Etiqueta: zapatos

  • Zapatos con propuesta vanguardista

    Ana Cristina Alvarado

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    La experimentación y la búsqueda de nuevas formas y siluetas son lo común en los productos de Fernando Echeverría e Ile Miranda. Ambos son diseñadores ecuatorianos que plasman sus preocupaciones existenciales en el diseño de calzado, con el fin de que el proceso creativo sea una fuente de expresión y que, por lo tanto, el resultado sea único.

    Fernando Echeverría es un diseñador de productos, especializado en calzado. Después de terminar su máster en República Checa, se quedó en ese país que le abrió las puertas a él y a su diseño que parece que viniera de lejos y de otros tiempos, pero que aun así no pierde vigencia.

    Para este diciembre, el creativo quiteño lanzó su primera colección de tacones, antes solo había hecho zapatos bajos. ‘Mental Creatures’ nació después de un año de cambios y de renacimientos en la vida de Echeverría.

    La línea tiene cinco pares de zapatos, cada uno nombrado a partir de sentimientos que experimentó en este periodo: Alegría, Pasión, Furia, Tristeza y Orgullo. Los colores y las formas usadas expresan cada sentir del diseñador. Por ejemplo, el celeste predomina en Paz y el verde en Alegría. Mientras tanto, en Furia, el tacón tiene gradas, lo que representa el caos.
    Echeverría diseña bajo pedido y hace envíos a todo el mundo, desde Praga.

    Ile Miranda, por otro lado, es una diseñadora de interiores guayaquileña que desde hace más de una década aplica esta rama del conocimiento a la creación de calzado femenino. Sus diseños siempre se han caracterizado por ser eclécticos y en este último mes del 2017 regresó con una nueva colección, después de dos años.

    Miranda cuenta que ha estado en un período de replanteamiento, por lo que cerró todos sus locales comerciales a finales del 2016 y se dedicó a vender sus productos solo bajo pedido. Su primera colección después de este período se llama ‘Energía Vital’ y tiene varias inspiraciones ligadas a este tema, como el sol, la sangre, los pueblos precolombinos y otros. También hay mucho rojo, cuenta.

    La última propuesta de Miranda estará a la venta desde el 20 de diciembre, a través de sus redes.

    Enrique Pesantes / LÍDERES
    Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Una firma donó 400 pares de zapatos a niños

    Redacción Quito

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    Payless Shoesource ratifica su compromiso de ayuda a las personas en riesgo de las comunidades. Este año y por tercera vez consecutiva la empresa obsequió a 400 niños de Aldeas de Niños SOS, nuevos pares de zapatos a través de la campaña Payless regala zapatos para niños.

    Esta actividad se realizó como parte del retorno a clases. La entrega se realizó los días 6 y 7 de septiembre en Quito y Guayaquil respectivamente, los niños visitaron la tienda de Payless para elegir los zapatos que más les gustaron, según un comunicado.

    El evento fue además un agasajo con sorpresas. Los niños de un grupo representativo de 20 pequeños en cada ciudad disfrutaron de distintas actividades, entre ellas show de magia, almuerzo y una entretenida tarde de cine.

    El donativo se entregan mediante cupones canjeables a los representantes de la fundación, quienes los distribuirán a los pequeños de la fundación.

    El aporte de las personalidades del país también se hizo presente con la partición de padrinos de la actividad quienes compartieron con los niños.

    La campaña es parte de los planes de Responsabilidad Social Empresarial que la marca realiza en América Latina, con el deseo de contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de miles de personas.

    Miguel Cevallos, representante de Payless Shoesource Quito, manifestó: “que es prioritario para la empresa buscar espacios de aporte social y devolverle a la comunidad todo el cariño y preferencia que siempre han recibido”.

    Nicole Rubira, cantante ecuatoriana junto a Fernando Santelli, Gerente Regional Costa Payless Shoesource. Ellos participaron en la donación de los zapatos. Foto: Cortesía
    Nicole Rubira, cantante ecuatoriana junto a Fernando Santelli, Gerente Regional Costa Payless Shoesource. Ellos participaron en la donación de los zapatos. Foto: Cortesía
  • Neumáticos para fabricar zapatos con toque andino

    Redacción Quito

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    Los indígenas imbabureños utilizaban el caucho de los neumáticos para elaborar sus alpargatas. A este tipo de calzado lo denominaban ushuta, que en quichua significa zapato.

    Este concepto coincidió con la propuesta de los emprendedores Fredy Andrango y Charic Amaguaña. La familia de Andrango es propietaria de un empresa de transportes y buscaba hacer algo con los neumáticos desgastados de los grandes vehículos.

    En enero de este año, luego de que el emprendedor regresara de culminar su maestría en la Escuela de Negocios Hult, en San Francisco (EE.UU.), decidió trabajar en su negocio sostenible.

    La primera alternativa que barajó fue elaborar calzado con plantas elaboradas con caucho reutilizado de las llantas. Para concretar su idea contactó a Amaguaña, quien ya tenía experiencia en la fabricación de calzado.

    Ambos trabajaron en modelos atractivos para los clientes. Los dos tenían la meta de que los productos reciclados también pueden tener diseños vanguardistas que llamaran la atención a potenciales clientes.

    Para empezar invirtieron USD 20 000 para la manufactura de un primer lote de zapatos y la conformación del emprendimiento. El 80% del monto se destinó a la compra de materiales e insumos para la fabricación del calzado. El 20% restante se utilizó para la elaboración de etiquetas, los empaques y trámites del negocio.

    Con una primera colección de 200 pares de zapatos para hombres, mujeres y niños, en abril de este año, salió al marcado Ushuta.

    El concepto principal es crear un producto con identidad andina que pueda ser exportado. Incluso notaron que Ushuta puede ser fácilmente pronunciado por estadounidenses, por ejemplo.

    Ahora no solamente usan los neumáticos que se reciclan de la empresa de Andrango. También, buscan el material en vulcanizadoras de la provincia.

    La parte superior del zapato, es decir, la capellada, explica Amaguaña, es elaborada en telares de madera, que le da el toque artesanal y valor agregado al producto.

    Actualmente, su proceso de producción funciona en dos puntos: uno en Cayambe (Pichincha), como punto de acopio de las llantas, y la planta de producción en Otavalo (Imbabura).

    Por ahora, el principal punto de venta es su página web ushuta.com y sus redes sociales; los pedidos se entregan a domicilio. Desde hace algunas semanas ya tienen presencia en tiendas de la provincia de Imbabura. Además, buscan llegar a otras ciudades.

    Desde abril han logrado ventas entre los USD 3 000 y 4 000 por mes y ahora trabajan en la producción de un lote más grande.

    Otra de las propuestas de Ushuta, dice Andrango, será destinar parte de las ganancias para el desarrollo de comunidades locales.

    En Sol te Viste, que tiene locales en Atuntaqui y Otavalo, se comercializa Ushuta desde hace un mes. Su propietario, Javier Solano, cuenta que los zapatos han tenido aceptación entre sus clientes.

    Las personas, dice Solano, buscan sobre todo el calzado para los niños aunque jóvenes también se animan a comprarlos gracias a sus diseños. Esta tienda también los vende en redes sociales.

    La producción

    El comienzo. En la primera producción fabricaron 200 pares de zapatos, con modelos para hombres, mujeres y niños.
    Los costos. Los precios de los zapatos oscilan entre los USD 30 y 50 cada par.
    La nueva producción. Actualmente, la empresa trabaja en una producción de 1 000 pares para ser comercializados a través de diferentes canales.
    La promoción. Redes sociales, como Facebook, Instagram y su sitio web: www.ushuta.com

    Fredy Andrango y Charic Amaguaña son  los socios y propietarios de Ushuta, que salió al mercado en abril. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Fredy Andrango y Charic Amaguaña son los socios y propietarios de Ushuta, que salió al mercado en abril. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • Zapatos andinos se fabrican en Chibuleo

    Modesto Moreta

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    La moda en sandalias para este verano la impone Sisay (Florecimiento en español).
    Esta Asociación integrada por ocho mujeres indígenas de la comunidad Chibuleo, de la parroquia Juan Benigno Vela del cantón Ambato, en Tungurahua, puso en el mercado sus nuevos diseños con contenidos andinos.

    La nueva colección comprende el uso de materiales autóctonos como los tejidos con lana de borrego, realizados en telares o bordados a mano con cabuya. La combinación perfecta de los colores azul, celeste, amarillo, verde, rojo, café, negro o simplemente en negro o café, hace que la nueva tendencia para la mujer tenga ­demanda en el mercado nacional e internacional.

    En los tejidos, los artesanos representan símbolos gráficos como la chacana o cruz andina, el churo, animales como el colibrí, la llama, el cóndor, las montañas, los ríos… que atrae a los turistas extranjeros y la chicas de las diversas comunidades de Pilahuín, Otavalo, Quisapincha y Salasaka.

    El emprendimiento inició su historia en el 2013, con una inversión de USD 3 000. Con los recursos se compró maquinaria, materia prima, hormas, pegamentos y más. Silvia Charco, presidenta de la Asociación, cuenta que se dedicaban a bordar blusas con contenidos interculturales, pero luego decidieron incursionar en la confección de calzado con características andinas.

    La agrupación en sus inicios elaboró dos docenas de pares. Las prendas las promocionaron en la Feria Internacional de Calzado, en Quito, a donde fueron invitados en el 2015. “El diseño llamó la atención y eso nos ayudó poco a poco abrir el mercado, especialmente extranjero, puesto que actualmente exportamos en forma indirecta a través de los migrantes que viven en Australia y Estados Unidos”, cuenta Charco.

    En la actualidad producen 150 pares mensuales y da trabajo a 10 personas, incluidas las mujeres que tejen y bordan en el taller ubicado en la comunidad San Luis de Chibuleo. Los ingresos mensuales bordean los USD 2 500.

    La emprendedora dice que en los cuatro años lograron colocar en el mercado 46 diseños de calzado. La más reciente colección son seis modelos en sandalias, zapatos de taco, muñecas, plataformas de corcho. Además, mocasines, casual y botines para hombre.

    El propósito de la agrupación con los nuevos diseños de verano es que las jóvenes vistan esta prenda estilizada, moderna y elegante, que no pierde la esencia cultural de los pueblos indígenas.

    “Mantenemos los saberes y la identidad del pueblo Chibuleo a través del uso de las figuras como la llama, el taita Inti (Padre Sol), el colibrí, la dualidad de la pareja, la chacana y el churo que es lo que nos identifica”, Juan Quisintuña miembros de la asociación.

    Quisintuña también es el creativo del grupo y quien constantemente busca nuevos diseños. Explica que la combinación de los colores y las figuras plasmadas en los tejidos de los tapices es el principal atractivo del calzado andino. “Es un zapato cómodo, elegante y que combina con el atuendo tradicional de la mujer, compuesto por un anaco negro, rebozo morado y blusa blanca con bordados”.

    Explica que por la complejidad de los diseños tarda hasta dos días en tejerse las tiras que componen la sandalia en los telares.

    Desde hace dos años, Henry Muenala comercializa los productos de la Asociación Sisay en Estados Unidos. Su taller está en Otavalo, Imbabura. Él cuenta que la calidad y los diseños novedosos del producto hicieron que tuvieran aceptación en el mercado internacional, aunque la crisis hizo que bajaran las ventas. En el momento se venden 50 pares al mes. “Los colores combinan con la vestimenta, eso atrae a los compradores, especialmente extranjeros”.

    En la actualidad hay ventas, pero la difícil situación económica hizo que se redujeran las ventas. En todo caso estamos comercializando en el extranjero y a los turistas que llegan. Además, a las chicas de las comunidades y pueblos indígenas les gustan los diseños.

    Las mujeres de la comunidad Chibuleo confeccionan zapatos, sandalias, de taco para el hombre y la mujer. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Las mujeres de la comunidad Chibuleo confeccionan zapatos, sandalias, de taco para el hombre y la mujer. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
  • Un lujo de 24 quilates para los pies

    Agencia AFP

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    El italiano Antonio Vietri se lanzó a una apuesta loca: vender zapatos con piezas en oro de 24 quilates, un lujo para los pies.

    El objetivo principal del artesano, que reside en el norte de Italia, es llegar a clientes millonarios de los países del Golfo.

    Los mocasines de Vietri para hombre son de cuero en color azul o negro y el empeine externo en oro.

    La línea masculina “ nació en 2016, después de ocho meses de estudio y de varios intentos ”, contó el artesano en Turín (Piamonte, norte de Italia).

    “Estos son los primeros zapatos en el mundo realizados en oro de 24 quilates”.

    El oro, fue trenzado a mano y no ha sido aplicado, explicó el propietario de la firma italiana.
    “La particularidad de estos zapatos es que se cosen a medida y el oro no es un accesorio o un botón. El oro es parte integral del zapato”, asegura Antonio Vietri, que tiene también una línea de zapatos de oro exclusiva para mujeres.

    “La dificultad es encontrar un equilibrio entre la solidez del oro y la flexibilidad de la zapatilla”, contó. “Si el zapato es demasiado pequeño, el oro se pliega. Si el zapato es demasiado pesado, duele”, explicó.

    Los zapatos, que requieren 230 gramos de oro, son piezas únicas hechas a base de un escáner en 3D del pie.

    Se venden a un precio de hasta 25 000 euros (unos USD 26 700) la versión para hombres y 30 000 (USD 32 000) para mujeres. El precio incluye la entrega con helicóptero.

    La firma comercial también tiene una línea tradicional, con precios menos extravagantes, a partir USD 266, y otra firmada por grandes artistas.

    The Luxury Collection incluye zapatos de seda decorados con diseños en polvo de oro o plata. Algunos modelos de Antonio Vietri  llevan también perlas o diamantes. Fotos: AFP
    The Luxury Collection incluye zapatos de seda decorados con diseños en polvo de oro o plata. Algunos modelos de Antonio Vietri llevan también perlas o diamantes. Fotos: AFP
  • La innovación y el diseño se lucen en sus zapatos

    Redacción Quito

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    En el alto costo de las zapatillas deportivas en el país, debido a impuestos y cargas arancelarias, Javier Porta vio una oportunidad para emprender.

    Este español, que lleva dos años radicado en el país, decidió en el 2016 apostar por la industria del calzado ‘sport’, debido a que su negocio original de importación de maquinaria textil no atravesaba un buen momento económico.

    “Este proyecto viene un poco por la crisis. En época de crisis hay que reinventarse”, dice Porta.

    Este ingeniero textil vendía tejedoras en la región andina y gracias a su anterior negocio pudo apalancar su nuevo proyecto.

    Para conseguirlo, hace un año, investigó materiales, modelos y nuevas tendencias en el mercado. Para ello viajó a Europa y Asia. Así, el emprendedor se inclinó por el zapato tejido que actualmente lo fabrican multinacionales como Nike, Adidas o Zara.

    Para iniciar, invirtió cerca de USD 80 000 que los destinó a la compra de materiales, maquinaria, mano de obra y marketing.

    Durante el proceso inicial de creación de su empresa, cuenta el español, le colaboró en logística la familia quiteña Romero Granja. Así, a inicios del año pasado, nació Looop, marca de zapatillas deportivas tejidas.

    Actualmente, Looop importa materiales como suelas de EVA (etileno vinilo acetato, muy ligero de peso y además duradero), que emplean marcas internacionales, hilo de Pakistán y otros insumos. Con todos estos materiales, el calzado se arma en el país, en plantas de Quito y Ambato.

    Porta sostiene que en la industria de calzado nacional encontró calidad y la mano de obra con experiencia. No obstante, considera que al productor local todavía le falta innovar y que para ello hace falta “pequeños impulsos” para crear nuevos productos.

    El costo de un par de Looop está entre USD 60 y 70. Los canales de venta son a través de tiendas o de su sitio web: www.looop.rocks

    Porta define a los zapatos como una mezcla entre casual y ‘sport’. “Están preparadas para un ‘running’, no uno profesional de 20 kilómetros, pero sí para correr en La Carolina (…) puedes utilizarlos para caminar, para ir al trabajo, etc.”, dice el gerente.

    Al mes, Looop fabrica entre 600 y 700 pares de zapatos, lo que representa en ventas que van desde los USD 15 000 hasta 20 000.

    Otra de las estrategias para dar a conocer la marca es comercializar el calzado en un ‘truck’ al que lo ha denominado el Loooptruck, que tiene el mismo diseño que un camión que vende comida.

    “Hace nueve meses comenzaron a ponerse de moda los ‘foodtrucks’ en Quito y me dije: ¿Por qué no se venden otros productos así?”, comenta Porta.

    Ahora, el Loooptruck circula por Quito y busca, además de vender su producto, expandir la naciente marca.

    Pilar Pullas, diseñadora de modas, compró un par de zapatos la semana pasada. Ella comenta que conoció la marca gracias a un ‘flyer’. Ella dice que le gustaron por los colores y la comodidad del calzado. “Se adaptan bastante bien al pie”, añadió.

    Andrea Villacís, gerenta de Servicios de Netlife, encontró a Looop en diciembre del año pasado en una feria. Ella cuenta que le llamó la atención el estilo, los diseños, los colores y el tejido.

    “Me parece que es algo que tiene muchos estándares de calidad, eso se ve en los detalles del calzado”, sostiene Villacís.

    Javier Porta es el propietario de la naciente compañía que fabrica sus zapatos en Quito y Ambato. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    Javier Porta es el propietario de la naciente compañía que fabrica sus zapatos en Quito y Ambato. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • La primera colección tiene un toque playero

    Washington Paspuel

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    La amistad, que las une desde hace 10 años, e intereses similares las llevaron a darle forma a este emprendimiento. Pamela Nath y Paola Serrano, diseñadoras gráficas y másters en Branding (gestión estratégica de marcas) crearon en el 2016 la marca de sandalias playeras Verana, dirigidas al segmento femenino.

    Las dos obtuvieron su masterado en España en el 2012. A su retorno, empezaron inmediatamente a indagar sobre la posibilidad de incursionar en la creación de calzado playero femenino.

    Las emprendedoras cuentan que les llamó la atención la reducida oferta de producto nacional. Luego de estudios de mercado, de analizar y contactar con proveedores durante dos años, se decidieron a lanzar la marca en octubre pasado, a través de su primera colección, que se compone de 12 modelos de zapatillas.

    La inversión inicial en el proceso previo al lanzamiento de su colección fue de USD 5 000, de sus propios ahorros, cuenta Nath, quien está a cargo del control de calidad en el pequeño taller que instalaron en la ciudadela Los Ceibos, en el norte de Guayaquil.

    Ella considera que la propuesta intenta satisfacer un nicho de mercado que ambas consideran descuidado: la oferta de sandalias femeninas con toque playero. Su compañera en el emprendimiento, Serrano, acota que aunque el proyecto está concebido para su uso en la playa, se adapta muy bien para otros ambientes propios de ciudades cálidas como Guayaquil.
    “Aquí van bien para salir a una actividad casual, porque el clima lo permite, por eso nuestro lema es vivir el verano los 365 días del año”, añade Serrano.

    Ellas investigaron qué tipo de materiales resultaban más cómodos y qué colores traducían mejor el espíritu playero. Nath, quien practica el surf, cree que los primeros diseños captaron muy bien esas interrogantes.

    En el diseño de su primera colección, las jóvenes diseñadoras priorizaron el concepto de sobriedad, evitando el exceso de accesorios, “para priorizar la calidad”.

    El resultado son modelos de sandalias de colores tierra, en tonos que van desde el ocre pálido, pasando por el tostado, hasta llegar el negro, que se combina con tiras trenzadas, o planas con reminiscencias étnicas.

    Las diseñadoras concretaron su primera venta en grande la semana pasada. Unas 400 unidades se venderán en las siete tiendas en todo el país de una conocida cadena de artículos especializados en surf. Además, un primer lote de las sandalias ya se embarcó a Galápagos, donde la cadena tiene una de sus tiendas.

    Las zapatillas playeras están confeccionadas con cuero natural, tela en determinados modelos y fibras antideslizantes en las suelas. También llevan pedrería en las tiras de algunos de sus modelos. “La idea es crecer con la oferta de otros accesorios para la playa, como bolsos y pulseras”, indica

    Nath. Este emprendimiento espera concretar la venta de otro lote similar de sandalias en febrero, a la misma cadena de tiendas.

    Las emprendedoras asimismo preparan su segunda colección, con nuevos diseños. De momento, Nath y Serrano promocionan sus creaciones en sus páginas de Instagram y Facebook. Aseguran que promoverse en estas plataformas les dio su primer empujón para que la marca se diera a conocer. Además de las redes sociales, ahora preparan una página web para ampliar su presencia en Internet.

    La capacidad de producción del taller es de 24 unidades al día. Las jóvenes esperan ampliar progresivamente la producción a medida que el negocio crezca.

    Los diseños playeros de Verana han llamado la atención de la comunidad surfista, que están entre los primeros clientes. Titi Vargas, surfista profesional, adquirió tres pares en diciembre pasado, luego de que conoció la propuesta de este emprendimiento. “Me gustaron el diseño y los materiales de las sandalias. Son muy casuales, y te sirven no solo para la playa. Me parece que es un producto ecuatoriano bien hecho”.

    El emprendimiento lanzó su primera colección de sandalias en octubre. Ahora se abre paso en el mercado. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    El emprendimiento lanzó su primera colección de sandalias en octubre. Ahora se abre paso en el mercado. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Zapatos cómodos en la oficina

    Redacción Líderes

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    Los tacones altos no son la única opción para la oficina. Hay diseños ecuatorianos que se adaptan a las necesidades, gustos y ocupación de cada persona.

    Simplicity es la última colección de Makiatto, creada pensando en las mujeres que desempeñan varios roles, que tienen largas jornadas, pero que no quieren renunciar al estilo. Así lo explica la diseñadora y fundadora de esta empresa, Paulina Anda. Son zapatos de taco bajo y ancho y otros con taco magnolia.

    Makiatto tiene tiendas en Quito, Ibarra y Loja. Las direcciones se pueden consultar en su sitio www.makiatto.com.

    La línea de calzado Toddel, de la marca Bo Em Atelier, se especializa en el ‘wing tip’ y en los oxfords. De acuerdo con la ropa que se use, los zapatos pueden funcionar para una reunión o un evento formal.

    Junto a un artesano de Tungurahua se desarrolló esta colección totalmente a mano. La firma abrirá el siguiente mes su tienda en la República de El Salvador. Ahora atiende previa cita o a través de www.boem.com.ec.

    La diseñadora Valeria Bazante trabaja de forma personalizada. Sus recomendaciones para la oficina no se limitan al calzado clásico, pues la creativa también toma en cuenta el tipo de pie, la personalidad y la profesión.

    Por ejemplo, si se trata de un trabajo en un banco o de azafata, el zapato será más formal. Pero si se trata de un trabajo en áreas creativas, el diseño es abierto. La tienda de Bazante es en Cumbayá (García Moreno y E. Alfaro).

    Foto: Julio Estrella y Diego Pallero / LÍDERES
    Foto: Julio Estrella y Diego Pallero / LÍDERES
  • 24 millones de pares de zapatos fabrica Ecuador

    Modesto Moreta (I)  redaccion@revistalideres.ec

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    La inversión en la compra de maquinaria con tecnología de punta, la capacitación de la mano de obra en un diplomado en tecnología del calzado, el funcionamiento de un laboratorio de pruebas físico-mecánicas, etc. son unas de las estrategias que aplican los socios de la Cámara del Calzado (Caltu), para recuperar sus ventas.

    Durante el último año, la producción de este producto cayó en un 25%. Según los ejecutivos de Caltu, en el 2013 hubo una producción de 33 millones de pares de zapatos. Esta cantidad creció en el 2014 a 35 millones y el año pasado decreció a 34 millones.

    Lilia Villavicencio, presidenta de la Caltu, explicó que antes del 2008 la producción de calzado a escala nacional llegaba a menos de 14 millones de pares anuales.

    En esa época el ingreso de los zapatos chinos y de otros países afectó a la gran industria, la pequeña industria y el área artesanal, que comenzó a cerrar sus puertas. Solo sobrevivieron alrededor de 600 empresas en el país.

    Pero en el 2009, el Gobierno protegió al sector a través de la aplicación de salvaguardias y la vigencia un arancel mixto al ingreso del producto importado. Eso ayudó a alcanzar un crecimiento importante de la producción. Pero nuevamente está afectado por el contrabando que ingresa de Perú y de Colombia.

    Ahora, buscan que la Asamblea desarrolle una Ley que sancione en forma drástica esta ilegalidad.

    El gremio, junto al Gobierno, también busca impulsar campañas que motiven el consumo del producto nacional. La idea es que los ecuatorianos dejen de salir a comprar en los países vecinos.

    Esto promoción se iniciaría en los próximos días. “La salida de divisas nos está dejando sin el circulante y empeorando la situación económica”, dice Villavicencio.

    Mientras eso ocurre, vía promociones, implantación de nuevas tecnologías en las industrias del calzado y capacitación de la mano de obra, para que elabore un calzado que compita, se busca recuperar el mercado local.

    El sector, junto al Ministerio de la Producción, también puso en marcha los laboratorios para pruebas físicas y mecánicas. La inversión bordea USD 136 000. El objetivo es que los fabricantes de zapatos den la garantía a sus clientes con productos de alta calidad.

    El sector busca evitar que más empresas cierren y que crezca la desocupación. Según un informe de Caltu, 187 talleres cerraron y 1 870 personas quedaron en la desocupación durante el último año.

    Hasta el 2015, en el país funcionaban 5 000 empresas confeccionistas entre grandes, medianas y pequeñas, que daban trabajo a 100 000 personas en el país.

    En medio del escenario económico actual, el sector ha puesto en marcha otras estrategias de impulso como ofertas y promociones por la temporada escolar.

    A los clientes de los asociados a Caltu les dan un descuento del 10% en las compras. También obsequian esferográficos, cartucheras y otros incentivos. La finalidad es recuperar las ventas.

    Cada empresa del calzado tiene una situación diferente, entre ellas Plasticaucho Industrial, en Ambato, que es una compañía referente que está presente en el mercado de calzado por 80 años.

    Sebastián Sánchez, supervisor comercial, indica que anualmente facturan USD 80 millones. Dentro de la marca se divide el sector calzado con el nombre Venus e industrias diversas.
    La producción de zapatos representa el 91% de sus ventas. Esta firma, según Sánchez, hasta ahora ha mantenido los volúmenes estables de ventas. “Somos una empresa bastante estable en el área financiera y que cumple con todas las obligaciones tributarias, vamos a la par con el 2015”.

    Otra firma es la fábrica de Calzado Vecachi, que da empleo a 62 personas. Esta mediana industria produce 220 pares diarios en sus líneas colegial, escolar, damas, ejecutivo y casual. Para competir en el mercado con productos de calidad adquirió tecnología de punta y normas de calidad.

    Calixto Peñaloza, gerente de la firma, explica que compiten en el mercado pese a la reducción de las ventas. Por eso han aplicado algunos mecanismos para la comercialización de sus productos.

    Citó por ejemplo, que si el cliente compra en la tienda virtual obtiene un 10% de descuento ingresando a www.vecachi.com.ec. La firma tiene 31 años de presencia a escala nacional.
    El Gobierno busca sustituir las importaciones de calzado, de acuerdo a sus política.

    Una imagen de la producción de calzado en la empresa Vecachi. La entidad emplea a 62 personas y produce al día 220 pares de zapatos. Están en la competencia pese a la baja de ventas. Foto: Glenda Giacometti / Líderes
    Una imagen de la producción de calzado en la empresa Vecachi. La entidad emplea a 62 personas y produce al día 220 pares de zapatos. Están en la competencia pese a la baja de ventas. Foto: Glenda Giacometti / Líderes
  • Estos zapatos para dama suman clientes en a través de la web

    Bolívar Velasco

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    Las sugerencias de los clientes fueron claves para que el emprendimiento de Paola Espinoza llegara a más personas en sus redes sociales y su sitio web.

    La marca Paole Moda, especializada en la venta de calzado para mujeres en Internet, sabe que escuchar los comentarios de la clientela eran fundamentales para satisfacerlos y mantenerlos dentro del círculo del negocio.

    Espinoza lo comprendió desde que lanzó su primera colección de zapatos, hace 10 meses, en Santo Domingo de los Tsáchilas.

    Fue el proyecto de su vida en el que materializó sus vocaciones para diseñar y promocionar productos, esta vez de su autoría.

    Esto último lo hizo durante varios años, pero con marcas que correspondían a empresas privadas en las que estuvo vinculada desde los 19 años de edad.

    La emprendedora considera que ese cúmulo de experiencia le ayuda a pensar en estrategias que le permiten mantenerse.

    De hecho, el salto a las redes sociales y a una página web fue una de las primeras ideas que se le vino a la mente cuando decidió incursionar en la línea del calzado.

    Con la diferencia de que iba a promocionar sus propias creaciones y no como la dinámica de otros negocios que compran y venden productos de otros diseñadores y firmas.

    En la presentación de la primera colección, además de las sugerencias que recibió sobre el modelo de zapatos -que con el tiempo eligen las clientes- se dio cuenta de la necesidad de tener un local para exhibir sus productos.

    Espinoza en ese momento no tenía un sitio fijo, así que asumió que al montar un establecimiento generaría confianza a las clientes, porque así se evitaría comentarios sobre posibles fraudes en las redes sociales, que desde ese momento eran sus principales aliadas.

    Hace un mes abrió las puertas de su negocio en el centro de Santo Domingo, pero aclara que su tienda se encuentra en las redes sociales y la página web.

    Para montar este emprendimiento, Espinoza invirtió cerca de USD 40 000. Y hoy en día los ingresos mensuales oscilan entre USD 1 000 y 1 500.

    En las plataformas virtuales mantiene alrededor de 7 000 seguidores, sumadas a las visitas en la web que bordean las 10 000.

    Diana Aguilar, una de las clientes, cuenta que prefiere esta tienda porque encuentra calzado de modelos únicos y diferentes a los de otros lugares. Angelina Guerrero, en cambio, los compra porque son cómodos y se ajustan a sus preferencias.

    Paole Moda se mueve con base en colecciones. Al momento se han presentado tres de estas y la cuarta se aspira lanzarla en septiembre próximo. Para cada colección se elaboran en promedio entre 33 y 70 modelos de zapatos, entre estos sandalias, tacos, magnolias y zapatillas.

    Los artículos salen de la inspiración de Espinosa, quien los diseña y luego los fabrica en Cuenca. Para los acabados se utilizan plantillas confort, suela de poliuretano y revestimientos para climas húmedos y cálidos.

    Paola Espinoza, propietaria de la marca de zapatos Paole Moda, inauguró un local hace un mes. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    Paola Espinoza, propietaria de la marca de zapatos Paole Moda, inauguró un local hace un mes. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES