En 1977, en el país, nadie sabía para qué servía su profesión. Roberto Páez regresó de Canadá luego de graduarse de psicólogo social en la Universidad de Loyola.
41 años después el interés en esa carrera le sirvió para ser reconocido como Trainer del Año 2017 en Barcelona (España). Sin embargo, en el camino para alcanzar ese logró se alejó por más de 20 años de las actividades vinculadas con la sociedad y la conducta humana.
A inicios de la década de 1980, un colega le invitó a participar en el diseño y la generación del modelo de desarrollo organizacional del desaparecido Banco Popular. Fue el inicio de una amplia trayectoria en el sector financiero ecuatoriano.
En esos años se vinculó al marketing, donde aplicó los conocimientos que aprendió en una certificación de la Asociación de Marketing Financiero de los EE.UU. Trabajó en el impulso y desarrollo de otra novedad para la época: las tarjetas de crédito.
Diners, Banco La Previsora, Visa, entre otras, fueron algunas de las empresas para las que laboró.
Roque Iturralde conoció a Páez en 1984, cuando trabajaron en el proyecto de cambio de marca de La Favorita a Supermaxi. Él cuenta que en ese entonces se forjó una larga relación laboral y de amistad. “A Roberto lo veo como una persona brillante, inteligente, innovadora y que está permanentemente en la búsqueda de alternativas de vanguardia en el manejo de mercadeo, recursos humanos, asuntos corporativos, etc.”.
Del tiempo como banquero le quedan lecciones de vida. Alguna vez tuvo que escoger entre la conveniencia y la integridad; al acogerse a este último valor perdió su trabajo, pero supo que era la decisión correcta para mantener su imagen y su carrera en el sector.
En el 2007, agotado y con ganas de darle un giro a su vida, dejó el sistema financiero tras su gestión en Banco Solidario. No lo dudó y regresó a su pasión original, la sicología social. “Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”, dice tarareando un bolero. En los últimos años, de hecho, volvió a conducir moto, ‘hobbie’ que dejó por años tras un accidente de tránsito en la Panamericana Norte.
En su oficina, en el norte de Quito, recuerda que durante el tiempo que buscaba regresar a la psicología descubrió el ‘coaching’, una nueva profesión a la que define como una manera para potenciar lo mejor de cada persona.
Para avanzar en esto era necesario contar con los conocimientos. En 2011 obtuvo una certificación como ‘coach’ y un año más tarde alcanzó el título de ‘master coach’.
A la par abrió su actual empresa, Opimmus Coach, la cual brinda servicios de asesoría en desarrollo humano para personas y compañías. Su socia, Natalia Vaca, admira la capacidad que tiene Páez de armar, en poco tiempo, programas de capacitación.
Para ambos, entregar valor agregado a sus clientes es fundamental. Es por ello que como parte de su oferta cuenta con el denominado ‘coaching’ por valores.
Se trata de una metodología a través de la cual se busca impulsar los valores de las personas para potenciar el de las organizaciones. Con ello se puede generar cambios perdurables en las conductas humanas y corporativas.
Páez se inclinó por esto debido a que cree que ya no es posible mantener la situación en la en que se encuentra la sociedad actual y es clave rescatar los valores.
¿Cómo llegó a este punto? Influyó en ello el trajinar de la vida, pero también el haber conocido, a través del ‘coach’ español David Alonso, a Simón Dolan, desarrollador de la metodología y de una herramienta lúdica, llamada El Valor de los Valores, que ayuda a identificar y jerarquizar los valores que tienen las personas de una manera fácil, rápida y divertida.
Páez conoció el juego en 2012, en Barcelona. “Tengo que traerlo a Ecuador”, se dijo a sí mismo.
Se trata de cartas con 51 valores, divididas en tres grupos de 17, cada uno identificado con un color (rojo, verde o azul), vinculados a la ética, la realidad, el desarrollo... En cada una de las cartillas aparece una imagen caricaturizada de un león que realiza la acción a la que representa el valor.
Las personas que trabajan con el mecanismo seleccionan cinco valores y el ‘coach’ ayuda potenciar los que ya están aplicando en su vida diaria y a desarrollar aquellos en los que todavía les falta.
El uso de esta herramienta, más los conocimientos de Dolan, han marcado tanto al sicólogo ecuatoriano que ahora está escribiendo un libro junto a él, próximo a lanzarse. Además, se ha convertido en ‘trainer’ de dicha metodología.
En él sí se aplica el dicho de hechos y no palabras. Aplica sus cinco valores claves: felicidad, familia, integridad, trabajo y bienestar.
En 1977, en el país, nadie sabía para qué servía su profesión. Roberto Páez regresó de Canadá luego de graduarse de psicólogo social en la Universidad de Loyola.
41 años después el interés en esa carrera le sirvió para ser reconocido como Trainer del Año 2017 en Barcelona (España). Sin embargo, en el camino para alcanzar ese logró se alejó por más de 20 años de las actividades vinculadas con la sociedad y la conducta humana.
A inicios de la década de 1980, un colega le invitó a participar en el diseño y la generación del modelo de desarrollo organizacional del desaparecido Banco Popular. Fue el inicio de una amplia trayectoria en el sector financiero ecuatoriano.
En esos años se vinculó al marketing, donde aplicó los conocimientos que aprendió en una certificación de la Asociación de Marketing Financiero de los EE.UU. Trabajó en el impulso y desarrollo de otra novedad para la época: las tarjetas de crédito.
Diners, Banco La Previsora, Visa, entre otras, fueron algunas de las empresas para las que laboró.
El sicólogo social y ‘trainer’ junto a Simón Dolan, impulsor y difusor de la metodología de ‘coaching’ por valores. Publicará un libro con él. Foto: Archivo Personal
Roque Iturralde conoció a Páez en 1984, cuando trabajaron en el proyecto de cambio de marca de La Favorita aSupermaxi. Él cuenta que en ese entonces se forjó una larga relación laboral y de amistad. “A Roberto lo veo como una persona brillante, inteligente, innovadora y que está permanentemente en la búsqueda de alternativas de vanguardia en el manejo de mercadeo, recursos humanos, asuntos corporativos, etc.”.
Del tiempo como banquero le quedan lecciones de vida. Alguna vez tuvo que escoger entre la conveniencia y la integridad; al acogerse a este último valor perdió su trabajo, pero supo que era la decisión correcta para mantener su imagen y su carrera en el sector.
En el 2007, agotado y con ganas de darle un giro a su vida, dejó el sistema financiero tras su gestión en Banco Solidario. No lo dudó y regresó a su pasión original, la sicología social.
“Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida”, dice tarareando un bolero. En los últimos años, de hecho, volvió a conducir moto, ‘hobbie’ que dejó por años tras un accidente de tránsito en la Panamericana Norte.
En su oficina, en el norte de Quito, recuerda que durante el tiempo que buscaba regresar a la psicología descubrió el ‘coaching’, una nueva profesión a la que define como una manera para potenciar lo mejor de cada persona.
Las motos son una de las pasiones que tiene Páez. En este vehículo recorre las carreteras del país desde sus años de juventud. Foto: Archivo Personal
Para avanzar en esto era necesario contar con los conocimientos. En 2011 obtuvo una certificación como ‘coach’ y un año más tarde alcanzó el título de ‘master coach’.
A la par abrió su actual empresa, Opimmus Coach, la cual brinda servicios de asesoría en desarrollo humano para personas y compañías. Su socia, Natalia Vaca, admira la capacidad que tiene Páez de armar, en poco tiempo, programas de capacitación.
Para ambos, entregar valor agregado a sus clientes es fundamental. Es por ello que como parte de su oferta cuenta con el denominado ‘coaching’ por valores.
Se trata de una metodología a través de la cual se busca impulsar los valores de las personas para potenciar el de las organizaciones. Con ello se puede generar cambios perdurables en las conductas humanas y corporativas.
Páez se inclinó por esto debido a que cree que ya no es posible mantener la situación en la en que se encuentra la sociedad actual y es clave rescatar los valores.
¿Cómo llegó a este punto? Influyó en ello el trajinar de la vida, pero también el haber conocido, a través del ‘coach’ español David Alonso, a Simón Dolan, desarrollador de la metodología y de una herramienta lúdica, llamada El Valor de los Valores, que ayuda a identificar y jerarquizar los valores que tienen las personas de una manera fácil, rápida y divertida.
Páez conoció el juego en 2012, en Barcelona. “Tengo que traerlo a Ecuador”, se dijo a sí mismo.
Se trata de cartas con 51 valores, divididas en tres grupos de 17, cada uno identificado con un color (rojo, verde o azul), vinculados a la ética, la realidad, el desarrollo… En cada una de las cartillas aparece una imagen caricaturizada de un león que realiza la acción a la que representa el valor.
Las personas que trabajan con el mecanismo seleccionan cinco valores y el ‘coach’ ayuda potenciar los que ya están aplicando en su vida diaria y a desarrollar aquellos en los que todavía les falta.
El uso de esta herramienta, más los conocimientos de Dolan, han marcado tanto al sicólogo ecuatoriano que ahora está escribiendo un libro junto a él, próximo a lanzarse. Además, se ha convertido en ‘trainer’ de dicha metodología.
En él sí se aplica el dicho de hechos y no palabras. Aplica sus cinco valores claves: felicidad, familia, integridad, trabajo y bienestar.
Detalles
Formación. En 2003 terminó una maestría en comunicación organizacional. Es entrenador en ‘coaching’ por valores. Es conferencista internacional, mentor ejecutivo y personal. Vida personal. Con 600 sucres, que ahorró en diferentes trabajos de adolescente, compró su moto Yamaha 125. Ahora tiene un Suzuki 650, con la que recorre carreteras del país. Otra pasión es montar caballos.
Una firma que busca desarrollo humano Opimmus Coach es una firma ecuatoriana que brinda servicios de asesoría, soporte, investigación, montaje de programas y proyectos relacionados con temas de recursos humanos, administración de empresas, desarrollo comunitario…
La compañía nació hace 10 años y, a decir de Roberto Páez, quien está casado y es padre de tres hijos, es el resultado de “un sueño” para ofrecer servicios de ‘coach’.
“En un inicio, la empresa se conformó como una organización dedicada a la prestación de servicios en variados campos del quehacer empresarial y especialmente en el ámbito de la responsabilidad social empresarial, pero poco a poco ha ido focalizando su oferta de servicios específicos, al desarrollo humano y organizacional, a través de programas y proyectos de coaching, ‘mentoring’ y formación de ejecutivos en empresas”, dice su web.
A inicios del 2014 Páez adquirió la totalidad de las participaciones accionarias, para ceder una porción minoritaria de las mismas a las directoras de ‘coaching’ y desarrollo organizacional. De esta manera, “la organización es en la actualidad propiedad de los ejecutivos que trabajamos en ella”.
En el sitio trabajan ‘coaches’ certificados, consultores organizacionales en desarrollo humano y facilitadores de procesos formativos en áreas de talento humano. La compañía dice que su objetivo es convertirse en un referente en el mercado por su modelo integral y diferenciador de consultoría y ‘coaching’ para el desarrollo humano y organizacional. Allí, el ‘coaching’ por valores es fundamental.
Roberto Páez en su oficina, donde funciona Opimmus Coach. En el sitio se observan fotos de su familia y varios reconocimientos. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
El término ‘fintech’ puede resultar todavía novedoso para el oído de algunos ecuatorianos. Pero también es bastante posible que esos mismos ecuatorianos estén haciendo uso de estas tecnologías -que están ganando espacio en Ecuador desde el 2016- sin saberlo.
Si, por ejemplo, alguna vez realizó en línea una recarga con una operadora móvil, entonces usted utiliza un servicio brindado por Kushki, una ‘start up’, que diseña pasarelas de pago para otras empresas.
El término ‘fintech’ es el resultado de la unión de dos palabras en inglés: ‘finance’ y ‘technology’, y se refiere a las empresas que nacieron apoyadas en la tecnología para brindar los mismos servicios financieros que otorgan empresas tradicionales, como bancos, compañías de seguros, empresas para envío de remesas, entre otras.
Se trata de una nueva ola de emprendimientos que comenzó a surgir en el 2010, y que en América Latina tomó fuerza, sobre todo, desde el 2013.
Fermín Bueno, fundador de la firma española especializada en ‘fintech’, Finnovista, dice que Ecuador apenas está subiendo a esta ola, en comparación a vecinos como Colombia, pero lo está haciendo rápidamente.
“El ecosistema ‘fintech’ en Ecuador está en un estado naciente temprano, principalmente porque el sector del emprendimiento digital tecnológico aún no es muy fuerte en Ecuador”, sostiene Bueno.
Mientras que en Colombia, Finnovista identificó 84 negocios de este tipo, en Ecuador halló 31 hasta el 2017.
Aunque el estudio de esta empresa en Ecuador se centró en identificar cuántas operan y a qué se dedican, Bueno sostiene que la mayoría de estas surgieron entre 2014 y 2016, año del ‘boom fintech’ en la región.
En el 2017, Finnovista realizó en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) un estudio en el que se determinó que de las 703 ‘fintech’ de 15 países de la región, el 60,1% nació entre esos años.
Solo el 11% existían en el período anterior al 2011. El panorama nacional
La crisis bancaria de 1999 dejó un sentimiento de inseguridad entre los ecuatorianos en torno a dónde poner su dinero, pero las nuevas generaciones que demandan soluciones tecnológicas eficientes le están dando impulso a estos negocios en el país, dice Carmen de la Cerda, directora de Buen Trip, incubadora de emprendimientos de corte tecnológico.
Buen Trip presentó en marzo un estudio que segmenta ‘start up’ tecnológicas. El informe recopila 89 iniciativas, de las cuales 34,8%, es ‘fintech’.
Con estos datos, De la Cerda considera que el ecosistema puede seguir creciendo, pero para deberá saltar barreras.
La primera es el acceso a financiamiento. “Hace falta trabajar con los inversionistas para que entiendan cómo es trabajar con capital de riesgo, que los retornos no son como el de una inversión tradicional”, explica la vocera de Buen Trip.
Bueno, por su parte, destaca que esos problemas de financiamiento inciden en el tipo de ‘fintech’ que han surgido en el Ecuador en estos años.
De ahí que, según el estudio de Finnovista, la mayoría está orientada a servicios financieros a otras empresas, es decir, en el modelo ‘B2B’ y no llegan directamente al cliente final.
El 32% se dedica a la gestión de finanzas empresariales, sobre todo a la facturación electrónica. En contraste con lo que sucede en países como Colombia y México, en donde la mayor parte se dedica a dar servicios de pago de remesas y préstamos.
“En mercados en los que no existe capital de riesgo, es más fácil para los emprendedores llegar a empresas ya constituidas, que lanzar un servicio directo a un consumidor final, que requiere mucha más escala de inversión”, indica.
Una de las formas de generar más confianza en los inversionistas es la legislación, coincide De la Cerda. En países como México, el órgano legislativo ya analiza una Ley ‘Fintech’.
Además de una mayor participación de la banca, añade Andrea Pinto, directora de Competitividad e Innovación de la Asociación de Bancos Privados.
Según Pinto, en Ecuador hace falta más colaboración entre las ‘fintech’, la banca tradicional y el ente regulador. “El regulador debe permitir crear innovación y soluciones digitales a favor del consumidor. Es un triángulo muy importante”. En el país aún no existe una regulación específica para ‘fintech’. El potencial en Ecuador
En Ecuador, según el Banco Central, un 40% de la población accede a servicios bancarios. Las ‘fintech’ “pueden llegar con más facilidad a esos clientes (no bancarizados), principalmente de áreas suburbanas, en donde la gente tal vez no usa los servicios de un banco pero está familiarizada con el uso de celulares e Internet”, sostiene Bueno.
Otra fortaleza es la población joven, que prefiere reemplazar la experiencia de ir a una oficina y que busca tarifas más bajas en los servicios. Según el INEC, el 23,2% de la población del país es milenial, con edades de entre 20 y 36 años, por lo que están familiarizados con el celular y la Internet para utilizar las alternativas ‘fintech’.
LÍDERES muestra, a continuación, tres casos.
1. En EE.UU., Colombia y Ecuador utilizan esta pasarela de pagos
El comercio electrónico es el segmento en el que Kushki crece, como toda ‘start up’, de manera acelerada. Esta compañía de base tecnológica es parte del ecosistema de las ‘fintech’ y se define como una pasarela de pagos, en la que a través de tecnología permite hacer pagos vía mail, páginas web, en una aplicación móvil, en Facebook o utilizando SMS.
Kushki empezó sus operaciones en Ecuador en el 2016 y en EE.UU., unos años antes. “La visión es ser la mejor opción de tecnología financiera para el mercado latinoamericano”, dice su CEO, Daniela Espinosa.
Hoy en día, la empresa tiene operaciones en Ecuador, Colombia y EE.UU. En los dos primeros suma 140 clientes, mientras que en EE.UU. se cuentan por miles.
Esta ‘fintech’ surgió y se consolidó de la mano de Espinosa y dos emprendedores más. Aron Schwarzkopf y Sebastián Castro tienen experiencia en el área tecnológica, mientras que Espinosa aporta con sus conocimientos en la parte financiera.
“La clave en esto es la capacidad de ejecución de una idea, así como tener la confianza de los inversionistas y del mercado”, dice Espinosa en las oficinas de la ‘start up’, en el norte de Quito.
Otro de los secretos que menciona esta ejecutiva es saber aprovechar a personas de experiencia y a los nuevos profesionales que llegan al mercado.
En la actualidad Kushki tiene 15 empleados en Ecuador, cinco en Colombia, cinco en India y tres en Estados Unidos. ¿Qué tipo de profesional recluta esta ‘fintech’? Espinosa responde: los programadores son claves porque desarrollan la mejor tecnología financiera. “Pero también incorporamos gente con experiencia en e-commerce y en banca”.
Todo esto permite ofrecer a los cliente un servicio ágil, rápido y seguro, así como “mejorar la experiencia de los usuarios de portales de comercio electrónico”.
Espinosa cuenta que toda fintech debe considerarse como una aliada del sistema financiero, en Ecuador y en cualquier otro país.
Para cumplir eso un requisito indispensable es ser muy técnico y profesional. “Cuando un banco sabe que está trabajando con una empresa seria, la conversación mejora y avanza”. Otro punto en el que hay que trabajar, según el criterio de la CEO de Kushki, es el impulso al comercio electrónico. Ella señala que en el Ecuador el ‘e-commerce’ representa cerca del 0,5% del PIB cuando en otros países como Colombia la cifra es del 2,6%.
Esa realidad no inquieta a la gente de Kushki que continúa trabajando. El crecimiento es acelerado: cada mes crece un 30%. “Hay clientes que hacen, por ejemplo, 7 000 transacciones al día con nuestra tecnología.
Este año la meta de la empresa es empezar a prestar sus servicios en México, Perú y Chile.
2. Un robot que responde al cliente es el eje de esta ‘start up’ local
Un ‘chatbot’ es un robot que simula, por voz o por texto, una conversación humana. Este es el servicio que ofrece Mensajea, una ‘fintech’ que surgió en Ecuador en el 2016 y que hoy en día tiene operaciones en el país, así como en Perú y en México.
Esta conversación se da en un ‘chat’ y permite atender a clientes las 24 horas del día. El ‘chatbot’ puede responder de manera automática un set de preguntas programadas. Para eso utiliza un motor de inteligencia artificial y un motor de lenguaje natural; este último es un programa que reconoce la estructura de una frase y que ayuda a entender lo que dice el cliente, explica su fundador Jurgen Schuldt.
El 2016 fue el año de arranque de este emprendimiento tecnológico. En ese año, Facebook abrió su plataforma para programar en Messenger; Schuldt aprovechó esa oportunidad y pensó en un ‘chat’ como un canal de contacto entre empresas y sus clientes.
La prueba inicial llegó con el pedido de una empresa peruana que presentaba sus productos en Medellín. Mensajea tuvo un mes para desarrollar la aplicación, que se probó en una convención en la que participaron miles de personas. El ‘chatbot’ funcionó y así empezaba una nueva fase que implicaba buscar clientes y fondos.
Schuldt golpeó varias puertas, hasta que apareció la primera edición de Digital Bank Quito, en el 2017. Allí se hizo una demostración del robot. “Hubo interés, pero no tanto porque el tema aún era desconocido en el país”.
En ese evento Schuldt recibió una recomendación que sería clave: participar en concursos de ‘fintech’ para buscar inversionistas. La primera parada fue Lima donde el interés por el ‘chatbot’ fue grande. “Bancos, cooperativas y empresas tecnológicas se acercaron”. Además se sumó Alvaro Mago, un peruano que se convirtió en socio de Mensajea.
Una siguiente parada fue México en donde la iniciativa participó en el Startup Bootcamp Fintech, un programa de aceleramiento de ‘start up’, que cuenta con el apoyo de bancos, empresas tecnológicas y multinacionales.
Para ese entonces esta iniciativa trabajaba solo con bancos y eso frenaba, de algún modo, el crecimiento acelerado que debe cumplir toda ‘start up’. La solución la encontraron en Guillermo Domínguez, un argentino radicado en México y muy conectado con el circuito regional de ‘fintech’.
Con el nuevo socio, Mensajea se mantuvo como ‘fintech’, pero también apostó por el ‘e-commerce’. En diciembre del 2017 la plataforma estaba lista, luego del proceso de aceleración. Esta ‘start up’ ha levantado hasta el momento USD 80 000, de los 150 000 que requiere; cuenta con ocho clientes-pilotos que pagan un ‘fee’ mensual por su ‘chatbot’. Este año, la meta de Mensajea es expandirse por la región.
3. Una red social diseñada para facilitar el intercambio de dinero
Friendly Transfer es una red social que conecta personas para intercambiar dinero y ahorrar los altos costos de una transferencia internacional. Así define a esta ‘start up’, Gidany Cobo, cofundadora de esta iniciativa que surgió en el 2015 en EE.UU. por una necesidad.
En ese año, Sebastián Hurtado, otro de los fundadores, estudiaba una maestría en Harvard y necesitaba enviar y recibir dinero. Cansado de pagar altas tasas por cantidades mínimas decidió crear una plataforma que permitiera intercambiar dinero. Fueron los inicios de Friendly Transfer.
La propuesta se aprobó durante dos semestres, en el Venture Incubation Program, en The Harvard Innovation Lab. El capital inicial destinado para arrancar fue de USD 150 000. Cobo cuenta que tenían grandes expectativas y que en el camino fueron encontrando oportunidades para potenciar la idea.
En el 2016, por ejemplo, la plataforma participó en una competición de ‘fintech’: el Open Talent del banco español BBVA. Además recibió una opinión favorable de Fincen, una agencia del Departamento del Tesoro estadounidense que analiza información sobre transacciones financieras. “Esos dos hechos marcaron el trabajo que veníamos haciendo”.
Ese mismo año la ‘fintech’ participó en un proceso de aceleración. En el Startup Bootcamp Fintech de México participaron ese año 250 empresas de base tecnológica y Friendly Transfer fue una de las 10 finalistas. El proceso de aceleración fue en Ciudad de México y duró tres meses.
Lo de México fue otro hito, señala Cobo. “Tiene un ecosistema ‘fintech’ muy desarrollado y es uno de los países de la región que más remesas envía y recibe”. Esa experiencia le permitió a la ‘start up’ acceder a conocimiento, mentoría y contactos con fondos de inversión.
Además se fortalecieron aspectos como conocer más al cliente y se mejoró el modelo de monetización. “Gracias al Startup Bootcamp Fintech se implementaron paquetes de suscripción por un tiempo determinado, con un número de transacciones y mayores garantías en la transacción”.
En la actualidad Friendly Transfer tiene unos 3 500 usuarios y ha permitido un ahorro de más de un millón de dólares. Otro dato: El promedio de cada transacción oscila entre USD 300 y 500.
Las usuarios se reparten entre Ecuador, EE.UU., México y Colombia. “Son estudiantes y jóvenes profesionales, que viajan o que tienen actividades laborales en más de un país”, señala Cobo.
Hoy en día el equipo está integrado por tres personas: dos desarrolladores y Cobo, quien es la encargada del mercadeo, redes sociales, la parte gráfica y otras tareas. En el mediano plazo las metas son tres: tener más usuarios, incrementar las suscripciones y llegar a otros países.
Líderes muestra tres casos de fintech. Fotos: Galo Paguay, Diego Pallero y Patricio Terán / EL COMERCIO
Las ventanillas de las agencias bancarias tienen cada vez menos protagonismo en el país. Los problemas de movilización, los horarios de atención y las filas no han desaparecido, pero hoy en el Ecuador la mayoría de los usuarios prefiere reemplazar esa experiencia por un par de clics desde un computador o un celular.
Según la Superintendencia de Bancos, el 73% de las transacciones que se realizaron en instituciones financieras el 2017 se realizaron en canales electrónicos.
Mientras que el Banco Central informa que la tasa de crecimiento del uso de los medios de pago digitales durante los últimos cinco años fue del 16%, pero entre 2016 y 2017 aumentó 30%.
En Banco Guayaquil, de 25 millones de transacciones mensuales, alrededor de 1,8 millones son en agencias físicas. Hace cinco años, eran tres millones.
Ángelo Caputi, presidente ejecutivo del banco, cree que esta realidad apunta a que en el futuro, las agencias de entidades financieras quedarán solo para ofrecer atención personalizada. “Nuestros clientes utilizan los canales de manera muy habitual. Creo que el banco, como entidad física, quedará a futuro solo para asesorías e información”, añade.
En Banco Pichincha, en el último año se redujeron en cuatro millones las transacciones desde oficinas. Ignacio Maldonado, vicepresidente ejecutivo de Negocios, cuenta que en el 2012 el uso de los canales digitales era de apenas el 27%. Hoy es más del 50%.
“Estamos fortaleciendo estrategias para que nuestros clientes dejen de utilizar el dinero en efectivo, reemplazándolo por medios de pago como tarjetas y pagos desde un aplicativo móvil hacia cuentas directas o interbancarias”, señala Maldonado.
La idea de que mientras más grande es la agencia bancaria el ente es más fuerte o que mientras más agencias tiene, este es más solvente, “es parte del pasado”, dice Miguel Ebenberger, gerente general de Banco Procredit.
“Hacia allá va el negocio. Es la única forma de competir con las fintechs, que ofrecen servicios financieros sin agencias”, señala.
Entre 2016 y 2017, esta entidad redujo de 26 a 10 el número de agencias que tiene en el país para fortalecer los servicios en el área digital, lo que representó USD 3 millones de inversión y costos.
La estrategia de Procredit se complementa con menos costos para el usuario, añade Ebenberger. Así, las transacciones internas e interbancarias serán gratis para el usuario en la plataforma.
Se trata de una tendencia mundial que tiene que ver con un cambio en las demandas de los consumidores de la nueva generación y una mayor penetración de las tecnologías.
En el 2012, en el país un 21,4% de la población se consideraba “analfabeta digital”, es decir que no tenía un celular activado, no había usado computadora ni Internet en el último año. Pero para el 2016 la cifra se redujo a 11%, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Aunque un 44,1% de la población del Ecuador usa servicios bancarios en línea, según el Banco Central, uno de los retos en este escenario es lograr que los clientes usen todo el potencial que ofrece tecnología.
Por ahora la mayoría de clientes usan las plataformas digitales para hacer consultas de saldos. Pero la banca avanza cada año con nuevos productos en línea.
Produbanco tiene desde el 2016 una ‘app’ que permite a los jóvenes abrir una cuenta sin depósito inicial desde el celular. Banco Pacífico lanzó hace un mes una aplicación para que los clientes usen sus tarjetas de crédito y débito desde el celular. Y Banco Guayaquil ofrecerá desde marzo la opción de contratar créditos desde la banca en línea.
Así también, la Asociación de Bancos Privados (Asobanca) desarrolla la plataforma Bimo, con la que reemplazará al dinero electrónico que dejará de operar en marzo. Con esta herramienta, los usuarios de una veintena de bancos podrán usar los servicios financieros desde su celular. Incluso la población que no tenga cuenta podrá abrir una desde Bimo, explica Julio José Prado, presidente de Asobanca.
Otro reto en torno a la adopción de estas herramientas es la seguridad que ofrecen las entidades. Banco Pichincha y Guayaquil, por ejemplo, han implementado reconocimiento facial a sus aplicativos para dar más confianza al usuario.
Según David López, vocero de la firma estadounidense Easy Solutions, la banca en la región avanza con soluciones para evitar problemas como el ‘phishing’, pero buena parte de los clientes comete errores que escapan de las manos de las entidades.
El celular, el gran aliado de los bancos
Luis Aguirre, gerente de Innovación de Banco del Pacífico, presentó la aplicación de billetera móvil BDP Wallet. Ya tiene cerca de 12 000 usuarios. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
La banca encontró en los teléfonos móviles a un aliado para ofrecer sus servicios de manera más rápida entre una población, sobre todo de jóvenes, que usa su celular para casi todo. Y para ello, las soluciones que ofrecen van más allá del acceso a Internet.
En el país, seis de cada 10 ecuatorianos tienen una línea de celular activa y cinco de cada 10 tienen un teléfono inteligente o ‘smarthphone’, según datos de la última encuesta de Tecnologías del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), del 2016.
En Banco Pichincha, hace cinco años lanzaron una aplicación móvil y el servicio de mensajería (SMS) para sus clientes.
En el 2017 la entidad financiera registró casi 86 millones de transacciones de estos sistemas. En este banco, el uso de servicios financieros a través del móvil fue el que más creció el año pasado, pasando del 7% al 15% en participación.
Este año se espera que llegue al 20% de participación, según Ignacio Maldonado, vicepresidente ejecutivo de negocios del ente.
Hoy en día, Banco Pichincha permite consultas, pagos, transferencias, recargas o solicitar certificados bancarios sin necesidad de conexión a Internet o disponer de un ‘smartphone’. Además, está desarrollando la opción para que el usuario pueda solicitar crédito.
En Banco del Pacífico, en tanto, apuntan a que el celular reemplace al plástico de las tarjetas. En enero, en este banco lanzaron la aplicación BDP Wallet, que permite a los usuarios hacer consumos con tarjeta de crédito o débito desde el celular.
El cliente debe descargar la ‘app’ y registrar sus datos; de manera automática la aplicación identificará si el cliente tiene tarjeta de débito, crédito o ambas. Entonces, el cliente decidirá cuál de ellas usa en la ‘app’ para hacer compras.
Luis Aguirre, gerente de Innovación y Transformación Digital del banco, explica que tomó cuatro meses elegir a un desarrollador y dos meses concretar la idea.
En el primer mes de funcionamiento de la ‘app’ ya hay 12 000 usuarios y se han registrado unas 200 transacciones al día con un ‘voucher’ promedio de USD 30.
“Al principio esperábamos tener unos 3 000 usuarios en el primer mes, pero nos quedamos cortos. Fácilmente podremos llegar a los 100 000 usuarios y medio millón de transacciones en un año”, dice Aguirre.
El tipo de público en el desarrollo de estas herramientas es clave para los bancos. En el caso del banco Produbanco, en diciembre del 2016 decidió enfocarse en la población milenial y ofrecerles la cuenta Be, que ya tiene alrededor de 33 000 clientes.
Gracias a esta cuenta que se abre y se maneja desde el celular, el 80% de los nuevos clientes del banco son jóvenes con edades entre 18 y 35 años.
Según Nicolás De Genot, subgerente de banca virtual, la buena acogida de la cuenta Be obedece a las facilidades que ofrecen, orientándose a las preferencias de los jóvenes.
“No se cobra por la emisión del plástico de la tarjeta, no se pide un depósito inicial para abrir la cuenta, no hay ningún costo, de manera que no le dejas dudas de abrirse en la cuenta”, señala De Genot.
Este tipo de herramientas facilita a los clientes acceder a bienes y servicios propios de su generación, añade De Genot.
De todas las transacciones que se hacen con la tarjeta de débito Be de Produbanco, el 80% es de compras en línea, sobre todo en Amazon, Netflix y Uber.
Si bien las agencias se perfilan como espacios para atención al cliente, el celular también ofrece alternativas para reemplazarlas.
En el Banco Procredit, los clientes pueden acceder a videollamadas y chats en línea desde la plataforma del banco con los ejecutivos. Mientras que el Banco Guayaquil, ofrece la opción de chatear a través de Facebook.
Aplicaciones
Inversión. Produbanco invirtió USD 700 000 en el desarrollo de la aplicación y marketing de la cuenta Be.
Sin internet. Banco Pichincha ofrece el servicio de banca celular interactiva que permite hacer transacciones como consultas, pagos, transferencias, recargas sin necesidad de una conexión a Internet.
Tarjetas. El 90% de los consumos en la aplicación BDP Wallet corresponde a compras con tarjeta de crédito.
Los bancos registran cada vez menor afluencia de usuarios en ventanillas. Según la Superintendencia de Bancos, el 73% de las transacciones de la banca se hacen en canales electrónicos. Ilustración: Ingimage
Una red social para que los vecinos de un mismo condominio se comuniquen y solucionen problemas.
Un juego en el que los clientes de un banco ganan puntos siempre que usen los canales electrónicos del ente.
Una ‘app’ en la que los usuarios pueden detallar un sueño (meta), para que la aplicación los ayude a encontrar y seleccionar el mejor crédito.
Estos fueron algunos de los casos de éxito de ‘start ups’ enfocadas en innovación digital que se presentaron el pasado 1 de febrero, en la segunda edición del Digital Bank Ecuador, en Cumbayá.
Se trata de un espacio de charlas, capacitaciones y networking, en el que se reúnen actores del sector bancario, empresas tecnológicas y emprendedores.
Además se realiza un concurso para emprendimientos.
Mensajea fue la ganadora de este año. Es una plataforma que permite a las empresas conversar, vender e interactuar automáticamente con sus clientes en canales de mensajería como Facebook Messenger.
Para Ramón Heredia, director ejecutivo de Digital Bank Latinoamérica, el reto de la banca en esta época está en ofrecer innovación a través de experiencias.
“Las principales empresas ahora no ofrecen productos, sino experiencias. Los milenials no quieren comprar carros, quieren viajar y el reto está en ofrecer la mejor experiencia”.
Para Heredia,los nuevos competidores de la banca son empresas que nacieron en un entorno digital y que han encontrado ideas para hacer la vida de las personas cada vez más sencilla. Por ejemplo, Amazon, que ya anunció el lanzamiento de Amazon Bank en la India. O Mercado Libre, que ahora ofrece préstamos en Argentina a través de Mercado Pago.
“El camino a la innovación requiere un cambio de mentalidad en la banca, pero también de herramientas para que el consumidor, los bancos y las empresas de tecnología creen juntos soluciones”, dijo Julio José Prado, presidente de la Asobanca.
Prado destacó que este tipo de eventos de difusión de tecnologías son trascendentales en Ecuador, en donde la población bancarizada es de menos del 50%.
En Cumbayá se realizó la segunda edición del Digital Bank Ecuador. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
El dinero electrónico ya no pasará a la banca privada, de acuerdo con el segundo informe del proyecto de ley de reactivación económica que pasará a segundo debate la próxima semana.
El anuncio lo hizo el presidente de la Comisión de Régimen Económico y Tributario de la Asamblea, Pabel Muñoz, en una rueda de prensa hoy, viernes 24 de noviembre de 2017.
La decisión se tomó tras varios desacuerdos de asambleístas de Alianza País (AP), como Marcela Aguiñaga y Esteban Melo, que en primer debate cuestionaron la propuesta y pidieron que el Banco Central Ecuador (BCE) siga a cargo.
Según Muñoz, la Asamblea nunca fue parte del acuerdo entre el Gobierno y la banca privada sobre este tema. «Nosotros nunca tuvimos en nuestra propuesta de campaña el traspaso del manejo de dinero electrónico. No lo consideramos como positivo y se elimina ese artículo.»
Para el asambleísta antes del traspaso, el sector financiero debe adquirir algunos compromisos. Entre ellos el incremento de créditos para el sector productivo, que genera fuentes de empleo. «Necesitamos una política crediticia más accesible» dijo Muñoz.
Otro aspecto es la reducción de costos de servicios financieros que, en su opinión, se debe debatir y establecer corresponsabilidad del sector frente a los incentivos estatales. Muñoz indicó que la banca recauda alrededor de USD 360 millones por servicios.
En este tema, el informe también elimina el recargo por retiros bancarios por enfermedades catastróficas, propuesto finalmente para montos de USD 5 000, aunque previo al primer debate se hicieron varios ajustes como la exención de sectores productivos.
La Comisión decidió mantener la reducción de dos puntos de incentivo del pago del impuesto al valor agregado (IVA) por dinero electrónico, propuesto el año pasado en la Ley Orgánica de Solidaridad y Corresponsabilidad Ciudadana y se elimina la reducción de un punto de IVA por el uso de medios de pago electrónicos.
En las reformas al Código Monetario y Financiero solo se mantendrá el tema de metas de liquidez, dentro de lo cual se establece que los bancos traigan parte de sus recursos del exterior, pero con la especificación de que aplique para cada entidad financiera y no para todo el sistema bancario.
Entre cuanto a la reforma de otras leyes, se mantienen los ajustes de eliminación de las cargas familiares para la deducción de gastos para el pago del impuesto a la renta (IR), exoneración del pago de este impuesto por tres años para nuevas microempresas, tarifa reducida para el pago de micro y pequeñas empresas, así como exportadoras habituales.
Muñoz aclaró que la definición del tipo de empresas y exportadoras exportadores habituales se incluirá dentro de la Ley. Se espera que el segundo debate se realice el lunes o martes de la próxima semana.
Pabel Muñoz, presidente de la Comisión de Régimen Económico para conocimiento y votación del informe de al Proforma Presupuestaria del Ejercicio Fiscal 2018. Foto: Galo Paguay / ÚN
La banca privada tiene al menos cinco reparos importantes contra el proyecto de ley para impulsar la reactivación económica del país, que se tramita con carácter de económico urgente en la Asamblea.
A pesar de que el proyecto ya tiene un 50% de cambios desde que se envió desde el Ejecutivo al Legislativo, en la Asociación de Bancos Privados (Asobanca) todavía consideran que “introduce conceptos peligrosos para el sistema financiero y no va a generar los cambios necesarios para la reactivación económica del país”, dijo Julio José Prado, director ejecutivo de Asobanca la mañana de hoy, miércoles 22 de noviembre del 2017, en Ecuavisa.
La Asobanca difundió ayer un comunicado en el que detalla los puntos que generan mayor incertidumbre.
El primero es la propuesta de modificación al artículo 95 del Código Monetario, en el que se establece que las entidades del sistema financiero privado estarán obligadas a satisfacer la demanda de liquidez del país. Actualmente, solo el Banco Central tiene esa obligación.
Para Prado esta disposición no obedece a criterios técnicos y “echa por tierra todo principio sobre la función de las entidades financieras”. Añade que las reservas líquidas del sistema financiero privado tienen por objeto garantizar a sus propios depositantes y atender sus operaciones de comercio exterior.
El otro punto que cuestionan es la propuesta modificar el artículo 96 del mismo Código, con el que se establece que cuando la banca exceda el tope de demanda de especies monetarias, tendrá que responder por los costos de traer las remesas utilizando sus activos externos líquidos.
La gerenta del Banco Central, Verónica Artola, explicó que este artículo busca garantizar que los bancos cumplan con la promesa hecha en agosto ante el presidente Moreno, de reducir la demanda de efectivo en USD 800 millones en un año y USD 1 600 en dos.
«Los bancos se comprometieron a demandar USD 800 millones menos en el primer año. Yo escucho ahora con asombro que dicen que no saben si se van a poder comprometer, cuando en la reunión con el Presidente dijeron que sí, que sabían que debía haber corresponsabilidad», señaló Artola a este Diario.
En el primer debate del proyecto, el pasado lunes, se analizó la necesidad de rebajar las tarifas de uso de medios electrónicos, para incentivar su uso y reducir la demanda de efectivo. Sin embargo, en la Asobanca dicen que todavía no hay decisiones sobre cuáles serán las tarifas para el sistema de billetera móvil que implementarán para reemplazar la desaparición del dinero electrónico que maneja en Central.
Mientras que Artola enfatizó que es necesario que las tarifas que cobren en el sistema financiero por los medios electrónicos sean mucho más bajas, para que se considere un incentivo. «Se necesita que la Superintendencia de Bancos revise el tema de costos para generar otros incentivos. Eso no va a ser de agrado de los bancos, pero más que por montos su ganancia sería por volumen para que compensen», señaló.
La Asobanca además considera que el recargo de entre 0,5 y 2% a los retiros que excedan los USD 5 000 debe eliminarse.
“Estamos de acuerdo que debe usarse menos efectivo, pero debe ser en forma de incentivos y paulatina. Este impuesto puede desbancarizar a la población”, dijo Prado.
El vocero de Asobanca también cuestionó la decisión de la Asamblea de introducir como excepciones al cobro del recargo a sectores como la agricultura y la construcción. “Queremos que nos expliquen cómo se va comprobar esto. ¿Tendremos que pedir RUC o currículo a cada cliente? Dicen que se hará mediante devolución, pero veamos si el Estado devuelve o no el dinero”, añadió.
Otros dos puntos que le preocupan a la banca es que la competencia de la información crediticia sería entregada a la Superintendencia de Bancos y que dejaría de ser manejada por los burós de crédito; y que el proyecto permitirá que los accionistas que coparticipen con el Estado en la propiedad de una entidad financiera, se eximan de la obligación de no tener intereses en actividades ajenas al sistema financiero.
El proyecto de Ley para Impulsar la Reactivación Económica del Ecuador se analiza en la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea. Foto: Galo Paguay/ LÍDERES
Los activos, la cartera, los depósitos, el patrimonio y la rentabilidad experimentaron un crecimiento en agosto pasado en comparación con el mismo mes del 2016, de acuerdo con la evaluación de la Asociación de Bancos del Ecuador (Asobanca). Los depósitos se ubicaron en USD 27 160 millones, que representó un aumento anual del 10,5%. La cartera, en cambio, subió un 22,7% y llegó a USD 23 255 millones.
Para el presidente de Asobanca, Julio José Prado, esos indicadores confirman que la economía pasa por un momento de recuperación. “Hay más demanda de crédito de las personas y las empresas”.
En depósitos, dice, que el crecimiento es menor a lo “que habíamos anticipado”. Explica que las captaciones tienen mucha relación con la liquidez pública y, ahora, hay menos inyección de recursos por parte del Estado con relación a los últimos meses del 2016 y los primeros de este año.
Prado espera que las expectativas negativas que tenía el sector empresarial finalicen y se reactive el microcrédito y la construcción. “Esperamos que se reactiven con las políticas que aplique el nuevo Gobierno”
Según el analista, Andrés Vergara, los actores económicos están reaccionando positivamente al mensaje político del presidente de la República, Lenín Moreno. “Todo tiene que ver con incentivos y confianza y el actual Gobierno está generando eso, por eso la gente decide arriesgarse tal vez y seguir invirtiendo, o se está arriesgando a consumir un poco más”, asegura este analista.
Se espera que las expectativas negativas que tenía el sector empresarial finalicen y se reactive el microcrédito y la construcción. Foto: Referencial
La gerenta general del Banco Central analiza las metas alcanzadas por el dinero electrónico en casi tres años y cómo se dará el traspaso de este sistema a manos de la banca pública, privada y cooperativas, con el fin de reducir el uso de efectivo en el país.
El mes pasado se anunció el traspaso del manejo del dinero electrónico desde el Banco Central a la banca privada, pública y cooperativas. ¿Qué expectativas tiene el Central con este cambio?
Traer efectivo es muy costoso para el Banco Central. Tenemos una salida de divisas de USD 2 000 millones de las reservas internacionales. Dado el costo importante que representa la demanda de efectivo, esperamos que este medio de pago genere menor demanda de efectivo y ayude a una mayor inclusión financiera. En Ecuador solo un 39% de la población está bancarizada.
Si las autoridades sabían lo costoso que era traer tanto efectivo, ¿por qué no se tomaron medidas antes? Yo no diría que no se tomaron medidas. La idea de dinero electrónico arranca en el 2014, pero el Banco Central en el 2010 ya impulsaba esta idea. No es solo un tema del Estado, también lo es del sector privado, que no vio la necesidad de generar corresponsabilidad. Gastar USD 2 000 millones al año durante cinco años es un montón de plata y seguir a esos niveles es insostenible por eso surge esta necesidad. En el 2010 se dieron las primeras ideas de tener dinero electrónico, pero en estos años ya es más complicada la situación.
¿Cómo va a ser el proceso de traspaso y hasta cuándo? No tendremos una sola plataforma, no habrá un monopolio público ni privado, sino que tendremos al menos dos plataformas. Estamos viendo los temas legales de cómo se haría el traspaso de la plataforma del Banco Central a las cooperativas y a la banca pública. La interconexión con nosotros no toma más de 60 días, esperaríamos que sea un proceso que tome menos de cinco meses. Y con la banca privada ya se ha dicho que desarrollar su plataforma con BanRed les va a tomar cinco meses más o menos.
¿Las cooperativas tendrán que pagar un costo por usar la plataforma del Central?
Ya tenemos más de 100 cooperativas que hacen transacciones con la plataforma del Banco Central. Cada cooperativa ha tenido que invertir en desarrollo informático entre USD 10 000 y 15 000, pero son inversiones que han tenido que hacer para poder vincularse a nuestra plataforma. El traspaso consiste en que las cooperativas van a manejar en su totalidad la plataforma. Nosotros solo vamos a hacer el control, regulación, compensación y liquidación de todas las operaciones.
Se estableció que para el traspaso era necesario que se haga una reforma al Código Monetario y Financiero, ¿cómo es que ya hay 100 cooperativas usándolo?
El Código establece que la operación del dinero electrónico solo la puede hacer el Banco Central. Pero, se entiende por operación la acción de abrir y cerrar cuentas. Nunca estuvo legalmente prohibido que bancos y cooperativas lo puedan usar para transacciones. Actualmente se pueden hacer transferencias desde las cuentas de dinero electrónico a bancos y cooperativas. No había prohibición, lo que la banca pidió es que el Banco Central ya no pueda abrir ni cerrar cuentas. ¿Qué evaluación hace del sistema de dinero electrónico desde el 2014 hasta ahora? ¿En qué estado lo entregan al sistema financiero? Tenemos 362 270 cuentas hasta el 29 de agosto y desde que empezó el proyecto se han transaccionado hasta agosto de 2017 USD 47,5 millones. En promedio son USD 24 000 mensuales en montos de transacciones. En el 2015 fueron 11 000 transacciones; el 2016, un millón y el 2017, casi tres millones. Son tasas de crecimiento que ya quisiera tener este nivel de crecimiento cualquier otro banco.
La decisión de que el Central no opere el dinero electrónico es en parte porque no cumplieron las expectativas. ¿Fueron demasiado elevadas las metas que se pusieron? Estábamos en un proceso de maduración, en una fase 1, que pudo haber sido un poco más ágil; pero eso no significa que haya fracasado el modelo o que por eso estamos cediendo a la banca. No es concesión a nadie, porque estamos también exigiendo corresponsabilidades. Lo importante es que se cumplió, no las expectativas, pero tuvimos un crecimiento interesante.
Sobre las metas de reducción de efectivo que exigen a la banca privada. ¿Qué pasará si no las cumplen? La banca es la que más nos demanda efectivo, por eso está la meta de reducir la demanda de efectivo en USD 800 millones al primer año. Si no las cumplen con esas metas, las concesiones que se les está dando, en tema de tarifas, tendrían que ser revisadas. Se elevarían las tarifas para retiro de efectivo, por ejemplo. Pero no se les retiraría la operación del dinero electrónico.
Los voceros de la banca privada aseveran que siempre pensaron que el dinero electrónico era una buena idea mal ejecutada, por estar en manos del Banco Central. ¿Qué responde a esto? Hubo una campaña de desprestigio muy fuerte en contra del dinero electrónico. La gente por desconocimiento y mala fe decía que era una manera de desdolarizar al país. Nada más alejado de la verdad. No fue mal manejado, fue mal informado con mala fe de muchos actores que dijeron que el dinero electrónico no funcionaba.
Queríamos ser el primer país del mundo en el que el dinero electrónico lo maneje un banco central. Era una buena idea, la debilidad fue la mala información. Ecuador es uno de los países que más usa efectivo, ¿cree que con este traspaso habrá un cambio en el comportamiento del ecuatoriano? ¿Qué más le queda por hacer al Banco Central para lograr reducir la demanda de efectivo?
Cambiar esa cultura cuesta, somos de los países en donde más se desgastan los dólares. En Ecuador, en promedio la vida útil es de 2,8 años y en EE.UU. es de 7 años. El Banco Central no ha renunciado a la responsabilidad que tiene en apoyar a que se use menos efectivo. Ahí está el trabajo que estamos desarrollando con más fuerza con las cooperativas.
Es economista graduada en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
El Congreso Latinoamericano de Derecho Financiero (Colade), organizado por la Asociación de Bancos del Ecuador (Asobanca) y la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), concluyó ayer, martes 12 de septiembre del 2017 en Quito.
En el evento se realizaron 18 conferencias en las que se abordaron temas como la protección de los datos personales en la banca en la era del Big Data; los retos financieros en la revolución digital; la ciberseguridad y los retos legales en el uso de monedas digitales.
«Este congreso es importante, porque aborda temas de la regulación del futuro: las competencias entre los neobanks y los nuevos sistemas financieros como los fintech, y todos los retos digitales que aún no están bien regulados y trabajados en el Ecuador», señaló Julio José Prado, presidente de la Asobanca.
Los «neobanks» son bancos en plataformas 100% digitales, mientras que una «fintech» es una empresa que utiliza tecnologías de información y comunicación para ofrecer servicios financieros menos costosos.
Jorge Alvarado, presidente del Comité del Colade, destacó que en temas regulatorios en la región hay ciertos avances, como en el caso de Ecuador, que tiene una legislación desde 2002 que podría permitir que la suscripción de contratos de cuentas corrientes o de ahorros sean en la web. «No obstante, el problema es su aplicación por falta de conocimiento de las autoridades y de los propios usuarios y la falta de unificación con las normas secundarias», señaló.
Prado añadió que en este contexto, la banca privada tiene el reto de acercarse a las entidades reguladoras para poner en debate la necesidad de modernización de cara a las nuevas tecnologías. «Hemos visto que el regulador siempre está atrás de la innovación bancaria y tecnológica, por queremos acercarnos a este para enseñarle lo que está pasando en el mundo y que nos adelantemos al futuro», manifestó.
En la foto, Julio José Prado, presidente de la Asobanca. Foto: Archivo / LÍDERES