Los 365 días del año en Yahuarcocha (Ibarra) es primavera. Así considera el emprendedor alemán Hans Schoetter, propietario de la Finca Sommerwind.
El nombre del establecimiento turístico que significa vientos de verano proviene de un vocablo de su lengua materna. “Cuando en el cielo – del complejo lacustre- no hay nubes, a partir del mediodía hace un fuerte viento”.
Este ingeniero naval de profesión se enamoró de la provincia de Imbabura y la hizo su casa. Está radicado allí hace una década.
Antes de armar viaje al Ecuador, Schoetter laboraba como jefe de mantenimiento en una refinería de petróleo en Europa.
Recuerda que la primera vez que conoció nuestro país fue para visitar a su hijo Jan, que se encontraba como voluntario en una finca de reforestación en Mindo, en el cantón San Miguel de los Bancos, al noroeste de Pichincha.
En este periplo, los Schoetter recorrieron varios atractivos turísticos del país. Hans emprendió viaje a Alemania, pero se fue con la idea de retornar para quedarse.
Aunque le gusta mucho la región costera prefirió establecerse en la Sierra. Para comenzar su sueño buscó una propiedad rodeada de naturaleza.
Antes del predio de Yahuarcocha le ofrecieron otros terrenos en diferentes puntos de la ‘Provincia de los Lagos’, pero no se ajustaron a sus requerimientos.
El emprendedor europeo vio un potencial a las 12 hectáreas ubicadas frente a la laguna de Yahuarcocha, pese a que eran desérticas y no contaban con servicios básicos. Eso sí, agrega, hay una vista espectacular del espejo de agua rodeado de montañas áridas.
Entre sus planes no estaba abrir un campamento turístico. Pero señala que un día llegaron algunos viajeros, especialmente europeos, en casas rodantes, vehículos que tienen todas las comodidades de un hogar, que buscaban un sitio seguro para descansar.
Ahora, prácticamente es una parada obligatoria para los aventureros que recorren desde Alaska a Argentina, o viceversa. Con un tono de orgullo asegura ser un pionero y que su espacio está registrado en el Ministerio de Turismo para recibir a estos viajeros.
En el 2014 instaló el campamento y un año después la cafetería, que se especializa en comida y cervezas alemanas.
A clientes, como Belén Rodríguez, lo que más le atrae es el trato amable, el exquisito sabor del pan y el cheesecake.
El Café atiende de viernes a domingo. El propietario asegura que a los clientes nacionales les atrae el ambiente tranquilo y el contacto con el campo.
La Finca Sommerwind cuenta con cuatro cabañas para hospedaje. Dos más grandes, con capacidad para tres personas cada una, están equipadas con cocina de inducción y refrigeradora. El costo de hospedaje es de USD 35 y 45.
Hasta antes de la pandemia arribaban 30 ‘campers’, en promedio cada mes, con turistas de diferentes países del mundo. Ese número se incrementa para la fiestas de Navidad y fin de año.
Por USD 6 diarios, las casas rodantes reciben servicio de energía eléctrica, agua potable, baño, Internet, cocina y seguridad.
Pablo Pareja, responsable de la Unidad de Turismo y Promoción del Municipio de Ibarra, resalta que es una propuesta interesante porque es un turismo diferente al convencional. “Schoetter siempre recomienda a los viajeros los sitios que pueden visitar durante su estadía en Imbabura”.
El negocio reabrió sus puertas a inicios de este mes tras la crisis sanitaria provocada por el covid-19. En el sitio se aplican medidas de bioseguridad para evitar contagios. Ahí continúan hospedadas cuatro familias extranjeras que fueron sorprendidas por el cierre de fronteras por la cuarentena.
En el grupo había viajeros de Brasil, Uruguay, Canadá, Alemania, Suiza, Francia, Nueva Zelanda. Varios de ellos retornaron a sus países en vuelos humanitarios El proyecto de Hans se complementa con el Café Arco, una sucursal de la Finca que funciona en el centro de Ibarra.
El local es parte del plan piloto de Ciudades Amigables que busca ayudar a reactivar el turismo, en el caso de la capital imbabureña en el centro histórico.
45 DÓLARES es el costo de alojamiento en las cabañas para 3 personas.
Datos del negocio En el Ministerio de Turismo la Finca Sommerwind está registrado como campamento turístico, categoría única.
El local también está disponible para el desarrollo de compromisos sociales, como cumpleaños.
En el menú denominado Biergarten constan platos fuertes, una variedad de postres y cervezas alemanas.
La venta de pan y tortas alemanas y mermeladas caseras es uno de giros del negocio que afianzó en la pandemia.
El personal que atiende el establecimiento luce ropa típica de Alemania.
A Hans Schoetter le gusta atender personalmente a los viajeros en su propiedad en Yahuarcocha, en Ibarra. José Luis Rosales / LÍDERES
Un grupo de seis mujeres encauzadas en aportar en la transformación cultural de Colombia creó una red con perspectiva de género, emprendimiento y equidad social que busca fortalecer a las trabajadoras del arte y la cultura bajo la consigna de “juntas somos poderosas”.
“Es potenciarnos unas a otras”, expresó la artista Claudia Helena Velásquez, directora general de La Artivista, red de creadoras, productoras y gestoras culturales.
El foco de este movimiento está puesto en generar acciones para el “empoderamiento económico y social” de las mujeres y de las organizaciones que, desde las prácticas artísticas y culturales, le apuestan a la equidad social y de género en toda Colombia.
Velásquez relató que tras su paso por la academia, además de corroborar que “el arte no era un hobby, sino algo de lo que iba a vivir”, empezó a identificar falencias de espacios artísticos en Medellín (noroeste) y optó por conectarse con un movimiento fuerte que se estaba gestando en Chile.
“Nos encontramos allá unas 200 mujeres completamente diversas y de toda Latinoamérica que nos estábamos haciendo preguntas por el género, por el trabajo en el arte y la cultura, por el activismo”.
Esa experiencia en Chile, en 2017, la llevó a empezar, junto a cinco mujeres más, la tarea de “fortalecer nuestras redes” a través de un encuentro de creadoras, productoras y gestoras culturales, que se realizó tras ganar la convocatoria de “Economías Colaborativas” de la Secretaría de Cultura de Medellín.
“Eso nos rebasó. Esperábamos a unas 200 mujeres, pero se inscribieron más de 700. Incluso vinieron de Bolivia, Argentina y Brasil. Fue muy lindo porque vimos que había una necesidad latente de encontrarnos y trabajar juntas”, contó Velásquez.
A partir de ahí nació La Artivista -nombrada así por la combinación de las palabras arte, artista y activismo-, que como primer paso construyó una plataforma de economía colaborativa en línea y presencial para empoderar a las mujeres con espacios para la comercialización de productos, servicios y conocimientos de las artes y las culturas.
“Somos una red, trabajamos en colectividad”, subrayó la directora del colectivo interdisciplinar que actualmente tiene registradas a más de 900 mujeres y a algunos hombres interesados en la equidad de género.
Y dentro de esa red convergen desde artesanas, malabaristas, compositoras, cuenteras, cocineras y estilistas hasta periodistas, curadoras, diseñadoras, escritoras, museógrafas e investigadoras, entre otros perfiles que se unen para trabajar tanto en generar una rentabilidad como en provocar un intercambio de conocimiento.
En esa apuesta por “el dar y el recibir”, La Artivista tiene tres ejes principales: formación, reconocimiento y articulación. Además, con sus miembros realiza talleres, charlas, conversatorios, exposiciones y ferias para promover el trabajo femenino y tener ingresos.
“Trabajamos la importancia del emprendimiento, pero la importancia desde lo humano; no son máquinas para generar dinero”, apostilló Velásquez, quien empezó a capacitarse en la Corporación Interactuar con su programa Método Base de Aceleración (MBA) para liderar proyectos culturales, articular y armar mesas de trabajo que les generen recursos.
En La Artivista se brinda capacitación a quienes forman parte de esta iniciativa económica, artística y social. Foto: Luis Eduardo Noriega / EFE
El Centro de Atención al Emprendedor (CAE) empezó a funcionar la semana pasada (25 de noviembre del 2019), en la plataforma financiera, en el norte de Quito.
Este espacio, impulsado por el Ministerio de Finanzas, centralizará los servicios que ofrecen las distintas instituciones públicas para las personas que quieren empezar o impulsar su negocio y que ofrecerá una asesoría integral para la generación y fortalecimiento de planes de negocio y el acceso a financiamiento de capital semilla, según un comunicado.
Con este centro, añade el Ministerio de Finanzas, se da cumplimiento al ofrecimiento del presidente, Lenín Moreno, quien en septiembre pasado, anunció que la creación de este Centro servirá para motivar en el desarrollo de los emprendimientos en el país.
La inauguración del CAE estuvo a cargo del viceministro de Economía, Esteban Ferro, quien destacó que este espacio será el lugar en donde se estimularán y apoyarán las ideas. “Esta casa se engrana perfectamente dentro del plan integral de apoyo al emprendimiento que estamos generando desde el Gobierno Nacional, al aliviar la carga tributaria y eliminar o reducir la tramitología innecesaria. Solo así podremos enfocarnos en lo realmente importante: el impulso a la producción y la generación de oportunidades para aquellas personas que no tienen un empleo”.
Los dueños de micros y pequeñas empresas serán guiados en este centro en todos los trámites que necesiten cumplir para constituir y desarrollar sus negocios. Además, dice el Ministerio de Finanzas, podrán conocer programas de la banca pública que pueden financiar sus proyectos.
Los dueños de micros y pequeñas empresas serán guiados en el recién inaugurado Centro de Atención al Emprendedor. Foto: cortesía Ministerio de Finanzas
Lo único constante en nuestras vidas, y en cualquier negocio, es la certeza del cambio. Este no está bajo nuestro control. Ningún líder puede prevenir sorpresas, interrupciones, desafíos o sucesos imprevistos.
Entonces, ¿cómo organiza un líder una oficina construida con el objetivo de maximizar el talento de su fuerza de trabajo? ¿Cómo prepara una compañía a sus empleados de modo que tengan mayores probabilidades de resolver estos desafíos?
Existen estudios científicos sobre cómo crear un lugar de trabajo amigable para el cerebro: herramientas y estrategias que nos hacen más creativos, productivos, felices y mejores tomadores de decisiones. Y aunque cada vez más empresas están incorporando estos nuevos hallazgos, hay muchas que no. Según Gallup, en todo el mundo solo el 13% de los empleados dicen sentirse comprometidos con su trabajo.
¿Cómo se puede influir en la productividad de los empleados?
Desconexión
La tecnología ha revolucionado todos los aspectos de la oficina moderna. Pero, a nivel individual, todos nos sentimos cercados. Según un estudio de 2012 del McKinsey Global Institute, el trabajador medio de la economía del conocimiento pasa 28% de su tiempo leyendo y respondiendo correos electrónicos. También hay estudios que muestran que el simple hecho de tener un teléfono en una mesa cuando las personas hablan les impide sentirse conectados, incluso si el teléfono no se utiliza. Para obtener un mayor rendimiento, mayor concentración y mayor colaboración, considere tener reuniones sin pantallas: ni teléfonos ni computadoras. Las personas se sentirán más conectadas, menos distraídas, y colaborarán de manera más eficaz.
Libertad
Un estudio de la Universidad de Exeter encontró que permitir que los empleados elijan la cantidad de plantas y fotos que querían en su oficina aumentó la productividad en hasta un 32% en comparación con los empleados a quienes no se les había dado ninguna opción. Y la investigación también ha demostrado que tener una sensación de autonomía aumenta nuestra capacidad de responder al estrés y, en consecuencia, la disminución de la sensación de autonomía nos hace más vulnerables al estrés.
Vegetación
A las personas nos encanta la naturaleza y la vegetación, y cuanto más tengamos en la oficina, más felices y productivos somos. De hecho, esta tendencia a responder de manera positiva a la naturaleza y a los entornos naturales se denomina “hipótesis de la biofilia”, denominación acuñada por Edward O. Wilson en su libro de 1984, Biophelia. La investigación lo confirma. Un estudio de 2010 de la Universidad de Cornell encontró que la presencia de plantas de interior tenía un efecto beneficioso en la atención de los trabajadores. Otro estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Twente, en los Países Bajos en 2008, encontró que las plantas de interior reducían el estrés.
Movimiento
Moverse y caminar, es tan bueno para nuestras mentes como lo es para nuestros cuerpos. Un estudio llevado a cabo por los investigadores de la Universidad de Illinois descubrió que tan solo caminar durante cuarenta minutos tres veces a la semana a paso normal ayuda a mejorar las conexiones cerebrales y las funciones cognitivas. Así que anime a los empleados a caminar y moverse. Una manera de hacerlo es tratar de que los empleados no coman el almuerzo en sus escritorios. Más aún, anímelos a dejar sus teléfonos cuando van a almorzar. Caminar en las reuniones tiene el doble beneficio del movimiento, conexión y colaboración .
Dar
Hay trabajos científicos que demuestran que dar hace tanto bien para quien da como para quien recibe. Un estudio de 2013 realizado por UnitedHealth Group encontró que los programas de voluntariado de los empleados aumentaron el compromiso y la productividad; además, más del 75% de los voluntarios dijeron que se sentían más saludables, más del 90%, que estaban de mejor humor y más del 95% que sentían que tenían un propósito más importante en la vida. También se encontró que los empleados habían aumentado sus habilidades de gestión del tiempo y su capacidad para conectarse con sus compañeros.
Existen herramientas y estrategias que permiten crear un lugar de trabajo amigable para el cerebro. Foto: Ingimage
Si bien el concepto de espacios de oficina abiertos puede parecer nuevo, ha existido desde la década de 1940. En aquel entonces, los arquitectos convencieron a las empresas de que los espacios abiertos promoverían la comunidad, la conexión y la inclusión en el trabajo.
Más adelante en el 2005, Google contrató al arquitecto CliveWilkinson para crear espacios de oficinascomunitarias y salas de reuniones con mamparas acristaladas en su sede de Mountain View, California. Al igual que con muchas tendencias, cuando las compañías exitosas y respetadas innovan, otras siguen su ejemplo.
Hoy en día, la vasta mayoría (80%) de las empresas en EstadosUnidos tiene oficinas abiertas con una mínima o ninguna división entre los escritorios. Recientemente, Walmart anunció que su nueva oficina en Arkansas, que tiene más de 14 000 empleados, tendría un plan de piso abierto para atraer a la próxima generación de talentos.
Los investigadores de Harvard, Ethan Bernstein y Stephen Turban, probablemente le dirían a Walmart que reconsidere esta idea de acuerdo con los hallazgos de un estudio reciente, que mostró que los empleados en una oficina abierta pasaban 73% menos tiempo en interacciones cara a cara. Si bien los empleados pueden verse porque no hay paredesdivisorias entre ellos, terminan recurriendo a la tecnología porque valoran la privacidad y el silencio.
Aunque las oficinasabiertas pueden no ser atractivas para todos los empleados, las nuevas investigaciones muestran que las generaciones más jóvenes las prefieren y están dispuestas a aceptar sus desventajas. En una encuesta hecha con Poly a 5 150 trabajadores y encontramos que más de la mitad de la generación Z (Gen Z) y los mileniales desean oficinas abiertas en comparación con el 38% de los ‘babyboomers’.
Aún más interesante es que más de la mitad de los pertenecientes a la generaciónZ dicen que son más productivos en medio del ruido o hablando con otros, mientras que el 60% de los babyboomers son más productivos cuando están en silencio, por lo que es probable que los Gen Z prefieran trabajar en una oficina en lugar de en casa.
Otro estudio del Foro Económico Mundial, junto con Kronos, respalda esto; se descubrió que prefieren comunicarse con su equipo y recibir comentarios del gerente en persona. Incluso con toda la tecnología de colaboración que les permite trabajar de forma remota, las generaciones más jóvenes siguen valorando el contactohumano que solo pueden encontrar en una oficina.
Dado que las preferencias generacionales en cuanto a los diseños de oficinas son diferentes, las empresas deben buscar espacios de trabajo flexibles que se adapten a las necesidades de todos.
Es por esto que los espacios de trabajo conjunto se han vuelto tan populares en los últimos años. Los empleados más jóvenes quieren un sentido de comunidad y flexibilidad para ser más efectivos.
WeWork, por ejemplo, tiene todo tipo de diseños para satisfacer diferentes preferencias, como salas de reuniones, salas de estar, cabinastelefónicas, salas de conferencias y cafeterías. Todos tenemos diferentes hábitos y preferencias, por lo que la flexibilidad en el espacio de trabajo nos permite seleccionar el entorno que mejor satisface nuestras necesidades.
La pregunta no es si deberíamos reconvertir las oficinasabiertas en espacioscerrados. Necesitamos tener diseños de oficina inclusivos que puedan satisfacer las preferencias de todos, no solo a un grupo de edad específico.
Con espacios de trabajo flexibles, los empleados que se quejan del ruido pueden trasladarse a un espacio cerrado, mientras que otros pueden decidir quedarse ahí. A menudo, la toma de decisionescorporativas llega a los extremos, teniendo un espacio totalmente abierto o cerrado, cuando lo que la gente realmente quiere es flexibilidad para tomar sus propias decisiones basadas en cómo se sienten en ese momento.
Al darles opciones a los empleados, les da el control y son ellos mismos los que pueden elegir el entorno que saque a relucir su creatividad y productividad.
Sin embargo, la contaminaciónacústica, la incapacidad de conseguir un espacio para concentrarse y la imposibilidad de tener un espacio propio donde poder tener sus herramientas de trabajo y objetos personales, pueden ser causales de molestias. Esta resistencia al cambio podría ser tratada conversando con los empleados por bien de todos.
Las nuevas investigaciones muestran que las generaciones más jóvenes las prefieren y están dispuestas a aceptar sus desventajas. Foto: Ingimage
Dudas, oportunidades, temores y beneficios. El mundo de las criptomonedas empieza a ser mirado con detenimiento por instituciones financieras, autoridades y actores del mundotecnológico a escala global. La atención creció más luego del anuncio hecho hace dos semanas por Facebook de lanzar una nueva criptodivisa, con el apoyo de un grupo de firmas que incluyen tarjetas de crédito, firmas de transporte, ‘e-commerce’ y más.
Estas divisas digitales creadas con un código computarizado, son descentralizadas y no son controladas ni supervisadas por ningún gobierno o autoridad. “Las criptomonedas viven en un mundo volátil, en una suerte de montaña rusa”, según la agencia AFP. Sitios especializados en este tema, como Quora o Medium, hablan de que en el mundo existen hoy en día alrededor de 2 500 criptomonedas.
Las más conocidas y mejor cotizadas son el bitcóin, el ethereum y el ripple. La primera superó la semana pasada la barrera de los USD 13 000. En lo que va de año, el bitcóin se ha revalorizado alrededor del 250%, desde los USD 3 800 que costaba una sola unidad en enero. Las otras dos también ganaron valor luego del anuncio de la llegada de Libra.
¿Qué tan comunes son las criptomonedas en el mundo? Según Statista, un sitio web de estadísticas, Turquía lidera la adopción de estas divisas digitales a escala mundial: un 20% de la población turca afirma haber usado criptomonedas, con datos a abril del 2019.
El mismo sitio asegura que a escala de Sudamérica Brasil y Colombia son los líderes. Un 18% de los habitantes de estas naciones afirma haber utilizado criptomonedas, mientras que en Argentina las cifras llegan al 16%.
En Ecuador, el Banco Central tiene una disposición. La entidad dice que no está prohibida la compra y venta de criptomonedas a través de Internet; además, se recalca que bitcóin no es una moneda de curso legal y no está autorizada como un medio de pago de bienes y servicios en el Ecuador.
Para Julio José Prado, titular de Asobanca, la aparición nuevas criptomonedas puede ser una amenaza o una oportunidad. “Depende el nivel de desarrollo digital y tecnológico, así como las estrategias que tengan los bancos a escala local, regional o global”.
Según Prado, los posibles afectados pueden ser los sistemas de pagos internacionales y no tanto los bancos. “Estos últimos pueden encontrar mecanismos para colaborar con proyectos como Libra u otros en el futuro”. El vocero de Asobanca cree que en el mediano plazo toda criptomoneda tendrá que ser respaldada por una moneda en una entidad financiera.
Otra opinión es la de Juan Francisco Bolaños, consultor en temas de criptomonedas y blockchain. Él piensa que el bitcóin se viene afianzando y que Libra entrará a competir con los bancos. De tener éxito, añade, las empresas detrás de Libra, agrupadas en Libra Association, podrían ser el banco más grande del mundo. “La banca estará obligada a innovar y crear valor.
Las grandes innovaciones, como las tarjetas de crédito y los cajeros automáticos, tienen ya cerca de 50 años, entonces las criptomonedas sí son una amenaza para los bancos”. El proyecto Libra tiene a la inclusión financiera como uno de sus principales componentes. La iniciativa busca que más de 1 000 millones de personas de todo el mundo que no acceden a bancos puedan contar con servicios comerciales y financieros en línea, dijo a la AFP Dante Disparte, jefe de Política y Comunicaciones de Libra Association.
“Enviar dinero a un amigo no debería ser más difícil que enviarlos por Uber a su casa”, estima Peter Hazlehurst, jefe de Pagos y Riesgos de Uber, una de las firmas tecnológicas que integra Libra.
Para Bolaños, abrir una cuenta en un banco es un proceso que toma tiempo por temas regulatorios y leyes. Esas leyes pueden ser barreras. “Con las criptomonedas se rompen barreas geográficas, porque se mueven en tiempo real y con costos más bajos que la banca tradicional. Eso traerá oportunidades para sectores de la población como los migrantes, por ejemplo.
De su lado, Prado cree que más que las criptomonedas, serán la digitalización y las soluciones bancarias las que permitirán bancarizar a más personas. “El objetivo tiene que ser una mayor inclusión financiera, más allá de una tecnología o un mecanismo”. Hay que tener claras las necesidades de las personas, y para eso se requieren estrategias bien diseñadas.
La regulación y la seguridad son vitales
El anuncio de una nueva criptomoneda relanza el temor de un nuevo debilitamiento de los poderes de los Estados frente a los gigantes de Internet y las multinacionales.
El gobernador del Banco Central de Inglaterra, Mark Carney, y el ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, no se oponen al principio de Libra, pero exigen salvaguardas para evitar ver crecer una moneda sin control público.
Si esta moneda es un éxito, “se convertirá instantáneamente en sistemática y tendrá que estar sometida a las mejores normas de regulación”, declaró Carney, quien prometió que seguiría muy atentamente la situación.
“Si Facebook quiere crear un instrumento para las transacciones, ¿por qué no?”, dijo por su parte Bruno Le Maire. Pero añadió que “no puede y no debe convertirse en una moneda soberana, con todos los atributos de una moneda , como la capacidad de emitir deuda soberana y servir como moneda de reserva.
Le Maire pidió a los gobernadores de los bancos centrales preparar un informe para el G7 Finanzas, que se celebrará en las afueras de París a mediados de julio, “sobre las garantías que se tienen que aportar sobre esta moneda digital para que sea factible”.
En Estados Unidos también hay inquietud. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo que Libra va a necesitar una vigilancia “muy de cerca”.
“Debido a su posible alcance, creo que la vara (de los reguladores) va a ser muy alta para proteger a los consumidores”, dijo Powell. Precisó que varias agencias de regulación serán responsables de la “vigilancia” de Libra.
Para la economista Nathalie Janson, de la escuela de comercio Neoma, el lanzamiento de Libra es una nueva forma de apoderarse de parte de los poderes de los Estados, aunque no se tiene que exagerar su alcance.
Si triunfa, Libra podría hacer que los consumidores se dirijan hacia otras criptomonedas, como el bitcóin o el ethereum.
“Será potencialmente un paso decisivo para reforzar la confianza” en las criptomonedas, que quieren parecer como una alternativa a las monedas nacionales.
Para Janson, Libra es “menos rebelde” que el bitcóin porque no rompe el vínculo con las monedas nacionales y porque su valor será indexado sobre varias divisas, entre ellas el dólar y el euro.
En Asobanca tienen claro que las monedas virtuales se empezarán a usar con más frecuencia en el futuro. Por eso, dice su titular Julio José Prado, es fundamental saber quiénes las emiten y quiénes las respaldan. “Si no está respaldado por un banco un agente reconocido hay que tener mucha cautela”.
Prado añade que como en cualquier servicio financiero no hay que fiarse de personas que pretenden engañar a la gente usando las palabras bitcóin, ‘blockchain’ o cualquier otra y que son simplemente pirámides que dan paso a estafas. “Sabemos que estas criptomonedas son el futuro y por eso mismo hay que contar con una regulación adecuada, tal como ya se está anunciado en países como Estados Unidos. Lo importante en esto siempre será la seguridad”.
Para Juan Francisco Bolaños, consultor en temas de criptomonedas, la gente tiene que entender que surgirán nuevos sistemas financieros alternativos diferentes a los que estamos acostumbrados: los bancos y el Estado como regulador. “Estos sistemas alternativos no son del agrado de las autoridades por ser plataformas o ecosistemas transnacionales y en muchos casos no tienen una jurisdicción definida”.
Este especialista advierte que a nivel del usuario la tecnología es muy amigable, pero no todas las personas están listas para adoptar las criptomonedas, pero eso evolucionará con el tiempo.
Según Bolaños, el mayor riesgo está del lado del usuario, antes que la plataforma. Los usuarios no están listos para asumir la gran responsabilidad de ser dueños y custodios de su patrimonio. “Estamos acostumbrados a que nuestro dinero lo cuide alguien más: el banco. Con la criptomonedas, hay que tener igual o más cuidado que con la billetera”.
Mientras el debate continúa, la semana pasada el bitcóin continuó cotizando al alza, por encima de los USD 13 000. Para el analista de eToro Simon Peters, “si el precio del bitcóin mantiene su actual tendencia con forma de parábola, podría alcanzar el máximo de USD 20 000 en los próximos 14 días”, indica. Peters considera que ahora mismo el interés por la moneda digital es institucional y a largo plazo.
Cómo las criptodivisas pueden reemplazar otros medios de pago
SAN FRANCISCO, AFP (I)
Las criptomonedas viven en un mundo volátil; en una suerte de montaña rusa que Facebook busca cambiar con su nueva moneda Libra. La nueva moneda digital será supervisada por Libra Association una organización sin fines de lucro con sede en Ginebra. Esa organización está integrada, entre otras, por emisoras de tarjetas bancarias como Mastercard y Visa, compañías de transporte como Uber Lift y hasta la organización Women’s World Banking que ayuda a mujeres desfavorecidas.
¿Cómo funcionan las criptomonedas? Para utilizar monedas como Libra, la gente necesitará instalar un software conocido como billetera digital. Varias billeteras digitales están disponibles, pero una llamada Calibra está siendo diseñada por una subsidiaria de Facebook para teléfonos inteligentes de los sistemas operativos Apple y Android y se integrará a los servicios de mensajería Messenger y WhatsApp.
Este sistema “deja a todos guardar su dinero de manera segura en sus teléfonos”, explica Kevin Weil, vicepresidente de producto de Calibra.
Una billetera digital elegida por el usuario es vinculada a cuentas de banco o tarjetas de crédito para transferencias o transacciones en línea. “De la misma forma que una persona puedes escoger cualquier navegador para conectarse a internet, puede elegir cualquier billetera digital”, según Weil.
¿Cuáles son las ventajas? Libra fue lanzada como un ecosistema abierto, para que cualquier negocio o servicio pueda aceptarlo como medio de pago. Las instituciones financieras también podrían ofrecer créditos o préstamos en Libra.
“Imagina guardar los ahorros de tu vida en tu casa, es más seguro llevarlos contigo en tu teléfono”, dijo Weil.
Calibra, por ejemplo, podría utilizarse para mandar dinero a amigos o miembros de la familia en otro país, o para comprar en tiendas en línea o en el mundo real de la misma manera que se puede usar Pay Apple o Google Pay.
Más de 1 000 millones de personas utilizan actualmente WhatsApp y Messenger para comunicarse, por lo que tiene sentido proporcionarles una manera de manera de mover dinero. “Con el tiempo, mientras el ecosistema de Libra crece y se incorpora a los productos y servicios, habrá más cosas que puedas hacer”.
¿Cómo convertir efectivo en criptomoneda? La gente sin acceso a bancos podría ir a una casa de cambio o comercio para convertir el dinero en efectivo en Libra.
Una vez en un smartphone, Libra podría ser enviada al estilo de un mensaje de texto. Los receptores tendrán la opción de ahorrarlo en sus propias billeteras para uso futuro o convertirlo a sus monedas locales.
“Hacemos que sea fácil ir y volver a la moneda local ” , añadió Weil. “Si no estás bancarizado, tendrás locales como casas de cambio que operen con Libra ” .
Las comisiones de cambio de dinero en el futuro podrían ser manejadas por el mercado, pero probablemente serán menores que las que cobran las empresas que transfieren fondos. Calibra tiene protecciones contra fraudes y recuperación de contraseña, y hay un procedimiento de “conozca a su cliente”, que requiere que las personas proporcionen al principio alguna documento de identidad oficial.“ “Este es el dinero de la gente; sentimos una gran responsabilidad de mantenerlo seguro”.
En esta foto de marzo del 2018 se observa un técnico que revisa una ‘bodega’ de bitcóin, en Canadá. Esta criptomoneda llegó a cotizarse en USD 13 440 la semana pasada. Foto: AFP
El bambú ha recobrado su importancia en la construcción tras el terremoto que, el 16 de abril de 2016, devastó las provincias ecuatorianas de Esmeraldas y Manabí, hasta convertirse en el nuevo ‘acero vegetal’.
De hasta 20 metros de altura, esta caña de nudos macizos y típica de suelos húmedos, conocida como “caña guadúa”, ha renacido como material de construcción en los planes del Gobierno de Manabí, donde ven en ella un enorme potencial por su flexibilidad, resistencia, sostenibilidad y abundancia en la región.
“La parte primordial de este proyecto es que tiene un enfoque medioambiental”, dijo el ministro ecuatoriano de Vivienda, Xavier Torres, durante una visita en Manta a una vivienda prototipo levantada con ayuda de la Cooperación Española.
Analizada dentro del proyecto Casa para todos, iniciativa del gobierno de Lenín Moreno, con esta planta Ecuador pretende despertar nuevos motores de producción que beneficien desde al campesino hasta a los constructores, y alentar la defensa del ecosistema.
El terremoto que sacudió el literal ecuatoriano en 2016 tuvo una magnitud de 7.8 en la escala de Richter. Con casi 700 muertos y miles de heridos, la destrucción fue notoria en Manabí y Esmeraldas, y los daños, que incluyeron el colapso de numerosas casas, rondaron los USD 3 000 millones.
Manuel Mero Delgado, maestro de obras, dice que mucha gente se interesó por el bambú a raíz del sismo, dado que las construcciones con ese material aguantaron mucho mejor el temblor.
“Se dieron cuenta que a las construcciones en caña no les había pasado nada y ahora lo aprecian muchísimo”. Formado en Colombia y con más de 25 años de experiencia con este material, Mero recupera en sus construcciones las tradiciones más antiguas de los montuvios, un grupo étnico que solía recurrir a la caña para construir sus viviendas por la frescura y el fácil acceso a ese material.
En construcciones suyas, sin embargo, combina el bambú con otros materiales modernos, dentro de un proyecto de investigación de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam).
De esta forma, sobre una cimentación de hormigón, coloca unos “chicotes” en los que engarza la caña a modo de pilares, hasta darle forma a la vivienda.
La investigación, a la que España ha aportado cerca de medio millón de euros, abarca los aspectos técnicos de todo el proceso, desde el corte de la caña hasta el diseño de la vivienda.
El reto: que la utilización de los materiales se haga de manera técnica y responsable, aprovechando la ciencia y tecnología modernas.
Un proceso que comienza tierra adentro, a más de 100 kilómetros de Manta, en plantaciones donde se vigila meticulosamente el crecimiento de la caña, se corta en el momento adecuado y se deseca.
La caña debe cortarse según las fases lunares porque, al igual que con la mareas, la luna tiene un efecto en la humedad de la planta.
“En cuarto menguante, de madrugada, con la marea baja, es el mejor momento, porque todos los líquidos (dentro de la caña) han descendido. En luna llena, está llena de agua”, explica Líder Zambrano, productor de bambú.
Esta sabiduría popular es crucial porque el procesado requiere “avinagrar” la caña para que se conserve mejor.
En la sede de la Unión de Organizaciones Campesinas de Desarrollo Comunitario del Cantón 24 de Mayo, el procesamiento del bambú aún verde comienza con un baño de ácido bórico y bórax para eliminar insectos que puedan carcomerla en el futuro.
“La caña guadúa es uno de los cinco mejores bambúes del mundo por sus propiedades físico-mecánicas, tiene poco peso y alta resistencia debido a que es circular y tiene entrenudos muy cercanos”, sostiene Fabián Moreno, ingeniero técnico de la Red Internacional del Bambú y el Ratán.
Añade que una caña de 10 centímetros puede aguantar “de 2 a 3 toneladas en compresión”, el equivalente a una columna de hormigón de 15 por 15.
En 2016, unas 15 000 viviendas de madera y bambú se vieron afectadas por el terremoto, sobre todo en zonas rurales, pero en ningún caso se registraron muertes, a diferencia de las de cemento.
Sus propiedades de flexibilidad hacen que la caña “absorba los movimientos del terremoto”, y bien combinadas se pueden construir con ellas edificios de “hasta 5 y 7 pisos”, si bien la regulación manabita solo permite dos. Mero dice haber construido de hasta tres y, como con el hormigón, de acuerdo a la funcionalidad, coincide con su colega que todo depende del grueso de columna que se requiera, porque solo es cuestión de ir agregando caña.
Cada fin de semana, la plaza principal del centro comercial Paseo San Francisco se llena de colores y aromas con la diversidad de productos, que ofrecen 60 emprendedores.
Este espacio se llama Farmers’ Market, el cual abrió sus puertas en enero del año pasado y desde entonces ofrece hortalizas, carnes, frutos secos, lácteos, mermeladas, miel, entre otros insumos artesanales.
La idea surgió a finales del 2017 con el objetivo de crear un lugar de comercio diferente, que aporte al desarrollo económico, la visibilización de emprendimientos y la alimentación saludable.
Primero se realizó un estudio de mercado, el cual concluyó que el sector de pequeños productores y emprendedores estaba desatendido en la ciudad y en Cumbayá existía el deseo de tener una opción diferente a los supermercados habituales, donde hay una mediación para llegar al cliente, explica Jorge Gómez, presidente del centro comercial.
Para arrancar con el proyecto, se tuvieron que adecuar espacios y trabajar en el fortalecimiento de la marca, con la entrega de uniformes para los productores, así como tener en cuenta otros detalles como bolsas de compras con el logo de la feria.
“La idea no era solo darles un espacio, sino hacer algo estéticamente placentero para que el comprador tenga una experiencia agradable”, dice Gómez.
En un inicio, este espacio contaba con 40 expositores por cada fin de semana. En la actualidad, el número creció a 60.
En el primer año de funcionamiento de la iniciativa, varios emprendimientos han podido darse a conocer en el sector.
“Hay gente que ha sabido responder al reto y han entendido la importancia de construir una relación con el cliente. También hay personas que vieron el espacio solo como una oportunidad inicial de abrir mercado para sus productos y otros que no pudieron mantener la frecuencia de la asistencia”, detalla Gómez.
Sin embargo, el 60% de los expositores, que están desde el inicio del proyecto se mantiene hasta la fecha. En marzo, José Tobar se incorporó a este espacio con su negocio Tob yogurt griego. En este lugar ha podido dar a conocer su producto, a través de degustaciones y ha logrado fidelizar clientes.
Además, esta experiencia ha permitido el crecimiento del negocio y le ha abierto puertas para comercializar el yogurt en otros puntos de venta en Quito y Cumbayá.
En la oferta de expositores también hay historias de éxito e innovación como el caso de Marullacta, un negocio que cuenta con certificación orgánica y que, por sus productos lácteos, tiene reconocimiento internacional.
Los integrantes de Farmers’ Market pagan un arriendo mensual por su puesto y tienen contratos trimestrales, para garantizar su asistencia regular. Los ingresos por las ventas van directamente a cada productor.
Poco a poco, la iniciativa se popularizó entre los visitantes del Paseo San Francisco, quienes acuden frecuentemente a este lugar no solo por la oferta permanente del ‘mall’, si no también para hacer sus compras en la feria artesanal.
La cifra de visitantes por día es de aproximadamente 2 500 personas, asegura Gómez.
Por lo menos una vez al mes, Niefar Calancha visita Farmers’ Market para comprar frutos rojos orgánicos, salsas artesanales y vino de mortiño. “Aquí puedo adquirir productos novedosos y saludables y, lo mejor, a un buen precio”, afirma. Este comprador destaca la facilidad de pago de sus compras, ya que los emprendedores tienen un ‘data fast’ para las compras a crédito o con débito.
Hace poco, en la feria se incorporó un espacio para que chefs puedan preparar platos con los productos que ofrecen los productores y que los asistentes puedan aprender también de esta demostración. Se realiza todos los domingos.
Para este año, el reto de los impulsores de Farmers’ Market es fortalecerlo, tras entender los requerimientos de los participantes y las necesidades de los clientes.
Jorge Gómez, presidente del Paseo San Francisco, señala que Farmers’ Market ha sido un impulso para los productores artesanales del país. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES
Ecuador ya es parte de Laboratoria, un emprendimiento social que capacita a mujeres latinoamericanas para que construyan una carrera exitosa en el sector tecnológico. Esta ‘start up’ tiene tres años y está presente en Perú, Chile, México, Brasil y Ecuador. En los primeros cuatro países ha capacitado a 1 000 mujeres y a cerca de 2 000 ejecutivos de empresas de Perú, México y Chile.
Laboratoria busca preparar al talento ‘tech’ que necesita América Latina para ser parte de la transformación digital que se desarrolla a escala global.
Esto se logra a través de dos pilares: El primero son cursos intensivos en programación para mujeres que no han podido acceder a oportunidades de calidad, tanto de educación, como laborales. El segundo a través de talleres a empresas, donde apoyan a sus equipos actuales a desarrollar una mentalidad de experimentación, y adquirir las habilidades para desarrollar productos que se acerquen más a satisfacer las necesidades de sus clientes.
Isabel Ordóñez, Corporate Training Manager de Laboratoria en Ecuador, cuenta que la meta es tener presencia en 10 ciudades grandes de América Latina hasta el 2025. Este proceso de crecimiento arrancó en Lima y continúa en Santiago (Chile), Sao Paulo (Brasil), Ciudad de México, Guadalajara (México) y Quito (Ecuador).
“Somos una ‘start up’ que está en constante evolución y adopta la experimentación para evolucionar continuamente junto con las necesidades del mercado”, dice Ordóñez.
Laboratoria ha comenzado sus operaciones en Ecuador con sus talleres corporativos. La idea es dar a las empresa una guía de cómo empezar el cambio en su cultura, estructura organizacional y plataforma tecnológica, desde una perspectiva de emprendimiento.
También está el ‘bootcamp’, que consiste en un programa de capacitación a grupos de mujeres durante seis meses. En ese tiempo las beneficiadas del programa no pagan. Luego Laboratoria las coloca en empresas, en departamentos de tecnología y únicamente las mujeres que encuentran trabajo empiezan un proceso de repago por la capacitación recibida.
El pago dura 24 meses y es un valor que no supera el 15% del salario líquido, la empresa también realiza un pago inicial por la contratación del talento.
Ordóñez cuenta que en Perú, por ejemplo, las empresas van identificando valores adicionales a las habilidades técnicas. “Desarrollan aptitudes y aprenden sobre trabajo en equipo, plazo de entrega, análisis de data. Las chicas capacitadas se vuelven una suerte de ejemplos en las organizaciones. Ellas trabajan con altos ejecutivos y permiten el surgimiento de una nueva forma de cultura organizacional”.
Sandra Azabache es una de las egresadas de los programas de esta ‘start- up’. Ella trabaja en una multinacional del sector de cosméticos. “Soy parte del equipo de tecnología digital. Lidero el portal de la fuerza de ventas y he diseñado una nueva experiencia conversacional con un chatbox”.
Otro testimonio es el de Anand Kullkarni, CEO de Crowdbotics, una firma tecnológica. Él dice que en su equipo trabaja una egresada de Laboratoria. “Es fantástica, una de las mejores decisiones de reclutamiento que hemos hecho para nuestro equipo”, se lee en la página web de Laboratoria.
Ordóñez se muestra optimista sobre el inicio de las operaciones en Ecuador. Ella menciona algunos datos que le hacen pensar que la transformación digital está bien encaminada en el Ecuador y que las mujeres ‘tech’ pueden aportar. “Sabemos que el 97,7% de la población del país tiene acceso a Internet y que seis de cada 10 familias accede a un ‘smarpthone’”.
La vocera de este emprendimiento añade que a través de los talleres de Liderazgo Digital a empresas, la meta en Ecuador ayudará también a identificar cómo está el mercado en la curva de aprendizaje de transformación digital y definir cuánto talento se va a requerir.
El siguiente paso en Ecuador, en el mediano plazo, será abrir un ‘bootcamp’ dirigido a mujeres que quieran cambiar su realidad laboral.
Laboratoria ha impulsado una carrera ‘tech’ para casi 1 000 mujeres de la región y a generar habilidades digitales en 2 000 ejecutivos. Foto: Cortesía Laboratoria
Ana María Pinto es maestra de preescolar de un colegio ubicado en Cumbayá. También es madre primeriza de un varón de seis meses. Meses atrás, durante su embarazo, buscaba ideas en Internet para decorarle el cuarto a su bebé. Visitando la red social Pinterest halló modelos de ‘tippies’ o carpas para niños, que no había visto.
Su madre, Ana Mercedes Salazar, quien se dedica a la confección de bolsos ecológicos desde hace varios años, se puso manos a la obra para regalarle el ‘tippie’ a su nieto, con los patrones que su hija encontró en Pinterest.
El ‘tippie’ formó parte de la decoración del cuarto del bebé en Ambato, ciudad natal de Ana María y en la que permaneció tres meses después del parto. Entre los familiares y amigos que visitaron al pequeño, este elemento fue una sensación. Les preguntaban si los hacían para vender. Y así, surgió el negocio.
Luego de varias pruebas, hija y madre comenzaron a confeccionar los primeros modelos que salieron a la venta en enero pasado. Elemprendimientose bautizó como Kiddo’s place, nombre con el que se lanzó en redes sociales, canal por donde fueron llegando más y más pedidos.
El producto es personalizado. El cliente escoge el tipo de tela, que puede ser nacional e internacional, los colores, el tamaño y los accesorios adicionales que desee. El modelo original mide 1,10 metros por lado por 1,50 metros de alto. Pero, esto puede variar según la edad del niño o los usos que quiera darle el cliente.
Los materiales que se utilizan son cuatro palos de madera y lona de algodón. Si el cliente lo desea se le incluye un piso acolchado o sencillo. También cojines o accesorios decorativos como banderines o atrapasueños.
El costo del ‘tippie’ sin ningún elemento adicional, en tela nacional, es de USD 95. Mientras que en tela importada es de USD 105. El piso se vende en USD 20, los cojines en 8 y otros accesorios en 10.
Estefanía Dávila conoció a Ana María y su emprendimiento a través de Facebook y un amigo en común. Hace alrededor de un mes le compró tres carpas para sus hijos: dos mellizas de seis años y un bebé de cinco meses. “Las niñas lo ocupan en las tardes en sus tiempos de lectura, con el bebé me sirve para ejercicios de estimulación de la motricidad, porque ya pronto empezará a gatear”.
Como maestra y apasionada de la lectura, “desarrollar el amor por este hábito” es uno de los fines con el que Ana María ha promocionado el producto, del que también ha hecho uso en la sala de juegos del colegio, con sus alumnos de tres años.
Gabriela Carvajal es otra cliente. Ella es representante del colegio donde Ana María trabaja. Uno de los ‘tippies’ es para sus dos hijas, de cinco y siete años, y el otro para su sobrino de dos años.
“A mis hijas les encanta hacer cuevas, con cobijas y sillones. Por eso me pareció bonito para sus juegos y un lugar donde puedan tener sus muñecos”, comenta Gabriela. Destaca la calidad de las telas y del trabajo.
La marca está facturando en promedio USD 2 000 al mes y a la fecha han logrado vender alrededor de 50 unidades. Los productos los envían a cualquier parte del país por courier. Desde el próximo mes también se venderán en el local Punto Concept Store, en Cuenca, donde se vende ropa y accesorios para niños.
Los planes son expandir el negocio con la elaboración de cortinas que hagan juego con los ‘tippies’. Además, ofrecer asesoría en decoración de habitaciones.
Cifra USD 95 es el costo de un tippie elaborado en tela nacional.
Ana María Pinto, una maestra de preescolar, fundó el negocio en compañía de su madre, Ana Mercedes Salazar. Foto: Patricio Terán / LÍDERES