En América Latina más de la mitad de los trabajadores no cotizan a un sistema de seguridad social para enfrentar riesgos sociales como la enfermedad, el desempleo y aquellos asociados a la vejez, de acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El texto destaca la necesidad de acciones contundentes para cerrar las brechas de cobertura existentes en la actualidad y del futuro.
El documento, denominado Panorama Laboral Temático de OIT, Presente y futuro de la protección social en América Latina y el Caribe, dice que “los sistemas existentes en la región están en una encrucijada marcada por la necesidad de responder a necesidades de cobertura (cantidad de población alcanzada), de suficiencia (nivel de las prestaciones) y de sostenibilidad (capacidad de garantizar coberturas y prestaciones)”.
El análisis de la OIT abarca un análisis de las pensiones para adultos mayores, seguros de desempleo, cobertura de salud o transferencias para garantizar ingresos a familias con hijos. El informe menciona que hubo más gente pagando por su seguridad social entre el 2005 y el 2015. La cobertura contributiva a la protección social en materia de pensiones aumentó de 36,6% a 44,6%. Se considera que esta fue una evolución positiva, aunque el dato pone en evidencia que 55% de la población ocupada aún no cotiza.
“Hablamos de unos 145 millones de trabajadores que no cotizan en una región donde la población está envejeciendo, lo cual puede impactar su futuro y el de sus familias”, expresó el Director Regional de OIT para América Latina y el Caribe, José Manuel Salazar-Xirinachs, quien presentó el informe en la Ciudad de México esta semana.
Salazar planteó que la protección social es un componente fundamental del desarrollo económico y social.
Los que más aportan a la seguridad social en la región son empleados públicos, con un 80%; privados, con 62,5%; trabajadores por cuenta propia 15% y el trabajo doméstico de 26,6%.
Asimismo, es notoriamente más alta en la región del Cono Sur (incluyendo Brasil), donde llega a 58,6%, en comparación con los países Andinos donde llegó a 31,4% o de Centroamérica y México, donde alcanzó a 31,2%. Sólo seis de 16 países incluidos en la muestra tienen cobertura contributiva por encima de 50% de los ocupados.
“Estos datos nos recuerdan que vivimos en una región con alta informalidad, lo cual impacta de forma directa la participación en sistemas de protección social tradicionales pues la mayor parte de esos trabajadores no realizan cotizaciones. Casi la mitad de los ocupados en América Latina y el Caribe están en condiciones de informalidad”, comentó José Manuel Salazar. De acuerdo con el informe, de 2005 a 2015 mejoró más la cobertura contributiva de las mujeres que la de los hombres.
Por otra parte, el informe también recalca que “siendo una región con una desigualdad exacerbada, América Latina traslada las importantes desigualdades de sus mercados laborales a la seguridad social”.
En Ecuador existen 3,1 millones de afiliados a la seguridad social. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Una comunidad. Un grupo solo de hombres. Una red de trabajo. Un espacio de entretenimiento. Una plataforma para apalancar negocios. Una compañía anónima constituida formalmente.
Los nombres para definir a Whiskys son todos los anteriores y, con el tiempo, podrán sumarse otros. Esta comunidad acaba de cumplir un año hace un mes y suma 3 499 integrantes. La mayoría (94% de su integrantes) tiene entre 24 y 50 años. El grupo también reúne a hombres desde los 18 hasta pasados los 50 años.
Facebook es una suerte de nido para esta comunidad. Los orígenes de esta red masculina están, paradójicamente, en un grupo de mujeres: las Wikis o Wikimujeres, un grupo creado en Colombia hace cerca de nueve años y que llegó a Ecuador, Perú, Argentina y otros países de la región. Las integrantes de esta comunidad, que también se mueve en Facebook, intercambian consejos, hablan sobre el trabajo, la familia, deportes, emprendimiento y más.
Felipe Arcos y Galo Izurieta, dos de los socios fundadores de los Whiskys, cuentan que su plataforma surgió pensada en “los huérfanos de las wikis”. El requisito para ser parte de esta comunidad fue, en un principio, ser novio o esposo de una wiki.
El grupo arrancó como un espacio para intereses masculinos que creció de forma acelerada y se convirtió en una plataforma de ‘networking’ que genera negocios entre los miembros, explican Arcos a Izurieta en la actual oficina del grupo, ubicada en el corazón de Cumbayá, al oriente de Quito.
Entre los integrantes empezaron a aparecer empresarios y emprendedores. Eso permitió que la plataforma escale y se vaya posicionando. En la actualidad el 57% de los miembros tiene una empresa o negocio propio; además el 70% registra ingresos mensuales superiores a USD 3 000, según una presentación del grupo.
Arcos e Izurieta detallan que aprovecharon la segmentación que hicieron, en su momento, las wikis para seleccionar miembros. Añaden que la afinidad entre los integrantes es una de las claves.
En la actualidad, en el grupo de los Whiskys se mueven negocios de distinta índole: desde bienes raíces, pasando por concesionarios de autos, restaurantes, empresas de servicios, entre otros.
Uno de los puntos cruciales para que los negocios entre miembros se apalanquen es el alto nivel de interactividad de la plataforma. El 94% de posteos son comentados o tienen reacciones. “Todos los miembros son activos”, aseguran los dos fundadores del grupo. Hasta la fecha el 74% de los integrantes ya ha hecho negocio con algún miembro de la comunidad.
Otro detalle es que dentro de la plataforma existen subgrupos con intereses mucho más particulares. Allí se encuentran aficionados al ciclismo de montaña, las motos, el ‘vaping’, corredores de autos entre otros. Además son patrocinadores del Cuniburo Fútbol Club,un equipo de fútbol de segunda división de Pichincha.
El entusiasmo entre los integrantes crece con cada nueva actividad. “Queremos consolidarnos para luego expandirnos. Al ser locales podemos lanzar ideas, hacer el ensayo-error y aprender para crecer por la región”.
Más detalles
Reglas. En los posteos del grupo en Facebook están prohibido tres temas: pornografía, política y religión.
Noviembre del 2017 fue un mes pico en negocios generados por esta red de ‘networking’. Los socios fundadores son Felipe Arcos, Galo Izurieta, Luis Marín, Sebastián Didonato, Fabián Almeida, Francisco Almeida y Santiago Verdesoto. El grupo no acepta nuevos integrantes.
Felipe Arcos y Galo Izurieta son dos de los socios fundadores de esta comunidad que se mueve en Facebook. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
Las manos sucias y maltratadas de los betuneros ahora lucen limpias y rompen con los estereotipos de este tradicional oficio, que gracias a un emprendimiento social se ha dignificado.
Il Shine es el nombre del servicio de renovación de calzado, que desde hace cuatro años impulsa el desarrollo y la formalización de los betuneros.
En un inicio, ocho personas tuvieron la oportunidad de ejercer este oficio con un salario digno, beneficios de ley y capacitación permanente, cuenta Mónica Gallardo, gerente propietaria de Il Top Service, empresa que impulsó este emprendimiento.
Actualmente, Evila Tulma, que empezó a trabajar en el proyecto hace tres meses, es la única que se encarga del trabajo de renovación y limpieza.
El nuevo aeropuerto Mariscal Sucre fue el primer espacio donde se brindó el servicio, el cual tuvo como clientes a altos ejecutivos, que aprecian la calidad de los productos y del trato. Marcelo Muñoz es uno de ellos. Él conoció el negocio en sus frecuentes viajes y ahora acude entre tres a cuatro veces por semana al puesto permanente, que está en el Centro Comercial Iñaquito (CCI), en la ciudad de Quito.
El personal de limpieza invita a Muñoz a sentarse en “el trono Il Shine” para que tenga una experiencia de servicio personalizado.
El trabajo se realiza en medio de un diálogo amenos entre el cliente y el betunero, en este caso la misma Mónica Gallardo, quien como buena jefa sabe del oficio al revés y al derecho, para poder enseñarle a sus trabajadores.
La relación precio-servicio es adecuada, señala Muñoz, quien valora el cuidado de su calzado. La renovación para zapatos incluye el lustrado, encerado y arreglo de fallas; cuesta USD 2 y para los de zapatos de gamuza el valor sube a USD 3. Dependiendo del grado de suciedad o maltrato del calzado, el tiempo de la limpieza dura entre 10 a 30 minutos.
Il Shine utiliza productos propios e importados, que se aplican según el estado, la calidad y el color de los zapatos. Entre las variedades de su autoría, la empresa tiene un champú especial para quitar la grasa en la gamuza, cuyo costo es de USD 10.
En épocas altas, como Navidad, el negocio también funciona en el Centro Comercial El Recreo, al sur de Quito. Gallardo espera volver a este lugar en el mes de mayo.
Para la incorporación de los servicios de Il Shine en centros comerciales, estos lugares también han aplicado programas de responsabilidad social, al reducir los costos de alquiler de los estands.
Desde hace algunos meses, el emprendimiento ha ampliado su oferta. Por ejemplo, ahora brindan el servicio de renovación de carteras y cinturones de cuero.
También, para mayor facilidad de sus clientes, han incursionado en el servicio a domicilio, en las zonas cercanas al CCI. Para solicitar el trabajo, los interesados deben tener al menos cinco pares de zapatos que requieran mantenimiento. Al valor del servicio se le agrega USD 1,50 por el traslado.
Otra novedad es la reparación de calzado, a través de un zapatero profesional. Las personas dejan sus zapatos en el estand de Il shine y después de dos días los reciben totalmente reparados y limpios.
El crecimiento del negocio depende de la fidelidad y recomendación de los clientes. También, en la actualidad, las redes sociales juegan un papel muy importante para la promoción de la actividad de betunería. A través de estos espacios, los clientes compran los productos o solicitan el servicio a domicilio.
Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias.
La facturación mensual de un puesto es de aproximadamente USD 1 200. Para expandir el servicio, Gallardo busca vender franquicias a empresarios que estén interesados en apoyar a betuneros informales o desempleados; o generar alianzas con empresas.
Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias. Foto: Diego Pallero / LIDERES
La empresa cementera Unacem ha logrado sustituir los combustibles fósiles, que requiere para la elaboración del cemento, en un 31,5%. Gracias a ello, la firma ha disminuido sus emisiones de dióxido de carbono, gas de efecto invernadero, al ambiente.
Unacem arrancó con su proyecto de responsabilidad social en el 2010. “Está enfocado en el crecimiento sustentable del sector. Creemos en el uso eficiente de los recursos”, señaló Patricio Díaz, gerente de Ecología Industrial de la compañía.
Los combustibles fósiles, que provienen del petróleo y el carbón, han sido utilizados por años para obtener la energía calórica, que permite la transformación de la materia prima (caliza y arcilla) en clínker, principal componente del cemento.
Ahora, Unacem está apostando por combustibles alternativos, más amigables con el ambiente. Uno de ellos es la biomasa, que proviene de la cascarilla de la palma africana. Esta cascarilla es un residuo que genera la industria productora del aceite vegetal de palma africana.
“Es un proyecto altamente tecnológico alto que ha demandado estudios y pruebas”, comenta el representante de la firma. En la adecuación de tecnología, Unacem invirtió USD 2 800 000. En el 2016, la empresa alcanzó el 19,15% de sustitución. Esto equivale a 33 mil toneladas de cascarilla de palma africana. Para este año, proyectan llegar al 24%.
El proyecto de sustitución de combustibles fósiles por biomasa obtuvo la certificación MDL (Mecanismo de Desarrollo Limpio), ante las Naciones Unidas, por permitir la reducción de CO2. En el 2016, Unacem dejó de emitir 57 mil toneladas de CO2 al ambiente, con el uso de la biomasa.
Otro combustible alternativo al que está apostando la empresa, desde el 2015, como insumo para la elaboración del cemento, es el aceite para vehículos usado.
Los aceites que se utilizan para este fin son los que recolectan los talleres mecánicos cuando se realiza el cambio de aceite a los autos; es decir, los que ya cumplieron su función. “Esto es desecho altamente contaminante que puede terminar en suelos y aguas”.
Unacem obtiene los aceites a través de gestores ambientales, que recolectan el residuo en mecánicas del Distrito Metropolitano de Quito y del norte del país.
Una vez que la empresa recibe el aceite, lo limpia y se utiliza como combustible para obtener la energía calórica, requerida para convertir la materia prima en clínker.
En el 2016, la empresa cementera alcanzó un 12,41% de sustitución de combustibles fósiles por el aceite usado de carros, lo que equivale a 3 450 000 galones de aceite, que no contaminaron el ambiente. En el cambio u actualización de equipos, la firma invirtió USD 500 000.
Este segundo proyecto obtuvo licencia ambiental del Ministerio del Ambiente, en el 2015. Díaz explicó que a futuro el plan es captar nuevos residuos peligrosos, generados por otras industrias, para convertirlos en combustibles, entre ellos aceites dieléctricos y basura común.
Adicionalmente, desde este mes la empresa comenzará a trabajar en un proyecto para la destrucción de gases contaminantes, contenidos en sistemas de refrigeración. Estos gases también contribuyen a la destrucción de la capa de ozono.
Esta iniciativa la está trabajando Unacem junto al Ministerio de Industrias y Productividad. “La idea es captar las refrigeradoras que quedan sin uso y destruir los gases que estas generan, en nuestros hornos”, explica el vocero. Las refrigeradoras serían recolectadas por gestores, que las convertirían en chatarra y se encargarían de entregar los gases a la planta de Unacem.
El gerente de Ecología Industrial de la firma cementera recordó que estos proyectos que lleva adelante la empresa están enmarcados en el objetivo nueve de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas: “Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación”.
La empresa cementera produjo el pasado año 1 200 000 toneladas de cemento. Fotos: Cortesía Unacem / LIDERES
La responsabilidad social empresarial (RSE) era un concepto casi inexistente hace 20 años, en el Ecuador. Con el tiempo, esas tres palabras se convirtieron en una suerte de sinónimo de vinculación con la comunidad y de la oportunidad de fortalecer los negocios, tomando en cuenta a empleados, clientes , proveedores, accionistas y más actores vinculados con una empresa.
La responsabilidad social es, en pocas palabras, una nueva forma de hacer negocios donde se gestiona tanto el ámbito económico, social y ambiental.
En Ecuador, el concepto empezó a tomar fuerza hace unos diez años aproximadamente y se viene consolidando poco a poco.
Las empresas, en especial las grandes, tienen más claro el camino a seguir en esta materia. Ciertas firmas ya cuentan con departamentos dedicados exclusivamente a promover la RSE, así como personal especializado en el tema. Además, elaboran cada año sus memorias de sostenibilidad en las que detallan las acciones en favor de sus públicos.
Para las pequeñas y medianas empresas, el tema aún no está tan desarrollado. Por su naturaleza las prioridades son otras, aunque es grato encontrar casos de empresas, de distintos tamaños, que ya hablan del tema y que se preocupan de controlar los impactos que causan en la sociedad.
Los expertos en la materia consideran que el crecimiento de la sostenibilidad va a ser natural en función de las necesidades de cada grupo de interés, de cada empresa y sus impactos en la sociedad. La clave es pensar en que la RSE es una inversión de largo aliento.SPgB
Con esta nueva forma de hacer negocios se gestiona el ámbito económico, social y ambiental. En el país hay avances.
El Consorcio Ecuatoriano para la Responsabilidad Social (Ceres) celebró su duodécimo aniversario con el Encuentro Ceres 2017, que tuvo lugar este miércoles 8 de noviembre del 2017, en el Hotel JW Marriot Quito.
Encuentro Ceres 2017 fue una oportunidad para debatir sobre la ética y la transparencia en los negocios para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que forman parte de la Agenda de Desarrollo 2030 de las Naciones Unidas.
“El 2% del PIB mundial se pierde por la corrupción. Esto incide en la consecución de los ODS”, señaló Roberto Romero, presidente de Ceres, en sus palabras de bienvenida.
El evento contó con la participación de Pablo Zambrano, vicepresidente de la Cámara de Industrias y Producción, y de Jorge Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional Anticorrupción.
Zambrano explicó que la ética es una exigencia social, que engloba distintos ámbitos, entre ellos, el respeto al ambiente, comercializar a precios justos, calidad y origen de los productos, la cadena de valor, entre otros. Añadió que la ética es una fuente importante de ventaja competitiva, que genera buena reputación.
Rodríguez, por su parte, dedicó su ponencia a los problemas de corrupción en el país. Aseguró que en los últimos 10 años la corrupción causó pérdidas por USD 30 000 millones en el país. “Lo primero que hay que combatir es la impunidad”, subrayó.
Al cierre del encuentro Ceres 2017 se presentó la publicación Postales RSE, una muestra de 97 proyectos de responsabilidad social desarrollados por miembros de la organización.
“Es un material de trabajo. Para inspirarnos, para mapear lo que hacen otros, para hacer alianzas. Por un Ecuador más sostenible” resaltó Ricardo Alvarado, coordinador de Comunicaciones de Ceres, en la presentación del catálogo.
Encuentro Ceres 2017 fue una oportunidad para debatir sobre la ética y la transparencia en los negocios. Foto: LÍDERES
Materiales interactivos creados para el aprendizaje de personas con discapacidad visual, innovaciones en teleasistencia, programas de desarrollo para sectores rurales son algunos de los siete proyectos de vinculación con la comunidad, en los que trabaja este año la Universidad de las Américas (UDLA).
Esta institución impulsa más de 40 proyectos de responsabilidad social desde 2013, con una inversión de unos USD 700 000 y que beneficia a unas 280 000 personas, principalmente de la zona noroccidental del país, señala Luz Dary Ulloa, coordinadora de Responsabilidad Social y Vinculación con la Comunidad.
Cada carrera cuenta con materias enfocadas en vinculación con la comunidad. Los docentes junto con los estudiantes proponen proyectos para beneficio de la comunidad, como parte de su formación. “Hacemos un diagnóstico con levantamiento de línea base para identificar las necesidades de la población y planteamos los proyectos”, puntualiza Ulloa.
La Facultad de Comunicación y Artes Audiovisuales, por ejemplo, presentó hace dos semanas tres proyectos. El primero consiste en muñecos brailles interactivos para el aprendizaje de personas con discapacidad visual de la Fundación ‘Dr. Oswaldo Loor’, en Portoviejo. Este proyecto beneficia actualmente a 21 827 personas.
El segundo es una serie animada educativa en 3D, denominada Bichejos, que expone problemas por los que atraviesan niños y jóvenes del país como maltrato, abandono, entre otros. Este plan beneficia 3 200 personas.
El tercero es el videojuego Dot, que fomenta la cultura de donación. Este proyecto se trabaja con el Instituto Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos (Indot) y tiene unos 100 000 beneficiarios.
El trabajo en estos proyectos no solo implica una calificación o que los alumnos adquieran conocimientos teóricos, sino que tengan un acercamiento con la realidad social.
Por su parte, la Facultad de Ingeniería Electrónica y Redes trabaja en un proyecto de tele-asistencia, por medio de un botón de emergencia para personas con discapacidad, adultos mayores o personas que necesitan apoyo y permanecen solas en casa.
El proyecto utiliza comunicación vía telefonía móvil, para enviar el mensaje de teleasistencia, explica Héctor Chinchero, docente de la Facultad. El dispositivo, cuyo desarrollo empezó este año, se implementará en la zona de Nanegal, en Pichincha.
Otros programas universitarios también se ejecutan en zonas rurales. Por ejemplo, la Facultad de Ingenierías y Ciencias Agropecuarias inició un proyecto de módulos de captación, recolección y almacenamiento de agua lluvia; así como perfeccionamiento de la producción agropecuaria, cultivos verticales y otros.
En estas zonas también han surgido varios emprendimientos en los últimos años, motivo por el cual se ejecuta un proyecto de asesoramiento microempresarial, que actualmente se aplica en las parroquias de Pisulí y Nono.
Conjuntamente se trabaja en la creación de cajas de ahorro comunitarias para incentivar nuevos emprendimientos.
Gabriela Troya, Pamela Echeverría, Paulo Guerra, Ana Belén Villavicencio, Álvaro Calderón y Carolina Loor. Foto: cortesía UDLA
Calidad ambiental y tolerancia e inclusión son dos aspectos sociales que han tenido un importante crecimiento durante el último año en Ecuador.
La información se desprende del Índice de Progreso Social 2017, elaborado por Deloitte con la colaboración de otras entidades.
Oswaldo Bravo, socio de Risk Advisory de la consultora, explica que el estudio mide las necesidades básicas, los fundamentos del bienestar y las oportunidades que brinda un país para los ciudadanos. En esta, que es la cuarta edición, incluyó a 28 naciones.
Dinamarca ocupa el primer lugar y el último la República Centroafricana. Los países de Europa del norte y Canadá son los mejores posicionados en todo el mundo, mientras que el primero de América Latina es Chile.
Si se compara el Índice del año anterior con este, Ecuador se estancó. Pasó del puesto 53 al 55 en progreso social y se mantuvo en el 69 si se toma en cuenta el Producto Interno Bruto per cápita entre un año y otro.
Para el análisis, Bravo cuenta que se recoge información de organismos de cada país y se elabora el índice con datos de 12 componentes. Ecuador está en rango medio alto.
En el caso de la categoría de condiciones ambientales, el país registró mejoras tanto en el análisis de progreso social como en el de PIB per cápita. Este segmento mide gasto de agua, polución que puede generar muerte, hábitat y biodiversidad, entre otros.
Los esfuerzos de organismos públicos y privados permiten que se concreten estos resultados. La Agencia de Promoción Económica del Municipio de Quito (Conquito) es una entidad que cuenta con proyectos para impulsar una ciudad más verde.
Agrupar es un caso estrella, que nació hace 15 años. Alfonso Abdo, director de ConQuito, cuenta que este surgió como un programa para mejorar la seguridad alimentaria de los barrios. Sin embargo, ahora los huertos han crecido y no solo sirven para alimentar al ciudadano sino para comercializar sus productos y forestar lugares que antes no lo estaban.
Por ejemplo, cuenta que hay terrazas, balcones y terrenos de la zona urbana y rural que ahora tienen un uso productivo y amigable con el ambiente. “Se ha perfeccionado y a escala internacional se lo considera como una medida de adaptación al cambio climático y de resiliencia”, dice Abdo.
El 5% de los alimentos que se consumen en Quito es producido localmente. Hoy en día se cuentan unos 3 600 huertos en los que participan, al menos, seis personas.
Se trata de un trabajo en que colaboran entidades públicas y ciudadanos. En otros segmentos que se miden en el Índice, hay acciones de empresa y Estado.
En el caso de la educación, por ejemplo, Ecuador tiene resultados positivos. Principalmente se vinculan al nivel secundario.
El Ministerio del ramo explica que la tasa de asistencia neta de personas de 12 a 17 años pasó del 66,35% en diciembre del 2006 al 85,85% en ese mes del 2016. Asegura que ha ayudado en este desarrollo la entrega de servicios educativos de manera gratuita (alimentación, textos, uniformes) en instituciones públicas de acuerdo a los parámetros establecidos por la autoridad educativa; una mayor oferta educativa y la creación de nuevos centros.
Otros segmentos del Índice con un desempeño alto como este último es la tolerancia y la inclusión. Bravo explica que según el estudio se encuentran resultados positivos en materia de tolerancia para minorías sexuales, para ciudadanos de diferentes creencias religiosas.
El enfoque social es una nueva prioridad
REDACCIÓN QUITO (I)
Un nuevo indicador se va posicionando a escala global. Desde hace cuatro años el índice de progreso social (IPS) viene evaluando parámetros como nutrición, vivienda, conocimientos, salud, tolerancia, calidad ambiental, entre otros.
Los responsables de este indicador señalan que es necesario redefinir la manera de medir el éxito de un país, más allá de indicadores tradicionales como el crecimiento de producto interno bruto u otros, “porque las mediciones tradicionales no reflejan el progreso total de las sociedades”.
Los creadores del IPS aseguran que también es importante valorar los temas que la gente tiene como prioridad. “Los ciudadanos están exigiendo vidas mejores”, señala el resumen ejecutivo del índice de progreso social 2017, elaborado por Michael E. Porter, Scott Stern y Michael Green.
“Desde la crisis financiera en el 2008, los ciudadanos esperan cada vez más que las empresas cumplan con su papel para mejorar las vidas de sus clientes y colaboradores, y proteger el medioambiente para todos. Este es el deber del progreso social”, añade el documento.
Los autores del documento aseguran que el indicador ayuda a traducir las ganancias económicas en un mejor desempeño social y ambiental. “El IPS provee un marco concreto para entender y después priorizar una agenda de acciones que impulsen tanto el desempeño social como el económico”.
El indicador clasifica a 128 países en categorías que van de progreso social muy alto a muy bajo. El resumen ejecutivo señala que en general el progreso social está mejorando en el mundo. El acceso a información y comunicaciones, así como a educación superior crecieron considerablemente en un período corto. Esta mejora se da en marcado contraste con el descenso o paralización de derechos personales, seguridad personal, y tolerancia e inclusión.
Los avances en progreso social están concentrados principalmente en los países del sur de Asia y África Occidental. “Esta mejora sugiere que países con un nivel de progreso social relativamente bajo pueden ser capaces de mejorar más rápidamente ya que tienen más áreas de mejora y también pueden aprender de las lecciones y planteamientos que han sido implementados en otros lugares.”
Los países con caídas más notables se encuentran principalmente en América Central o el África Subsahariana, según el estudio hecho por Deloitte, Ford Foundation, Skoll Foundation, Cisco, Compartamos Banco y The Rockefeller Foundation.
Además, el índice pretende ser una herramienta práctica que ayude a los líderes y profesionales del gobierno, el sector privado y la sociedad civil a implementar políticas y programas que impulsen un progreso social más acelerado.
LOS 12 PILARES QUE SE ANALIZAN Nutrición y cuidados médicos básico. Los niveles de desnutrición; la intensidad del déficit alimentario; la tasa de mortalidad maternal; la tasa de mortalidad infantil; y las muertes por enfermedades infecciosas son los elementos que se evalúan. Agua y saneamiento. En este pilar el índice de progreso social analiza los avances en tres puntos: el acceso a agua potable; el acceso rural a fuentes de agua mejoradas y el acceso a infraestructura de saneamiento Vivienda. La disponibilidad de vivienda accesible; el acceso a energía eléctrica; y la calidad del suministro son las variables que se toman en cuenta en este punto. Seguridad personal. Este pilar revisa cinco puntos críticos: la tasa de homicidios del país; el nivel de crímenes violentos; la criminalidad percibida; el terror político; y el número de muertes en accidentes de tránsito. Acceso a conocimientos básicos. La tasa de alfabetización en los adultos; los porcentajes de matriculación en educación primaria; los niveles de matriculación en educación secundaria; y la paridad de género en educación secundaria son los parámetros que se toman en cuenta. Acceso a información y las comunicaciones. Las suscripciones al servicio de telefonía móvil ; la cantidad de usuarios de internet; y la libertad de prensa son la base de este punto de progreso social. Salud y bienestar. En este pilar se toman en cuenta dos puntos: la esperanza de vida de la población de un país y los índices de mortalidad prematura. Calidad ambiental. Aquí se revisa lo siguiente: las muertes atribuibles a la contaminación atmosférica; el tratamiento de aguas residuales; el hábitat y la biodiversidad; la emisión de gases de efecto invernadero. Derechos personales. En este punto se mira: los derechos políticos; la libertad de expresión; la libertad de reunión; y el derecho a la propiedad privada. Libertad personal y de elección. La libertad para decidir sobre su vida; la libertad de culto; el matrimonio adolescente; la satisfacción de la demanda de métodos anticonceptivos; y la corrupción son los elementos que se toman en cuenta en este punto del índice de progreso social. Tolerancia e inclusión. Se valora la tolerancia a los inmigrantes y a los homosexuales. También se mide la discriminación y la violencia contra las minorías, así como la tolerancia religiosa y las redes de apoyo a la comunidad. El acceso a la educación superior. Los años de educación superior,a sí como los años promedio de escolaridad de las mujeres son parte de la valoración. También se toma en cuenta la inequidad en la obtención de educación, el número de universidades de clase mundial de un país y el porcentaje de estudiantes de educación superior matriculados en universidades de clase mundial.
La educación secundaria, por enrolamiento de estudiantes, es una de las temáticas en las que ha mejorado el país. En la imagen, estudiantes del Colegio Manuel Cañizares reciben clases. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
Atraer y gestionar talento humano de organizaciones que están cambiando el mundo es el propósito de Matteria. Esta iniciativa busca y selecciona a los profesionales mejor calificados del mercado, pero con el código de adn diferenciador de la comprensión y el compromiso con los desafíos de una nueva economía, con modelos de negocio que agreguen valor a todos sus públicos de interés.
Hoy en día, hombres y mujeres buscan empleos que no solo generen réditos; el impacto que dejan en el trabajo y el propósito de la organización son factores importantes para sus colaboradores.
Según un estudio realizado por Deloitte en el 2016, el 88% de las personas que planea quedarse en su trabajo por más de cinco años, se sienten satisfechos con el sentido de propósito que encuentran en lo que hacen día a día. Además, Linkedin afirmó en 2015 que un 42% de las personas que se movieron a un nuevo trabajo mencionaron que una de las razones fue tener más capacidad de generar un impacto.
Matteria trabaja de la mano con organizaciones sostenibles, ofreciéndoles servicios de búsqueda, selección, evaluación de perfiles, publicación y difusión de vacantes en la plataforma web, filtros y consultorías en ADN Organizacional. A diferencia de otras empresas que gestionan talento humano Matteria comprende el adn de una organización, las competencias a medir y además entiende las tendencias del mercado en las nuevas generaciones.
La plataforma global cuenta con 25 000 profesionales registrados y poseen más de 70 clientes en ocho países diferentes, entre ellos Ecoflora Agro, Hybrytec, Fruandes, Crepes & Waffles, Azahar Coffee, entre otras.
En dos años de operación, Matteria ha logrado conectar a más de 250 profesionales con adn de impacto sostenible, con organizaciones en países como Argentina, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y Estados Unidos. Busca convertirse en la mayor plataforma a nivel regional y global, conectando más profesionales y empresas.
En dos años de operación, Matteria ha logrado conectar 250 profesionales en Argentina, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y Estados Unidos. Foto: Cortesía Impaqto
La noticia de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, gastó USD 30 000 en maquillaje durante sus primeros tres meses de gobierno escandalizó al mundo. Sin embargo, no es el primer presidente francés en pasar una factura tan alta por temas de belleza.
Sus predecesores, François Hollande y Nicolas Sarkozy, gastaban cantidades similares en maquillaje en peinado, para lucir su mejor versión ante las cámaras y seguidores, de acuerdo a Business Insider. Si bien el tema de la estética masculina no está tan extendido como sucede con su contraparte femenina, este caso demuestra que los hombres también acuden a las mismas técnicas, tecnología y servicios para reflejar una imagen de salud, bienestar y belleza.
Eliberto Rodríguez, dueño de la peluquería E&J, dice que los tratamientos estéticos y el maquillaje ya no son exclusivos de las mujeres y que tampoco se quedan en el público gay y queer.
“Los hombres ahora se asesoran para cuidar su piel y cabello y llevan un mejor estilo de vida. Después de los 40, ya no se avergüenzan al buscar tratamientos antiedad como el botox y el ácido hialurónico”, dice y da a conocer que él ha invertido en procedimientos como un tatuaje de cejas, para rellenar una señal de un accidente, y en un retoque de labios con ácido hialurónico.
Rodríguez es también educador en maquillaje profesional, para la marca Kryolan, así que está actualizado en cuanto a tendencias, productos y técnicas. El maquillaje ya no es un tabú para el público masculino, pero el experto advierte que se debe realizar siguiendo pasos que ayudarán a dar naturalidad al rostro y a no caer en la exageración.
Su primer consejo es mantener un cuidado diario de la piel. Al momento de maquillar, el primer paso que debe seguir un hombre es aplicar una crema que ayude a disminuir la apariencia de los poros. Las líneas profesionales también tienen polvos traslúcidos con este efecto.
La base debe adquirirse de acuerdo al tipo de piel y el cliente debe dejarse asesorar para escoger el tono correcto. Para aplicar, lo más sencillo será hacerlo con los dedos limpios, dice Rodríguez, pues con el calor corporal, la base se dispersará mejor. Este producto ayuda a igualar el tono del rostro, a tapar manchas o espinillas y a ocultar rápidamente las ojeras.
En lugar de un rubor de tonos rojos, rosados o melones, como en el caso de las mujeres, los hombres deben elegir colores bronce. Se aplica sobre los pómulos y sobre la nariz, para dar un aspecto de un bronceado natural. También se puede trabajar en los contornos, como en el caso de Macron. Este objetivo requiere de técnicas de maquillaje más complejas, pero una forma fácil de hacerlo es aplicar el rubor debajo de los pómulos. El maquillaje masculino también debe procurar peinar las cejas, rizar las pestañas e hidratar los labios. Para finalizar, se aplica polvo traslúcido, para eliminar el brillo indeseado del rostro.
Usar un gel de cejas transparente ayuda a mantenerlas en su lugar. Hay que peinarlas hacia arriba. Foto: Diego Pallero / LÍDERES