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  • Cacao que destaca la vida de los chachis

    Marcel Bonilla (f) 
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    Un estante construido con caña guadúa y decorado con plantas de cacao sirve para exhibir los productos derivados del grano con la marca Canandé.

    En unas 80 mil envolturas se lee la marca del producto. Se encuentran en la bodega de la empresa Lilkims S.A., que opera en Esmeraldas fabricando pasta de cacao desde hace seis meses.

    El origen del nombre del sello guarda relación con la población chachi de Canandé, dedicada al cultivo de cientos de hectáreas de cacao en Quinindé, centro de la provincia de Esmeraldas.
    Esta empresa esmeraldeña se dedica a elaborar barras 100% de cacao fino de aroma. Se venden en el mercado esmeraldeño a través de ocho tiendas a USD 3,65.

    La iniciativa de crear una empresa cacaotera surgió hace tres años del gerente propietario de la firma, Mario Guevara. Después de diferentes procesos legales, hace seis meses comercializan su producto en el mercado local.

    La inversión inicial fue de USD 20 000. El monto se consiguió a través de créditos de la banca estatal y privada, que apoya iniciativas productivas de esta naturaleza en la provincia de Esmeraldas.

    Con esos recursos se logró montar una fábrica artesanal para la elaboración de la barra de cacao fino de aroma, en las afueras de la ciudad de Esmeraldas. Se vinculó a los productores de cacao de la comunidad de Timbre, ofreciéndoles cancelar un mejor precio por la pepa dentro de la mazorca.

    De acuerdo con la Mesa de Cacao de Esmeraldas, unos 18 000 productores viven en la provincia de esa actividad. Uno de ellos es Libio Véliz, quien vende su producción a la empresa Lilkims S.A., porque garantiza buenos precios.

    En estos primeros seis meses de producción se ha trabajado en el posicionamiento de la marca Canandé. Una cadena de productos de consumo, que abrió sus puertas en la ciudad, compra el 80% de la producción de Canandé.

    En Esmeraldas se trabaja en el impulso de la marca con la ayuda de 10 personas. Ellos están llevando la propuesta a otras provincias del país para ampliar el mercado en Quito y Guayaquil.

    “Esta es una empresa esmeraldeña que no solo presenta la materia prima, sino que ha empezado a dar valor agregado al producto”, dice Roxana Benítez, directora de emprendimiento de la Universidad Católica de Esmeraldas.

    Alfredo Santillán, responsable del trabajo técnico en la empresa, se encarga de verificar la calidad del cacao producido en comunidades como Timbre, de donde sale la mayor cantidad del producto.

    Explica que entre las proyecciones de la empresa está lograr la exportación de los productos derivados del cacao, más aun tras el acuerdo con la Unión Europea.

    Desde Esmeraldas dos asociaciones exportan cacao a Suiza, pero Santillán señala que se puede lograr más espacios en Europa.

    Por eso la empresa se preocupa del cuidado del ambiente, a través de una finca modelo, en donde se siembra cacao orgánico.

    La idea, también, es mostrar a los productores sobre la agricultura sin químicos.

    Los directivos de Canandé trabajan en la obtención de pasta, miel, vino, jaleas, etc., hechas con el cacao. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Los directivos de Canandé trabajan en la obtención de pasta, miel, vino, jaleas, etc., hechas con el cacao. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Las flores secas toman una nueva vida en sus artesanías

    Redacción Quito

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    Colibríes, loros, diablos humas, la Mitad del Mundo, el volcán Cotopaxi, imágenes de las nacionalidades Salasaca, Saraguro, Otavaleña, Tsáchila, Afro…Esos son algunos de los diseños utiliza Judith Campaña para sus artesanías elaboradas con flores secas.

    La idea es darle una nueva utilidad a las flores y lograr un presente que perdure. Sin embargo, las flores que utiliza Campaña no son las que usualmente se pulverizan con el tiempo, ya que el proceso de secado es diferente, permitiendo que los pétalos sean manejables para trabajarlos sin que se destruyan.

    Campaña empezó con esta labor, que bautizó como “Arte en Flores Secas”, luego de una ‘mala racha’ en los negocios: le robaron un bar, le quitaron un local donde vendía comida rápida y no resultó otro negocio de la misma línea en su natal Baños.

    Ella regresó a Quito pensando qué hacer y recordó su experiencia en arreglos con flores secas, pero decidió darle un valor agregado. Por ello se autoeducó para empezar con un emprendimiento que ya lleva tres años en el mercado. Hasta definir la técnica adecuada, invirtió cerca de USD 300 haciendo pruebas en cantidades pequeñas.

    Entre los productos que oferta se cuentan aretes, imanes, cajas con juegos de portavasos, tarjetas y hasta cuadros. En sus diseños busca plasmar la identidad ecuatoriana y la dualidad, por ejemplo si elabora un trabajo con la imagen de dos otavaleños, una figura es masculina y otra femenina. “Venimos de eso y tenemos que mantenerlo”, asegura, al comentar que además los productos que reflejan la cultura nacional atraen a los clientes, sobre todo extranjeros.
    Para su trabajo Campaña compra rosas blancas para tinturarlas con una mezcla de colorantes, agua y aceite de glicerina, en un proceso que dura ocho días. Con este último ingrediente consigue que las flores sean manejables y no se rompan.

    Luego, con una técnica especial sigue el secado que lleva otros ocho días y pasa a una prensa donde el pétalo permanecerá 15 días. Con el material listo inicia la elaboración de las figuras que se forman con los pétalos cortados y armados de acuerdo al diseño, en un trabajo hecho 100% a mano. También, utiliza madera, cartón, metal, cristal líquido, asas para los aretes y magnetos.

    Un cuadro de 30 x 40 cm le toma ocho horas (bajo pedido y con un precio a convenir); en las cajas con portavasos tarda unas cuatro horas y en los aretes o imanes de 30 minutos a una hora y media, según el diseño.

    Cada mes invierte en materiales alrededor de USD 200, obteniendo (luego de recuperar la inversión), una ganancia de entre el 40 y 60%. Estos ingresos son variables ya que su método de comercialización es principalmente en la feria artesanal de los sábados en la plaza Foch, aunque también asiste a otras ferias.

    Con la ayuda de sus hijos está en Facebook e Instagram para promocionarse, pero lo habitual es que sus clientes la refieran a otros y nacen los pedidos. Produce alrededor de 10 docenas de pares aretes, una docena de portavasos y dos docenas de imanes al mes.

    Judith Campaña busca difundir las imágenes representativas de la cultura ecuatoriana en sus artesanías hechas 100% a mano. Foto: LÍDERES
    Judith Campaña busca difundir las imágenes representativas de la cultura ecuatoriana en sus artesanías hechas 100% a mano. Foto: LÍDERES
  • ‘La madurez es clave para la vida laboral’

    Redacción Quito

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    América Latina busca soluciones para la desaceleración económica que amenaza con revertir los avances sociales cosechados. La pregunta principal es ¿cómo lograr un crecimiento sostenido que beneficie a todos los ciudadanos y que no esté a expensas de la variación de los precios de las materias primas o de los vientos a favor en la economía global?

    Según el último Reporte de Economía y Desarrollo (RED 2016), publicado por CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, es contar con trabajadores mejor formados que sean capaces de desempeñarse exitosamente en las ocupaciones que requiere el mercado laboral.

    Según CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, hoy solo la mitad de los jóvenes latinoamericanos completa la educación secundaria; dos de cada tres estudiantes no cuentan con las competencias matemáticas básicas; 20 millones de jóvenes -el 20% del total- no estudian ni trabajan; casi la mitad de los empleados trabajan en el sector informal.

    Bajo este panorama, el RED 2016 recomienda que los esfuerzos que se hagan en la esfera educativa, como dotar a las escuelas de más y mejores recursos, deben estar acompañados de iniciativas públicas que ayuden a las familias a invertir más tiempo de calidad en el desarrollo de sus hijos. “Paralelamente, la conexión del sistema educativo con el mundo del trabajo puede contribuir a mejores decisiones vocacionales y ocupacionales de los jóvenes, a través de proveer formación, información y experiencias que permitan la transición a buenos empleos”.

    Pablo Sanguinetti, economista jefe y director corporativo de Análisis Económico y Conocimiento para el Desarrollo de CAF, sostiene que parte de los problemas de productividad en la región tienen que ver con la idea de que los trabajadores no tienen la capacidad requerida para tener trabajos con mayor valor agregado.

    El vocero el organismo agrega que los trabajadores, cuando ingresan al mercado, tienen tres habilidades básicas: las cognitivas, que les permite verbalizar, analizar y razonar; las capacidades emocionales que tienen que ver con la relación personal y la responsabilidad; y las habilidades físicas, con la capacidad motora y la salud como ejes. “Creemos que la madurez de la persona es clave, en especial al principio de la etapa laboral”.

    Sanguinetti añade que otra clave para tener un mejor capital humano es motivar a los chicos y revisar un ambiente en el que crecen los jóvenes. Además, agrega que las decisiones que las personas toman en sus primeros años de trabajo ayudan a desarrollar determinadas habilidades.

    ¿Qué tan complicado es desarrollar esas habilidades? Sanguinetti considera clave que los programas públicos aseguren esa suerte de entrenamiento. En la región, añade, es común ver niños que llegan a la escuela con deficiencias. “Es evidente las diferencias del desempeño al analizar a la población por ingresos económicos. Los quintiles más pobres están muy atrasados en desarrollo cognitivo comparado con niños de familias de altos ingresos”.

    Parte de la solución también está en las empresas privadas, dice el director corporativo de Análisis Económico y Conocimiento para el Desarrollo de CAF. “En una empresa formal, pueden acumular una serie de habilidades técnicas y personales. Además, la relación con otros profesionales siempre es una fuente de aprendizaje”.

    Pablo Sanguinetti, de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina). Foto: cortesía CAF-Banco de Desarrollo de América Latina
    Pablo Sanguinetti, de CAF (Banco de Desarrollo de América Latina). Foto: cortesía CAF-Banco de Desarrollo de América Latina
  • La música andina da vida a este emprendimiento

    Redacción Sierra Norte (F) Contenido intercultural

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    Con siete cañas delgadas, atadas con una piola, José Luis Pichamba construye un instrumento musical.

    “La palla -un rondador pequeño- es un elemento típico de Otavalo”, explica este artesano y músico a los turistas que visitan su taller, ubicado en la comuna de Peguche, en Imbabura.
    El local de fabricación de instrumentos andinos lleva el nombre de Ñanda Mañachi, que en español significa Préstame el Camino.

    En las paredes del inmueble, que parece un museo, cuelgan decenas de instrumentos musicales de viento y de cuerda. Resaltan los rondadores de Ecuador; las quenas de Perú; los toyos, de Bolivia.

    También se pueden observar charangos, bandolines, guitarras, en otros instrumentos.
    Con 58 años de edad, Pichamba recuerda que los visitantes extranjeros comenzaron a llegar a Peguche cuando él tenía 12.

    Eso le dio la idea de ofrecer un servicio a las operadoras turísticas, aprovechando sus habilidades para interpretar instrumentos de viento, cuerda y percusión.

    Desde ahí, el artista y director grupo de música andina Ñanda Mañachi recibe a grupos de turistas, básicamente de extranjeros.

    Con los años, su sueño se convirtió en un emprendimiento familiar. Ahora sus siete hijos le ayudan a elaborar los instrumentos musicales. Además, sus hijas Paola y Lucía confeccionan artesanía. La primera ofrece aretes y collares con diseños étnicos y la segunda, atrapasueños, un círculo de madera adornado con mullos y plumas, que según la cosmovisión indígena alejan las pesadillas.

    Todos estos artículos, además de los discos del grupo Ñanda Mañachi , se ofrecen a los visitantes, mientras relatan la historia música de América Latina.

    Una palla vale USD 3, una quena 10 y un rondador 15. Con la venta de estos artículos se financia esta iniciativa, pues no cobran el ingreso ,ni a los turistas ni a las operadoras de turismo.

    El Taller de Instrumento Andinos Ñanda Mañachi es parte del circuito turístico, denominado Otavalo Full Day, que ofrecen más de 15 agencias de viaje.

    Es por ello que cada día uno de los miembros de la familia Pichamba actúa como guía turístico.

    El martes anterior, por ejemplo, estuvo el patriarca de la familia luciendo su larga caballera, peinada en trenza, y la ropa tradicional de los kichwas de Otavalo (pantalón, camisa y alpargatas blancas, sombrero crema y poncho azul).

    Uno de los atractivos es el recorrido por el continente que realiza Pichamba entonando la música de cada país. Así con la quena interpretó una cumbia colombiana, un sanjuanito de Ecuador, la lambada de Brasil, entre otros.

    El trabajo se duplica de mayo a septiembre, comenta. Es la época alta del turismo europeo y estadounidense que visita Ecuador.

    Pichamba calcula que en esta temporada recibe a 500 visitantes, cada semana. Mientras que, el resto del año se reduce a la mitad.

    Adriana Yapo, guía turística de la operadora Great Lake, considera que uno de los atractivos de Ñanda Mañachi es la promoción de la cultura otavaleña.

    La semana pasada, Yapo visitó el local con 11 viajeros procedentes de México, Puerto Rico, Estados Unidos y Singapur. Todos quedaron sorprendidos por la habilidad del músico otavaleño. Ahora, el próximo reto de Pichamba es ofrecer alojamiento.

    José Luis Pichamba enseña los instrumentos que elabora y promociona en su local de Peguche. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
    José Luis Pichamba enseña los instrumentos que elabora y promociona en su local de Peguche. Foto: Francisco Espinoza para LÍDERES
  • En estas camisas va un estilo de vida irreverente

    Redacción Guayaquil  (I) redaccion@revistalideres.ec

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    En diciembre del 2015, Andrés Hidalgo de 23 años decidió crear su propia marca de camisas: Mute Clothing. La idea nació, cuenta, luego de ver que “la ropa en Ecuador no tenía un estilo definido”. Han pasado cinco meses desde el primer lanzamiento y su invención ha dado frutos, ha logrado vender dos colecciones, ahora va por la tercera y planea llevar sus diseños a otras prendas de vestir.

    Según los clientes, lo que más llama la atención de la marca son los distintos modelos y la exclusividad. Fernando Gil cuenta que adquirió una camisa luego de escuchar a Hidalgo en una entrevista para una radio de Guayaquil. “Él decía que su ropa reflejaba un estilo de vida diferente, algo irreverente, pero sin estándares establecidos y eso provocó mi interés”.
    Mute es una propuesta que surgió de forma orgánica en la vida de este joven, al haber crecido rodeado del proceso de corte y confección de telas, por el trabajo de su padre en la industria textil. “Hace tiempo quería crear camisas con más estilo, que conceptualicen una idea artística”, explica Hidalgo, quien en la actualidad estudia Diseño Gráfico en la Universidad Santa María de Guayaquil.

    Los diseños de la marca son variados, van desde estampados miniflorales o margaritas enormes, patrones geométricos vibrantes, animal print multicolor, hasta las visiones caleidoscópicas para quienes sostienen un estilo de vida moderno. Se los puede adquirir a través de las redes sociales.

    Fernando fue uno de los primeros clientes en comprar varios diseños por esta vía. Él ingresó a la cuenta de Instagram de Mute y después de gustarle varios modelos adquirió cuatro camisas por un USD 32,99 cada una. Considera que “el precio es asequible, porque se obtiene una prenda exclusiva que pocas personas la tienen y que se pueden utilizar en el trabajo o para una reunión social”.

    Nicolás Noritz, de 21 años, también considera que la exclusividad fue un factor que jugó a favor para que él compre una prenda de la primera colección de Mute, él ahora está pensando en adquirir dos camisas más. Hidalgo no quiere que su producto se vuelva algo repetitivo “que todo el mundo tenga” y por este motivo confecciona máximo cuatro o cinco prendas de modelos diferentes.

    En cada colección hay disponibles más de 25 diseños. Las camisas son elaboradas en algodón y seda, algunas de las telas son importadas, otras tienen plasmados los diseños mediante la sublimación (impresión textil) que realiza en el taller de ropa de sus padres. Hidalgo muestra un sentido por el cuidado del ambiente; por ello, para el empaquetado de sus prendas reutiliza cajas de zapatos, las cuales le ha dado forma de armador para poder colgar la prenda.

    Cuando Hidalgo inició, lo hizo con una inversión de USD 3 000, en la actualidad ha sobrepasado esa cifra y lo ganado lo reinvierte.

    Entre sus planes está llevar sus diseños a pantalones y gorras, y expandir su marca a otros mercados. Por ahora, dice, sus camisas se venderán en Galápagos. “Conseguí unos distribuidores quienes quieren vender en una tienda del aeropuerto de Santa Cruz”.

    Datos del negocios 
    La elaboración

    Las prendas son fabricadas en el taller de sus padres. Allí se plasman los diseños de Hidalgo mediante la sublimación (impresión textil).
    La distribución
    Además de las redes sociales, el diseñador acude a ferias de ropa y de diseño, donde coloca estands para promocionar sus prendas.

    Otras tareas
    Hidalgo también se dedica a ilustrar, pintar y a elaborar esculturas. Él vivió dos años en Australia donde estudio diseño.

    Andrés Hidalgo creó la marca de ropa Mute Clothing. Actualmente estudia en la Universidad Santa María. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Andrés Hidalgo creó la marca de ropa Mute Clothing. Actualmente estudia en la Universidad Santa María. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Un premio para el proyecto que transforme la vida de un millón de ecuatorianos

    Carolina Enríquez

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    La participación en todo el programa de verano de Singularity University será el premio para el ecuatoriano que presente el proyecto más innovador, con el cual se busque mejorar las condiciones de vida de los ecuatorianos en los próximos cinco años.

    Esta es una convocatoria que realizó la mañana de este 8 de abril del 2015, la Empresa Pública Yachay y The Edge para la participación en la Competencia de Impacto Global. Esta, busca ideas innovadoras en siete áreas (medio ambiente, energía, agua, seguridad, alimentos, salud y educación), que permitan el mejoramiento de las condiciones de vida en diferentes países del mundo.

    Para la competencia, según José Antonio Torres, embajador para Ecuador de Singularity University, hay más de 5 000 postulantes, pero solo 80 personas serán escogidas. El ganador del concurso en Ecuador representará al país.

    En esta competencia pueden concursar personas desde los 21 años en adelante. Deberán conformar equipos de trabajo de cuatro personas, que pueden tener o no formación universitaria en cualquier área del conocimiento.

    La idea es desarrollar un proyecto que muestre el uso de tecnología en cualquiera de las siete áreas. Lo que los jueces tomarán en cuenta es que el proyecto sea viable y que tenga impacto en, al menos, un millón de personas.

    Los participantes ya pueden inscribirse. La postulación podrá realizarse hasta el 15 de mayo.

    Ramiro Moncayo, gerente de desarrollo industrial y productivo de Yachay, señaló que del equipo ganador solo el líder viajará a la escuela de verano. Allí obtendrá conocimientos sobre inteligencia artificial, robótica, biotecnología, bioinformática, energía, medicina, etc.

    El resto del grupo pasará a participar en la incubadora de emprendimientos de Yachay. Cuando regrese del viaje el líder también podrá trabajar en el sitio.

    El ganador viajará los primeros días de junio y volverá a finales de agosto.

    La idea es desarrollar un proyecto que muestre el uso de tecnología en cualquiera de las siete áreas. Foto: José Mafla/ LÍDERES.
    La idea es desarrollar un proyecto que muestre el uso de tecnología en cualquiera de las siete áreas. Foto: José Mafla/ LÍDERES.
  • El anunciante vende y da vida a las paradas

    Redacción Quito

    En Quito, cada día unas 395 000 personas circulan por los corredores de la ecovía, el trolebús y el metrobús Q. Las estaciones con más pasajeros son la Terminal Sur, en Quitumbe, (con 25 402 usuarios por día) y el Playón de La Marín, en el centro de Quito con 19 785.

    Ellos constituyen un ‘target’ para las empresas y sus marcas. Por eso las agencias de publicidad y sus clientes apuntan a este mercado desde hace aproximadamente dos años, con anuncios en distintos formatos en las paradas de la ecovía, el trolebús y el metrobús Q.

    Un ejemplo es Directv. Gabriela Torres, encargada de marketing de esta empresa de televisión pagada, cuenta que trabajan con la agencia Letrasigma en la colocación de anuncios adhesivos en la estación Norte del Trolebús donde publicitan sus servicios en 16 columnas de la estación. La empresa paga cada mes USD 120 por columna utilizada para promociones.

    En el caso de Cuota Fácil, su publicidad consiste en adhesivos en las paradas de las tres rutas de transporte municipal. Esta firma que ofrece servicio de crédito trabaja directamente con la Empresa de Transporte de Pasajeros del Municipio de Quito, sin la intervención de una agencia. Paga USD 250 al mes para colocar adhesivos en los vidrios de las paradas; esto lo hace desde hace tres años.

    Eduardo Sierra, coordinador de publicidad de Metrobús Q, explica que el costo por metro cuadrado en las paradas de la ecovía, el trolebús y el metrobús Q varía entre USD 21 a USD 37. Depende del tiempo de uso del espacio y de la empresa que rente el espacio de las paradas.

    Para eventos culturales del Municipio de Quito o anuncios de instituciones públicas el arrendamiento es gratuito. A su vez, el costo depende si la publicidad tienen un enfoque social o comercial.

    La mayor cantidad de publicidad se encuentra en las paradas más visitadas como las mencionadas anteriormente. En cambio, en estaciones como La Colina (que registra 805 usuarios diarios) no hay anuncios promocionales.

    La agencia de publicidad Aktivar ofrece a sus clientes la posibilidad de colocar su marca en las paradas de los servicios mencionados. Luis Viteri, propietario de la agencia, indica que por el número de ordenanzas municipales es muy difícil colocar publicidad en vallas o lugares públicos. “Por eso, la idea de trabajar en conjunto con el Municipio de Quito fue la solución a las restricciones urbanas”.

    Aktivar cobra a sus clientes USD 9 000 anuales por colocar publicidad en las paradas. Los tipos de plataformas publicitarias van desde dispensadores de productos como gomas de mascar o chocolates, anuncios en los vidrios de las paradas, monitores con publicidad, entre otros.

    Según Viteri, la demanda se ha duplicado en los últimos años. “Estamos copados de empresas que buscan este tipo específico de publicidad”.

    Empresas como Banco Pichincha, Coca-Cola, Confiteca, La Universal, Kraft Foods y Directv también se promocionan en las paradas.

    Estas trabajan, por lo general, con las agencias de la siguiente manera: la dirección de marketing entrega el logo a la agencia y esta se encarga de coordinar los costos del espacio público con la Empresa Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito.

    En el caso de los dispensadores, las agencias compran el producto a la empresa y luego lo colocan en el dispensador para así obtener un beneficio.

    Esto es parte de una tendencia. La compañía de análisis de mercados ‘Nielsen’, en un estudio internacional realizado en el 2011, demostró que las agencias de publicidad deben utilizar una mayor cantidad de plataformas en comparación a lo que se hacía hace algunos años.

    Datos adicionales

    • El tiempo. Desde hace dos años se ha colocado publicidad en las paradas de transporte público.
    • Los anuncios. Hay publicidad externa en las paradas de transporte municipal, excepto en las de metrobús Q.
    • Los costos. Varían dependiendo del tiempo, espacio y entidad que desee rentar el espacio publicitario de las paradas de buses.

  • Larga vida al desarrollo web

    Redacción Quito

    Hoy, la información está al alcance de un clic. Sitios especializados, redes sociales, blogs…, son fuentes de información. Además, los usuarios pueden realizar trámites, transacciones de compra y venta, llamadas, en fin, un gran panorama que está en la Red.

    El 17 de mayo se celebrará el Día de la Internet en el mundo y uno de los desafíos que tiene el desarrollo de esta autopista de la información es dar un paso más en el alojamiento de direcciones web.

    Actualmente existe una escasez de direcciones IPv4, que son códigos numéricos que tienen los diferentes equipos que se conectan a la Red. Por ello, ahora el objetivo es migrar de IPv4 a IPv6. El primero tiene 4 000 millones de direcciones IP y solo queda un 5% para completar su capacidad.

    Con IPv6 se tendrá mayor espacio, seguridad y velocidad en las redes.

    Pasar de IPv4 a IPv6 es como aumentar un dígito en la telefonía, ya que se acabaron las ‘líneas’ para tantos usuarios.

    Pero, ¿cómo se ve el futuro de la Internet en Ecuador y en la región? Raúl Echeverría, director ejecutivo de Lacnic, explica que observa perspectivas de crecimiento. “Creo en un incremento del 50% de los usuarios conectados a Internet en los próximos tres años en la región”.

    ¿Las redes lo soportarán? Según Echeverría, los distintos actores, tanto en el sector público como el privado y los organismos internacionales, no están distraídos en el tema y tienen un rol activo. “Estamos en un punto donde veo confluencia entre los distintos actores, en cuanto al desarrollo de la Internet en la región y conforme avanza el crecimiento de usuarios, las redes se adaptarán a la demanda”.

    El viceministro de Telecomunicaciones, Augusto Espín señala que los precios de conexión a la Red en el país se han reducido en un 50% y eso es un ingrediente para un “crecimiento explosivo”.

    Según Espín, se ha duplicando el número de conexiones en dos años, en lo que a suscripciones fijas se refiere. Añade que en el mundo, las conexiones móviles están superando a las fijas y que en el país se mantiene esa tendencia.

    Y precisamente bajo ese fenómeno (conectividad mediante teléfonos inteligentes), Edmundo Arias, director de servicios al cliente de Claro, dice que esta firma está acercando las soluciones a sus usuarios por la Red. Por ejemplo, los clientes podrán comprar, acceder a servicios, cambiar de planes y todo por Internet, desde el móvil o desde una PC.

    Según Arias, actualmente el 90% de las transacciones de los usuarios de Claro ya es gestionado por autoatención o por Red. Es decir, el 41% de los clientes acuden a ese servicio. La firma tiene 200 000 clientes con acceso a paquetes de datos o Internet en sus ‘smartphones’ y con base en ellos se crean nuevas soluciones.

    Otro de los retos que tiene Internet en los próximos años es mejorar las seguridades. Fabián Jaramillo, superintendente de Telecomunicaciones, explica que el objetivo para el futuro es lograr un ciberespacio más seguro y dice que desde esta entidad se trabajará en la prevención de fechorías y crímenes por la Red. “No es un tema de solución tecnológica o informática, la idea es que la gente que usa y administra los ordenadores sean más cauta y en esa educación también se va a trabajar”.

    Alfredo Velazco, especialista en Internet, añade que hoy Internet da facilidades para acceder a información. Sin embargo, “hay que cambiar el chip para no solo ser consumidores de información”. Es decir, también se debe generar contenidos.

    A propósito del Día del Internet, la asamblea general de las Naciones Unidas escogió el 17 de mayo para impulsar charlas para que las mujeres y niñas mejoren su acceso al uso de las tecnologías de la Información (TIC). En Ecuador, aunque la mayoría de la población es femenina (50,4%) , según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, solo el 30,8% tiene acceso a Internet. Además, únicamente el 44,3% tiene un celular activo.

  • Celso Peña transforma a los metales en herramientas de vida

    Xavier Montero

    Las manos de Celso Peña recorren el mesón con mucha destreza. En su fábrica, ubicada en Conocoto (suroriente de Quito), coloca tornillos y los sujeta uno a uno; así, la muleta va tomando forma.

    En este local, los sonidos metálicos del trabajo en aluminio empezaron en octubre de 1982, cuando Peña, tras asimilar su condición de no vidente, decidió emprender en una industria metalmecánica y elaborar bastones para no videntes. Ahora, Linordec, su emprendimiento, es una firma que emplea a 13 personas y que en el 2011 alcanzó USD 110 000 en ventas.

    La ceguera de Peña llegó tras un accidente de tránsito en 1972. Nueve años tardó en tomar la decisión de ingresar al Instituto Nacional de Ciegos (INCE). Allí, algunos hechos lo “marcaron”.

    En 1981 tomó su primer bastón para no videntes: “Una varilla pesada y grotesca, que parecía anunciar a kilómetros el paso lento de un ciego”. De allí el reto: utilizar los conocimientos que adquirió de su padre Luis Humberto, quien hacía camas y muebles hospitalarios como sustento para sus 10 hermanos.

    Entonces desarrolló el Tedico (un torno termodinámico – conformador) que le permitiría hacer bastones plegables ligeros y resistentes. Su máquina fue ovacionada en el 2007, en México DF durante el I Seminario de organizaciones productoras y distribuidoras de materiales para ciegos de América Latina, un evento de la Unión Latinoamericana de Ciegos.

    “El bastón otorga una independencia valiosísima al no vidente. El ingenio de Celso ha mejorado la condición de vida de miles de ciegos”, opina Luis Narváez, presidente de la Asociación de Ciegos del Ecuador y quien conoció a Peña hace 40 años, mientras estaban en un hospital capitalino pues él también perdió la vista.

    Peña siente las manillas de su reloj y prefiere describir su emprendimiento en su almacén (centro-norte de Quito) y retirarse del taller. Mientras estuvo allí, armó 10 muletas en menos de una hora. Se retira el mandil, abotona su leva y sube presuroso las escaleras. En el automóvil, escucha la versión en audio del texto ‘Alma de liderazgo’ de Deepak Chopra.

    Antes de llegar a su local comercial narra otra anécdota que le ocurrió en 1981. Una cicatriz, que se confunde en el ceño de este quiteño de 60 años y padre de Diana y María Fernanda, es su evidencia de un atropellamiento. “Mi familia se molestaba mucho cuando salía a buscar trabajo”, cuenta Peña y añade que hace tres décadas, las empresas le ofrecían sueldos a razón de que no haga nada, como una dádiva. Aquello le indignaba y por eso se propuso “ser un ciego diferente”.

    Muestra de ello son los reconocimientos nacionales que ha recibido como el Mérito Laboral del Ministerio de Relaciones Laborales (2007); la medalla al mérito artesanal Sumag Maki, de la Cámara Artesanal de Pichincha en el 2008; el Rumiñahui de Oro, del Ilustre Municipio de Quito (2009), por el desarrollo de una silla caminadora que beneficia a pacientes con parálisis cerebral, entre otros.

    Betty Vásquez lo conoce desde hace siete años. Ella recalca su tenacidad y sentido del humor. “A veces la desconfianza suele invadirlo. Eso es comprensible, pues hubo gente que intentó afectarlo en los negocios. El es muy bondadoso”.

    Peña cruza el portón de vidrio de su almacén y saluda con Janeth, a quien en el 2006 pidió matrimonio y recibió el ‘sí’ solo dos semanas después. Sus dos anteriores relaciones no pudieron conformarse como hogares. Johanna, una paciente de 7 años, con problemas de movilidad, le espera adentro del local.

    El emprendedor se mueve en medio de sillas de ruedas y camas hospitalarias. “Tú vas a llegar hasta donde te lo propongas”, es el consejo para la niña, quien parece no entender que Peña no la puede mirar.

    “Muy pocas personas reparan en su condición de ciego”, dice Luis Del Buey, quien lo conoce desde hace 12 años y añade que es buen bailarín y cantante en las reuniones sociales. Erick Campoverde lo conoció hace más de 20 años cuando llegó a ofrecerle sus productos. “Es un empresario respetado y un gran amigo”.

    Peña toma una regleta para escritura en Braille y un punzón de los que fabrica. La puerta suena, acaba de llegar otro cliente.

  • Yoga: Dar calidad de vida también deja réditos

    Redacción Quito

    Hernán Égüez es un deportista de élite que practica triatlón desde hace siete años. Mejorar su rendimiento lo llevó a buscar actividades adicionales a su entrenamiento deportivo; por eso, desde inicios del 2011, practica yoga.

    Égüez le dedica cerca de dos horas al día a esta actividad. “El yoga me ha ayudado a ser mejor deportista y persona. Tengo mayor equilibrio en lo que hago”.

    El yoga es considerada como una disciplina física y mental milenaria que tiene sus orígenes en la India.

    Égüez practica esta actividad a diario en Yoga Studio. Destina alrededor de USD 90 mensuales por la membresía.

    Salomé Rengel, directora de este centro que está ubicado en el norte de Quito, comenta que el yoga es una ciencia oriental que llego al país hace 50 años. Entre los pioneros están la psicóloga checa Vera Konh y el Padre César Dávila, un sacerdote católico con conocimientos en esta práctica.

    Rengel es periodista de profesión, pero dejó su carrera para dedicarse a tiempo completo al yoga. Llegó a convertirse en maestra (persona con conocimientos de la filosofía hindú que puede instruir esta práctica); en el 2006 abrió las puertas de Yoga Studio.

    En este centro se dictan cursos con diferentes objetivos: ser mejor padre de familia, mejorar la vida de pareja o potenciar el desempeño de deportistas profesionales.

    Yoga Studio inició con una inversión de USD 20 000. Con este monto alquiló un local, compró los implementos y registró la marca. Ahora cuenta con cerca de 300 alumnos al mes. Trabaja con ocho instructores y factura al mes entre USD 5 000 y 7 000.

    Según el Censo Económico del 2010, realizado por el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), en el Ecuador estaban registrados ese año 104 establecimientos de enseñanza de yoga.

    Otra opción para practicar esta disciplina es Dharma Yoga. Este estudio se inauguró en enero del año pasado, en Quito. Ofrece yoga para mujeres embarazadas, para niños y para deportistas.

    Margarita Orellana, instructora, comenta que el yoga está en crecimiento en Ecuador y asegura que existe mayor movimiento de la disciplina en Guayaquil.

    Dharma Yoga cuenta con unos 120 alumnos. Cada alumno invierte alrededor de USD 50 mensuales por el curso.

    Ana Lucía Bravo trabaja en el área de políticas públicas en una ONG. Luego de su jornada de trabajo asiste a Dharma Yoga. Comenta que ha mejorado su calidad de vida con seis horas semanales de esta práctica. Por la práctica de esta actividad invierte unos USD 60 mensuales.

    En el Instituto de Desarrollo Humano asisten alumnos desde los 14 años de edad para practicar yoga. El costo del curso varía según las horas que se toman. Van desde los USD 35 a 60. Cuentan con clases especializadas para adultos mayores.