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  • Un mapamundi bananero dominado por Ecuador

    Mónica Mendoza

    Macroeditora (I)

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    Ecuador se ubica en quinto lugar del ‘ranking’ de productores de banano en el mundo, pero es el número uno en exportaciones.

    En el 2018 vendió 6,5 millones de toneladas métricas. Eso significó que el 30% de toda la fruta que se consumió en el mundo salió de las plantaciones ecuatorianas. Filipinas se ubica segundo, con casi la mitad del volumen. En el ‘top ten’ de los mayores exportadores están ocho países latinoamericanos.

    Las ventas de América Latina y el Caribe fueron 15,3 millones de t, el 2018. Según Raúl Villacrés, director ejecutivo (e) de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), eso equivale a que la región aportó con el 80% de todas las ventas mundiales.

    “Eso está en juego”. Por eso se encendieron las alertas en América Latina a partir del julio pasado, cuando se conoció de la sospecha del hongo Fusarium Raza 4 Tropical (Foc R4T) en Colombia. En agosto se confirmó que la plaga estaba en el continente y comenzó una cruzada para detenerla.

    Ecuador activó los protocolos de bioseguridad y contención para evitar que traspase las fronteras un mal que destruye plantaciones en otras partes del mundo. La primera vez que se detectó el Raza 4 fue en 1989 en Malasia.

    Fabricio Espinosa, presidente del Directorio de AEBE, espera que los colombianos “logren contenerla”. Dice que lo fundamental como país es tener una disciplina en la aplicación de los protocolos de Agrocalidad y el trabajo conjunto entre el Estado, productor, exportador y academia.

    La sostenibilidad, manejo de la plaga y tendencias del mercado están en la agenda de la XVI Convención Internacional de Banano 2019 que inauguró, el 30 de septiembre del 2019, AEBE, en Guayaquil.

    El 95% de la producción de fruta ecuatoriana se exporta a 71 naciones. Un 5% se consume en hogares y se vende en supermercados. El resto de banano se usa para elaborar snacks’, chifles, puré y harina, un segmento que crece en emprendimientos e industrias.

    Todos los países de la región producen banano, a excepción de Chile, explica Villacrés. Ecuador es su abastecedor. En naciones como Brasil, el 95% sirve para autoconsumo y el 5% se exporta por temporadas a Argentina o España. México cosecha más para su consumo y exporta menos a EE.UU.

    En toda la región se cosecharon 983 379 hectáreas, en el 2018. Ecuador aportó con 173 000 hectáreas, que se concentran en Los Ríos, El Oro, Guayas y Santa Elena.

    Hay países que consumen todo lo que producen, como India y China, e importan para cubrir su demanda. Ecuador es el segundo proveedor al gigante asiático; de enero a julio del 2019 registró un aumento de 137%, en relación al 2018, según la Aduana china.

    El país tiene más de 60 años exportando la fruta, desde que se hacía en racimos y no se usaba la caja de cartón, recuerda Espinosa.

    Entre el 2012 y el 2018, la venta de banano creció 30,67% en volumen y 54,16% en divisas.

    Aporta con 2% al Producto Interno Bruto (PIB); demanda el 80% de la producción nacional de cartón; y ocupa el 60% de la actividad portuaria. Se calcula que en toda la cadena productiva y de empaque circulan USD 42 millones por semana y genera más de 500 000 empleos directos e indirectos.

    Pero Ecuador enfrenta desafíos. En los últimos 15 años ha perdido posicionamiento en el mercado estadounidense y hasta julio de este año dejó de vender 12,18% a la UE.

    Guatemala ha ganado presencia en EE.UU., por distancia logística, mayor productividad y precios más competitivos. Pero los envíos a Medio Oriente, África, Asia y Europa del Este aumentaron. “La única forma de ganar mercado es siendo competitivos” y uno de los caminos es firmar acuerdos comerciales, señala Espinosa.

    Ecuador ya tiene fortalezas: una fruta con más vida en percha (tarda en madurar), menos carga química (se fumiga 25 ciclos/año) y tiene mejor sabor.

    Eso debe estar acompañado de una promoción que lo posicione como ‘el banano más sano del mundo’ ante los consumidores.

    Los jornaleros de la Finca San Vicente colocan los sellos al banano orgánico que se empaca para el mercado de comercio justo . La bananera está en la vía El Guabo-Bajo Alto, en El Oro. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Los jornaleros de la Finca San Vicente colocan los sellos al banano orgánico que se empaca para el mercado de comercio justo . La bananera está en la vía El Guabo-Bajo Alto, en El Oro. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • EE.UU., Arabia Saudita y Rusia lideran el mapa global petrolero

    Redacción Quito

    y agencias (I) redaccion@revistalideres.ec

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    Los ataques que sufrió la petrolera Aramco, en Arabia Saudita, el pasado 14 de septiembre del 2019, aún tienen conmocionado a Oriente Medio y todas las miradas se encuentran en las reservas petroleras de esa región.

    Ese día, instalaciones petroleras del gigante saudita Aramco fueron blanco de un ataque con drones. La industria petrolera contuvo la respiración durante varios días y se esperaba lo peor: un ataque de Arabia Saudita a Irán, país al que el reino árabe señaló en principio como responsable.

    La producción de Arabia Saudita se redujo y los mercados reaccionaron enseguida. El lunes 16 de septiembre, 48 horas después del incidente, el precio del petróleo se disparó más de 10%.

    El crudo WTI aumentó hasta USD 60,71, mientras que el Brent del mar del Norte avanzó un 11,77%, a USD 67,31. El pasado viernes 20 de septiembre el WTI cerró en USD 58,09, tras una semana llena de tensiones. El Brent del Norte lo hizo en 64,28.

    También se supo que en las instalaciones de Aramco hubo cuatro explosiones y varios incendios, pero no se registraron heridos. Según las autoridades sauditas, 18 drones y siete misiles fueron usados en los ataques.

    Declaraciones de funcionarios de EE.UU. e Irán calmaron los ánimos. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, declaró que su país prefiere una “solución pacífica” a la crisis desa­tada por los ataques.

    Estados Unidos o Arabia Saudita desencadenarían “una guerra total” si deciden atacar a Irán, advirtió por su parte el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, en una entrevista difundida por la cadena de televisión estadounidense CNN.

