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  • Impulsa una firma social con enfoque en las pymes

    Carolina Enríquez. (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Una emprendedora social. Así se cataloga Paola Carolina Aulestia, una ingeniera en Finanzas que desarrolló una consultora para impulsar a pequeñas y medianas empresas (pymes).

    Desde muy joven, la pasión de esta quiteña fueron las matemáticas y la acción social. Mientras estudiaba la especialización de Contabilidad en el Colegio Espejo, compartía con su familia jornadas de ayuda a niños de escasos recursos; uno de sus recuerdos fue cuando acudió a San Pablo del Lago, en Imbabura, para entregar ropa, alimentos y dar el servicio de formación en valores a menores de comunidades indígenas.

    Parte del dinero destinado a la ayuda social salía de sus propios ingresos. A los 16 años comenzó a trabajar durante los veranos, en librerías; aprovechaba el dinamismo de estos negocios antes del inicio de clases en la Sierra.

    Durante esos años, ya pensaba en cursar en la universidad una carrera relacionada con los números. Fue así que en el 2003 optó por Finanzas y Auditoría en la Escuela Politécnica del Ejército (Espe).

    “Me incliné por los números pensando, precisamente, que en algún momento pudiera hacer un clic o engranaje con la parte social”, comenta. Su plan de vida era tener un proyecto para ayudar a otros, obteniendo los recursos del aporte empresarial.

    Al arrancar sus estudios superiores quedó encantada, era lo que había estado buscando. Además, al cumplir 20 años comenzó a dar sus primeros pasos en el emprendedurismo al generar, junto a sus compañeros Alejandra Rodríguez y Harold Michuy, una idea de negocio de aguas medicinales embotelladas; por la falta de un capital semilla no avanzó.

    Lo que sí se hizo realidad es comenzar a trabajar en su área de estudios. Cuando estaba en sexto semestre, tras un proceso de selección, ingresó a la consultora multinacional Deloitte, en el 2008, como auditora júnior; Paola define a esta firma como una escuela que le dio sus bases y en la que aprendió sobre servicio.

    Paola Carolina Aulestia, en un taller de finanzas familiares. Foto: Archivo personal
    Paola Carolina Aulestia, en un taller de finanzas familiares. Foto: Archivo personal

    En esa empresa conoció a la también auditora Katherine Galárraga, quien destaca los valores que Paola aplica en su trabajo.

    Durante los cuatro años que laboró en esa empresa se graduó como ingeniera en Finanzas y Auditoría y comenzó a estudiar su MBA en la Universidad Andina.

    En esta última, durante el 2012, obtuvo su especialidad superior en Dirección de Empresas, con mención en Finanzas, tras una investigación sobre pymes.

    En esa misma época dejó la consultora cuando ostentaba el cargo de auditora sénior. Dio el salto, en los siguientes cuatro años, a otras organizaciones como Corporación GPF, Servicio de Rentas Internas y la compañía Si-Logística, desempeñando cargos medios y altos en la rama de auditoría.

    Asimismo, se ha desempeñado como docente en el Instituto Tecnológico Superior Quito Metropolitano, Instituto Tecnológico de Gestión de Transporte (Itesut) y Universidad Indoamérica.

    Uno de sus alumnos en esta última casa de estudios fue Pablo Andrés Navarrete; recibió cátedra con ella en el 2013. Destaca la habilidad de Paola para transmitir conocimientos y permitir que se entiendan los conceptos más complicados. “Compartimos la perspectiva de ayudar a otros. Destaco su entrega hacia los demás. A ella, hoy, la apoyo en una iniciativa dirigida a pymes”,

    Se trata del programa de responsabilidad social para capacitar a emprendedores, principalmente mujeres, en diferentes áreas como el uso de redes sociales para negocios, motivación, trabajo en equipo y más. Al inicio fueron talleres a bajo costo y luego gratuitos.

    Paola impulsó esa actividad desde el 2016. Ese año abrió, además, su propia firma de consultoría junto a un colega. Sin embargo, visiones distintas impidieron que el negocio siguiera adelante.

    Su socio estaba orientado hacia lo financiero y ella consideraba que como parte del negocio era importante el apoyo a la comunidad. El proyecto duró seis meses.

    Tras esta experiencia, Paola decidió abrir su propia empresa: Gestiona Pro PYMES. Se dedica a consultoría financiera, auditoría y apoyo en general a pequeñas y medianas empresas. Ella se enfoca en este grupo porque son parte del desarrollo económico.

    Dice que estas iniciativas son la mayor fuerza productiva en el país. “Más del 80%. Sin embargo, son las más olvidadas en financiamiento, tecnificación, capacitación a bajo costo”.
    A través de este proceso, dice su amiga Katherine, está dando un manejo más humano a las finanzas. Además, asegura, Paola es una persona que se preocupa por sus clientes y sus amigos.

    Aulestia en un taller de finanzas familiares. Foto: archivo particular
    Aulestia en un taller de finanzas familiares. Foto: archivo particular

    Otras acciones
    Aporte. En la universidad formó un grupo con sus compañeros para realizar ayudas sociales.
    Diversión. Le gusta leer, hacer ejercicios y cantar. Forma parte de un coro de música cristiana.
    Estudios. En el 2019 logró graduarse de su MBA en la Universidad Andina.
    Labor. En sus trabajos ha aprendido sobre servicio.

    Herramientas para una mejor gestión
    Redacción Quito, (I)

    Gestiona Pro PYMES es una empresa que surgió en el 2016 y que está especializada en el segmento pequeñas y medianas empresas (pymes). Brinda soluciones de consultoría y auditoría financiera.

    Los procesos que desarrolla esta compañía están basados en un enfoque práctico y personalizado con sus clientes. Esto implica que el trabajo se realiza en campo por la auditora a cargo; se realiza cobertura de todo el proceso con las empresas hasta la emisión de un informe final.

    Paola Carolina Aulestia, dueña de la firma, explica que busca darle a las pymes herramientas para que puedan tomar decisiones gerenciales adecuadas. Actualmente, tiene nueve clientes pymes y 15 emprendedores. A estos últimos se les brinda mentorías financieras, de modelo de negocios, organización para pagar deudas, mecanismos para evitar quiebras y más.

    La propietaria de Gestiona asegura que su negocio es un emprendimiento social. Como parte de su enfoque busca apoyar, en cuanto a precios, a los negocios que lo necesitan; esta idea se ha reforzado más tras la pandemia.

    En Gestiona Pro PYMES, además, se ha desarrollado el programa de responsabilidad social La puerta de la fuente. “Creemos fundamental dentro de nuestro compromiso velar por el bienestar de las familias, sumando a sus economías, productividad y entorno”, dice Paola Carolina Aulestia.

    Parte de los honorarios que ella obtiene por los servicios de consultoría y talleres se destinan a grupos vulnerables en comunidades necesitadas del país. El programa brinda herramientas prácticas para que ciudadanos puedan obtener ingresos, mejorar su calidad de vida y su entorno familiar.

    La ingeniera Paola Carolina Aulestia ofrece auditoría, gestión financiera y más a emprendedores. También brinda capacitaciones a mujeres. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    La ingeniera Paola Carolina Aulestia ofrece auditoría, gestión financiera y más a emprendedores. También brinda capacitaciones a mujeres. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Iniciativa social que promueve el trabajo artesanal

    Redacción Quito  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Luego de haber laborado por muchos años en espacios mayoritariamente masculinos, tanto en el sector financiero como publicitario, María Fernanda Ávila tenía mucho interés en apoyar el empoderamiento de las mujeres.

    En marzo del 2019 comenzó a trabajar en un proyecto enfocado en mujeres artesanas, con el fin de capacitarlas y ayudarlas a comercializar sus productos como regalos corporativos.

    Para ello, cuenta Ávila, visitó distintas provincias conociendo e identificando a grupos de artesanas. Posteriormente, con apoyo de una antropóloga, realizaron entrevistas individuales para evaluar sus necesidades y poder construir un modelo de formación en diferentes ámbitos.
    El programa de capacitaciones, denominado ‘TemTis ForMa’ (formación de mujeres artesanas), comenzó en marzo, de manera virtual. Dada la coyuntura, la primera temática que abordaron fue la promoción de la salud, enfocada en la prevención del covid-19.

    Sin embargo, el programa regular abarca cinco unidades: mujer, empoderamiento y familia; finanzas; emprendedoras; artesanías, y manejo de redes sociales.

    Al momento se ha capacitado a 53 mujeres en promoción de salud y en la primera unidad del programa oficial. En su mayoría son de Pichincha, Azuay e Imbabura.

    La venta de sus productos como material de ‘merchandising’ apunta a empresas medianas y grandes, que promuevan la responsabilidad social. “Es un servicio de diseño personalizado, en el que la marca se vea reflejada y que cree recordación en su consumidor final”, explica Ávila.
    Los artículos que ofrece TemTis están elaborados con materiales naturales como paja toquilla, totora, tagua y otros. Entre las artesanías hay llaveros, paneras, canastas, separadores de libros, pulseras y mascarillas lavables.

    “A las empresas les presentamos un catálogo, pero también escuchamos al cliente para conocer qué necesita y cómo podemos trabajarlo”, explica la fundadora de la iniciativa.
    La Asociación Reina del Cisne, integrada por artesanas del Azuay, ha elaborado cajas pequeñas, tipo joyero, y llaveros para clientes de TemTis, producidos con paja toquilla.

    Recientemente, también envió muestras de manteles individuales. Además, ha recibido capacitaciones sobre la prevención del coronavirus, explica su presidente Ricardo Guartasaca. Gracias a un acercamiento con Acnur, la agencia de la ONU para los Refugiados, algunas mujeres en esta condición se han sumado a TemTis con la elaboración de bolsas ecológicas para diferentes usos, como llevar el pan, guardar joyas, servir de portalentes o de portamascarillas.

    Son cinco mujeres, en su mayoría de origen venezolano. “Los materiales son biodegradables. Hace un mes entregamos cerca de 50 portamascarillas. Ahorita estamos haciendo pruebas de otros modelos”, cuenta Liliana Viso, quien forma parte del equipo de costureras y para quien esto le está ayudando a salir adelante.

    El proyecto social comenzó a vender las artesanías en mayo y ha logrado desarrollar convenios con cerca de 15 empresas, de sectores como consumo masivo, banca y farmacéutico.

    Alcance del plan  
    Capacitación. En TemtTis se ha capacitado a 53 mujeres artesanas de las provincias de Pichincha, Azuay e Imbabura. 

    Cooperación. La iniciativa ha firmado convenios con unas 15 empresas para proveerles de artículos de ‘merchandising’. Estas firmas son de las industrias de consumo masivo, financiera y farmacéutica.

    Cobertura. La capacitación cubre cinco unidades: mujer, empoderamiento y familia; finanzas; emprendimiento; artesanías y redes sociales.

    Las bolsas ecológicas con uno de los productos que ofrece TemTis, elaborados por mujeres refugiadas. Foto: Cortesía TemTis
    Las bolsas ecológicas con uno de los productos que ofrece TemTis, elaborados por mujeres refugiadas. Foto: Cortesía TemTis
  • Una campaña social para elaborar mascarillas

    Redacción Cuenca (I)

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    La empresa textil cuencana Edén, que tiene más de 20 años en el mercado nacional, realiza una campaña de ayuda social para frenar el avance del coronavirus. Desde el mes pasado, entrega telas a un costo simbólico, con el objetivo de impulsar la productividad para las familias que requieren ingresos adicionales.

    El kilo de este material textil lo entrega en USD 3 y contiene pedazos de telas de varias calidades y dimensiones. Servían para elaborar cojines, servilletas, adornos, limpiones, diademas, buffs, entre otras opciones. Esta campaña busca que este material sea utilizado para elaborar mascarillas por parte de los emprendedores para que puedan venderlas o donarlas.

    Según la gerente general de Fábrica Edén, Zara Peralta, el propósito es dar la oportunidad a todos de contar con los insumos necesarios para desarrollar sus emprendimientos.“En esta época, donde la mascarilla es el elemento principal de protección y hace la diferencia para preservar la vida, no podemos permitirnos que una persona no tenga esta opción por sus recursos limitados”.

    Peralta asegura que este material está valorado en USD 8 el kilo (2,2 libras). “Esta cantidad de tela permite elaborar cerca de 30 mascarillas faciales de protección”.

    Un total de 120 personas han recibido este material. Una de ellas es Lorgia Gutama, quien confecciona mascarillas para entregar a instituciones que requieren urgente este insumo y no pueden pagarlo. “Esta fábrica realiza una muy buena la labor porque podemos llegar con las mascarillas confeccionadas a personas de la tercera edad, orfanatos y tantas instituciones que requieren ayuda con las mascarillas y simplemente no pueden pagar por ellas”, agrega Gutama.

    Peralta señala que su fábrica, como parte de su compromiso con el entorno en el ámbito de responsabilidad social empresarial, aporta a fundaciones y organizaciones sociales, especialmente, de mujeres, niños y personas de la tercera edad. A ellos entrega materia prima de manera gratuita para el desarrollo de actividades productivas.

    Esta empresa textil elabora sábanas, edredones, manteles, cortinas, toallas, cobijas, entre otros productos. “La materia prima que no es utilizada en los procesos de confección es reutilizada en nuevos productos, con ello buscamos preservar el ambiente», dice Peralta. 

    Zara Peralta (izq.) entrega material a la beneficiaria del proyecto, Silvana Encalada. Foto: Cortesía Edén
    Zara Peralta (izq.) entrega material a la beneficiaria del proyecto, Silvana Encalada. Foto: Cortesía Edén
  • El impacto social lo combina con los negocios

    Redacción Quito

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    Pedro Crespo Flándoli no imaginó el alcance que llegaría a tener la campaña ‘Dar una mano sin dar la mano’, lanzada el 18 de marzo del 2020, en medio de la pandemia por el covid-19, por su fundación Donation en alianza con el Ministerio de Inclusión Económica y Social. El objetivo: recaudar fondos para la entrega de canastas alimenticias a familias de bajos recursos.

    En tres meses se lograron entregar 1,2 millones de kits en todo el país. La conciencia social es una de las cualidades que destacan en este emprendedor de 35 años. “Es una persona que siempre ha visto primero por el beneficio colectivo”, dice su amigo Andrés Granda.

    Crespo es un cuencano con raíces italianas. Su abuelo materno llegó al Ecuador, con 22 años, a finales de la década de los 50, desde la ciudad de Módena (Italia) y se estableció en la capital azuaya. “La cultura italiana tuvo peso en nuestra familia. Somos bastante unidos”, dice Pedro. Solo tuvo una hermana menor, pero creció cerca de sus primos por parte de la familia de su mamá.

    Con Franco, su abuelo materno, tuvo especial afinidad, recuerda cuando de niño jugaban juntos en el Atari. Aún conserva esta afición a los videojuegos. Le gusta leer libros sobre espiritualidad y negocios. Y disfruta de las caminatas al aire libre junto a su esposa, María Victoria Mora, y sus perros.

    Ellos son su debilidad. Creció rodeado de perros y hoy tiene cinco, todos rescatados de la calle: Lili, Lupin, Negrita, Pepa y Gato. “Los animales me han enseñado sobre el amor puro, la bondad, el perdón”. Su nivel de conciencia por el respeto a los animales lo convirtieron en vegetariano.

    Se graduó en el Colegio Borja de bachiller en Físico-Matemático. Durante la infancia y juventud practicó atletismo, llegando a competir en los juegos nacionales representando al Azuay. Luego jugó fútbol por varios años.

    La universidad fue una época intensa. Estudió Ingeniería en Sistemas en la Universidad del Azuay y a mitad de carrera comenzó a estudiar, paralelamente, Psicología Organizacional. Fueron ocho años de mucho estudio en los que participó en la dirigencia estudiantil, llegando a ser Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad del Azuay.

    Por algunos años trabajó para el sector público, vinculado a los temas sociales. Primero como Coordinador Provincial del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, donde impulsó la creación del Observatorio de los Derechos de los Animales Domésticos.

    También laboró para la Prefectura del Azuay, donde coordinó la creación de Mikhuna Banco de Alimentos del Azuay para proveer a personas de bajos recursos. Sobre este tema recibió una capacitación en el banco de alimentos de Houston, Texas (Estados Unidos).

    Estas experiencias lo impulsaron a formar su propia fundación Donation, en el 2017, con apoyo de su esposa y un grupo de voluntarios. Se dedica a apoyar proyectos de impacto social y asesorar a otras ONG para que logren ser autosustentables.

    Emprendió desde muy joven. Siendo estudiante universitario creó un sitio web de entretenimiento, Qenka.com, al que subía fotos de fiestas y ganaba dinero por publicidad. Actualmente rediseña la página para ofrecer contenidos de entretenimiento. Al salir de la universidad montó junto a un socio una discoteca en Cuenca, que funcionó cinco años.

    Aprendió programación de páginas web antes de ingresar a la carrera. Así creó junto a Juan Diego Rodas una empresa para el desarrollo de sitios web, que sería el preámbulo de La Motora, una agencia digital que fundó en el 2008 con Rodas y otros dos socios. Con esta firma, que se mantiene activa, crearon Megabite, una aplicación móvil para solicitar comida a domicilio, que luego de tres años vendieron a la multinacional Domicilio.com, posteriormente adquirida por Glovo. “Nos pagaron cinco veces nuestra proyección de venta de tres años”.

    Paralelamente, en el 2018 creó la start up Piloto Automático, junto a Jonathan Flores y Fabián Pozo, con la que desarrollaron Chofi: una ‘app’ que permite solicitar un chofer para que conduzca el vehículo del usuario que lo solicite.

    Pozo, su amigo y socio, lo describe como una persona extremadamente organizada y con visión comercial. Flores lo considera una persona importante en su vida: “Me ha dado una visión global de la vida y de los negocios”.

    Desde hace cuatro años, Crespo asesora a otras empresas desde su consultora Welfare en temas de estructuración de negocios, procesos, tecnología, diseño, etc.
    ¿Cómo maneja tres empresas y una fundación? “El éxito es una agenda estricta y tener la mentalidad de que menos es más”.

    La hoja de vida
    Ingeniero en Sistemas y Psicólogo Organizacional por la Universidad del Azuay.
    Cofundador  de La Motora, una agencia digital.
    Cofundador  de Piloto Automático.
    CEO de la consultora empresarial Welfare.
    Presidente  de Donation, organización que creó la campaña ‘Dar una mano sin dar la mano’

    El enfoque está en alimentos y animales
    Redacción Quito (I)
    ‘Dar una mano sin dar la mano’ ha sido hasta ahora la campaña con mayor alcance que ha logrado levantar Donation, una fundación que se dedica a recaudar fondos para proyectos sociales de alto impacto, que tiene su sede en Cuenca.

    La iniciativa fue lanzada el 18 de marzo, en colaboración con el Ministerio de Inclusión Económica y Social, con el fin de levantar recursos para la entrega de canastas de alimentos a familias de bajos recursos, durante la cuarentena por el covid-19.

    Más de 200 empresas, incluidas las cadenas de supermercados, se unieron al proyecto como patrocinantes, detalla Pedro Crespo, presidente de Donation.

    En tres meses la plataforma digital de la campaña logró levantar más de USD 2,5 millones para la entrega de cerca de 200 000 canastas. Con la integración de Municipios y organizaciones internacionales esa cifra subió a 1,2 millones de kits, que se han entregado en todo el país con el apoyo del Ejército y la Policía.

    Otro tipo de proyectos en los que se ha enfocado Donation desde sus inicios, en 2017, son las campañas de esterilización para perros en zonas de Cuenca de bajos recursos.

    La fundación que lidera Crespo también tiene como eje asesorar a otras organizaciones o proyectos sociales en la construcción y desarrollo de productos y servicios que les permita ser autosustentables. Por ejemplo, a Fundación FAAN, de refugio de animales, le colaboró en el diseño de un plan de apadrinamiento.

    Donation se financia mediante donación voluntaria de clientes en locales comerciales y aportes recurrentes de un grupo de donantes.

    Pedro Crespo, de 35 años, maneja tres empresas vinculadas con la economía digital y una fundación. Dice que la clave es cumplir los compromisos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Pedro Crespo, de 35 años, maneja tres empresas vinculadas con la economía digital y una fundación. Dice que la clave es cumplir los compromisos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El progreso social cuenta

    MEMO DE LA SEMANA
    Entre los índices económicos tradicionales se tiene al Producto Interno Bruto como uno de los principales indicadores y está bien. Hay otros como la balanza comercial o el riesgo país, por mencionar dos ejemplos.

    Pero desde el 2014 se elabora, a escala global, el llamado Índice de Progreso Social, que va más allá de los indicadores tradicionales. En este se miden temas como la nutrición, el acceso a agua o vivienda, la seguridad personal, el acceso a información y comunicaciones, la calidad ambiental, entre otros parámetros.

    Es, sin duda, una visión distinta y una manera diferente de medir el progreso de un país y de conocer cómo se cubren las necesidades de una población.

    En esta medición Ecuador tiene avances como los registrados en el acceso a las comunicaciones y en materia de inclusión, pero también debilidades como en salud o nutrición.

    Desde el sector empresarial, vale tener en cuenta este índice y analizar sus resultados. Allí se pueden detectar problemas que se pueden convertir en oportunidades que beneficien a la sociedad en conjunto.

    opinion columnistas editorial
    Ilustración: LÍDERES
  • Aquí aprovechan la basura para brindar ayuda social

    Redacción Quito

    redaccion@revistalideres.ec

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    Cierta basura que se genera día a día en la ciudad es una fuente de ingresos para la Fundación Hermano Miguel. Esta entidad privada sin fines de lucro, a través del programa Yo Reciclo recolecta productos reutilizables para financiar parte de sus proyectos.

    La iniciativa para aprovechar estos recursos surgió hace seis años. El propósito era buscar un mecanismo de autogestión. Antes la fundación, que tiene 34 años de historia, se financiaba mediante donaciones, el costo de las consultas y un bingo. Pero este último dejó de organizarse.

    Para seguir cubriendo los costos que representa atender a alrededor de 5 000 pacientes con discapacidad física o mental cada año la organización resolvió dedicarse al reciclaje de residuos.

    Las empresas aliadas que deciden aportar reciben una capacitación previa sobre reciclaje y, si se requiere, la instalación de unos contenedores de gran capacidad.

    Esto permite que las personas de escasos recursos puedan ser atendidas en casi todas las especialidades médicas. Incluso reciben ortesis o prótesis pagando precios simbólicos por este servicio. En cambio, las personas que tienen posibilidades cancelan precios módicos.

    Esta fuente de ingresos, más las donaciones y el reciclaje permiten continuar con la labor social, detalla Roberto Cabezas, gerente del programa Yo Reciclo.

    A través de esta iniciativa se recibe, en su mayoría, donaciones de fundas plásticas, papeles, cartones, envases tetrapack, chatarras, basuras electrónicas, botellas de plástico y vidrios.

    En total, el programa cuenta con 270 empresas donantes de todos los sectores y con 60 personas naturales del cantón Quito.

    Yo Reciclo es un gestor ambiental autorizado por el Ministerio de Ambiente. Eso le permite otorgar un certificado de buenas prácticas ambientales a las empresas que entreguen los materiales que se pueden reutilizar.

    El retiro de este material se lo hace a domicilio siempre y cuando la cantidad a donar supere los 150 kilos. Cuando se trata de un volumen menor se recibe estos desechos en las instalaciones de la fundación, ubicada en El Batán, calle De los Colimes N41-182 y Granados. También en el centro de acopio en Carcelén, en las calles Diamante y Cuarzo.

    La recepción del material se realiza de lunes a viernes desde las 08:00 hasta las 17:30.

    En estas instalaciones se recolectan productos reusables, se clasifica y se vende a gestores finales para que transformen esta materia. En promedio, esta gestión representó en el 2018 alrededor de USD 120 000. Con esto se cubre parte del presupuesto que requiere la fundación Hermano Miguel. Al año esta entidad sin fines de lucro requiere USD 150 000.

    Las personas interesadas en aportar con esta iniciativa se pueden comunicar al 02 511 2060, en horarios de oficina.

    Roberto Cabezas es el gerente del programa Yo Reciclo, que recibe  productos reciclables donados por empresas y personas. Foto: LÍDERES
    Roberto Cabezas es el gerente del programa Yo Reciclo, que recibe productos reciclables donados por empresas y personas. Foto: LÍDERES
  • Esta marca dona anualmente el 3% de sus ganancias

    Redacción Quito  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    La responsabilidad social no tiene que ver con el tamaño de la empresa. Con apenas dos años en el mercado, la marca de ropa y calzado Looop tiene un modelo de impacto social. Se trata de ‘Compra uno=ayuda a uno’, mediante el cual cualquier persona que adquiera un producto de la firma estará ayudando a una persona en situación vulnerable en Ecuador.

    Desde este año y de manera permanente, la marca decidió donar el 3% de sus ganancias hacia distintas iniciativas. Una de ellas es la campaña ‘Looop for she’, dirigida a mujeres, que llevarán adelante hasta el próximo año.

    Como primer proyecto, en mayo pasado realizaron una donación de 100 chaquetas impermeables, con capucha, a mujeres habitantes de Chimborazo, que trabajan en el campo.

    El objetivo era entregarles una herramienta de trabajo que les sirviera para cubrirse de la lluvia, puesto que anteriormente cuando llovía, al no contar con la vestimenta adecuada, solían mojarse o cubrirse con fundas plásticas, explica Javier Porta, cofundador de la marca, que comercializa principalmente zapatos y chaquetas.

    La ONG Avanti les brindó apoyo en una primera donación de 50 chaquetas, en la parroquia de Pistishí, específicamente en el contacto con la comunidad, la gestión de convocatoria y la identificación de las beneficiarias, detalla Juan Merlo, coordinador de la organización, que desde hace 10 años trabaja en Chimborazo.

    Elvira Guaylla, líder de la comunidad de Tolpe, en Pistishí, cuenta que ahora en la temporada de invierno las mujeres están dando más uso a las chaquetas para evitar mojarse. “Caminan entre una hora y hora y media de la casa a sus trabajos. Las chaquetas les protege de la lluvia. Además, pueden permanecer más tiempo en el campo con sus animales, antes si llovía, volvían pronto”.

    Adicionalmente, Looop entregó otras 50 chaquetas a trabajadoras de comunidades cercanas.

    El proyecto de donación llevó previamente un proceso de preparación de seis meses, que incluyó visitas a los poblados que serían beneficiados. Hoy se encuentran en la medición.

    Uno de los efectos que han hallado, comenta Porta, es un mayor empoderamiento de las mujeres, al contar con una herramienta que les permita ser más productivas y les ayude a prevenir enfermedades, al cubrirse de la lluvia.

    En la misma línea de ayudar a mujeres, Looop impulsa otra iniciativa, denominada #Yoteayudo, en colaboración con la marca Tippytea y Reciveci, una ONG que ofrece apoyo a mujeres recicladoras de base en Quito.

    Para este proyecto se donarán zapatos de Looop, que por su diseño son acordes para el trabajo de las recicladoras. “Son de suela de EVA, que es flexible, liviana y resistente”, indica Porta.

    Por cada 50 tazas de té que se consuman en sus locales, Tippytea dona el valor de la mitad de un par de zapatos. Además de dar visibilidad a la campaña.

    Las mujeres que serán beneficiadas realizan sus labores en la avenida República del Salvador, del norte de Quito. La donación está prevista para este mes.

    “Podemos ser rentables, pero también hacer el bien. Los consumidores hoy eligen empresas con responsabilidad social”, comenta Jimena Romero, cofundadora de Looop, sobre la decisión de generar iniciativas de impacto social.

    Datos

    ‘Looop for she’ es el nombre de una campaña que impulsa la marca Looop y que tiene como fin ayudar a mujeres en situaciones vulnerables.

    El primer proyecto de la campaña consistió en la donación de chaquetas a mujeres que laboran en el campo, en la provincia de Chimborazo. Participó la ONG Aventi.

    Una segunda iniciativa,  que llevan a cabo junto a Tippytea y la ONG Reciveci, consiste en la donación de zapatos a mujeres recicladoras de base que laboran en el norte de Quito.

    Las mujeres trabajadoras en Pistichí, en Chimborazo, utilizan las chaquetas de Looop para cubrirse de la lluvia. Foto: Cortesía Looop
    Las mujeres trabajadoras en Pistichí, en Chimborazo, utilizan las chaquetas de Looop para cubrirse de la lluvia. Foto: Cortesía Looop
  • Ella prueba que lo digital y el impacto social pueden ir de la mano

    Redacción Quito

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    Guadalupe Durán tiene una trayectoria profesional en sectores tan distintos como la moda, el mundo del consumo masivo, la tecnología y el cuidado personal. En total tiene cerca de 25 años de experiencia profesional en países como Estados Unidos, Singapur, España, así como América Latina por sus cargos en empresas como Microsoft, IBM, HPCompaq, Telefónica y desde este año en Yanbal, como gerente General para Ecuador.

    En ese recorrido suma reconocimientos. En el 2007, por ejemplo, recibió el premio Círculo de Excelencia, de Microsoft, que reconoce a los empleados con mejores resultados de la corporación.

    Hoy su propósito es usar su experiencia para acrecentar las oportunidades de ingresos para miles de mujeres ecuatorianas y también poner su conocimiento del mundo de la tecnología para liderar los cambios que esta industria experimenta. Ella cuenta a LÍDERES cómo combina su rol de madre y ejecutiva.

    Los hijos y el trabajo

    “Las mujeres vivimos fases muy marcadas. Mis hijos están empezando la adolescencia y soy una mujer que trabaja y que piensa que el cuidado de los hijos es primordial. Vivía en Seattle, pero quería darles más atención, más en un país como EE.UU., en donde están pasando tantas cosas.

    Viví en Singapur, en un mundo equitativo. Pero en Seattle, sentimos que lo mejor era regresar al país, donde la familia siempre es un apoyo en todo sentido.

    Para el regreso al país también influyó una selección para un alto cargo en una multinacional. No estaba segura de participar en el proceso y la única condición que puse fue que la empresa tenga un alto impacto social.

    La firma que buscaba un gerente era Yanbal y aquí estoy. Entiendo el nivel de impacto que genera”.

    El mundo digital

    “Vengo con experiencia y antecedentes en el mundo digital. He asesorado a multinacionales en temas de transformación digital. Y pienso que en Yanbal, estoy cumpliendo un sueño al poder combinar la transformación digital y el impacto social.

    Estamos ante la era de la tecnología y las compañías que no lo entiendan no tienen futuro. Mi tarea en Yanbal es llevar a la empresa hacia la ola digital.

    Pienso que existen dos transformaciones: la del cliente que cambió y ahora tiene otras expectativas. La segunda es la transformación interna de la empresa.

    Estamos trabajando en una estrategia que se llama Yanbal Smart, que implica dar herramientas digitales a las vendedoras para que empiecen a escalar su negocios a través de redes sociales y ‘appsmóviles.

    E
    sta estrategia se cumple en los distintos mercados en los que opera la empresa. Como en todo cambio hay gente reacia, hay quienes abrazan el cambio y los que se esfuerzan para adaptarse a la nueva situación. El mundo ha cambiado y el tsunami digital está llegando al Ecuador”.

    El empoderamiento

    “Yanbal tiene hoy en día alrededor de 150 000 personas dedicadas por completo a la venta de los productos. Esa cifra ha subido en los últimos años y subirá algo más por la falta de empleo en el país.

    Como parte de mi trabajo quiero concientizar que debemos apoyar a nuestro ecosistema. Siempre digo que cada vez que se hace una compra hay que saber cómo impacta esa compra en el país. Tenemos que preguntarnos, ¿cada vez que pago cinco dólares por un bien a quién estoy ayudando?

    Cuando uno empodera a una mujer beneficia a la familia y transforma a la sociedad. Buscamos ecosistemas autosustentables: fabricamos aquí y vendemos aquí mismo. Así mantenemos liquidez en el ecosistema local”.

    Mujeres y trabajo

    “Las mujeres, por naturaleza, buscamos ayudar a los demás. Y allí se ve que eligen mucho carreras de colaboración y contribución social. No se fijan tanto en ser una CEO o en ascensos.

    Estamos en un mundo con más independencia de las mujeres, muchas deciden no casarse sino adoptar y formar su hogar. Somos más emprendedoras, pero de todas maneras la mujer necesita flexibilidad: quiere ser buena profesional, mamá, hermana, deportista. Tiene varias aristas en su vida, más que el hombre.

    La mujer puede ser feliz siendo una buena mamá y una buena empleada. El gran diferenciador es que tenemos las prioridades mucho más claras que los hombres. Ninguna mujer, por ejemplo, prefiere más dinero si no puede ir al médico con sus hijos o con su mamá. No les quito sentimiento a los hombres, pero esos temas les preocupan más a las mujeres”.

    La gerenta General de Yanbal analiza el rol de las mujeres en las empresas y cómo la transformación digital incide en los negocios. Foto: Cortesía
    La gerenta General de Yanbal analiza el rol de las mujeres en las empresas y cómo la transformación digital incide en los negocios. Foto: Cortesía
  • Escasa legislación para nuevas formas de trabajo

    Redacción Quito

    (I)

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    América Latina avanza lentamente en materia de legislación para regular las nuevas formas de trabajo. Este es el balance que hicieron representantes de empleadores y trabajadores de la región que asistieron a las XIX reunión regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

    El trabajo independiente y a través de plataformas virtuales comienza a ganar terreno a escala mundial. Por ahora, la OIT no cuenta con estadísticas sobre el número de personas que se encuentran en esta condición.

    Sin embargo, la gente que desarrolla estas actividades enfrenta condiciones diversas como más horas de trabajo con menos paga, ingresos no estables, falta de acceso a la jubilación y seguridad social, condiciones poco seguras, etc. La falta de leyes abona a ello.

    En Colombia, por ejemplo, el debate laboral sigue atado a temas que poco tienen que ver con las nuevas realidades, como la libertad sindical. La ley laboral de ese país se remonta a la década de 1940; con el paso de los años se han hecho reformas por partes, similar lo que ha sucedido en Ecuador .

    Según Luis Alberto Pedraza, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Colombia, ahora no hay normas para proteger a las personas que, por ejemplo, se encargan de trabajos bajo pedido. “Se vive condiciones de informalidad. Están en lo que se denomina ‘paga diario’. Comienzan sus actividades a las 08:00, dan el servicio y cuando acaban, que puede ser luego de todo un día, cobran poco. No tienen prestaciones sociales”.

    De los 22 millones de trabajadores que hay en Colombia, indica Pedraza, el 65% está en condiciones de informalidad o incapacidad de acceder a derechos o protección social por motivos como la falta de legislación.

    Ante estas realidades, los sindicatos colombianos están trabajando en un proyecto de reforma laboral que establezca normas y derechos acordes a la época, que incluya a trabajadores independientes y aquellos que laboran bajo nuevas formas contractuales.

    Los empleadores colombianos también esperan nuevas reglas. Alberto Echavarría, representante de los empleadores de América Latina ante la OIT y vicepresidente de asuntos jurídicos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia, cree que en medio de las transformaciones es necesario que, al menos, las personas tengan acceso a beneficios sociales como la salud y para eso son clave los gobiernos.

    Esta colaboración se ha dado en países como Ecuador y Paraguay en los que se ha logrado la regulación del teletrabajo o del empleo a tiempo parcial. Esta última permite al trabajador desarrollar actividades en un mismo o varios sitios por tiempo menor a la jornada completa.

    Cristina Rulo, representante de la Federación de Industria y Comercio de Paraguay, asegura que estas normativas ayudan a reducir la informalidad y, aunque la paga es menor, generan más oportunidades a la gente para obtener ingresos. “Trabajos que se desarrollan entre 16 y 32 horas a la semana. Dan beneficios laborales y sociales. Esto ayuda a quienes quieren ganar más trabajando en dos o más sitios, o a los jóvenes quienes tienen poco tiempo para laborar porque deben estudiar”.

    Para los sindicatos, sin embargo, esto es un retroceso en derechos. Con los avances en políticas sociales y las nuevas tecnologías se esperaba que la gente tuviera que trabajar menos tiempo, pero cada vez se labora más horas, en más sitios y con peores condiciones.

    En Brasil una ley laboral que entró en vigencia en octubre del año pasado, explicaron los sindicalistas, permite a las personas trabajar hasta 60 horas a la semana y creó contratos intermitentes (la empresa solo llama al empleado cuando lo necesita, por el tiempo que requiera, sin poder hacer contratos con nadie más y sin acceso a la seguridad social). No reguló las nuevas formas de trabajo.

    “Se han precarizado las relaciones laborales”, dijo Antonio Lisboa, secretario de relaciones internacionales de la CUT de Brasil.

    En donde sí ha habido avances es en Uruguay. Allí se conformó un sindicato de choferes de aplicaciones, que en otros países laboran sin prestaciones ni derechos, a través del cual se protegen. “Acceden lo que cualquier empleado independiente, formalización frente al instituto de previsión social. Debemos ver cómo se apoya a nuevas actividades que surgen con la modernidad y la tecnología”, dice Fernado Gambera, secretario de relaciones internacionales de la Central Sindical de Uruguay.

    Con las nuevas tecnologías han aparecido nuevas formas de contratación. Solo Uruguay tiene una legislación acorde a los nuevos tiempos.
    Con las nuevas tecnologías han aparecido nuevas formas de contratación. Solo Uruguay tiene una legislación acorde a los nuevos tiempos. Foto: Ingimage
  • Una red social creada por esmeraldeños

    Marcel Bonilla (I)

    Un grupo de cinco jóvenes esmeraldeños creó la red social denominada Nube Naranja. Los creadores son los hermanos: Junior y Rodrigo Quiñónez, que luego de analizar el papel de las redes sociales decidieron crear una.

    Junior Quiñónez explica que en las primeras dos semanas alcanzaron 2 200 usuarios y se proyectan a triplicar ese número hasta la primera quincena de agosto.

    En esta plataforma se incluyen espacios para el comercio electrónico; de esta manera los usuarios no tienen necesidad de irse a otras páginas, si no que, desde ahí pueden hacer compras electrónicas.

    También se pueden pagar artículos desde la misma red de forma instantánea mediante chat, con personas que estén registradas dentro de esta red.

    Para romper la barrera del idioma se ha instalado el sistema chat Messenger, traducción en tiempo real en más de 200 idiomas. Por ejemplo, si se escribe desde Ecuador a una personas en Francia, ella recibirá el mensaje en su idioma y viceversa, explica Junior Quiñónez, representante de Nube Naranja.

    A través del chat Messenger, se puede compartir archivos de Work, Excel, Power Point, como también editar en una pizarra colaborativa y compartir la pantalla en tiempo real con otra persona.

    También se ha agregado el botón no me gusta y cuenta con una sección de empleo para las empresas que tienen ofertas laborales; éstas pueden registrarse dentro de la red y ofrecerlo.

    La seguridad también importa. Por ejemplo, si alguien vende dentro de la página, el usuario puede ver quién es el dueño, como parte de la seguridad, explica Rodrigo Quiñónez.

    El director de carreras de la Facultad de Ingenierías y Tecnologías de la Universidad Técnica Luis Vargas Torres, Lenin Montaño, dice que este proyecto es un avance en temas tecnológicos, porque pone a Esmeraldas a la altura de otras partes del país con esta iniciativa.

    Este proyecto está categorizado por el Ministerio de la Producción y cuenta con su registro de patentes en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual. El Ministerio de Industrias ha entregado todo el apoyo técnico a estos emprendedores.

    En esta plataforma se incluyen espacios para el comercio electrónico. Su base de operaciones está en Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    En esta plataforma se incluyen espacios para el comercio electrónico. Su base de operaciones está en Esmeraldas. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES