Etiqueta: trabajadores

  • Bonos salariales sufrieron cambios

    Redacción Quito (I)

    Relacionadas

    Se acerca diciembre y algunos trabajadores, generalmente de empresas grandes, esperan recibir el “bono navideño”, un incentivo salarial que ciertas compañías entregan anualmente. Pero es posible que un grupo de colaboradores no lo reciba este año o que, de recibirlo, sea de un monto menor al acostumbrado.

    De acuerdo con un estudio de la consultora Deloitte, el 42% de las firmas consultadas señaló que su esquema de remuneración variable se ha modificado debido a la situación actual. En el caso de los bonos anuales, un 50% lo eliminó, otras lo disminuyeron (14%) o difirieron el pago (7%).

    Xavier Verdesoto, CEO de Nexos Talent / EFH Ecuador, explica que la compleja situación económica que atraviesan el país y el mundo, debido a la pandemia, ha hecho que las organizaciones tengan que optimizar sus gastos, con ajustes en sus compensaciones laborales. Recuerda que muchas empresas paralizaron sus actividades durante los primeros meses de cuarentena.

    “Los trabajadores van a ver una reducción de sus ingresos, pero deben ser conscientes que están viviendo la sobrevivencia de las empresas para mantenerse en el mercado”, añade Verdesoto.

    Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting, señala que el impacto salarial para los trabajadores puede ser de hasta una caída del 30 o 40% de sus ingresos.

    Las compensaciones salariales suelen otorgarse en empresas grandes, generalmente multinacionales, con políticas salariales consolidadas. En cargos ejecutivos, lo común es que se entreguen anualmente; en mandos medios y operativos, de manera mensual y también se combina con incentivos trimestrales.

    En diciembre, las reciben principalmente los cargos medios y operativos, de áreas como comercial, producción, servicio al cliente y ahora, probablemente, se incluirán ‘delivery’ y comercio electrónico. Para niveles ejecutivos, aclara Estrada, lo común es esperar hasta febrero-marzo del siguiente año, una vez que se cerraron los estados financieros y se aprobaron por el Directorio.

    Según el estudio de Deloitte ‘Estrategia empresarial al retorno de las actividades’, en el que participaron 108 firmas, un 43% de las empresas que modificaron sus bonos anuales lo hicieron en todas las áreas; mientras tanto, otro 43% lo hizo en cargos ejecutivos.

    “La eliminación se dio en las empresas más afectadas por la crisis, como aviación, turismo y hotelería. Se ha modificado en consumo masivo, retail, construcción, etc.”, precisa el vocero de la consultora, quien aclara que en algunos casos el cambio significó incluso una mejora, en ciertos negocios que se han visto impactados positivamente en la crisis.

    Otro tipo de compensaciones como los subsidios también se eliminaron (50%) o redujeron (37%) en todas las áreas. Los subsidios más comunes son para transporte o alimentación.

    Lourdes Solís, trabajadora de una empresa de comercio electrónico, dejó de obtener USD 85 que recibía al mes como subsidio para alimentación y transporte, tomando en cuenta que desde que comenzó la pandemia se ha mantenido teletrabajando.

    Las comisiones en áreas comerciales, de cobranza y otras también han sufrido ajustes, como reducción de metas o cambio de política. En el caso de las horas extras, la mayoría de las empresas (76%) que hicieron modificaciones en sus remuneraciones variables dejaron de pagarlas, por cambios en sus jornadas.

    Para un trabajador de una empresa de logística aérea, que prefirió la reserva de su identidad, la eliminación de horas extras (entre nocturnas y fines de semana) representó una baja de USD 400 en sus ingresos mensuales.

    El CEO de Nexos Talent/EFH Ecuador señala que en la situación actual es importante aplicar otro tipo de compensaciones variables, como apoyo en la salud emocional, tanto a los trabajadores como a sus familiares, de tal forma de brindarles tranquilidad.

    Otro tipo de incentivos, añade, son las capacitaciones en línea, acorde con las necesidades actuales de la organización, las cuales ya han venido aplicando algunas empresas durante este año.

    Por otro lado, es posible compensar con otros subsidios a los trabajadores, como apoyarles en el financiamiento de Internet en el hogar o mejora del plan de conectividad, coinciden los expertos.

    El subsidio de equipos de bioseguridad y toma de pruebas rápidas para detección del covid-19 es otro tema que han contemplado muchas empresas en el contexto de la pandemia, aclara Estrada.

    Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca, recuerda que la situación de las empresas continúa siendo compleja y que requerirán de más tiempo para estabilizarse. “Estoy seguro que buscarán la mejor opción para los empleados y el negocio, sin que esto implique nuevamente un hueco financiero”.

    50% de las compañías eliminó los bonos anuales dentro de su esquema de compensaciones laborales.

    Un sondeo señala que el 42% de 108 empresas consultadas modificó sus esquemas de remuneraciones variables por la situación actual. Un 50 de las compañías eliminó los bonos anuales dentro de su esquema de compensaciones laborales. Imagen: www.freepik.es
    Un sondeo señala que el 42% de 108 empresas consultadas modificó sus esquemas de remuneraciones variables por la situación actual. Un 50 de las compañías eliminó los bonos anuales dentro de su esquema de compensaciones laborales. Imagen: www.freepik.es
  • La reactivación del empleo mundial

    Foro Económico Mundial 
    redaccion@revistalideres.ec (I)

    Relacionadas

    El 1 de mayo del 2020 -o el Día Internacional del Trabajo- se celebró este año en medio de un apocalipsis laboral provocado por una pandemia con la predicción de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que afirma que prácticamente la mitad de los
    3 000 millones de trabajadores activos corren el riesgo de perder sus medios de vida.

    Para muchos trabajadores, el confinamiento ha acelerado la llegada del “futuro laboral”, un concepto al que se ha hecho referencia en los últimos años en asociación con las oportunidades y los retos planteados por el trastorno tecnológico y los factores económicos estructurales que determinan la calidad de los medios de vida en el mundo.

