Etiqueta: chocolate

  • Un joven chocolate que llega al extranjero

    Redacción Quito

    El chocolate fue hace varios siglos considerado tan valioso como el oro. Con esto en mente, Cecilia Zapater y Katherine Coka decidieron crear Tavoro, las tabletas de oro. Su microempresa elabora y comercializa barras de chocolate con cacao de fino aroma mezclado con frutas y hierbas aromáticas.

    “Nuestra amistad de 18 años forjó este proyecto. Cuando decidimos crear algo juntas que sea un producto con identidad nacional”, explica Coka, gerente general y de comercialización de Andean Flavors Cia. Ltda.

    Con una inversión inicial de USD 200 000 iniciaron el proyecto en el 2014. Por casi un año trabajaron en el desarrollo, las certificaciones y las formulaciones para crear un producto “totalmente orgánico y natural”, como lo afirma Zapater, gerente de producción.

    Los chocolates de Tavoro poseen sellos de la Unión Europea y EE.UU. que certifican su procedencia orgánica. “Este fue uno de los obstáculos más grandes ya que la cadena de producción implicaba buscar los proveedores correctos”, cuenta Coka.

    Algo que las distingue es la selección de los proveedores. El 80% son mujeres; además trabajan con asociaciones productivas en la Costa y Sierra del país.

    Tras encontrarlos, la producción y comercialización inició en febrero de este año. A través de una alianza producen en una planta de alimentos ya establecida en las periferias de Quito.
    Su capacidad de producción les permitiría procesar dos toneladas de chocolate al mes. Sin embargo, al momento solo han producido 840 kilos, cifra que esperan se duplique el próximo año.

    Las barras contienen cacao de aroma fino proveniente de Esmeraldas con una concentración del 70%, lo que le da un sabor fuerte y más amargo. “Fue una grata sorpresa ver que los ecuatorianos ya están empezando a consumir porcentajes más altos en sus chocolates”, explica Coka.

    En la actualidad, existen alrededor de 30 marcas de chocolate producido en Ecuador, hecho que Zapater considera “muy saludable ya que los consumidores pueden comparar distintas calidades y sabores”.

    Al momento Tavoro cuenta con una cartera de productos con seis sabores: banano, mango, mortiño, cedrón, hierbabuena y romero. Pero sus fundadoras esperan ampliar a más porcentajes de concentración y otros orígenes para el 2017. Debido al terremoto de abril pasado se registró una caída en la producción local que retrasó las proyecciones.

    Las barras de 70 gramos se comercializan en Fybeca, Medicity, Olga Fisch y en boutiques especializadas, con un precio sugerido de USD 3,50. “He trabajado en turismo por algunos años y buscando un chocolate nacional encontré la marca. Su diferencia es el aroma frutal del cacao y cómo han logrado incluir un factor social en la producción”, explica Erich Priess, distribuidor en Guayaquil y Cuenca. En las dos ciudades Tavoro suma hoy 15 puntos de distribución.

    Su facturación mensual promedio figura en los USD 12 000 en el mercado nacional. “Nuestro mayor mercado está en el exterior”, afirma Zapater. La empresa ha destinado 60% de la producción para la exportación a compradores en Estados Unidos, Alemania y Francia. Los contactos los hicieron en varias ferias internacionales en las que participaron: Chocoa en Holanda; Biopach en Alemania; y el Summer Fancy Food en Nueva York.

    Debido a que las ventas están enfocadas en el mercado internacional, la empresa proyecta una facturación total de USD 250 000 en el 2017. Para esto esperan ampliar su mercado de exportación a más puntos de distribución en EE.UU., a través de una plataforma de comercio electrónico, e ingresar a Japón y Canadá.

    Foto: Diego Pallero/ LÍDERES
    Foto: Diego Pallero/ LÍDERES
  • Los productos de Arawi se venden en cinco países

    Redacción Cuenca

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    Los productos de Arawi llegan al extranjero, concretamente a Canadá, Suiza, China, EE.UU. e India. Durante el 2016 se concretaron cinco exportaciones de polvo, pasta o licor, manteca, nibs y coberturas de cacao orgánico.

    Hace tres años, el cuencano Carlos Dávila inició su empresa Arawi para elaborar estos productos con el fin de dar un valor agregado al cacao. “Ecuador tiene el mejor cacao fino de aroma del mundo y no quería que solo salga como una materia prima y que regrese como chocolate”.

    Por ello, su objetivo fue no solo vender o exportar cacao al granel sino crear productos que sean reconocidos en el país y el exterior. Él y su padre son ingenieros agrónomos y están dedicados al cultivo de cacao desde hace una década. Su familia tiene las haciendas Guatemala y Peña Dorada, ubicadas en Balao (Guayas) y El Guabo (El Oro), respectivamente.

    La inversión inicial alcanzó los USD 30 000. Ese dinero se destinó para adquirir maquinaria fabricada en el Ecuador, que se usa para seleccionar los granos, tostar, separar las cáscaras y un molino para obtener la pasta y el polvo.

    Ese equipamiento fue instalado en una propiedad de Dávila, ubicada en el sector de Zhumir, en el cantón azuayo de Paute.

    En la actualidad, en esta fábrica se producen, en promedio, cuatro toneladas mensuales de cada uno de los productos. Es decir, de polvo, pasta o licor, manteca, nibs y coberturas de cacao orgánico.

    Es la capacidad máxima de la planta, por lo que ya se alista la ampliación con la importación de maquinaria, señala Dávila. No está definida la inversión.

    Otro de los proyectos es el mejoramiento de los empaques.

    El 80% de la producción se comercializa en el país a través de grandes supermercados, micromercados, hoteles, hosterías, pastelerías, tiendas, spa, chocolaterías, cafeterías, heladerías, gimnasios, entre otros negocios.

    También promociona sus productos en ferias como la harina, café y chocolate. Esta se realizó a finales de mayo pasado en el Seminario San Luis de Cuenca. Allí, la azuaya Inés Tapia probó el polvo de cacao. “Me gusta su sabor y aroma y los adquiero frecuentemente”.
    El 20% de la producción restante se destina a la exportación. “Al mercado internacional ingresé desde hace dos años con pasta, polvo, grano…”, señala Dávila.

    Para ingresar al extranjero como un producto orgánico, concretamente, a Canadá, EE.UU. y la Unión Europea logró la certificación para las haciendas, la planta procesadora y la exportación per se. La empresa estadounidense Quality Certification Service entregó esta acreditación.
    En la planta del cantón Paute también se realiza una selección del grano de exportación, “porque queremos enviar solo calidad con el nombre de Arawi”.

    Dávila escogió el nombre de Arawi porque significa poesía, en kichwa. “Creemos que el chocolate es una pasión y brinda muchos beneficios para las personas. Libera endorfinas y brinda la misma sensación que el amor. Por eso es una poesía de aroma”.

    Dávila escogió el nombre de Arawi porque significa poesía, en kichwa. Foto: Giovanni Astudillo / LÍDERES
    Dávila escogió el nombre de Arawi porque significa poesía, en kichwa. Foto: Giovanni Astudillo / LÍDERES
  • La Toscana se alista para exportar su vino elaborado con cacao

    Redacción Cuenca (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

    En La Toscana, ubicada en el norte de Cuenca, se elabora el vino merlot al chocolate con cacao ecuatoriano, que es el primero en su tipo. Hace tres años se inició el desarrollo de un producto innovador, que muestre la identidad cultural y gastronómica del Ecuador.

    La marca escogida fue KKO para dar énfasis al cacao, que es un ingrediente fundamental en esta bebida y por ser un referente del Ecuador en el extranjero al ser considerado como el mejor del mundo, destaca Gustavo Eguez, gerente de Compras de la empresa, que pertenece al Grupo Eljuri.

    El italiano Antonio Maccieri, quien es jefe de enólogos de La Toscana, lideró el proyecto, que demoró dos años de pruebas de combinaciones, degustaciones… Para él, este producto tiene una importancia relevante porque se utiliza cacao fino de aroma tostado y molido para generar un mejor sabor y aroma.

    Hace cinco años, en Estados Unidos, se pensó en hacer algo diferente, dice Maccieri, quien tiene una larga trayectoria en el desarrollo de bebidas. Según él, en ese país existe un importante consumo de vinos aromatizados con cacao, “que es otra cosa. Aquí se trata de un producto natural de uva fermentada con cacao…”.

    Maccieri probó el cacao con diferentes alternativas y el mejor resultado lo obtuvo con la uva merlot. Logró cualidades como delicadeza, estabilidad del color y, sobre todo, su aroma natural.

    La producción se inició hace un año con la primera fermentación a inmersión, que demora un mes. Los pedazos de cacao se colocan una malla de un metro de largo para que tengan un contacto constante con el vino durante la fermentación. Esto permite aprovechar de mejor manera el aroma del cacao. Luego se cumplen otros procesos para obtener el KKO.

    Según Eguez, se escogió una botella novedosa e innovadora, que fue desarrollada por un equipo de marketing de La Toscana. Es la típica de licor, estética y en cada uno de los detalles se destaca al cacao. Está pintada de blanco, pero hay espacios transparentes para apreciar el color del vino.

    Fue introducido en el mercado a través de ferias vitivinícolas y un plan de difusión con degustaciones. Hasta la fecha se elaboraron 5 000 cajas de 12 botellas, que se destinaron al mercado nacional.

    Las primeras exportaciones saldrán este mes a Costa Rica y en septiembre a Bolivia. Se enviarán 1 000 cajas a cada país. Según Eguez, 900 cajas se destinarán a la comercialización y 100 restantes se utilizarán para degustaciones.

    El objetivo de la empresa es posicionar su vino merlot al chocolate en todo el mundo porque es un producto innovador y aprovechar la imagen del cacao ecuatoriano en el exterior, agrega Eguez. “Al ser el cacao un producto estrella para el Ecuador y al haber ganado tantos premios en el mundo, era importante hacer un vino de chocolate. Queremos que KKO se convierta en una marca insignia”.

    A finales de año se enviará a Brasil y a inicios del 2017 se prevé que llegará a EE.UU. Para concretar los envíos se deben obtener los registros sanitarios de cada país y cumplir las normativas de ingreso, que es un proceso demorado, . “Además enviamos muestras a Italia y les gusta por el aroma y el sabor del cacao”.

    Otros detalles

    La empresa. La Toscana se inició en Cuenca en 1998 como parte del Grupo Eljuri. Para el control de calidad, la firma tiene un laboratorio de alta tecnología europea y personal calificado. La producción y envasado se realizan con técnicas de control y maquinaria italiana.
    La innovación. Una de las apuestas de la empresa es la innovación. El año pasado lanzó 17 nuevos productos, entre vinos y licores. En lo que queda del 2016 sacará un espumante que es elaborado en la actualidad y se prevé que salga en septiembre.

    Gustavo Eguez y Antonio Macierri con el vino KKO, en la planta de producción de la empresa La Toscana. Foto: Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Gustavo Eguez y Antonio Macierri con el vino KKO, en la planta de producción de la empresa La Toscana. Foto: Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El chocolate es el negocio familiar por más de 70 años

    Modesto Moreta (I)  redacción@revistalideres.ec

    La elaboración artesanal del ‘Chocolate ambateño’ es una tradición que se conserva por más de 150 años en Ambato. Las fórmulas para la elaboración de este producto los conserva intacto la familia Vargas Villacís. Sus miembros crearon la empresa El Buen Chocolate hace más de 70 años ; esta empresa facturó el año pasado USD 40 000.

    En su planta, localizada en las calles Ignacio Sánchez y José Peralta (Huachi Chico), sus 20 colaboradores procesan 35 quintales de cacao cada mes. Los principales mercados del chocolate en tablilla son Cotopaxi, Tungurahua, Pichincha, Chimborazo y en las cadenas de supermercados a escala nacional como Megamaxi, Santa María, Supermercados Balarezo, la cadena de panificadoras Ambato, en Quito, y otras locales.

    Irene Villacís ha dedicado 68 de sus 78 años a la elaboración del chocolate. Cuenta que la tradición del ‘Chocolate ambateño’ se mantiene en todo el país por la calidad y la pureza del producto. “Es cacao puro sin mezclas, por eso el olor atrae a los compradores. Este se mantiene cuando se lo diluye en la leche, es exquisito”.

    Carlita Vargas está el frente de este negocio hace siete años. Dice que el emprendimiento familiar lo continuó su abuelo Luis Villacís en 1946. En esa época todas las familias de esa zona estaban dedicadas a la elaboración del chocolate. Ellos contrataban uno de los tres molinos para procesar el cacao.

    Tenían el turno los martes desde las 02:00 hasta las 22:00 del mismo día para procesar los 7 quintales que lo vendían en una semana. “La falta de recursos económicos impedía adquirir nuestra propia maquinaria”, indica Vargas.

    En el 2009 decidieron financiar el equipamiento. Invirtieron de sus propios recursos USD 47 000 en la compra de los molinos eléctricos y otros equipos. Además, construyeron un galpón para montar la microempresa. En la actualidad emplean a 20 personas.

    Vargas asegura que en un vehículo de su propiedad distribuyen el chocolate en Tungurahua, Cotopaxi y Pichincha, así como en las grandes cadenas comerciales del país. Para incrementar sus ventas inyectaron en el 2014 otros USD 10 000 con lo que cambiaron la envoltura del producto a fundas aluminizadas. Contrataron diseñadores para efectuar los logotipos y el contenido gráfico. También cambiaron el tamaño del empaque con la idea que impacte. Lograron envolturas para 90, 120, 200 y 450 gramos.

    A más de la distribución a escala nacional mantienen la venta en forma de tablilla en el mercado Central. “Es un sitio estratégico porque los turistas y visitantes que llegan a una ciudad lo primero que quieren visitar es el mercado y es donde se degusta lo tradicional de la urbe. Y el chocolate es uno de esos productos”, explica convencida Vargas.

    El Buen Chocolate tiene relación comercial con la cadena de supermercados Balarezo del cantón Salcedo, en Cotopaxi, hace 18 años. Al principio le ofertaban las tradicionales tablillas de chocolate. Lupita Balarezo, gerenta de esta cadena integrada por tres locales, explica que la elaboración artesanal y la calidad del producto permitieron que las ventas se incrementaran.

    Balarezo cuenta que el consumo de “El buen chocolate” aumentó un 85% en los últimos dos años con el cambio de presentación del producto. Así este producto se deja saborear entre generaciones de ambateños.

    Willian Vargas, Carlita Vargas e Irene Villacís son los encargados de esta empresa familiar que elabora y comercializa productos de chocolate en tres provincias de la Sierra. Foto:  Raúl Díaz para LÍDERES
    Willian Vargas, Carlita Vargas e Irene Villacís son los encargados de esta empresa familiar que elabora y comercializa productos de chocolate en tres provincias de la Sierra. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
  • En Londres y París premiaron a este chocolate manabita

    Redacción Quito

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    Aprender a catar chocolate ecuatoriano es el primer paso que Susana Cárdenas enseña al hablar sobre Montecristi Chocolate. Este proyecto manabita tiene la consigna de posicionar la textura, el aroma y el sabor del cacao fino ecuatoriano en Europa.

    La elegancia en su presentación, las combinaciones de sabores con sal marina, las barras canuto, y el sabor del cacao hicieron que este año, Montecristi Chocolate gane cuatro medallas -entre plata y bronce- en el concurso de la Academia de Chocolate de Londres, Inglaterra.

    En el 2013 se empezó a trabajar en el proyecto señala Lucía Fernández de Genna, presidenta del emprendimiento. Durante este tiempo se escogió el nombre y el color fucsia que representa a la marca.

    Para esto, se invirtió un capital inicial cercano a los USD 250 000. La cifra sirvió para toda la ejecución del producto, aunque todavía no cuentan con planta propia, comenta la empresaria manabita.

    Para elaborar el chocolate de cacao fino, Montecristi Chocolate se propuso fortalecer a productores locales de Manabí. Por eso trabajan con los agricultores de la Cooperativa Fortaleza del Valle de Calceta, ubicada en el cantón Bolívar y de otros sectores como Junín, Portoviejo, Chone, Canuto y Sucre. Unos 1 000 agricultores son claves para este emprendimiento.

    La iniciativa ganó el año pasado el premio ‘Cocoa of Excellence Award 2015’ en el Salón de Chocolate de París. El primer producto de la marca fue chocolate para repostería. Y la segunda línea arrancó en febrero de este año con las barras de chocolate. La maquila se ubica en Quito, explica Cárdenas, sin dar detalles.

    Taty Castillo, socia del restaurante Muya, desarrolla desde hace un año y medio la línea de repostería Taty Castillo by Muya. Este negocio de Manta elabora postres, dulces y repostería. Castillo afirma que usa el chocolate de Montecristi debido a su sabor y aroma”.

    El mercado estratégico de Montecristi Chocolate es Europa. A Inglaterra, en el 2014, se enviaron seis toneladas de Montecristi Chocolate. También, algunas cadenas de restaurantes con la insignia ‘Michelin’, usan el chocolate manabita.

    Montecristi Chocolate vendió USD 360 000 en el 2014 y el año pasado USD 200 000. Este año, la estrategia es producir el chocolate enfocado en el mercado local.

    Montecristi Chocolate es un producto ecuatoriano que se vende en Londres. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Montecristi Chocolate es un producto ecuatoriano que se vende en Londres. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • El Salón del Chocolate cumplió ocho años

    Ana Belén Veintimilla

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    En sus inicios, en el 2009, la primera edición del Salón del Chocolate contó con nueve expositores y 300 asistentes. Para el 2015 el evento logró posicionarse en la ciudad con 53 expositores y 12 500 asistentes. Y en la octava edición que culminó el pasado domingo 19 de junio se presentaron más de 60 expositores ampliando la gama de productos alrededor del chocolate.

    Los licores en base al cacao fueron gran parte de las tendencias de este año. Cremas de chocolate blanco de Lovisone, licor de naranja con maridaje de chocolate de Secreto Inti o licor de cacao de Zamora Chinchipe y Manabí mostraron la variedad de bebidas con las que se puede jugar con la pepa de cacao.

    Uno de los retos para los pequeños productores es dar a conocer su marca. Así lo cree Raúl Nieto, director de la reserva Itapoa en Puerto Quito, que elabora chocolates con maracuyá y forma parte de un proyecto de protección del bosque húmedo tropical. También se realizó el lanzamiento de la nueva marca de chocolate de Pichincha, Mitad del Mundo, cuyas barras de 55, 70 y 100% se presentaron en el evento de inauguración.

    Para los productores más posicionados el Salón es un encuentro en el que se puede dar a conocer los nuevos chocolates que mandan al mercado. Pacari, por ejemplo, presentó su nueva línea de cacao en polvo para niños y las barras que combinan yuca con chocolate o jengibre con chía y cacao. Los chocolates de Hoja Verde aprovecharon para presentar un cambio de imagen y la línea de sus bombones rellenos.

    Para Miguel Ángel Puente, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias Franco Ecuatoriana, el encuentro es un recorrido que pasa por la industria chocolatera; en donde se posiciona el cacao fino de aroma que se elabora en el país y que se busca posicionar con el chocolate como valor agregado.

    Este año el Gobierno Autónomo Descentralizado de Zamora Chinchipe llegó como invitado especial. Salvador Quishpe, prefecto de esa provincia, explica que ya cuentan con 5 000 productores y por eso este año decidieron entrar en el Salón del Chocolate. “El salón es una oportunidad para generar alianzas”, dice Quishpe.

    La octava edición del Salón del Chocolate se cumplió la semana pasada, en Quito. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
    La octava edición del Salón del Chocolate se cumplió la semana pasada, en Quito. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES
  • Brasil disputa su lugar en el chocolate de alta calidad

    Agencia AFP

    Quinto productor mundial de cacao, Brasil estaba ausente del mercado de los chocolates de alta calidad hasta hace poco. Pero un grupo de pioneros lucha por un lugar en este sabroso universo, con tabletas de cacao puro, aromatizadas al café o rellenas de frutas amazónicas.

    La empresa Mendoá, basada en el sur de Salvador de Bahia, figuró incluso entre los 50 “mejores chocolates del mundo” en el último Salón de París.

    “Tenemos que dejar de únicamente exportar la materia prima. Somos capaces de vender un producto final de alta calidad”, asegura Rodrigo Aquim, presidente de la empresa homónima.

    La tableta que desembala con orgullo, grabada con motivos asimétricos, ya hizo las delicias de la reina de Inglaterra y de la familia imperial de Japón.

    El sabor de su producto evoluciona según las “cosechas”: notas frutadas para el 75% de 2014, más intensas para 2015.

    “Todo el cacao de la tableta viene de una sola parcela de la plantación. Por lo tanto la cantidad de lluvia o de sol del año influye en el gusto del chocolate”, explica Alexandre Michelon, representante de la marca.

    Evolución del gusto 

    Michelon muestra las fotos de la “granja”: primero la sombra brumosa de una selva tropical, bajo la cual crecen los arbustos de cacao. Luego los barriles de acero inoxidable donde se fermentan los frutos, cubiertos aún de pulpa blanquecina, antes de secarse al sol de Bahia.

    Inmortalizada en las novelas de Jorge Amado, la producción brasileña de cacao es una de las más importantes del mundo y se exporta en un 90%. Las 780 000 toneladas de chocolate nacional, sin embargo, son casi completamente devoradas en el país.

    La mayoría de los brasileños prefieren el chocolate con leche, azucarado y aromatizado. Un cuadrado bien negro con 80% de cacao les provocaría muecas.

    “El paladar de los consumidores brasileños evoluciona lentamente. pero con el alza del poder de compra, sobre todo, se vuelcan hacia productos gourmets como los vinos, el queso… y el chocolate de alta gama”, destaca Caio Tomazelli, de la Asociación Brasileña de la Industria del Chocolate y del Cacao.

    Competir con Suiza o Bélgica

    La fabricación de chocolates “premium” es aún modesta. Acumulando una multitud de pequeñas marcas como Amma o Montanhês y las cadenas de boutiques como Kopenhagen o Cacao Show, alcanza un 7% de la producción nacional.

    Pero estos productos de alta calidad ganan compradores cada año, mientras que las ventas mundiales de chocolate declinan en el país.

    Según la Abicab, Brasil -tercer productor mundial de chocolate y cuarto consumidor mundial- posee los ingredientes para competir un día con Suiza o Bélgica.

    “Producimos todas las materias primas en nuestro territorio: el cacao, el azúcar de caña y la leche. Comenzamos a dominar las tecnologías y a formar chefs en nuestras escuelas de gastronomía”, dice Caio Tomazelli.

    En Mendoá, que financió policlínicas y escuelas en el poblado cercano a su plantación, se pone el acento en el respeto a los empleados. “Es una ventaja del chocolate brasileño en relación a países que practican aún la esclavitud o el trabajo infantil”, asegura Leandro Almeida, el presidente de la marca.

    Gracias a su éxito internacional, los pioneros brasileños esperan seducir a los consumidores nacionales, siempre deseosos de imitar a Europa o a Estados Unidos.

    “Cuando un niño sueña con un chocolate debe soñar con una selva tropical, no con una vaca de las montañas suizas”, dice sonriendo Rodrigo Aquim, que exporta sobre todo a Gran Bretaña y Portugal.

    El ejercicio sigue siendo riesgoso. Con sus 12 toneladas de producción anual, la rama “chocolate” de la empresa familiar recién acaba de obtener el equilibrio en sus cuentas, después de siete años de actividad en Brasil.

    Chocolate Brasil
    La fabricación de chocolates “premium” en Brasil es aún modesta. Foto: AFP
  • El apetito por el chocolate consume la Amazonía

    Agencia EFE

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    Madrid

    El chocolate es un placer cada vez más extendido a tenor de las cifras de consumo de cacao, aunque lo que quizá no saben quienes disfrutan de él es que también están «dando un bocado» a la selva amazónica.

    Para satisfacer la creciente demanda, la producción mundial de cacao ha crecido más de un 2,1% anualmente en la última década hasta alcanzar los 7,3 millones de toneladas en 2014, según la Organización Internacional del Cacao. Este incremento ha llevado a la industria a buscar nuevas tierras para las plantaciones, en muchos casos a costa de la deforestación y del aumento de emisiones de CO2.

    Así lo alerta un estudio publicado el 6 de agosto del 2015  por el World Resources Institute (WRI) que demuestra con imágenes satelitales que las plantaciones de cacao están invadiendo la selva tropical amazónica en Suramérica. La mayor parte de la producción de cacao mundial provenía históricamente de los países de África occidental, pero el envejecimiento natural de los árboles, el aumento de las plagas, las enfermedades de los cultivos y las condiciones extremas provocadas por el cambio climático impiden a la región seguir supliendo el aumento de demanda.

    Ante esta situación, los productores han puesto la mirada en Suramérica como el futuro gran vivero de cacao, explica en una entrevista telefónica Ruth Noguerón, portavoz del Programa de Alimentos, Bosques y Agua del WRI. Los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lo confirma: la producción de cacao en Perú se ha multiplicado por cinco entre 1990 y 2013, dando lugar a que desde este último año el país andino haya entrado en la lista de los diez mayores productores de cacao. Este aumento de la producción no tendría por qué implicar daño ambiental, en tanto que los árboles de cacao refuerzan la absorción de carbono del suelo, a no ser que se haga, como han constatado los investigadores, a costa de cambiar de uso del suelo, o dicho de otro modo: deforestando la selva para disponer de más tierra de cultivo.

    Noguerón cita como ejemplo el caso de la empresa United Cacao, que en 2012 deforestó 2.000 hectáreas de la Amazonía peruana para establecer una plantación de cacao. Las imágenes satelitales de la NASA han permitido a los investigadores acceder a los datos de la parcela deforestada y calcular el incremento de emisiones asociado a ese cambio de uso del suelo: más de 602.000 toneladas de dióxido de carbono, el equivalente en emisiones a dar la vuelta en coche alrededor de la tierra 60.000 veces.

    En declaraciones a Efe, Matt Finer, investigador de la Asociación para la Defensa de la Amazonía, advierte de que la citada empresa se sirve del marco legal peruano para argumentar que practica «desbosque«, no «desforestación«. Finer sostiene que United Cacao «está cambiado el modelo de producción sostenible de cacao en Perú a pequeña escala y usando terrenos ya deforestados por un modelo agro-industrial a gran escala que planta sobre terrenos ocupados por bosques».

    En cualquier caso, el hallazgo del WRI deja corto el cálculo de emisiones los 169 gramos de emisiones de CO2 que supone comerse una barra de chocolate (de 49 gramos) que hizo la multinacional Cadbury, ya que esa contabilidad solo incluía los gases contaminantes generados por la producción de las materias primas (cacao, leche o azúcar), el envasado y la distribución, pero no el cambio de uso de la tierra. Según el WRI, la huella de carbono del chocolate, teniendo en cuenta las emisiones que genera el cambio de uso del suelo, ascienden a 6,8 gramos de CO2 por gramo de chocolate con leche y 10,1 gramos de CO2 por gramo de chocolate negro.

    La mayor parte de la producción de cacao mundial provenía históricamente de los países de África occidental. Foto: Ricardo Maldonado/ EFE.
    La mayor parte de la producción de cacao mundial provenía históricamente de los países de África occidental. Foto: Ricardo Maldonado/ EFE.
  • Con el chocolate gourmet artesanal se abre mercados

    REDACCIÓN QUITO  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Papá Cacao es la empresa de Jaime Freire, quien la creó y desde hace tres años elabora chocolate con cacao fino y orgánico. Su producto llamó la atención en Bélgica, Brasil y otros países.

    En 1999, Jaime Freire adoptó el sobrenombre de ‘Papá Cacao’. Lo hizo cuando estaba en un evento relacionado con la producción del cacao en la parroquia Las Golondrinas, en Esmeraldas. Este empresario, quien estudió Economía en la Universidad Central del Ecuador, se dedicó de lleno a trabajar en cultivos de cacao.

    Él creó su empresa Papá Cacao, que realiza consultorías sobre comercialización asociativa en productos agrícolas, aplicación de procesos de capacitación, escuelas de campo. Pero, desde el 2012, con su esposa Paulina Pino se concentran en la elaboración del chocolate ‘gourmet’ artesanal.

    Para la producción de las barras de chocolate y bombones artesanales utilizan cacao fino de aroma y orgánico, que por su procesamiento ofrece texturas, aromas y sabores consistentes que han ganado mercado en Egipto, Singapur, Brasil, Bélgica y otros países de Europa, explica Freire.

    El valor agregado de su chocolate es su formulación, dice el Gerente de la iniciativa. Para esto, sus chocolates utilizan cacao fino, manteca de cacao, azúcar y menos del 1% de lecitina, componente que compacta al dulce. Con estos ingredientes no es necesario utilizar preservantes ni saborizantes.

    Los principales insumos los adquieren de productores locales de Los Ríos, Esmeraldas, Guayas, entre otras zonas del Litoral. Por ejemplo, Francisco Peñarrieta, gerente de la Unión de Organizaciones de Productores de Cacao Arriba Esmeraldas, afirma que cada mes provee a Papá Cacao de dos quintales para la elaboración de las tabletas de chocolate.

    Mientras que a la Corporación Fortaleza del Valle, ubicada en Manabí, este emprendimiento compra dos toneladas mensuales de cacao orgánico, con certificación de comercio justo.
    Para el procesamiento del chocolate ‘gourmet’, la firma trabaja con la empresa cuencana Godika, que también se dedica a la elaboración de chocolates. Allí se procesan mensualmente 250 libras de cacao maduro, que se destinan a las instalaciones de Papá Cacao (ubicadas en Pomasqui, al norte de Quito), para su tratamiento.

    En la producción artesanal, los bloques de chocolate se derriten y se aplican técnicas específicas, como templar el dulce para adquirir una textura crujiente y brillante; en los bombones se agregan esencias y rellenos de café, frutos rojos, mora, ají, etc.

    En este año, Papá Cacao participó en ferias de El Cairo y Ámsterdam, con el apoyo del Instituto de Promoción de Exportaciones e Importaciones (ProEcuador). Estos encuentros le permitieron mostrar sus productos en el exterior y desarrollar negocios a través de su página web.

    Su estrategia, comenta Freire, es consolidar por ahora nuevos mercados. Para esto exporta, cada mes, unas 150 libras en barras de chocolates en promedio, con una concentración de cacao, del 80% o 90%. Sebastián Klerp, gerente de la empresa Euromerk, ubicada en Bélgica, trabaja con Freire para consolidar clientes en este país. En los próximos meses, dice, abrirá una tienda de Papá Cacao.

    Con todas las líneas de negocio, en el 2013 facturaron alrededor de USD 10 000 y para el 2014 lograron ventas, tanto de chocolates como por las consultorías de proyectos valoradas en USD 15 000.

    Otra estrategia de la marca es capacitar a productores locales y emprendedores de cacao y chocolate, en planes de negocio completos (que incluye asesoría en producción, modelos de gestión, canales de ventas, etc.).

    Jaime Freire, conocido como ‘Papá Cacao’, exhibe su portafolio de productos en el que constan bombones y barras de chocolate elaborados con cacao de aroma fino ecuatoriano. Foto: Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Jaime Freire, conocido como ‘Papá Cacao’, exhibe su portafolio de productos en el que constan bombones y barras de chocolate elaborados con cacao de aroma fino ecuatoriano. Foto: Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • La séptima edición del Salón del Chocolate abrió sus puertas este 29 de mayo

    Ana Belén Veintimilla

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    Este viernes 29 de mayo,  a las 10:00, se inauguró la séptima edición del Salón del Chocolate Ecuador. Desde 1995 existe en el mundo un evento dedicado al producto derivado del cacao y durante tres días se da cita en el país. La feria estará abierta al público hasta el  domingo 31 de mayo, desde las 9:00, en el Centro de Exposiciones Quito.

    Para este año se cuenta con más de 40 expositores que han puesto a disposición sus productos.

    Para el embajador de Francia, François Gauthier, los siete años de feria han permitido llegar a una madurez y visión más completa del chocolate. «Respetar el producto significa proteger su origen», dijo en la rueda de prensa inaugural. Añadió también que por ello la cooperación entre Francia y Ecuador ayuda a unir conocimientos europeos con el cacao fino de aroma ecuatoriano.

    El homenaje al chocolate se muestra en la variedad de productos que cada estand ofrece. Las cremas de chocolate, por ejemplo, se convierten en un elemento de atracción. Para Pablo Piedra, miembro del departamento comercial de Lovisone, las cremas de chocolate y menta brindan un valor agregado. «Buscamos innovar y tenemos la ventaja de tener un producto tan versátil que se adapta a la coctelería, gastronomía y repostería», además de disfrutarse sólo.

    La creatividad puso a prueba a los expositores y entre otras opciones de mezclas se puede disfrutar de mermeladas con chocolate. El propietario de Bravado, Iván Iturralde, cuenta que buscaba desarrollar un producto ecuatoriano y el chocolate le permitió trabajar la consistencia de la mermelada. Ahora en la feria permite degustar sus creaciones con maracuyá y mora.

    La mezcla del ácido y el dulce -dice Iturralde- es un matrimonio que se da en el Ecuador. El salón también tiene logos de chocolate, helados con cobertura de cacao, bombones, muscadines y un mundo entero de oportunidades para disfrutar del chocolate. Los expositores estarán abiertos al público hasta las 19:00.

    El Salón del Chocolate se desarrollará los días 29, 30 y 31 de mayo del 2015, en el Centro de Exposiciones Quito. Foto: Diego Pallero / El Comercio
    El Salón del Chocolate se desarrollará los días 29, 30 y 31 de mayo del 2015, en el Centro de Exposiciones Quito. Foto: Diego Pallero / El Comercio