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  • La ‘app’ para proteger al manglar ecuatoriano

    Redacción Quito

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    redaccion@revistalideres.ec

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    En Ecuador se podrán denunciar afectaciones al ecosistema del manglar a través de la aplicación Manglar App, que facilitará la comunicación entre comunidades e instituciones involucradas en la gestión del manglar.

    Se trata de una iniciativa impulsada por la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), con la participación de la Subsecretaría de Gestión de Gestión Marina y Costera del Ministerio del Ambiente, la Subsecretaría de Recursos Pesqueros del Ministerio de Producción y Comercio Exterior y organizaciones que trabajan bajo los Acuerdos de Uso Sustentable y Custodia de Manglar. La Corporación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) ha colaborado al proyecto con financiación y asistencia técnica para el desarrollo de la ‘app’.

    Mediante los Acuerdos de Uso Sustentable y Custodia de Manglar se concesiona a comunidades y organizaciones un área determinada de este ecosistema, para su aprovechamiento sustentable. De acuerdo con el Ministerio del Ambiente, hasta el año pasado, alrededor de 65 000 hectáreas de manglar se encontraban otorgadas bajo este mecanismo.

    Las comunidades que poseen dichos ‘acuerdos’ se comprometen a proteger este ecosistema con actividades de pesca sostenible y acuicultura, turismo sustentable o denuncia de actividades que afecten al mismo.

    Fabián Reyes, docente investigador de la UTPL involucrado en el proyecto, señala que para las comunidades es difícil custodiar el manglar y realizar los procesos de denuncia. “Al intentar realizar las denuncias se encuentran con varios inconvenientes. El tiempo que invierten en hacer la denuncia, los recursos invertidos, la falta de respuesta y transparencia de entidades de control a las denuncias presentadas, la inseguridad y falta de respaldo de las autoridades a la hora de poner la denuncia”.

    Las instituciones encargadas de la gestión del manglar y la atención de denuncias también enfrentan problemas, como el poco personal y la falta de equipamiento, o la deficiente coordinación entre instituciones, asegura el investigador de la UTPL.

    Con el objetivo de dar solución a estas problemáticas, surge la idea de desarrollar una aplicación que permita mejorar los procesos de gestión y control del manglar, así como facilitar los procesos de denuncia. “El objetivo del proyecto fue crear una aplicación Android e iOS, para la notificación y monitoreo de problemas ambientales en los manglares custodiados por organizaciones y usuarios tradicionales, y los esteros y mar aledaños a estas áreas”.

    Con Manglar App se busca disminuir los tiempos de denuncia y notificación, reducir costos y generar insumos para la gestión del manglar, como datos estadísticos para una mejor planificación de dicha gestión.

    Finalmente, se busca fortalecer las relaciones entre los actores involucrados en la gestión del manglar.

    La descarga

    Para usar Manglar App será necesario registrarse, para evitar la saturación de la ‘app’ y las denuncias falsas. Una vez registrado, el usuario puede realizar su denuncia según el tipo de anomalía: tala, contaminación, invasiones, delincuencia marítima, técnicas de pesca no permitidas, recolección de cangrejo en época de veda, etc.

    Para cada caso, existe un menú con los requerimientos mínimos para realizar la denuncia. Además, la interfaz cuenta con un botón de pánico para contactarse con el 911 y denunciar delitos flagrantes.

    Actualmente, el desarrollo de la ‘app’ ha superado la etapa de investigación y prototipado.

    Hasta el año pasado, alrededor de 65 000 hectáreas de manglar estaban concesionadas a comunidades. Foto: archivo / LÍDERES
    Hasta el año pasado, alrededor de 65 000 hectáreas de manglar estaban concesionadas a comunidades. Foto: archivo / LÍDERES
  • Una aplicación nacional enfocada en el trabajo

    Redacción Líderes

    Dos jóvenes ecuatorianos participan en el programa de emprendimiento TrepCamp, en Estados Unidos, con la aplicación GIG y esperan llegar a la final.

    Se trata de Andrea Jurado y Henry Villavicencio, estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), quienes compiten en este programa de entrenamiento para emprendedores.

    El TrepCamp se realiza en varias ciudades del mundo y durante tres semanas busca desarrollar las habilidades emprendedoras de los participantes a través de simulaciones de emprendimiento.

    Los jóvenes ecuatorianos ingresaron al programa mediante evaluación, proceso en el que obtuvieron una beca parcial para participar en la sede del TrepCamp en Silicon Valley. La EPN ayudó a los estudiantes cubriendo los costos adicionales; además, les brindó apoyo legal y asesoría.

    En el programa, Jurado y Villavicencio, junto con estudiantes de Argentina y México, idearon, diseñaron y desarrollaron una ‘app’ denominada GIG.

    Es una plataforma que busca brindar trabajo a personas sin estudios formales, pero que tienen habilidad y conocimiento para realizar diferentes oficios. “Estas personas no suelen tener trabajo estable y reciben un bajo salario. Les resulta difícil encontrar clientes y publicitar sus servicios”. A ellos se dirige la aplicación y está pensada para operar en países de Latinoamérica, señala Jurado.

    La ‘app’ funciona de manera colaborativa. Los prestadores del servicio se registran en la aplicación, mediante correo electrónico o conectando su cuenta de Facebook o Google. Luego, deben ingresar sus credenciales para verificar la identidad. Finalmente, pueden ofertar sus servicios, que están clasificados por categorías, como plomería, pintura, carpintería, entre otros oficios.

    Los usuarios, a su vez, pueden contratar el servicio deseado, elegir al prestador del servicio y dar una calificación a la persona.

    El equipo se encuentra compitiendo para llegar a la final del TrepCamp y obtener una financiación de USD 10 000 para implementar el proyecto. Actualmente han superado varias etapas, dejando atrás a equipos de otros países.

    El 26 y 27 de septiembre presentarán la primera versión de GIG a inversores, mediante videollamada. El objetivo es quedar entre los cinco mejores equipos, para defender el proyecto en el Congreso 4YFN, en Los Ángeles .

    Jurado, estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones, y Villavicencio, quien estudia Ingeniería en Redes de Información, explican que su aporte al proyecto es en el área técnica, pues los integrantes de Argentina y México estudian carreras relacionadas con la economía y el Marketing. “Trabajar con jóvenes de otras nacionalidades ha sido muy enriquecedor, pues cada uno ha aportado con sus conocimientos, cultura”, comenta Villavicencio.

    Los estudiantes retornaron a Ecuador hace pocas semanas, para terminar su tesis de grado.

    Henry Villavicencio y Andrea Jurado son estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Henry Villavicencio y Andrea Jurado son estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Los servicios de belleza a domicilio, en una aplicación

    Redacción Quito

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    redaccion@revistalideres.ec

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    A finales de 2017, Diego Espín y su hermana idearon Beautify. Una aplicación bajo demanda (on-demand) que conecta a clientes con profesionales del cuidado corporal.

    El desarrollo fue un gran reto para el equipo, compuesto de cuatro personas, por hacerse enteramente en Ecuador. “Desarrollar una aplicación de estas características no es fácil. Se deben tomar en cuenta muchos factores que influyen en la experiencia de uso”, señala Espín, quien asegura que se ha construido la ‘app’ para que sea escalable y soporte una gran base de usuarios, de unos pocos miles hasta varios millones.

    Previo al lanzamiento oficial, se probó un prototipo con ayuda de familiares y amigos. Se corrigieron errores en la interfaz y salió al mercado en marzo de 2019.

    En el proyecto se invirtieron USD 250 000, dinero destinado a pagar desarrolladores y contratar los servicios en la nube Google y Amazon. Espín, CEO de la empresa, comenta que la aplicación es de gran ayuda para la mujer actual, pues esta tiene mucho trabajo y carece de tiempo para dirigirse a un centro de belleza. Según el directivo, esta es la razón que explica su rápido crecimiento.

    Actualmente Beautify cuenta con 7 000 descargas en Android y IOS; además, se han registrado 4 000 profesionales, de las que 800 ya se encuentran trabajando.

    Para trabajar en la aplicación es necesario pasar por un proceso de selección, en el que se verifican títulos profesionales, certificados, antecedentes, referencias y se realizan pruebas de aptitud.

    Lidia Moncayo es una de la profesionales Beautify. Ella cuenta con una experiencia de 12 años brindando servicios de belleza. En la aplicación ofrece manicura, pedicura, maquillaje y peluquería. “Estoy encantada con la aplicación. Me ha permitido compartir más tiempo con mi familia. Además, mi horario es muy flexible, puedo acordar los servicios que quiero. Gano lo mismo que en un centro de belleza, pero con menos esfuerzo”, asegura.

    La aplicación cuenta con una interfaz limpia y fácil de usar. La pantalla inicial permite seleccionar la ciudad, Quito o Guayaquil; luego elegir entre los distintos servicios agrupados por categorías: cabello, uñas, masaje, depilación o maquillaje. Finalmente, el usuario debe seleccionar el método de pago.

    Gabriela Edgerton usa los servicios de Beautify desde el lanzamiento de la ‘app’. Contrata regularmente los servicios para manos, pies, cabello, cutis o masajes. “En mi casa toda la familia usa la ‘app’. Su ventaja es que permite ahorrarse mucho tiempo. Además, su uso es muy sencillo y los servicios se hacen en la comodidad del hogar”, asegura.

    En Beautify existen dos categorías que agrupan a sus profesionales, estándar y premium. Esto se determina según la calificación que recibe la prestadora al final de cada servicio.

    Por ahora la empresa ha crecido con poca inversión en publicidad, pero para octubre de 2019 está programado el lanzamiento de una gran campaña de promoción.

    La actualización más reciente que ha recibido la aplicación son los códigos promocionales. Estos se comparten entre usuarios y permiten obtener descuentos en los servicios a domicilio.

    La pequeña empresa trabaja actualmente en la Comunidad Beautify, una iniciativa para brindar beneficios de capacitación y formación profesional a sus colaboradoras, a través de convenios con otras empresas.

    Para este año, su proyección de ingresos es de USD 200 000. La siguiente ciudad en la que empezará a funcionar Beautify es en Cuenca, a comienzos de 2020.

    Diego Espín, fundador y CEO de Beautify, junto al equipo de desarrollo de esta ‘app’ ecuatoriana. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Diego Espín, fundador y CEO de Beautify, junto al equipo de desarrollo de esta ‘app’ ecuatoriana. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Una ‘app’ acompaña a los niños con cáncer

    Redacción Quito

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Con un enfoque social y dirigido a la salud, Paola Ortiz y Kimberly Muñoz crearon la aplicación Kusi. Esta herramienta funciona en el sistema operativo Android y contiene información sobre los cuidados paliativos para niños con cáncer.

    Sus creadoras idearon esta iniciativa como parte de su trabajo de tesis. Ellas estudian diseño web y aplicaciones multimedia en la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol). Gracias a un convenio con el hospital Solca, vincularon el proyecto con esta institución y contaron con la asesoría de doctores y enfermeras.

    El proceso de creación de Kusi duró cuatro meses. Inició con investigación y reuniones con profesionales de Solca, para determinar el contenido y sus funcionalidades. El lanzamiento oficial fue en julio del 2019.

    La ‘app’ presenta a un personaje animado llamado Felipe que interactúa con los niños y les da consejos e información sobre el tratamiento de su enfermedad.

    En la interfaz de Kusi predominan los colores amarillo y morado. Ortiz explica que este combinación cromática se debe a estudios que aseguran que los niños responden de mejor manera al estímulo de estos colores.

    La aplicación tiene cuatro funcionalidades principales: guía, diario, alimentos y frases.

    La guía explica los efectos secundarios de la quimioterapia para tratar el cáncer, como el dolor o la fiebre. El diario permite dar seguimiento al estado emocional y físico del paciente. En alimentos se recopila recetas para una correcta nutrición. Las frases buscan motivar y levantar el ánimo de los niños cuando están tristes.

    Luego de publicar Kusi en la tienda de aplicaciones de Android, Ortiz y Muñoz la presentaron en Solca, a los niños que allí se atienden. Ellas recogieron sus opiniones. “A los niños que usaron Kusi les gustó mucho nuestro personaje Felipe. Se divirtieron y al mismo tiempo aprendieron”, asegura Muñoz.

    Diego Carrera, docente de la Facultad de Arte, Diseño y Comunicación Audiovisual de la Espol, acompañó a las estudiantes en el proceso de desarrollo de Kusi. Él asegura que es una iniciativa novedosa y espera que el proyecto pueda continuar. “Motivamos a Paola y Kimberly a mantener Kusi y continuar con su desarrollo. También es importante que el Estado financie y dote de recursos a este tipo de ideas, que tienen un alto impacto”, comenta.

    Para Carrera, la importancia de Kusi radica en que gracias a su diseño, sencillo y amigable, los niños son más abiertos y receptivos a las indicaciones del doctor; además, puede ser una potente herramienta a la hora de evaluar la evolución del tratamiento. 

    Los detalles

    Kusi se lanzó a finales de julio, en Android, y cuenta con más de 50 descargas.

    Cuatro meses tardó la investigación y desarrollo de Kusi. El desarrollo se lo hizo en la herramienta Android studio.

    Felipe es un personaje animado presente en la aplicación, que acompaña y explica a los niños el funcionamiento y contenido de Kusi.

    Los colores amarillo y morado, que predominan en la ‘app’ son los preferidos por los niños.

    Una función extra de la ‘app’ es un botón que permite al usuario comunicarse con la línea paliativa de Solca.

    Paola Ortiz y Kimberly Muñoz son las desarrolladoras de Kusi, como parte de su trabajo de tesis en la universidad Espol. Foto: cortesía
    Paola Ortiz y Kimberly Muñoz son las desarrolladoras de Kusi, como parte de su trabajo de tesis en la universidad Espol. Foto: cortesía
  • Este ‘delivery’ llega a ciudades pequeñas

    Patricia González

    Redactora (I)

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    En moto o bicicleta, los repartidores de pedidos a domicilio se han vuelto parte del paisaje urbano en las grandes ciudades del país, como Quito y Guayaquil, con la llegada al Ecuador de aplicaciones de ‘delivery’ internacionales.

    Carlos Zabala y Stalin Hernández, oriundos de El Coca, en el oriente del país, se dieron cuenta de que las pequeñas urbes no tenían el mismo acceso a este tipo de servicios basados en las nuevas tecnologías móviles.

    Los dos jóvenes venían emprendiendo, por separado, en diferentes áreas: diseño de marcas, producción audiovisual, gastronomía, producción musical. Hace un par de años, trabajaron juntos por primera vez, en la realización de videos musicales, en Quito.

    Fue durante ese proyecto que Carlos le propuso a Stalin asociarse para desarrollar una ‘app’ de reparto a domicilio, enfocada en las pequeñas ciudades. Hernández, quien buscaba trabajar en algún proyecto tecnológico, aceptó.

    Stalin estuvo al frente del desarrollo tecnológico de la primera versión de la aplicación, para la cual solicitaron un crédito de USD 10 000, en una cooperativa. En noviembre del 2017, lanzaron ‘Parallevar’ en El Coca.

    La ‘app’ ofrece seis categorías a los usuarios: comida, licores, supermercados, regalos y tecnología, farmacia y mandados. Una vez hecha la solicitud del pedido, el aliado recibe la orden y automáticamente la aplicación asigna al ‘correcamino’ (repartidor) más cercano. El usuario tiene la opción de rastrear por GPS al repartidor. El promedio de tiempo de entrega es de 30 a 40 minutos.

    Parallevar trabaja con 90 aliados. Por cada venta que se concreta por la aplicación, cobra el 15%.

    Gracias a que obtuvieron otro crédito por USD 50 000, en noviembre del pasado año abrieron operaciones en Manta (Manabí). Y hace unos meses en Portoviejo.

    Panadonuts, un local de venta de donas y otros productos de panadería y pastelería, es uno de sus aliados en Manta, desde junio pasado. En dos meses, el local ha entregado 60 pedidos por la ‘app’.

    “Para mí fue algo novedoso e interesante porque se amplía el mercado sin necesidad de tener más locales”, comenta Henry Roldás, propietario del negocio. A través de Parallevar, Panadonuts ofrece un combo especial de 12 donas, con el que el envío no tiene ningún costo.

    Leonor Soledispa utiliza la ‘app’ desde hace un año, en El Coca, para hacer pedidos de comida, productos en farmacias o incluso para entregas de documentos (mandados). “Es excelente. Los pedidos siempre llegan a tiempo”, comenta esta usuaria.

    Las entregas están a cargo de 27 ‘correcaminos’ entre las tres ciudades. Por usar la aplicación cancelan USD 40 de inscripción y un dólar por día. Sus ganancias son el costo de las carreras por envío. La firma analiza contratar a un equipo de repartidores en un futuro.

    El grupo empresarial Marco Raúl, con amplia experiencia en retail, invirtió USD 200 000 en Parallevar, en junio pasado, lo que les permitirá consolidarse y expandirse en otras ciudades e invertir en un proyecto de supermercados ‘delivery’, que llevará el mismo nombre de la aplicación.

    Carlos Zabala y Stalin Hernández son los creadores de la aplicación Parallevar, lanzada en noviembre del 2017.
    Carlos Zabala y Stalin Hernández son los creadores de la aplicación Parallevar, lanzada en noviembre del 2017. Foto: Cortesía Parallevar
  • Esta plataforma de servicios mira hacia el exterior

    Evelyn Tapia

    Redacción Quito (I)

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    Contratar los servicios de un plomero, un pintor o un electricista puede generar inconvenientes por la informalidad.

    A algunas personas les genera temor contratar a un desconocido que ofrezca esos servicios en la calle. Y, a veces, los maestros que se dedican a varias tareas no ofrecen un trabajo garantizado o cobran de acuerdo al sector donde vive el potencial cliente.

    Conscientes de estos y otros problemas, Juan Carlos Rivadeneira y Guillermo Conesa crearon hace dos años Aló Maestro, una plataforma on line que permite contratar obras con maestros que han sido previamente calificados y han recibido capacitación.

    El año pasado, el negocio facturó USD 100 000 y este 2019 se espera triplicar esa cifra.
    Este año, los emprendedores se preparan para dar dos pasos más. El primero es extender el servicio de la aplicación a Guayaquil. Esperan que esté disponible desde el segundo semestre del año.

    El segundo paso es un plan piloto con el que esperan llegar en el 2020 a tres países de la región Perú, Chile y Colombia. Para el 2021 aspiran ofrecer sus servicios en más lugares. Para alcanzar la meta de expansión internacional, Aló Maestro estima que se requerirán unos USD 250 000.

    El proceso de crecimiento de este emprendimiento se apalancó, los dos primeros años, en incrementar los tipos de servicios que se ofrecen y en realizar mejoras tecnológicas para automatizar lo más posible el trabajo, controlar mejor la calidad de las obras y evaluar a los maestros, cuenta Rivadeniera.

    La inversión para arrancar el negocio fue de USD 80 000 y el año pasado, se requirieron unos USD 150 000 más.“Cuando empezamos teníamos solo un técnico para cada una de las tres áreas que atendíamos: electricidad, plomería y pintura. Ahora tenemos 30 maestros y damos servicios en más áreas”, dice Rivadeneira.

    Lo nuevo que se sumó fue: reparación y mantenimiento de línea blanca, instalación y revestimiento de pisos y paredes, instalación de cielos rasos, cerrajería y armado de muebles. Al mes, Aló Maestro atiende unos 200 requerimientos en Quito.

    Conesa, que está a cargo del desarrollo tecnológico, explica que ha sido clave ir automatizando la mayor parte de los procesos y ofrecer más seguridades y comodidades a los clientes. “Al principio el trabajo era más manual. La orden que ingresaba se metía en un Excel, ahora hay un sistema que lo hace y, además, permite geoposicionar al maestro. Eso nos permite conocer el tiempo de llegada y evitar problemas de retrasos”, explica.

    La plataforma, además, implementó un sistema de puntuación en el que se evalúan a los maestros de acuerdo a su desempeño en cada trabajo y a cómo responden a los requerimientos de calidad de la empresa. Así, los que tienen mejores puntajes reciben más órdenes para trabajar.

    Mientras que para el cliente, la inversión en tecnología le ha permitido a la empresa ofrecer facilidades como botones de pago online a través de tarjeta, facturación electrónica y actas de entrega de recepción digital en las que el cliente firma con su dedo en un dispositivo electrónico.

    Juan Carlos Rivadeneira y Guillermo Conesa crearon hace dos años Aló Maestro.
    Juan Carlos Rivadeneira y Guillermo Conesa crearon hace dos años Aló Maestro. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Ella lidera una ‘start up’ con sede en California

    Redacción Quito

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    Es una geek y está comprometida con el mundo de las ‘start up’, en California. Como buena emprendedora Karla Valdivieso conoce de cerca las caídas, pero también los éxitos en los negocios.

    Nació en Cuenca, vivió en Estados Unidos y regresó al Ecuador para estudiar la universidad en su ciudad natal. Luego se mudó a Guayaquil, donde empezó su camino en el retador ritmo del emprendimiento. Hoy vive en Los Ángeles, California, desde donde dirige Kargoo, la ‘start up’ que fundó y que apunta alto con un servicio que conecta a viajeros con personas que buscan productos en distintos países, en especial en EE.UU. 

    Esta ecuatoriana cuenta que lleva cerca de ocho años en el mundo de los emprendimientos de base tecnológica. Una de sus primeras ideas fue una plataforma para posicionar el café de América Latina en otros continentes. La idea era que los caficultores vendan el grano directamente, sin intermediarios. El problema que tuvieron fue que los envíos tenían costos demasiado elevados. Pese a los esfuerzos, la idea no prosperó.

    Ese tropezón estaba dentro de las posibilidades. Eso lo sabía Valdivieso, quien en sus tiempos libres practica surf y cross fit.

    Con 30 años, casada y llena de ideas en la cabeza, esta emprendedora ya cuenta con experiencia en proyectos, desarrollo de aplicaciones y sistemas inteligentes. Una de sus obsesiones es que el usuario de sus productos quede satisfecho con su uso. “Soy muy estricta conmigo misma. Por eso dedico días enteros para cumplir objetivos con mi equipo”, dice en una conversación telefónica con LÍDERES, días atrás.

    Gustavo Gaviria, otro emprendedor ecuatoriano que tiene una aplicación, la conoce desde hace dos años y destaca la manera de trabajar que tiene Valdivieso. “Cumple lo que se propone, es una amalgama entre pasión, creatividad, decisión y ejecución”.

    Según Gaviria, la cuencana tiene una metodología que la denominó: que pasaría si. “Esto le permite predecir cualquier eventualidad o peor escenario del proyecto y gestionarlo antes de que pueda suceder”. Con esa metodología, Gaviria cree que ella seguirá construyendo y adelantándose a los demás.

    Valdivieso es una convencida de que la tecnología permite que los emprendimientos se potencien y crezcan. “En Kargoo la clave es la tecnología que la hemos desarrollado con un socio”. La aplicación utiliza ‘machine learning’, una rama de la inteligencia artificial. Con esta tecnología la ‘app’ está en capacidad de reconocer un producto legal y uno ilegal. “Es como un bebé que ya habla y sabe los productos ilegales”, describe emocionada.

    Para desarrollar la ‘start up’, Valdivieso y su equipo levantaron una primera inversión que bordeó los USD 100 000. Ahora están buscando inversionistas que deseen participar de la iniciativa. Ella cuenta que piensan ceder hasta un 15% de la ‘start up’ a cambio de recursos para hacerla crecer.

    El día a día de esta emprendedora se desarrolla entre viajes y reuniones de trabajo. Para distraerse le gusta caminar y asistir a ‘pitchs’ en donde escucha cómo otros emprendedores venden sus ideas a posible inversionistas. Además le gusta ver series en Netflix: hoy en día está enganchada con ‘Club de cuervos’.

    Para sus conocidos, Valdivieso es una mujer llena de entusiasmo. Sebastián Torres, arquitecto paisajista, es uno de los mejores amigos de la cuencana. Él la conoce desde el 2011 y asegura que la fundadora de Kargoo es una persona luchadora que tiene siempre las metas claras. “Para cumplir sus objetivos se toma su tiempo, pero siempre las cumple”.

    Torres estuvo junto a Valdivieso en el viaje en el que surgió la idea de crear un servicio que conecta a viajeros con compradores. Recuerda que la idea se escribió en una bolsa para mareo de un avión.

    Otra opinión es la de Johanna Heredia, otra emprendedora cuencana. Ella la conoce desde la niñez y la califica como una mujer perseverante, que destaca en el mundo de la tecnología, en donde la mayoría de profesionales aún son hombres. “Su idea es muy interesante. Su virtud es entender al mercado de manera global. Tiene una manera distinta de ver las cosas, además viene de un hogar muy trabajador, de una familia bastante emprendedora”.

    Para Heredia una de las virtudes de Valdivieso es que está educando al consumidor. “El comprador del país aún está migrando al comercio electrónico y Karla está enseñando a la gente a usar las nuevas tecnologías”.

    Valdivieso no descansa y sigue pensado en nuevos servicios. “Siempre estoy pensando en mi siguiente paso”.

    La ‘app’ de compra y envío de productos

    Karla Valdivieso tuvo la idea de crear Kargoo luego de un viaje en avión entre Fort Lauderdale y San Francisco. Ella escribió en sus redes sociales que estaba viajando y si alguien requería un encargo. La idea era pagar una parte del boleto aéreo llevando encargos. Tuvo unas 50 respuestas y se dio cuenta de que había una oportunidad de negocio.

    Valdivieso se tomó un año para desarrollar la aplicación. Lo hizo rodeada gente experta en temas tecnológicos, marketing, etc. “Cada vez encontraba más gente dispuesta a llevar artículos, pero el desafío era garantizar la seguridad para quien llevaba el producto”.

    La emprendedora describe a Kargoo como una solución ‘peer-to-peer’, que conecta a personas, que quieren obtener productos internacionales, que no son accesibles en su país, o en su defecto, que son demasiado caros, con viajeros de todo el mundo. La aplicación permite que los viajeros ganen dinero extra cuando viajan.

    ¿Cómo funciona? La persona descarga la ‘app’ y busca un producto; la aplicación solicita el link del sitio donde se puede hacer la compra, la foto y más información. Esos datos llegan a los viajeros registrados, quienes, si desean, aceptan y compran el producto.

    El viajero confirma el valor del producto y la plataforma genera la comisión que va a ganar el viajero. El pago queda congelado, como garantía, hasta que se entrega el producto. “Si el viajero no entrega el producto, el comprador recibe una devolución”.

    Hoy la ‘app’ suma 6 000 usuarios registrados, que tienen entre 24 y 37 años, y ya se utiliza en Argentina, Ecuador, Colombia, Brasil, México y Perú. El 80% de las compras se hace en Estados Unidos. Los retos y el crecimiento siguen, por eso Kargoo ya tiene un equipo de 10 personas.

    Karla Valdivieso es la fundadora y CEO de Kargoo. En las fotos aparece durante una entrevista en la radio y con la gente que trabaja en Kargoo, en California, Estados Unidos. Foto: Cortesía
    Karla Valdivieso es la fundadora y CEO de Kargoo. En las fotos aparece durante una entrevista en la radio y con la gente que trabaja en Kargoo, en California, Estados Unidos. Foto: Cortesía
  • Economía colaborativa, la clave en sus entregas

    Evelyn Tapia

    Redactora (I)

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    Stefano Dino-Guida, Esteban Illescas Vega y Alfred Zeller son amigos desde que tenían 14 años. Ahora que tienen 29 son también socios en un emprendimiento que empezó a desarrollarse hace un año y tres meses.

    Se trata de Delivereo, una aplicación móvil que permite a los usuarios acceder a un servicio de mensajería, además de hacer compras en locales para recibir la entrega a domicilio.

    Una vez descargada, los clientes pueden usar la ‘app’ para pedir, por ejemplo, que les entreguen en la universidad el libro que olvidaron en casa o el documento que dejaron por descuido en la oficina de un colega.

    Los pequeños negocios, en tanto, pueden ahorrar el dinero que invertirían en contratar un mensajero, para hacer diligencias como entregar facturas.

    Otra de las funciones que ofrece Delivereo es que los usuarios pueden pedir a través de la ‘app’, que compren por ellos un ramo de flores, el pan, las medicinas o un almuerzo, o cualquier otro productor, para que se lo lleven al destino que elijan.

    Todos los envíos están asegurados hasta por un monto de USD 3 000, destaca Dino-Guida.

    La característica que más destacan los socios es que este negocio trabaja con el concepto de economía colaborativa. Esto significa que los mensajeros no trabajan bajo dependencia ni están atados a horarios o al cumplimiento de metas, sino que se inscriben en la aplicación y pueden aceptar hacer entregas los días y las horas que deseen. Su ganancia depende del número de pedidos que acepten.

    Han recibido unas 280 solicitudes de personas que quieren ser parte del equipo de entregas y 60 están ya trabajando.

    “Es como un trabajo freelance más o menos. A mí me permite hacer entregas y tener tiempo para otras actividades, también hago trabajos de diseño gráfico”, cuenta Norman Vaca, que cumple unas cinco entregas diarias.

    Lo que hace más atractiva esta oportunidad de trabajo es que no es un requisito tener auto. Las entregas se pueden hacer con moto o incluso en bicicleta. El compromiso es hacer la entrega en menos de 50 minutos.

    Zeller explica que esta aplicación es una solución para los problemas de congestionamiento vehicular en Quito, mientras que Illescas destaca que este emprendimiento ha tenido buena acogida entre micro y pequeñas empresas que no tienen presupuestos altos para contratar personas exclusivamente para hacer mensajería.

    Es el caso de María José Calisto, que tiene un negocio de organización de eventos.
    Ella cuenta que antes tenía que contratar camionetas que le cobraban USD 20. Además, gastaba su tiempo en entregar facturas o retirar cheques. “Ahora es más fácil, solo con la aplicación contrato el servicio cuando lo necesito y me cobran USD 3 o 6”.

    Delivereo nació durante una conversación, en una salida de los tres amigos a comer tacos, recuerdan entre risas los socios. Quien tuvo la iniciativa fue Dino-Guida.

    Tras varias reuniones, los tres amigos pulieron la idea de una ‘app’ que permita a las personas optimizar tiempo y ahorrar dinero. Con una inversión de USD 80 000 es una realidad.

    Los tres socios estudiaron administración de empresas y no tenían experiencia en el campo tecnológico. El mayor reto fue encontrar a un equipo capacitado para desarrollar una aplicación que pudiera concretar todos los servicios y el valor agregado que querían ofrecer.

    “Había que hacer un montón de arreglos para dar un producto óptimo. Además de desarrolladores ecuatorianos, tuvimos que contratar desarrolladores en el exterior”, cuenta Dino-Guida, gerente general del negocio.

    El desarrollo de la aplicación Delivereo tomó casi un año y el negocio tiene casi dos meses funcionando. Ya se han registrado unos 1 200 usuarios en Quito.

    De estos, alrededor de 700 son clientes activos con los que este emprendimiento realiza alrededor de 50 entregas al día.

    La meta para agosto de este año es alcanzar los 15 000 usuarios registrados. Este año además planean expandir el servicio de Delivereo a Guayaquil.

    Alfred Zeller, Stefano Dino-Guida y Esteban Illescas Vega son los creadores de esta aplicación.
    Alfred Zeller, Stefano Dino-Guida y Esteban Illescas Vega son los creadores de esta aplicación. Foto: Vicente Costales / Líderes
  • Appetito24, una aplicación que revolucionó el gusto culinario de un país

    Agencia EFE

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    Dar un giro en la forma de pedir comida a domicilio al aprovechar las ventajas de la tecnología, fue el trazo que creó Appetito24, una aplicación panameña que cuenta con más de 300 restaurantes entre Costa Rica y Panamá, dijeron a Efe los creadores de la empresa.

    La ‘startup’, creada desde el 2015 por un grupo de voluntarios venezolanos con espíritu emprendedor, surgió en medio de la necesidad de encontrar en un solo sitio restaurantes que ofrecieran un servicio rápido y que a la vez costara lo mismo, sin la necesidad de que el consumidor principal se desplazara.

    Esto significaba que las personas evitarán el caos vehicular, la necesidad de hacer filas y la dificultad de encontrar al final un buen lugar para comer, como sucede cada día en diferentes puntos de Panamá o Costa Rica.

    El director ejecutivo de Appetito24, Leonardo Zambrano, explicó que la empresa -que nació en Panamá- y que ahora se instaló en Costa Rica, dio paso a la expansión regional en el mercado de la entrega de productos a domicilio.

    «Cuando iniciamos teníamos alianzas con unos 10 restaurantes, pero hoy día contamos con unos 250 adheridos en Panamá y otros 100 más en la plataforma que sirve a Costa Rica, estos ofrecen comidas como pastas, hamburguesas, entre otros», explicó.

    Zambrano consideró que ese salto se debió a las necesidades que no habían sido cubiertas, espacio en el que ahora los comensales costarricenses sacan provecho con Appetito24.
    «Queremos llevar el trabajo realizado a otras fronteras, tratar de ganar nuevas experiencias, y llevar ganancias de un lado al otro con las coincidencias de marcas que tenemos», añadió Zambrano.

    Enfocado a un público entre 25 a 40 años de edad, que solicitan ese servicio, el representante sostuvo que hay quienes se resisten al cambio, y prefieren optar por el pedido a domicilio tradicional, pero que al final la penetración de internet cambiara el uso de adquirir cualquier producto.

    Señaló que Appetito24 tiene más de 150.000 suscriptores, que se refleja cada mes en miles de ordenes procesadas, cuyo equivalente en facturaciones genera millones de dólares.

    Ante el éxito, el cofundador de la plataforma, Ronel Gaglio, dijo a Efe que la empresa alemana, Delivery Hero, fijó sus ojos en la startup para conectar con otros mercados de Centroamérica.

    «Al ser socio de la empresa líder a nivel mundial de pedidos de comida, esperamos que se adapten nuevas innovaciones, como hacer seguimientos de la orden real para elevar la marca panameña», contó.

    Gaglio manifestó que la competencia actual dinamiza el mercado, cuyas repercusiones son la normalización y extensión de realizar pedidos a domicilio.

    Otros servicios que Appetito24 tiene y que se ha convertido en la última estrategia, es el llevar a domicilio los víveres, modelo que ha calado en las preferencias de nuevos consumidores que han adoptado hacer uso de la plataforma, en vez de ir a abastos o a supermercados.

    «Hay momentos que el consumidor tiene la necesidad de tener productos de primera necesidad, y esto es un segmento de negocio que ha crecido considerablemente», dijo Gaglio.

    Ahora, los creadores trabajan en el reto logístico para proveer mejores equipos que faciliten el mejor manejo de Appetito24. Actualmente cuentan con 170 repartidores y 30 colaboradores en las oficinas locales.

    La startup, creada desde el 2015 por un grupo de voluntarios venezolanos con espíritu emprendedor. Foto: Captura de pantalla
    La startup, creada desde el 2015 por un grupo de voluntarios venezolanos con espíritu emprendedor. Foto: Captura de pantalla
  • Fedexpor analizó aplicación de la tasa aduanera a un mes de su vigencia

    Redacción Guayaquil

    Cuando falta un día para el primer mes de vigencia de la tasa de servicio de control aduanero, los empresarios asistieron a un taller sobre donde se analizó su aplicación sobre las importaciones. El evento fue organizado por la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), en Guayaquil, este martes.

    Representantes de los sectores de la banca, naviero, agrícola, pesca y de servicios de correo postal asistieron a la charla que fue impartida por la especialista Érika Antón.

    El taller inició con un análisis del marco normativo de Aduana, así como los principios fundamentales de su gestión –según el Código de la Producción– entre los que están la facilitación del comercio, la cooperación e intercambio de información, publicidad, aplicación de buenas prácticas internacionales y el control aduanero.

    En este último se incluyó la tasa de servicio establecida por el Servicio Nacional de Aduana de Ecuador (Senae) y que entró en vigencia el pasado 13 de noviembre del 2017.

    El dinero generado –que según el director del Senae, Mauro Andino, ascederá a USD 121 millones anuales– se destinará a financiar los servicios de transmisión, análisis e inspección, infraestructura y el Plan de Lucha contra el Contrabando y la Defraudación.

    De acuerdo con Antón, el impacto en los productos importados va a depender de la unidad de control que forma parte de la fórmula para el cálculo del monto a cancelar por la tasa. “Es variable. Habrá sectores más afectados que otros”, dijo.

    Aunque no dio cifras concretas. Afirmó que aún Fedexpor analiza la carga económica de la tasa.

    Para el director local de Guayaquil de Fedexpor, Andrés Briones, la preocupación principal de los empresarios reside en una disminución de la competitividad de las exportaciones de Ecuador y el incremento de los costos de producción, lo que incidiría en la productividad de las empresas locales.

    Afirmó que la tasa de servicio estaría generando obstáculos y barreras tanto para importaciones como para las exportaciones.

    E hizo hincapié en la importancia de que la tasa de los USD 0,10 no interfiera con los compromisos comerciales y convenios multilaterales con la Organización Mundial del Comercio, con la Comunidad Andina (CAN), el Acuerdo Comercial con la Unión Europea y una posible renovación del Sistema Generalizado de Preferencias Arancelarias (SPG) con Estados Unidos, que actualmente genera acceso preferencial a cerca de USD 400 millones en exportaciones no petroleras.

    El impacto en los productos importados va a depender de la unidad de control que forma parte de la fórmula para el cálculo del monto a cancelar por la tasa. Foto: Fedexpor
    El impacto en los productos importados va a depender de la unidad de control que forma parte de la fórmula para el cálculo del monto a cancelar por la tasa. Foto: Fedexpor