera que yo, hay respeto en las actividades que hacemos en conjunto y compartimos. El tiempo con los hijos es un reto en la familia actual, porque hoy la mujer y el hombre trabajan, pero es importante que el tiempo que se les da sea de calidad”.

    Datos

    Educación. Es geóloga de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) y tiene un Máster y un Doctorado en Ciencias de la Tierra por la Université Blaise Pascal de Francia.

    Docencia. Desde el 2007 es profesora en la EPN. Dicta clases de geoquímica y petrología ignea. Es directora del Instituto Geofísico de la EPN desde febrero del 2019.

    Premios. Recibió el premio Matilde Hidalgo a la Educación Superior, Ciencia, Tecnología y Educación.

    Visión. Ha investigado sobre la génesis de los magmas en Ecuador y cómo salen a la superficie en volcanes como el Illiniza y el Atacazo. Su labor es también un servicio social para el país, dice.

    Silvana Hidalgo es la directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. Es la segunda mujer en ocupar el cargo en La institución. Foto: Julio  Estrella / LÍDERES
    Silvana Hidalgo es la directora del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. Es la segunda mujer en ocupar el cargo en La institución. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Alegría Tosi: ‘La sociedad pone muchas expectativas sobre las mujeres’

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    A Alegría Tosi la vida le cambió en un minuto. Sin embargo, un hecho dramático le permitió convertirse hoy en una luz para mujeres que buscan empoderarse y continuar su camino.

    Se graduó de antropóloga en la Universidad San Francisco de Quito. En esta casa de estudios también ha trabajado como investigadora; actualmente, desarrolla un análisis sobre la violencia de género en las Islas Galápagos, con el Ministerio de Inclusión Social y el Gobierno de dicha provincia.

    Desde que era niña estuvo en una búsqueda espiritual. Esto le llevó a vincularse a un grupo religioso desde los 20 años y luego a casarse en una boda arreglada.

    Cuatro meses después su esposo desapareció. Al poner la denuncia en la Policía se enteró que él se fue del país sin aviso y que todo había terminado.

    Luego del ‘shock’ inicial, en el que relata que se derrumbó su mundo personal, espiritual y académico, vino un proceso de transformación interior. Su autodescubrimiento le permitió desarrollar su propio emprendimiento como coach de relaciones.

    Transformación

    “Apoyo a mujeres a sanar después de una ruptura y a aquellas que no han vivido eso pero que buscan una pareja o un nuevo camino de vida. Todo esto desde el lugar del amor propio. No desde un vacío para completar, sino desde un espacio en el que una está completa y empoderada.

    Yo llegué a un momento en el que toqué fondo y decidí transformar mi vida de muchas maneras. Por cuatro meses me dediqué solamente a trabajar en mí, de manera intensa. Luego, los siguientes cuatro años me he dedicado a aprender las herramientas para entender lo que hace que una relación te llene y te sientas bien.

    Así fue mi proceso para convertirme en coach de vida. Quise compartir mi historia y las cosas que he ido aprendiendo.

    El amor propio es algo multidimensional. Parte de esto es el empoderamiento como mujeres, el autocuidado, la autoestima, etc.

    Tanto el amor propio como el empoderamiento pueden ser conceptos etéreos en algunos momentos. Por eso es importante traerlos a lo concreto, ahí se vuelven fáciles comprender.

    Como coach el trabajo de transformación para las mujeres funciona de diferentes maneras. Tengo cursos en línea en los que trabajo con grupos que reciben contenido en video, audio, pdf, etc; duran entre seis semanas y tres meses. Tenemos reuniones a través de plataformas. Un periodo de hasta seis meses también duran los coaching uno a uno, en el que realizo sesiones y analizamos diferentes temas”.

    Sociedad

    “Las mujeres que buscan sanarse necesitan redes de apoyo. Hay que identificar cuál es la adecuada para uno. No siempre es la familia, también pueden ser los amigos.

    La sociedad pone un montón de expectativas sobre las mujeres. Hay que aprender a mirar qué es lo que uno quiere y qué es lo que uno debe hacer. Cuando se logra identificar qué es lo que uno debería estar haciendo es positivo.

    Hay que saber poner límites internos. No permitir que las exigencias de otras personas sobre uno guíen nuestro comportamiento. Luego hay que comunicar esos límites a otras personas.

    Las mujeres necesitan aprender a realmente mirar hacia dentro y confiar en sí mismas. Desde la adolescencia, las mujeres preguntamos cosas como: ¿Me pongo eso o no me pongo?¿Salgo con esta persona o no? Estamos siempre buscando una validación externa.

    Como mujeres nos hemos acostumbrado a mirar al mundo externo para validarnos y lo que hay que hacer es ver lo interno”.

    Violencia

    “La violencia impacta en todas las áreas de la vida. Cuando he hecho mis investigaciones sobre mujeres víctimas de todo tipo de agresiones me doy cuenta que el principal cambio que necesitan es empezar a mirarse a sí mismas con otros ojos.

    Cuando uno se dice a sí misma no merezco esto; merezco más; merezco una vida en la que esté libre, feliz y bien es que puedo tomar espacios para salir de situaciones de violencia. Las mujeres tienen muchas herramientas, más de las que uno cree.

    Hay mujeres adultas mayores que superan situaciones de violencia con el humor, por ejemplo. Hay que ver el poder de uno y dejarse de ver como víctimas.

    Lo primero que afecta la violencia es la autoestima. Al trabajar en el amor propio se puede salir”.

    Datos

    Actividades. Ha sido profesora de danza árabe, particularmente para principiantes. Ha bailado este tipo de música desde los 15 años. Le gusta ver cómo al bailar las mujeres comienzan a sonreír y a conectarse con su energía.

    Formación. Cuenta con una certificación como coach de vida porThe Academy of Modern Applied Psychology.

    Diversión. Le gusta arreglar flores, leer, aprender idiomas. También le interesa escuchar podcasts.

    Visión. Considera que las mujeres deben empoderarse. Ese es un proceso que se hace al entender qué es lo que cada una requiere. La violencia afecta en la vida.

    Alegría Tosi es antropóloga y tiene un emprendimiento como coach de relaciones. Foto: cortesía
    Alegría Tosi es antropóloga y tiene un emprendimiento como coach de relaciones. Foto: cortesía
  • Carolina Montero: ‘Quiero que mis alumnas vean que se pueden lograr las metas’

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Carolina Montero es una académica que domina la química y que busca que más jóvenes conozcan sobre esta ciencia.

    En la secundaria, mientras cursaba la especialización de Físico Matemático en el Colegio Simón Bolívar, decidió que se dedicaría a las ciencias exactas. Una maestra le sugirió que escogiera la Ingeniería Química como carrera.

    Se graduó en la Universidad Central (UCE) y a los seis meses consiguió una beca de la Fundación Carolina, para estudiar una maestría en Procesos Químicos y Desarrollo Sostenible en España, en el País Vasco.

    En el 2011, casi a los dos años de haber terminado el posgrado, inició en dicha entidad su doctorado gracias a otra beca de convocatoria abierta de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), en la misma rama que su maestría.

    En el campo profesional ha trabajado en entidades públicas y privadas. Actualmente, está fuertemente vinculada a la academia. Es catedrática y maneja su propio laboratorio en la Universidad Central, también es docente de posgrados en otras instituciones de educación superior.

    La academia

    “Ser mujer es una fortaleza porque, a diferencia de antes, cualidades nuestras como ser metódicas, responsables, ordenadas están muy bien valoradas. La sociedad, principalmente los empleadores, reconocen todas estas virtudes.

    Sin embargo, para las mujeres siempre será difícil porque tienen que cumplir roles como el de profesional, madre, amiga, etc. Muchas veces se podría decir que es un triple trabajo para hacer.

    Creo que otra de las fortalezas de ahora, particularmente de las que ocupamos posiciones de liderazgo, es ser ejemplo de otras”.

    Apoyo

    “La Ingeniería Química, a escala mundial, es una de las carreras en las que más equidad de género existe. De hecho, aquí en la UCE tenemos el 60% de alumnas frente a 40% de estudiantes hombres. Sin embargo, en la parte docente no sucede lo mismo, somos 20% mujeres y el resto son varones.

    El hecho de que mis alumnas vean que yo pude salir adelante, que hice muchas cosas y que lidero un grupo de investigación hace que ellas, a quienes estoy formando, vean que es posible lograr cualquier meta que se tenga.

    Trato de dar siempre un ejemplo de rectitud y honestidad. Trato de meterles el bichito de ‘hagamos esto, investiguemos esto, tratemos de descubrir nuevas cosas, etc’. Tengo tres alumnas que se formaron en mi grupo que ya lograron becas internacionales.

    Para uno, que se ha formado en este sistema de becas, le llenan esos logros alcanzados”.

    Mujer y trabajo

    “El tema laboral en Ecuador sabemos que está complicado. Pero una de las fortalezas que tienen las mujeres que estudian este tipo de ciencias es que son metódicas.

    Las mujeres están pendientes de todo, del mínimo, de cosas que a la vista de nuestros compañeros varones pueden ser de poca importancia. Nuestro plus es estar en los detalles y, de esa manera, lograr la eficiencia de los procesos.

    Siempre hay prejuicios en la sociedad latinoamericana. No solo por el hecho de ser mujer, sino por otras cosas como la edad.

    La gente nos mira diciendo ‘qué puede saber esa guagüita’. Hay gente que piensa que la experiencia es acumulación de años, cuando en realidad es de conocimientos. A veces nos toca superar eso.

    Hubo una ocasión que para contratarme en una empresa me recomendaron cambiarme de foto. Yo le dije que no vengo a vender una fotografía, sino mi conocimiento. Enseguida me retiré del sitio”.

    Barreras

    “El tema de las barreras ha sido complicado no por el hecho de ser mujer sino porque yo tengo artrosis degenerativa de la cadera.

    Sobre todo, al inicio de mi formación profesional fue muy duro porque la mayoría de mis compañeros ingresaron a petroleras, mineras que requieren trabajo de campo. A mí se me dificultó el ingreso por el tema de la salud.

    Respecto de poder trabajar en la academia, si bien es cierto aún hay brechas de género, sobre todo en las posiciones de liderazgo de las entidad educativas en general, creo que han ido disminuyendo.

    Actualmente, mis objetivos como profesional están centrados en consolidar mi grupo de investigación. En este, tratamos de dar soluciones a problemas de las empresas; hacemos valorización de residuos industriales.

    La idea es que se amplíe la sinergia entre la industria y la academia. Que las investigaciones sean soluciones para la sociedad”.

    Datos

    Cátedra. En el área de posgrados es docente en la Espoch, la Espe y la UIDE.

    Premios. Este año ganó el Premio Universidad Central, gracias a su investigaciones.

    Familia. Ella considera que en su vida es fundamental cada uno de sus integrantes. Le impulsaron a conseguir sus metas.

    Actividades. Por temas de salud realiza rehabilitación física. Practica pilates y xtreme combat. Desarrolla diferentes manualidades. Otro ‘hobbie’ es pintar.

    Visión

    Considera que el estudio es importante para alcanzar diferentes metas, a pesar de cualquier barrera. El ser detallistas y metódicas son cualidades claves de las mujeres en todo ámbito.

    Carolina Montero es PhD en Procesos Químicos y Desarrollo Sostenible. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Carolina Montero es PhD en Procesos Químicos y Desarrollo Sostenible. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Rocío Velarde: ‘El ser madre no reduce la capacidad de entrega en una empresa’

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Nunca estuvo entre sus planes involucrarse en el mundo de la banca. Sin embargo, el destino, precisamente, le preparó ese sector para su trabajo.

    Durante dos décadas, la peruana Rocío Velarde ha desempeñado diferentes funciones dentro de Citi, en varios países. Actualmente, es gerente General en Ecuador.

    Ella considera que su formación como ingeniera industrial, graduada de la Universidad de Lima, le ha permitido gestionar procesos en el sector financiero. También tiene un MBA que lo obtuvo en EE.UU. y hoy realiza algunos cursos en el Massachusetts Institute of Technology.

    Su participación en el Consejo de Universidad fue la puerta que permitió que ingresara a la banca. Al principio no le convenció la idea, pero probó; hoy, ha constituido una sólida carrera como ejecutiva en América.

    Sociedad y empresa

    “Me ha ido bien durante mi vida profesional. Estudié una carrera predominantemente de hombres. Eso me permitió ganar experiencia para desenvolverme en ambientes mayoritariamente masculinos.

    Hasta la mitad de mi vida como profesional no sentí ninguna diferencia por ser mujer. Cuando llegué a Brasil comencé a recibir muchas consultas de mujeres jóvenes que me preguntaban cómo llegué a ese nivel. Allí me di cuenta de que había una necesidad grande de tener modelos femeninos laborales.

    Se generó una conciencia en mi de que en cualquier empresa existen diferencias por ser mujer u hombre. Ahí fue que empecé a estudiar mucho sobre el asunto y me di cuenta que en la sociedad existen pensamientos inconscientes sobre qué es una mujer, cómo debe desempeñarse, etc.

    Cuando uno empieza a trabajar se generan los conflictos sobre cuál es el papel de uno en la sociedad y en la empresa. Todo esto genera dudas y cuestionamientos para muchas trabajadoras.

    Mi experiencia en Citi ha sido maravillosa. Nunca en la vida he sentido alguna idea preconcebida con relación a mi persona o a mi desarrollo profesional.

    Sin embargo, estas ideas inconscientes existen. Yo las sentí, como parte de la sociedad, cuando fui madre. Cuando nació mi hija escuché preguntas relacionadas a si voy poder trabajar al mismo ritmo de antes de ser mamá.

    Todo eso me llamó mucho la atención. No fue en la organización sino afuera de la misma”.

    Modelos femeninos

    “En el Citi se tomó una decisión muy consciente desde la alta gerencia, de poner metas específicas de mujeres en cargos de liderazgo.

    A partir de allí se desarrollaron una serie de cursos sobre cómo las personas que no tienen ninguna mala intención sí pueden poseer prejuicios. Estas son estructuras mentales que vienen de la historia de cada uno, de cómo creció, de qué vio, etc.

    Estos pueden terminar perjudicando el desarrollo de la carrera de las mujeres. En Citi hemos trabajado contra eso y adoptado medidas efectivas: todas las posiciones de director o director ejecutivo se publican en la web y todo el mundo puede postular.

    El panel que escoge debe ser diverso: mujeres y hombres entrevistando. Lo mismo en el grupo de candidatos. Al final, a quien se escoge es quien tiene las mejores condiciones para un trabajo”.

    Madres

    “Hay que sacarse el velo y darse cuenta de que el embarazo y la maternidad son parte de la vida. No tiene nada que ver con la capacidad de entrega en una empresa; hablar abiertamente es clave.

    Nosotros implementamos políticas a escala global sobre el tema. Se crearon entrenamientos para gerentes de mujeres que están en etapa de embarazo, maternidad y lactancia. Quien no ha pasado por eso no entiende y con estos talleres se conocen las necesidades de las mujeres y sus hijos en esa fase.

    También hemos hecho capacitaciones sobre la importancia de la diversidad de género para las organizaciones y su impacto en los resultados. ¿Por qué dejar fuera al 50% de la población en el proceso de toma de decisiones?

    Nosotros hicimos, como banco, un estudio sobre la diferencia salarial entre hombres y mujeres. Reconocimos que dentro de la propia organización la había.

    La diferencia fue del 29% ¿Por qué? Porque había más hombres en cargos de gestión que las mujeres. Los números estaban ahí y el banco tomó la decisión de publicarlos. Nuestro CEO tomó una decisión de mucho coraje.

    Ahorita, todos los gerentes tienen la meta de tener más mujeres en su equipo. Ojo, no escoger solo porque son mujeres. Si eso fuera así le quitaría total credibilidad”.

    Datos

    Familia. Está casada y tiene dos hijos. Una de las actividades que más le gusta es pasar con ellos. Junto con su esposo han entendido que cada parte tiene una responsabilidad con su hogar.

    Actividades. Le gusta practicar yoga. Todos los días realiza sesiones de meditación.

    Viajes. Por su trabajo ha tenido que mudarse constantemente. Tomar la decisión de hacerlo ha dependido de si el destino beneficiaba a toda su familia. En Quito se siente como en casa.

    Su visión. En la sociedad existen ideas con relación al papel de la mujer. Para romper con ello son necesarios más modelos femeninos en las organizaciones. Deben ser personas calificadas.

    Rocío Velarde ha impulsado una carrera en la banca, en América. Promueve más mujeres en cargos ejecutivos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Rocío Velarde ha impulsado una carrera en la banca, en América. Promueve más mujeres en cargos ejecutivos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Daysi Lata: ‘Apoyamos a que los migrantes retornados produzcan’

    Cristina Marquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Daysi Lata tiene 29 años, es elocuente al hablar y, aunque nació en Venezuela, se siente identificada con la etnia indígena Puruhá. Ella viste con orgullo la vestimenta tradicional de Colta, la tierra de donde son oriundos sus padres Pedro y Juana.

    Ellos dejaron su pequeña parroquia natal, Santiago de Quito, situada frente a la laguna de Colta en los años 80, al igual que decenas de familias de ese poblado. En esa época el trabajo en Ecuador era escaso, los cultivos no eran rentables y la situación económica se complicó aún más tras la dolarización en el 2000.

    La familia decidió retornar al país en el 2017, debido al grave estado de salud de su madre, quien padecía cáncer. Para ese año los hospitales de Venezuela estaban desabastecidos de medicamentos

    A pesar de los intentos médicos, Juana Charco falleció ese mismo año. Para superar la depresión que tuvo después de la muerte de su madre, Daysi y su familia decidieron iniciar una fundación que lleva su nombre.

    La vida en Venezuela

    “No conocí la parroquia en la que nacieron mis padres, pero siempre sentí que pertenecía ahí, por eso estoy muy conectada con mis raíces indígenas y me identifico con la etnia Puruhá. Crecí en Venezuela, rodeada de otros ecuatorianos que también migraron a ese país.

    Allí pude educarme, obtuve mi título universitario en Bioquímica y Farmacia, mis padres tenían un negocio y toda la familia ayudaba.

    Incluso formamos una Iglesia a la que asistían muchos migrantes, allá también estábamos organizados y desde pequeña aprendí a ser solidaria, eso me inculcó mi madre. A ella le encantaba ayudar a los demás y siempre me dijo que quería iniciar una fundación.

    En Venezuela teníamos una vida estable, pero cuando su salud se complicó tuvimos que dejar todo lo que teníamos y volver. Lamentablemente fue tarde y ya no pudimos hacer nada por ella. Mi mamá murió pero incluso en sus últimos momentos se preocupaba por los demás y eso me marcó”.

    La migración en Colta

    “Por los nexos que teníamos con los miembros de la Iglesia a la que asistíamos en Venezuela, nos dimos cuenta de que muchos ecuatorianos empezaron a volver. Muchos de ellos llegaban, al igual que nosotros, por situaciones de salud. Algunos incluso padecían enfermedades catastróficas y llegaban buscando hasta clínicas privadas que les pudieran ayudar porque no conocían cómo funciona el sistema de salud aquí.

    Otros migrantes llegaron para empezar su vida desde cero, sin un trabajo estable y sin un plan concreto para emprender un negocio. Estas realidades las conocimos de cerca y como familia pensábamos en cómo ayudar.

    Una gran cantidad de migrantes ecuatorianos salieron de Santiago de Quito y otras comunidades de Colta. Allí la migración es alta debido a que muchos ecuatorianos radicados en Venezuela estaban en una situación estable allá mientras que aquí faltaban las oportunidades laborales.

    Eso cambió con la crisis económica en Venezuela. Calculamos que al menos unas 600 personas que conocimos allá retornaron a Ecuador en los dos últimos años”.

    Tres formas de ayudar

    “Nuestra Fundación funciona en tres ejes. El primero es la ayuda en el acceso a la salud.
    Cuando nosotros llegamos no sabíamos a qué hospital acudir, cómo obtener un turno o cómo solicitar ayuda. Por eso, cuando recibimos el reporte de que hay una persona con una enfermedad catastrófica hablamos directamente con las autoridades y nos aseguramos que los migrantes retornados reciban atención gratuita y medicamentos en los hospitales públicos.

    Otra forma de ayudar es la asistencia y capacitación para iniciar un emprendimiento. Hablamos con las familias, identificamos sus capacidades y potencialidades, les enseñamos cómo iniciar un emprendimiento y cómo acceder a un crédito especial para migrantes retornados.

    En Riobamba ya tenemos 13 emprendedores que accedieron al crédito de BanEcuador para migrantes retornados. Trabajamos de cerca con ellos para conseguir que este producto especial se incluyera en la oferta.

    Y la última línea de ayuda social está dirigida a los venezolanos que llegan al Ecuador huyendo de la crisis. Los socios de la Fundación y propietarios de emprendimientos nos unimos para ofrecer almuerzos gratuitos. Lo hicimos cada martes durante seis meses. Ahora no podemos hacerlo porque necesitamos más donaciones y respaldo». 

    CV

    Farmaceutica. Obtuvo su título en la Universidad Santa María en Caracas, Venezuela.

    Maestría. Tiene una maestría en Toxicología en la Universidad Central de Venezuela

    Idiomas. Habla kichwa, español e inglés.

    Cargo actual. Presidente de la Fundación Juana Charco.

    Jornadas de ayuda. Ha trabajado en jornadas médicas, de salud visual y ayuda social para migrantes en Ecuador y Venezuela.

    Daysi LaTa es la representante legal de la Fundación Juana Charco retornó de Venezuela para ayudar a otros migrantes que vivían en ese país. Foto: cortesía
    Daysi LaTa es la representante legal de la Fundación Juana Charco retornó de Venezuela para ayudar a otros migrantes que vivían en ese país. Foto: cortesía
  • Martha González: ‘Yo no creo en las cuotas, sino en tomar cada nueva oportunidad’

    Redacción Quito

    (I)

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    Es versátil para hablar, gusta del derecho y tiene orientación para los negocios. Así es la guayaquileña Martha González.

    Su vida profesional arrancó a los 18 años y un minuto, como ella dice. “Le dije a mi madre que hasta ese día se iba a hacer cargo de mi. Siempre pensé y decidí trabajar”.

    Estudió Comunicación social en la Universidad Casa Grande de Guayaquil. Fue presentadora de noticias por más de nueve años y luego se enroló en el mundo de las relaciones públicas.

    Ha colaborado en el sector público y el privado. “Me he dedicado al tratamiento de temas de crisis y mediación. Es lo que me apasiona y me tiene donde estoy. En 25 años de trabajo tengo una amplia experiencia”.

    Tiene estudios en Publicidad y una especialización en Management de la Universidad de Berkeley. Aspira estudiar Leyes.

    A través de su profesión logró relacionarse con gremios empresariales como la Cámara de Comercio de Guayaquil y la Prefectura del Guayas. Esto le ha permitido acercarse a temas de coyuntura política y económica de Ecuador y el mundo.

    Ser mujer

    “En los 25 años que llevo trabajando ha habido diferentes épocas. Eso es real, no es un mito. Todas las mujeres que trabajamos hemos tenido experiencias diferentes: buenas, malas, interesantes y otras no tanto.

    En un mundo lleno de hombres siempre ha sido un poco complejo. Yo no he tenido nunca un problema por ser mujer en los sectores que me he desenvuelto.

    Las mujeres en un directorio no solo están ahí para opinar, sino para tomar decisiones. Cuando una directiva interviene, las decisiones son bastante acertadas y eso tiene que ver con la mirada holística y transversal que tenemos. Esto no significa que los hombres hagan las cosas mal.

    Yo no creo en las cuotas. Existen las oportunidades y las mujeres tienen todo para tomarlas. Es un tema de entrega, de sacrificio, de lucha por objetivos.

    Hace 20 años no había muchas mujeres representantes de empresas. Hoy me da gusto ver que hay muchas que se destacan.

    La diferencia, para mí, entre un hombre y una mujer en temas profesionales es que ellos no tienen temores. Se atreven, piden, exigen; nosotras somos más cautas. Tenemos que romper esos miedos y atrevernos”.

    Apoyo

    “A mí me ha encantado siempre abrir espacios. El éxito de una empresa está en usar las diferencias que existen entre hombres y mujeres para complementarse.

    Me gusta estar cerca de las personas que han trabajado conmigo, sean jefes, pares o parte de mi equipo. Creo mucho en la conexión y que las mujeres tenemos esa milla extra para alcanzarla.

    Muchas mujeres no crecen o se limitan por decisión propia. No es porque no exista el espacio para que crezcan, sino porque no quieren sacrificar la familia. Dicen ‘si voy a estar en una posición de liderazgo voy a tener que sacrificar más y eso no lo quiero’.

    Todos tenemos derecho a ser felices con lo que a uno le llena. Yo he sabido manejar un balance de familia y trabajo; todos en mi casa han entendido que los sacrificios han sido en beneficio de todos.

    Todo esto procuro pasarle como experiencia a las mujeres con las que tengo contacto. En Cervecería Nacional hemos emprendido algunos programas en los que les damos espacio a las mujeres, promoviendo la equidad de género y la diversidad.

    Quisiera que recuerden los errores y aciertos que he tenido en mi vida y que me permitieron convertirme en la persona plena que ahora soy”.

    La familia

    “A mí me llamó mucho la atención una encuesta que corrió hace un tiempo en la que una de las preguntas era para una mujer. A ella se le consultaba cómo se ve en cargos directivos. Respondió que a futuro se veían bien, tranquila en su puesto de trabajo, pero no como directora porque ‘esas mujeres no tienen vida’.

    Cuando leí eso me afectó mucho porque no me gustaría que la gente crea que porque estoy en un tipo de cargo de ese tipo no atiendo a mi familia. Se necesita un balance. Actualmente, las empresas están proveyendo de esos espacios a su personal.

    Sacrificios se requieren siempre. Trato de que mis hijos hablen conmigo para entender qué faltó, qué no hubo. Como siempre tomé las decisiones en familia tuve mucho apoyo. Cuando mis hijos me acompañan a una charla o reunión que tiene que ver con mi trabajo dicen que están orgullosos de lo que soy y que los inspiro a ellos y a otros. Con eso tengo todo”.

    Datos

    Estudió Co­municación Social en la Universidad Casa Grande de Guayaquil.

    También tiene estudios en Publicidad y una especialización en Management de Universidad de Berkely.

    Disfruta diferentes actividades con sus hijos. Suele salir al cine, por ejemplo.

    Ama ver pe­lículas porque es un espacio en el que se desconecta de todo y luego comenta con sus hijos. Mira solo noticieros y series que le recomienda su hija.

    Martha González es directora Legal y de Asuntos Corporativos de Cervecería Nacional. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Martha González es directora Legal y de Asuntos Corporativos de Cervecería Nacional. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Natalia Jácome: ‘Con mayor educación tendremos más mujeres exitosas’

    Patricia González

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Hacer ejercicio se convirtió en un hábito desde que Natalia Jácome era una niña. Luego de estudiar, la principal responsabilidad que tenía en casa era hacer deportes.

    Su disciplina favorita era el voleibol, aunque también jugaba fútbol y tenis. Con el pasar de los años, este hábito lo ha mantenido como parte crucial de su vida.

    Con 39 años, está casada y es madre de dos niños, de 8 y 6 años. Desde hace un año, también es la gerenta general de Vitality Ecuador, un programa de bienestar del Grupo Futuro que, por medio de una aplicación móvil, fomenta la actividad física, con el fin de mejorar la esperanza de vida. El programa está disponible en el país, desde junio pasado, para los asegurados de Saludsa y Equivida.

    Por 15 años trabajó para Corporación GPF, donde ocupó diversas posiciones hasta llegar al cargo de Vicepresidenta de Experiencia al Cliente.

    Roles

    “Jamás en mi vida he experimentado ningún tipo de barrera por ser mujer, pienso que mucho de eso se debe a que una toma la decisión de que no existan barreras. Tienes que lograr un balance para poder cumplir en todos los roles que tienes: madre, esposa, profesional exitosa y una persona que cuida de sí misma. Hay que aprender a decir no, porque es imposible hacer todo. Yo he tenido la fortuna de que tengo un esposo que me ayuda un montón en temas de mi vida personal y de la familia. Es el complemento. La clave está en organizarse, en compartir responsabilidades”.

    Estilo de vida

    “Me levanto muy temprano, a las 04:30, y me dedico a hacer ejercicios entre una hora y hora y media. Regreso a mi casa, les alisto a mis hijos para que vayan al colegio y desayuno con ellos. Es una decisión el poder dedicarte tiempo a ti misma, al ejercicio, a tus hijos, al trabajo. Una de las cosas que me motivó a cambiar de trabajo es contagiar mi estilo de vida a la mujer ecuatoriana. Otra parte importante de mi vida es el compartir tiempo con mis papás, mis hermanos, mis abuelos. También me gusta mucho leer. Además, hacemos caminatas en familia o montamos bicicleta”.

    Desafío

    “El gran reto es encontrar el balance en tu vida. Medir la cantidad de tiempo y energía que debes dedicar a cada una de las responsabilidades que tienes. Cuando lideras a un equipo en una empresa, también lo haces con el ejemplo. A mi equipo siempre le digo dos cosas: lo primero es que tienen que amar lo que hacen, porque es la única forma de dedicarle al trabajo las horas que requiere. Lo segundo es que tienen que tener una vida balanceada, si tienen una actividad de sus hijos en el colegio, siempre les digo que vayan, porque los hijos crecen y esas etapas no vuelven. Es importante que cada quien, dentro de su realidad, logre su balance. Si tienes gente motivada, que ama lo que hace y tiene una vida equilibrada, vas a conseguir resultados.

    La mejor manera de ser líderes es ser transparentes; motivar a la gente a que sea mejor en lo que hace bien, pero al mismo tiempo que esté claro en que puede mejorar. Generar un ambiente en que la gente se sienta cómoda y motivada para ser mejor”.

    Equidad en la empresa

    “Grupo Futuro está muy orientado a la equidad de género en todas sus empresas. Hay un buen balance entre hombres y mujeres en cargos ejecutivos. Dentro de mi equipo, tengo dos gerencias, ocupadas por un hombre y una mujer. En Vitality hay más mujeres que hombres, pero eso no es a propósito, es porque contratas al mejor. En esta empresa tratamos de apoyar a que todos crezcan”.

    Reto país

    “La clave está en la educación, el país necesita invertir en que todas las mujeres sepan que valen mucho. Probablemente a niveles socio económicos más bajos existe una realidad en la cual la mujer con su estereotipo tiene las tareas del hogar, donde sus esposos posiblemente no les ayudan y la responsabilidad de los hijos cae en ella. Muchas niñas lo que están viendo son mujeres que solo se desarrollan en el hogar. Yo tuve la suerte de que mi mamá siempre estuvo, a pesar de que siempre trabajó. Para mí, es un referente, una mujer que tenía libertad económica y era superempoderada, y que contaba mucho con el respaldo de mi papá. La única forma de cambiar un país y fomentar que las mujeres sean exitosas es trabajar en la educación. Muchas mujeres necesitan trabajar en su seguridad. Eso se hace con educación y con ejemplo”.

    CV

    Economía. Florida State University.
    Maestría en Economía Aplicada. Florida State University.
    Coordinadora de Marketing y Ventas en Novartis.
    Gerenta Corporativa Comercial en Corporación GPF.
    Directora de Experiencia al Cliente en Corporación GPF.
    Gerenta General de Vitality Ecuador, programa de Saludsa y Equivida, empresas de Grupo Futuro.

    Natalia Jácome es gerenta general de Vitality Ecuador, programa de Saludsa y Equivida. Foto: Patricio Terán / ÚN
    Natalia Jácome es gerenta general de Vitality Ecuador, programa de Saludsa y Equivida. Foto: Patricio Terán / ÚN
  • Ana Cristina Cordero: ‘El concepto de ‘girl boss’ no solo se aplica en los negocios’

    Priscila Alvarado (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Ana Cristina Cordero encontró el equilibrio perfecto entre las leyes y la cosmética. Tiene 31 años y con convicción asegura que tiene el timón para manejar su vida como lo desea, como una jefa.

    En el 2006 empezó a estudiar Leyes motivada por su abuelo, quien ejercía la misma profesión. La carrera se convirtió en el puente para ingresar a la empresa farmacéutica familiar, Rocnarf.

    Desde los 24 años estuvo inmersa en los negocios. Empezó a participar de los comités de la empresa y poco a poco entendió, de manera global, que podía proponer algo fresco para el sector de la cosmética.

    Cordero cuenta que de las leyes, tomó la dureza y el temple para dirigir la empresa familiar.
    Es la creadora de Biofemme, línea de dermocosméticos de alta calidad, hecha con productos con sello ecuatoriano.

    La vía de la cosmética y la belleza es un arma, según Cordero, para lograr el empoderamiento de las mujeres desde su interior.

    Cuando decidió lanzarse al ruedo de los negocios tuvo temor. Su familia está inmersa en el mundo farmacéutico desde hace 40 años y la figura de quienes manejaban la empresa siempre fue masculina, uno de ellos, su padre.

    Actualmente, Cordero es una de las directoras de la Cámara de Industrias de Guayaquil.

    ‘Girl boss’

    “Este concepto no solo se aplica en los negocios. El concepto de ‘Girl boss’ va más allá del empoderamiento femenino en los negocios. Tiene más potencial. Esta convicción puede llevarte a ese lugar en el que siempre has querido entrar. En mi caso me sirvió para decidirme a hablar, a proponer y actuar. Una mujer puede ser jefa en su casa con su familia, jefa en su trabajo e incluso jefa en su propia vida poniendo en orden las cosas y dándole el espacio adecuado a lo que es verdaderamente importante”.

    Mujer y emprendimiento

    “Siempre dicen que la vena del emprendimiento te la implantan cuando eres adulto y no: es desde la niñez. Por ejemplo, desde pequeña te exigen responsabilidad en tus estudios, alcanzar estándares en tu nivel académico, a la final estos son los cimientos para algo más grande. Mi padre siempre me decía que debía ser dedicada y esforzarme más de lo establecido. Ese chip me lo pusieron a los 12 años y desde allí mi vida ha sido más ordenada y con más aspiraciones de lograr y alcanzar todos los objetivos que me proponga”.

    Los estereotipos

    “El reto de destacar en una industria en la que sobresale la figura masculina es complicado.
    Siendo la primera de la tercera generación, de 12 nietos, crecí con la presión de la responsabilidad de poder continuar con el negocio familiar. Como mujer me planteé generar un valor agregado a una industria tan tradicional. Somos responsables, detallistas y muy comprometidas, en eso radica todo lo que hacemos”.

    La preparación

    “Cuando una persona inicia algo debe proyectarse a tener algo más grande. En mi caso, estoy muy metida en mi producto, manejo redes sociales, sé lo que sucede con mis clientes de manera directa. Por esta razón, quiero tenerlo todo y masificar mi línea que es de calidad.
    Pero es un proceso que necesita de mucha preparación y sobre todo dedicación. Por ejemplo, traté de fusionar mis estudios con formación en gobernanza y alta dirección, saber de dirección farmacéutica y saber de Marketing Digital. Es un proceso largo que no se logra de la noche a la mañana”.

    Del interior al exterior

    “Cuando descubrí que tenía una voz por mi línea de belleza, entendí que todo radica en cómo te sientes por dentro para proyectarlo a mundo. El bienestar de cuerpo y mente se convierte en un arma. Una mujer fuerte , comprometida y autosuficiente es capaz de alcanzarlo todo. El equilibrio se proyecta en un mejor manejo de la vida y los negocios”.

    La familia y el apoyo

    “En un camino que es de puntos altos y bajos siempre es necesario ese colchón que te salve de las caídas. Gracias a Dios, nunca me rodee de gente que me dijo: ‘No puedes hacerlo’. La responsabilidad que tengo desde niña me sostuvo para no rendirme.

    Ser emprendedoras y más que todo mujeres es duro. Existe un momento en los que incluso queremos dejarlo todo. En ese momento es necesario solo un respiro y continuar con lo que nos hace feliz”.

    Datos

    Educación. Tiene un título de Abogada por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. En el 2011 obtuvo un masterado en Derecho Empresarial por el Centro de Estudios Garrigues en Madrid, España. Es parte del programa de Formación de Mujeres para Gobierno Corporativo de la IDE Escuela de Negocios.

    Familia. Está casada y tiene un hijo de 11 meses.

    Actividades. Juega golf y hace ejercicio regularmente.

    VAna Cristina Cordero creó  Biofemme, una línea para el cuidado de la piel del rostro. Aspira a masificar el empoderamiento femenino. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Ana Cristina Cordero creó Biofemme, una línea para el cuidado de la piel del rostro. Aspira a masificar el empoderamiento femenino. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • María Eugenia Moreno: ‘El cambio por el medio ambiente empieza con la conducta’

    Evelyn Tapia

    Redactora (I)

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    La primera vez que ingresó a la Amazonía ecuatoriana, María Eugenia Moreno tenía 13 años y llegó en helicóptero. Acompañaba a su madre, la bióloga María Eugenia Puente, a una de las visitas que hacía a la selva como parte de su trabajo como consultora ambiental.

    Ese fue su primer contacto con un espacio que hasta hoy la inspira a impulsar iniciativas de cuidado medioambiental desde la gerencia de proyectos de la consultora Ecuambiente, que fundó su madre en 1989.

    Moreno cuenta que su madre fue parte del equipo de monitoreo biológico en el Parque Nacional Yasuní cuando se abría la vía para desarrollar el bloque 16.

    “Ese monitoreo duró tres años. Cuando salía de vacaciones del colegio, yo me quedaba los dos meses con mi mamá en la selva, siendo asistente de todos los grupos de investigación. Esto siempre me ha apasionado”.

    Actualmente Moreno tiene un título en ecología aplicada y una especialización en agroecología y desarrollo sostenible. Además, desde el 2010 está a cargo del Centro Integral de Ingeniería Ecológica, en Orellana, que ha implementado iniciativas de economía circular. Entre ellas, la creación de adoquines con ceniza que se usan en campamentos petroleros; la producción de madera plástica elaborada a partir de plásticos desechados; procesos de recuperación de hidrocarburos que estaban contaminando el suelo y que se vuelven a usar para generar energía; proyectos para implementación de viveros, etc.

    Problema en la Amazonía

    “Con los incendios en la Amazonía de Brasil veo que existe apatía a nivel global. Se habla del cambio climático, pero no estamos poniendo mayor atención, solo nos quejamos. La Amazonía no es un entorno que se preste para incendios naturales, estos son provocados por el avance de la frontera agrícola y la ganadería. Como ciudadanos podemos hacer cambios en nuestro comportamiento y trabajar en el consumo responsable. Hoy las cosas son creadas para usarlas y desecharlas. En los pueblos pequeños hay más lugares dónde arreglar cosas, mientras que en las grandes ciudades eso se está perdiendo, el consumismo es tan grande que si algo se daña, compramos otro, o lo cambiamos por moda”.

    Compromiso ambiental

    “Es importante que los niños accedan a educación ambiental, que deriva luego en comportamientos de consumo responsable cuando sean adultos. Los niños de ahora enseñan a los padres a ser más responsables con el medio ambiente, porque en los colegios aprenden sobre el impacto. Por ejemplo, las nuevas generaciones ven los basureros para reciclar e incentivan a sus padres a usarlos. Aunque todavía nos falta mucho, hemos cambiado. En las empresas también existe más conciencia que antes, porque ya se tiene una legislación que obliga a cumplir normas. Las industrias más grandes son las que mejor cumplen la normativa porque responden a diferentes estándares, como las normas ISO. El reto es para los emprendimientos más pequeños que recién están empezando, en esos casos depende mucho de la conciencia propia sobre la gestión que se hace para afectar lo menos posible al medio ambiente”.

    Mujer y medio ambiente

    “Hoy existe una gran cantidad de mujeres dedicadas a temas ambientales, creo que esto es porque somos más sensibles a temas que van más allá del individualismo y tienen que ver con la sociedad y la familia. Hay muchas mujeres que hacen activismo frente a los retos ambientales como el cambio climático. Cada día hay más ingenieras ambientales, biólogas. En la época de mi mamá eran pocas las biólogas mujeres en proyectos petroleros, porque era una atmósfera liderada por hombres. Recuerdo que cuando yo inicié en el área de remediación ambiental en temas petroleros, también viví la brecha, porque en las reuniones de los primeros proyectos, eran todos hombres. Ahora en proyectos petroleros uno encuentra más mujeres. Hay más conquista de los espacios”

    El apoyo de la familia

    “Ser esposa y madre limitó los viajes largos a la Amazonía, es un reto muy grande ser profesional, esposa y madre. Ahora viajo, pero por períodos cortos a los proyectos o por capacitación. Para tener equilibrio entre lo profesional y lo familiar es clave el apoyo de las personas que se tiene alrededor, en la empresa y en la casa. Mi esposo también tiene una formación ambiental y sabe cómo es la dinámica de este trabajo. Esto es de responsabilidad compartida”.

    Como ciudadanos podemos hacer cambios en nuestro comportamiento y trabajar en el consumo responsable”.
    «Como ciudadanos podemos hacer cambios en nuestro comportamiento y trabajar en el consumo responsable”, asegura María Eugenia Moreno. Foto: Diego Pallero / LÍDERES