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  • Bolsos, zapatos y carteras, las prendas que comercializa Simiatug Llakta

    Redacción Sierra Centro (F) 
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    Los bolsos, el calzado, las agendas y las billeteras confeccionados con tejidos de cabuya y bordados con finos hilos derrochan color y creatividad. Son los productos elaborados por las artesanas de emprendimiento Simiatug Llakta que agrupa al menos 500 mujeres de esta parroquia del cantón Guaranda, en la provincia de Bolívar.

    El negocio arrancó en el 2000 con el nombre de Simiatug Samay, sin embargo, en el 2014 cambió su nominación a Simiatug Llakta. La inversión inicial fue de USD 2 500 en la compra de la materia prima, la capacitación a las mujeres de las comunidades, la instalación de un sitio de acopio y comercialización. El año pasado, la asociación facturó USD 15 000.

    La historia de Simiatug Llakta la inició su fundadora Cornelia Camerman con el objetivo de asociar a grupos de mujeres para capacitarles e integrarles a los talleres artesanales. La idea fue mejorar las condiciones económicas de la población. “Poco a poco estamos logrando este objetivo planteado”, cuenta Narcisa Licintuña, administradora de Simiatug Llakta.

    La microempresa les compra sus tejidos y los bordados como shigras, tela de cabuya para el calzado y los bordados hechos a mano donde se dibuja las plantaciones de trigo, maíz, cebada, llamas, la minga, el casamiento con figuras andinas.

    Estas obras artísticas en los talleres artesanales se transforman en elegantes y llamativos bolsos, carteras, mochilas, billeteras y zapatos. Estos son comercializados en las tiendas artesanales de Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Licintuña explica que llevan trabajando en el proyecto cerca de seis años. Ella se encarga de comprar los tejidos y bordados elaborados con cabuya e hilo de colores. Una vez que adquieren la materia prima es enviada a los talleres, una especie de maquila, para su transformación y darles el valor agregado para la comercialización. “El valor agregado que le damos a nuestros productos nos ayudó a ingresar en forma indirecta a Suiza y Japón”.

    Cornelia Camerman, fundadora, explica que las inversiones en la instalación de los talleres, donde se elaboran los productos, son independientes.

    Simiatug Llakta ha realizado dos envíos de 30 kilos de productos a Suiza y Japón. Licintuña explica que la idea es que el proyecto es que sea sustentable y pueda mantenerse y que las mujeres puedan contar con ingresos económicos.

    La elaboración de artesanías, es uno de los cuatro proyectos productivos que se desarrollan. También tiene el área de elaboración de utensilios con la paja de páramo. Se hacen paneras, individuales y canastas. Además, funciona una fábrica donde se producen condimentos con productos agroecológicos.

    Los colores azules, verdes, rojos, amarillos, rosados y más, llenan de colorido sus creaciones que son apreciadas por los visitantes extranjeros que llegan hasta los talleres.

    Tenga en cuenta

    Simiatug Llakta tiene a escala nacional 10 locales donde se comercializan bolsos, billeteras, carteras, calzado y otros productos que elaboran en sus talleres artesanales.

    Esta asociación de la parroquia Bolívar cuenta con tres talleres para la confección de sus productos que son comercializados en las ciudades de Cuenca, Quito y Guayaquil.

    Este emprendimiento realiza exportaciones en forma indirecta. Sus productos llegan a mercados de Suiza y Japón.

    En los talleres donde se elaboran los productos artesanales de Simiatug Llakta hay inversiones privadas. Foto: Raúl Díaz para Líderes
    En los talleres donde se elaboran los productos artesanales de Simiatug Llakta hay inversiones privadas. Foto: Raúl Díaz para Líderes
  • Zapatos y accesorios que resaltan lo étnico

    Mayra Pacheco

    (F)
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    Las fibras que se obtienen de los pencos son las protagonistas en los nuevos diseños de calzado que elabora el emprendimiento Verid Alpargatas y Accesorios.

    Estos hilos de color beige se utilizan para dar forma a la capellada y suela de sandalias, alpargatas, tacones y otro tipo de calzado. Pese a la rigidez que tiene este material, el acabado final que se consigue es delicado y moderno.

    Para lograr este terminado se emplean técnicas especiales. Se consigue un zapato suave y confortable, refiere Verónica Díaz, propietaria y diseñadora de Verid Alpargatas y Accesorios.

    Estos zapatos se elaboran junto con artesanos de comunidades de Ibarra, Otavalo, Cotacachi, en la provincia de Imbabura; y de Montecristi, en Manabí. Ellos entregan la materia prima y luego se da forma a las piezas que se emplean en el ensamblaje de los diferentes tipos de calzado.

    La producción, en su mayoría, es artesanal. Esto hace que se cuente con modelos exclusivos de zapatos. “No producimos en serie”, expresa Díaz.

    En cada colección se saca máximo 12 pares del mismo modelo. También se hacen diseños personalizados. El precio de los zapatos oscila entre USD 37 y 65, cada par, dependiendo del modelo y talla.

    Aparte de este producto, Verid Alpargatas y Accesorios ofrece desde hace siete años otros diseños de zapatos elaborados con shigra (fibra similar a la cabuya, pero más gruesa), fajas tejidas, bordados, sublimados, cuero y otros materiales.

    En estos priman figuras étnicas y bordados que se realizan en comunidades de Otavalo, Zuleta, Gualaceo, Guano, Saraguro, Salasaca y otros sitios.

    Para Verónica Cuesta, cliente de Verid Alpargatas y Accesorios, los zapatos de esta marca son modernos, cómodos, tienen un diseño lindo y sobre todo buena calidad.

    Por estas características, en el último año ha adquirido cuatro pares para su uso y ocho más para obsequiar a sus amigas o familiares. “He enviado estos zapatos, incluso, a Estados Unidos. Tienen estilo étnico y les han fascinado”.

    Ximena Sánchez, otra cliente, agrega que adquiere estos zapatos porque se rescata el trabajo de diferentes artesanos del país.

    El calzado se complementa con bolsos y accesorios que también incluyen materiales propios de Ecuador. Para los aretes, por ejemplo, se usa paja toquilla, mullos, tagua y se complementa con herrajes importados, para que el acabado resulte más fino. Con esto se forman colibríes, figuras geométricas, mariquitas y otros.

    También se elaboran blusas, vestidos, ponchos y otros con bordados o motivos tradicionales.

    Aída Guano, propietaria de un taller de costura, comenta que en su local confecciona desde hace cuatro años las prendas en función de los diseños que le entrega Díaz. En promedio, cada mes elabora unas 30 piezas. “Los modelos son muy bonitos y llamativos”, explica la emprendedora.

    Del total de la producción de Verid Alpargatas y Accesorios, el 90% es hecho con materiales nacionales y el resto es importado.

    Con todo este trabajo, Díaz tiene como propósito destacar la materia prima ecuatoriana y el trabajo de los artesanos de este país. En total, en este emprendimiento están involucradas 14 personas.

    Estos productos se ofrecen en el Centro Comercial Villa Cumbayá. También en la tienda Curi de Travel Store del aeropuerto Mariscal Sucre y en redes sociales como Facebook e Instagram. También participa en ferias artesanales.

    Aparte, Verid Alpargatas y Accesorios realiza desde octubre pasado envíos para la galería Enchanted Art, en Nuevo México, en los EE.UU. Esto permite que Verid facture cada mes alrededor de USD 5 000.

    Verónica Díaz, propietario de la tienda Verid, emplea varios tipos de materiales para confeccionar alpargatas, sandalias, bolsos y accesorios. Foto: Mayra  Pacheco / LÍDERES
    Verónica Díaz, propietario de la tienda Verid, emplea varios tipos de materiales para confeccionar alpargatas, sandalias, bolsos y accesorios. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
  • 45 años confeccionando calzado

    Mayra Pacheco

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Los zapatos que han estrenado al menos tres generaciones, al inicio de la temporada escolar, se fabrican en la Industria Nacional del Calzado S.A. (Inducalsa), en el sur de Quito. En estas instalaciones se da forma a cada par de calzado de la marca Bunky. Los procedimientos se hacen de manera manual y con maquinaria.

    Aunque se tratan de zapatos negros y deportivos blancos, en la confección de estos se considera las tendencias de moda, explica Christian Orbe, gerente General de Inducalsa.

    Para estar a la vanguardia cuentan con un departamento de Desarrollo e Innovación, que hace investigación de mercado y de tendencias. Esto se complementa con las visitas permanentes a ferias internacionales en Brasil e Italia, y con la capacitación constante del personal. Esto ha permitido incluir diseños versátiles para mujeres y hombres, realizar impresiones láser sobre el cuero y otras técnicas. En total, para la temporada actual se cuenta con 50 modelos.

    Aparte de la apariencia, para este calzado se usa cuero. Esto garantiza que el zapato dure todo el año escolar y brinde confort. “La piel que se usa permite la transpirabilidad”, dice el gerente de la compañía.

    En promedio, cada mes esta empresa adquiere 600 000 decímetros cuadrados de cuero, que equivale a una inversión de USD 150 000. Esta materia proviene de curtiembres de la provincia de Tungurahua.

    Otros de los detalles que se cuidan en el proceso de manufactura es la capellada. Esta incluye un refuerzo para proteger el pie de golpes o tropiezos. En la suela se emplea un procedimiento para garantizar que esta no se despegue, pese al uso extremo.

    Todos estos avances son el resultado de la experiencia. Inducalsa nació en Quito, en agosto de 1974. Fue la pionera en fabricar calzado escolar de manera industrial, cuenta Orbe.

    Inicialmente tenía 60 empleados y poco a poco fue creciendo. Ahora cuenta con un equipo conformado por 263 personas. Estas laboran en una planta que tiene más de 10 173 metros cuadrados. En este espacio, los operarios trabajan en tres áreas. Corte, costura y ensamblaje. En cada paso que se cumple, los operarios cuidan el mínimo detalle.

    Cada día se producen 2 200 pares negros y blancos, en un solo turno. Pero tienen una capacidad instalada para llegar alrededor de 3 000.

    Todos los procesos cumplen desde el 2002 con la certificación ISO-9001.

    Inducalsa también es parte de la red del Pacto Global. Están alineados con los principios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), relacionados con Fabricación y Consumo Responsable y con el de Educación.

    El calzado Bunky va dentro de unas cajas de material de cartón microcorrugado, que protege el producto. La empresa Conversa que entrega desde el 2004 estos empaques menciona que cada mes en promedio despachan para 3 000 unidades.

    La venta de estos zapatos se concentra en el mercado nacional. Inducalsa tiene seis tiendas propias en Quito y una Guayaquil. Además, este producto se entrega a tiendas de calzado tradicionales y cadenas. En total, son 800 clientes, que permiten contar con más de 2 000 puntos de venta en el país.

    Los precios de estos zapatos llegan hasta los USD 25 los negros y USD 35 los blancos, esto varía según la talla.

    En lo locales de D’Pisar, de la empresa Zapec, desde hace siete años se vende zapatos marca Bunky, en las tiendas de Guayaquil. Este producto es primordial, debido a la alta demanda de personas de estrato medio y bajo, menciona Darío Zambrano, encargado de Compras de Zapec.

    En la temporada escolar se comercializan alrededor de 30 000 pares de zapatos en la Costa. “El calzado Bunky tiene buena acogida, debido a su calidad y su precio económico”, expresa Zambrano.

    Por la acogida que tienen estos zapatos en todo el país, esta empresa facturó en el año anterior, USD 10,1 millones y en este 2019 tienen previsto aumentar sus ingresos.

    Para seguir creciendo, Orbe cuenta que tienen nuevos proyectos. En el mediano y corto plazo, Inducalsa tiene planificado hacer un lanzamiento con modelos vintage, zapatos deportivos con colores y diseños ejecutivos. Esto es parte de la estrategia de diversificar para que el ritmo de producción se mantenga en todo el año.

    La firma se encuentra realizando gestiones para exportar calzado escolar Bunky a Bolivia.

    Las cifras

    623 empleados tenía actualmente la empresa Inducalsa. Inicialmente, se empezó con 60 personas.

    2 200 pares de zapato se producen a diario en esta empresa de calzado escolar.

    50 modelos de zapatos entre negros y deportivos ofrece actualmente la marca Bunky.

    10 173 metros cuadrados de extensión tiene la planta de Inducalsa.

    150 000 dólares es la inversión que se realizó en maquinaria en el año anterior.

    El gerente

    Christian Orbe 

    En Inducalsa se promueve la formación del personal. No solo trabajamos a nivel de gerencias y mandos medios, sino también con la parte operativa. Tenemos planes de capacitación en manufactura para que los trabajadores adquieran las herramientas y metodologías para mejorar la productividad y eficiencia dentro de la empresa. Para lograr este objetivo se debe primero brindar los conocimientos, formarles.

    En el área de costura, las piezas de cuero que conforman el zapato son unidas con la ayuda de  máquinas especiales. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    En el área de costura, las piezas de cuero que conforman el zapato son unidas con la ayuda de máquinas especiales. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Diseño y tecnología en los zapatos de ‘running’

    Ana Cristina Alvarado

    Redactora (I)

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    Este 2 de junio de 2019 se realizará la 59° edición de la Últimas Noticias 15k, la carrera con mayor convocatoria en Ecuador. Parte importante de la preparación para cumplir con este tipo de retos es el equipamiento. Un par de zapatos cómodos y con las últimas características en diseño y tecnología garantizarán el performance.

    Adidas, Nike, Reebok y Under Armour son las principales marcas internacionales que lideran el mercado deportivo y el de las carreras. Cada una lleva a cabo investigaciones para desarrollar zapatillas cada vez más livianas, suaves, que permitan la circulación, la transpiración y que propicien el retorno de energía.

    La novedad de Adidas es el rediseño de los Ultraboost 19. A diferencia de la versión anterior, fabricada con 17 piezas, la nueva está reconstruida con cuatro componentes que permiten que el zapato sea más liviano y que garantice un máximo retorno de energía.

    Nike, por otro lado, presentó para esta temporada los Epic React Flyknit 2. La capellada de este diseño envuelve al pie, brindando soporte y transpirabilidad. Esta tecnología busca proporcionar una pisada suave y reactiva, que a su vez es duradera y ligera. Según la marca, la suela tienen una durabilidad de hasta 700 kilómetros.

    Reebok presentó en abril los zapatos Forever Floatride Energy. Estos cuentan con una suela de espuma, que le da el nombre al diseño, con un diseño que propicia un gran retorno de energía. A esto se suma una ligera capellada de malla. Todas estas características juntas brindan amortiguación, respuesta y flexibilidad.

    El diseño más reciente de Under Armour es el Hovr, un núcleo amortiguado de espuma, que está presente en modelos como el Infinite, Guardian, Sonic 2, Phantom /SE y Velociti 2. Además, esta marca propone un ajuste específico para cada género, a través de capelladas creadas con base en la anatomía.

    El modelo Ultraboost 19 cuenta con solo 4 componentes, para que el zapato sea muy liviano.
    Adidas: El modelo Ultraboost 19 cuenta con solo 4 componentes, para que el zapato sea muy liviano. Foto: Cortesía
  • Suelas innovadoras y seguras

    Modesto Moreta

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    La combinación de investigación, desarrollo e innovación es la clave de la suela de seguridad industrial o casual y urbano que produce la empresa Rubbershoes, en Ambato.

    La organización se constituyó en el 2015 y está integrada por las marcas de calzado Vecachi y la productora de suelas Ecuarubber, que ya tenían trayectoria en el negocio del calzado.El trabajo permite a la empresa posicionase en la industria nacional. El ejemplo más reciente es el desarrollo de una planta que absorbe la energía estática del calzado de una persona.

    Los productos de esta firma ambateña dan confort, seguridad y durabilidad en todas sus líneas, diseños y modelos. Esa es la carta de presentación de esta marca que cumple con las normas y las especificaciones nacionales e internacionales.

    José Peñaloza, gerente administrativo de Ecuarubber, cuenta que en el 2009 adquirieron la fábrica de suelas a un grupo de emprendedores colombianos. La inversión en ese momento fue de USD 500 000; los recursos los consiguieron a través de un crédito de una entidad financiera. Así se compraron prensas vulcanizadoras de caucho, moldes, matricería, un equipo para suelas y el galpón donde actualmente funciona la fábrica.

    El ejecutivo dice que durante un año efectuaron estudios y pruebas de laboratorio con técnicos especialistas de México y de Brasil sobre nuevas formulaciones para la fabricación de suelas de caucho de seguridad.

    También lograron estar a la vanguardia de la nueva tendencia en la moda y diseño para zapato casual y urbano. Eso ayudó a que la empresa tuviera éxito en el mercado nacional y atendiera la demanda inicialmente de 25 empresas fabricantes de calzado entre grandes, medianas y pequeñas. En la actualidad trabaja con 100.

    En la firma se sigue innovando. Como ejemplo está la fabricación de suelas para altas y bajas temperaturas, así como obtener caucho nitrilo vulcanizado para el sector petrolero. Además, están por concluir los estudios para la fabricación de suelas que repelen la estática, es decir, para personas que trabajan ensamblando computadoras y celulares.

    “La idea es que las personas no concentren estática y así eviten problemas de salud. Esto porque la suela y el zapato se encargan de concentrar toda la energía o poder estático”, explica el ejecutivo. Él añade que el desarrollo de este nuevo producto empezó a mediados del 2017.

    En sus inicios, la empresa tuvo 15 colaboradores y ahora tiene 23. Para Peñaloza el repunte fue en el 2012; actualmente se fabrican cada día 2 000 pares de suelas de caucho para calzado de seguridad y 1 500 pares a inyección para zapatos casuales y urbanos.

    Los principales mercados a los que atiende la empresa son Ambato, Quito, Guayaquil y Cuenca.

    Ahora Rubbershoes planifica incursionar en una nueva investigación para producir suela bidensidad o bicomponente, es decir, liviana, cómoda y confortable para el usuario.

    En el 2013 la firma invirtió USD 200 000 para comprar una máquina que fabrique suelas termoplásticas. Además, instaló un centro mecanizado donde elabora moldes para suela. Este servicio de matricería adicional es para los empresarios dedicados a la confección de calzado. Allí, con alta tecnología en matricería, se plasma los diseños de las suela con el nombre de la fábrica que lo solicita.

    Desde hace 15 años, la fábrica de calzado Andy de Quito se abastece con Ecuarubber. Elsa Luzuriaga, gerente de la firma, cuenta que las suelas que compra son de buena calidad y resistentes a todo tipo de trabajo. Eso ayudó para que las ventas se incrementen en un 20% anual. Además, destaca el cumplimiento en la entrega. “La materia prima con que producen es de primera calidad y eso satisface al productor del calzado y al cliente, porque vendemos un buen producto”.

    Esta empresa quiteña, que lleva 28 años en el mercado, produce 130 pares diarios de botas para seguridad industrial, zapato casual y formal para hombre y la línea escolar. El rendimiento de las suelas en botas de seguridad le permitió ingresar a las cadenas comerciales.

    La inversión de Ecuarubber continúa. El año pasado, por ejemplo, destinó USD 141 000 en la adquisición de una inyectora bicolor para fabricar suelas de dos colores. Esto permitió que la oferta de sus productos crezca un 20% en relación con años pasados.

    Las suelas que fabrica Ecuarubber  cumplen con las normas de calidad nacionales e internacionales. Sus productos van a cuatro provincias. Fotos: Glenda Giacometti/LÍDERES
    Las suelas que fabrica Ecuarubber cumplen con las normas de calidad nacionales e internacionales. Sus productos van a cuatro provincias.
    Fotos: Glenda Giacometti/LÍDERES
  • Lo artesanal y lo orgánico se notan en el calzado ‘Pancos’

    Redacción Quito

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    Rescatar la tradición indígena de elaboración de calzado hecho a mano, fue lo que motivó un grupo de jóvenes empresarios a elaborar zapatos con la marca Pancos. Francisco Mena, Julio Moreno y Juan Mena, son los creadores de la microempresa encargada de elaborar una variedad de zapatos para todo gusto.

    La idea nació en el verano del 2012, cuando Mena, pionero del emprendimiento, regresó al Ecuador luego de haber cursado su primer año de universidad en Estados Unidos.
    El joven llegó al país con la idea de adquirir un par de zapatos tipo alpargata, los mismos que fueron elaborados por parte de un artesano, ubicado en Otavalo, quien confeccionó su primera muestra.

    Lo que empezó como un ‘hobbie’ terminó como un negocio sustentable para los, ahora, dueños del emprendimiento Pancos. Mena, más conocido como ‘Franco’, manifiesta que su microempresa tiene un enfoque ambientalista, ya que los materiales que utilizan para la elaboración del producto son orgánicos y la confección es a mano.

    La materia prima para el calzado proviene de varios lugares que se encuentran en Otavalo. De esta manera, según explican los emprendedores, apoyan al comercio justo del país. Los jóvenes trabajan con siete empleados dentro de su negocio, los mismos que colaboran con la fabricación de la tela, la suela y el tejido de yute del calzado.

    Desde el primer año del negocio han participado en ferias nacionales e internacionales, posicionando su marca en mercados del exterior. París y Miami son las locaciones en donde se comercializa ‘Pancos’ a través de negocios ecuatorianos.

    En el 2017, tras cuatro años de gestionar sus ventas del negocio a través de redes sociales, los jóvenes decidieron montar dos locales en Ibarra y Guayaquil. La apertura de estos espacios duplicó las ventas que mantenían en relación con los años anteriores.

    Pero la ilusión no duró por mucho tiempo, ya que por inconvenientes con los proveedores tuvieron que cerrar estos locales, lo que generó un decrecimiento del 60% de sus ingresos.
    Las ventas volvieron a gestionarse principalmente por redes sociales, luego de haber tenido grandes pérdidas monetarias. Los emprendedores encontraron estrategias para solventar su negocio mediante publicidad y promociones en sus productos.

    La marca tiene como visión expandir su emprendimiento a escala internacional, por lo novedoso de su producto y por trabajar bajo conceptos de comercio justo.
    Desde el año en el que empezó el negocio, hasta la actualidad, Julio Moreno manifiesta que cuentan, aproximadamente, con 100 000 seguidores locales y extranjeros en redes.

    La inversión inicial para el desarrollo del emprendimiento, fue de USD 6 000, cantidad que sirvió para la producción y la publicidad. Esta cantidad aportó a la marca para una mayor elaboración de productos y crear mayor sustentabilidad.

    Los jóvenes tienen previsto crear su local en un pueblo cercano a Otavalo, con el fin de generar plazas de empleo a los artesanos y fabricantes que radiquen en este lugar del Ecuador.

    Lizbeth Guerrero es una cliente satisfecha con los productos de Pancos. Ella dice sentirse atraída por este tipo de calzado por su textura y diseño único. Expresa que es fácil evidenciar la comodidad que estos productos ofrecen al consumidor.

    Datos

    El costo del calzado, para cualquier talla y modelo, es de USD 35.

    Los ingresos mensuales varían de USD 2 000 a USD 6 000, según la temporada y preferencia del cliente.

    En el 2017, tras  la apertura de sus locales, tuvieron ingresos anuales de USD 96 000.

    Los jóvenes están próximos a lanzar calzados para niños y niñas con modelos que capten la atención de los infantes.

    El público que más consume el producto es entre hombres y mujeres a partir de 20 a 34 años.

    ‘Pancos’ piensa  crear nuevos modelos de zapatos que sean más resistentes, cómodos y duraderos para el cliente.

    Juan Mena, Francisco Mena y Julio Moreno exhiben algunos de los modelos de zapatos que comercializan en el mercado. Foto: LÍDERES
    Juan Mena, Francisco Mena y Julio Moreno exhiben algunos de los modelos de zapatos que comercializan en el mercado. Foto: LÍDERES
  • Zapatos que combinan la moda con detalles étnicos

    Redacción Quito  (F) 
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    Una tendencia híbrida. Así se puede definir al concepto de calzado en Moshi Boots.
    John Córdova es el creador y diseñador de esta marca que nació en noviembre de 2014.
    Él proviene de una familia de diseñadores de ropa, en especial en el material del cuero.

    Córdova explica que durante muchos años trabajó independientemente. En esta modalidad fue contratado por una empresa hace 10 años para realizar una línea de bolsos. Este diseñador presentó el accesorio solicitado junto a un par de zapatos como complemento.

    Al final los zapatos se vendieron más que los bolsos y la empresa le pidió que se concentre en la producción de calzado.

    Córdova recuerda que después de este acercamiento en la producción de zapatos decidió reunir todo el capital que poseía y abrir su propio emprendimiento de moda con una inversión de USD 10 000. La tienda está ubicada en el tradicional y barrio de La Floresta.

    Este artesano explica que desde un comienzo sus creaciones se vendieron bien debido a que su público objetivo se encontraba en este medio de artistas y generadores de cultura.

    La decoración de la tienda maneja productos en su mayoría reciclados como las estanterías y sillas. El exterior está decorado con graffities del artista llamado “maldito cuervo”.

    La primera producción de la marca consistió en una línea de botas, una mezcla del diseño industrial con un toque hipster, expresado en varios colores para combinar en diversos atuendos. Además, Moshi participa activamente en las ferias de ese barrio.

    Posterior a esa la línea de botas, el diseñador creó una colección étnica desde marzo de 2015. Para ese proyecto utilizó materiales como shigras y tejidos otavaleños. “La línea étnica proporcionó identidad de país a Moshi” asegura Córdova.

    Estos detalles tradicionales de culturas indígenas se hicieron presentes en botas, zapatos tipo vans, estilo casual, entre otros.

    El producto también se encuentra en tiendas de diseño como DaVinci’s Closet y Artesanía Urbana. Además, también se vende en tiendas de otras ciudades como Cuenca y Galápagos.
    Córdova explica que esta línea étnica se vende bien en Galápagos. Los turistas de esta zona compran un aproximado de 50 zapatos mensuales.

    Moshi Boots
    realiza zapatos bajo pedido, con la especificación del cliente según el tipo de pie, el material y color.

    Evelyn Cueva
    conoció a esta marca en Facebook. Ella destaca que los zapatos son innovadores al estar basados en las preferencias de los clientes.

    Esta personalización hizo que la marca produzca en estos años alrededor de 300 diseños distintos de zapatos y botas.

    Actualmente el emprendimiento tiene a 12 empleados y vende al mes un aproximado de 300 pares, esto deja una facturación alrededor de USD 15 000 mensuales.

    Este año la marca sacó a la venta una línea de mochilas étnicas. Estas mochilas de cuero utilizan chumbis, este material es la faja tradicional de los indígenas.

    John Córdova y Gabi Córdova son los creadores de los zapatos y las mochilas. Su local está en el sector de La Floresta, en el norte de Quito. Foto: Galo  Paguay / LÍDERES
    John Córdova y Gabi Córdova son los creadores de los zapatos y las mochilas. Su local está en el sector de La Floresta, en el norte de Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Los tejidos étnicos destacan en estos zapatos

    Mayra Pacheco

    El trabajo que hacen artesanos indígenas en telares o bordados marca la diferencia en el calzado que diseña Verónica Díaz, propietaria de la tienda Veri’d.

    Desde hace seis años, en las alpargatas, sandalias y zapatos de tacón de esta marca se combinan telas ecuatorianas con textiles de figuras étnicas y bordados que se realizan en comunidades de Otavalo, Zuleta, Gualaceo, Guano, Saraguro y otros sitios.

    Para los terminados se emplean fibras naturales como la cabuya o el yute. El propósito de esta emprendedora es aprovechar al máximo el trabajo de los artesanos ecuatorianos.

    Al experimentar, en sus trabajos anteriores, que la gente extranjera valoraba las artesanías que se confeccionan en Ecuador, Díaz decidió aplicar sus conocimientos en diseño de modas y empezó en el 2013 a confeccionar calzado casual con un toque étnico.

    Actualmente, entre sus diseños tiene zapatos para mujeres, principalmente. Entre los modelos que ofrece están alpargatas, botines, sandalias, tacones altos tipo magnolia. Estos tienen piezas de textiles artesanales que destacan. Para satisfacer el gusto de todas sus clientes se utilizan colores brillantes o tonos neutros.

    La búsqueda y compra de estos materiales se hace mientras Díaz visita los distintos rincones del país. “Cada vez que viajo por Ecuador pienso que esta tela va a quedar bien en una alpargata”.

    Cuando esta emprendedora conoce cómo trabajan las personas de las comunidades hace los pedidos para luego elaborar sus creaciones. Tiene al menos ocho artesanos que entregan este tipo de textiles étnicos.

    En Imbabura, por ejemplo, esta diseñadora adquiere textiles artesanales a Matilde Lema.
    Esta tejedora, quien tiene su taller en Peguche, comenta que la propietaria de Veri’d propone diseños y también compra los telares ya elaborados. Estos se realizan con técnicas ancestrales.

    Los textiles de Lema se hacen a mano aplicando técnicas que aprendió de sus generaciones pasadas. Incluso, algunos de los telares de madera son heredados de los padres y abuelos de Lema.

    Por el detalle de su trabajo, cada metro de este telar cuesta, en promedio, entre USD 15 o 25. De estos textiles, Díaz adquiere alrededor de 20 metros cada mes.

    Con esta materia prima, en Quito, otro grupo de siete artesanos confecciona los zapatos, según los diseños de Díaz. En el proceso de elaboración se prioriza el uso de productos ecuatorianos.

    Veri’d no elabora zapatos en serie para ofrecer diversidad. Produce máximo 12 pares del mismo modelo en cada colección. También se realiza diseños personalizados, bajo pedido. En toda esta etapa participan siete personas.

    Este calzado se ofrece en el Centro Comercial Cumbayá, en el local 16; y en Galería Ecuador, en Quito. Cuestan entre USD 37 hasta USD 55. Veri’d factura, en promedio, USD 5 000 cada mes.

    Para Carolina Yánez, cliente de esta tienda, estos zapatos étnicos son originales y rescatan las tradiciones del país. Jeaneth Laines, otra compradora, agrega que este calzado es cómodo y sus materiales son resistentes.

    Por esto, otras personas han aprovechado también su visita a Ecuador para llevarse un par de estos zapatos a Nuevo México, Nueva York, Miami, España, Alemania, Perú, Chile y otros países.

    Otros accesorios

    Los zapatos étnicos de Veri’d han sido parte de desfiles importantes como Runway, organizado por la revista Vogue, en el Paseo San Francisco. También en eventos de Galería Ecuador y Quito Turismo.

    Para complementar el estilo de estos zapatos, la marca ofrece camisetas, chaquetas y otros accesorios relacionados con el enfoque étnico.

    En mayo se presentará una nueva colección de zapatos dirigida para caballeros y niños. En estos se mantendrán los diseños étnicos.

    Verónica Díaz   incluye en sus diseños de calzado tejidos que se elaboran en comunidades indígenas y emplea materiales tradicionales como el yute. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
    Verónica Díaz incluye en sus diseños de calzado tejidos que se elaboran en comunidades indígenas y emplea materiales tradicionales como el yute. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
  • El arreglo de zapatos y el empleo formal se juntan

    Redacción Líderes

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    Las manos sucias y maltratadas de los betuneros ahora lucen limpias y rompen con los estereotipos de este tradicional oficio, que gracias a un emprendimiento social se ha dignificado.

    Il Shine es el nombre del servicio de renovación de calzado, que desde hace cuatro años impulsa el desarrollo y la formalización de los betuneros.

    En un inicio, ocho personas tuvieron la oportunidad de ejercer este oficio con un salario digno, beneficios de ley y capacitación permanente, cuenta Mónica Gallardo, gerente propietaria de Il Top Service, empresa que impulsó este emprendimiento.

    Actualmente, Evila Tulma, que empezó a trabajar en el proyecto hace tres meses, es la única que se encarga del trabajo de renovación y limpieza.

    El nuevo aeropuerto Mariscal Sucre fue el primer espacio donde se brindó el servicio, el cual tuvo como clientes a altos ejecutivos, que aprecian la calidad de los productos y del trato.
    Marcelo Muñoz es uno de ellos. Él conoció el negocio en sus frecuentes viajes y ahora acude entre tres a cuatro veces por semana al puesto permanente, que está en el Centro Comercial Iñaquito (CCI), en la ciudad de Quito.

    El personal de limpieza invita a Muñoz a sentarse en “el trono Il Shine” para que tenga una experiencia de servicio personalizado.

    El trabajo se realiza en medio de un diálogo amenos entre el cliente y el betunero, en este caso la misma Mónica Gallardo, quien como buena jefa sabe del oficio al revés y al derecho, para poder enseñarle a sus trabajadores.

    La relación precio-servicio es adecuada, señala Muñoz, quien valora el cuidado de su calzado.
    La renovación para zapatos incluye el lustrado, encerado y arreglo de fallas; cuesta USD 2 y para los de zapatos de gamuza el valor sube a USD 3. Dependiendo del grado de suciedad o maltrato del calzado, el tiempo de la limpieza dura entre 10 a 30 minutos.

    Il Shine utiliza productos propios e importados, que se aplican según el estado, la calidad y el color de los zapatos. Entre las variedades de su autoría, la empresa tiene un champú especial para quitar la grasa en la gamuza, cuyo costo es de USD 10.

    En épocas altas, como Navidad, el negocio también funciona en el Centro Comercial El Recreo, al sur de Quito. Gallardo espera volver a este lugar en el mes de mayo.

    Para la incorporación de los servicios de Il Shine en centros comerciales, estos lugares también han aplicado programas de responsabilidad social, al reducir los costos de alquiler de los estands.

    Desde hace algunos meses, el emprendimiento ha ampliado su oferta. Por ejemplo, ahora brindan el servicio de renovación de carteras y cinturones de cuero.

    También, para mayor facilidad de sus clientes, han incursionado en el servicio a domicilio, en las zonas cercanas al CCI. Para solicitar el trabajo, los interesados deben tener al menos cinco pares de zapatos que requieran mantenimiento. Al valor del servicio se le agrega USD 1,50 por el traslado.

    Otra novedad es la reparación de calzado, a través de un zapatero profesional. Las personas dejan sus zapatos en el estand de Il shine y después de dos días los reciben totalmente reparados y limpios.

    El crecimiento del negocio depende de la fidelidad y recomendación de los clientes.
    También, en la actualidad, las redes sociales juegan un papel muy importante para la promoción de la actividad de betunería. A través de estos espacios, los clientes compran los productos o solicitan el servicio a domicilio.

    Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias.

    La facturación mensual de un puesto es de aproximadamente USD 1 200. Para expandir el servicio, Gallardo busca vender franquicias a empresarios que estén interesados en apoyar a betuneros informales o desempleados; o generar alianzas con empresas.

    Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias. Foto: Diego Pallero / LIDERES
    Gallardo empezó este proyecto con USD 45 000. En los cuatro años de funcionamiento ha recuperado la inversión y, hoy en día, cuenta con ganancias. Foto: Diego Pallero / LIDERES
  • Shigras y zapatos se ofertan en las ferias

    Patricia González

    Por 32 años, Vinicio Torres se dedicó a la docencia. Su última experiencia fue en la Universidad Politécnica Salesiana, donde impartió clases de economía por 12 años.

    Mientras en el día daba clases, por las noches atendía un bar, del que era propietario, en el sector de La Mariscal, en Quito. Ese negocio le duró poco más de un año.

    En abril del 2016, la vida le cambió. Tras dos infartos que le dejaron en estado crítico durante 15 días, Torres cambió por completo su ritmo de vida, por recomendación médica. Dejó las aulas y vendió el local nocturno.

    El dinero que le dejó la venta del negocio fue el capital para arrancar a finales del 2016 con su emprendimiento actual: Illak Fronteras. El primer producto con el que salió al mercado son calzados, para hombres y mujeres, elaborados con telares y fajas indígenas.

    Luego, en abril del 2017, comenzaron a trabajar las shigras (bolsos tejidos con cabuya). El producto en bruto lo elabora un grupo de mujeres de una comunidad indígena, en la ciudad de Ambato.

    En Illak Fronteras se encargan de los acabados: forro interno, cierres, decorado con faja indígena, una tira en cuero que bordea los bolsos, entre otros detalles.

    Al mes producen de 25 a 30 carteras y entre 30 y 35 pares de zapatos. Todos son diseños exclusivos.

    Por ahora, Torres ha vendido su producto entre particulares que han conocido de su trabajo y en ferias.

    Algunas de las exposiciones en las que ha estado presente son la Feria de Texturas & Colores, organizada por la Agencia Conquito, otra del Ministerio de Industrias y Productividad, y el Festival de la Interculturalidad y Emprendimiento Popular y Solidario, organizado por la Cámara de Economía Popular y Solidaria, entre otras entidades. Estos eventos se han desarrollado en Quito.

    Joela Guerrero adquirió en diciembre una shigra de Illak Fronteras en una feria, con el fin de regalársela a su madre en Navidad. “Me gustó que se trata de un diseño único y sus colores vivos”. Por el bolso canceló cerca de USD 40.

    Vinicio Torres oferta sus productos a ferias artesanales en Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Vinicio Torres oferta sus productos a ferias artesanales en Quito. Foto: Galo Paguay / LÍDERES