    El mapa petrolero global tiene hoy en día tres actores principales. Estados Unidos lidera la producción mundial de crudo, gracias a la tecnología de ‘fracking’. El país produce 15,3 millones de barriles al día y registra una producción casi un 17% más en el 2018, frente al año anterior.

    El ‘fracking’ o también llamada fracturación hidráulica permite extraer el gas de esquisto, un tipo de hidrocarburo no convencional que se encuentra literalmente atrapado en capas de roca y a gran profundidad. La industria del petróleo de Estados Unidos empezó a usar a gran escala esta tecnología a principios de este siglo, lo que le permitió aumentar su producción y situarse como el primer productor mundial, según un reporte de la BBC.

    El segundo productor de petróleo es Arabia Saudita, aliado de EE.UU., que mantiene desde hace años un enfrentamiento abierto con su poderoso vecino Irán. El reino coloca hasta 12,2 millones de barriles de crudo al día. Los principales clientes de Arabia Saudita son China, Japón e India.

    El tercer lugar en el podio de productores de crudo es Rusia, con 11,4 millones de barriles diarios. Este país y Arabia Saudita estrecharon sus relaciones luego de que en julio la OPEP, liderada por Rusia, aprobara la reducción de la oferta petrolera global durante nueve meses para mantener más alto el precio del barril de crudo. El acuerdo aún está vigente.

    ¿Qué se puede esperar en los siguientes días y semanas? Fernando Santos, exministro de Energía de Ecuador, tiene una teoría: “El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ya está pensando en su reelección en el 2020 y no le conviene tener una gasolina cara”. Por eso, añade Santos, la tensión irá bajando en Oriente Medio y las posibilidades de un conflicto militar disminuirán con el pasar de los días.

    Para este experto, Arabia Saudita e Irán son dos gigantes petroleros y lo que importa es que hasta el momento ha primado la sensatez, lo que se ha reflejado en los mercados. Lo ocurrido, asegura Santos, también deja lección para los consumidores. “Estos no pueden depender tanto del petróleo. Las medidas de reemplazo de crudo, como los vehículos eléctricos, las energías solar y eólica van a tener un gran impulso”.

    El mundo, en general, está dándose cuenta de que no se puede depender de una materia b que está en una región políticamente muy volátil, añade Santos.

    Las opciones son utilizar las reservas o producir más

    AFP (I)

    Para hacer frente a la subida del precio del barril existen varias opciones, como utilizar las llamadas reservas estratégicas o aumentar la producción.

    ¿Qué son las reservas estratégicas? La Agencia Internacional de la Energía (AIE), formada principalmente por Estados europeos y americanos, obliga a sus miembros a tener reservas de al menos el equivalente a 90 días de importaciones netas de petróleo (calculadas en referencia al año anterior).

    El cumplimiento de esta obligación lo supervisa directamente el Estado o empresas privadas. En junio del 2019, las reservas francesas correspondían por ejemplo a 111 días de importaciones netas, según la agencia.

    La AIE indicó está “supervisando de cerca la situación en Arabia Saudita” y afirmó que “por el momento los mercados están bien abastecidos con numerosas reservas comerciales”.
    Fuera de la AIE, China -primer país importador de petróleo y gran consumidor de energía- tiene reservas petroleras estratégicas equivalentes a 40 o 50 días de importaciones netas, según una cifra citada en marzo por los medios oficiales chinos.

    ¿Cuándo se recurrirá a las reservas? “Hasta que no se precisen los daños (a las instalaciones sauditas) será difícil evaluar exactamente la posibilidad” de recurrir a las reservas estratégicas, apunta Bob McNally, director de la consultora Rapidan Energy, citado por la agencia Bloomberg.

    La agencia Standard and Poor’s prevé una reducción de la producción saudita en 3 millones de barriles al día durante un mes.

    El país produjo una media de 9,77 millones de barriles al día en agosto y exportó de media 7 millones de barriles al día, según S&P. Por el momento, “la administración Trump busca tranquilizar a los mercados, asegurando que Estados Unidos y sus socios dentro de la AIE están dispuestos a actuar”, apunta McNally.

    Aumentar la producción

    La OPEP, liderada por Arabia Saudita, tenía en agosto capacidades excedentarias de 3,21 millones de barriles al día pero en la mayoría (2,27 mbd) están en Arabia Saudita, según la AIE.

    Kuwait y Emiratos Árabes Unidos podrían suplir la falta de petróleo saudita pero no hay garantías de que sea suficiente.

    Otra incógnita es la capacidad o la voluntad de Rusia, el segundo exportador mundial de petróleo, de aumentar su producción. Para eso haría falta que Rusia, que no es miembro de la OPEP, renuncie a su acuerdo en vigor con el cartel para reducir la producción.

    Estados Unidos podría aumentar su propia oferta, en particular la de sus hidrocarburos de esquisto. Pero esta opción tiene sus límites porque su petróleo es ligero y no puede sustituir a los petróleos pesados de Oriente Medio.

    Una panorámica de las instalaciones de la refinería de Exxon Mobile en Channahon, Illinois. Estados Unidos produce actualmente 15,3 millones de barriles al día. Foto: EFE
    Una panorámica de las instalaciones de la refinería de Exxon Mobile en Channahon, Illinois. Estados Unidos produce actualmente 15,3 millones de barriles al día. Foto: EFE
  • Iván Ortiz: ‘Los controles sanitarios crean presión’

    Carolina Enriquez

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Iván Ortiz, exsubsecretario de Defensa y Normativa Comercial, asegura que existen países que suelen valerse de las normativas sanitarias y fitosanitarias de la OMC para restringir el ingreso de productos a sus territorios y, de esa manera, proteger su producción local.

    ¿Cómo impacta en los mercados internacionales la información en relación con plagas y enfermedades en diferentes productos de la oferta exportable nacional?

    El acuerdo de medidas sanitarias y fitosanitarias de la Organización Mundial de Comercio (OMC) buscar asegurar la inocuidad de los alimentos y proteger la salud y vida de las plantas y animales. Antes de hablar sobre cualquier impacto se deben diferenciar dos cosas.

    ¿Cuáles?

    Existen ocasiones en que un país aplica normas sanitarias y fitosanitarias sobre un producto porque hay riesgos de algunas plagas o enfermedades. Sin embargo, en otros casos se usan con efectos restrictivos; el objetivo es frenar el ingreso de ciertos ítems a una nación valiéndose de la normativa.

    ¿Ecuador ha enfrentado estas situaciones?

    Sí, ha vivido los dos casos.

    ¿Es común en el mundo?

    En el Informe Anual de la OMC del 2018, se observa que el 71% de las notificaciones en materia sanitaria y fitosanitaria en el mundo corresponden a países en desarrollo. Esta tendencia ha crecido desde el 2000, cuando era del 26%.

    ¿Por qué?

    Hay una necesidad de los países de implementar estas medidas, en algunos casos para proteger intereses de la producción local. Esto ha venido creciendo como resultado de que, en el mundo, se han ido eliminando las barreras arancelarias a través de acuerdos. Se han abierto los mercados; los aranceles, que eran suficientes en su momento para detener los bienes importados, ya no lo son.

    ¿Cómo impacta a un país el hecho de que exista información sobre problemas sanitarios y fitosanitarios de sus productos?

    El acuerdo de medidas sanitarias y fitosanitarias tiene una parte sobre evaluación del riesgo. Si en un embarque de un producto determinado se detecta algún problema, incrementa el perfil de riesgo del bien. Habrá mayores controles en las aduanas sobre esos ítems. ¿Qué es lo que pasa en otros orígenes como efecto inmediato? Ahí también puede incrementarse el perfil de riesgo sobre esos productos. Es posible que exijan una documentación, control o inspección adicional.

    ¿En qué casos puede un país hacer un control de este tipo?

    Las alertas sanitarias y fitosanitarias tienen que estar basadas en una evidencia. Se entendería que en el caso de que no se encuentre un problema se retoma el flujo normal comercial. Esto, a no ser que sea una medida que se está aplicando para restringir.

    ¿Cómo funciona el proceso de notificación, una vez que en el puerto se detecta alguna situación sospechosa?

    Hay protocolos. En estos se establecen los tipos de controles que se van a hacer y cómo se van a hacer. Cada país está facultado para realizar chequeos. El acuerdo sanitario y fitosanitario de la OMC organiza los controles y establece a las naciones que tienen el derecho de hacerlo.

    Cuando se detecta que, en efecto, hay un problema en un embarque, ¿se bloquea inmediatamente la desaduanización de los productos?

    Primero se hacen las inspecciones y luego, si se encuentra algo, se notifica. Si no se encuentra nada, teóricamente tiene que fluir.

    ¿Pero si se halla, se bloquea?

    Exactamente.

    En los últimos meses han salido a la luz problemas por plagas, hongos y otras enfermedades en diferentes productos. ¿Qué ha pasado en un periodo tan corto?

    Creo que es una coincidencia que haya sucedido eso. Lo que sí debo decir es que a escala internacional hay muchas preocupaciones comerciales que se levantan y, de esas, el 50% se resuelve. La otra mitad se queda inconclusa o pasan a un órgano de solución de diferencias para resolverla. Son situaciones que se traducen en una restricción de mercado.

    ¿Qué pasa cuando no se resuelven?

    Impactan en las exportaciones de los diferentes países.

    Han existido casos en los que, valiéndose de las medidas paraarancelarias, se impide, incluso, que inicien exportaciones de un determinado producto. Por ejemplo, exportar lácteos es un proceso sumamente complejo, por cuestiones sanitarias y fitosanitarias.

    En el caso de Ecuador, existen productos agropecuarios e agroindustriales que quieren exportarse. En el tema de lácteos hay un protocolo que establece los requisitos sanitarios que se deben cumplir para autorizar a una planta para que exporte. No hay un tiempo establecido dentro de la normativa para ello. Es decir, los países importadores pueden tomarse el plazo que decidan hasta ejecutar todo el proceso y certificar a una planta para vender en su mercado. En el informe de la OMC se ve que hay un incremento de notificaciones sanitarias y preocupaciones comerciales derivadas de ellas, lo que evidencia que hay presiones para coartar las exportaciones de determinados ítems. Si alguien no tiene el permiso o requisito fitosanitario no va a poder enviar.

    ¿Qué pueden hacer los países para evitar enfrentar problemas para exportar por cuestiones sanitarias y fitosanitarias?

    Este es un tema que se ha discutido en diferentes foros. La tendencia, de manera bilateral, es llegar a la transparencia y así evitar medidas paraarancelarias que buscan la restricción. Hay que establecer claridad en las notificaciones sanitarias, procesos entendibles, protocolos armonizados internacionalmente. Todo exportador debe saber lo que tiene que cumplir en cada mercado y así evitar un viacrucis para obtener el permiso sanitario de otro país. Esto es de doble vía.

    ¿Cómo?

    Si Ecuador quiere exportar, también debe estar abierto a la importación. Debe haber reciprocidad.

    ¿Qué tan importante es que el productor realice controles técnicos de plagas, enfermedades, etc. en sus productos?

    Es importante. El país tiene un potencial agroexportador muy alto y es necesario mantener ese activo. ¿Cómo se hace? Con el cumplimiento de medidas sanitarias y fitosanitarias. El mundo, además, cada vez exige menos uso de plaguicidas y similares.

    ¿Qué impacto ha tenido la guerra comercial de EE.UU. y China en la aplicación de restricciones por temas sanitarios y fitosanitarios?

    Dicho conflicto está más concentrado en productos chinos y estadounidenses manufacturados. No ha impactado a artículos agropecuarios. Un dato interesante es que hay países que tienen acuerdo comercial con EE.UU. que aprovechan esa situación para exportar más, como Colombia.

    Hoja de vida

    Experiencia. Director Business Center en la Cámara de Comercio Ecuatoriana-Americana. Fue director de Estudios Económicos y de Negociaciones Comerciales Multilaterales; subsecretario de Defensa y Normatividad Comercial del Ministerio de Comercio Exterior; miembro del equipo de negociaciones comerciales de Ecuador.

    Formación. Graduado cum laude de Ingeniería en Ciencias Económicas y Financieras de la Escuela Politécnica Nacional. Diplomado en Comercio Exterior e Integración; estudió una maestría en Relaciones Internacionales, mención Economía Internacional en la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB).

