Etiqueta: ambiente

  • El trabajo con los comuneros se enfoca en el ambiente

    Marcel Bonilla

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    Un total de 120 estudiantes de la Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas, se integran con las comunidades del norte de la provincia para apoyar en tareas escolares, concienciación ambiental, cuidado de las fuentes hídricas y la conservación de la Tierra.

    Los alumnos voluntarios de las distintas especialidades de la citada Universidad, participan dos veces por año en proyectos de apoyo a comuneros, previo a una preparación en la Unidad de vinculación con la comunidad de esa entidad de educación superior.

    Para realizar el trabajo, se eligen poblaciones donde existen asentamientos indígenas y afros, que de acuerdo con el mapa socioeconómico de Esmeraldas presentan debilidades en temas educativos, medioambientales, pobreza y oportunidades de trabajo.

    Actualmente la zona norte de la provincia es afectada por la acción de la minería ilegal, que produce contaminación de las fuentes hídricas, reflejándose en la salud de sus habitantes, dice Doris Añapa, una habitante de comunidad Cachi de Calle Mansa.

    Carlos Cortez es estudiante del noveno ciclo de la carrera de Enfermería, de la Universidad Católica de Esmeraldas, y durante una semana, en la comunidad afro de Timbiré, enseñó a 20 jóvenes cómo aplicar inyecciones, sueros y primeros auxilios.

    Con otros cinco de sus compañeros de la carrera, Cortez dio refuerzo escolar a 30 niños de la comunidad de Timbiré, que después de la escuela siembran cacao y plátano.

    Jacinto Fierro, integrante de la Oficina de Pastoral Social de la Universidad Católica, asegura que la integración ha permitido trabajar con los 28 centro chachis, que integran la Federación de Centros Chachis de Esmeraldas.

    Con organizaciones afros e indígenas como la Unión de Organizaciones Negras del Norte del Esmeraldas y la Organización del Pueblo Épera, se realizan capacitaciones sobre la conservación de la cultura ancestral.

    Con la ayuda de los estudiantes se trabajó en una consultoría para el fortalecimiento de capacidades de los actores locales de gobierno, sociedad civil y población general del norte de Esmeraldas, para el conocimiento, participación, protección y ejercicios de los derechos colectivos.

    “Entre los objetivos está mantener, desarrollar y fortalecer libremente su identidad, el sentido de pertenencia, las tradiciones ancestrales y las formas de organización social”, explica Daniela Ballesteros, estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad.

    Los comuneros han sido motivados a conservar la propiedad imprescriptible de sus tierras comunitarias, así como la participación del uso, usufructo, administración y conservación de los recursos renovables.

    Los estudiantes de lingüística, por su lado, ayudan a desarrollar los sistemas de educación bilingüe con criterios de calidad, desde la estimulación temprana, protección y desarrollo de los saberes ancestrales de esas comunidades.

    Dayanne Ortiz, de la comunidad Santa María de los Cayapas, y estudiantes de Ingeniería Ambiental, regresaron a la comunidad para explicar cómo conservar la Tierra y frenar la contaminación. “Esa es mi responsabilidad”, dice.

    Los estudiantes, de la mano de los profesores, se encargan de elaborar proyectos de acuerdo con las necesidades en la zona urbana y rural, para ofrecer atención durante su permanencia en las comunidades, que puede ser hasta dos semanas.

    Desde la Pastoral Social se trabaja en los llamados campamentos misión, donde se organizan cada semestre para realizar actividades de acompañamiento, que han permitido generar conciencia ambiental entre los habitantes de San Lorenzo y Eloy Alfaro.

    Los estudiantes también han recorrido las poblaciones ubicadas en río Cayapas, norte de la provincia, debido a la contaminación de los ríos, por la intervención de las empresas mineras.
    El trabajo se enfoca en hablar de la situación ambiental, y motivar actividades para evitar que se siga destruyendo el hábitat de muchas especies. “Hemos aprendido mucho más de la tierra y la importancia de su conservación”, dice Mauricio Nazareno, habitante la comunidad San Miguel. El objetivo del voluntariado estudiantil es fortalecer la conciencia.

    Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Estas lavadoras se enfocan en el ahorro y en el ambiente

    Stives Reyes

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    La marca multinacional mexicana Mabe, que diseña, produce y distribuye electrodomésticos lanzó al mercado una nueva generación de lavadoras con las cuales le apuesta al ahorro del agua y el cuidado del medioambiente.

    Conscientes que en estos momentos existe preocupación a nivel mundial por la preservación del líquido vital y el desperdicio al lavar las prendas, Mabe diseñó las lavadoras ‘Aqua Saver Green’, las cuales permiten ahorrar hasta un 76% de agua por cada lavada.

    Según sus creadores, lavar un año con este producto equivaldría al agua que una persona se tomaría en 60 años “constituyéndose así en un gran aporte a la preservación y cuidado del ambiente”.

    Otto Icaza, gerente general de Mabe en Ecuador, indica que estas nuevas lavadoras se distribuyen en el país desde fines del año pasado en varias cadenas de electrodomésticos a nivel nacional. Sus precios van desde los USD 280 dependiendo del tamaño.

    Para Adriana Chávez, jefa de compras de productos de línea blanca de almacenes Sukasa y Todohogar, estos artefactos han tenido bastante acogida en el país por el ahorro que le brindan al consumidor. “Cada vez más los clientes buscan productos que consuma menos agua y luz para contribuir con su economía”.

    Cada semana Chávez realiza pedidos a Mabe para reponer las lavadoras que los clientes compran. Dice que la aceptación de la marca también ocurre por los diferentes modelos y tamaños que ofrecen. “Tienen desde 16 hasta más kilogramos de capacidad lo cual hacen que lleguen a más mercados”.

