El impacto más fuerte que las firmas locales tuvieron que afrontar de cara a la pandemia fue la adaptación de su plantilla a nuevos modelos de oficina. La forma híbrida que combina el trabajo a distancia (teletrabajo) con el presencial es la “boya salvavidas” de las organizaciones, para continuar operando luego de la reactivación paulatina de actividades en el Ecuador.
Ana Muñoz es de Guayaquil y trabaja para el sector público. En los 10 años que lleva en la institución, en marzo, fue la primera vez que no asistiría a su oficina a cumplir su jornada habitual. La mujer tomó lo más esencial de su escritorio y lo llevó a su domicilio para insertarse en el teletrabajo.
Sin embargo, en mayo, cuando el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional permitió un aforo de hasta el 50% en las instituciones públicas, retomó su jornada tradicional pero solo dos días a la semana.
Para Patricio Benavides, gerente de Selecta, asistir dos días de trabajo presencial por semana es una cifra óptima para lograr un equilibrio entre la vida personal y profesional en la nueva normalidad. La fusión es la muestra clara de un modelo híbrido de oficina.
Sin embargo, para Benavides, aplicar esta modalidad es un desafío para las empresas si no tienen la madurez adecuada. Por ello, según el experto es preciso tomar en cuenta al menos dos factores para que la forma híbrida sea exitosa dentro de la organización.
La primera es definir claramente qué parte de la plantilla estará dentro de esta modalidad. Es necesario reconocer en qué cargos se vuelve indispensable realizar el trabajo de forma presencial. Este elemento es importante tenerlo claro, ya que hay empleados que tienen todo su mobiliario de oficina en casa y se vuelve más complicada la movilización.
El orden es otro punto para considerar. Según Benavides es importante armar un calendario para que de esta manera el monitoreo de actividades sea más fácil.
El estudio ‘Resetting Normal’ realizado por Adecco a escala mundial demuestra que tres de cada cuatro personas quisieran insertarse en una modalidad de trabajo híbrida, es decir, una que combine el trabajo en casa con el trabajo en la oficina.
Sebastián Lima, director de calidad y servicio de Adecco Ecuador, señala que, para el próximo año, va a primar la implementación de lo híbrido para dar flexibilidad a las empresas.
El experto asegura que mudar a esta metodología hace que las compañías estén más orientadas a la consecución de objetivos y resultados, por lo que, definir KPI (Indicadores clave de desempeño, por sus siglas en inglés), con cada miembro del equipo es fundamental.
“Los espacios de trabajo remoto pueden convertirse en modelos impersonales y es el reto que las empresas deben asumir. Implementar estrategias de atracción, retención talento, motivación a sus empleados y líderes con inteligencia emocional como competencia altamente desarrollada”, destaca el especialista.
Esta reinvención de la modalidad de trabajo tradicional también supone cambios dentro de los requisitos por parte de los reclutadores, señala la gestora de talento humano, Anna Carrozzini. Los empleadores deben ser claros con los candidatos desde un inicio. Por ejemplo, si entre los elementos a considerar para un nuevo puesto están el nivel de escolaridad del postulante y el salario tentativo también se debe especificar la forma de trabajo que puede ser presencial, híbrida o remota (teletrabajo).
Y, a este factor, sumar cuál va a ser el soporte que dará la empresa al nuevo empleado, en el caso de que no cuente con los elementos necesarios para trabajar. “Si bien supone un ahorro, las organizaciones deben estar conscientes que no todos los candidatos están en igualdad de condiciones”.
75% % de la nómina de una empresa estaría dispuesta a trabajar bajo esta modalidad en el mundo
Organizaciones ponen en marcha los nuevos modelos de oficina que emergieron por la pandemia. La adaptación a estas modalidades les representa un desafío.
El sorprendente asesinato de George Floyd a manos de un oficial de policía fue capturado por la cámara y compartido ampliamente en las redes sociales de todo el mundo, incluso antes de que apareciera en los titulares. Este incidente ha provocado un alboroto político y social dentro y fuera de los Estados Unidos. Es uno de los numerosos actos de agresión a lo largo del tiempo por parte de la Policía contra la comunidad afroamericana, pero en esta ocasión fue capturado en un video y compartido, llevando el racismo institucional a la primera plana.
La comunidad empresarial, que a menudo desconfía de la controversia, ha expresado su indignación. El contexto es de compromiso mixto en el pasado. Las empresas han recibido críticas por no actuar de manera adecuada o por no hacerlo, incluso con las mejores intenciones. Si bien las palabras pueden expresar menos que los hechos, ¿podría la demostración de solidaridad y empatía de los líderes empresariales ser precursora de un cambio real?
El director Ejecutivo de Merck (MSD), Kenneth Frazier, ha reflexionado con las palabras “George Floyd podría ser yo”, mientras que varias empresas radicadas en Minesota, incluidas Cargill, EY y Ecolab se han comprometido a “invertir en un cambio sustancial” en sus organizaciones para abordar “desigualdades raciales y justicia social”.
Nike cambió su emblemático eslogan Just Do It (Hazlo) en un video en línea, diciendo: “Por una vez, no lo hagas”. “No finjas que no existe un problema en Estados Unidos. No le des la espalda al racismo. No aceptes que nos quiten vidas inocentes. No busques más excusas. No pienses que esto no te afecta. No te sientes y te calles”. La medida generó solidaridad, incluso de su eterno rival, Adidas, que retuiteó el video y dijo: “Juntos es cómo logramos el cambio”.
Los líderes de CommonSprit Health afirmaron lo siguiente: “Tras haber visto los efectos del racismo sistémico en la atención médica durante décadas, estos eventos recientes acentúan nuestra determinación por exigir justicia, verdad y dignidad para todos”. El presidente y director ejecutivo de Duke Health, en una carta muy personal, declaró: “Nuestro trabajo no termina con esta carta… Les aseguro que el liderazgo de Duke Health se dedica a desarrollar soluciones que nos ayuden a fortalecernos y dar forma a un mañana más fuerte”.
Ahora, después de haber expresado tanto sobre el tema, existe una presión sobre la comunidad empresarial para que realice un seguimiento con acciones reales, especialmente porque los consumidores y los empleados tienen expectativas cada vez más elevadas.
Para que las empresas adopten un enfoque antirracista, es necesario que se reconozca y se analice el racismo sistémico que es endémico en la sociedad y que se aplique a las políticas y prácticas en el lugar de trabajo para erradicar los prejuicios raciales inherentes a la cultura y las operaciones corporativas.
3 conceptos claves para las firmas son: diversidad, equidad e inclusión
El antirracismo es distinto de la “diversidad en el lugar de trabajo”, que se refiere al rango de diferencias y variaciones humanas entre los empleados y no necesariamente aborda o desarraiga sistemáticamente la desigualdad racial.
Un gran desafío para las empresas consiste en comprender las formas visibles y ocultas de poder, privilegio y dominio, y reconocer su papel en la perpetuación de los sistemas de injusticia racial. Muchos empleadores y empleados tienden a ver el racismo como actos de malicia individuales e intencionados. Sin embargo, el racismo a menudo está tan profundamente arraigado que el problema no consiste únicamente en abordar los racistas declarados, sino el silencio, el miedo y la incomodidad de abordar el racismo sistémico en el lugar de trabajo.
La labor contra el racismo se enmarca en las políticas de Diversidad, equidad e inclusión.
La comunidad empresarial se manifiesta en contra del racismo, pero tiene presión encima.
Desde la semana pasada, debido a la crisis sanitaria que enfrenta el mundo a causa del covid–19, miles de trabajadores han debido realizar sus actividades en su vivienda, vía Internet y, al mismo tiempo, cuidar de sus hijos que no pueden ir a la escuela.
Para teletrabajadoras como Priscila Kon, madre de tres niños, es una tarea titánica. “Tengo que hacer tres cosas en el día. Mis actividades como madre y en el hogar, hacerme cargo de la educación de ellos y cumplir con mis tareas profesionales. Confieso que el primer día fue muy duro, difícil. Conversé con algunas madres y me contaron que han estado en la misma situación, ha sido complicado”.
Ella considera que en estas condiciones no se es 100% productivo. Sin embargo, hay una solución para que las cosas puedan fluir de mejor manera: el orden.
Kon, quien también es experta en recursos humanos, señala que en estos días desarrolló una rutina: se dedicó a los niños en la mañana y en la tarde a lo profesional. A partir del pasado martes su esposo se unió al teletrabajo, lo que también fue de ayuda.
Ella aconseja planificar las tareas, que se harán al día siguiente en la noche, lo que evitará que se acumulen cosas. También dice que es importante medir tiempos y establecer cuánto tomará realizar diferentes actividades.
Es importante que todo teletrabajador defina con su empresa si las tareas deben realizarse en un horario determinado o si es posible enviar sus asignaturas en el momento del día en que se pueda. Eso le permitirá tener un horizonte diario.
Colocar alarmas en el teléfono que le avisen qué tarea debe cumplir, sea del hogar o sea de la compañía en la que se labora, es otra alternativa de organización.
Javier Verdesoto, CEO de Nexos Talent EFH Ecuador, explica que otro elemento que da orden a los teletrabajadores es un espacio adecuado. Explica que durante las horas en que se realizan las tareas profesionales, el trabajador debe ubicarse en un área únicamente destinada para ello; los niños deben realizar sus actividades en otros lugares del hogar.
“El mundo cambió para siempre su forma de trabajar y es necesario que la familia se adapte. Es fundamental hacerles comprender a los pequeños por qué uno está en casa y evitar estresarles. Ellos deben saber que uno está laborando y que necesita su apoyo. Debe haber tiempos tanto para ellos, como para la empresa. Respeto siempre”, indica Verdesoto.
Esto lo ha hecho María Limaico, para quien el teletrabajo con niños no es una novedad. Ella aplica esta metodología desde que su hija, de 4 años, era una bebé.
“Para mí se volvió todo complicado porque ella pasa en la casa las 24 horas al día y me tocó reorganizarme para no afectar a mi productividad. En las primeras horas del día, antes que ella se despierte, despacho informes, reportes y otros temas urgentes. Cuando se levanta me toca atenderla y también asignarle responsabilidades. Ella está en un centro infantil y las maestras les han enviado videos y otras actividades para que esté ocupada”.
De la misma forma como se organizan los trabajadores, es importante que las empresas definan estrategias. Verdesoto explica que el modelo de labor vertical tradicional no puede seguir en estas circunstancias. Para este especialista, es hora de reestructurar procesos, dejar a un lado las jerarquías, hacer cambios de cultura organizacional, mejorar la tecnología, etc.
Hasta mediados de este mes, el Ministerio de Trabajo manejaba una cifra de 15 500 teletrabajadores en el país, con mayor concentración en Pichincha y Guayas. Hasta octubre del año pasado, el 70,9% de los teletrabajadores eran hombres; los principales sectores en los que se encontraba este personal eran comercio, actividades profesionales, servicios administrativos e información y comunicación. Ahora, con las medidas sanitarias aplicadas en empresas de todo el país el Ministerio tiene una cifra que supera los 235 000 teletrabajadores, tanto en el sector público como en el privado.
Paúl Murillo, líder de consultoría de Adecco, explica que hay que buscar maneras para mantener la calidad y la productividad al aplicar esta metodología. La comunicación con el equipo de trabajo es fundamental: reportes de avance de las tareas, conexión permanente, cumplimiento de objetivos en el día y la semana, etc.
El experto recuerda que no todos los cargos pueden laborar en el teletrabajo y en ese caso las organizaciones tienen que organizarse dependiendo de las decisiones de las autoridades. Las compañías deben saber que no se puede correr alto riesgo.
El trabajo remoto requiere implementaciones tecnológicas. Existe la posibilidad de acuerdos para que la compañía pague total o parcialmente las facturas de consumo de Internet u otros servicios que ocupe el empleado en su casa. Algunas empresas solo requerirán Internet y una computadora, pero en otras habrá que contratar licencias de programas especializados, ‘chatbox’ o sistemas VPN.
El trabajo remoto requiere inversiones en implementaciones tecnológicas. Allí la clave es que la empresa brinde las facilidades y que el empleado las aproveche bien. Foto: Freepik.es
El ecosistema de las ‘fintech’ ecuatorianas crece, pero lo hace a un ritmo menor en comparación con otros países de América Latina. En el país, se cuentan hoy en día 32 ‘fintech’, es decir empresas que ofrecen servicios financieros apalancándose en las nuevas tecnologías. Allí se encuentran plataformas de pago, aplicaciones móviles, empresas de seguros o de facturación electrónica, compañías que diseñan ‘chatbots’, etc.
Entre los actores de esta joven industria existe optimismo, pero también se acepta que hay tarea por hacer. El financiamiento, un crecimiento más acelerado, el tamaño del mercado ecuatoriano y su nivel de competitividad son los cuatro retos que tienen las ‘fintech’ ecuatorianas hoy en día.
El sector está aún en una situación de considerable retraso respecto de otros países. Así lo asegura el reporte Fintech América Latina 2018, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista, hecho público en agosto pasado.
Este documento revisa la evolución de estas ‘start ups’ en la región, en donde Brasil se presenta como líder, seguido de México, Colombia y Argentina.
Una de las ‘fintech’ ecuatorianas es Friendly Transfer. Esta es una red social que conecta personas alrededor del mundo para intercambiar dinero y ahorrar los costos de una transferencia internacional. Hoy en día tiene algo más de 5 000 usuarios, principalmente en Ecuador, aunque también tiene participantes en Colombia, México y Estados Unidos.
Gidany Cobo, cofundadora de Friendly Transfer, cree que el ecosistema está creciendo en Ecuador, pero más despacio que en otros países de la región. “Ya se escucha de algunos sistemas de pago y otros servicios. Hay desarrollo, aunque falta mucho”.
Cobo reconoce que la ‘fintech’ que dirige aún no alcanza el punto de equilibrio. Para eso se espera sumar usuarios y llegar a otros países, como España o Venezuela. “Necesitamos más recursos. La inversión en tecnología es elevada, así como el mercadeo de los servicios”.
La aceleradora de emprendimientos Buen Trip sigue de cerca la evolución de ‘start ups’ en Ecuador, incluidas las ‘fintech’. Su director, Fernando Rivera, explica que a escala regional estas empresas se enfocan en bancarizar a las personas, para así mejorar los índices de inclusión financiera.
En Ecuador, el 51% de las personas adultas tiene una cuenta bancaria y solo el 12% accede a un crédito. El país está dentro del promedio de la región, según datos de Marulanda & Consultores.
Ante este panorama, Rivera cree que las ‘fintech’ tienen la oportunidad de ser un aliado en la inclusión financiera. Añade que pueden convertirse en socios de las pequeñas y medianas empresas que requieren capital de trabajo y tienen dificultad para acceder a créditos que pueden ser costosos y engorrosos.
Para el vocero de Buen Trip,Ecuador tiene un mercado cerrado y menos competitivo. Además, la banca no está innovando tanto. “Esto se debe a que las leyes les impide invertir en otro negocio que no sea la banca”.
Rivera añade que en el Ecuador existe bastante talento tecnológico, así como buenas ideas y emprendedores que desean innovar. “Falta que los inversionistas nos miren, pero es complicado por ser un mercado muy pequeño”.
La banca ecuatoriana sigue de cerca a esta industria. Santiago Jarrín, Chief Digital Officer de Banco Pichincha, comenta que Ecuador ha ganado dinamismo en el campo de las ‘fintech’. Dice que hay esfuerzo y que los talentos necesarios no son sencillos de obtener. “Es por ello, que a pesar de la gran cantidad de iniciativas son pocas las que llegan a tener una escala representativa”.
Según Jarrín, en el ámbito financiero, temas de inclusión o acceso a nichos específicos de clientes, representan una oportunidad para las ‘start ups’ enfocadas en servicios financieros.
¿Pueden las ‘fintech’ ser aliadas de la banca? El vocero de Banco Pichincha dice que a escala regional y mundial el esquema de colaboración, el ‘open banking’ y la adopción de nuevas tecnologías son una tendencia. “Sin duda, un negocio como el financiero representa un espacio atractivo para estos actores quienes pueden ser aliados en aspectos específicos”.
El sector despega en América Latina
Aplicaciones para invertir en línea, bancos 100% digitales o billeteras virtuales son algunas de las soluciones desarrolladas por la emergente industria tecnofinanciera o ‘fintech’ de Latinoamérica, que crece a pasos agigantados con una ola de nuevos negocios.
La industria creció más del 66% en la región desde la última medición del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista, hasta alcanzar un total de 1 166 empresas, según el reporte ‘Fintech América Latina 2018: Crecimiento y Consolidación’.
El estudio concluye que las ‘fintech’ latinoamericanas están centradas en ofrecer préstamos y financiación colectiva o “crowdfunding” (25%), pagos y transferencias (24%) y administración financiera de empresas e individuos (15%), llegando a ser casi dos tercios de la industria.
Hoy, sus operaciones se focalizan en Brasil (33%), México (23%), Colombia (13%), Argentina (10 %) y Chile (7%), que en conjunto representan el 86% del total de la actividad regional. Uno de los aspectos más destacados es que cerca del 35% de estas ‘start ups’ latinoamericanas tienen una mujer fundadora o una en el equipo fundador, muy por encima del promedio mundial, estimado en 7%.
“La industria ‘fintech’ de Latinoamérica está en un período de alto crecimiento y consolidación que no muestra signos de desaceleración”, cuenta el equipo Fintech de la División de Conectividad, Mercados y Finanzas del BID.
Muestra de ello es que el 25% del total de las inversiones de capital emprendedor en el sector de tecnología de la región en el 2018 (estimadas en USD 2 000 millones) se destinó al mundo ‘fintech’, tanto en número de operaciones como en monto en dólares.
“Esta cifra va a crecer” dado que SoftBank, “uno de los mayores inversores en fintech en el mundo, anunció un fondo de USD 5 000 millones dedicado exclusivamente a empresas tecnológicas de la región”, apuntó.
Una ola imparable Las ‘fintech’ están respondiendo tanto a una demanda de servicios creciente como a la exclusión financiera que persiste en Latinoamérica, en tanto que el 45% de los adultos de la región todavía están apartados de los servicios financieros formales, al no contar con una cuenta.
Brasil es líder en tecnofinanzas en la región con casos como el de la aplicación Guiabolso, el banco digital Creditas o la operadora financiera Nubank, uno de los ‘unicornios’ brasileños. México tiene unas 500 empresas de esta clase y de estas, 200 operan bajo la Ley Fintech promulgada en marzo del 2018.
Colombia tiene al menos 148 compañías ‘fintech’, una cifra que creció en el 2018 un 76% respecto del año anterior, y coloca al país en la vanguardia de la región, según la consultora KPMG.
Más al sur, la Cámara Argentina de Fintech contabilizó 133 empresas de este tipo en el país el año pasado y casi la totalidad puede categorizarse como pyme.
Mientras que en Chile hay unas 120 empresas, número que se prevé que siga creciendo entre el 15 al 20% anual, gracias al capital de riesgo y al mayor apetito de los inversionistas, dice el director ejecutivo de FinteChile, Ángel Sierra.
Perú suma unos 81 emprendimientos tecnológicosfinancieros y estos se clasifican en su mayoría como plataformas de pagos y remesas (27,2 %).
Uruguay contabiliza unas 30, la mayoría con un promedio de 10 empleados cada una, aunque también hay unas tres o cuatro grandes, en rubros como préstamos al consumo y sistema de pagos.
En cambio, en Paraguay tienen escasa proyección dada su inserción que se remonta a poco más de cinco años. Hay unas 40 empresas.
En América Latina, Brasil es el líder, seguido de México, Colombia y Argentina. Foto: Inimage
Richard Martínez, ministro de Economía y Finanzas, dice que una de las principales preocupaciones en el 2019 es el entorno externo. Añade que el país tiene un plan económico y que no puede cerrarse a ninguna opción positiva, incluido el Fondo Monetario.
Hay un déficit fiscal, existe necesidad de inversión y otros puntos que representan desafíos para el gobierno. ¿Cómo viene el año económico del país?
Es un año muy importante porque desde las finanzas públicas hay un presupuesto que lo controlamos totalmente, lo trabajamos, se hicieron modificaciones, hay decisiones en marcha y nos permite operar con mucha disciplina, cosa que no se había dado en los últimos años. Ese presupuesto implica un giro en la conducción de la política fiscal. No podemos seguir acumulando déficits insostenibles: en el 2017 el déficit cerró en cerca de 6 000 millones de dólares y en 2018 bajó a 3 300 millones, menos de los 4 000 millones que se esperaban. Eso es importante porque disminuye las necesidades de financiamiento, ayuda a consolidar la posición fiscal, sobre todo pensando en que hay retos muy fuertes para el 2019, como los 1 250 millones de dólares de pago de pensiones jubilares o el efecto de la ley amazónica. 2019 es un año de consolidación, de una transición económica de un modelo Estado-dependiente a un modelo donde la actividad privada sea el motor de la economía. Cuando hablo de la actividad privada no me refiero solo a las grandes empresas, sino a todo el sector a las micro, pequeñas y medianas.
Para usted, ¿cuáles son las principales preocupaciones en este año?
La principal preocupación puede ser el entorno externo al que vemos extremadamente complejo y volátil. Las tasas de interés en EE.UU. siguen subiendo, el apetito de inversionistas en mercados emergente se reduce, el precio del crudo es muy volátil y eso hace que las condiciones de mercado hayan cambiado abruptamente. Ninguno de los informes de multilaterales dicen que este año será un mejor escenario. En esas condiciones hay que entender que no podemos dejar de endeudarnos hasta terminar de consolidar el déficit fiscal. Ahora es menor, pero aún tenemos que seguir financiando. El mercado externo, tan complejo y volátil, es un mercado en el que tenemos que jugar para conseguir financiamiento. El mayor reto es terminar de generar credibilidad en los mercados con trabajo gradual y disciplinado, para lograr mayor capacidad y más fuentes de financiamiento en los mejores términos para el país.
El déficit cerró en USD 3 300 millones en el 2018, pero hay analistas que hablan de cifras más grandes…
Ellos tendrán que explicarlo. Al final son criterios, la fuente oficial es el Ministerio de Economía y Finanzas. Nosotros tenemos las cifras y me llama la atención que se diga que es mayor. Las cifras son transparentes.
En los mecanismos de financiamiento externo para este año están bancos de inversión, China, multilaterales. ¿Allí también se puede esperar un acuerdo con el FMI?
El país no puede cerrarse a ninguna opción en tanto y en cuanto sea una opción positiva, bien trabajada, y allí el FMI es un instrumento extremadamente poderoso porque pudiera enviar una señal al mundo de que Ecuador está trabajando y haciendo las cosas en orden. Hemos trazado un plan de cuatro ejes y ese es el plan para salir adelante. Si ese plan puede ser acompañado por el Fondo enhorabuena, si es que el Fondo no decide acompañar no tenemos por qué generar otros mecanismos que no estén en el plan y que generen un sacrificio mayor en la población. Estamos dispuestos a conversar, no es que uno se sienta e impone un plan. Lo que hay que lograr es acompañamiento y somos optimistas de que en un momento determinado tengamos ese acompañamiento porque el financiamiento sería más barato, de largo plazo y habría tranquilidad en la gestión de la cosa pública.
Entonces, ¿estamos más cerca del FMI?
Diría que mucho más cerca que hace un año. Hace un año no había cooperación técnica, no había diálogo fluido. ¿Estamos más cerca de un acuerdo con el Fondo? Hasta que no encontremos una señal clara de que el FMI está dispuesto a apoyar esto, vamos a seguir trabajando en las otras opciones de financiamiento como bancos de inversión, operaciones estructuradas, etc.
¿Qué avances hay en el plan económico?
El plan ya está en marcha, lo que pasa es que se habla de que no existe un plan. Esas mismas personas que critican la ausencia de un plan también critican cuando se toman medidas. No hay solución mágica, uno no puede decir que vamos a salir sin hacer nada y logrando todos los resultados. Los pilares del plan son consolidación fiscal y estabilidad monetaria; igualdad de oportunidades y protección social; empleo y reactivación productiva; y transparencia y manejo eficiente de los recursos. Los resultados son la reducción del déficit con recortes al gasto (…); en protección social hay hitos como la garantía de 300 millones de dólares del BID para emitir un bono social, algo inédito. Esos recursos irán a vivienda popular y a lucha contra la violencia de género. En lo presupuestario está la asignación adicional para educación y salud, bonos de desarrollo humano garantizados. En empleo el reto es darle a la gente más opciones de financiamiento, en el ámbito público y privado. En el campo público está por anunciarse un plan para refinanciar deudas en la banca pública.
La inversión privada viene creciendo frente a la inversión pública en estos últimos dos años. ¿Qué se está haciendo para que esto se consolide?
Un instrumento muy poderoso es la Ley de Fomento Productivo y su reglamento. La economía necesita más recursos privados y los sectores minero y petrolero, por ejemplo, pueden atraer divisas. Hay sectores de amplia generación de empleo como construcción y agrícola donde estamos interviniendo con créditos y menores costos para reactivarlos. La expectativa es positiva en tanto el empresario asuma riesgos. Va a haber el empresario que siempre se queje, lo conozco de cerca, pero hay otro grupo que está dispuesto a apostar por el país entendiendo que el principio del emprendedor es el riesgo. Hoy las condiciones para el empresario son mejores que hace un año y medio.
Usted fue dirigente empresarial. Ahora, como Ministro, ¿qué siente al ser parte del sector público y saber que hay cosas que se pueden hacer y otras que no?
Siento que se puede construir mucho desde la política pública y se puede hacer mucho, pese a las restricciones. La dinámica es diferente. Se requiere de voluntad y consenso, ninguno de los dos puede querer imponer, de lo contrario la relación es insostenible. Lo que debe primar siempre es el saber qué estamos dispuestos a aportar desde cada lado. En las decisiones, la velocidad en las que se toman es el mayor reto para hallar mecanismos que van más allá del sector empresarial. Esto demanda una evaluación del país e implica que las decisiones sean más sopesadas en función de los grandes equilibrios. Lo importante es mejorar la calidad de vida de la gente.
Hoja de vida
Formación. Economista de la Universidad Católica del Ecuador, con un Executive MBA del IDE Business School, un Postgrado en Economía Internacional de la Universidad de Barcelona y un Diplomado en Negociaciones y Comercio Internacional por la Universidad Miguel de Cervantes en Chile.
Tiene cursos en Harvard Kennedy School, Incae, Universidad Politécnica de Madrid y organismos como OIT, USAID, ONUDI, Unión Europea, BID. Fue presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Industrias y Presidente Ejecutivo de la CIP.
Entrevista a Richard Martínez, ministro de Economía y Finanzas. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
El mando medio es un cargo complejo y estratégico. Quienes lo ocupan están en la mitad de la pirámide, y tienen el reto de estar en sintonía, recibir la retroalimentación del área operativa y a la vez, experimentan la presión de responder directamente a la alta dirección, explica Grecia Logroño, consultora de recursos humanos de Sosa Corp.
En la región, el número de mujeres que ocupan estos puestos está creciendo, pero es menor a los promedios globales, según el estudio ‘La mujer en la gestión empresarial: Cobrando impulso en América Latina y el Caribe’, presentado en el 2017 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El documento señala que un 14% de 63 empresas encuestadas en América Latina y el Caribe dijo tener entre 41 y 50% de mujeres en mandos medios. A escala global, la cifra es de 15%.
En Ecuador, el estudio de la OIT señala que del total de cargos directivos de nivel medio y superior, más del 40% correspondía a mujeres en el 2011; mientras que en el 2015 el porcentaje cayó al 29%.
Xavier Verdesoto, CEO de Nexos Talent, explica que se trata de un cargo que independientemente del género, demanda principalmente habilidades blandas como liderazgo, trabajo en equipo, empatía, organización, entre otros.
“Es un reto para las mujeres que tienen que dirigir equipos con más hombres. A veces, buscan liderar siendo más estrictas, pero lo ideal es desarrollar madurez ejecutiva y empatía”, dice.
Logroño añade que por ello, es clave que en las empresas se formen equipos en los que exista un balance entre hombres y mujeres, debido a que cada uno tiene fortalezas que aportar.
Verdesoto indica que las empresas de servicios, comerciales y financieras son en las que más ha crecido el número de mujeres que ocupan cargos medios.
Logroño destaca que en rubros que tradicionalmente tenían en mandos medios a hombres, la mujer está ganando más espacio porque los paradigmas han cambiado. “Hay cada vez más mujeres que desarrollan actividades en el campo tecnológico, en temas vinculados al petróleo, ingenierías y otras “.
Son puestos en los que se ejerce como un nexo entre el personal operativo y la alta dirección. Se requieren habilidades de liderazgo y empatía. Foto: Pixabay
La servilleta de una cafetería con un manuscrito, un cheque o la confianza que generan la familia y los amigos. Las maneras en que los emprendedores canalizan las primeras inversiones para sus proyectos pueden ser curiosas.
El desafío está en formalizar o legalizar esas inversiones que muchas veces se convierten en piedras angulares de negocios que crecen de manera exponencial, en especial cuando se tratan de ‘start ups’ o emprendimientos de base tecnológica.
“No lo pierdas”. Esa fue la frase que recuerda Jurgen Schuldt cuando recibió un cheque que le permitió arrancar con lo que hoy es Mensajea, una ‘fintech’ que surgió en el 2016. Esta ‘start up’ desarrolló un ‘chatbot’, es decir un robot que simula, por voz o por texto, una conversación humana.
Algo parecido le ocurrió a lo que hoy es Yaestá.com, un portal de comercio electrónico. Uno de sus fundadores, Alejandro Freund, recuerda que uno de los primeros inversionistas giró un cheque luego de establecer una especie de ‘contrato’ firmado en una servilleta.
La plataforma Aló Maestro, que provee servicios de mantenimiento en hogares, se levantó con el apoyo de amigos y familiares, según cuenta uno de sus fundadores, Juan Carlos Rivadeneira. En ese caso hubo un acuerdo detallado. “Recibimos el dinero a cambio de acciones. La inversión era dinero no reembolsable y por la confianza que había no tuvimos problemas”.
El tema se puede complicar cuando los emprendedores desean legalizar y formalizar esos recursos. O cuando el inversionista exige beneficios a cambio de los recursos destinados al emprendimiento.
Las soluciones pasan por la creación de fideicomisos, la contratación de abogados expertos en temas societarios, la creación de empresas fuera del país, la conformación de directorios dentro de las empresas, intentos por aplicar gobierno corporativo, etc.
Freund cuenta lo que pasó una vez que el portal que fundó empezó a tomar impulso. “Cuando uno emprende y recibe capital es complicado tener muchos inversionistas. Un cuarto con 10 o más personas opinando es complicado de manejar”. Una de las soluciones fue un fideicomiso, que estableció que esos inversionistas eran beneficiarios de derechos tributarios y permitía seguir la operación del portal de e-commerce sin tener muchos frenos.
Otra estrategia aplicada fue la constitución de una empresa en EE.UU. que permitió ofrecer acciones a quienes apostaron por la idea. Con este modelo, dice Freund, las siguientes rondas de inversión fueron más fáciles de desarrollar.
Los consultados reconocen que las leyes de EE.UU. están preparadas para estos casos de recibir inversión. Así se genera un precedente y permite que otras iniciativas usen esos mecanismos. Sin embargo, estos procesos pueden implicar gastos que no todo emprendimiento puede cubrir.
Schuldt advierte que el emprendedor debe manejarse con mucho cuidado cuando ofrece acciones. “Hay casos que se entrega el 50% de la start up a cambio de inversión y el negocio muere pronto”. El fundador de Mensajea cree que la legislación no facilita beneficios a los inversionistas. Además, señala que si la empresa se vende, los inversionistas tienen la preferencia de vender las acciones antes que el emprendedor, lo que complica la protección a las ideas y a las inversiones.
Víctor Chiriboga y Marcelo Morabowen son abogados del estudio Lexvalor. Ellos explican que un principio básico en derecho societario dice que las acciones son de libre negociación y no se pueden poner limitaciones. Pero también cuentan que en el país la regulación es muy rígida.
“Transferir acciones no es tan sencillo como en otros países. La normativa local no recoge muchos beneficios que ya se aplican en otros países”, dice Chiriboga. Su socio añade que en estos temas importa mucho la confianza entre las partes involucradas. También cree que es necesaria una evolución de las leyes acorde con nuevos negocios, como las ‘start ups’.
La normativa local
La Superintendencia de Compañías indica que para formalizar una sociedad mercantil, regularizar sus actividades, establecer derechos y obligaciones de las partes, “tanto el inversionista como el emprendedor están llamados a cumplir lo señalado en la Ley de Compañías, sus reglamentos y demás leyes conexas”.
La Ley señala, por ejemplo, que cuando una firma extranjera intervenga en la constitución de una compañía de responsabilidad limitada o una compañía anónima, en la escritura pública o en la escritura de fundación se agregará una certificación que acredite la existencia legal de dicha sociedad en su país de origen y una lista completa de todos sus miembros o socios. Además, se deberá detallar si son personas naturales o personas jurídicas, con sus nacionalidades y domicilios.
Según la Ley de Compañías, el capital de una compañía anónima deberá ser pagado en efectivo, cuando menos en un 25% del valor de cada acción, una vez inscrita la compañía en el Registro Mercantil. En el caso de una compañía de responsabilidad limitada, el capital deberá ser pagado cuando menos en un 50% del valor de cada participación.
Empresas Uno de los desafíos del emprendedor es legalizar los recursos que recibe. Las opciones incluyen fideicomisos, la creación de empresas fuera del país, la conformación de directorios, etc. Foto: Pixabay
No hay una receta clave para que el 60% de la población ecuatoriana que no está bancarizada, pueda acceder a uno de los servicios que ofrecen entidades formales, pero un paso importante es la educación financiera, dice Sonia Zurita, docente de la Espae.
“Esta educación pasa no sólo por conocer las ventajas de estos servicios, sino también por la confianza que las entidades inspiran para que el potencial cliente sienta que sus necesidades son atendidas de manera apropiada y justa”, señala.
En el país, la Superintendencia de Bancos dispone que las instituciones bajo su control deben desarrollar programas de educación financiera (PEF).
En tanto, para las entidades del sector de la economía popular y solidaria (EPS), este tipo de programas es opcional.
Si bien las entidades han diseñando programas, según Edgar Peñaherrera, gerente de Icored, gremio que agrupa a 37 de las cooperativas más grandes del país, han sido esfuerzos aislados que no han dado los resultados más óptimos.
Para Julio José Prado, representante de la Asobanca, es momento de diseñar una estrategia de alianza público privada que abarque el problema de la falta de educación financiera, y otros. El representante gremial explica que están trabajando en un plan de inclusión financiera en el que participe el Estado y las cooperativas.“Esperamos que se puedan crear agendas de trabajo público-privada para inclusión financiera, como se han hecho en Perú y Uruguay”.
Mientras el acceso a la banca electrónica entre la población bancarizada sigue en aumento -en el 2017, el 73% de las transacciones que se realizaron en instituciones financieras fueron por canales electrónicos-el reto sigue siendo alcanzar a la población que no accede a un producto o servicio financiero alguno.
Prado señala que hace cinco años, el gremio planteó al Gobierno el pedido de implementar billeteras móviles que permitan crear cuentas desde un celular, pero en lugar de ello, se implementó el dinero electrónico manejado por el Banco Central, que no despegó y se eliminó este año en la Ley de Reactivación Económica.
Ahora, la banca y cooperativas tienen en sus manos un plan de implementar esa billetera móvil. Según Prado, el proyecto de la banca, que se llamará Bimo, está listo en su parte técnica, sin embargo, no ha podido lanzarse debido a que el Gobierno no ha definido tarifas y reglamentación.
El uso de nuevas tecnologías es una de las apuestas de las entidades financieras. Foto: Archivo/LÍDERES
Una red social para que los vecinos de un mismo condominio se comuniquen y solucionen problemas.
Un juego en el que los clientes de un banco ganan puntos siempre que usen los canales electrónicos del ente.
Una ‘app’ en la que los usuarios pueden detallar un sueño (meta), para que la aplicación los ayude a encontrar y seleccionar el mejor crédito.
Estos fueron algunos de los casos de éxito de ‘start ups’ enfocadas en innovación digital que se presentaron el pasado 1 de febrero, en la segunda edición del Digital Bank Ecuador, en Cumbayá.
Se trata de un espacio de charlas, capacitaciones y networking, en el que se reúnen actores del sector bancario, empresas tecnológicas y emprendedores.
Además se realiza un concurso para emprendimientos.
Mensajea fue la ganadora de este año. Es una plataforma que permite a las empresas conversar, vender e interactuar automáticamente con sus clientes en canales de mensajería como Facebook Messenger.
Para Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank Latinoamérica, el reto de la banca en esta época está en ofrecer innovación a través de experiencias.
“Las principales empresas ahora no ofrecen productos, sino experiencias. Los milenials no quieren comprar carros, quieren viajar y el reto está en ofrecer la mejor experiencia”.
Para Heredia,los nuevos competidores de la banca son empresas que nacieron en un entorno digital y que han encontrado ideas para hacer la vida de las personas cada vez más sencilla. Por ejemplo, Amazon, que ya anunció el lanzamiento de Amazon Bank en la India. O Mercado Libre, que ahora ofrece préstamos en Argentina a través de Mercado Pago.
“El camino a la innovación requiere un cambio de mentalidad en la banca, pero también de herramientas para que el consumidor, los bancos y las empresas de tecnología creen juntos soluciones”, dijo Julio José Prado, presidente de la Asobanca.
Prado destacó que este tipo de eventos de difusión de tecnologías son trascendentales en Ecuador, en donde la población bancarizada es de menos del 50%.
En Cumbayá se realizó la segunda edición del Digital Bank Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
Víctor Aguiar es catedrático de la Universidad de Western Ontario en Canadá y estuvo en Quito invitado por la Pontificia Universidad Católica de Quito para una conferencia.
Este año cobró relevancia la economía del comportamiento, expuesta por el nobel de Economía, Richard Thaler. ¿En qué consiste? El nombre es bastante decidor. La economía del conocimiento trata del estudio de la toma de decisiones en una situación económica. En eso nos diferenciamos de la psicología: si usted habla del comportamiento de las personas desde la psicología estamos hablando de ámbitos personales. Pero en la economía del comportamiento nos importan las consecuencias de las decisiones en el ámbito económico. Este concepto es una intersección entre la economía y la psicología: la economía interesada en cómo se asignan recursos, del lado del consumo y la demanda, y la psicología que trata de entender más el proceso de decisión y sus consecuencias. ¿Cómo se da esa intersección a la que usted se refiere? La economía y la psicología están bastante relacionadas. Todo modelo económico siempre tiene en el centro un consumidor que toma decisiones en base a una perspectiva de la psicología, que la estudiaron los economistas de los años 60. Ellos pensaban que el economista es una máquina, que puede calcular todo de manera perfecta, sin fricciones, que no tiene costos de pensar, que tiene atención ilimitada y que sabe lo que pasa en todos los posibles precios del universo. Un ejemplo: usted mañana quiere invertir y se interesa en un bien específico del sector agrícola, en el negocio de naranjas por ejemplo. Para saber lo que va a pasar y tener una expectativa racional de precios tiene que contar con información sobre insumos agrícolas, clima, desastres naturales y más.
¿La clave es la información? Sí, pero para tomar una decisión sencilla usted requiere gran información. En la vida real, una persona común que quiere ahorrar para su retiro, por ejemplo, no tiene toda esa información. Entonces vamos a estar limitados en nuestra racionalidad, no porque no queramos maximizar el beneficio, sino porque no tenemos los medios para hacerlo. Esos medios son el poder de atención y el poder cognitivo.
¿Qué ocurre entonces? Lo que la mayoría de gente hace es fijarse en pocos indicadores. Volviendo al ejemplo de las naranjas, usted se puede fijar en dónde se producen y eso es ya algo de información. Esa simplificación viene con un costo y este costo puede ser que las decisiones no le permiten a la persona llegar al nivel de bienestar que hubiera podido. Si usted es una máquina puede hacer la inversión perfecta. Pero lo que hace la gente, en la vida real, es tomar decisiones óptimas, pero bastante limitadas.
Entonces con información la ganancia de una inversión puede ser mayor… Exacto. Otro ejemplo es acerca de las decisiones de ahorro. En EE.UU. hay estudios que indican que un jubilado recibe en promedio USD 500 al mes. Está claro que el estadounidense no está ahorrando lo suficiente para su vejez. ¿Por qué ocurre eso? Allí está el problema del autocontrol: yo puedo controlarme en el consumo presente para tener un mejor consumo en el futuro. Pero es difícil hacerlo porque hay necesidades en el presente y el futuro es difícil de entender y de planear. Si tuviera un autocontrol perfecto podría disminuir el consumo.
El mundo ideal. Sí. Pero en el mundo real terminamos sobreconsumiendo cuando somos jóvenes y subconsumiendo en la vejez.
¿Esto pasa a escala global? Pienso que sí. En Ecuador funciona algo distinto porque aún dependemos de las familias o redes humanas y la jubilación es una noción distinta. En EE.UU., que es bastante capitalista y donde el ahorro de joven mantiene a la persona en el futuro, esto es un problema grande porque no hay esas redes humanas. Lo bueno es que aprendiendo sobre el autocontrol uno puede ayudar a la gente y eso hizo justamente Thaler. Él cimentó la teoría de los empujones que lo que busca es ayudar a tomar mejores decisiones sin ser completamente impositivos: no se fuerza a ahorrar más, solo se cambia la decisión de consumo.
¿Cómo actúa el consumidor promedio? En EE.UU. está documentado que hay mucho subahorro. Mucha gente piensa que es un tema de irracionalidad, en el sentido de que están cayendo en el sobreconsumo por la falta de autocontrol. Pasa también que a pesar de que las personas deciden ahorrar, aveces toman decisiones sencillas. En el plan de pensiones, por ejemplo, cuando las personas tienen demasiadas opciones hay una sobrecarga de información y evitan pensar en eso. Ahora se da un menú más pequeño de opciones para que tomen decisiones más inteligentes.
Usted habla de que en EE.UU. hay subahorro y sobreconsumo. ¿Esto es una señal de bonanza? Al llegar al retiro el estadounidense promedio solo recibe al mes unos USD 500 y un salario promedio es de USD 2 500. La teoría predice que, tras la jubilación, uno trata de mantener el consumo similar. Cuando uno no tiene dinero pide prestado. En la juventud uno trabaja y ahorra y ese dinero va para el futuro mediante pensiones. Cuando uno tiene autocontrol el consumo se pega mucho al nivel de ingreso; entonces cuando cae el ingreso, el consumo hace lo mismo. Todo esto afecta la calidad de vida de las personas.
¿La materia económica genera ciertos recelos o temores en los consumidores? Así es. Por eso en la economía del comportamiento también se aborda la atención limitada. Esta trata sobre la capacidad de las personas de procesar la cantidad de información para tomar decisiones óptimas. Allí surgen nuevas teorías como la del consumidor que introduce simplicidad en sus decisiones. Esto viene por no tener ni la capacidad cognitiva ni el tiempo. Al simplificar se dan consecuencias en el bienestar de las personas.
¿Por ejemplo? Pasa en temas como la elevación de impuestos. Muchas veces se piensa que se puede reducir el consumo de un producto subiendo su precio. Eso tendrá efecto en la medida en que la persona pueda procesar el nuevo costo; si no sabe no habrá efecto y seguirá consumiendo.
Esto limita la efectividad de las políticas y la calidad de las decisiones. Esto pasa porque los entornos económicos son demasiado complejos para comprenderlos totalmente y al simplificar las decisiones terminamos alejándonos de lo ideal. Esto es un tema de asignación eficiente de recursos.
¿Y se necesita que alguien recuerde al consumidor sobre la asignación de recursos? Allí se abre un debate. La base de la perspectiva libertaria de la economía es la soberanía del consumidor. Y esto se fundamenta en el principio de que la persona actúa para su mejor interés, pero puede ser que el consumidor no está en la capacidad de ver su mejor interés. Esto abre la puerta a una ‘intermediación’ llamada el paternalismo libertario. La idea no es forzar a consumir lo que una persona debe, sino mejorar sus decisiones.
Hoja de vida
Estudios. Obtuvo un PhD en Economía en Brown University. También cuenta con una maestría en Desarrollo Económico en la Flacso y una maestría en Administración Pública de la Université Pierre Mendès, en Francia. Sus estudios universitarios los hizo en la PUCE.
Cargo. Desde julio del 2016 es profesor en University of Western Ontario. Tiene papers publicados en Journal of Economic Theory y Economics Letters.
Origen. Nació en Quito el 20 de febrero de 1985.
El ecuatoriano Víctor Aguiar es catedrático de la Universidad de Western Ontario en Canadá y estuvo en Quito invitado por la Pontificia Universidad Católica de Quito para una conferencia. LÍDERES conversó con él sobre la economía del comportamiento y sus alcances. Foto: Galo Paguay / LÍDERES