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  • Jabones medicinales hechos en Ambato Natural 100%

    Modesto Moreta

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    Un jabón medicinal elaborado a base de insumos naturales que hidratan y ayudan al cuidado de la piel, que eliminan el acné, las alergias e irritaciones o para cada tipo de piel y según sus necesidades, ahora es posible comprarlo. Natural 100% los elabora en forma artesanal en su taller ubicado en Ambato.

    En cada una de las fórmulas se usan insumos naturales producidos en sus propios huertos y jardines. La avena, la leche, manzanilla, miel de abeja, la esencia de los frutos y de los pétalos de flores son la base de estos productos que no contienen químicos ni preservantes. Su centro de operaciones funciona en la ciudadela La Castellana, en Ficoa, en el suroeste de la capital de Tungurahua.

    El emprendimiento familiar lo inició Mirian Valencia una experta cosmetóloga y propietaria de Piel Spa, quien hace un año, decidió emprender en el negocio. Los problemas alérgicos de su hijo motivaron a investigar para encontrar un jabón que no afecte su piel; tras varios meses de estudio lo consiguió usando productos naturales.

    Pronto comenzó a usarlo toda la familia y luego ofreció a sus amigas y familiares quienes le solicitaban jabones para diversos problemas de la piel y en especial por la irritación causada por la ceniza del volcán Tungurahua. Eso la motivó a continuar indagando.

    En la actualidad Natural 100% elabora sus productos para personas que sufren alergias, acné o problemas de irritación o resequedad en la piel. También, elabora jabones personalizados, para hoteles, spa o decoración. Ofrece recuerdos para bautizos, cumpleaños, matrimonios, etc.
    La fragancia de las flores y esencias inundan el ambiente en su laboratorio y en el local principal de ventas. En las estanterías de color blanco se exhiben todos los productos que ofrece la micro-empresa. Hay jabones para niños con figuras como osos, payasos, monos, hipopótamos, carros, perros y más. “Eso hace divertido y placentero el baño de los niños porque a más de proteger su piel juegan”, dice Valencia.

    La joven madre es graduada en cosmetología, en Colombia, e hizo un posgrado en problemas de piel, en Argentina. Tiene experiencia de 16 años en el tema, puesto que trabaja en su spa con personas que sufren con acné, manchas en la piel y alergias.

    “En el mercado hay productos que no contienen lo necesario para tratar cierto tipos de piel y hay otros que son más comerciales que contienen demasiados químicos. La piel más delicada es la de los niños, especialmente con manchas y el acné”, explica Valencia.

    En la actualidad tiene en producción 15 líneas en jabonería medicinal para tratar problemas del acné, manchas, piel reseca. Asimismo, las líneas relajantes, desestresantes, lavanda y maracuyá. En pieles sensibles ofrece jabones elaborados con esencia de rosas, orquídeas y otras variedades de flores y frutos cultivadas en sus jardines. Se suma la línea decorativa, infantil, hotelera y spa.

    Este emprendimiento ambateño se inició en el 2016 con una inversión de USD 3 000. Los recursos se gastaron en la instalación del negocio, la producción natural de las plantas (sin uso de químicos) y el equipamiento del laboratorio. La página donde pueden consultar es www.jabonesnatural100.com

    Sus productos se promocionan en ferias de Quito, Cuenca y Ambato, en su propio local. También, en ocho hoteles y spa de Quito y Ambato. Al inició las ventas no pasaban de los USD 200 mensuales, en la actualidad vende cerca de

    2 000 al mes. Su intención es llegar a supermercados, farmacias y centros naturistas. Su esposo Daniel Espinoza le ayuda en el diseño e imagen del producto.

    Uno de sus clientes es Primavera Hotel en el valle de Cumbayá. Esta firma trabaja hace algunos meses con Jabonería Natural 100%. Maritza Loaiza, gerenta, cuenta que en una feria los contactó porque la fragancia y la calidad le atrajeron. Y eso es del agrado de sus clientes.

    Daniel Espinoza y Mirian Valencia enseñan los productos que se elaboran en Natural 100%, en Ambato. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Daniel Espinoza y Mirian Valencia enseñan los productos que se elaboran en Natural 100%, en Ambato. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Abrir al menos tres locales cada año es el plan de expansión

    Redacción Quito

    La meta es clara y ambiciosa. Panificadora Ambato, una empresa que nació en 1978, ejecuta al pie de la letra un plan de expansión que implica abrir entre tres y cinco locales por año, así como modernizar la marca y ofrecer nuevos servicios y productos a los clientes.

    Esta estrategia de la firma se cumple paso a paso. El año pasado se abrieron cuatro y en lo que va del 2017 ya se abrió uno, con el que suma 41, y espera inaugurar un segundo, en el Centro Histórico de Quito. Patricio Anda, el gerente de Panificadora Ambato, ofrece estos y otros detalles desde su oficina ubicada en la avenida América, en el norte de la capital ecuatoriana.

    La oficina está en el tercer piso de un edificio que cobija a una de las dos plantas que tiene la empresa. Allí se elabora pan, mientras que en la planta ubicada en el sector de El Inca, también en el norte, se elaboran y hornean pasteles.

    Estas dos líneas constituyen la esencia de esta empresa que suma 300 empleados repartidos en tareas de producción, venta y administración.

    Al hablar de la producción, Anda indica que cada día se despachan cerca de 17 000 panes. Además asegura que cerca del 65% de la producción corresponde a la línea de panadería; el 35% restante está en la pastelería.

    Uno de los puntos claves de este negocio es la logística. La producción se cumple durante las 24 horas del día en turnos; para recoger y repartir los panes y pasteles de las dos plantas Panificadora Ambato cuenta con una flota de siete camiones que permiten distribuir los productos en los locales que están en Quito, Tumbaco y Los Chillos. En total se hacen cinco despachos diarios. “Para nosotros es vital mantener los estándares de calidad de la marca, bajo nuestro control. Así garantizamos la calidad de los productos”, explica Anda en su oficina.

    La ubicación de los locales es clave. Para esto Anda y su equipo analizan ubicaciones en la ciudad para instalar un nuevo local, en el cual se invierte una suma que Anda prefiere mantener en reserva. “Siempre tratamos de ver las oportunidades en el mercado”.

    La marca panificadora Ambato atraviesa, desde hace un año y medio, una renovación. “Estamos casi 40 años en el mercado y sentimos la necesidad de innovar. Por eso refrescamos empaques, incluimos nuevos productos, redecoramos locales para ofrecer una mejor experiencia al cliente”.

    En esta cadena del sector panificador reconocen que la situación económica del país ha influido en el negocio. Anda indica que se ha dado una contracción en el mercado “y eso nos afectó como empresa, por más que tengamos un producto de primera necesidad”.
    En el caso de Panificadora Ambato, el año pasado las ventas cayeron un 15%, en relación con el 2015. Esta situación activó los planes y las estrategias.

    Una de las acciones arrancó hace ocho meses con la campaña ‘Imprecionantes’, en la que se juega con las palabras impresionantes y precio. Esta campaña consistió en lanzar al mercado 10 productos enfocados en el tema de valor, que para Anda significa “producto, calidad y precio”. Bajo este plan la firma ofrece, por ejemplo, panes desde USD 0,09.

    El mercado reaccionó bien, asegura este ejecutivo. “Hemos logrado recuperar las ventas en un 20% en el primer trimestre de este año en comparación con el mismo período del 2016”.

    A lo anterior se suma la estrategia de ofrecer a los clientes de la cadena una gama de nuevos productos, entre los que se incluyen desayunos, jugos de frutas, batidos, entre otros. El objetivo es diversificar el portafolio para satisfacer el mercado quiteño.

    Patricio Anda es el gerente general de Panificadora Ambato, firma con 41 locales en Quito. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
    Patricio Anda es el gerente general de Panificadora Ambato, firma con 41 locales en Quito. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES
  • El Zotye T600 se ensambla en Ambato

    Modesto Moreta

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    A pesar de los momentos económicos complicados, los ejecutivos de la Ciudad del Auto (Ciauto), en Ambato, siguen invirtiendo en el país. Su más reciente apuesta es la instalación de su línea de soldadura aérea de punto para ensamblar la nueva marca de vehículo Zotye T600.

    Este modelo se sumó a la marca Great Wall que desde el 2013 se arma en la planta localizada en la parroquia Cunchibamba, en Ambato. La inversión total es de USD 30 millones. Allí trabajan, en la actualidad 150 personas, el 13% de los componentes utilizados para el Zotye es elaborado por la industria local y nacional. Actualmente ensamblan 15 autos diarios.

    Estas instalaciones son únicas de Sudamérica, por eso se plantea en los próximos meses exportar el Zotye T600 a la región a través de su concesionaria Ambacar.

    Juan Carlos Escobar, jefe de Planta de Ciauto, explica que a pesar de la desaceleración presentada entre el 2015 y el 2016, la empresa apostó por la creación de más fuentes de empleo con la implantación del nuevo proyecto.

    “Una característica de los ambateños es que para resolver los temas adversos aplicamos mayor esfuerzo. Un ejemplo es el montaje de una nueva línea para el Zotye T600”, explica Escobar.

    El proyecto se inició en enero del 2016 con el análisis y distribución de la planta pensando en el diseño del vehículo. Posteriormente se consolidó y eligió el vehículo que vendría al país. En septiembre del mismo año, enviaron a China a un equipo integrado por dos ingenieros y tres colaboradores para la capacitación durante un mes. Otro grupo viajó a validar las máquinas que se importarían para el ensamblaje del nuevo auto.

    En diciembre arrancó con el montaje de la línea de soldadura, los trabajos y arreglos de la infraestructura. Tras cumplir todos los procesos la nueva línea de la ensambladora se inauguró el pasado viernes 20 de enero del 2017.

    Escobar cuenta que primero se hizo un estudio de cuáles son las necesidades del mercado y cuál es lo que requiere el usuario ecuatoriano. Luego se escogió la marca Sotye por su diseño espacioso.

    Contactaron con la firma e importaron los vehículos para garantizar el funcionamiento del automotor, especialmente en las ciudades de altura. “Es un vehículo que tiene una estética sin igual, características importantes en seguridad y confort. Es un auto de alta tecnología para nuestros clientes y su precio es razonable”, menciona el ejecutivo.

    Entre las características de su seguridad están el sensor de parqueo, frenos de disco ABS+EBD, control electrónico de estabilidad ESC. También cuenta con asistencia electrónica de frenado, suspensión delantera independiente de barra de estabilizadora y seis airbags… En el interior cuenta con volante multifunción, eleva vidrios eléctricos en las cuatro puertas, cierre centralizado a distancia, sistema de audio e seis parlantes, botón de encendido…

    Ecuador es la base de operaciones para Latinoamérica de las marcas Great Wall y Zotye. La planta ensambladora está en Ambato y desde aquí se exportará a Colombia, Perú y Costa Rica. Las oficinas de Ambacar ya están en esos países. Para esto, los ejecutivos de Ciauto firmaron un convenio de transferencia de tecnología y de representación en el Ecuador.
    En la planta de ensamblaje, el área de pintura cuenta con tecnología de punta y sirve para todos los modelos que ensambla Ciauto.

    Al revisar lo logrado los ejecutivos de la empresa destacan que el 2016 fue exitoso para las marcas del grupo; estas pasaron del número ocho en ventas en el Ecuador en el 2015, a la quinta posición en el 2016. “Estamos demostrando que a través de la venta que los vehículos tienen calidad. Además, el servicio que dan las concesionarias en los talleres hace que tengamos más vehículos en el mercado nacional”, asegura Escobar.

    El ejecutivo explica que la idea de montar una planta ensambladora fuera de Quito fue con la finalidad de invertir en Ambato y crear las fuentes de trabajo. Lo que buscan es desarrollar la industria en el centro del país. Al iniciar teníamos Great Wall y ahora el Zotye T600 que cuenta con todos los repuestos. “La idea es acompañarle al usuario todo el tiempo con repuestos y servicio técnico”.

    La empresa Gas Motors trabaja hace seis meses con los concesionaria de la marca Zotye y Great Wall. La demanda de estos vehículos creció hasta ubicarse en poco tiempo en el cuarto lugar de ventas, en Chimborazo.

    Ernesto Valdivieso, gerente general de Gas Motors, cuenta que es importante trabajar con Ciauto y Ambacar porque se trata de empresas ambateñas serias y que se enfocan en ofrecer productos de calidad y con un alto porcentaje de componentes ecuatorianos.

    Para Valdivieso, el Zotye T600 es un modelo muy competitivo por sus prestaciones, calidad y puede competir con cualquier marca que se le ponga al frente. “A pesar que somos nuevos en el mercado riobambeño, en los seis meses logramos ubicarnos en el cuarto lugar de ventas. Logramos superar las ventas de otros concesionarios que están en el mercado hace varios años de Riobamba y Chimborazo”, dice este empresario riobambeño.

    Valdivieso añade que en este año el objetivo terminar en el segundo lugar de ventas. Una de las cosas importantes es el fácil acceso a todos los servicios de posventa como mantenimiento, repuestos, personal calificado y el precio.

    La nueva línea de soldadura permite a la Ciudad del Auto (Ciauto) a ensamblar el modelo Zotye T600. La meta es exportar. Foto: Modesto Moreta / LÍDERES
    La nueva línea de soldadura permite a la Ciudad del Auto (Ciauto) a ensamblar el modelo Zotye T600. La meta es exportar. Foto: Archivo
  • Un observatorio económico que ayuda a Ambato

    Modesto Moreta

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    La Universidad Técnica de Ambato (UTA) cuenta con un Observatorio Económico y Social que trimestralmente emite boletines de los índices económicos y de sondeo de opinión de Tungurahua. Esta dirigido a empresas e instituciones públicas y privadas.

    En sus 14 años de funcionamiento es uno de los entes más confiables en la ciudad, la provincia y el país. Los estudios también son revisados y avalados por investigadores de la Unan de México a través de su Facultad de Economía, el Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito y la Universidad de la Patagonia, en Argentina.

    Este organismo fue creado en el 2002. En ese año el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entregó fondos de financiamiento para el desarrollo regional. Con esos recursos se creó la Corporación Civil para el Desarrollo Económico y Social de Ambato (CorpoAmbato). En Cuenca se fundó una entidad gemela: la Agencia Cuencana de Desarrollo.

    Con el apoyo de la UTA y CorpoAmbato se creó el Observatorio Económico que da cuenta de la dinámica económica de la localidad. Hasta el 2006 se lograron publicar siete boletines económicos con circulación trimestral en la provincia con información sobre empleo, inflación, canasta básica, tasas de interés, pobreza…

    Sin embargo, en el 2006 el BID retiró el apoyo financiero. Diego Proaño, decano de la Facultad de Auditoría y Director del Observatorio Económico y Social, cuenta que ante la falta de recursos el observatorio se adhirió a la UTA hasta su reapertura en el 2014. En los ocho años de para, solo se replicaba la información que difundían organismos como el Banco Central, INEC, SRI, Superintendencia de Compañías y otras.

    En mayo del 2014, con el apoyo de rector Galo Naranjo se rediseñó el proyecto y se relanzó como Observatorio Económico y Social. A finales de ese año comenzaron a efectuarse las primeras publicaciones de los boletines de coyuntura trimestral. Además, un anuario que recopila la información económica total.

    Proaño cuenta que las publicaciones son financiadas con una parte del presupuesto destinado a la Dirección de Investigación de la UTA. Allí están trabajos como sondeos de opinión ciudadana que son importantes. Citó por ejemplo, que se puede saber cómo la gente ve el desempeño de las autoridades de elección popular Además, inseguridad ciudadana, movilidad, educación primaria, secundaria y universitaria.

    Además, información dirigida al sector empresarial como la recaudación de impuestos, que tipo de impuestos es el que más se recauda, comparativos regionales y nacionales sobre cuánto cuesta la canasta familiar. En diciembre del 2016, la Senescyt entregó la Codificación ISSN que es la numeración internacional de una publicación que tiene un rigor científico-académico.

    En marzo de este año que se publique el boletín 11 saldrá con esa codificación será indexada en todo el mundo y por investigadores que usen esa base de datos. “Los datos pueden usarse como una fuerte oficial con rigor científico”.

    Uno de estos servicios es el que utiliza el Sistema de Seguridad ECU 911 de Tungurahua. En el último boletín publicado en diciembre del año pasado, le ubicó como una de las instituciones con mayor credibilidad de la provincia.

    Diego Proaño (centro) director del Observatorio Económico y Social de la Universidad Técnica de Ambato. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Diego Proaño (centro) director del Observatorio Económico y Social de la Universidad Técnica de Ambato. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Empaques para calzado y ropa se hacen en Ambato

    Modesto Moreta (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    La empresa Empaques Cadali tiene un ganado prestigio en la fabricación de cajas de cartón para la industria del calzado, vestimenta, agroindustria, alimentos… Los diseños novedosos y acorde a la necesidad de los clientes hace de esta industria un importante aporte para el país.

    El valor agregado del negocio es entregar el asesoramiento gratuito, con el equipo de diseñadores, para que el cliente con sus ideas cree sus propios bocetos. La calidad y la resistencia de los materiales son la carta de presentación de este emprendimiento fundado hace 16 años.

    A esto se sumó la capacitación constante de la mano de obra y la aplicación de nuevas tecnologías que le ayudaron a mantenerse en el mercado nacional. El año pasado fabricó 478 061 cajas y facturó USD 301 178.

    Cadali inició su historia en 1 999, en plena crisis ocasionada por el congelamiento de los recursos económicos. María Montenegro, gerenta, recuerda que la inversión inicial fue de USD 80 000. “Pese a la difícil situación económica apostamos en efectuar una inversión. Empezamos con ocho colaboradores y una deuda”, dice.

    Los fondos se invirtieron en la adquisición de una máquina en Offset, prensas, una máquina plastificadora y la materia prima que la adquirían en Guayaquil y Quito. La idea del proyecto surgió debido a que el calzado se vendía en fundas plásticas y no era atractivo para los compradores.

    Entonces pensó que era el momento de cambiar. María dice que no fue nada fácil, porque debían convencer a los fabricantes de zapatos que adoptaran esta nueva envoltura. Las ventas iniciales fueron de 200 y 300 cajas, pero luego creció a 500.

    Efectuaban recorridos por las empresas ofreciendo su producto. En un inicio los empaques estaban confeccionados con cartulinas que no resistían el peso, por eso decidieron implementar el micro corrugado. Con el apoyo de amigos propietarios de las fábricas y talleres de calzado lograron impulsar las ventas.

    A pesar de la competencia, Cadali mantiene el 35% del mercado local. El resto lo distribuye en Quito, Cuenca, Guayaquil, Ibarra y otras ciudades. Sus principales clientes son Etafashion y De Prati. “La atención es al por mayor y menor, esta última con empaques genéricos para los artesanos y pequeños industriales”, dice.

    En el 2004, la firma decidió extender la gama de productos. Realizaron una inversión de USD 250 000 con la idea de presentar una nueva oferta de empaques de cartón microcorrugado y ampliar la fábrica de producción.

    Cadali participa en ferias como la organizada por la Cámara Nacional de Calzado y otras a escala internacional para conocer los avances tecnológicos y los nuevos diseños. Al ser parte de la Asociación de Industriales Gráficos de Pichincha, el personal participa en los congresos y seminarios de capacitación. En el 2014 decidió modificar la marca pasando de Gráficas a Empaques Cadali.

    Hace seis años David Valle, gerente de calzado Kanguro, trabaja con los empaques que elabora Cadali. Él dice que la calidad, la impresión y el cumplimiento en la entrega son importantes para mantener la relación comercial.

    Cuenta que el apoyo de los diseñadores es importante para realizar cambios, desarrollar nuevos productos ayuda a abaratar costos. En la actualidad fabrican cuatro tamaños de cajas.

    Insignia

    La atención al cliente la parte importante

    Vilma Isabuche. Trabaja como ejecutiva ventas

    Hace 11 años soy parte de la empresa Empaques Cadali, en Ambato. Me integré en el área de comercialización, ventas y atención al cliente. Esta es una actividad importante, porque esta es la carta de presentación de nuestro negocio y siempre tratamos de que todo vaya bien. Constantemente nos capacitamos en estas áreas para atender de mejor manera a nuestros compradores. También colaboramos en lo que es el control de calidad con la finalidad de que el producto final cumpla con lo que el cliente desea. Esa es nuestra característica. Con el valor agrado también ayudamos en otras áreas de los procesos de fabricación. En la empresa somos un equipo y nos apoyamos e involucramos. La idea es trabajar en el desarrollo de nuestra compañía. La comunicación en todas las áreas de trabajo permite que la labor se cumpla con calidad. A esto se suma la capacitación en nuevas tecnologías..

    María Montenegro, gerenta de Empaques Cadali, tiene su departamento de diseño que ayuda al cliente en plasmar sus ideas en bocetos de los empaques para el calzado y más productos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    María Montenegro, gerenta de Empaques Cadali, tiene su departamento de diseño que ayuda al cliente en plasmar sus ideas en bocetos de los empaques para el calzado y más productos. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Con inversión da pasos firmes en el sector del calzado

    Modesto Moreta

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    Cuando se trata de dar comodidad al pie de los ejecutivos, amas de casa, estudiantes, oficinistas… la marca de zapatos Vecachi cumple con esas condiciones. Esta industria se fundó en 1985 con el nombre de Calixto Jr., y desde el 2015 se denomina Rubbershoes Industrial Cía. Ltda.

    La calidad del calzado hizo que la producción de esta empresa ambateña se incrementara con el tiempo. Es así que en el 2015, el negocio produjo 58 600 pares de zapatos. Además facturó USD 1, 2 millones. Sus principales mercados son Quito, Ambato, Latacunga, Riobamba, Guayaquil, Cuenca y otras ciudades del país.

    En 1984, su gerente Calixto Peñaloza trabajaba en la distribución y comercialización de calzado en todo el Ecuador. Adquiría a las diferentes pequeñas empresas, pero los requerimientos del mercado eran otros y no abastecía los pedidos, por eso los gerentes de los almacenes exigían cambios. Entonces pensó ¿por qué no fabricar calzado con estas características y de alta calidad?

    Un año más tarde, conociendo el mercado presentó el proyecto a su familia que le dio el visto bueno. Con un crédito de 30 000 sucres en una institución financiera adquirió dos máquinas, hormas y la materia prima. Arrancó con dos colaboradores fabricando 15 pares semanales. Luego comenzaron a desarrollar sus propios diseños y modelos con las recomendaciones efectuadas por sus clientes y con buenos resultados.

    Las ventas se incrementaron a 400 pares al mes. Eso ayudó a expandirse a otros almacenes distribuidores. “En mis inicios no sabía fabricar calzado, no tenía ni idea; pero contraté a una persona especialista, luego me capacité, investigue y aprendí”, cuenta Calixto.

    Su aspiración fue ser líder en un mercado exigente. Es así que en 1990, la organización emprendió la tecnificación de sus procesos de fabricación. Calixto arrancó con un proceso de mejoramiento continuo y la capacitación de sus 25 colaboradores. Eso ayudó a ser más competitivos.

    Pero la crisis bancaria y la dolarización por poco hacen que quebrara; con recortes de gastos logró salir de esa crisis y emprendió el proceso de implementación de la certificación a la calidad ISO 9001, que la recibió en el 2003.

    El buen momento se inició en el 2010 cuando el Gobierno aplicó las salvaguardas al calzado importado. Eso catapultó a este sector productivo del país.

    Entonces la empresa realizó una nueva inversión con la adquisición de tecnología de punta. Por eso decidió trasladarse a la nueva planta ubicada en el Parque Industrial Ambato, logrando un crecimiento del 25% en sus ventas.

    Pero luego llegó un nuevo desafío. Las ventas descendieron y la producción cayó: de 210 pares diarios la cifra cayó casi a la mitad.

    Calixto mantuvo la calma y en el 2014 volvió a invertir cerca de USD 250 000 para adquirir un centro mecanizado para elaborar las suelas. También se automatizó el corte y se adquirió un software para el área de diseño.

    Desde hace 15 años, Fernando Quezada, gerente de Calzado Elizabeth, de Quito, trabaja con Vecachi. En sus cuatro locales ubicados en los barrios Comité del Pueblo, Carapungo, Calderón y El Inca oferta los modelos y nuevos diseños en la línea escolar, casual, de calle, de dama… “Es un producto de calidad que tiene demanda. Trimestralmente se venden entre 1 500 y 2 000 pares. La gente ya conoce la marca y consume”.

    En el centro de mecanización de calzado Vecachi se fabrican los moldes metálicos de las suelas que se emplean en el armaje de los zapatos; los diseños se venden en todo el país. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES
    En el centro de mecanización de calzado Vecachi se fabrican los moldes metálicos de las suelas que se emplean en el armaje de los zapatos; los diseños se venden en todo el país. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES
  • El chocolate es el negocio familiar por más de 70 años

    Modesto Moreta (I)  redacción@revistalideres.ec

    La elaboración artesanal del ‘Chocolate ambateño’ es una tradición que se conserva por más de 150 años en Ambato. Las fórmulas para la elaboración de este producto los conserva intacto la familia Vargas Villacís. Sus miembros crearon la empresa El Buen Chocolate hace más de 70 años ; esta empresa facturó el año pasado USD 40 000.

    En su planta, localizada en las calles Ignacio Sánchez y José Peralta (Huachi Chico), sus 20 colaboradores procesan 35 quintales de cacao cada mes. Los principales mercados del chocolate en tablilla son Cotopaxi, Tungurahua, Pichincha, Chimborazo y en las cadenas de supermercados a escala nacional como Megamaxi, Santa María, Supermercados Balarezo, la cadena de panificadoras Ambato, en Quito, y otras locales.

    Irene Villacís ha dedicado 68 de sus 78 años a la elaboración del chocolate. Cuenta que la tradición del ‘Chocolate ambateño’ se mantiene en todo el país por la calidad y la pureza del producto. “Es cacao puro sin mezclas, por eso el olor atrae a los compradores. Este se mantiene cuando se lo diluye en la leche, es exquisito”.

    Carlita Vargas está el frente de este negocio hace siete años. Dice que el emprendimiento familiar lo continuó su abuelo Luis Villacís en 1946. En esa época todas las familias de esa zona estaban dedicadas a la elaboración del chocolate. Ellos contrataban uno de los tres molinos para procesar el cacao.

    Tenían el turno los martes desde las 02:00 hasta las 22:00 del mismo día para procesar los 7 quintales que lo vendían en una semana. “La falta de recursos económicos impedía adquirir nuestra propia maquinaria”, indica Vargas.

    En el 2009 decidieron financiar el equipamiento. Invirtieron de sus propios recursos USD 47 000 en la compra de los molinos eléctricos y otros equipos. Además, construyeron un galpón para montar la microempresa. En la actualidad emplean a 20 personas.

    Vargas asegura que en un vehículo de su propiedad distribuyen el chocolate en Tungurahua, Cotopaxi y Pichincha, así como en las grandes cadenas comerciales del país. Para incrementar sus ventas inyectaron en el 2014 otros USD 10 000 con lo que cambiaron la envoltura del producto a fundas aluminizadas. Contrataron diseñadores para efectuar los logotipos y el contenido gráfico. También cambiaron el tamaño del empaque con la idea que impacte. Lograron envolturas para 90, 120, 200 y 450 gramos.

    A más de la distribución a escala nacional mantienen la venta en forma de tablilla en el mercado Central. “Es un sitio estratégico porque los turistas y visitantes que llegan a una ciudad lo primero que quieren visitar es el mercado y es donde se degusta lo tradicional de la urbe. Y el chocolate es uno de esos productos”, explica convencida Vargas.

    El Buen Chocolate tiene relación comercial con la cadena de supermercados Balarezo del cantón Salcedo, en Cotopaxi, hace 18 años. Al principio le ofertaban las tradicionales tablillas de chocolate. Lupita Balarezo, gerenta de esta cadena integrada por tres locales, explica que la elaboración artesanal y la calidad del producto permitieron que las ventas se incrementaran.

    Balarezo cuenta que el consumo de “El buen chocolate” aumentó un 85% en los últimos dos años con el cambio de presentación del producto. Así este producto se deja saborear entre generaciones de ambateños.

    Willian Vargas, Carlita Vargas e Irene Villacís son los encargados de esta empresa familiar que elabora y comercializa productos de chocolate en tres provincias de la Sierra. Foto:  Raúl Díaz para LÍDERES
    Willian Vargas, Carlita Vargas e Irene Villacís son los encargados de esta empresa familiar que elabora y comercializa productos de chocolate en tres provincias de la Sierra. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
  • La ropa interior lleva su sello

    Modesto Moreta
    redaccion@revistalideres.ec

    La ropa interior que produce la Corporación Impactex, en Ambato, tiene alta demanda. Esta firma tiene presencia a escala nacional con sus 2 600 distribuidores.
    Su producto estrella es la marca Mao; también es una de las claves para que la firma facture cerca de USD 350 000 al mes.

    ¿A qué se debe el éxito? Milton Altamirano, gerente de la firma, explica que el estricto control de calidad, el uso de las mejores materias primas del mercado y los novedosos diseños de ropa interior, que se renueva constantemente, son la clave para que esta línea sea de preferencia de damas, caballeros y niños.

    Altamirano cuenta que para mantenerse a la vanguardia en el mercado de la moda participan en ferias internacionales. Además, aplican nuevas tecnologías con telas inteligentes que dan suavidad, comodidad y elegancia al vestir.

    Impactex Cía. Ltda., arrancó en 1999 con el nombre de Impacto Creaciones con una inversión de 60 millones de sucres. Los fondos los consiguió de la venta de un vehículo de su propiedad. Con el capital logró financiar la compra de cuatro máquinas de coser y la materia prima.

    Antes de empezar la producción Altamirano tomó en cuenta las sugerencias del mercado. Con esos datos comenzó en un pequeño taller a confeccionar con ayuda de cuatro colaboradores la ropa interior para hombre. Sus conocimientos en confección ayudaron a tener éxito en su emprendimiento.

    Recuerda que se inició como cortador en una empresa de ropa deportiva donde trabajó cuatro años. Luego pasó a Produtex, de propiedad de Antonio Villagrán. Allí permaneció 15 años y fue su escuela donde aprendió las técnicas para ganar espacios en la tela.

    Además, adquirió conocimientos en diseño y confección. Luego se convirtió en uno de los vendedores de la textilera. Hasta que instaló su propio taller con la marca Impacto con la que obtuvo una parte del mercado.

    Nervioso mostró varios modelos de interiores a sus clientes. Uno de ellos le solicitó 100 docenas. “Fue fantástico, regresé a Ambato y comencé la confección. Luego busqué otros mercados y contraté dos vendedores para que recorran el país. Las ventas subieron”, recuerda Altamirano.

    En el 2005, decidió cambiar el nombre de la marca por Mao que tuvo una mejor acogida en el mercado. También, construyó un galpón donde montó la factoría. Tres años más tarde, dejó de ser un productor con calificación artesanal y creó la Corporación Impactex Cía. Ltda.

    En el 2010, produjo 25 000 docenas mensuales de ropa interior y lo comercializó a escala nacional. La última inversión fue de USD 400 000 con créditos y fondos propios; el dinero sirvió para la adquisición de las nuevas instalaciones donde funcionan las áreas de diseño, control de calidad, estampado y comercialización.

    Uno de los distribuidores en Machala es Danilo Franco. Él trabaja con Corporación Impactex hace siete años. Cuenta que el producto de calidad hizo que las ventas subieran en un 100%. “Mao mantiene la calidad de la ropa interior y eso ayudó a que cada vez tenga más acogida por la comodidad y el confort que buscan los clientes”.

    Este año, la crisis que afronta el país y el ingreso de ropa de contrabando de Colombia y Perú hizo que las ventas bajaran en un 40%. También, suspendió el 50% de los talleres de las maquilas. “Esperamos que las autoridades nos ayuden impidiendo el ingreso sin el pago de aranceles. Eso perjudica a la industria nacional. Las utilidades son mínimas para abaratar los costos y mantenerse en el mercado”, menciona Altamirano.

    El gerente: Milton Altamirano

    Nuestros productos se diferencian de la competencia porque trabajamos con materia prima importada y de alta calidad. A esto se suma el control interno de calidad y estamos a la moda en los temas de diseño y actualizados en la tecnología. Uno de los puntales para el éxito es la capacitación constante de la mano de obra. Nuestra empresa no produce ropa interior sino que es marca Mao y está presenten en las cadenas importantes del país.

    Cifras:

    105 empleados trabajan en la Corporación Impactex de Ambato. En sus inicios tuvo 4 y antes de la crisis económica del país 120.

    3 hectáreas tiene el terreno para su nueva planta de producción. Los planos al momento están en aprobación. El costo será de USD 3 millones. Las instalaciones contarán con tecnología de punta.

    2 600 distribuidores en todo el país comercializan al por mayor y menor la marca Mao. Patrocina el concurso Mister Universo, en Brasil.

    En la planta de producción de la Corporación Impactex trabajan decenas de mujeres. Ellas se encargan de la costura de las prendas interiores. Foto: Glenda Giacometti/LÍDERES
    En la planta de producción de la Corporación Impactex trabajan decenas de mujeres. Ellas se encargan de la costura de las prendas interiores. Foto: Glenda Giacometti/LÍDERES
  • Contenedores, su nuevo producto

    Modesto Moreta (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    Está dedicada 39 años a la fabricación de paneles para puertas, hornos rotativos para panadería y desde el 2015 en una nueva línea de negocios: la producción de contenedores para la basura.

    Con la idea de que en “Ecuador se hacen productos de mejor calidad”, los ejecutivos de la empresa Industrias Metálicas Cotopaxi (IMC) dicen impulsar el cambio de la matriz productiva.

    La firma cotopaxense cuenta con marcas como Paneles y forjados, Hornipan con equipos de gastronomía y panadería, y Ecualimpio con los contenedores metálicos de diversos tamaños, colores y diseñados, para depositar los desechos sólidos, orgánicos, vidrio, cartón, etc. Son los productos que ofrece esta industria a sus clientes del sector metalmecánico, de alimentos y de aseo.

    Este último se transformó en su artículo estrella. En el 2013, surgió la idea de producir este nuevo producto. Luego de varios estudios sus propietarios apostaron en invertir USD 500 000 en la compra de nuevos equipos con tecnología actualizada, para incursionar en la fabricación de los contenedores. Sus ejecutivos aspiran que esta nueva marca satisfaga las necesidades de los clientes y usuarios del Ecuador.

    Aníbal Culqui, gerente de IMC, explica que la empresa tiene la capacidad de producir 25 contenedores diarios, es decir, de 4 000 a 5 000 anuales, y según las necesidades de los municipios. Hay de 1 300, 2 400 y 3 200 litros. El año pasado, con sus tres marcas patentadas facturó USD 2 575 497.

    Culqui fundó en 1977 IMC, luego de graduarse en el Colegio Ramón Barba Naranjo como bachiller técnico en metalmecánica.

    Su profesor, el ambateño Rodrigo Altamirano, le impulsó a que continuara con la carrera. Durante cinco años trabajó como empleado en grandes empresas del país. Con los conocimientos y los ahorros logró instalar su propio taller de cerrajería. La inversión en la época fue de 1 000 sucres.

    Con los fondos adquirió un yunque, una soldadora de arco, una moladora y otras herramientas. Además, de la materia prima para la construcción de ventanas y puertas. Proveyó de estas estructuras al Banco de la Vivienda.

    Pero el contrato terminó. Cuenta que jamás se dio por vencido, posteriormente hizo préstamos a los ‘chulqueros’ e instaló el taller de troquelados y la fabricación de cocinas industriales. Pero en 1999 la deuda creció en 200 millones de sucres; para pagar, vendió todo su taller, pero solo cubrió una parte de esa deuda.

    La dolarización le ayudó porque solo debía pagar USD 4 000 a sus acreedores y la camioneta que le quedó la vendió y adquirió una prensa para la fabricación de paneles. “Las distribuía en todos los talleres del país con la marca Paneles y Troquelados IMC”.

    En la actualidad tiene más de 70 diseños de troquelados y paneles. Además, fundó la marca Hornipan en equipos de gastronomía y panadería. Actualmente tiene 81 colaboradores y más de 70 distribuidores en todo el país.

    La Mancomunidad de Aseo Integral Patate-Pelileo adquirió 13 de los contenedores manuales diseñados por Ecualimpio. César Freire, gerente de la Mancomunidad, dice que la empresa IMC cumplió con las normativas técnicas solicitadas en el portal de compras públicas. Por eso, adquirieron los contenedores que fueron instalados en los centros parroquiales de los dos cantones. “Cumple con la calidad y las exigencias solicitadas en el contrato”.

    Según Freire, los costos de los contenedores son los más bajos. “Previamente se consultaron los precios y las características de los contenedores ubicados en las ciudades de Ambato, Riobamba y Quito, para tener la base técnica”.

    Gerente

    Aníbal Culqui

    El control de calidad en cada uno de nuestros productos es importante en la empresa. Está acompañada de la capacitación del personal. Eso hace que IMC sea una empresa exitosa en la Sierra centro y en el Ecuador. En muestra fábrica defendemos la mano de obra, la tecnología de punta y el valor agregado que le damos a cada cosa que elaboramos. A esto se suma la confianza de nuestro clientes que usan los contenedores, los hornos, los paneles y troquelados.

    Los trabajadores de la empresa IMC constantemente están en capacitación. El control de calidad es permanente y está a cargo de un equipo de especialistas. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Los trabajadores de la empresa IMC constantemente están en capacitación. El control de calidad es permanente y está a cargo de un equipo de especialistas. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Productos andinos en conservas

    Modesto Moreta (I)  redaccion@revistalideres.ec

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    El aroma a chocolate se percibe fácilmente en las instalaciones de la empresa Inphec Agroindustrial, en Ambato, Tungurahua. Este es uno de los 30 ítems de productos estrella que fabrica esta industria ambateña, con 25 años en el mercado y en el procesamiento de frutas y vegetales.

    La calidad y la frescura de su producto permitieron que las ventas se incrementaran en los últimos tres años. Anualmente, procesa alrededor de 15,83 toneladas de legumbres, hortalizas, granos, frutas y cacao de aroma, para convertirlo en el famoso ‘chocolate de Ambato’, que se comercializa en las cadenas Supermaxi, Aki, Mi Comisariato. Asimismo, en Hipermarket y Tía y otras firmas de supermercados en el país.

    El 2015 facturó USD 192 000 y cuenta con nueve colaboradores fijos y 20 rotativos. A esto se suman las 50 familias que proveen de la materia prima, para el procesamiento de las legumbres.

    Raúl Moreno, gerente de la empresa familiar, cuenta que sus padres Carlos Moreno y Zoila Miranda, graduados en ingeniería en alimentos, instalaron un pequeño emprendimiento en 1987. En ese año procesaban el ‘chocolate ambateño’. También, los ‘snacks’ de maní, garbanzo, habas… que se comercializan a escala nacional.

    La inversión inicial fue de 3 millones de sucres. Con los recursos adquirieron pailas, un quemador industrial, envases, una selladora de fundas, etc. “Fue lo básico para arrancar”, explica Raúl Moreno.

    Cuenta que visitaron mercados de Quito, Guayaquil Riobamba, Latacunga, Ibarra, Tulcán y otras ciudades, ofreciendo sus productos. En 1992 logró ingresar a pequeños supermercados de la localidad, como El Gato y el almacén Laboral. También, a los comisariatos del Ejército, de la FAE y de la Armada Nacional.

    Para cubrir la demanda de los pedidos, sus progenitores decidieron alquilar la maquinaria a los pequeños artesanos del chocolate de Huachi Chico. “Hasta ese entonces, el ‘chocolate ambateño’ no era conocido a escala nacional, pero al promocionarlo en las perchas alcanzó ese prestigio”.

    Raúl Moreno dice que una de las principales inversiones fue en la formación profesional de sus hijos. Ellos se graduaron como técnicos en agroindustria, administración, ingeniería, etc. “En todo este tiempo no se invirtió en más equipos, solo alquilábamos”.

    En el 2012, presentaron un proyecto a la Corporación Financiera Nacional (CFN) y recibieron un crédito por USD 75 000. Con los recursos adquirieron nuevos equipos e iniciaron el procesamiento de conservas como pulpas de frutas, ajo picado, ajo en grano, conservas de vegetales, ají, uvillas, frutas en almíbar, pickles… Además, la piña, la uvilla y la fresa deshidratada.

    La firma participó en ferias en China y otros países con aceptación. Pero no logró cubrir la demanda de exportación, de siete contenedores cada 15 días. “Eso impidió llegar a este país asiático”. Sin embargo, sus productos lograron ingresar con los pickles andinos a Supermaxi, a través del proyecto Emprende Ecuador.

    Sideris Distribuciones comercializa el producto de Inphec, en Quito. Esteban Jiménez explica que desde el 2014 trabaja con la marca. Productos como las pulpas de fruta de mora, guanábana y frutilla tienen una gran demanda en los restaurantes de mediana y alta categoría de la capital.

    “La calidad del producto hizo que las ventas se incrementen en un 300%. Se manejan con una producción fresca y por eso es apetecida”, cuenta Jiménez.

    Los colaboradores de la empresa mantienen la calidad del producto que procesan. La idea es que llegue un producto de calidad a la mesa. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES.
    Los colaboradores de la empresa mantienen la calidad del producto que procesan. La idea es que llegue un producto de calidad a la mesa. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES.