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  • Empaques reciclados pensados para el agro

    Redacción Quito

    (I)

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    En poco más de un año, una pequeña cartonera instalada en Cayambe pasó de facturar apenas USD 4 000, en su primer mes, a registrar ingresos mensuales por más de USD 120 000.

    Se trata de StarBox, un negocio familiar que fue ideado para abastecer con paquetes al sector floricultor de Cayambe, pero que terminó captando y dominando otros segmentos agrícolas, como el tomate, que se sentían desatendidos por la industria.

    La empresa se constituyó formalmente en 2017. La idea del negocio surgió de Roberto José Jaramillo y su padre Roberto Antonio Jaramillo. Su historia está marcada por la perseverancia y resiliencia, la capacidad para adaptarse y superar la adversidad, porque en el camino se han presentado grandes obstáculos que supieron sortear con éxito.

    Seis años antes, Roberto padre comunicó a sus dos hijos que vendería la florícola (ubicada en Cayambe) que había pertenecido a la familia por 25 años, por problemas económicos.
    Los hijos decidieron no vender. Roberto José resolvió dejar su trabajo en una prestigiosa ensambladora de vehículos, para asumir la administración de la florícola y rescatarla. Logró su objetivo superando barreras financieras y siendo autodidacta para industrializar la línea de producción.

    Aprendió cómo elaborar flores preservadas y así constituyó una nueva marca de exportación. Sin embargo, la empresa tenía limitaciones para ser más competitivos en el exterior, debido a que el empaque tenía problemas.

    Los Jaramillo buscaron proveedores en varios lugares, incluso en el exterior, pero ninguno cumplía las expectativas. Aquello los motivó a cambiar de horizonte en los negocios, vender la florícola e instalar una industria. Corría entonces el año 2014.

    La idea preliminar era una fábrica de autopartes para los ensambladores nacionales. Era el anhelo de Roberto José, quien desde niño ha sido un gran apasionado por el automovilismo. Pero casi al mismo tiempo a su padre se le ocurrió que sería mejor una cartonera.

    Hicieron minuciosos estudios de mercado, por cada proyecto. Al final, los resultados reflejaron que la cartonera era la más prometedora. “La visión fue tener un negocio que sea totalmente sostenible a futuro”, explica Roberto José, cuya travesía ha estado llena de momentos difíciles, en donde prevaleció la perseverancia.

    Para poner en marcha la fábrica terminaron hipotecando la florícola y aportando recursos propios, debido a que no obtuvieron créditos del sector financiero ni público ni privado. Las instalaciones estaban pensadas para ubicarse en Calderón, en el norte de Quito, pero lo hicieron en Cayambe porque encontraron menos ‘tramitología’.

    StarBox finalmente se instaló con una inversión inicial de USD 2 millones, en un área de 22 000 metros cuadrados dentro del terreno de la florícola. Hoy produce, en promedio, más de 100 toneladas de cartón al mes.

    La empresa cuenta con 30 empleados, entre operativos y administrativos. En la actualidad elabora alrededor de 15 diferentes productos de empaque.

    Su mayor valor agregado es que se abastece de materias primas nacionales recicladas. Y reutiliza el 100% de los residuos. El desperdicio que genera el proceso es compactado y vendido a molinos locales que nuevamente fabrican papel para nuevos usos.

    Aunque la industria se pensó para abastecer a las productoras de flores, no pudieron ingresar de inmediato a ese mercado. Sus primeros clientes fueron productores de tomates que se sentían desatendidos por las cartoneras existentes. Ahora ellos son el músculo de la producción.

    Actualmente, Starbox posee una cartera con 80 clientes entre productores de tomate, granadillas, pimiento, guanábana, guayaba, pitahaya, flores, etc. También realiza maquila para otras cartoneras y proveen de materia prima a industrias del sector en Quito.

    Uno de sus clientes es Ecoflor Group Chile, una productora florícola que envía flores al país del Cono Sur, para luego comercializarlas en otros mercados. StarBox provee a la firma de separadores de cartón para las flores.

    Mayra Chávez, jefa de compras de esta empresa, comenta que al inicio se presentaron inconvenientes con el empaque, pero fueron resueltos de inmediato, cubriendo todas sus necesidades. “El servicio de StarBox es excelente. Cuando surgen imprevistos ellos buscan una solución rápida. Tratan de tapar el vacío que yo tengo para no quedarme sin material”.

    Los proveedores de la cartonera, que por ahora son 30, también dan cuenta de un relacionamiento responsable en los negocios.

    Juan Carlos Houdeke, gerente de Impropak, que abastece a la fábrica de equipo de protección personal y seguridad industrial, destaca que la empresa cumple a tiempo con sus pagos. “Son personas muy serias, abiertas a lo novedoso. No tienen miedo a probar equipos nuevos. Tienen mucha apertura y un muy buen tiempo de pago”, describe Houdeke.

    Ellos conforman el equipo que lidera el rumbo de Starbox. En el centro están Roberto padre y Roberto hijo.
    Ellos conforman el equipo que lidera el rumbo de Starbox. En el centro están Roberto padre y Roberto hijo. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Una estrategia para impulsar a escala nacional emprendimientos

    Redacción Líderes

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    Entrenamiento para desarrollar una idea negocio, entrega de un capital no reembolsable de USD 10 000 para su implementación o mejoramiento de uno ya existente y asesoría legal son parte de la estrategia de compañía La Fabril para que se generen más emprendimientos a escala nacional.

    Con ello no solo que se generan oportunidades de empleo, sino que la compañía dinamiza sus ventas. Esto debido a que para poder acceder a los incentivos, los emprendedores deben participar en un concurso en el que envían un sobre a La Fabril con tapas de uno de sus productos junto con su idea de negocio; ocho personas tienen posibilidad de ganar.

    Este proyecto se viene implementando hace tres años. Arturo Arce, jefe de marca en La Fabril, comenta en el 2016 la oportunidad de empleo era bastante baja, “el entorno económico no era bueno y luego sufrimos un terremoto que empeoró la situación. Por ello exploramos las necesidades del ciudadano y la principal era el empleo. El ecuatoriano es muy emprendedor y decidimos fomentar el emprendimiento para entregar oportunidades”.

    En los años anteriores 16 personas se beneficiaron. Una de ellas Yolanda Castro, quien abrió una heladería y cafetería en Ibarra.

    Un 70% de la inversión se destinó a la implementación del negocio y un 30% para adecuar el local.

    Este trabajo cambió su vida porque la mantiene activa y le permite un ingreso para su familia; tiene un hijo con discapacidad.

    Mientras que Marlene Figueroa, de Puerto López (Manabí), pudo abrir un criadero de cerdos.

    Tras recibir el galardón compró junto a su esposo 16 animales y comida para cuatro meses, lo que les permitió la primera venta y legalizó el terreno que heredó.

    Yolanda Castro cuenta con una heladería cafetería en Ibarra. Ella recibió asesoría para el desarrollo del negocio y capital para implementarlo.Foto: cortesía La Fabril
    Yolanda Castro cuenta con una heladería cafetería en Ibarra. Ella recibió asesoría para el desarrollo del negocio y capital para implementarlo.Foto: cortesía La Fabril
  • Ellos promueven snacks tradicionales

    Cristina Marquez

    La receta familiar de los Llanos Águila se convirtió en la base de su emprendimiento. Ellos ofrecen una variedad de snacks tradicionales como maíz tostado con panela, habas fritas o tostadas en tiesto y harinas de cereales.

    La empresa que fundaron se llama Llagui y sus productos se alistan para llegar a perchas de supermercados. Actualmente, se venden en ferias artesanales y tiendas de todo el país.
    El emprendimiento familiar se inició en la comunidad de Panchigua Alto, un pequeño poblado situado en la parroquia La Magdalena, en el cantón Chimbo.

    Allí Tula Águila y su esposo Ismael Llanos cultivan maíz, habas y cebada, al igual que la mayoría de la población de Bolívar. Ellos y las familias de sus cuatro hijos, tienen 15 cuadras de terrenos.

    Allí, en el campo, el maíz tostado de sal y de dulce es el refrigerio preferido desde hace varias generaciones. Pero la receta que Tula heredó de su abuela tiene un gusto especial según sus compradores.

    “Los productos siempre están frescos, tienen un sabor agradable y muy original ”, cuenta Erika Aroca, una de las clientes.

    Tula, de 54 años, cuenta que preparaba las golosinas como refrigerios para sus cuatro hijos. Pero cuando tuvo que costear los gastos universitarios de ellos, decidió enfundarlas y venderlas.

    Cuando el negocio se inició hace casi 16 años, Tula sólo preparaba maíz tostado endulzado con panela y lo comercializaba en oficinas de Guaranda y Chimbo.

    “A la gente le gustaba bastante. Teníamos una acogida muy buena e incluso nos solicitaban más productos”, cuenta la emprendedora.

    Años más tarde, cuando su hija Ximena Llanos no conseguía trabajo a pesar de haberse graduado como ingeniera agrónoma, la familia se decidió a darle valor agregado a las golosinas tradicionales.

    “Pasábamos por una situación difícil. Yo pensé que cuando mi hija terminara la universidad yo podría dejar de trabajar, pero nadie le daba trabajo a causa de su discapacidad”, recuerda Tula.
    Sin embargo, Ximena recuerda su historia con positivismo. Fue ella la precursora de la empresa.

    Lo primero que hicieron fue contactar a los técnicos del Ministerio de Industrias y Productividad para solicitar asesoramiento. El primer intento de formar una asociación que involucrara a toda la comunidad fracasó, pero la familia decidió asociarse e iniciar una pequeña empresa.

    La pareja, sus cuatro hijos y sus esposos se organizaron para construir la planta de producción. Ellos obtuvieron un crédito de USD 25 000 en Ban Ecuador para iniciar el emprendimiento.

    Con el dinero compraron los materiales de construcción para la planta, mesas de acero, bandejas, y materiales para que uno de los socios construyera una máquina tostadora y una freidora.

    Allí la familia se turna para convertir los granos secos en deliciosos refrigerios. El proceso de producción se hace entre martes y jueves, y logran empacar unas 300 fundas cada semana.
    El producto estrella de la marca es el maíz tostado con panela. Un 70% del total de la producción corresponde a ese producto.

    “Empezamos el negocio preparando el tostado de dulce, pero lo primordial es que utilizamos el maíz que cosechamos en nuestras huertas”, dice Silvia Llanos.

    De hecho, parte del valor agregado que vuelve al producto especial es que se cosecha en las huertas familiares. No se siembra con ningún tipo de agroquímico y no contiene conservantes o saborizantes artificiales.

    “Para el proceso sólo utilizamos productos naturales. La panela la adquirimos de los cantones subtropicales y para sazonar los productos de sal usamos ajo y cebolla”, cuenta Tula.
    Los planes para la empresa familiar son grandes. Ahora trabajan en el empaquetado y negociaciones para entrar a dos redes de supermercados nacionales.

    La meta para el 2018 también es incrementar la producción para adquirir materias primas de otros agricultores de Panchigua alto.

    “No nos imaginábamos todo lo que podíamos lograr al organizarnos. Antes nos tocaba vender nuestro producto a intermediarios, hoy somos empresarios”, dice Ismael Llanos.

    Tula Águila, Silvia Llanos e Ismael Llanos son parte de la directiva de este emprendimiento familiar. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
    Tula Águila, Silvia Llanos e Ismael Llanos son parte de la directiva de este emprendimiento familiar. Foto: Raúl Díaz para LÍDERES
  • La discapacidad no es obstáculo para dar servicio

    Cristina Márquez. ( I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Los autos adaptados que manejan los socios de Asoditax tienen un sistema similar al de las motocicletas que les permite embragar, acelerar, frenar y direccionar el volante sólo con las manos. Ese sistema de conducción les permitió emprender con una cooperativa de taxis y volver a trabajar.

    La cooperativa funciona en Riobamba desde el 2007 y está integrada por 32 socios que tienen diferentes tipos de discapacidades físicas, pero que tienen la habilidad de conducir.

    Héctor Calderón, por ejemplo, tiene paraplejia desde el año 2011, cuando su columna vertebral se lesionó al caer del techo de su vivienda. Él se desempeñaba como oficinista de una entidad estatal antes del accidente, pero dejó su trabajo debido a la lesión.

    “Es complicado para nosotros pedir trabajos en instituciones, es difícil acceder a edificios con obstáculos y también acoplarnos al horario de trabajo, porque para evitar las escaras debemos tomar medicinas y hacer terapias”, cuenta Calderón.

    Sus unidades de taxi, en cambio, les permiten administrar su tiempo, hacer amistad con otras personas discapacitadas y trabajar en horarios cómodos. Además, pueden llevar dinero a sus casas.

    “Dejamos de ser como un mueble más de la casa cuando empezamos a trabajar. La vida cambió para todos”, cuenta Maribel Martínez, gerente de la asociación.

    Los socios se conocieron en la Asociación de Personas con Discapacidad de Chimborazo, donde practicaban deportes como parte de su terapia. La idea de integrar una cooperativa de taxis surgió cuando los primeros autos adaptados llegaron a la ciudad.

    “Se nos ocurrió la idea ser taxistas, decidimos que no había ningún obstáculo para emprender y lo hicimos”, recuerda Calderón.

    La organización surgió con 12 socios. Luego más integrantes obtuvieron créditos para adquirir los vehículos adaptados, que costaban hasta USD 12 000.

    “Tuvimos que aprender a manejar, y eso fue muy difícil. Nos tomó meses de práctica antes de poder demostrar a las autoridades que éramos capaces de transportar pasajeros con seguridad”, dice Walter Gutiérrez, uno de los fundadores de la empresa.

    De hecho, el obstáculo más fuerte que tuvieron que enfrentar fue la obtención del permiso de operación. Las autoridades les hicieron exámenes, solicitaron documentos adicionales y además pruebas prácticas donde verificaron que eran capaces de conducir los vehículos y que cumplían con todos los requisitos.

    Los socios describen el proceso de legalización de la empresa como “toda una lucha”. Y ahora aspiran tener más cupos para ayudar a otros discapacitados.

    “No ha sido fácil resignarnos a vivir con una discapacidad, pero el trabajar nos ayuda a mantener la motivación y a sostener a nuestras familias”, dice José Luis Tepu.

    Los socios cuentan con el respaldo de sus familias para laborar en sus unidades. Ellos les toman la posta, pues sólo pueden trabajar en jornadas de seis horas.

    José Luis Tepu, Héctor Calderón, Walter Gutiérrez y Maribel Martínez son parte de la directiva de Asoditax. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    José Luis Tepu, Héctor Calderón, Walter Gutiérrez y Maribel Martínez son parte de la directiva de Asoditax. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Inversión chilena por USD 35 millones en el negocio del gas

    Redacción Guayaquil

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    En octubre del 2016, la empresa Abastible S.A., filial del grupo chileno Copec S.A., adquirió la empresa privada de Ecuador Duragas, compañía dedicada al envasado y comercialización de Gas Licuado de Petróleo (GLP).

    La operación fue por USD 35 millones. De acuerdo con el gerente general de Duragas Abastible, Jaime Solórzano, la compañía chilena está en una etapa de regionalización y su intención es consolidar su liderazgo en la costa del Pacífico en América del Sur. Por ello, también invirtió en Perú.

    Las dos empresas comparten experiencias y sus mejores prácticas. “La sinergia permite que traslademos a nuestros clientes los beneficios del grupo”, asegura Solórzano.

    Abastible forma parte de Empresas Copec, grupo empresarial que concentra sus inversiones en recursos naturales y energía. Actualmente tiene presencia física en 16 países y comercial en más de 80 naciones. Cuenta con un total de 25 000 colaboradores.

    Duragas, por su parte, comenzó a operar en el país a mediados de los años cincuenta. Se dedica al envasado y distribución de cilindros de gas para uso doméstico e industrial en todo el Ecuador.

    La compañía abarca 37% del mercado doméstico local y el principal producto que distribuye para este segmento es el cilindro amarillo de 15 kilos.

    Solórzano señala que la demanda de GLP en Ecuador es de 1,1 millón de toneladas al año. Las ventas de Duragas Abastible en el mercado local, tanto en el doméstico como en el industrial, ascienden a más de 425 000 toneladas al año.

    La empresa opera en cinco ciudades del país. Sus plantas de envasado están en Pifo, Santo Domingo, Montecristi y Bellavista. Su taller de mantenimiento de cilindros está en Guayaquil.

    El GLP es una fuente de energía que proviene de la extracción natural de gas (60%) y el refinamiento de petróleos crudos (40%). Es principalmente una combinación de moléculas de propano y butano, que no son considerados como gases de efecto invernadero.

    El GLP se considera una fuente de energía limpia y baja en carbón, ya que emite 20% menos CO2 que el aceite para calentar y 50% menos que el carbón.

    Con esta operación, Duragas Abastible entró en un proceso de relanzamiento de la marca y de su portafolio: Duragas, en el segmento doméstico, y Duragas Pro, para el sector productivo.

    También se incluye el servicio al granel, que implica el suministro y sistema de almacenamiento de gas dirigido a un solo usuario a través de un tanque estacionario; así como el canalizado, que sirve a múltiples usuarios a través de una red de distribución con un medidor individualizado.

    Para el relanzamiento de la imagen, Duragas Abastible ha destinado más de USD 1 millón, contemplado en su presupuesto del 2018. El capital está dirigido a promocionar la empresa, dar conocimiento de marca, colocación de logotipos en equipos de transporte e isotipo y colores, para relacionar con el grupo empresarial.

    En el ámbito doméstico, el color de Duragas sigue siendo amarillo. Con la reciente operación, los planes de Duragas Abastible se orientan a la consolidación de la marca y a aportar al desarrollo del sector productivo a través de este tipo de energía.

    “Buscamos ampliar la oferta y que podamos implementar innovaciones. Existen alternativas de poder combinar el uso de energía solar con gas licuado, por ejemplo para los hoteles”, finaliza Solórzano.

    Jaime Solórzano, gerente de Duragas Abastible, en el taller de mantenimiento de cilindros. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    Jaime Solórzano, gerente de Duragas Abastible, en el taller de mantenimiento de cilindros. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Un lugar para conexiones empresariales

    Redacción Guayaquil

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    redaccion@revistalideres.ec

    Invernadero Coworking es una empresa que nació a comienzos del 2016 en Urdesa, al norte de Guayaquil.

    Sus fundadores, Aldo Arellano y Enrique Ledergerber, tenían tiempo dándole forma a la idea. Su intención era elaborar una estructura de negocios que mejorara las ofertas de espacio físico en las que pudieran relacionarse los miembros de una comunidad de emprendedores de todo tipo.

    Innovaron en el ‘coworking’, tendencia que surgió hace una década en EE.UU. y que se define como un espacio para el intercambio de conocimientos en diversas disciplinas y para adquirir mayores experiencias. El objetivo principal de estos sitios es generar un ecosistema de clientes y contactos para mejorar los negocios.

    “Vimos que existían varias ‘startups’y empresas innovadoras que estaban repartidas por la ciudad, aisladas. Vimos la oportunidad de brindar el servicio y hacerlo rentable”, afirma Arellano.

    Actualmente, Invernadero Coworking cuenta con unos 50 miembros de distintos sectores.
    En las dos plantas del ‘coworking’ –que cuenta con salas de reuniones y cafetería– conviven representantes de consultoras, del área de impresión y diseño, empresas de alimentos, diseñadores gráficos, animadores 3D, exportadores, productores de video, consultoras de innovación y desarrollo, etc. El costo de la membresía va desde los USD 75.

    La edad promedio de empresarios que conviven es de 33 – 34 años, quienes ya han adquirido cierta experiencia con proyectos previos -tal vez algunos fracasos- y comienzan a ver resultados económicos, asegura el cofundador.

    “Nuestro nicho de negocio es captar fundadores de empresas que tienen cierto desarrollo, que generan ingresos (…) Todos están en una fase de expansión, trabajan duro y más que todo buscan ampliar su cartera de clientes. Cada vez que entra un socio la gente se relaciona, es abierta”, agrega.

    Invernadero les ofrece todas las herramientas para realizar el trabajo, de esta manera les reducen costos de mantener una infraestructura y sus servicios, además de talleres los fines de semana.

    Los miembros acceden a espacios de trabajo u oficinas en que se que ofrece hasta el café de la mañana. Además, se incluyen servicios como recepción de correspondencia, guardianía y bodega.

    La visión de Invernadero es poder proveer lazos que agreguen valor y conexiones para los participantes. Además, que los fundadores de las empresas puedan monetizar los contactos que generan en la constante interacción.

    De acuerdo con Arellano, ha sido efectivo. Al principio, los negocios entre los miembros tardaban unos tres meses en consolidarse; ahora es mucho más inmediato.

    Aunque no quiso dar cifras de la inversión que requieren empresas de este estilo porque –asegura– es una filosofía de Invernadero, considera que “el dinero no es impedimento” para llevar a cabo el proyecto. Incluso tienen planes de expandirse.

    “Nos encantaría estar en más lugares de la ciudad. Ahora tenemos la sede en Urdesa, que escogimos como punto estratégico porque es superjuvenil y empresarial; tiene ‘startup’ y una estructura de empresas que conviven con casas. Es muy dinámico”, sostiene .

    Una imagen del espacio de coworkin desarrollado por Invernadero. El sitio se encuentra en la zona de Urdesa. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
    Una imagen del espacio de coworkin desarrollado por Invernadero. El sitio se encuentra en la zona de Urdesa. Foto: Mario Faustos / LÍDERES
  • El ahorro de tiempo y de dinero es la táctica de Fonsecarq & Tech

    Washington Benalcázar (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Mientras las edificaciones tradicionales se construyen ladrillo a ladrillo, la empresa Fonsecarq & Tech propone armarlas de pared a pared.

    Se trata de un tipo de vivienda industrializada, cuya planta está ubicada en Ibarra, en Imbabura.

    “No es la típica casa prefabricada. Nosotros ofrecemos soluciones habitacionales, con paredes y techo de hormigón armado y terminados de primera”. Así explica Óscar Fonseca, patriarca de este emprendimiento familiar, que lleva tres años en el mercado, con esta nueva tecnología.
    Los primeros 12 meses se dedicaron a investigar para encontrar un sistema que garantice reducir costos y tiempo en el momento de armar un inmueble.

    En el sector de Priorato, en el norte de la urbe, se fabrican los módulos. Para ello, se usa concreto reforzado con mallas de hierro, en moldes que dan forma a las futuras paredes, de 10 cm de grosor. Cada plancha mide 2,35 metros de alto por 3 o 4 m de ancho.

    El tamaño de los muros, que luego se ensamblan como un rompecabezas, también marca la diferencia de otros prefabricados, que utilizan módulos de 1 por 1 metro y materiales como metal y madera.

    La solución habitacional con mayor demanda que ofrece Fonsecarq & Tech es una de 22 piezas, que se arman en una superficie de 60 m². Con la ayuda de una grúa, se colocan las paredes sobre una plataforma de concreto, que tiene previamente instaladas las redes hidráulicas y eléctricas.

    Otra diferencia con las técnicas tradicionales de construcción es que no se necesita de muchos obreros para edificar cada casa.

    La empresa trabaja con un especialista en soldar piezas de metal y un ayudante. Ellos dirigen al operador de la grúa, para que coloque las planchas en el lugar exacto.

    Luego se fijan en anclajes de hierro, que se atraviesan con barras de metal. Finalmente, las paredes quedan soldadas y empernadas.

    Lucila Carabalí es una de los últimos clientes de este emprendimiento imbabureño.
    Quedó sorprendida porque solo en dos días los técnicos ensamblaron su casa, de 60 m². El inmueble está compuesto por sala-comedor, cocina, baño completo, dormitorio máster con baño, un segundo dormitorio y un estudio.

    Confiesa que se inclinó por este sistema, porque es asequible a su presupuesto. Ella adquirió su vivienda en USD 21 600.

    “Es una casa básica e ideal para una familia de cinco miembros”, señala la arquitecta Carolina Fonseca, representante técnica de la constructora imbabureña.

    Pero aclara que hay otras tipologías, de acuerdo con las necesidades y presupuestos de las personas. Todas distan mucho de los USD 70 000 u 80 000 que cuestan en promedio las casas familiares en el mercado local.

    La especialista, que es heredera de las técnicas de los prefabricados que iniciaron su abuelo y su padre, comenta que la empresa ha desarrollado también una vivienda básica, de interés social. Se trata de casas de 42 m², con todos los acabados, cuyos costos bordean los USD 17 000.

    La firma Fonsecarq & Tech está en capacidad de producir dos casas al día. Para ello cuenta con un equipo de ocho personas.

    Sin embargo, pueden multiplicar la producción instalando plantas en otras urbes, de acuerdo con la demanda, asegura el ingeniero Jaime Aguas, miembro del equipo técnico de la firma.
    Uno de los objetivos de esta empresa es demostrar que las casas prefabricadas bien hechas suben la autoestima de las familias.

    Óscar Fonseca (i),  Jaime Aguas,  Carolina y  Óscar Fonseca,  miembros de la firma que conquista el mercado. Fotos: Francisco Espinoza/para LÍDERES
    Óscar Fonseca (i), Jaime Aguas, Carolina y Óscar Fonseca, miembros de la firma que conquista el mercado. Fotos: Francisco Espinoza/para LÍDERES
  • Su estrategia mezcla sabor y superación

    Redacción Quito

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    Cansadas de que las tareas del hogar sean sus únicas actividades diarias, 16 mujeres decidieron reunirse para conversar, salir de la cotidianidad y aprender a hacer manualidades juntas.

    Sin embargo, debido a la difícil situación económica en la que varias de estas mujeres se encontraban al separarse de sus maridos, decidieron organizarse para emprender en el mundo de los negocios. Así nació, en el 2015, el Grupo de Mujeres Emprendedoras La Rumiñahui.
    María Inés Ayala, coordinadora de esta organización, comenta que el primer obstáculo con el que se enfrentó el grupo, fue la creación de un producto innovador que cause impacto en el mercado.

    No obstante, gracias a la ayuda de la Agencia de Promoción Económica del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito (ConQuito), el grupo obtuvo la capacitación necesaria y decidió incursionar en el mundo de la pastelería y galletería.

    El Grupo de Mujeres Emprendedoras La Rumiñahui decidió mantener, desde un inicio, un sistema de caja comunal donde todos sus ingresos permanecían guardados. Gracias a esto, ellas lograron acumular la inversión inicial de USD 900 que serviría, en octubre del 2016, para la creación de su empresa Divinos pasteles y galletas.

    Después de 4 meses de pruebas e investigación, estas emprendedoras lograron desarrollar recetas únicas con productos ancestrales como: chocho, quinua, zapallo, amaranto, camote, entre otros; que al mezclarse con frutas y otros ingredientes naturales, dan paso a la creación de pasteles y galletas sin azúcar y que, además, tienen un alto valor nutricional.

    Ayala cuenta que lo más difícil para las emprendedoras ha sido el riguroso proceso de capacitación que fue necesario para dar inicio a la empresa. Además, encontrar el tiempo, dentro de sus actividades diarias, para asistir a las exposiciones que impulsan los productos. Esto ha sido complicado.

    “No es fácil capacitarse cuando nosotras somos madres, amas de casa y estamos solas; es difícil, pero nunca imposible”, comenta María Inés.

    En la actualidad en día, Divinos pasteles y galletas produce una amplia gama de estas golosinas que están especialmente dirigidos a personas que por problemas de salud, como los adultos mayores, han tenido que dejar de consumir sus postres preferidos.

    Esta pastelería ofrece productos naturales que son consumibles para todas las edades y que buscan ser accesibles para el mercado quiteño. La porción de pastel de chocho con durazno, por ejemplo, tiene un costo de USD 2; el pastel completo , de 12 porciones aproximadamente, USD 25.

    Según la coordinadora de esta organización de mujeres, la solidaridad y la colaboración grupal son la base en la que se fundamenta su emprendimiento. Por este motivo, las mujeres se encargan de que toda la materia prima que se utiliza en la elaboración de sus productos venga siempre de lugares afines al llamado ‘fair trade’ o comercio justo.

    Estas emprendedoras buscan constantemente exhibir sus productos en ferias y exposiciones para poder crecer cada día más. Así, fruto de este alcance, la empresa logra facturar mensualmente la cantidad de USD 1 000.

    Para las mujeres de la agrupación, estos ingresos económicos representan una gran ayuda para sustentar a sus familias, pues en su mayoría son divorciadas o madres solteras. Sin embargo, las integrantes se encargan de seguir aportando a la caja comunal para dar más recursos a la empresa.

    Para María Inés Ayala, lo más importante y trascendente que le brinda su emprendimiento es un mundo nuevo de posibilidades y oportunidades para salir adelante y espera que, en un futuro, su empresa esté totalmente consolidada y pueda vivir de ella.

    María Inés Ayala, coordinadora del Grupo de Mujeres Emprendedoras de Rumiñahui y su empresa Divinos. Foto: Diego Pallero /LÍDERES
    María Inés Ayala, coordinadora del Grupo de Mujeres Emprendedoras de Rumiñahui y su empresa Divinos. Foto: Diego Pallero /LÍDERES
  • Panamá incentivará estrategia de turismo sostenible en 18 empresas

    Agencia EFE

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    Diferentes entidades de Gobierno de Panamá informaron el miércoles 5 de julio del 2017 que incentivarán la competitividad mediante la ejecución de un plan piloto en 18 empresas que podrán optar por la Certificación Turismo Sostenible Panamá.

    El director de Planificación y Desarrollo de la Autoridad de Turismo de Panamá (ATP), Ricardo Sandoval, indicó a Efe que la norma de sostenibilidad establecerá criterios para que los comercios que ofrecen servicios turísticos eleven sus estándares de competitividad a nivel nacional. 

    «Tenemos una meta que de las 18 empresas que participan en el proyecto, por lo menos unas 10 se certifiquen», detalló Sandoval durante el lanzamiento de la norma.

    La campaña anunciada incorpora temas como gestión responsable, control de calidad, seguridad, agua, desechos, energía, protección del ecosistema, patrimonio natural, cultural y contaminación.

    En ella podrán participar comercios que ofrecen diferentes servicios como hospedaje turístico, restaurantes, operadores turísticos, guías, transporte marítimo y terrestre, y grupos comunitarios y terrestres, localizados en áreas como Boquete, Boca Chica, Azuero, y Ciudad de Panamá.

    Sandoval sostuvo que la norma se ideó para equiparar a Panamá con sus pares de Latinoamérica, dado que países como Chile, Costa Rica y México cuentan con un certificación que los posiciona en el turismo por tener el sello responsable para un entorno sostenible.
    Aclaró que todas las empresas pueden aplicar para obtener la certificación, dado que el objetivo principal se centra en mantener los beneficios a futuro en los aspectos sociales, económicos y ambientales.

    En el evento, la viceministra de la ATP, Jennifer Champsuir, dijo que con la implementación de la norma se busca también proteger los ecosistemas frente a varias amenazas e impactos negativos y a su vez brindar beneficios en el entorno turístico.

    «Este proceso se establece de manera voluntaria para las empresas que deseen incrementar la competitividad de sus productos y servicios, creando mayor eficiencia empresarial, experiencia para viajeros, valor económico a las comunidades locales y mejorar la imagen turística del país», citó la viceministra.

    En cuanto al inicio del proyecto el presidente de la Cámara de Turismo de Panamá (Camtur), Antonio Alfaro, comentó a Efe que la evaluación con las empresas comenzó desde 2016 para adecuar los lugares que se encontraban en sitios protegidos como parques nacionales.

    «Las normas no son de obligatorio cumplimiento, pero si el negocio está en un área protegida se tiene que cumplir con la norma y con una evaluación podrán ser certificados», mencionó.

    Los establecimientos que opten por el programa deberán cumplir seis pasos: orientación, solicitud, autoevaluación, inspección in situ, acciones correctivas y certificación.

    Turismo Sostenible Panamá fue desarrollado por el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Comercio e Industrias y el sector privado.

    El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, durante el acto de inicio de sesiones en la Asamblea Nacional para presentar su tercer informe del Estado de la Nación hoy, sábado 1 de julio de 2017, en la Ciudad de Panamá (Panamá).  Foto: EFE
    El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, durante el acto de inicio de sesiones en la Asamblea Nacional para presentar su tercer informe del Estado de la Nación hoy, sábado 1 de julio de 2017, en la Ciudad de Panamá (Panamá). Foto: EFE
  • La ‘app’ pensada para la violencia de género

    Patricia González

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    De cada 10 mujeres en el Ecuador, seis han sufrido algún tipo de violencia durante su vida, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.

    Con esa estadística y con el objetivo de contribuir a disminuir los índices de violencia en el país, a través de la prevención, la Corporación Nacional de Telecomunicaciones (CNT) lanzó en diciembre de 2015 la aplicación móvil Junt@s, descargable sin ningún costo para dispositivos Android y iOS.

    La ‘app’ está dirigida a mujeres que sufren de violencia de género, pero también está destinada a cualquier persona que detecte en su entorno una posible situación de violencia de género.

    Al entrar en Junt@s el usuario tiene varias opciones para escoger. Una de ellas es el Test de Violencia, el cual a través de indicadores puede ayudarle a detectar si es víctima de acoso sexual en el entorno laboral, de ciberacoso; si sufre de violencia en una relación de pareja o si, por el contrario, es una persona violenta.

    También, ofrece recomendaciones para mujeres acerca de qué deben hacer en caso de que sean víctimas de violencia, como solicitar ayuda al ECU 911, pedir asesoramiento legal a la Defensoría Pública marcando al 151, buscar apoyo profesional para salir de este círculo y denunciar ante las Unidades Judiciales Especializadas contra la violencia a la Mujer y a la Familia a nivel nacional o en casos de delitos sexuales en las Fiscalías especializadas en el tema ubicadas en todo el país.

    La aplicación orienta a la víctima sobre cómo realizar una denuncia en la Fiscalía y cuáles son las medidas de protección que la institución podría brindarle.

    Las sugerencias además están dirigidas a amigos y familiares de mujeres que son víctimas de violencia de género. En concreto, detalla cómo hablar con las víctimas sobre lo que les sucede y cómo actuar en caso de presenciar un acto de violencia.

    De igual forma, se informa a la víctima acerca de las entidades en las que puede solicitar apoyo (Defensoría Pública, ECU 911 y Fiscalía General del Estado). En el caso de la Fiscalía, el usuario encontrará puntos georreferenciados de las diferentes sedes del ente en todo el territorio nacional.

    También se ofrecen datos de contacto de casas de refugio para mujeres víctimas de violencia de género en diferentes ciudades.

    La última pestaña de la ‘app’ permite registrar hasta cuatro contactos de personas de confianza, que puedan ayudar a la víctima en caso de necesitar ayuda inmediata. En la parte inferior de la aplicación se encuentra la opción de “Mensaje para ayuda”, a través del cual la persona puede enviar un mensaje de texto a cualquiera de los contactos registrados.
    Ante un caso de violencia en lugar público se puede activar el botón de “auxilio”, que disparará automáticamente una alarma.

    María Antonieta Palacios, jefa de Responsabilidad Corporativa de la CNT, recordó que la ‘app’ se enfoca únicamente en la prevención de esta problemática social.
    En marzo pasado, la CNT firmó un convenio por un año con la Fiscalía General del Estado para la difusión y socialización de la ‘app’, enfocado hacia los colaboradores del ente público.

    Datos DE LA APP

    -La aplicación móvil Junt@s suma a la fecha 2 903 descargas en dispositivos iOS y Android.
    -La inversión en el desarrollo de la herramienta de la CNT fue de USD 4 385.
    -La CNT ha socializado Junt@s con colaboradores de la Fiscalía General, de la Cooperativa de la Policía Nacional y de la Gobernación de Tungurahua.
    -La aplicación  Junt@s se puede descargar sin ningún costo para el usuario.

    María Antonieta Palacios, jefa de Responsabilidad Corporativa, indica cómo funciona la ‘app’. Foto: Julio Estrella/LÍDERES
    María Antonieta Palacios, jefa de Responsabilidad Corporativa, indica cómo funciona la ‘app’. Foto: Julio Estrella/LÍDERES