Etiqueta: madera

  • Muebles que saltaron a lo digital

    Redacción Quito, (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    De un golpe, este negocio tradicional saltó hacia la cuarta revolución industrial, hace tres años. Se trata de Corporación Terán, que se dedica a fabricar muebles inteligentes.

    Esta empresa quiteña nació en 1995 en una carpintería de propiedad de Samuel Terán, ubicada en el sector de La Colmena. Elaboraba muebles tradicionales (cómodas, armarios y más), que se vendían en la zona de San Roque, en el centro de Quito, directamente a los consumidores finales.

    Su hijo Édison, gerente general de Corporación Terán, siguió sus pasos, pero abrió hace 15 años un taller independiente en el sector de La Forestal, en el sur de la ciudad. Los productos tradicionales continuaron vendiéndose en San Roque y en su almacén de fábrica; en el primer sitio se llegó a tener cinco puestos comerciales.

    La empresa creció pero, en 2011, debido al aumento de la competencia, dejó de fabricar y únicamente se dedicó a comercializar muebles de otros productores. En la última década ingresaron de lleno al negocio los hijos de Édison: Mauricio, quien es gerente del área Comercial, y Javier, gerente de Desarrollo e Innovación.

    Ellos le dieron un giro a la empresa ya que se enfocaron en la digitalización. Lo nuevo, sin embargo, nació de una situación grave para la familia.

    Miriam Ortega, esposa de Javier, enfermó hace tres años de lupus y poco a poco perdió la movilidad. Eso impulsó a su marido a innovar en un mueble que le permitiera a ella, a través de un comando de voz, dar órdenes al reclinable para que este se mueva.

    Fue un proceso muy duro, dice Javier. La investigación tomó un año y medio, a la par de los tratamientos de su pareja. Finalmente, el 19 de diciembre del año pasado obtuvo el mueble reclinable con control de voz; el invento ingresó al registro de patente de modelo de utilidad, en ese mes.

    Ese fue el inicio del desarrollo de otros muebles a los que la Corporación los denomina como ‘smart’. La empresa cuenta también con juegos de sala, camas, mesas de centro y otros en esta categoría, que atienden a diferentes órdenes de la persona.

    “Los reclinables, por ejemplo, tienen modo de lectura. Esto permite que a un llamado del humano el mueble permita que suba solo la parte de los pies”, explica Javier. También se ofrecen posiciones de descanso, masajes, colocación de música relajante, luces, activación de bares y otros comandos para este y otros muebles.

    En el caso de las camas se puede pedir que se active el baúl y se levante la cama para guardar en un cajón en la parte baja, sábanas, cobijas y más. Esto, dicen los empresarios, es ideal para departamentos con poco espacio.

    Mauricio agrega que antes de empezar con los muebles ‘smart’, la empresa ya había comenzado a incorporar elementos digitales como puertos USB para carga, luminaria y otros.
    De hecho, desde hace tres años, la compañía volvió a fabricar productos. Corporación Terán cuenta con su propio laboratorio tecnológico y su área de producción; de sus insumos el 50% importa de forma directa y el restante es de proveedores locales.

    Uno de ellos es Chaide. Raúl Estévez, gerente de Ventas e Innovación de esta firma, indica que la Corporación es un cliente histórico. “En un inicio nos compraban colchones, pero en los últimos años, espuma de poliuretano para sofás, camas y otros. Destaco que están trabajando desde una perspectiva tecnológica, es un mérito en investigación. Fue una microempresa que se profesionalizó”.

    Los avances de la Corporación le han permitido que su producto atraiga interés en países como España, Chile, Colombia y EE.UU. Para el próximo año, comenzará a exportar.

    En Ecuador, los muebles de la empresa se comercializan en el ‘show room’, ubicado en La Forestal, y vía comercio electrónico (página web y redes sociales). De hecho, tras la pandemia, la mayor cantidad de ventas se hace a través de este último canal.

    Los productos se venden en Quito, pero también van a Santo Domingo, Lago Agrio, Ambato, Guayaquil, Tulcán, Ibarra y otras urbes. La línea tradicional tiene su fuerte en tres locales en San Roque, que aún tiene la firma.

    El 85% de la venta es directa y el resto va para subdistribuidores.

    Verónica Grueso es una de los clientes, ella destaca de la Corporación su trato personalizado y la disposición para guiar a los clientes como valor agregado. El año pasado compró una sala ‘smart’ y antes pidió que le fabricaran un mueble en su cocina.

    La compañía cuenta con su propio laboratorio para temas digitales. Continúa innovando en aspectos tecnológicos.
    La compañía cuenta con su propio laboratorio para temas digitales. Continúa innovando en aspectos tecnológicos.

    Las cifras

    6 años
     tiene el departamento de Innovación. Nació de la necesidad de ofrecer algo diferente.

    1 reclinable produce la firma para personas con problemas de salud.

    90 por ciento de la venta es de muebles smart. El resto, tradicionales.

    3 locales tuvo la empresa en la av. República, Cayambe y Sangolquí.
    Se cerraron en este año.

    5 funciones tiene un mueble básico, 12 uno completo. 

    El gerente / Mauricio Terán
    Esta empresa representa la unión familiar. En tiempos difíciles nos hemos tomado de las manos y hemos seguido. En la innovación y el emprendimiento ninguno de nosotros dimos un paso al costado. Lo que nosotros hicimos fue seguir adelante. Tenemos la certeza de que podemos salir adelante. Han existido personas ajenas a la familia que también nos han apoyado en todos los desarrollos y los procesos que hemos impulsado.

    En el sector de La Forestal, en el sur de Quito,se encuentra el taller de producción de muebles. USD 475 000  suman las últimas inversiones. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    En el sector de La Forestal, en el sur de Quito,se encuentra el taller de producción de muebles. USD 475 000 suman las últimas inversiones. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Utensilios hechos de madera para rescatar el arte

    Redacción Quito

    (F)  Contenido Intercultural

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    Elaborar artículos de madera a mano es una tradición ecuatoriana que, con el pasar de los años, ha ido perdiendo fuerza.

    Sin embargo, aún existe gente que quiere rescatar esta práctica para aprovechar este material.

    Fabrizzio Ayala y María Augusta Cruz, diseñadores industriales, encontraron una forma de conservar este arte plasmándolo en piezas que son de uso cotidiano.

    En mayo de 2019, los emprendedores decidieron crear Espiral Estudio, en este espacio elaboran utensilios para cocina hechos, en su gran mayoría, con madera.

    El emprendimiento se denomina Espiral Estudio por el proceso que se emplea en cada artículo.

    “Para el nombre nos basamos en la forma de elaboración; el torno que utilizamos y cada movimiento al momento de tallar la madera”, menciona Ayala.

    La pasión por el diseño, la madera y la cerámica fueron las razones por la que estos dos jóvenes decidieron emprender.

    El objetivo de tener este espacio es rescatar la tradición de elaborar artesanías a mano.
    Al iniciar con el proyecto, Ayala y Cruz invirtieron ahorros que tenían más la ayuda económica que recibieron de sus padres.

    Fueron alrededor de USD 1 000 que utilizaron para adquirir las herramientas y materia prima.
    En la fabricación, cada producto pasa por un proceso creativo; lo primero es bocetear la idea de las piezas en modelos en 3D, después se elige en qué material se utilizará y finalmente se elabora.

    Los proveedores de madera son pequeños aserraderos locales.

    Ayala comenta que él mismo acude a seleccionar el material para obtener buenos productos.

    Por otro lado, está la cerámica; esta materia prima la consiguen de un proveedor en Cuenca.
    Este mismo proveedor entrega esmaltes para la decoración de las piezas que diseña Cruz.
    Lo que caracteriza a este emprendimiento es que todas las piezas son elaboradas a mano.
    Los propietarios tratan de fusionar materiales como la madera, cerámica y yute en sus artículos.

    En un inicio los emprendedores creyeron que su idea llegaría a amas de casa, pero a varios restaurantes les gustó esta iniciativa.

    Uno de los establecimientos a los que distribuyen estos utensilios es ‘La Caleta’, restaurante ubicado en Cuenca.

    Diego Gutiérrez, propietario de ese establecimiento, menciona que utilizan la vajilla del emprendimiento para servir los postres.

    “Estoy muy contento con el trabajo que realizan y considero que ellos serán mis proveedores de aquí en adelante”, dice Gutiérrez.

    Por el momento, los propietarios de Espiral Estudio están enfocados en crecer más con los utensilios para restaurantes.

    La visión que tienen a futuro es diseñar objetos decorativob que lleven la misma temática de rescatar la producción de artesanía de madera hecha a mano.

    María Augusta Cruz y Fabrizzio Ayala son los propietarios de Espiral Estudio; su taller está en el norte de Quito: Foto: Cortesía: Espiral Estudio
    María Augusta Cruz y Fabrizzio Ayala son los propietarios de Espiral Estudio; su taller está en el norte de Quito: Foto: Cortesía: Espiral Estudio
  • Los tapices hechos en telares de madera son su especialidad

    José Luis Rosales

    (F) 
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    Luis Alberto Picuasi es uno de los últimos tejedores de tapices de la comunidad San José de Cerotal, en el cantón Antonio Ante, en Imbabura.

    Este indígena Otavalo lleva la mayoría de sus 46 años en esta actividad. Recuerda que cuando tenía 9 años su padre falleció, por lo que vio la necesidad de emprender en un oficio.

    Los secretos del cardado, hilado, urdido y tejido los aprendió de su primo Daniel Picuasi.

    El taller, situado junto al estadio de la comunidad, está equipado con cinco telares de madera de eucalipto. Recuerda que estas máquinas artesanales las fabricó el maestro Segundo Picuasi, ya retirado del oficio.

    Antes, en esta parcialidad había un tejedor en cada casa. Sin embargo, tras la dolarización la mayoría de vecinos optó por ocuparse en otras actividades.

    En el telar más grande, Picuasi confecciona tapices de 2,10 metros de alto por 1,60 de ancho.

    Los artículos, algunos con diseños étnicos, son utilizados para decoración de paredes, pisos, muebles, entre otros.

    Como varios indígenas otavaleños que viajan al extranjero, Picuasi probó suerte en Bélgica, Holanda, Alemania; en estos países se dedicó a la venta de artesanías y a la música. Interpreta la guitarra, el violín, el bandolín y la quena.

    Luego retornó al país y se casó. Tiene 10 hijos. Inti, uno de los mayores, le ayuda en el taller.

    Para la fabricación de cada diseño se apoya en imágenes impresas o digitales. El proceso se inicia con la selección de los hilos. Para obtener la imagen deseada realiza un cálculo de cada lienzo.

    La semana pasada, Luis Alberto Picuasi elaboraba un lienzo, en tonos blanco y negro, con la imagen de cuatro mujeres indígenas que están sentadas en el campo mirando al horizonte.

    Sus creaciones las comercializa en la Plaza de Ponchos de Otavalo, cada sábado. Hay tapices desde USD 15 hasta 85.

    Entre sus clientes también están comerciantes otavaleños que residen en Europa y Norteamérica.