    Iván Ortiz, exsubsecretario de Defensa y Normativa Comercial. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Iván Ortiz, exsubsecretario de Defensa y Normativa Comercial. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • El auto, el problema de la economía alemana

    Agencia EFE

    (I)

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    El sector automotor, durante décadas uno de los pilares fundamentales de la economía alemana, se está convirtiendo ahora en su talón de Aquiles por su falta de preparación para el futuro y sus puntos débiles, que podrían destruir miles de puestos de trabajo.

    La salud de esta industria “evoluciona peor de lo previsto”, apuntó Marc Förstermann, un experto de la consultora EY, en el Salón del automóvil de Fráncfort, la semana pasada. “Los desafíos tecnológicos y estructurales son enormes”.

    En los ocho primeros meses del año, la producción de coches cayó 11% con respecto al mismo período del año anterior, según la Federación de Constructores Alemanes, VDA.

    La caída se explica por la guerra comercial EE.UU-China, el freno de la economía china, la incertidumbre sobre el Brexit, pero también por la necesidad de hacer enormes inversiones en los autos eléctricos.

    “El efecto sobre los proveedores es muy grande”, dice Stefan Bratzel, director del Center of Automotive Management.

    Es el caso de Eisenmann, una empresa familiar fundada en 1951 y especializada en el lacado de coches, que en julio anunció su quiebra y podría suprimir 3 000 puestos de trabajo.

    En el segundo trimestre del año, el beneficio operativo de los tres constructores alemanes cayó un 38%, muchos más que la media mundial del sector (-18%), según EY. La industria del automóvil representa una quinta parte de la producción alemana, casi un 5% del Producito Interno Bruto (PIB) y emplea directamente a 800 000 personas. Además, también da trabajo al sector químico o al de la maquinaria, lo que hace temer una posible recesión.

    En total, “los pedidos industriales cayeron, de media, un 1% cada mes en lo que va de año”, indica Carsten Brzeski, un economista de ING.

    Entre las compañías más afectadas hay las del llamado Mittelstand, una red de pequeñas y medianas empresas que exportan mucho y están consideradas la clave del éxito de la economía alemana.

    La crisis del diésel

    Pero el temor por el sector del automóvil no se debe solo a circunstancias coyunturales.

    Mucho antes de la guerra comercial de EE.UU. y China, el sector ya se vio afectado desde 2015 por el ‘dieselgate’, el caso de 11 millones de coches diésel que tenían instalado un programa fraudulento para trucar sus niveles de emisiones contaminantes.

    Desde entonces los coches diésel pierden popularidad, bajo la amenaza de prohibición de circulación en varias ciudades. En total, la mutación hacia el coche eléctrico podría destruir unos 75 000 puestos de trabajo, según un estudio publicado este año por parte del instituto Frauenhofer.

    La empresa Bosch justificó por esta razón la supresión de 6 500 puestos de trabajo y anuncia que suprimirá más. “La empresa no está amenazada porque tiene varias actividades”.

    En junio, decenas de miles de personas se manifestaron en Berlín, convocadas por el sindicato IG Metall, para pedir un proceso de transformación digital y ecológico “justo”.

    La cuestión del diésel es muy delicada en Alemania, tanto para los automovilistas como para los trabajadores, al punto de que los políticos han intentado en varias oportunidades evitar las prohibiciones de circulación impuestas por los tribunales.

    Durante el Salón del Automóvil de Fráncfort se habló de la caída de la producción y de las ventas. En el sitio hubo autos de diferentes países. Foto: EFE
    Durante el Salón del Automóvil de Fráncfort se habló de la caída de la producción y de las ventas. En el sitio hubo autos de diferentes países. Foto: EFE
  • Carne para el sector corporativo

    Carolina Enríquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Las buenas prácticas de manufactura son el eje de la industria D’Carnes Cool. En esta se procesa y comercializa res, cerdo y borrego.

    Se trata de una empresa que la lideran Pedro Portilla y su esposa Paulina Ayala. Su origen se remonta a 1996, cuando la pareja decidió que era necesario dar un giro al manejo de la carne; ambos consideraban que muchos negocios pequeños de este sector trabajaban de manera informal.

    Conocían la actividad debido a que los padres de Ayala tenían un emprendimiento en esa línea. Sin embargo, optaron por la industrialización y la venta directa a empresas.

    La inversión inicial fue de 25 millones de sucres, para comprar equipos, y desarrollar la planta. Sus primeros cuatro clientes fueron firmas de los sectores de catering aéreo y petrolero, así como restaurantes.

    “Nos pusimos un reto personal. Comenzamos a trabajar con empresas que tenían altos niveles de exigencia. Eso nos confirmó que el negocio de procesamiento de carnes debía perfeccionarse y apegarse a normas”, comenta Portilla. Desde el inicio, se aplicaron prácticas de inocuidad, respeto de la cadena de frío, entre otras políticas de trabajo.

    La planta se ubica en el sector de La Tola Baja, en el centro de Quito. Las instalaciones se encuentran equipadas y tienen señalización de normas de seguridad industrial.

    Desde hace cinco años, la empresa cuenta con la certificación de Buenas Prácticas de Manufactura. Hoy está en proceso para obtener Haccp.

    La carne la recibe de proveedores que llevan el ganado a la Empresa Pública Metropolitana de Rastro de Quito. Desde el momento en que se recibe el producto, se cumplen altos estándares de cuidado.

    La mayor parte de la carne que procesa la empresa se comercializa bajo pedido de las empresas. D’Carnes Cool tiene un portafolio de 100 clientes entre los que están compañías de catering, hoteles, instituciones militares, hospitales, restaurantes, etc.

    Uno de estos últimos es Casa Warmi, de tipo agroecológico. El chef Nelson Hernández explica que el sitio compra productos de los Portilla desde hace tres años. “Es una excelente carne, tiene un proceso adecuado de manejo en toda la cadena”.

    Una opinión similar es de la de Eduardo Páez, integrante de Bocadillo, una cafetería ubicada en el centro comercial San Luis Shopping. “Buscamos por mucho tiempo una empresa que nos provea de carnes y, al final, mi hijo, uno de los dos propietarios de este negocio familiar, la halló. En lo que es costillas, lomos, cerdo, etc., el único lugar con calidad y precio competitivo que destacamos es este. Son productos de lo mejor. La atención y puntualidad son de primera”.

    Clientes como él prefieren acudir a retirar el producto en las instalaciones de la propia planta. En el sitio hay un área para cargar los pedidos.

    Pero, en general, los productos se los distribuyen a las empresas en transportes equipados. La ubicación de la procesadora, en un sitio estratégico, permite que la carne llegue con rapidez al norte, sur, centro y valles.

    Dentro de las instalaciones de la industria cárnica, del lado de la calle Dolores Sucre, hay un punto de venta. Allí se comercializan diferentes cortes entre los que están picaña y salón. Asimismo, hay productos para la preparación de asados y parrilladas.

    D’Carnes Cool también produce y vende sus embutidos, hechos con una receta de su creación. Se trata de dos tipos de chorizo: argentino y ambateño. Asimismo, en el punto de venta se ofrece pollo, aceites, algunos sazonadores y productos listos para la sartén, adobados también con ingredientes propios, entre los que están las hamburguesas.

    “Es práctico, principalmente para quienes tenemos muchas actividades”, dice el ama de casa, Lucía Silva.

    La venta es personalizada. Los clientes escogen el producto y el volumen que necesitan; se entrega empacado al vacío y etiquetado. El personal está capacitado para asesorar.
    A futuro, los propietarios buscan ampliar la planta de producción. Sin embargo, para ello, consideran, es importante capitalizarse más.

    “Queremos que nuestros clientes tengan en cuenta que la empresa con la que trabajan se preocupa siempre en crecer. No solo en lo que se refiere a infraestructura, sino también en certificaciones. Queremos una nueva planta que sea mucho más eficiente de la que ya tenemos”.

    El Gerente
    Pedro Portilla

    “Siempre debe existir inocuidad en el procesamiento y el servicio, eso es lo que nosotros ofrecemos. Con eso ganamos. Nosotros, como empresa, queremos ser un aporte para la sociedad. Eso logramos con buenas prácticas, pero también al ser generadores de puestos de trabajo. Queremos ser imagen, un ejemplo, una compañía que impulse a otras personas a emprender. Somos una compañía de tipo familiar”.

    Las cifras

    1 200 metros cuadrados tiene la superficie en la que se asienta la planta, el punto de venta, el área de parqueaderos y otra construcción, independiente, que es una vivienda.

    1 millón de dólares han invertido los propietarios para el mejoramiento y ampliación de la planta de producción.

    3 vehículos, equipados técnicamente para el transporte de la carne desde la planta a los clientes, tiene D’Carnes Cool. El respeto de la cadena de frío es fundamental.

    Una imagen del punto de venta de la empresa. Allí se ofrece cortes para todo tipo de preparación. La atención a los clientes es personalizada. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Una imagen del punto de venta de la empresa. Allí se ofrece cortes para todo tipo de preparación. La atención a los clientes es personalizada. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Entre desafíos, la región apunta al litio y al niobio

    Agencia EFE

    (I)

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    Latinoamérica apunta a la explotación de minerales codiciados por industrias como la tecnológica o la aeroespacial, como el litio y el niobio, aunque aún debe hacer frente a desafíos históricos como la minería ilegal, la gestión sostenible de los recursos o el reparto equitativo de la riqueza.

    La historia de Latinoamérica y el Caribe está intrínsecamente ligada a la industria minera y particularmente a la exportación de materias primas, uno de los pilares de la economía colonial y moderna. Hoy la región se mantiene como una de las principales reservas mineras del mundo, con una participación destacada en minerales metálicos como el litio (61%), el cobre (39%), el níquel (32%) o la plata (32%).

    Solo Brasil posee cerca del 90% de las reservas mundiales de niobio, mineral que se utiliza para hacer el acero más fuerte y ligero, mientras que Chile y Argentina son dos de los principales depósitos globales de litio.

    Chile es un país minero; allí se extrae una de cada cuatro toneladas de cobre que se producen en el mundo, lo que lo convierte en líder mundial (casi 5,8 millones de toneladas en 2018) por encima de Perú (casi 2,4 millones).

    El Salar de Atacama, al norte de Chile, posee las mayores reservas mundiales de litio, básico en la fabricación de baterías para teléfonos inteligentes, tabletas o vehículos eléctricos, aunque el país no es el principal productor, ya que Australia le superó en 2018.

    El director ejecutivo de la consultora Plusmining, Juan Carlos Guajardo, atribuye ese “sorpasso” a la regulación chilena, que declaró el litio mineral estratégico y limitó los derechos de explotación a dos empresas.

    Esto ha hecho que la industria chilena del litio pierda competitividad frente a países como Australia o Argentina, el tercer productor mundial y donde hay cerca de 40 salares en diversas fases, desde la exploración inicial hasta en etapa de construcción.

    “Los presupuestos exploratorios para el litio aumentaron más del 900% en los últimos tres años”, dice la secretaria de Política Minera de Argentina, Carolina Sánchez. Se prevé que el país alcance en 2024 exportaciones de litio por USD 1 200 millones.

    El litio también es uno de los proyectos estratégicos de Bolivia, donde “la inversión global” asociada a su explotación se aproxima a los USD 5 000 millones.

    El viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, Luis Alberto Echazú, explica que unas 14 plantas para tratar sales de litio, materiales catódicos y producir baterías empezarán a operar en el país y cuando estén funcionando plenamente en un plazo de cinco años se prevé que generen esa misma cantidad de divisas anuales, aunque el proyecto total eleva su número hasta 40 fábricas.

    En cuanto al niobio, un mineral altamente valorado en la industria automotriz o aeroespacial, su producción se concentró en 2017 en los estados brasileños de Minas Gerais y Goiás.

    El Banco Mundial (BM) estima que para 2050 la demanda mundial de minerales estratégicos crecerá de manera significativa, con “aumentos extraordinarios” particularmente con el litio (965%), el grafito (383%) y el níquel (108%).

    “Si bien la creciente demanda de minerales y metales constituye una oportunidad para los países en desarrollo ricos en minerales, también representa un desafío: sin prácticas mineras climáticamente inteligentes aumentará el impacto negativo de las actividades mineras, lo que afectará a las comunidades vulnerables y al medioambiente”, alertó el Banco Mundial en mayo pasado.

    El impulso a los nuevos minerales convive con fenómenos históricos como la fiebre del oro, ligado en muchas ocasiones a la minería ilegal, que supone una amenaza para la Amazonía de Brasil.

    También en Bolivia está extendida la explotación de oro por cooperativas o asociaciones informales. El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Alfredo Zaconeta, cifra en 400 las cooperativas auríferas que operan en los márgenes de los ríos del norte de Bolivia, en parte en zona amazónica.

    El salar de los Pastos Grandes, en Salta (al noroccidente de Argentina), en una fotografía reciente. Este país es el tercer productor mundial de litio, detrás de Chile y Australia.
    El salar de los Pastos Grandes, en Salta (al noroccidente de Argentina), en una fotografía reciente. Este país es el tercer productor mundial de litio, detrás de Chile y Australia. Foto: EFE
  • El efervescente mercado del monopatín eléctrico

    Agencia AFP

    (I)

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    El mercado de los monopatines eléctricos explotó en los dos últimos años, pero los operadores aún están muy lejos de poder garantizar su supervivencia económica, debido principalmente al problema de la vida útil de estos vehículos fabricados mayoritariamente en China.

    El negocio, inexistente hace apenas dos años, explotó realmente con el lanzamiento de la empresa estadounidense Bird, en el otoño boreal de 2017.

    En este breve lapso, una decena de empresas como Lime (Estados Unidos), Grow Mobility (México) o Flash (Alemania) , obtuvieron un total de USD 1 500 millones en captación de fondos, según un informe del gabinete de consultoría The Boston Consulting Group (BCG) aparecido en mayo.

    Solo en 2018, estos dispositivos experimentaron un crecimiento mundial del 76%, de acuerdo con un estudio de la Federación de Profesionales de la Micromovilidad (FP2M) y de la agencia de prospectiva Smart Mobility Lab.

    Bird y Lime, ambas presentes en más de 120 ciudades en el mundo, dicen contar actualmente con 10 millones de usuarios cada una.

    Para el año 2025, el valor total del mercado podría alcanzar los USD 40 000 y 50 000 millones, señala también el informe de BCG.

    Un frágil modelo

    Las empresas de monopatines eléctricos de uso libre no publican sus resultados financieros. Pero, según la opinión general, aún están muy lejos de ser rentables.

    El estudio de BCG considera que el coste de fabricación de estos monopatines eléctricos se amortiza al cabo de cuatro meses de uso. Pero su vida útil en alquiler es de tres meses.
    “Actualmente, la economía del monopatín eléctrico no funciona”, asegura Tyler Barrack, uno de los autores del informe.

    “Estamos por encima de los cuatro meses adelantados por el BCG”, replica en cambio Arthur-Louis Jacquier, director general de Lime Francia, destacando los esfuerzos de su empresa para mejorar la durabilidad del producto, una cuestión clave para estos dispositivos, que pretenden ser ecológicos. “ Somos capaces de reparar un monopatín en 25 o 30 minutos y no vamos a desperdiciar casi nada”.

    El sitio Quartz, especializado en informaciones económicas, llevó a cabo una investigación en 2018 sobre el uso de los monopatines eléctricos en una ciudad estadounidense (Louisville, en Kentucky, este), que dedujo que la vida útil de uno de estos artefactos sería de media de 28,8 días. No obstante, la empresa interesada en este caso, Bird, cuestiona estas cifras.

    De momento, el gran -y puede que único- ganador de la explosión del mercado de monopatines de libre uso parece ser el fabricante chino Ninebot, principal proveedor de las empresas de alquiler estadounidenses. Según la agencia Bloomberg, Ninebot calculaba a finales de 2018 que, de cada cinco monopatines eléctricos en circulación en el mundo, cuatro salían de sus fábricas.

    Consolidación a la vista

    El espectacular crecimiento del mercado de los monopatines eléctricos se explica por la rápida evolución de los medios de transporte. “Hay un verdadero viraje hacia lo eléctrico y hacia la movilidad urbana, que prevalece sobre la movilidad de ocio ” , explicó en abril Jean Ambert, director general de Smart Mobility Lab.

    No obstante, persisten numerosas incertidumbres sobre la longevidad de este mercado emergente. “¿Cuántos problemas sigue habiendo, sobre todo con los reguladores? ¿Cómo proteger a los usuarios?”, se pregunta Tyler Barrack, en un momento en que varias ciudades y países legislan para paliar el vacío jurídico que rodea a estos dispositivos.

    A estas preguntas se añade la de la cantidad de empresas emergentes capaces de mantener una encarnizada competición. “La consolidación (del mercado) es inevitable”, avanza el consultor.

    Así, la empresa estadounidense Bird acaba de comprar a su compatriota y pequeño competidor Scoot por unos USD 25 millones de, según estimaciones de The Wall Street Journal.

    Tres hombres se alistan a utilizar sus monopatines eléctricos, en las calles de Tel Aviv, en Israel.
    Tres hombres se alistan a utilizar sus monopatines eléctricos, en las calles de Tel Aviv, en Israel. Foto: AFP
  • Estos jeans brillan en los ‘malls’

    Modesto Moreta

    (I) redacción@revistalideres.ec

    La relación de Oswaldo Llerena con la ropa de jean comenzó antes de graduarse como ingeniero comercial en la Universidad Técnica de Ambato (UTA). En 1998 ya representaba en las ventas bajo comisión a dos fábricas importantes en la confección de esa línea en Cuenca.

    En la actualidad es el Gerente de la empresa Jean Up, especializada en la fabricación de ropa de jean, que se produce en sus dos plantas ubicadas en el Parque Industrial Ambato y en el cantón Cevallos, en Tungurahua. El año pasado, la firma ambateña facturó USD 6 192 789 y hoy suma 105 colaboradores.

    Llerena colaboró en las firmas cuencanas durante seis años. En ese periodo se relacionó con clientes y proveedores de materia prima en todo el país. También conoció de cerca este negocio y amplió su visión.

    Con esos conocimientos, en el 2005 decidió armar un proyecto de negocios para producir su marca de ropa. El plan de negocios lo expuso a los proveedores de telas, hilos y maquinaria, quienes financiaron la materia prima y las máquinas para cancelarlo en 120 días plazo.

    La colocación de la marca es uno de los puntos importantes en la confección de los pantalones jeans que se venden en todo el país. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    La colocación de la marca es uno de los puntos importantes en la confección de los pantalones jeans que se venden en todo el país. Foto: Willian Tibán para LÍDERES

    Ese fue el espaldarazo que necesitó Llerena para comenzar con la confección en la línea jean dirigida a un público popular. Contrató a vendedores para que atiendan donde aún no entraban, eso permitió que las ventas subieran y se incrementara la producción entre 2 500 y 2 600 prendas mensuales. Los principales mercados eran Quito, Guayaquil, Santo Domingo y otras 10 ciudades, pero las ventas no dejaban una buena rentabilidad.

    En el 2008 realizó una planificación sobre cómo estructuraría una nueva empresa para llegar a otro segmento de mercado con una prenda con altos estándares de calidad, es decir, una línea exclusiva de ropa para público exigente con diseños, modelos y de acuerdo con las nuevas tendencias de la moda en el país y el mundo.

    En el 2009, con una nueva inversión de USD 80 000 sacó al mercado una nueva ropa de alta calidad fabricada en Colombia, pero sin descuidar el mercado popular. La producción no era grande, pero eso les permitió aprender.

    Una vez que tenía todo el conocimiento en la confección, decidió regresar con todo el equipo de producción a Ecuador. En el 2010 comenzó a funcionar la planta de producción con la marca Jean Up. “Posicionar la marca en el mercado fue una tarea difícil. Desde el arranque trabajé en ese objetivo, pese a que no tenía desarrollado un ‘know how’ completo en la producción”, cuenta el empresario.

    La firma ambateña Jean Up gana clientes en centros comerciales. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    La firma ambateña Jean Up gana clientes en centros comerciales. Foto: Willian Tibán para LÍDERES

    En la actualidad, sus prendas de vestir están en las pechas de grandes centros comerciales y tiendas del país. Tiene 14 tiendas en centros comerciales y 160 franquicias córner, que consisten en espacios dentro de un almacén grande de ropa. Adicionalmente, la empresa tiene submarcas que comercializa a escala nacional.

    Llerena explica que el año anterior su empresa fue de las líderes en ventas en jeans en el país y en la actualidad tiene una producción de 25 000 prendas mensuales. En el 2018 incrementó tres nuevas tiendas con una inversión de USD 200 000 y en la compra de nuevas maquinaria con tecnología de punta.

    En marzo de este año, las empresas Jean Up y la Multinacional Vicunha realizaron una alianza para utilizar la materia prima, recibir el asesoramiento tecnológico y el diseño similar al que ellos producen. Sacaron una colección de una parte de la moda de Brasil para comercializarla en Ecuador y fue un éxito.

    La empresa Distribuidora Dajobsa, ubicada en Quevedo, trabaja hace seis años con la marca ambateña Jean Up. Paúl Hernández, gerente de la firma quevedeña, cuenta que las ventas de los productos están en constante crecimiento. La innovación, los nuevos diseños y las tendencias hicieron que las ventas despuntaran.

    Explica que en la comercialización de cada colección hay un incremento del 10%. “Pese a la situación económica del país las ventas se mantienen en relación con otras empresas”.

    Hernández trabaja en la distribución del producto en Santo Domingo, Manabí, Esmeraldas, El Oro, Guayaquil y también se extendió a la Amazonía. Las prendas de Jean Up se comercializan en boutiques, almacenes grandes de ropa, supermercados… “La calidad, la manufactura, los diseños, el corte y los materiales permiten estar vigentes en el mercado nacional”, cuenta Hernández.

    Cifras 

    15 colaboradores tuvo la nómina inicial de la firma Jean Up. En el 2010 subió a 40 y en la actualidad son 105 empleados.

    33,33% de la producción
    se comercializa en sus propias tiendas, un porcentaje similar en las grandes cadenas de tiendas y lo restante a clientes de boutiques en todo el país.

    2 plantas de producción cuenta en la actualidad la empresa ambateña. La inversión de USD
    800 000 se hizo con créditos a instituciones financieras.

    Oswaldo Llerena
    El gerente

    El control de los estándares de calidad de nuestros productos se realiza desde que se inicia el proceso de producción de cada prenda. Estamos vigentes en el mercado porque trabajamos con tendencias. Constantemente investigamos en el mundo de la moda, eso nos permite sacar cuatro colecciones en el año. El departamento de diseño aporta para las colecciones. Se suma la capacitación y los materiales de alta calidad.

    El control de calidad es uno de los puntos importantes en la fabricación de la ropa de Jean Up en Ambato. 105 personas trabajan en esta firma. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    El control de calidad es uno de los puntos importantes en la fabricación de la ropa de Jean Up en Ambato. 105 personas trabajan en esta firma. Foto: Willian Tibán para LÍDERES
  • Las truchas, la nueva opción de los agricultores

    Cristina Marquez

    Redactora (I)

    Los proyectos piscícolas se incrementaron en el 2018 en Chimborazo. La abundancia de agua sin contaminación en los páramos y la buena acogida de las truchas en el mercado son las razones que motivaron a más campesinos a cambiar sus actividades agrícolas por la crianza de truchas.

    En esa provincia, situada en el centro del país, más de 200 familias recibieron ayuda del Gobierno Provincial para iniciar sus emprendimientos piscícolas, y se calcula que hay al menos otros 67 proyectos independientes.

    “En el 2014, cuando empezamos a fomentar la piscicultura, solo teníamos siete emprendimientos familiares y comunitarios. Pero cada vez han llegado más interesados a solicitar apoyo”, explica Ana María Pilamunga, técnica de la unidad de Fomento Productivo.

    Ella cuenta que los habitantes de las comunidades encontraron en la abundancia de agua una oportunidad para emprender. De hecho, el requisito más importante para iniciar un criadero de truchas es contar con agua sin contaminación y que se capte de una corriente para que se oxigene constantemente.

    “Antes solo utilizábamos el agua de la vertiente para uso doméstico. Hoy tenemos tres piscinas de crianza”, cuenta Alfonso Yucailla.

    Él y su familia aprovecharon un espacio libre en el patio de su casa para construir tres piscinas. Invirtieron cerca de USD 900 en la compra de materiales para impermeabilizar el suelo; también recibieron ayuda del Gobierno Provincial, los técnicos les entregaron alevines y les capacitaron.

    “Aprendimos a cuidar a los peces, nos enseñaron cómo alimentarlos y las condiciones higiénicas de los tanques”, dice Yucailla.

    Humberto Yucailla trabaja con cuatro miembros de su  familia. Tiene cuatro tanques de truchas y comercializa 50 kilos a la semana.
    Humberto Yucailla trabaja con cuatro miembros de su familia. Tiene cuatro tanques de truchas y comercializa 50 kilos a la semana. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

    Los cinco miembros de su familia se integraron al emprendimiento. Sus hijos incluso se turnan para cuidar de los peces y luego venderlos, así evitaron migrar de su comunidad El Retorno Las Palmas, en Pallatanga.

    La familia comercializa 30 kilos de truchas cada semana y casi no necesitan salir de su casa para vender los peces. Los compradores más frecuentes son los propietarios de restaurantes y turistas que llegan desde Guayaquil, Bucay, Pallatanga y Riobamba.

    “Algunos disfrutan de la pesca recreativa y vienen para pescar sus propios peces. Por eso soñamos con tener un espacio turístico, cabañas y un restaurante”, dice Humberto Yucailla, otro emprendedor de Pallatanga.

    Pilamunga explica que la demanda de la trucha está insatisfecha en el mercado local, por lo que es un producto de alta rentabilidad. Otra potencialidad es el tiempo de ‘cosecha’ de los peces. La variedad de truchas que prueban los emprendedores es nativa de la zona andina y se cosecha entre los seis y siete meses.

    “Es como un cultivo de ciclo corto. En los climas más cálidos, suele estar lista hasta en cinco meses”, dice Humberto Yucailla.

    Cada emprendimiento busca distinguirse. En Rumipamba funciona un negocio comunitario, allí los socios reemplazaron el balanceado por alimentos orgánicos para las truchas.

    “Utilizamos exclusivamente zanahoria rallada y verde troceado. Así les ofrecemos a nuestros compradores un pescado totalmente natural, la carne tiene un sabor único”, dice Alfredo Sagñay, presidente de la comunidad.

    Allí habitan 142 familias que dependen de la agricultura y la ganadería para subsistir. En el 2013 decidieron alternar sus actividades con la piscicultura.

    “Cuando empezamos no teníamos mercado para vender las truchas. Tampoco sabíamos cómo cuidarlas apropiadamente, pero en los últimos cinco años el negocio se ha incrementado. Ahora los clientes incluso nos buscan en la comunidad”, cuenta Sagñay.

    Uno de los mercados predilectos para los productores de truchas son las ferias artesanales que se organizan cada viernes en los exteriores del Gobierno Provincial. Los emprendedores se turnan para acudir, y casa semana se comercializan entre 60 y 70 kilos de truchas. Cada kilogramo se vende por USD 5.

    Los emprendimientos de truchas están en 12 comunidades de Riobamba, Pallatanga, Guamote, Colta y Alausí, la mayoría está en las zonas altas. La piscicultura se considera una actividad amigable con los páramos.

    Ana María Pilamunga, técnica del Gobierno Provincial de Chimborazo, supervisa el criadero de la familia Yucailla, en la comunidad El Retorno Las Palmas, en Pallatanga.
    Ana María Pilamunga, técnica del Gobierno Provincial de Chimborazo, supervisa el criadero de la familia Yucailla, en la comunidad El Retorno Las Palmas, en Pallatanga. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • 10 productos derivados del cacao se promocionan

    Marcel Bonilla

    Contenido intercultural

    La marca de cacao Anbu, que significa rico en el idioma chachi, trabaja desde hace un año en la obtención de 10 productos derivados del cacao orgánico, producido en la población de Chigüe, cantón Esmeraldas.

    El nombre de la marca da mayor identidad al producto, porque está en cha’palaa, lengua materna de los primeros originarios de Esmeraldas como fue la nacionalidad chachi, dedicada a la producción de cacao fino de aroma.

    Francisco Robinson, un emprendedor dedicado a la producción de caco, decidió dar valor agregado a 10 de los 40 quintales que produce anualmente su finca de cinco hectáreas.

    Con ocho quintales de cacao elabora una línea de 10 productos como barras de chocolate amargo, semi amargo, te de cacao, mix de cacao, chocolate en polvo, jabón, velas, aceite, crema facial y corporal de cacao.

    Toda la producción se elabora en un taller artesanal en el que tiene invertido USD 5 000, destinados a la compra de molinos, fundidoras de chocolate, moldes, mezcladoras y mesas de trabajo.

    Anbu trabaja bajo pedidos y tiene una producción semanal de 600 barras de chocolate amargo y 200 fundas de té de cacao al mes, que también están en el mercado.

    Esmeraldas es una de las provincias cacaoteras del país, pues más de 18 000 familias están dedicada a la producción en cantones como San Lorenzo, Eloy Alfaro, Atacames, Muisne y Quinindé, que producen unas 30 000 toneladas al año.

    Carlos Bastida, técnico de la mesa de cacao de la Prefectura de Esmeraldas, explica que se han entregado plántulas, así como manejo de cultivo, asesoramiento genético para mejorar la producción y organización de productores.

    Además se conformó un consorcio para la venta del cacao en barra, del que son parte organizaciones como Aprocane, Cocpe y Uoprocafe, para impulsar el procesamiento y venta de cacao.

    Las ferias de emprendedores han servido para dar a conocer el producto y han ganado clientes interesados en la producción, con pedido de un promedio de 100 barras de chocolates semanales.

    Los cinco clientes con los que ahora cuenta son de la ciudad de Guayaquil, pero la aspiración de los representantes de esta marca es lograr mayores espacios que le permitan aumentar sus ventas, pero no cuentan con registro, que está en trámite.

    Con la obtención de la notificación sanitaria se espera una mayor apertura para incursionar en otros mercados e introducir la mayor cantidad del producto.

    En Esmeraldas se realizan ferias de emprendimiento donde se presentan las iniciativas de los emprendedores, quienes presentan sus trabajos y reciben apoyo técnico de entidades que dirigen el crecimiento del negocio.

    Por ahora Robinson trabaja con dos de sus hijos en esta empresa familiar en la que todos aportan desde la siembra del cacao, pasando poda, cosecha y la elaboración de los productos.

    Además, trabajan en el empacado de las barras y el té de cacao, con una especia de plástico transparente, sobre el cual se pone la etiqueta con la marca del producto Anbu.

    Anbu trabaja bajo pedidos y tiene una producción semanal de 600 barras de chocolate amargo y 200 fundas de té de cacao al mes. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Anbu trabaja bajo pedidos y tiene una producción semanal de 600 barras de chocolate amargo y 200 fundas de té de cacao al mes. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES