Etiqueta: taller

  • Los tapices hechos en telares de madera son su especialidad

    José Luis Rosales

    (F) 
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    Luis Alberto Picuasi es uno de los últimos tejedores de tapices de la comunidad San José de Cerotal, en el cantón Antonio Ante, en Imbabura.

    Este indígena Otavalo lleva la mayoría de sus 46 años en esta actividad. Recuerda que cuando tenía 9 años su padre falleció, por lo que vio la necesidad de emprender en un oficio.

    Los secretos del cardado, hilado, urdido y tejido los aprendió de su primo Daniel Picuasi.

    El taller, situado junto al estadio de la comunidad, está equipado con cinco telares de madera de eucalipto. Recuerda que estas máquinas artesanales las fabricó el maestro Segundo Picuasi, ya retirado del oficio.

    Antes, en esta parcialidad había un tejedor en cada casa. Sin embargo, tras la dolarización la mayoría de vecinos optó por ocuparse en otras actividades.

    En el telar más grande, Picuasi confecciona tapices de 2,10 metros de alto por 1,60 de ancho.

    Los artículos, algunos con diseños étnicos, son utilizados para decoración de paredes, pisos, muebles, entre otros.

    Como varios indígenas otavaleños que viajan al extranjero, Picuasi probó suerte en Bélgica, Holanda, Alemania; en estos países se dedicó a la venta de artesanías y a la música. Interpreta la guitarra, el violín, el bandolín y la quena.

    Luego retornó al país y se casó. Tiene 10 hijos. Inti, uno de los mayores, le ayuda en el taller.

    Para la fabricación de cada diseño se apoya en imágenes impresas o digitales. El proceso se inicia con la selección de los hilos. Para obtener la imagen deseada realiza un cálculo de cada lienzo.

    La semana pasada, Luis Alberto Picuasi elaboraba un lienzo, en tonos blanco y negro, con la imagen de cuatro mujeres indígenas que están sentadas en el campo mirando al horizonte.

    Sus creaciones las comercializa en la Plaza de Ponchos de Otavalo, cada sábado. Hay tapices desde USD 15 hasta 85.

    Entre sus clientes también están comerciantes otavaleños que residen en Europa y Norteamérica.

    El artesano kichwa Luis Alberto Picuasi  ofrece estas artesanías al por mayor y menor. Los telares de madera son el puntal de su obraje. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    El artesano kichwa Luis Alberto Picuasi ofrece estas artesanías al por mayor y menor. Los telares de madera son el puntal de su obraje. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • Transforman la madera en objetos funcionales

    Mayra Pacheco

    (I)  
    redaccion@revistalideres.ec

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    Las planchas de madera que llegan a M&V Taller Creativo se convierten en objetos funcionales y coloridos. Mariela Vivar, propietaria y diseñadora de este almacén desde hace 13 años, elabora agendas, portavasos, cajas para té, individuales, apliques, adornos, platos base, rompecabezas y más con esta materia prima.

    La experiencia adquirida en manualidades a lo largo de su vida ha permitido que Vivar, de 50 años, cree de manera periódica nuevos productos. La última línea en la que está trabajando se llama madera-mandala. “Siempre me ha gustado elaborar algo novedoso, diferente y utilitario”.

    Estos objetos de madera tienen sobre la superficie figuras geométricas impresas. Estas mandalas pueden ser pintadas por cada persona con lápices de colores o marcadores y así se logra un resultado único. Además, según Vivar, en el proceso de colorear el producto se realiza de manera indirecta una terapia de relajación.

    Fue precisamente de esta manera como Vivar empezó a desarrollar esta línea. Ella y su esposo, Juan Fernando Herdoíza, asistieron en octubre del 2018 a una terapia y presentaron como trabajo una caja con mandalas pintadas en la superficie. Al ver el resultado final le recomendaron continuar con este tipo de productos.

    Inicialmente, compraba en Internet las figuras para luego imprimir, pero luego Vivar decidió crear ella misma esas formas. Hace flores, unicornios, corazones, perros, motivos navideños y otros. Actualmente, cuenta incluso con un libro de mandalas, que tiene la cubierta de madera con estos símbolos. Este tiene el código ISBN de la Cámara del Libro, que protege los derechos de autor.

    Para elaborar los productos de madera emplea unas máquinas especiales que le permiten cortar esta materia e imprimir sobre la superficie. Los motivos se realizan en un programa informático.

    En M&V Taller Creativo trabajan cuatro personas. La capacidad de producción varía según el producto. Por ejemplo, cada ocho días se logra producir 1 500 cajas pequeñas en forma de casa.

    Cada mes se procesan alrededor de 40 planchas de fibropanel de densidad media, más conocido como MDF, de dos metros por dos metros de tamaño. Para adquirir esta materia prima M&V Taller Creativo destina alrededor de USD 1 500, refiere Herdoíza.

    Los productos de madera mandala se empezaron a producir en el 2018. Las personas pueden pintar estos con lápices de colores o marcadores.
    Los productos de madera mandala se empezaron a producir en el 2018. Las personas pueden pintar estos con lápices de colores o marcadores.

    Mayra Elizalde, jefa de Ventas de Placacentro Masisa Construc Madera, comenta que desde hace cuatro años entregan MDF de tres milímetros de espesor de dos tipos de superficie. Cada semana, en promedio, se venden siete tableros de ambos para M&V Taller Creativo. “Conozco los productos que realizan, me parece que son muy innovadores y entretenidos”.

    La venta del taller se hace de manera directa en la planta ubicada en la esquina de las calles Shuaras y Gonzalo Benítez, en Quito. También se realizan entregas vía courier para locales de manualidades en Guayas, Manabí, Esmeraldas, Tungurahua, Azuay, Loja y otras provincias.

    Otros canales de comercialización son las ferias de emprendedores, los locales de Paco, Juan Marcet y los centros de arte de Pintulac. Y desde agosto del 2019 se venden estas piezas en EE.UU. a través den Amazon.

    En un local que comercializa pintura se ofrece desde hace cinco años, en un área destinada para productos de arte, cajas de madera para té, para regalos o decorativas, apliques con mandalas impresos y portavasos. En promedio, cada mes se realizan pedidos de alrededor de USD 200.

    Silvia Negrete Dávila, representante legal de Rossi Arte y Hobby, menciona que esta compañía adquiere hace más de 10 años en M&V Taller Arte Creativo diferentes figuras de madera y de fomix. En promedio, cada mes realizan pedidos de aproximadamente USD 300 o 400. “Los productos son buenos, novedosos. Incluso, nos entregan piezas personalizadas”.

    Los precios de los productos varían. Por ejemplo, los portavasos cuestas USD 1, las agendas 3,80, el libro de mandalas 5,20. En promedio, cada mes facturan alrededor de USD 6 000. Los meses que tienen mayor demanda son San Valentín, Día de la Madre y Navidad.

    En el corto plazo, Vivar tiene como meta fortalecer la presencia de la línea mándala en el exterior.

    Insignia

    “En este taller aprendo cosas nuevas”

    Mabel Morales, encargada de diseño

    “Me gusta ser parte del equipo de M&V Taller Creativo porque cada día se aprenden cosas nuevas, se elaboran productos súper novedosos y diferentes. Es decir, el trabajo que se realiza aquí no es nada rutinario.

    Llevo ya cinco años en este taller y me encanta cada vez que llega un cliente con un pedido porque tenemos el desafío de producir exactamente aquello que quiere. Debemos ser meticulosos, cuidar cada procedimiento. Luego de diseñar y cortar las piezas se siente mucha satisfacción al ver cómo calzan de manera perfecta cada una. Hay que garantizar que el resultado final sea bueno, porque si algo no cabe, debemos empezar de cero. Una vez que todo está resuelto, se puede seguir con el resto de la producción.

    Además, cuando sacamos algún producto nuevo que me gusta, siempre solicito uno y me lo llevo a mi casa. Tengo unos cuadros de mándala, compuestos de tres piezas, una caja para guardar las bolsas de té, una alcancía, portavasos, creo que tengo un ejemplar de cada producto, porque realmente me encantan”.

    Una vez que se ha realizado el diseño, las piezas de madera se cortan con unas máquinas especiales. En otro equipo se imprimen los motivos. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    Una vez que se ha realizado el diseño, las piezas de madera se cortan con unas máquinas especiales. En otro equipo se imprimen los motivos. Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Un taller que diseña figuras con barro

    Redacción Sierra Norte ( F) 
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    El modelar pequeñas figuras en arcilla fue la alternativa que escogió Carmen Guamán para desarrollar su propio empleo.

    La artesana lidera Artelandia, un taller familiar que surgió en Ibarra (Imbabura), que busca rescatar la cultura andina y las tradiciones locales.

    Cuando aún era niña, Guamán fue encontrando su habilidad por las artesanías. Considera que esa destreza la heredó de su madre.

    Ante la falta de fuentes de trabajo, esta mujer, de 52 años, incursionó inicialmente en la confección de artículos para el hogar, como: cubre baños.

    Sin embargo, luego cambió la línea de producción por artículos de cerámica, ante la competencia. Así surgió el taller hace cuatro años. El nombre hace alusión al arte hecho con tierra.

    El proyecto nació con el fin de sacar adelante a su familia y buscar una alternativa para que las nuevas generaciones valoren lo ancestral. También plasma nuevos formas y diseños.

    La emprendedora empezó modelando pequeñas casas para decorar pesebres navideños. Al inicio elaboraban figuras a mano.

    Ahora, el taller instalado en el barrio El Bosque, en el suroriente de la capital imbabureña, está equipado con dos tornos. El local fue entregado en comodato por el Municipio de Ibarra.

    Guamán forma parte de los 217 emprendimientos que reciben apoyo del Departamento de Desarrollo Económico del cabildo.

    Artelandia se especializa en la elaboración de figuras con identidad y souvenir.
    Artelandia se especializa en la elaboración de figuras con identidad y souvenir.

    Artelandia tiene capacidad para realizar todo tipo de cerámicas. Una de las últimas colecciones son pequeñas pailas de barro, que simulan a las de bronce, en el que se elaboran el helado ibarreño. La municipalidad entrega estas figuras como souvenir a invitados.

    Las manos de Guamán también dan forma a pequeñas muñecas con la vestimenta tradicional de las mujeres de diversos pueblos indígenas del país. Las figuras van adornadas con diminutas vasijas.

    Entre los pedidos que ha recibido está la confección de casas chinas. Ese fue un pedido de un propietario de un vivero que por la compra de un árbol bonsái obsequia a sus clientes las minúsculas viviendas, como recuerdo.

    Alexandra Bedón, técnico del Municipio de Ibarra, resalta el impulso para la promoción y la comercialización de los productos de Artelandia.

    Esta firma tiene un stand en el Centro Artesanal Nuestros Emprendedores, ubicado en el centro de Ibarra, para vender sus artesanías. Además participa en las ferias que organizan la municipalidad en distintos sitios.

    También ha recibido capacitación en atención al cliente, elaboración de la marca y valor agregado de los productos.

    El obraje obtiene la materia prima en Santa Rosa del Tejar, un barrio vecino con vocación alfarera. De la preparación del barro se encarga un colaborador que lo hace con la técnica tradicional. Es decir, pisando la arcilla hasta dejarla maleable. Carmen Guamán se ha especializado en el modelado de los objetos de barro. Su familia colabora en la colocación de detalles y en los acabados de las piezas.

    Sofía Carrión, hija de la emprendedora, es hábil, por ejemplo, en la elaboración de las asas de las pailas. En el taller se confeccionan hasta 90 piezas al día. Cada una cuesta USD 2,50.

    En Artelandia hay productos desde USD 0,50 hasta 7. En estas últimas están casas con arquitectura colonial.

    La artesana Carmen Guamán está al frente de este emprendimiento familiar, situado en el suroriente de Ibarra. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
    La artesana Carmen Guamán está al frente de este emprendimiento familiar, situado en el suroriente de Ibarra. Foto: Álvaro Pineda para LÍDERES
  • Zamarros y monturas con pieles finas

    Redacción Sierra Centro
    (F – Contenido Intercultural)

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    En el taller de talabartería Los Andes, de Pedro Naula, se fabrican monturas y zamarros que son utilizados por los vaqueros de las grandes haciendas de la Sierra Centro y de varias partes del país.

    La calidad de sus trabajos ayudó a que más chagras o vaqueros de Quito, Ambato y otras ciudades lleguen para solicitar sus servicios. El local está ubicado en los alrededores de la Plaza Urbina, en el centro de Ambato. El año pasado logró ingresos por USD 16 000.

    Naula aprendió esta profesión a los 14 años en la parroquia Licto, en Chimborazo. Sus maestros Gabriel Allauca y Enrique Vargas le capacitaron en esa rama artesanal. Luego migró a Riobamba para laborar con Pascual Conshala.

    Con la idea de perfeccionar sus conocimientos viajó a Guayaquil a la fábrica de Gerardo Bonifaz,dedicado a la confección de carteras, correas cinturones, elaborados con piel de cocodrilo, que se exportaban a España, Alemania, Italia y otros países.

    Con sus ahorros y los conocimientos decidió instalar su propio taller en Riobamba. Sin embargo, por pedido de uno de sus clientes se mudó a Ambato. En esta ciudad instaló un nuevo local con una inversión de 20 000 sucres. Con el dinero compró la materia prima y las máquinas para coser.

    La durabilidad de sus trabajos hizo que él se convierta en uno de los más solicitados por los chagras o vaqueros de Machachi, Quero, y otras ciudades. Ellos llegan para comprarle sus diseños andinos.

    En una mesa de madera prepara la materia prima, que es el cuero, que en ocasiones curte o compra en las curtiembres de Ambato. Naula explica que el 90% del trabajo es hecho a mano. Utiliza pieles de ganado vacuno, ovino, camélidos y chivos.

    Para dar forma a los grabados de media luna utiliza una especie de cinceles pequeños donde están las figuras; en base a golpes con un martillo quedan impregnados en la baqueta (suela). Lamenta que existan pocos herreros dedicados a la elaboración de las argollas, cinchos que ayudan a sujetar los estribos. Ahora los compra en Colombia.

    La estructura de una montura inicia con el fuste elaborado con madera, luego se cubre con un cuero crudo templado para que la estructura sea maciza y resistente para cuando el jinete que atrapa un toro lo amarre a la cabalgadura.

    La elaboración de una montura puede tardar hasta tres semanas. Se requiere es de días soleados para domar la baqueta o suela, que está humedecida. El cosido, el pretal y las retrancas de la silla deben ser fuertes para cabalgar y para arrear al ganado.

    Tobías Vargas es uno de los clientes. Cuenta que su padre trabajaba con Naula en la elaboración y reparación de las monturas. El ganadero ambateño explica que son de buena calidad, por eso no se ha cambiado de maestro talabartero . Los materiales y el trabajo hecho a mano hacen que resista la actividad más fuerte.

    Pedro Naula, propietario de la Talabartería Los Andes, confecciona monturas y zamarros para los vaqueros.
    Pedro Naula, propietario de la Talabartería Los Andes, confecciona monturas y zamarros para los vaqueros. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Él le da un toque de color a los tambores

    Mayra Pacheco

    Redactora (I)

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    La pasión de Daniel Romero por la música y su creatividad impulsaron a este emprendedor a fabricar tambores personalizados.

    Luego de dejar su trabajo como ingeniero automotriz, en el 2011 se dedicó a fabricar prototipos de tambores. Tenía experiencia, porque a partir de los 16 años empezó a modificar su batería.

    En este proceso empleó acrílico y un material diferente a la madera que se utiliza tradicionalmente, para hacer el cuerpo de este instrumento musical. Inicialmente, invirtió USD 1 500.

    La versatilidad del acrílico le permitió obtener un resultado final novedoso. Así, abrió Alpha Custom Drums, en enero del 2014.

    En el ensamblaje de estos instrumentos musicales se emplean partes que son importadas. Por ejemplo, la superficie donde se golpea, la base y otras.

    Estas son elaboradas por Aquarian, una empresa en Estados Unidos, por pedido de Alpha Custom Drums. Por eso, se incluye la marca de esta última en estas piezas.

    El resto del trabajo se complementa utilizando acrílico y aluminio en el taller que tiene Romero, CEO de Alpha Custom Drums, en El Labrador, en el norte de Quito. Allí trabaja con cinco personas.

    En este sitio, con una alta precisión e imaginación, se crean los diseños. Para el cuerpo del tambor se puede optar por colores vivos o neutros. En total, tiene 24 alternativas. Si el cliente prefiere se hacen motivos personalizados o se colocan luces led.

    Rafael Rengifo, asistente de diseño, menciona que desde hace tres años realiza los grabados que solicitan los clientes en los tambores. Dependiendo de la complejidad se toman hasta tres horas para plasmarlos usando un láser especial en. “Cuando se obtiene el resultado final es chévere”:

    La altura de estos equipos se puede también elegir. Todo depende del matiz musical que busquen los artistas. La superficie tiene un diámetro de 14 pulgadas. Más adelante, desarrollará nuevos modelos para otros tamaños.

    “El material de los tambores es resistente. Además, el sonido que se obtiene es especial”, expresa Romero, de 35 años.

    En promedio, solo en acrílico se invierten USD 600 al mes.

    Los principales clientes de Alpha Custom Drums son bateristas, porque este instrumento es parte del set de una batería.

    El ensamblaje de este instrumento se hace bajo pedido. Este proceso dura una semana, porque se requiere del uso de máquinas especiales. La capacidad de producción es de ocho unidades al mes. Estas tienen garantía sobre defectos de fábrica. Y también se brinda mantenimiento.

    Las ventas se hacen en tiendas de Quito y Machala. Para otras ciudades se hacen envíos.
    El precio base de un tambor es de USD 399. Pero varía según la altura y el nivel de personalización. Esto le permite facturar alrededor de USD 3 000 al mes.

    Actualmente, la marca auspicia a nueve bateristas profesionales de Ecuador y de Estados Unidos. Pero también estos tambores han sido solicitados por artistas de México, Colombia y Perú.

    Félix Cueva, baterista de Madbrain, comenta que desde hace tres años usa estos tambores. “Ha sido una experiencia excelente. Me gusta la calidad, el diseño”.

    Aparte de los tambores, Alpha Custom Drums comercializa desde el 2017 ropa estuches para las baquetas y accesorios.

    Más adelante espera ensamblar baterías completas personalizadas. Actualmente, se están haciendo los prototipos. Y en el corto plazo, la meta es expandirse en los países vecinos.

    Daniel Romero , en el taller de Alpha Custom Drums en El Labrador.
    Daniel Romero , en el taller de Alpha Custom Drums en El Labrador. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
  • Troncos, raíces y ramas se transforman en este taller

    Mayra Pacheco

    Los pedazos de madera, que resultan inservibles para algunas personas, son transformados en muebles en Tre Estudio Ecuador.

    En este taller, los troncos, raíces, ramas de árboles y otros retazos de madera sin tratar son convertidos en comedores, sillas, peinadoras, aparadores, esquineros, mesones, objetos decorativos y más.

    Desde hace cinco años, Luis Sánchez, gerente y diseñador de Tre Estudio Ecuador, es el encargado de crear este mobiliario con las piezas de árboles que tiene disponible en su taller, ubicado en Guangopolo, en Los Chillos. Para iniciar este proyecto invirtió alrededor de USD 30 000.

    Para este emprendedor de 28 años unir grandes raíces con retazos de tronco es como jugar con legos. Debe asegurarse que cada pieza calce de manera perfecta.

    En este proceso de creación de muebles con madera cruda, se conservan las características propias de la materia prima. En los mesones, por ejemplo, se pueden apreciar las curvas o vetas que tienen los troncos.

    Estos detalles hacen que los muebles sean únicos, debido a que ningún árbol es igual a otro.

    Además, el acabado final depende de los requerimientos que planteen los clientes. Ellos deciden si quieren sus muebles lacados, pintados o si se fusiona la madera con vidrio, metal, cuarzo importado, grafito, mármol u otros. El trabajo es personalizado.

    Esto permite, según Sánchez, crear ambientes diferentes en los hogares o locales. Y, sobre todo, se aprovecha la madera natural, que a veces termina convertida en leña, aserrín o botada.

    La materia prima que emplea Tre Estudio Ecuador proviene de talas autorizadas de árboles del Oriente, Imbabura u otras zonas.

    Pino, laurel, seike son algunas de las variedades utilizadas.

    Marco Freire, propietario de la empresa Freire y Asociados, menciona que cada tres meses entrega alrededor de 21 metros cúbicos de madera que no es atractiva para otras firmas. Pero esta adquiere un valor agregado con Tre Estudio Ecuador. En promedio, cada metro cúbico cuesta USD 70.

    Sulimar Vasco distribuye, en cambio, lacas, pinturas, selladores y otros insumos de carpintería. Los pedidos se hacen cada mes, estos suman USD 3 000.

    Pero también se usan palets. Con este material, en el 2016, Sánchez y su equipo construyeron 22 ‘stands’ para la feria de la Conferencia de las Naciones Unidas Hábitat III, que se realizó en octubre en el 2016 en Quito.

    Con estas estructuras de madera se construyeron las cabañas y el mobiliario básico, donde se vendían ‘souvenirs’ a los visitantes.

    Esta experiencia permitió a estos emprendedores conocer que están en el camino correcto. “Usar material reciclado para construir mobiliario es la tendencia actual en Europa”, expresa Sánchez.

    La venta de estos muebles se realiza en las oficinas de Tre Estudio Ecuador. Estas funcionan en la avenida República del Salvador y Portugal, en Quito; en la avenida Ilaló y Alondras, en Los Chillos; o a través de la página web www.treestudioecuador.com.

    En la web las personas pueden conocer el catálogo de productos que se fabrican en Tre Estudio Ecuador y hacer pedidos. Las entregas en Quito se realizan sin recargos adicionales y para provincias solo se cobra el precio correspondiente al transporte.

    Los precios varían en función del tamaño y las características. En promedio, un juego de comedor para cuatro personas para el exterior cuesta USD 280. También se pueden encontrar mesas pequeñas desde USD 80. En promedio, esta empresa factura alrededor de USD 60 000 al año.

    Por ahora los clientes son principalmente propietarios de locales, pero en dos meses está previsto presentar una colección de muebles para el hogar.

    Ramiro Terán, propietario de Munchis, comenta que junto con Sánchez crearon el mobiliario y ambiente y de su local. Terán buscaba algo diferente y personalizado. “Logró materializar lo que tenía yo tenía en mente y la inversión de USD 3 000 fue razonable”.

    Alexander Romero, propietario de la cadena The Lovers, compra también el mobiliario en Tre Estudio Ecuador, porque son de calidad, únicos y tienen un precio competitivo, que justifica la calidad del trabajo.

    Carolina Sánchez (der.), Libia Basantes y Luis Sánchez son parte de esta empresa. El taller funciona en la parroquia de Guangopolo, en Los Chillos. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    Carolina Sánchez (der.), Libia Basantes y Luis Sánchez son parte de esta empresa. El taller funciona en la parroquia de Guangopolo, en Los Chillos. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • En su taller nacen alianzas vinculadas al mundo de la moda

    REDACCIÓN GUAYAQUIL  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Alexa Vargas ha estado ligada al mundo de la confección desde pequeña. Su abuelo, Luis Enrique Zhune, de 80 años, fue uno de los pioneros en la venta de jeans en Guayaquil.

    En principio, fueron la comunicación social y la danza las careras que le atrajeron. Por una situación casi fortuita comenzó a desenvolverse en la empresa familiar.

    Luego de pasar nueve años como relacionadora pública, trabajando en eventos de moda y diseño como Ecuador Fashion Week, su hermano la llamó para colaborar en el negocio de ropa por catálogo que había creado.

    Comenzó en el área de administración, hasta que en 2016 vio la oportunidad de tener su propio taller. Ahora exhibe, orgullosa, su marca Salsa by Ker’s.

    “Para mí fue común desde pequeña estar rodeada de telas, botones, máquinas. Me tocaba cortar hilachas, empacar. Era un negocio pequeño que iba creciendo”, recuerda Vargas. Luego, cuando decidió dedicarse a ello, vio también la oportunidad de ayudar a sus progenitores.

    El estilo de la marca sigue una línea urbana. Vargas busca crear diseños casuales y dinámicos para la mujer ecuatoriana de hoy.

    Ella lanza una colección cada 40 días, pues le toma cerca de un mes confeccionar todas las piezas. Asegura que se enfoca más en la variedad de diseños que en el número de unidades, pues le interesa que las mujeres luzcan prendas exclusivas.

    Antes de iniciar profesionalmente en el mundo de la moda, quiso estudiar el negocio. Así que ingresó al Instituto Superior de Moda Chio Lecca Fashion School.

    “Era lo que necesitaba. Con estos conocimientos pude tomar decisiones”, dice.

    La más reciente colección la tituló ‘Al ritmo de tu vida’ y la presentó en el Miss World Ecuador, que se realizó el pasado 20 de junio.

    Recuerda que no tenía el presupuesto para costear el evento; sin embargo, eso no la amilanó.

    Llamó a emprendedores conocidos en áreas como gastronomía, coctelería, calzado y organización de eventos para formar una alianza. Fue una jugada ganar-ganar.

    “Si quieres iniciar un negocio, no necesariamente tienes que hacerlo solo; puedes buscar la mano de otro que también necesita apoyo y sacar algo adelante”, señala.

    Vargas bautizó ese día como la primera edición de Emprende-Mente, actividad que le gustaría repetir cada año para que funcione como plataforma para emprendedores en la ciudad. “Las oportunidades están ahí para todos, solo que nosotros debemos arriesgarnos para tomarlas”.

    Salsa by Ker’s es, además, una marca que busca ser asequible para la mujer. “Para aquella que necesita vestirse y verse bien en todas las ocasiones y no tiene un presupuesto elevado, yo puedo cubrir esa necesidad, porque como madre tampoco me puedo dar el lujo de gastar un dineral en ropa”, afirma. Por ello, el costo de las piezas oscila entre USD 10 y 30. Se pueden ver en Instagram y Facebook.

    Ana María Luzuriaga es cliente de la marca. Ha adquirido unas cinco piezas, en su mayoría blusas. Lo que más le gusta es la calidad y el acabado. “Si deseas agregar algún detalle a un modelo, te da la facilidad de hacerlo”, cuenta.

    Además, Vargas busca un sentido social. Los retazos los utiliza para crear blusas para niñas, que dona a través de un convenio a la Fundación Reina de Guayaquil.

    El taller de Vargas se ubica en Guayaquil. Lanza colecciones cada 40 días. Foto: Mario Faustos/ LÍDERES
    El taller de Vargas se ubica en Guayaquil. Lanza colecciones cada 40 días. Foto: Mario Faustos/ LÍDERES
  • Un taller gastronómico liderado por estudiantes

    Flavio Novillo

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    Las habilidades culinarias de jóvenes estudiantes se perfeccionan en la cocina de Sensibus. Luciano Gobbi es el chef ejecutivo de este restaurante que funciona en el interior de la Universidad De Las Américas, en el campus de Ekopark,en el norte de Quito.

    Dentro de este establecimiento funciona un taller gastronómico para los estudiantes de séptimo y octavo semestre de la carrera de gastronomía. Gobbi explica que la idea es se realice una práctica con clientes reales en la parte de servicio y cocina. Los estudiantes rotan en las áreas de entradas frías, cocina caliente y pastelería.

    Este semestre los alumnos son los creadores del menú del restaurante. El chef explica que en las tres primeras semanas se enseña al estudiante el funcionamiento del restaurante, los productos con los que cuenta y los proveedores.

    Luego, los estudiantes divididos en grupos proponen un menú que consiste en entrada, plato fuerte y postre. Para la elaboración del menú cada grupo cuenta con un presupuesto asignado, realizan pedidos de los productos, cocinan y montan los platos.

    Cada plato debe pasar por la aprobación del chef, que se basa en criterios de precios y cocina. José Ron, estudiante de octavo semestre de la carrera de gastronomía de la UDLA, comenta que con este taller pudo mejorar su técnica de cocción y aprendió a tener una visualización en el proceso del montaje del plato.

    Este establecimiento que abre de 12:30 a 15:00 de lunes a viernes tiene como principales consumidores a empleados de Ekopark. Allí están empresas como Nestlé, y Produbanco, u organismos como Naciones Unidas. Gobbi comenta que a los clientes se les indica que el menú fue elaborado por estudiantes de la UDLA.

    Una vez terminado el semestre académico los estudiantes de gastronomía de cualquier semestre pueden participar del taller para adentrarse en la cocina.

    “Mediante esta práctica el estudiante comprende como es el mundo real de la cocina” afirma Gobbi. Este chef busca que el alumno pueda aplicar distintas técnicas de cocina en los platos.
    Santiago Quirola, estudiante de octavo semestre, se encargó junto con su grupo de la elaboración del menú de la semana pasada. Esto incluyó una entrada con un carpaccio de pulpo, plato fuerte con la pesca del día con puré de brócoli y vegetales salteados, y un mousse de postre.

    Quirola afirma que en estas prácticas puede vivir de cerca la vida de un restaurante. Además, comenta que perfeccionó su técnica en freír y laminar carne. El chef ejecutivo del local comenta que con su guía culinaria incentiva a sus estudiantes a que innoven en la cocina.

    Ronny Cifuentes, director de servicios administrativos de la UDLA, es cliente ocasional de este restaurante. Para Cifuentes el principal atractivo es comprobar que la comida realizada por los estudiantes llega a estándares de calidad dentro de la gastronomía de vanguardia.

    Gobbi comenta que la próxima meta es que el restaurante tenga una mayor apertura al público en general. El chef recalca que tiene una buena respuesta del centro corporativo Ecopark pero quisiera que el establecimiento se de a conocer en conjunto con las prácticas de sus estudiantes.

    Datos

    En el taller practica un aproximado de 40 estudiantes que se dividen en grupos.
    Cada grupo está conformado entre seis y ocho alumnos.

    El menú es responsabilidad del grupo durante dos semanas.

    El precio del menú completo es de USD 23 y tiene entrada, plato fuerte y postre.

    En vacaciones los estudiantes de otros semestres pueden practicar en el taller.

    José Rón, Luciano Gobbi  y Santiago Quirola preparan el menú en el restaurante Sensibus, que pertenece a la UDLA. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    José Rón, Luciano Gobbi y Santiago Quirola preparan el menú en el restaurante Sensibus, que pertenece a la UDLA. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • El taller que cree en la artesanía en cuero

    José Luis Rosales

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    Con los modelos de billeteras, Megan y Fox, la pequeña empresa JJ Leathersmith incursiona en el mercado ecuatoriano.

    La marca nació hace cinco años en Mozambique y hoy opera en Otavalo, Imbabura. Se especializa en la producción y venta de artículos elaborados a mano con cuero de grano completo, que recibe un tratamiento mínimo en el proceso de curtido.

    En este tiempo la iniciativa apuntó al mercado internacional, por medio de Internet. La oferta incluye mochilas, carteras, cinturones, billeteras y monederos.

    Los pedidos llegan desde Estados Unidos y Canadá. También, de países de Europa y Asia, asegura Gabriela Cabascango, responsable de marketing. Pero, ahora la meta es crecer en el país.

    El mentalizador, el canadiense Jonathan Jameson, antes de establecerse en Ecuador recorrió una treintena de países de América, Europa y África.

    En Portugal, luego de confeccionar un cuaderno para sus relatos de viaje, descubrió la vocación por el arte de trabajar el cuero. Por eso, la marca a más de las iniciales de su nombre, como era una antigua tradición en su país, lleva la frase Leathersmith, que significa artesanos de cuero.

    Este cuño, que se coloca en bajo relieve en todas las prendas, empezó a tomar forma cuando Jameson arribó a Mozambique.

    Recuerda que ahí elaboró prendas que gustaron mucho. En la factoría, ubicada en las calles Sucre 5-21 y Olmedo, en Otavalo, aún conserva la primera mochila que confeccionó. El local está decorado con varias fotografías retratadas por el canadiense.

    Jameson considera que el cuero que se produce en la nación africana es similar al que se procesa en Ecuador. Además, destaca el proceso natural, con el empleo de semillas de guarango previamente cocidas, para curtir las pieles de ganado vacuno.

    Eso no solo garantiza una materia prima óptima, sino ecológica. “Es un cuero que tiene vida. Incluso, con el tiempo renueva el color y cambia de textura, lo que no sucede con las pieles curtidas con químicos”.

    En Ecuador, asegura, hay el mejor cuero que ha visto en los viajes por los diferentes continentes. En siete países hizo una prueba de la calidad del material.

    La materia prima que usa en la elaboración de las manufacturas proviene de Quito. A las pieles les adiciona remaches de cobre, hebillas de latón, anillos y broches de presión, que los adquieren en el país. Mientras que, los herrajes de latón y los tintes son traídos desde el vecino país del norte.

    Para Cristian Puente, otro de los colaboradores, en JJ Leathersmith cuidan especialmente dos aspectos: calidad y diseño. La primera les permite ofrecer a sus clientes una garantía de por vida. “En el mundo hay pocas marcas que pueden hacer eso”.

    En el diseño, en cambio, manejan 30 modelos. Todos han surgido de la creatividad del fundador de la empresa. Algo singular es que cada uno tiene un nombre. La mayoría se adopta del primer cliente que realiza el pedido.

    La billetera Megan, diseñada para damas, es un artículo delgado, elegante y práctico. Entre tanto, el estilo Lucas, ideal para caballeros, es versátil y con más servicios.

    Las mochilas y carteras están diseñadas para ser llevadas a la montaña, la playa o la oficina. Sus fabricantes resaltan que son productos que se adaptan bien con todos los ambientes.

    JJ Leathersmith mantiene como estrategia un crecimiento exponencial. Desde hace dos años está enfocada a buscar distribuidores y tiendas en varias ciudades. Por ahora, tienen presencia en Vancouver, Nueva York (Brooklyn), Portland, Chalottetown y Houston. Para octubre llegarán también a California.

    La estrategia para conquistar al país es comerciar básicamente los productos más pequeños.
    Por lo pronto, continuarán con la meta de convertirse en una marca de líder de la industria de artículos de cuero, asegura Xavier Calderón, responsable de tecnología de la empresa.

    Jonathan Jameson y parte el equipo de trabajo de  JJ Leathersmith, en su taller ubicado en Otavalo. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
    Jonathan Jameson y parte el equipo de trabajo de JJ Leathersmith, en su taller ubicado en Otavalo. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES
  • En su taller rescata los juegos tradicionales de Quito

    Redacción Quito  (F)   Contenido intercultural

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    Trozos de madera, herramientas, tornos son parte de los materiales que se encuentran en el taller de Jorge Rivadeneira, de 86 años de edad.

    En la calle Rocafuerte, ubicada en el centro de Quito, se encuentra Rivadeneira, este artesano muestra el trompo que lleva en su bolsillo y lo hace bailar de formas diferentes, cada vez que recibe a un cliente o turista.

    Su taller se llama Tecni-torno y se dedica a la elaboración y moldeado de figuras de madera a detalle. Desde los 12 años Rivadeneira empezó a utilizar el torno y otras herramientas para darle forma y moldear la madera.

    Él recuerda que los primeros trompos los hacía en un torno manual de su padre. Con su hermano mayor se turnaban para empujar el torno. Una vez terminado el juguete los hermanos salían a vender los trompos a sus compañeros en la escuela.

    Ahora, casi ocho décadas después, Rivadeneira es conocido como el Señor Macizo, porque el material con el que elabora los trompos y otros productos son hechos con maderas resistentes como pujín, roble, chanul, guayacán blanco y negro, entre otras.

    El artesano aclara que el trompo siempre ha sido elaborado con madera. “Los trompos de plástico no son los tradicionales y no bailan igual”, asegura.

    El proceso de creación inicia con la selección de madera, luego se pasa al modelado del trozo de madera en un torno con la ayuda de una punta. Finalmente los lija y los pinta con líneas negras. La identificación del trompo macizo es el ‘sombrero’ que tiene el juguete en su parte superior.

    Además de la elaboración de este juego tradicional el emprendedor también enseña a sus clientes a hacer bailar el trompo.

    Rivadeneira cuenta que conoce alrededor de 40 formas diferentes de hacerlo: en la mano, en su cabeza, en una cuchara, como el teleférico, entre otras.

    Por varios años el trompo ha sido uno de los juegos representativos de Quito, es por eso que varias personas lo compran para llevar a sus hijos o seres queridos en el exterior. Algunas personas se llevan a España , Italia o Estados Unidos.

    Para Daniel Silva, uno de los clientes, es importarte que se rescaten las tradiciones y que se siga difundiendo los juegos tradicionales. “No he visto más lugares que elaboren trompos iguales a estos, los precios son asequibles”.

    Por otro lado, Andrea Sánchez piensa que es importante rescatar los juegos tradicionales “para poder compartir con nuestros hijos y enseñarles nuestras habilidades”.

    Tecni-torno ofrece una variedad de tamaños de trompos: existen desde los miniatura hasta los de 16 centímetros.

    De igual forma los costos varían según el tamaño y el tipo de detalles. Los pequeños están desde los USD 3 y los más trabajados pueden costar 85.

    Además de la elaboración de trompos, Rivadeneira crea otros juegos tradicionales a base de madera como por ejemplo: baleros, perinolas, entre otros juegos.

    También, brinda demostración del baile del trompo a los turistas, en cumpleaños y eventos artísticos. El costo aproximado de una presentación de este artesano una hora bordea los USD 100.

    El fuerte de Jorge Rivadeneira es la elaboración de trompos de madera  y cacho de toro. Su local está ubicado en el sector de San Roque. Foto: Christian Tapia / LÍDERES
    El fuerte de Jorge Rivadeneira es la elaboración de trompos de madera y cacho de toro. Su local está ubicado en el sector de San Roque. Foto: Christian Tapia / LÍDERES