Los textileros de Calderón reciben apoyo desde las aulas

Redacción Quito (I) 
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La ayuda a los emprendedores y el fortalecimiento de sus negocios son dos de los objetivos que se plantearon los estudiantes y docentes de la Escuela de Diseño, de la Universidad de Las Amé­ricas (UDLA).

180 estudiantes trabajaron junto a los emprendedores textiles de las parroquias de Calderón y San Antonio de Pichincha, en el noroccidente de Quito. El proyecto consiste en potenciar sus negocios. Lo hacen a través del diseño de las marcas de ropa que comercializan.
Se suman las mejoras en los procesos de manufactura desde un enfoque amigable con el ambiente, el desarrollo de una identidad corporativa y otros temas.
El proyecto está compuesto por 25 emprendimientos asentados en este sector del norte de la capital. De estos, tres son asociaciones con un promedio de seis miembros cada una. En total son 43 beneficiados.
Fernanda Reinoso, estudiante de octavo semestre de Diseño Industrial, destaca este proyecto porque logró formar una amistad con la emprendedora Nelly Monta. Ella recuerda que el proceso fue positivo, porque pudieron establecer las necesidades que tenía su negocio. Por ejemplo, no tenía un nombre, por lo que Fernanda le ayudó a buscar uno que sea adecuado al tipo de ropa que confeccionaba desde su hogar.
El nombre ideal surgió de la fusión de los nombres de los dos hijos de Nelly: Kenan y Axel. Al principio, el nombre fue Kenax, pero no les convenció porque sonaba a productos de limpieza. Luego, investigó y encontró el nombre Kena, que significa bonito o guapo en gaélico. “Fue ideal, porque Nelly comercializa ropa para mujeres”.
Fernanda rescata varias experiencias, como la ayuda para potenciar los negocios. “Queremos que la marca sea reconocida”.
Las historias de las mujeres dejaron una huella en los jóvenes universitarios. Andrés Ossa ya egresó de Diseño Industrial y considera que la experiencia fue gratificante porque aprendió nuevos conocimientos de Beatriz Molina, su beneficiaria. “Ambos aprendimos juntos”.
Una situación que rescata es la forma de vida de la mujer. Recuerda que Beatriz siempre estaba ocupada en algo. Fue misionera, monja y crió a sus hijos sola, por lo que le apostó a emprender un negocio de costura. “El hijo fue quien le dio el impulso para que saliera adelante. La mujer le dio todo: educación, comida y más”.
Sin embargo, el negocio tenía algunas falencias en el tema de la marca, que se llamaba Bruno Bianchi y se encarga de la confección de ropa interior para hombre. “Le ayudé para cambiar la tipografía de la marca y otros detalles”.
Andrés también rescata que aprendió la habilidad de la mujer para hacer negocios.
El proyecto se inició en marzo de este año y se extenderá hasta marzo del 2018. En este participaron 15 docentes.
Una de ellas es Silvia Andrademarín, quien se encarga de impartir la materia de Fotografía.
Para ella, la vinculación de los estudiantes a la comunidad es importante, porque se ponen en práctica los conocimientos que se dan en las aulas. “Los emprendimientos no dejaban un rubro alto, por lo que analizamos las formas para mejorar el negocio”.
Una de las fortalezas es que los emprendedores se encargan de compartir sus necesidades para luego buscar la actividades que les ayudarán a mejorar.
El proyecto tiene varias etapas. La primera fue el desarrollo de imagen corporativa, ya que las prendas, al no contar con una marca o etiqueta, eran vulnerables a que “robaran los diseños”, explica la docente universitaria.
Este semestre seguirá el proyecto y se diseñará un producto textil propio, ya que necesitan producir algo más el resto del año. Actualmente, los emprendedores tienen dos temporadas buenas: ingreso a clases y la época navideña. “Los jóvenes desarrollarán un diseño y los comerciantes lo elaborarán y venderán”.
La última parte del proyecto está relacionada con la imagen por medio de páginas web o redes sociales, para darse a conocer. Se suman la fotografía, la ergonomía y mejorar los talleres que tienen en sus casas. Al final, se hará una feria para que presenten sus productos. Esperan ese día con ansias.

Datos adicionales

Las reuniones. Los estudiantes se reúnen con los emprendedores en el Centro Textil de Carapungo, que es parte de la Junta Parroquial, En este espacio se hacen los conversatorios.
La misión. Es necesario un compromiso entre estudiantes, comunidad y docentes. “Todos,
desde sus conocimientos, aportarán a las personas que lo requieran. Les permite evidenciar la realidad”, según lo dijo Óscar Cuervo, director de la Escuela de Diseño Gráfico Industrial.

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