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  • Siete décadas de pasta italiana

    Redacción Quito

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    Siete décadas en las mesas del país han estado los productos de Sucesores SA. Se trata de una empresa de alimentos cuyo producto estrella han sido las pastas. Esta compañía nació en 1948 de la mano de Jacobo Paredes, en Ambato. La historia de este negocio arrancó años antes, sin embargo, cuando este empresario envió a su hijo, Jorge Paredes, a estudiar sobre la fabricación de fideos en Italia.

    Él regresó con la maquinaria para desarrollar esta actividad y se creó Pastificio Ambato Compañía Anónima (Paca). Su mercado, inicialmente, estaba en las bodegas mayoristas de la Sierra en ciudades como Ambato, Riobamba, Latacunga, Quito e Ibarra.

    Debido al tiempo transcurrido, es difícil cuantificar la inversión inicial. Pero Fernando Sánchez Campos, actual gerente General, explica que la firma creció de manera importante.

    En 1970 se abrió una nueva fábrica en Quito llamada Sucesores de Jacobo Paredes, a cargo de Rodrigo Sánchez. Tanto esta como la de Ambato producían fideos Paca.

    Desde 1958, Pastificio contó con su propio molino, en Ambato, para la producción de harina de trigo. En la década de los ochenta Sucesores de Jacobo Paredes, en Quito, abrió otro molino en la capital y más tarde un tercero, de mayor tamaño.

    Dos de estos sirven para fabricar harina de panificación y otro para sémola de trigo duro para pasta. Hasta la década de los noventa su producción se destinaba para atender únicamente a las plantas, luego se comenzó a comercializar la harina. El trigo se trae desde Canadá y se lo guarda en silos en Guayaquil.

    Sánchez Campos explica que la innovación, las inversiones permanentes y la calidad han permitido el crecimiento de la empresa. En 2016, Sucesores se convirtió en una sola firma tras absorber a Pastificio y a una compañía de distribución con la que trabajaba
    Actualmente, tiene cuatro marcas propias de pasta: Paca, Toscana, Bolonia y Universal. Además, maquila tres para Corporación Favorita.

    En harina tiene las marcas Paca y Cordillera. Asimismo, posee otras líneas de alimentos como duraznos enlatados, café, aguas aromáticas, avena, granos en lata, etc.

    El gerente explica que en estos momentos llegan a 40 000 puntos de venta en el país.

    Entre estos se encuentra Hipercomisariatos BL. Este negocio, que está en el mercado Mayorista de Quito, compra a Sucesores hace 38 años. “Es confiable tanto en la calidad como en los precios. Destacamos la variedad de productos que ofrecen en el mercado. Adquirimos todas sus variedades de pasta (fideos, tallarines, macarrones, pluma, cabello de ángel), café, duraznos, harina, avena, etc”, se indica desde este negocio.

    Otros de los clientes de Sucesores son las grandes cadenas de supermercados. Corporación Favorita explica que trabajan con ellos por décadas. “Los consideramos socios comerciales, más que proveedores, dada la larga trayectoria de trabajo conjunto y colaborativo, al punto que les hemos confiado la elaboración de algunas líneas de marcas propias. Por otro lado, sus productos y marcas son de amplia demanda en el mercado, siendo líderes incluso en algunos segmentos”, señala la cadena.

    Sucesores, además, comercializa sus productos en el exterior. Sus exportaciones comenzaron en 1995. “Fue específicamente al mercado de los ecuatorianos que vivían en Nueva York (EE.UU.) Demandan productos del país por nostalgia. Comenzamos a mandar fideos Paca, muy tradicional en la Sierra. Luego pasó lo mismo en España. Hace 10 años enviamos a Costa Rica, que es otro tipo de mercado”, dice Sánchez Campos.

    A este último país se exporta pasta bajo la marca Bolonia. A los Estados Unidos también se manda directamente a un distribuidor, con el nombre de La Cholita.

    Actualmente, Sucesores tiene un plan para crecer en Centroamérica. Espera que Panamá sea el siguiente punto ya que ya se firmó un acuerdo de exportación para la comercialización de productos en la cadena Rey.

    Entre sus metas, pese a la pandemia, está seguir aplicando su plan de inversiones para lo que queda del año.

    Esta compañía cuenta en su nómina con personal en administración, planta, centros de distribución, ventas y mercadeo. La firma posee siete “centros de costos” ubicados en Quito, Santo Domingo, Manta, Guayaquil, Cuenca y Ambato.

    La planta de producción de la empresa se encuentra en el sur de Quito. Las actividades se realizan en medio de la epidemia del covid-19.
    La planta de producción de la empresa se encuentra en el sur de Quito. Las actividades se realizan en medio de la epidemia del covid-19. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
  • Una quiebra dio paso a esta empresa de calzado

    Modesto Moreta

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    La relación de Fernando Moposita con la confección de calzado comenzó a los 7 años. Sus padres y tíos le trasmitieron esos conocimientos, sin embargo, en el 2005 decidió incursionar en la confección de pantalones jean. Los primeros años las ventas se movieron bien, hasta el 2011, en que se abrieron más talleres.

    Los precios bajos en cada prenda impidieron seguir compitiendo y quebró. A pesar de eso, en el 2012, con ayuda de su esposa Norma Maisancho resolvieron poner en práctica el dicho que dice: ‘Zapatero a tus zapatos’ y no se equivocaron. Con un crédito de USD 15 000 que consiguieron en una cooperativa de ahorro y crédito de Ambato abrieron el emprendimiento denominado J&M Factory.

    El dinero lo invirtieron en la compra de la materia prima (sintéticos), hormas, máquinas de coser y aparar, una troqueladora y contrataron a un empleado. Fernando Moposita, gerente de la empresa ambateña, recuerda confeccionaban 60 pares de zapatos semanales. “Introducir en el mercado los modelos tubulares para hombre fue más que difícil”.

    Luego elaboraron calzado de muñeca, pero las ganancias eran mínimas y no les alcanzaba para pagar las deudas. Una amiga de la familia les aconsejó que confeccionen zapatillas para mujer, que estaban de moda. Así iniciaron imitando un zapato de marca, les dieron otros acabados, varios cambios en los diseños y más colores a escoger.

    Las ventas crecieron y en el 2015 llegaron a producir 500 pares semanales y ya contaban con cuatro colaboradores. Con el crecimiento del taller efectuaron una inversión y un monto similar a la efectuada en sus inicios. Con los recursos equiparon mejor al taller y adquirieron nuevos materiales para la confección de su producto y otros equipos para el taller.

    En el 2019 lograron producir 16 000 pares y facturaron USD 180 000. El éxito de Moposita radica en mantenerse en la vanguardia de la moda, especialmente en la fabricación de zapatos deportivos para mujer, usando materiales sintéticos de alta calidad.

    Norma Maisancho y Fernando Moposita son los propietarios de la empresa productora de Calzado en la ciudad de Ambato.
    Norma Maisancho y Fernando Moposita son los propietarios de la empresa productora de Calzado en la ciudad de Ambato.

    En la actualidad cuentan con más de 30 diseños, modelos y colores que ha comercializado en los mercados del país. Con ayuda de un diseñador colombiano obtienen nuevos modelos y los colores de tendencia en el mercado. “Es un zapato elaborado con materiales de calidad porque el pie no suda, es suave, cómodo, resistente y de bajo costo”, dice Moposita.

    En la actualidad se confeccionan 1 000 pares de zapatos semanales y los distribuyen en todo el país. Los principales mercados de la firma ambateña J&M Factory están en Quito, Sangolquí, Cuenca, Guayaquil, Riobamba, Latacunga y otras ciudades del país.

    El local de ventas funciona en la explanada del mercado Ferroviario. Ahí todos los lunes de feria, en Ambato, se muestran los nuevos diseños y colores para que los comerciantes escojan. “A nuestros clientes les gustan los nuevos modelos y los colores que tienen buena demanda. Nos hacen los pedidos y nosotros les entregamos en forma inmediata”.

    En la actualidad, 20 personas se dedican a la distribución de los productos a escala nacional, a pesar del ingreso de zapatillas de contrabando. “Debe haber más control de las Aduanas para no quebrar y dejar en la desocupación a 12 colaboradores directos y 13 indirectos, estos últimos trabajan a través de la maquila”, comenta Moposita.

    El año pasado, los emprendedores realizaron una nueva inversión de al menos USD 8 000 en la compra de nuevos equipos, como una máquina bordadora y una armadora de calzado. Y proyecta confeccionar zapatos para hombre en los próximos meses.

    Una de las distribuidoras es Narcisa Caisaluiza, propietaria de los almacenes Well, en Quito. Ella cuenta que desde hace cinco años trabaja con la pyme ambateña. El año pasado las ventas se incrementaron en un 90%. Eso se debe a la calidad del producto y la variedad de modelos y colores. “Es un zapato durable, resistente y de diseños que están a la moda y eso les gusta a nuestros clientes”, comenta Caisaluiza.

    La distribuidora comenta que otro atractivo para los clientes que compran el producto son los bajos precios.

    Insignia 

    El control de la calidad es clave para la marca

    Kleber Ortega, armador de calzado

    Empecé en el terminado del calzado hace cinco años. Luego con la experiencia adquirida ascendí al área de plantado y armado del zapato. Este paso es importante para la resistencia del calzado, por eso reviso que esté todo bien cocido y pegado para evitar daños y el producto sea de calidad en un mercado competitivo. En este oficio he ido creciendo en conocimientos a través de la preparación y capacitación constante de la mano de obra en esta rama. También reviso con paciencia cada uno de los detalles en los acabados. El objetivo es que nuestro producto llegue a su destino final con todos los controles. Cada uno en sus puertos de trabajo aporta con sus conocimientos y buena predisposición para producir. Eso hace que nuestra marca tenga una buena demanda en el mercado local y a escala nacional.

    Nuestra empresa se caracteriza por crear y estar a la vanguardia de las nuevas tendencias de la moda en el calzado, especialmente el deportivo para la mujer con más de 30 diseños, modelos y diversos colores.

    Los colaboradores de la empresa J&M Factory revisan  todos los detalles para que el calzado sea atractivo para los clientes de la firma. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES
    Los colaboradores de la empresa J&M Factory revisan todos los detalles para que el calzado sea atractivo para los clientes de la firma. Fotos: Raúl Díaz para LÍDERES
  • El té original de Jamaica, la esencia de este refresco

    Redacción Sierra Centro (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El té de Jamaica, una bebida tradicional mexicana, ahora se puede comprar en 240 puntos de venta en el país. La empresa Procesadora Industrial de Bebidas (Proinbe) puso en el mercado este refresco con la marca Aqua Live.

    El producto es natural; no tiene colorantes, preservantes y está endulzado con stevia y fructosa (dulce de la fruta). Se comercializa en Ambato, Riobamba, Latacunga, Quito y Guayaquil, en cadenas de supermercados del país y al momento también se vende en gimnasios de dos ciudades.

    La calidad y los beneficios del producto permitieron que la comercialización de esta bebida elaborada con la flor de jamaica, que la cultivan los agricultores del subtrópico del Ecuador, tenga un crecimiento mensual del 8% en las ventas. El año pasado la firma ambateña facturó USD 37 600.

    La tradición de esta compañía se inició en 1998 cuando el empresario Javier Navarro decidió invertir, a través de un crédito, 290 millones de sucres en el montaje de la planta para la producción de cerveza con la marca Nena.

    Este producto salió al mercado en el 2000, con una gran acogida. Eso motivó a presentar otro producto con el nombre de Dorada. Sin embargo, un litigio con una industria nacional impidió producir a pesar que contaba con todos los permisos y los documentos de la marca registrada. Tuvo que cerrar la fábrica.

    Navarro cuenta que tras una alta inversión y la adquisición de una deuda con una institución bancaria logró incursionar en la producción de licores de sabores como limón, durazno y cereza con la marca Montijo.

    La aceptación del producto fue buena, lo que le permitió mantenerse en el mercado, especialmente con el sabor a durazno. Ahora busca sacar al mercado el sabor a Guaraná.

    Un viaje a México en el 2014 despertó el interés del empresario de elaborar una bebida de jamaica, aplicando el proceso original. Tras retornar al Ecuador logró una alianza estratégica con un grupo de agricultores para que produjeran la flor de jamaica.

    Arrancó con la capacitación de la mano de obra, les entregó la semilla e iniciaron la siembra y la producción. Al momento hay cuatro hectáreas en producción.

    El ingeniero químico Javier Navarro se encarga de controlar los procesos de producción del té de Jamaica que se vende en el mercado.
    El ingeniero químico Javier Navarro se encarga de controlar los procesos de producción del té de Jamaica que se vende en el mercado.

    Los agricultores se encargan de la siembra, el cultivo, la cosecha, el secado y el empacado.
    “La flor es de buena calidad, con similares características a la que se produce en México. Eso nos permite producir una bebida similar”.

    El producto se endulza con hoja de stevia y fructosa. Para iniciar con la producción vendió la maquinaria inicial en USD 95 000 y adquirió una planta o línea de producción automatizada.

    También invirtió en la maquinaria para la fabricación de botellas. Este cambio le obligó a reducir de 18 a seis empleados. “Eso ayudó a bajar los gastos de producción y tener costos competitivos en el mercado”.

    Navarro explica que la industria como estrategia usa la receta original de la bebida que se la puede consumir como energizante, diurético y para bajar los niveles de colesterol en la sangre. También para bajar de peso o estabilizar la presión. Tiene vitamina C.

    Aqua Live comercializa su producto en presentaciones de 500 y 1 000 mililitros (ml).

    Navarro cuenta que como estrategia para incrementar las ventas de la compañía este año será auspiciante de la edición número 69 de la Fiesta de la Fruta y de las Flores, que se desarrollará en Ambato del 21 al 25 de febrero.

    Para este año proyecta ventas por USD 17 000 mensuales.

    Uno de los distribuidores de esta empresa es Jhon Pomboza. Lo hace desde febrero pasado.
    Arrancó la distribución con 20 paquetes, pero en casi un año logró incrementar la comercialización a 120 pacas mensuales. “La bebida es de calidad porque no utiliza químicos, es una infusión natural con la flor de jamaica y la hoja de stevia. No contiene aditivos de tipo artificial”.

    Al momento, el té de jamaica de esta compañía ecuatoriana se promociona en ferias, festivales y visita los barrios donde se realizan las jornadas de rumba terapia con buenos resultados.

    Espera que este año las ventas se dupliquen especialmente en las fiestas del Carnaval, las principales de la Sierra central.

    Insignia

    El control de calidad para un buen producto

    Patricio de la Cruz, encargado del sellado y embotellado

    Comencé a trabajar hace 15 años en el soplado de botellas y luego ascendí a dar el mantenimiento de los equipos y maquinaria. Ahora estoy a cargo del área de etiquetado y de control de calidad de todos los productos que elaboramos en la empresa.

    La idea es revisar que todos los procesos se cumplan y el producto sea óptimo, Nuestros clientes exigen una bebida de alta calidad para el consumidor.

    La capacitación en la labor que cumplimos es importante y en eso no hemos parado, esta es constante. También la nueva tecnología con que contamos ayuda en cada uno de los procesos de elaboración y en el embotellado del producto, por eso estamos creciendo en el mercado a escala nacional.

    El producto que elaboramos es sano, nosotros cumplimos las normas sanitarias establecidas y nuestras bebidas son naturales al 100%. No contienen aditivos, preservantes y tampoco azúcar. Son endulzados con stevia y fructosa. Como empleados y colaboradores cumplimos todos los parámetros de seguridad.

    La planta de producción hace que la bebida que se elabora sea de calidad. Para su desarrollo se realizaron importantes inversiones.  Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    La planta de producción hace que la bebida que se elabora sea de calidad. Para su desarrollo se realizaron importantes inversiones. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • ‘Bioplatos’, una iniciativa verde que gana clientes

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Las grandes cantidades de plástico que son producidas a escala mundial desde hace más de 60 años y el esfuerzo que se realiza para eliminarlo fueron el motivo principal para que Soledad Jaramillo decidiera crear Leaf Packs. Se trata de un emprendimiento ambateño que elabora platos biodegradables, que pueden reemplazar a los desechables.

    En el 2017, con el apoyo de su madre, quien tiene las bases del tratamiento de fibras naturales, Jaramillo encontró una forma de aportar al cuidado ambiental; la idea fue elaborar vajillas ecológicas con fibras naturales que le permitieran al consumidor tener una alternativa amigable y que no genere más desechos plásticos.

    Luego de buscar por distintas zonas del país, encontró en la Costa una fibra que cumplía las características para la producción de sus platos.

    La emprendedora creó vínculos con comunidades del sector, que prefiere mantener en reserva, convirtiéndolos en socios estratégicos para la recolección de la materia prima. En el proceso se utilizan criterios de comercio justo.

    También creó una alianza con la Cooperación Técnica Alemana. Esta entidad la puso en contacto con empresas europeas que se encargan de comercializar maquinaria especializada en la elaboración de este tipo de productos.

    Estas máquinas le permitieron a Leaf Packs dar tratamiento a las fibras, de modo que mantengan su composición inicial; la fase de prensado y calor es un proceso rápido, con el que logran producir alrededor de 70 000 platos por mes. Jaramillo destaca que no es necesario añadir ningún otro elemento, esto garantiza que su producto sea 100% biodegradable.

    El emprendimiento Leaf Packs elabora platos biodegradables.
    El emprendimiento Leaf Packs elabora platos biodegradables.

    El emprendimiento ha sido parte de diversas ferias y en el 2018 participó en la categoría de Desechos Sólidos del Reto de Emprendimiento Urbano organizado por Impaqto. Ganó el primer lugar y obtuvo un capital semilla de USD 10 000, presupuesto que invirtió en puntos de venta.

    Ese mismo año recibió el distintivo ‘Punto Verde’ por parte del Ministerio del Ambiente; esta es una certificación que se otorga a empresas que manejan procesos de producción ecoamigables.

    Tania Coronel, representante de la Flota Petrolera Ecuatoriana EP (Flopec), ubicada en Esmeraldas, comenta que la empresa se unió en octubre pasado al objetivo que tiene Leaf Packs, incentivando a su personal y a ciudadanos de la zona a utilizar vajilla biodegradable.

    Jaramillo decidió trasladar su planta de producción de Ambato a un punto de la Costa, para generar plazas de trabajo e integrar dentro de la producción a sus socios; además busca aliarse con más empresas que apuesten a ganarle la batalla al plástico creando responsabilidad social.

    Los detalles

    Los platos tienen distintas presentaciones. Pueden ser utilizados hasta por cinco ocasiones.

    Las fibras utilizadas permiten que el producto sea resistente a la refrigeración y al calor.

    Leaf Packs busca tener varios puntos de producción en el país. En el momento están en Ambato y la región litoral.

    Pueden ser adquiridos en las tiendas como SuperFoods y en Mi Comisariato.

    Soledad Jaramillo innova en el mercado nacional con los ‘bioplatos’ que se producen en Ambato. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
    Soledad Jaramillo innova en el mercado nacional con los ‘bioplatos’ que se producen en Ambato. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
  • Paletas que llegan a 20 ciudades del Ecuador

    Modesto Moreta

    (I) 
    redaccion@revista lideres.com

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    La perfecta mezcla de los sabores y rellenos de frutas, micheladas y los ‘poptails’ (combinación de un coctel y un polo de hielo) permitieron que Rey Paletas Cía. Ltda., tenga demanda y gane mercado a escala nacional.

    La firma ambateña abrirá a finales de diciembre del 2019 un nuevo local en Ambato y, de esa forma, tendrá presencia en 20 ciudades a través de distribuidores y dos franquicias de la marca a escala nacional. Además, cuenta con 12 puntos de ventas en gasolineras, minimercados y supermercados. La meta será tener hasta el próximo año alrededor de 100 locales en distintas ciudades.

    En este año, las ventas llegan a los USD 20 000 mensuales. Además, cuenta con 10 trabajadores en la planta y 44 en los locales de la franquicia. Los principales mercados de la firma son Esmeraldas, Ambato, Arenillas y Cuenca.

    Estos locales se caracterizan por ser espacios acogedores donde se comercializan las 32 variedades de helados de crema con fruta que producen. Además, las micheladas y los ‘poptails’ que produce Rey Paletas.

    La historia de la empresa inició en el 2009, cuando Danny García, gerente y fundador, renunció a la fábrica de confites donde trabajaba, en Quito. Pensó que era tiempo de tener su emprendimiento de chocolates.

    Pero el jefe de mantenimiento de la fábrica de caramelos le sugirió que asumiera el manejo de la microempresa de helados de su padrino en Alóag. Tras varias reuniones, García aceptó y puso en marcha el negocio.

    Recuerda que alquiló el local y las máquinas a Juan Guañuna, el propietario de la heladería, en USD 800 mensuales. Él le enseño la fabricación de los helados de crema y de agua. Así fundó Helador (Helados Ecuador).

    En la fábrica de los helados Rey Paletas se trabaja en doble jornada para producir 2 000 paletas diarias y enviarlas a las franquicias.
    En la fábrica de los helados Rey Paletas se trabaja en doble jornada para producir 2 000 paletas diarias y enviarlas a las franquicias.

    Renunció a los dos meses. Viajó a Manta, en Manabí, para elaborar helados artesanales, pero la baja calidad de la leche y la falta de crema hicieron que dejara el negocio.

    Una llamada de su novia y actual esposa Narcisa Valverde permitió que llegara a Ambato. Al arribar y conocer la ciudad concluyó que era pujante y con una ubicación estratégica con el abastecimiento de productos, especialmente de frutas.

    Vendió la idea de la fabricación de helados a su pareja, pero surgió otra de colocar una cafetería. Al final decidieron crear una fábrica de helados. Con una inversión de USD 6 800, que consiguieron con fondos propios y un crédito en una entidad financiera, importaron una máquina productora de paletas desde Brasil en el 2009.

    Realizaron las pruebas y decidieron arrendar un local en las calles García Moreno y Tomás Sevilla. Comenzaron con los helados de leche y de agua. Al día fabricaban 200 helados que los vendía en 0,25 centavos cada uno.

    Con el negocio en crecimiento, decidió llevar el emprendimiento a Quito, por abaratar costos en la materia prima. Desde allá enviaba a Ambato para la comercialización e ideó producir helados gemelos a 0,10 centavos. A los tres meses regresó nuevamente a la capital de Tungurahua. Con los moldes comenzó producir los helados de hielo con el nombre Rey de las Paletas. Las llamadas no pararon para comprar y la demanda subió a 1 000 helados diarios.

    El negocio de García dio un giro cuando conoció a Sebastián Ortiz y a Andrés Guamán, en el 2016, mientras vendía los helados a un cliente de Riobamba. Ellos conversaron sobre los costos de producción que no cubrían los gastos. Propusieron una consultoría para sacar los costos, mejorar el tema de los procesos y enfocarse a los productos rentables. Ahí surgió la idea de producir los helados con rellenos abriendo locales para vender este producto. Así iniciaron a combinar sabores con frutas.

    Las ventas se extendieron a Manta, Portoviejo y Jipijapa; luego a Latacunga, Ambato y otras urbes. A finales del 2018 cambió el nombre a Rey Paletas.

    Karen Alderete abrió su local de Rey Paletas en agosto de este año en El Carmen, en Manabí. Cuenta que la calidad de sus productos y la innovación en la combinación de sabores de frutas y también de cocteles de una forma creativa está pegando en los niños, jóvenes y adultos, los principales compradores de las paletas.

    Las ventas se incrementaron en un 15% al mes. “Existe una buena aceptación de las paletas de los clientes en nuestro cantón, y los locales en donde se invirtieron USD 10 000 son acogedores y familiares, por el crecimiento de las ventas mensuales”, comenta Alderete.

    EL GERENTE

    Danny Proaño

    Nuestra empresa está en constante crecimiento, eso se debe nuestros productos de calidad. Utilizamos ingredientes que producen nuestros agricultores. Es más, reinvertimos nuestras utilidades en la compra de nueva maquinaria e innovamos con nuevos sabores. También suma la capacitación constante de la mano de obra y el apoyo de los técnicos en alimentos, fabricación y la variedad de sabores nos hace diferente.

    LAS CIFRAS

    40 empleados trabajan en la actualidad en Rey Paletas. En el 2009, cuando comenzó el negocio, solo tenían dos trabajadores.

    2 000 helados de crema con sabores se venden cada mes en las ciudades de Ambato, Quito, Esmeraldas y otras urbe.

    20 locales tiene la marca. El primer local se abrió en diciembre del 2017 en Ambato, luego en Riobamba, Quito, Salcedo, Cuenca, Arenillas, El Carmen, San Vicente, Baños, Puyo, Santa Isabel… Hoy ya franquicia.

    La firma ambateña fue creada en el 2009. En la actualidad produce más de 32 variedades de sabores, micheladas y ‘poptails’. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    La firma ambateña fue creada en el 2009. En la actualidad produce más de 32 variedades de sabores, micheladas y ‘poptails’. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Prendas para hombre con un estilo andino

    Modesto Moreta

    (F)  
    Contenido Intercultural

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    Remolacha es la marca que revoluciona la moda de ropa para hombre, en la ciudad de Ambato, en Tungurahua.

    Las prendas de esta marca tienen una perfecta combinación con los tejidosde contenido andino, es decir, es una penda híbrida entre lo autóctono y lo moderno.

    Ese es el imán que esta firma utiliza para llegar a más compradores. Santiago Almeida y Daniel Gómez fundaron la firma en el 2017 con una inversión de USD 15 000. El dinero lo consiguieron a través de un crédito en una institución financiera.

    Con los recursos adquirieron telas e iniciaron la confección de sus diseños a través de una alianza estratégica con pequeños productores de ropa. La idea del proyecto es presentar nuevos diseños de prendas con una mezcla de andino. “El propósito es que la gente que compre la marca Remolacha pueda identificarse con la interculturalidad”, dice Almeida.

    En la actualidad artesanos de Otavalo son los encargados de proporcionarles los tejidos que son hechos en los telares de madera. Son diseños precolombinos donde destacan los rombos, la chakana, el Taita Inti, caracoles, la naturaleza en tonos amarillo, azul, rojo, celeste, plomo, como una especie de mosaico donde destaca lo juvenil. “Ellos crean los tejidos para el diseño de nuestros productos”.

    Explica que la confección de las chompas y bomber que fabrica la firma poco a poco alcanza una altísima calidad por los materiales y las telas importadas que utilizan. Hasta el momento sacaron al mercado 5 colecciones de 10 prendas cada una con diversos tejidos.

    Por ejemplo las chompas son reversibles; eso le convierte en una prenda diferente. “Iniciamos con los colores fuertes como el mate que tuvieron una gran demanda”, cuenta Almeida.

    Las ciudades de Ambato, Baños y Quito, son los principales mercados de Remolacha. Para diciembre afinan detalles para una nueva colección de chaquetas, bombers, sacos Tuna y gorras de lana.

    Santiago Almeida es uno de los fundadores de la marca Remolacha, que salió al mercado en el 2017. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Foto: Modesto Moreta / LÍDERES

    La idea es que las prendas no se transformen en folclóricas, sino que tengan una identidad en la combinación de lo autóctono con lo actual y moderno. “Con nuestra marca queremos vestir a ejecutivos, oficinistas o los informarles sin perder la elegancia y el glamour”, dice Almeida.

    Los modelos denominados bomber suave y la colección Tuna son el principal atractivo de la marca. Los tejidos llevan en el cuello, puños y los lados. El diseño impacta especialmente en los jóvenes, porque son atractivos. La última colección salió en agosto donde sobresalieron los tonos azules y cuatro colores tipo vino.

    Los accionistas de Remolacha reinvirtieron las ganancias para la apertura de nuevos puntos de venta a los existentes en Ambato y Baños de Agua Santa. La próxima apertura será en Quito. “Trabajamos con alianza estratégicas (maquila) para la confección de la ropa. Nosotros nos encargamos del diseño de las nuevas prendas que saldrán al mercado”.

    Almeida asegura que Ambato, Baños y Quito son sus principales mercados. Además, participan en ferias a escala nacional donde promocionan Remolacha y sus diseños interculturales.

    El costo de cada prenda la Chaqueta reversible y con contenido intercultural cuesta USD 120, los bomber en USD 50, saco Tuna 50 y gorro lana USD 20.

    En lo social

    Los ejecutivos de Remolacha también se desarrolla en el área social. En la anterior Navidad la marca Remolacha trabajó en la campaña ‘Una Navidad para todos’, que consistió en la entrega de un peluche o juguete por un porcentaje de descuento en la compra de cada prenda.

    Remolacha inició con 2 personas y en la actualidad son 10. Además de los artesanos de Otavalo que trabajan en la elaboración de los tejidos.

    Los jóvenes de 17 a 35 años son quienes utilizan nuestra marca. Ahora el emprendimiento trabaja para abrir un local en Quito.

    Santiago Almeida es uno de los fundadores de la marca Remolacha, que salió al mercado en el 2017. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    Santiago Almeida es uno de los fundadores de la marca Remolacha, que salió al mercado en el 2017. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
  • Zamarros y monturas con pieles finas

    Redacción Sierra Centro
    (F – Contenido Intercultural)

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    En el taller de talabartería Los Andes, de Pedro Naula, se fabrican monturas y zamarros que son utilizados por los vaqueros de las grandes haciendas de la Sierra Centro y de varias partes del país.

    La calidad de sus trabajos ayudó a que más chagras o vaqueros de Quito, Ambato y otras ciudades lleguen para solicitar sus servicios. El local está ubicado en los alrededores de la Plaza Urbina, en el centro de Ambato. El año pasado logró ingresos por USD 16 000.

    Naula aprendió esta profesión a los 14 años en la parroquia Licto, en Chimborazo. Sus maestros Gabriel Allauca y Enrique Vargas le capacitaron en esa rama artesanal. Luego migró a Riobamba para laborar con Pascual Conshala.

    Con la idea de perfeccionar sus conocimientos viajó a Guayaquil a la fábrica de Gerardo Bonifaz,dedicado a la confección de carteras, correas cinturones, elaborados con piel de cocodrilo, que se exportaban a España, Alemania, Italia y otros países.

    Con sus ahorros y los conocimientos decidió instalar su propio taller en Riobamba. Sin embargo, por pedido de uno de sus clientes se mudó a Ambato. En esta ciudad instaló un nuevo local con una inversión de 20 000 sucres. Con el dinero compró la materia prima y las máquinas para coser.

    La durabilidad de sus trabajos hizo que él se convierta en uno de los más solicitados por los chagras o vaqueros de Machachi, Quero, y otras ciudades. Ellos llegan para comprarle sus diseños andinos.

    En una mesa de madera prepara la materia prima, que es el cuero, que en ocasiones curte o compra en las curtiembres de Ambato. Naula explica que el 90% del trabajo es hecho a mano. Utiliza pieles de ganado vacuno, ovino, camélidos y chivos.

    Para dar forma a los grabados de media luna utiliza una especie de cinceles pequeños donde están las figuras; en base a golpes con un martillo quedan impregnados en la baqueta (suela). Lamenta que existan pocos herreros dedicados a la elaboración de las argollas, cinchos que ayudan a sujetar los estribos. Ahora los compra en Colombia.

    La estructura de una montura inicia con el fuste elaborado con madera, luego se cubre con un cuero crudo templado para que la estructura sea maciza y resistente para cuando el jinete que atrapa un toro lo amarre a la cabalgadura.

    La elaboración de una montura puede tardar hasta tres semanas. Se requiere es de días soleados para domar la baqueta o suela, que está humedecida. El cosido, el pretal y las retrancas de la silla deben ser fuertes para cabalgar y para arrear al ganado.

    Tobías Vargas es uno de los clientes. Cuenta que su padre trabajaba con Naula en la elaboración y reparación de las monturas. El ganadero ambateño explica que son de buena calidad, por eso no se ha cambiado de maestro talabartero . Los materiales y el trabajo hecho a mano hacen que resista la actividad más fuerte.

    Pedro Naula, propietario de la Talabartería Los Andes, confecciona monturas y zamarros para los vaqueros.
    Pedro Naula, propietario de la Talabartería Los Andes, confecciona monturas y zamarros para los vaqueros. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Estos jeans brillan en los ‘malls’

    Modesto Moreta

    (I) redacción@revistalideres.ec

    La relación de Oswaldo Llerena con la ropa de jean comenzó antes de graduarse como ingeniero comercial en la Universidad Técnica de Ambato (UTA). En 1998 ya representaba en las ventas bajo comisión a dos fábricas importantes en la confección de esa línea en Cuenca.

    En la actualidad es el Gerente de la empresa Jean Up, especializada en la fabricación de ropa de jean, que se produce en sus dos plantas ubicadas en el Parque Industrial Ambato y en el cantón Cevallos, en Tungurahua. El año pasado, la firma ambateña facturó USD 6 192 789 y hoy suma 105 colaboradores.

    Llerena colaboró en las firmas cuencanas durante seis años. En ese periodo se relacionó con clientes y proveedores de materia prima en todo el país. También conoció de cerca este negocio y amplió su visión.

    Con esos conocimientos, en el 2005 decidió armar un proyecto de negocios para producir su marca de ropa. El plan de negocios lo expuso a los proveedores de telas, hilos y maquinaria, quienes financiaron la materia prima y las máquinas para cancelarlo en 120 días plazo.

    La colocación de la marca es uno de los puntos importantes en la confección de los pantalones jeans que se venden en todo el país. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    La colocación de la marca es uno de los puntos importantes en la confección de los pantalones jeans que se venden en todo el país. Foto: Willian Tibán para LÍDERES

    Ese fue el espaldarazo que necesitó Llerena para comenzar con la confección en la línea jean dirigida a un público popular. Contrató a vendedores para que atiendan donde aún no entraban, eso permitió que las ventas subieran y se incrementara la producción entre 2 500 y 2 600 prendas mensuales. Los principales mercados eran Quito, Guayaquil, Santo Domingo y otras 10 ciudades, pero las ventas no dejaban una buena rentabilidad.

    En el 2008 realizó una planificación sobre cómo estructuraría una nueva empresa para llegar a otro segmento de mercado con una prenda con altos estándares de calidad, es decir, una línea exclusiva de ropa para público exigente con diseños, modelos y de acuerdo con las nuevas tendencias de la moda en el país y el mundo.

    En el 2009, con una nueva inversión de USD 80 000 sacó al mercado una nueva ropa de alta calidad fabricada en Colombia, pero sin descuidar el mercado popular. La producción no era grande, pero eso les permitió aprender.

    Una vez que tenía todo el conocimiento en la confección, decidió regresar con todo el equipo de producción a Ecuador. En el 2010 comenzó a funcionar la planta de producción con la marca Jean Up. “Posicionar la marca en el mercado fue una tarea difícil. Desde el arranque trabajé en ese objetivo, pese a que no tenía desarrollado un ‘know how’ completo en la producción”, cuenta el empresario.

    La firma ambateña Jean Up gana clientes en centros comerciales. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    La firma ambateña Jean Up gana clientes en centros comerciales. Foto: Willian Tibán para LÍDERES

    En la actualidad, sus prendas de vestir están en las pechas de grandes centros comerciales y tiendas del país. Tiene 14 tiendas en centros comerciales y 160 franquicias córner, que consisten en espacios dentro de un almacén grande de ropa. Adicionalmente, la empresa tiene submarcas que comercializa a escala nacional.

    Llerena explica que el año anterior su empresa fue de las líderes en ventas en jeans en el país y en la actualidad tiene una producción de 25 000 prendas mensuales. En el 2018 incrementó tres nuevas tiendas con una inversión de USD 200 000 y en la compra de nuevas maquinaria con tecnología de punta.

    En marzo de este año, las empresas Jean Up y la Multinacional Vicunha realizaron una alianza para utilizar la materia prima, recibir el asesoramiento tecnológico y el diseño similar al que ellos producen. Sacaron una colección de una parte de la moda de Brasil para comercializarla en Ecuador y fue un éxito.

    La empresa Distribuidora Dajobsa, ubicada en Quevedo, trabaja hace seis años con la marca ambateña Jean Up. Paúl Hernández, gerente de la firma quevedeña, cuenta que las ventas de los productos están en constante crecimiento. La innovación, los nuevos diseños y las tendencias hicieron que las ventas despuntaran.

    Explica que en la comercialización de cada colección hay un incremento del 10%. “Pese a la situación económica del país las ventas se mantienen en relación con otras empresas”.

    Hernández trabaja en la distribución del producto en Santo Domingo, Manabí, Esmeraldas, El Oro, Guayaquil y también se extendió a la Amazonía. Las prendas de Jean Up se comercializan en boutiques, almacenes grandes de ropa, supermercados… “La calidad, la manufactura, los diseños, el corte y los materiales permiten estar vigentes en el mercado nacional”, cuenta Hernández.

    Cifras 

    15 colaboradores tuvo la nómina inicial de la firma Jean Up. En el 2010 subió a 40 y en la actualidad son 105 empleados.

    33,33% de la producción
    se comercializa en sus propias tiendas, un porcentaje similar en las grandes cadenas de tiendas y lo restante a clientes de boutiques en todo el país.

    2 plantas de producción cuenta en la actualidad la empresa ambateña. La inversión de USD
    800 000 se hizo con créditos a instituciones financieras.

    Oswaldo Llerena
    El gerente

    El control de los estándares de calidad de nuestros productos se realiza desde que se inicia el proceso de producción de cada prenda. Estamos vigentes en el mercado porque trabajamos con tendencias. Constantemente investigamos en el mundo de la moda, eso nos permite sacar cuatro colecciones en el año. El departamento de diseño aporta para las colecciones. Se suma la capacitación y los materiales de alta calidad.

    El control de calidad es uno de los puntos importantes en la fabricación de la ropa de Jean Up en Ambato. 105 personas trabajan en esta firma. Foto:   Willian Tibán para LÍDERES
    El control de calidad es uno de los puntos importantes en la fabricación de la ropa de Jean Up en Ambato. 105 personas trabajan en esta firma. Foto: Willian Tibán para LÍDERES
  • Granola, germen de su especialidad

    Redacción Sierra Centro (I)redaccion@revistalideres.ec

    La granola, el salvado de trigo, el germen de trigo, el súper pinol y el cereal instantáneo que produce la marca Mycucayo se han vuelto parte de las perchas de las cadenas de supermercados en el país. La calidad de los productos que elabora esta microempresa ambateña permitió que las ventas se incrementaran. El año pasado la firma facturó USD 32 000.

    La historia de este emprendimiento se inició en el 2007 cuando Gonzalo Carrera, gerente de la microempresa Mycucayo, decidió incursionar en su propio negocio. Hasta ese entonces trabajaba como Director del Secap, cargo que lo desempeñó hasta el 2013 cuando se jubiló. Fue entonces que impulsó su proyecto.

    Carrera recuerda que los fines de semana, en su tiempo libre, investigaba para producir una granola con un valor agregado superior a las existentes en el mercado. La idea que tenía era competir con otras marcas.

    Tras seis meses de estudio logró una receta de granola multivitamínica y nutritiva que beneficiaba a la salud. La bautizó con el nombre de Mycucayo de cucawi (Fiambre en español). Para producir invirtió USD 200 en la compra de la materia prima.

    “Logré obtener la receta de las más completas de las que existen en el mercado porque contiene quinua, ajonjolí, soya, germen de trigo, avena, miel de panela, coco, pasas, semilla de sambo sin preservantes o colorantes”, asegura Carrera.

    Las ventas las efectuaba a los vecinos y amigos, a quienes les dio a que probaran el producto con buenos resultados. Luego de este paso empezó con la comercialización en pequeñas tiendas. Trabajó en la obtención de las certificaciones sanitarias de su producto estrella hasta ese momento. En su casa, ubicada en la ciudadela España, realizó varios trabajos de adecuación donde montó su microempresa.

    Carrera explica que la fibra que contiene la granola ayuda a mejorar la glucemia, disminuyendo la hiperinsulinemia, es decir, es recomendable para quienes tienen problemas de la diabetes. Luego sacó al mercado uno de sus productos estrella: el cereal instantáneo que es una combinación de cinco cereales avena, soya, germen de trigo, linaza y salvado de trigo. Es recomendable consumir dos cucharadas soperas dos veces al día mezclado en jugo de frutas.

    Además lanzó al mercado productos como el salvado de trigo, germen de trigo, la Súper Pinola y las galletas. Invirtió USD 8 000 en imprimir los nuevos envases de presentación de su marca.

    Los principales mercados son Riobamba, Quito y Ambato. También tiene 40 puntos de venta entre supermercados, tiendas y panaderías en Latacunga, Loja, Ibarra, Macas, Cuenca, Cañar…

    Hace 10 años, la cadena de tiendas Camari comercializa sus productos. Jimena Freire, administradora de una de las tiendas en Quito, explica que los productos de Mycucayo son de calidad y por eso la gente los prefiere. Eso ayudó a incrementar las ventas. En la actualidad comercializa entre 100 y 200 fundas de granola, germen de trigo cada dos semanas. “Es un alimento completo para los niños, jóvenes y adultos”.

    Tenga en cuenta

    La microempresa familiar Mycucayo cuenta con su propia infraestructura y planta procesadora de sus productos. Dos técnicos en alimentos encargados de la producción de los cereales.

    Tiene 40 puntos de venta entre supermercados, tiendas y panaderías en Latacunga, Loja, Ibarra, Macas, Cuenca, Cañar… Está presente en las cadenas Mi Caserita, La Ibérica, TÍA, Camari, Panadería Calidad y otros locales.

    La empresa comenzó a funcionar en el 2007. Gonzalo Carrera es el gerente de esta firma ambateña. Sus productos los venden en todo el país. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    La empresa comenzó a funcionar en el 2007. Gonzalo Carrera es el gerente de esta firma ambateña. Sus productos los venden en todo el país. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Socios de la seguridad industrial

    Modesto Moreta

    (I)

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    La elaboración de artículos de seguridad industrial es la especialidad de Halley Corporación. Esta empresa ambateña elabora más de 600 productos en sus cuatro líneas de producción de accesorios para carpintería de aluminio, para el hogar, ferretería y la industria publicitaria.

    Además en su línea de seguridad industrial fabrica cascos para la minería, la industria y el área forestal con la certificación INEN y bajo la Norma Internacionales ANSI.ISEA Z89.1.

    La calidad y tecnología que se emplea en cada uno de los procesos permiten competir en el mercado con productos importados de similares características; eso ayudó al crecimiento de la empresa. Actualmente Halley Corporación tiene presencia en grandes cadenas ferreteras y distribuidoras de equipos de seguridad industrial, minera y forestal de todo el país. La clave son las alianzas estratégicas. Por eso el año pasado facturó USD 2 millones. Además sumó 69 empleados directos y 30 indirectos.

    La nueva línea de cascos ingresó al mercado en el 2015. En la actualidad se desarrolla la Familia Halley, compuesta por cascos 3H y 5H con resistencia hasta de 1 200 voltios. El 6H dieléctrico hasta 2 200 voltios, el 7H foto lumínico para la minería. El Safari 8H que cubre los oídos y la parte posterior del cuello está dirigido para el sector agrícola de hasta 2 200 voltios y el 9H con resistencia hasta 30 000 voltios.

    También se incorporaron a la oferta protectores auditivos con un aislamiento acústico de 23 y 25 decibeles en presentaciones adaptables a cualquier casco.

    Estos protectores cuentan con propiedades ergonómicas de material blando, lo que permite que se adapte a la cabeza por medio de un arco flexible, mediante una serie de normativas y reglamentos.

    La capacitación de la mano de obra permite a esta empresa ambateña contar con productos de calidad y certificados.
    La capacitación de la mano de obra permite a esta empresa ambateña contar con productos de calidad y certificados. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

    La empresa también oferta los protectores de cara en policarbonato y en PVC para la industria metalmecánica, así como para actividades de jardinería y forestal. “Nuestros productos cuentan con una calidad similar o superior a los cascos importados con marcas de renombre que han sido tradicionales en nuestro país. Además nuestros precios son más bajos hasta en un 60%. Eso nos permitió ingresar en el mercado nacional con una gran demanda”, asegura Claudia Palacios, gerente General de Halley Corporación.

    En la actualidad la empresa cuenta con 24 inyectoras que fortalecen su producción en las diferentes líneas. En los próximos días llegarán nuevas máquinas y moldes con una inversión de USD 1 millón financiados por la Corporación Financiera Nacional.

    Además la compañía ambateña trabaja en la implantación de un laboratorio con tecnología de punta que contará con estándares automatizados. Consiste en una Cabina de Ionización y una máquina para aislamiento eléctrico. La inversión prevista es de unos USD 220 000.

    La historia de Halley Corporación arrancó en el 2006 con la producción de accesorios para carpintería de aluminio como nudo esquinero, nudo escuadra, seguros de ventana y otros, para el ensamblaje de vitrinas puertas y ventanas en aluminio. La empresa arrancó con un capital de USD 400.

    Palacios cuenta que su padre Jaime fundó la empresa Halley Corporación. Él decidió emprender un taller para fabricación de ruedas para ventanas de aluminio, bomboneras de vidrio para tiendas de barrio. Y en la medida que vendía sus productos por petición de sus clientes fue incrementando su negocio. Se mantuvo con estos productos, hasta el 2006.

    Luego fundó la empresa como persona natural, arrancando con accesorios de carpintería de aluminio. Posteriormente apuntó a nuevas líneas exclusivas como hogar con la elaboración de jarros, vasos, platos y un staf de 40 ítems con diseños propios que tienen acogida en el mercado.

    La empresa de Seguridad Industrial Disproseg, en Quito, trabaja hace dos años con Halley Corporación especialmente con los cascos de seguridad. La calidad ayudó a que se incrementara las ventas en un 18% en el 2017 y del 22% en el 2018.

    Javier Salgado, representante de la firma, explica que los productos de Halley constantemente están en innovación y calidad por la tecnología de punta con que cuenta. “Iniciamos una campaña para que la gente consuma producto de la industria nacional, porque es similar y de mejores características que el importado”.

    En la empresa Halley Corporación trabajan 69 personas. Esta produce cascos para la minería, forestal y la industria metalmecánica.
    En la empresa Halley Corporación trabajan 69 personas. Esta produce cascos para la minería, forestal y la industria metalmecánica. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO