Branding personal

Gabriel Figueroa

Decimos demasiado cuando no hablamos. Lo decimos en nuestras expresiones, en el brillo de nuestros ojos, pero también en la forma en la que somos y hacemos las cosas. Con nuestra puntualidad, profesionalismo, organización y carisma.

¿Qué dices de ti cuando no dices nada? Hay ocasiones en que nos encontramos enfrente de un extranjero que no nos entiende, ni nosotros a él o ella. Pero rápidamente y en menos de siete segundos ya hemos juzgado y decidido muchísimo sobre esa persona: Si es de confiar, si nos agrada, el estatus social, etc. ¿Es correcto hacerlo? Probablemente no, porque son prejuicios basados en un par de segundos. Por eso siempre hay que dar una segunda o tercera oportunidad a esas primeras impresiones, que muchas veces no son acertadas.

Sin embargo, la mayoría de las personas no te darán una segunda oportunidad. Así que sí es importante preguntarse: ¿Qué impresión estoy dando y qué impresión quiero transmitir? No se trata de ser alguien que no eres. Se trata de sacar lo mejor de ti en cada interacción, comenzando desde la primera impresión.

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Ilustración: LÍDERES

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