Etiqueta: ropa

  • Un negocio que se concibió en plena crisis económica familiar

    Redacción Quito

    Marlet García acababa de dar a luz a su tercer hijo cuando la estabilidad económica familiar se vino al suelo. Hace dos años, su esposo, Mauricio Vásconez, se había quedado sin trabajo, al quebrar la empresa donde laboraba. Angustiados, ambos buscaron alguna idea para sostener su hogar, que tenía, además, otros dos hijos.

    Marlet navegaba por horas en Internet tratando de encontrar algo. Hasta que leyó sobre una novedosa idea de ropa para madres que están en lactancia. Allí vio una gran oportunidad, porque en su recorrido por ginecólogos, pediatras y médicos nunca encontró ese producto. Y en el mercado tampoco había oferta.

    Ambos se pusieron manos a la obra. Sin haber aprendido en su vida ni siquiera a pegar un botón, García se lanzó al vacío. Fue donde su costurera y le explicó cómo quería las prendas. Durante seis meses realizaron pruebas, hasta que las prendas quedaron tal como ella quería. Y las bautizó como Mamisetas.

    Pero había que superar un obstáculo adicional: ¿cómo iniciar cuando no se tiene dinero para empezar? Fe. Enfocada en el éxito del emprendimiento, convenció a su esposo. Su suegro les ofreció que si vendían su auto les daría una comisión. Así obtuvieron los USD 600 para arrancar con la idea.

    Abrieron una cuenta en Facebook para promocionar los productos. Repartían volantes y las dejaban en los consultorios de ginecólogos y pediatras. Poco a poco, los clientes empezaron a llegar. Camisetas, vestidos, pijamas, multiusos (pijama y calentador), etc. se vendían uno por uno. Los pedidos se entregan a domicilio para que las madres en lactancia no se incomoden.

    «Nuestras prendas están elaboradas con tela ecuatoriana de alta calidad, con nuestros dos sistemas de fácil abertura, una debajo del pecho para poder levantar y la abertura cruzada también para un acceso rápido», asegura esta mamá emprendedora.

    Hace unos meses, Vásconez consiguió un empleo. Sin embargo, los números de Mamisetas van tan bien, que la opción de dedicarse totalmente al emprendimiento es una realidad cada vez más cercana.

    Entre los clientes hay satisfacción. Por ejemplo, Marcelo Herrera señala que las Mamisetas «están superchéveres». Hizo su pedido para llevarse las prendas a Galápagos, donde vivirá con su pareja próximamente. Más datos

    El negocio. Entre 300 y 400 mamisetas mensuales se comercializan. Las prendas cuestan desde los USD 22.

    El mercado. Están en Quito. Abrirán en Guayaquil, Riobamba y Ambato.

    USD 6 600 mensuales puede facturar como mínimo esta microempresa quiteña.

  • Hackett llega de la mano de Buggatti

    Redacción Quito

    Uno de los íconos de la moda masculina inglesa, Hackett, llega a Perú y Ecuador de la mano del Grupo Olimpo, cuya firma insignia en este país es Buggatti. La marca de los emblemáticos paraguas cruzados y el bombín fue creada en 1979 por Jeremy Hackett y Ashley Lloyd-Jennings en Londres; y desde hace una década fue adquirida por la multinacional Pepe Jeans.

    Quien ha viajado por las principales capitales de Europa fácilmente la puede identificar en sitios exclusivos; además, es una marca que distingue al caballero inglés y que, dentro de su estrategia de posicionamiento, auspicia eventos deportivos británicos representativos como The Goodwood Revival, Aston Martin Racing, British Polo Day, entre los más importantes. Para los amantes del fútbol, en cambio, es el espónsor del Chelsea, bajo el liderazgo técnico del controversial José Mourinho.

    El responsable de que esta marca llegue a los dos países es el gerente general del Grupo, José Luis Iturralde. Él recuerda que los primeros acercamientos con los representantes de esta firma se dieron entre el 2005 y 2006 en Madrid.

    No obstante, el tiempo pasó y la negociación comercial de esta representación se cerró en junio del año pasado. Aunque el objetivo inicial era instalar un local de Hackett en Ecuador, el paso inicial se lo dio en Lima, en donde, desde hace dos semanas, ya funciona un local de 160 m2, en el Jockey Plaza.

    La inversión en ese sitio alcanzó los USD 500 000. En esa área se destinaron 120 m2, para la exhibición de los productos destinados exclusivamente para hombres y niños. Una de las particularidades del local -explica Iturralde- es el cuidado de los detalles de la decoración y para ello llegaron al Perú especialistas desde Londres y se trajeron maniquíes, lámparas, alfombras… desde la Gran Bretaña. Solo para trasladar una comparación en cifras: el decorado de cada metro cuadrado de un local de estos cuesta 2 000 libras esterlinas.

    Aunque el mercado peruano tiene sus particularidades en cuanto a los gustos y preferencias, las expectativas de ventas que se propone alcanzar en el primer año llegan USD 2,2 millones, con la comercialización de trajes, polos, chaquetas, blazers, camisas, corbatas, etc.

    La marca todavía no es muy conocida en América Latina, pero la tienda en Lima se integra a otras que ya se encuentran en México, República Dominicana, Panamá y Colombia.

    Pero la marca inglesa, del gusto de la realeza británica y cuya imagen es Pierce Brosnan (James Bond, agente 007), también está en el Ecuador y sus productos se comercializan en las tiendas de Buggatti en Quito y Guayaquil (desde agosto); aunque la meta es abrir locales propios en centros comerciales de ambas ciudades, indica Iturralde.

    Uno de los aspectos clave que facilitará esa apertura tiene que ver con el desenlace de las negociaciones comerciales que actualmente mantiene Ecuador con la Unión Europea. Eso porque permitirá tener otro escenario en cuanto al pago de aranceles, para los productos importados desde ese continente.

    Con Hackett ya suman 21 marcas las que se comercializan a través de Buggatti, como Valentino, Versace, Xacus, Canali… A ellas se tiene previsto añadir desde julio próximo: Dudalina.

    Con esta marca brasileña se quiere atender al mercado boutique de camisería. Esta nueva oferta estará destinada en un 70% para la mujer (blusas con acabados de lujo, botones, piedras semipreciosas…) y un 30% para hombres.

    Ese local estará ubicado en el Scala (Cumbayá) y se prevé que tenga un área de 35 m2. Para ello se ha considerado una inversión de USD 120 000, con una decoración y toque minimalista.

    Un vistazo a su gestión
    Su trayectoria. El quiteño José Luis Iturralde lleva 24 años en negocios de moda, editoriales, espectáculos y de publicidad.En Perú. El Grupo Olimpo espera crecer a través de otros productos editoriales.

    La frase
    «En Ecuador cruzamos los dedos para que se dé el acuerdo comercial con la UE».

  • Las prendas indígenas ganan mercado local

    Modesto Moreta (I) (F-Contenido Intercultural)

    Atuendos estilizados con llamativos diseños, una variedad de telas y además bordadas son parte de la nueva tendencia de la moda para los jóvenes y los adultos de los pueblos indígenas, en Tungurahua. Este boom se inició con la apertura, hace tres años, de dos boutiques en Ambato.

    Desde entonces, los ejecutivos, empleados de las cooperativas de ahorro y crédito, estudiantes y niños son los principales clientes de estos negocios. Sus propietarios Jenny Ainaguano e Isaías Caluña atienden a su clientela en español y en kichwa. En los dos almacenes el servicio al cliente es la estrategia principal en estos negocios.

    Los dos fundaron sus propias marcas: Jenny Boutique y Native Boutique, respectivamente. En estos locales se ofrece la vestimenta de las etnias Chibuleo, Pilahuín, Salasaca, Tomabelas, entre otras, pero con ciertos toques juveniles. El objetivo es que los chicos vistan algo moderno, elegante y estén a la moda.

    Hace dos años, Jenny Ainaguano, decidió ampliar su local comercial que lo inició en el 2006 su madre María. El negocio funcionaba en un pequeño local. Las ventas no superaban los USD 800 mensuales. Sin embargo, Ainaguano pensó que el pueblo indígena debía tener su propia boutique, en donde la atención sea sin ningún tipo de discriminación.

    Así fundó Jenny Boutique localizado en la avenida 12 de Noviembre y calle Castillo, en el centro de Ambato. «La finalidad es dar la importancia que se merece nuestro pueblo. Queremos que cada persona que adquiera nuestras prendas, pueda demostrar que las raíces indígenas todavía siguen vivas. Para diseñar hacemos una investigación del significado», explica Ainaguano.

    Ese es el caso de Cecilia Quisintuña. La joven llegó a la boutique buscando un par de aretes de coral. Dice que es una alternativa para evitar la discriminación. «Tenemos ganado un espacio importante. Esto permite mantener nuestra vestimenta», cuenta Quisintuña.

    La inversión inicial para montar el negocio fue de USD 35 000. Los recursos los consiguió a través de un crédito en una cooperativa de ahorro local. El dinero se invirtió en la compra de vitrinas, maniquíes y mercadería.

    Con el auge de las cooperativas de ahorro y crédito, las ventas se incrementaron, puesto que una de sus principales características es que sus empleados y ejecutivos utilicen los atuendos que identifican a las comunidades. En el almacén, además de la ropa típica de Chibuleo, se pueden encontrar atuendos y complementos de Pilahuín, Salasaca y Tomabela, entre otros artículos.

    Otro de los emprendedores es de Isaías Caluña, gerente de Native Boutique. El sitio funciona desde el 2010. El emprendedor cuenta que en los inicios del emprendimiento, las ventas fueron bajas. Por eso decidió aplicar como estrategia distribuir hojas volantes. Las repartió en las cooperativas, negocios y almacenes indígenas. Eso le dio resultados. Las ventas subieron de USD 700 hasta 3 000 mensuales. Hace unas semanas abrió una nueva sucursal en Quito. En la oferta de su local se vende ropa típica estilizada, sombreros, fajas, anacos, blusas, alpargatas, collares, aretes…

    El mercado

    Los precios. Un conjunto para mujer, que incluye una blusa blanca con encajes bordados a mano, falda de lino negro, anaco, bayeta, faja con colores típicos y sombrero blanco, cuesta USD 200.

    La oferta. En el caso de la vestimenta para un hombre, el conjunto que tiene pantalón y camisa blanca, chaqueta negra, zapatos de cuero o alpargatas y sombrero vale USD 130.

    Inversiones. Isaías Caluña en su local invirtió USD 20 000 con un préstamo. El crédito logró cancelarlo en dos años y medio. Efectuó otro de USD 35 000 para instalar la sucursal de Quito.