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  • El cacao de la Amazonía gana mercado

    Gabriel Flores

    Redactor (F)
    Contenido intercultural

    La última edición del Salón del Chocolate, que se celebró en días pasados en Quito, confirmó que el cacao de la Amazonía se ha convertido en una materia prima cotizada y valorada.

    Este espacio también se transformó en una vitrina para que empresas y emprendimientos locales den a conocer el trabajo que hacen con el cacao ecuatoriano y los beneficios económicos y sociales que se obtienen.

    Patricia Nenquihui es la presidente de la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana (Amwae). Por unos días ella dejó su trabajo en la chacra que tiene la asociación en la comunidad de Nemonpare (Pastaza) para atender a los comensales que visitaron la undécima edición del Salón del Chocolate Ecuador, que se celebró en el Quorum del Paseo San Francisco.

    Entre las 30 marcas que formaron parte de los expositores de esta edición estuvo Wao, un chocolate que tiene 70% de cacao del Yasuní. A través de este producto, la Amwae busca generar réditos económicos para las mujeres waorani y sus familias pero también concienciar sobre la importancia del cuidado de la biodiversidad de la Amazonía ecuatoriana.

    Wao nació a partir de la decisión de las mujeres de comunidades wao de las provincias de Pastaza, Napo y Orellana de disminuir la caza ilegal y proteger los bosques del Yasuní. “Las mujeres nos dimos cuenta -dice Nenquihui- que si no hacíamos algo para parar la caza de animales nuestros hijos y nietos no los iban a conocer”.

    Este producto, que beneficia de manera directa a 400 familias a través de una cadena de comercio justo, tiene claro su mercado: El 70% está destinado a la exportación y el 30% restante va para el consumo local que se expende, sobre todo, en supermercados.
    Otra de las asociaciones que apostó por el cacao de la Amazonía para generar recursos económicos y sociales es Kallari, que agrupa a 850 productores, de ellos el 95% son indígenas del Tena (Napo).

    Bladimir Dahua, gerente de la asociación, cuenta que el cacao proviene de la zona de amortiguamiento que está entre las reservas Llanganates y Sumaco. Con este producto han logrado producir 15 recetas de chocolates con sabores que van desde el jengibre y la banana pasando por la hierbaluisa y la piña hasta la hierbabuena y la naranja.

    “Nosotros -explica- trabajamos a través de un sistema de producción en la chacra, un sistema ancestral ambientalmente sostenible. También trabajamos con derivados del cacao como el polvo, la manteca y la cobertura”.

    María Fernanda Andrade fue una de las expositoras de esta edición y ha trabajado con cacao de la Amazonía desde hace varios años. Para ella el cacao de la Amazonía se caracteriza esencialmente por su suavidad, “es un producto muy frutal que tiene notas muy terrosas y de frutos rojos, cosa que no pasa con el cacao de Esmeraldas que tiene notas a nueces o maní, o el de Los Ríos que tiene notas más cítricas”.

    Nenquihui añade que el éxito que ha tenido el chocolate que comercializa la Amwae, desde el 2005, les ha permitido emprender otros proyectos. Uno de ellos es el de artesanías hechas a mano por las mujeres de las comunidades.

    Para elaborar bolsos, hamacas, pulseras, collares y cestas utilizan la chambira; y la chonta como la materia prima para construir cerbatanas, cuchillos y lanzas que las adornan con semillas obtenidas de los árboles de pambil. Objetos que poseen elementos ancestrales propios de su cosmovisión.

    Entre los reconocimientos que ha recibido esta asociación está el primer puesto del Premio Ecuatorial 2014 impulsado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo a escala mundial.

    En el 2015 fueron los ganadores del primer premio en la categoría de Biodiversidad en el marco del Premio Latinoamérica Verde, plataforma que reúne y visibiliza las mejores iniciativas sociales y ambientales que se generan en América Latina.

    La exhibición de chocolates ecuatorianos se cumplió en el Quorum del Paseo San Francisco.
    La exhibición de chocolates ecuatorianos se cumplió en el Quorum del Paseo San Francisco. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Las seis claves para tener el semáforo nutricional

    Nisse Molina, AEI
    para LÍDERES (I)

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    Ya son cinco años desde que los consumidores pueden conocer de manera más detallada los componentes de los alimentos procesados que están a la venta en el mercado nacional.

    El nivel de azúcar, grasa y sal se constata en el denominado semáforo nutricional, política pública en la que Ecuador es pionero en la región, como destacó en su momento la Organización Panamericana de la Salud.

    Uno de los objetivos es informar a la ciudadanía sobre los componentes de los alimentos que consume. Esto, debido a que de cada dos personas, una tiene sobrepeso u obesidad, lo que puede derivar en enfermedades del corazón, diabetes e hipertensión, según el Ministerio de Salud ecuatoriano.

    Para los productores, esto conllevó un reto, explica Santiago Sánchez, encargado del área de Certificaciones de Alimentos de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa). Por eso se adaptaron las recetas para que la comida procesada sea más saludable, como lo demanda el consumidor.

    ¿Cómo cumplir con la normativa y contar con el semáforo en la etiqueta de su producto? Ahora se lo detallamos:

    Notificación sanitaria

    La base es obtener la notificación sanitaria a cargo de la Arcsa. Se debe contar con la descripción de código de lote, el diseño de la etiqueta, los detalles químicos y físicos del material de envase, la descripción del proceso de elaboración del producto, las especificaciones físico-químicas y microbiológicas, así como la justificación de estudio de estabilidad del alimento procesado.

    Estos requerimientos van de la mano con un formulario de solicitud para la inscripción de notificación sanitaria, por medio de la Ventanilla Única Ecuatoriana.

    Las bases del semáforo

    El contenido de componentes y concentraciones permitidas en cuanto a grasas, azúcares y sodio se detalla en el reglamento Rotulado de productos alimenticios procesados, envasados y empaquetados, el cual establece que se deben medir las concentraciones baja, media o alta en gramos y/o mililitros. Por ejemplo, un alimento de concentración baja en grasas tiene un índice menor o igual a 3 gramos por cada 100 gramos; los de concentración alta poseen este nivel igual o mayor a 20 gramos por cada 100 gramos.

    Medición de componentes

    La Arcsa ofrece a los fabricantes de comestibles procesados una calculadora de etiquetado de alimentos. Esta herramienta solicita datos del producto como su estado (sólido o líquido), su contenido de grasa total, ácidos grasos, azúcares, sodio. Luego de colocar estos datos, la calculadora le informará la información que debe constar en la etiqueta.

    Sistema gráfico

    Los empaques de los alimentos procesados deben contar con el sistema gráfico de barras de colores verde, amarillo y rojo, según la concentración de sus componentes. El primero es utilizado cuando el ingrediente es bajo, el segundo cuando es medio y el tercero cuando es alto. Este gráfico debe estar ubicado en el extremo superior izquierdo del panel principal o secundario del envase, tal como señala la normativa.

    Etiquetado

    Es un derecho del consumidor el conocer de manera clara y completa los detalles del producto procesado que va servirse. Por ello, la etiqueta debe contar con el nombre del alimento, su marca, contenido neto, ingredientes, declaración de alergénicos, modo de conservación, fechas de elaboración y caducidad, código de lote, precio de venta al público, sistema gráfico, notificación sanitaria, ciudad o país de origen, fabricante e información nutricional.

    El proceso

    Uno de los requisitos para obtener la notificación sanitaria es contar con la etiqueta. De cumplir con esta solicitud, se cancela o no se procede a entregar la notificación. La duración de este trámite también depende de la clasificación de riesgo del producto, en el caso de los de riesgo bajo y medio el proceso estaría listo en 15 días, mientras que los de riesgo alto tendrían la notificación en un máximo de 30 a 40 días.

    El semáforo nutricional se aplica en Ecuador desde hace cinco años. Es información útil para el consumidor.
    El semáforo nutricional se aplica en Ecuador desde hace cinco años. Es información útil para el consumidor. Foto: LÍDERES
  • Conocer el mercado y guiar a las marcas, su pasión

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    Las circunstancias no definen a una persona. Lauren Kressler, gerente General de Focus Research & Strategy, es un ejemplo.

    Nació en Boston, Estados Unidos, y a los cuatro años vino a Ecuador con su madre y hermana. A su padre, estadounidense, lo vio solo un par de veces más, hasta que falleció. Con su madre, una artista plástica que atravesó por diversos problemas personales, la relación fue inestable.

    Su abuelo materno, de origen búlgaro, invirtió en la industria textil y del cacao en Ecuador, lo que les permitió vivir de manera ostentosa por muchos años. Una vez que el abuelo murió, las fábricas se vendieron y vivieron de la herencia. Pero el feriado bancario pulverizó lo que quedaba.

    Lauren y su hermana estudiaron en el colegio Alberto Einstein, en Quito, gracias a una beca, lo que les exigía mantener un alto nivel académico. Afortunadamente, lo que más disfrutaba era estudiar.

    La crítica situación económica de la familia le obligó a trabajar desde muy joven. El primer trabajo que recuerda fue repartiendo volantes, promocionando unos talleres de cocina que dictaba su madre. No tenía más de 11 años.

    En el primer año de secundaria vendió bisutería. Con 13 años trabajaba en atención al cliente en una carnicería, los fines de semana. Trabajó en una discoteca, fue ‘bartender’ en una feria ganadera, entre otros oficios más. La buena estatura le ayudaba a parecer más grande. Es una rubia, de ojos claros, de 1,70 metros.

    Gracias a que ganó un concurso de física en el colegio ingresó con beca a la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) para estudiar ingeniería civil, a pesar de que su sueño era cursar arquitectura.

    Tras un desencanto de la carrera, buscó otras opciones en la Universidad de las Américas, que le ofreció una media beca para estudiar psicología, con convalidaciones porque había cursado una mención en psicología en la USFQ. Durante el primer año, su mamá le ayudó a cubrir el costo de la carrera. Luego se lo costeó ella trabajando. Fue la primera con título universitario en su familia.

    El complejo entorno familiar y lo temprano que empezó a trabajar le dejaron varias enseñanzas: “A generar ingresos para mi familia y no depender de nadie; que los momentos malos pasan, pero los buenos también. Me ha ayudado a tener perspectiva y a valorar las cosas no materiales”.

    A los 18 años se fue de casa y desde entonces comenzó a sostenerse por su cuenta. Aún estando en la universidad ingresó a Habitus Investigación como transcriptora de grupos focales. Fue una época en la que prácticamente no dormía porque le pagaban por transcripción y necesitaba el dinero.

    “Lauren ha demostrado el valor del esfuerzo y la dedicación para cumplir sus metas. Es un gran ejemplo de mujer competitiva y líder”, comenta su amiga desde hace más de 15 años, Valeria Dueñas.

    Habitus fue su primer encuentro con lo que sería su vida en adelante. Una vez graduada, ingresó formalmente en la empresa, donde pasó por distintos cargos a lo largo de ocho años, llegando hasta la Gerencia Cuantitativa. “Fue una escuela. Ahí aprendí gran parte de lo que hago”.

    Luego trabajó como Gerente de Inteligencia de Mercados en la Corporación Ekos, una experiencia de un año que le enseñó sobre gestión empresarial.

    A mediados de 2013, retornó a una investigadora de mercado. Esta vez a Ipsos, donde asumió la Gerencia Cualitativa. Fue un cambio importante porque se trataba de una multinacional. La contraparte es que no podía conocer todo el proceso de investigación.

    Focus Research & Strategy era apenas una idea de negocio cuando la contactaron para formar parte del equipo, en 2014. Tras varias negativas, decidió arriesgarse y aceptar la Gerencia Cualitativa. En junio del pasado año asumió la Gerencia General de la firma.

    Focus no solo ofrece sus estudios a distintas marcas, grandes o pequeñas, además imparte talleres para emprendedores y ‘start ups’ sobre la situación del mercado ecuatoriano.

    En una ocasión también estuvo de ese otro lado, como emprendedora. Entre 2010 y 2012, tuvo un negocio de artículos ‘geek’, junto a su esposo. Pero no prosperó.

    Ibeth Paucar, productora en medios públicos, y Belén Jaramillo, gerente de Loop Group, destacan sus conocimientos sobre el mercado y sus habilidades para compartirlo. “Entiende que mientras más gente aprende más sostenible es una sociedad”, dice Paucar.

    Lauren es madre de una niña de siete años, quien heredó el talento de la abuela. Le encanta dibujar monstruos, que además vende en lienzos, con la ayuda de sus padres, para donar dinero a fundaciones para niños.

    CV
    Licenciada en Psicología por la Universidad de las Américas.

    Gerente de Estudios Cuantitativos y otros cargos previos en Habitus Investigación.

    Gerente de Inteligencia de Mercados en Corporación Ekos.

    Gerente Cualitativa en Ipsos Consultor.

    Gerente general de Focus Research & Strategy. Antes, Gerente Cualitativa.

    Lauren Kressler es experta en investigación del consumidor. Desde la firma que lidera, Focus Research & Strategy, brinda asesoría a los emprendedores.
    Lauren Kressler es experta en investigación del consumidor. Desde la firma que lidera, Focus Research & Strategy, brinda asesoría a los emprendedores.
  • Su oferta se vende en el mercado europeo

    Redacción quito  (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Encontrar productos elaborados que sean sanos y nutritivos para su hijo fue una tarea difícil y, a la vez, una oportunidad para Katherine Guerrón, propietaria de Industria Alimenticia Mikhuna.

    Este emprendimiento nació hace cuatro años. Guerrón decidió crear una empresa que oferte productos saludables. Inicialmente la idea surgió con un enfoque hacia los niños, pero los productos están hechos para que los adultos también los puedan disfrutar.

    La inversión inicial para arrancar con este negocio fue de USD 30 000. “Los recursos se invirtieron en la creación de la marca, diseño de empaques, promoción y otros”, afirma la emprende­dora. A lo largo del funcionamiento de la firma se han realizado otras inversiones para garantizar su expansión.

    La marca comercial es Kinuwa Ancestral Foods. Bajo esta se ofrecen productos hechos con quinua, como barras energéticas, ‘snacks’, cereales, quinotos, premezclas, entre otros. También se comercializa quinua al granel (convencional y orgánica).

    “Quise trabajar en un producto de calidad que refleje que tiene componente ecuatoriano”, dice.

    Por ello, Mikhuna trabaja con agricultores de las provincias de Chimborazo y Cotopaxi.

    Con ellos, la empresa prevé realizar proyectos de responsabilidad social, a través de capacitaciones de economía familiar y comunitaria.

    Por otra parte, maquila con dos compañías nacionales especializadas. “Tienen experiencia, certificaciones y nos aportan mucho para la empresa”, dice Guerrón. Por ahora, la firma no se encargará de la producción.

    Kinuwa se comercializó inicialmente en Ecuador. Hoy tiene presencia en otros países de la región, como Chile.

    Además, la compañía exporta quinua al granel a países entre los que se encuentra Holanda.

    Entre las metas de venta está incursionar en los mercados italiano y alemán, este año.

    La expansión del negocio a mercados internacionales es un aspecto que destaca Carolina Jine, jefa de Exportaciones de Panatlantic. Esta compañía asesora desde hace un año a la firma Mikhuna, en cuanto a procesos de logística internacional.

    La asesora comercial recuerda que los primeros envíos de la marca fueron pequeños y, poco a poco, crecieron. “El último envío fue un contenedor completo a Rumania”, explica Jine.

    La cooperación entre ambas compañías ha sido satisfactoria, gracias al compromiso.

    La responsabilidad con el medioambiente también es parte de los lineamientos corporativos.

    Por ejemplo, los empaques están hechos a base de bagazo de caña de azúcar e impresiones con tinta ecológica.

    El crecimiento exponencial de la firma se refleja también en la facturación. El año pasado cerró con USD 90 000. En lo que va del año, ya casi se iguala el monto total del 2018.

    “Cerramos contratos grandes de exportación. Me ha ido bien gracias al apoyo de Pro Ecuador y a la participación de nuestra empresa en ferias internacionales y ruedas de negocios”, comenta Guerrón.

    Actualmente, la empresaria se encuentra residiendo en Europa, donde está trabajando en negociaciones para abrir una oficina y una bodega en ese continente. Allí espera ganar mercado con la promoción de las bondades de la quinua ecuatoriana.

    Entre los planes de la empresa para ampliar su línea de artículos está usar otros ‘superalimentos’ que se producen en el país.

    Además, este año Mikhuna tiene previsto lanzar la línea de productos alimenticios para bebés de entre 6 meses y 2 años.

    Katherine Guerrón vive, actualmente, en Milán (Italia), donde concreta nuevos negocios para la expansión  de su marca en Europa. Foto: Cortesía: Industria Alimenticia Mikhuna
    Katherine Guerrón vive, actualmente, en Milán (Italia), donde concreta nuevos negocios para la expansión de su marca en Europa. Foto: Cortesía: Industria Alimenticia Mikhuna
  • La banca digital suma usuarios en el mercado ecuatoriano

    Evelyn Tapia

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    El mundo está viviendo el nacimiento de la cuarta revolución industrial.

    El término, acuñado por Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, hace referencia al inicio de una era en la que las nuevas tecnologías como el internet de las cosas, la nube, la inteligencia artificial, el big data y el blockchain impactan en todo tipo de disciplinas.

    Una de las disciplinas en la que esta revolución está teniendo una mayor participación es la de los servicios financieros que hoy en día se conocen como banca digital. Un ejemplo está en la inteligencia artificial y los chatbots que utilizan cada vez con más frecuencia los bancos.

    En Ecuador, de acuerdo con datos del Banco Central (BCE), el crecimiento de medios electrónicos en la banca ha sido de 21% en los últimos cinco años.

    Solo en el 2018 en Ecuador se realizaron 218,1 millones de transacciones digitales, frente a las 193, 3 millones del 2017. Es decir, el uso de la banca virtual en el país creció un 13% en ese período.

    Según el BCE, el canal electrónico más usado por los ecuatorianos es de los pagos interbancarios. De las 218,1 millones de transacciones mediante banca virtual que se hicieron el año pasado, 68 millones fueron transferencias de dinero mediante la banca en línea.

    Angelo Caputi, presidente del Banco Guayaquil, informó en Twitter que en el 2018, el 57% de los clientes del banco realizaron sus transacciones desde la banca virtual y la aplicación móvil.

    En Banco Pichincha también hay digitalización de sus productos y servicios. En esta entidad el 33% del total de las transacciones que se cumplen hoy en día se realizan a través de la banca móvil.

    Pero la banca en el país va más allá de las transferencias online en lo referente a tecnología. Ahora invierte en departamentos dedicados por completo a la innovación, explica Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados (Asobanca).

    Él señala que al menos siete bancos en el país tienen laboratorios o agendas de innovación que no existían hace dos años. Menciona entre ellos a Diners, Banco Pichincha, Solidario, Banco Guayaquil, Bolivariano, Produbanco y Banco del Pacífico.

    Según Prado, una limitante en el desarrollo de herramientas digitales nuevas es el marco regulatorio ecuatoriano, en el que todavía no se aprueban normas que permitan potenciar, por ejemplo, el uso de la firma electrónica.

    “En otros países los terrenos de juego regulatorios permiten al banco probar su producto digital nuevo en un entorno donde las reglas no aplican para ese producto temporalmente. Es un ambiente controlado”.

    Para Ignacio Maldonado, Vicepresidente Ejecutivo de Negocios de Banco Pichincha, la penetración de productos digitales en el país aún es baja en comparación con otros países de la región. Señala que esto representa una oportunidad, pero para eso se requiere un liderazgo consciente.

    En Iberoamérica, la encuesta 2019, que realiza la firma de software Latinia entre 17 entidades financieras de Latinoamérica y España, revela que las billeteras móviles -que permiten llevar la información de las tarjetas en el celular- y el uso de códigos QR, son las dos principales áreas estratégicas y de inversión en las instituciones financieras.

    “La banca móvil que hace dos años se ubicaba como una de las prioridades de inversión, hoy ha pasado a un lugar menos protagónico, dando cabida a nuevos formatos de medios de pago”, afirma en un comunicado Oriol Ros, director de marketing de Latinia.

    Las ‘start ups’ son socios claves
    Redacción Quito  (I)

    Abrir una cuenta bancaria solo con la foto del documento de identidad de una persona. Utilizar inteligencia artificial para optimizar las inversiones o para validar información. Adquirir ‘start ups’ o ‘fintechs’. Desarrollar alianzas con cadenas comerciales para poder realizar pagos o retiros de dinero en efectivo.

    Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank Latam, habló en Quito sobre los nuevos modelos bancarios. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank Latam, habló en Quito sobre los nuevos modelos bancarios. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

    Estas y otras acciones ya se están implementando en la banca de América Latina y el planeta hoy en día. “Las tendencias muestran que los clientes cambiaron sus expectativas: quieren un producto en cualquier lugar y a la hora que desee. El cliente es más demandante, ya no es tan leal como antes”. Así lo asegura Álex Pacheco, gerente de Temenos Group para América Latina, una firma especializada en software bancario.

    Pacheco participó en el Digital Bank Quito la semana pasada. Allí ratificó que los bancos enfrentan una presión regulatoria cada vez más fuerte, así como nuevos competidores. “Las condiciones del mercado son más difíciles. En ese sentido se necesita una propuesta de valor importante”.

    Para enfrentar estos retos, el vocero de Temenos Group sugiere pensar en la banca abierta. Esto implica que las entidades financieras pasen a ser el centro de un ecosistema de productos y servicios usando inteligencia artificial, ‘blockchain’, aplicaciones móviles, etc.

    Para Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank Latam, la clave está en el talento humano de las entidades bancarias y el uso que le dé a las nuevas tecnologías. “La transformación digital es un desafío, un cambio cultural. Hay que convertir a los empleados y a los ejecutivos de los bancos en trabajadores 4.0. Y los que se capacitan tienen que enseñar a los demás. La transformación digital es un proceso de la organización completa”.

    Heredia añade que esta transformación es un proceso continuo. Es importante -dice- que los altos directivos de un banco hablen con emprendedores, que se enteren de lo que hacen y que entiendan los proyectos. “Los emprendedores son el futuro y necesitan la oportunidad. La banca tiene la experiencia y los emprendedores cuentan con las ideas para solucionar problemas de nicho”, señaló durante su intervención en el Digital Bank Quito.

    Otra opinión la tiene Julio José Prado, director ejecutivo de Asobanca. Él reconoce que años atrás la banca sí tuvo recelo de las ‘start ups’. “No sabían la capacidad ni lo que querían las ‘fintechs”.

    El vocero de las instituciones financieras reconoce que la situación ha mejorado con el tiempo y comenta que se han levantado capacidades para que las ‘fintech’ entiendan mejor el negocio bancario y puedan elevar su nivel. “Los bancos, por su parte, saben que las ‘start ups’ son sus aliadas y que tienen tecnología que no todo banco puede desarrollar”.

    Los consultados no creen que los bancos vayan a desaparecer, pero sí tendrán que cambiar sus modelos para ser atractivos para las nuevas generaciones.

    En Ecuador, de acuerdo con datos del Banco Central (BCE), el crecimiento de medios electrónicos en la banca ha sido de 21% en los últimos cinco años. En el país, siete bancos han invertido en laboratorios de innovación para desarrollar herramientas digita
    En Ecuador, de acuerdo con datos del Banco Central (BCE), el crecimiento de medios electrónicos en la banca ha sido de 21% en los últimos cinco años. En el país, siete bancos han invertido en laboratorios de innovación para desarrollar herramientas digitales. Foto: Ingimage
  • Las ciudades más caras para vivir

    Redacción Líderes

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    Las ciudades más costosas para vivir durante el 2019 fueron reveladas en la 15° Encuesta Anual de Demografía Internacional y Asequibilidad de Vivienda, realizada por la consultora Wendell Cox.

    Vancouver, Canadá
    Vancouver, Canadá. Foto: Pixabay

    El estudio analizó 309 mercados de vivienda (y 91 mercados principales con poblaciones de más de un millón) en ocho países: Australia, Canadá, Hong Kong, Irlanda, Nueva Zelanda, Singapur, Reino Unido y EE.UU.

    Melbourne, Australia
    Melbourne, Australia. Foto: Pixabay

    El estudio examinó datos del tercer trimestre de 2018 y dividió el precio medio de la vivienda por el ingreso medio de los hogares. El resultado muestra que los mercados de viviendas “más inasequibles” se encuentran en Australia, Norteamérica y Asia.

    Auckland, Nueva Zelanda
    Auckland, Nueva Zelanda. Foto: Pixabay

    Hong Kong, una región administrativa especial en el este de China, ocupa el primer lugar. Le sigue Vancouver, una concurrida ciudad portuaria en el Pacífico Sur de Canadá. El tercer puesto lo ocupa Sydney, la ciudad más grande y poblada de Australia.

    Sydney, Australia
    Sydney, Australia. Foto: Pixabay

    Melbourne, Australia, y Santa Cruz, California, ocupan el cuarto y el quinto lugar. Las ciudades californianas San José, Los Ángeles y San Francisco también están en la lista. La completan Tauranga, Nueva Zelanda, y Auckland, Nueva Zelanda.

    Los Ángeles, EE.UU.
    Los Ángeles, EE.UU. Foto: Pixabay
    San Francisco, EE.UU.
    San Francisco, EE.UU. Foto: Pixabay
    Hong Kong, China. Foto: Pixabay
    Hong Kong, China. Foto: Pixabay
  • Algoritmos para gestionar personas

    Cristina Simón (I)
    Profesora del IE Business School

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    Los algoritmos están de moda. Los podemos definir como un programa informático que permite hacer predicciones aplicando un conjunto de leyes de probabilidad a una gran base de datos. Están presentes en nuestra vida cotidiana, como cuando seguimos la ruta de tráfico sugerida por Google Maps, escuchamos música de Spotify o salimos de compras por Amazon, y muchas veces nos parece que nos conocen mejor que nosotros mismos.

    La tecnología, con su poder de fascinación, nos genera la ilusión de que un sistema informático puede tomar decisiones más eficientemente que un humano.

    Tengo mis dudas de que esto llegue a ser así algún día, pero desde luego no ocurrirá en un futuro inmediato. Por tanto, debemos evitar la tentación de lanzarnos a incorporar algoritmos a nuestros procesos de gestión, dado que ya hay un mercado desarrollado para diferentes áreas empresariales y por lo tanto es fácil caer en ella.

    Esto puede ser especialmente peligroso en el mundo de la gestión de personas, puesto que las consecuencias de una decisión sesgada o simplemente de mala calidad pueden ser de gran relevancia para terceros implicados.

    Los algoritmos ya se usan en la selección o en el seguimiento del rendimiento de algunos trabajos, como los ‘call centers’.

    También estiman qué trabajadores son los más propensos a dejar la compañía, o cuáles son los mejores candidatos a puestos de promoción.

    Los partidarios de esta tecnología señalan los sesgos que tienen habitualmente los mánagers a la hora de evaluar a otras personas, ya sean candidatos en un proceso de selección o miembros de sus equipos que optan a un variable por desempeño.

    Efectivamente, los humanos estamos muy sesgados por nuestra personalidad, experiencias vividas o presiones sociales. Ahora bien, no debemos pensar que la tecnología es completamente objetiva. Al fin y al cabo, el algoritmo está programado por un humano; trabaja sobre las reglas y la información de que dispone, que nunca es lo suficientemente completa como para tener en cuenta todas las alternativas posibles.

    Y como, lamentablemente, podemos comprobar cuando nos conectamos a una red social o a un sitio web, pueden estar programados con intenciones claras. No son inocentes ni neutrales.

    Ya se han reportado casos de decisiones tomadas por algoritmos que favorecían a determinados grupos sociales sobre otros; hace poco se publicaba el caso de uno que evaluaba peor el rendimiento en un ‘call center’ de empleados con acento (aunque nativos en el idioma) porque el sistema cometía más errores de comprensión de sus conversaciones.

    Aun en el caso de que contásemos con algoritmos que superasen en objetividad a los mánagers, hay un punto fundamental que inclina definitivamente la balanza hacia el humano: la empatía.

    Un algoritmo no considera que alguien tenga un familiar en un hospital y eso haga que su rendimiento baje durante unos días, o que el comportamiento de dos miembros del equipo se explique por un conflicto entre ellos.

    De todas formas, dado que la implantación de esta tecnología parece imparable, y que por otra parte los algoritmos incorporan elementos de análisis que pueden ser muy útiles, por el momento conviene ir a un maridaje humano-máquina en el que la persona se nutra de un análisis previo para tomar sus decisiones.

    Existe un punto fundamental que inclina definitivamente la balanza hacia el humano: la empatía
    Imagen referencial. Existe un punto fundamental que inclina definitivamente la balanza hacia el humano: la empatía. Foto: Pixabay
  • Esta piña suma clientes del exterior

    Bolívar Velasco

    Redactor (I)

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    La agroexportadora Frugalp nació con la visión de expandirse más allá del territorio ecuatoriano cuando empezó sus operaciones en el 2004.

    Con la producción de piñas en marcha, esta firma trazó sus planes de crecimiento con miras a conquistar los mercados de Europa, Estados Unidos, el Cono Sur y otros continentes.

    La idea se cocinaba a partir de las experiencias que ya habían tenido otras empresas de la región, que poco a poco llegaban con más frutas a esos destinos donde la piña ecuatoriana es muy apetecida. Los primeros envíos que Frugalp hizo al exterior fueron bajo la ayuda de otras compañías exportadoras.

    Pero en el 2009 la marca decidió asumir el reto de exportar directamente luego de haberse dotado de más herramientas, personal, territorio y capacidad de producción.

    Ese año ya había superado los retos del inicio cuando la producción llegaba a una tonelada por mes en un predio ubicado en el kilómetro 19 de la vía Santo Domingo- La Concordia. Ahora Frugalp produce 440 000 piñas semanales en su planta en el kilómetro 25 en la vía Colorados del Búa.

    De esa producción, 290 000 frutas salen por el momento a los mercados de la Unión Europea y al Cono Sur en 20 contenedores que se envían por el puerto de Guayaquil. Las 150 000 frutas restantes se despachan para el mercado nacional, principalmente para los centros de abastos mayoristas de Quito, Ambato y Guayaquil. Además se colocan las unidades en las perchas de Supermaxi.

    En las plantaciones de esta empresa se cuenta con un personal técnico que realiza un cuidado minucioso y de control de calidad. La empresa tiene en la actualidad 350 hectáreas productivas.

    Galo Pérez, gerente General de Frugalp, cuenta que el colocar el 70% de la producción en el exterior significa un trabajo de mucho esfuerzo y de perseverancia. Pero también de un mejoramiento continuo de la calidad con miras a establecer una diferencia con otros productos.

    Así, por ejemplo, en esta firma cuidan desde la estética hasta el sabor de cada unidad. Pérez dice que ponen especial énfasis en la relación entre la acidez, el dulce y la consistencia del producto. Además, en la corona de la piña que debe guardar simetría con el cuerpo de la fruta.

    Frugalp trabaja con el tipo MD2 que es ideal para las exportaciones ecuatorianas. Una de las modalidades logísticas que Frugalp experimenta para ser más eficiente en las colocaciones en el exterior es la de los envíos por la vía aérea. Empezaron hace un año con los clientes de España que desean tener en el menor tiempo posible la producción en sus establecimientos. Eso supone un ahorro de 18 días en los traslados a esos destinos, pues el producto enviado por buques se tarda hasta 21 días en arribar a ese país y llegar a los supermercados.

    Por ahora, Frugalp envía hasta 3 000 frutas semanales a través de esta alternativa que se mantiene como una línea de negocios exclusiva.

    En todas las operaciones labora un total de 338 trabajadores. Una de las estrategias que mantienen al alza la producción son los acuerdos con exportadoras que colocan la piña producida por esta empresa pero bajo su propio sello exportador. Las oportunidades en el mercado externo se van abriendo para Frugal gracias a las certificaciones internacionales que son referentes de los compromisos que adquieren como empresa.

    Entre las marcas que certifican a Frugal están Global Gap, Buenas Prácticas Agrícolas de Agrocalidad, Rainforest, BASC, entre otras.

    La empresa también ha encontrado oportunidades de desarrollo y expansión por su participación en las ruedas de negocios que organizan los diferentes ministerios.

    La firma trata de aprovechar al máximo esos espacios porque les permite abrir el portafolio de ofertas a empresarios de países a donde aspiran a llegar en su objetivo de seguir creciendo. Entre esos están empresarios de China, Rusia, Canadá, Estados Unidos y Ucrania.

    Según el gerente, Galo Pérez, el mercado de la piña tiene un futuro prometedor y desde Santo Domingo tratan de que el producto sea cada vez más atractivo.

    En la provincia tsáchila actualmente existen 5 000 hectáreas de piña en estado de producción. Este fruto se produce y se cosecha entre 13 y 14 meses. La actividad genera empleos directos para 4 000 personas, según estadísticas de la Asociación de Cultivadores de Piña con sede en Santo Domingo.

    La piña de calidad MD2 es la que produce esta firma santodomingüeña en sus instalaciones. El fruto es ideal para las exportaciones ecuatorianas
    La piña de calidad MD2 es la que produce esta firma santodomingüeña en sus instalaciones. El fruto es ideal para las exportaciones ecuatorianas. Foto: Juan Carlos Pérez para Líderes
  • Mipymes generan el 20% de los ingresos del tejido empresarial

    Evelyn Tapia

    Redactora (I)

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    Nueve de cada diez empresas en el Ecuador están en el segmento de las mipymes (micro, pequeñas y medianas empresas); es decir, tienen ingresos anuales brutos que no sobrepasan los USD 5 millones y emplean a menos de 200 personas.

    Aunque las empresas pequeñas son las más numerosas, su participación en el flujo de dinero que se mueve en el tejido empresarial ecuatoriano se ha mantenido estancado en los últimos cinco años.

    En 2013, de cada USD 100 de ingresos por ventas de bienes y servicios en el Ecuador, USD 20 los aportaron las mipymes, mientras que en el 2017 el aporte subió a USD 21, según el informe ‘Panorama de las mipymes y grandes empresas del Ecuador 2013-2017’ que presentó en septiembre pasado la Superintendencia de Compañías.

    De ahí que el Gobierno ha intentado impulsar el crecimiento de este sector durante su gestión.
    En diciembre del año pasado entró en vigencia la Ley de Reactivación Económica, que dispone la exoneración del impuesto a la renta durante tres años a las nuevas microempresas.

    En agosto, la Ley de Fomento Productivo, que entre otros incentivos propuso dar prioridad en la contratación pública a las mipymes y que se exonere por 20 años del impuesto a la renta a las mipymes del sector turístico.

    Ese mes, en el Plan Prosperidad, el Gobierno presentó un programa de reactivación mediante crédito para este sector, por USD 235 millones.

    Para Pablo Arosemena, presi­dente de la Federación de Cámaras de Comercio, la Ley de Fomento no es suficiente mientras el Gobierno no realice reformas a las modalidades contractuales, que hacen que el mercado laboral del país sea rígido.

    Francisco García, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria del Guayas, coincide con Arosemena. Añade que los incentivos para el sector son necesarios, pero critica que estos todavía no son bien conocidos y entendidos.

    Otro de los problemas que limita el crecimiento del sector es la tramitología, añade García.
    “Hay muchos requisitos de varias entidades y aunque hay entidades que sí se han modernizado, aún hay instancias que no están digitalizadas, como por ejemplo ciertos municipios. El emprendedor termina gastando tiempo y dinero que podría invertir en innovar y producir más”.

    Segundo Camino, director nacional de Investigación y Estudios de la Superintendencia de Compañías, que estuvo a cargo del estudio, destaca que pese a que la participación de las mipymes no ha despuntado, en el análisis se encontró que en época de crisis, este tipo de empresas respondió mejor que las más grandes.

    En el 2016, cuando la economía atravesó una recesión por la caída de los precios del petróleo y el PIB decreció un 1,5%, las grandes empresas tuvieron un decrecimiento de sus ventas del 8,6% respecto del 2015, mientras las mipymes registraron decrecimiento de un 4,8% en el mismo período.

    Según Camino, una hipótesis que explica este comportamiento es que la apreciación del dólar en el 2016 afectó principalmente a las empresas que más importan y exportan: las firmas más grandes.

    “Las mipymes se concentran en el mercado local, viéndose menos afectadas. Más bien este tipo de empresas pudieron verse afectadas por ‘shocksinternos como restricción de crédito, productividad de sus trabajadores, ambiente de negocios, entre otros”, indica.

    Tras la crisis del 2016, el panorama que enfrentan las mipymes se avizora complejo. Los ingresos por ventas registrados en el 2017 cayeron USD 635 millones por debajo de las ventas del 2016.

    Para García, esto refleja la merma de inversión pública que deriva en una caída de la contratación pública y atrasos en los pagos por parte del Estado.

    El sector generó el 49% de empleo

    La participación de las mipymes en la generación de empleo ganó espacio en los últimos cinco años, de acuerdo con el informe ‘Panorama de las Mipymes y las grandes empresas del Ecuador 2013-2017’, realizado por la Superintendencia de Compañías.

    El documento detalla que las micro, pequeñas y medianas empresas generaron el 46% del empleo en el 2013; mientras que el año pasado fueron responsables del 49% de las plazas de empleo.

    Este análisis señala además que el sector con mayor peso en el pastel del empleo es el del comercio, que representa el 19% del empleo generado por las Mipymes. Le siguen el sector agrícola y el de servicios administrativos, con un 12% cada uno. Se trata de los sectores que generan mayores ingresos por ventas en el segmento de las Mipymes, de ahí que la demanda de mano de obra es más alta.

    Segundo Camino, que formó parte del equipo de la Superintendencia de Compañías que realizó el informe, destaca que la seguridad privada, por ejemplo, es un rubro que, a pesar de que se ubica en séptimo lugar en cuanto a la generación de ingresos, aporta una importante proporción del empleo mipyme, con el 6%.

    La desaceleración económica del 2016 marca un hito en el período de análisis que realiza la Superintendencia de Compañías. Ese año, la cantidad de trabajadores reportados por los negocios ecuatorianos disminuyó en un 4,1% respecto al 2015.

    Pero mientras el empleo proveniente de las grandes empresas disminuyó en 6% frente al 2015, en las mipymes la reducción fue de un 1, 8%.

    Para Francisco García, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria del Guayas, esa cifra debe analizarse tomando en cuenta la naturaleza de las Mipymes.

    “Los negocios de este segmento tienen tiempos de vida más cortos que las grandes. En el período de cinco años, muchas empresas murieron y nacieron otras nuevas”, advierte el dirigente.

    Para el dirigente, el sector es el más vulnerable ante la desaceleración económica que atraviesa el país, principalmente, por la rigidez laboral del país. Señala que en este tipo de negocios, las probabilidades de requerir reducir personal son más altas y en este escenario, prescindir de los empleados “resulta demasiado costoso”, dice.

    Carlos Zambrano, presidente ejecutivo de Farmavet, una pyme que comercializa productos para el sector pecuario, dice que los costos de producción para las mipymes ecuatorianas resultan más altos porque contratar mano de obra en Ecuador es más caro que en Colombia o en Perú.

    “La empresa invierte en contratar, en capacitar y si el empleado se va, es dinero que se pierde. Además, en el caso de que se requiera despedir al empleado, las indemnizaciones son muy elevadas”, cuestiona.

    El estudio además destaca que las actividades que desempeñan las mipymes se distinguen por ser actividades de bajo grado de complejidad tecnológica. El reto está en adaptarse “a nuevos procesos e incorporar tecnologías disruptivas que les brinden ventaja frente a la competencia”, detalla el documento.

    Para Carol Marcial, propietaria de Perla Organic Chocolate, la innovación tecnológica es clave para una empresa de este segmento, porque al ser las más numerosas, tienen mucho más competencia. Además, le permite ganar mercado internacional. “Es necesario dar valor agregado para competir y diferenciarnos. La mayor parte de la inversión de mi negocio está destinada a innovación”.

    Perla Organic Chocolate exporta chocolates con sabores exóticos a Suiza, España, Canadá, Corea del Sur y Estados Unidos.
    Perla Organic Chocolate exporta chocolates con sabores exóticos a Suiza, España, Canadá, Corea del Sur y Estados Unidos. Foto: Archivo EL COMERCIO
  • ¿Carne de laboratorio o más sacrificio de animales?

    Agencia EFE

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    Unas pocas empresas están proyectando un futuro en el que la carne no provenga del sacrificio de animales sino de la multiplicación de células en el laboratorio, un plan lleno de obstáculos que hoy suena a ficción.

    Una demostración del poder de la ciencia en ese campo llegó el 2013, cuando el holandés Mark Post presentó la primera hamburguesa artificial a partir de células madre de vacuno.

    Ese experimento costó 250 000 euros, aportados por Sergey Brin, cofundador de Google, uno más entre quienes se oponen al impacto que tiene la ganadería sobre el bienestar animal y sobre el medioambiente (responsable de un 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero).

    Cinco años después, fuentes de Mosa Meat, la empresa impulsada por Post, afirman que el precio será de unos USD 10 por hamburguesa “cuando aumente la escala de la tecnología actual”.

    Ese proceso tomará su tiempo, señalan las fuentes, que calculan que habrá que esperar entre cinco y siete años para lograr un producto competitivo en el mercado y una década para que esté “ampliamente disponible”.

    Su propuesta consiste en tomar las células del músculo de una vaca, por ejemplo, mediante una biopsia con anestesia y hacer que proliferen en el laboratorio como si estuvieran dentro del animal, hasta lograr un nuevo tejido.

    Los científicos han logrado una alternativa al suero bovino y añadir grasa, importante para dar gusto y sensación en la boca, si bien necesitan optimizarlo, según Mosa Meat, que tiene previsto introducir esa carne a pequeña escala en el 2021.

    No es la única iniciativa que busca desarrollar un nuevo modelo de producción para saciar la creciente demanda de carne: la empresa SuperMeat está intentándolo en Israel y el proyecto Shojinmeat en Japón, entre otros.

    En EE.UU. se destaca Memphis Meats, que lanzó en el 2016 una albóndiga de “células cultivadas” y últimamente ha recibido financiación de los multimillonarios Bill Gates y Richard Branson, y las multinacionales del sector alimentario Cargill y Tyson.

    Hay quien ve en el negocio un peligro para la actividad ganadera, por lo que puede parecer paradójico que algunas empresas cárnicas hayan mostrado interés en esa nueva biotecnología si no es para abrirse a futuras tendencias.

    El pasado julio, Mosa Meat anunció haber recaudado 7,5 millones de euros de varios socios, incluido el mayor procesador de carne de Suiza, Bell Food Group.

    Su viabilidad no solo está ligada a la producción a gran escala, sino que antes debe recibir el visto bueno de las autoridades garantizando su inocuidad, aunque está por ver bajo qué regulación.

    Erin Kim, portavoz de New Harvest, instituto sin ánimo de lucro centrado en la investigación de la agricultura celular, expone sus reservas ya que, a pesar de los anuncios, todavía las compañías creadoras de prototipos no han puesto sus productos en el mercado.

    “La ciencia no ha avanzado tanto como muchos creen”, asegura Kim, que recuerda que ese tipo de tejidos animales para la alimentación son “completamente diferentes a las piezas que se puedan usar en medicina” y requieren conocimiento desde la ingeniería hasta la bioquímica o la biología.

    Frente al secretismo empresarial sobre los métodos empleados, Kim defiende “la transparencia, la apertura y el diálogo” para construir una base científica que sostenga el crecimiento de la industria y responda a las dudas de críticos, consumidores o re­guladores.

    Justus Wesseler, profesor de la Universidad holandesa de Wageningen, consideró en una charla en Roma que, en cuestión de biotecnología, compañías y universidades de países como China no dan información, ya sea por motivos de “competencia o por no querer desatar reacciones sociales adversas”. El debate sobre está innovación en la industria alimenticia recién empieza.

    Fotografía de una muestra de la carne obtenida con células de vacuno por la empresa holandesa Mosa Meat. Foto: EFE
    Fotografía de una muestra de la carne obtenida con células de vacuno por la empresa holandesa Mosa Meat. Foto: EFE