    Para muchos trabajadores cualificados, ha supuesto el trabajo a distancia. A muchos empleados de servicios y manuales les ha planteado un futuro en el que es posible que las máquinas desplacen a las personas, especialmente a medida que las empresas consideren un aumento de la automatización para mejorar su resiliencia.

    Para aquellas personas pertenecientes a la economía de pequeños encargos, el sector sanitario y el sector educativo, ha provocado un replanteamiento global del significado y la naturaleza esencial de estas profesiones. Para la gente inmersa en la economía de pequeños encargos e informal, ha puesto de manifiesto la falta de protección social fundamental y la precariedad del trabajo vinculado con la subsistencia.

    Se necesitan medidas inmediatas de carácter urgente para proteger los empleos, conservar los vínculos entre empleadores y empleados, mantener a flote a los pequeños y medianos empleadores y ofrecer prestaciones complementarias y otras redes de seguridad directamente a los trabajadores y los hogares.

    En estos aspectos se han centrado los esfuerzos realizados por los países más avanzados y mercados emergentes, aunque se necesita un mayor apoyo para las economías en vías de desarrollo. Debemos reconocer este momento como una oportunidad de reconstruir mejor y sentar las bases de un mercado laboral más resiliente y un mundo más igualitario.

    Mejora de competencias
    En los últimos años, los gobiernos, las empresas y los trabajadores han empezado a dar prioridad al reciclaje y a la mejora de competencias para prepararse mejor para las alteraciones provocadas por la Cuarta Revolución Industrial. Aunque ha sido un invasor microscópico -y no el auge de los robots- el que ha provocado el desmoronamiento actual del mercado laboral, es evidente que la pandemia acelerará la digitalización y la automatización en diferentes industrias y sectores.

    Esta situación exige nuevas inversiones y mecanismos para la mejora de las competencias y el reciclaje, en lo relativo tanto a capacidades humanas como a digitales. Mientras que el sector de la formación y la educación en línea ha suscitado un mayor interés por parte de los trabajadores confinados conectados digitalmente, es vital que los empleadores apuesten fuerte por el reciclaje de los trabajadores y que los gobiernos establezcan proactivamente disposiciones relativas a la mejora de las competencias y el reciclaje, y las integren en los estímulos fiscales que están inyectando en las economías con vistas a preparar mejor a los empleados para una economía pospandémica.

    Los nuevos empleos
    El Foro Económico Mundial ofreció una visión de los trabajos del mañana a principios del 2020. Estos empleos se concentran en gran medida en las profesiones para el cuidado de las personas, el apoyo del planeta, la gestión de nuevas tecnologías y la comunicación de productos y servicios: la economía asistencial, la economía ecológica, las personas y la cultura, los datos y la inteligencia artificial, la ingeniería y la computación en la Nube, el desarrollo de productos, las ventas, el marketing y el contenido.

    Mientras que la pandemia subraya el papel esencial de los trabajadores hospitalarios, de las tiendas de alimentación, los centros educativos y otras profesiones fundamentales, se espera que las oportunidades aumenten en el sector de la economía asistencial.

    Del mismo modo, se espera que sigan aumentando los puestos en sectores como la creación de tecnología y la gestión, el comercio electrónico y la economía del conocimiento más amplia.  Asimismo, mientras los gobiernos intentan reconstruir sus economías, también surgirán nuevas fuentes de crecimiento -y empleos– de la economía ecológica, la ciencia y la investigación sanitaria, así como las infraestructuras digitales. Para las economías en vías de desarrollo, es todavía más esencial contar con un nuevo enfoque proactivo respecto de los empleos del mañana, al tiempo que se rediseñan las cadenas de valor global y, con ellas, el modelo de crecimiento impulsado por la fabricación de períodos anteriores.

    La tarea de las empresas es darse cuenta de las nuevas oportunidades para reactivar el empleo. 

    1500 millones de trabajadores pueden perder sus puestos de trabajo en el mundo a causa del impacto de la pandemia, según OIT.

    El confinamiento impulsó el “futuro del trabajo” y para generar nuevos puestos es necesario que la gente mejore sus competencias y opte por las nuevas profesiones. Foto: Freepick.es
    El confinamiento impulsó el “futuro del trabajo” y para generar nuevos puestos es necesario que la gente mejore sus competencias y opte por las nuevas profesiones. Foto: Freepick.es
  • El espacio inadecuado afecta al colaborador

    Redacción Quito

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    Un espacio de trabajo poco agradable puede generar diferentes malestares en el trabajador. Así lo asegura Pablo Suasnavas, decano de la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad Internacional SEK, al hablar sobre áreas físicas inadecuadas en las empresas.

    Un área de trabajo decente, que ofrezca bienestar físico y emocional, conlleva una buena iluminación, ventilación adecuada, nivel de temperatura promedio, carencia de ruidos perturbadores, etc. A esto se suman muebles ergonómicos y espacios aptos para el funcionamiento de una oficina o actividades operativas.

    Si esto no existe, el principal impacto es para la salud de los trabajadores, dicen los expertos. Ellos podrían llegar a sufrir trastornos músculoesqueléticos, dolores de cabeza, vértigo, entre otros malestares en su salud.

    Esto lo vivió Mariana Paredes, jubilada, luego de trabajar 30 años en una oficina en la que permanecía más de ocho horas en un escritorio. Tenía dolores de cabeza permanentes por no estar su computador al mismo nivel de los ojos; además, se resfriaba permanentemente porque el espacio era muy frío y tenía que atender a personas que iban a hacer trámites.

    Si no se regulan las condiciones de temperatura, se puede llegar a generar, incluso, conflictos al interior de los diferentes departamentos de la organización.

    “Si en una oficina o área operativa hace calor en una zona y en otra un trabajador tiene frío porque el aire acondicionado le da en la nuca, habrá problemas. Es posible que el primero apague el aparato y los que están acalorados reclamen. De esta manera, hay fricciones, la productividad baja y los resultados no son los esperados”, explica Suasnavas.

    Por otro lado, cuando no existe buena iluminación pueden producirse errores por problemas en la vista que se puedan generar. En el caso de ruido, que impide la conversación o concentración, también se genera un impacto en los resultados laborales.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece modelos que deben aplicarse en las diferentes regiones del mundo para entornos laborales sanos.

    Esto incluye, además de las buenas condiciones de oficina u áreas operativas, comedores con comida balanceada, zonas de terapia física, lugares para hacer pausas o descanso, etc. Asimismo, el trabajador debe tener un espacio adecuado frente a otro compañero.

    El Decreto Ejecutivo 2393, que data de 1986, determina que entre un empleado y otro debe haber un área de dos metros por dos. Es fundamental evitar el hacinamiento, ya que es foco de enfermedades, tendinitis, afectaciones psicológicas, entre otros.

    Javier Verdezoto, CEO de Nexos Talent EFH, indica que si una empresa detecta que sus espacios no son adecuados debe generar planes de acción para un cambio. El trabajo con los departamentos de talento humano y de seguridad y salud son fundamentales.

    Banco Procredit decidió realizar algunos cambios a sus espacios de labor, con el objetivo de impulsar la comunicación directa entre jefes y trabajadores, el ahorro de recursos energéticos y de agua, un mayor contacto con la naturaleza, menos ruido, etc.

    “Las estaciones de trabajo incluyen separaciones entre escritorios mediante paneles, plantas y cambios de nivel, permitiendo que cada colaborador tenga su espacio personal en un ambiente dinámico. Además, se incluyen áreas de almacenamiento y cajoneras con ruedas, que pueden ser usadas como asientos. Los puestos de trabajo funcionan en islas de dos, cuatro y seis puestos”, indican Ana Triviño y Estefanía Beltrán, arquitectas a cargo de estas modificaciones de espacios.

    Sebastián Lima, director de Calidad, Servicio y Selección de la consultora de RR.HH. Adecco, explica que en el mundo varias empresas han adoptado, o lo están haciendo, la filosofía Happiness o Great Place to Work, que va de la mano con asegurar y velar el correcto funcionamiento de las instalaciones y proporcionar al colaborador un experiencia satisfactoria en la empresa.

    Glovo, por ejemplo, busca aplicar una política de bienestar pues cuenta con cocina, refrigeradora, snacks saludables, comedor, calefacción para los días fríos, etc.

    Además de cualquier mejora de espacio, sin embargo, debe haber limpieza permanente. El vocero de Adecco dice que es necesario gestionar con el departamento encargado de este proceso que el puesto de trabajo al inicio de la jornada laboral esté en correcto estado. Las áreas que deben recibir mayor aseo o más veces al día son los baños, el comedor y las zonas comunes, tanto para empleados como para visitas externas.

    En áreas industriales se deberá contar con recursos especializados en limpieza de este tipo de empresas, ya que las especificaciones van a ser diferentes a la de una de otro tipo. Esto permite minimizar el riesgo de accidentes laborales u otro inconveniente con los empleados.

    Las temperaturas extremas, la falta de aseo, la carencia de mobiliario ergonómico y otros aspectos pueden llevar a que la productividad del equipo disminuya. Foto: Freepik.es
    Las temperaturas extremas, la falta de aseo, la carencia de mobiliario ergonómico y otros aspectos pueden llevar a que la productividad del equipo disminuya. Foto: Freepik.es
  • La capacitación mejora los ánimos

    María Vanessa Silva

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    En un mundo laboral cada vez más competitivo, las empresas apuestan por optimizar los procesos, reducir o evitar pérdidas, y obtener los mejores resultados. La capacitación y formación es clave para lograr esos objetivos. Y la meta es potenciar las habilidades del equipo para adelantarse a la competencia.

    Las organizaciones que invierten en esta materia obtienen múltiples beneficios. Producen actitudes más positivas entre sus colaboradores, aumentan su rentabilidad, crean una mejor imagen institucional, facilitan que el personal se identifique con la firma, mejora la relación jefe-subordinados, describe Paúl Murillo, líder nacional de Permanent Placement y Consultoría de Adecco Ecuador.

    Además, agrega Murillo, apostar por la preparación del talento humano proporciona información sobre necesidades futuras de personal a todo nivel y facilita la promoción de los empleados. Todo ello abona favorablemente en la operatividad de los negocios.

    Los efectos en los trabajadores van desde subir la moral, mejorar el conocimiento de los diferentes puestos y, por tanto, el desempeño. Así mismo incrementa la productividad y calidad del trabajo, y ayuda a solucionar problemas, anota el experto.

    “Sin recursos humanos con habilidades actualizadas y sin capacidades institucionales sólidas y efectivas para actualizar esas habilidades, el tránsito hacia una economía de alta productividad con empleo productivo y trabajo decente para todos es imposible”, recoge un informe sobre formación profesional en América Latina, publicado en el 2017 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

    En el país existen 466 empresas calificadas como operadores de capacitación y, además, hay 546 personas profesionales autorizadas como capacitadores independientes, según registros de la Secretaría Técnica del Sistema Nacional de Cualificaciones Profesionales (Setec).

    Hasta noviembre del 2019 más de 87 000 personas fueron capacitadas. La mayoría pertenecen a Pichincha, Guayas, Cotopaxi y Chimborazo.

    Los cursos de capacitación con mayor demanda son: prevención de riesgos laborales, trabajo en altura, fundamentos de seguridad y salud en el trabajo, cajeros, gastronomía, entre otros.

    “Los beneficios de la formación continua son contar con personal altamente cualificado, mejorar la productividad, actualiza conocimientos, permite adaptarse a la transformación digital y fortalece al talento humano”, destaca la Setec.

    Dos de las organizaciones de formación más activas, según la Secretaría, son el Instituto Técnico del Petróleo (ITP) y Solari Centro de Capacitación. Las áreas temáticas más demandadas en estos establecimientos son la prevención de riesgos y la de cajeros bancarios.

    “El objetivo de nuestras capacitaciones es la prevención de riesgos del personal que trabaja en las empresas de las áreas industriales, así como también el cuidado de los ríos, lagos, árboles, lagos, montañas, entre otros”, refiere Golda Rodríguez, directora del Instituto del Petróleo.

    Mauricio Vásquez, gerente de Solari, agrega que la malla curricular de la formación continua debe responder a las necesidades operativas que demandan de las empresas y que no son plenamente satisfechas por la instrucción académica de las universidades.

    Desde el sector público, el Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) cuenta con 457 cursos, los más solicitados tienen que ver con servicios socioculturales, administración y legislación, alimentación, gastronomía y turismo, y electricidad.

    El 2019, 36 715 personas fueron preparadas por el Secap. “Las capacitaciones son diseñadas bajo el enfoque de competencias laborales. Es decir, el participante adquiere conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para llevar a cabo exitosamente una determinada actividad productiva. Dichas habilidades pueden ser administrativas o técnicas”, explica la entidad.

    La legislación ecuatoriana en materia tributaria contempla incentivos para las empresas que brindan capacitaciones, para las firmas que invierten en la preparación de su personal y para las personas que reciben estipendios para su educación.

    Por ejemplo, las instituciones capacitadoras sin fines de lucro, y los ciudadanos que gozan de estupendios están exentos del pago del impuesto a la renta, anota el experto tributario John Arias, gerente de Census Consultores.

    Así mismo, son deducibles para los empleadores las contribuciones a favor de los trabajadores para fines de capacitación, entrenamiento profesional y de mano de obra. Las micro, pequeñas y medianas empresas,tienen derecho a deducirse el 100% adicional en los gastos por capacitación.

    El Secap es uno de los centros más grandes del país. En el 2019 más de 36 000 personas fueron capacitadas. El Servicio posee 457 cursos. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    El Secap es uno de los centros más grandes del país. En el 2019 más de 36 000 personas fueron capacitadas. El Servicio posee 457 cursos. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Selección de personal con inteligencia artificial

    Foro Económico Mundial
    redaccion@revistalideres.ec (I)

    Relacionadas

    Una cadena de supermercados ha incorporado un sumiller virtual que ofrece al cliente el vino más adecuado para cada tipo de comida. En Estonia se diseña un robot juez que pueda atender pequeños juicios.

    La Inteligencia artificial lo cambia todo y también la forma de contratar trabajadores en las empresas. Los modelos de selección de personal con videoentrevistas y cuestionarios que califica un algoritmo para clasificar a los candidatos más apropiados para cada vacante se hacen fuertes en España.

    El candidato tiene normalmente cinco días para realizar una entrevista online (aunque el periodo puede variar dependiendo de la empresa contratante). El seleccionador de personal diseña las preguntas y el candidato contesta en su casa o en el lugar que prefiera. “El seleccionador ahorra tiempo y el candidato valora el sistema, porque el público cada vez esta más acostumbrado a grabarse en las redes sociales y poder elegir el lugar y el momento para realizarla es un plus”, asegura Beatriz Zabalegui, directora de Marketing de Easycrue.

    Esta compañía ha desarrollado un algoritmo de inteligencia artificial aplicado a las videoentrevistas, que sugiere los mejores perfiles gracias a un análisis automático de criterios como contenido verbal, prosodia y expresión gestual. “Ahora los encargados del proceso de selección pueden evaluar y clasificar las entrevistas por orden de interés y no por orden cronológico”, señala Zabalegui.

    Cada vez más empresas se suman a esta tendencia. “Su uso se está extendiendo porque a medida que se usan más canales de distribución, los puestos de trabajo se vuelven más especializados y se buscan eficiencias en el proceso de contratación, como cubrir más rápido vacantes”, explica Josep Curto, director académico del máster en Inteligencia de Negocio y Big Data de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC).

    Muchas empresas gestionan un alto volumen de candidaturas y seleccionar el candidato idóneo consume mucho tiempo y recursos, por lo que organizaciones como Telepizza, Porcelanosa, Prosegur, Securitas Direct, Five Guys, Econocon o Sprinter ya incluyen este sistema de videoentrevista para contratar personal en España.

    La IA tiene más usos en el terreno de la selección de nuevos trabajadores desde que se anuncia el puesto vacante. Cuando se publicita la oferta de trabajo se analizan los patrones de lenguaje para crear descripciones más atrayentes en función del canal de publicación usado o la distribución del anuncio en distintos canales. “Otro punto en el que se está trabajando es en la preselección de candidatos a partir de palabras claves y su correlación con la experiencia, capacidades y rasgos. Se denomina currículo prefiltrado o screening”, asegura Curto.

    “Además, otras empresas utilizan cuestionarios cerrados y abiertos, pruebas de capacidades y otros aspectos que evalúa un sistema de inteligencia artificial”.

    Sesgos

    El peligro que hay con los algoritmos basados inteligencia artificial es que los datos que se utilizan para seleccionar personal estén sesgados y muestren discriminaciones. “Por ejemplo, la selección de uno u otro candidato según sea una mujer en edad de tener hijos, que hayan estudiado en ciertas universidades o incluso cuestiones territoriales”, alerta Carlos Gutiérrez, Secretario de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de Comisiones Obreras (CC.OO.).

    La inteligencia artificial no está a salvo de las discriminaciones que sufren los trabajadores en el mundo analógico. En CC.OO. demandan a las instituciones que se controlen estas tecnologías y se hagan auditorías de los algoritmos, para que no se dé discriminación y existan valores éticos. “En muchos casos, el problema de las tecnologías es que se implantan en un estado de desigualdad”, añade Gutiérrez.

    Linkedin utiliza ‘machine learning’ en EE.UU. para ayudar a las empresas a no discriminar a candidatos por las posibles opiniones subjetivas de los seleccionadores. La herramienta funciona con criterios antisesgo, como la elección del candidato óptimo independientemente de su género.

    Pero, también la inteligencia artificial puede ser inclusiva. Esta misma plataforma ha comenzado a usarla para generar descripciones automáticas de las fotografías para hacer los contenidos más accesibles para personas invidentes. Además, estas descripciones se pueden añadir o no a las publicaciones de los usuarios.

    La tecnología de LinkedIn (empresa propiedad de Microsoft) está en proceso de desarrollo y estará disponible en este año.

    La inteligencia artificial y la robótica se utilizan en procesos de selección. Se usan para evitar la carga de trabajo que tienen los reclutadores. Foto: Freepik.es
    La inteligencia artificial y la robótica se utilizan en procesos de selección. Se usan para evitar la carga de trabajo que tienen los reclutadores. Foto: Freepik.es
  • Lo bueno y lo malo de procrastinar

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@ revistalideres.ec

    Relacionadas

    En la rutina laboral hay trabajadores que postergan o retrasan voluntariamente la ejecución de tareas asignadas. A ese acto se lo conoce como procrastinar. En otras palabras, es dejar las cosas para el último minuto.

    Revisar redes sociales, conversar con los compañeros de oficina, tomar un café o pasar un momento desconectado de Internet pueden considerarse procrastinación. Hay criterios encontrados que destacan efectos negativos y positivos para las organizaciones.

    En lo negativo se advierte que cuando es una práctica frecuente, puede resultar perjudicial para la productividad, ya que podría comprometer el cumplimiento de las metas, así como la calidad de los bienes o servicios que presta.

    Como positivo se observa que se da la oportunidad de disminuir el estrés del trabajador, le permite oxigenarse, le ayuda en su creatividad y mejora las relaciones interpersonales.

    El psicólogo Juan Francisco Gortaire explica que la procrastinación no es lo mismo que el ocio, porque en lo último hay factores de diversión, mientras que en lo primero hay la intención de aplazar una responsabilidad.

    “La comunicación ineficiente entre los equipos de trabajo podría ser un factor de procrastinación. También influye no tener orden ni prioridad de las tareas con una metodología base. Esto hace que el trabajador procrastine aquello que puede ser urgente e importante porque su trabajo lo demanda”, describe Gortaire.

    Factores socioculturales externos a la empresa, como las relaciones familiares, con amigos y más también influyen en el desempeño de una persona. “Cuando un trabajador se enfrenta a algún tipo de estrés, que está por fuera de lo laboral, puede afectar a su rendimiento”, agrega el psicólogo.

    Pablo Villacís, especialista en recursos humanos y administración de empresas, en un blog publicado por la firma Evaluar (con presencia en varios países, incluido Ecuador), expone tres características que distinguen a los procrastinadores. Son personas que buscan distracciones activamente, prefieren no tomar responsabilidades muy pesadas, y complican las cosas sencillas.

    Frente a ello, Villacís da cinco recomendaciones de lo que pueden hacer los departamentos de recursos humanos: asignar proyectos con trabajo subdividido, fijar fechas de entrega detalladas de las subdivisiones, crear ambientes especializados, incentivar los momentos de recarga (distracción), y la retroalimentación a través de evaluaciones de desempeño del personal.

    Una estructura adecuada de las tareas -con responsabilidades, tiempos y objetivos definidos-, más una efectiva comunicación y supervisión del cumplimiento de metas son claves para que la procrastinación no resulte nociva, añade Anna María Carrozzini, experta en talento humano.

    “Cada persona tiene identificados cuáles son sus momentos para hacer o tomar decisiones. Hay quienes son muy activas y quieren hacer todo ese mismo rato; y hay otras que se toman más tiempo porque son más analíticas o menos impulsivas. Lo que no podemos hacer es perder oportunidades por no tomar decisiones a tiempo”, reflexiona Carrozzini.

    Los expertos coinciden en que “no todo es trabajo” y que la productividad del personal también requiere de momentos de esparcimiento, más allá de las pausas activas. Eso sí, hay que prevenir que no se comentan excesos.

    “Procrastinar puede no ser tan malo”, sostiene una publicación de Linkedin de septiembre pasado, basada en un artículo de la revista Fast Company. Anisa Horton, autora del texto, argumenta que muchas recomendaciones para evitar la procrastinación no tienen fundamento.

    Linkedin cita tres de las cinco “mentiras” desmitificadas por Horton. La primera tiene que ver con que esta práctica “es un mal hábito del que tenemos que ­deshacernos cuanto antes”.

    La autora refuta que estos momentos pueden ser beneficiosos y conducir a mejores decisiones, ya que el tiempo permite juntar más información y procesarla.

    La segunda consiste en que es un problema de gestión de tiempo. El truco para ganar la partida está en explorar lo sentimientos que hacen que las personas quieran postergar una tarea y suavizar las asociaciones negativas.

    Y la tercera mentira desmitificada por Horton es que la procrasticación “disminuye el rendimiento”. Según la autora, cuando se tienen que encontrar soluciones creativas es bueno realizar descansos y darle tiempo al cerebro para procesar y hacer nuevas conexiones.

    Dejar las tareas asignadas para el último minuto es una práctica que puede resultar tanto positiva como negativa. Foto: Freepik.es
    Dejar las tareas asignadas para el último minuto es una práctica que puede resultar tanto positiva como negativa. Foto: Freepik.es
  • ¿Por qué aumenta el presentismo?

    Foro Económico Mundial (I)

    Relacionadas

    Si se ha sentido tan mal como para reportarse enfermo, pero ha sentido la presión de presentarse a trabajar, debe saber que no es el único. Trabajar cuando no se está bien física o mentalmente se llama presentismo y se está volviendo cada vez más común.

    El 83% de los empleados dijo que lo habían visto en su lugar de trabajo en los últimos 12 meses, según una encuesta de salud y bienestar laboral realizada por el Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD) del Reino Unido. En el 2010, solo el 24% experimentó el presentismo.

    Al mismo tiempo, la cantidad de empleados en el Reino Unido que toman licencia por enfermedad ha caído a un mínimo histórico de 5,9 días por persona al año. Casi dos tercios de los empleados le dijeron al Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD) que trabajaban durante sus vacaciones o cuando estaban de licencia por enfermedad.

    Un cuarto de los empleados cree que el presentismo está creciendo. El CIPD sostiene que es potencialmente más perjudicial para los individuos y las empresas que la ausencia por enfermedad. Y advierte que los líderes empresariales deben tomar más en serio el bienestar de los empleados.

    Los costos para las empresas están bien documentados. Se estima que el presentismo les cuesta a las empresas estadounidenses USD 226 000 millones al año. En Japón, el costo del rendimiento reducido por trabajar en malas condiciones de salud fue de USD 3 055 por empleado al año. En el Reino Unido, la “eficiencia laboral deficiente” debida a trastornos mentales cuesta USD 790 por persona al año, el doble del costo del ausentismo.

    Pero pocas empresas están haciendo algo al respecto, y menos de un tercio de los encuestados informan haber tomado alguna medida. Solo el 30% de estos intentaron investigar la causa del presentismo.

    Solo un tercio de las personas dijo que sus líderes fomentaban el bienestar mental a través de sus acciones y comportamiento, mientras que más de dos quintos sostuvo que el estilo de gestión era una causa de estrés, en comparación con un tercio en el 2018.

    “Los empleadores pueden introducir un conjunto de políticas de bienestar ejemplares y hacer una inversión seria en la salud de los empleados, pero si su actividad no está arraigada en la forma en que se maneja a las personas, no tendrá un impacto real”, dice el reporte del CIPD.

    Un mal ejemplo

    La investigación realizada por el Instituto de Estudios de Empleo del Reino Unido encontró que la cultura empresarial es una de las principales causas del presentismo. Los empleados que saben que en su ausencia sus compañeros deberán realizar su trabajo, por ejemplo, los maestros y enfermeros, tienen más probabilidades de trabajar cuando están enfermos.

    Los gerentes que dan el mal ejemplo de trabajar cuando están enfermos fomentan comportamientos similares en sus equipos. La inseguridad laboral para el personal con contratos a plazo fijo o en empresas en reestructuración es un factor importante, en especial cuando los jefes consideran la asistencia como una señal de compromiso.

    Las políticas diseñadas para reducir el ausentismo podrían provocar más enfermedades y menor productividad en el lugar de trabajo. La reducción de los beneficios por enfermedad da como resultado que las personas vayan a trabajar cuando antes se habrían reportado enfermas.

    La aseguradora de salud Vitality dice que la pérdida de productividad por problemas de salud le cuesta a la economía del Reino Unido más de USD 100 000 millones (77 000 millones de libras) al año, lo que, según argumenta, podría reducirse significativamente si las empresas invirtieran en programas adecuados de salud y bienestar para sus empleados.

    Acceso a los beneficios

    La encuesta anual sobre lugar de trabajo más saludable de Vitality encontró que el 40% del personal sentía que los problemas de salud habían afectado su trabajo en el último año. Los empleados del Reino Unido perdieron un promedio de 35,6 días de tiempo productivo debido a la mala salud y más del 90% de ese tiempo se debió al presentismo. La pérdida de productividad fue mayor entre los trabajadores de menores ingresos y más jóvenes.

    Si bien las mujeres tienen mejores indicadores de salud que los hombres, por ser menos propensas a la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol alto, son quienes más horas de trabajo perdieron por mala salud. La depresión fue casi el doble de prevalente entre las trabajadoras mayores de 60 años que entre los hombres de la misma edad.

    Lograr que los trabajadores utilicen los beneficios de bienestar es un problema para algunos empleadores. Las empresas en la encuesta de Vitality ofrecían un promedio de 20 medidas de salud y bienestar para el personal, como frutas frescas y examen clínico, entre otras. Pero solo un cuarto de los empleados sabía que estos beneficios estaban disponibles.

    Imagen referencial. Casi dos tercios de los empleados dicen que trabajaban durante sus vacaciones o cuando estaban de licencia por enfermedad, según un estudio en Reino Unido. Foto: Pxhere
    Imagen referencial. Casi dos tercios de los empleados dicen que trabajaban durante sus vacaciones o cuando estaban de licencia por enfermedad, según un estudio en Reino Unido. Foto: Pxhere
  • Los planes de contingencia son vitales

    María Vanessa Silva

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    Relacionadas

    En el desarrollo de actividades las organizaciones se enfrentan a constantes desafíos imprevistos internos y externos. Estructurar adecuados planes de contingencia y de gestión de crisis ayudan a mitigar riesgos en situaciones de emergencia.

    La coyuntura que experimentó la semana pasada Ecuador debido a la paralización de actividades, por parte de grupos sociales opuestos a las medidas económicas, obligó a las empresas ha aplicar estrategias de diversa índole que permitan continuar con las operaciones dentro de lo posible.

    La gran mayoría de organizaciones están poco o nada preparadas para acontecimientos externos que se suponen nunca pasarán y no son tomados en cuenta; es decir, no se tiene la información adecuada para tomar decisiones, afrontado los factores externos de actuación y comunicación del entorno, y además la incertidumbre de su propia fuerza laboral, explica Juan Pablo Piedra, director de la Maestría en Seguridad y Salud Ocupacional de la Udla.

    Una solución viable a esto, dice el experto, es generar un plan de gestión de crisis, pero para abordarlo se necesita entender el entorno empresarial, los factores que pueden potenciar o desencadenar una posible crisis, cuáles son los riesgos asociados a estos escenarios, cómo se pueden identificar, evaluar, comunicar, controlar. En resumen, anticiparlos es la clave para generar medidas de contingencia adecuadas y estratégicas para mantener una efectiva continuidad de negocio.

    Los planes de contingencia pueden ser globales para toda la empresa, por áreas o por procesos de mayor exposición o riesgo. Deben ser constantemente actualizados, anota Pilar Moncayo, vocera de la Asociación de Gestión Humana del Ecuador (Adghe).

    Los expertos señalan que es conveniente efectuar planes de contingencia dependiendo el riesgo. Cada empresa debe tener mecanismos propios de defensa y actuación ante acontecimientos internos y externos, deben ser suficientes y efectivos.

    Evaluación, planificación, simulación y ejecución son los elementos básicos que debe contener un plan de contingencia. Se añade la capacitación constante del talento humano, de modo que su reacción ante eventos inesperados sea la adecuada para no poner en peligro la operación del negocio.

    Los trabajadores deber tener claro cuáles son sus responsabilidades para afrontar una crisis. Los simulacros son valiosas herramientas de evaluación.

    Frente a los acontecimientos suscitados desde que empezó la paralización de actividades en el país, que complicó el traslado de bienes y personas, importantes firmas afiliadas a la Adghe se han valido de modalidades como el teletrabajo para que el personal labore desde sus hogares y al mismo tiempo precautelar su integridad.

    Así procedieron Tanasa y Proesa, afiliadas a Philip Morris International (PMI) en Ecuador. Informaron que manejan comunicación continua con el personal, de acuerdo al monitoreo constante del equipo de seguridad.

    Otras empresas aplicaron jornadas reducidas. Corporación Maresa, por ejemplo, activó planes para trabajo flexible y con horarios que minimicen el impacto en los clientes.

    Un artículo publicado por la Universidad de Cornell en Estados Unidos, recomienda que las empresas debieran trabajar en una identificación adecuada de amenazas que pueden ocasionar crisis entendiendo que no todas se pueden evitar, refiere Piedra.

    La priorización de los escenarios y la capacidad de afrontarlos son cruciales para empezar a planificar medidas de intervención y actuación, algunos ejemplos pueden ser: fallas operativas de maquinaria, problemas legales, pérdida de propiedad intelectual, imagen corporativa afectada o un brote de enfermedad en el lugar de trabajo, protestas y paros, etc.

    Un plan de reacción efectiva ante eventos inesperados reduce las afectaciones al negocio. Foto: Ingimage
    Un plan de reacción efectiva ante eventos inesperados reduce las afectaciones al negocio. Foto: Ingimage
  • Los robots impactarán en los siguientes 20 años

    Foro Económico Mundial (I)

    Relacionadas

    Las próximas dos décadas prometen una revolución a gran escala en nuestras vidas laborales. Antes de estudiar los próximos 20 años, sin embargo, es fundamental analizar la situación actual.

    Ya estamos viviendo en una época de muchos robots y muchos empleos. A medida que la cantidad de robots en el trabajo ha alcanzado niveles récord, vale la pena señalar que, según un informe del mes pasado, en 2018 el nivel de desempleo mundial cayó a 5,2 %, el nivel más bajo en 38 años.

    En otras palabras, la alta tecnología y empleo no tienen que ser mutuamente excluyentes. Estamos viviendo la prueba de eso.

    Dada esta sincronicidad entre el empleo y la tecnología, existen razones para esperar que los empleos sean más accesibles, más flexibles y más liberadores en las próximas dos décadas.

    Entre los cambios que se anticipan está el hecho de que la inteligencia artificial y la robótica, finalmente crearán más trabajo; no habrá falta de empleos sino, de no adoptar las medidas adecuadas, una escasez de personas calificadas para ocupar esos empleos; A medida que el trabajo remoto se convierta en la norma, las ciudades ingresarán a las guerras de talentos del futuro. Desconectar el trabajo de un lugar les dará a las personas una nueva libertad geográfica para vivir donde deseen, y las ciudades y las áreas metropolitanas competirán para atraer a esta nueva fuerza laboral móvil.

    Un estudio de Freelancing America prevé que para el 2027 la mayoría de trabajadores será independiente. El cambio tecnológico seguirá aumentando, por lo que el aprendizaje de nuevas habilidades será una necesidad constante durante toda la vida.

    El debate más constructivo no es si habrá cambios, sino qué hacer para garantizar los mejores y más inclusivos resultados.

    Repensar la educación

    El rápido cambio tecnológico significa que las personas que operan máquinas en continua evolución deben aprender nuevas habilidades rápidamente. Nuestro sistema educativo actual se adapta a los cambios muy lentamente y funciona de manera muy ineficaz para este nuevo mundo.

    Debemos construir un sistema educativo para el aprendizaje permanente, y una cultura que lo promueva. La reconexión del sistema debe comenzar con el jardín de infantes, que debe ser gratuito y obligatorio, mientras que la educación debe seguir siendo igualmente accesible durante toda la vida laboral de una persona.

    Las habilidades, no el historial universitario, serán lo importante para la futura fuerza laboral, así que si bien debemos asegurarnos de que la universidad sea asequible, también debemos asegurarnos de que la educación superior valga la pena, o revisarla por completo y aprovechar enfoques más progresivos para la capacitación de habilidades. Los programas de formación profesional centrados en las habilidades, así como otras formas de aumentar el nivel de las mismas (como las pasantías), deben ser ampliamente accesibles.

    Además, el sistema educativo debe dotar a las personas de habilidades en las que las máquinas no son buenas (todavía). Esto significa metahabilidades como el espíritu empresarial, el trabajo en equipo, la curiosidad, el diálogo, la adaptabilidad, entre otros.

    El cambio de las protecciones sociales laborales

    Los sistemas de impuestos, asistencia médica, seguro de desempleo y jubilación se crearon para la era industrial y no beneficiarán a nadie en el futuro si no se hacen reformas importantes.

    Durante décadas, ese sistema estuvo en consonancia con la forma en que se empleaba a la mayoría de los trabajadores. Sin embargo, según un nuevo informe del Foro, como eso ha cambiado —y de hecho está pasando frente a la gente rápidamente— todas las partes deben “estudiar la desvinculación de los beneficios y las protecciones de empleos a tiempo completo y distribuirlos de manera más equitativa entre la fuerza laboral productiva”.

    Flexibilidad

    Mediante la acción conjunta, el Gobierno y las empresas pueden facilitar la vida de las personas al crear más inclusión. Pueden comenzar a hacerlo al aceptar el trabajo remoto, el horario flexible y el poder de la plataforma.

    Con frecuencia, trabajar en una oficina no es posible ni práctico para los padres primerizos, los padres solteros, quienes viven con una discapacidad o muchos otros en nuestra sociedad, pero si tienen la opción de trabajar desde casa o fijar sus propios horarios.

    El empleo enfrentará grandes cambios en las próximas dos décadas. Para enfrentar esto son necesarios ajustes en la educación, las jornadas, etc.
    El empleo enfrentará grandes cambios en las próximas dos décadas. Para enfrentar esto son necesarios ajustes en la educación, las jornadas, etc. Foto: Ingimage
  • La productividad laboral está en la actitud diaria

    Evelyn Tapia

    Relacionadas

    Suena la alarma, el resplandor que entra por la ventana le anuncia que amaneció. Sus ojos se abren y debe ir a trabajar.

    ¿Cómo reacciona ante esa escena? ¿Le produce fatiga, indiferencia o le motiva comenzar un nuevo día de labores?

    Si se identifica con las dos primeras opciones, es probable que su rendimiento no sea el más adecuado durante la semana.

    Daniel Dávalos, vocero de la firma Selecta, explica que para ser más productivo en la semana, la clave está en comenzar a planificar desde el fin de semana.

    Él recomienda que el empleado dedique una hora de la tarde del domingo para visualizar los objetivos de la semana. Luego, se debe identificar el más importante y concentrarse en qué se debe hacer para lograrlo. “Con esto en mente, el lunes es ideal ingresar más temprano al trabajo para realizar las actividades que permitirán alcanzar el objetivo que se identificó
    el domingo”.

    Aunque existen días en los que la gente es menos productiva que en otros (hay analistas que señalan que el lunes es el día menos productivo de la semana para los empleados), para Grecia Logroño, experta en recursos humanos de la consultora Sosa Group, el clima laboral es un factor clave.

    La analista considera que el clima laboral incide directamente en la motivación del colaborador para acudir al trabajo con una actitud positiva que le permitirá ser más productivo, indistintamente del día de la semana. Nadie quiere permanecer ocho horas en un lugar en el que la pasa mal con sus compañeros y con sus jefes.

    La construcción de un clima laboral bueno depende de la empresa y del trabajador, dice la experta. Por un lado, la compañía motiva al empleado cuando le permite participar de la toma de decisiones y tiene en cuenta su opinión.

    Logroño añade que otra forma en que las empresas pueden contribuir en este aspecto es al encargar a su personal nuevos proyectos, con lo que el trabajador no se sentirá estancado en una rutina.

    También hay motivación cuando los jefes apoyan iniciativas planteadas por los trabajadores.
    Del lado del empleador, las aptitudes y capacidades profesionales que posea la persona no son suficientes para tener días productivos y con motivación en el trabajo, dice María Elena González, gerenta de Talento Humano de la Cooperativa Cooprogreso.

    Según González, el trabajador debe contribuir además, con su buena actitud. “Si la empresa aporta con herramientas, formación y liderazgo, pero aun así el empleado no tiene una buena actitud, no habrá productividad y el empleado debe plantearse por qué está en ese trabajo”.

    González agrega que la predisposición laboral pasa por valorar el aprendizaje que se adquiere en el día a día y por asumir el compromiso de contribuir con lo mejor de uno en su área.

    Hay otro factor que incide en la motivación y en la productividad, además del clima y es la tendencia a la procrastinación.

    Un estudio de la firma Voucher Cloud, en Reino Unido, determinó que de toda la jornada de trabajo diaria solo dos horas y 23 minutos correspondían a horas productivas entre los empleados encuestados.

    El estudio recogió respuestas de 1 989 personas. Las principales actividades que distraían a los encuestados fueron: revisar redes sociales, leer noticias y conversar con los colegas.

    Procrastinar o distraerse en el trabajo merma la productividad. ¿Pero por qué nos distraemos?
    Un artículo de The New York Times, publicado en julio del año pasado, explica que las personas tienden a procrastinar porque el cerebro da prioridad a actividades que proporcionan satisfacción inmediata por encima de aquellas que generan recompensas a largo plazo. Por eso, los trabajadores suelen hacer cosas simples que no demandan tiempo y esfuerzos (revisar un chat, leer una nota viral, ver un video), pero que al acumularse, reducen buena parte del tiempo usado en laborar.

    Para mermar el tiempo perdido en distracciones, se debe adoptar una actitud orientada hacia la consecución de metas realistas, dice González. Fijarse objetivos que sobrepasan las capacidades es frustrante, acota la especialista.

    Cada día, el empleado de fijarse objetivos a cumplir en plazos determinados, ordenándolos de acuerdo con la urgencia de cada uno. Puede adoptar el hábito de elaborar una lista e ir tachando las actividades cumplidas.

    Tener labores sin una fecha límite propicia a posponer responsabilidades.

    Una jornada productiva depende del empleado y del empleador. La empresa debe propiciar un clima de motivación y el trabajador, cumplir metas. Foto: Ingimage
    Una jornada productiva depende del empleado y del empleador. La empresa debe propiciar un clima de motivación y el trabajador, cumplir metas. Foto: Ingimage