Los jóvenes emprendedores son más en el país. Así lo señala un estudio elaborado por una escuela de Negocios ecuatoriana con datos del Global Entrepreneurship Monitor.
El dato concreto indica que en el 2008 la actividad emprendedora de los jóvenes fue de 17,6%, mientras que en la actualidad ronda el 30%. Es un crecimiento de 12 puntos porcentuales en una década.
En este grupo se encuentran mujeres y hombres con edades comprendidas entre 18 y 34 años, con estudios universitarios un buen porcentaje, pero sobre todo con unas ganas enormes de emprender, invertir en ideas innovadoras, generar empleo y dejar un legado a las siguientes generaciones.
Estos jóvenes merecen más apoyo de parte de las autoridades, pero también respuesta de la sociedad, entendida como el mercado al que apuntan estos soñadores.
Está en camino la Ley de Emprendimiento e Innovación, un marco jurídico que apunta a dar un impulso mayor al ecosistema emprendedor ecuatoriano. Ese documento será un pilar clave para que el emprendimiento de calidad crezca en Ecuador.
Karay Natural Foods, un emprendimiento ecuatoriano que elabora chips, harina, polvo liofilizado y aderezos con frutas, semillas y vegetales, fue el ganador de la quinta edición de los premios Ei, certamen organizado por la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI).
Esta iniciativa recibió el galardón la noche del jueves 21 de noviembre del 2019, en la premiación que se efectuó en la Universidad San Francisco de Quito.
En la velada también se premió a la Asociación de Trabajadores Agrícolas Autónomos 5 de junio, con su marca El Poderoso Maní Manaba. Esta organización fue calificada como el mejor ejemplo del programa Reemprende, que trabaja en Manabí, luego del terremoto de abril del 2016.
Foto: Flickr Imagen y Fotografía La Metro
La AEI también reconoció a aliados como Tracklink, Fundación Crisfé, la Universidad Técnica Particular de Loja, Kruger Labs, entre otros, por su aporte al ecosistema emprendedor.
En la ceremonia intervino Camilo Pinzón, Presidente del Directorio de la AEI, quien anunció que entre los próximos objetivos está elaborar un plan de emprendimiento inclusivo, a escala nacional.
El emprendimiento Karay Natural Foods fue el ganador de la quinta edición de los premios Ei, certamen organizado por la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación. Foto: Flickr Imagen y Fotografía La Metro
Para Marco Mancero la cocina y la lectura son dos actividades esenciales en su día a día. Entre las dos creó conexiones que le han servido para emprender nuevos proyectos marcados por la búsqueda de una alimentación más sana y saludable y de un equilibrio físico y espiritual.
Uno de sus libros de cabecera es ‘La alimentación esencial humana’ de Santiago Portilla Rosales. El director de alimentos y bebidas del GranEro cuenta que en esta obra el autor pone el acento en la importancia de la alimentación integral humana, algo que pone en práctica de forma constante.
“Lo recomendaría -dice- a cualquier clase de persona porque te invita a analizar cuáles son los alimentos funcionales e integrales que pueden reunir los aminoácidos esenciales, las proteínas y las vitaminas que necesitamos”.
Uno de los alimentos que destaca este chef y emprendedor es la quinua, un grano que era muy consumido en la zona andina y que tiene elementos como el omega 3, que según explica ayuda a estimular la actividad cerebral.
Para él, los alimentos están llenos de información que necesita ser decodificada por la gente. Cree que es importante recordar que nuestros antepasados sabían los tiempos y lugares precisos para la siembra y la cosecha y para qué les servía todo lo que comían.
Uno de los libros que le ha ayudado a nutrirse de los conocimientos alimentarios de las culturas ancestrales es ‘Génesis de la cultura andina’ de Carlos Milla Villena. “Esta lectura -cuenta- me motivó a hurgar más en los saberes que tenían los pueblos indígenas y valorar su forma de vivir”.
Las lecturas de los últimos años, también le han permitido valorar la importancia que tiene la cocina como espacio de encuentro y de comunión para las personas. “La cocina a través de los olores y sabores nos ayuda a crear memoria. También nos sirve para recordar la importancia de las semillas y de los frutos que nos da la Tierra”.
En su biblioteca abundan los libros de biología, química, botánica, ciencia -entre ellos uno que explica la importancia de los arcos eléctricos-, autoayuda (sobre todo las obras de Osho) y clásicos de la literatura universal como las obras de Julio Verne.
Una de sus preferidas es la ‘Estrella del sur’. El libro cuenta la historia de Cyprien Meré, un ingeniero francés que vive en los Campos de Diamantes en Griqualandia Occidental (Sudáfrica), y desea casarse con la bella hija del señor Watkins, quien cuenta con que Alicia se quede cerca de él y se case con uno de los mineros más adinerados de la región.
“Me gusta porque es un libro que mezcla la aventura y ciencia. Una de las partes que más recuerdo es el empeño que tenía uno de los protagonistas por imitar el proceso de creación de un diamante. Algo que nunca logró”.
Entre sus intereses literarios también está la literatura ecuatoriana. Uno de sus textos favoritos es el ‘Cuento de la patria’, un ensayo de Benjamín Carrión, que fue publicado en 1967.
Mi libro de cabecera
‘Estrella del Sur’. Mancero recomienda la lectura de esta obra de Julio Verne por la mezcla de mundos que el lector puede encontrar, entre ellos la aventura y la ciencia. “Cualquiera lo puede leer en un viaje corto o en un día de fin de semana”, dice.
Mancero junto a la pequeña biblioteca que tiene en su lugar de trabajo. Foto: cortesía de Byron Herrera Jaramillo
El papeleo legal puede considerarse un trámite engorroso, pero las consideraciones jurídicas permitirán que un negocio tenga bases fuertes que sean su escudo. Ningún emprendimiento está exento de riesgos, por lo que es indispensable conocer las leyes y normas que podrían impactar.
Conocer los límites y reglas dentro del marco legal facilitan al emprendedor la promoción y consolidación del negocio. Además, la asesoría legal ayuda a no caer en errores.
Administrar una empresa no es una tarea simple. Los trámites legales están entre los procesos más complicados, ya sea por desconocimiento o por falta de experiencia, muchos empresarios no están preparados para estar pendientes de los mismos. Por eso, un asesoramiento legal puede ayudar en la planificación jurídica del proceso de abrir una empresa.
Es importante que las empresas estén respaldadas, que cumplan con los derechos del consumidor y de los trabajadores, mismos que están garantizados por la ley. A continuación ocho consejos:
Tipo de empresa
Determine el tipo de empresa que va a constituir, dado que una sociedad con más personas representa un costo más alto. Si el negocio es de una persona (natural) ahorrará dinero y determinados trámites legales.
Los impuestos
Para todo negocio formal es fundamental obtener el Registro Único de Contribuyentes (RUC), que es la cédula de las actividades económicas o el Régimen Impositivo Simplificado (RISE), el cual es un régimen de inscripción voluntaria, que reemplaza el pago del IVA y del Impuesto a la Renta, a través de cuotas mensuales. Los permisos
Identifique los permisos respectivos para el tipo de actividad que vaya a emprender como: patentes municipales o registros sanitarios. Recuerde que cada actividad económica requiere lineamientos específicos y el proceso para cumplirlos toma tiempo.
Todo por escrito
Defina sus sociedades comerciales, ya que debe tener por escrito todas las negociaciones y acuerdos para mantener el orden. Además, le da un tono más formal a todo proceso, garantizando los derechos y deberes de las partes involucradas en un negocio.
Propiedad intelectual
Respalde su proyecto con base en la Ley de Propiedad Intelectual para asegurar el trabajo, como explica David Artieda, de SDR Lawyers. El experto afirma que: “La legislación marcaria en Ecuador otorga acciones a sus titulares para impedir que terceros los imiten total o parcialmente, siempre y cuando identifiquen los mismos productos y/o servicios o relacionados”.
La normativa laboral
Guíese por la Ley de Trabajo, que garantiza el empleo digno de sus colaboradores, lo que fomenta una relación ganar-ganar, como dice Artieda, pues un equipo motivado ayuda a cumplir con los objetivos de la compañía. Los beneficios que reciben los colaboradores bajo relación de dependencia son de carácter obligatorio y van más allá de las remuneraciones normales y periódicas que reciben por su trabajo, explica el abogado. En este sentido, se debe cumplir con la normativa vigente para evitar inconvenientes. Ojo con el consumidor
Manténgase al día con el mercado, según lo que establece la Ley de Protección al Consumidor para que sus acciones sean coherentes con el mercado. Tal como menciona Artieda, esta normativa ayuda a disminuir la prevalencia de los monopolios y garantizar que el consumidor siga siendo la principal preocupación.
Un equipo de expertos
Tenga un especialista que dirija el proceso para evitar cargos adicionales por falta de documentación o de pagos municipales. Recuerda que la parte financiera también es un factor clave. Un equipo de profesionales le dará el soporte necesario para que el proyecto camine sin tropiezos.
El cumplimiento de estas sugerencias serán cruciales en la evolución de todo negocio, de cualquier tamaño y en cualquier segmento. El emprendedor sabrá que está caminando en firme y cumpliendo leyes y normas, lo que le da un valor agregado.
Un equipo de profesionales le dará el soporte necesario para que el proyecto camine sin tropiezos. Foto: Ingimage
Hace unos días , Fernando Rivera terminó la relectura de ‘Cartas a Lucilio’ o ‘Cartas de un estoico’, como también se conoce al libro escrito por Séneca, hace más de 2 000 años. La primera vez que lo leyó estudiaba Filosofía y Ciencias Políticas, en una universidad de Estados Unidos.
La razón por la que Rivera, uno de los cofundadores de Buen Trip, volvió al libro es porque está convencido de que la filosofía estoica es pertinente en la vida contemporánea. “Creo que en un mundo donde todo sucede muy rápido este libro viene bien. Te hace recordar la importancia de los valores y te invita a pensar en las cosas importantes de la vida”.
Este libro, de páginas amarillentas y cubierta desgastada, es parte de una selección de lecturas que escogió para compartirlas en esta charla. En la pila, que reposa en la mesa del estudio de su casa, también está ‘Blitzcalling’ de Reid Hoffman, un libro donde se plantean estrategias digitales para crecer de forma acelerada.
Rivera cuenta que no comparte todas las estrategias planteadas por el autor, pero cree que su lectura es importante porque tiene valiosas lecciones que explica cómo las empresas digitales pueden modificar su crecimiento.
La variedad de géneros literarios que hay en la pila de libros que reposa sobre la mesa da cuenta de su necesidad de tener una mirada amplia de lo que pasa en el mundo. Debajo de un libro sobre la debida diligencia en el capital de riesgo está, por ejemplo, una obra sobre Stephen Hawking que leyó el verano pasado.
“Nunca estudie física de manera formal, pero quise buscar un libro de este científico que sea más asequible y posible a las masas”.
En este punto de la conversación Rivera aclara que la selección de sus lecturas está vinculada a la idea de que todo lo que lee, en algún momento de su vida, le va a servir en lo personal o en lo profesional. Por eso, en la selección también aparece un libro de Manuel Castells, un sociólogo y teórico especialista en el crecimiento de la sociedad red. “Las redes humanas, tecnológicas, y digitales me interesan mucho porque me dedico al tema de desarrollo de empresas digitales”.
Al final de la pila de libros, y como una prueba irrefutable de la versatilidad de sus lecturas, aparece ‘La genealogía de la moral’, del filósofo alemán Friedrich Nietzsche, un autor que le costó leer en sus años de universitario, pero al que le interesa rescatar porque cree que sus premisas han sido mal entendidas y mal interpretadas.
Por fuera de esta selección de libros quedaron dos obras que también están entre sus predilectas y que reposan en la nutrida biblioteca de su casa: ‘El extranjero’, de Albert Camus, un libro que le dejó con la sensación de la necesidad de vivir la vida al máximo; y ‘El Quijote de la Mancha’, de Miguel de Cervantes, un autor cuyos postulados reconoce como actuales.
Aunque ha sido muy poco estudiado y resaltado, una de las cosas que más le atraen de esta obra es el sentido del humor con el que juega Cervantes. “Es una historia que me divierte muchísimo. Para mí es como estar leyendo un cómic”.
Fernando Rivera, sentado junto a la biblioteca que tiene en su casa. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
Gary Flor, presidente de Ceforcom, una ONG especializada en temas de emprendimiento y competencias laborales, analiza la situación de los emprendedores en el país. También habla sobre la necesidad de contar con una ley que regule los negocios nacientes en el Ecuador.
¿Usted que es un estudioso de la actividad emprendedora, cómo mira al tema en el Ecuador, ahora que hay más foros y se acaba de presentar un proyecto de ley?
Si hacemos un análisis del ecosistema emprendedor podemos dividir en algunos elementos y si analizamos cada elemento podemos decir que, desde el punto de vista económico, hay un entorno que promueve el emprendimiento, hemos tenido crecimiento del PIB sin muchos vaivenes, hay crecimiento de exportaciones e importaciones, etc. Entonces a nivel macro existen las condiciones para un desarrollo apropiado del emprendimiento. Desde el punto de vista estructural, vemos que las condiciones para hacer negocios no han mejorado. En el índice global de competitividad Ecuador está en el puesto 86 entre 140 países. En el Doing Business, Ecuador es 123 entre 190 países. Todavía hay mucho que hacer, estamos rezagados en las condiciones para hacer negocios. La estructura productiva está constituida por gran cantidad de pequeñas empresas, el 98% son mipymes, con poco valor agregado. Si hacemos un análisis de creación de empresas desde 2007 la mayoría está en servicios o comercio, no creamos empresas con agregado tecnológico.
Esas empresas con agregado tecnológico deberían ser más…
Es lo lógico para impulsar el desarrollo del país. Pero estamos rezagados y si analizamos el aspecto cultural, hay una naciente cultura emprendedora, pero todavía estamos tratando de desarrollar el tema. Hay mucho que hacer en lo político, en lo tecnológico. El proyecto de la ley de emprendimiento se está difundiendo en estos días. ¿Qué se puede esperar?
Hay que partir de una premisa. ¿Es realmente necesaria la ley? ¿O es mejor una voluntad política de los actores que forman parte del ecosistema emprendedor? Hay que preguntarse si existe una visión clara de a dónde se quiere llegar, porque la ley per se no va a solucionar temas como el desempleo o la pobreza. Tenemos que ser claros y debemos preguntarnos si hay credibilidad de los actores del ecosistema como el gobierno y las instituciones públicas, el sector empresarial y los gremios, la academia, las ONG. Insisto en preguntar si hay la voluntad política para trazar la cancha, para trazar el marco.
¿Usted cree que existe esa credibilidad y esa voluntad política?
Yo me cuestionaría todavía. Necesitamos una visión conjunta de a dónde queremos llegar. Hay el diagnóstico y sabemos el estado de la actividad emprendedora. ¿Pero hay voluntad de las instituciones financieras para crear productos para los emprendedores? ¿En la banca pública existe voluntad para desarrollar esquemas de capital de riesgo?
¿Cuál sería la alternativa para apuntalar al emprendimiento si la ley no prospera?
A veces se dice que la mejor política es no hacer nada. Si uno pregunta a los emprendedores ellos responden que quisieran que les dejen trabajar en paz, sin tanta regulación, sin tantos trámites, pero eso no es posible. No digo que no sea necesaria una ley, me cuestiono si hay la voluntad para llevar adelante todo lo que significa una ley. Debemos preguntarnos qué queremos impulsar con la nueva normativa que se presentó. En el proyecto de ley se habla de la formación de un Consejo de Emprendimiento e Innovación…
Eso es parte de la institucionalidad y está bien. Pero hay que ver qué se va a impulsar. ¿Los que proponen la norma se preguntaron eso? Por ejemplo, hay que diferenciar los emprendimientos por necesidad de los que surgen por oportunidad. Allí las políticas son distintas. No es lo mismo un marco regulatorio para empresas formalmente constituidas que innovan y agregan valor, a una política pensada en grupos vulnerables. Hay que tener claro si se quiere impulsar solo los nuevos emprendimientos o se quiere fortalecer lo que ya existe. El emprendimiento tiene particularidades según el territorio, entonces no se lo puede impulsar desde el Gobierno central, la idea sería que se desarrollen comités territoriales que definan especialidades de las provincias y así definan los proyectos. Debemos partir de lo local a lo nacional.
La cultura emprendedora se ha desarrollado en el país sin una ley ¿qué cambiará con lo que ahora se propone?
Los hacedores de la ley deben pensar en eso, en los elementos del ecosistema. Una ley que no tiene incentivos no es ley.
¿Cree que la ley sirva para apuntalar el triángulo empresa privada-academia-sector público?
A veces no sería necesaria la ley, porque se podrían usar reglamentos o decretos ejecutivos para formar esa triangulación. No hay que dejar de lado a las ONG, los mismos emprendedores. Ellos deben ser consultados para saber sus demandas y necesidades.
¿Hay el riesgo de que el tema se politice?
Siempre que se habla de una ley se puede caer en la politización. ¿Quiénes hacen la ley? Los hacedores de la política que tienen determinados intereses. Si les dejamos solo a los políticos que se encarguen, sin que estos consulten a los otros actores, puede haber una intencionalidad.
Al parecer hay un consenso entre lo político y lo técnico…
Si es así, perfecto. Como toda ley, esta debe ser producto de un consenso nacional y debería ser discutida con todos los actores. Si se quiere hacer bien las cosas hay que determinar lo que se quiere impulsar y qué incentivos se van a dar. Porque se puede chocar con otras leyes que también hablen de temas como financiamiento. Otro tema clave es el capital de riesgo, que no es un préstamo sino una inversión conjunta. También debe establecerse temas como el crédito de desarrollo o las deducciones del impuesto a la renta o los beneficios por innovaciones, como funciona en otros países. Esos incentivos son los que necesitan los emprendedores. Además, requieren estabilidad jurídica.
¿Cómo pueden influir las nuevas leyes, las reformas exigidas, en la economía del país?
Hay estudios que dicen que existe una relación directamente proporcional entre el capital emprendedor y el crecimiento económico. Mientras más empresas se crean, más crece un país. Hay modelos econométricos que muestran que por cada unidad de crecimiento en una empresa hay un crecimiento estadísticamente significativo en el crecimiento económico.
¿Usted conoce de leyes de emprendimiento en otros países?
Desde el 2005 se comenzó a establecer marcos regulatorios en América Latina. Brasil y Chile fueron los primeros. Colombia tiene su ley desde el 2006. Estos marcos regulatorios permiten el desarrollo de la cultura emprendedora y de innovaciones.
Hoja de Vida
Cargo. Es presidente de La Corporación Ecuatoriana de Formación Profesional Compartida (Ceforcom).
Formación. Economista graduado en la Universidad Central del Ecuador; Magíster en Gerencia Empresarial, Escuela Politécnica Nacional, Quito. En la actualidad es candidato a PhD en Economía y Empresa en la Universidad de Oviedo-España. En la academia. Ha colaborado como docente en la Universidad Andina Simón Bolívar, así como en la universidad SEK, en materias de emprendimiento, finanzas personales, economía, entre otras. También ha asesorado a gremios empresariales.
Gary Flor, presidente de Ceforcom. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
Con 26 años, Juan Carlos Calderón estaba en el piso 42 del antiguo World Trade Center (un año antes del ataque terrorista a las Torres Gemelas) presentando a un banco de inversión su primer emprendimiento.
Se trataba de una página web para alquilar películas, con entregas a domicilio, en México. Juan Carlos se sumó a este proyecto como gerente financiero, motivado por su primo Ricardo Calderón, quien tuvo la idea y consiguió un capital inicial de USD 1 millón con un banco de inversión en EE.UU.
Juntos presentaron el emprendimiento a distintos bancos de inversión en EE.UU., Brasil, México y Colombia, en búsqueda de más capital, hasta que consiguieron un millón adicional. La experiencia duró dos años. Internet aún era un mundo desconocido para muchos y el generar tráfico a la página fue la piedra que frenó la idea.
Durante ese período, Juan Carlos vivió en México, junto a su ex esposa y su hija Paula. Lo recuerda como una experiencia difícil, pero al mismo tiempo invaluable.
Este quiteño, de 45 años, fue criado por sus abuelos paternos, por lo que a pesar de tener hermanos por parte de padre y madre, creció como hijo único. En su adolescencia, practicó karate, deporte del que se retiró a los 18 años, con cinturón marrón.
En unas vacaciones de colegio tuvo su primer trabajo, como ‘scrap’ en IBM, cuya función era destruir las computadoras viejas.
No tenía claro qué carrera estudiar, pero el interés por los negocios estaba latente. Se decidió por Administración de Empresas, en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), de donde egresó como ingeniero comercial.
En la época universitaria regresó a IBM como administrador de inventario, por año y medio, tiempo en el que descubrió que el mundo corporativo no era para él. No se lleva bien con los horarios de oficina, ni con la autoridad.
Luego entró a trabajar como asesor comercial, en el desaparecido Banco La Previsora. A la par desarrollaba su tesis en la PUCE y comenzó a cursar una maestría en Administración de Empresas, en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, que acababa de abrir un campus en Quito.
Era el más joven de la clase. Con 23 años, estudiaba junto a ejecutivos de alto nivel de importantes empresas del país. Uno de sus compañeros de clase le contrató como gerente financiero para la firma Hidroplastro, filial de Israriego, para la que laboró por cuatro años y en la que puso en práctica lo aprendido en la maestría.
Se retiró para sumarse con su primo a la aventura de Horaexpress, el portal de entrega de películas a domicilio. Al retornar a Ecuador, Israriego lo contrató, ahora para control financiero, por otros cuatro años.
Andy Estrella, su amigo desde hace más de 25 años y actualmente socio, lo describe como una persona creativa, siempre en la búsqueda de soluciones innovadoras y diferenciadoras. Al salir de Israriego, Juan Carlos decidió independizarse y, en 2006, cofundó una consultora financiera y de control interno, que con el tiempo llegó a tener unos 60 clientes nacionales e internacionales, de distintos sectores.
La firma operó casi nueve años, pero los últimos dos fueron complicados, porque perdieron al que venía siendo desde hace varios años su cliente más importante: el Estado, lo que hizo insostenible continuar.
Para salir a flote con la consultora, Juan Carlos se mudó a Miami por dos años para trabajar de cerca con los clientes de México. En esa época conoció al CEO de una firma española especializada en tecnología, con quien luego se asoció para su próximo proyecto: Singularity Technologies, una empresa que brinda soluciones tecnológicas a pequeños comercios, con el fin de bancarizarlos.
El proyecto, denominado ahora Osom Technologies, llevó tres años de desarrollo y desde hace unos seis meses cuenta con el apoyo de la aceleradora de negocios digitales Kruger Labs y, recientemente, del Banco Guayaquil, como auspiciante. También se sumó una firma distribuidora de productos farmacéuticos, lo que les permitirá arrancar con unas 1000 pequeñas farmacias del país.
Ernesto Kruger, CEO de la Corporación Kruger, lo considera un estratega, con orientación a resultados. Para David Castellanos, con quien ha trabajado en consultorías, es una persona responsable, confiable y carismática.
“Ecuador es un país agresivo hacia el emprendedor, el tener que sobrepasar tantas barreras es desgastante emocionalmente”, comenta Juan Carlos, para quien su gran motivación en el camino ha sido Paula, su hija de 19 años. “No le puedo fallar”, dice.
Juan Carlos Calderón es consultor financiero y actualmente impulsa un proyecto de bancarización de pequeños comercios, a través de la tecnología. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
La economía naranja gana peso en la economía de América Latina y se convierte en un nuevo espacio de oportunidades para los emprendedores.
Este concepto abarca al “conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales”, según una definición del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El organismo multilateral añade que se trata de un sector que tiene “el talento y la creatividad como insumos principales”.
El peso global que tiene la economía naranja evoluciona, según datos de la Unesco. Un reporte de esta organización señala que la cultura y los bienes o servicios directamente relacionados con la creatividad representaban hace dos años un 3% del PIB mundial, y daban empleo a 29,5 millones de personas en el mundo. Además, los ingresos de las industrias culturales y creativas en el mundo representan USD 2,25 billones, más que toda la industria automovilística de Europa, Japón y EE.UU.
En América Latina el peso de la industria cultural aún es incipiente, pero el BID calcula que su impacto en la generación de empleos es importante y representa el 11% en México; el 7,1% en Guatemala; el 5,8% en Colombia; el 4,5% en Perú, por citar cuatro países.
El informe Emprender un futuro naranja, elaborado por el BID, trae algunas pistas. Asegura que la digitalización y el emprendimiento son ingredientes claves para las industrias creativas culturales. “En la economía digital, la escalabilidad, que se refiere al potencial que tiene un negocio de incrementar de forma exponencial su tamaño, es más alta que en la industria análoga”, asegura la publicación del organismo.
El punto clave de la economía naranja es la creatividad. Esta cualidad de las personas para concebir ideas originales y para experimentar nuevos modos de resolver problemas será la tercera habilidad más relevante de la fuerza laboral en el 2020 (ahora ocupa la décima posición), según el Foro Económico Mundial.
Alejandra Luzardo, una de las autoras de Emprender un futuro naranja y especialista líder del BID, asegura que la economía naranja es capaz de generar empleo, riqueza y un impacto social.
Como ejemplos de los mercados más avanzados en este tema, Luzardo menciona la movida cultural de Inglaterra, la industria del cine en Los Ángeles (EE.UU.), así como en la India y el desarrollo tecnológico de Silicon Valley, también en EE.UU.
La vocera del BID considera que sectores como el software, la arquitectura, el diseño, entre otros, tienen al emprendimiento como parte de sus componentes porque son negocios. “Eso no quiere decir que todo el universo naranja es emprendimiento”.
¿Qué debe pasar para que la industria cultural despegue? Luzardo dice que se necesita agilizar y potenciar el ecosistema emprendedor sobretodo en las industrias culturales. Esto implica traer más financiamiento, impulsar empresas, utilizar cada vez más las nuevas tecnologías, desarrollar políticas públicas.
El estudio también aborda un tema que se repite en emprendedores de toda clase , a escala mundial: el capital para arrancar.
La mitad de los encuestados empezó sus negocios con dinero propio. La segunda fuente más común de inversión inicial es la familia o los amigos. Además, el 58% dijo que su trabajo creativo no le generaba un ingreso suficiente para vivir.
Según la publicación, los emprendedores creativos recurren con frecuencia a fuentes novedosas para financiar sus proyectos. Estos pueden incluir modelos digitales como el ‘crowdfunding’ y el ‘crowdsourcing’ también llamado externalización de tareas.
El camino recién empieza en la región
Los emprendimientos culturales y creativos en América Latina y el Caribe tienen poca salud. Así lo asegura el informe Emprender un futuro naranja, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Los emprendimientos más consolidados, en promedio, se encontraron en el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con una calificación de 3,8 sobre 10, según una metodología aplicada por el BID). Los menos saludables están entre los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú, con 3,3 puntos). El promedio de salud en América Latina y el Caribe es 3,4 puntos añade el estudio.
Esta medición revisa la salud financiera, la estructura empresarial sana y la satisfacción personal del emprendedor.
El informe también analiza los sectores más fuertes. Allí están la publicidad y el apoyo a los negocios (que incluye a consultores, empresas contables, legales y de nómina, especializados en industrias creativas y culturales). ¿Y los más débiles? El promedio más bajo fue para las empresas que se describen como dedicadas a la educación artística y cultural.
Según el informe Emprender un futuro naranja, el tamaño de un emprendimiento también impacta en el estado de salud. “Los emprendimientos nuevos, con uno o dos socios, son más propensos a la insolvencia. Los negocios con cinco socios tienden a una mayor solvencia” Además, los datos apuntan a que los emprendedores que tienen entre 30 y 56 años tienden a que sus negocios sean más solventes que los de emprendedores fuera de este rango de edad. Alejandra Luzardo, coautora del estudio, admite que la región está en una etapa inicial en la economía naranja. Ella explica que a pesar que siempre han existido lo que ahora se llama productos culturales, ahora se les está dando un valor económico. “Antes no se conocía su impacto en la economía y la recopilación de datos es clave para su crecimiento”.
Andrés Zurita, director ejecutivo de la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación, cree que el aporte de la economía naranja está en darle la importancia que se merecen las industrias culturales. “Se las está visibilizando. Además, nos encontramos ante un encadenamiento de acciones basadas en el conocimiento y la propiedad intelectual”. Todo esto hace más efectivo el apoyo que se puede dar a los emprendedores de la economía naranja, añade Zurita.
Según Luzardo, industrias culturales con más ingresos en la región son la televisión, los medios y la publicidad. El empleo, añade, crece en artes visuales, arquitectura, los libros, el segmento de videojuegos con beneficios importantes… También destaca el turismo cultural y gastronómico como eslabones importantes de este universo naranja.
Para Pablo Carrera, profesor del colegio de administración de la Universidad San Francisco de Quito, este último punto puede traer muchas ventajas al Ecuador. “Las culturas ancestrales y el conocimiento agrícola son dos áreas que se las debe aprovechar para proponer al mundo de emprendimientos de alto impacto”.
Este académico cree también que para darle mayor impulso a la economía naranja en Ecuador y aprovechar las ventajas mencionadas se necesitan políticas de Estado. Además, falta incentivar la cultura de innovación. “Con creatividad como eje transversal en todo sector es posible lograr emprendimientos escalables”.
Cooperación internacional puede impulsar la economía naranja
Las industrias culturales y la economía naranja se pueden desarrollar con el impulso de la cooperación internacional, coincidieron la semana pasada expertos de México, Corea del Sur y Colombia durante el Fórum de Cultura y Desarrollo, celebrado en Bogotá.
Así lo expresaron la directora del Ballet Universal de Corea del Sur, Julia Moon; la presidenta de la Asociación para la Promoción de las Artes de Colombia, Amparo Sinisterra de Carvajal; el viceministro de Cultura de Colombia, David Melo, y la directora de arte, cultura y patrimonio de la Alcaldía de Bogotá, Claudia Ferer.
Moon, Sinisterra, Melo y Ferer dialogaron en el conversatorio ‘Política cultural para el desarrollo y la convivencia’, donde explicaron cuál es la posición que puede desarrollar Colombia mediante el aumento de la competitividad, la capacidad y el nivel cultural.
“El Ballet Universal importó la danza y la fusionó con la cultura coreana. Asimismo deben unirse los países, para impulsar (la cultura) y darle la importancia que se merece”, dijo Moon. Sinisterra, contó que desde Proartes trabaja para “propiciar la libertad creativa a partir del conocimiento de lo nuestro, confrontándolo con experiencias internacionales que puedan aportar al proceso creativo”.
El evento, moderado por el director del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, Ramiro Osorio, tuvo como meta enlazar las políticas de productividad y competitividad de la industrias culturales por medio de la cooperación. Osorio resaltó la importancia que tiene “priorizar el valor estratégico de la diversidad y la creatividad como eje transversal”.
El promedio de salud de las industrias culturales en América Latina y el Caribe es 3,4 puntos sobre 10, según el estudio del BID. Foto: AFP
La primera red de emprendedores rurales del Ecuador está a punto de salir a la luz. Sus integrantes participaron en los concursos Cultivainnovación, organizados por la Fundación Heifer.
Rosa Rodríguez, directora de la organización, indica que se han realizado dos ediciones del concurso. En la primera, en 2015, se identificaron 165 innovadores, todos campesinos, que desarrollaron ideas en relación con el manejo de semillas, conservación de suelos, tecnología, técnicas de ahorro, trabajo productivo, etc.
Ellos pertenecen a provincias de la Costa y la Sierra, aunque Heifer también tuvo unas propuestas de innovadores de la Amazonía. Ocho personas resultaron ganadoras, recibieron USD 1 000 como recursos productivos.
Al siguiente año se desarrolló otro concurso dirigido ajóvenes emprendedoresde la zona rural de la Costa y la Sierra, en el que participaron 197 personas.
“Entre sus propuestas está la producción de una bebida con proteínas hecha con varios granos, chicha morada, harina de plátano en la zona de Esmeraldas, helados con productos locales, etc”, cuenta Rodríguez.
Se trata de jóvenes de entre 16 y 30 años. A los ganadores también se les entregaron USD 1 000.
Entre ellas se encuentra Mariuxi Portocarreño, quien junto a 10 familias desarrolló el emprendimiento de producción de harina de plátano precocida. “La idea es facilitar a las madres la preparación. La Esmeraldeñita Instantánea es para una cocción rápida. Con el premio que ganamos invertimos en máquinas y crecimos. Formamos la Red de Mujeres Populares de Esmeraldas”.
Este grupo abarca cinco cantones de la provincia y sus integrantes, que suman 45 familias, producen, además de harina, mermeladas y distribuyen mariscos.
Heifer destaca que a través de estos negocios los emprendedores están generando ingresos para sus familias. Ya no son solo ideas.
Los participantes de este y el anterior concurso suman unas 400 personas, que son quienes conforman la Red de Emprendedores Rurales. Esta se lanzará formalmente en mayo e incluye a los representantes de los denominados bioemprendimientos.
Estos tienen como base productiva artículos, raíces u hojas que se encuentran en zonas de conservación. Uno de los emprendedores genera esencia de palosanto.
Al manejar la producción de manera sostenible, se evita la tala del bosque seco.
Estos negocios generan ingresos y, al mismo tiempo, cuidan el ambiente y rescatan conocimientos artesanales. Otras de estas iniciativas están vinculadas a recolección de concha prieta, desarrollo de la fibra de alpaca, trabajo con semillas, captura de cangrejos, entre otros.
Las familias que participan en esta última actividad tienen como objetivo, además de obtener ganancias, cuidar el manglar. Alonso Mejillones, uno de los guardianes de los ecosistemas, trabaja en la obtención de la pulpa de los crustáceos.
La Red también la integran algunas personas que participaron en el ‘showroom’ de economía popular y solidaria. “Es bien importante, porque esto ha sido todo un proceso”, indica Rodríguez.
Datos Censo. En medio de los concursos se realizó un censo en las provincias de la costa y la sierra para determinar qué es en lo que se está emprendiendo, qué se produce, dónde están las micro empresas, si son emprendimientos familiares o personales, entre otros.
Entidades. Al menos 21 organizaciones, entre públicas y privadas, apoyaron a Heifer en el proyecto de Cultivainnovación. En su página web constan prefecturas, universidades, espacios de coworking e innovación, entre otros.
Concurso. En el segundo Heifer detalló que buscaban emprendedores rurales con negocios que agregaran valor a sus productos y que generaran ingresos con los mismos.
Una imagen de los ganadores y finalistas del concurso de jóvenes emprendedores rurales. Foto: Cortesía Heifer
Giovanni Astudillo María Angelina Castillo y Redacción Quito
La globalización, facilidad de acceso al conocimiento, velocidad de cambios e innovación constante, entre otros factores, han renovado el rol de los catedráticos universitarios. A más de contar con la preparación científica y académica, el profesor debe ser un emprendedor.
El decano de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de Cuenca, Rodrigo Mendieta, explica este concepto. Según él, un catedrático debe aportar con planes de innovación para las universidades como proyectos de investigación, incubación y la vinculación con la sociedad. Además de buscar fondos internacionales y nacionales.
Es decir, dejar un rol pasivo y que su trabajo trascienda de las aulas, explica Mendieta, quien también coordina el Grupo de Investigación de Economía Regional de esta universidad. “Hay mucho que hacer… Faltan docentes con espíritu emprendedor”.
Mendieta insiste en que la preparación es importante, al igual que las maestrías y doctorados para impartir una buena cátedra o generar publicaciones interesantes, pero las universidades en términos generales necesitan personas proactivas y propositivas.
Con ello, se busca lograr una interrelación más fuerte con los estudiantes y sociedad. “Un docente que, a más de tener la preparación, plantee propuestas e intervenga desde la academia para la solución problemas o demandas de la sociedad como el desempleo, contaminación, nutrición, salud alimentaria, minería… eso generará una relación más profunda con sus alumnos”, dice Mendieta
Un proyecto de la Universidad de Cuenca busca cumplir ese objetivo. Entre otras iniciativas está la propuesta multidisciplinaria que se denomina Modelo de gestión para la optimización de procesos y costos en la industria de ensamblaje, que se ejecuta en tres empresas de la capital azuaya.
En este trabajo participan 20 catedráticos, profesionales y estudiantes de Ciencias Químicas y Económicas y Sistemas. El objetivo es lograr una interrelación con investigadores de varias disciplinas y que los alumnos aprendan o generen proyectos de tesis.
Además, forma parte de una relación con el sector privado, que empezó el 2004 con estudios financiados con fondos externos y/o donaciones del Impuesto a la Renta de las empresas. Mendieta dice que, en la actualidad, es necesario generar procesos de innovación y aprovechar la inversión que realizó el Estado con las becas para estudiar en el extranjero. “Ahora, que están regresando, necesitamos que ese grupo aúne esfuerzos”.
El investigador universitario Villie Morocho comparte este criterio y añade que el docente que a la vez es investigador tiene la gran ventaja de poner en práctica con sus estudiantes lo que desarrolla a nivel teórico.
“Hay que lograr que la teoría termine en algo práctico que, además, aporte con un alto grado de investigación para que la ciudadanía aproveche este conocimiento. Ese es el nuevo rol”. Según Morocho, el acceso globalizado a la información que se tiene en la actualidad brinda dos ventajas, pero es necesario saber cómo manejarlas. El primer beneficio es que el profesor esté más actualizado en su enseñanza y mantener un contenido, que esté relacionado con los proyectos que se están desarrollando.
El segundo es similar, pero desde el punto de vista del estudiante. Para él, los proyectos de investigación, en la actualidad, permiten el enrolamiento de alumnos para que aporten con tareas específicas. Eso genera una motivación y ellos saben en qué parte de la vida requieren aplicar los conocimientos que se reciben en las clases.
El vicerrector General Académico de la Politécnica Salesiana, Luis Tobar, dice que el profesor debe motivar para que los estudiantes se autoeduquen y lleguen preparados con más información a las clases. Es decir, que no solo reciban los conocimientos, sino que también discutan con argumentos. “Hay que dejar el pensamiento que el profesor era el único que enseñaba”.
Tobar aconseja que este cambio de mentalidad empiece en la escuela y en el colegio, “para que los estudiantes no lleguen a la universidad esperando que el profesor dé toda la información y ellos no estar dispuestos a realizar ningún esfuerzo fuera de clases”.
Otros detalles Un aporte. De acuerdo con las nuevas necesidades de la sociedad, los catedráticos contemporáneos tienen otro reto. Este consiste es convertirse en una suerte de lector del entorno y de las peculiaridades de los estudiantes.
Un ejemplo. El profesor también debe considerar las sensaciones que experimentan sus alumnos en sus clases. La escuela de negocios española IE Business School, por ejemplo, cuenta con el WOW Room. En este espacio se dictan clases virtuales a 60 personas de todo el mundo. El software permite acceder a datos del estado anímico del estudiante como felicidad, tristeza, sorpresa, enfado o miedo. De esa forma, el profesor identifica si su metodología es efectiva.
Un valor. Dentro del nuevo rol se deben conservar valores que trascienden en el tiempo. Los profesores éticos deben aportar a la formación de ciudadanos honestos, críticos, tolerantes y compromiso social. Que sean un aporte para la sociedad.
Los posgrados y los MBA ahora cuentan con un enfoque integral
La docencia, los proyectos sociales y la investigación son elementos que involucran a las universidades en la actualidad. Por eso un enfoque integral e interdisciplinario, orientado a la innovación, son elementos que ofrecen las casas de estudio del país, así lo aseguran coordinadores de posgrados y maestrías en Administración de Negocios (MBA). De acuerdo con el Sistema Nacional de Información de Educación Superior del Ecuador (Sniese), a junio de 2016 existían alrededor de 275 posgrados en el país, entre particulares y públicos.
La Espae, que forma parte de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, ofrece cinco maestrías, tres orientadas a gestión de proyectos, agronegocios y el sector hospitalario; las otras dos son MBA, uno regular y otro ejecutivo, con mención en innovación.
Del MBA regular existen ya 34 promociones y en mayo próximo se sumará otra. Cuenta con dos certificaciones internacionales, la Aacsb, que recibió en 2014, y la del Amba, otorgada en enero.
En las maestrías de negocios de la Espae participan 49 profesores, entre los que se cuentan ocho extranjeros provenientes de universidades de Canadá, Colombia, Perú y Estados Unidos. El director académico del MBA, Jorge Vera, señala que la cifra de egresados de las maestrías alcanzó hasta el año pasado 2 800 personas. Asegura que el elemento determinante en la Espae es la innovación, con énfasis en el emprendimiento, ética y sostenibilidad, y perspectiva global.
Otros MBA se pueden cursar en la Universidad Internacional de Ecuador, Escuela Politécnica Nacional y la Universidad Técnica de Ambato, la Universidad Tecnológica Empresarial de Guayaquil.
Los ámbitos de educación y comunicación también encuentran espacio en la oferta académica. La Universidad Casa Grande ofrece cuatro maestrías en Educación; el objetivo es el desarrollo de los alumnos en áreas como inglés, innovación educativa, desarrollo temprano y educación inclusiva.
Lucila Pérez, directora de posgrado de esta casa de estudios, señala que la demanda es importante: cada año hay 120 aspirantes para las maestrías.
Casa Grande tiene también otros tres posgrados: comunicación, periodismo y negocios internacionales. Erika Taranto está a cargo de esta área. Ella señala que existen modalidades semipresenciales, adaptadas a las necesidades de los alumnos.
Además, comenta que la metodología transversal en los posgrados es un aprendizaje basado en las experiencias para que se mezclen el conocimiento y la técnica.
Héctor Bujanda, coordinador de la maestría de Periodismo, afirma que la idea es hacer de esta profesión un producto diferente y diferenciado. Entre las herramientas que ofrecen están un eje periodístico sobre cibergéneros, periodismo de datos y hacer las preguntas correctas.
Otros posgrados que ofrecen las universidades abarcan áreas financieras y de administración, científicas, de salud, ingeniería, derecho y gestión ambiental.
Datos
275 posgrados en el país registró en el año 2016 el Sistema Nacional de Información de Educación Superior del Ecuador.
49 profesores posee la planta de la ESPAE. De este grupo, ocho son extranjeros provenientes de cinco países.
7 es el número de posgrados que ofrece la Universidad Casa Grande, ubicada en el norte de Guayaquil. De estos, tres se orientan al área de educación y los otros dos a la comunicación y los negocios.
31 universidades del país ofrecen posgrados.
Cuatro áreas ofrecen un mejor futuro laboral
¿Cuáles son las carreras de futuro que ofrecen mayores oportunidades? La pregunta se repiten padres de familia y estudiantes que están por elegir una profesión.
La respuesta es complicada. Aun así, entidades como el Foro Económico Mundial hablan de cuatro campos: las carreras pertenecientes a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas son las que menos tasa de desempleo han registrado estos últimos años. A este grupo se lo conoce como carreras STEM.
El Foro Económico cita un estudio elaborado por el centro de estudios del mercado laboral Randstad Research y añade que las empresas buscarán a personas formadas en carreras pertenecientes a las ramas de la tecnología y las ciencias de la salud. “En concreto, los perfiles de ingeniero y profesional del Big Data serán los más demandados”.
Este informe también recoge los datos de matriculación en estas carreras y no son positivos, ya que cada vez son menos los interesados, lo que supone que cierto sector de demanda no verá cubierta sus necesidades.
Dentro de las STEM también hay preferencias. Ingeniería Electrónica e Industrial y Medicina son las que menos datos de paro recogen, 0% y 0,6% respectivamente. Le siguen Ingeniería Aeronáutica (2,8%), Ingeniería Informática (3,8%) e Ingeniería de Telecomunicaciones (5%). El estudio también menciona a carreras vinculadas con el mundo económico, por la variedad de opciones laborales.
Allí se encuentran Administración de Empresas y Finanzas o Administración de Empresas y Derecho. Según el Foro Económico Mundial quienes estudien esas carreras tienen mayores posibilidades profesionales en el sector jurídico y económico, la banca nacional o la asesoría económica, fiscal y comercial.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) también intenta responder la pregunta inicial. El MIT Technology Review, una de las publicaciones estrellas del centro de estudios estadounidense, asegura que las nuevas tecnologías piden analistas de datos, de programación e ingenieros de software en prácticamente todos los sectores.
La publicación menciona que las carreras STEM son las que mayor crecimiento tendrán hasta el 2022. “Los consejeros genéticos, analistas de investigación de mercado y de seguridad informática crecerán al mismo ritmo que los analistas de sistemas”. dice la publicación del MIT. El científico de datos, el desarrollador de Internet de las Cosas, los arquitectos en ciberseguridad y los nanotecnólogos son profesiones que también tienen buen futuro, según el portal mexicano de noticias Expansión.
El científico de datos, considerada la profesión más sexy del siglo XXI por The New York Times, tendrá bastante tarea, teniendo en cuenta que vehículos, lavadoras, sensores de luz, termostatos y decenas de objetos más se conectarán a Internet en la próxima década. “La información que recolecten deberá ser interpretada por especialistas en el análisis, estudio, interpretación y manipulación de cúmulos de dato”, dice un artículo de Expansión.
Tecnología y ambiente, las carreras del futuro
Así como la revolución industrial durante la segunda mitad del siglo XVIII trajo consigo una ola de nuevos requerimientos para el mundo laboral de la época, con la revolución de las tecnologías de la información la historia se repite.
En este contexto, las universidades de Ecuador y del mundo tienen el reto de seguir el ritmo de esta revolución, con una oferta académica acorde a las nuevas necesidades tecnológicas.
En la Universidad de las Américas (UDLA), por ejemplo, de las seis nuevas carreras que se han abierto en los últimos años, tres están relacionadas a la tecnología. Estas son Ingeniería de Software, Ingeniería en Telecomunicaciones e Ingeniería en Tecnologías de la Información.
“La innovación tiene que ser permanente para que la educación mantenga su relevancia y capacidad de dar respuesta a la sociedad. En algunas áreas, esta necesidad es más notable, como las ingenierías y la medicina, donde los avances son muy rápidos y pueden responder a desafíos que enfrentamos”, dijo Gwen Bloomsburg, directora de Efectividad Institucional de la UDLA.
En la Universidad Espíritu Santo (UEES), en Samborondón, esta también es un área en la que están enfocando su plan de renovación de oferta académica.
Desde el año pasado, la UEES ofrece la carrera de Ingeniería en Ciencias de la Computación. Esta, a diferencia de la carrera tradicional de Ingeniería en Sistemas, integra al pénsum conocimientos en materia de electrónica y telecomunicaciones.
Marlena León, vicerrectora académica de la UEES, explica que aunque todavía hay alumnos cursando la carrera tradicional de Ingeniería en Sistemas, ya no están inscribiendo nuevos alumnos en esta, pues la Ingeniería en Ciencias de la Computación, “que es más integradora”, la reemplazará.
Añade que la universidad, además, espera ofrecer una carrera enfocada en nanotecnolgía. “Tenemos proyectos de investigación en este tema y como carrera estamos estudiando la mejor forma de implementar el proyecto”, indicó.
La nanotecnología se dedica al diseño y manipulación de la materia a nivel de átomos o moléculas, con fines industriales o médicos, entre otros objetivos.
La Universidad Yachay Tech, creada en el 2014, ya ofrece una Ingeniería en Nanotecnología que dura un total de cinco años.
Otro factor que guía a la academia en el diseño de nuevas carreras tiene que ver con las motivaciones que guían a los jóvenes del mundo de esta generación.
Una encuesta realizada en el 2016 por la Fundación Telefónica en América Latina reveló que un 72% de los jóvenes de la generación milenial (de entre 20 y 30 años) se cree capaz de lograr una transformación local. Según el informe, ellos se sienten “agentes de cambio” en su comunidad.
De ahí que entre sus intereses de estudio también apuntan a lo relacionado con justicia social, protección del medioambiente y naturaleza, así como alimentación y vida más saludables. En este campo, la UEES creó una Ingeniería en Biodiversidad y Desarrollo Sostenible. “Se encarga de dar herramientas al estudiante para diseñar programas para que los países se desarrollen sin afectar a la biodiversidad de los territorios”, explica León.
Mientras, la Universidad Indoamérica ofrece una carrera en Biodiversidad y Recursos Genéticos, con una duración de un total de cinco años.
A pesar de estos cambios, según la Senescyt, la mayoría de las carreras en el país está enfocada todavía áreas tradicionales, como la administración y las ciencias sociales. En estas dos áreas se concentran 773 de las 1 427 carreras que se ofertan en el país.
Una opción para integrar a todos en la universidad
En Ecuador la educación superior a distancia es una opción para todo aquel que, por diversas cuestiones, no tiene alternativas para acudir a las aulas.
De acuerdo con la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Senescyt), hasta el pasado 3 de marzo pasado había 137 programas o carreras en pregrado a distancia en universidades, 25 en línea, entre pregrado y posgrado y 190 semipresenciales entre pregrado y posgrado.
La Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) es un referente en este modelo desde 1976. Surgió con el objetivo de permitir el acceso a la educación superior a personas que quedaban excluidas de estudiar por trabajo, cuidado de niños o porque vivían en zonas donde no existen centros de enseñanza superior.
Actualmente, su oferta académica incluye cuatro áreas de estudio, cada una con diferentes carreras como ciencias de la educación, comunicación social, derecho, administración, sicología, ingeniería en tecnologías de la información, administración de empresas turísticas, entre otras.
En el país tiene 82 centros de apoyo para atender las necesidades de los estudiantes. Además, cuenta con un área similar en Nueva York desde 1998 y dos más en Madrid y Roma, desde el 2000, para atender a los migrantes.
La modalidad se abre todos los semestres. La UTPL indica que hasta la fecha ha podido acompañar “a más de 33 000 personas en las carreras de grado y más de 22 000 en las de posgrado”.
Otras instituciones también cuentan con esta modalidad como la Universidad Politécnica Salesiana (UPS). Esta se aplicó desde la década de los ochenta.
La carrera de antropología aplicada se abrió en dicho segmento en 1987, cuando funcionaba el Instituto Superior Salesiano, antes de crearse la UPS. Las otras carreras que se abrieron fueron educación intercultural bilingüe (1994); gestión para el desarrollo local sostenible (1997) y teología (1999).
Bajo esta modalidad hace 10 años la UPS tenía 200 estudiantes; ahora son unos 1 200. A partir de septiembre de 2018, la UPS dará un giro y abrirá cuatro carreras en modalidad virtual.
El centro cree que “los nuevos modelos educativos, los horarios de su público y el hecho de favorecer a una mayor inclusión laboral son factores por los cuales se ofertarán carreras on line para el período de septiembre 2018 – febrero 2019”. Las carreras serán las mismas que ahora hay a distancia.
Esta modalidad se abrirá semestralmente. La idea es “adaptarnos a la demanda de personas vinculadas a escenarios laborales y territoriales donde el tiempo para su formación académica no responde a horarios convencionales. Además, se incorporaron las potencialidades que brindan las tecnologías de información y comunicación adaptadas a la educación”, indica la institución.
Este tipo de vía de estudio incluirá un campus virtual, así como profesores capacitados para trabajar en estos procesos de enseñanza – aprendizaje en línea.
Otras casas de estudio como la Universidad de las Américas (UDLA) ofrecen la modalidad semipresencial desde el 2010.
En pregrado se puede acceder solo a la carrera de administración de empresas, mientras que en posgrado está la maestría en dirección de comunicación empresarial e institucional. Esta es semipresencial, con apoyo virtual.
La UDLA explica que la modalidad se abre todos los semestres. Arrancó con 18 estudiantes y hasta el período anterior contaban con 240 estudiantes.
El docente que a la vez es investigador tiene la gran ventaja de poner en práctica con sus estudiantes lo que desarrolla a nivel teórico. La ética es otro de los valores fundamentales. Ilustración: Ingimage