    El artesano kichwa Luis Alberto Picuasi  ofrece estas artesanías al por mayor y menor. Los telares de madera son el puntal de su obraje. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    El artesano kichwa Luis Alberto Picuasi ofrece estas artesanías al por mayor y menor. Los telares de madera son el puntal de su obraje. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • Transforman la madera en objetos funcionales

    Mayra Pacheco

    (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Las planchas de madera que llegan a M&V Taller Creativo se convierten en objetos funcionales y coloridos. Mariela Vivar, propietaria y diseñadora de este almacén desde hace 13 años, elabora agendas, portavasos, cajas para té, individuales, apliques, adornos, platos base, rompecabezas y más con esta materia prima.

    La experiencia adquirida en manualidades a lo largo de su vida ha permitido que Vivar, de 50 años, cree de manera periódica nuevos productos. La última línea en la que está trabajando se llama madera-mandala. “Siempre me ha gustado elaborar algo novedoso, diferente y utilitario”.

    Estos objetos de madera tienen sobre la superficie figuras geométricas impresas. Estas mandalas pueden ser pintadas por cada persona con lápices de colores o marcadores y así se logra un resultado único. Además, según Vivar, en el proceso de colorear el producto se realiza de manera indirecta una terapia de relajación.

    Fue precisamente de esta manera como Vivar empezó a desarrollar esta línea. Ella y su esposo, Juan Fernando Herdoíza, asistieron en octubre del 2018 a una terapia y presentaron como trabajo una caja con mandalas pintadas en la superficie. Al ver el resultado final le recomendaron continuar con este tipo de productos.

    Inicialmente, compraba en Internet las figuras para luego imprimir, pero luego Vivar decidió crear ella misma esas formas. Hace flores, unicornios, corazones, perros, motivos navideños y otros. Actualmente, cuenta incluso con un libro de mandalas, que tiene la cubierta de madera con estos símbolos. Este tiene el código ISBN de la Cámara del Libro, que protege los derechos de autor.

    Para elaborar los productos de madera emplea unas máquinas especiales que le permiten cortar esta materia e imprimir sobre la superficie. Los motivos se realizan en un programa informático.

    En M&V Taller Creativo trabajan cuatro personas. La capacidad de producción varía según el producto. Por ejemplo, cada ocho días se logra producir 1 500 cajas pequeñas en forma de casa.

    Cada mes se procesan alrededor de 40 planchas de fibropanel de densidad media, más conocido como MDF, de dos metros por dos metros de tamaño. Para adquirir esta materia prima M&V Taller Creativo destina alrededor de USD 1 500, refiere Herdoíza.

    Los productos de madera mandala se empezaron a producir en el 2018. Las personas pueden pintar estos con lápices de colores o marcadores.
    Los productos de madera mandala se empezaron a producir en el 2018. Las personas pueden pintar estos con lápices de colores o marcadores.

    Mayra Elizalde, jefa de Ventas de Placacentro Masisa Construc Madera, comenta que desde hace cuatro años entregan MDF de tres milímetros de espesor de dos tipos de superficie. Cada semana, en promedio, se venden siete tableros de ambos para M&V Taller Creativo. “Conozco los productos que realizan, me parece que son muy innovadores y entretenidos”.

    La venta del taller se hace de manera directa en la planta ubicada en la esquina de las calles Shuaras y Gonzalo Benítez, en Quito. También se realizan entregas vía courier para locales de manualidades en Guayas, Manabí, Esmeraldas, Tungurahua, Azuay, Loja y otras provincias.

    Otros canales de comercialización son las ferias de emprendedores, los locales de Paco, Juan Marcet y los centros de arte de Pintulac. Y desde agosto del 2019 se venden estas piezas en EE.UU. a través den Amazon.

    En un local que comercializa pintura se ofrece desde hace cinco años, en un área destinada para productos de arte, cajas de madera para té, para regalos o decorativas, apliques con mandalas impresos y portavasos. En promedio, cada mes se realizan pedidos de alrededor de USD 200.

    Silvia Negrete Dávila, representante legal de Rossi Arte y Hobby, menciona que esta compañía adquiere hace más de 10 años en M&V Taller Arte Creativo diferentes figuras de madera y de fomix. En promedio, cada mes realizan pedidos de aproximadamente USD 300 o 400. “Los productos son buenos, novedosos. Incluso, nos entregan piezas personalizadas”.

    Los precios de los productos varían. Por ejemplo, los portavasos cuestas USD 1, las agendas 3,80, el libro de mandalas 5,20. En promedio, cada mes facturan alrededor de USD 6 000. Los meses que tienen mayor demanda son San Valentín, Día de la Madre y Navidad.

    En el corto plazo, Vivar tiene como meta fortalecer la presencia de la línea mándala en el exterior.

    Insignia

    “En este taller aprendo cosas nuevas”

    Mabel Morales, encargada de diseño

    “Me gusta ser parte del equipo de M&V Taller Creativo porque cada día se aprenden cosas nuevas, se elaboran productos súper novedosos y diferentes. Es decir, el trabajo que se realiza aquí no es nada rutinario.

    Llevo ya cinco años en este taller y me encanta cada vez que llega un cliente con un pedido porque tenemos el desafío de producir exactamente aquello que quiere. Debemos ser meticulosos, cuidar cada procedimiento. Luego de diseñar y cortar las piezas se siente mucha satisfacción al ver cómo calzan de manera perfecta cada una. Hay que garantizar que el resultado final sea bueno, porque si algo no cabe, debemos empezar de cero. Una vez que todo está resuelto, se puede seguir con el resto de la producción.

    Además, cuando sacamos algún producto nuevo que me gusta, siempre solicito uno y me lo llevo a mi casa. Tengo unos cuadros de mándala, compuestos de tres piezas, una caja para guardar las bolsas de té, una alcancía, portavasos, creo que tengo un ejemplar de cada producto, porque realmente me encantan”.

    Una vez que se ha realizado el diseño, las piezas de madera se cortan con unas máquinas especiales. En otro equipo se imprimen los motivos. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    Una vez que se ha realizado el diseño, las piezas de madera se cortan con unas máquinas especiales. En otro equipo se imprimen los motivos. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Con metal y madera enfrentaron un bajón

    María Vanessa Silva

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    A mediados del 2015, la industria de la construcción empezó a decaer, sin que hasta ahora logre recuperarse. Esta situación generó afectaciones a las empresas vinculadas con el negocio y las obligó a replantear sus estrategias para salir a flote.

    PerfilamDimaal, una fábrica que brinda soluciones en carpintería metálica, no fue ajena a esa crisis, así que buscó proyectos innovadores, que no necesariamente están relacionados a la construcción, y además reforzó otras áreas con las que ya trabajaba.

    La decisión ha dado buenos frutos. En el 2018 sus ventas anuales bordearon los USD 200 000, pero ahora, en lo que va del 2019, registra una facturación aproximada de USD 400 000.

    La compañía se fundó en el 2013, pero su historia data de mucho tiempo atrás. En ese año se fusionaron las empresas Perfilam y Dimaal. La primera llevaba más de 40 años en el mercado, con una destacada experiencia en la llamada carpintería metálica.

    La segunda, que tenía alrededor de 18 años en el momento de la fusión, era una importadora, distribuidora y comercializadora de materiales de aluminio y productos para la construcción.

    Alejandro Jarrín, con 65 años de edad, es gerente general de PerfilamDimaal. Él cuenta que todo empezó por su padre, Hugo Jarrín, quien en sus últimos días de existencia expresó su deseo de que las dos empresas pertenecientes a la familia se complementasen y marcaran un nuevo rumbo.

    Diego Fernando Jarrín, el hermano mayor de Alejandro, es el otro socio de PerfilamDimaal y ejerce la gerencia de Producción. Él gerenció por muchos años el destino de Perfilam.

    El catálogo de la firma está compuesto por ocho productos estrella, de los cuales se derivan más de 40 variedades distintas.

    Entre ellos se encuentran puertas cortafuego (homologadas por el Cuerpo de Bomberos de Quito y con certificaciones internacionales), marcos metálicos, pasamanos y escaleras metálicas, cubículos de baños, modulares para cocina, clósets, oficinas y más.

    Han sido contratados por destacadas firmas constructoras, sus productos fueron adquiridos para importantes proyectos como la construcción del Hospital del Puyo, la remodelación del Hospital Eugenio Espejo, la construcción del Centro Ekopark y del Centro Bicentenario, entre otros.

    Pero el mayor reto fue afrontar la crisis de la construcción. “Un hito importante fue convertirnos en generadores de soluciones completas”, dice Alejandro.

    Se refiere a las alianzas con otras empresas para dar a sus clientes una gran gama de alternativas, en precio y calidad, en el momento de elegir los elementos de los productos.

    Con esa política fabrican desde componentes metálicos para cubículos de lactancia materna, hasta estructuras que soportan paneles solares. “Personalizamos los diseños, protegemos las ideas de nuestros clientes”.

    Uno de los 12 proveedores de la fábrica es Cesa (Cerraduras Ecuatorianas). Maira Estrada, gerenta de Ventas de la firma, describe que la relación comercial con PerfilamDimaal es sólida. Resalta los altos estándares de calidad que exigen los hermanos Jarrín para sus proyectos.

    La percepción de los clientes también es positiva y destacan la eficiencia de la empresa.

    Santiago Sánchez, de Enerpro, contrata sus productos desde hace varios años. El más reciente contrato, con resultados exitosos, fue la instalación de paneles solares en comunidades de la Amazonía.

    PerfilamDimaal incursionará en el proyecto Freshwater, de origen chileno, que son sistemas de generación de agua a base del viento, pensado para abastecer del líquido a poblaciones desfavorecidas. Implica la participación de entidades públicas y privadas. La idea es importar desde Chile un par de equipos este año, para iniciar con un plan piloto y, desde finales de 2020, fabricar al menos el 60% de los componentes.

    Los datos

    Nómina. Laboran 18 personas, de ellos 12 son operarios y seis son el personal administrativo. Algunos empleados eran parte de las empresas que se fusionaron.

    Instalaciones. La planta de producción está ubicada sobre un terreno de 2 600 metros cuadrados y cuenta con un galpón de 1 800 metros cuadrados.

    Clientes. La cartera de Per­filamDimaal está conformada por alrededor de 80 clientes.

    Patrimonio. La firma empezó a operar hace seis años con un capital de USD 10 000.

    Calidad. Cuenta con la certificación internacional ISO 9001, emitida por Bureau Veritas.

    La planta está ubicada en el Parque Industrial del sur de Quito. En este lugar laboran 12 trabajadores operativos en las cuatro áreas de producción. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    La planta está ubicada en el Parque Industrial del sur de Quito. En este lugar laboran 12 trabajadores operativos en las cuatro áreas de producción. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • La madera reciclada alimenta sus diseños

    Cristina Marquez

    Redactora (I)

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    Los ‘pallets’ que cada semana se desechan en fruterías, mercados y empresas exportadoras se convierten en obras de arte, decoraciones, mesas, sillas, salas, camas y todo tipo de muebles en las manos de Javier Flores.

    Su taller se denomina Ébano, y funciona en el centro de Chunchi, un pequeño cantón situado al sur de Chimborazo. Desde allí se hacen envíos a varios destinos del país, aunque los principales clientes están en Riobamba.