    Según Icaza, con estos productos la compañía le apuesta al país porque ve una oportunidad de crecer en ventas. Uno de los objetivos es que la marca sea reconocida ahora en la línea de lavado como lo es en refrigeración o cocina.

    En el 2016, Mabe cerró en el país con el 100% de su presupuesto establecido de ventas, de USD 60 millones; para este año espera un crecimiento de alrededor del 26% con respecto al 2016.

    Para lograr este objetivo, la firma cuyos artefactos son elaborados en Saltillo (México) apunta a tener más innovaciones en cada uno de sus productos. A nivel local han incorporado un nuevo personal de trabajo en lo comercial, mercadeo y finanzas.

    En Mabe Ecuador laboran cerca de 500 trabajadores. Además, tiene una planta en el norte de Guayaquil donde se elaboran cocinas de gas y de inducción. Estas son vendidas en el mercado local y también se exportan a más de 25 países en el mundo.

    Mientras que en lo internacional la firma cuenta con un nuevo socio desde el año pasado, la compañía china Haier, la cual compró el 48% de acciones de la empresa mexicana que estaban en posesión de General Electric (GE).

    Según Icaza, esto va a traer mayores beneficios para el mercado ecuatoriano. “Se están combinando estrategias para sacar productos de última generación con precios muy cómodos”, señaló.

    Otto Icaza es el gerente general de Mabe en el país. Espera tener este año un crecimiento cercano al 26%. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Otto Icaza es el gerente general de Mabe en el país. Espera tener este año un crecimiento cercano al 26%. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Las oficinas verdes ayudan al trabajador

    Redacción Quito

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    Las oficinas con cubículos, luz artificial y estrictos controles del tiempo ya no resultan atractivas para los trabajadores. Ahora existe una nueva tendencia que impulsa la implementación de áreas verdes dentro de las oficinas y espacios abiertos para recreación. Su objetivo es mejorar la calidad de vida de los colaboradores influenciando en mejoras en productividad y concentración las tareas laborales.

    “Este tipo de espacios están pensados para que contemplen todo lo que la persona necesita aparte de su puesto de trabajo: un gimnasio, duchas, parqueaderos para bicicleta, áreas verdes para descansar y almorzar”, explica Gonzalo Diez, arquitecto de Diez Muller, firma que diseñó el proyecto Torre 6.

    El edificio sustentable de 14 pisos se construye en Quito con el lineamiento de ser una estructura verde que haga bien tanto a la ciudad como a las personas que lo habitan.

    Los efectos de áreas verdes en las oficinas se publicaron en 2015 en un estudio de la Universidad de Melbourne. Este reveló que el contacto con la naturaleza favorece a la concentración y a la productividad de los colaboradores. La investigación, liderada por la psicóloga Kate Lee, aseguraba que propiciar espacios verdes en el trabajo, ya sean jardines internos, verticales o terrazas, favorece a que las relaciones laborales sean más amigables y se mantenga un ambiente positivo y creativo.

    Por otro lado, dos encuestas realizadas en 2014 por la Universidad Tecnológica de Sídney reflejaron que plantas o espacios verdes en la oficina llevan a una reducción del 44% de ira en los colaboradores, ansiedad en un 37%, depresión en un 58% y cansancio hasta en un 38%.

    “Algo que también podemos ver con estos espacios mixtos es que el ausentismo por enfermedades disminuye tremendamente”, explica César Arroyo, arquitecto, experto en planificación. Esto se debe a que las plantas generan un microclima que controla los niveles de humedad del ambiente.

    En las oficinas de Enne Arquitectos, los colaboradores cuentan con un jardín vertical y con espacios abiertos. Esto, como lo explica Antonio Naranjo, gerente de la firma, permite que el aire fluya mejorando la comodidad del espacio pero también filtrando cualquier tipo de bacteria.

    Además, la oficina cuenta con un sistema de detección de niveles de óxido de carbono. Cuando este se activa, los colaboradores deben prender un sistema de ventilación para mejorar la calidad del aire.

    En los jardines, los colaboradores pueden salir a tomar un descanso, recoger limones y menta o ayudar a regar las plantas. “El hecho de tener este tipo de espacios también ayuda a las dinámicas del grupo. Cuando todos saben que deben abrir el sistema de ventilación o regar las plantas se crea más comunidad en la oficina”, agrega Naranjo.

    Otro factor que influye es la luz. El uso de luz natural no solo es estratégico para reducir costos y mejorar la eficiencia energética de un edificio sino que ayuda a los trabajadores.
    En el caso de Torre 6, el proyecto está diseñado para que el uso del espacio sea perimetral cerca de las ventanas. Mientras que los ascensores y servicios se ubican en el centro de la edificación, donde hay menos luz.

    “El objetivo es que los colaboradores utilicen luz natural hasta tarde. Así disminuye la necesidad de luz artificial y el cansancio relacionado a esto”, explica el arquitecto Diez. Este es uno de los factores al momento de diseñar una construcción ‘verde’.

    A escala mundial existe una certificación que se cerciora de brindar los parámetros para que las edificaciones puedan considerarse sustentables. La certificación Leed (Leadership in Energy and Environmental Design) es promovida por el U.S Green Building Council, esta organización emite las guías y certificaciones globales.

    En Ecuador existen aproximadamente ocho edificios con esta suerte de sello de calidad. Lo que pretende es brindar un marco referencial sobre qué parámetros se considera una oficina verde.

    Estos se clasifican como la elección del sitio de la construcción, la utilización del espacio, iluminación, temperatura y seguridad. Tanto Enne Arquitectos como Torre 6 son edificios que han logrado certificarse por la implementación de estas características.

    Sin embargo, Naranjo explica que Ecuador está atrasado con otros vecinos de la región. En Santiago de Chile, donde el índice de polución generó en el 2016 tres emergencias a salud pública hasta agosto pasado, los edificios corporativos han incorporado zonas verdes para contribuir a la purificación del medioambiente y crear conciencia entre la ciudadanía. La ciudad cuenta con 500 edificios certificados.

    Foto: Diego Pallero / LÍDERES En las oficinas de Enne Arquitectos se observan  jardines y espacios abiertos: Allí los empleados hallan aire fresco y comodidad.
    Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    En las oficinas de Enne Arquitectos se observan jardines y espacios abiertos: Allí los empleados hallan aire fresco y comodidad.
  • Los fondos verdes son claves en el cambio climático

    Redacción Guayaquil

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    La Tierra tiene sus límites y la humanidad está sobrepasándolos. Un estudio del Centro de Resiliencia de Estocolmo identificó nueve límites del planeta. Y cuatro ya fueron rebasados: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el cambio del uso de tierra y el alto nivel de nitrógeno.

    Para no pasar otra frontera, varios organismos internacionales buscan impulsar el financiamiento verde. Son fondos destinados a proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático.

    A fines de agosto, la organización de los Premios Latinoamérica Verde -que convocó 500 iniciativas ambientales de la región-, logró reunir a varios representantes de entidades financieras globales. En Guayaquil explicaron los avances y la urgencia de colocar más créditos verdes en el mercado regional, tanto en el sector público como en el privado.

    EN EL 2015, CAF-Banco de Desarrollo de América Latina colocó USD 1 200 millonesen proyectos verdes. USD 177 millones fueron para Ecuador, como mostró Ligia Castro, directora de Ambiente y Cambio Climático.

    Como proyectos de mitigación, CAF prioriza los programas de generación y acceso a energía, transporte bajo en emisiones, ciudades e industrias; bosques y uso de suelos. Y para adaptación aporta a comunidades y poblaciones vulnerables, salud, agua y seguridad alimentaria; infraestructura resiliente y servicios ecosistémicos.

    El Fondo para el Medioambiente Mundial -o GEF, por sus siglas en inglés- es otro de los financistas de iniciativas de desarrollo sustentable, en especial en países en desarrollo. Desde 1991 ha invertido más de USD 15 000 millones, en 4 000 proyectos de 167 países.

    Milena González, del GEF, explica que desde el 2014 han asignado USD 600 millones a Latinoamérica para proyectos de biodiversidad y cambio climático. Un ejemplo es el programa Ciudades Sostenibles, que abarca a 23 urbes con USD 150 millones.

    “No pueden ser curitas, que arreglen algo que en 5 años volverá a pasar. La idea es que tengan el potencial de llegar a una escala mayor y que los fondos GEF sean el catalizador de financiamiento adicional desde los sectores público y privado”, dice González.

    Desde Europa, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) se ha extendido a más 90 países. En 2015 tuvo compromisos por USD 9 300 millones y su objetivo es superar los 13 000 millones hasta el 2020, como indicó Matthieu Robin, jefe de proyectos de AFD.

    La entidad se enfoca en la entrega de préstamos y donaciones, a través de microcrédito, apoyo a pymes, energía limpia, infraestructura y ciudades, agua potable y otros. “A más de esta actividad, que es nuestro ADN, trabajamos en la cooperación y asistencia técnica. El objetivo es maximizar el impacto de los proyectos que financiamos”, indica Robin.

    Para Rebeca Arias, directora regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), los fondos verdes también son una forma de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). “La financiación es un medio para la implementación de los ODS. En este sentido es clave examinar tres ámbitos: los planes nacionales, los presupuestos, los subsidios y los incentivos. Y es importante comenzar a integrar la dimensión ambiental en los sistemas de cuentas nacionales”.

    Los ODS son 17 y la meta es lograrlos dentro de 15 años. Cinco están relacionados con el cuidado del medioambiente.

    Foto: Wladimir Torres / LÍDERES Diez proyectos ambientales ganaron los Premios Latinoamérica Verde.
    Foto: Wladimir Torres / LÍDERES
    Diez proyectos ambientales ganaron los Premios Latinoamérica Verde.
  • Los alimentos y los bosques crecen juntos

    Agencia IPS

    Mientras América Latina sigue talando sus bosques para expandir su frontera agrícola, uno de sus países, Costa Rica, lleva décadas remando en sentido contrario, y ahora representa un modelo de convivencia entre producción de alimentos y conservación de su masa forestal.
    El informe sobre El Estado de los Bosques del Mundo, de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), revela que 70% de la deforestación de la región fue para dar paso a la agricultura comercial, entre 2000 y 2010.

    “Eso mismo que la FAO menciona que ocurre en países latinoamericanos, que deforestan para hacer espacio para cultivos agrícolas y ganadería, Costa Rica lo vivió en la década de los 70 y los 80”, explicó a IPS el director del costarricense Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo), Jorge Mario Rodríguez.

    En su punto máximo de deforestación, en la década de los 80, la cobertura boscosa de este país centroamericano se limitó a tapizar solo entre 21 y 25% de su superficie. Ahora, los bosques cubren 53% de los 51 100 kilómetros cuadrados de la superficie del país, donde viven cinco millones de habitantes.

    Aún más, el país ha logrado contener y repeler la frontera agrícola mientras ha elevado los niveles de seguridad alimentaria, según la FAO, que señala que Costa Rica mantiene un nivel de subalimentación menor a cinco por ciento, que la organización considera como “cero hambre”.

    “Aquí hablamos de que hay una lección aprendida: no es necesario talar los bosques para producir más alimentos”, señaló a IPS el director de la FAO en Costa Rica, Octavio Ramírez.
    Pese al incremento en cobertura forestal, la FAO señala que el valor medio de la producción de alimentos por persona aumentó 26% entre los periodos 1990-1992 y 2011-2013.

    La organización atribuye la mejoría boscosa a “los cambios estructurales realizados en la economía y la prioridad otorgada a la conservación y la gestión sostenible de los bosques”, que se traducen en una coyuntura socioeconómica específica que las autoridades costarricenses supieron aprovechar. “Tiene que ver un poco con la crisis de ganadería de esos años pero también el Estado costarricense le da prioridad al manejo de los bosques”, apuntó Ramírez.

    En el Estado de los Bosques, lanzado el 18 de julio, la FAO explica que durante gran parte del siglo XX los bosques costarricenses se consideraban “bancos de tierra”, que podían utilizarse según fuera necesario para satisfacer las necesidades agrícolas. “Era una mala acción el hecho de no botar (talar) el bosque. Era un sinónimo de vago o de no trabajar la tierra”.

    Pero en los años 80, dos factores se aliaron a favor de la protección forestal, según el economista ambiental Juan Robalino. Los precios de la carne se desplomaron y el turismo ecológico empezó a abrirse paso como una actividad de peso en el país, explicó el especialista de la Universidad de Costa Rica y del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza.

    “Esto abrió posibilidades para generar políticas interesantes como el programa de Pago por Servicios Ambientales (PSA) “, dijo Robalino, uno de los académicos que más ha estudiado el tema.

    El estudio de la FAO atribuye gran parte del éxito precisamente al PSA, un reconocimiento financiero por los servicios ambientales generados en las actividades de conservación y manejo de bosque, reforestación, regeneración natural y sistemas agroforestales.

    El objetivo del programa es mejorar la productividad de los cultivos respetando los recursos naturales propios de la zona. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    El objetivo del programa es mejorar la productividad de los cultivos respetando los recursos naturales propios de la zona. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Con las soluciones sanitarias crece su emprendimiento

    María Victoria Espinosa  (I) redaccion@revistalideres.ec

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    La limpieza y desinfección de los baños portátiles ayudó a que la empresa de soluciones sanitarias Sanigroup tenga acogida en el país. Con tres años en el mercado, el negocio tiene campamentos en Santo Domingo, Quito, Guayaquil, Cuenca, Manta, Esmeraldas, La Troncal, Portoviejo y Shushufindi. Además de una cartera fija de 200 clientes en 20 ciudades.
    Los campamentos cuentan con una planta de tratamiento para depositar los desechos sólidos sin contaminar el ambiente.

    Johana Guerra, una de las cuatro propietarias de Sanigroup, recuerda que iniciaron el emprendimiento con USD 60 000. Con ese monto compraron los primeros cuatro camiones y 60 baños portátiles, importados desde EE.UU.

    Esas soluciones sanitarias son fabricadas con polietileno. Tienen protección contra los rayos ultravioleta, tuberías de ventilación, un tanque resistente de 246 litros con líneas inclinadas para mantener la parte superior limpia y seca. “De esa forma, garantizamos un ambiente desinfectado a nuestros clientes”.

    Además, la firma ofrece lavamanos independientes, que no desperdician agua debido a que en el interior tienen dos tanques. Uno almacena el agua limpia y en el otro se acumulan los desechos, que luego son expulsados por una llave en la parte inferior. Otro servicio es la limpieza y mantenimiento de pozos sépticos.

    El negocio consiste en alquilar soluciones sanitarias (baños portátiles), para eventos sociales, corporativos al aire libre. También, para industrias o construcciones. “Nos alquilaban muy pocos baños la primera vez, pero luego los pedidos se hacían más grandes y ya no nos abastecíamos”, asegura el propietario David Noroña.

    Por eso invirtieron USD 2 millones para adquirir, de forma paulatina, 21 camiones y 1 180 baños. Además, el personal pasó de 10 a 55 trabajadores y se creó un departamento específico de eventos.

    Una innovación de la firma fue crear una plataforma informática con un chip integrado, que permite avisar al cliente y a la empresa cuando se desinfectaron los baños. El trabajador debe acercar su teléfono hasta el chip e instantáneamente le llegará un correo electrónico al cliente, para contarle las novedades de la limpieza. “Ese monitoreo nos ha servido para controlar y evaluar el servicio que prestamos”.

    Este emprendimiento fue creado por los amigos David Noroña, Johana Guerra, Diego Donoso y Sofía Proaño. La idea nació tras la boda de Diego y Sofía. Ellos le comentaron a David y a Johana una mala experiencia al contratar un servicio similar en su boda al aire libre. “Entre risas dijimos que deberíamos dedicarnos a eso. La idea tomó fuerza y hoy ofrecemos un servicio de calidad”.

    David, Diego y Sofía son los encargados de administrar las finanzas de la firma. Johana, de la atención al cliente, la publicidad y las relaciones públicas.

    Guerra recuerda con emoción que prestaron el servicio cuando el papa Francisco visitó Ecuador. En el parque Bicentenario de Quito instalaron 300 baños. Mientras que en el parque Samanes, de Guayaquil, colocaron 200 soluciones sanitarias. Además, se creó un remolque especial para el Papa con acabados de primera clase como tocador, espejos, aire acondicionado, agua permanente, despachador de papel higiénico, desinfectante, luces led, etc.

    Estos remolques también son utilizados por novias o altos ejecutivos en eventos corporativos. El servicio se ha prestado en las fiestas patronales y cantonales, proyectos hidroeléctricos, industrias y construcciones.

    Uno de sus clientes es Juan Rosas. Él alquiló por cinco meses los baños mientras construía su casa en Quito. “La limpieza ha sido muy eficiente, recibí una notificación a mi teléfono cuando el trabajo estuvo completo”. El Municipio de Guaranda igualmente solicitó las soluciones sanitarias.

    Sanigroup La firma se fundó en el 2013 con un capital de USD 60 000. Tiene nueve campamentos con plantas de tratamiento de residuos. Además, alquila baños portátiles.

    David Noroña, Johana Guerra, Sofía Proaño y Diego Donoso son los propietarios de Sanigroup, una empresa que nació en Santo Domingo y ofrece el servicio de baños portátiles. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    David Noroña, Johana Guerra, Sofía Proaño y Diego Donoso son los propietarios de Sanigroup, una empresa que nació en Santo Domingo y ofrece el servicio de baños portátiles. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Gobierno de Perú evalúa daño ambiental por derrame de petróleo en la Amazonía

    Agencia EFE

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    El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) de Perú envió un equipo de especialistas para evaluar el daño ambiental originado por un derrame de petróleo en la selva de la región amazónica de Loreto, según un comunicado difundido en Lima hoy, 10 de enero del 2016.

    Un grupo de trabajadores de la OEFA trabaja desde el viernes pasado en determinar las causas del derrame, el grado de daño ocasionado al medio ambiente y si el plan de contingencia fue activado de manera oportuna.

    El derrame se produjo hace una semana en el kilómetro 206 del oleoducto norperuano de la empresa estatal Petroperú, ubicado a 13 kilómetros del cruce con el río Mayuriaga, en la provincia de Datem del Marañon, en la región de Loreto.

    La OEFA indicó que hasta el momento no se conoce el volumen de petróleo derramado en el río debido a que esta información no fue incluida en el reporte de emergencia ambiental que la empresa presentó.

    Agregó que durante su desplazamiento a la zona afectada corroboró la presencia de petróleo sobre la superficie del río Morona y en la desembocadura de la Quebrada Cashacaño.

    Petroperú explicó hoy, en un comunicado, que la avería que presentaba el oleoducto ya fue controlada con la instalación de una grapa que cubre la fisura de 55 centímetros.

    La compañía peruana informó además que «trabaja en la limpieza y reparación del área afectada en coordinación con autoridades y pobladores de la zona» y ratificó su compromiso preservar el medio ambiente.

    Petróleo
    El barril de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cotizaba ayer, 22 de enero, en USD 22,89. Foto: EFE
  • El código ambiental traerá incentivos

    Redacción Quito (I)

    El Ministro del Ambiente, Daniel Ortega, habla sobre los compromisos adquiridos por Ecuador tras la cumbre en París contra el cambio climático, en diciembre. También ofrece detalles del proyecto de código orgánico ambiental, que se tramita en la Asamblea Nacional.

    ¿Cuáles son los compromisos puntuales que Ecuador asumió en la COP21?

    En París hubo grandes foros del sector empresarial sobre el rol que podían jugar las compañías privadas y eran los empresarios los que demandaban más acción. En ese contexto trajimos cuestiones muy concretas: nos reunimos con al directora del Fondo Verde para el Clima, que es parte de las Naciones Unidas, y confirmamos que sesionará en Guayaquil en octubre de este año.

    La importancia del Fondo está en el trabajo que cumple por frenar el cambio climático. No olvidemos que para eso existe un primer ofrecimiento de los países desarrollados por USD 100 000 millones y el fondo tiene la obligación de movilizar esos recursos, desde el 2020.

    ¿Por qué es importante que el Fondo sesione en Ecuador?

    Porque aquí se van a tomar decisiones sobre qué proyectos se podrán financiar. El fondo tiene un programa para que la empresa privada encuentre oportunidades comunes y creemos que podemos formar una alianza público privada, para potenciar una economía de servicios ambientales. Y por eso, desde febrero empezaremos talleres para compartir oportunidades para el sector productivo.

    ¿Qué otras acciones se desarrollarán en el Ecuador tras el encuentro de París?

    En la COP21 también tuvimos reuniones con autoridades ambientales de Corea del Sur, China y Brasil, para explorar áreas de trabajo. Corea del Sur está avanzando en potenciar servicios ambientales con el sector privado; China quiere invertir en parques industriales verdes en todo el mundo y creemos que con Yachay podemos permitir un encuentro público privado, para desarrollar inversiones de ese estilo en el país.

    También, en Ecuador existe un despliegue de política pública y este año vamos a alcanzar el 90% de energías renovables, lo cual es importante, porque vamos a exportar energía, además que permitirá disminuir la estructura de costos de producción del sector productivo incrementando su ventaja competitiva a nivel regional. Son pasos concretos como el programa Socio Bosque, en el que se invierten 10 millones de dólares al año, para preservar un millón y medio de hectáreas de bosque y áreas protegidas.

    ¿Cuál es el valor del sistema nacional de áreas protegidas?

    El sistema nacional de áreas protegidas representa el 20% del territorio nacional. De ese porcentaje se deriva una contribución directa de 275 millones de dólares al PIB, esto es cerca del 35% del PIB turístico. Hemos encontrado que por cada dólar invertido en el sistema nacional de áreas protegidas genera un retorno de 11 dólares. Este año vamos a incrementar la inversión en áreas protegidas, vamos a mejorar su infraestructura, su promoción, con deportes de aventura, turismo científico, etc.

    Estas son acciones concretas que vamos a ejecutar en términos de cambio climático. Estamos debatiendo el cambio de la matriz productiva y cómo hacer una transición hacia una economía de servicios ambientales, todo esto conecta la agenda global con la local y al mismo tiempo abre oportunidades para el sector empresarial.

    Las políticas públicas son importantes, pero también se necesita la participación de la empresas privada y del ciudadano común. ¿Que estrategia se usará para conectar la política pública con la empresa y con el ciudadano?

    Estoy convencido de que el sector privado ya tiene un compromiso con el ambiente. Por ejemplo, hemos visto que Ecuador es líder en recuperación de plástico pet y esto pasa porque el sector privado está preparado. Nosotros vamos a potenciar eso y conjuntamente podemos llegar a ser una potencia verde. Por eso, el marco normativo de París es muy importante, porque genera un sistema de incentivos a escala global que permitan la transición y brindar oportunidades al sector privado.

    Con la sesión del Fondo Verde para el Clima creemos que podemos acceder a parte de esos 100 000 millones de dólares, para formar alianzas publico-privadas o emprendimientos. De igual forma, siento que puede mejorar el tema del licenciamiento ambiental, siempre con cumplimento estricto de la normativa. Por eso, ya estamos trabajando con empresas de empaques, para reducir la necesidad o la cantidad de empaques, para reducir el desperdicio de alimentos.

    ¿Cómo avanza el acercamiento con la empresa privada en este tema de la reducción de empaques?

    Desde hace unos dos meses hemos tenido encuentros preliminares y pensamos establecer una plataforma de innovación ambiental. También, hemos hablado con la industria de neumáticos y con empresas que manejan residuos electrónicos. El sector industrial está listo para asumir este reto que se plantea.

    ¿Qué comentan los empresarios al respecto?

    Siento un gran compromiso hacia el Ecuador verde, hacia ser una potencia verde. Hay voluntad de dialogar y la meta es aportar en un año complicado.

    Usted menciona la frase ‘potencia verde’. ¿Qué implica esto y qué debe hacer el Ecuador para ser potencia?

    Es un esquema de dos elementos: el primero es la ecoeficiencia que genera oportunidades para provisión de servicios y aprovechamiento de recursos, lo que permite mayor sostenibilidad y brinda valor agregado a productos de exportación. El segundo elemento es reconocer avances y acompañar los procesos.

    ¿En qué etapa está el análisis del proyecto de código orgánico ambiental que trata la Asamblea?

    Tuvo el primer debate, existe un informe y vamos a iniciar consultas prelegislativas en el primer trimestre del año. Vamos a tener un diálogo para conocer demandas de la población y de distintos sectores. El código ambiental debe permitir incentivos claros para el sector privado.

    ¿Qué incentivos se presentan en este proyecto de código para el sector privado?

    Tenemos siempre los espacios de corresponsabilidad. Sin un rolimportante del sector público con inversión, normativa y con eficiencia en procesos, el sector privado puede encontrarse en una situación bastante compleja. Creemos que hemos garantizado esas condiciones y creemos que podemos acompañar más al sector privado, para que al código no se lo observe como una normativa más de obligatoriedad sino como una oportunidad adicional de desarrollar industrias.

    Esto lo tenemos que construir juntos al conocer las aspiraciones del sector privado. Por eso, invito al sector privado para sentarnos a conversar y conocer sus aspiraciones para ver cómo les gustaría ver traducidos los acuerdos globales en la normativa local y trabajar conjuntamente en un esquema de incentivos.

    ¿Existe un plazo para  aprobar el código?

    En la agenda legislativa el tratamiento y la aprobación del código están previstos para este año.

    Entrevista a Daniel Ortega, Ministro del Ambiente. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
    Entrevista a Daniel Ortega, Ministro del Ambiente. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
  • Las empresas juegan un rol vital en el cambio del mundo

    Por Paul Polman y Achim Steiner

    Como comunidad global hemos llegado a algo así como una encrucijada. Durante los últimos 200 años hemos vivido bajo un modelo de negocios aceptado. Extraer y explotar los recursos naturales del mundo fue casi la norma y muy pocos cuestionaron la veracidad de este sistema.

    Si avanzamos al 2015, las cosas han cambiado. De forma lenta pero segura, durante las últimas décadas ha aumentado la consciencia sobre temas ambientales. En el mundo actual, la vieja forma de hacer negocios ya no es viable. El precio que pagamos por apegarnos a las viejas costumbres nos rodea por todas partes.

    Basta con ver la última década. En Estados Unidos, el costo del clima extremo, incluyendo al Huracán Sandy y las sequías en California y Texas, ha superado los 300 000 millones de dólares. Si analizamos los desastres naturales ocurridos en todo el mundo, la cifra supera los 2 billones de dólares. En San Pablo, un lugar fuertemente dependiente de la energía hidroeléctrica, hemos visto la peor sequía de los últimos 80 años. Se estima que tan solo Unilever está incurriendo en costos asociados a los efectos del cambio climático de alrededor de 300 millones de euros, por año.

    Hay abundante evidencia que apoya la visión de que integrar el desarrollo sustentable con los modelos de negocios no afecta los estados financieros de una compañía, sino que de hecho, los mejora. Más allá de tener sentido comercial, la protección ambiental también es una fuerza motora del cambio social.

    Conocemos los beneficios. Ahora, a nivel compañía, necesitamos gente y organizaciones que lideren la implementación de la transición hacia una economía verde inclusiva, y que sumen a otros. Defensores de la Tierra, un premio de Naciones Unidas, reconoce a los individuos que están tomando este liderazgo.

    Un ejemplo es Natura, una empresa colega brasileña de productos cosméticos ganadora del premio “Defensores de la Tierra”. Natura garantiza aprovisionamiento sustentable de sus ingredientes y jerarquiza el empaquetado reciclable. Al adoptar un enfoque de ciclo de vida basado en eco-innovación, la compañía duplicó su tamaño entre 2007 y 2011. Los beneficios socio-ambientales de seleccionar proveedores con base en alta sustentabilidad costaron más de 750 000 dólares tan solo en 2012.

    La propia Unilever ha puesto a la sustentabilidad en el centro de sus operaciones, cadena de proveedores, innovación y marcas. Es un imperativo moral y comercial. El Plan de Vida Sustentable de la compañía ha demostrado que reduce costos y riesgo, que impulsa el crecimiento e impregna un sentido de propósito en toda la organización, lo que atrae y retiene empleados. En enero de este año, Unilever anunció que actualmente envía cero desperdicios a rellenos sanitarios, ahorrando 200 millones de euros en toda nuestra red de fábricas. Además, anunció el ahorro de 1 millón de toneladas de CO2, y un ahorro futuro de 100 millones de euros en manufactura. En 2014, las marcas más sustentables de Unilever crecieron dos veces más rápido que el resto de la organización. A la luz de dicha evidencia, el caso comercial a favor de la sustentabilidad es claro. En términos más sencillos, simplemente no es posible tener una empresa fuerte y en funcionamiento en un mundo de desigualdad, pobreza y cambio climático. La empresa tiene que ser parte de la solución.

    Estos temas serán puestos bajo los reflectores esta semana conforme algunas de las mentes más influyentes del mundo se reúnan en Nueva York en el marco de la cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU, donde se discutirán algunas de las decisiones más importantes que enfrenta el mundo ahora.

    Trabajar en sociedad para alcanzar estos objetivos es una de las metas clave de esta cumbre. Esta colaboración debería llevarse a cabo en todo nivel, desde los CEO hasta los productores. Dicha sociedad podría incluir el apoyo a los pequeños agricultores del mundo para que puedan producir, vender y comer alimentos más nutritivos o empoderar individuos de algunos de los países más pobres del mundo para que mejoren las comunidades donde viven, así como sus propias vidas.

    El desafío es que todos los países y todas las partes de la sociedad trabajen conjuntamente de tal forma que puedan alcanzarse los objetivos, así como el estrechamente interrelacionado acuerdo climático que se acordará en París, en diciembre. Por eso, la edición de este año del premio Defensores de la Tierra apunta a apoyar los objetivos ilustrando, con los ejemplos de los galardonados, que la transición a modelos comerciales incluyentes, sustentables, de poco consumo de carbón y uso eficiente de recursos, no solo es posible sino que ya está en progreso.

    Ahora es el momento de actuar. Cabe esperarse que las generaciones futuras vean al 2015 como el año en que todo cambió. Sin cambios profundos en la forma en que operamos, seguiremos pagando el precio de nuestra falla para adaptarnos. El costo humano de dicha falla sería devastador.

    Paul Polman es CEO de Unilever y presidente del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable. @PaulPolman.

    Unilever ha sido nombrada empresa líder según los resultados del Índice de Sustentabilidad Dow Jones (DJSI) 2015.

    Paul Polman
    Paul Polman es CEO de Unilever y presidente del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable. Fotografía tomada de http://www.businessdailyafrica.com
  • Gonzalo Muñoz: La empresa debe solucionar problemas

    Xavier Basantes

    Editor del Semanario LÍDERES Entrevista vía Skype, desde China

    El Foro Económico Mundial  reconoce a Gonzalo Muñoz como Emprendedor Social del Año. Él participará en el XII Congreso Industrial del Ecuador, ‘Consolidando empresas sostenibles’, este 24 de septiembre en Quito y contará la experiencia de su firma TriCiclos, en Chile.

    ¿Cómo se pueden consolidar empresas sostenibles?

    Para entender la pregunta, primero hay que indexar el concepto de sustentabilidad al de empresa. Esos dos ámbitos han ido por caminos distintos. La sustentabilidad se ha tendido a asociar más con ONG, fundaciones, y las empresas han sido entendidas como organizaciones cuyo único fin es maximizar las utilidades para el accionista. Con esa perspectiva, no hablamos de empresas que están dejando de buscar la rentabilidad financiera, sino que esa rentabilidad debe estar sujeta a lograr un retorno en sustentabilidad.

    ¿Por qué es necesario ese retorno en sustentabilidad?

    Hoy en día, como humanidad, vivimos un proceso en el que tenemos suficiente información que nos hace ver que corremos riesgos como civilización. Hemos superado una serie de límites en el ecosistema, como en la convivencia de los seres humanos. No hemos tomado en consideración que el planeta tiene límites. Muchas veces encontramos que las empresas quedan fuera de esta conversación y ese es un craso error, la empresa no está aislada de la sociedad, ni del ambiente.

    ¿Cómo dar ese paso crucial hacia alcanzar ese objetivo?

    Es un buen punto, porque hace 10 o 15 años eran pocas las empresas que estaban conscientes de esto; la toma de conciencia en sí mismo es un paso. No quiero desvalorizar, pero al menos este tema se empieza a tomar en consideración.

    Ahora, lo que debe ocurrir es que lo tomemos en serio; inclusive, desde la óptica que aquellas empresas que no se involucren en el ambiente de sustentabilidad, corren serio riesgo. Hoy en día existen indicadores que permiten entender el nivel de riesgo que tiene una empresa cualquiera, dada la crisis global a la que nos enfrentamos.

    Cualquier organización está interactuando con dinámicas globales y, por lo tanto, lo que ocurra con una crisis de refugiados o con un hecho de contaminación en Asia, o un conflicto en Oriente Medio puede afectar el desarrollo de una empresa.

    Con esos ejemplos, algunas empresas pueden decir: ‘eso no me afecta, porque sucede en otras regiones del mundo’.

    Ese es un error grave. Lo que debiéramos estar observando como empresarios sudamericanos hacia el mundo es que Sudamérica se ha posicionado durante un par de siglos como gran proveedor de materias primas y eso ha conllevado una tensión brutal en la relación de las empresas con la sociedad y el medioambiente.

    Como empresarios tenemos una enorme responsabilidad sobre qué usos damos a los recursos naturales de nuestros países. Además, qué relación establecemos con la sociedad en la que estamos inmersos y desde ese punto de vista qué posicionamiento tomamos hacia el mundo.

    Tú puedes quedarte en la posición de que “esto a mí no me afecta”, o puedes tomar una postura de liderazgo. Lo que hacemos los empresarios en Sudamérica es usar los recursos naturales y si los usamos de forma adecuada no solo podemos evitar degradarlos, debemos empezar a regenerarlos. Puede ser un extraordinario negocio regenerar los recursos ecosistémicos no solo para nuestros países sino para la región, porque es un solo planeta.

    En una situación económica compleja, ¿cómo se pueden articular estos conceptos de ser una empresa sustentable, sostenible, y al mismo tiempo cómo generar utilidades? ¿En épocas de bonanza se articulan mejor estos conceptos?

    Para mí no tienen nada que ver las épocas de bonanza o crisis, los ciclos económicos son recurrentes. Muchas veces se agravan en sociedades que son más desiguales o en las que hay conflictos latentes no resueltos, pero todo empresario debe saber navegar en momentos de crisis y bonanza. Las dinámicas de sustentabilidad debemos incorporar no por el hecho de estar en bonanza y no las debemos dejar de lado, porque consideremos que los momentos ahora están más difíciles.

    ¿Cómo abordar la sustentabilidad en las empresas?

    Tiene que ver con internalizar externalidades, tiene que ver con considerar todos los costos que implica cada una de las prácticas que tenemos en nuestra empresa. Por lo tanto, si hacemos eso, pasamos a ser una empresa que está considerablemente mejor adaptada a los cambios y es una empresa más resilente, que pasa a ser pionera e indica hacia dónde debe caminar la industria. Y no solo es una empresa más sólida desde cómo hace las cosas sino que pasa a tener la facilidad de abordar oportunidades en momentos de crisis.

    ¿Hay ejemplo de aquello?

    Las empresas B (Bcorp) en EE.UU. han sido 66% más resilentes a la crisis financiera que empresas similares. ¿Por qué ocurre eso? Porque atraen una lealtad mayor desde todo punto de vista y es obvio que así sea. Las empresas Bcorp buscan generar bienestar para la sociedad; hacen que los empleados, proveedores, clientes y accionistas sean más leales. Contribuyen a solucionar problemas sociales y ambientales.

    En este contexto, ¿cuál es la experiencia de TriCiclos que ha motivado el galardón del Foro Económico Mundial como Emprendedor Social?

    En TriCiclos pusimos en práctica mucho de lo que hemos conversado. Los tres fundadores veníamos de dirigir empresas convencionales en procesos de crisis. Triciclos comenzó conceptualmente en el 2008 y su fundación fue el 2009. Estábamos en el proceso de caída de Lehman Brothers, en plena crisis financiera global. Nos dimos cuenta que parte de esa crisis tenía que ver con una crisis de comprensión de los recursos que había en el sistema y de posicionamiento del rol de las empresas a nivel global.

    ¿Qué es lo que hicieron?

    Lo primero fue calcular los costos que una empresa debía disminuir al mínimo en cuanto a sus externalidades negativas y convertirlas en algo positivo. Nos lanzamos creyendo que estábamos inventando la rueda y al poco andar nos dimos cuenta que muchas personas en el mundo y desde hace décadas crearon empresas con esta lógica.

    Desde ese punto de vista, lo que estábamos haciendo es seguir el camino de empresas como Patagonia (marca de ropa), que venían con una lógica de contribuir a la sociedad, al medioambiente. Lo que nos ocurrió fue que llegamos al tema de los residuos: la oportunidad que se presentaba era usarlos como un mecanismo de toma de conciencia de la ciudadanía, de las empresas.

    Creamos un modelo que permite que los ciudadanos tomen conciencia y entendiendo que uno de los grandes temas asociados con la basura es cultural y logístico, que la basura es un error de diseño podamos resolverlos en interacción con el ciudadano potenciando su rol de consumidor responsable. Al inicio nos costó.

    ¿Qué dificultades tuvieron y cómo está hoy TriCiclos?

    La primera dificultad es que nos dijeron “ustedes están locos, eso no va a funcionar, es imposible, ni siquiera funcionaría en Suecia mucho menos en un país sudamericano”. Esa dificultad la seguimos viviendo hasta el día de hoy, no es algo para nada resuelto a pesar de que TriCiclos ha crecido bastante y ha tenido muchos reconocimientos y validación en el mercado. Allí está el reconocimiento del Foro Económico Mundial.

    Gonzalo Muñoz Vive en Sao Paulo desde donde apoya el crecimiento de las empresas B e internacionalizando el modelo de TriCiclos. Foto: Cortesía.
    Gonzalo Muñoz Vive en Sao Paulo desde donde apoya el crecimiento de las empresas B e internacionalizando el modelo de TriCiclos. Foto: Cortesía.