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  • Coca-Cola deja en él su plan de marketing mundial

    Giovanni Astudillo Editor (I) redaccion@revistalideres.ec

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    Era 1994. La equivocación del guardia de seguridad de productos Adams, en Quito, cambió la vida del ecuatoriano Javier Meza. Un amigo le comentó que en esa empresa requerían ingenieros químicos y él llegaba de Brasil recién graduado de la Universidad São Carlos.

    Fue a la entrevista y preguntó por Eduardo (Rivera), quien era el jefe de Producción, pero el guardia se confundió y le envió donde Eduardo Izurieta, jefe de Marketing. Con él conversó sobre su estadía en Brasil y sus intereses.

    Cuando le dio el puesto en marketing, Meza le dijo que era químico. Tuvo que escoger entre ser capacitado para el nuevo puesto o entrevistarse con Rivera.

    El actual Global Chief Marketing de The Coca-Cola Company escogió la primera porque no era la primera vez que se enfrentaba a un reto. Los desafíos empezaron cuando salió a sus cinco años desde Puyo hacia Quito, para estudiar la primaria. Sus padres, quienes eran maestros, sabían que la educación sería el principal legado para sus tres hijos y lo cumplieron.

    Meza se destacó académicamente en el Borja 3, por ello su madre le buscó una beca en el
    Colegio Alemán y se pasó para el quinto grado. No sabía si estaría preparado para destacarse.
    Pero se graduó como el mejor de su promoción y aprendió alemán e inglés. Su siguiente reto fue buscar una universidad en el exterior. La oportunidad para acceder a una beca se concretó en la Universidad São Carlos y estudió portugués básico para prepararse.

    A los 17 años realizó el primero de una infinidad de viajes al exterior. Llevó algo de ropa y dinero y, lo más importante, el número telefónico del ecuatoriano Abraham Proaño, quien vivía en São Carlos, ubicado en el estado paulista.

    Luego le presentó al riobambeño Roberto León, quien estudiaba en la misma universidad de Meza. “Esa ayuda fue fundamental para aprender a desenvolverme porque tenía temor de no estar a la altura”, dice el ejecutivo de 49 años.

    Javier Meza está con los campeones mundiales históricos de Brasil . Foto: cortesía
    Javier Meza está con los campeones mundiales históricos de Brasil . Foto: cortesía

    Otra vez superó sus expectativas y se graduó como el mejor estudiante hasta ese entonces, en ese centro de estudios. Aunque tenía oportunidades laborales en Brasil decidió retornar a Quito y allí fue a productos Adams.

    En esa empresa laboró durante tres años. Aprendió marketing y siguió un MBA en la Universidad San Francisco de Quito, que fue pagada por sus jefes. Allí, conoció al Gerente Financiero de Coca-Cola en Ecuador, quien le ofreció un puesto, pero Meza no aceptó hasta acabar el posgrado.

    Cuando lo hizo habló con los ejecutivos de Adams y ofreció vender su vehículo para pagar la maestría, pero no le aceptaron y autorizaron su salida. “La experiencia sirve, pero el estudio formal es importante”, dice Meza.

    En The Coca-Cola Company está hace 22 años. Al inicio fue el primer Brand Manager de Sprite en Ecuador, pero a los tres años le dijeron que su puesto se cerraba y tenía una opción para no quedar desempleado y era irse a Argentina. Su esposa Verónica Galárraga le apoyó, por lo que aceptó el cargo de Director de la marca Coca Cola para el sur de Latinoamérica.
    Luego, ocupó puestos relevantes en esta transnacional en Perú, Costa Rica, Brasil y EE.UU. También, ocupó el cargo de Vicepresidente de Marketing para la región Asia-Pacífico. A su cargo estuvo el trabajo en India, China, Oceanía y el Sudeste Asiático.

    “En una carrera se necesita de líderes que vean cosas en uno, que nosotros no las vemos y esto tuve yo”, cuenta Meza. Según él, en Ecuador, Brasil y Argentina estuvo en momentos de crisis y superó obstáculos para lograr los objetivos de Coca-Cola, por lo que la actual situación no le desborda.

    Él aprendió de cada cultura, sus diferencias y similitudes, y eso le ha servido para concretar sus proyectos y ajustar su estilo. Pierangela Sierra, gerente de Tipti, destaca que su amigo tiene muy claros sus objetivos, por lo que es persistente y consistente. “Es un buen conciliador y negociador, y busca un balance de respeto. Eso le ayudó a ser exitoso en muchos países y culturas del mundo”.

    Ahora, lidera el crecimiento del portafolio de marcas Coca-Cola, Fanta, Sprite y Schweppes, en la matriz de Atlanta, y se encarga del desarrollo de estrategias de ‘branding’ (construcción de marca), comunicación e innovación y programas globales de marketing.

    “Cuando llegué a Atlanta, pensé lo mismo que cuando fui a Brasil. Me decía, ¿seré bueno en el contexto global? Pero mucha gente me ayudó”. Otro reto de Meza fue superar su miedo a volar. Para ello, decidió saltar en paracaídas con un experto en Argentina.

    Se prometió no cerrar los ojos y evitar que su temor le impida disfrutar de la experiencia y le paralice. Es una filosofía que replica en otros ámbitos.

    Su hoja de vida
    Nació el 24 de febrero de 1971. Es el segundo de tres hermanos Meza Robayo. Está casado con Verónica Galárraga y tiene tres hijos.
    Es Ingeniero  Químico por la Universidad de São Carlos y un MBA por la San Francisco de Quito. Tiene estudios de Marketing Estratégico y Digital por el Harvard Business School y Liderazgo por el Institute For Real Growth.

    La firma tiene presencia en 200 países

    Redacción Cuenca  (I)
    Coca‑Cola nació en 1886 en Atlanta, Estados Unidos. Ahora, tiene presencia en más de 200 países y supera las 500 marcas con un total de 4 700 productos, según el Business & Sustainability Report.

    El año pasado reportó ingresos operativos netos por USD 37 000 millones. México, China, Brasil e India fueron los mercados más grandes fuera de EE.UU. Juntos representan el 31% del volumen de cajas.

    Desde hace dos años, el ecuatoriano Javier Meza es el Global Chief Marketing de Coca-Cola Company. Lidera un equipo que se encarga de las estrategias mundiales de crecimiento de las marcas. Además, del portafolio de innovación y campañas de marketing.

    Su grupo de investigación y desarrollo, por ejemplo, se encargó del lanzamiento de Coca-Cola Energy, Coca-Cola con café. “Desarrollamos fórmulas, conceptualizamos empaques y campañas de lanzamiento”.

    Por la crisis del covid-19, impulsó dos campañas. Una para América Latina y Norteamérica, con comidas, y otra para Europa y África, con un mensaje más icónico y valores. Ahora, labora en una campaña para Navidad, que se verá entre octubre y noviembre. 12 personas reportan a Meza en Atlanta, pero también tiene una red de profesionales en el mundo.

    Uno de sus momentos más complicados fue la campaña publicitaria para Mundial de Brasil 2014. El peor momento fue cuando Alemania goleó 7 a 1 al equipo local en la semifinal. Estuvo en ese país y su equipo reaccionó rápido ante ese dolor con una publicidad que tenía botella con un sorbete dentro y hecho un nudo. “Dijimos que tenemos un nudo en la garganta como todos y logramos empatía”.

    El ejecutivo ecuatoriano está el Headquarter Global de Coca-Cola (arriba, izq.), con su familia en Cotopaxi (arriba) y con los campeones mundiales históricos de Brasil (izq.). Foto: Cortesía Javier Meza
    El ejecutivo ecuatoriano está el Headquarter Global de Coca-Cola (arriba, izq.), con su familia en Cotopaxi (arriba) y con los campeones mundiales históricos de Brasil (izq.). Foto: Cortesía Javier Meza
  • Familia y mercadeo son sus dos grandes pasiones

    Patricia González

    (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

    Vanessa Prados se levanta a las 5:15 todas las mañanas y lo primero que hace es salir a correr cinco kilómetros en el reservorio de Cumbayá. Al volver a casa, desayuna en familia, lleva a su hijo -de 9 años–al colegio y se va a la oficina, que le queda a cinco minutos de trayecto en auto.

    Una de las cosas que más valora de su trabajo actual como Gerenta de Mercadeo de Impoventura, representante de Volkswagen Automóviles y SUV en Ecuador, es que le ha permitido equilibrar mejor su vida profesional con la personal. “Una de las motivaciones que tuve para cambiarme de trabajo era poder llevar a mi hijo al colegio todos los días y recogerlo de sus clases de equitación. Me estaba perdiendo de esos momentos”.

    Vanessa sabe muy bien lo valioso que es el tiempo en familia y procura aprovecharlo al máximo. Con 29 años, dejó su natal Colombia y la casa de sus padres para establecerse en Quito, con su actual esposo, Andrés Sabransky, a quien conoció tres meses antes de emigrar y de casarse.

    Es oriunda de Cartagena de Indias, pero se siente más bogotana, porque desde los 8 años vivió en la capital neogranadina, junto a sus padres y sus dos hermanas, mayores que ella, a quienes considera sus mejores amigas.

    Su padre, quien falleció el pasado año, laboró para el sector petrolero y su madre se ha dedicado, hasta la actualidad, a la gestión inmobiliaria. “Son ejemplo de persistencia. Mi papá siempre decía que el trabajo dignificaba”.

    La ejecutiva se graduó en el colegio femenino Gimnasio Iragua, de Bogotá. Al egresar, con 17 años, se fue de intercambio durante seis meses a un colegio de Chicago, para mejorar su nivel de inglés. “Maduré mucho, aprendí a vivir sin mis papás, nunca había tomado un bus sola en mi vida. Llegué a una ciudad gigantesca a coger metro y a administrar sola mi dinero”.

    Estudió Administración de Empresas en la Universidad de la Sabana. Durante su época universitaria, trabajó los fines de semana y en vacaciones, vendiendo apartamentos con su mamá.

    Sus prácticas universitarias las hizo en el área de finanzas de un buró de crédito. Sin embargo, desde que se graduó tuvo certeza de sus intereses por el mercadeo.

    Vanessa Prados es Gerenta de Mercadeo de Impoventura, representante de Volkswagen en Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Vanessa Prados es Gerenta de Mercadeo de Impoventura, representante de Volkswagen en Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

    Trabajó como Coordinadora de Mercadeo en medios de comunicación de su país, portal Calle22.com y Casa Editorial El Tiempo. Luego, para una empresa editorial, de la Organización Carvajal.

    Poco antes de mudarse a Ecuador, en octubre del 2006, trabajó para Colmena Seguros como Jefa de Mercadeo. Luego de algunos meses, renunció para venir a vivir a Quito con su futuro esposo.

    En enero del 2007, ingresó a trabajar en la agencia de publicidad Iconic, como Directora de Cuenta de Maresa, una experiencia de un año que le permitió conocer al mercado automotor del país.

    Desde el punto de vista personal, recuerda ese primer año de inmigrante como difícil. “Lo más duro fue estar sin mi familia. El primer año fui siete veces a Bogotá”.

    Bibiana Sabransky, su amiga, destaca en ella su nobleza y sensibilidad. Además, la considera una persona muy activa, creativa y participativa: “Siempre tiene algo que proponer”.

    Su segundo trabajo en Ecuador fue como Asesora de Mercadeo en la Aseguradora del Sur, donde también tuvo contacto con la industria automotriz.

    Luego de cuatro años, la contactaron para sumarse al equipo de GM OBB, donde ocupó la Jefatura de Publicidad, la Gerencia CRM y Digital y la Gerencia CRM Andina (Colombia, Ecuador, Perú, Chile).

    Esta experiencia de cinco años fue para Prados “la mejor escuela” que ha tenido. “Crecí personalmente, aprendí a dirigir equipos, a administrar mejor mis tiempos, a ser ‘multitasking’. General Motors te lanza al reto para que vayas aprendiendo en el camino”.

    Gabriela Veintimilla, quien formó parte de su equipo de publicidad en la ensambladora automotriz, comenta que con Vanessa aprendió a ser detallista y entender que “independientemente del resultado lo importante es hacer las cosas con pasión y amor”.

    En agosto del 2018, ingresó a trabajar a Impoventura, representante de Volkswagen, impulsada por la oferta de dos personas con quien ya había trabajado anteriormente y con la motivación personal de ganar tiempo en familia.

    Como Gerenta de Mercadeo ha promovido un mejor posicionamiento de la marca, que en 2019 tuvo 4 lanzamientos de vehículos y amplió su red de concesionarios de automóviles y SUV.

    Esteban Acosta, director general de Volkswagen Impoventura y quien trabajó anteriormente con Prados en GM OBB, también destaca que es una profesional dedicada y detallista. “Es una mujer de mucho liderazgo”.

    CV

    Administración de Empresas. Universidad de la Sabana, Bogotá.

    Especialización en Mercadeo Estratégico. Colegio de Estudios Superiores de Administración.

    Asesora de Mercadeo. Aseguradora del Sur.

    Gerente CRM Andina. GM OBB.

    Gerente de Mercadeo. Impoventura (Volkswagen Ecuador).

    Una marca que busca ganar espacio

    Redacción Quito (I)

    Volkswagen, firma automotriz de origen alemán, tiene como uno de sus objetivos principales en Ecuador ganar posicionamiento en el mercado.

    “Queremos llegar a ser la quinta marca de autos del país”, subraya Vanessa Prados, gerente de Mercadeo de Impoventura, representante de Volkswagen Ecuador en los segmentos automóviles y SUV.

    Actualmente, la marca ocupa el puesto 12 en el país, incluyendo vehículos livianos y pesados, según la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (Aeade).

    Buscando crecer en participación de mercado, que es del 2%, el 2019 la firma realizó el lanzamientos de cuatro modelos (Virtus, Polo HB, Tiguan y T-Cross) y amplió su red de concesionarios en autos y SUV, de 4 a 18.

    Entre las bondades de la marca, Prados resalta la tecnología alemana, la seguridad y los diseños: “Son modelos atemporales. Es una marca confiable”.

    Otro elemento “crucial” en el que está trabajando la compañía es en ofrecer un mejor servicio postventa. “Garantizando a los clientes que tengan repuestos, accesorios y una mano de obra calificada, a precio asequible”, explica la Gerente de Mercadeo.

    Durante el 2019, la ensambladora de vendió 2093 unidades de automóviles y SUV, un incremento del 35% en relación con las ventas del 2018.

    Para este año, la empresa prevé lanzar dos SUV premium. Además, para mediados de año está previsto un cambio de imagen de la marca a escala mundial, adelanta Prados.

    “El 2020 será un año más competitiva, por la llegada de más marcas, pero en el que se esperan menos ventas por ser preelectoral”, señala.

    Vanessa Prados es Gerenta de Mercadeo de Impoventura, representante de Volkswagen en Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Vanessa Prados es Gerenta de Mercadeo de Impoventura, representante de Volkswagen en Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Software e innovación marcan su carrera profesional

    Patricia González

    (I)  
    redacción@revistalideres.ec

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    Francisco Córdova es hijo de un padre lojano y una madre barranquillera. Él nació en Guayaquil y es el penúltimo de seis hermanos. Estudió en el Colegio Vicente Rocafuerte, de Guayaquil. Desde los 14 años trabajó junto a sus hermanos varones en el negocio de reparaciones eléctricas de su padre.

    En su época estudiantil le atraía la ciencia. Pero, por recomendación de su padre decidió estudiar economía, en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

    Con 18 años, mientras estudiaba en la PUCE, tuvo su primer trabajo formal, en el área de ventas y suscripciones del periódico El Financiero. Luego, pasó a la coordinación de impresión.

    Tras año y medio en este medio, consiguió trabajo en una firma de origen chileno, como vendedor de software, en la que conoció a su mentor de ventas: Rubén Valle. En esa experiencia de dos años, Córdova comenzó a vincularse con la tecnología.

    La empresa cerró sus oficinas en Ecuador y por un tiempo volvió a trabajar con su padre, hasta que lo contrataron en una compañía de cauchos para uso industrial, donde asumió la Gerencia Comercial.

    En el año 2000, con 25 años de edad, falleció su padre. “Me marcó mucho porque teníamos muy buena relación. Era una persona autodidacta leía mucho. Nos dejó la honestidad, el sacrificio al trabajo y el apego a la familia”.

    Francisco Córdova en el coworking de Eikon. Foto: archivo particular
    Francisco Córdova en el coworking de Eikon. Foto: archivo particular

    Luego de este acontecimiento, él y dos de sus hermanos asumieron las riendas de la empresa familiar. Sin embargo, no funcionó por mucho tiempo como negocio. “Trabajar con familia es sumamente difícil”, admite.

    Francisco dio un paso al costado y empezó a trabajar para una firma publicitaria. Fue un empleo transitorio que, sin embargo, lo impulsó a formar junto a un socio su primer emprendimiento, dedicado al diseño de letreros publicitarios.

    En 2004, comenzó a trabajar para Eikon, como director comercial. Para entonces, esta firma se dedicaba exclusivamente al desarrollo de software operativo para el sector de comercio exterior.

    Actualmente, es un grupo empresarial, que además de la empresa matriz, agrupa a una productora de marketing digital, una consultora de talento humano, un centro de capacitación, una compañía de análisis de datos y un coworking.

    Su primera temporada con Eikon duró año y medio. La segunda comenzó en octubre pasado, nuevamente como Director Comercial, pero esta vez de todas las marcas del grupo.

    “Es un excelente profesional; bueno para la innovación, las ventas y generar soluciones”, comenta Xavier Riera, gerente General de la compañía.

    En el club de empresarios Share Networking, del que fue fundador y director. Foto: archivo particular
    En el club de empresarios Share Networking, del que fue fundador y director. Foto: archivo particular

    Tras su primera experiencia en Eikon, tuvo un segundo emprendimiento: Neosirys, dedicado al desarrollo de sitios web. Este proyecto, que duró un año, lo impulsó junto a un socio.

    La venta de software continuó siendo su campo de acción. En 2006 ingresó como gerente de Ventas a Altecsoft, una firma especializada en software administrativos. Gracias a que era el representante de la empresa ante la Cámara de Comercio de Guayaquil, en 2008 tuvo contacto con una misión comercial chilena, que buscaba socios en el país, entre las empresas que vinieron estaba Amable, una consultora en estrategia digital y experiencia de usuario. El concepto le llamó la atención a Francisco.

    A la par, a inicios de 2008 constituyó con su esposa, Gabriela Román, una empresa de comunicación y tecnología. Con la idea de marcar una diferencia con el negocio, se puso en contacto con Amable para plantearles la representación en el país. El plan se concretó y se conformó la filial Amable Ecuador, de la cual Francisco fue gerente General y socio hasta el año pasado.

    La firma se concentró en la usabilidad de canales de servicios y la experiencia del usuario en diferentes sectores, con mayor énfasis en el financiero. “Conectábamos la estrategia del banco con el mapa mental del cliente”, explica.

    Para Gerardo Dorfflinger, excliente de Amable, estos conceptos de usabilidad, que exportó Francisco con la firma, llegaron en un momento clave al país para la innovación y digitalización de los servicios bancarios.

    Francisco Córdova tocando con su banda. Foto: archivo particular
    Francisco Córdova tocando con su banda. Foto: archivo particular

    La cantidad de proyectos que surgieron en Quito lo obligaron a trasladarse a la capital en 2014, junto a su esposa y sus dos hijos. Con la contracción de la empresa en Chile decidió separarse definitivamente el pasado año y abrió un coworking con su esposa, que ahora forma parte de Eikon.

    Desde hace algún tiempo, retomó una afición de juventud: la música. Con vecinos de su urbanización, conformó una banda de rock latino, blues y baladas. Cada viernes, de noche, se reúnen a ensayar. Francisco toca la guitarra.

    CV

    Economista,  por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.
    Director Comercial de Altecsoft, 2006-2008.
    Socio y gerente General de Amable Ecuador, 2009 -2019.
    Director Comercial de Eikon, desde 2019.
    Cofundador de los emprendimientos Neosirys y Éxodo Comunicaciones.

    Francisco Córdova es economista y emprendedor, con experiencia en soluciones tecnológicas. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Francisco Córdova es economista y emprendedor, con experiencia en soluciones tecnológicas. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Conoce de todo en las industrias cartonera y gráfica

    Priscilla Alvarado

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Para José Jaramillo Miranda nunca hubo obs­táculos. El trabajo y la responsabilidad estuvieron allí desde su niñez. Este interés, más su experiencia, le permiten gerenciar uno de los más grandes grupos de la industria gráfica y cartonera del país.

    El industrial, el menor de cinco hermanos, nació en Guayaquil hace 70 años; sus estudios superiores los realizó en la Universidad de Guayaquil, en la Facultad de Economía. Desde pequeño sintió inclinación por los negocios. No en vano quería ser empresario.

    A los 10 años, cuando los niños jugaban con pelotas y trompos, él empezó a trabajar. Una pequeña fábrica de sellos de caucho lo contrató como vendedor.

    “Ganaba el 40% de la venta y me iba bien”, dijo Jaramillo. Comenta que esto forjó mucho su carácter. La autoexigencia y el positivismo en el trabajo lo marcaron.

    A medida que pasaban los años, su visión se amplió. Mientras cursaba la secundaria, consiguió un nuevo empleo. Ingresó a trabajar a una empresa embotelladora a la edad de 13 años. Su rol dentro de la compañía fue de ayudante contable. Luego trabajó para la banca hasta los 15 años. Sin embargo, esto no era lo que quería Jaramillo Miranda.

    Desde que empezó a trabajar su meta era ser empresario. Cuenta que cerca de donde vivía, en Escobedo y Tomás Martínez, centro de Guayaquil, estaba ubicada la fábrica de La Reforma. “Todos los días observaba cómo hacían los cuadernos y procesaban el papel, ahí me di cuenta que en eso quería enfocarme para mi negocio”.

    José Jaramillo en su premiación como el Mejor Industrial 2019. Foto: archivo particular
    José Jaramillo en su premiación como el Mejor Industrial 2019. Foto: archivo particular

    En 1970 fundó Papelesa, industria gráfica. La inversión inicial fue de USD 10, al cambio de ese entonces; empezó en un espacio de 8 metros cuadrados, en donde vendía papeles y cartulinas, en la avenida Quito y Vélez.

    En 1972, cuando abrió sus puertas, solicitó su primer préstamo al Banco del Pacífico. “Llegué a la oficina de don Marcel Laniado de Wind con mi carpeta y le dije que mi mejor garantía era yo”.

    Luego de un apretón de manos obtuvo USD 3 200 (80 000 sucres en esa época). “Desde ese momento supe que Dios y el vital apoyo de mi madre guiaban mi camino”, exclama sonriente.

    Con ese positivismo, cuatro años después adquirió una máquina para hacer cuadernos y en 1990 creó la compañía cartonera Grupasa e IMPO, comercializadora de papel en la industria gráfica.

    Su experiencia en el sector le ha permitido darse cuenta que el país tiene todo lo que se necesita para sumergirse en la revolución 4.0. Tras seguir la pista de firmas en Colombia y EE.UU. con alta tecnología, decidió invertir e innovar para que todo esté automatizado.

    José Jaramillo con sus tres hijas en la empresa. Foto: archivo particular
    José Jaramillo con sus tres hijas en la empresa. Foto: archivo particular

    Miguel Valdiviezo, amigo y exgerente de Grupasa, ha vivido junto a Pepe, como le dice de cariño, todo este proceso. “Lo conocí en 1984 y siempre lo catalogué como un visionario. Nunca está lo suficientemente satisfecho para parar de innovar. Tiene muchas ganas y cariño por lo que hace”.

    Valdiviezo tiene una anécdota con Pepe. Cuenta que en un viaje a EE.UU. conoció una de las plantas más grandes de ese país: Kraft. “Allí me di cuenta que su visión era crear trabajo, absorber lo más que se pueda de los grandes y no parar de producir”.

    A la par que Jaramillo ha impulsado su empresa, también ha participado en cursos de alta gerencia en Harvard University, Babson College, MIT y Kellog University. Además, es miembro activo del Club de Presidentes del Incae ­Business School.

    El empresario cree que la industria es un puente para compartir con la gente. Jaramillo gusta de motivar a los jóvenes a que alcancen sus sueños.

    “Tener recursos para uno mismo no es motivante, lo que sí llena es compartir con la gente”.
    Es un fiel creyente. Levantó una capilla dentro de Grupasa, como un acto de gratitud hacia Dios; disfruta junto a sus colaboradores de realizar obra social.

    José Jaramillo junto a los colaboradores de Grupo Papelesa, ubicada en el norte de Guayaquil. Foto: archivo particular
    José Jaramillo junto a los colaboradores de Grupo Papelesa, ubicada en el norte de Guayaquil. Foto: archivo particular

    Una parte vital de este industrial son su esposa y sus tres hijas, a quienes llama ‘las tres Marías’. María Gracia, María Lucía y María José son su soporte, ya que cada una cumple un rol dentro del grupo. “Desde muy pequeñas aprendieron a amar el trabajo, hoy tienen grandes responsabilidades dentro de la empresa”, dijo.

    Según Roberto Chávez, colaborador y conocido de Jaramillo Miranda desde hace 30 años, sus hijas son la razón de la innovación en la empresa. “El economista quiere dejar un legado no solo dentro de la empresa sino en ellas y en sus colaboradores. Él es un hombre de valores y muy perseverante”.

    Entre sus planes no está jubilarse. José o Pepe se levanta todas las mañanas a meditar y a hacer ejercicios para mantenerse con vitalidad. Además, dice que el trabajo lo llena de salud y de alegría diaria.

    DATOS

    Economista. Por la Universidad de Guayaquil.

    Cursos. En Harvard University, Babson College, MIT y Kellog University.

    Presidente. Fundador de Papelesa y Grupo Papelesa.

    Pasatiempos. Gusta de escuchar audiolibros, meditar en las mañanas y hacer ejercicio.

    Familia. Casado. Tiene tres hijas.

    La industria que apunta a la revolución 4.0

    Redacción Guayaquil (I)

    Hace 50 años, Papelesa nació y revolucionó el mercado de la industria gráfica. José Jaramillo Miranda estructuró la compañía que se dedica, hasta la actualidad, a la producción de cuadernos e insumos escolares y de escritorio.

    “El objetivo fue incursionar en un segmento de la industria que aún no estaba siendo muy explotado en el país”, indicó su fundador.

    En 1970, cuando se creó la compañía, competía con dos grandes de la industria gráfica como La Reforma y Sonapal. A pesar de todas las adversidades, Papelesa pudo vencerlas siendo el único sobreviviente de la época.

    Jaramillo, su líder, no contento con el resultado que la firma alcanzó en ese tiempo buscó diversificar su participación en el sector industrial.

    En 1990 creó la cartonera Grupasa. La filial del grupo cubre la demanda de cajas destinadas a productos de exportación como banano y camarón. La cartonera fabrica cajas de cartón corrugado, microcorrugado y auto-armables en polyboard y dúplex.

    También se incorporó, en esta fecha, IMPO, una empresa de formularios continuos, rollos y comercializadora de papeles y cartulinas para la industria gráfica. Todas estas líneas de producción forman parte de lo que hoy es Grupo Papelesa.

    El conglomerado ha logrado certificaciones como ISO 9001, OHSAS y premiación BASC dos años seguidos en la categoría Exportador.

    Actualmente, la firma distribuye sus productos en todo el territorio nacional. Además, exporta a 15 países.

    Jaramillo adelantó que la empresa se renovará totalmente con la adquisición de nueva tecnología, que automatizará todo el proceso de producción.

    José Jaramillo Miranda, economista, es el presidente del Grupo  Papelesa, que atiende a la industria gráfica y cartonera. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    José Jaramillo Miranda, economista, es el presidente del Grupo
    Papelesa, que atiende a la industria gráfica y cartonera. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Un CEO milenial sin temor a emprender en Ecuador

    Priscilla Alvarado

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Basta con entablar una plática con Juan Daniel Nebel Romero, gerente de Picker, para encasillarlo en el concepto de CEO milenial. Joven y con más de 10 años en el mundo de los negocios en los que ha sido su propio jefe.

    El guayaquileño, de 31 años, no pierde de vista que las empresas y los negocios son para lograr beneficios concretos. Él, ahora, está enfocado en el servicio puerta a puerta a través de su aplicación.

    Nebel nació en Guayaquil y es el mayor de tres hermanos. Tiene ascendencia alemana por su padre y chilena por su madre.

    Durante su paso por la secundaria en la Unidad Educativa Javier se inclinó por la defensa y el debate de los problemas de la sociedad. Fue candidato a vicepresidente del Consejo Estudiantil y, desde ese momento, se encaminó a lo que sería unos años más adelante: abogado.

    Estudió derecho en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES).

    Desde pequeño, sus padres le enseñaron a “ganarse lo suyo”. Tanto que para su graduación de colegio, el regalo de sus padres fue la factura de su dentista.

    A la edad de 18 años se lanzó al mundo de los negocios. Comenzó a importar implementos para ‘paintball’, deporte que practicó hasta los 22, y que lo llevó a recorrer el mundo.

    Juan Daniel junto a su esposa María Emilia González. Foto: archivo particular
    Juan Daniel junto a su esposa María Emilia González. Foto: archivo particular

    Primero empezó a comercializar estos artículos deportivos localmente y luego a escala nacional. “Ahí fue cuando empecé a cogerle el gusto al emprendimiento. Me fui alejando de la estabilidad del derecho para sumergirme en el mundo del comercio”.

    Esto lo recuerda José Alberto Molestina, amigo desde hace 15 años. “Juan Daniel siempre fue muy enfocado desde joven y tuvo la visión de emprender en algo que pueda servir a la gente. Un día en una reunión de amigos nos dijo que sería millonario”.

    Entre 2008 y 2010 nacieron sus dos siguientes proyectos. Travelex y la comercialización de máquinas dispensadoras de dulces. Ambos negocios se mantienen hasta la actualidad.

    Travelex es el emprendimiento más relacionado con su profesión. Se dedica a brindar asesoría en temas legales migratorios. Mientras estudiaba la universidad montó el negocio para ayudar a la gente que tenía inconvenientes de residencia y visados.

    El otro emprendimiento, en cambio, nació de un viaje con su familia en el que vio que las máquinas dispensadoras de dulces tenían buena acogida. En el país ya tiene colocadas más de 900.

    En el 2010 se aventuró en la economía colaborativa con la creación de un ‘market place’ virtual llamado Despensa en Línea. En la plataforma se podía comprar productos de las principales cadenas de supermercado y un motorizado lo llevaba hasta un domicilio.

    La despensa contaba con un botón de pago del Banco del Pacífico. Sin embargo, al cabo de tres años fracasó. Juan Daniel cuenta que Ecuador, en ese tiempo, no estaba preparado para el ‘e-commerce’. En los tres años lograron solo 5 000 usuarios. Además, las pautas publicitarias eran costosas.

    Juan Daniel junto al equipo de Picker. Foto: archivo particular
    Juan Daniel junto al equipo de Picker. Foto: archivo particular

    A la par que continuó con sus dos emprendimientos, en 2016 viajó a España. Con la sed de querer emprender nuevamente en la economía colaborativa, después de ese viaje decidió levantar una aplicación de comercio móvil.

    Nebel tomó parte de lo que fue Despensa en línea y lo mejoró para crear Picker. Descubrió tecnología que resolvía algunos de los obstáculos de su primer proyecto.

    Esta vez se lanzó al mercado y con la retroalimentación de los usuarios fue mejorando la aplicación que ahora está convertida en un ‘market place’ y vitrina para emprendedores.

    En el nuevo lanzamiento contó con herramientas que no tenía hace 10 años. Adoptó estrategias de marketing digital y apeló a la economía colaborativa en donde no tiene trabajadores sino ‘aliados’.

    Agustín Febres-Cordero, socio de Picker y fundador de la agencia Paradais DDB, resalta el espíritu innovador de Juan Daniel. Asegura que es una persona con una visión interesante en el ámbito de los servicios y que siempre está buscando nuevas cosas para implementar en la aplicación.

    “No se complica y tiene la visión mundial para darle ese enfoque a su servicio en Ecuador”.
    Juan Daniel cuenta que con Picker entendió que el concepto de CEO en realidad rediseña el rol del líder, dejando claro que no se trata ni de saber más, ni de saberlo todo y mucho menos de mandar, sino que se trata de tener la capacidad de inspirar a otros para que se sumen a un sueño compartido.

    Todo lo que ha aprendido para el desarrollo de su negocio ha sido gracias al autoaprendizaje. Además, en su teléfono tiene una lista de los libros que leía Bill Gates.

    CV

    Abogado. Por la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UESS).

    Empleo. Empezó a trabajar desde los 18 años importando artículos deportivos.

    Empresa. En Picker trabaja con un equipo multidisciplinario de más de 12 personas.

    Pasatiempos. Le gusta leer. Los libros que más le interesan son los relacionados con tecnología y datos curiosos.

    Emprendimiento y mensajería en un clic

    Redacción Guayaquil (I)

    Picker, una aplicación que cuenta con más de 50 000 usuarios en Guayaquil, Daule, Durán y Samborondón, ofrece un servicio que combina el fomento al emprendimiento y la mensajería. La ‘start up’ nació de la mano de Juan Daniel Nebel en 2017 como un servicio de mensajería. Empezó a diseñarse en la India y se finalizó en Ecuador.

    Nebel asegura que en el Ecuador y más aún en Guayaquil existe talento para la programación e innovación de este tipo de aplicaciones. Por esta razón, en su equipo cuenta con estudiantes e ingenieros expertos en programación.

    Actualmente, Picker evolucionó para convertirse en un ‘market place’ que al estilo de Amazon une oferta y demanda. “Decidí que funcione como puente para conectar a emprendedores y gente que busque productos de esos emprendimientos”, dijo.

    La aplicación está disponible para los sistemas operativos iOS y Android. En su página web están los detalles de cómo funciona es servicio de mensajería.

    Alrededor de 1 200 motorizados están conectados con sus móviles y listos para llevar, a través de sus motocicletas y una mochila cuadrada color azul y blanco en su espalda, a cualquier punto de la ciudad los pedidos de los más de 300 establecimientos con los que trabaja la aplicación hoy en día.

    El valor agregado de la ‘start up’ es que tiene incorporado un chat en el que pueden conectarse directamente con los motorizados. Las mentes detrás de este emprendimiento tecnológico son Juan Daniel Nebel, Antonio Pazmiño, Víctor Pinoargote, Claudia Herrera, Agustín Febres-Cordero y Ricardo Medina.

    Juan Daniel Nebel fundó, en 2017, la aplicación Picker en el país.  Actualmente es el CEO y gerente de la firma. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Juan Daniel Nebel fundó, en 2017, la aplicación Picker en el país. Actualmente es el CEO y gerente de la firma. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • María Isabel Aillón impulsa una red de mujeres en la minería

    Patricia González

    (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    La solidaridad y la voluntad para ayudar y enseñar a otros son parte de la herencia familiar de María Isabel Aillón.

    Es ambateña. La hija mayor de una madre educadora y entregada al voluntariado y un padre dedicado a la construcción. Tiene un hermano, apenas un año menor, con quien mantiene una relación muy cercana.

    En casa, solo eran ella y su hermano, pero creció rodeada de tíos, primos y abuelos. Una familia unida y solidaria. Durante 35 años, su madre dirigió el Hogar Santa Marianita, que acoge a niños huérfanos o separados de sus familias. Cada diciembre, su familia acostumbraba a compartir con los niños del orfanato o realizar alguna obra social para personas en condiciones de vulnerabilidad.

    “Navidad es una época de dar”, dice María Isabel, para quien esa crianza que recibió le ayudó en su crecimiento y madurez.

    Estudió en el colegio Santo Domingo de Guzmán, de Ambato, que durante la secundaria era exclusivamente femenino. Luego de graduarse hizo un año adicional en Miami, Florida, con la finalidad de perfeccionar su inglés. Era una escuela pública y mixta.

    “Fue un cambio. El primer impacto que tuve fue conocer a compañeros cubanos, que ingresaban a los pocos días de haber llegado en balsa desde su país”.

    A su retorno al Ecuador, María Isabel ingresó a estudiar Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE). Desde entonces comenzó a vivir en Quito, junto a su hermano.

    María Isabel Aillón, en su graduación en la Universidad de California. Foto: cortesía
    María Isabel Aillón, en su graduación en la Universidad de California. Foto: cortesía

    Comenzó a trabajar desde el octavo semestre, como pasante. Primero, en el Consejo Nacional de Mujeres y luego en un consultorio legal. Hasta que, en 2007, logró ingresar como pasante del área corporativa a la firma de abogados Pérez Bustamante & Ponce (PBP), donde continúa laborando.

    Desde muy temprano le dieron la oportunidad de relacionarse con los clientes. En principio se encargaba de brindar asesoría a las empresas y gestionar trámites.

    Juan Pablo Ortiz, su jefe de entonces, le encargó varias investigaciones en temas tributarios, de litigios, corporativos, entre otros. Fue así como nació el Departamento de Investigación.
    Ortiz, quien trabajó con ella hasta hace un año, la describe como una mujer dedicada y estudiosa. Como abogada, la considera “excelente y carismática”.

    Al poco tiempo de graduada, le ofrecieron un cargo dentro del Departamento de Litigio. “Fue retador. Ser joven, mujer y litigante es difícil. La mayoría de las personas con las que litigaba eran hombres y mayores que yo. Se sorprendían por mi desempeño”.

    De su experiencia como litigante, reconoce además que es “duro” practicar litigio en Ecuador. “Los procesos son muy lentos y la administración de justicia tiene mucho que mejorar. Hay que inculcar el valor de la honestidad”.

    Los casos que defendía estaban vinculados a temas civiles, de energía y ambientales. PBP es una firma con amplia experiencia en el campo energético.

    Aunque una de las cosas que más disfruta es litigar, desde hace ocho años se ha involucrado en el tema minero, a través del departamento encargado del área, asesorando a las empresas en temas como inversiones, regulaciones, contratos y asociaciones.

    María Isabel Aillón junto al Directorio de WIM Ecuador. Foto: cortesía
    María Isabel Aillón junto al Directorio de WIM Ecuador. Foto: cortesía

    Su primer cliente fue la firma chilena Corporación Nacional del Cobre (Codelco), a quien ha acompañado casi desde el inicio de las negociaciones para la ejecución del proyecto Llurimagua, en la provincia de Imbabura.

    Jaime Zaldumbide, socio de PBP, destaca la facilidad de María Isabel para tratar con la gente. “Es una persona muy querida por sus jefes, pares y abogados más jóvenes. Como profesional es muy competente y responsable”.

    A la par de su desarrollo profesional ha continuado formándose. Cuenta con una maestría en Derecho Constitucional de la Universidad Andina Simón Bolívar y otra en Derecho de la Universidad de California, Berkeley, EE.UU.

    Su acercamiento con la industria minera le permitió darse cuenta de la poca participación que tienen las mujeres en este campo. Tras seguirle la pista al trabajo de Women in Mining (WIM), una organización de origen inglés que promueve la participación de la mujer en la industria, decidió impulsar la creación de la red en Ecuador, para lo cual contó con el apoyo del Gobierno, la Cámara de Minería, clientes y socios.

    La organización sin fines de lucro se creó a mediados de este año; cuenta con ocho mujeres en el Directorio, estando María Isabel a la cabeza como Presidenta.

    Desde hace tres años está casada con el abogado y economista José Uriza, a quien considera un apoyo fundamental en su crecimiento profesional.

    CV

    Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, 2010.
    Maestría en Derecho Constitucional por la Universidad Andina Simón Bolívar, 2013.
    Maestría en Derecho por la Universidad de California, EE.UU., 2015.
    Abogada en Pérez Bustamante & Ponce, desde 2007.
    Presidenta de Women in Mining (WIM)Ecuador.

    Un espacio para facilitar las conexiones

    Redacción Quito (I)

    International Women in Mining es una organización que promueve la participación de la mujer en la industria minera. Nació en Reino Unido, en 2006, y cuenta con más de 2 000 miembros en 10 países.

    El capítulo local, Women in Mining (WIM) Ecuador, fue creado en 2019. María Isabel Aillón, abogada de Peréz Bustamante & Ponce (PBP) con experiencia en el campo minero, impulsó el proyecto. Contó con el apoyo del Gobierno, la Cámara de Minería, clientes y socios de PBP.

    “Le vieron futuro, así que me ofrecí de manera voluntaria para arrancar”, cuenta Aillón.

    Comenzó con la búsqueda de perfiles destacados y con intención de promover voluntariamente a otras mujeres. Finalmente se conformó un Directorio de ocho mujeres, del que Aillón es Presidenta. La primera asamblea se celebró en julio pasado.

    “El objetivo es generar y apoyar iniciativas para mantener y promover la participación de la mujer en la industria minera”, señala WIM Ecuador en un comunicado.

    La presidenta detalla que esta red busca ser un espacio para conocerse y facilitar las conexiones entre mujeres. Contará con un programa de mentoría en temas técnicos y de liderazgo. Además, impulsará eventos de formación profesional y networking.

    “La meta principal es alcanzar la igualdad de oportunidades y lograr que la participación de las mujeres pueda desarrollarse no solo en áreas administrativas sino también en las áreas técnicas, operativas y gerenciales”, destaca la organización.

    Aillón aclara que WIM Ecuador también está abierto a hombres que tengan interés de dar mayor participación a las mujeres en la industria.

    María Isabel Aillón, en su graduación en la Universidad de California (izq), durante una visita a San Francisco con hermanos y primos (der.), y junto al Directorio de WIM Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    María Isabel Aillón, en su graduación en la Universidad de California (izq), durante una visita a San Francisco con hermanos y primos (der.), y junto al Directorio de WIM Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • El primer juez del Ecuador en el Mundial del Queso

    Patricia González

    (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Salinas de Guaranda, provincia de Bolívar, es un caso de éxito de cooperativismo en producción láctea. Ernesto Toalombo, hijo de pequeños ganaderos, nació en esta parroquia rural en 1986.

    Desde niño, junto a sus tres hermanos menores, ayudó a sus padres a trabajar en la ganadería. A los 10 años aprendió a ordeñar, lo que le ayudó a familiarizarse con los olores de la leche fresca.

    Sus padres, Francisco y Rosa, como muchos ganaderos de Salinas, eran socios de la cooperativa Salinerito. Ernesto recuerda como todos los días iban a entregar la leche a las queserías de la marca. Su padre, además, trabajaba para la fábrica de chocolates de la firma.

    Ernesto estudió en la Escuela Quintiliano Sánchez, de Salinas. Con 13 años se mudó junto a una hermana a la ciudad de Ambato, donde culminó sus estudios en el Colegio Técnico Agropecuario Luis A. Martínez.

    Luego, ingresó a la Universidad Técnica de Ambato para estudiar Ingeniería de Alimentos. Su objetivo: retornar a Salinas de Guaranda a aplicar lo aprendido. En vacaciones, aprovechaba para hacer pasantías en las diferentes fábricas de Salinerito (cárnicos, productos deshidratados, queseras y chocolatería).

    Ernesto Toalombo en una cata de quesos, como expositor en el Tercer Foro del Sector Lechero Ecuatoriano. Foto: cortesía ProyectAlimentos
    Ernesto Toalombo en una cata de quesos, como expositor en el Tercer Foro del Sector Lechero Ecuatoriano. Foto: cortesía ProyectAlimentos

    Con el apoyo de Fabián Vargas, para entonces gerente General de la firma, realizó su tesis de grado sobre los derivados lácteos de la compañía. “Él empezó a orientarme hacia el trabajo comunitario”.

    Vargas considera que la vinculación de Ernesto desde su etapa estudiantil con las empresas comunitarias, le ayudó a generar un sentido de pertenencia hacia los procesos de desarrollo comunitario. “Por su carisma, responsabilidad y dedicación le motivamos en su formación complementaria dentro y fuera del país”.

    Al culminar sus pasantías, comenzó a trabajar formalmente como Analista de Productos y Procesos de Salinerito. Posteriormente, pasó a ocupar el cargo de Jefe de la planta de quesos.

    Con el patrocinio de la empresa, en 2012, viajó a España a estudiar Tecnología de Alimentos, en la Universidad de Navarra, durante tres meses. De esa experiencia, aprendió sobre la elaboración de quesos curados y se entrenó en el análisis sensorial de quesos con denominación de origen.

    “Los sentidos te permiten valorar si el queso cumple con ciertos parámetros de calidad, dependiendo del mamífero que haya producido la leche, si se trata de quesos frescos o madurados”. A su regreso al país, comenzó a poner en práctica sus conocimientos, entrenando a sus compañeros de trabajo para hacer prácticas de evaluación sensorial, como parte del control de calidad.

    En 2014 hizo una pausa y laboró por algunos meses para el sector público, como Analista técnico en la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa). Para retornar, en 2015, como gerente general de Salinerito, específicamente de la línea de derivados lácteos.

    Ernesto Toalombo junto al equipo de jurados en el 32° World Cheese Awards. Foto: cortesía ProyectAlimentos
    Ernesto Toalombo junto al equipo de jurados en el 32° World Cheese Awards. Foto: cortesía ProyectAlimentos

    Renunció en septiembre del 2016 porque tenía previsto ir a estudiar al extranjero, pero un accidente automovilístico le hizo replantearse sus planes y hacer una pausa en la vida que venía llevando hasta ahora.

    Al poco tiempo fundó junto a su esposa, Nathaly Cueva, la consultora ProyectAlimentos, que brinda asesoría en producción e inocuidad alimentaria a pequeñas empresas. La firma arrancó de a poco, porque en febrero del 2017, Ernesto ingresó a trabajar como Jefe de investigación y desarrollo de productos en Hacienda Zuleta. Fue su primera experiencia en una empresa privada.

    Tras su salida de Zuleta, a mediados del 2018, se reincorpora de lleno en la consultora de alimentos, como gerente.

    Paralelo a sus actividades laborales, desde 2011 comenzó a participar como conferencista en el tema quesero, tanto en Ecuador como en el extranjero, lo que le permitió conocer a diferentes maestros en el tema, que con el tiempo comenzaron a referirlo a él como juez sensorial de quesos.

    Sergio Borbonet, experto quesero y amigo, con quien ha compartido en conferencias y concursos de quesos en países como Ecuador, Uruguay y Brasil, destaca su técnica y potencial humano.

    Este año se convirtió en el primer ecuatoriano en participar como juez internacional en los ‘World Cheese Awards’, que celebró su 32° edición en octubre pasado en Bergamo, Italia.

    Carlos Yescas, uno de los 16 jueces supremos del Mundial de quesos, destaca que se le reconoció por su trayectoria en la promoción de los quesos tradicionales de Ecuador. “Sus conocimientos en manufactura, producción, inocuidad, y maduración lo destacan como uno de los latinoamericanos mas conocedores de quesos de la región”.

    CV

    Ingeniero en Alimentos de la Universidad Técnica de Ambato.

    Maestría en Gestión de la Producción Agroindustrial de la Universidad Técnica de Ambato.

    Gerente general de Salinerito, en la línea de derivados lácteos.

    Jefe de Investigación y Desarrollo en Hacienda Zuleta

    Gerente de la consultora ProyectAlimentos.

    Asesoría y capacitación en alimentos

    Redacción Quito (I)

    ProyectAlimentos es una consultora con tres años en el mercado. Fue fundada por Ernesto Toalombo, ingeniero de alimentos y juez internacional de quesos, y Nathaly Cueva, química en alimentos.

    La empresa ofrece asesoría técnica en el desarrollo de productos y gestión de proyectos, producción de quesos y asuntos regulatorios: notificación sanitaria, implementación de buenas prácticas de manufactura (BPM) y normativa sanitaria.

    Además, dicta capacitaciones en ISO 22 000 (norma de seguridad alimentaria), HACCP (certificación de análisis de peligro y puntos críticos de control), PCQI (en prevención de riesgos de contaminación) y BPM.

    Actualmente, cuentan con 30 clientes, entre grandes, medianos y pequeños, en todo el país. Algunos clientes de la empresa, con sede en Quito, son: Güipi, Hacienda Zuleta, Agua Fresca, Selvawa, Fedac, Dalava, Grupo South y El Artesanito.

    Desde el 2019, la consultora forma parte de la Latin American Cheese Training, Empowerment, and Outreach (LACTEO) Network, con sede en EE.UU., lo que le permite dar asesoría y capacitación a productores queseros de Latinoamérica.

    Además es socio de Quality International y sus cursos están acreditados bajo la Alianza Internacional HACCP. Dentro del país es socio de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab) y el Centro de la Industria Láctea del Ecuador.

    Para el próximo año, la empresa prevé dictar un curso especializado en la certificación ISO 22 000 y HACCP, explicó Toalombo, gerente de la consultora y quien participó este año como juez en el ‘World Cheese Awards’.

    Ernesto Toalombo es ingeniero de Alimentos y experto sensorial en quesos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Ernesto Toalombo es ingeniero de Alimentos y experto sensorial en quesos. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • La química es el eje de su carrera en firmas globales

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El juguete que marcó su infancia fue un juego de química que recibió de regalo. La pasión que despertó esta ciencia la conserva hasta hoy el ingeniero bioquímico farmacéutico Francisco Eguiguren.

    Nació en Loja, pero se fue con su familia a vivir en Santo Domingo de los Tsáchilas durante la época de la migración en la década de 1960. Su periplo por esa ciudad no duró mucho y se trasladó a Quito.

    Tenía 11 años y en la capital se aficionó por el programa ‘Los viajes de Jacques Cousteau’; lo que vio en televisión le llevó a interesarse por la Biología Marina y los seres vivos. Al escoger su especialidad en el Colegio Los Andes, donde se graduó, optó por químico biólogo.

    Terminó sus estudios en 1986 e ingresó a la carrera de Bioquímica Farmacéutica en la Universidad Central del Ecuador (UCE). “Era justo lo que estaba buscando. Esta casa de estudios es para mí de muchísimo respeto, con más de 300 años de historia y a la que amo entrañablemente. Mis recuerdos están en los laboratorios”.

    Una imagen de Francisco Eguiguren en un seminario sobre ISO en Dinant, Bélgica. Foto: cortesía
    Una imagen de Francisco Eguiguren en un seminario sobre ISO en Dinant, Bélgica. Foto: cortesía

    Él cree que estos eran un espacio de aprendizaje y de entretenimiento. Allí se equivocaba, descubría cosas nuevas y poco a poco se preparó para la vida profesional.

    Uno de los compañeros con los que compartió y con el que mantiene una relación de amistad es Germán Cárdenas, director de Global Consulting. “Nos conocemos desde hace 30 años y desde allí pude ver su crecimiento profesional. Creo que es una de las personas que más conoce de Buenas Prácticas de Manufactura en el país en el sector farmacéutico. Es un referente a escala nacional en el sector y bastante conocido a escala regional”, comenta.

    Una de las anécdotas que recuerda es cuando él era Jefe de Laboratorio y Eguiguren su practicante. Ambos aplicaron todo lo que habían estudiado y se dieron cuenta de que todos los esfuerzos que hicieron en los estudios valieron la pena y se volvieron profesionales responsables.

    Esto último le permitió al ingeniero lojano no solo obtener su título sino un cargo, a mediados de los años noventa, en Grünenthal del Ecuador. Empezó en el laboratorio haciendo análisis químicos de los medicamentos y luego, tras participar en un concurso de méritos, se convirtió en gerente de Aseguramiento de Calidad, tanto a escala local como regional.

    Francisco junto a su esposa Giselle Jácome en la isla de Santorini, en Grecia. Foto: cortesía
    Francisco junto a su esposa Giselle Jácome en la isla de Santorini, en Grecia. Foto: cortesía

    El desafío fue grande, dice, porque garantizar estándares de calidad de los productos es bastante delicado. “La industria farmacéutica es una de las más reguladas que existe. Las entidades estatales de control sanitario están vigilando permanentemente las operaciones de estas empresas. Apegarse al cumplimiento de las normativas para fabricar medicamentos requiere mucho esfuerzo y mucha disciplina”.

    En la empresa multinacional, Eguiguren también fue auditor corporativo. Se trata de un proceso técnico a través del cual se audita la manufactura de principios activos de laboratorios; él lo hizo en instalaciones en China, India, Europa y América Latina.

    Sus permanentes viajes le obligaron a conocer nuevas costumbres y actitudes; el choque cultural fue fuerte para él. En Italia, por ejemplo, sintió el rechazo de una empresa por tener que aceptar una auditoría hecha por alguien de América Latina, mientras que en China le parecía inadmisible que en áreas corporativas la gente escupa en los pisos. “Es un desafío manejar lo técnico y cultural sin irrespetar”, dice.

    Tras 17 años de trayectoria en la compañía alemana salió y se dedicó a la consultoría en firmas de diferentes sectores, muchas de ellas vinculadas al farmacéutico. También se involucró en la cátedra en dos universidades de Quito.

    Durante dos años estuvo enrolado en estas áreas. En 2014 ingresó a la farmacéutica internacional Pfizer, donde actualmente se desem­paña como gerente de Aseguramiento de la Calidad.

    Francisco en un encuentro en Collegeville, EE.UU, de la firma Pfizer. Foto: cortesía
    Francisco en un encuentro en Collegeville, EE.UU, de la firma Pfizer. Foto: cortesía

    Describe su experiencia en esta compañía como grandiosa por la cultura organizacional, basada en el respeto y la excelencia. El intercambio con la sociedad ecuatoriana ha sido el reto que asumió al interactuar con cámaras, entidades regulatorias, Colegio de Bioquímicos Farmacéuticos de Pichincha y convertirse en expositor.

    Asegura que está devolviéndole a la sociedad lo que esta le dio y asumiendo un nuevo reto.

    María José Andrade, oficial de la Cadena de suministro de calidad de Pfizer, cataloga a Eguiguren como un gran líder. “No es el jefe tradicional. Siempre busca que su personal se desarrolle. No le gusta quedarse con las cosas. Enseña e impulsa a tomar decisiones. Muchas de sus enseñanzas me ayudaron en un cargo en Panamá”.

    Este afán le ha llevado a pensar que en esta etapa de su vida profesional debe dedicarse a la academia y compartir conocimientos.

    Datos

    Actividades. Le gusta la música clásica, instrumental y new age. Considera que a través de los instrumentos se debe comunicar un estado espiritual.

    Deportes. No es deportista disciplinado, pero sí le ha gustado hacer bicicleta, caminar y jugar fútbol. Es hincha de Liga.

    Familia. Está casado y tiene dos hijos.

    Cátedra. En la UDLA y la UCE.

    Una firma que marca hitos mundiales

    Redacción Quito (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Pfizer es una empresa farmacéutica estadounidense. La fundaron, en 1849, los primos Charles Pfizer y Charles Erhart, inmigrantes alemanes, instalados en Nueva York.

    Su primer producto fue la santonina, un tratamiento para combatir cierto tipo de parásito de la familia de las lombrices. Gracias al éxito en el mercado farmacéutico de este químico, permitió que en menos de 10 años la empresa produjera otros productos y preparaciones médicas, destacando el bórax, el alcanfor y el yodo.

    En 1880 comenzó a fabricar ácido cítrico, que se convierte en su producto más importante. En 1942 Pfizer fue la primera industria en producir penicilina a escala industrial y en 1950 terramicina. Este fue el primer producto que llegó al público bajo el nombre de Pfizer. En 1998 lanzó otro medicamento hito para el consumidor masculino a escala mundial.

    Según la pagina web de la empresa, la multinacional desarrolla 3 000 fórmulas de medicinas con receta, productos de consumo y vacunas que llegarán a más de 175 países, incluido Ecuador (50 años), trabajando en tiempo real, con investigadores de todo el mundo a través de la creación de Centros de Innovación Terapéutica, círculos académicos y profesionales de élite en 56 plantas de manufactura en diferentes parte del planeta.

    Hace una inversión promedio de USD 7 000 millones al año para la investigación y desarrollo de medicamentos seguros y eficaces enfocados en áreas terapéuticas de alto impacto científico como salud cardiovascular, sistema nervioso, tratamiento de artritis reumatoidea, vacunas y otras áreas de la medicina en el mundo.

    Francisco Eguiguren es ingeniero en Bioquímica y Farmacia y ha trabajado en multinacionales del sector. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Francisco Eguiguren es ingeniero en Bioquímica y Farmacia y ha trabajado en multinacionales del sector. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Jhoanna Rosales, ejemplo en gestión de residuos de tecnología en el país

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalíderes.ec

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    Para Jhoanna Rosales nunca hubo misterios. Los temas ambientales le apasionaron desde que tuvo uso de razón. Este interés, más su amplia formación, le han permitido gerenciar su propia empresa de gestión de residuos electrónicos.

    Aunque nació en Ibarra, sus estudios los realizó en Quito. Cuando era pequeña ya sentía inclinación por temas de la naturaleza, no en vano quería ser veterinaria.

    Sin embargo, al crecer su visión se amplió. Cuando terminó la secundaria, en el colegio Isaac Newton, ya sabía que tenía que estudiar Ingeniería Ambiental. “Me gustaba el tema de la ecología. Pero, mi carrera tiene un campo de acción mayor, más general”.

    Ingresó a la Universidad Internacional SEK. Desde que empezó se interesó mucho en el tema de los residuos sólidos y sentía la necesidad de encontrar soluciones para su correcta gestión en el país.

    Esto lo recuerda Diana Ulloa, excompañera de universidad y gerente de la Empresa Pública de Agua Potable y Alcantarillado de Santa Cruz (Galápagos). “Jhoanna me mostró una revista de National Geographic con un reportaje que se llamaba ‘La tragedia mundial de los residuos electrónicos’. Fue en ese momento que me dijo que quería hacer algo al respecto”.

    Y tuvo la oportunidad de empezar cuando en el 2007 entró como pasante a la entonces Fundación Natura, en el área de manejo de residuos sólidos. Al recorrer el relleno sanitario y la estación de transferencia de Quito se dio cuenta de que los residuos electrónicos llegaban en las mismas fundas de basura que el resto de desechos y lo único que se hacía era enterrarlos.

    Jhoanna Rosales acompañada de su familia. Foto: archivo particular
    Jhoanna Rosales acompañada de su familia. Foto: archivo particular

    Fue en ese momento que nació la idea de Vertmonde, su empresa de gestión de este tipo de productos.

    Su estancia en Fundación Natura se alargó por un año porque la contrataron. Mientras trabaja y estudiaba se puso a investigar sobre el manejo de los residuos electrónicos en las escombreras y por recicladores informales.

    En enero del 2010, cuando dejó su puesto de trabajo, su compañía ya estaba constituida. Fue un año ‘hiperactivo’, similar al de su personalidad. Estudió a distancia una especialización en Ingeniería y administración de desechos sólidos en el Instituto IHE Delft de Holanda; viajó a EE.UU. para conocer sobre la gestión de residuos electrónicos; realizó sola su gestión para que dichos desechos entren en el listado nacional y sean considerados como peligrosos y el desarrollo de una política de gestión para los mismos, puso a operar su planta, etc.

    Su compañía es de carácter familiar y entre los proyectos que ha desarrollado están campañas de reciclaje dentro de la ciudad. Una de las primeras estuvo vinculada al tema de residuos electrónicos; en aquella ocasión se recogieron, en dos meses, 60 toneladas.

    A la par que ha impulsado su empresa, ha realizado consultorías independientes sobre ambiente.

    Alejandra Conrado, excompañera de trabajo y amiga, destaca el espíritu emprendedor que tiene Jhoanna. Asegura que es una persona muy activa y que siempre tiene nuevos retos. “No se complica y tiene la visión para darle otro enfoque a la parte ambiental”.

    Hace dos años, la ingeniera viajó al continente asiático para estudiar. Primero hizo una especialización en emprendimientos femeninos digitales en la Universidad de Indonesia y luego una maestría en Japón sobre administración de negocios y estrategia corporativa internacional en la Universidad Hitotsubahi.

    Jhoanna Rosales y sus compañeros celebrando en el aniversario de su empresa. Foto: archivo particular
    Jhoanna Rosales y sus compañeros celebrando en el aniversario de su empresa. Foto: archivo particular

    “Siempre me han gustado los países muy organizados. La maestría me encantó, tenía un pénsum igual al de Harvard pero infinitamente más barato. Asia es un mercado muy interesante en este momento y hacía sentido buscar algo por allá. Fue todo en inglés”.

    En Japón el tema ambiental está muy tecnificado y, prácticamente, ya está todo organizado con relación a esa área. Le llamó la atención, muy aparte de eso, la visión de asociatividad que existe en la cultura de ese país; el trabajo en equipo es fundamental para lograr el beneficio de todo un grupo.

    Como parte de su maestría, Jhoanna hizo sus prácticas profesionales y se involucró en el mundo del emprendimiento. Las pasantías las realizó en empresas incubadoras, aceleradoras, fondos de inversión, etc. Trabajó en MCT INC en Tokio y Makers Bootcamp en Kioto.

    Jhoanna cuenta que Japón es uno de los países con la tasa de emprendimiento más baja en el mundo. “Fue interesante ver el tipo de negocios que existen. A mi parecer son cosas extrañas porque no tienen muchos aspectos que resolver. Los negocios están relacionados con artefactos conectados a Internet. Por ejemplo, la caja de arena del gato te avisa cuándo cambiarle o si está enfermo. No son aplicables a nuestra realidad”.

    DATOS

    Actividades. Entre 2011 y 2013 locutó en el programa La carreta ecológica, en radio HCJB. Le gusta mucho el mundo de la comunicación.

    Empresa. En Vertmonde trabaja junto a su mamá.

    Pasatiempos. Va al gimnasio casi todos los días. Los fines de semana acude a la montaña. Practica yoga, pinta, etc. Son maneras para desconectarse de sus tareas diarias.

    Procesos ambientalmente responsables

    Redacción Quito (I)

    Hace 10 años nació Vertmonde, que significa mundo verde. Jhoanna Rosales junto a su madre y su hermana estructuraron esta compañía que se dedica a la gestión de residuos ambientales.

    “El objetivo era desarrollar un proceso técnico y ambientalmente responsable para el manejo de estos residuos, cumpliendo los más altos estándares de desempeño, siendo un referente de la industria en el país y la región”, indican las empresarias.

    Se consideran residuos electrónicos todo aparato que funciona con electricidad y ha terminado su vida útil: teléfonos, computadoras, tablets, etc.

    Jhoanna, la gerente, explica que como empresa se busca recuperar los materiales para que se utilicen en un nuevo proceso. “Cuando los residuos llegan a la planta se destruyen totalmente. Lo que hacemos es separar distintos tipos de plásticos, metales, baterías, vidrios, cables, etc. Lo complicado fue encontrarle a esas partes un proceso técnico. En el país existen sitios en los que, por ejemplo, se puede procesar el metal; pero en el caso del plástico y residuos electrónicos no hay tecnología (…) tenemos procesadores finales, en el exterior, quienes terminan el proceso que acá ya no podemos hacer. Eso pasa con el plástico”.

    Cuando la empresa empezó manejaba alrededor de 20 clientes, pero ahora cuentan con unos 500. Ellos les entregan los residuos electrónicos para su gestión: 40% son entidades públicas y el resto son empresas privadas, medianas y grandes, dedicadas a las actividades de comercio e industria.

    Tiene certificación ISO14001 de gestión ambiental, OSHAS 18001 de gestión de riesgos y R2, de reciclaje responsable de residuos electrónicos.

    Jhoanna Rosales, ingeniera ambiental y emprendedora, fundó una planta de gestión de residuos electrónicos e impulsó una norma para su tratamiento. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Jhoanna Rosales, ingeniera ambiental y emprendedora, fundó una planta de gestión de residuos electrónicos e impulsó una norma para su tratamiento. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Él conecta industrias gracias a las nuevas tecnologías

    Patricia González

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Marcelo Peñaherrera recuerda la casa de sus abuelos como un “quilombo”. En esa casa del sector de la Villa Flora, en el sur de Quito, vivió buena parte de su infancia y adolescencia, junto a su madre, sus tres hermanas, sus siete tíos y sus abuelos.

    Su abuelo era transportista y su abuela, profesora en una escuela fiscal. Por el trabajo de su abuelo, su abuela era la figura de autoridad y quien llevaba las riendas. “Crecimos en un ambiente donde la mujer estaba muy empoderada”.

    Su madre, en tanto, trabajó para el área administrativa de un colegio y luego brindó servicios para estudiantes de intercambio. La distancia con su padre desde temprana edad considera que tuvo impacto en la adopción de comportamientos más “agresivos” de responsabilidad y recursividad.

    Estudió en el Colegio Marista y desde siempre le apasionaron los números. Cursó Ingeniería Comercial en la Universidad Salesiana, pero al cuarto año se retiró porque no podía continuar pagando la carrera. Años más tarde se graduó de Licenciado en Marketing en la Universidad de Las Américas.

    Con 17 años, junto a un amigo, tuvo su primer emprendimiento, por necesidad: bouquets de flores para ocasionales especiales, armados por ellos. El negocio duró un par de años.

    Marcelo Peñaherrera con su esposa en el Festival Cannes Lions. Foto: archivo particular
    Marcelo Peñaherrera con su esposa en el Festival Cannes Lions. Foto: archivo particular

    También trabajó para McDonald’s y Cinemark. A la par de sus estudios universitarios en la Salesiana, laboró por dos años como ejecutivo de call center para la multinacional de telecomunicaciones BellSouth.

    En 2003, aún estudiando, ingresó a trabajar en Telecsa-Alegro, donde en seis años ocupó distintas responsabilidades: servicio al cliente, coordinador de capacitaciones a la fuerza de venta, coordinador de precios y jefe de Servicios de Marketing.

    Ricardo Bastidas, su excompañero en Alegro y con quien mantiene una relación de amistad, destaca su potencial profesional y de desarrollo de negocios, con vanguardia tecnológica. Desde el punto de vista personal, menciona su transparencia y ética.

    En adelante, Peñaherrera trabajó para empresas integradoras de soluciones tecnológicas. La primera de ellas fue Message Plus, donde ocupó la Gerencia Comercial durante un año.

    Luego, pasó a Movix, firma en la que estuvo a cargo de la Gerencia de la sucursal local, la Dirección de Ecuador y Perú y, finalmente, la Dirección Comercial Andina (Ecuador, Perú y Colombia).

    Marcelo Peñaherrera practicando bicicleta de montaña. Foto: archivo particular
    Marcelo Peñaherrera practicando bicicleta de montaña. Foto: archivo particular

    Durante los siete años que estuvo en Movix desarrollaron proyectos para multinacionales, como Claro y Fox, vinculados a análisis de datos, que les permitieron acercarse a sus audiencias.

    “El haberme entrenado en estas empresas me ha permitido ver las oportunidades que hay para otras industrias, sobre una base tecnológica; identificando mejoras en procesos, productos o servicios”, explica Marcelo.

    En 2017 ingresó a Grupo Link, como Director de Operaciones y Comercial. Uno de los proyectos en los que trabajó en esta firma fue un servicio de streaming, que permitía a los clientes de Claro ver el campeonato nacional de fútbol desde cualquier dispositivo. Otro proyecto importante fue el diseño de una plataforma para comercializar publicidad cada vez que un cliente de telefonía móvil se quedara sin datos. Esta solución fue vendida a las tres operadoras.

    “La tecnología ha permitido que se desarrolle un mercado que tiende a ser más colaborativo que competitivo. Estamos en un punto de quiebre donde las personas deben engranarse y la tecnología puede ser la solución”.

    Con esa visión, Marcelo dio impulso a su nuevo emprendimiento: Lab iA, un laboratorio de adopción tecnológica, manejo de data e inteligencia artificial. La empresa, que lleva adelante junto a un socio, arrancó oficialmente en septiembre. Sus servicios están dirigidos principalmente a dos industrias: banca y publicidad.

    Uno de los objetivos del laboratorio también es ayudar a emprendimientos en etapa temprana. Ese apoyo ya lo ha venido brindando Marcelo desde la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI), donde es mentor. Andrés Zurita, director de la AEI, destaca la capacidad de Peñaherrera para traducir una necesidad en una solución tecnológica.

    Para Juan Carlos Díaz, director de la Cámara de Comercio de Guayaquil, una de las fortalezas de Marcelo como empresario son las relaciones públicas que mantiene tanto en Quito como en Guayaquil. Por ocho años, especialmente mientras trabajó para Movix, vivió en Guayaquil.

    Marcelo está casado con María Isabel Núñez y es padre de un varón de ocho años y una niña de cinco. Le apasiona el buceo y la bicicleta de montaña. Además, practica crossfit y yoga.

    CV

    Licenciado en Marketing por la Universidad de las Américas.

    MBA por la Universidad Espíritu Santo.

    Programa de Marketing Internacional en Georgetown University, EE.UU.

    Dirección comercial Andina en Movix.

    Director de Operaciones y Comercial en Grupo Link.

    Socio fundador de la empresa Lab IA.

    Laboratorio de soluciones tecnológicas

    Redacción Quito (I)

    Lab iA es una firma especializada en adopción tecnológica, manejo de data e inteligencia artificial. Fue fundada por Marcelo Peñaherrera, un experto en la industria tecnológica y el manejo de datos, con apoyo de un socio capitalista.

    La compañía, que arrancó en septiembre pasado, agrupa a un equipo de expertos en distintas disciplinas: arquitectura de datos, estadística, ciencia de datos, tecnología, manejo de proyectos; además del equipo administrativo y comercial.

    “Lo llamamos laboratorio porque hay mucha necesidad de manejar procesos académicos y de experimentación”, comenta Peñaherrera. Los servicios de Lab iA permiten a las empresas diagnosticar sus necesidades tecnológicas, a nivel de diseño, planificación y evolución.

    Inicialmente, se enfoca en soluciones para las industrias financiera y publicitaria y emprendimientos con modelos disruptivos.

    El apoyo a emprendimientos en etapa temprana, especialmente en el diseño del negocio, es uno de sus objetivos. Por el momento están colaborando con cuatro, enfocados en: reconocimiento facial, impresión en 3D, un sistema para conectar a emprendedores y masificación de productos.

    Peñaherrera explica que es clave ayudar a entender a otros cómo funcionan los datos. “Las empresas que quieren involucrarse en transformaciones tecnológicas necesitan tener un catalizador que les permita evaluar bien qué cambios necesitan hacer y quiénes les pueden ayudar”, añade.

    Lab iA cuenta con tres inversionistas nacionales. Además, está firmando alianzas con conglomerados tecnológicos en Chile, Argentina y Brasil.

    Marcelo Peñaherrera es socio de Lab iA, un laboratorio de adopción tecnológica e inteligencia artificial. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Marcelo Peñaherrera es socio de Lab iA, un laboratorio de adopción tecnológica e inteligencia artificial. Foto: Patricio Terán / LÍDERES