Etiqueta: producción

  • La producción orgánica, con miras al exterior

    Marcel Bonilla (I)
    Redacción Esmeraldas

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    Tres organizaciones dedicadas a la producción orgánica son parte del proyecto piloto que se ejecutará en San Lorenzo, para dar valor agregado al chocolate, los aceites naturales y especias, como la chillangua.

    Estos productos constan en el proyecto de industrialización a través de un grupo de inversionistas coreanos, que firmaron un convenio con la alcaldía de San Lorenzo, en noviembre, para dotar de apoyo tecnológico y fortalecimiento organizacional.

    Gi Taekjung, delegado de Bioachartech Lada; y Paul Kin Cho Ho, presidente de Noa Group, ambas firmas coreanas, visitaron el cantón San Lorenzo, para conocer a los productores, ponerse de acuerdo, y desarrollar el proyecto.

    La marca Chocoboca es una de las iniciativas, nació en la comunidad La Boca. Allí, un grupo de 30 mujeres produce rompope, licor, dulces, manjar y crema de chocolate, desde hace cinco meses.

    La venta es para el mercado local y la producción va acorde con la demanda, que oscila entre 500 y 900 unidades de rompope y licor de cacao. Estos productos registran mejores ventas entre los habitantes de cantón fronterizo.

    Los nativos de La Boca han mejorado el cultivo de cacao con apoyo de la Dirección de Fomento Productivo de la Prefectura de Esmeraldas, para subir la producción por hectárea (ha), de siete hasta 12 quintales.

    La marca Arechiche da identidad al condimento natural, preparado con chillangua, chirarán y orégano, que se producen en las comunidades rurales del cantón.

    Los productores son de la parroquia Carondelet, quienes compran a las familias, para elaborar el condimento que se entrega en Quito, Guayaquil e Imbabura.

    Desde hace tres meses están en el mercado nacional; su producción está entre las 1 000 y 1 500 unidades al mes. Aumentar la fabricación dependerá de la demanda en medio de la pandemia.

    La tercera iniciativa se relaciona con la elaboración de aceites y cremas orgánicas. Al mes se producen entre 1 500 y 2 000 unidades en aceite de cacao, coco, maní y aguacate y vaselina de coco.

    30 mujeres impulsan el desarrollo de la marca La Boca, que produce rompope y otras bebidas

    Betsaida Quiñónez, representante del emprendimiento, explica que el negocio tiene más de un año, por eso cuenta con apoyo de Ecuador Emprende, que entregó una beca de USD 1 800 para capacitarse y mejorar las prácticas de manufactura de sus productos.

    “Queremos que con la visión de industrializar nuestros productos podamos impulsar la economía del norte de la provincia y beneficiar a más de 100 familias”, dice.

    El alcalde de San Lorenzo, Gleen Arroyo, explicó que un equipo técnico trabaja en el levantamiento de la información, para conocer cuánto cacao se produce en la zona, así como el número de familias que cultivan especias naturales.

    “La información estará en enero y se entregará a los empresarios coreanos para empezar con el fortalecimiento y exportar con valor”, dice Diego Palomeque, director de la unidad de Desarrollo Comunitario de San Lorenzo.

    El proyecto
    Los beneficiarios. Unos 30 emprendimientos reciben el apoyo del municipio de San Lorenzo, en Esmeraldas.

    Otros productos. La línea base también incluye a la pesca, para analizar las exportaciones de productos del mar.

    Apoyo técnico. Un equipo trabaja en el asesoramiento de los emprendedores e impulsar las mejores propuestas.

    La gestión. Unos 200 emprendedores son capacitados en buenas prácticas de manufactura con las organizaciones.

    El alcalde de San Lorenzo, Gleen Arroyo, se reunió con empresarios coreanos y emprendedores. Foto: Gabriel Proaño para LÍDERES
    El alcalde de San Lorenzo, Gleen Arroyo, se reunió con empresarios coreanos y emprendedores. Foto: Gabriel Proaño para LÍDERES
  • Colombia apunta a mantener la producción de café en 2021

    Reuters   (I)

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    Colombia, el primer productor mundial de café arábigo lavado, buscará mantener sus niveles de producción y exportaciones en 2021 aprovechando el buen comportamiento de los precios internacionales, pero no proyecta incrementar su cosecha ni el área sembrada, dijo un influyente dirigente cafetero.

    El país terminará este año con una producción de alrededor de 14 millones de sacos de 60 kilos y exportaciones de entre 12,5 millones y 13 millones de sacos, sin mayores efectos por la pandemia del covid-19, que llevó a un aislamiento obligatorio de más de cinco meses, entre marzo y agosto.

    “Tenemos un parque cafetero montado, joven, tranquilo para producir entre 14 y 14,5 millones de sacos. Produciremos un poquito más o un poquito menos dependiendo de variables como el clima, la fertilización”, dijo el gerente de la Federación Nacional Cafeteros, Roberto Vélez.

    “El parque cafetero, como el que tenemos, no da para producir más de 14,5 millones de sacos. Tenemos que seguir con nuestro tema de aumentar la productividad, de aumentar las densidades, pero no hay mucho más”, explicó al asegurar que no hay planes del Gobierno ni del sector privado para subir la siembra de café, aumentar el aérea cultivada y la producción.

    Vélez anunció que la meta para el próximo año es elevar la productividad a 22 sacos de 60 kilos por hectárea, desde los 19,5 actuales. Colombia cerró 2019 con una producción de 14,8 millones de sacos, la mejor en los últimos 27 años, por un aumento de la productividad y el buen clima.

    Vélez destacó que el café colombiano se ha visto beneficiado de un mercado exigente que reconoce su calidad y que durante 2020 ha pagado una prima de 50 centavos de dólar por encima del precio de referencia de la Bolsa de Nueva York, lo que permitió a los productores pagar deudas y recuperar rentabilidad después de varios años en los que no cubrieron los costos de producción.

    “No hay bonanza cafetera, esto es una recuperación de la rentabilidad de la caficultura”, afirmó el gerente de la federación.

    El dirigente prevé que en 2021 la prima de calidad que le reconocen al café colombiano se debe mantener en niveles de 50 centavos por libra, lo que sumado a la estabilidad del dólar y de las cotizaciones en Nueva York le permitirán al sector mantenerse competitivo y avanzar en el proceso de renovación de cafetales para tenerlos con una edad promedio de 6,5 años, resistentes a la roya y a la broca.

    El país sudamericano -el tercer productor mundial de café después de Brasil y Vietnam- tiene cultivadas 880 000 hectáreas con cafetales y unas 560 000 familias dependen de esa actividad.

    Colombia, conocida por sus cafés suaves y de alta calidad, espera que el valor de su cosecha cierre en unos 9 billones de pesos (USD 2 505 millones), la más alta en la historia del país.

    Colombia cerró 2019 con una producción de 14,8 millones de sacos, la mejor en los últimos 27 años. El país tienen 880 000 ha de cafetales. Foto Reuters
    Colombia cerró 2019 con una producción de 14,8 millones de sacos, la mejor en los últimos 27 años. El país tienen 880 000 ha de cafetales. Foto Reuters
  • Agiliza la producción de helados con premezclas

    Carolina Enríquez. (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Preparar un helado sin más trabajo que agregar agua o leche a una mezcla previamente elaborada es lo que ofrecen los productos de Martigiani Distribuidora.

    Sus propietarios, Diego Aguirre y Karla Bonilla, impulsaron este negocio luego de haber sido parte del mundo de la heladería durante 15 años. Ellos trabajaron en empresas del sector y Karla había desarrollado un emprendimiento, con un ‘food truck’ de helados.

    En el 2009, además, comenzaron a dictar cursos sobre producción de estos postres en la sucursal ecuatoriana de la escuela argentina Mundo Helado. En el 2016, muchos de sus alumnos les comentaron que querían abrir negocios, pero no tenían tiempo para producir y comprar ingredientes; vieron allí una oportunidad y comenzaron con el desarrollo de una premezcla para un cliente que vendía helados de yogur.

    Se trataba de una funda que contenía los ingredientes en polvo necesarios para mezclar con agua y yogur. El negocio arrancó con ese producto y ahora cuenta con más de 100 premezclas, neutras y de sabores (incluso opción vegana).

    La producción se realiza en una planta en el valle de Los Chillos. Dependiendo del helado que se quiera preparar, a estas premezclas se les puede añadir leche, jarabes, fruta picada, agua… Los propietarios de Martigiani, además, pueden personalizar el producto para que el helado quede con la textura, sabor y características que requieran los clientes.
    La empresa oferta esta línea para producción industrial, a escala nacional (incluida Galápagos). Además, maquila para ocho negocios. Con esos clientes firma un acuerdo de confidencialidad para que tengan la seguridad de que su base es exclusiva para ellos.
    Para la preparación de estas premezclas, Martigiani cuenta con 15 proveedores. Uno de ellos es Stalin Cañizares, vendedor técnico de la empresa QSI del Ecuador.

    “Les proveemos hace unos tres años. Les vendemos materias primas para la elaboración de helados, entre las que están estabilizantes, excipientes y más”, detalla. Solo en el primer ítem, antes de la pandemia, le comercializaba 100 kg al mes. Ahora alcanzan los 40.

    Destaca el crecimiento rápido que ha tenido Martigiani y su presencia en el mercado. Considera que es una empresa ampliamente especializada en su sector.

    Este desarrollo ha sido logrado a pulso. Al inicio, los emprendedores hacían sus procesos de forma artesanal, pero en el 2018 compraron su primera mezcladora de polvo. Esto les permitió acelerar la fabricación.

    Ese mismo año abrieron una oficina en Guayaquil. Allí se recibe producto, se despacha y se buscan más clientes en la Costa y Azuay.

    Karla Bonilla y Diego Aguirre han estado involucrados en la industria de la heladería por más de 15 años. Son los creadores de Martigiani.
    Karla Bonilla y Diego Aguirre han estado involucrados en la industria de la heladería por más de 15 años. Son los creadores de Martigiani.

    Para Diego y Karla, contar con este centro de distribución ha sido clave para su supervivencia en la pandemia. El Puerto Principal ha tenido una mayor reactivación que Quito, lo que ha permitido a la empresa colocar más producto en negocios de esa urbe.

    Antes de covid-19, las ventas allí representaban el 40% del total, mientras que ahora son el 80%.

    Los dueños de Martigiani, además, aseguran que son un apoyo para los pequeños emprendedores que quieren vender helados y yogur congelado, pero no tienen mucho tiempo ni capital. Al obtener premezclas no tienen que contar con gran cantidad de proveedores, ni comprar maquinarias; solo es necesario un aparato para batir y una congeladora.

    Uno de estos negocios nacientes es el de Daniela Armas, dueña de FrozenPeak. “Somos clientes hace mes y medio. Nos han brindado asesoría sobre cómo impulsar el negocio de helado de yogur. Hemos adquirido 20 kilos.”

    Como parte de este proceso de crecimiento, la empresa comenzó a desarrollar productos para el consumidor final. Cuenta con tres tipos de premezclas para que las personas puedan elaborar en sus casas helados de vainilla, chocolate y fresa, que se comercializan en dos cadenas de supermercados bajo la marca Icy Cream.

    A futuro, la idea es desarrollar otras líneas de premezclas para postres como gelatinas, brownies y más. El objetivo es que las personas que impulsen negocios de ese tipo, como cafeterías o similares, no tengan que gastar en la compra de grandes volúmenes, sino preparar de acuerdo con la demanda que tengan.

    ‘Los clientes destacan las pre mezclas’
    Jessica Machuca / Asistente administrativa
    Trabajo en esta empresa hace dos años. Destaco mucho la relación con mis jefes, son buenas personas. Se enfocan bastante en llevar correctamente, tanto los procesos como la parte administrativa del negocio. Debo decir que lo que se produce en esta industria son productos excelentes. Los clientes, de manera permanente, nos dicen que la calidad de nuestros productos es muy buena, que la consistencia de los helados que fabrican con las premezclas es la adecuada. Los clientes tienen en esta empresa todo el asesoramiento que requieren para desarrollar sus negocios. Aquí reciben una guía sobre todos los procesos y los propietarios de Martigiani pueden responder a las inquietudes que pudieran llegar a tener. Al trabajar en este sitio he adquirido conocimientos para mi trabajo y mi vida personal. He logrado ser puntual, no retrasarme en los procesos para realizar retenciones, organización y capacidad de respuesta para todos los requerimientos que hagan los propietarios de la empresa. Todos trabajamos en equipo.

    Los trabajadores de la empresa realizan sus actividades en la planta de producción, ubicada en el valle de Los Chillos. Tienen diversas maquinarias. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Los trabajadores de la empresa realizan sus actividades en la planta de producción, ubicada en el valle de Los Chillos. Tienen diversas maquinarias. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Nueva tecnología para aumentar la producción

    Redacción Quito (I)

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    En un año donde la economía se ha visto afectada por la emergencia sanitaria, hay empresas que han decidido continuar invirtiendo en sus procesos de producción, con el objetivo de crecer en el ­mediano plazo.

    Es el caso de Oriental Industria Alimenticia, que este año invirtió USD 2 millones en la adquisición de nueva maquinaria, para las líneas de fideos instantáneos y de láminas de masa precocida de harina de trigo fortificada.

    La maquinaria, importada desde China, se encuentra en funcionamiento desde agosto pasado, asegura Yuri León, directora de la Unidad de Alimentos de Oriental Industria Alimenticia.
    El objetivo de esta reciente inversión, explica, es incrementar los volúmenes de producción, generar nuevas fuentes de empleo y satisfacer las necesidades de sus consumidores nacionales e internacionales.

    En fideos instantáneos, la empresa produce al año 3,8 millones de kilos. La ejecutiva señala que con la nueva tecnología prevén triplicar la producción en instantáneos y masa precocida, en su planta Estambul, ubicada en la provincia de Los Ríos, en la que también elaboran salsas y harinas.

    Además, esperan un incremento del 5% de plazas de empleo en esa planta de producción. La empresa también tiene otra fábrica en La Maná, Cotopaxi, donde elaboran sus líneas de tés y bebidas. En total, Oriental emplea a 657 trabajadores directos y genera cerca de 1 200 empleos indirectos.

    La compañía alimenticia elabora más de 100 productos, agrupados en cuatro categorías: fideos y pastas, salsas y aderezos, harinas y misceláneos, té y bebidas.

    “Al momento, se ha incrementado la producción de pastas y fideos (en especial las instantáneas), por la practicidad de estos productos en esta época de confinamiento”, explica León, al referirse al desempeño de la empresa durante la pandemia de covid-19.

    La firma no detuvo la actividad en sus plantas durante los primeros meses de la emergencia sanitaria, pero laboró solo con el 70% del personal, con reducción y ajustes de horarios. Actualmente, las dos fábricas están completamente operativas.

    Esta industria de alimentos exporta sus productos a más de 12 países y se encuentra trabajando para lograr ingresar a Centroamérica hasta finales del 2020.

    Adaptándose a los cambios de consumo que ha generado la pandemia, la empresa implementó un nuevo canal de ventas en línea: Oriental Shop, disponible en su página web. Por medio de esta plataforma, los clientes pueden comprar productos a domicilio. También abrió un canal de solicitudes por Whatsapp, con plazos de entrega de entre 24 y 72 horas.

    Con la reciente inversión en tecnología, la empresa tramita un contrato de inversión con el Estado por un plazo de 12 años, el cual le permitiría beneficiarse de exoneraciones tributarias, mientras genere empleo en una zona prioritaria, como Los Ríos. Durante ese período, tendría exención del impuesto a la renta en la utilidad generada en las líneas de fideos y masa precocida.

    El contrato fue ingresado a inicios de año, precisa León. No obstante, como producto de la pandemia, se ha retrasado su aprobación y al momento se encuentra en revisión por parte del Ministerio de Producción, Comercio e Inversiones y Pesca, añade. “Esperamos contar con la aprobación del mismo hasta finalizar el año en curso o a inicios del próximo”.

    Entre enero y agosto del 2020, en el país se suscribieron 28 de estos convenios por USD 400 millones, que comprometen la inversión de empresas privadas en seis sectores productivos.
    Otro de los beneficios contemplados en la Ley de Fomento Productivo para las compañías que realicen nuevas inversiones es la exoneración del impuesto a la salida de divisas (ISD).

    2 millones de dólares fue la cifra de inversión en las líneas de fideos y masa precocida.

    En la planta Estambul, ubicada en la provincia de Los Ríos, se elaboran fideos, harinas, salsas, entre otros productos.  Está operativa al 100%. Foto: cortesía Oriental / LÍDERES
    En la planta Estambul, ubicada en la provincia de Los Ríos, se elaboran fideos, harinas, salsas, entre otros productos. Está operativa al 100%. Foto: cortesía Oriental / LÍDERES
  • Francisco Miranda: ‘La productividad del cacao mejora’

    Priscilla Alvarado

    redaccion@revistalideres.ec

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    Francisco Miranda, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao, detalla las estrategias y prácticas que ha empleado el sector para mantener un crecimiento sostenido. Además, ratifica la necesidad de fortalecer el trabajo público y privado.

    Las exportaciones cacaoteras registran un crecimiento paulatino en los primeros semestres de los dos últimos años, ¿a qué se debe?

    Principalmente, a que las plantas se han mantenido saludables. Los agricultores han dedicado más tiempo y más cuidado. Eso sumado al crecimiento concreto del sector cacaotero exportador por las siembras nuevas, sobre todo, en el norte de Manabí, sur de Esmeraldas y el Oriente. Estas zonas que ,tradicionalmente, han sido de cultivos de palma se han volcado a la siembra de cacao. Por esta razón, el crecimiento ha sido más visible en los últimos años y sobre todo en el 2020.

    ¿Cuál ha sido la estrategia que ha empleado el sector?
    La implementación de técnicas básicas agronómicas para el cuidado del cacao como la poda, la reproducción de plantas, metodologías de cosechas cíclicas, fertilización y poscosecha han hecho que los cultivos se modernicen. Los buenos índices de productividad en varias haciendas se están replicando hacia debajo de la cadena, es decir a los productores más pequeños. Se levanta una cultura cacaotera en donde la capacitación y la conservación de la flora y fauna son el pilar.

    ¿La estrategia para producir más y mejor fue una iniciativa pública o privada?
    Es compartida. Hay muy buenos ejemplos que trabajan de la mano del sector público y les va bien. El Ministerio de Agricultura ha hecho un gran trabajo en el desarrollo de genética, a la cual varios agricultores han accedido. Sin embargo, existe mucha traba burocrática y eso no permite que sean tan eficientes. Esto hace que los cacaoteros opten por invertir solos y dejen de depender del apoyo o de productos estatales.

    ¿Estas prácticas o estrategias han acuñado de experiencias de países vecinos?
    Es al revés. Tenemos visitas anuales de gente de Perú, Costa Rica y Colombia, que vienen a Ecuador a aprender las prácticas cacaoteras que tenemos y que como resultado permiten tener un rendimiento alto. Los modelos novedosos de manejo de cacao industrializado son desarrollados por mentes ecuatorianas e inversionistas del país, que tomaron estas genéticas mal vistas y las transformaron en las más productivas.

    ¿Cuál es el aporte de estas nuevas prácticas en la agenda inmediata del sector, para aumentar sus exportaciones?
    Aporta, pero aún se debe trabajar para que toda la cadena las aplique. En el mercado cacaotero hay una disociación entre el productor y el consumidor. El cliente no compra una funda de cacao, adquiere un producto que pasa por uno o dos procesos antes del resultado final. Muchas veces cuando va a comprar una barra de chocolate no sabe de dónde vino o qué sucedió en el proceso, eso da un distanciamiento entre la producción y el consumidor. Eso hace que se generalice la forma de producir y se piense que Ecuador también trabaja de forma injusta como en Asia, por ejemplo. Ecuador tiene ventajas operativas importantes por encima de ellos porque somos un producto autocompatible con la flora y fauna ecuatoriana.

    Con estas iniciativas, ¿es factible incrementar las exportaciones en el corto plazo?
    Definitivamente. Ecuador tiene una posición privilegiada y eso se nota durante la pandemia. La demanda del grano de cacao continuó y, en algunos casos, aumentó. Los principales compradores adquirieron producto para almacenarlo. Esto nos da un aire muy saludable para el sector porque vemos que existe una demanda diferenciada de los mercados.

    En ese sentido, ¿qué tan rentable es hacer el cambio de un cultivo hacia el cacao?
    El cacao tiene dos ventajas que son bastante ciertas para los agricultores. La primera es que todo el grano producido tiene un comprador dentro o fuera del país. La segunda ventaja es que existe una cadena de compra privilegiada y competitiva. Además, podemos sumarle que hay estabilidad de precios comparada con otros cultivos de ciclos cortos. Esto le da la certeza al agricultor de cuánto va a recibir por su producto.

    ¿Cómo se proyecta el sector para mejorar sus ingresos en lo que queda del 2020?
    Con el fortalecimiento de buenas prácticas agrícolas y el posicionamiento en mercados establecidos. El cacao ecuatoriano al ser un producto muy demandado casi no tiene ningún mercado con barreras arancelarias. El producto entra a mercados de Europa, EE.UU. y Asia, casi sin pagar tributos. Estos beneficios los tiene desde hace años. Ecuador tiene una ventaja y es que sus elaborados de cacao son cada vez más aclamados. Esto faculta al país a pelear por espacios y posicionarse por un grano y chocolate de calidad.

    ¿Cuáles son esos mercados en los que se podría incrementar las exportaciones?
    En el caso del cacao, a los países asiáticos como Indonesia y Malasia. En chocolate, en cambio, está la Unión Europea y los Estados Unidos y es en donde se podría explotar aún más la oferta exportable, sobre todo, en chocolatería cara. Asimismo a los vecinos Perú, Colombia y Chile por la demanda de chocolatería más básica.

    ¿Cuál es el plan que ejecutan o que están próximos a ejecutar desde el sector?
    Apuntamos a mejorar temas de almacenamiento y comercialización. El valor agregado que debe ganar el grano por poscosecha no se lo aprovecha por completo en Ecuador y hay desorden en la cadena de comercialización que afecta en cierta medida al sector. En este punto, trabajamos de la mano con las autoridades para que se ejecute un control.

    En el contexto de la pandemia y paralización de actividades, ¿cómo trabaja el sector para continuar con la promoción de las exportaciones?
    Estamos armando junto a ProEcuador, el sector chocolatero y agrícola una feria virtual que se llamará Aromas del Ecuador en el mes de noviembre. El objetivo es traer a compradores internacionales a un conversatorio con los diferentes actores de la cadena y hacer mesas de negocios.

    ¿Qué acuerdo comercial se debería concretar para que el cacao ecuatoriano ingrese con preferencias?
    Más allá de un nuevo acuerdo, primero se deben respetar y fortalecer los envíos a los países con los que tenemos preferencias. Se debe trazar una política comercial de inversión pública para comunicar la diferenciación que tiene el país en la producción cacaotera. Debemos apostar por la promoción del cacao y chocolate a escala mundial. Tenemos la herramienta principal que es el mejor cacao del mundo, pero necesitamos la inversión estatal correcta.

    ¿Qué hace falta?
    El agricultor hizo su parte, sembró, crecieron los cultivos y hay cacao para rato. Nos toca, a las partes que nos encargamos del comercio, encontrar los espacios para este producto y garantizar el flujo comercial.

    Hoja de vida
    Su formación.  Francisco Miranda es Ingeniero Comercial graduado en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) de Guayaquil.

    Su experiencia.   Se desempeña, actualmente, como Presidente de la Asociación de Exportadores de Cacao del Ecuador (Anecacao), Asumió en el 2018. Presidente del Comité Norma INEN Cacao desde el 2017. Es el gerente general de la Agrícola Guangala.

    Otras participaciones.   Ha sido representante de Sostenibilidad para Ecuador ante el CEN ISO Cocoa. Fue conferencista en la Cumbre Mundial del Cacao que se desarrolló en el 2016.

    Francisco Miranda, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Francisco Miranda, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • El capital de trabajo es vital para mantener la producción

    Priscilla Alvarado  (I)

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    La microempresa afectada por la crisis económica derivada de la emergencia sanitaria por covid-19 apuesta por fortalecer su capital de trabajo para no cerrar.

    Tener liquidez para invertir en nuevos proyectos es uno de los principales destinos de los préstamos que ofrecen tanto el sector público como el privado.

    Según el Banco del Pacífico, entidad que ofrece el producto crediticio Reactívate Ecuador, este segmento es el que más solicitudes ha presentado con un total de 21 013, hasta el 18 de junio pasado.

    Además de capital de trabajo, los otros destinos del financiamiento son para pago de nómina, proveedores y las obligaciones con Rentas y Seguro Social.

    Desde el pasado 25 de mayo hasta el jueves 18 de junio, la entidad ha colocado USD 19,5 millones entre micro, pequeña y mediana empresa en todo el país.

    Los segmentos que han accedido a estos recursos son el de comercio al por menor, manufactura, construcción, agrícola, actividades de seguridad, investigación, radio y trasmisión.

    Para el sector agrícola, la inyección de dinero les ha permitido dotarse de materia prima para mejorar sus ventas.

    Fidel González, comerciante de fertilizantes, cuenta que el acceso a un préstamo de USD 30 000 se tradujo en la importación de 1 000 sobres de un bioestimulante mexicano para cultivos agrícolas.

    La venta de este producto ha sido el sustento para su familia durante tres años. El ingeniero agroindustrial tiene tres hijos y una esposa que viven en Ballenita, provincia de Santa Elena.
    La dinámica del negocio de González es visitar a los productores de banano, cacao, melón, sandía y pepino en las provincias de Guayas, Los Ríos y El Oro, para hacer demostraciones y luego concretar las ventas.

    “Con la pandemia el negocio se fue a pique. La restricción para movilizarse, la falta de capital para importar y el poco dinero de los agricultores me afectó”, detalla el comerciante, quien asegura que ahora está comenzando desde cero nuevamente.

    En Guayaquil, Leslie Carpio, de la empresa gráfica Letreros Carpio, explica que accedió a un crédito de USD 4 300. La cuarentena les obligó a paralizar actividades desde el 17 de marzo hasta el 10 de junio. Sus clientes, actualmente, son empresas de todo tipo.

    “No estamos en capacidad de rechazar pedidos, elaboramos de todo. Etiquetas, volantes, entre otras cosas de publicidad”, señala Carpio en su negocio.

    En la firma laboran ocho colaboradores. Ahora trabajan en dos grupos. Cada uno se turna los días que debe acudir a la planta y los que se quedan en casa.

    El dinero le ha permitido a este negocio cumplir con los pagos a proveedores y contar con capital de trabajo para nuevos proyectos. El cambio de imagen de la marca está entre las inversiones a realizar a fines de este 2020.

    El 36% de las operaciones de crédito aprobadas se dio a negocios de Guayaquil, la ciudad más afectada por la pandemia del covid-19 y con más fallecidos. A esta ciudad le siguen Quito, Santo Domingo, Loja y Milagro.


    La baja de clientes, el impedimento para movilizarse por el confinamiento, y la falta de recursos para dotarse de materia prima puso en riesgo el futuro de la cafetería Siete Campanarios, ubicada en el en el Centro Histórico de Quito.

    Natalia Aguilar, dueña de la cafetería, cuenta que el impacto en su negocio fue en doble vía. El establecimiento vende café en grano a varios locales y restaurantes de la capital y, además, ofrece el producto por tazas, para los clientes que llegan a la cafetería.

    “Las cafeterías cerraron y nos dejaron de pagar. Se renegociaron deudas y, para evitar despidos, se pagó a los empleados con ahorros propios”, indicó Aguilar.

    El segmento de hoteles, restaurantes y cafeterías (Horeca) es uno de los más golpeados en la pandemia. Según la Federación Nacional de Cámaras de Turismo, este segmento proyecta una recuperación lenta hasta finales del 2020 e inicios del 2021.

    Aguilar explica que con el capital recibido de un crédito adquirirá un lote de café a productores de Loja, Manabí, noroccidente de Pichincha e Imbabura.

    “Estamos en el pico de la cosecha del grano y la materia prima es el sustento del negocio”, relata la dueña de esta empresa.

    Además, entre los planes del negocio está trabajar a domicilio y crear estrategias en marketing digital para que las personas puedan acceder a los productos de la cafetería de forma más fácil.

    Dada la reactivación paulatina, Aguilar refiere que también va a reducir el cupo de compra de café hasta finalizar el 2020.

    Los trabajadores de empresa Letreros Carpio se mantienen operativos atendiendo pedidos de publicidades, volantes y etiquetas en Guayaquil.
    Los trabajadores de empresa Letreros Carpio se mantienen operativos atendiendo pedidos de publicidades, volantes y etiquetas en Guayaquil.

    En la Corporación Financiera Nacional (CFN) se ofrece la línea de crédito Pymes Exprés. El producto fue creado y ejecutado bajo una alianza con el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess).

    Los montos de los créditos que se ofertan para las pequeñas y medianas empresas van desde los USD 25 000 hasta 100 000 para el segmento pyme, con una tasa desde el 8,95%, reajustable con un plazo de 18 meses.

    La entidad informó que las precalificaciones aprobadas de Pyme Exprés al 8 de junio del 2020 eran 900, lo que implica aproximadamente un monto de USD 63 millones para colocarse.
    El sector camaronero también busca impulso con este producto. Marco, un productor de El Oro, dijo que ingresó los documentos para acceder al crédito y cambiar el giro de su negocio. El camaronero quiere abrirse a comercializar el crustáceo con valor agregado.

    Otros bancos privados también ofrecen financiamiento para pequeñas empresas.
    El Banco Guayaquil anunció el lanzamiento de una nueva línea de crédito por USD 30 millones dirigida a financiar proyectos de innovación tecnológica en pymes y empresas de mayor capital. Los componentes de innovación y modernización son fundamentales para optar por esta línea.

    63 millones de dólares colocó la CFN en créditos para pequeñas y medianas empresas al 8 de junio

    Fidel González, comerciante de fertilizantes para productores de banano, cacao, melón y sandía  volvió a trabajar gracias al acceso a un prestamo. Foto: cortesía
    Fidel González, comerciante de fertilizantes para productores de banano, cacao, melón y sandía volvió a trabajar gracias al acceso a un prestamo. Foto: cortesía
  • Producción de Carchi, en plataforma digital

    José Luis Rosales (i) 
    redaccion@revistalideres.ec

    El vaivén de los precios de los productos agrícolas en el mercado nacional ha sido uno de los temas que más ha despertado el interés de Juan Carlos Pilacuán.

    Este ingeniero en Gestión de Procesos, que nació hace 33 años en Quito y que la mayor parte de su vida ha residido en San Gabriel, Carchi, recuerda que amigos y vecinos agricultores le contaban las dificultades para obtener buenos precios por sus cosechas.

    Ese fue uno de los motivos para impulsar una plataforma digital que cuenta con la página web www.conectoagro.com.ec y la aplicación móvil que lleva el mismo nombre. Estas fueron presentadas en abril pasado.

    Pilacuán explica que la idea es que los productores carchenses sean conocidos a escala nacional y tengan más alternativas para comercializar sus productos.

    El proyecto de este mercado en línea comenzó hace ocho meses. Al principio estuvieron vinculados otros cuatro profesionales, pero tres de ellos por diferentes razones se apartaron.
    Según Tito Coral, responsable de marketing y publicidad, el sector agrícola y ganadero de la zona no cuenta con una correcta organización mercantil para la compra y venta de los alimentos.

    Por eso, ahora tienen como reto posicionar la marca Conecto Agro en el sector productivo de esta provincia fronteriza y en potenciales clientes del país.

    En los primeros meses se dedicaron al registro de la marca y a la protección del software de Conecto Agro, cuyo eslogan es Prodúcelo y Véndelo.

    La pandemia del covid-19 aceleró la salida al mercado de este servicio tecnológico para que sea una alternativa de agricultores.

    La ‘app’ Conecto Agro, que está disponible para dispositivos con tecnología Android, se encuentra en una fase de prueba.

    Los emprendedores se dieron cuenta de que hay campesinos que tuvieron dificultades para el manejo del aplicativo, por la falta de dominio de esta tecnología.

    Por eso, en una segunda etapa desarrollaron una ‘progressive wep app’. Coral explica que se trata de una aplicación web rápida y confiable y que funciona en cualquier navegador.
    “Nosotros enviaremos un enlace y los usuarios podrán instalar en su teléfono celular”. Esto permitirá tener un acceso directo a la página web simulando una aplicación. También dispondrá de un ‘link’ que podrán utilizar los compradores para los pagos.

    Este cambio se prevé esté listo a mediados de julio. De su puesta en marcha se encargan dos programadores contratados por la firma.

    En esta ‘progressive wep app’ se incluirá a mercados mayoristas, asociaciones y productores.
    El cantón Montúfar posee un mercado ganadero que es uno de los más grandes del norte del país. Por eso, se prevé enlazar el circuito cerrado de cámaras a la plataforma para realizar publicaciones en tiempo real.

    7000 Dólares han invertido en el desarrollo de este mercado en línea.

    Cuando alguien esté interesado en comerciar algún artículo se enviará un mensaje de texto vía SMS o Whatsapp con datos del productor y comprador.

    El uso de esta tecnología interactiva les ha permitido rebajar costos de producción y programación. En el desarrollo del proyecto han invertido USD 7 000.

    En la marca Conecto Agro se resalta el potencial agropecuario del Carchi. “Lo que queremos dar a conocer es que el campo lo queremos en un solo lugar”, explica Juan Carlos Pilacúan.
    Por lo pronto, la plataforma de Conecto Agro registra contactos entres productores y compradores, especialmente minoristas.

    El agricultor Franco Yampuenzan dice que a través de esta plataforma, la producción de 6 hectáreas papas que saldrá en agosto próximo ya está vendida.

    Juan Carlos Pilacuán  (derecha) es el creador de la plataforma y Tito Coral es el responsable de marketing y publicidad.
    Juan Carlos Pilacuán (derecha) es el creador de la plataforma y Tito Coral es el responsable de marketing y publicidad.
  • Juan Carlos Bermeo: ‘La producción de crudo es estable’

    Pedro Maldonado

    (I) Editor del Semanario LÍDERES

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    El gerente de Petroamazonas Juan Carlos Bermeo habla sobre la coyuntura de la industria petrolera ecuatoriana en medio de la pandemia, de la caída del precio del crudo y la rotura de dos oleoductos. Detalla los planes en los pozos de Sacha y del ITT.

    En lo que va del año, la industria petrolera ecuatoriana ha enfrentado problemas como la rotura de dos oleoductos y la caída del precio interna­cional de crudo. ¿Cómo está el actual momento para el sector?
    Para analizar el momento y la situación de la industria petrolera hay que mirar semanas atrás, que fueron complicadas, en las que se alinearon varios puntos. Allí estuvo un precio internacional del crudo absolutamente bajo, con niveles negativos; una pandemia mundial; y sobre todo la rotura del OCP y del Sote, que nos impidió transportar el crudo. Todo concurrió y dio como resultado una disminución drástica de la producción a 35 000 barriles por día, frente a los 420 000 barriles diarios que era lo normal. Entonces, para cualquier empresa en el mundo reducir a un 10% la producción significa un golpe económico y operacional muy duro y difícil de reponerse.

    ¿Cómo venía el plan de Petroamazanas hasta febrero o marzo y cómo cambia ahora con los hechos ocurridos?
    Veníamos cumpliendo, en algunos casos, por encima de la programación. Teníamos metas mensuales y anuales que las veníamos cumpliendo de manera estricta. Luego se complicó la situación, la rotura de los oleoductos nos obligó a parar y a reducir la producción. Esta suspensión de tareas nos llevó a hacer un diagnóstico de dónde estábamos y cómo estábamos. No nos quedamos quietos y decidimos elaborar un plan de contingencia, que incluía una serie de tareas de mantenimiento para estar listos cuando los oleoductos estén en funcionamiento. En otras condiciones, con las operaciones normales hubiera sido poco menos que imposible ejecutar el mantenimiento. Se hicieron 700 actividades de mantenimiento como líneas eléctricas, de estaciones de bombeo, limpieza de tuberías, automatización de procesos, la parte electrónica, motores, generadores… Nos enfocamos en varias áreas. En la parte eléctrica el tema es muy serio por los niveles de voltaje. Y en la automatización de bombeo también es sensible y de mucha especialización.

    Fue una tarea delicada…
    El trabajo se hizo con nuestro personal, en medio de restricciones de logística por la pandemia. Todas las actividades fueron ejecutadas con altos estándares de seguridad y se logró con cero problemas. Estas crisis son oportunidades, a nadie le gustó que esto ocurriera, pero una vez que tuvimos el problema aprovechamos para hacer las tareas y alistarnos para el reinicio de operaciones.

    ¿Tras el mantenimiento y el reinicio de operaciones, qué viene?
    Los arreglos tomaron 21 días, desde el 8 de abril. Luego empezamos a producir de manera sostenida y hoy la producción es estable en 425 000 barriles al día, superior al pronóstico que teníamos. Eso es destacable, la capacidad de reaccionar y volver a operar, superando en algunos casos los pronósticos. Hubo un plan de contingencia muy bien definido y ejecutado.

    ¿En caso de no ocurrir la rotura de los oleoductos o la pandemia, cuándo se hubiera realizado el mantenimiento tan minucioso?
    Hubiéramos tenido que hacer un mantenimiento gradual a lo largo del tiempo, con el único propósito de no suspender la producción. Por ejemplo, en determinado campo para determinado motor, y progresivamente hasta alcanzar el 100% del mantenimiento. Pero no habría sido de la intensidad que se pudo hacer en estos días.
    Ahora, ¿cuál es el camino para Petroamazonas en lo que queda del 2020 y pensando en el 2021?
    Soy optimista. Creo que si contamos con los recursos económicos suficientes, porque dependemos de las asignaciones del presupuesto que nos entrega Finanzas, podremos mantener sin duda la producción estable y llegaremos a final de año no con la proyección de inicios de año.

    Usted dice si es que se cumple el presupuesto. ¿Hay alguna posibilidad de que esto no ocurra dada la situación fiscal del país?
    No, necesariamente. Digo si es que se cumple porque todos conocemos la situación económica del país y Petroamazonas no está fuera de esa realidad. La situación es compleja
    y el Ministerio de Finanzas deberá tomar medidas y recaudos ­para no afectar a Petroamazonas y otras entidades, pero la caja fiscal tiene problemas de liquidez.

    ¿Cómo les ha impactado a ustedes estos problemas de liquidez de la caja fiscal?
    Hasta el momento no ha habido mayor afectación. Estamos dedicados a lo que sabemos y eso es producir petróleo. Lo vamos a seguir haciendo con todos nuestros planes para el resto del año. Esperamos que afines de año reconozcamos un trabajo exitoso.

    ¿En qué pozos se están enfocando para el segundo semestre?
    Tenemos planes muy claros y bien definidos, esperamos cumplir con ellos. Hay dos campos en especial: Sacha e ITT. En el primero esperamos este año perforar seis pozos en el primero y 34 en el segundo. Sacha es de alta productividad y el trabajo está orientado a obtener un pico de producción de 80 000 barriles por día, recuperando 300 millones de barriles de reservas para los próximos 15 años. En ITT, 28 pozos, 10 torres. Esto es nuestro corazón del plan. También habrá trabajos de recuperación secundaria en campos como Auca, Culebra, Chonta Sur, Shushufindi entre otros, con una producción de 23 000 barriles.

    ¿Cómo avanza el trabajo en los pozos del ITT?
    Seguimos con los planes de desarrollo, estamos ajustándonos. Ya contratamos las torres de exploración para Tambococha. En los próximos días revisaremos el proceso para la perforación en Ishpingo, seguimos adelante enmarcados dentro los requerimientos ambientales.

    Viendo el mercado mundial, las nuevas tendencias de energías renovables, para usted ¿cuál es futuro del sector petrolero?
    La pandemia ha dado muestras de que el petróleo sigue siendo clave para el país. Es una industria extractiva vital para el desarrollo del Ecuador y eso genera un compromiso muy alto para Petroamazonas. El crudo es un ‘commoditie’, nadie tiene la bola de cristal para ver el precio a futuro, pero viendo estudios es posible que cerremos el año con un precio de 25 a 30 dólares el barril. Y lo mismo el próximo. Nuestra tarea es seguir produciendo, ayudar a la caja fiscal y contribuir al país.

    CV
    Ingeniero Civil, por la Escuela Politécnica Nacional. Tiene dos postgrados en Mediación y Solución de Conflictos Ambientales y Desarrollo Sustentable. Además, tiene una maestría en Sistemas Integrados de Gestión y un curso de Diplomado en Energía y Ambiente.

    Tiene 39 años de experiencia profesional en el sector público y privado en asesoría y ejecución de proyectos, gestión ambiental y perforación, entre otros aspectos relacionados a las industrias hidrocarburífera e hidráulica.

    Fue Viceministro de Hidrocarburos, Gerente Regional del Banco del Estado, Coordinador General de la Unidad de Administración y Fiscalización del Proyecto OCP, Director Nacional de Hidrocarburos, entre otros cargos.

    Juan Carlos Bermeo. Ingeniero Civil por la Escuela Politécnica Nacional. Tiene dos postgrados en Mediación y Solución de Conflictos Ambientales y Desarrollo Sustentable. Foto: Cortesía
    Juan Carlos Bermeo. Ingeniero Civil por la Escuela Politécnica Nacional. Tiene dos postgrados en Mediación y Solución de Conflictos Ambientales y Desarrollo Sustentable. Foto: Cortesía
  • La demanda de su yogur y leche condensada aumentó

    Redacción Cuenca

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    La empresa El Pinar, que funciona en el norte de Cuenca, aumentó sus ventas durante la emergencia que rige en Ecuador desde marzo pasado que busca frenar el avance de covid-19. Tuvo una ligera para, pero retomó sus operaciones debido a la necesidad de cubrir la demanda de sus productos lácteos y bebidas.

    Los productos principales son la leche condensada y el yogur de diferentes sabores y presentaciones. Las ventas de ambos crecieron un 50% durante este confinamiento con respecto a los meses anteriores, dice el gerente de El Pinar, Juan Carlos Correa. Este ingeniero de Alimentos abrió esta compañía hace 15 años.

    “El consumo ha subido porque el yogur es considerado como un producto de primera necesidad para las familias, sobre todo, para los niños”, explicó Correa.

    En el caso de la leche condensada, agregó el empresario, es más demandada porque las amas de casa y otras personas han optado por hacer repostería y helados durante esta cuarentena como una opción para tener ingresos adicionales o de distracción”.

    Todos los años ha sido de crecimiento en ventas para esta empresa. Durante el 2019 facturaron más de USD 1,26 millones en sus diferentes líneas y para el 2020 tiene previsto llegar a los USD 2 millones, comentó Correa.

    Él solicitó a los propietarios de los supermercados y de los comisariatos que destaquen a los productos ecuatorianos sobre los importados porque, en la actualidad, hay un sentimiento de consumir los bienes nacionales.

    “Hay expectativas para un crecimiento constante. No solo para las líneas de producción que tenemos en la actualidad, sino también para diversificar los productos”.

    El empleado Sergio Pérez registra los lotes de las bebidas con aloe.
    El empleado Sergio Pérez registra los lotes de las bebidas con aloe. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES

    Correa aseguró que la demanda crece porque la principal fortaleza de la firma es la calidad de los productos. Eso implica controles en los procesos productivos basados en Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), materias primas y logística. “Las materias primas llegan de proveedores certificados. Todos los procesos están completamente automatizados en la planta”.

    El Pinar cuenta con un laboratorio propio para efectuar el control de calidad de sus productos, que son controlados antes de que salgan de la fábrica, dijo Correa.

    Durante el confinamiento solo dejó de operar durante tres días,. Luego determinó la necesidad de seguir laborando porque había demanda; los comisariatos no cerraron y la firma tiene 12 agencias del país para la distribución.

    Sus productos están en todas las cadenas de supermercados que funcionan en el Ecuador. “No desabastecimos en ningún momentos a ninguno de nuestros compradores”.

    Correa señaló que cuando se reanudaron las operaciones, el ingreso de las materias primas de otras ciudades y sacar el producto terminado a otras regiones fue muy complicado, sin embargo, poco a poco se aplicaron los protocolos de bioseguridad y “no hemos tenido una sola persona que se haya contagiado”.

    Todos los colaboradores pasan por un proceso de control para ingresar a la planta con tomas de temperatura, desinfección, entre otros parámetros de bioseguridad. Adicionalmente, se llevan registros de toda la producción
    .
    Otro aspecto fue la elaboración de protocolos para los transportistas externos y su flota de cinco vehículos propios.

    La firma tiene 35 empleados laborando en producción, principalmente. A más del yogur y de la leche condensada se prepara manjar y, hace tres meses, se lanzó una bebida con pedazos de aloe. Según Correa, el despegue de este último fue espectacular, pero se frenó por la pandemia porque la gente prioriza los productos indispensables. Se ofertan los sabores de uva y manzana verde con trozos de aloe.

    Hasta antes del confinamiento por covid-19, que empezó en marzo pasado, la firma comercializó 4 500 cajas, que contienen 24 botellas de 330 centímetros cúbicos. Las ventas se hacen a través de 12 distribuidores y de las cadenas de supermercados. “Es un mercado prometedor el de las bebidas de aloe”, señaló el empresario e ingeniero de alimentos que se especializó con cursos en EE.UU., Colombia y Europa. También visitó fábricas en países europeos, para conocer sus procesos y el equipamiento de las mismas.

    El trabajador José Arias labora en los tanques de procesamiento de los lácteos. Usa todas las protecciones de bioseguridad.
    El trabajador José Arias labora en los tanques de procesamiento de los lácteos. Usa todas las protecciones de bioseguridad. Foto: Xavier Caivinagua par LÍDERES
  • Ellos innovan en el sector textil

    Redacción Quito

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    La innovación para enfrentar retos es una de las características de Textiles Padilla. Esta empresa familiar, fundada a inicios de los años 70 por Manuel Vicente Padilla y María Virginia Teresa Pozo enfrenta desde marzo pasado un nuevo desafío con covid-19.

    Con su planta de producción ubicada en San Carlos de Alangasí, al oriente de Quito, en el valle de los Chillos, la empresa venía despuntando en la producción de telas. El enfoque estaba en los textiles de microfibra, muy demandados para la elaboración de ropa deportiva. “Ese era el segmento del mercado en el que nos movíamos con fuerza”, explica Christian Padilla, gerente Comercial.

    Con esa tela la compañía se había posicionado y contaba con distribuidores en ciudades como Portoviejo. Marita Cedeño, de la empresa Selenita, en la capital de Manabí, cuenta que trabajan con Textiles Padilla desde hace 14 años y tienen una relación comercial muy buena. “Siempre están innovando y por eso sus productos son de calidad”.

    Cedeño añade que mensualmente le compraban a Textiles Padilla entre 7 000 y 10 000 kilos de tela. “La microfibra para ropa deportiva es muy buena y nuestros clientes estaban satisfechos”. Las compras se suspendieron por la emergencia sanitaria que vive el país y Cedeño espera que las actividades productivas se reactiven para seguir comprando.

    En la planta de producción de Textiles Padilla, las actividades se suspendieron a mediados de marzo. El gerente Comercial cuenta que si bien existió inquietud, el equipo de investigación y desarrollo empezó a pensar en nuevos productos .

    Antes de la emergencia la empresa ya escuchaba a clientes que preguntaban si elaboraban mascarillas y telas para repeler líquidos. “Con la llegada de covid-19 tuvimos que adecuarnos, aprovechar la tecnología y el conocimiento del mercado para preparar una nueva tela antifluído, que sirva para mandiles y mascarillas. Pensamos en la protección de personal médico y de consumidores en general”.

    La investigación arrancó. Este proceso incluyó cerca de 50 pruebas hasta dar con el producto adecuado. Una vez que se desarrolló el tipo de tela, fue necesario contar con los permisos de las autoridades que la avalen.

    Desde abril pasado, la empresa cuenta con la línea Medical para uso no quirúrgico. Este desarrollo sirvió para que la empresa enfrente la crisis.

    Hasta febrero pasado Textiles Padilla producía unos 200 000 kilos de tela al mes, pero con covid-19 el negocio se frenó y ahora la producción mensual está en alrededor de 40 000 kilos.

    El equipo de trabajo también se redujo de 120 personas a unas 60, hoy en día. Sin embargo, la familia Padilla está optimista y espera que la producción crezca en lo que queda del año.

    El ánimo viene dado por desafíos que ya enfrentó la compañía en tiempos pasados . Uno de los más grandes fue competir con telas extranjeras y con el contrabando.

    Christian Padilla es parte de la segunda generación de esta empresa familiar. Su hermano Santiago es el gerente General. El primero recuerda que cuando asumieron responsabilidades, hace 20 años, la producción mensual era de 20 000 kilos de tela.

    El crecimiento, explica, se dio gracias a la colocación de capital efectuada en nuevas tecnologías y en capacitación del personal. “Hemos invertido para innovar y destacar en el mercado. La inversión más reciente fue de USD 600 000 en maquinaria de baños, laboratorio automático para tinturar telas, por ejemplo”.

    En esta temporada la empresa se ha apoyado en confeccionistas que aportan en la elaboración de mascarillas. Alexandra Camacho tiene un taller de costura en el centro de Quito y con otras cinco mujeres cumplen con los pedidos que hace Textiles Padilla.

    “Desde hace un mes elaboramos mascarillas con las telas que la familia Padilla nos entrega. Confeccionamos unas 5 000 a la semana y puedo decir que la calidad del material que se usa es excelente”, dice Camacho.

    Los planes pare el corto y mediano plazo incluyen reforzar la línea Medical. Padilla cuenta que ahora están desarrollando un semi-impermeable y overoles con estampados. “Estamos reinventándonos, con nuevos productos, creando y viendo cómo movernos en medio de todo”.

    Una vez que la situación se estabilice Padilla confía en reforzar el equipo y volver a los niveles de producción de inicios de año.

    La planta de producción se encuentra en San Carlos de Alangasí, en Los Chillos. Hoy en día trabajan allí cerca de 60 operarios.
    La planta de producción se encuentra en San Carlos de Alangasí, en Los Chillos. Hoy en día trabajan allí cerca de 60 operarios. Foto: Cortesía