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  • Muebles que saltaron a lo digital

    Redacción Quito, (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    De un golpe, este negocio tradicional saltó hacia la cuarta revolución industrial, hace tres años. Se trata de Corporación Terán, que se dedica a fabricar muebles inteligentes.

    Esta empresa quiteña nació en 1995 en una carpintería de propiedad de Samuel Terán, ubicada en el sector de La Colmena. Elaboraba muebles tradicionales (cómodas, armarios y más), que se vendían en la zona de San Roque, en el centro de Quito, directamente a los consumidores finales.

    Su hijo Édison, gerente general de Corporación Terán, siguió sus pasos, pero abrió hace 15 años un taller independiente en el sector de La Forestal, en el sur de la ciudad. Los productos tradicionales continuaron vendiéndose en San Roque y en su almacén de fábrica; en el primer sitio se llegó a tener cinco puestos comerciales.

    La empresa creció pero, en 2011, debido al aumento de la competencia, dejó de fabricar y únicamente se dedicó a comercializar muebles de otros productores. En la última década ingresaron de lleno al negocio los hijos de Édison: Mauricio, quien es gerente del área Comercial, y Javier, gerente de Desarrollo e Innovación.

    Ellos le dieron un giro a la empresa ya que se enfocaron en la digitalización. Lo nuevo, sin embargo, nació de una situación grave para la familia.

    Miriam Ortega, esposa de Javier, enfermó hace tres años de lupus y poco a poco perdió la movilidad. Eso impulsó a su marido a innovar en un mueble que le permitiera a ella, a través de un comando de voz, dar órdenes al reclinable para que este se mueva.

    Fue un proceso muy duro, dice Javier. La investigación tomó un año y medio, a la par de los tratamientos de su pareja. Finalmente, el 19 de diciembre del año pasado obtuvo el mueble reclinable con control de voz; el invento ingresó al registro de patente de modelo de utilidad, en ese mes.

    Ese fue el inicio del desarrollo de otros muebles a los que la Corporación los denomina como ‘smart’. La empresa cuenta también con juegos de sala, camas, mesas de centro y otros en esta categoría, que atienden a diferentes órdenes de la persona.

    “Los reclinables, por ejemplo, tienen modo de lectura. Esto permite que a un llamado del humano el mueble permita que suba solo la parte de los pies”, explica Javier. También se ofrecen posiciones de descanso, masajes, colocación de música relajante, luces, activación de bares y otros comandos para este y otros muebles.

    En el caso de las camas se puede pedir que se active el baúl y se levante la cama para guardar en un cajón en la parte baja, sábanas, cobijas y más. Esto, dicen los empresarios, es ideal para departamentos con poco espacio.

    Mauricio agrega que antes de empezar con los muebles ‘smart’, la empresa ya había comenzado a incorporar elementos digitales como puertos USB para carga, luminaria y otros.
    De hecho, desde hace tres años, la compañía volvió a fabricar productos. Corporación Terán cuenta con su propio laboratorio tecnológico y su área de producción; de sus insumos el 50% importa de forma directa y el restante es de proveedores locales.

    Uno de ellos es Chaide. Raúl Estévez, gerente de Ventas e Innovación de esta firma, indica que la Corporación es un cliente histórico. “En un inicio nos compraban colchones, pero en los últimos años, espuma de poliuretano para sofás, camas y otros. Destaco que están trabajando desde una perspectiva tecnológica, es un mérito en investigación. Fue una microempresa que se profesionalizó”.

    Los avances de la Corporación le han permitido que su producto atraiga interés en países como España, Chile, Colombia y EE.UU. Para el próximo año, comenzará a exportar.

    En Ecuador, los muebles de la empresa se comercializan en el ‘show room’, ubicado en La Forestal, y vía comercio electrónico (página web y redes sociales). De hecho, tras la pandemia, la mayor cantidad de ventas se hace a través de este último canal.

    Los productos se venden en Quito, pero también van a Santo Domingo, Lago Agrio, Ambato, Guayaquil, Tulcán, Ibarra y otras urbes. La línea tradicional tiene su fuerte en tres locales en San Roque, que aún tiene la firma.

    El 85% de la venta es directa y el resto va para subdistribuidores.

    Verónica Grueso es una de los clientes, ella destaca de la Corporación su trato personalizado y la disposición para guiar a los clientes como valor agregado. El año pasado compró una sala ‘smart’ y antes pidió que le fabricaran un mueble en su cocina.

    La compañía cuenta con su propio laboratorio para temas digitales. Continúa innovando en aspectos tecnológicos.
    La compañía cuenta con su propio laboratorio para temas digitales. Continúa innovando en aspectos tecnológicos.

    Las cifras

    6 años
     tiene el departamento de Innovación. Nació de la necesidad de ofrecer algo diferente.

    1 reclinable produce la firma para personas con problemas de salud.

    90 por ciento de la venta es de muebles smart. El resto, tradicionales.

    3 locales tuvo la empresa en la av. República, Cayambe y Sangolquí.
    Se cerraron en este año.

    5 funciones tiene un mueble básico, 12 uno completo. 

    El gerente / Mauricio Terán
    Esta empresa representa la unión familiar. En tiempos difíciles nos hemos tomado de las manos y hemos seguido. En la innovación y el emprendimiento ninguno de nosotros dimos un paso al costado. Lo que nosotros hicimos fue seguir adelante. Tenemos la certeza de que podemos salir adelante. Han existido personas ajenas a la familia que también nos han apoyado en todos los desarrollos y los procesos que hemos impulsado.

    En el sector de La Forestal, en el sur de Quito,se encuentra el taller de producción de muebles. USD 475 000  suman las últimas inversiones. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    En el sector de La Forestal, en el sur de Quito,se encuentra el taller de producción de muebles. USD 475 000 suman las últimas inversiones. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Los diseños de sus muebles priorizan la seguridad

    Redacción Quito (I)

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    La decoración del cuarto del bebé que viene en camino es uno de los momentos más especiales para los padres que están a la espera de un hijo, quienes buscan un espacio acogedor y seguro para el descanso de su pequeño.

    Lula & Luke, una marca local de muebles infantiles, ofrece una propuesta vanguardista, con especial cuidado en la seguridad en los diferentes elementos que componen la habitación del bebé.

    El negocio tiene su origen en la marca Baby Lula, una mueblería de niños fundada en 2010 por Stephanía Correa, una vez que retornó de Estados Unidos.

    Una de las motivaciones de esta emprendedora era ofrecer seguridad, siguiendo los estándares internacionales que había conocido en ese país, donde vivió antes de abrir la tienda.

    En agosto del 2017, la marca se relanzó como Lula & Luke. Para esta segunda etapa, Stephanía se asoció con Claudia López, quien tiempo atrás había trabajado como directora comercial para Adriana Hoyos Furnishings, en Quito. La segunda etapa de la marca incluyó una propuesta digital, que incluía la tienda virtual. El canal digital se potenció este año producto de la pandemia.

    La inversión en el relanzamiento de la marca fue de USD 10 000. El primer local físico se localizó en el centro de Cumbayá y al año se mudaron al centro comercial La Esquina, ubicado en este valle.

    La categoría principal del almacén son los muebles para bebés y niños: cunas, moisés, cómodas, mecedoras, mesas auxiliares, camas, repisas, área de juegos, etc.

    Además, ofrece ropa de cuna y almohadas de lactancia; colchones para cunas, camas y moisés; elementos de decoración; accesorios de maternidad; adornos y juguetes; coches y asientos de auto para bebés. El 70% del portafolio de la tienda es local. Adicionalmente, tiene la representación de tres marcas internacionales.

    Los colchones son fabricados por Resiflex. Son ortopédicos e hipoalergénicos, indica Eli Arocha, de la firma de colchones, quien detalla que utilizan telas importadas desde Europa.

    También, les fabrican colchones de plaza y media para niños. “Son un ejemplo de clientes, muy organizados y cumplidos”, añade Arocha.

    La seguridad en los muebles de Lula & Luke –fabricados en un taller aliado– se toma en cuenta desde el diseño hasta los acabados. Son elaborados en madera sólida, cubiertos en lacas libres de plomo. En las cunas no hay espacios libres entre el colchón y los bordes, y en las barandas, las separaciones no superan los seis centímetros, explica Correa.

    Claudia López y Andrea Pérez Hoyos, quien diseñó la colección Mia.
    Claudia López y Andrea Pérez Hoyos, quien diseñó la colección Mia.

    Como parte de su desarrollo como marca, Lula & Luke lanzó recientemente una nueva colección, en alianza con la firma Adriana Hoyos. El diseño de los muebles estuvo a cargo de Andrea Pérez Hoyos. Su principal inspiración fue su hija Mia, quien nació este año y da nombre a la colección, junto al rol de las madres en las diferentes especies de la naturaleza.

    “Quería una colección moderna, atrevida, en la que algunos elementos luego se puedan usar en otros espacios de la casa. Las siluetas de los muebles son modernas, con curvas y patas estilizadas”, explica Pérez.

    La cuna es “tres en uno”, una vez que el niño crezca se puede convertir en cama, con dos opciones de tamaño. La colección incluye cómoda, mecedora y mesa auxiliar. Se ofrece en cuatro colores: beige, rosa pálido, verde y azul.

    Claudia López y Andrea Pérez Hoyos, quien diseñó la colección Mia.
    Claudia López y Andrea Pérez Hoyos, quien diseñó la colección Mia.

    Irina Liachkanova y Carlos Naveda compraron los muebles para la habitación de su hijo, que hoy tiene 1 año y tres meses. “Son lindos, de buena calidad y la entrega es rápida. Estamos felices”, comenta Irina, quien indica que próximamente volverán para comprar los muebles del bebé que está en camino.

    Bibiana Becerra es madre de una niña de 9 años, un varón de 3 y espera otra niña. A su hija mayor le compró la cama en Lula & Luke. Al menor, cuna, mecedora, escritorio y el área de juguetes.

    “Me encantan los acabados y me parece importante que no tienen plomo. Trabajan muy bien y te asesoran. Volveré con ellos”, comenta esta cliente.

    La marca de mueblería infantil facturó el pasado año USD 72 000 y para este año prevé alcanzar los 80 000. López subraya que actualmente buscan consolidación y lograr mayor reconocimiento de la marca en otras ciudades.

    Los muebles de la marca Lula & Luke se fabrican en un taller aliado, en Quito. En este año han elaborado 160 piezas para cuartos de bebés y niños. Julio Estrella / LÍDERES
    Los muebles de la marca Lula & Luke se fabrican en un taller aliado, en Quito. En este año han elaborado 160 piezas para cuartos de bebés y niños. Julio Estrella / LÍDERES
  • La madera reciclada alimenta sus diseños

    Cristina Marquez

    Redactora (I)

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    Los ‘pallets’ que cada semana se desechan en fruterías, mercados y empresas exportadoras se convierten en obras de arte, decoraciones, mesas, sillas, salas, camas y todo tipo de muebles en las manos de Javier Flores.

    Su taller se denomina Ébano, y funciona en el centro de Chunchi, un pequeño cantón situado al sur de Chimborazo. Desde allí se hacen envíos a varios destinos del país, aunque los principales clientes están en Riobamba.

    Los muebles se caracterizan por su simpleza y rusticidad, por lo que son ideales para decorar espacios minimalistas o para lograr un ambiente moderno de estilo ‘industrial chic’, una tendencia moderna de moda en Riobamba.

    El menú de productos incluye opciones para diferentes espacios. Hay mueblería doméstica que incluye camas, veladores, juegos de sala, aparadores y estantes.

    La línea para restaurantes y bares es el producto estrella de la marca. Incluye desde los muebles más básicos para los establecimientos como mesas, sillas y mesones, hasta originales lámparas, accesorios para las paredes, tableros para el menú, basureros, maceteros y una variedad de objetos con diseños únicos.

    “Los muebles son ideales para el concepto del restaurante. Además tienen alta calidad y estilo”, opina Diego Buenaño, un cliente.

    Además del diseño ambiental, otra característica de la marca es la responsabilidad ambiental. Los muebles se tratan con productos orgánicos que no generan impacto ambiental y reducen el uso de pinturas al conservar los tonos naturales de la madera.

    “La idea de usar madera reciclada no sólo tiene que ver con esta tendencia de moda industrial, sino con evitar la tala de maderas exóticas y la tala indiscriminada de árboles. Estamos experimentando diferentes terminados y técnicas para en algún momento reemplazar totalmente los químicos”, explica el emprendedor.

    El negocio surgió en el 2017. En esa época, Javier dejó su natal Chunchi para estudiar la carrera de artes plásticas en la Universidad Nacional de Chimborazo, situada en Riobamba.

    Para cumplir con sus estudios él se mudó a una pequeña habitación estudiantil que estaba desprovista de muebles. “No tenía nada más que mi colchón. Así que decidí usar el poco dinero que tenía para crear mis propios muebles”, cuenta Javier entre risas.

    Él aprendió desde su infancia todo lo relacionado con ese arte. Su papá, Segundo Flores, era un ebanistero experto y el propietario de una mueblería de Chunchi,

    Los muebles que manufacturó para decorar su habitación llamaron la atención de sus amigos y familiares. Ellos se convirtieron en sus primeros clientes y empezaron a hacerle pedidos.

    Javier combinó sus conocimientos de ebanistería con su destreza para las artes plásticas, por lo que sus primeras creaciones, además de los muebles que se caracterizaron la rusticidad complementada con coloridos diseños, también incluían juguetes de madera.

    En el 2018, cuando su padre murió, tuvo que regresar a Chunchi para cuidar de su madre y continuar con el legado de su padre. Javier heredó el taller de carpintería y lo convirtió en un espacio de emprendimiento y aprendizaje.

    Chunchi es un cantón que se hizo famoso a escala mundial por el ato índice de suicidios adolescentes. Javier piensa que en gran medida se debió a la falta de actividades y espacios para los jóvenes, por lo que destinó un sitio del taller para capacitar a otros jóvenes.

    “Ellos experimentan con la madera, les enseñamos cómo hacer juguetes y pequeños accesorios para el hogar. Los chicos pasan aquí tardes enteras y la convivencia con ellos es muy agradable”, cuenta el emprendedor.

    Sus diseños se comercializan a través de un catálogo virtual disponible en el fan page de Facebook: Ebano Taller. Javier ofrece asesoría en diseño y decoración, además diseña los muebles acorde al espacio de cada establecimiento. Todas sus creaciones son personalizadas y no se repiten.

    La meta del emprendimiento es crecer este año y posesionar la marca en otras ciudades.

    Javier Flores, de 25 años, diseña muebles personalizados con madera reciclada y técnicas amigables con el ambiente.
    Javier Flores, de 25 años, diseña muebles personalizados con madera reciclada y técnicas amigables con el ambiente. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La tradición del tejido de muebles aún se mantiene

    María Victoria Espinosa

    Redactora (F)
    Contenido Intercultural

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    Las manos rápidas del artesano Rodolfo Alonso, entrelazan las fibras de papel kraft con el hierro para crear muebles con diferentes estilos de tejidos.

    Lo hace en la vereda de la avenida 10 de Agosto, en Montecristi. Ahí se encuentra el taller artesanal Josue, que se creó hace más de 40 años y que rescata el tejido típico de los muebles manabitas.

    Elaborar un mueble puede tardar entre cuatro y seis días dependiendo del tamaño y el modelo. Alonso afirma que sus manos son veloces y que las horas pasan sin que él se de cuenta cuando teje.

    Eso se debe a que se dedica a este oficio desde que tenía 10 años. La mayoría de su familia se dedicaba ya a este oficio; en la actualidad él y su prima Gloria Mantuano son los encargados de elaborar hasta 10 juegos de mueble al mes.

    De esos, cuatro se venden en Montecristi, no solo a clientes locales sino a dueños de hosterías, o clientes de Manta, Portoviejo, Chone y otros cantones manabitas. El resto se comercializa en Guayas, Pichincha, Loja, Esmeraldas, entre otros.

    Cada mueble se elabora bajo pedido debido a que los muebles son personalizados al gusto del cliente. Unos prefieren tejidos más elaborados con bordes que sobresalen del espaldar o las patas. Otros buscan un modelo menos elaborado, pero que esté reforzado en los asientos y espaldar.

    Mantuano afirma que al menos tres generaciones de su familia se han dedicado a la confección de muebles artesanales. Pero hace dos décadas se cambió el mimbre, que era el material típico del pueblo montuvio, por la fibra de papel kraft, que se importa desde Colombia. “El mimbre ya no se consigue en Ecuador, pero la fibra es parecida y resuelve el problema”, afirmó.

    Esta fibra cuesta entre USD 30 y USD 50. Tras adquirirla, Alonso la procesa en una máquina que hace cabos. Con una torta de ese material se fabrican alrededor de dos muebles. En el taller trabajan ocho personas, entre estos un soldador que se encarga de hacer las estructuras en hierro y un tapicero, quien elabora los cojines de diferentes tamaños y formas.

    La más pedida es la canasta de descanso, que es un mueble tipo hamaca. Estas cuestan entre USD 110 hasta USD 250, dependiendo del tipo de tejido que se use. “La fibra es más resistente que el mimbre por eso buscan este tipo de mueble tipo hamaca”, señaló la artesana manabita.

    Los artesanos señalan que este material es más duradero que el mimbre y que los muebles se pueden utilizar en el interior o exterior de la casa y tienen una vida útil de unos 20 y 30 años, según el cuidado y mantenimiento.

    Los clientes conocen de estos productos a través de recomendaciones de otros clientes o por las redes sociales.

    Pedro Zambrano adquirió tres juegos de muebles para un hotel que administra en Guayaquil.
    Él afirma que los muebles son duraderos y que comprarle a los artesanos de Montecristi es una práctica que ayuda a que las tradiciones típicas continúen.

    La artesana Gloria Mantuano es administradora del taller artesanal Josue, ubicado en Montecristi, Manabí.
    La artesana Gloria Mantuano es administradora del taller artesanal Josue, ubicado en Montecristi, Manabí. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • La variedad de muebles, la clave

    Giovany Astudillo

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    Muebles Vera Vázquez exhibe más de 8 000 muebles y accesorios del hogar en los seis pisos de su local, ubicado en el centro de Cuenca. Hace 25 años funcionaba en un pequeño local en la casa de los padres de Santiago Vera. Con cerca de USD 3 000 que fueron financiados con ahorros familiares, él adquirió un par de camas, un juego de sala, un comedor, guardarropas.

    Él optó por dejar sus estudios universitarios de jurisprudencia para incursionar en las ventas, que es una de sus pasiones. No tenía conocimientos en muebles, pero eligió esta opción porque consideraba que era rentable y por la calidad de los productos que se fabrican en la capital azuaya.

    En ese entonces no tenía empleados. Él se encargaba de las ventas, las cobranzas, la promoción, entre otras actividades. Vera dice que siempre es difícil iniciar un negocio y hay que ser constante hasta que sea rentable.

    Él adquiría los muebles a un carpintero para comercializarlos. Desde entonces optó por aplicar una estrategia que mantiene hasta la actualidad: “muebles de calidad a precios convenientes”. Según él, no pretende aplicar un porcentaje alto a sus ganancias, sino más bien atraer a más compradores ofreciendo valores accesibles.

    Es decir, su empresa gana por las ventas en volumen. Además, dice que de esta forma logra que sus clientes recomienden a otros para que visiten su negocio y adquieran sus muebles.
    Durante este tiempo no todo ha sido éxito, admite el empresario, quien en el 2014 recibió el premio internacional a la calidad empresarial Ecuador.

    Él recuerda que en 1993 llegó un cliente que adquirió a crédito prácticamente todos los muebles que tenía en exhibición en la tienda de la vivienda de sus progenitores, sin embargo nunca pudo cobrar. “Hasta ahora tengo los cheques guardados”.

    Pero de los errores se aprende, insiste Vera. En la actualidad, ofrece alternativas de financiamiento para los clientes que no cuentan con dinero en efectivo o tarjetas de crédito para comprar sus muebles. Él dice que logró acuerdos con la mayoría de cooperativas de ahorro y crédito y bancos para que otorguen préstamos a sus compradores. “Lo importante es apoyar al cliente para que cumpla con sus sueños”.

    Otra estrategia que mantiene este empresario de 46 años es no fabricar muebles. Para ello, cuenta con cinco proveedores del cantón Cuenca. “Ellos son expertos en fabricar y nosotros en vender”.

    El local de Muebles Vera tiene 4 000 metros cuadrados de exhibición y representó una inversión de unos USD 200 000.
    El local de Muebles Vera tiene 4 000 metros cuadrados de exhibición y representó una inversión de unos USD 200 000.

    Esta empresa tiene diseñadores de muebles, que crean sus modelos que son proporcionados a los talleres para que los elaboren. Además, Vera logró que cada uno de los fabricantes se especialice ya sea en comedores, salas, dormitorios.

    “Les entrego los modelos, les doy los anticipos y ellos me dan los muebles en el tiempo pactado y saben que el pago es de contado”. Su objetivo es mantener una fidelidad por parte de sus fabricantes. Incluso, asegura, que no impone valores a sus proveedores, sino más bien les solicita una lista de precios para negociar.

    Su actual local tiene 4 000 metros cuadrados de exhibición y representó una inversión de USD 200 000, que fueron financiados con un préstamo bancario. La tienda de sus padres quedó pequeña, pese a que en siete años amplió ese espacio de 30 a 300 metros cuadrados. Hace 18 años construyó su edificio de siete pisos, incluido el parqueadero. Paulatinamente fue ocupando los espacios.

    Allí, tiene muebles de varios modelos y costos. Otra alternativa de promoción de sus salas, comedores o muebles de niños y oficina es la página web www.mueblesveravazquez.com.

    La intención de Vera es ofrecer una infinidad de opciones para concretar las ventas. “Pido a mis empleados que traten con toda cortesía a las personas y por eso somos reconocidos”.

    El arquitecto cuencano, Claudio Ullauri, es uno de sus clientes. Hace 19 años adquirió camas, mesas de juego, salas de estar, entre otros muebles para su hostería Lago de Cristal, ubicado en el cantón azuayo de Girón. “Son muebles económicos y de buena calidad. Pese al tiempo están en muy buenas condiciones”. También, compró para decorar departamentos y oficinas que ha construido.

    En la actualidad, la aspiración de Vera es exportar juegos de dormitorio al mercado estadounidense. Tiene escogidos los modelos y ha realizado contactos. “Espero que en el corto plazo se concrete”, aseguró el empresario ecuatoriano.

    Santiago Vera V.
    Gerente General

    El pilar fundamental de este negocio es la calidad de los muebles para construir una imagen y mantenerla no solo en la ciudad, sino también en el país. En segundo lugar están los precios accesibles de los productos y contar con diferentes alternativas para todos los presupuestos. El tercer aspecto es el buen trato a los clientes y los proveedores. En esta empresa nos caracterizamos por no mentir ni en los pagos ni en la entrega de los muebles a los compradores.

    Las cifras

    70 % de sus clientes es de la capital azuaya. El 25% de la provincia del Guayas y 5% restante, de otras regiones
    .
    10 000 personas, por lo menos, visitan al año su local en el centro de la capital azuaya.

    3 camiones  tiene para la entrega de sus productos a los clientes. No importa la distancia, dice Santiago Vera.

    9 meses  tardó la construcción del edificio de Muebles Vera Vázquez. La obra empezó en el año 2 000 y costó USD 200 000.

    Santiago Vera gerencia esta empresa. Él cuenta con cinco proveedores que elaboran los muebles según los diseños que él les entrega. Fotos: Xavier Caivinagua / LÍDERES
    Santiago Vera gerencia esta empresa. Él cuenta con cinco proveedores que elaboran los muebles según los diseños que él les entrega. Fotos: Xavier Caivinagua / LÍDERES
  • Muebles artesanales con identidad andina

    Redacción Quito

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    Pequeñas comunidades indígenas de siete provincias la sierra centro sur y de la costa son el núcleo de un trabajo artesanal. Los integrantes de estas comunidades elaboran muebles artesanales que se comercializan en Quito y son parte del Centro Artístico Don Bosco.

    Gabriele Dalle Védove es el dirigente de este centro artístico que tiene el apoyo de la Operación Mato Grosso, una organización no gubernamental italiana que colaboró para que se puedan implementar talleres en las comunidades de Chinaló, Angamarca, Celen, Isinliví, Guanazan, Tenta y Cuatro Esquinas.

    El propósito de este proyecto consiste en crear fuentes de trabajo en provincias como Bolívar, Cotopaxi, Guaranda, Loja y Manabí. Además se evita los flujos migratorios involuntarios.
    Bajo la dirección de Dalle Védove se formaron carpinteros y ebanistas durante la década del noventa. En estos talleres se desarrolló una línea de producción de comedores, escritorios, libreros, mesas, camas, entre otros.

    En el año 2000 se inauguró un local ubicado al norte de Quito para comercializar el mobiliario elaborado en esas comunidades.

    En el establecimiento se exhiben los muebles de fabricación artesanal en madera maciza sin clavos. La temática evoca a paisajes andinos tallados a mano.

    Cristina Gadaleta, vocera del emprendimiento, explica que cada mueble tiene su identidad y que el cliente adquiere una pieza única, debido a que no se realiza una producción en serie. Además, cada mueble lleva el nombre del artesano que realizó la obra.

    El Centro Artístico Don Bosco también cuenta con una línea de arte sacro. En esta colección se encuentran crucifijos de pared, figuras de madera de vírgenes, espejos con temática religiosa en el marco e incluso se fabrican retablos para iglesias. Las obras de temática religiosa tienen una mayor venta en la provincia de Loja.

    Dalle Védove comenta que tienen una demanda de muebles bajo pedido. En ese proceso se conversa con el cliente para conocer sus necesidades; con esta información se realiza un boceto inicial que es presentado al cliente y se acuerda un precio. Posterior a esto Dalle Védove realiza un dibujo final con las medidas y detalles específicos. Este plano es enviado a los talleres de las comunidades para su fabricación.

    La elaboración de cada mueble tiene un tiempo de uno a tres meses, aunque este tiempo varía según las dimensiones del pedido.

    Los precios, en promedio, varían según el tamaño. Se puede encontrar una cama en USD
    1 000 o 1 200; veladores desde USD 200; mesas entre USD 900 y 1 200; ó sillas de USD 100 y 140

    Dalle Védove explica que el tipo de mueble de madera maciza no es muy comercial. Especifica que se trata de un mueble artesanal con un alto nivel de detalle. “No existe un sistema de producción en masa, por lo contrario cada artesano fabrica una obra completa en su totalidad, de esta manera se asegura el valor artístico de cada obra”, dice el dirigente.

    La técnica del arado está presente en cada obra. Este método que se asemeja a una parcela de tierra recién arada le da una textura diferente a la madera. Este elemento artesanal está presente en cada obra que se vende.

    Estos muebles son fabricados con madera de tangare y seike. Los sectores de donde obtienen la materia prima son aprobados por el Ministerio del Ambiente, comenta Dalle Védove.

    Actualmente este emprendimiento trabaja en la actualización de su página web para ofertar sus muebles por medio de un catálogo virtual. Con esta herramienta tienen proyectado ampliarse a todo el país.

    Cristina Gadaleta observa los muebles elaborados en las comunidades. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Cristina Gadaleta observa los muebles elaborados en las comunidades. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • La tradición de estos muebles se potenciará con una feria

    Redacción Quito

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    Huambaló tiene hoy en día cerca de 15 000 habitantes. En esta población de Tungurahua cerca de la tercera parte de sus miembros se dedica al diseño, fabricación y comercialización de muebles.

    Es una actividad tradicional que data de hace cerca de 70 años, pero que desde la década de 1970 se convirtió en una actividad que genera un movimiento económico relevante. Para potenciar esta pequeña industria, se cumple cada año la Feria del Mueble y de la Productividad. La edición del 2017 será de 11 al 13 de agosto en el recinto ferial Junta del Agua Potable Huambaló. Los organizadores del encuentro esperan la llegada de unos 5 000 visitantes.

    En la feria se desplegarán 49 stands. 43 serán para exhibición de muebles que incluyen juegos de sala, comedor y dormitorio, con acabados de primera.

    La feria también tendrá espacios para la promoción gastronómica de Huambaló. Los visitantes podrán degustar de la comida típica del lugar; otros dos stands se instalarán para mostrar la producción agropecuaria del sector, según un comunicado del comité organizador de la feria.

    La exposición cuenta con el apoyo del Gobierno Parroquial de Huambaló más el respaldo del Municipio de Pelileo, Conagopare y el Gobierno Provincial de Tungurahua. Carlos Ramos, Presidente del Comité Permanente de la Feria de Mueble Huambaló 2017, explica que el evento se mantiene como la principal vitrina del mobiliario local.

    Edwin Mena, uno de los promotores de la feria, cuenta que a diferencia de otras tradiciones del país, la elaboración de muebles se mantiene vigente en las nuevas generaciones. “Hoy los jóvenes de Huambaló estudian y se especializan en el diseño de muebles para continuar con el trabajo que empezaron sus padres y abuelos en el siglo pasado”.

    Según Mena, la producción de muebles atraviesa hoy en día una transición entre lo artesanal y lo industrial. “En ese cambio las nuevas generaciones juegan un pape relevante”, dice Mena.
    En la actualidad, los productores de muebles de esta localidad atraviesan una serie de desafíos. Uno es capacitar a los pequeños empresarios para que mantengan los niveles de calidad y expandan su oferta a nuevos mercados.

    Un segundo desafío es implementar sellos de calidad. Esto, reconoce Ramos, permitirá internacionalizar la marca Huambaló en el mediano plazo.

    En la actualidad, esta parroquia tungurahuense suma cerca de 180 talleres y 60 almacenes que promueven esta tradición.

    Ana Sandoval, miembro del Comité Permanente de la Feria de Mueble Huambaló 2017, ofrece detalles sobre los planes que tienen los productores. Ella cuenta que la gestión de marca es una herramienta imprescindible para ganar mercado. “Huambaló requiere aplicar un verdadero posicionamiento, promoción, identidad, imagen y capital. Estos son componentes del éxito para cualquier tipo de empresa o modelo de asociatividad”.

    Sandoval recuerda que la feria del mueble se creó hace 21 años, pero hoy los clientes exigen cambios. Por eso es necesario identificar las fortalezas que tienen los muebles para posicionarlos ante los consumidores.

    Los organizadores del encuentro esperan la llegada de unos 5 000 visitantes. En la localidad funcionan cerca de 180 talleres. Foto: Cortesía
    Los organizadores del encuentro esperan la llegada de unos 5 000 visitantes. En la localidad funcionan cerca de 180 talleres. Foto: Cortesía
  • Con la producción local fortaleció su negocio de muebles

    Redacción Quito

    La restricción de importaciones fue el principal motivo para que Home Products, importador de Muebles Ashley, apuntalara su planta de producción hace cuatro años.

    Antes de las medidas gubernamentales, las ventas de productos importados de la empresa correspondían al 95% del total de su negocio, debido a que se dedicaba a comercializar productos de la marca Ashley, que importaba desde EE.UU.

    No obstante, el negocio de importar se volvió poco rentable y debió incorporar más productos nacionales en su oferta.

    Para conseguirlo, potenció su planta ubicada en el sector del Comité del Pueblo (norte de Quito). Hace 15 años -cuando nació el negocio- Home Products implementó un taller para la reparación de muebles, como un servicio adicional para su clientela.

    Además, en la planta también se producían cuadros decorativos con distintos diseños. Para montar el taller, se invirtieron unos USD 50 000, asegura Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products.

    Para potenciar su cadena de producción y comenzar la fabricación de muebles, el propietario comenta que se invirtieron aproximadamente USD 400 000. En principio, se produjeron consolas, vitrinas, armarios, mesas, entre otros ítems.

    Así nació la marca Lutecia Fine Art, la línea de muebles clásicos hecha en el país por Home Products. La recesión económica de los dos últimos años -comenta Aguirre- también obligó al negocio a plantear una nueva estrategia para su empresa.

    El año pasado nació una nueva línea de muebles económica, que también se fabrica en su planta de producción. Modern Line se especializa en productos minimalistas a un precio muy competitivo, pero sin descuidar los acabados.

    La materia prima que más usa la firma para fabricar sus muebles es el laurel negro, que proviene del Oriente ecuatoriano. Ahora, el negocio produce al mes 10 comedores, cinco dormitorios, 20 juegos de mesa (centrales y laterales), 20 sillones, cinco juegos de estudio y más.

    No obstante, todavía se mantiene la importación de artículos como sillas, mesas, sofás, etc. Actualmente, el 60% de las ventas de Home Products corresponde a producto local y el 40% restante a importado. La facturación mensual promedio llega a USD 350 000.

    El negocio también comercializa otros productos de decoración para el hogar. Uno de los artículos insignia son las chimeneas LED, que pueden ser colocadas en cualquier casa o departamento. Además de decorativas, estas chimeneas también producen calor que puede ser regulado.

    El año pasado, Luigi García, abogado, adquirió un sillón de la marca Ashley en Home Products. Él destaca la comodidad del producto y asegura que una motivación para llevárselo a casa fue que tenía un buen descuento. Además, García destaca de la tienda el servicio al cliente.

    Home Products nació hace 17 años como una empresa familiar y todavía mantiene ese modelo de negocio.

    Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products, junto a  un mueble de la línea Lutecia Fine Art, que posee un estilo con acabados clásicos. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Santiago Aguirre, director general y propietario de Home Products, junto a
    un mueble de la línea Lutecia Fine Art, que posee un estilo con acabados clásicos. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • Los muebles y adornos tienen un nuevo canal en los catálogos

    Redacción Cuenca

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    La venta por catálogo de muebles, complementos del hogar, adornos y accesorios de cocina es la nueva apuesta del Grupo Colineal. Este proyecto empezó a desarrollarse hace un año con la intención de crear un nuevo canal de comercialización.

    El primer catálogo fue presentado en octubre pasado y coincidió con los 40 años de Colineal. Desde entonces han circulado dos ediciones más, cada una con una vigencia trimestral. El próximo será lanzado el 15 de julio.

    Según la subgerenta de Ventas por Catálogo de Colineal, Viviana Vintimilla, esta alternativa comercial está basada en una estrategia de empresas estadounidenses que se denomina omnicanal.

    Es decir, estar presente en varios canales no solo en los tradicionales como las tiendas sino también en catálogos físicos, digitales, e-commerce, mailing, aplicaciones móviles y ventas por Internet.

    “También, queremos mostrar a los clientes que Colineal no solo vende muebles sino también accesorios, adornos, cuadros, lámparas, alfombras, artículos de cocinas, menaje de casa, vajillas, ollas, reposteros…”.

    Vintimilla señala que han tenido buenos resultados. 1 600 artículos entre muebles, accesorios y complementos del hogar han sido comercializados por este canal. Cada catálogo generó una facturación promedio trimestral de USD 120 000.

    Ese valor equivale a una tienda pequeña de esta empresa, agrega Vintimilla. Los clientes de Cuenca y Quito han tenido mejor respuesta. Los de la primera ciudad porque la marca está mejor posicionada y los de la capital de la República porque prefieren ahorrar tiempo y no desplazarse a las tiendas, señala Vintimilla.

    Cada catálogo ha tenido 20 000 impresiones. Además, se subió a la web de Colineal donde fue revisado por 11 000 personas.

    En la primera revista publicaron un mix de productos nuevos y anteriores. Para las siguientes ediciones se mejoró el concepto de acuerdo con sugerencias de los clientes que fueron consultados a través de encuestas.

    Según Vintimilla, se identificó que había buena acogida de los accesorios y les dieron más protagonismo. Por lo general, se promocionan tres comedores, tres dormitorios, tres salas y un mix general de productos.

    Otro indicador de la buena acogida, asegura Vintimilla, es que recibieron comunicaciones y concretaron ventas de quienes vienen en ciudades donde Colineal no tiene presencia con tiendas como el Puyo, el Coca, Babahoyo…

    En el catálogo hay promociones especiales, obsequios, bonos e incluso los descuentos son mayores que en las tiendas porque con esta alternativa no deben gastar en el montaje del local, arriendo o servicios básicos, dice Vintimilla. Para las ventas por esta nueva alternativa se abrió un ‘call center’ con tres operadoras que atienden las llamadas de todo el país. Laboran de lunes a viernes entre 08:30 y las 20:00 y los sábados y los domingos de 10:00 a 18:00.

    Los interesados, cuenta Vintimilla, deben marcar al 1800-123456, que es una llamada gratuita. Según ella, a la operadora se solicita el artículo considerando que cada uno tiene su código en catálogo. “Debe escoger el color y otras características”.

    Se paga con tarjeta de crédito. “Las llamadas son grabadas para dar seguridad a los clientes y se genera un váucher sin firma”, dice la Subgerente de Ventas por Catálogo. Los muebles son entregados en los camiones de Colineal y los accesorios con un courier que tiene cobertura nacional.

    La subgerenta de Ventas por Catálogo de Colineal, Viviana Vintimilla, en la megatienda en el Parque Industrial. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    La subgerenta de Ventas por Catálogo de Colineal, Viviana Vintimilla, en la megatienda en el Parque Industrial. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Un lugar que da nueva vida a los muebles antiguos

    Adriana Bucheli
    redaccion@revistalideres.ec

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    Restaurar muebles no resulta una tarea habitual para una administradora de empresas turísticas, sin embargo los precios y la falta de disponibilidad de mercadería a su gusto, direccionado a las antigüedades, hizo que Paulina Mantilla incursionara en el negocio y creara su ­Taller Vintage Amalini.

    Con una mezcla de los nombres de sus hijos, Amalia y Nicolás, Mantilla bautizó a este emprendimiento que lleva en el mercado desde finales del 2015.

    Esta mujer recuerda que todo se inició cuando buscaba un librero estilo vintage, pero las opciones del mercado local eran limitadas y costosas, por lo que decidió comprar uno nuevo y ver la manera de adecuarlo.

    El resultado fue satisfactorio y su esposo le recomendó iniciar con el negocio, para lo que empezó a autoeducarse buscando información y videos de técnicas en Internet. Contactó a un carpintero para que le ayudara a preparar los muebles y tapizarlos y se puso en la tarea de buscar enseres para restaurar.

    Recorridos por pueblos pequeños y carpinterías, así como por lugares con telas lo menos comunes posible para la tapicería son la manera usual que tiene Mantilla de conseguir materiales; sin embargo, una opción que brinda la emprendedora es renovar los muebles antiguos. “Las herencias de las abuelitas, las tías, las recibimos y las trabajamos en conjunto con el cliente, para que quede justo como lo espera”, asegura la emprendedora.

    Es el caso de María José Dillon, quien hizo restaurar una silla pequeñita para su hija. Esta silla le había quedado de herencia de un familiar y realmente no consideraba que podría arreglarse por su deterioro. “Yo no daba ni USD 1 por la silla cuando se la entregué a Paulina y ella me la devolvió perfecta”, comenta Dillon, al explicar que el trabajo es muy detallado y siempre queda a gusto del cliente. Además de la silla, Dillon compró una mesa restaurada.

    En relación con los costos, Mantilla cuenta que las mesas para ser trabajadas se pueden encontrar por USD 100 o sillas por USD 50 cada una, pero todo dependerá del estado del mueble.

    La inversión inicial para sacar adelante Amalini fue de alrededor de USD 1 500, monto que al momento ya se ha recuperado. Un punto que hay que tomar en cuenta, explica Mantilla, es el hecho de que el trabajo manual muy pocas veces es valorado en el país, ya que, por ejemplo, elaborar una silla, una mesa o un velador con estilo vintage lleva su tiempo, porque no solamente implica la pintura sino también la búsqueda de los materiales para que cada mueble sea único. Por los detalles y el trabajo manual, el tiempo para tener listo un mueble es de un par de semanas, en promedio.

    En cuanto a su producción, ha entregado unos 15 muebles, sumados a 16 cuadros infantiles, que también elabora.

    Los precios de sus productos son variables, porque cada pieza es única. Lo único que tiene precio fijo son los cuadros, que están en USD 25. El precio de otros productos va de acuerdo con el trabajo que requieren, por ejemplo, se puede restaurar una mesa por unos USD 45 o USD 50, sin embargo hay también veladores que cuestan unos USD 55, mesas de 110, y sillas que llegan a los 350. Pese a ello, sus precios representan cerca de la mitad de lo que se puede encontrar en el mercado y tiene una utilidad de cerca del 30%.
    Sus principales vías de promoción son Facebook y Mercado Libre.

    Paulina Mantilla muestra algunas de las piezas que restaura y crea en su taller. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Paulina Mantilla muestra algunas de las piezas que restaura y crea en su taller. Foto: Julio Estrella / LÍDERES