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  • Los trajes autóctonos son la fortaleza de esta empresa

    Cristina Marquez

    Contenido intercultural

    Blusas con coloridos bordados, brillos y escotes, son el producto estrella de Suquilandi’s, una empresa dedicada a la manufactura y comercialización de prendas de las culturas Puruhá, Chibuleo y Otavalo.

    Los cuatro integrantes de la familia Suquilandi, oriundos de la comunidad San Francisco de Punín, en Riobamba, diseñan los atuendos y participan en el proceso de manufactura.
    Antes se dedicaban a la pastelería y panadería, pero siempre quisieron administrar un negocio de ropa. Manuel Suquilandi es el gerente y fundador de la empresa; él se decidió a cambiar su panadería por un taller textil en 1995.

    “Siempre soñé con fabricar ropa porque cuando era niño mi familia era muy pobre y no teníamos dinero para comprarla”, cuenta Suquilandi, de 55 años.

    Él obtuvo un crédito para comprar una máquina bordadora y pidió prestadas tres máquinas de costura para iniciar el negocio. Además se capacitó sobre el diseño y confección de atuendos.

    El primer reto de la empresa fue posicionar su producto en el mercado local. En esa época los atuendos tradicionales estaban desapareciendo y quienes aún vestían ropa indígena preferían la ropa de Otavalo.

    “La ropa de Chimborazo, la nuestra, estaba pasada de moda. Necesitaba de un retoque juvenil para volverla atractiva”, dice Juana Guamán. Ella es la encargada del diseño de las blusas.

    Una de las estrategias que aplicó la familia para difundir la vestimenta, fue fabricar uniformes para los coros indígenas de las iglesias evangélicas. Ellos se convirtieron en los clientes más asiduos de la empresa.

    En solo unos meses, Suquilandi’s vestía a más de un centenar de mujeres de varias comunidades de Riobamba. La moda, en un inicio se inspiraba en el colorido de la naturaleza, pero en la actualidad las jóvenes prefieren trajes duocromáticos con brillos, lentejuelas y mullos.

    “Nos destacamos por la calidad de nuestra ropa y los diseños originales”, cuenta Evelin Suquilandi, quien se encarga del marketing.

    Su hermana Jésica, en cambio, se encarga del diseño computarizado de las blusas. “Mi madre es quien tiene las ideas. Ella escoge los colores y yo me ocupo de convertirlos en moldes de computadora que luego se transfieren a las prendas en las máquinas”.

    Ahora la iniciativa también comercializa fajas kawiñas, alpargatas, anacos y todos los accesorios del atuendo tradicional de las mujeres puruhaes. Sus diseños se venden en las comunidades, e incluso en las ciudades donde hay migrantes indígenas.

    Para quienes están en la costa, por ejemplo, se elaboran blusas con telas ligeras y escotes, para resistir en calor. Mientras que para las nacionalidades de la Sierra, las blusas tienen telas más gruesas. 

    A mediano plazo, la familia espera convertirse en exportadores de atuendos típicos. Además, están cerca de presentar su línea masculina, que incluirá camisas.

    “La ropa es muy duradera y los precios son accesibles. Además tienen diseños diferentes”, dice María Angélica Gualla, una de las clientes más asiduas.

    Las blusas cuestan entre USD 20 y 50, dependiendo de la complejidad del bordado y los accesorios.

    “Ahora nuestro sueño es que no solo los indígenas vistan nuestra ropa, sino los extranjeros y mestizos”, dice Suquilandi.

    Manuel Suquilandi, su esposa Juana Guamán y sus hijas Evelin y Jesica administran la empresa. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Manuel Suquilandi, su esposa Juana Guamán y sus hijas Evelin y Jesica administran la empresa. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Ecuakao mapea el sabor del cacao

    Maria Angelina Castillo

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    Para Ecuakao el perfil de sabores es fundamental a la hora de comercializar el cacao en grano y en licor. A través de un mapa de sabores, la empresa determinó las zonas en las que se produce el cacao con las características que piden sus clientes en el exterior.

    En la variedad de cacao nacional, la producción de Manabí se destaca por un sabor floral, rico en frutos secos como la nuez. En Esmeraldas, el producto tiene un intenso sabor a chocolate amargo y una pepa de mayor tamaño. Mientras que en Los Ríos, los sabores van desde lo floral a los frutales, con un sabor ligero a chocolate.

    A partir de esta clasificación, Ecuakao elabora sus recetas para los distintos destinos de exportación. Así lo cuenta Mariuxi Espinoza, gerenta de Aseguramiento de Calidad de la compañía.

    La firma trabaja también con la variedad CCN51, que se destina a clientes que solicitan sabores intensos de chocolate y nuez. Espinoza cuenta que esta variedad es la que prefieren compradores en Estados Unidos; mientras que hacia Japón envían cacao con un perfil más floral. Chile y Argentina prefieren un balance de sabores.

    “Vendemos por perfiles de sabor dependiendo de las características que quieran destacar los clientes en el producto final. Esto nos ha permitido trabajar con pequeños y grandes chocolateros a lo largo del mundo que buscan un desarrollo específico”, asegura.

    Ecuakao es una compañía que opera desde marzo de este año, luego de adquirir los activos de Transmar Ecuador S.A., que acumulaba más de una década de funcionamiento en el país. La operación y trayectoria es la misma, asegura Espinoza, solo hubo cambio en la razón social.
    La capacidad de producción de la planta es de 1 200 toneladas de licor de cacao al mes y 2 000 toneladas de grano de cacao mensual.

    Las exportaciones en grano van hacia a Norteamérica, Asia y Europa. Mientras que el principal destino del licor de cacao es América del Sur, con el 75% de las ventas. El año pasado, la empresa alcanzó 15% de participación de mercado en exportaciones totales del país.

    De sus ventas, el 55% corresponde a cacao en grano, principalmente a Estados Unidos; mientras que el restante fue para el licor de cacao. En cantidad de producto, la empresa envió durante el 2017 13 200 toneladas en grano y 11 000 toneladas de licor de cacao.

    Espinoza asegura que una de las ventajas de comercializar semielaborado de cacao es la posibilidad de dar un valor agregado al grano. “El precio del cacao varía y depende básicamente del destino. Al exportar licor de cacao el precio es mayor”.

    Ecuakao trabaja con 200 proveedores de distintas partes del país. Uno de ellos es Roberto Rugel, que les vende cacao desde hace más de una década, cuando era su padre quien dirigía el negocio familiar. “La compañía nos ha dado una estabilidad en el mercado, siempre respetando los precios, la calificación y el peso justo. Son puntos importantes”, asegura.

    Rugel posee una bodega en Montalvo, provincia de Los Ríos. De allí compra el cacao a los agricultores, aunque también adquiere el producto en Milagro (Guayas). Actualmente adquiere, en promedio, 1 000 quintales a la semana. “El pago de Ecuakao es puntual. Eso es importante”.

    Entre sus planes de crecimiento para este año, la compañía instalará otra línea de producción de licor de cacao a partir del segundo semestre.

    La idea es seguir creciendo en este segmento y abarcar países exigentes a los que ya venden cacao en grano, como el caso de Suiza. Además, en noviembre arrancará la línea de producción de manteca y polvo de cacao.

    La vocera
    Mariuxi Espinoza

    Una estrategia es la de los talleres de capacitación a proveedores en temas de contaminación, transporte limpio, procesos de secado, higiene, almacenamiento, control de plagas y fertilización de diversas áreas. Les ayudamos en las mejoras que pueden tener tanto para su salud como la estabilidad de sus familias, para que ganen más. Si el cacao es más limpio, cumple con las reglas de higiene y seguridad alimentaria, tiene mejor precio.

    Las Cifras

    3 200 toneladas  de cacao en grano vendió el año pasado la compañía ecuatoriana.

    55% fue la venta  de cacao en grano, principalmente a Norteamérica. Mientras que 45% de la comercialización correspondió al licor de cacao, destinado a Argentina y Chile.

    200 proveedores  de materia prima tiene Ecuakao, provenientes de varias zonas.

    15% de participación  en el mercado exportador de cacao logró Ecuakao en 2017.

    Los trabajadores de Ecuakao homogenizan el cacao como parte del proceso de secado, para que la temperatura y la humedad se distribuya en todo el producto. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Los trabajadores de Ecuakao homogenizan el cacao como parte del proceso de secado, para que la temperatura y la humedad se distribuya en todo el producto. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • Una marca local de ropa juvenil y playera

    Patricia González

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    Sudamérica es el ‘norte’ de la marca de ropa y accesorios para hombres Enemy. Pero antes de alcanzar ese objetivo están enfocados en consolidarse localmente bajo el modelo de franquicia.

    Enemy nació como una tienda on line, un mes antes de abrir su tienda física, en noviembre del 2016, en el valle de Cumbayá. El desarrollo de la marca y la apertura del local requirió de una inversión de USD 80 000.

    Son cuatro socios: Santiago Verdesoto, Luis Marín, Francisco y Fabián Almeida. Cuatro jóvenes que no superan los 33 años, que aspiraban tener un negocio propio que presentara una propuesta distinta al género masculino.

    Un estilo juvenil y playero distingue a los productos de la marca. Entre sus prendas hay camisetas tipo polo con estampados de puntos; camisetas con frases y el logo de la marca; camisas con diseños de flamingos, palmeras o flores; ‘hoodies’; joggers, y ternos de baño coloridos y llamativos.

    Las camisetas polo están confeccionadas con algodón peruano y las camisas con algodón colombiano. Para el maquilado de las piezas trabajan con al menos siete artesanos de Quito.
    La producción de los modelos es casi exclusiva. No trabajan en serie. Por cada modelo se confeccionan alrededor de cinco unidades. Los diseños son propios. “Nos basamos en tendencias globales, en la música que escuchamos, en frases o temas que se vuelven virales”, comenta Verdesoto

    Enemy también comercializa accesorios: gafas –elaboradas en bambú y madera, importadas de Taiwán e Italia–, sombreros, gorras, billeteras de cuero, entre otros Los precios de las prendas de vestir van desde USD 25 (valor de una camiseta) hasta 60 (una camisa). Los ternos se venden en USD 45. Mientras que las gafas, en 60.

    Las piezas de Enemy también se pueden encontrar en tiendas de terceros, una en las Islas Galápagos y otra en Cuenca. En el archipiélago, la tienda de surf Sumbawa Galápagos ofrece camisetas, ‘hoodies’, gorras y gafas de la marca, desde hace casi dos años. “Son prendas de buena calidad y acabado. Tienen muy buena aceptación y rotación en la tienda, tanto con clientes locales como extranjeros”, comenta Julián Coronel, propietario.

    Él destaca además el servicio que brindan los dueños, en pre venta post venta, especialmente en la asesoría sobre los productos. La marca también ha participado en ferias, como el Gran Bazar, en Cumbayá. Además, ofrece sus productos por redes sociales. Al mes factura entre USD 20 000 y 25 000, pero en diciembre se triplican las ventas.

    Javier Pérez-Anda, de 31 años, conoció de Enemy por redes sociales. Les compró por primera vez hace un año, pero ya ha adquirido los productos en otras ocasiones: camisetas, gorras, gafas, ternos de baño… “Me gustan los diseños, son muy originales, no son comunes en el mercado. Los precios son muy convenientes”, resalta este cliente.

    Sobre el servicio señala que es muy personalizado: “Los dueños están metidos en el negocio”. Los planes de la empresa son de expansión local e internacional. Próximamente esperan vender el modelo de franquicia en Guayaquil, Cuenca y Manta. El libro de franquicia sobre la marca ya está terminado, por lo que esperan contar con las primeras franquicias para octubre de este año.

    La marca ya se encuentra en República Dominicana, desde hace cerca de dos meses. Está presente en cuatro locales en Santo Domingo y uno en la isla de Punta Cana. Fabián Almeida, uno de los socios, está a cargo de la expansión en el país insular. Adicionalmente, esperan llevar la marca a España, este mes de junio.

    Santiago Verdesoto, Francisco y Fabián Almeida, tres de los socios fundadores de la marca de ropa y accesorios para caballeros. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Santiago Verdesoto, Francisco y Fabián Almeida, tres de los socios fundadores de la marca de ropa y accesorios para caballeros. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Lo artesanal y lo orgánico se notan en el calzado ‘Pancos’

    Redacción Quito

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    Rescatar la tradición indígena de elaboración de calzado hecho a mano, fue lo que motivó un grupo de jóvenes empresarios a elaborar zapatos con la marca Pancos. Francisco Mena, Julio Moreno y Juan Mena, son los creadores de la microempresa encargada de elaborar una variedad de zapatos para todo gusto.

    La idea nació en el verano del 2012, cuando Mena, pionero del emprendimiento, regresó al Ecuador luego de haber cursado su primer año de universidad en Estados Unidos.
    El joven llegó al país con la idea de adquirir un par de zapatos tipo alpargata, los mismos que fueron elaborados por parte de un artesano, ubicado en Otavalo, quien confeccionó su primera muestra.

    Lo que empezó como un ‘hobbie’ terminó como un negocio sustentable para los, ahora, dueños del emprendimiento Pancos. Mena, más conocido como ‘Franco’, manifiesta que su microempresa tiene un enfoque ambientalista, ya que los materiales que utilizan para la elaboración del producto son orgánicos y la confección es a mano.

    La materia prima para el calzado proviene de varios lugares que se encuentran en Otavalo. De esta manera, según explican los emprendedores, apoyan al comercio justo del país. Los jóvenes trabajan con siete empleados dentro de su negocio, los mismos que colaboran con la fabricación de la tela, la suela y el tejido de yute del calzado.

    Desde el primer año del negocio han participado en ferias nacionales e internacionales, posicionando su marca en mercados del exterior. París y Miami son las locaciones en donde se comercializa ‘Pancos’ a través de negocios ecuatorianos.

    En el 2017, tras cuatro años de gestionar sus ventas del negocio a través de redes sociales, los jóvenes decidieron montar dos locales en Ibarra y Guayaquil. La apertura de estos espacios duplicó las ventas que mantenían en relación con los años anteriores.

    Pero la ilusión no duró por mucho tiempo, ya que por inconvenientes con los proveedores tuvieron que cerrar estos locales, lo que generó un decrecimiento del 60% de sus ingresos.
    Las ventas volvieron a gestionarse principalmente por redes sociales, luego de haber tenido grandes pérdidas monetarias. Los emprendedores encontraron estrategias para solventar su negocio mediante publicidad y promociones en sus productos.

    La marca tiene como visión expandir su emprendimiento a escala internacional, por lo novedoso de su producto y por trabajar bajo conceptos de comercio justo.
    Desde el año en el que empezó el negocio, hasta la actualidad, Julio Moreno manifiesta que cuentan, aproximadamente, con 100 000 seguidores locales y extranjeros en redes.

    La inversión inicial para el desarrollo del emprendimiento, fue de USD 6 000, cantidad que sirvió para la producción y la publicidad. Esta cantidad aportó a la marca para una mayor elaboración de productos y crear mayor sustentabilidad.

    Los jóvenes tienen previsto crear su local en un pueblo cercano a Otavalo, con el fin de generar plazas de empleo a los artesanos y fabricantes que radiquen en este lugar del Ecuador.

    Lizbeth Guerrero es una cliente satisfecha con los productos de Pancos. Ella dice sentirse atraída por este tipo de calzado por su textura y diseño único. Expresa que es fácil evidenciar la comodidad que estos productos ofrecen al consumidor.

    Datos

    El costo del calzado, para cualquier talla y modelo, es de USD 35.

    Los ingresos mensuales varían de USD 2 000 a USD 6 000, según la temporada y preferencia del cliente.

    En el 2017, tras  la apertura de sus locales, tuvieron ingresos anuales de USD 96 000.

    Los jóvenes están próximos a lanzar calzados para niños y niñas con modelos que capten la atención de los infantes.

    El público que más consume el producto es entre hombres y mujeres a partir de 20 a 34 años.

    ‘Pancos’ piensa  crear nuevos modelos de zapatos que sean más resistentes, cómodos y duraderos para el cliente.

    Juan Mena, Francisco Mena y Julio Moreno exhiben algunos de los modelos de zapatos que comercializan en el mercado. Foto: LÍDERES
    Juan Mena, Francisco Mena y Julio Moreno exhiben algunos de los modelos de zapatos que comercializan en el mercado. Foto: LÍDERES
  • Diez sabores de cocada son la clave de la marca Nucíferas

    Marcel Bonilla

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    La marca Nucíferas, Cocadas de Sabores, es uno de los emprendimientos que toma impulso en la ciudad de Esmeraldas, con la propuesta de 10 distintos sabores del tradicional dulce esmeraldeño.

    Esta es una iniciativa que empezó hace tres años de la mano de Carmen Espinoza, fallecida hace un año, y que sus dos hijas Jazmín y Katiuska Girón continuaron hasta posicionarlo.

    Para eso las jóvenes aprovechan las ferias artesanales que se organizan en la ciudad. Además participaron en un proceso de certificación con representantes de la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa).

    En la pequeña planta de producción, ubicada en el sur de la ciudad, trabajan 10 personas, que son parte de la asociación de servicios de alimentación ‘Delicias de Mi tierra’, creada para dar valor agregado al coco.

    Esta organización se creó para impulsar la iniciativa Cocadas de Sabores, pero también para legalizar el trabajo que realizan otras familias vinculadas al negocio de la cocada en el sur de la ciudad.

    Todo el equipo trabaja en la preparación de los bocaditos, de acuerdo con los pedidos diarios y semanales. Ahí se preparan cocadas con sabor a: maracuyá, guayaba, mango, frutilla, banano, manjar, chocolate, piña y la más de la tradicional hecha con jugo de caña y maní.

    La cocada es uno de los productos de la variada dulcería ancestral del pueblo afroesmeraldeño, sobre la que se han creado emprendimientos para la elaboración de la cocada blanca, negra, y la que se acompaña con maní y manjar, estas últimas de las más conocidas.

    El producto dela marca Nucíferas cuenta con la notificación sanitaria para la cocada de chocolate y piña, que es la que están colocando en el mercado, mientras se avanza con la certificación de los demás sabores.

    Actualmente la producción está entre 700 y 1 500 unidades al mes, con dos sabores principales (chocolate y piña), y la tradicional elaborada con jugo de caña, mientras se amplía el mercado fuera de la provincia.

    El costo de cada unidad varía. Se comercializan entre USD 1 y USD 3; cuentan con el servicio de arreglos para fiestas, con bocaditos de cocadas, una de las novedades de la propuesta.

    Las hermanas Girón se encargan de abrir mercados y ser parte de las ruedas de negocio que promueve el Ministerio de Industrias, que también ofrece capacitación a los emprendedores.

    Eso ha permitido captar el interés de cadenas de tiendas nacionales que tienen sus espacios en Esmeraldas, y con ayuda de la Superintendencia del Poder de Control del Mercado, lograr acercamientos con los empresarios interesados en los productos que elaboran las dos jóvenes emprendedoras.

    La apertura de mercado ha implicado redoblar la inversión inicial de USD 3 000, en la compra de nuevos equipos para el empacado y etiquetado del producto, como pailas más grandes y cocinas industriales.

    A diferencia de otros emprendimientos que todavía conservan el uso de hornos tradicionales para cocinar el coco, este negocio utiliza cocinas industriales que les permite avanzar mucho más rápido con los pedidos.

    La proyección es que hasta finales del año se cuente con la certificación de los demás sabores y entrar a competir con otros productos elaborados a base de cacao con emprendedores de Esmeraldas.

    La directora del Ministerio de Industrias en Esmeraldas, Gabriela Zambrano, comenta que este un proyecto al que se ha dados impulso, porque busca conservar una tradición del pueblo afro, dando valor agregado a los consumidores.

    Cifra

    3 000 dólares fue la inversión inicial en este emprendimiento esmeraldeño

    Actualmente la producción está entre 700 y 1 500 unidades al mes, con dos sabores principales: chocolate y piña. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Actualmente la producción está entre 700 y 1 500 unidades al mes, con dos sabores principales: chocolate y piña. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • Fabitex, un negocio de dos décadas de sábanas y edredones

    Modesto Moreta

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    La empresa Fabitex se encarga de la producción de sábanas, cobertores, pijamas, edredones, almohadas y línea hotelera. Uno de los puntales de esta industria ambateña es la renovación de sus productos, los cuales los comercializa a escala nacional.

    A más de esas líneas incursiona en la infantil, con gran demanda en el mercado. El año pasado esta empresa facturó USD 500 000 y actualmente cuenta con 25 colaboradoras y más de 20 distribuidores en todo el país.

    El emprendimiento familiar lo inició Fabiola Aguayza, hace 22 años. La historia comenzó cuando ella decidió confeccionar ropa interior para niñas. A pesar de que su producto se vendía bien, tras un análisis, pensó que la competencia era fuerte con las grandes empresas. Por eso buscó una línea que impactara con modelos y diseños nuevos.

    Se adentró en la línea blanca de hogar (sábanas, cobertores, almohadas). Y las ventas crecieron. Efectuó una primera inversión de seis millones de sucres, que consiguió a través de un crédito en una institución financiera. Con los recursos adquirió una máquina de coser, otra overlock y materia prima; instaló su taller en el barrio La Merced, en el norte de Ambato. Contrató a cinco personas para que le ayudaran en la producción de los textiles.

    Constantemente, ella asistía a ferias y revisaba revistas dedicadas a diseños para obtener nuevos modelos en almohadas, sábanas, cobertores, etc., que impactaran a sus clientes. Esa fue la estrategia que aún aplica en su empresa: “Estar a la vanguardia de la competencia”, dice Aguayza.

    Su esposo Hugo Caguana fue un puntal en el crecimiento de Fabitex porque, junto a él, ella viajaba a vender los productos en Costa, Sierra y Amazonía.

    En los recorridos los clientes le solicitaban más productos como cubrecamas, edredones y otros. Eso les obligó a los emprendedores a realizar una nueva inyección económica en el 2009 de USD 75 000. Importaron de China una máquina para los acolchonados de los cobertores y edredones.

    También compraron un plotter y una sublimadora para los estampados, con diseños infantiles y para adultos. Esta inversión fue de USD 38 000, vía crédito.

    Actualmente, la empresa está ubicada en el ingreso a Huachi La Joya, en el centro de la ciudad. “Mi padre César fue un emprendedor y fue el ejemplo para incursionar en los negocios”, dice ella.

    Hace dos años la posta la tomaron sus hijos, María Augusta y Fabián. Los dos están involucrados en la comercialización de las líneas de producción y el diseño. Con las enseñanzas de sus padres dirigen estas áreas del emprendimiento en las que se diseñan sábanas para niño, niña, adultos y jóvenes.

    Los productos se comercializan en Ambato, Riobamba, Quito, Portoviejo, Chone, Quevedo, Santo Domingo, Guaranda, Puyo, Tena y otras ciudades del país. Actualmente, se producen entre 600 y 700 edredones semanales que se envían a 20 distribuidores a escala nacional.

    Hace nueve años Gloria Vega es cliente de Fabitex. Su local funciona en el Centro Comercial Ferroviario, en el centro de Ambato. Cuenta que los productos son de calidad y por eso la demanda se incrementa en un 20% cada mes.

    A esto se suma el precio accesible de los juegos de sábana, edredones, pijamas, cubrecamas y la línea infantil que se confeccionan con telas de calidad. “Los diseños novedosos y diferentes a otras empresas permiten que haya demanda. Mis clientes llegan de otros cantones y también de Latacunga y Riobamba”, dice Vega.

    La proyección de Aguayza es realizar una nueva inversión para la fabricación del plumón, que es la materia prima que usa en la confección de sus líneas.

    La empresa, en el 2011, abrió una tienda de exhibición y distribución en la que los clientes pueden escoger cada uno de los modelos y diseños fabricados con telas de algodón e hijo.

    María Augusta Caguana dice que a pesar que ella y su hermano están bajo el control de sus padres, ya comenzaron abrir sus propias líneas de producción. “Estamos buscado productos con el propósito de incrementar las ventas en el país. La innovación es un puntal de nuestra empresa”.

    Los hermanos Fabián y María Augusta Caguana están al frente de la empresa. La compañía ambateña innova en los diseños que ofrece al público. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Los hermanos Fabián y María Augusta Caguana están al frente de la empresa. La compañía ambateña innova en los diseños que ofrece al público. Fotos: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • La autoconfianza sí crece con el coaching

    Diana Serrano

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    La técnica del coaching, además de maximizar el potencial individual, es ahora una herramienta de gran importancia para el desarrollo empresarial, que busca mejorar la motivación y el rendimiento del personal.

    La EAE Business School, en España, considera al coaching como una vía para la formación del recurso humano, pero no de manera técnica ni especializada. Deber ser visto como un ejercicio de autoconocimiento para aprovechar al máximo las habilidades y talentos de cada trabajador.

    Para Leonello Bertini, vicepresidente de la Federación Internacional de Coaching (ICF) Ecuador, este proceso ayuda a los empleados y líderes de las empresas a definir sus objetivos y las formas de cómo alcanzarlos.

    Los efectos del coaching han sido cuantificados gracias a estudios como el de PriceWaterhouse Coopers (PwC) del 2016 aplicado en más de 70 países, el cual estableció que un proceso de coaching profesional contribuye en la productividad dentro de las organizaciones.

    Por ejemplo, se evidenció un 70% de mejora en el rendimiento laboral; el 61% y 57% de optimización de la gestión empresarial y la gestión del tiempo, respectivamente. La eficacia en el equipo de trabajo aumentó en 51%. Estos resultados positivos son producto del bienestar que los colaboradores sienten cuando se someten a procesos de coaching.

    Según el estudio, entre el 67% y 80% de las personas afirmó que mejoró su autoconfianza, las relaciones interpersonales, las habilidades de comunicación y el balance entre vida y trabajo.

    El coaching rompe con los antiguos estereotipos de ‘jefe’, que quiere tener el control y el mando. Se enfoca en el valor de las personas. “A través de un entorno de conversación y confianza sólidos, el coach apoya a su colaborador para potenciar su autorresponsabilidad, su motivación y satisfacción”, sostiene el portal Info Capital Humano.

    De esta forma, ayuda a superar los obstáculos que enfrenta una compañía, que por lo general son producto de las dificultades que se presentan en las distintas áreas o con los empleados.
    Si se solucionan desde la base, la empresa puede evitar que se repitan y que contaminen a otras personas o departamentos.

    Una de las ventajas del coaching es que se puede aplicar desde los niveles gerenciales hasta en los operativos, de forma individual o grupal, señala Alejandro Caminer, director ejecutivo de Coaching Time.

    En el caso de los altos ejecutivos, les ayuda en el desarrollo de habilidades de liderazgo, comunicación, toma de decisiones, solución de conflictos y otros.

    Según Caminer, esta metodología está ganando mayor espacio e interés entre las compañías ecuatorianas.  Los sectores en donde más se aplica el coaching son en el comercial, sobre todo en el área de ventas, para incrementar el nivel de competencia.

    También es de interés en los puestos de atención al cliente, para potenciar las habilidades de comunicación y de empatía. 

    Tecdiar es una empresa ecuatoriana de servicios complementarios de la construcción, que aplica el coaching desde hace dos años, para generar un buen ambiente laboral y dar una atención de calidad a los clientes.

    Su gerente Arturo Martínez afirma que los resultados de este proceso son inmediatos. Los 50 empleados se han alineado con los valores de la empresa y están más comprometidos con su trabajo. Esto ha generado también mayor productividad.

    Antes de que las empresas decidan aplicar un programa de coaching organizacional, Caminer sugiere realizar adecuadas evaluaciones y diagnósticos para detectar los problemas. El experto afirma que hay varias alternativas, dependiendo de lo que se desea mejorar. Por ejemplo, si el problema es la falta de conocimiento de un empleado se debe aplicar capacitaciones.

    En cambio, si el inconveniente es la actitud, como resistirse al cambio y retrasar la implementación de un proceso, entonces el coaching es la alternativa más adecuada. Sin embargo, Caminer señala que la aplicación de esta metodología no debe ser aislada, sino multidisciplinaria para lograr resultados efectivos.

    Aunque no hay costos promedios para la contratación de estos servicios, Bertini sugiere que se lo considere como una inversión, ya que según PwC, el retorno de dinero para estos fines es del 86%.

    Datos

    70% de mejoría en el rendimiento laboral tras un proceso de coaching profesional

    El coaching rompe con los antiguos estereotipos de ‘jefe’, que quiere tener el control y el mando. Se enfoca en el valor de las personas. Foto: Ingimage
    El coaching rompe con los antiguos estereotipos de ‘jefe’, que quiere tener el control y el mando. Se enfoca en el valor de las personas. Foto: Ingimage
  • Un pionero en cultivar arándano

    Patricia González

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    En el 2015 el ingeniero agrónomo Patricio Ñacato, de 52 años, trajo al Ecuador 30 plantas pequeñas de arándanos de EE.UU. con el fin de trabajar en una nueva alternativa de cultivo poco conocida en el país.

    Esa pequeña plantación fue el germen de la marca Ecuarandano, perteneciente a la empresa Biovegetal. El primer ensayo fue en el Valle de los Chillos, pero las condiciones climáticas no eran favorables. De ahí se trasladaron a la parroquia de Guayllabamba, al norte de Quito, donde hoy se cuentan tres hectáreas cultivadas. Para lograrlo se requirió de una inversión de USD 100 000.

    El arándano es un fruto con un toque cítrico que crece en arbustos Ñacato produce una variedad liberada en el mercado, denominada biloxi, que se presta a las condiciones climáticas de la línea ecuatorial y que puede sembrarse a una altura de hasta 2 800 metros sobre el nivel del mar.

    “Requiere de altas temperaturas en el día, hasta los 38 o 40 grados centígrados, y que en la noche no bajen de los 6 grados”, comenta mientras camina entre hileras de plantas sembradas en fundas negras, en un invernadero.

    Estas plantas las cultiva con fines de propagación para la venta. Mientras que, a la intemperie, donde las temperaturas son un poco más bajas durante el día, se hallan los cultivos destinados a la comercialización del arándano.

    La primera fase consiste en la preparación del suelo, para que alcance la soltura requerida. El sistema de siembra utilizado por Ecuarandano es el semi-hidropónico, que no es directo sino en fundas negras, lo que permite sembrar una mayor cantidad de plantas por hectárea, alcanzando mayores rendimientos de producción y un mejor control por planta.

    Una vez que se siembra, inicia la fase de formación de la planta, que dura alrededor de 12 semanas, en la que es clave la colocación de nutrientes. En la etapa siguiente, el desarrollo, se busca la formación de follaje, evitando la floración, porque aún es prematuro. El proceso dura cuatro semanas.

    En la semana 16 comienza la fase productiva, con la floración y el cuaje de frutas. La cosecha se recoge transcurridos entre seis y siete meses, cuando el fruto adquiere un tono azulado, casi negro. Dura cuatro meses.

    Estas mismas plantas son podadas para iniciar un nuevo ciclo de cosecha. Las condiciones climáticas del Ecuador permiten recoger cosecha en cualquier época del año. La influencia de la luminosidad influye además en el tamaño y en los grados brix (dulzura) del fruto, explica el propietario de Biovegetal.

    Desde octubre del 2016, los productos de la firma se comercializan en los locales de los supermercados Supermaxi y Megamaxi, de la Corporación Favorita, en tarrinas de 125 gramos.

    Cada semana, Ñacato les entrega entre 800 y 1000 kilogramos del producto, siendo el 70% de producción propia y el 30% correspondiente a otros tres proveedores.

    “La demanda de este producto está en ascenso. En promedio mensual se comercializan 3 400 tarrinas de 125 gramos”, comenta un ejecutivo de Corporación Favorita, quien destaca que el producto de Ecuarandano es innovador en el mercado nacional.

    Resalta también características propias del producto como su calidad, sabor y usos culinarios. La pequeña empresa, que el año pasado alcanzó a facturar USD 200 000, recibió de Corporación Favorita un premio como mejor proveedor, dentro de la categoría mejor emprendimiento.

    Para proveer adecuadamente, Biovegetal ha formado un centro de acopio, que se alimenta de otros proveedores de arándanos de distintas localidades de la sierra. Uno de ellos es Eckoberries, firma que le provee entre 50 y 60 kilos a la semana. Esta compañía comenzó a cultivar el fruto con las plantas que compró a Ecuarandano, explica su dueño Luis López.

    Para la materia prima de los cultivos e insumos que se requiere para la comercialización del arándano, la empresa de Patricio Ñacato trabaja con 10 proveedores. Entre estos está Agrobussines que le provee de un sustrato importado para el enraizamiento del arándano. Álvaro Morales, representante comercial en Pichincha de la firma, explica que este sustrato le brinda fortaleza a la planta.

    Ñacato no tiene planes de exportación. Su meta es consolidar su producto en el mercado local y expandir su negocio con la producción y comercialización de otros frutos saludables, a través de Biovegetal.

    Patricio Ñacato
    Propietario

    Ecuador tiene una gran ventaja porque permite producir el fruto las 52 semanas al año. No es estacional, como en Chile o EE.UU. Además, la luminosidad que brinda la línea ecuatorial, influye en el diámetro del fruto, en la durabilidad y en los grados brix (dulzura). Mi producto tiene unos 14 grados brix y un arándano estándar está en 13 grados. No tengo planes de exportar, quiero consolidarme en el mercado local.

    Las cifras

    100 mil dólares fue la inversión de Biovegetal para el cultivo de arándano.

    3 hectáreas es la extensión del cultivo en Guayllabamba.

    3 toneladas de arándanos fue la producción de la empresa en el 2017.

    3,99 dólares es el precio del producto en tarrinas de 125 gramos.

    10 empresas proveen a Ecuarandano.

    200 mil dólares fue la facturación de la firma en el 2017.

    Las plantas de Ecuarandano se siembran en fundas negras para lograr mejor control y mayor rendimiento de la producción por hectárea. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    Las plantas de Ecuarandano se siembran en fundas negras para lograr mejor control y mayor rendimiento de la producción por hectárea. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Mayor productividad, más brecha salarial

    Diana Serrano

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    Las empresas buscan retener el talento humano con una oferta de beneficios económicos y emocionales, pero aquellas que logren mejorar sus índices de productividad frente a otras compañías de su sector serán las que tengan éxito.

    Esa es la conclusión de un artículo de investigación de Harvard Business Review (HBR), publicado en abril de este año, que señala que las brechas de productividad entre empresas incrementan la desigualdad en los sueldos.

    “Mientras se distancian las empresas en términos de productividad, también se vuelven más desiguales en la manera en la que pagan a sus trabajadores”.

    En la región, según resultados de generación de mayor utilidad, las empresas más productivas son las de los sectores de servicios, tecnología, telecomunicaciones y, últimamente, exportadoras, explica Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting.

    Para el experto, existen tres elementos importantes que contribuyen en el aumento de la productividad de las empresas. El primero es el uso de sistemas informáticos ágiles y modernos “que permitan a las personas realizar su trabajo de una manera precisa y reduciendo actividades manuales”.

    El segundo es el desarrollo de la tecnología como la robótica e inteligencia artificial, que ayudan a la automatización de los procesos y reducen las tareas operativas. Y finalmente menciona la incorporación del capital intelectual; es decir, el nivel de desarrollo y conocimiento de los colaboradores. Estos avances, aunque son positivos, han aumentado la brecha de productividad y, por ende, las desigualdades salariales.

    Según el informe de HBR, desde principios de la década del 2000, la brecha de productividad se amplió, debido a que las empresas no podía mantener el ritmo de las compañías de mediano tamaño, las cuales con mayor agilidad y capacidad de cambio, pudieron adaptarse a las necesidades y exigencias del mercado.

    Fue por eso que entre el 2001 y el 2012, la brecha salarial entre las empresas que ofrecieron los sueldos más altos y bajos aumentó más de un 12%.

    Este crecimiento, según HBR, podría explicar casi la mitad del aumento de las diferencias salariales. Otros factores que influyen son de carácter interno como la desigualdad a nivel de empresa.  Si bien es cierto que los sueldos deben estar acorde con la formación, conocimientos y experiencia de los trabajadores, algunas compañías determinan los pagos simplemente por un cargo.

    Por ejemplo, altos ejecutivos de las empresas que cotizan en el S&P 500 de Wall Street recibieron hasta 347 veces más que la media de sus trabajadores en el 2016, según datos de los sindicatos.

    Un estudio del New Economics Foundation determina que la escala de diferencias salariales óptima es de 1 a 8 y, en casos excepcionales, puede llegar de 1 a 20. La elevación sobre esta cifra acentúa el sentimiento de injusticia, la brecha social y la falta de involucramiento de los empleados.

    Para Estrada, las brechas no son necesariamente un mal indicador, ya que existen empleados con la misma profesión y que ejercen actividades mas o menos equivalentes, pero con niveles de desempeño completamente diferentes.

    “Eso justifica que los salarios sean distintos, lo cual es muy bueno para elevar la productividad de la empresa”, afirma el estudio.

    Para evitar problemas de desigualdad e inconformidad de los trabajadores, Estrada recomienda que las políticas salariales de las empresas productivas, tengan beneficios adicionales, como programas de reconocimiento, jornadas de trabajo flexibles, capacitación, buen ambiente laboral, programas de coaching y mentoría y otros.

    Según Marisol Arenas, gerente de Mercadeo y Comunicaciones de Adecco, el personal capacitado, motivado y por ende más productivo, se pueden alcanzar mejores salarios ya que la empresa recibe mayores ingresos.

    Ecuador ocupa la casilla 97, con 3.91 puntos en el Índice de Competitividad Global 2017 del Foro Económico Mundial. Su posición ha empeorado respecto al informe 2016 en el que obtuvo 4.07 punto en la ubicación 76.

    Arenas señala que hay que alinear a los colaboradores con los objetivos y metas de la empresa, para aumentar la competitividad. Por su parte, HBR recomienda a las empresas adaptarse a las nuevas condiciones del mercado. Esto implica mayor inversión en tecnología, innovación en los procesos de producción y mejores condiciones laborales.

    Empleados con la misma formación y experiencia pueden tener grandes diferencias de sueldo, según la productividad de la firma en la que trabajen. Ilustración: Ingimage
    Empleados con la misma formación y experiencia pueden tener grandes diferencias de sueldo, según la productividad de la firma en la que trabajen. Ilustración: Ingimage
  • El ‘snack’ que llega a 33 países

    María Victoria Espinosa

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    A 33 países de Asia Europa y América. Ese es el mercado al que llega la empresa manabita Plantain Republic con sus ‘snacks’ de plátano. Este negocio nació formalmente en el 2009, en Portoviejo (Manabí). Pero el sueño, de los hermanos Luis y Enrique Villacreses empezó 10 años antes. En 1999, los manabitas tuvieron que emigrar a EE.UU. debido a la crisis económica que se originó en el país.

    En ese momento, la familia tenía un negocio con el que distribuían productos de consumo masivo a tiendas de la provincia.  Pero sus clientes dejaron de pagar las facturas y el negocio entró en crisis. Los hermanos debieron instalarse en Nueva York y trabajar en restaurantes o incluso limpiando vidrios para cumplir con las deudas en Ecuador.

    Luego de unos cinco años, lograron reunir un capital de USD 35 000 que lo invirtieron en comprar chifles a una fábrica local en Queens (Nueva York) para venderlos en las tiendas y supermercados de la zona.

    Ese trabajo lo combinaban con el de vender ‘snacks’ en los estadios de esa ciudad. Luis Villacreses recuerda que una de las metas que se plantearon era diseñar una marca para los chifles y que la fábrica solo les suministrara el producto. Así nació Tropic Max, exotic snacks. La primera compra con su marca fue de un contenedor (3 100 cajas), que se vendieron en cuatro meses. El precio de la funda de bocadillos era de USD 1.

    En el 2009, la marca ya se había posicionado en Queens. Pero tuvo inconvenientes con la producción porque la fábrica empezó a entregar los productos con menor calidad y con retrasos.

    Por eso, los hermanos decidieron que debían construir su propia planta en Manabí, donde podían encontrar a menor costo la materia prima.Luis decidió regresar a Ecuador para instalar una planta en Portoviejo, a la que nombraron Plantain Republic.

    Para eso, se debió rentar dos bodegas y adecuarlas. Ellos invirtieron alrededor de USD 20 000 en maquinarias y utensilios de cocina para la fabricación de varios tipos de ‘snacks’ de plátano, con diferentes cortes, tamaños y sabores.

    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES
    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES

    Además contrataron a seis personas para pelar el plátano y clasificarlo. Cada semana se enviaba un contenedor a EE.UU. Luego empezaron a promocionar sus productos en otros países de América Latina a través de las ferias que organizaba Pro Ecuador.

    En estos encuentros con empresarios de otros países, Plantain Republic empezó a perfeccionar los sabores y también a obtener certificados para poder ingresar a las perchas de los supermercados en Europa y en Asia.

    Hasta el momento ya han obtenido siete certificaciones, que han servido para demostrar ante los compradores la calidad del producto, las buenas prácticas en la planta, que la marca es vegana, entre otras. Cada semana, la empresa exporta 70 toneladas de la marca Tropic Max, que equivalen a ocho contenedores.

    Para cumplir con esa demanda del producto, se debió aumentar la planta de trabajadores de seis a 293 empleados. Además debieron buscar a cuatro asociaciones de productores de plátano y a 300 finqueros de Manabí para que les provean de 70 toneladas diarias de plátano de lunes a viernes.

    Mientras que el fin de semana la producción es menor y se abastecen únicamente con unas 35 toneladas.

    Villacreses señala que uno de los momentos más difíciles que enfrentó la empresa fue el terremoto de abril de 2016. Eso debido a que la planta de tres pisos, que habían construido se derrumbó y se perdieron las oficinas administrativas con la maquinaria.

    Al momento han logrado recuperar la primera planta, que es donde funciona la fábrica de chifles. “Cada año hacemos un nuevo arreglo y de apoco nos estamos levantando”.

    Para Luis, el terremoto no acabó con las esperanzas de seguir creciendo y el año anterior, a través de las ferias de Pro Ecuador, lograron ingresar a Japón y este año ya se proyectan a llevar los ‘snacks’ a otros países asiáticos.

    Otro de los proyectos que se fortaleció con el terremoto fue el de ayudar a tres instituciones que se dedican al cuidado de más de 80 adultos mayores de Portoviejo.

    Lo hacen a través de la venta de la cáscara del plátano. El kilo de esos desechos se vende a USD 0,02 a los ganaderos de la región, que la utilizan para darles de comer al ganado. Con el dinero que obtienen compran las donaciones para los adultos mayores.

    Luis Villacreses
    Gerente General 

    La fortaleza de este negocio es entregar un producto de calidad y eso se ha logrado porque se ha escuchado cada recomendación de los clientes y se han buscados las certificaciones que avalen los 11 tipos de ‘snacks’ que tenemos en el mercado internacional. Eso nos ha permitido competir. Otro factor importante ha sido la oportunidad de asistir a ruedas de negocios y ferias en el extranjero. Cada año procuramos asistir a al menos cuatro expoferias.

    Las Cifras

    50%  de la  producción se vende en EE.UU. Desde Nueva York se distribuye a otros estados. La producción restante se vende en Europa y Asia. El producto no se vende en Ecuador.

    300 agricultores  manabitas y cuatro asociaciones de productores son los proveedores de 70 toneladas diarias de plátano verde.

    2 socios se encargan de administrar la empresa en Ecuador.

    6,4 millones facturó la empresa en el 2017.

    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos:  Juan Pérez / LÍDERES
    La empresa Plantain Republic elabora 11 productos a base del plátano como patacones, croutons, chifles de sal, dulce, picantes, entre otros. Fotos: Juan Pérez / LÍDERES