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  • Una nueva bebida llega para el gusto de la mujer

    Redacción Quito

    El pasado 5 de julio ingresó al mercado ecuatoriano la cerveza Stella Artois. Este producto de origen belga se fabrica desde 1366 y es importado al país por la empresa Proalco, que también comercializa en el mercado, marcas como Ron San Miguel y Vodka Aria.

    Natalia Donoso, representante de Stella Artois en Ecuador, asegura que el segmento de la cerveza premiun ha crecido cuatro veces en los últimos cinco años. Por esta razón, dice, previo a un estudio de mercado se decidieron introducir esta nueva cerveza para los clientes en el país.

    Además, Donoso señala que ya existe un consumidor que conoce la marca belga, debido a que ha probado la cerveza en otros países y que han demandado su comercialización en Ecuador.

    Proalco ha importado tres containers para su distribución en Quito y Guayaquil. El precio de la botella de venta al público de 250 cm³, es de USD 2,50. Posee cinco grados de alcohol. La bebida se comercializa en bares y autoservicios. Próximamente, dicen sus ejecutivos, esperan introducir la presentación en lata.

    La representante de la marca afirma que no realizarán una campaña publicitaria en medios masivos. Esperan llegar a su público objetivo, por medio de eventos en bares y eventos. Es así que Donoso define a su target como “mujeres con gustos sofisticados y apasionadas por temas culturales”. Por esta razón, la marca es auspiciante del Festival de Cannes.

    En el evento de lanzamiento se mostró el ritual de los nueve pasos para probar la cerveza. En este acto juega un papel primordial la copa especial llamada ‘cáliz’, que está diseñada en un cristal único que hace que el CO² se mantenga y produzca un sabor diferente entre la espuma y el gas; esto, sin descontar que su tallo permite que la cerveza se enfríe 25% más que otra.

    Con la introducción de Stella Artois se espera incrementar el mercado para la cerveza premium en el país. Además, Proalco tiene planificado retomar la importación de Beck’s, una cerveza dirigida a los hombres deportistas.

    A escala de Latinoamérica existe aceptación, especialmente en Argentina, donde ha tenido un gran impacto y ha crecido la categoría, ya que el público demanda una cerveza de “buen sabor y calidad”. Actualmente, Stella Artois se comercializa en más de 80 naciones del mundo.

    En el país, el mercado de la cerveza movió entre enero y mayo de este año, USD 60 millones, por Impuesto a los Consumos Especiales (ICE), según el Servicio de Rentas Internas (SRI).

    Por alcohol y productos alcohólicos, según cifras proporcionadas por el SRI, el ICE le significó rentas por USD 11,5 millones. La cerveza de categoría premium posee el 1% de consumo en el mercado ecuatoriano.

    Datos

    Grados de alcohol. Stella Artois posee cinco grados de alcohol.
    Importación. Proalco informó que ha importado tres containers de este producto.
    Distribución. Se lo podrá adquirir en bares y autoservicios del país.

  • Seis países acogen sus sombreros

    Redacción Cuenca

    Con su cabello negro trenzado hasta los hombros y la tradicional pollera de Chola Cuencana, Rosa Salinas teje un sombrero de paja toquilla. Sus dedos toman cada fibra y la entrelaza ágilmente, mientras ella conversa sobre los tratados comerciales, los beneficios de pertenecer a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), los inconvenientes de no acceder a los TLC con EE.UU. y Europa… Ella es una de las 60 socias, y fundadora de la Asociación de Tejedoras de Sígsig que maneja el nombre comercial Tesya. Este gremio exporta sombreros y artesanías de paja toquilla a Francia, Italia, Alemania, España, Suiza y EE.UU.

    La iniciativa surgió en el 2009, cuando Salinas se retiró de otro gremio porque no identificó un real crecimiento. Se independizó y propuso a las tejedoras de la zona que no comercialicen el sombrero campana (sin terminar) a las empresas, sino agregarle valor y exportar.

    Para iniciar, el gremio solicitó un crédito por USD 10 000 a la Cooperativa Jardín Azuayo. Con ese dinero adquirió una prensa industrial para dar forma a los sombreros. También abrió una página web con las fotos de sus diseños.

    A través de amigos y conocidos ha publicitado su producto en esa web, y de esa forma ha llegado a clientes en el extranjero. Eso ocurrió con Georgina Rubens, quien vive en California (EE.UU.). Ella compró un sombrero de paja toquilla. Destaca la calidad del producto y cumplimiento en la entrega. A través de www.tesya.com.ec se enteró de estos productos, e hizo el pedido.

    Esther Bueno, otra de las socias, explica que esta asociación mejora la calidad de vida de las mujeres. Son 60 integrantes que tejen los sombreros desde su casa, y así comparten tiempo con su familia. Cada semana se reúnen para compartir y debatir sobre nuevos diseños, tendencias de colores y productos en el mercado, para mejorar la calidad.

    El taller está ubicado en el sector Las Cochas (cantón Sígsig), al que se llega luego de recorrer 3,5 kilómetros de subida de una vía polvorienta. Es una casa humilde, que solía ser un criadero de pollos de la familia de Salinas. Esta asociación apuesta por el crecimiento, y en el 2011 solicitó un crédito por USD 13 800 al Banco Nacional de Fomento para la construcción de una sede. “Aún faltan cerca de USD 30 000 para terminar la obra, pero la Virgen María Auxiliadora no nos abandona”, dice esta azuaya mientras contempla un cuadro de esta imagen religiosa.

    Las ventas mensuales de esta asociación bordean los USD 2 000, que destinan al pago de créditos y a repartir entre las socias. Esther Bueno sabe que aún es poco, pero el gremio está arrancando, y cada vez gana clientes en el exterior.

    Chris Achenbach tiene una tienda de ‘souvenirs’ en Berlín, y durante el verano comercializa los sombreros de Tesya. Le gusta el tejido y el emprendimiento de sus socias, quienes dejaron de vender a las grandes empresas para arriesgarse y comercializar con su marca.

  • Lo urbano y lo elegante se combinan en su calzado

    Redacción Guayaquil

    Quince modelos de zapatos de diferentes colores y texturas forman parte de la primera colección de la línea de calzado AnyWho Shoe Design. La combinación entre lo urbano y elegante da estilo a las creaciones de Priscilla Chang.

    La guayaquileña es licenciada en Publicidad y Comunicación; luego de terminar su carrera viajó a Argentina en busca de algún curso de capacitación en moda. Al regresar a Ecuador decidió lanzar su propia marca de zapatos.

    En el 2011, Chang ingresó al centro integral de capacitación creativa en moda, diseño, fotografía y decoración El Espacio Buenos Aires. “En un principio no era lo que quería, luego descubrí mi pasión por diseñar zapatos”, cuenta la emprendedora. El curso intensivo tuvo una duración de cinco meses.

    En julio de ese mismo año, ya en Ecuador, invirtió USD 9 000, que obtuvo de un préstamo de su padre, para iniciar con su negocio; así nació AnyWho.

    Al llegar al país le costó mucho esfuerzo encontrar a proveedores de cuero, de horma y de tacos. Los materiales con los que diseñaría los halló en una feria en Quito. El cuero que utiliza para diseñar sus zapatos son 50% de origen nacional (Ambato), el resto es importado de Argentina y Colombia.

    En un taller, ubicado en la ciudadela Entre Ríos, en la vía a Samborondón, sus diseños toman forma.

    Chang, junto a dos maestros del calzado, da vida a las piezas. Fabricar un modelo toma hasta dos semanas, explica la emprendedora. El precio de los zapatos oscila entre los USD 75 y 110.

    En su primera colección se destacan los calzados de tacón de 7 centímetros de alto, aunque la colección también incluye zapatos cerrados y bajos. En abril tiene previsto lanzar una segunda colección, la cual incluirá zapatos tipo suecos.

    Desde el lanzamiento oficial de su marca y apertura del showroom, hace unas tres semanas, la iniciativa facturó USD 2 500. Sus clientes son mujeres entre los 20 y 45 años.

    Una de ellas es Estefanía Aspiazu, quien adquirió dos pares el día del lanzamiento de AnyWho Shoe Design. “Lo que más me atrajo es que son diseños únicos elaborados con materiales de calidad”, cuenta esta clienta.

    Una opinión similar la tiene Fátima Ordóñez, otra consumidora que gusta de esta nueva marca de zapatos. Ella señala que fue al showroom por acompañar a una amiga, pero los productos que allí se mostraban llamaron su atención y decidió comprar ella también. “Lo mejor es la comodidad de los zapatos. Eso es lo que más me atrae”.

    Sobre el negocio

    • La promoción.   Lo hace principalmente a través redes sociales como Facebook e Instagram.
    • Los modelos. Elabora unos 35 pares por cada modelo. Tiene previsto lanzar su nueva colección en abril.
  • EL negocio pierde recursos y se estanca

    Las consecuencias

    Carolina C., de 74 años, quien tiene un pequeño negocio de lavado de ropa, no pudo comprarse la lavadora industrial que requería para ampliar su empresa por problemas con su pareja. «Necesitaba que me firme los papeles para comprar a crédito una lavadora, pero él no quería firmar, me daba largas. En la empresa les dije que yo voy a pagar la lavadora, no él. Pero aún así no pude.» 50 de cada 100 microempresarias en el país viven algún tipo de violencia de pareja, lo cual no solo afecta su salud emocional e integridad personal, sino la sostenibilidad de sus microempresas.

    Así lo demuestra el estudio ‘Los costos invisibles de la violencia contra las mujeres para las microempresas’, encargado por el Programa ComVoMujer, de la Agencia de Cooperación Alemana, a la Universidad San Martín de Porres, con sede en Perú.

    Para mujeres como Ana Molina, quien posee un consultorio dental ubicado en el norte de Quito, la convivencia con su pareja le significó pérdidas económicas y daño emocional.

    Relata que apenas se casó pensó en crear una clínica odontológica con su pareja. «Él puso una parte y yo aporté con dinero que había ahorrado desde soltera», recuerda. Pero aunque crearon el negocio, él nunca la hizo participar del proyecto. Cuando se separó, ella se quedó sin nada.

    «El proceso de separación fue demasiado doloroso, y al final yo preferí no exigir, porque lo que quería era tranquilidad y ya no tener más problemas.» Molina tuvo que empezar de cero. Hoy dirige su propio consultorio. Aunque todavía sueña con tener su clínica, no cuenta con los recursos.

    Arístides Vara, del Instituto de Investigación de la Universidad San Martín de Porres, considera que la violencia hace que los emprendimientos de las mujeres se conviertan en micronegocios de subsistencia. «Para crecer necesitan reinvertir las ganancias, pero si ese dinero se gasta en curarse, o en resolver problemas familiares, difícilmente van a crecer.» Otro problema es la sobrecarga laboral. «La mujer debe recuperar los días perdidos por problemas familiares, y trabaja más de ocho horas diarias», comenta el investigador peruano.

    María O., de 60 años, enfrenta esta realidad. Ella es propietaria de una pequeña tienda, y relata que debe trabajar hasta 18 y 20 horas al día para poder generar los ingresos para mantener su negocio. Como otras microempresarias, María O. siente cómo la violencia de pareja afecta a su negocio: «A veces se porta grosero delante de la clientela. Es gritón, mandón, piensa que es mi dueño», dice esta microempresaria, quien debe asumir sola los gastos de la casa.

    Para Christine Brendel, directora regional de ComVoMujer, la violencia contra las mujeres es una problemática que afecta al Ecuador, un problema que para ser erradicado requiere del compromiso del Estado, la sociedad y las empresas.

    El presentismo es otro de los resultados de la violencia

    La violencia de pareja genera lo que se conoce en términos de talento humano como presentismo. Esto no es más que una situación en la cual una microempresaria reduce su rendimiento productivo, la calidad del trabajo disminuye, o hay cero o poca productividad. Además, cuando un trabajador sufre de presentismo, enfrenta un alto riesgo de sufrir accidentes laborales.

    Arístides Vara, del Instituto de Investigación de la Universidad San Martín de Porres, considera que esta es una variable que muy pocas veces se tiene en cuenta al momento de medir la productividad.

    Ricardo Flor, presidente de la Cámara de la Pequeña Industria de Pichincha, señala que cuando existe violencia de pareja hacia la mujer, la productividad se ve afectada. «Todo lo que sucede en nuestro hogar lo llevamos a nuestro trabajo, consciente o inconscientemente».

    A nivel empresarial, otros efectos son el ausentismo y la rotación de personal que también generan costos importantes a nivel de productividad.

    Vara acota que el objeto del estudio es motivar acciones desde los sectores privados (gremios) y públicos (Gobierno) para pensar en políticas públicas de prevención de la violencia contra la mujer.

    Las entidades financieras de microcrédito así como las empresas también pueden ayudar a detectar la problemática. «La clave es prevenir», dice este investigador peruano.

    Además de la investigación efectuado en el ámbito microempresarial, el programa ComVoMujer ha trabajado en estudios específicos en otros sectores como el florícola, el maderero, etc. Los estudios evidenciaron los costos en términos de productividad que generan los problemas de violencia contra la mujer.

    Las cifras

    Denuncias. El 70% de mujeres microempresarias solteras con pareja no ha denunciado el hecho de violencia porque creen que las agresiones recibidas no son importantes.

    El apoyo. El 37% de microempresarias que sufren violencia buscan apoyo en su familia.

    El daño físico. El 54% de microempresarias ha sufrido algún daño físico. Los más frecuentes son los moretones o hinchazón, las hemorragias, las luxaciones o esguinces y los desmayos.

    Otros daños. El 85% de microempresarias ha sufrido algún daño emocional por temas de violencia. Los síntomas más frecuentes son tristeza depresiva, angustia o miedo.

    La ayuda. Solo 11% de las mujeres casadas o en unión ha recibido atención médica o psicológica.

    50 de cada 100 microempresarias sufren algún tipo de violencia de pareja.

  • La comunicación y perder el miedo son las soluciones

    Cuando en la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) notaban que los pagos de los créditos que otorgaban a microempresarias se retrasaban surgieron varias interrogantes.

    Una de las primeras hipótesis fue que la violencia podía estar afectando a las emprendedoras. Por ello, junto al Programa Regional ComVoMujer, de la Cooperación Alemana, el gremio participó en un estudio enfocado en el segmento de las microempresas.

    Tras las investigaciones se encontró que existían negocios que cerraban por problemas de violencia de pareja.

    Pero, ¿cuáles son la alternativas que se plantean desde las empresas y las cámaras para brindar soluciones a las mujeres ante esta problemática? Para Ricardo Flor, presidente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria de Pichincha (Capeipi), una de las alternativas es que las empresas implementen programas de concientización por medio de sus trabajadoras sociales a toda la plantilla de trabajadores.

    Flor añade que «no se debe olvidar que este problema es estructural y atraviesa toda la sociedad». Por ello recomienda que las charlas o talleres se deben impartir a hombres y mujeres.

    En la Capeipi no disponen de datos estadísticos sobre este problema. Por ello, realizan un estudio para obtener información de cómo están las empresas asociadas; a mediados de este año esperan tener resultados.

    Benito Jaramillo, presidente del Directorio de Expoflores, comenta que el sector florícola es muy consciente de este tipo de problemas.

    Por ello, la mayoría de empresas cuenta con sellos sociales o certificados que tratan de evitar o combatir este tipo de situaciones. «Los trabajadores y psicólogos industriales -dice Jaramillo- juegan un papel preponderante en estos casos».

    El representante del gremio floricultor considera que para poner fin a esta situación, la educación cumple un papel preponderante. El segundo aspecto es que las «mujeres comuniquen y sepan y manifestar sus problemas».

    Mientras que Eddy Troya, gerente de HumanPlus, consultora en temas laborales, señala que es necesario trabajar muy fuerte en el ámbito de la familia, sino se empieza por ese ámbito, «cualquier esfuerzo será en vano». Por ello, Troya aconseja que las empresas deben implementar programas en el que participen todos los miembros de la familia, jornadas de integración y charlas periódicas.

    Para Evelyn Gómez, especialista en Talento Humano, para que un emprendimiento tenga éxito y para que un empleado tenga un buen rendimiento laboral, debe tener en orden su vida familiar.

    Una de las alternativas es generar un «entorno de confianza en la empresa», para que las mujeres puedan contar su situación, y así, buscar soluciones.

    Evangelina Gómez, directora del Consorcio Ecuatoriano para la Responsabilidad Social (Ceres), asegura que los temas de violencia son más complicados para las pequeñas empresas, porque puede generarse una rápida descapitalización (más gastos que ingresos) y sobrecarga laboral si no se lo controla.

    Por ello, Gómez comenta que es indispensable que se reconozca el problema y que las empleadas reciban capacitación sobre estos temas, para que ellas puedan reconocer una situación de violencia y denunciarla.

    Más datos

    Microempresarias. 422 100 emprendedoras han sufrido o sufren actualmente violencia por parte de su pareja o ex pareja.

    En el último año. Más de 123 000 microempresarias fueron atacadas por sus parejas o ex parejas.

  • Las diferencias salariales persisten

    Redacción Quito

    Aunque se han realizado esfuerzos importantes, los hombres todavía ganan un mejor salario que las mujeres en el ámbito local.

    Los datos muestran un cambio significativo en la fuerza de trabajo en el país, con una presencia creciente de mujeres en posiciones de liderazgo, representando 27% del nivel ejecutivo, anota un estudio elaborado por la firma consultora Deloitte, realizado en el 2011, el más reciente sobre el tema.

    Pero, según el mismo informe, la brecha de salarios entre hombres y mujeres en el país es del 15% en promedio.

    De igual modo, a medida que el nivel de jerarquía es mayor, la brecha aumenta hasta llegar a una diferencia del 28% en el nivel de directores.

    Los datos coinciden con el estudio ‘Nuevo Siglo, Viejas Disparidades‘, publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el 2012. De acuerdo con este documento, los hombres ganan en Ecuador un 3% más que las mujeres, pero al comparar hombres y mujeres de la misma edad y del mismo nivel educativo, los hombres ganan casi un 15% más que las mujeres.

    Para los expertos consultados, estos índices responden principalmente a factores culturales e, incluso, estereotipos.

    Tania Moscoso, gerenta de Consultoría de Capital Humano de Deloitte, señala que esto obedece a «un concepto errado», de que las mujeres son menos productivas, porque tienen un rol de madre en el hogar. «Ese rol de la mujer en el hogar implica un esfuerzo adicional; no solo de la mujer sino de la corporación».

    Ella considera que cada vez un mayor número de empresas incorpora dentro de sus políticas la flexibilidad laboral, un factor que, según la ejecutiva, puede contribuir a una mayor equidad.

    Eddy Troya, gerente de Human Plus, considera que la cultura ecuatoriana aún es machista. «Aunque algunas empresas están gerenciadas por mujeres, la generalidad es que se privilegie al hombre». Otro factor es la educación. «El rol para el cuidado de los chicos hace que la mujer no pueda seguir preparándose». A esto se suma una estructura de políticas estatales que no privilegian lo suficientemente en el ámbito laboral a la mujer.

    Moscoso indica que países europeos y de la región están haciendo esfuerzos interesantes para reducir esta brecha. Comenta que una ley en Francia estableció que para el 2016, el 40% de mujeres ocupe cargos directivos en las corporaciones. En Colombia se introdujo una ley que fija que hombres y mujeres deben tener iguales condiciones salariales.

    Según el estudio del BID, las mujeres en América Latina solo ocupan el 33% de las profesiones mejor pagadas en la región (arquitectura, la abogacía o la ingeniería). A pesar del avance en años de escolaridad (0,5 años más que los hombres), la mujer tiende a concentrarse más en carreras como Psicología, Enseñanza o Enfermería. En Ecuador, las mujeres escalan posiciones en las áreas de Recursos Humanos, Marketing y, últimamente, Finanzas, dice Troya.

  • Tacones gigantes para lograr comodidad

    Redacción Quito

    Tacones, teléfonos, computadoras portátiles, zapatillas, pianos, entre otros, son las formas de algunos de los muebles que comercializa Angelo Armas en su local Son Ideas.

    Este negocio, ubicado en el norte de Quito, arrancó hace cuatro años. Inicialmente, Armas fabricaba y comercializaba muebles lineales, clásicos, pero a los dos años le dio un giro a su actividad.

    «Había mucha competencia. Como estamos en el sector de la América (zona de venta de muebles, en el norte), hay que marcar la diferencia. Empecé a crear productos no tradicionales. Primero hice un sillón con forma de bota gigante».

    En adelante, este artesano que se convirtió en artista, se dedicó, con una inversión inicial de USD 5 000, a la elaboración de sillas, sillones, mesas, puffs temáticos… Algunos son réplicas casi exactas de otro tipo de productos que existen en el mundo. Estas creaciones es posible observarlas en el interior de la tienda o en el catálogo que tiene Armas.

    Uno de estos productos es un sillón con forma de control de Play Station. Es de color negro y tiene bordadas, con colores exactos al original, las indicaciones para el juego. El mueble, además, cuenta con dos cajones que permiten al usuario colocar bebidas.

    El 75% de los muebles que fabrica son a pedido: personalizados y a la medida. El resto, dice Armas, diseñan por cuenta propia para tener ‘stock’. Se incluyen, además, unos pocos productos lineales.

    El emprendedor dice que no usa plantillas para la fabricación. A él, el cliente le indica qué es lo que busca, Armas desarrolla el concepto y lo plasma en la realidad con materiales como cuero, microcueros, esponja, madera, entre otros.

    Los precios de los productos varían, de acuerdo con el tamaño y la forma. Una silla gigante con colores psicodélicos, por ejemplo, tiene un costo de USD 480; mientras que un juego de tres sillones con formas específicas cuesta desde 980. El 50% de los productos que compran a Armas son para hogares y el restante, para negocios. Los productos de Son Ideas, incluso, han sido utilizados en comerciales de televisión. Así lo cuenta el publicista Carlos Enríquez.

    «Son novedosos en su diseño y son bastante cómodos. Le he contratado para que me provea con sillas o muebles que van a salir dentro de los comerciales, como utilería (…). Han salido en comerciales de Tony, por ejemplo».

    Este ejecutivo también ha contratado a Armas para que los muebles sean utilizados en salas para clientes del exterior, con los que ha tenido reuniones vinculadas a su área de trabajo.

    Gracias a este y otros trabajos, Armas factura USD 45 000 al año. Su aspiración es abrir otros locales en la ciudad e, incluso, que sus muebles sean utilizados en producciones de cine y de televisión. Por ahora, lo que sí ha conseguido es vender un grupo de sus creaciones al extranjero, particularmente, a Alemania.

    La empresa

    La nómina. El emprendedor Angelo Armas emplea a tres personas, con las que desarrolla sus creaciones en el taller. En el sitio se observan los muebles y las herramientas con las que este artesano trabaja.

    El mercado. Los muebles fabricados en Son Ideas también despiertan el interés de clientes de otras ciudades. Una de las adquisiciones, por ejemplo, se hizo desde Francisco de Orellana.

  • La ‘Mujer Real’ ahora cuenta con una fragancia exclusiva

    Redacción Quito

    Los anuncios publicitarios de los perfumes, para la mujer principalmente, por lo general implican la participación de supermodelos, con figuras estéticas y delgadas. De hecho, es muy común que deportistas se conviertan en la imagen de alguna fragancia.

    Pero para María Eugenia Donoso los estereotipos que muestran ese tipo de promociones son poco reales para la mayoría de los consumidores. Por ello, decidió crear una fragancia cuyo concepto se adapte a ‘la mujer real’. «El perfume no busca representar a la modelo de Victoria Secrets y mide 1,90, sino a la mujer real, a ejecutivas», explica la emprendedora.

    Así, a finales del año pasado nació la idea de lanzar el perfume Be-U Plus. El proyecto surgió gracias a la agencia de modelos de talla grande Plus Trends Modelo y Estilo, fundada por Donoso en enero del 2012. Además, gracias a la coyuntura de la restricción a las importaciones de cosméticos, ella vio en este mercado una oportunidad para incursionar con productos manufacturados.

    Con el concepto de la fragancia, Donoso se asoció con The Lab, una empresa quiteña que elabora perfumes. En principio, tenían tres opciones de perfumes y para tomar una decisión final transcurrieron un par de meses.

    Hasta el momento, la inversión asciende a USD 10 000, que se destinaron a la compra de insumos en Francia y en Estados Unidos.

    Telémaco Suárez, fundador de The Lab, recuerda que Donoso llegó con las idea clara de lo que quería. Para definir las tres alternativas, mezclaron elementos frutales y florales; el proceso les llevó una semana.

    Otro de los aspectos que hace atractivo al producto, dice Suárez, es que el perfume se elabora en el momento en que el cliente va a comprar. «Se realizan las mezclas de los elementos; nos demoramos unos cinco minutos en la composición y el envasado». Hasta el momento han comercializado unas 300 unidades en los locales de The Lab, ubicados en la av. República de El Salvador (norte de Quito) y otro en Cumbayá (nororiente).

    María de Lourdes Villacrés, dentista quiteña, es una de las clientas que ha adquirido Be-U Plus. Hasta el momento ha comprado cinco unidades del producto.

    Ella asegura que le ha gustado mucho el perfume debido a su olor cítrico y dulce a la vez, que le hace «sentirse identificada» con la fragancia. Además, otra característica que resalta es que es fresco para el calor y el olor dura todo el día.

    La promoción de la marca la realiza por medio de las cuentas de Plus Trends en redes sociales: Twitter y Facebook y; también a través de su blog de moda.

    300 unidades de perfumes ha vendido la firma desde su lanzamiento.

  • Carlos Molina: Sus diseños calzan en EE.UU.

    Patricio Ramos (I) Redacción Manta / LÍDERES

    El manabita Carlos Molina mantiene un estilo impecable. No descuida detalle alguno en su presentación. Él dice que los pormenores cuentan y mucho en el mundo del diseño y la moda en el cual está involucrado hace 25 años.

    Siempre viste zapatos de cuero, pantalón de tela, camiseta blanca y chaquetas llenas de líneas sobrias y colores oscuros y ‘llamativos’. A este mantense se le hizo realidad el sueño americano. Todo empezó hace 29 años, cuando migró a EE.UU., desde su ciudad natal.

    No fue fácil. Llegó a Nueva York y trabajó en un restaurante ubicado en el barrio Jamaica Queens. Luego, encontró empleo en el área administrativa de la importadora de calzado Bellini y, cuenta, ahí empezó su trayectoria como diseñador de zapatos para mujer. Gracias a los bocetos que dibujaba en su tiempo libre, se integró al área de diseño.

    Hoy, los zapatos de Molina utilizan personajes y celebridades en la Gran Manzana, buena parte de EE.UU., Latinoamérica, Europa, Asia, según se destaca la trayectoria de este mantense en publicaciones especializadas.

    La habilidad de este manabita es innata. «Desde los ocho años ya daba muestras de su destreza», dice su hermana Liris, sentada junto a la piscina, en una propiedad de Carlos en el emblemático barrio Jocay (centro de Manta). A ella se le humedecen los ojos cuando recuerda las manualidades que hacía Carlos cuando era niño y que hoy los ubican entre los renombrados diseñadores de calzado.

    «Elaboraba juguetes con desperdicios de madera que recogía de un depósito que había frente a la casa en su niñez», comenta Liris. Esa vivienda estaba ubicada en el barrio La Ensenadita, un kilómetro al suroeste de Jocay. Hacía modelos de camiones, eran los ‘carritos’ para sus hermanos. «Sus creaciones eran del gusto de sus amigos, pero a ellos les cobraba, había que ganar algo por la dedicación», comenta su hermana.

    Él quiso estudiar arquitectura, pero la economía familiar no le permitió, por ello migró a EE.UU., y hoy se califica como con «arquitecto frustrado». En ese país se casó con Dianalymm Bodero y procreó tres hijos. Pero también se dio modos para estudiar administración de empresas, en la extensión de la Universidad Vicente Rocafuerte en Manta lo que hoy es la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí.

    Mientras trabajaba y diseñaba para Bellini, celebridades y personas inmersas en el mundo de la moda preguntaban de quién eran los diseños que encontraban allí, a lo que los encargados de esa firma decían que los hacía un ecuatoriano.

    Con esa proyección y el reconocimiento de sus diseños, en 1999 decidió impulsar su marca ‘Carlos Molina’ y abrió tres tiendas en Manhattan. El negocio iba bien hasta que en el 2001 se produjo el ataque a la Torres Gemelas; ese acto terrorista puso en aprietos a varios negocios entre ellos el de Molina. Sin embargo, dice que logró salir a flote diseñando para otras marcas de propiedad de celebridades, entre ellas Fergie, Britney Spears entre otras.

    La revista Ecuador Times, en una publicación de abril del 2011, destacó su aporte como diseñador para personajes y marcas reconocidas, como Jessica Simpson, Vince Camuto, Nicole Miller, Vera Wang, BCBG Paris, ING, Boton Chinese Laundry, Nina, Coup d,etat y también BMakowsky y Kahty Van Zeelan.

    Este diseñador estuvo en Manta hace unas tres semanas. Aquí se hospeda en su propiedad y en donde renta ocho apartamentos amoblados. Se trata de un proyecto inmobiliario que fue diseñado por él, con la asesoría de arquitectos locales.

    Carlos cuenta que artistas como Thalía, Jennifer López, entre otras, lucen sus creaciones. «A ellas les gusta mucho los tacones altos. Mis zapatos tienen un estilo arquitectónico, están llenos de colores con puntas siempre y están presentes en los pies de las divas; ellas reconocen mi trabajo. Lo valoran y lo recomiendan con mi nombre y apellido: Carlos Molina«.

    Este mantense, comparte su vida entre las pasarelas de Nueva York, Taiwán, Tokio, Madrid, Italia y Francia. Viaja cuatro meses íntegros al año.

    La modista Fátima Chávez trabajó 20 años en Nueva York y hoy reside en Manta. «Carlos siempre está viajando, creo que sus desplazamientos por el mundo le permiten siempre estar a la vanguardia del diseño. Cuando está en Nueva York, donde reside, tiene una agenda muy apretada, pero siempre se da tiempo para conversar con sus amigos y paisanos«.

    La diseñadora y dueña de la casa de modas Karen Pamela en Manta, Asunción Villa, destaca su trabajo. «Sus diseños de tacones y puntas estilizadas nos encanta. Siempre están innovando; sin duda, es un ejemplo».

    Desde el 2000, se ha convertido en un entusiasta colaborador del Patronato Municipal de Manta. Realiza desfiles y lo que se recauda dona para obras sociales.

    Uno de los eventos recientes fue el 22 de octubre: llegó con parte de su nueva colección y participaron las candidatas a Reina de Manta. Ana María Suárez de Zambrano, a cargo del Patronato, cuenta que el espíritu solidario de Molina es único: «siempre hace un espacio en su agenda, para atender nuestras invitaciones». Cuando está en Manta comparte con «su gente» y no deja pasar la oportunidad para comer cebiche de pescado.