Etiqueta: familia

  • La atención médica es el compromiso de la familia

    Redacción Quito

    En la planta baja de un edificio, compuesto por tres pisos, comenzó a operar la clínica María Auxiliadora, en 1992. Allí habían dos camillas, una máquina portátil de rayos X y un laboratorio clínico. Los dos pisos restantes, las seis personas que integran la familia Arias . los usaban como su vivienda.

    Cesar Arias, médico de profesión, luego de su turno en el Hospital Carlos Andrade Marín del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), atendía a otros pacientes en su dispensario.

    Gladys Calvache administraba el lugar mientras su esposo, César trabajaba en el IESS. Ella se encargaba de gestionar la atención médica, en donde en los inicios atendían cuatro especialistas. El sitio arrancó con una inversión de 3 millones de sucres (unos USD 1 000 en la época). Los ahorros familiares permitieron empezar con la clínica y se adquirieron camillas, microscopios, sábanas, equipo médico, etc.

    Entre una y otra cirugía, atención de urgencias, la clínica -que siempre ha funcionado en el norte por el sector del Aeropuerto-, incrementó el número de pacientes, por lo que a partir del 2003 aumentó el servicio de atención médica.

    Se habilitaron dos quirófanos, una sala de cuidados intensivos y 10 habitaciones. Además, la familia sacrificó la comodidad en el edificio, para que la clínica tenga más espacio. La ampliación física y la adquisición de equipos tuvo una inversión de USD 100 000, financiados con la venta de algunas propiedades familiares.

    “Antes de esa inversión, la clínica estuvo a punto de cerrar”, dice Calvache. La dolarización del 2000 afectó las arcas de la clínica. La familia se endeudó en dólares y estuvo a punto de no cumplir sus obligaciones financieras. Sin embargo, Arias recuerda que un contrato de medicina preventiva para Banco Pichincha, “salvó los muebles del lugar”.

    La clínica tiene una ambulancia y un quirófano inteligente. En el 2010, su facturación alcanzó los USD 300 000. Para el 2011, esa cifra se incrementó en unos USD 100 000 y para finalizar este año, el objetivo es superar los USD 500 000.

    César Arias rescata el valor de su Clínica y explica que ha crecido gracias al trabajo de su familia. Uno de sus hijos, Antonio, es el gerente de María Auxiliadora. Sus otros dos hijos, Cristina y Pedro, son médicos especialistas, ella en urgencias y él en cirugía, respectivamente.

    Arias asegura que el acceso para que más personas sean atendidas en clínicas privadas mediante seguros públicos, privados u obligatorios ha impulsado su emprendimiento. Por ejemplo, el convenio que mantiene el Estado con algunas clínicas para que los afiliados al IESS puedan tener atención en establecimientos privados, ha sido un impulso. Sin olvidar la cobertura de seguros como el Soat u otros planes de aseguradoras privadas, que mantienen convenios con la Clínica.

    Carolina Jibaja llevó a su hijo de 5 años en la Clínica hace un año, para una atención médica. Su pequeño niño sufrió una rotura de codo y allí recibió atención médica, que según esta madre de familia, fue un servicio que la dejó tranquila.

    La Clínica atiende un promedio de 500 emergencias al mes. En su equipo de profesionales constan 80 médicos de llamada; es decir, dependiendo de la necesidad este centro médico se comunica con un especialista para que atienda a cada uno de los pacientes, según el caso.

  • La familia se ocupa menos de lavar la ropa

    Redacción Guayaquil

    Encargar el lavado de ropa a negocios especializados es una tendencia en los hogares del país. Los precios accesibles y el ahorro de tiempo de los usuarios son los principales motivos para el crecimiento del segmento. Los dueños de lavanderías dicen que el lavado en seco aún no está masificado debido a que tiene mayores costos y es requerido por las familias de clase media y media alta, pero crece.

    La información del último Censo Económico del 2010, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), establece que existen 1 770 establecimientos de lavado, limpieza en seco, secado, planchado… en el país.

    Según el INEC, la mayoría de los establecimientos se concentra en Pichincha (603), Guayas (527) y Azuay (114) y la actividad generaría ingresos totales por cerca de USD 9 millones al año.

    El crecimiento de este sector se aprecia en urbes como Machala (El Oro). Para María Victoria Sarango, propietaria de Lavacleaner (en el centro de esa ciudad), la demanda crece por la necesidad de las familias de ahorrar tiempo en las tareas domésticas y cuidar la ropa de marca.

    No obstante, indica Sarango, los negocios que permanecen son los que ofrecen precios competitivos y calidad. Lavacleaner comenzó con dos máquinas de lavar hace cinco años y hoy cuenta con 10, distribuidas en dos locales. La empresa tuvo una inversión de cerca de USD 15 000. “Es un negocio familiar, en donde trabajamos seis personas. En un buen mes se puede facturar hasta USD 2 500”.

    En Lavacleaner también se realiza lavado en seco en una proporción del 10% de todos los servicios que ofrece.

    Pero en ciudades como Guayaquil, la demanda por lavado en agua y en seco crece. En la Lavandería Selecta, ubicada en el norte de la ciudad, el 60% del servicio de lavado corresponde al rubro en seco, según Ximena Nieto, propietaria del establecimiento. “La clase media demanda más estos servicios. Ahora es más común que los padres trabajen y tengan menos tiempo para estas labores”.

    Sin embargo, Nieto asegura que la competencia en los últimos 10 años se ha incrementado y por eso ofrecen precios competitivos. Hay prendas que se lavan en seco con precios desde USD 3.

    Algunos de los desafíos que enfrentan estos negocios están en la calidad y el costo del agua. Así lo comenta Lilian Lam, propietaria de la lavandería Plus, ubicada en Machala. “Muchas veces he tenido que reportar directamente el problema de aguas turbias, que incluso han dañado la ropa de nuestros clientes”.

    Para Lam, en ciertos meses, la planilla de agua pasa los USD 120, pero con un líquido de mala calidad. Pese a esto, el negocio tiene ocho años y el costo del lavado en agua llega a los USD 0,40 por cada libra. En el negocio se ofrece el servicio de lavado, secado y planchado. “Tenemos otros proyectos para expandir este negocio, como el lavado en seco”.

  • Cada pisada que dan en Fassioni, la realizan en familia

    Redacción Cuenca

    Los aeropuertos de Quito y Guayaquil eran el escenario para que los esposos Abraham Cabrera y Bertha Guaraca se inspiraran para crear modelos de zapatos.

    Esta pareja visitaba esos espacios y fotografiaba el calzado de las mujeres que llegaban desde EE.UU. y España. Luego, la pareja regresaba a su taller de 20 m² en el cantón Gualaceo (Azuay) y replicaba esos modelos para ofertar productos con las tendencias de esos mercados.

    Esta pareja inició su negocio, hoy llamado Fassioni, en 1983 con una inversión de USD 15 000 sucres (unos USD 7 al cambio de ese año). Hoy tiene una planta de producción de 600 m², un local en Gualaceo y otro en Cuenca; su facturación bordea los USD 200 000 al año.

    No todo el crédito es de los esposos Cabrera Guaraca, ni de la moda extranjera. En este emprendimiento también participan los tres hijos del matrimonio: Katy (29 años), John (25) y Grace (23); ellos aportaron conocimientos en marketing, procesos de producción, estrategias…

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    Las innovaciones puntuales de estos jóvenes (que iniciaron su participación en el 2008) se enfocaron en tres ejes. El primero fue cambiar el nombre del local comercial en Gualaceo que se llamaba Supermercado del Calzado, por Fassioni.

    El segundo fue pasar de cinco diseños mensuales a 30. Además, ampliaron la gama de colores y mezclaron texturas, para abarcar más clientes. El tercer cambio fue implementar una línea de calzado con macanas, tejidos y pintura a mano de los artesanos de Gualaceo.

    Rosita Matute es una de las cuatro artesanas que trabajan en este proyecto. Sus tejidos son parte de los zapatos. Está satisfecha con el reto que le propuso Fassioni.

    Pero las ideas frescas de estos chicos necesitaban una inversión que respaldara la innovación. Por ello, en los últimos tres años, esta firma ha invertido cerca de USD 80 000. Con ese dinero la familia adquirió una ribeteadora industrial (para dar puntadas delicadas en los zapatos); una máquina para cortar en zigzag y dar textura a los modelos. También incluyó el cambio de imagen de la marca y la adecuación de un local de 70 m² en el norte de la capital azuaya.

    Abraham Cabrera reconoce que sus hijos le dieron vida a los diseños y un giro al negocio. Esto, porque antes del 2008 sus clientes eran mujeres entre 40 y 60 años; solo diseñaba calzado en gris, blanco, café, negro y azul. Mientras que ahora, sus tiendas reciben mujeres desde 15 hasta 60 años. “Hoy ofertamos diseños en estampado animal, pintado a mano, botas de gamuza, sandalias en tela…”.

    Uno de los proveedores de la firma azuaya es Representaciones Garza (Quito), que le entrega desde 1994 materia prima como plantas para calzado, pegantes y forros. Su gerente, Fernando Salazar, destaca que Abraham Cabrera y Bertha Guaraca han construido una reputación en la industria del calzado y sus hijos siguen los pasos. “Es una familia emprendedora que ha sabido cómo expandirse en el mundo de los negocios”.

    La opinión de Salazar tiene sentido al ver que este emprendimiento inició con dos personas (la pareja), y hoy tienen 35 colaboradores en su firma. Para Guaraca, ese crecimiento se debe al trabajo en equipo y a la fidelidad de sus clientes.

    Carla Crespo utiliza el calzado de Fassioni. Destaca la variedad de modelos y la comodidad del calzado. “Además, los precios bordean los USD 45 que es asequible por la calidad del producto”.

    Además de los zapatos, Fassioni también fabrica carteras en cuero, charol y pintados a mano. Asimismo, desde diciembre pasado firmó un acuerdo con la distribuidora de perfumes Parissa de Medellín, para comercializar esas fragancias.

    Sobre el producto

    Las colecciones. Según las tendencias en Alemania, Inglaterra, España, Italia, etc., escogen los modelos. No obstante, adaptan los diseños a la realidad ecuatoriana.
    Los precios. Estos van desde USD 39 hasta 65, según el diseño y materiales. Los bolsos cuestan, en promedio, USD 50; también ofertan chaquetas, vestidos…

  • La familia y la edad son aspectos que pesan

    En Ecuador, el 95% de las empresas son familiares. Así se señaló hace dos semanas en las mesas de análisis “Perfil de la empresa familiar ecuatoriana”, efectuado en la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), sede Quito.

    El dato condiciona que los ejecutivos, al menos los de las primeras generaciones de una compañía, serán hermanos, hijos, sobrinos… del fundador de la compañía.

    María José Bustamante, directora general de Aden Business School en Ecuador, comenta que esa empresa familiar es vertical, en principio. “Pero cuando asuma el hijo del fundador la tendencia es que la actividad se horizontalice. Es una tendencia que se ve en al región y en el mundo”.

    Otra visión es la da Wilson Mariño, catedrático de la UASB. Él considera que las empresas creadas hace 30 ó 40 años están cambiando de generación en sus puestos directivos, en empresas de distintos sectores. “Estos son más tecnológicos, la computación y las TIC ayudan mucho. Con este cambio generacional las empresas se vuelven más rápidas”.

    Según Mariño, los nuevos ejecutivos son agresivos en el sentido de buscar crecimiento local regional o internacional.

    Para Gabriel Robayo, director general de IDE Business School, los cambios se dan en compañías de distintos sectores. “Es indistinto”, afirma.

    No obstante, la renovación de los cuadros gerenciales será más lenta en la próxima década, según Arturo Condo, rector del Incae. Esto obedece a los efectos de las crisis del 2001 (burbuja tecnológica) y del 2008 (crack financiero mundial). “Ambas crisis prolongaron el tiempo de trabajo de los altos mandos. Pensaban jubilarse a los 60 años, pero ahora trabajarán unos cinco años más”.

    Testimonios que reflejan una nueva visión gerencial

    ‘La mentalidad ha evolucionado’
    Wilson Galarza
    Presidente ejecutivo de Autolasa, concesionaria de vehículos

    Tengo 37 años y hace 17 me involucré en el mundo automotriz. A mis 20 años mi padre me nombró vicepresidente de su firma y fue un gran reto. Sin embargo, dominar tres idiomas y los contactos generados, cuando estudiaba en EE.UU., fueron una ventaja para manejar los negocios con empresas extranjeras.

    Creo que el actual ejecutivo ecuatoriano debe estar preparado para cualquier tipo de situación. Además, debe saber aprovechar los recursos tecnológicos.

    Destaco que estos nuevos ejecutivos están más conscientes de sus capacidades y fortalezas; no temen emprender proyectos grandes. Esta mentalidad ha venido evolucionando a través de los años.

    ‘El ejecutivo ya no decide solo’
    Ulises Alvear
    Presidente de la Asociación de Casas de Valores del Ecuador

    Actualmente, las gerencias se están modernizando. Ya no existe esa persona cerrada que toma sola las decisiones. Las empresas modernas organizan estructuras corporativas que son responsables del manejo de la compañía.

    Existe un directorio compuesto por gente que asesora y supervisa las decisiones que toma el gerente. Antes, esa figura era la máxima instancia de la empresa y decidía, bajo su pensamiento, qué camino seguir. Pero ahora el Presidente Ejecutivo reporta sus actividades a sus directores y ellos lo supervisan y asesoran.

    Ese control ayuda a mediar los conflictos de intereses que puede haber dentro de los ejecutivos en las compañías.

    ‘Hay una gestión más horizontal’
    José Luis Laso
    Auditor y esecialista en tendencias para gerenciar

    Las gerencias tradicionales o verticales tienen demasiados niveles jerárquicos. Actualmente, en la tendencia horizontal, se eliminan algunas jefaturas y la comunicación se vuelve más fluida.

    Hoy, las empresas y los gerentes tienen claro que existen clientes internos y externos. Los externos tienen la calidad de un producto y el interno se contenta con el trato, retos y responsabilidades que los colaboradores puedan asumir.

    Dentro de la gerencia horizontal los líderes de cada área asumen compromisos dentro de la empresa. También facilitan las funciones de sus allegados y existe la posibilidad de formar líderes que tomarán la posta es su momento.

    ‘El nuevo reto es el conocimiento’
    Israel Bonnard
    Vicepresidente de Deporpas y Gerente de ventas de Bacpetrol

    Soy parte de las empresas de mi familia desde los 18 años. Hoy, a mis 22, soy vicepresidente de Deporpas, una firma dedicada a la importación de repuestos de vehículos. También soy gerente del área de ventas de Bacpetrol, comercializadora de suministros petroleros.

    Para mí, el nuevo ejecutivo ecuatoriano afronta nuevos retos. Debe conocer de temas que anteriormente ni siquiera tenían una denominación y que ahora son fundamentales, como el marketing.

    Esto es a su vez una gran ventaja, ya que permite a los nuevos empresarios dominar muchos temas. Así, se tiene una visión más amplia, que es muy necesaria en un mundo empresarial globalizado.

    ‘Es fundamental estar conectados’
    Alexandra Chancay
    Gerenta del área de Marketing de la  compañía Heladosa S.A.

    Soy gerenta de marketing de Heladosa S.A. desde hace un año. Creo que los nuevos ejecutivos ecuatorianos deben tener una tendencia a pensar estratégicamente y conocer al detalle su mercado meta.

    Un requisito fundamental es estar constantemente conectados. Hoy, la tecnología y globalización nos exigen a los ejecutivos estar al día de todas las tendencias, crecimientos y detrimentos; casos de éxito y fracaso, campañas y más.

    La mayor diferencia con la generación anterior es que estamos viviendo la era de la información; por lo tanto, debemos ser más cautelosos en cómo comunicamos, nos conectamos y nos relacionamos con nuestro entorno.

  • Las empresas no son como una familia

    Redacción Quito

    Los problemas de comunicación en el interior de una empresa pueden acarrear serios inconvenientes en las relaciones personales y en la comunicación de sus empleados en sus hogares. Eso, si no son tomados en serio por sus directivos.

    Así lo asegura Edgar Lascano, gerente General de Holística Consultores, una empresa enfocada en el mejoramiento del desempeño empresarial.

    “Como personas, tendemos a trasladar de un espacio a otro los elementos que nos causan frustración, y esa frustración también es compensatoria”, explica. “Por ejemplo, si mi jefe me trata mal y no me permite comunicarme como yo quiero, yo traslado a mi hogar esa frustración y compenso los gritos de mi jefe, gritándole a mi familia”.

    Una situación así vivió Ricardo Mora cuando comenzó a trabajar en el sector público. Él recuerda que en esa dependencia, cada departamento buscaba reconocimiento individual y en ese esfuerzo se olvidaban del trabajo en equipo, por querer destacar de los demás. “Cada departamento ocultaba información y era muy difícil que los procesos de contratación o permisos fluyan de esta forma”, comenta.

    En su primer año de trabajo, no solo tuvo dificultades en la empresa, sino que también en su casa. “Llegaba cansado, molesto… y por alguna razón que no comprendía siempre tenía motivos para discutir de cualquier cosa con mi familia o hasta con mis perros”, cuenta.

    Algo similar le sucedió a Adrián Vélez en su primer empleo. “A los seis meses pasaba discutiendo con mi novia, pero cuando renuncié todo volvió a la calma”.

    “En la empresa en la que hoy laboro hay organización y la comunicación con mis superiores es buena. Es curioso, pero desde que trabajo ahí, muy rara vez discuto por algo en mi casa”, cuenta.

    Un síntoma de mala comunicación dentro de la empresa -cuenta Marcia Pulla, directora de la firma MBPC consultores-, es la presencia de demasiada burocracia en los procesos de una institución.

    “Generalmente las empresas públicas tienen ese inconveniente, porque no hay un manual de procedimiento y lo que se hace es crear más cargos cuyas funciones no están bien especificadas”, explica.

    Cuando los procesos de una empresa demoran y no fluyen en beneficio de la obtención de resultados, comenta Pulla, se genera un estrés laboral que se traslada al empleado y, luego, a su familia.

    Otro de los síntomas de mala comunicación en las empresas se identifica cuando se da prioridad a la comunicación informal por encima de la comunicación formal. “Una empresa que no tiene buena comunicación prioriza la comunicación informal, es decir, los chismes, sobre comunicación formal”, comenta Jaime Ocampo, experto en Administración.

    Para evitar los problemas de comunicación, Lascano recomienda no personalizar conflictos; es decir, cuando existen opiniones opuestas en cualquier tema del trabajo, no se debe confundir las discusiones profesionales cotidianas como si se tratase de asuntos personales.

    “Las relaciones de trabajo en una empresa son profesionales, no personales. Hay un concepto equivocado de que en las empresas los empleados son una familia. Las empresas no son una familia sino un grupo de personas con una misión y visión en común”, asegura el gerente General de Holística Consultores.

    Otros síntomas

    • La línea de mando. Las jefaturas que no cuentan con roles bien definidos en una empresa pueden causar problemas de comunicación interna y confusión de funciones.
    • El diálogo. Un síntoma de mala comunicación se produce cuando un empleado se equivoca y no tiene la confianza para discutirlo con su jefe directo o con sus superiores.
    • La adulación. Los subalternos le dicen al jefe lo que quiere oír y no lo que está pasando en la realidad. El control y seguimiento se convierte en eso: tú me sigues y yo miento.
  • ¿Trabajo vs. familia? quién es el ganador

    Arturo Castillo / LÍDERES

    Por absurdo que parezca, muchísimas personas se enfrentan al dilema de tener que elegir entre dar prioridad a su familia o a su trabajo. Es más absurdo todavía, que frente a ese dilema, la elección sea, en innumerables ocasiones, anteponer el trabajo a la familia.

    Esa decisión suele dejar, generalmente, una secuela de culpabilidad, que la persona trata de solventar con las habituales ‘compensaciones‘ materiales, con la certeza de que la familia se sentirá agradecida, que pasará por alto su ausencia. Pero, además, para acallar a su conciencia, se reafirmará en su «devota» manera de trabajar. Después de todo, se dirá, no hace otra cosa que sacrificarse por su familia, «para que nada le falte».

    Su familia experimentará sentimientos ambivalentes: de una parte, verá al proveedor, al padre sacrificado, digno de admiración. De otra, al sujeto con el que difícilmente se puede contar, dada su ausencia física y emocional. Sin embargo, este sujeto tiene otro escenario, donde es incuestionablemente exitoso. Él es el empleado ideal, siempre disponible, aunque ello signifique sacrificar el tiempo que les corresponde a los suyos.

    Puede que un momento dado, el individuo se sienta usado en uno y otro lado; puede que surja en él un sentimiento de impotencia, la sensación de que nunca logrará dar la medida. Con suerte, quizás llegue a entender que, en términos de trascendencia para su propia existencia, su familia es irreemplazable.

    No será sencillo confrontar el asunto con la empresa, acostumbrada a ver en su trabajador un objeto de conveniente utilidad. Podría recordarle que el estatus de su familia se lo debe a la compañía; podría recurrir a golpes bajos, a chantajes emocionales e intimidaciones.

    Si el individuo ha alcanzado cierta madurez humana, si ha entendido el valor de la familia, quizás tenga la entereza necesaria para negociar con la empresa. Quién sabe si logre que le alivien la carga de responsabilidades, que se rediseñe el flujo de trabajo. De otra parte, al parecer, la nueva generación de profesionales está empeñada en lograr el equilibrio necesario entre lo profesional y lo personal. Su ideal ya no consistiría en lo que fue un paradigma para las anteriores generaciones: la estabilidad.

    En cambio, el hedonismo, la prosecución de metas para satisfacción propia, el individualismo, la visión ampliada del mundo, las oportunidades de conocer otras culturas, provocan el aplazamiento de la conformación de la familia, la necesidad de estabilidad, en los jóvenes profesionales (ver puntuales).

  • La receta de sus menús es trabajar en familia

    Redacción Guayaquil

    Emprender en familia fue la clave para crecer para la familia Albán Llerena. Sus miembros son los dueños de Ecuamenús, un negocio que surgió hace siete años. Su oferta consiste en la preparación de alimentos -sin condimentos artificiales- para empresas guayaquileñas.

    Enrique Albán y Patricia Llerena, junto con sus hijos Enrique, Érika y Xavier tuvieron la visión de crear una empresa relacionada al mundo de los alimentos. «Es un negocio que nunca pasa de moda», menciona Enrique Albán.

    Así, en el 2006, iniciaron Ecuamenús, junto con otros socios. Al inicio, preparaban unos 80 platos al día, y contaban con cuatro colaboradores.

    Pero la sociedad se disolvió y la familia Albán Llerena continuó con el negocio, al que posteriormente se unió Linda Pinoargote, esposa de Xavier Albán. Hoy, trabajan con 30 empleados y atienden a 900 comensales de 10 empresas, al día.

    Una de ellas es Agripac. Jorge Palacios, gerente de la planta Celpec de la firma, asegura que el servicio de Ecuamenús es muy bueno. «Ponen especial atención en el aseo; esto es de suma importancia cuando se trata de alimentos». El ejecutivo añade que el personal de la planta está satisfecho con la calidad y que hay una buena variedad en los platos.

    Estos incluyen sopas como caldo de bola y de pata, sopa de lenteja, de camarón, viche de pescado y otros. Los platos fuertes preferidos por los clientes, según Érika Albán son los típicos del país como arroz con menestra, seco de pollo, aguacate relleno, llapingacho y fritada.

    La comida la preparan en la planta, ubicada en la vía a Samborondón, que tiene capacidad para producir hasta 1 500 platos diarios. En el caso de determinadas empresas, los alimentos se preparan en cocinas concesionadas.

    Érika Albán menciona que un factor importante para el negocio es que cada uno de los miembros de la familia tiene un rol asignado. Por ejemplo, ella es la encargada del Departamento Financiero y su madre, Patricia Llerena, controla la calidad de la comida. «Todos tenemos responsabilidades y amonestaciones en casos de incumplimientos, igual que cualquier otro colaborador», afirma.

    Para su padre, uno de los diferenciadores de la empresa es la frescura de los alimentos. «Nada se guarda, todo se prepara el mismo día, con insumos frescos».

    Uno de esos proveedores es Liris, una empresa que comercializa pollos. Jim Guerra, representante de la firma, cuenta que Ecuamenús compra unos 360 pollos cada semana. «Se les dio la oportunidad de pagar a crédito pero prefirieron el contado. Han sido muy cumplidos en los pagos en dos años», asegura el representante de Liris.

    Una estrategia para crecer ha sido la diversificación de la oferta, en base a la demanda de los clientes. Tal es así, que Ecuamenús prepara también desayunos porque una empresa lo solicitó.

    Del mismo modo, desde el año pasado, la compañía comercializa también pavos y canastas navideñas durante el mes de diciembre.

    Sobre Ecuamenús

    Las variedades. Ofertan menús tradicionales y ‘light’, de acuerdo con las necesidades de los comensales.

    Los precios. El valor de los platos es desde USD 2,50. El precio para las empresas varía de acuerdo al volumen.

    Las ventas. Ecuamenús factura un promedio de USD 60 000 cada mes.

  • Envagrif: En familia le sacan el jugo a su emprendimiento

    Sebastián Angulo. Redacción Quito / LÍDERES

    Con licuadora en mano, Ramiro Almeida recorría restaurantes, hoteles y casas. Era 1993 y su objetivo era mostrar las bondades de la pulpa de fruta.

    Este ingeniero químico estaba convencido que este producto tendría éxito en el mercado ecuatoriano. Por ello, junto a sus ocho hermanos, dos sobrinos y un primo decidió emprender su empresa.

    Así, en ese año, la familia Almeida Albán dio vida a Envagrif (Envasados Agrícolas y Frutales). En sus proyectos, siempre estuvo presente la idea de crear su propio negocio.

    En principio planearon ingresar a la industria del plástico, pero la inversión reducida que exigía la elaboración de productos a base de frutas, y la experiencia que adquirió Ramiro Almeida en una compañía que fabricaba conservas, pesó para la decisión final.

    Para empezar los miembros de la familia invirtieron cerca de USD 10 000. El monto se destinó a la compra de maquinaria de segunda mano, materia prima y la adecuación de un terreno de propiedad de la madre de los hermanos Almeida Albán, en Tumbaco (nororiente de Quito).

    Luego de dos años de afinar detalles y constituir la compañía familiar, Envagrif comenzó a producir pulpa congelada y mermelada bajo la marca María Morena.

    Al principio, su estrategia para ganarse un espacio en el mercado fue visitar puerta a puerta a potenciales clientes. El primer año la empresa alcanzó una facturación de unos USD 10 000.

    Gracias a ello comenzaron a ser reconocidos en hoteles, restaurantes y finalmente supermercados, como Supermaxi, Santa María, Akí, entre otros.

    Con el incremento, año tras año, de la demanda de sus productos, surgió la necesidad de adquirir nueva maquinaria. Despulpadoras, envasadoras industriales, cintas transportadoras de última generación ahora forman parte de su cadena de producción. En este aspecto, la inversión total asciende a USD 600 000.

    Rosa Parra, propietaria de Image Representaciones de Riobamba (Chimborazo), distribuye los productos de Envagrif desde hace 12 años.Este negocio entrega los productos María Morena a supermercados, restaurantes y servicios de comida. El ítem con mayor demanda es la pulpa congelada.

    Parra destaca que una de las estrategias que le ha dado resultados a Envagrif es comercializar presentaciones para restaurantes y hoteles, que cuentan con mayor cantidad del producto con costos reducidos. En Image Representaciones se comercializan al mes entre 1 000 y 1 100 kilos de pulpa de frutas.

    Mientras que Manuel Tobar, gerente de Food Service de Dipor, comenta que venden los productos María Morena desde febrero de este año. Al mes venden USD 10 000 y su meta es llegar a los 20 000 para fines de este año.

    Tobar destaca la gran acogida que han tenido las pulpas; él asegura que sus compradores los adquieren por su calidad y buen sabor. En esto coincide Alexandra Mejía de Serviquigsa S.A., empresa de servicio de catering.

    Actualmente, el portafolio de Envagrif se ha ampliado a salsa de tomate, y productos en conserva como, palmito, duraznos en almíbar y piña en rodajas. Pero desde este año prepara una variedad nueva de pulpa, elaborada con plátano. Con este ítem la firma espera ingresar al mercado australiano; ya cuenta con los permisos del Servicio Australiano de Cuarentena e Inspección (AQIS).

    La producción

    El volumen. Al mes se procesan entre 15 y 20 toneladas. Prevén exportar dos contenedores mensuales a Australia.

    La materia prima

    Las frutas las obtienen de agricultores de la mayoría de provincias del país. Ofrecen una variedad de 15 sabores o frutos.  

  • La consigna de esta familia es comer sano

    Redacción Quito

    Shahnaz proviene del árabe y significa el orgullo del emperador. Por eso, la familia Constante Ron utilizó este nombre a su emprendimiento.

    La iniciativa busca el equilibrio entre la salud y el bienestar. Ellos se dedican al cultivo de alimentos orgánicos y sus productos se distribuyen en los supermercados de Corporación el Rosado y Corporación Favorita, a escala nacional, por lo que la empresa tiene una facturación promedio mensual de USD 15 000.

    Pimiento rojo y verde, zuquini, calabacín, lechuga, ají y brotes de alfalfa son algunos de los productos que la familia cosecha en su hacienda ubicada en Perucho (en el noroccidente de Quito).

    En su propiedad, que tiene 90 hectáreas, trabajan 16 personas en el proceso de producción de los alimentos. Se utiliza abono orgánico y fungicidas con sellos ecológicos.

    La historia de Shahnaz se remonta al 2006, cuando Ketty Ron heredó de sus padres la finca ubicada en Perucho. Su esposo, Carlos Constante Andrade, fue el que tuvo la idea de iniciar el negocio de la agricultura.

    En esa época, Constante trabajaba en una empresa petrolera, sin embargo, siempre tenía la inquietud de emprender un negocio relacionado con el agro.

    Dos años después, para iniciar la empresa, este matrimonio invirtió USD 100 000. Este monto sirvió para la compra del sistema de riego y adquisición de insumos, como semillas, abono, materiales para elaborar invernaderos, entre otros. Además, realizaron estudios del suelo y, finalmente, instalaron 17 invernaderos para la siembra de vegetales.

    Es así que en el 2012 se constituyó legalmente Shahnaz como empresa familiar. Ahora, los hijos tomaron el timonel de la compañía. María del Carmen Constante Ron es la gerenta General; su hermana, Jeannet se encarga del talento humano, mientras que Carlos Raúl es gerente de Negocios.

    Shahnaz ya no solo piensa en la producción de los vegetales. Desde finales del año pasado inició un nuevo proyecto que implica el procesamiento y empacado de los mismos, para buscar nuevos nichos de mercado.

    La principal premisa de este emprendimiento es «cambiar la cultura alimenticia de la gente». Por esta razón, en las próximas semanas lanzará al mercado unos ‘packs’ que contienen ensaladas listas para el consumo.

    Su target son los niños y jóvenes. El producto fue diseñado para ser llevado en la lonchera o mochila; uno de sus ingredientes principales es el tomate cherry, que ,según María del Carmen Constante, «son preferidos por los infantes».

    Álex Fonseca, gerente de Bodegas de Corporación El Rosado, señala que trabajan con Shahnaz desde hace seis años. Fonseca destaca la calidad y la puntualidad de entrega en los productos. María Quimbulco compra los productos de este emprendimiento y los vende a mercados, como el de Iñaquito. Ella también resalta la calidad de las verduras, por ello las comercializa desde hace seis años.

    Los ‘packs’
    Para niños. Este producto contiene tomate cherry y uvillas empacadas. Los productos ya están a la venta en supermercados y también se distribuirán en colegios y escuelas.

    Para oficinistas.  Las ensaladas empacadas listas para servirse para la oficina contienen brotes de alfalfa y tomate.

  • ‘Tips’ para madres y Familia son la materia prima de su negocio

    Redacción Quito

    Gracias al crecimiento poblacional, los negocios enfocados en la maternidad y los recién nacidos siempre tendrán opciones de crecer. Este fue el análisis de Miguel Arias, Carlos Larrea Crespo, Felipe Arboleda y Rodrigo Fonseca, cuatro quiteños, profesionales del marketing, ventas, finanzas y leyes.

    Su idea era sencilla: realizar un CD interactivo para los padres, con fotos y videos de sus bebés. Un álbum digital de fotos, para esos primeros recuerdos.

    Para empezar, los emprendedores invirtieron unos USD 25 000, que destinaron a un software para elaborar los productos multimedia e instalar una oficina. Así, a finales del 2011, nació Baby Memories. Con fotos que las madres les enviaban, el negocio se encarga de diseñar su disco interactivo. Luego de ingresar al mercado, notaron que su propuesta solo llegaba a un pequeño segmento. Por ello, buscaron fórmulas para que su producto tuviera más alcance. En esa tarea, en el 2012 hicieron una alianza estratégica con Editorial Leto, de México, que se dedica a producir libros especializados para la familia y el deporte. El negocio consiste en distribuir sus textos de manera gratuita y cobrar por la publicidad que se coloca en ellos. El acuerdo con Leto es pagarle el 10% al año del total de ganancias.

    Gracias a ello, el año pasado cerraron con una facturación de USD 50 000. En perchas de farmacias y en hospitales están disponibles dos libros.

    De los cuatro socios, tres aún trabajan en relación de dependencia en firmas privadas; solo Rodrigo Fonseca, quien está en el área jurídica, se dedica a tiempo completo al negocio.

    Juan Molina, gineco-obstetra del centro Meditrópoli en Quito, escribió uno de los artículos: ‘Embarazo de la A a la Z’, con consejos para madres en etapa de gestación. El médico, quien distribuye el texto en su consultorio, asegura que es un buen material, debido a que cuenta con recomendaciones de especialistas de Quito, Cuenca y Guayaquil.

    Mead Johnson Nutrition pautó su producto Sustagen en ‘Embarazo de la A a la Z’. Johanna Mancero, su gerenta de marca, asegura que escogieron este producto por su target. «Los libros son de buena calidad y por ello creímos que es un buena plataforma para nosotros».

    Los textos

    El tiraje. 15 000 ejemplares del libro ‘El bebé, manual de usuario’ y 10 000 libros de ‘Embarazo de la A a la Z’.

    Los artículos. Los temas son escritos por médicos especialistas de Quito, Guayaquil y Cuenca. Los textos se imprimen en la Imprenta Mariscal y Nuevo Arte.