    Los muebles se caracterizan por su simpleza y rusticidad, por lo que son ideales para decorar espacios minimalistas o para lograr un ambiente moderno de estilo ‘industrial chic’, una tendencia moderna de moda en Riobamba.

    El menú de productos incluye opciones para diferentes espacios. Hay mueblería doméstica que incluye camas, veladores, juegos de sala, aparadores y estantes.

    La línea para restaurantes y bares es el producto estrella de la marca. Incluye desde los muebles más básicos para los establecimientos como mesas, sillas y mesones, hasta originales lámparas, accesorios para las paredes, tableros para el menú, basureros, maceteros y una variedad de objetos con diseños únicos.

    “Los muebles son ideales para el concepto del restaurante. Además tienen alta calidad y estilo”, opina Diego Buenaño, un cliente.

    Además del diseño ambiental, otra característica de la marca es la responsabilidad ambiental. Los muebles se tratan con productos orgánicos que no generan impacto ambiental y reducen el uso de pinturas al conservar los tonos naturales de la madera.

    “La idea de usar madera reciclada no sólo tiene que ver con esta tendencia de moda industrial, sino con evitar la tala de maderas exóticas y la tala indiscriminada de árboles. Estamos experimentando diferentes terminados y técnicas para en algún momento reemplazar totalmente los químicos”, explica el emprendedor.

    El negocio surgió en el 2017. En esa época, Javier dejó su natal Chunchi para estudiar la carrera de artes plásticas en la Universidad Nacional de Chimborazo, situada en Riobamba.

    Para cumplir con sus estudios él se mudó a una pequeña habitación estudiantil que estaba desprovista de muebles. “No tenía nada más que mi colchón. Así que decidí usar el poco dinero que tenía para crear mis propios muebles”, cuenta Javier entre risas.

    Él aprendió desde su infancia todo lo relacionado con ese arte. Su papá, Segundo Flores, era un ebanistero experto y el propietario de una mueblería de Chunchi,

    Los muebles que manufacturó para decorar su habitación llamaron la atención de sus amigos y familiares. Ellos se convirtieron en sus primeros clientes y empezaron a hacerle pedidos.

    Javier combinó sus conocimientos de ebanistería con su destreza para las artes plásticas, por lo que sus primeras creaciones, además de los muebles que se caracterizaron la rusticidad complementada con coloridos diseños, también incluían juguetes de madera.

    En el 2018, cuando su padre murió, tuvo que regresar a Chunchi para cuidar de su madre y continuar con el legado de su padre. Javier heredó el taller de carpintería y lo convirtió en un espacio de emprendimiento y aprendizaje.

    Chunchi es un cantón que se hizo famoso a escala mundial por el ato índice de suicidios adolescentes. Javier piensa que en gran medida se debió a la falta de actividades y espacios para los jóvenes, por lo que destinó un sitio del taller para capacitar a otros jóvenes.

    “Ellos experimentan con la madera, les enseñamos cómo hacer juguetes y pequeños accesorios para el hogar. Los chicos pasan aquí tardes enteras y la convivencia con ellos es muy agradable”, cuenta el emprendedor.

    Sus diseños se comercializan a través de un catálogo virtual disponible en el fan page de Facebook: Ebano Taller. Javier ofrece asesoría en diseño y decoración, además diseña los muebles acorde al espacio de cada establecimiento. Todas sus creaciones son personalizadas y no se repiten.

    La meta del emprendimiento es crecer este año y posesionar la marca en otras ciudades.

    Javier Flores, de 25 años, diseña muebles personalizados con madera reciclada y técnicas amigables con el ambiente.
    Javier Flores, de 25 años, diseña muebles personalizados con madera reciclada y técnicas amigables con el ambiente. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Ellos crecieron por su innovación con la madera

    Cristina Márquez. ( I )
    redaccion@revistalideres.ec

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    La historia de grupo Pismade, el negocio familiar de Crisólogo Haro, su esposa Blanca Ramírez y sus hijos Crisólogo, Jean y Diego, se inició como Haro Maderas.

    Hoy este consorcio incluye dos firmas: Pismade e Insermadera; la primera ofrece materiales de construcción como madera, ceras y tinturas, pallets industriales, etc., y la segunda da servicios de reparación y alquiler de pallets.

    “Lo que más nos alegra de nuestro negocio es que podemos trabajar juntos, como familia. Cada uno se especializó en un área diferente del emprendimiento y todos aportamos”, dice Crisólogo padre.

    Él fundó la empresa en 1992, tras un intento fallido en la industria del cuero. Cuando el emprendimiento se inició no tenía conocimientos sobre el trabajo maderero y se desempeñaba como servidor municipal, pero siempre deseó tener un negocio propio.

    “Empezamos a reunir dinero. Obtuvimos un préstamo en una cooperativa, puse todo el dinero que había ahorrado durante mi trayectoria como maestra y mi mamá nos ayudó con el resto. Estábamos decididos a progresar, invertimos un millón de sucres”, dice la esposa, Blanca Rodríguez.

    Pismade se inició como un pequeño aserradero en el parque industrial Riobamba, en el sur de esa urbe. Los dueños empezaron a fabricar pallets, que intermediarios adquirían para revenderlos a exportadores de banano.

    Durante dos años el negocio no trascendió, los intermediarios les ponían el precio a los pallets y no se lograba compensar con los costos de producción. Los ingresos empezaron a mejorar cuando la empresa consiguió un cupo de venta directa a una de las bananeras más grandes del país.

    Sin embargo, la situación volvió a cambiar ese mismo año cuando Crisólogo padre sufrió un accidente grave mientras trabajaba en las maquinarias. Pero, él recuerda la situación con positivismo.

    “Cuando eso ocurrió me di cuenta que no podía trabajar en la maquinaria, así que tomé la mejor decisión de mi vida y me capacité. Aprendí todo sobre el inventario de bosques”, dice el fundador.

    Tras la recuperación, Crisólogo padre empezó a recorrer el país para encontrar los mejores bosques madereros y dejó de depender de los intermediarios que le traían la madera. En poco tiempo se convirtió en un comerciante experto y firmó convenios con varias comunidades propietarias de bosques explotables.

    La empresa volvió a tener un nuevo giro cuando sus tres hijos concluyeron su formación universitaria y se sumaron a la mesa directiva. El primer gran avance se dio cuando decidieron cambiar el único producto de la empresa, los pallets para exportación de frutales, por pallets industriales.

    “Hicimos un análisis de costos y vimos que sólo estábamos viendo el dinero pasar. Cuando empezamos con los pallets industriales tuvimos que comprar nuevas maquinarias, buscar maderas más resistentes y hallar nuevos métodos para fabricarlos”, explica.

    Actualmente, la empresa abastece de pallets a las industrias más grandes del país. Sus clientes están en Quito, Guayaquil, Manta, Santo Domingo y otras ciudades y son empresas que se encuentran vinculadas al sector de alimentos y bebidas, principalmente.

    La empresa fabrica alrededor de 14 000 pallets mensuales y, aunque diversificó la oferta, sigue siendo su producto estrella.

    Diego Haro, el hijo menor, se especializó en ingeniería forestal y la industria de la madera. Él se sumó a la empresa hace cuatro años y trajo desde Chile y Europa ideas innovadoras para la compañía.

    Sus ideas y la adquisición de nuevas tecnologías en Brasil e Italia transformaron la empresa. En el 2010 se incrementó una nueva línea de producción: tableros, molduras, maderas tratadas para exteriores, revestimientos de pared, piso de ingeniería, entre otros materiales de construcción.

    “Fueron varios años de experimentos en el laboratorio para desarrollar estos materiales y garantizar su resistencia. Logramos replicar productos que están de moda en la construcción europea”, explica Diego Haro.

    El piso de ingeniería es uno de los productos más revolucionarios de Pismade. Este material, a diferencia de los pisos tradicionales que requieren todo un tratamiento de lacado , ya vienen listos para su instalación.

    Son más livianos que los pisos tradicionales, más económicos y más ecológicos porque su estructura está compuesta por una delgada capa de madera fina, prensada sobre otros materiales. Este piso tiene mejores cualidades térmicas y es ideal para trabajos de diseño y decoración.

    “Nos gusta mucho trabajar con este producto, es muy diferente a otros que hay en el mercado y hemos logrado acabados hermosos”, dice Pilar Norris, una de las clientes de la firma.

    Los tableros y partes para viviendas son otro producto insignia de la empresa riobambeña.

    Los constructores de la Fundación Hogar de Cristo los utilizan como materia prima para las viviendas sociales que construyen en la ciudad de Guayaquil.

    Ahora la empresa se prepara para exportar al extranjero. “Estamos estudiando el mercado en EE.UU. y nos preparamos para obtener los Isos”, dice Jean.

    Al mismo tiempo, trabajan en la implementación de un nuevo sistema constructivo en madera seca más sustentable. El objetivo de la firma es seguir creciendo y ofreciendo calidad al cliente.

    ‘Los productos marcan la diferencia’

    José Luis Rivera
    Gerente de ventas de Pismade

    Mi objetivo en la empresa es posicionar los productos en el mercado nacional. Eso lo vamos a lograr visitando a nuestros clientes potenciales en sus empresas y negocios para demostrar la buena calidad de los materiales de construcción que producimos.

    Nuestro valor agregado es la calidad y la innovación, tenemos materiales de construcción e insumos para la fabricación de muebles que nuestros competidores no tienen. La durabilidad de nuestros tableros, pisos, pérgolas, revestimientos interiores y otros productos de nuestro menú nos hace diferentes.

    La meta del departamento de ventas es marcar precedentes con una atención personalizada y amable, y mantener vínculos estrechos con nuestros clientes para identificar sus necesidades.
    Con mi trabajo espero colaborar en el desarrollo empresarial y en el cumplimiento de las metas altas que tenemos para el futuro.

    Trabajo en Pismade desde hace cuatro años y espero continuar mi carrera en esta empresa debido a que el clima empresarial es amigable y estable.

    Los propietarios de Pismade muestran algunos de sus productos. Nacieron como un pequeño negocio y ahora el grupo incluye dos empresas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
    Los propietarios de Pismade muestran algunos de sus productos. Nacieron como un pequeño negocio y ahora el grupo incluye dos empresas. Foto: Cristina Márquez / LÍDERES
  • La formación dual incursiona en la madera

    Redacción Cuenca

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    La formación dual amplió su oferta académica en el Ecuador. Hace un mes se inició la carrera tecnológica en procesamiento industrial de la madera, en la capital azuaya.

    Son 19 estudiantes, entre hombres y mujeres, que se capacitarán durante dos años y medio. El estudio está dividido en cinco semestres. Esta carrera forma parte del proyecto Alianza para la Formación Profesional -Formados-, que impulsa el Gobierno alemán y la Asociación de Cámaras de Comercio e Industrias de Alemania.

    Además, cuenta con la cooperación de las cámaras de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca y la Asociación Ecuatoriana de Industriales de la Madera (AIMA).

    Según el director ejecutivo de ese gremio, Cristian Riofrío, la particularidad de esta carrera es que el aprendizaje tiene dos componentes. El primero son las clases teóricas y prácticas que se dictarán en los talleres del Instituto Superior Tecnológico del Azuay.

    El segundo, en cambio, se efectúa en las seis empresas que apadrinan este programa. En estas últimas, los estudiantes contarán con un tutor que guiará su aprendizaje y estará pendiente de las labores que deben cumplir.

    Para enero próximo, dijo Riofrío, se prevé el inicio de la fase práctica en las empresas cuencanas, que se dedican a la elaboración de muebles, principalmente.

    Según él, las necesidades de mano de obra calificada y especializada de las compañías del sector son múltiples, pero en esta ocasión se decidió atender el requerimiento de supervisores.
    Por ello, estos estudiantes saldrán con el título de tecnólogos para laborar como supervisores en las plantas de producción de las firmas. Riofrío prevé que próximamente otras tres empresas del Austro se sumen a esta iniciativa de carácter educativo.

    “Hay un número importante de estudiantes, al ser la primera promoción”, aseguró Riofrío. Cada año se realizarán convocatorias para cubrir la demanda de personal calificado y se tiene previsto ampliar el programa a Quito.

    Según el directivo, los estudiantes tienen la oportunidad de tener una formación teórica, técnica y práctica para conocer la actividad maderera. “En muchos casos el aprendizaje ha sido empírico y sin una estructura, ahora con este programa es diferente”.

    Para Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, el programa implica un trabajo conjunto de los sectores público, privado y la academia.

    Además, destacó la donación de la Cooperación Alemana para equipar el taller del Instituto Superior Tecnológico del Azuay para la formación de los estudiantes. Es una inversión de USD 17 000 en bancos de trabajo, herramientas manuales como taladros, limas, tableros, tornillos, entre otros.

    En Ecuador el programa de formación dual tiene otras carreras, como procesamiento de alimentos, electricidad, mecánica industrial, plásticos, textiles y software. Entre el 2013 y el 2019, el Gobierno alemán invertirá USD 2 millones en la formación dual.

    Manuela de Veintimilla y Stefano Buoncristiani junto a su vitral en el Hotel Mama Cuchara. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Manuela de Veintimilla y Stefano Buoncristiani junto a su vitral en el Hotel Mama Cuchara. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Artesanías de madera destacan en Alangasí

    Valeria Heredia

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    Una familia de artesanos de la parroquia de Alangasí emprendió un negocio de elaboración de cajas de madera. No son cajas comunes, ya que tienen impregnados paisajes ecuatorianos, adornos y logos. Su objetivo es rescatar lo nacional.

    Entre los diseños que se pueden observar en las cajas están la cúpula de la Catedral de Cuenca o los paisajes andinos del Ecuador.

    El emprendimiento se llama Jarrín Arte y Madera y el taller está ubicado en la calle Simón Bolívar, en la parroquia rural de Quito.

    El emprendimiento arrancó hace 20 años cuando Juan Jarrín apostó a la realización de cajas de madera, aunque el negocio se levantó años antes con su padre, quien es carpintero.
    Jarrín ayudaba en la elaboración de muebles para los clientes, sin embargo, eso no le llenaba. Por ello decidió dar un giro a su negocio y hacer cajas para todas las ocasiones: regalos de cumpleaños, bodas y fechas especiales.

    Antes de tomar esta decisión, Jarrín estudiaba en la universidad, pero por falta de dinero tuvo que abandonar su carrera. Se quedó en primer año.

    Esto no fue un impedimento para continuar con su vida y emprender su negocio. Tampoco fue ron un obstáculo sus problemas de audición, que le acompañan desde el año de edad.

    Su taller está dentro de su casa. En este espacio tiene el material que trae desde Guayaquil. Cuenta con las herramientas que le ayudan a dar forma a la madera.

    En este negocio trabaja junto con su hermana Verónica Jarrín, quien es la encargada de realizar las láminas de madera. Para ella, el ‘plus’ de sus cajas es que se trabaja en familia y se realiza una labor artesanal para resaltar lo ecuatoriano o “lo nuestro”. “Queremos exaltar nuestros paisajes andinos y lo intercultural, no solo dentro de Ecuador sino fuera”, dijo ella.

    Este año, asegura la mujer, esperan encontrar nuevas empresas y más clientes para entregar las cajas de madera. “Esperamos que se concrete el negocio con otras compañías, incluso, para exportar las artesanías fuera del país”.

    Para este alangaseño trabajar junto con sus seres queridos es una ventaja porque puede conversar y disfrutar de un tiempo agradable con ellos.

    El proceso de elaboración de las artesanías depende de la forma de la caja. Hay algunas que son rectangulares y demandan menos tiempo. Otras son hexagonales y se requiere más horas, porque implica hacer moldes y cortar.

    El primer paso es sacar el diseño del paisaje. Se corta en una máquina para que el resultado final sea impecable, dice el emprendedor.

    En el taller Jarrín Arte y Madera se elaboran entre 130 y 150 cajas de madera a la semana para empresas con las que trabajan y para personas particulares. Los clientes resaltan este tipo de artesanías.

    El trabajo en este emprendimiento demanda tiempo y trabajo arduo de los siete integrantes que lo conforman.

    Levantar este negocio fue un reto para Jarrín y su familia. Implicó tiempo y dinero. El monto inicial fue de USD 8 000, que incluyó la maquinaria y las herramientas necesarias para hacer las cajas.

    El dinero salió de un negocio adicional que emprendió Juan Jarrín: la elaboración de juguetes de madera, juegos didácticos, marcos para cuadros y otros. Dejó de fabricarlos porque la competencia empezó a crecer y no había espacio para todos.

    Ahora, las ventas de las artesanías alcanzan los USD 3 500 mensuales. Los precios de las cajas son económicos, ya que alcanza un precio de USD 9 en adelante, dependiendo del modelo y la complejidad de las cajas.

    Este año está lleno de retos para Jarrín, ya que entrará con fuerza en la elaboración de cajas con más paisajes ecuatorianos. Sacará diseños con lugares típicos de cada región del Ecuador. “Esta es una de las estrategias que utilizaré para posicionar el negocio”.

    En el tema de ventas también buscará mejorar porque quiere ampliar su portafolio de clientes.
    En Alangasí, Jarrín es conocido como el maestro Juan. Sus amigos más allegados resaltan que es un ejemplo de admiración, de constancia en su trabajo, porque sus inconvenientes auditivos no han sido un impedimento para seguir imaginando, diseñando y construyendo las artesanías de madera, según comenta Henry Quimbiulco, vicepresidente de la Junta Parroquial. “Es un emprendedor que coloca alma, mente, manos, vida y corazón”. Destaca que este tipo de emprendimientos de su parroquia son valorados porque rescatan lo típico de la localidad.

    Juan Jarrín elabora cajas de madera hace 20 años. Ayudaba a su padre en la confección de muebles. Foto: Galo Paguay/LÍDERES
    Juan Jarrín elabora cajas de madera hace 20 años. Ayudaba a su padre en la confección de muebles. Foto: Galo Paguay/LÍDERES
  • El reciclaje trae una nueva ‘madera’

    Valeria Sorgato (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Con 310 000 envases de un litro de leche o jugos, la empresa Ecuaplastic construyó su oficina de 90 metros cuadrados (m²) en un mes.

    En este espacio, las puertas, que parecen de mármol, contienen unos 69 kilos de plástico y aluminio reciclado. Las paredes, los floreros, las mesas, el techo y el piso están hechos de pequeños trozos de polialuminio triturado y compactado, que en vez de arrojarlos a la basura se reciclaron. Incluso muebles, como un sofá de color rojo, son resultado de la reutilización de materiales.

    Ecuaplastic opera en el país desde el 2008 y uno de sus objetivos es reciclar los cartones de la firma suiza TetraPak (empaques de leche, jugos, cereales…)

    Desde el 2013, las dos empresas se aliaron para reducir la huella ecológica de los mencionados productos. Además de Ecuaplastic, TetraPak tiene otros aliados en el país: Cartopel, Surpapel e Incasa, que separan el cartón del polialuminio. El 75% de los envases es cartón y el 25% restante es plástico y aluminio.

    En el 2015, la empresa suiza logró recuperar en Ecuador 836 toneladas de recipientes (cerca de 67 millones de unidades), esto es un 11,9% de todo lo que vendieron ese año. El 88,1% terminó en rellenos y botaderos. Para el 2020 la meta de la compañía es recolectar y reciclar el 40% de los envases consumidos en el país.

    En Ecuaplastic, las máquinas -valoradas en USD 200 000- limpian, secan y trituran el plástico y aluminio que llegan de las empresas que separaron y reciclaron el cartón. A la mezcla se la coloca en una prensa. Con el calor y la presión el material se compacta y se crean tablones de diferentes grosores. A estos se los trabaja como a la madera para crear un sinnúmero de productos.

    La combinación de plástico y aluminio es lo que hace que este material sea térmico, moldeable, resistente a la humedad, liviano, duro, flexible e inmune a los insectos y hongos. Édgar Mora, gerente de Ecuaplastic, cuenta que actualmente el 50% de su producción está destinada a Manabí, por la demanda de casas luego del terremoto del 16 de abril.

    A las características citadas se suma la ventaja económica. El kilo de envases de Tetra Pak cuesta USD 0,10. Por ello, los productos finales son baratos: los tableros para pisos cuestan USD 10 por m², mientras que una cubierta está en USD 16, dice Mora.

    Cada día Ecuaplastic produce 120 cubiertas y procesa 30 toneladas de envases al mes. Pero no son suficientes para cubrir la demanda, por lo que ampliará su planta de producción con una inversión de USD 300 000 para procesar 100 toneladas mensuales.

    Un 20% de los envases son importados de países vecinos, como Colombia o Perú, pues la cantidad que se recupera en Ecuador no es suficiente para procesar 30 toneladas mensuales. “No queremos importar, preferimos reciclar la basura del Ecuador”, alega Mora.

    TetraPak tiene puntos de recolección de envases en centros comerciales, Supermaxi, escuelas, entre otros. Pero un 80% de lo recuperado de la basura ecuatoriana la separan los recicladores en las estaciones de transferencia.

    Durante cinco años, TetraPak ha invertido USD 1 millón en reciclaje, cuenta su gerente en Ecuador, Rodrigo Godoy. La firma compró parte de la maquinaria de sus socios y ha mejorado las condiciones de trabajo de 3 500 gestores ambientales. Según Godoy, el reciclaje, más que un negocio sirve para reducir su huella ecológica.

    LA PLANTA

    Tamaño. En 3 000 m² de terreno y 1 300 m² de área construida.

    Personal. Trabajan 32 personas.

    Tiempo de trabajo. La jornada dura 24 horas y se cumple en tres turnos. Abren el lunes a las 08:00 y cierran el sábado a las 08:00.

    Ventas. Ecuaplastic factura USD 420 000 al año por el reciclaje de envases.

    Ubicación. Está en el sector de La Merced, en el valle de Los Chillos.

    El cartón del polialuminio se divide en las cartoneras. A Ecuaplastic llega solo el polialuminio, donde se lo limpia, seca y tritura. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO
    El cartón del polialuminio se divide en las cartoneras. A Ecuaplastic llega solo el polialuminio, donde se lo limpia, seca y tritura. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO